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MARCHAS CONTRA LA IMPUNIDAD

1) URUGUAY – MARCHA POR EL FIN DE LA IMPUNIDAD – 2) HONDURAS – MARCHA POR EL FIN DE LA IMPUNIDAD – 3) PERÚ – A 29 AÑOS DEL GENOCIDIO DE LOS PENALES – 4) CHILE – EL BUEN VIVIR DE LA CULTURA MAPUCHE- 5) KENIA – DEFENDIENDO EL PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD – COMCOSUR INFORMA AÑO 15 – No. 1649 – martes 30 de junio de 2015 / Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Colaboran: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín); Eduardo Abeleira, Claudia Korol y Mauricio D’ambrouso (Buenos Aires); Carlos O. Catalogne (Florianópolis) y Jorge Rossi Rebufello (Maceió); Kintto Lucas (Quito); Ramón Haniotis (Amsterdam); Itzel Ibargoyen (México DF); Sergio Ferrari (Berna); Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis)
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La patria que construimos es una donde quepan todos los pueblos y sus lenguas, que todos los pasos la caminen, que todos la rían, que la amanezcan todos. SUB COMANDANTE MARCOS
Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara. RADIO VENCEREMOS
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1) TODAVÍA ACÁ
Organizaciones sociales, sindicales y estudiantiles recordaron los 42 años del golpe de Estado exigiendo la renuncia de Fernández Huidobro.
Azul Cordo (La Diaria)

El aire pesado y húmedo, extraño para respirar a fines de junio, envolvió a cientos de personas que en la tarde del sábado marcharon desde el Hospital de Clínicas hasta la sede del Ministerio de Defensa Nacional (MDN) bajo la consigna “Fuera Huidobro. ¡Queremos Justicia!”. Convocó la Coordinadora Veintisietedejunio, que aunó a Plenaria Memoria y Justicia, el Frente de Participación Estudiantil, Asamblea Popular, el Partido Comunista Revolucionario, el Sindicato Único de Automóviles con Taxímetro y Telefonistas, la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay y la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria (ADES), entre otras organizaciones sociales y manifestantes independientes, con la adhesión de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay.

Decidieron movilizarse en el 42° aniversario del golpe de Estado en Uruguay, para recordar la resistencia al terrorismo de Estado mediante la Huelga General, exigir la renuncia del ministro de Defensa Nacional, Eleuterio Fernández Huidobro, y reclamar cambios “en el rumbo de las políticas de derechos humanos”.

“Estamos contra la impunidad de los más de 500 represores que siguen sueltos en nuestras calles, estamos contra la excarcelación de [José] Gavazzo y los privilegios de los que gozan los torturadores de la reclusión VIP. Estamos denunciando las obstaculizaciones (o la inoperancia) de las autoridades con respecto a las investigaciones y políticas de derechos humanos, donde el ministro de Defensa ha sido el principal responsable”, sostenía la convocatoria.

“Queremos rescatar el 27 de junio como un día de lucha; saber qué pasó y dónde están los compañeros desaparecidos, y hacer justicia con responsables militares y civiles”, puntualizó Claudio Álvarez, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de ADES-Montevideo, a la diaria. Criticó que “muchos militares acusados de delitos de lesa humanidad sigan en funciones, o que sean ascendidos sin pasar por un proceso de investigación seria; que no se investiguen las denuncias que hacen las organizaciones de derechos humanos; y que se refuercen ‘fichajes’ de luchadores sociales por medio del programa de vigilancia El Guardián o mediante infiltraciones en movilizaciones docentes”, acciones que calificó como “continuidades del terrorismo de Estado”.

Como una trinchera

Frente al Hospital de Clínicas se recordó “la atención que recibieron muchos compañeros heridos durante la resistencia al golpe de Estado”. La marcha continuó por la avenida Garibaldi, al grito de “¡No queremos más fachos! ¡No queremos milicos!”, hasta el local de la Asociacion de Funcionarios del CASMU, en cuyo fondo funcionó un berretín, un “refugio solidario” donde se dio resguardo a militantes “sin preguntar su pertenencia política”. Los pasos lentos avanzaron hacia 8 de Octubre mientras la coordinación vociferaba desde el parlante que “la memoria histórica no desaparece: se hace desde la lucha”.

Siete policías con cascos y escudos, parados en el predio del MDN, observaban la movilización que finalizaba. Sobre la valla amarilla instalada delante de las rejas del lugar se colgaron más carteles con fotos de desaparecidos y trapos con leyendas dirigidas al ex presidente José Mujica (“Pepe: no hay pobres viejitos. Hay milicos asesinos”). En el asfalto, un grafiti sellaba: “Huidobro traidor. Retiren tropas mercenarias de Haití”.

Frente al MDN se emplaza el Liceo 8. La proclama recordó a Santiago Rodríguez Muela, estudiante de ese centro asesinado por una patota que el 11 de agosto de 1972 ingresó al local para interrumpir una asamblea. En la figura de este joven los manifestantes homenajearon “a todos los estudiantes que resistieron al despotismo y lucharon por un mundo mejor”. “Nuestros jóvenes siguen luchando. Hoy empuñan las armas de la solidaridad”, expresaron.

COMCOSUR INFORMA Nº 1648 – 25/06/2015
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2) PUEBLO HONDUREÑO EXIGE EL FIN DE LA IMPUNIDAD Y CASTIGO PARA LOS CORRUPTOS
Giorgio Trucchi (Alai)

Cincuenta o cien mil, posiblemente más. Difícil saber con exactitud cuántos hondureños y hondureñas atendieron esta nueva convocatoria de la denominada “Oposición Indignada”, llenando por cuarta vez (algunos dicen quinta) las calles de la capital y de otras ciudades del país.

Exigen, como lo vienen haciendo desde hace casi dos meses, la instalación inmediata de una Comisión internacional contra la impunidad en Honduras (CICIH) y que el Congreso inicie un juicio político contra aquellos funcionarios públicos -incluyendo al presidente Juan Orlando Hernández- responsables del desfalco y la quiebra de la Seguridad Social. Paralelamente, rechazan un supuesto diálogo nacional convocado por el presidente Hernández en Casa Presidencial, aduciendo que se trata de un monólogo entre los mismos actores -públicos y privados- corresponsables de la grave situación que está hundiendo al país en la miseria, la violencia, la falta de institucionalidad, la corrupción y la impunidad.

En Tegucigalpa miles de antorchas acompañaron a este pueblo indignado, alumbrando el camino hasta llegar en las inmediaciones de la Casa Presidencial, donde ocho jóvenes hondureños se han sumado a una huelga de hambre indefinida. Cinco personas más tomaron la misma decisión en San Pedro Sula. Cobijados por la bandera hondureña, los jóvenes indignados brindaron su testimonio. Cuatro de ellos siguen encerrados detrás de unas oprobiosas vallas metálicas puestas irracionalmente por las fuerzas militares y policiales que resguardan el lugar.

Sentados en pequeñas sillas, con el cuerpo debilitado tras haber cumplido cuatro días ingiriendo solamente agua con miel, demostraron su valentía y su firme intención de seguir adelante. Atrás de ellos cientos de militares y policías, amenazando represión y violencia. Impresionante una fotografía divulgada la tarde de ayer, que mostraba el parqueo de la Casa Presidencial repleto de efectivos y cuerpos especiales del ejército y la policía nacional fuertemente armados, tanquetas blindadas y camiones antidisturbios lanza-agua.

Opresión burda, Fuerza bruta

“Aquí tenemos un pueblo que clama por la justicia, el respeto a la institucionalidad, que exige castigo para los corruptos y el fin de la impunidad. Por el contrario, detrás de mí, está un despliegue militar y policial impresionante y ridículo al mismo tiempo. Es el ejemplo claro de la dictadura que estamos viviendo. Desde que nos instalamos hemos venido sufriendo las provocaciones y el acoso constante de militares y policías. Pero no importa. Esta lucha es del pueblo, y hoy este pueblo está acá solidarizándose con nosotros.

Esto nos motiva a seguir adelante, aunque físicamente agotemos nuestras fuerzas, nuestro espíritu se fortalece, porque sabemos que somos parte de un pueblo digno, que lo único que sueña es con una mejor Honduras”, dijo Darwin González, vocero del Movimiento de los Indignados de Honduras, a la LINyM. Esta situación de violación clara y reiterada de los derechos humanos de los huelguistas y sus acompañantes fue constatada y denunciada por diferentes organizaciones de derechos humanos, cuyos representantes son los únicos que tienen acceso al lugar.

“A la cooperación internacional pedimos que no sigan financiando a estas instituciones corruptas. ¿A qué sirve financiar programas o traer dinero, si al final queda en los bolsillos de los corruptos? “Mientras que el pueblo es cada día más pobre, no tiene trabajo, ni acceso a la salud y a la educación, y vive una situación de constante inseguridad. “Háganlo a través de organismos transparentes, pero no a través de este gobierno corrupto”, alertó Miguel Briceño, que ha llegado a su quinto día de huelga de hambre, durante una entrevista con una organización humanitaria danesa.

“No queremos diálogo farsa”. “Queremos una CICIH”

Ariel Varela, otro de los huelguistas, confirmó que la denominada “Oposición Indignada” no quiere un diálogo con este gobierno, y que está terminando de preparar una propuesta técnica que será presentada ante las Naciones Unidas para que se instale una CICIH, con plenos poderes de investigación y judicialización. “Tanto el supuesto diálogo, que no es otra cosa que un monologo entre los cómplices en actos de corrupción, como esta excesiva militarización del lugar, y el mal trato que nos están dando, son una demostración de la debilidad de este gobierno.

Vamos hasta las últimas consecuencias y de aquí no nos vamos a mover. Estamos firmes en nuestra convicción y tenemos el respaldo de este pueblo digno”, dijo Germán Enrique Ayala, otro joven en huelga de hambre. Este domingo 28 de junio, sexto aniversario del golpe que en 2009 derrocó al presidente Manuel Zelaya, el pueblo hondureño volverá nuevamente a la calle para recordar y denunciar la ruptura brutal del hilo constitucional.

Para muchos, la difícil situación que hoy en día vive Honduras es la consecuencia directa de aquellos trágicos eventos de 2009, que dejaron una institucionalidad hecha pedazos y reposicionaron a los grupos de poder, o grupos fácticos, que siguen dominando la política y la economía hondureña.

COMCOSUR INFORMA Nº 1648 – 25/06/2015
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3) PERÚ
A 29 AÑOS DEL GENOCIDIO DE LOS PENALES
Gustavo Espinoza M. (Rebelión)

Es claro que Alan García afronta en el Perú problemas de credibilidad. Presidió, entre 1985 y 1990 un gobierno que no solamente fue el símbolo de la corrupción en su tiempo, sino que, además, ejemplificó la barbarie. Esto, hay que tomarlo en cuenta considerando no sólo el conjunto de hechos atroces que se consumaron bajo su gestión, sino también el más reciente recuerdo del genocidio de los Penales, ocurrido entre el 18 y el 19 de junio de 1986, es decir, hace 29 años. Estamos ante un aniversario de sangre en la conciencia, y el recuerdo, de millones de peruanos.

Los responsables de este hecho horrendo, que dejara como estela alrededor de 300 muertos, arguyeron siempre que esa fue la “respuesta del Estado” ante un motín carcelario. No obstante, la verdad se abrió paso pronto, y demostró que esa acción fue un operativo de exterminio de personas, muchas de las cuales eran inocente, y que habían sido privadas de su libertad por la perfidia del régimen y la despiadada iniquidad de la legislación antiterrorista entonces vigente.

Evoquemos brevemente los hechos: el 18 de junio de 1986, en las primeras horas de la mañana, un grupo presos confinados en la Colonia Penal de El Frontón -el Centro Penitenciario San Juan Bautista-, expresó su protesta por las condiciones inhumanas a las que se hallaban sometidos. Como un modo de fortalecer su reclamo, tomó de rehén a un trabajador del Instituto Nacional Penitenciario -el que se hallaba más cerca de ellos- y demandó atención a sus exigencias.

En consonancia con este hecho que afectó a casi 200 personas, en el “Pabellón Industrial” del Centro de Reclusión de Lurigancho -el CRAS de San Pedro- 124 detenidos iniciaron una demanda similar; y en el Centro Penitenciario de Mujeres del Callao -“Santa Bárbara”- sucedió algo similar que, sin embargo, no alcanzó significativas dimensiones.

La preocupación del gobierno se circunscribió, entonces, a los sucesos ocurridos en El Frontón y Lurigancho, que fueron inmediatamente declarados “Zona Militar Restringida”, para evitar la presencia de periodistas, abogados, familiares de los reos, y aún parlamentarios.

En esas horas dramáticas, varios diputados de Izquierda Unida y no pocos periodistas, buscamos inútilmente acceso al CRAS pero fue imposible: Unidades Militares bloquearon todas las vías. Hacia El Frontón, la cosa fue aún más difícil: era una isla, a la que solo era posible acceder por vía marítima.

En el caso del Lurigancho la autoridad fue adjudicada a destacamentos especiales de la Guardia Republicana al mando del Coronel Rolando Cabezas. Ante la presencia intimidatoria de sus efectivos, los encarcelados simplemente se “rindieron”. Bien pudo allí terminar el hecho, y ser considerado como un episodio anecdótico en la vida del centro penitenciario.

Esa no era la voluntad de los representantes del Estado imbuidos de Poder. Hicieron salir uno por uno a los 124 reclusos rendidos, los hincaron de rodillas ante la tierra colindante con el Pabellón atacado y, a cada uno de ellos, le dispararon un balazo en la nuca. Nadie alcanzó a sobrevivir.

En la Isla-Penal de El Frontón, la cosa adquirió otros ribetes. La Marina de Guerra tuvo a su cargo los operativos, y procedió a bombardear el “Pabellón Azul”, que era el dormitorio en el que vivían los presidiarios. Decenas murieron, aplastados por el derrumbe de las paredes del local bombardeado. Otros, fueron saliendo en procura de salvar sus vidas, pero fueron asesinados. Hubo un pequeño contingente que sobrevivió al ataque, pero aún éste, fue aniquilado. Después, y pasados los años, se supo de uno o dos, que se salvaron en esa circunstancia y pudieron narrar -en medio de un trauma horrendo- algunos de los hechos allí ocurridos. Entre las víctimas de esta tragedia, estuvo el cabo Soldevilla Herrera, pero éste no murió en manos de los sublevados, sino quedó aplastado por las paredes del Pabellón demolido por los atacantes.

El entonces Vice Ministro del Interior Agustín Mantilla, y el vicealmirante Giampietri, estuvieron al mando de las acciones y, al ejecutarlas, se comunicaron por radio con el Presidente García. Todas las acciones, fueron de ese modo, concertadas.

Desde un inicio, los representantes del gobierno buscaron justificar los hechos. El titular de Justicia, Luis González Posada -denunciado después como agente de la Central de Inteligencia de los Estados Unidos- defendió lo actuado en el Congreso de la Repùblica argumentando que “no cabía otra opción” que el uso de las armas para “restituir el orden” en los centros penitenciarios.

El Presidente García fue más hábil. Para evitar que le enrostraran los sucesos de El Frontón, pasó a la ofensiva y denunció como “un crimen de Estado” lo ocurridos en el CRAS de Lurigancho. “O se van ellos, o me voy yo”, dijo en un gesto melodramático que impresionó a algunas gentes. Nada ocurrió, por cierto. Ni se fue él, ni dejaron sus funciones los jefes de las entidades participantes. Finalmente, como suele suceder, la cadena se rompió por el eslabón más débil. Rolando Cabezas resultó una suerte de “chivo expiatorio” y fue condenado -en un proceso reservado y virtualmente secreto- a algunos años de prisión que cumplió en un centro de reclusión exclusivo. Luego salió en libertad y “se perdió” sin que nadie indagara por él.

Cuando el tema fue debatido en la Cámara de Diputados ante la interpelación que pudo plantearse la mayoría parlamentaria aprista no atinó siquiera a explicar la naturaleza de los hechos. En el extremo de la impudicia apenas si sostuvo que los 124 asesinados en Lurigancho habían sido “ejecutados” porque eran gentes de “extrema peligrosidad”.

El caso de los Penales dio varias vueltas en los tribunales de la República, pero nunca se logró ventilar como correspondía. Y es que de por medio estaba no sólo la responsabilidad del entonces Jefe del Estado, sino también la culpabilidad de las instituciones castrenses, consideradas una suerte de “Templo” de virtudes cívicas.

Ese mismo criterio impera hoy, cuando se plantea otro hecho siniestro: el Operativo Chavín de Huántar, ocurrido el 22 de abril de 1997, con motivo de la recaptura de la residencia nipona tomada en ese entonces por un Comando del MRTA.

En esa circunstancia, -hace 18 años- 140 comandos del ejército, vigorosamente adiestrados y premunidos de armamento altamente sofisticado; sorprendieron y aniquilaron a 14 activistas de la organización liderada por Víctor Polay Campos.

La propaganda oficial ha remachado el hecho afirmando que fue una “acción heroica”, aunque no ha podido negar que en ella se consumaron “algunos excesos”. Los captores de la residencia -por lo menos seis de ellos- se habían rendido sin prestar resistencia. Se ha callado, por cierto, el hecho que entre los integrantes del comando emerretista muertos en esa circunstancia, estaban dos mujeres, una de ellas en avanzado estado de gestación; y otros, que ya se habían rendido.

Como la justicia en nuestro tiempo no se limita a las estrechas paredes nacionales sino que está interconectada y relacionada, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, ha visto el tema y deberá resolver en las próximas semanas. Todo indica que habrá de fallar en contra del Estado Peruano. La Corte, seguramente, admitirá la queja presentada contra el Estado -gobierno Fujimori- por violación de los derechos humanos. Pero eso, que ocurrirá en el marco del tema de la residencia del embajador japonés en Lima, debiera suceder, con mucha mayor razón, también en el caso de los Penales. No es, en definitiva, un “caso cerrado”

García no podrá librarse del cargo de Genocidio, que fluye de este acontecimiento trágico en la vida peruana porque se trata de un caso imprescriptible, del mismo modo que el Estado Peruano tendrá que responder -tarde o temprano- por todos los crímenes de los que son realmente responsables Alan García y Alberto Fujimori.

Gustavo Espinoza M. Colectivo de Dirección de Nuestra Bandera

COMCOSUR INFORMA Nº 1648 – 25/06/2015
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4) CHILE
EL BUEN VIVIR DE LA CULTURA MAPUCHE
Felipe Montalva (Punto Final)

Cada ciclo del año tiene sus rasgos y sus frutos. Si bien no son completamente homologables a las cuatro estaciones del llamado año occidental, el pueblo mapuche también distingue cuatro periodos en que la tierra presenta cambios en su clima y naturaleza. El rimu comenzó a finales de enero y duró hasta inicios de mayo. Se parece, con las salvedades del caso, al otoño. Es la época del reposo; donde se acopian vegetales en preparación para el püken , la estación fría y lluviosa que se extenderá hasta fines de julio y que es, además, la época de renovación del newen , la fuerza. El momento del wiñol xipanantw , clave en la cosmovisión mapuche.

Así como otros pueblos originarios, el mapuche aprendió a subsistir de acuerdo a estos ciclos naturales. Produciendo y consumiendo lo que cada estación ofrecía. Dicho criterio es orientador de una serie de iniciativas productivas que se desarrollan hoy en diversos puntos de Chile, tanto entre comunidades agrarias mapuches como chilenas. Se trata de un fenómeno que crece y se manifiesta no sólo en redes de comercio sustentable, solidario y a escala de las comunidades locales sino también, que se hermana a las experiencias de resistencia y recuperación territorial, así como a la defensa del bosque nativo y del agua. Está todo integrado.

Precisamente, a fines de abril e inicios de mayo se realizó en Villarrica la Feria Salón Frutos del Bosque-Feria del Tiempo Rimu, organizada por Gustos del Bosque, una asociación de productores agrarios locales, cuyo énfasis ha sido el desarrollo de la avellana nativa (también llamada ñefn, por los mapuches), junto a la Red de Ferias y Mercados Mapuche de La Araucanía. La instancia sirvió para el encuentro de diversas experiencias productivas y políticas, entre las que se cuenta el Parlamento Koz Koz, de Panguipulli y su red de productores locales, Trafkintuwe (Espacio de Intercambio); la Ruta Newenche; Wen Kümey, de Lonquimay; organizaciones de Temuco, Curarrehue y Lago Budi, entre otras.

En cada uno de los puestos de la Feria podían hallarse diversidad de productos: mieles, mermeladas, licores artesanales, cervezas, harinas y “cafés”, así como otras preparaciones con murta, maqui, piñones, ñefn , diweñes, gargales y changles. También había hierbas medicinales ( lawen ) y productos textiles y otros usando el ñadi y el boqui pil pil. Es que el bosque nativo, y cada estación, generan muchos productos que pueden ser extraídos sustentablemente, sin esquilmar. Tras frascos y envases de distintos tamaños, fue posible ver los rostros morenos de decenas de mujeres y hombres provenientes de diversos puntos del Wallmapu . Al charlar, en todos ellos descubrimos su convencimiento que otro tipo de economía es posible. La basada en el küme mongen : el buen vivir.

ESPACIO DE INTERCAMBIO

Los tiempos recientes no han sido benignos para el sur. A los incendios forestales que arrasaron miles de hectáreas de bosque nativo en China Muerta, Quinquén, Conguillío y la reserva Malleco, entre otros puntos, se agrega una sequía extendida en el tiempo que ha secado arroyos y pozos. Aunque parezca inconcebible, en la comuna de Villarrica, en el verano pasado, el camión aljibe municipal debió llevar agua a centenares de campesinos. Algunas organizaciones calcularon en 50 mil las personas que carecían del vital elemento. Las causas son profundas pero evidentes. Es un contexto que no se puede desconocer.

“Los caudales han ido disminuyendo por las plantaciones de pino insigne y eucaliptus; además, por la intervención de las cuencas. El componente del cambio climático agudiza más el problema”, señala Alfredo Seguel, experto forestal y miembro de la red de comunicadores Mapuexpress, presente en la Feria del Tiempo Rimu. “Esto nos lleva a una discusión más profunda. Hay que cambiar la Constitución; hay que cambiar el Código de Aguas; las aguas tienen que volver a las comunidades. Hay un movimiento nacional por la recuperación de las aguas y la defensa de la vida, que ha marchado y está presionando al gobierno y los legisladores para que asuman los cambios para respetar el derecho humano al agua”.

Todo está relacionado. Preservar el agua es preservar el bosque nativo. Conservarlo y aumentarlo es vital para la producción desde las comunidades. Un ejemplo es la apicultura.

Luis Cifuentes es el presidente de la Red de Agroapicultores de Villarrica. “Nuestra miel es producida en el bosque nativo. Yo tengo mis abejas entre dos ríos. Uno con aguas contaminadas y otro con aguas limpias. Mis abejas van al agua limpia y no al de la piscicultura (de salmón). Este es un hecho que las autoridades y las personas desconocen, pero la abeja sabe qué agua está contaminada”, cuenta.

“Lo que venimos planteando es que hoy se realiza un asesinato de la vida rural. Con la llegada de proyectos afuerinos, se desplaza a las economías locales y a las comunidades. Eso genera una emigración a las ciudades, además que transgrede los derechos humanos. La crisis hídrica se va a endosar a los pueblos así que se pone en riesgo la seguridad alimentaria. Esto hay que asumirlo de una manera integral”, asevera Alfredo Seguel.

La Feria Salón Frutos del Bosque-Feria del Tiempo Rimu ha sido financiada por el Fondo de Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura, pero va mucho más allá de una instancia de exposición y venta de productos agroecológicos u orgánicos. Es un espacio para socializar experiencias y debatir sobre asuntos como la soberanía alimentaria, la calidad de la alimentación en las urbes y establecimientos educacionales y la protección del agua y el bosque nativo. Es el espacio donde se vinculan microemprendimientos, cooperativas y redes de productores con organizaciones de consumidores conscientes (como Slow Food Chile), escuelas y liceos e incluso universidades. En Villarrica estuvieron presentes la de la Frontera, a través de investigadores de fibras vegetales como aislantes térmicos y la Universidad de Concepción y sus académicas especialistas en nutrición.

RESTABLECER LOS PUENTES

Ejemplo de una red de ferias vinculada a la defensa del territorio es la Wallung, de Curarrehue, con diez años de vida e integrada mayormente por mujeres provenientes de las comunidades mapuches de la comuna. A fines de abril pasado, la lucha de esta organización fue influyente para el rechazo a dos proyectos hidroeléctricos, Momolluco y Puesco, por parte del Sistema de Evaluación Ambiental (SEA).

Noelia Del Cotrecuin, socia de la feria, nos habla de su producción: “Hace muchos años vengo trabajando los frutos del bosque, sobre todo, por el recuerdo de mi mamá que fue una mujer muy esforzada. Convertí esos frutos en harina y en mermeladas. Esto es recolectado naturalmente. Hay piñones, que yo los hago harina o en locro, para que usted los haga en sopa o en lo que quiera. También harina de maqui. El maqui entero es sobresaliente. Por lo que he escuchado tiene más antioxidantes que el arándano”, comenta.

“Lo que nos ha motivado es construir otro tipo de economía: las redes de economía solidaria buscan restablecer los vínculos para volver a trabajar juntos en la defensa y la visibilización de estas prácticas ancestrales y construir nuevas sociedades y localidades”, dice Gonzalo Silva, un ingeniero que se integró a la mirada de la economía solidaria. Vivió un tiempo en Ecuador, donde conoció la experiencia productiva de comunidades originarias. Hoy, en Villarrica, forma parte de Gustos del Bosque, uno de los convocantes a la Feria del Tiempo Rimu, “un emprendimiento asociativo” como señala, que busca el desarrollo de la avellana ñefn . “Tenemos una relación con la zona en que trabajamos y compartimos con los vecinos de Hualapulli, Liumalla y Chaura”, cuenta. La producción de avellana ñefn se basa en la recolección que realizan sustentablemente campesinos en dichas zonas, a través de la red Rukañfen. “Establecimos un vínculo entre Carlos Ravanal, un ingeniero forestal que estaba desarrollando tecnología, inventando productos con la avellana y el trabajo de desarrollo territorial”, acota. Gustos del Bosque, cuyo logo es la flor de la avellana, hoy produce turrones, nutella, harina y granola en base a ñefn . También “café”, elaborado por un grupo de mujeres. “Ellas no sólo se dedican a la recolección sino a darle valor y recuperar tradiciones: el café de avellana es un producto antiquísimo. La gente antigua, los lonkos , los wifikeche , lo valoraban mucho”.

La escuela rural de Hualapulli, a doce kilómetros de Villarrica, es un engranaje fundamental en esta red colaborativa. La planta de proceso de la avellana ñefn está ubicada allí. Su profesora, María Luisa Nahuelpán, habla del desafío que significa cambiar la estandarizada dieta de las colaciones escolares por una que se base en productos locales, como la misma ñefn : “Tenemos que luchar porque nos exigen una cobertura curricular determinada y una alimentación que uno pudiera cuestionar. Nosotros estamos en el sur de Chile, y en una zona donde hace mucho frío; entonces acá se habla de un chocolate ‘bueno’, que involucra las calorías adecuadas: pero nos encontramos con una minuta alimenticia que disminuye algunas calorías que los niños necesitan en nuestro territorio”, dice.

Lo de las colaciones escolares es un tema en expansión. Tal como los problemas de salud derivados de la mala alimentación que afecta a millones de chilenos, especialmente de sectores populares. Nelson Painecur, dirigente mapuche del lago Budi, enjuicia: “Nosotros estamos por el buen vivir. Cuando uno va al hospital, ve que la gente se sana por un rato y luego sigue enferma”.

SOLIDARIOS CON EL BOSQUE NATIVO

Frente a dichas situaciones, la producción de los pequeños agricultores mapuches emerge como una alternativa. Flérida Collinao vive en la localidad de Challupén y pertenece a la Ruta Turística Responsable Newenche, que va desde Villarrica a Lican Ray y aglutina a decenas de familias. “Yo trabajo la gastronomía mapuche. Parte de esta consiste en trabajar lo que uno tiene en el campo: murta, mora, maqui, murtilla. Se pueden preparar muchas cosas, tanto dulces como saladas”, relata. “En general, la gastronomía mapuche es medicinal, porque siempre lleva un remedio, una yerbita, para que no caiga mal, para que seas más feliz y vivas más contento con la comida, sin aditivos”.

A su lado, Fernando Botello Millar, del sector Winkacara, en la zona rural de Villarrica, también de la Red Newenche, tiene una historia singular. Nació en Santiago y trabajó largos años en la minería. Cambió todo eso por el sur. “Aquí conocí la visión mapuche de la cultura y la vida, y me entusiasmé”. Esto me ha traído la necesidad de trabajar con el bosque nativo. Lo he traducido en la fabricación de algunos licores. Por ejemplo, licor de piñón, de moras, de maqui, de arrayán y de sauco. Así como un acetto balsámico de murtilla, exclusivo de aquí. Me ha motivado la sustentabilidad, el respeto por el medioambiente y las culturas ancestrales”.

El Parlamento de Koz Koz, en Panguipulli, debe su nombre al último gran aglutinamiento mapuche en dicho territorio, convocado en 1907 para enfrentar el despojo y la usurpación perpetrada por colonos chilenos y europeos. Un siglo después, las comunidades retoman el referente para contrarrestar las nuevas caras de aquella vieja depredación. Una lucha reciente es su oposición a la hidroeléctrica en Neltume, un megaemprendimiento de la empresa italiana Enel. Para Francisco Caquilpán, uno de sus voceros, la Feria del Tiempo Rimu sirve para discutir sobre la incidencia política de las comunidades a escala regional: “Nos hemos metido a la discusión de una política regional silvoagropecuaria y logramos cosas que no estaban. Costó mucho, porque también intervinieron organizaciones mapuches de las doce comunas de la región, pero se logró definir a Los Ríos como una zona de cultivos agroecológicos. Eso es muy importante porque, como Parlamento, nos hemos opuesto a los megaproyectos, sean hidroeléctricas o salmoneras, y eso nos ha costado que se nos acuse que estamos contra el desarrollo… Pero estamos planteando una alternativa: la producción de alimentos agroecológicos. Nos cuestionan también por la energía… pero en nuestro centro Trafkintuwe tenemos uno dedicado a las energías renovables”, declara.

María Curilem Calfumán, de la zona de Kultruncahue e integrante de Trafkintuwe, señala: “Somos mapuches de distintos sectores que nos convocamos para trabajar en distintas líneas. Una son los productos del bosque. Trajimos productos como maqui, avellanas, diweñes, murta y derivados: miel, cervezas, harina, frutos secos. Además, trabajamos con una línea natural de shampúes, jabones, cremas, que se extraen del bosque y la montaña. También tenemos productos de la madera, labrados por compañeros de Liquiñe y Neltume. Tenemos plantas medicinales. Esto está relacionado con la intención de ir reforestando y recuperando nuestro territorio”.

Las experiencias que se socializan en la Feria también son manifestaciones de un espíritu originario retomado. Escuchando los debates en Villarrica, queda la impresión que las soluciones no pasan ni por especialistas ni por los agentes del Estado. “El Estado sigue funcionando en la lógica conocida”, ha advertido José Aylwin, del Observatorio Ciudadano, también presente en esta Feria del Tiempo Rimu. “La mirada de las comunidades es fundamental”, agrega.

Alfredo Seguel acota: “Lo que se realiza hoy en esta Feria es un signo de esperanza. Son posibles mecanismos de desarrollo de las comunidades locales; otro tipo de economías, de acuerdo a las necesidades de las comunidades y respetuosas con la naturaleza y las personas”.

COMCOSUR INFORMA Nº 1648 – 25/06/2015
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5) INDÍGENAS DE KENIA DEFIENDEN EL PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Miriam Gathigah (IPS)

En el sur de la provincia Costera de Kenia se encuentra uno de los sitios más singulares del planeta, compuesto por los restos de varias aldeas fortificadas, venerados por el pueblo indígena mijikenda como la morada sagrada de sus ancestros. Conocidos localmente como “kayas”, estos sitios selváticos se remontan al siglo XVI, cuando se cree que la migración de pueblos pastores de la actual Somalia originó la fundación de varias aldeas que se extendían a lo largo de 200 kilómetros de esta provincia, a unos 500 kilómetros de Nairobi, la capital.

Los kayas prosperaron durante siglos, y sus pobladores desarrollaron su propio idioma y costumbres. Pero las aldeas comenzaron a fragmentarse a principios del siglo XX, debido a las hambrunas y los combates armados. Aunque hoy en día están deshabitadas, los mijikendas continúan cuidando de los kayas, a los que veneran por ser depositarios de sus antiguas creencias y prácticas. Pero ahora los kayas corren peligro.

El descubrimiento en los últimos tres años de grandes yacimientos de minerales de tierras raras en esta región hizo que los bosques se convirtieran en blancos para la extracción, el desarrollo y el desplazamiento de la población indígena. A medida que los promotores inmobiliarios y las empresas mineras se interesan por estas tierras, los lugareños se preparan para una pelea en lo que el Banco Mundial considera una de las economías de mayor crecimiento en África subsahariana.

“Unidos a nuestros bosques”

Mnyenze Abdalla Ali, del Consejo de Ancianos del kaya Kinondo, que representa a una selva del condado de Kwale, en la punta más austral de la provincia, dijo a IPS que los mijikendas “se consideran cultural y espiritualmente unidos a sus bosques”. La comunidad mijikenda, con un total de 1,9 millones de habitantes, según el censo más reciente, comprende a nueve tribus con una lengua y cultura en común.

Cada tribu tiene su propia kaya, que quiere decir “hogar” o pueblo construido en un claro del bosque, explicó Ali. “Nada puede sacarse de la selva, ni siquiera una rama caída puede usarse como leña en nuestros hogares”, subrayó Hamisi Juma, una residente local. En consecuencia, la cincuentena de kayas desperdigados por los condados de Kwale, Mombasa y Kilifi, en la provincia Costera, albergan un nivel sumamente alto de biodiversidad.

El ministerio de medio ambiente, agua y recursos naturales de Kenia declaró a la zona un punto excepcional de biodiversidad y se comprometió a asignar los fondos y recursos necesarios para su protección. Pero la zona es algo más que un rico cinturón ecológico. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) añadió a los kayas a su prestigiosa lista de sitios de Patrimonio Mundial en 2008, refiriéndose a la zona como “un ejemplo excepcional de asentamiento humano tradicional… representativo de una interacción única con el medio ambiente”.

Asimismo, Unesco señaló que el kaya representa una “fuente fundamental del sentido de ‘estar en el mundo’ del pueblo mijikenda y de su lugar dentro del panorama cultural contemporáneo de Kenia”. Además, los bosques son muy apreciados como repositorios de plantas y hierbas medicinales, según Eunice Adhiambo, gestora de proyectos del Centro Ujamaa, una organización no gubernamental que apoya la lucha de los mijikendas por preservar los kayas. En Kenia, “35 por ciento de los sitios de mayor valor de conservación se encuentran aquí”, añadió.

“Si los promotores se salen con la suya vamos a perder gran parte de la riqueza que la madre naturaleza nos ha dado. Tenemos la responsabilidad de conservar este regalo porque no podemos comprarlo en ninguna otra parte”, exhortó. Pero no todos en este país de 20 millones de personas comparten su sentir, en particular los economistas, inversores y responsables políticos interesados en que se cumpla la expansión económica pronosticada de 5,4 por ciento en 2014 a seis o siete por ciento hasta 2017.

Minerales, una oportunidad tentadora

En 2012, la empresa minera Cortec Mining Kenya Ltd. anunció que había encontrado un yacimiento de minerales de tierras raras por valor de 62.400 millones de dólares y que invertiría hasta 200 millones de dólares en un emprendimiento en Mrima Hill, hogar de varios bosques kayas. La empresa proyectó una producción inicial anual de 2.900 a 3.600 toneladas de niobio, un elemento utilizado en aleaciones de alta temperatura para tipos especiales de acero, como los que se utilizan en la producción de gasoductos, automóviles y motores a reacción.

Los expertos calcularon que el yacimiento de Mrima Hill es el sexto mayor del mundo, con una vida útil de 16 a 18 años, y que pondría a Kenia en la lista de los principales exportadores de niobio.

Debido a la reacción adversa de organizaciones ambientalistas y otros grupos de la sociedad civil ante el proyecto, preocupadas por el impacto de la minería en sitios ecológicos y culturales sensibles, el gobierno revocó el permiso inicial de 21 años concedido a la empresa. A principios de 2015, el gobierno confirmó la decisión de un tribunal que revocó el permiso, y anunció que el Estado controlaría la prospección de los minerales.

El 20 de marzo, el ministro de Minería, Najib Balala, afirmó en un comunicado de prensa que “ni… Cortec ni otra empresa podrán trabajar en Mrima. Esta será gestionada en nombre del pueblo de Kenia y, en especial, de la gente de los condados de Mrima y Kwale en su conjunto”. Sin embargo, las comunidades indígenas siguen viendo con inquietud la ambiciosa agenda de desarrollo económico de Kenia. El sector minero y el inmobiliario se convirtieron en los principales motores del crecimiento del país, y los yacimientos de minerales de tierras raras podría ser un gran impulso en ese sentido.

Además, el descubrimiento de petróleo y gas natural en 2013 en el condado de Turkana, en la frontera de Kenia con Sudán del Sur, junto con la noticia de que los exploradores habían encontrado titanio a lo largo de los 500 kilómetros de costa, reavivó el temor de que los bosques kayas fueran invadidos y destruidos.El Centro Ujamaa sostiene que algunas comunidades indígenas comienzan a ceder a las presiones de las industrias mineras y a la tentación de dinero rápido que les ofrecen los constructores.

El kaya Chivara, ubicado en el condado de Kilifi, por ejemplo, está completamente degradado como consecuencia de la invasión humana, mientras que otros, sobre todo en el condado de Kwale, rico en minerales, están en alto riesgo. “La inminente extracción de niobio seguramente degradará al bosque”, advirtió Adhiambo, y resaltó que los mijikendas tendrán un papel importante en impedir todo desarrollo potencialmente destructivo.

Una maldición o una bendición

Hasta el momento, el kaya Kinondo está en buenas manos. El Consejo de Ancianos se mantiene vigilante sobre la protección de los bosques. “Si tiene malas intenciones dentro de este bosque, una maldición recaerá sobre usted y creemos que es posible que ni siquiera salga con vida”, advirtió Rashid Bakari, un guía que trabaja con jóvenes de la comunidad para llevar a los visitantes a los kayas, en diálogo con IPS. La Constitución de Kenia también es una fuente de protección. En su artículo 44 se estipula que la resolución de disputas sobre tierras consuetudinarias debe incluir la participación de la comunidad.

Este reportaje forma parte de una serie concebida en colaboración con Ecosocialist Horizons.
Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Álvaro Queiruga

COMCOSUR INFORMA Nº 1648 – 25/06/2015
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