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EL FEMINISMO COMUNITARIO NO ES UNA TEORÍA

COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 13 / No. 533 / Lunes 25 de septiembre de 2017 / Producción: Beatriz Alonso
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Hoy:

1) Diputados aprobó ley que agrava penas por “femicidio”

2) Bolivia: el comunitario, un feminismo útil para la lucha de los pueblos

3) Heroínas antifascistas de ayer y de hoy

4) Ana Bibang: ”La emigración es una situación muy dura”

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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” ― Rosa Luxemburgo
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1) Diputados aprobó ley que agrava penas por “femicidio”
(La Diaria)

La Cámara de Diputados aprobó en general –con 75 votos de 81– el proyecto de ley que había sido aprobado por unanimidad por la Cámara de Senadores el 18 de abril, que modifica los artículos 311 y 312 del Código Penal. El cambio establece, entre otras cosas, que serán “circunstancias agravantes muy especiales” de homicidio –es decir, que se le aplicará una pena mínima de penitenciaría de 15 años– el que sea cometido “como acto de discriminación por la orientación sexual, identidad de género, raza u origen étnico, religión o discapacidad”, y también el que haya sido cometido “contra una mujer por motivos de odio, desprecio o menosprecio, por su condición de tal”, tipificándose este delito como “femicidio”. Esta modificación fue la que trajo más debate cuando se presentó el proyecto, y no fue la excepción en este sentido la discusión de ayer de tarde –y de noche– en la cámara baja.

El diputado del Partido Nacional Gerardo Amarilla señaló que la tipificación de femicidio “no es necesaria”, ya que, a su juicio, el artículo 47 del Código Penal lo incluye, porque en el numeral 6 establece como circunstancia agravante de pena el “abuso de fuerza”, que se entiende como “abusar de la superioridad del sexo, de las fuerzas o de las armas, en condiciones que el ofendido no pueda defenderse con probabilidades de repeler la ofensa”. Además, agregó que el numeral 14 del mismo artículo señala como agravante “haber cometido el hecho con abuso de autoridad, o de las relaciones domésticas o de la cohabitación”.

Amarilla subrayó que la violencia doméstica es un problema instalado en la sociedad y tiene como principales víctimas a las mujeres, y que el Parlamento ha dado respuestas al tema, pero “el que no ha estado a la altura es el Poder Ejecutivo: de ahí tienen que venir los verdaderos mensajes que se reclaman”. “Hoy estamos votando normas legales innecesarias, repetidas, imprecisas y de difícil efectividad. Con esta ley no vamos a cambiar la realidad”, señaló el diputado blanco, y agregó que no votaba el proyecto.

Por otra parte, el diputado colorado Ope Pasquet dijo que los elementos introducidos por discriminación “son de recibo” en virtud de que en Uruguay se han cometido homicidios que encuadran en esas características, y ejemplificó con el asesinato del comerciante de Paysandú David Fremd, el año pasado, “cuando una persona dijo sentir una voz que lo llamaba a matar a un judío”, sin ninguna otra “justificación”, así como en Estados Unidos “matan a un homosexual por ser homosexual o a un negro por ser negro”. No obstante, Pasquet dijo que no votaba favorablemente la tipificación de “femicidio” porque “se excluye de la protección a la otra mitad de la población, el género masculino”, y agregó que la propuesta tiene una “razón de marketing” que es “estampar el femicidio en el Código Penal”.

El diputado colorado agregó que se incurre en “flagrante discriminación y trato desigual”, ya que hay un trato para el que mate a una mujer y otro distinto para el que mate a un hombre diez años como mínimo de penitenciaria, en lugar de 15–. Señaló que “nada justifica esa diferencia” y que “es difícil” encontrar un caso de una mujer a la que se le hubiera dado muerte “por su sola condición de mujer”, y sí conoce casos de negros o judíos asesinados por su condición de tales.

Por otro lado, el diputado blanco Pablo Abdala dijo que tenía una posición “ecléctica” sobre el proyecto y señaló que hubo un incremento de los homicidios en general, y que se da la “paradoja” de que la mayoría de las víctimas son varones, por lo tanto, “asistimos, por encima de todo, a un fenómeno de creciente violencia en la sociedad”. “La legislación no hace magia. Por la mera introducción de ajustes no vamos a revertir esta realidad, ni siquiera a atemperar, porque se trata de un tema de causas múltiples en el que además hay aspectos culturales”, señaló Abdala, que por último dijo que “no cabe duda de que el femicidio se ha incrementado”, ya que las cifras oficiales señalan un aumento de 12% de este tipo de delito en el primer semestre de 2017.

Por último, la diputada del Movimiento de Participación Popular Cecilia Bottino dijo que a lo largo de la sesión la oposición había dicho “poco” sobre qué se entiende por violencia de género. Señaló que el femicidio no es igual a otros homicidios, ya que “es la máxima expresión del abuso de poder y de la fuerza ejercida por un hombre a su compañera, que no se sometió ni se dejó dominar”. “Parece que las mujeres tuviéramos privilegios porque se establece el femicidio como agravante… Les regalo ese privilegio. Claro, se matan más hombres, pero la totalidad de las mujeres asesinadas fueron por un varón, y en su amplia mayoría por su pareja o ex pareja. En el caso de los varones, sólo 9,6% es de homicidios en contexto de violencia doméstica, según el Ministerio del Interior. Y muy excepcionalmente el autor es una mujer. Por lo general, ocurren a manos de sus hijos, padres, hermanos u otro familiar”, finalizó Bottino.

COMCOSUR MUJER Nº 533 – 25.09.17
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2) Bolivia: el comunitario, un feminismo útil para la lucha de los pueblos
Adriana Guzmán (La Haine)

El feminismo comunitario no es una teoría, es una acción política que se nombra, pero por supuesto hemos aprendido que además de luchar por el territorio, además de luchar en las calles, hay que luchar en el territorio de las palabras, hay que disputar la hegemonía de los sentidos y significados del pensamiento eurocéntrico. El feminismo comunitario fue parido en Bolivia dentro del proceso de cambio llevado adelante por un pueblo que quiere vivir con dignidad, un pueblo que está cuestionando al sistema patriarcal, capitalista, neoliberal, colonial, transnacional, un pueblo comprometido con la despatriarcalización, la descolonización y la autonomía. El feminismo comunitario no es una teoría, es una acción política que se nombra pero, por supuesto, hemos aprendido que además de luchar por el territorio, además de luchar en las calles, hay que luchar en el territorio de las palabras, hay que disputar la hegemonía de los sentidos y significados del pensamiento eurocéntrico. Consecuentes con esa lucha, nos llamamos feministas y construimos nuestros propios conceptos como un acto de autonomía epistemológica.

El feminismo comunitario hoy es un movimiento en Abya Yala que articula a hermanas de Argentina, Chile, Bolivia y México; es entonces una herramienta de articulación y lucha. Desde este feminismo que construimos cada día, creemos que sería injusto hablar de un movimiento feminista en América Latina y el Caribe, sí podemos hablar de colectivos y organizaciones, también de académicas y «estudiosas» que, en conjunto, no han logrado articularse pues siguen construyendo desde un feminismo colonizado y colonizante, sobre categorías insuficientes y fragmentadas, haciendo luchas temáticas, por los derechos, por la diversidad, por la inclusión, alejándose de la lucha contra el sistema. Hablamos de un feminismo que, al dejar de nombrar y de ver al patriarcado, o al reducirlo a la relación de los hombres hacia las mujeres, ha perdido la perspectiva revolucionaria y se ha vuelto funcional a éste.

Establecemos que, en la actualidad, no hay un movimiento feminista, hecho que hemos constatado en el XIII Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe EFLAC, realizado en Perú en noviembre de 2014 desde la institucionalidad de las ONGs. Encuentro al cual asistimos evidenciando la carencia no sólo de propuestas sino de rebeldía y capacidad de soñar. Creemos que es posible identificar algunos de los desafíos que hoy convocan a las feministas que decidan asumir la responsabilidad política de luchar contra el sistema patriarcal. Descolonizar el feminismo Para el feminismo comunitario el feminismo es la lucha de cualquier mujer, en cualquier parte del mundo, en cualquier tiempo de la historia, que lucha, se rebela y propone ante un patriarcado que la oprime o que pretende oprimirla.

Entonces, descolonizar el feminismo es dejar de pensar, únicamente, desde los parámetros y categorías del feminismo eurocéntrico o de fechas como la revolución Francesa, porque han demostrado ser insuficientes y se han encerrado en un sistema de derechos que, en realidad, encubre los privilegios de unas y unos pocos frente a las opresiones de las mayorías. Descolonizar el feminismo es dejar de pensar desde la dicotomía del colonizador y el colonizado, es dejar de asumir el tiempo como lineal y el pensamiento como superador de las luchas, la clase como explicación suficiente y la posmodernidad como proyecto político.

Descolonizar el feminismo es volver a mirar al patriarcado en su complejidad. Para el feminismo comunitario el patriarcado es el sistema de todas las opresiones, no es un sistema más, es el sistema que oprime a la humanidad (mujeres, hombres y personas intersexuales) y a la naturaleza, construido históricamente y todos los días sobre el cuerpo de las mujeres. Descolonizar el feminismo ha sido, para nosotras, pensarnos frente al patriarcado recuperando la memoria larga de nuestros pueblos aymaras, huicholes, quechuas, mapuches, tzotziles, tzeltales, para construir un proyecto político de sociedad y de mundo, la comunidad y la comunidad de comunidades. Un desafío para el feminismo es dejar de dar solamente cuenta de las opresiones.

No basta un feminismo de las explicaciones, hay que proponer y construir un proyecto político, esto implica reconocer que ser negra, ser lesbiana, ser joven, ser indígena, es una posición política pero no un proyecto político de mundo, que es lo que los pueblos en lucha demandamos hoy. Superar sus categorías y las formas sectarias de sus luchas No podemos seguir asumiendo que el feminismo se reduce a la equidad de género, a la igualdad, a la diferencia o a la lucha por los derechos, cuando los pueblos en América Latina y el Caribe luchan por otra forma de vida, en Bolivia por el Vivir bien.

Superar las categorías del feminismo que ven la realidad segmentada y nos asumen a las mujeres como un tema entre tantos temas, un sector entre tantos sectores, que quiere incluirse en el sistema, es otro desafío. Esto implica, entonces, superar la visión de gueto, de superioridad, de lucha feminista desarticulada de la lucha de los pueblos. Sólo en la lucha con nuestros pueblos podemos aportar a visibilizar al patriarcado como el sistema de opresiones, hay que poner el cuerpo y no conformarnos con el colectivo, el performance o la academia. Un feminismo útil para la lucha de los pueblos

Todo esto tiene que ver con el desafío mayor, construir un feminismo útil para la lucha de pueblos de los que somos parte, que reposiciona la discusión sobre el aborto en el campo de la autonomía y la descolonización del cuerpo y la sexualidad; que desmonta la maternidad en esclavitud y soledad con la crianza comunitaria como responsabilidad con la vida; un feminismo que, reconociendo en el trabajo impagado de las mujeres en el hogar la constitución misma del capitalismo, construya un modelo económico que no redite la explotación de nadie ni de la naturaleza. Un feminismo que construya modelos de recuperación de los recursos, circulación de los productos y convivencia con la naturaleza para Vivir bien.

El feminismo comunitario ha encarado estos desafíos, hablamos desde un feminismo descolonizado, hemos construido conceptos, categorías y acciones útiles para desmontar el patriarcado y tenemos como propuesta la comunidad como forma de vida que se construye cada día y que es, a la vez, la forma de garantizar que el patriarcado no se recicle. Desde este camino, y sabiendo que es necesario hacer un movimiento feminista regional y mundial, convocamos al Primer Encuentro de Feminismo desde los Pueblos que se realizará en Bolivia el 2016, porque no hemos dejado de soñar y porque sabemos que los sueños se construyen cada día en comunidad.

COMCOSUR MUJER Nº 533 – 25.09.17
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3) Heroínas antifascistas de ayer y de hoy
Amy Goodman y Denis Moynihan (Democracy Now)

La violenta manifestación de grupos neonazis y miembros del Ku Klux Klan que tuvo lugar en Charlottesville, Virginia el mes pasado, procesión con antorchas incluida, y la reiterada defensa del presidente Donald Trump de este encuentro racista, se han convertido en un punto de inflexión en el Estados Unidos moderno. Trump dobló la apuesta la semana pasada, cuando volvió a culpar a ambas partes por la violencia y calificó a algunos manifestantes antirracistas y antifascistas como “tipos malos” al día siguiente de reunirse con Tim Scott, el único senador republicano afroestadounidense del Senado, a quien la Casa Blanca llamó “Tom” Scott.

En resumen: Heather Heyer, una activista de 32 años de edad, fue asesinada, y al menos 19 personas más resultaron heridas cuando un neonazi arremetió su vehículo contra una multitud de contramanifestantes antifascistas el 12 de agosto. Los grupos de odio y los supremacistas blancos, que han ido en aumento desde que Barack Obama se convirtió en el primer presidente afroestadounidense, ahora se ven envalentonados por Trump.

En este momento crítico de la política estadounidense, y también en esta época de las Festividades Sagradas Judías de Rosh Hashaná y Yom Kipur, viene al caso recordar la historia de la resistencia contra el fascismo. Las historias de Ana Frank y Sophie Scholl –dos jóvenes alemanas; una judía y otra cristiana– deberían guiarnos e inspirarnos en este tiempo de oscuridad.

En 1942, Sophie Scholl, estudiante universitaria de 21 años, de Munich, Alemania, junto con su hermano mayor, Hans, estudiante de medicina, formaron el colectivo Rosa Blanca con un pequeño círculo de amigos. Decidieron producir una serie de panfletos que exponían las atrocidades nazis e instaban a la resistencia contra Hitler. El primer panfleto se publicó en junio de 1942. Fue enviado anónimamente por correo a ciudadanos de Munich que los miembros de la Rosa Blanca consideraron que podrían simpatizar con la propuesta. Los folletos se dejaban en paradas de autobuses y portones, y en cualquier lugar en el que pudieran ser entregados clandestinamente. Ser atrapado podía implicar ser encarcelado y, posiblemente, enfrentar la muerte.

El segundo panfleto decía: “Desde que Polonia fue conquistada, 300.000 judíos han sido asesinados en ese país de la manera más bestial imaginable. Los judíos son seres humanos también”. El colectivo alentaba la resistencia pasiva y el sabotaje. En su cuarto comunicado expresó: “Cada persona puede contribuir en algo para derrocar a este sistema”.

La Gestapo, la policía secreta nazi, organizó una amplia búsqueda de los distribuidores de panfletos. Finalmente, en febrero de 1943, Hans y Sophie fueron atrapados mientras repartían folletos en la Universidad de Munich. Fueron interrogados, juzgados, condenados y decapitados junto con un profesor y otros activistas estudiantiles.

Mientras tanto, Ana Frank, de 13 años de edad, sufría junto a su familia una creciente persecución antisemita en una Ámsterdam ocupada por los nazis. Ya habían huido del antisemitismo en su Alemania natal. Estados Unidos les negó varias veces la visa para que la familia Frank pudiera refugiarse en Estados Unidos. Desesperados, en 1942 se trasladaron a un sector oculto del edificio donde estaba ubicada la oficina del padre de Ana, Otto, lugar al que Ana llamó “el anexo secreto” en su famoso diario. Lograron permanecer ocultos durante dos años.

Es difícil de creer que Ana Frank escribió su destacado diario cuando tenía entre 13 y 15 años de edad. “Oigo cómo se acerca el trueno que, un día, también nos destruirá a nosotros. Siento el sufrimiento de millones”. Esto lo escribió el 15 de julio de 1944, y continúa: “Y, sin embargo, cuando miro hacia el cielo, de alguna manera siento que todo cambiará para mejor, que esta crueldad también terminará, que la paz y la tranquilidad volverán una vez más. Mientras tanto, debo aferrarme a mis ideales”, escribió.

Tres semanas más tarde, el anexo secreto fue asaltado por las fuerzas paramilitares nazis, conocidas como las SS. Ana, su familia y las otras cuatro personas que se escondían allí fueron arrestadas y deportadas a campos de concentración alemanes. Ana y su hermana Margot fueron separadas de sus padres y fallecieron en el campo de Bergen-Belsen en 1945, semanas antes de que el lugar fuera liberado. Solamente Otto Frank sobrevivió a los campos de concentración, tras lo cual recuperó el diario de Ana y lo compartió con el mundo.

Ahora, más de 70 años después, grupos armados neonazis y del Ku Klux Klan marchan con antorchas en Estados Unidos, coreando “¡Sangre y tierra!”, un eslogan nazi de la década de 1930, además de “¡Los judíos no nos van a reemplazar!”. Donald Trump, cuyo padre fue arrestado en una marcha del Ku Klux Klan en 1927, y que fue demandado por el gobierno federal por discriminar a sus arrendatarios afroestadounidenses, afirma que había “muy buena gente” entre la multitud supremacista blanca en Charlottesville.

Sumado a esto, poco después de los incidentes en Charlottsville, Trump indultó a Joe Arpaio, el ex sheriff del condado de Maricopa, Arizona, que había sido condenado por su tristemente célebre persecución ilegal a latinos inocentes y quien, con orgullo, hacía referencia a una de sus cárceles como su propio “campo de concentración”. Además, refugiados de seis países de mayoría musulmana tienen prohibido el acceso a Estados Unidos, y también se están desmantelando las protecciones y apoyos para la comunidad LGTBQ (también victimizada durante la Alemania nazi).

“Si no sientes indignación, no estás prestando atención”. Esa es la cita que figuraba en el perfil de Facebook de Heather Heyer cuando murió. Como Ana Frank —y Sophie Scholl antes que ella—, Heather murió ejerciendo resistencia contra el fascismo. Hagamos que sus historias inspiren una nueva ola de valiente resistencia.

COMCOSUR MUJER Nº 533 – 25.09.17
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4) Ana Bibang: ”La emigración es una situación muy dura a todos los niveles y la regularización un camino difícil, esa es la realidad”
Lucía Mbomío (Afroféminas)

Hemos leído o escuchado miles de veces, en los medios de comunicación, términos concernientes a la inmigración en España, sin saber muy bien a qué se refieren. Precisamente por eso, desde esta publicación, hemos querido entrevistar a Ana Bibang, una afrofémina asesora jurídica, que colabora en un despacho de abogados dedicado a temas de extranjería.

-¿Qué son las devoluciones en caliente?
-La expulsión inmediata y automática de los migrantes en el momento en que intentan cruzar ilegalmente una frontera, sin aplicarles la protección establecida en la legislación de extranjería. De un modo más coloquial, es el rechazo automático a todos aquellos que están “saltando la valla” como sucede en los territorios de Ceuta y Melilla, sin que lleguen a pisar el territorio nacional, sin que se produzca una detención formal, sin asistencia letrada y por supuesto, sin ni siquiera pasar a disposición judicial.

-¿A quiénes afecta?
-A todos aquellos que intenten cruzar una frontera de modo ilegal y sean identificados por la autoridad policial. En nuestro país, se ha aplicado, como digo, en los territorios de Ceuta y Melilla, pero también está pasando en otros países. No olvidemos las medidas que gobiernos como el italiano, han tomado en relación a las embarcaciones de migrantes en el Mediterráneo

-¿Son legales?
-Lamentablemente y en la actualidad, tras la aprobación de la que se ha denominado Ley de Seguridad Ciudadana, que modificó la Ley Orgánica 4/2000 sobre derechos y libertades de los extranjeros en España, sí lo son. Hasta 2015, no existía ninguna regulación al respecto y estos sucesos ocurrían pese a las denuncias de las ONG y de algunos grupos políticos. Tras la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana en marzo de 2015, se incluyó en su Disposición Final Primera la modificación de la legislación en materia de extranjería, introduciendo una regulación especial para los territorios de Ceuta y Melilla, donde se autoriza el rechazo automático del migrante que sea detectado en el paso fronterizo correspondiente, tratando de adentrarse en territorio nacional de manera ilegal. De este modo, se dio legitimidad a una situación que ya era un secreto a voces

-¿Contravienen el derecho internacional?
-Desde mi punto de vista, sí, España es parte en los principales acuerdos sobre derechos humanos y protección internacional. La Carta Internacional de Derechos Humanos, que contiene la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como los diferentes pactos Internacionales en materia de derechos civiles y políticos, establece con carácter universal y fundamental, en tanto que especialmente protegidos, el derecho a libre circulación, el derecho de asilo y por descontado, el derecho a asistencia letrada y a una tutela judicial efectiva.

-¿Qué otras medidas en materia migratoria son cuestionables, desde el punto de vista legal?
-Creo que en la actualidad y especialmente en el seno de la UE, enmarcada aún en una crisis económica importante, una gran parte de las medidas adoptadas en materia migratoria se han adoptado de manera urgente y con mucho vacío legal, como el cierre de fronteras en Turquía o el endurecimiento de las peticiones de asilo en diferentes países de la Unión y por supuesto, el mantenimiento de los Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE). Son medidas durísimas a nivel humanitario y en ocasiones entran incluso en conflicto con la normativa internacional en esta materia, las propias Directivas europeas e incluso con la legislación interna de cada país.

-Tú trabajas en un gabinete de abogados centrado en extranjería, ¿qué es lo que más te ha sorprendido al conocer en profundidad el sector?
-La Administración es un gigante orquestado para hacernos la vida un poco más complicada (risas) y si eso lo vemos claramente los nacionales de un estado, que tenemos derechos adquiridos desde nuestro nacimiento ( o incluso los no nacidos) y por razón de nuestro origen, aquellos que dependen de su regularización para acceder a los derechos más básicos o, simplemente, para poder pasear por la calle sin miedo a ser detenidos, se pueden encontrar en un laberinto de procedimientos y trámites administrativos desesperantes. Por otro lado, en la práctica, en la tramitación de expedientes te encuentras que lo que es válido en el resto de ordenamientos, en extranjería no vale para nada y los baremos que se siguen para la aprobación o la denegación de un permiso no siguen un criterio unificado en muchas ocasiones.

-¿Qué actos no son punibles, pero sí reprobables?
-Desde mi punto de vista, siempre me ha parecido tremendo que una persona que consigue regularizar su situación, paga sus impuestos y cumple con sus obligaciones, como cualquier ciudadano, pase a situación ilegal en un abrir y cerrar de ojos o no pueda acceder a la sanidad, si se queda sin trabajo o si, por fuerza mayor, no puede renovar a tiempo su documentación. Si la situación laboral o circunstancial no se subsana en un periodo de tiempo limitado, la expulsión está a la vuelta de la esquina. Todo ello es caldo de cultivo para situaciones de abuso a sabiendas de la necesidad. Por otro lado, está el mantenimiento de los CIE, donde conviven forzosamente personas en situación irregular por defecto o inexistencia de permiso de residencia, con otras que han cometido delitos; tienen legitimidad legal y se rigen por la correspondiente norma reglamentaria, aunque haya sido objeto de críticas y denuncias, pero me parece una institución reprobable.

-¿Qué es un CIE?
-Es un centro público de carácter no penitenciario, dependiente del Ministerio del Interior, donde se retiene de manera cautelar y preventiva a extranjeros sometidos a expediente de expulsión del territorio nacional.

-¿Por qué se cuestiona su existencia?
-Es una figura controvertida porque, si bien no es un centro penitenciario, es un centro de internamiento preventivo, donde se retiene (no se detiene) a todos aquellos que por diferentes causas están a la espera de que se tramite y ejecute la orden de expulsión. El ingreso en el centro se realiza en base a un auto judicial y se dispone, por normativa, que la estancia en el mismo no se podrá ampliar más allá de los 60 días. Sin embargo, si analizamos su estructura y funcionamiento tiene todos los caracteres de un centro penitenciario, en el fondo y la forma.

-¿Quiénes suelen estar en los CIES?
-Básicamente, todos aquellos que se encuentran en las circunstancias descritas en la normativa en materia de extranjería y del orden penal que conllevan orden de expulsión del territorio nacional y están a la espera de la ejecución de la misma. A grandes rasgos, las personas que no tengan permiso de residencia o de trabajo válido y en vigor, que no puedan acreditar medios de vida, los que hayan sido condenados, dentro o fuera de España, por delito sancionado con pena privativa de libertad superior a un año, quienes ejercen cualquier tipo de actividad delictiva y los que atenten contra el orden público y/o instituciones oficiales.

-¿No tener los papeles es delito?
-No. No es un delito. No está tipificado como delito en el Código Penal. Es una infracción de carácter administrativo que lleva anexa la sanción correspondiente y que, en función de la gravedad de la sanción, puede ir desde una multa de carácter económico hasta la expulsión del territorio.

-¿Entonces debemos usar el término “ilegal” o “irregular”?
-Ilegal implica que no cumple con la ley e irregular que no se encuentra en condiciones adecuadas. Creo que es indiferente el término que se utilice, porque a fin de cuentas ambos conceptos sirven para referirse al extranjero que no tiene la autorización que corresponda para residir o trabajar y residir en el país.Lo que me parece más importante, es dejar claro que la ilegalidad o la irregularidad en la situación de estancia o residencia del migrante tiene un carácter administrativo y no incurre en un ilícito penal.

-¿Qué nivel de conocimiento tiene la población de lo que sucede en los CIES?
-Muy escaso. No es una realidad que afecte o importe al groso de la población. Salvo que, por circunstancias muy concretas, ya sea ascendencia o vínculo familiar, por trabajar en organizaciones humanitarias o similar, tengas acceso a esa realidad, lo habitual es que se desconozca.

-¿Y en materia migratoria, que sabemos?
-Lo que nos muestran los medios de comunicación. En los últimos tiempos, con los movimientos de personas migrantes de carácter masivo como consecuencia de conflictos bélicos, es habitual ver en la prensa las situaciones tremendas que se viven en las fronteras ya sean marítimas o terrestres. Por lo demás, salvo por los motivos que he comentado antes, que toque de cerca por razones personales o profesionales, el desconocimiento es grande.

-¿Por qué medida, acción o ley, en cambio, tenemos que felicitarnos en España?
-La normativa que tramita los trámites de regularización para las parejas o cónyuges (no comunitarios) de los ciudadanos de la Unión Europea, que agiliza los plazos en cierta medida y la aprobación de la Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización, que ha facilitado (no sin pocas trabas) la movilidad internacional de profesionales cualificados, inversores y emprendedores, lo que ha supuesto una inyección importante a nivel económico.

-¿Cuáles son los tópicos que deberíamos desmontar desde YA?
-Prejuicios clásicos que se instauraron en época de bonanza económica del país, como que los inmigrantes perjudican laboralmente a los nacionales del país o que tienen acceso a mayores beneficios sociales. Las cifras oficiales de empleo en la época de bonanza económica demostraban que la población inmigrante se ocupaba en aquellos trabajos que no eran ocupados por los nacionales, especialmente en la hostelería, la construcción y el servicio del hogar, empleos sacrificados y con baja remuneración; de igual modo con la crisis económica, aquellos inmigrantes que han logrado mantener su puesto siguen desempeñándolo en los mismos sectores y en peores condiciones, mientras que los que perdieron su trabajo, han retornado a su país. Tanto es así, que se dispuso un programa de retorno voluntario por parte del Ministerio de Empleo. La emigración es una situación muy dura a todos los niveles y la regularización un camino difícil, esa es la realidad.

COMCOSUR MUJER Nº 533 – 25.09.17
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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre
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