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LA ETERNA MISERIA DE LAS TRABAJADORAS DE LA MAQUILA

COMCOSUR MUJER

Fundado por Yessie Macchi

AÑO 11 – No. 421 / Miércoles 9 de julio de 2014

COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR

1994 – 19 de junio – 2014

Coordinación y búsqueda: Beatriz Alonso, Cecilia Duffau y Carlos Casares

 

NOTICIAS

 

BRASIL
1) ENCUESTA REVELA QUE LAS MUJERES NEGRAS ESTÁN FUERA DEL CINE NACIONAL

2) MUJERES AMBULANTES EVALÚAN IMPACTO DE LA COPA MUNDIAL

 

MEXICO
1) LA ETERNA MISERIA DE LAS TRABAJADORAS DE LA MAQUILA

2) ¿POR QUÉ INCLUIR LA PROSTITUCIÓN EN EL PIB DE UN PAÍS?

 

SRI LANKA
1) MADRES SOLAS LIBRAN SU BATALLA EN ZONA DE GUERRA

 

TEMAS DE COMCOSUR MUJER

I- PERÚ
   MUJERES POR LA JUSTICIA CLIMÁTICA EN DEFENSA DE LA TIERRA

II – MOVIMIENTO ANTISISTÉMICO OCCUPY WALL STREET
    CECILY MCMILLAN EL DÍA DE SU LIBERACIÓN

 

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BRASIL

 

1) ENCUESTA REVELA QUE LAS MUJERES NEGRAS ESTÁN FUERA DEL CINE NACIONAL

 

 

Las mujeres negras* no están en las pantallas de cine ni detrás de las cámaras. Una encuesta de la Universidad Estadual de Río de Janeiro (Uerj) muestra que las mujeres negras y pardas no figuraron en las películas nacionales de mayor taquilla. A pesar de ser la mayor parte de la población femenina del país (el 51,7%), las negras aparecieron en menos de dos de cada diez largometrajes entre 2002 y 2012. Además, actrices negras y pardas representaron sólo el 4,4% del elenco principal de películas nacionales. En ese período, ninguna de las más de 218 películas nacionales de mayor taquilla tuvo a una mujer negra en la dirección o como guionista.

 

 

Coordinada por el Instituto de Estudios Sociales y Políticos (Iesp) de la Uerj, uno de los más renombrados centros de estudios de ciencia política en América Latina, la encuesta "La Cara del Cine Nacional” sugiere que las producciones para las pantallas no reflejan la realidad del país, ya que el 53% de los brasileros se auto-declara negro o pardo, según el Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE). El prejuicio, de acuerdo con la evaluación de las autoras del estudio, es la influencia de determinados valores sobre la audiencia.

 

 

"Por los datos, la población brasilera es diversa, pero esa diversidad no se transpone a ambientes de poder y con mayor visibilidad”, dijo una de las autoras, la maestranda Marcia Rangel Candido. Agrega que, además de la "total exclusión” en los cargos técnicos, la representación en el elenco está limitada a estereotipos asociados con la pobreza y la criminalidad. "Las mujeres blancas ejercen varios tipos de empleo, son de varias clases sociales, la diversidad es mayor”, destaca.

 

 

La doctoranda Verónica Toste, coautora de la encuesta, dice que la baja representatividad de las mujeres en los puestos más altos del cine (ocupan el 14% de los cargos de dirección y el 26% de los puestos de guionistas entre las películas más vistas), además de la invisibilidad de las negras en el elenco, son distorsiones de la sociedad. "La ausencia de mujeres, principalmente las negras, en esos papeles genera una baja representación y reproduce una visión irreal de Brasil.” De acuerdo con la encuesta, ninguna de las directoras o de las guionistas entre las películas investigadas era negra.

 

 

Para llegar al perfil racial, la encuesta comparó imágenes de 939 actores, 412 guionistas y 226 directores de películas, excluyendo documentales y películas infantiles. "Usamos un modelo de identificación en que el investigador es quien define el grupo racial al que pertenece el sujeto”, aclaró Marcia. En la clasificación, para la comparación, se utilizó una escala de fotos de ocho individuos, del más blanco al más negro, establecida en trabajos científicos anteriores.

 

 

La lista de las películas más vistas en el período es de la Agencia Nacional de Cine (Ancine), organización que, de acuerdo con la evaluación del premiado cineasta negro Joel Zito Araújo, debería tener un papel activo en la promoción de la diversidad en el medio audiovisual. Al evaluar la encuesta del Iesp, dijo que la agencia debe actuar. "Solamente quien gobierna, quien tiene poder de crear políticas públicas, es quien puede crear paradigmas para la nación y resolver esta profunda distorsión”, dijo.

 

 

A pesar de tener la función de fomentar y regular el sector, cuando se le preguntó, la Ancine informó que "no opina sobre el contenido de las películas, elenco o cualquier otro asunto de este tipo”.

 

 

* Se convino llamar "negros” a la suma de los grupos poblacionales negro y pardo, siguiendo la clasificación del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE).

 

 

Adital / COMCOSUR MUJER No. 421 – 9/07/2014

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2) MUJERES AMBULANTES EVALÚAN IMPACTO DE LA COPA MUNDIAL EN SUS CONDICIONES DE VIDA

 

Encuesta entre mujeres brasileras que trabajan como vendedoras ambulantes señala que este grupo espera ampliar las ventas durante la Copa Mundial de Fútbol Fifa 2014 en Brasil, pero cree que el megaevento no es prioridad para el país. El estudio fue realizado por la Casa de la Mujer Trabajadora (Camtra), institución feminista sin fines de lucro, en cooperación con la Fundación Rosa Luxemburgo, integrando las acciones del proyecto "Impactos de los megaeventos en la vida de las mujeres trabajadoras”.

 

 

El relevamiento abordó a las mujeres trabajadoras en sus condiciones de vida y trabajo, específicamente sobre su percepción acerca de los impactos de los megaeventos en sus vidas. Para ello, fueron entrevistadas 120 trabajadoras ambulantes en las calles del centro de la ciudad de Río de Janeiro (62%) y comercios del Centro Comercial de la SAARA (48%), asociación de comerciantes, también en el centro de la capital fluminense.

 

 

En relación con los gastos públicos por el Mundial, sólo el 7% de las mujeres entrevistadas cree que éstas serán inversiones importantes, pues traerán retorno al país, principalmente vinculado al comercio. El 91% cree que no habrá retorno. La mayoría de las trabajadoras defiende que la Copa no debería ser prioridad para el país, el 80% de ellas señala como prioridad la salud y el 62% la educación. Transporte y seguridad figuran a continuación, sumando 17% cada una.

 

 

En relación con la exposición del cuerpo de la mujer en propagandas de la Copa del Mundo, el 27% dice no haber percibido como son retratadas, el 20% afirmó que las mujeres aparecen de manera "normal”, el 7% cree que ellas aparecen como mercaderías y el 5% cree que son explotadas físicamente.

 

 

Las trabajadoras también fueron indagadas acerca de si perciben cambios relacionados con la seguridad pública de la ciudad como consecuencia de la Copa. En total, el 67,5% de ellas respondió que sí. De éstas, el 69% dice sentirse menos seguras. Sobre la represión policial, el 29% afirmó que no hay diferencia, el 21% cree que aumentó. "Sin embargo, muchas de ellas no perciben el aumento de la represión como algo malo, pues la identifican como la forma de lidiar con robos y otros tipos de inseguridad”, destaca el resultado de la encuesta.

 

 

En relación con la violencia contra las mujeres, el 55% cree que la ciudad de Río de Janeiro está más peligrosa para esa parte de la población. Cuando son indagadas si ya sufrieron violencia, el 30% respondió que sí. El otro 70% que negó haber sufrido violencia, el 43% afirmó haber sufrido asedio. "Lo que eleva el número de mujeres que ya sufrió violencia, alcanzando el 70% de las mujeres, y también revela la falta de reconocimiento de las mujeres sobre el asedio como una forma de violencia”, se destaca en el estudio.

 

 

También se discutieron las Unidades de Policía Pacificadoras (UPPs), ya que el 24% de ellas vive en comunidades con presencia de UPPs. El 70% del total de las mujeres entrevistadas cree que las Unidades tienen relación con la Copa. Sin embargo, entre las habitantes de áreas con UPP, ese porcentaje cierra en el 100%. "Revelando una mirada más incrédula entre las habitantes de áreas con UPPs instaladas en relación con esa política”, se evalúa en la encuesta.

 

 

Del total de mujeres que creen que hay relación entre la Copa del Mundo y la UPP, el 28% espera que las Unidades terminen después de la realización del megaevento en Brasil y otro 28% cree que se trata de un proyecto de "maquillaje” sobre la imagen internacional del país. El 24% de las trabajadoras ambulantes cree que no hay relación entre la UPP y la Copa. Esto porque la mayoría cree que esa política ya existía antes y otra parte evalúa como una manera estatal de protección ante el tráfico.

 

Adital / COMCOSUR MUJER No. 421 – 9/07/2014

 

 

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MEXICO
 

1) LA ETERNA MISERIA DE LAS TRABAJADORAS DE LA MAQUILA

 

Miseria de trabajadoras de la maquila las orilla a emigrar

 

La mala calidad de vida de las mujeres salvadoreñas que trabajan en las maquilas, fruto de los bajos salarios y las jornadas extenuantes, hace que muchas se planteen emigrar.

 

Pero la mayoría no lo hace por las dificultades para ahorrar la cantidad que piden los “coyotes” (traficantes de personas): no menos de 4 mil dólares (cerca de 52 mil pesos mexicanos).

 

María Magdalena y Noemí Carolina Monterrosa son hermanas. Viven con su madre, el hijo de Noemí, otra hermana y tres sobrinos en una casa de Santa Cruz Michapa, municipio del departamento de Cuscatlán.

 

Al padre lo mataron en el municipio de Suchitoto, en el mismo departamento, durante la guerra civil hace 28 años. Era patrullero.

 

María Magdalena, la mayor de las hermanas, no tiene ingresos desde hace meses. Nació con una discapacidad física fruto de las complicaciones que padeció su madre durante el parto, y eso, junto con haber pasado 16 años bordando, ha hecho que sus brazos ya no parezcan dispuestos a seguir trabajando.

 

“Se me duermen las manos y bordo algo torcido”, cuenta afligida. Nunca pudo trabajar en la maquila por su discapacidad. Ahora han dejado de encargarle bordados y vive de lo que ganan sus hermanas.

 

María Magdalena quiso emigrar a Estados Unidos hace 10 años. Allá vive un tío que le ofreció pagarle el pasaje para que pudiera llegar. Ella quiso, pero no le concedieron la visa estadounidense.

 

No se plantea viajar de otro modo, ya que dice que su discapacidad no le permitiría resistir el duro viaje por tierra, ni sus obstáculos. Pero las ganas de ir continúan.

 

También su hermana Noemí, de 33 años, desea emigrar al norte. Ella trabajaba en la maquila. Decidió dejarla temporalmente cuando su hijo empezó a tener problemas en la escuela.

 

Los horarios de las fábricas de producción textil hacen prácticamente imposible conciliar la vida laboral con la familiar, con unas jornadas de trabajo extenuantes de hasta 12 horas diarias. Ahora Noemí ayuda a bordar a una amiga.

 

Las maquilas son una de las principales fuentes de inserción laboral en el país centroamericano, principalmente para las mujeres. El sector generó 72 mil 744 empleos directos en 2013, según datos de la Cámara de la Industria Textil y Confección (Camtex).

 

La falta de dinero y de visa retienen a Noemí en su planteamiento de buscar una vida mejor en otro lugar. Tiene claros los peligros de la ruta, no quiere ir por su cuenta y los “coyotes” no piden menos de 4 mil dólares, una cifra difícil de alcanzar para estas mujeres que trabajan en las maquilas textiles de El Salvador o bordando para estas mismas compañías desde sus casas.

 

A Noemí le resulta más difícil ahorrar que cuando trabajaba en la maquila porque en ésta le pagaban cada 15 días.

 

Los datos de Camtex indican que el salario promedio actual del sector es de 344 dólares (cerca de 4 mil 500 pesos mexicanos), aunque la mayoría de ellas no alcanza los 200 dólares (2 mil 600 pesos). El de las bordadoras ronda los 80 dólares (apenas mil 40 pesos mexicanos).

 

Además, la edad productiva en la maquila es muy breve. “Una mujer de 35 que le ha dado todo a la maquila ya no produce lo mismo. Entonces, la desechan. Las opciones para ellas son el trabajo ambulante, el trabajo del hogar remunerado o emigrar”, dice Montserrat Arévalo, vocera de Mujeres Transformando, una organización feminista que vela por los derechos de las mujeres, en especial los de las trabajadoras de la maquila, y tiene a más de 300 agremiadas.

 

El hijo de Noemí está por cumplir siete años de edad. Su padre emigró a EU antes de que naciera. Aún hoy manda remesas de forma ocasional. El 27 por ciento de las mujeres que trabajan en la maquila son madres solteras, según la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa).

 

¿ESPERANZA?

 

Para Arévalo, cerca de la mitad de las mujeres que trabajan en la maquila se plantea emigrar, pero al hablar con ellas parece que esta opción se encuentra sólo en el imaginario de la gran mayoría.

 

Cimacnoticias habló con varias de ellas en una marcha celebrada el pasado 6 de julio en el municipio de Santo Tomás, departamento de San Salvador.

 

Desde las organizaciones que trabajan por los derechos de las trabajadoras de la maquila se reivindica el 5 de julio como Día Nacional de las Trabajadoras de la Maquila como un reconocimiento al aporte de las obreras a la economía nacional, así como en defensa de los derechos laborales de estas trabajadoras.

 

Pese a la fuerza del fenómeno migratorio en El Salvador, son muy pocas las organizaciones civiles que defienden los derechos de las personas migrantes o abordan el tema en sus proyectos y programas.

 

Todo esto contribuye a la invisibilización del fenómeno, lo que repercute en que los derechos de quienes deciden emigrar y de sus familias sean vulnerados con mayor frecuencia, sea más común la impunidad y que cuenten con menos información a la hora de tomar esta decisión o durante el trayecto.

 

Cimacnoticias / COMCOSUR MUJER No. 421 – 9/07/2014

 

 

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2) ¿POR QUÉ INCLUIR LA PROSTITUCIÓN EN EL PIB DE UN PAÍS?

 

En las tres últimas semanas diversos medios de comunicación a nivel internacional han anunciado que el dinero que produce la prostitución, el contrabando y las drogas se contabilizarán en el Producto Interno Bruto (PIB) de los 28 países que conforman la Unión Europea (UE), a partir del próximo 28 de septiembre.

 

De acuerdo con Jesús Rangel, en su reportaje publicado el pasado 6 de julio en Milenio Diario titulado “La prostitución sí, pero mariguana no, en el PIB de México”, explica que el argumento para hacerlo radica en que estas actividades ilícitas, en la mayoría de naciones, disparará el PIB hasta 2.4 por ciento en promedio.

 

Lo que significa que inflará el ingreso per cápita de la población y reducirá los niveles de deuda y déficit públicos de los gobiernos europeos, lo que favorecerá mejores calificaciones para la inversión.

 

Mucho se ha hablado al respecto, sin embargo, no se ha explicado qué es la prostitución.

 

Más allá de lo que se conoce y se ha dicho por siglos como que “es el oficio más antiguo del mundo”, considero que valdría la pena profundizar en qué es y por qué es una actividad que las naciones incluirán en sus cuentas nacionales, para solucionar las crisis financieras que no han logrado resolver ni España, ni el Reino Unido, ni Italia, ni Grecia, etcétera.

 

Para analizar la prostitución se requiere considerar el contexto político, social, económico y cultural.

 

Según Kate Mollet, es una modalidad de explotación, ejercida mediante una actividad histórica y organizada, basada en los roles sexuales… a cambio de un pago inmediato en dinero o bienes que son apropiados en una (mínima) parte por la mujer en situación de explotación de la prostitución y otras formas de explotación sexual, y frecuentemente también por terceros (en su mayor parte) organizados en torno a esta explotación.

 

La prostitución, según el doctor Víctor Carlos Lora, es un negocio que otorga ganancias a un conjunto de intereses y forma parte de una industria socio-económica que incorpora todas las características de explotación social, racista, étnica y sexista.

 

La creencia profunda y generalizada de que los hombres tienen derecho a los favores sexuales de las mujeres, implícita en la sexualidad masculina, es inculcada en hombres y mujeres desde temprana edad.

 

Este (supuesto) derecho y necesidad masculinos, el reconocimiento de la mujer como objeto sexual, la adquisición de los servicios sexuales por dinero, son los factores que perpetúan la prostitución.

 

Este mismo concepto de sexualidad apoya el comportamiento de los proxenetas (“padrotes”), al colocar el control de las mujeres involucradas en la prostitución dentro de los confines de las relaciones de dominación, sometimiento y dependencia.

 

La prostitución pone al descubierto un concepto de sexualidad que privilegia la gratificación masculina, por medio de un acuerdo comercial que se caracteriza por la dominación y control de parte de quien paga (el cliente), para poder acceder y utilizar el cuerpo de una persona (la mujer en situación de prostitución), a su entero gusto.

 

Dado el poder que el dinero otorga al cliente y las relaciones asimétricas entre cliente y la persona prostituida, la prostitución propicia brutalidad y violencia.

 

Entre las distintas modalidades de la prostitución encontramos el turismo sexual, la prostitución para bases militares, la pornografía, la comercialización del sexo a través de internet y los matrimonios por correo, o el pago de la novia, tradición vigente en la mayoría de los pueblos originarios de nuestro país.

 

Así, la prostitución se ha extendido a todos los continentes y forma parte de una vasta industria que comercializa el cuerpo de mujeres y niñas; por eso es un negocio billonario.

 

El panorama empeora al relacionar (aunque algunas personas digan que no hay relación) la prostitución con la trata de personas.

 

La globalización de la economía ha facilitado el contrabando de seres humanos para la comercialización del sexo, para crear una mega industria que mueve más de 17 mil millones de dólares al año. Por eso se requiere, pues, considerar el tema de la trata para comprender las dimensiones y características de la industria sexual en el mundo globalizado.

 

La trata de personas no es exclusivamente para fines de explotación de la prostitución y otras formas de explotación sexual, pues se recurre a este negocio también para la colocación de mujeres o niñas en el trabajo doméstico y otras formas de trabajo forzado, y para el rapto de niñas y niños, o para actividades del crimen organizado, mendicidad forzada y tráfico de órganos, tejidos, componentes y fluidos, inclusive para la trata de vientres de alquiler o maternidad subrogada, etcétera.

 

Pero, sin lugar a dudas, la mayor proporción de este multibillonario negocio ilegal es con fines de venta y colocación de mujeres y niñas en actividades de explotación sexual.

 

Entonces, justo porque las prácticas consumistas actuales facilitan la compra-venta de sexo y de cuerpos de mujeres y niñas como mercancías, y esto produce cantidades billonarias para diversas personas, es que se ha decidido incorporar a la prostitución al PIB de los países europeos.

 

El riesgo latente en esta decisión es que esto pueda abrir camino para que los países decidan legalizar la prostitución, pues ya incluida en el PIB, los gobiernos después pretenderán cobrar impuestos de esta actividad.

 

Lo que conllevará a legalizarla y aumentar la situación de vulnerabilidad de miles de mujeres y niñas que son forzadas a prostituirse. O a ser explotadas, porque la mayor parte de las ganancias nunca son para ellas, siempre hay un proxeneta que controla el dinero adquirido o se lleva la mayor parte de las ganancias por la venta de sus cuerpos.

 

Lo que significa que una vez más se intenta resolver la crisis financiera que azota Europa a través del uso, compra, y venta de los cuerpos y la sexualidad de las mujeres.

 

No olvidemos que las armas y las drogas se venden una vez, pero lamentablemente, los cuerpos de las mujeres y niñas pueden ser vendidos una y mil veces.

 

Aquí la pregunta es ¿por qué incluir la prostitución en el PIB de un país? ¿Acaso la UE se está asumiendo como una instancia proxeneta? Ya Holanda lo viene haciendo desde hace varios años y con eso no ha logrado ni disminuir la explotación sexual infantil, ni la trata de mujeres para atender sus niveles de demanda.

 

*Directora de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC, por sus siglas en inglés).

 

 Cimacnoticias / COMCOSUR MUJER No. 421 – 9/07/2014

 

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SRI LANKA
 

1) MADRES SOLAS LIBRAN SU BATALLA EN ZONA DE GUERRA

 

En esta aldea se ubica uno de los rincones más apartados de la antigua zona de guerra de Sri Lanka. Sus polvorientas calles son casi inaccesibles y carecen de iluminación, las conexiones telefónicas son irregulares y el puesto policial más próximo dista varios kilómetros, cerca del centro del distrito de Mullaitivu, devastado por el conflicto.

 

 

Aquí, a 322 kilómetros al norte de Colombo, incluso los hombres que no padecen ninguna discapacidad temen estar solos en sus hogares. Sin embargo, Sumathi Rajan, de 35 años, sabe que si ella no está en su pequeño comercio por la noche es muy probable que a la mañana siguiente no quede nada en él.

 

Determinada a preservar su única fuente de ingresos, Rajan duerme cada noche en el piso de su local, junto con su hijo de 12 años, pese a que corre el riesgo de que le roben o incluso la violen.

 

“Sé lo que tengo que hacer, sé cómo cuidar de mi hijo y de mí misma”, dijo a IPS esta luchadora madre soltera, parada frente a su humilde negocio.

 

En los últimos cinco años, su vida fue sacudida por la crisis.

 

A comienzos de 2009, cuando el conflicto civil de casi tres décadas en el país dio señales de estar llegando a un sangriento final, Rajan y su familia, que vivían en plena área controlada por los separatistas Tigres para la Liberación de la Patria Tamil, se prepararon para enfrentar un prolongado período de incertidumbre.

 

Las srilankesas jefas de hogar están entre las más resilientes de la ex zona de conflicto

En abril de aquel año, Rajan y su hijo, entonces de apenas siete años, estuvieron entre decenas de miles de civiles tamiles atrapados en un estrecho territorio situado entre el océano Índico y la laguna Nandikadal, sobre la costa nororiental de la isla, mientras los Tigres libraban una sangrienta batalla final contra las fuerzas del gobierno.

Ambos escaparon vivos de los combates, pero sin más posesiones que las ropas que llevaban puestas. Durante los siguientes dos años y medio, su “hogar” fue un enorme campamento de desplazados conocido como Granja Menik, en el norteño distrito de Vavuniya.

 

Cuando la familia finalmente volvió a Valipunam, a fines de 2011, Rajan tuvo que reconstruir su vida de cero.

 

Además de las difíciles decisiones que implicaba su condición de madre soltera, incluso antes de que tuviera que huir de la guerra, Rajan, prestamista, tuvo que volverse más firme con sus clientes a la hora de cobrarles y de sumarles intereses.

 

Actualmente continúa con el negocio, enfrentando muchos de los mismos desafíos que hace tres años. “Cuando alguien no devuelve el dinero en la fecha acordada, voy a su casa a cobrarle”, aseguró.

 

A comienzos de este año, su comercio se benefició de un subsidio de 380 dólares que le concedió el Comité Internacional de la Cruz Roja.

 

“Eso me ayudó a expandir el local”, relató Rajan, mirando con orgullo los estantes con todo tipo de productos, desde legumbres hasta champú. Pero con las nuevas mercaderías se renuevan los temores de robo. La mujer deposita sus magros ahorros mensuales de unos 25 dólares en la cuenta de su hijo, para mantenerlos a resguardo.

 

Historias como la de Rajan no son inusuales en la srilankesa Provincia del Norte, devastada por la guerra y donde entre 40.000 y 55.000 familias encabezadas por mujeres se esfuerzan por ganarse la vida, según agencias humanitarias y de desarrollo apostadas en la región.

 

Una evaluación de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) de junio de 2013 reveló que 40 por ciento de las mujeres -entre unos 467.000 retornados que fueron desplazados durante las últimas etapas de la guerra- todavía se sienten inseguras en sus propios hogares.

 

Además, 25 por ciento de ellas se sienten igualmente vulnerables al salir solas de sus aldeas.

 

La situación es aún peor para las familias lideradas por madres sin pareja. Se estima que los hogares de estas características son 40.000, y que sus hijos son los más vulnerables a los abusos sexuales, según un informe de marzo del Grupo de Promoción de Soluciones Perdurables, una coalición voluntaria de organizaciones y agencias internacionales.

 

Pese a esos problemas, las mujeres jefas de hogar están entre las más resilientes de la antigua zona de conflicto, según trabajadores humanitarios en la región.

 

La guerra de Sri Lanka no terminó para mujeres tamiles

“Estas mujeres tienen mucha fortaleza”, dijo M. S. M. Kamil, director del Departamento de Seguridad Económica de la Cruz Roja, en diálogo con IPS.

Subashini Mellampasi, de 34 años y que cría sola a tres hijos de entre cinco y 14 años, es la prueba viviente. El mayor es sordomudo. Para peor, su esposo la abandonó a ella y a los niños después de que volvieron a su aldea, tras el fin de la guerra.

 

A comienzos de este año, la Cruz Roja le dio fondos para iniciar una pequeña empresa. Ella eligió criar cabras y compró una pequeña manada de una decena de animales. Seis meses más tarde, tiene 40.

 

Luego vendió 10 a unos 700 dólares, dinero que usa para construir una pequeña casa. Cada cabra le da un ingreso de entre 75 y 150 dólares.

Mientras, se ocupa de los demás animales, y cada mañana los ordeña para alimentar con su leche a la familia.

 

De todos modos, como sus ingresos no son estables, también trabaja como limpiadora en la escuela de una aldea cercana, por 4,50 dólares diarios.

 

Ella dice que necesita por lo menos unos 80 dólares mensuales para sobrevivir, pero otras familias señalan por lo menos el doble de esa suma, especialmente las que usan transporte con regularidad.

 

“Hay miles de mujeres que no reciben ninguna clase de asistencia”, dijo Saroja Sivachandran, directora del Centro para las Mujeres y el Desarrollo en Jaffna, capital de la Provincia del Norte, entrevistada por IPS.

 

“Son limitados los programas dirigidos a este sector extremadamente vulnerable. Necesitamos un programa amplio que abarque a toda la provincia y a todas las familias lideradas por mujeres solteras”, agregó.

 

Sin embargo, la ayuda financiera al país se viene reduciendo desde el fin de la guerra. Tres pedidos conjuntos y sucesivos de asistencia en la región reportaron la falta de 430 millones de dólares.

 

Mientras la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) también reduce su trabajo en Sri Lanka, un programa sustancial para las madres solteras es, por ahora, apenas una promesa sobre el papel.

 

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TEMAS DE COMCOSUR MUJER

 

 

I –  PERÚ

      MUJERES POR LA JUSTICIA CLIMÁTICA EN DEFENSA DE LA TIERRA

 

Manifiesto de las mujeres de la CLOC-Vía Campesina Perú en el marco del I Encuentro Nacional de Mujeres por la Justicia Climática en Defensa de la Madre Tierra, hacia la COP20

 

Nuestro continente Abya Yala, destaca por poseer una de las mayores fuentes de biodiversidad, siendo en consecuencia también uno de los más vulnerables a los impactos del Cambio Climático. Este fenómeno está afectando a la flora, fauna y a nuestras poblaciones con especial incidencia en las regiones rurales, andinas, de costa y selva, quienes paradógicamente además son los sectores que cuentan con menores recursos para enfrentar los desastres climáticos y sus impactos en sus propias vidas. Además estas problemáticas generadas a causa del calentamiento global, nos afectan de manera diferente a las mujeres que a los varones, incidiendo especialmente en las mujeres campesinas indígenas que nos dedicamos a la agricultura familiar.

 

En este contexto, el próximo diciembre el Perú acogerá la 20º Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20), en la que 195 naciones tienen el reto de alcanzar consensos vinculantes respecto al Cambio Climático a escala planetaria.

 

Por ello, las mujeres campesinas indígenas y originarias, organizadas en la articulación nacional de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo – Vía Campesina- Perú, procedentes de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (FENMUCARINAP), la Confederación Nacional Agraria (CNA); y la Confederación Campesina del Perú (CCP), nos reunimos del 17 al 19 de Junio, en el Primer Encuentro Nacional de Mujeres por la Justicia Climática en Defensa de la Madre Tierra, hacia la COP20, y como resultado de nuestro trabajo, elevamos nuestras voces manifestando lo siguiente:

 

– Nosotras las mujeres del campo y la ciudad, denunciamos que el Cambio Climático es consecuencia de un orden mundial patriarcal y un modelo productivo de consumo mercantilista y depredador que prioriza el crecimiento ecónomico en base a actividades industriales que provocan el calentamiento global; por ello el Cambio Clímatico no es solo un problema ambiental, es sobre todo un problema social y político.

 

– Esta alteración del clima en nuestros países afecta de manera directa a nuestras actividades primarias productivas basadas en la agricultura y ganadería, generando una sobrecarga de actividades domésticas y laborales que vulneran nuestra salud y agreden nuestros cuerpos. El acarreo de agua, el trabajo para salvar nuestras cocechas y animales, ya sea de sequías o inundaciones, el enfrentar inclemencias del tiempo, ha cambiando mucho la vida de las mujeres, principalmente en la alimentación de nuestras familias.

 

– Nosotras guardianas de la biodiversidad y las semillas de nuestros pueblos, somos las principales afectadas por el uso de agrotóxicos y otras sustancias químicas utilizadas por las grandes industrias, los cuales contaminan nuestros alimentos y nuestra tierra afectando la riqueza natural de nuestros territorios.

 

– La crisis climática se acompaña de una crisis de valores a escala global que afecta a nuestro modo de relacionarnos y por sobre todo afecta a nuestra Madre Tierra, mercantilizando nuestros recursos naturales y poniendo en peligro nuestra sostenibilidad y la de las generaciones venideras.

 

 

 

En este sentido, como mujeres campesinas, indígenas, asalariadas y artesanas planteamos dos frentes de lucha frente a las consecuencias del cambio climático en nuestras vidas:

 

1. A nivel nacional destacando 5 ejes de acción, en los que reclamamos lo siguiente:

 

Incidencia Política

– Acceso a la tierra, al agua y al territorio para las mujeres, una redistribución real de la tierra donde seamos sujetas activas y propietarias efectivas de nuestros territorios. Este reconocimiento es indispensable para poder enfrentar los efectos que el cambio climático genera sobre nuestras vidas.

 

 

 

– La protección de nuestras semillas ancestrales y biodiversidad, las cuales son parte de nuestra identidad cultural y conocimiento originario respetuoso con nuestra Madre Tierra.

 

– Presencia imprescindible en los espacios de decisión política, así como fortalecer nuestra influencia real en los espacios de toma de decisión a nivel, local, regional y nacional, haciendo valer nuestro derecho a participar por igual en la gobernanza democrática.

 

– El cumplimiento de leyes y normativas por parte de los poderes públicos, ante un sistemático incumplimiento y falta de implementación de las mismas en contra de nuestros derechos y oportunidades, como la Ley 28983, Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, así como la Ley N° 29785, Ley del derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas u originarios, reconocido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

 

– El fortalecimiento y visibilización del trabajo que realizamos las organizaciones de mujeres, a favor de una modelo de desarrollo que prima la vida y los valores humanos ante todo.

 

Salud

– Protección al territorio de nuestros cuerpos favoreciendo nuestro autocuidado, eliminando cualquier tipo de violencia que nos dañe física o emocionalmente.

 

– Acceso a seguros de salud sin exclusión ni discriminación, acceso a recursos de agua y saneamiento seguros y a una alimentación sana y saludable.

 

– Reconocimiento de la medicina tradicional y nuestras prácticas culturales en salud.

 

Trabajo

– Reconocimiento y visibilización del aporte económico, social y cultural de las mujeres del campo y de la ciudad en los mercados locales, nacionales e internacionales de producción, dando valor agregado a nuestros productos.

 

– Valorización de las prácticas tradicionales, saberes originarios y ancestrales, que mitigan los efectos del cambio climático sobre nuestra Madre Tierra.

 

– Presupuestos que prevengan y mitiguen los efectos causados por los fenómenos naturales producidos a consecuencia del Cambio Climático para la pequeña agricultura y ganadería.

 

– Acceso a capacitación técnica a productoras rurales para la adaptación al cambio climático, así como tener acceso a nuevas tecnologías e investigaciones que pueda mitigar el CC en nuestras comunidades.

 

– Sistema Nacional Agrario incluyente que contemple seguros agrarios y acceso a crédito para las productoras y campesinas, así como un trabajo digno y salario justo para las trabajadoras del campo.

 

– Acceso para nuestras hijas e hijos a oportunidades laborales con derechos, para evitar así la migración forzada de muchos de ellas y ellos a las ciudades.

 

Educación

– Promover la incorporación en la currícula educativa de la realidad del cambio climático como amenaza para nuestra generación y las futuras venideras, en busca sensibilizar a nuestros hijos e hijas del respeto el cuidado al ambiente.

 

– Favorecer el acceso de las mujeres a la información y conocimiento para el efectivo uso y disfrute de nuestros derechos.

 

– Uso del lenguaje inclusivo e intercultural en todos los espacios educativos y de socialización.

 

Soberanía Alimentaria

– Aprobación de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria Nutricional.

 

– Aprobación de la Ley Marco para la gestión del Cambio Climático (Proyecto de Ley Nª 3356/2013-CR), así como políticas públicas que incorporen el enfoque de género e interculturalidad frente al cambio climático con designación de presupuestos especiales en este ámbito.

 

– Promoción de un modelo agropecuario campesino e indígena sostenible y orgánico que mejore la calidad de vida de nuestro territorio, libre de agrotóxicos y transgénicos.

 

– Respeto a nuestra autodeterminación sobre los que producimos y comemos

 

2. A nivel global

 

– Rechazamos enérgicamente “falsas soluciones” al calentamiento global. Las negociaciones climáticas se han convertido en un gran mercado, donde se han creado herramientas y mecanismos para limpiar la imagen de los países más contaminantes y sus empresas como con los “Mecanismos para un Desarrollo Limpio” (MDL) o los REDD (Reducción de las Emisiones por Deforestación y Degradación), herramientas que permiten que el sistema capitalista siga consumiendo los recursos naturales, nuestros bienes comunes de toda la humanidad.

 

– Exigimos a los gobiernos de los países del Sur que se nieguen a implementar estas falsas soluciones y promuevan y den apoyo a la agricultura campesina sostenible, orientando la producción hacia los mercados internos, estableciendo políticas de ahorro de energía efectivas por parte de la industria.

 

– Afirmamos que la agricultura campesina contribuye positivamente al equilibrio de carbono del planeta, incrementa la biodiversidad, recupera la materia orgánica del suelo, sustituye la producción industrial de carne por una producción diversificada a pequeña escala, expandir los mercados locales, parar la deforestación y hacer un manejo integral del bosque por lo que consideramos es la mejor manera de luchar contra el hambre, la desnutrición y la crisis alimentaria actual.

 

– Exigimos a escala global el pleno derecho a la tierra y la recuperación de los territorios en especial por parte de las mujeres, la soberanía alimentaria de todos los pueblos, el acceso al agua como bien social y derecho humano, el derecho a usar, conservar e intercambiar libremente nuestras semillas, y el fomento a los mercados locales favoreciendo un consumo más responsable y sostenible con nuestra Madre Tierra.

 

Por todo ello nosotras las mujeres campesinas e indígenas pensamos que ante la amenaza de la crisis climática este es un momento estratégico para la construcción de modelos más justos y equitativos, donde la acción sea por y para las personas, promoviendo la autodeterminación de los pueblos, el Buen Vivir y la equidad de género como bases reales para el cambio.

 

Es por esto que como representantes, lideresas, hacemos un llamado a todas nuestras organizaciones, a nuestros aliados, a nuestras hermanas y hermanos en la lucha y a todas las personas comprometidas con un futuro mejor, a participar en la próxima Cumbre de los Pueblos que tendrá lugar en el mes de diciembre en Lima, paralela a la Cumbre Oficial COP20 y alzar conjuntamente una sola voz en un espacio de construcción y movilización colectiva

 

Nosotras y nosotros mujeres campesinas, indígenas y originarias del Perú en lucha en defensa de la justicia climática, la agricultura sostenible, la soberanía almentaria, contra la mercantilización de los bienes comunes y en defensa de los derechos de Nuestra Madre Tierra.

 

¡Las mujeres campesinas, indígenas, originarias del Perú tenemos propuestas para enfrentar al cambio climático!

 

¡Nosotras campesinas e indígenas alimentamos al mundo y enfriamos el planeta!

 

¡Mujeres campesinas e indígenas del mundo en defensa de Nuestra Madre Tierra por la Soberanía Alimentaria y la Autodeterminación de nuestros Pueblos!

Vía campesina / COMCOSUR MUJER No. 421- 09/07/2014

 

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2) MUJERES AMBULANTES EVALÚAN IMPACTO DE LA COPA MUNDIAL

Encuesta entre mujeres brasileras que trabajan como vendedoras ambulantes señala que este grupo espera ampliar las ventas durante la Copa Mundial de Fútbol Fifa 2014 en Brasil, pero cree que el megaevento no es prioridad para el país. El estudio fue realizado por la Casa de la Mujer Trabajadora (Camtra), institución feminista sin fines de lucro, en cooperación con la Fundación Rosa Luxemburgo, integrando las acciones del proyecto "Impactos de los megaeventos en la vida de las mujeres trabajadoras”.

 

 

El relevamiento abordó a las mujeres trabajadoras en sus condiciones de vida y trabajo, específicamente sobre su percepción acerca de los impactos de los megaeventos en sus vidas. Para ello, fueron entrevistadas 120 trabajadoras ambulantes en las calles del centro de la ciudad de Río de Janeiro (62%) y comercios del Centro Comercial de la SAARA (48%), asociación de comerciantes, también en el centro de la capital fluminense.

 

 

En relación con los gastos públicos por el Mundial, sólo el 7% de las mujeres entrevistadas cree que éstas serán inversiones importantes, pues traerán retorno al país, principalmente vinculado al comercio. El 91% cree que no habrá retorno. La mayoría de las trabajadoras defiende que la Copa no debería ser prioridad para el país, el 80% de ellas señala como prioridad la salud y el 62% la educación. Transporte y seguridad figuran a continuación, sumando 17% cada una.

 

 

En relación con la exposición del cuerpo de la mujer en propagandas de la Copa del Mundo, el 27% dice no haber percibido como son retratadas, el 20% afirmó que las mujeres aparecen de manera "normal”, el 7% cree que ellas aparecen como mercaderías y el 5% cree que son explotadas físicamente.

 

 

Las trabajadoras también fueron indagadas acerca de si perciben cambios relacionados con la seguridad pública de la ciudad como consecuencia de la Copa. En total, el 67,5% de ellas respondió que sí. De éstas, el 69% dice sentirse menos seguras. Sobre la represión policial, el 29% afirmó que no hay diferencia, el 21% cree que aumentó. "Sin embargo, muchas de ellas no perciben el aumento de la represión como algo malo, pues la identifican como la forma de lidiar con robos y otros tipos de inseguridad”, destaca el resultado de la encuesta.

 

 

En relación con la violencia contra las mujeres, el 55% cree que la ciudad de Río de Janeiro está más peligrosa para esa parte de la población. Cuando son indagadas si ya sufrieron violencia, el 30% respondió que sí. El otro 70% que negó haber sufrido violencia, el 43% afirmó haber sufrido asedio. "Lo que eleva el número de mujeres que ya sufrió violencia, alcanzando el 70% de las mujeres, y también revela la falta de reconocimiento de las mujeres sobre el asedio como una forma de violencia”, se destaca en el estudio.

 

 

También se discutieron las Unidades de Policía Pacificadoras (UPPs), ya que el 24% de ellas vive en comunidades con presencia de UPPs. El 70% del total de las mujeres entrevistadas cree que las Unidades tienen relación con la Copa. Sin embargo, entre las habitantes de áreas con UPP, ese porcentaje cierra en el 100%. "Revelando una mirada más incrédula entre las habitantes de áreas con UPPs instaladas en relación con esa política”, se evalúa en la encuesta.

 

 

Del total de mujeres que creen que hay relación entre la Copa del Mundo y la UPP, el 28% espera que las Unidades terminen después de la realización del megaevento en Brasil y otro 28% cree que se trata de un proyecto de "maquillaje” sobre la imagen internacional del país. El 24% de las trabajadoras ambulantes cree que no hay relación entre la UPP y la Copa. Esto porque la mayoría cree que esa política ya existía antes y otra parte evalúa como una manera estatal de protección ante el tráfico.

 

 

Traducción: Daniel Barrantes – barrantes.daniel@gmail.com

II – MOVIMIENTO ANTISISTÉMICO OCCUPY WALL STREET
    CECILY MCMILLAN EL DÍA DE SU LIBERACIÓN

 

 

Palabras de Cecily McMillan, activista del movimiento antisistémico Occupy Wall Street, el día de su liberación

 

Hace cincuenta y nueve días, los gobiernos municipal y estatal de Nueva York me etiquetaron como criminal. Los millonarios y multimillonarios —que tenían un interés personal en silenciar una protesta pacífica sobre las crecientes desigualdades en Estados Unidos—, coaccionaron el sistema de justicia, manipularon las pruebas y de pronto me convertí en una persona peligrosa y diferente de los ciudadanos que respetan la ley.

 

El 5 de mayo, el jurado deliberó sobre su veredicto, el juez me consideró indeseable y los oficiales me hicieron cruzar ese puente [el puente de la isla-reclusorio] y me encerraron ahí. Desde el exterior, pasé mi tiempo en cautiverio luchando por libertad y derechos. Desde dentro, descubrí un mundo donde palabras como libertad y derecho, en primer lugar, ni siquiera existen. Entre ahí con un movimiento y salgo de ahí como representante de otro. Ese puente que está ahí, que divide a la ciudad de la isla Rikers, divide a dos mundos: hoy, espero unirlos más. Al cruzar de vuelta, tengo un mensaje para ustedes de varias ciudadanas preocupadas, que actualmente están cumpliendo condena en el Centro Rose M. Singer. 

 

Se supone que el encarcelamiento es para prevenir el crimen. Se supone que es para castigarnos y después devolvernos al mundo exterior listos para empezar de nuevo. El mundo que yo vi en Rikers no está preocupado por eso. Muchas de las tácticas empleadas están dirigidas a una simple deshumanización. Con el interés de hacer que la instalación recupere su misión y restaure dignidad a sus internas, nosotras, las mujeres de Rikers, tenemos varias demandas que harán más funcional este sistema. Éstas fueron elaboradas colectivamente para que yo las leyera ante ustedes hoy.

    

Antes que nada, exigimos que se nos proporcione atención médica adecuada, segura y puntual en todo momento. Eso desde luego incluye servicios de atención a la salud mental y la posibilidad de solicitar doctoras mujeres en todo momento, si así lo deseamos, para nuestra seguridad y comodidad. Muchas veces tenemos que esperar hasta 12 horas al día para una simple consulta clínica, y a veces entre 12 horas y una semana completa antes de poder consultar a un doctor.

 

Las mujeres de Rikers tienen una especial urgencia respecto a esta demanda debido en particular a un suceso reciente. Hace como una semana, nuestra amiga Judith murió como resultado de una inadecuada atención médica. Judith llevaba un tiempo en esta prisión pero no fue trasladada a nuestro dormitorio 4 Este A —donde yo fui alojada— sino hasta unos días antes de su muerte. Hacía poco había estado en la enfermería por un problema en la espalda y se le había recetado durante algún tiempo pastillas de metadona. Pocos días antes de morir, decidieron cambiarle la medicina por líquido, a pesar de que ella se negaba. Le dieron una dosis de 190 mg., lo que cualquier doctor puede decir que es una dosis peligrosa, mucho más alta de lo que cualquiera debe estar tomando, a menos que se trate de una grave emergencia. No se le permitió a Judith rechazar la medicina o visitar la clínica para que le ajustaran la dosis. 

 

A los tres días de tomar esa dosis, Judith ya no pudo recordar quién era ni dónde estaba, y había empezado a toser sangre junto con algo que nosotras pensamos que eran pedazos de su hígado. Tratamos de conseguirle tratamiento médico el día entero y no lo logramos; en cierto momento se nos dijo que “no era una emergencia”, pese al hecho de que Judith estaba cubierta de sangre. En la noche por fin se la llevaron al hospital, donde estuvo en condiciones críticas antes de morir, unos cuantos días más tarde. Éste fue un caso claro de negligencia médica, tanto por la dosis ridículamente alta de metadona como por haberle negado un tratamiento adecuado. Historias como ésta son demasiado comunes en Rikers Island, y exigimos que  ya no más compañeras nuestras sucumban a la enfermedad como consecuencia de una inadecuada atención médica.

 

Nuestra siguiente demanda es que los oficiales de las correccionales estén obligados a apegarse en todo momento al protocolo que tienen, y que en cierto momento, pronto, ese protocolo sea examinado para asegurar que todas las reglas y procedimientos sean en el mejor interés de los internos. También exigimos tener una vía clara y directa de presentar una queja que sea tomada seriamente y examinada completamente, para que los oficiales puedan ser adecuadamente sancionados y apartados del área rápidamente cuando abusan de nosotras o nos ponen en peligro.

 

Recientemente, mi amiga Alejandra fue a presentar una queja porque se le negó el acceso al tratamiento médico por una concusión hasta que una mañana se despertó sin poderse mover. Cuando vio a la capitana después de haber tramitado la queja, le presentaron una hoja diferente con una queja diferente de la que había entregado y fue obligada a firmarla. Las internas deberían poder confiar que estas situaciones ya no serán motivo de preocupación y que nuestra seguridad y dignidad serán respetadas por los encargados de supervisarnos. Hay un protocolo claro ya establecido en el manual del interno para los oficiales, pero pocas veces lo siguen. Los oficiales tienen permitido componer las reglas sobre la marcha y salirse con la suya, cosa que encontramos inaceptable. 

 

Nuestra última demanda es que se nos proporcionen servicios de rehabilitación y educación que nos ayuden a curar nuestras adicciones y a adquirir nuevas aptitudes, y que nos facilitarían mucho más ajustarnos al exterior y conseguir empleo cuando seamos liberadas. Especialmente para nuestra educación quisiéramos tener acceso a clases para pasar la prueba de Desarrollo Educativo General (GED), de mantenimiento, y de manejo básico de computadoras, acceso a una biblioteca, y clases de inglés para quienes están tratando de aprender el idioma. Pensamos que añadir estos programas nos ayudaría considerablemente a prepararnos para salir y reingresar al mundo, lo que disminuiría los índices de encarcelamiento.

 

Asimismo, tenemos la firme impresión de que Rikers Island necesita tener mucho mejores programas de rehabilitación de drogas. Muchas mujeres que llegan aquí son adictas y muchas son encarceladas porque son adictas. Parece que ése es el aspecto al que se debe la mayor tasa de reingresos a la cárcel. Probablemente es el resultado directo del fracaso de los escasos programas que nos dan. Por lo tanto, parece lógico que se brinden programas serios y eficaces de rehabilitación de drogas a quienes los necesitan, asumiendo que al Departamento de Correccionales le gustaría ayudar a trabajar para lograr una sociedad mejor y más saludable y mantener fuera de la cárcel a la mayor cantidad posible de personas.

 

Trabajar con mis hermanas para organizar un cambio en los confines de la cárcel ha fortalecido mi creencia en una democracia participativa y en la acción colectiva. Es para mí una inspiración la resistencia de la comunidad que he encontrado en un sistema que está amañado en contra nuestra.       La única diferencia entre la ciudadanía a la que llamamos “respetuosa de la ley” y las mujeres con las que cumplí mi tiempo de sentencia es la desigualdad en el acceso a los recursos. Al cruzar el puente me veo obligada a mirar atrás y reconocer que estos dos mundos no están divididos. El tribunal de justicia me mandó aquí para atemorizarme a mí y  a otros y silenciar nuestra inconformidad, pero tengo el orgullo de salir diciendo que el 99% está, de hecho, más fuerte que nunca. Continuaremos luchando hasta que ganemos todos los derechos que nos merecemos como ciudadanos en esta tierra.”

 

Cecily McMillan/ Rikers Island, NYC/Enviado por Nino de Negri
COMCOSUR MUJER No. 421 – 9/07/2014

 

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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre

(Tomado del libro A campo traviesa. Los caminos de Mario Costa)

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