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LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA EN EL NEOLIBERALISMO

MUMIA:

 

1) La crisis de la democracia en el neoliberalismo

2) ¿Una clase obrera reaccionaria?

3) Noticias obreras de Australia y Asia

4) En África hay tres veces más celulares que inodoros

COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 17 / Nº 814 / Miércoles 29 de marzo de 2017 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán

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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra y combatir ese monopolio es una tarea central.” — Emir Sader
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1) La crisis de la democracia en el neoliberalismo
Emir Sader (Alai)

Un elemento que se ha globalizado rápidamente ha sido el de la crisis de la democracia. En Europa, que se enorgullecía de sus sistemas políticos, las políticas de austeridad han promovido la generalizada deslegitimación de esos sistemas, centrados en dos grandes partidos. Cuando ambos asumieron esas políticas económicas anti-sociales, han entrado en crisis acelerada, perdiendo votos, intensificando el desinterés político por las elecciones, dado que esos dos partidos promueven políticas similares. Han empezado a surgir alternativas –en la extrema derecha y en la misma izquierda- que ponen en shock a esos sistemas: por la derecha de forma autoritaria, por la izquierda buscando el ensanchamiento y la renovación de las democracias.

Hasta que la crisis de las democracias dio un salto con el Brexit y con la elección de Donald Trump en los EEUU. En Gran Bretaña, los dos partidos tradicionales fueron derrotados en una decisión crucial para el futuro del país y de la misma Europa, con la decisión mayoritaria de salida de la Unión Europea. Lo cual refleja cómo esos dos partidos no han sabido entender el malestar de gran parte de la población –incluso de amplios sectores de la misma clase trabajadora- respecto a los efectos negativos de la globalización neoliberal. Los trabajadores, electores tradicionales del Partido Laborista, concentraron su voto por el Brexit, en contra de la decisión de ese partido y terminaron decidiendo la votación.

En EEUU la victoria de un candidato outsider, que, para ganar, no solo enfrentó al Partido Demócrata sino también a los grandes medios, a la dirección de su propio partido, a los formadores de opinión. El triunfo de Trump representó una derrota para los dos partidos como expresiones de la voluntad organizada de los norteamericanos.

Por todas partes la democracia tradicional hace agua. Los partidos tradicionales pierden aceleradamente apoyos, las personas se interesan cada vez menos por la política, votan cada vez menos, los sistemas políticos entran en crisis, ya no representan a la sociedad. Es la democracia liberal, que siempre se autodefinió como “la democracia”, la que entra en crisis, bajo el impacto de la pérdida de legitimidad de gobiernos que han asumido los proyectos antisociales del neoliberalismo y de la misma política, corrompida por el poder del dinero, que en el neoliberalismo invade a toda la sociedad, incluso a la misma política.

En América Latina, dos países que habían fortalecido sus sistemas políticos, mediante gobiernos y liderazgos con legitimidad popular, como Argentina y Brasil, han retrocedido hacia gobiernos que pierden –o nunca han tenido– apoyo popular. El mismo sistema político sufre con gobiernos que han hecho promesas o han sido elegidos con programas distintos a los que ponen en práctica. El programa neoliberal de ajustes fiscales profundiza la crisis de legitimidad de los gobiernos y de los mismos sistemas políticos.

La concepción que preside al neoliberalismo, que busca transformar todo en mercancía, llegó de lleno a la política, con sus financiamientos privados, con campañas adecuadas a servicios de marketing, con millonarias actividades que hacen de las campañas un despliegue de piezas publicitarias casi al estilo de cualquier otra mercancía. Por otra parte, gobiernos copados de ejecutivos privados los hacen cada vez más parecidos a empresas, por el personal y por la concepción que preside a gobiernos con mentalidad de mercado.

La era neoliberal es así la era del agotamiento del sistema de las democracias liberales. Los agentes que le daban legitimidad – parlamentos con representación popular, partidos con definiciones ideológicas, sindicatos y centrales sindicales fuertes, dirigentes políticos representantes de distintos proyectos políticos, medios de comunicación como espacio relativamente diversificado de debates – se han vaciado, dejando al sistema político y a los gobiernos suspendidos en el aire. El desprestigio de la política es la consecuencia inmediata del Estado mínimo y de la centralidad del mercado.

La crisis de las democracias se ha vuelto uno de los temas que se extienden de los EEUU a la América Latina, pasando por Europa y por Asia. Ya no se trata de reivindicar un sistema que se ha agotado, sino de construir formas alternativas de Estado, de sistemas políticos y de representación política de todas las fuerzas sociales.

– Emir Sader, sociólogo y científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).

MIÉRCOLES 29 DE MARZO DE 2017 – COMCOSUR
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2) ¿Una clase obrera reaccionaria?
Asbjørn Wahl (Viento Sur)

Buena parte de la clase obrera occidental parece agruparse ahora en torno a populistas de derechas, demagogos y racistas. Muchos trabajadores votan por partidos reaccionarios y fascistoides. Han contribuido al voto favorable a la salida del Reino Unido de la Unión Europea y a convertir a Donald Trump en el presidente de la superpotencia número uno del mundo, y votan tan masivamente por partidos políticos de extrema derecha que estos últimos tienen la posibilidad de alcanzar el poder gubernamental en varios de los países más poblados de Europa.

Puesto que tradicionalmente se supone que la clase trabajadora vota por la izquierda, esto crea inquietud, inseguridad y confusión entre los expertos, los comentaristas y los políticos, particularmente en el movimiento obrero. No faltan las condenas y los sermones moralizantes para aquellos que se van a la extrema derecha. Sin embargo, un número creciente de comentaristas empiezan ahora a sospechar que el desplazamiento de amplios grupos de trabajadores a la extrema derecha puede ser la expresión de una protesta contra la deriva actual de la sociedad. No todos se han beneficiado de los logros de la globalización, dicen.

No obstante, muchos políticos y activistas de izquierda tienen grandes dificultades para orientarse en este nuevo terreno político. Personas que normalmente habrían estado a favor de la salida del Reino Unido de la actual UE autoritaria y neoliberal, por ejemplo, me han dicho que votaron a favor de la permanencia en las condiciones actuales para “no ser carne de cañón para las fuerzas racistas y antiinmigrantes del bando del Brexit”. De este modo, entregaron la bandera de la necesaria oposición a la política antisocial y antisindical de la UE a manos de la extrema derecha.

Tal vez habría sido más importante y más fructífero que la izquierda fuera algo más autocrítica con respecto a su propio papel y su propia política. ¿Podría ser que ha fallado a sus votantes y que los partidos de izquierda ya no aparecen como instrumentos válidos para defender los intereses de los más desvalidos y los más pobres de nuestra sociedad actual? Tal vez ha habido demasiada política identitaria y muy poca política de clase. ¿Podría ser incluso que el análisis social de la izquierda no capta la esencia del desarrollo económico y político actual?

La ofensiva empresarial

La mayoría de la gente de izquierdas puede coincidir en que la situación es grave, incluso dramática. Veamos por tanto más de cerca el estado de cosas actual. En nuestro entorno europeo, la tasa de sindicación casi se ha reducido a la mitad a lo largo de los últimos 30 años, y los derechos laborales, la legislación laboral y los convenios colectivos se han deteriorado sistemáticamente o incluso han sido abolidos completamente. La mayor parte está peor que en Noruega, pero esto no significa que esta evolución no nos afecte. Aquí también hay muchas cosas que van en la mala dirección, aunque el proceso avance aquí más lentamente que en el resto de Europa. No cabe duda de que Noruega todavía se encuentra en la cubierta superior del barco global del bienestar, pero todo indica que se trata de la cubierta superior del Titanic.

En pocas palabras, podemos resumir diciendo que las desigualdades sociales también aumentan en nuestro país y que en los lugares de trabajo se instalan relaciones más autoritarias, entre otros factores a través de la americanización de los modelos organizativos y de gestión, como ha documentado tan bien el Instituto Público de Investigación Laboral. El aumento salarial de los escalones inferiores se ha estancado. Un boletín publicado por la Confederación de Sindicatos de Noruega (LO) resume muy bien esta evolución en un artículo reciente basado en un nuevo informe del instituto de estudios independiente Fafo:

“Si la tendencia actual se mantiene, Noruega conocerá pronto desigualdades tan grandes como Alemania y el Reino Unido. Un nuevo informe del Fafo muestra que Noruega ya no es un país de poca desigualdad. Noruega está cambiando rápidamente, y los peor pagados son los perdedores. Los salarios de los niveles inferiores en el sector público prácticamente no han variado desde 2008 […] cada vez menos trabajadores que perciben los salarios más bajos tienen un convenio colectivo.” (11/09/2016)

Al mismo tiempo, nos enfrentamos a patronos cada vez más ofensivos y agresivos, que, entre otras cosas, eluden su responsabilidad empresarial mediante la subcontratación y el empleo creciente de trabajadores de agencias de empleo temporal, debilitando así a los sindicatos. Además, las empresas se benefician enormemente de la política cada vez más antisindical de la UE y del EEE y sus tribunales, que contribuyen mucho a socavar los derechos sindicales. En la batalla persistente por controlar el proceso productivo, el trabajo queda cada vez más vacío de contenido en muchas partes del mercado laboral. Está cada vez más fragmentado y estandarizado y los trabajadores están siendo sometidos a un mayor control, al tiempo que aumenta la intensidad del trabajo. El profesor Sten Gellerstedt ha documentado esto muy bien con respecto a Suecia, mientras que Eurofound ha documentado un fuerte incremento del trabajo rutinario en Dinamarca (citado en Ugebrevet A4, 31/10/2016), y hay buenas razones para creer que la situación es más o menos la misma aquí en Noruega:

“Los daneses realizan alrededor de un 30 % más de trabajo rutinario de lo que hacíamos nosotros hace 20 años. […] Es interesante observar que el trabajo rutinario aumenta más en las clases de trabajo que tradicionalmente no se asocian a la rutina. En particular, son los gestores, profesionales y oficinistas los que ahora ejecutan cada vez más trabajos rutinarios.”

Además, la ideología que vincula bienestar y trabajo contribuye enormemente a desviar la atención de las estructuras organizativas y las relaciones de poder a favor de la individualización, con sermones moralizantes, suspicacias y un brutal régimen de sanciones contra los individuos. De este modo se han revertido los cambios en el mundo del trabajo para la gran mayoría de los trabajadores en nuestra sociedad.

Por supuesto, la base de esta evolución se halla en la crisis económica. El capitalismo conoce su crisis más profunda desde la Gran Depresión de los años treinta y los capitalistas han cambiado su estrategia para recuperar la rentabilidad. El neoliberalismo es su respuesta política/ideológica a la crisis, pero no hay nada que indique hasta ahora que de esta manera vayan a superar las contradicciones internas del capitalismo. La especulación financiera desbocada no es más que uno de los efectos graves del desarrollo de la crisis. El propio neoliberalismo, así como la especulación financiera, son por tanto efectos de la crisis capitalista, no su causa, como afirma mucha gente. Y la globalización, de la que muchos dicen que “ha venido para quedarse” y que los sindicatos “tienen que adaptarse”, no es más que el resultado de la estrategia y la ofensiva del capital para hacer frente a la crisis.

Por qué los trabajadores viran a la derecha

En Europa está cada vez más claro que entre los principales objetivos de esta política se incluye el desmantelamiento del Estados de bienestar y la derrota de los sindicatos. En cualquier caso, eso es lo que está ocurriendo bajo la dirección política de las instituciones de la UE realmente existentes. Que millones y millones de trabajadores de todo el mundo sean los “perdedores” en este proceso no debería extrañar a nadie. Ni tampoco que al final reaccionen con desconfianza, rabia y ciega rebelión. Esta parte de la clase obrera –a falta de partidos políticos de izquierda que aporten análisis, políticas y estrategias para abordar y afrontar la crisis y la ofensiva de las fuerzas capitalistas– se siente atraída por la retórica antiélite y antisistema de la extrema derecha, cosa que se puede entender en este contexto.

Comprender, sin embargo, no es lo mismo que aceptar, y mucho menos apoyar. Por tanto, que algunos políticos de izquierda se permitan encandilarse con las políticas aparentemente favorables a los trabajadores de muchos de los nuevos partidos de extrema derecha, deseando incluso aliarse con ellos, es una actitud peligrosa. No hay nada nuevo en nuestra historia que la extrema derecha consienta al “don nadie de la sociedad”. Lo mismo ocurrió durante el surgimiento del fascismo en los años treinta. Entonces, al igual que ahora, también hubo gente en la izquierda, aunque no mucha, que cambió de bando en la falsa creencia de que el “nacionalsocialismo” era una forma de socialismo y no justamente lo contrario, como ha demostrado tan claramente la historia.

Lo que es importante comprender es por qué muchos de los más explotados y desposeídos de la sociedad se sienten atraídos por la retórica antiélite de extrema derecha. Hemos de indagar en los motivos de que esto ocurra. Tratando de entenderlo, hemos de tener presente cómo las relaciones de fuerza en los lugares de trabajo han cambiado drásticamente a favor de la patronal, cómo aumenta la brutalización del trabajo y cómo crece la inseguridad para grandes grupos de trabajadores. Esto será decisivo si queremos desarrollar una política basada en los intereses de la gente que responda a estos desafíos.

La realidad es que la explotación de los trabajadores y su creciente impotencia y subordinación apenas encuentrtan eco en el debate público. Los partidos socialdemócratas han cortado mayormente el vínculo con su antigua base electoral. En vez de recoger el descontento generado por un mercado laboral más brutal y politizarlo y canalizarlo hacia una lucha basada en el interés de los trabajadores, los partidos de izquierda de clase media ofrecen poca cosa más que los sermones moralizantes y el desprecio. De este modo, hacen poco más que empujar a amplios grupos de trabajadores a los brazos de los partidos de extrema derecha, que sí recogen el descontento y hacen todo lo posible por canalizar la furia de le gente contra otros grupos sociales (inmigrantes, musulmanes, gays, gente de color, etc.) y no contra las causas reales de sus problemas.

Por supuesto, hemos de luchar contra esta evolución, pero este combate no lo ganaremos a base de discursos morales y desprecio. Si la izquierda no es capaz de enraizar la lucha contra el capitalismo y su crisis en las experiencias cotidianas de la gente en el lugar de trabajo, perderá la batalla por el alma y el corazón de la clase obrera. Si queremos evitar que esto suceda en Noruega, también tenemos que dejar de hablar del “modelo nórdico” como si no hubiera pasado nada, como si estuviera intacto, como si la cooperación y el respeto mutuos y la codeterminación entre las clases fueran hechos reales en la sociedad actual. En gran parte de la dirección sindical y del movimiento obrero, el modelo nórdico de cooperación entre el trabajo y el capital se ha elevado a la categoría de fenómeno general que “beneficia a ambas partes”, totalmente al margen de las relaciones de fuerzas que se desarrollan en los lugares de trabajo y en la sociedad. Se considera una forma más elevada de racionalidad y se rodea de una retórica sobre intereses comunes que cada vez más trabajadores tienen dificultades para reconocer.

Por mucho que las masas explotadas apenas tengan hoy en día alguna voz organizada en el debate público, todavía logramos colgar pequeños incisos en los medios de comunicación sobre la otra realidad en los lugares de trabajo. Como cuando el diario Dagbladet (20/03/2016), bajo el título de “Lloramos todos los días en el trabajo” publicó un artículo sobre el personal de la multinacional de servicios ISS que limpia las habitaciones del hotel Oslo Plaza en condiciones extremadamente duras. O cuando nos encontramos con un número creciente de artículos anónimos en la prensa, escritos por trabajadores de distintos organismos públicos que nos informan de la existencia de regímenes de control cada vez más autoritarios al estilo del New Public Management (Nueva gestión pública), que destruye el entorno de trabajo y elimina lo último que quedaba de satisfacción en el trabajo.

Quienes sufren tales condiciones en el mercado laboral actual no se sienten para nada reflejados, como es obvio, en el mensaje que manifestó el dirigente de la Confederación de Sindicatos de Noruega el año pasado en la conferencia anual de la organización empresarial: “Estamos de acuerdo sobre los retos a que nos enfrentamos. Y a pesar de nuestros diferentes enfoques, también estamos de acuerdo sobre muchas de las soluciones. Y sin duda coincidimos en que estos retos se superarán mejor en cooperación que en conflicto. […] Tenemos los mismos objetivos, a saber, una vida laboral sostenible en Noruega. […] Al igual que en los años noventa, no podemos evitar lo que ustedes llaman moderación. Nosotros lo llamamos racionalidad colectiva, y esta debe aplicarse a todo el mundo.” (07/01/2016)

Si hubiera ocurrido que el diálogo social y la cooperación tripartita favorecieran a “ambas partes” en la situación actual, ¿deberíamos haber esperado entonces que los patronos querían establecer buenas relaciones de cooperación y participación en sectores en que los sindicatos son débiles, como en hoteles y restaurantes, el comercio, la limpieza, etc.? Por lo que se ve, sucede justo lo contrario. La ideología de la colaboración social, que apareció al amparo del compromiso de clases, ha contribuido a despolitizar y desradicalizar a los sindicatos y al movimiento obrero, mientras que los patronos atacan con cada vez más ahínco la legislación laboral que hasta ahora habían aceptado en nombre de la colaboración de clases.

La necesaria movilización de masas

En resumen, la relación de fuerzas en el lugar de trabajo ha cambiado drásticamente, en detrimento del trabajo, los sindicatos y los órganos democráticos y a favor del capital, las empresas multinacionales y las entidades financieras. A lo largo de unas pocas décadas, los intereses capitalistas han conseguido abolir las principales normas que hicieron posibles el Estado de bienestar y el modelo nórdico: la cooperación monetaria internacional, el control de capitales, el control de inversiones y otras regulaciones del mercado. En esta situación, la idea de la colaboración social (es decir, la insistencia en los intereses comunes como ideología frente al creciente conflicto de intereses que tiene lugar en el mundo real) constituye una barrera a la lucha sindical y política.

El principal reto a que se enfrenta la izquierda actualmente es el de organizar la resistencia frente a esta evolución. Es la única manera de hacer retroceder al populismo de derecha. Una vez más, debemos ser capaces de construir un cielo sobre nuestra lucha, es decir, perspectivas y visiones de una sociedad mejor, una sociedad con una redistribución radical de la riqueza, en la que se ponga fin a la explotación y las necesidades humanas constituyan la base del desarrollo social. No es cuestión de utilizar declaraciones, manifestaciones y llamamientos a una cooperación tripartita que constantemente se vacía de contenido. Es una cuestión de poder: poder económico y político. Esto exigirá una movilización social masiva al estilo de cómo los sindicatos construyeron su fuerza para conquistar poder e influencia a comienzos del siglo pasado.
¿Estamos dispuestos?

Asbjørn Wahl es asesor de la Campaña Noruega por el Estado de Bienestar. Artículo publicado en noruego en el diario Klassekampen el 28 de enero y en danés en el diario Dagbladet Arbejderen el 21 de febrero.

MIÉRCOLES 29 DE MARZO DE 2017 – COMCOSUR
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3) Noticias obreras de Australia y Asia
(Rebelión)

Las sentencias de cadena perpetua de Maruti Suzuki en la India no detendrán a los trabajadores

El pasado sábado, 13 trabajadores de la fábrica Maruti Suzuki fueron condenados a cadena perpetua por el Tribunal de Distrito de Gurugram, en el estado de Haryana. Esto sigue a la decisión anterior que había encontrado a 18 trabajadores mas culpables de una variedad de cargas después de los incidentes en 2012. Estas sentencias son claramente de naturaleza política y tenían la intención de intimidar a los trabajadores y detenerlos para organizarse en los cinturones industriales de Gurgaon y Manesar. Sin embargo, ya ha habido muchos actos de solidaridad por parte de otros trabajadores, incluso de trabajadores tan lejanos como Tamil Nadu. La lucha para liberar a los trabajadores de Maruti Suzuki contará con el apoyo de los trabajadores a nivel mundial y se planean acciones de solidaridad importantes para comenzar la próxima semana.

Trabajadores chinos toman medidas contra los sueldos bajos

Cientos de trabajadores de la fábrica de FAW-Volkswagen situada en la ciudad de Changchun, en el noreste del país, han seguido protestando en las últimas semanas. Sus demandas se oponen a la práctica del alquiler de mano de obra de la agencia que permite sueldos inferiores al 50% a los trabajadores no permanentes con respecto a los trabajadores permanentes realizando el mismo trabajo. La acción de protesta entre los trabajadores chinos ha aumentado constantemente en los últimos años, con la inquietud extendiéndose desde el sector manufacturero industrial al sector minorista y de servicios. Un documental recientemente lanzado da una idea de los problemas que enfrentan los activistas laborales en China.

Aniversario de la muerte de Hwang Yu-mi marca 10 años de lucha en Corea del Sur

Hwang Yu-mi murió el 5 de marzo de 2007 en el camino al hospital de leucemia mielógena aguda. Ella fue la primera víctima públicamente conocida de lo que más tarde se conoció como los trastornos de la sangre en Samsung Electronics. Yu-mi tenía sólo 23 años y había trabajado en Samsung durante menos de cuatro años. Desde entonces, ha habido más de 350 casos de enfermedad profesional y 79 muertes entre la fuerza laboral de Samsung Electronics. El décimo aniversario de la muerte de Yu-mi fue recordado con una ceremonia enfrente de la sede corporativa de Samsung. El poder de Samsung en la sociedad surcoreana fue recientemente resaltado por la censura de un artículo de la universidad que criticaba las prácticas de trabajo de Samsung.

Trabajadores gubernamentales indios realizan huelgas masivas

Más de 1.300.000 trabajadores del gobierno central en toda la India organizaron una jornada laboral de el 16 de marzo por la no aplicación de los acuerdos firmados. Específicamente, los trabajadores exigen que se apliquen los aumentos salariales acordados por la Séptima Comisión de Pagos, que se ponga término a la contratación de trabajo y que los trabajadores ocasionales y temporales sean permanentes. Los trabajadores han prometido nuevas acciones si sus demandas no se cumplen.

Trabajadores del mundo marchan en el Día Internacional de la Mujer

El 8 de marzo se celebró el Día Internacional de la Mujer (IWD) en todo el mundo. En el centenario de la revolución rusa de 1917, que fue provocada por las trabajadoras que toman medidas en la IWD, muchas manifestaciones pusieron de relieve cuánto más trabajo se necesita todavía para lograr la igualdad de género, ya sea en el lugar de trabajo o en la sociedad en general. En la región de Asia y el Pacífico hubo eventos importantes en Turquía, Líbano, Pakistán, India, Corea del Sur, Indonesia, Filipinas y Australia.

Los trabajadores turcos sienten la presión del próximo referéndum

El referéndum para decidir si otorgar poderes adicionales al Presidente de Turquía está todavía a cuatro semanas, pero el gobierno está aumentando la presión sobre cualquier oposición, incluyendo a los activistas laborales. El presidente de la Unión de la Oficina Turca, Fahrettin Yokuş, sobrevivió recientemente a un intento de asesinato de pistoleros armados. Una turba atacó la sede del Sindicato Turco de Trabajadores Públicos, mientras que İrfan Değirmenci, presentador en la estación de televisión Kanal D, fue despedido sumariamente. Su crimen fue haber expresado su preferencia por un No Votar en el próximo referéndum. Además, en un asunto de larga data, 14 líderes de la rama de Ankara del sindicato TÜMTİS, han sido sentenciados a prisión por atreverse a organizar un sindicato en su lugar de trabajo.

El nuevo proyecto de ley no terminará el trabajo precario en Filipinas

Esta semana, el Departamento de Trabajo y Empleo de Filipinas (DOLE) publicó nuevas directrices de política nacional sobre contratación y subcontratación. Las nuevas directrices limitan el uso por parte de las empresas de trabajadores temporales y contratados como una forma de socavar la solidaridad de los trabajadores y mantener menores tasas de remuneración y condiciones. Los sindicatos han criticado estas nuevas directrices como inadecuadas para frenar el uso generalizado de contratos de trabajo irregulares. Los activistas sindicales están pidiendo la renuncia del secretario del Trabajo, Silvestre Bello III.

Deterioro de las condiciones generan nueva oposición en Australia

A raíz de la reciente decisión del Tribunal Industrial de reducir las tasas de penalización de miles de trabajadores australianos, se están dando más informes sobre la naturaleza generalizada de los bajos salarios en Australia. Hay granjas que han sido identificadas como empleadoras con contratos de trabajo desiguales en los pagos a los trabajadores, mientras que una cadena alimenticia como Domino Pizza utiliza la subcontratación de trabajadores. En respuesta, en el sector de los supermercados, el recién establecido Sindicato de Trabajadores del Comercio Minorista y de Alimentos Rápidos está tratando de renegociar los antiguos acuerdos laborales, y Sally McManus, recién electa líder del Consejo Australiano de Sindicatos, apoyó sus condiciones.

MIÉRCOLES 29 DE MARZO DE 2017 – COMCOSUR
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4) En África hay tres veces más celulares que inodoros
Busani Bafana (IPS)

El agua y el saneamiento son claves para mantener un buen estado de salud y para el bienestar económico. Sin embargo, el agua y el saneamiento siguen al margen de las prioridades de desarrollo de África, donde su elevado costo y las malas políticas hacen que millones de personas carezcan de agua por cañería y de inodoros.

A pesar de ser signatario de varios acuerdos para garantizar la seguridad hídrica, este continente simplemente no puede pagar la infraestructura necesaria para que todas las personas gocen de ese derecho, explicó el especialista Mike Muller. África subsahariana utiliza menos de cinco por ciento de sus recursos hídricos, pero el costo de llevar el servicio por cañería a toda la ciudadanía puede resultar prohibitivo, indicó Muller, de la Universidad Witwatersand, en Sudáfrica.

La falta de acceso al agua puede contribuir al hambre, a la guerra y a la migración sin control e irregular. “El suministro de agua doméstico es una prioridad política en África y el saneamiento se ha vuelto más importante, pero los servicios cuestan dinero”, precisó. El Consejo Mundial de Agua (WWC, en inglés), fundado en 1996 con más 300 miembros que abogan por la seguridad hídrica, señala que el mundo deberá destinar unos 650.000 millones de dólares al año desde ahora a 2030 para construir la infraestructura necesaria para garantizar la seguridad hídrica universal.

Problemas hídricos todavía son corrientes

Este continente todavía está lejos de gozar de los retornos de sus inversiones en el sector hídrico. Por ejemplo, tiene más ciudadanos con teléfonos móviles que personas con acceso a agua limpia y retretes con saneamiento. Un informe de 2016 publicado por Afrobarometer, una red panafricana de investigación que estudió el acceso a los servicios básicos y la infraestructura en 35 países africanos, concluyó que solo 30 por ciento de los africanos tenían acceso a inodoros y solo 63 por ciento al agua por cañería, pero 93 de ellos tenían servicio de telefonía móvil.

Los gobiernos deben invertir en proyectos hídricos que provean de agua potable a toda la ciudadanía en un mundo donde 800 millones de personas no tienen acceso a ella y donde las enfermedades derivadas del agua contaminada dejan 3,5 millones de personas muertas al año, indicó el WWC en el marco del Día Mundial del Agua, que se celebra este martes 22 bajo el lema: “Aguas residuales, ¿por qué desperdiciar agua?”.

El WWC alertó que la inseguridad hídrica le cuesta a la economía mundial unos 500.000 millones de dólares al año. “Los líderes del mundo se dieron cuenta de que el saneamiento es fundamental para la salud pública, pero debemos actuar ahora para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) seis, “Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos para 2030”, recordó el presidente del WWC, Benedito Braga.

“Necesitamos un compromiso al más alto nivel para garantizar la disponibilidad de recursos de agua limpia en cada pueblo y ciudad del mundo”, acotó. La falta de acceso al agua, alertó Braga, puede contribuir al hambre, a la guerra y a la migración sin control e irregular. “El agua es un ingrediente esencial para el desarrollo social y económico en todos los sectores; asegura que haya suficientes alimentos para todos, provee suficientes suministros de energía estable y asegura el mercado y la estabilidad industrial entre otros beneficios”, indicó.

El mundo no pudo cumplir con la meta de saneamiento para 2015 y quedaron 2.400 millones de personas sin el servicio y la necesidad de invertir en agua y saneamiento, lo que según el WWC dejó alrededor de 4,3 dólares de retorno por cada dólar invertido, al reducir los costos de la salud, precisó.

Riqueza de aguas residuales

Estas son “una combinación de efluentes domésticos compuestos por aguas negras (heces, orina y lodos fecales) y aguas grises (del baño y la cocina), además del agua de establecimientos comerciales y efluentes de instituciones y de la industria y la agricultura”, según la ONU. De acuerdo con el cuarto Informe del Desarrollo Mundial de Agua, actualmente solo 20 por ciento de las aguas servidas son tratadas como corresponde, y eso depende principalmente del ingreso de cada país.

Eso significa que la capacidad de tratamiento es 70 por ciento de las aguas residuales generales en los países de altos ingresos, en comparación con solo ocho por ciento en los de bajos ingresos, según el informe analítico de ONU Agua, Gestión de Aguas Residuales.

“Se necesita de un cambio de paradigma en la política de agua en el mundo no solo para prevenir más daños a los ecosistemas sensibles y al ambiente acuático, sino también para subrayar de que las aguas residuales son un recurso (en términos de agua y también de nutrientes para su uso agrícola), cuya efectiva gestión es esencial para la seguridad futura del agua”, indicó ONU Agua.

Muller precisó que África no puede concentrarse en las aguas residuales sin garantizar primero un servicio de agua potable adecuado. “El foco en las aguas residuales refleja los deseos del mundo rico de reducir la contaminación, proteger el ambiente y vender tecnología”, observó Muller. “Hay grandes ciudades y pueblos, donde el agua ‘usada’ se trata y se reutiliza, en otros, los agricultores periurbanos buscan las aguas no tratadas porque son un valioso fertilizante”, explicó.

“Pero en lugares sin suministro de agua adecuado o sin alcantarillado para llevarse las aguas residuales, su tratamiento todavía no es una prioridad, pues sin suministro de agua potable no pueden haber aguas residuales”, precisó. Según el WWC, alrededor de 90 por ciento de las aguas servidas del mundo se vierten sin tratar al ambiente. Más de 923 millones de personas no tienen acceso a agua potable y 2.400 millones no tienen saneamiento adecuado.

“Casi 40 por ciento de la población mundial ya padece la escasez hídrica, la que podría aumentar a las dos terceras partes de la misma para 2025. Además, alrededor de 700 millones de personas viven en zonas urbanas sin retretes seguros”, indicó el Consejo. Las aguas servidas pueden ser una fuente de líquido vital en tiempos de sequía, en especial para la industria y la agricultura, de nutrientes para el suelo, para la agricultura, acondicionador de suelos y fuente de energía.

Algunas impurezas en las aguas residuales son útiles como fertilizantes orgánicos. Con el tratamiento adecuado, también pueden servir para las pasturas del ganado. “Lograr avances en materia de agua potable es un éxito temporal si no se atienden otros elementos como el saneamiento y la gestión de aguas residuales, en especial en zonas urbanas”, dijo Clever Mafuta, coordinador de GRID-Arendal, a IPS.

“El agua residual termina en fuentes usadas para beber, y si no se la gestiona bien, se pierden los logros en el suministro de agua potable”, añadió Mafuta, cuya organización con sede en Noruega colabora con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). La ONU estima que solo África subsahariana pierde 40.000 millones de horas por año recolectando agua, un año entero de trabajo de la población de Francia.

La Visión de Agua de África para 2025, lanzada por agencias de la ONU y órganos regionales africanos en 2000, identificó al clima extremo y a la variabilidad de las lluvias, la inapropiada gobernanza, los acuerdos institucionales en la gestión de las cuencas y el financiamiento insostenible de las inversiones en agua y saneamiento como amenazas a la escasez de agua en este continente.

Los ministros africanos de área adoptaron la Declaración sobre Saneamiento e Higiene de Ngor, en mayo de 2015 en Senegal, comprometiéndose a ofrecer acceso al saneamiento y eliminar la defecación al aire libre para 2030. Peor es un objetivo todavía lejano. El Consejo de Ministros Africanos sobre Agua desarrolló un sistema de monitoreo e información para el sector de agua y saneamiento.

El secretario ejecutivo, Canisius Kanangire, lo consideró un paso importante para asegurar la gestión efectiva y eficiente de los recursos hídricos del continente y el suministro de un acceso adecuado e igualitario al agua y el saneamiento para todos.

Traducción de Verónica Firme

MIÉRCOLES 29 DE MARZO DE 2017 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) / blog: nuevo.comcosur.org / contacto: comcosur@comcosur.com.uy / Y ahora puedes seguir a Comcosur también en Facebook
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