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MUJERES EN SITUACIÓN DE CALLE: MÁS JÓVENES Y FRÁGILES

COMCOSUR MUJER
Fundado por Yessie Macchi
AÑO 11 – No. 422 / Miércoles 16 de julio de 2014
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
1994 – 19 de junio – 2014
Coordinación y búsqueda: Beatriz Alonso, Cecilia Duffau y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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Gente en obra:
Debido a que hemos cambiado de programa para la distribución de nuestros
boletines, pueden producirse errores u omisiones en los envíos. Esperamos
que la situación quede normalizada en el correr de esta semana.
Solicitamos se comuniquen si no reciben o reciben mal los boletines a:
comcosur@comcosur.com.uy y recordamos a nuestros amigos que desde el
pasado 19 de Junio pueden también seguirnos en Facebook. Gracias.
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«Hay que dar vuelta el mundo. Cada lágrima que corre allí donde podría
haber sido evitada, es una acusación…” Rosa Luxemburgo
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NOTICIAS

ARGENTINA
1) ADOPTADAS ILEGALMENTE LUCHAN PARA RECONSTRUIR SU HISTORIA
2) NI ESTÚPIDAS NI SECTARIAS, LAS MUJERES TAMBIÉN DISFRUTAMOS EL MUNDIAL

ARGENTINA – BOLIVIA
1) BOLIVIANAS EN ARGENTINA. LO QUE TRAEN, LO QUE ENCUENTRAN

BOLIVIA
1) ANALIZAN PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACIÓN SEXUAL

ECUADOR
1) PRESENTAN AGENDA PRO DERECHOS DE LAS DIVERSIDADES SEXUALES

GAMBIA
1) ACTIVISTAS IMPULSAN LEY CONTRA MUTILACIÓN GENITAL

MÉXICO
1) GOBIERNO “NO TIENE IDEA” DE CÓMO INDAGAR EL FEMINICIDIO

URUGUAY
1) MUJERES EN SITUACIÓN DE CALLE: MÁS JÓVENES Y FRÁGILES

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ARGENTINA

1) ADOPTADAS ILEGALMENTE LUCHAN PARA RECONSTRUIR SU HISTORIA

“Mafalda Journade, nuestra apropiadora” es el nombre del grupo de
hombres y mujeres que nacieron en la casa de la partera cordobesa ya
fallecida. Saben que fueron “vendidas”, por lo que buscan su origen y
abren la puerta para que las madres que tuvieron allí a sus hijos puedan
reencontrarse

Adriana Brocca nació en Villa Nueva, en diciembre de 1964. Vivió en Villa
María y ahora está radicada en San Lorenzo, provincia de Santa Fe.
Carolina Bruzzo, nació en Córdoba, en enero de 1975. Actualmente está
radicada en esta ciudad.

Sus historias, en apariencia diferentes y sin puntos de encuentro, se
cruzaron al saber que eran adoptadas y comenzaron a buscar su origen
biológico. Así fue que encontraron un denominador común: ambas habían
nacido en la casa de una partera cordobesa llamada Mafalda Espina de
Journade que habitó hasta su muerte la casa de la calle México 164, del
cordobés barrio General Paz.

Hoy conformaron un grupo que a pocos meses de iniciado, ya tiene 22
miembros, de los cuales seis son de Villa María.

“Mafalde Journade, nuestra apropiadora – Hermanas del Alma” es el
nombre del grupo de Facebook que armaron para que todos los que hagan
búsquedas por un nacimiento en ese lugar, se puedan encontrar.

“No sólo los hijos que buscan a sus padres biólogicos, sino también a
las madres, que por temor al rechazo o a la condena social, no están
buscando a los hijos que dieron o que les quitaron”. En esto último,
Adriana y Carolina hicieron un párrafo aparte, porque de los miembros de
la recientemente formada agrupación, hay dos mamás a las que vulneraron
sus derechos robando a los hijos que parieron en el lugar.

Una siendo adolescente, fue echada de la casa cuando sus padres conocieron
la noticia del embarazo. Una hermana la acompañó hasta lo de la famosa
“partera”. “La dejaron ahí, donde estuvo varios días esposada. Tras
el parto, tuvo una hemorragia y Mafalda la vació toda, es decir, la dejó
estéril”, relató Adriana.

La otra era de Río Segundo y fue llevada por la madre para que, una vez
que naciera, el bebé fuera dado en adopción, contra su voluntad
“Una pobre, la otra vulnerable”, definieron.
A ambas le dijeron que “el bebé nació muerto”, pero ellas saben que
no fue así. No sólo por intuición, sino que escucharon el llanto del
recién nacido hasta que extraños se lo llevaron. Hoy forman parte de las
víctimas de Mafalda y procuran reencontrarse con sus hijos.

De algo no tienen duda: la partera cobraba, y bien, por esos servicios. Es
decir, vendía bebés.
Pese a la gravedad del delito, las integrantes de esa agrupación no tienen
intención de denunciar, dado que la autora ya está muerta “y seguro que
no hay documentación que nos pueda revelar nuestro origen biológico.
Nuestra intención es encontrarnos, reconstruir la historia que nos
robaron”, indicaron.
“En el marco de las acciones que hacemos como grupo, estuvimos
repartiendo volantes en el barrio donde estaba la casa de Mafalda. Allí
algunos vecinos nos contaron cosas tremendas”, indicaron.
Una de esas cosas es recordar a un bebé prematuro que era alimentado por
una hija de Mafalda Journade con un gotero. “Si vivía, lo vendían”,
razonó Adriana.
Otro aspecto que llama la atención es el “marketing” que desplegó
entre sus “clientes”.
“A todos les decía que las madres que allí iban eran estudiantes de
buena familia. Es decir, desde un concepto racista, hacía creer que iban a
ser inteligentes o rubios, no sé”, destacó Carolina. “Algo que por
supuesto no era cierto. Una de las mamás que integra el grupo, fue a una
agencia de colocación buscando empleo en Córdoba y la derivaron a lo de
Mafalda que contrataba sólo embarazadas. Es decir, se aprovechaba de la
pobreza de las mujeres que querían seguir teniendo a su hijo”, agregó.

Pacto de silencio

Cuando se reúnen, empiezan a deshilvanar la historia de cada integrante.
Empiezan a descubrir que no están solos en esa tarea por llenar los
vacíos de su origen. En los relatos, surge algo en común entre todas: un
pacto de silencio en la familia.
“Querían ocultar que nos habían comprado”, dijeron.
Lentamente, desde la niñez alternando períodos de preguntas con otros de
silencio, fueron destejiendo esa maraña de secretos, algo que siguen
haciendo hasta hoy.
“En mi caso -relata Adriana- siempre dudé. Dudé porque soy morocha y mi
papá rubio y mi mamá pelirroja, pero me decían que era así, que
teníamos primos de mi mismo color de piel. Recién a los 12 años
confirmé que era adoptada porque escuché a una tía que, al referirse a
mí, dijo: ‘Es la hija adoptiva de mi hermana’´”.
“Sufrí horrores, pero para no hacer daño a mi mamá adoptiva, porque mi
papá ya había muerto, decidí callarme hasta que a los 30 años empecé a
preguntar y a investigar, algo que sigo haciendo”, señaló.
Carolina también intuía que no era hija biológica de quienes la criaron.
“No fue por diferencias físicas ni por desamor, pero siempre lo
sospeché”, dijo. “Vengo preguntando desde que tengo seis años sin
obtener respuestas. Recién cuando falleció mi mamá, unos tíos me
contaron la verdad hasta donde sabían”, señaló.

La reconstrucción

Hay un lazo muy fuerte de Mafalda Journade con Villa María. “Las
historias nos dan cuenta que tenía relación para este ´negocio ‘con
dos parteras de acá’: una era Anita Gandón, que tenía su casa en la
calle 25 de Mayo al 55. La otra, Ida Caballero, ambas fallecidas”, dijo
Adriana.

“En mi caso, lo que conseguí fue averiguar que un tío mío había sido
novio de Mafalda y por su intermedio, es que llegaron a ella. Mi mamá, que
vive y ahora entiende mi búsqueda, sólo sabe que me fueron a buscar un
sábado 19 de diciembre a esa casa del barrio General Paz. Ella no sabe
cómo hicieron los contactos”, señaló.

“Tuve la oportunidad de ir cuando todavía vivía Mafalda a preguntarle
por mi historia, me pidió los datos y me dijo que si se acordaba de algo,
me iba a llamar. Es cierto, me llamó pero para amenazarme con matar a toda
mi familia si seguía buscando. En esa oportunidad la denuncié en la
Policía de Villa María”.

La otra punta del iceberg para encontrar su origen biológico es la partida
de nacimiento. Tiene ella una copia donde consta que es hija de sus padres
adoptivos. Es decir, es un acta falsa. “Para colmo, cuando fui a ver la
original, la que está en el libro del Registro Civil, veo que están
tachados con liquid paper (corrector) los nombres de los padres y por
encima del tachado, escrito los datos que quieren que aparezcan los de mis
padres adoptivos”, agregó.

En la parte superior de ese documento público, un nombre enigmático;
“R. Palacios” “En el grupo, encontraron que esa firma se repite en
personas nacidas en el mismo lugar, pero inscriptas en distintas
localidades del interior provincial como Villa Ascasubi o Colonia Tirolesa.
“R. Palacios no era funcionario (dado que el responsable que firmó como
jefe del registro civil era Guillermo Onnainty) ni familiar. Pero su nombre
está ahí”, planteó Adriana.

“En mi caso -dice Carolina- tengo un certificado con la firma de Mafalda
Journade que indica que nací ahí, en el barrio General Paz. Mis padres
adoptivos en ese momento vivían en Buenos Aires. Lo que pude reconstruir
es que tras una llamada telefónica, me vinieron a buscar a Villa María a
la casa de la partera Anita Gandón. Allí le dijeron que el bebé estaba
en Córdoba y le dieron un papel con la dirección de Mafalda. Me
inscribieron, con el cerficado de ella, en el Registro Civil de la Capital
que está en la calle Colón”.

Según las épocas, algunas tienen el cerficado de nacimiento de la partera
o la partida de nacimiento con la enigmática firma de R. Palacios. “Debe
ser según la situación judicial, porque sabemos que la partera tuvo una
condena a siete años de prisión por la muerte de una chica que fue a
hacerse un aborto en ese lugar”, analizaron.

Lo que hacen

Desde el grupo tienen varias tareas a cargo. La primera es contenerse,
saber que fueron víctimas de una “apropiadora” como ellos llaman a la
partera que les robó su origen.
La segunda es difundir los hechos, porque estiman que, como mínimo,
durante treinta años hubo un parto diario en ese lugar. “Así que
debemos ser unos cuantos”, indicaron.
Esperan que al conocerse sus historias “las madres se animen a buscar a
sus hijos así como los hijos buscan a sus madres”.

Para ello, dejan datos de contacto: en el Facebook “Mafalda Journade
nuestra apropiadora”, el correo hdelalma@gmail.com o el teléfono
0353-155635109.
También lograron hacer algunos ADN sin que hasta el momento hayan podido
encontrar filiación. “Corroboramos que no hay, al menos entre las
primeras del grupo, hijos de desaparecidos”, indicaron.

Se reúnen periódicamente en Córdoba capital, en la sede del Archivo de
la Memoria.
Y la otra tarea es investigar, para dar con su origen. “Yo identidad
tengo, construí una vida. Pero me falta reconstruir momentos de mi
historia”, concluyó Carolina.

El Diario / Patricia Gatti / COMCOSUR MUJER No. 422 – 16/07/2014

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2) NI ESTÚPIDAS NI SECTARIAS, LAS MUJERES TAMBIÉN DISFRUTAMOS EL MUNDIAL

Las reacciones contra la participación de las mujeres en el fútbol no son
nuevas. Pero en los mundiales que ocurren cada cuatro años se
intensifican. Y en este que estamos atravesando en particular se han
exacerbado hasta el ridículo.

Las reacciones son de todo tipo: desde los chistes misóginos de los
programas de TV, pasando incluso por las mismas mujeres a las cuales les
resulta risueño colocarse en el papel de huecas descerebradas. Y en el
coro de estereotipos de género sobre el fútbol y el mundial no faltaron
tampoco voces feministas, las cuales por lo pronto resultan también
bastantes polémicas.

¿Se puede disfrutar de un buen partido y opinar sin ser tratadas de
infradotadas? ¿Se puede gozar del fútbol sin sentir culpa de que durante
el mundial siguen muriendo mujeres por violencia de género? Seguro que
sí, pero empecemos por sacarnos de encima algunos mitos.

“Las mujeres no deben hablar de fútbol”

Frase repetida hasta el hartazgo si las hay. Porque según este mito, no
sólo el fútbol es cosa de varones, sino que además hay que haberlo
jugado, tener potrero, para poder opinar. Mientras que a un varón jamás
se le diría que no puede ser obstetra por no embarazarse, o no ser
ginecólogo por no experimentar cómo siente una vagina, parecería que sin
testículos no hay ni sabiduría ni destreza futbolística. Este mito
esconde, por otra parte, que hay una infinidad de varones a los cuales el
fútbol no les interesa en lo más mínimo y que existen otros que juegan
desastrosamente a pesar de la garra.

Aunque es cierto que en el juego hay una desventaja. Que en parte podría
comenzar a saldarse si en lugar de ser compelidas a acunar muñecas las
niñas pudieran jugar desde chicas poniéndole al cuerpo a la actividad que
más les plazca.

No obstante, la realidad a nivel mundial muestra otra cosa: no sin duros
obstáculos, cada vez más mujeres juegan al fútbol y ocupan lugares
tradicionalmente reservados para los varones, como el periodismo deportivo
y el arbitraje. En nuestro país, desde el año 1991 se lleva a cabo el
Campeonato de Fútbol Femenino de la AFA, la máxima competición de este
deporte en Argentina y paralelo de la Primera División. En este torneo
juegan alrededor de 15 equipos, siendo Boca Juniors el máximo campeón con
23 títulos obtenidos.

El reciente film Mujeres con pelotas, dirigido por Ginger Gentile y Gabriel
Balanovsky, retrata parte de ese mundo desconocido. “Filmando este
documental y un corto, descubrí una pasión, unas ganas y una vitalidad en
las chicas que el fútbol superprofesionalizado masculino perdió hace
rato. Estas chicas meten las piernas con alma y vida, corren con mucho
esfuerzo y eso hace que el partido sea entretenido”, señaló uno de los
directores de la obra. Y agregó más: “Las principales contras de las
chicas son el machismo en el deporte a nivel dirigencial, cuyo apoyo es
casi nulo, y los tabúes sociales”.

El fútbol femenino crece vertiginosamente, incluso en muchos barrios,
escuelas y clubes a un nivel no profesional. Y si bien no representa una
novedad la presencia de las mujeres en los estadios, es también una
tendencia que crece.

Las mujeres juegan, hablan y se apasionan por el deporte nacional. Cada vez
son más las que alquilan canchas con amigas, las que estudian periodismo
deportivo y las que opinan sobre táctica y estrategia futbolística con
gran nivel, las que llenan los estadios y los llenarían aún más si no
hubiese restricciones debido a la violencia entre barras, todos varones.

Porque el fútbol no es sinónimo de genitales masculinos: tiene que ver
con historias, con el barrio, con el club de nuestros amores, con el amor a
una camiseta, con nuestros padres y abuelos, pero también madres y
abuelas. En este sentido, las chicanas del tipo “explicame qué es un off
side” o “vayan a la cocina y desalojen el sillón frente a la TV” son
en realidad temor y resistencia a democratizar espacios de privilegio
masculino.Amo el futbol

“El mundial de minitas”

Si el notero gracioso o el panelista exaltado por la participación de las
mujeres no fueron suficientes, tenemos también a las “revistas
femeninas”. Mientras que todo el año se dedican a los estereotipos de la
moda, la belleza y la pareja, cuando llega el Mundial incursionan también
en la temática. Y al respecto hubo varios casos para analizar.

La revista 47 Street, dirigida a adolescentes, publicó días antes del
inicio del campeonato del mundo un Manual de reglas de comportamiento para
acercarte a tu chico antes, durante y después de los partidos de la
Selección. A través de un concentrado de lugares comunes, se sugería a
las chicas a ser pacientes, dóciles y comprensivas con el chico amado, con
el fin de no molestarlo con preguntas fuera de lugar o transmitirle
tensiones.

La reacción de muchos lectores y lectoras fue tal que, en un primer
momento, las autoras de la nota respondieron a los comentarios:
“Respetamos que les parezca una boludez. A nosotras nos resulta
divertido. Sabemos que no siempre es así. En el Staff hay algunas de
nosotras que saben de fútbol más que Macaya y Niembro juntos. Es una
generalización, nos parece divertido y por supuesto para tomar con
humor…”. Todo terminó finalmente con la eliminación del artículo,
tanto de la página web como del Facebook.

Otro caso polémico es el de la revista Ohlalá del diario La Nación, la
cual publicó un artículo titulado “Diez comentarios que no deberías
hacer durante el mundial“, en la que también se aconseja a las mujeres
“para que no pases vergüenza ni generes conflictos con la hinchada
masculina, te contamos algunas de las preguntas que tenés que evitar.
Tomá nota y convertirte en la experta mundialera”. Los “tips”
sugieren que disimulemos nuestro interés frente a los bellos jugadores, no
preguntemos por sus cortes de pelo ni comentemos con qué bella modelo sale
cada uno. En este caso, el artículo fue denunciado por los lectores ante
el INADI, por utilizar argumentos y frases sexistas, degradar, subestimar y
encasillar a las mujeres en un rol de coquetería, chismes e ignorancia.

También se lanzó el hashtag #MundialDeMinitas, muy difundido por TN en la
web, donde con la excusa de que los usuarios opinen libremente y las
mujeres se rían de sí mismas, se vienen reproduciendo una alta tasa de
misoginia, violencia simbólica y nefastos estereotipos contra las mujeres.
Y donde lamentablemente muchas mujeres que no comprenden la gravedad,
participan extendiendo el rol de imbéciles en el cual se las pretende
encerrar.

No todo es palo y a la bolsa

Si algo le faltaba a la relación entre las mujeres y el fútbol era el
sectarismo de algunas feministas. Efectivamente, diversos grupos feministas
vienen denunciando no sólo la estigmatización de la figura femenina en
los eventos deportivos sino también el aumento de la trata, la
prostitución y el turismo sexual infantil que se acrecienta en cada nueva
Copa del Mundo. Es innegable la relación íntima y estructural entre el
acontecimiento deportivo multitudinario, los cuerpos explotados de las
mujeres y niñas y los altos beneficios de los sponsors, la FIFA y el
empresariado turístico. Y es necesario denunciarlo más todos los días.

Sin embargo, afirmar como lo vienen haciendo algunas feministas, que todos
los asistentes representan una careteada mundialera proxeneta, machista y
misógina es, para empezar, polémico y sectario.

En primer lugar, siempre es bueno separar la paja del trigo, ya que
afortunadamente no todos los varones que asisten a los partidos son
proxenetas y así como se rechaza la estigmatización de las mujeres es
importante no caer en la de los varones. Pero en todo caso, la masiva
cantidad de varones puede ser utilizada para interpelar y concientizar
sobre una problemática urgente más que para estigmatizar a todos los
concurrentes y al fútbol como deporte. Al respecto, el spot lanzado por el
gobierno nacional, “Paremos la trata”, es una excelente herramienta.

Sabemos que durante la Copa del Mundo los problemas no desaparecen: la
violencia de género en todas sus formas sigue estando allí y sigue
golpeando a las mujeres. Pero parte del combate contra un patriarcado que
supo hacer de la culpa uno de sus más fuertes pilares, es también el
disfrute de un evento deportivo, de los goles, las chilenas y las mejores
tácticas para ganar. Y mientras Brasil 2014 nos sigue entregando buen
fútbol, seguimos atentas y en la lucha. Pero sin clavar ni clavarnos
puñales por favor.

Periodismo popular /María Paula García/ COMCOSUR MUJER No. 422 –
16/07/2014

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ARGENTINA – BOLIVIA

1) BOLIVIANAS EN ARGENTINA. LO QUE TRAEN, LO QUE ENCUENTRAN

Poco menos de 200 mil mujeres que han migrado desde Bolivia, la gran
mayoría de zonas rurales, viven, sueñan, trabajan y educan a sus hijos e
hijas en este país y el transcurrir de su día a día hace visibles
barreras que ponen en jaque aquello de la patria grande que tanto se
repite. Aunque para la ley argentina la migración es un derecho humano que
debe ser garantizado, trabajos precarios, segregación, falta de acceso a
la atención de la salud es lo que suelen encontrar y que se potencia con
prejuicios arraigados desde sus orígenes sobre los roles de género.

Por Roxana Sandá
El barrio de Liniers es un hervidero. Mary, la verdulera boliviana que
durante treinta años atendió en su local de Tonelero y Leguizamón, se
fue, sin más. De la noche a la mañana, la querida Mary, mujer grande,
madre y abuela que cuidaba con esmero y papel film los cerdos y elefantes
de yeso que custodiaban la verdulería, decidió levantar campamento y
volver a su país. Dejó el puesto, se llevó al marido, un hombre menudo
que hacía el reparto en bicicleta para talles más holgados, y se volvió
al lugar de donde nunca quiso irse y al que volvía cada fin de semana
largo. Su partida no fue inesperada, más bien shockeante, porque con los
años la amabilidad que le coloreaba el tono se había ganado el cariño de
un barrio que no se caracteriza por la inclusión fervorosa. Sonriente pero
casi siempre reservada, una tarde próxima al adiós dijo frente a una cola
de vecinas que “este país es lindo pero exigido. Y nosotras somos las
que cargamos con todo”. No se refería a sus contemporáneas argentas.
Mary regaló un último piropo a las que se quedaban, las que hoy son
mayoría de su comunidad, unas 173.779 frente a 171.493 varones, según el
último censo nacional. La Ley de Migraciones 25.871, de 2004, creó
accesos donde no había y les reconoció su carácter migrante como un
derecho humano que debe ser garantizado. Aun así, la realidad sigue
entrampándolas en barreras comunicacionales, prejuicios locales,
segregación, trabajos precarios, embarazos no deseados, el
resquebrajamiento de la salud y la violencia intrafamiliar.

–Ojo, que no somos víctimas. Nosotras no nos victimizamos ante nadie.
Pero entiendo que para las mujeres es durísimo reanudar una vida lejos de
sus pueblos, en ciudades tan grandes, y que todavía nos maltraten. Muchas
dicen que para hacer trámites los mandan a los maridos, porque hablan más
fuerte. Yo sé que si viene un inglés con el castellano mal pronunciado
van a tratar de entenderle; si viene una quechua o una aimara, no; porque
hay una minoría que nos sigue mirando desde la vereda de enfrente.

Emiliana Mamani habla con voz firme, no tanto como para ganarle al ruido de
Nazca y Bogotá, que entra a bocanadas en un bar enorme de la comunidad,
donde es más fácil imaginarse fiestas de cumpleaños o celebraciones
familiares que entender la presencia de Jorge Rial en un televisor con
mostrador de fondo. Migrante boliviana con casi treinta años de residencia
en Buenos Aires, es una de las fundadoras de Q’Amasan Warmi, una
organización que asiste a las mujeres de su país en el área
metropolitana, aunque descrea de las categorías. “Trabajo desde los 18
años y siempre hice acompañamiento de mujeres migrantes. Pero no me gusta
el estatus de organización; decir grupo de mujeres es más acogedor para
mí. Hacemos acompañamiento en violencia. Pueden necesitar algo en algún
hospital, reclamar por la discriminación de algún hijo en una escuela o
en algún sitio público. Necesitan de esa contención porque ya arrastran
diferencias culturales desde Bolivia. Cerca del 70 por ciento de las que
migramos a la Argentina venimos de zonas rurales, muy pocas venimos de la
ciudad. La gente de la colectividad que llega aquí no consigue trabajo en
nuestro país, tiene serios problemas económicos y dificultades para
expresarse, entonces no son bien atendidas en los lugares públicos.
Conozco casos de mujeres bolivianas embarazadas que han ido a atenderse al
hospital y en la consulta les preguntan si se bañaron. Frente al maltrato,
muchas no vuelven y prefieren llegar a las últimas consecuencias con una
enfermedad antes que recurrir a un hospital. Ahora está cambiando la
situación, pero sólo un poco: el Vélez Sársfield no cambia ni ahí, el
Santojanni más o menos, y el Alvarez se va encaminando. Muy despacio.”

La cadena del desánimo

La norma que rige la atención sanitaria en la Argentina es clara. La Ley
de Migraciones precisa el derecho irrestricto a la atención a la salud de
la inmigración, con independencia de su realidad migratoria. El artículo
8 advierte que “no podrá negárseles o restringírseles en ningún caso
el acceso al derecho a la salud, la asistencia social o atención sanitaria
a todos los extranjeros que lo requieran, cualquiera sea su situación
migratoria”. Diez años después de sancionada, la aplicación sigue
atada a los prejuicios o el desánimo de los efectores de salud y/o del
personal administrativo. “Iniciamos un relevamiento sobre salud sexual y
reproductiva, repartimos folletería y hablamos en lugares donde se reúne
la colectividad para concientizar y para que las mujeres se empoderen.
También vamos haciendo un camino de sensibilización con personal que
trabaja en los hospitales a través de talleres, y para que respeten la
ley. Con el tiempo tendrán que aceptar que la gente boliviana es de hablar
suavito, pero eso no quiere decir sumisa”. Es inevitable pensar en el
camino que habrá recorrido Reina Torres antes de embarcarse en estos
proyectos, que incluyeron participar en un relevamiento sobre el acceso a
derechos de las personas migrantes de la provincia de Buenos Aires, bajo la
coordinación del Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del
Mercosur (Ippdh). Reina trabajó desde la Universidad de Lanús, dirigida
por Lilia Camacho. Hoy cursa una tecnicatura en Economía Social y
Solidaria en la Universidad de Quilmes, por inquieta e insumisa. Es la
cuñada de Marcelina Meneses, una mujer migrante a la que arrojaron junto
con su bebé desde un tren a las vías del ferrocarril, en 2001. Ambos
fallecieron tras la caída, nunca se identificó a los culpables y la
empresa ferroviaria tardó mucho tiempo en hacerse cargo de la
responsabilidad que le tocó en el hecho.

–Lo de Marcelina fue determinante en lo personal y en la caracterización
que más tarde hice de la situación de las mujeres bolivianas en procesos
migratorios, sus falencias, la precarización. Después, la investigación
del Ippdh me abrió un panorama amplio, donde es evidente la feminización
del movimiento, con mujeres en edades reproductivas de entre 15 y 49 años,
y una tasa alta de fecundidad, que responde a maternidades planificadas o a
una demanda relativa de métodos anticonceptivos.

¿Por desconocimiento?

–En muchos casos sí. Pero esa demanda por anticoncepción también tiene
que ver con particularidades vinculadas a la cultura y a una relación
entre géneros.

“Salud y migración internacional: mujeres bolivianas en la Argentina”,
una investigación de la socióloga Marcela Cerrutti que forma parte de un
proyecto encabezado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa),
destaca, “por un lado, que el valor fundamental asociado a la feminidad
es la función reproductiva; por el otro, que las mujeres tienen un escaso
poder de autodeterminación”. Médicas y médicos encuestados para este
trabajo en la ciudad de Buenos Aires y en Jujuy señalaron “las
dificultades profundas con las que se encuentran los programas de salud
reproductiva y procreación responsable a la hora de intentar
‘empoderar’ a las mujeres para que tengan mayor control y autonomía
sobre sus propios cuerpos. Pero aunque es una tarea muy difícil debido a
que puede trastrocar relaciones de género ancestrales, en algunos casos
logran con éxito que la mujer pueda llevar a cabo su propia decisión”.
Lo confirma el relato de una médica: “La semana pasada hicimos una
ligadura tubaria en una paciente que tenía 11 hijos a los 34 años, y
cuando le planteamos la posibilidad de ligarle las trompas ella me
respondió que iba a hablar con su marido y después me iba a decir. Habló
y dice que le dijo: ‘¡Estás loca!’. Entonces le digo: ‘Bueno, esto
puede hacerse en cualquier momento’, y después la paciente volvió a
decirme: ‘Yo me voy a ligar las trompas igual porque no quiero tener más
hijos’”.

Reina avala esa versión y agrega que las mujeres deciden, pero a veces
priorizan el trabajo, relegan la propia salud y se atienden “cuando no
dan más. En el hospital de oncología Marie Curie, la mayoría de las
mujeres de la comunidad boliviana van cuando el cáncer está muy avanzado.
El maltrato hospitalario las desalienta o las atemoriza, y encima
desconocen la nueva ley, ignoran que no deben exigirles un documento de
identidad para ser atendidas”. En el mismo universo, la historia de los
partos ocupa un sitio descolocado, que supera los cánones profesionales.
En su texto, Cerrutti se mete en la entrañas de la previa a parir en un
hospital porteño. “Nosotros somos de muy poco hablar, pero conocemos
nuestro cuerpo. No es que pienso que voy a parir con dolor, entonces digo
‘háganme la cesárea porque este dolorcito no lo quiero’. Nosotros
somos del otro lado: parir con dolor tiene un significado muy grande, es el
binomio, que está muy junto, muy intrínseco entre madre e hijo. El parto
natural es algo normal, que se tiene que dar porque se tiene que dar así,
es parte de la naturaleza.” Y se arman estrategias: “Cuando ya estás
por parir y te pasan el Pervinox y te dicen ‘te vamos a hacer un
tajito’, nosotras decimos ‘bueno, sí, sí, doctora’, no decimos
nada, vamos y parimos en el baño, como sabemos, una mano sostenida, una
mano al bebé y parimos. Y bueno, eso también está tildado como ‘uy,
estas bolivianas son animales, van y tienen sus bebés en el baño’.”

En la piel de todas

La psicóloga Kathya Díaz y la abogada Ivon Zárate son amigas y
cómplices. Se prometieron, casi sin necesidad de mencionarlo, que nunca
perderán su identidad de sangre para sostener con la misma rebeldía a
otras que, como ellas, quieren hacer suya la ciudad. Son tan jóvenes que
cuesta creerles los títulos y los buenos tumbos dados a los 22, 23 años
que tienen ambas.

En la organización Yanapacuna, que conduce la abogada Zulema Montero
–una lideresa con profunda trayectoria jurídica y reconocida militante
de la Asamblea por los Derechos Humanos, en Bolivia–, brindan asistencia
a mujeres y adolescentes víctimas de trata laboral y violencia doméstica,
“para sacarles el estigma de la triple victimización por mujeres,
explotadas y migrantes”. Se suman las persecuciones policiales o, por la
contraria, la negativa a tomarles las denuncias. “Más que comprensión,
necesitan aceptación”, remarca Díaz. “Me pongo en la piel de muchas
mujeres de otras nacionalidades, como las paraguayas o las peruanas,
determinadas a ciertos usos o trabajos, y no les permiten salir de eso. La
discriminación es laboral, social y emocional, porque se genera una
violencia psicológica que vulnera más y genera situaciones bastante
complejas.”

Zárate reconoce que el peligro duerme en las decisiones que toman las más
jóvenes. “Tienden a desidentificarse, a ser maleables. Son más
vulnerables a cualquier situación. En la secundaria, las adolescentes
tratan de mimetizarse con el resto para que las acepten. Muchas reniegan de
su nacionalidad por evitar un maltrato o para que no las discriminen. Pero
no les va a resultar porque siguen siendo bolivianas. En esa grieta,
cualquier adolescente quedará atrapado en trabajos precarios por
costumbre.” Emiliana precisa que las chicas sólo consiguen puestos de
empleadas domésticas o en talleres textiles, mientras que los varones
suelen trabajar como albañiles. “Malgastan en bailes, en lugares donde
toman mucha cerveza. Están aquí solos, sin familias que los contengan.
Pasan dos o tres años, no juntaron nada, forman parejas y tienen hijos.”
Gilda es uno de los casos extremos. Cumplió los 17 cuando trabajaba en un
taller de costura y era evidente que le hacía honor a la edad en cada risa
tentada. “Pero los hombres no lo ven así. Dicen ‘esa chica está
coqueteando, me está molestando’. Se la agarró el dueño, como les
pasó a tantas otras: abusan de ellas y ellas acceden a ese abuso porque
ven que el tipo tiene casa y auto. Después aparecen con niños, se dejan
llevar por promesas falsas. Es muy difícil salir del abuso, sobre todo
cuando lo consideran normal. Por ahí vienen de padres que han golpeado a
las mamás, y piensan que ellas también deben vivir la vida que vivió su
madre.”

Kathia Díaz vincula esa naturalización con un factor ancestral,
“abigarrado en nuestra cultura boliviana, que es conservadora, patriarcal
y machista. La identidad de la mujer gira en torno de esas cuestiones. Hay
una tendencia a la sumisión, al maltrato corporalizado”. Los últimos
indicadores del Instituto Nacional de Estadística de ese país y del
viceministerio de Igualdad de Oportunidades señalan que nueve de cada diez
mujeres sufren violencia intrafamiliar. A escala nacional, el 87 por ciento
de las mujeres sufre algún tipo de violencia.

La celebración de la Pachamama el 1° de agosto, en la waka de Parque
Avellaneda, es un encuentro simbólico de los pueblos originarios, donde se
“siembra para cosechar respeto y estima por el buen vivir”. Allí manda
el matriarcado desde las manos de las mujeres; van fundiendo en la tierra
las flores con aguardiente, los humos del carbón que todo lo quema para
volver a empezar. “Hay un sentido común en todo esto, y es pensar cómo
he vivido y cómo quiero que vivan mis hijxs –observa Emiliana–. Es una
cuestión de alegría identitaria que replicamos en cada ceremonia. Fijate
vos, las mujeres estamos en el medio de todo eso, y no es casual, porque la
contracara de arrastrar con la carga más pesada es nuestra esencia de
sostenedoras. Qué duda cabe, el futuro es mujer.”

Pagina12 / COMCOSUR MUJER No. 422 – 16/07/2014

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BOLIVIA

1) ANALIZAN PROGRAMA NACIONAL DE EDUCACIÓN SEXUAL

Hace más de un año asistí al centro de salud de la Villa Rosita para
hacer atender a mi hija y cuando charlábamos con la doctora me informó
sobre el programa de planificación, así que pasé por esa oficina, desde
eso me hice colocar la T de cobre y asisto regularmente a revisión
médica, contó María. S., que nació en Sucre pero hace dos años vive
en Santa Cruz. Por su parte, Rafaela M. igual accede a este servicio, con
los inyectables trimestrales, ella es de Brasil, pero hace poco más de un
año vino a Santa Cruz a estudiar Medicina.

Según datos del Programa Nacional de Planificación Familiar en el
departamento, este llega con información al 60% de mujeres en edad
fértil, pero las personas que lo utilizan es el 30% del total de las
mujeres en edad fértil. Ante ello, autoridades de salud observan la
cobertura de este programa y sugieren fortalecer campañas de educación
sexual.

El método anticonceptivos más solicitado. La responsable del programa de
salud sexual y reproductiva del Servicio Departamental de Salud (Sedes),
Ruth Gálvez, señaló que como parte de los derechos sexuales todas las
personas que viven en el país pueden acceder a estos métodos
gratuitamente en el sistema público. En este sentido, señaló que el
programa logró que no se incrementen los índices de embarazos no
deseados. Para la entrega de los métodos anticonceptivos la paciente
primero debe recibir una charla de orientación. Según datos del programa,
el orden de preferencia de anticonceptivos es píldoras, preservativos,
inyectables trimestrales y por último la T de cobre.

Se prevé que desde la próxima gestión se incorporen al programa el
condón masculino y el método Jadelle. Para el secretario de Desarrollo
Humano de la Alcaldía cruceña, Raúl Hevia, el programa sí ayudó a
motivar a las parejas a planificar su vida familiar y disminuyó los
embarazos no deseados.

Embarazos en adolescentes. El director de la maternidad Percy Boland,
Fernando Saavedra, señaló que este nosocomio brinda información de
planificación familiar especialmente a las embarazadas que asisten a sus
controles prenatales y a las que ya recién tienen a sus hijos. Sobre la
atención de partos, señaló que actualmente se atienden a mujeres cada
vez más jóvenes. «Casi a diario atendemos partos de adolescentes de 12 o
13. Antes no solían haber estos casos», puntualizó. Al respecto, Gálvez
reconoció que este sector es el que menos cubre el programa. «Tenemos
dificultades para que las adolescentes utilicen un método de prevención
de embarazos no deseados», aseguró. La maternidad atiende un promedio de
30 partos a diario, entre cesáreas y partos naturales. Según Saavedra el
60% son de menores de 25 años.

¿Cómo ampliar la cobertura del programa?.

La presidente del Colegio Médico de Bolivia, Rosario Ruiz, enfatizó que
para ampliar la cobertura se requieren hacer más capacitaciones en grupos
fuera de los centros de salud, como los clubes de madres u otras
asociaciones. «No se tienen datos específicos sobre la efectividad del
programa, pero lo que es notorio es que al iniciar se priorizaban más las
capacitaciones, no solo al personal de salud, sino a mujeres en otros
espacios que no sean los hospitales», dijo. Asimismo enfatizó que se tiene
a favor que actualmente las mujeres son más libres de decidir, pues ahora
son ellas las que buscan un método para cuidarse de embarazos no deseados
y antes para ocupar cualquier método debían consultar a su pareja. Por su
lado, el presidente del Colegio Médico de Santa Cruz, Edwin Viruez,
explicó que el sistema de salud tiene varias debilidades, principalmente
en atención a embarazadas. «El programa de salud sexual no logró el
objetivo pues continúan habiendo muchos embarazos no deseados y la
mortalidad materna infantil continúa siendo alta», aseveró.

Educación desde los colegios.

Gálvez destacó que el tema de educación sexual se debe reforzar desde
los colegios, especialmente en los últimos cursos.»No se debe de hablar de
sexualidad solo en cursos esporádicos, este tema se debe abordar en una
materia de manera integral, para trabajar especialmente en prevención»,
afirmó.

Comportamiento, conocimiento y actitudes de los jóvenes.

El proyecto Pro Joven de la fundación Aprende realizó un estudio sobre
conocimientos, comportamientos y actitudes sexuales en el que participaron
jóvenes entre los 13 y 25 años, en Santa Cruz, Warnes y Montero. El
coordinador de la investigación, el sicólogo Alejandro Velarde, mencionó
que el 43% recibe la mejor información sobre sexualidad de sus profesores
y el 36% de sus padres, el restante señalaba recibir información de otras
fuentes. Ante esta situación, Velarde aseveró que el objetivo de la
investigación era identificar la realidad en cuanto a la educación sexual
de los jóvenes para que a partir de eso fortalecer el sistema educativo
con capacitación a los profesores.

Uso de método anticonceptivo en primera relación.

Del total que participó en la encuesta, el 50% no utilizó un método
anticonceptivo en su primera relación sexual, mientras que un 42% sí lo
hizo. Al respecto, Velarde resaltó que más de la mitad de los jóvenes
corrieron el riesgo de un embarazo no deseado o de adquirir una Infección
de Transmisión Sexual (ITS).

Frecuencia de uso de métodos anticonceptivos.

En relación a la frecuencia de uso de anticonceptivos, a la encuesta
respondieron «siempre» el 31% de las mujeres y el 27% los hombres; en
segundo lugar, “a veces”, el 23% de las mujeres y el 26% los hombres.
Además, estaban las opciones de «no sé» y «nunca». Velarde resaltó que
gran parte de la población juvenil, tanto hombres como mujeres, desconocen
o no les dan la suficiente importancia a utilizar métodos anticonceptivos.

Métodos del programa…

Píldoras anticonceptivas. Son píldoras con hormonas que alteran el
funcionamiento del cuerpo, específicamente evitan la ovulación con el
objetivo de prevenir los embarazos no deseados.

Inyectables. Son anticonceptivos en forma de inyección intramuscular que
tienen contenido hormonal.

Se puede administrar la inyección de forma bimestral o trimestral.

Condón masculino. Se distribuye gratuitamente dentro del programa y tiene
dos objetivos: prevenir embarazos no deseados y evitar el contagio de
enfermedades de transmisión sexual. Por lo que se puede utilizar
acompañado de otro método anticonceptivo.

T de cobre. Es un dispositivo intrauterino en forma de T, de plástico que
está revestido por un hilo de cobre, lo que provoca el efecto
anticonceptivo. Se inserta dentro del útero y actúa como un
anticonceptivo. Es de larga duración, un promedio de cuatro años.

Método Jadelle. Es un implante subdérmico que se coloca debajo de la piel
del brazo. Su uso es a largo plazo, un promedio de cinco años. Aún se
está capacitando al personal de salud para su aplicación.

Sistema de salud
Uso de la píldora del día después

Situación. Gálvez aseguró que la píldora del día después también
forma parte del programa y es dado a las pacientes que olvidaron ocupar un
método anticonceptivo o a las mujeres que fueron víctimas de abusos
sexuales. Por su parte, el director de la Maternidad y el secretario de
Desarrollo Humano de la Alcaldía indicaron que esta píldora solo se
entregaba de manera obligatoria a los mujeres víctimas de abusos sexuales.
«Si una mujer olvidó protegerse en su relación sexual es responsabilidad
de ella la compra de la píldora del día después», agregó Hevia.

La farmacéutica Silvia Dorado aseveró que esta píldora no se debe de
ocupar como un anticonceptivo, sino solo en casos de emergencia, que no
deben de exceder dos ocasiones al año. Por ello, enfatizó que en caso de
consumir en exceso puede haber distintos grados de pérdida de la audición
y sangrado que desaparecen cuando se deja de consumir.

Punto de vista

René Bilbao
El secretario ejecutivo de la Federación de Sindicatos de Ramas Médicas
(Fesirme),

«Hay que fortalecer la educación sexual»

El Programa Nacional de Educación Sexual fue creado para reducir los
embarazos no deseados y a su vez también la mortalidad materno-infantil.
Los métodos que forman parte del programa son entregados a todas las
personas que viven en el territorio nacional, sean bolivianas o
extranjeras, por ellos indudablemente se benefician bolivianas del área
urbana como rural y brasileras, colombianas y de otros nacionalidades que
viven en el país. Una de las debilidades del programa es su cobertura en
el área rural, donde la población tiene menos posibilidades de acceso a
servicios de salud y educación sexual. Desde la implementación del
programa no se ve mejoría en la prevención de embarazos no deseados
porque se continúa viendo a embarazadas muy jóvenes.

Otro aspecto que se debe trabajar dentro del programa es la información y
educación sexual. No es solo entregar los métodos anticonceptivos, esto
debe ir acompañado de talleres constantes, especialmente a los
adolescentes y jóvenes porque caso contrario se entregarán los métodos,
pero las beneficiarias no lo utilizarán. Para lograr que el programa tenga
mejores resultados la educación sexual debería empezar desde los
colegios, en los cursos de secundaria se deberían profundizar estos temas
para que los adolescentes antes de iniciar su vida sexual ya tengan la
información necesaria para cuidarse no solo de embarazos no deseados, sino
también de enfermedades de transmisión sexual.

El Dia de Bolivia/ COMCOSUR MUJER No. 422 – 16/07/2014

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ECUADOR

1) PRESENTAN AGENDA PRO DERECHOS DE LAS DIVERSIDADES SEXUALES

Lanzan la primera agenda de medidas que defiende los derechos de las
minorías sexuales en Ecuador.

Esta agenda defiende la diversidad de sexo y género y plantea una serie de
medidas que se deben cumplir hasta el año 2020.

La presentación de esta agenda es una medida tan importante para la
comunidad LGBTI que está siendo comparada con la despenalización de la
homosexualidad en Ecuador en el año 1997.

Según Sandra Álvarez, presidenta de la Organización Ecuatoriana de
Mujeres Lesbianas, la elaboración de la agenda se realizó gracias a 27
organizaciones que pertenecen a la comunidad LGBTI (lesbianas, gais,
bisexuales, transexuales e intersexuales).

Álvarez señala que este documento junta todas las demandas de la
comunidad LGBTI. Así podrán trabajar mejor y con un solo objetivo.

Esta iniciativa nació después de un encuentro nacional, el 9 y 10 de
abril, que congregó a todas las organizaciones del Ecuador.

Por otra parte, también se pronunció Boris Cornejo, presidente de la
asociación civil Esquel, que busca el desarrollo humano de la comunidad
LGBTI.

Cornejo destaca tres ámbitos de los derechos que han sido vulnerados. El
primero es la educación. Las personas con distinta orientación sexual son
excluidas de tener estudios superiores.

El segundo derecho es la salud. La comunidad LGBTI merecen una atención
diferenciada. No solo enfocada en la curación de enfermedades de
transmisión sexual.

El tercer ámbito es el laboral. El acceso al trabajo es limitado y muchos
recurren al trabajo sexual.

Finalmente Boris Cornejo agregó: “La comunidad LGBTI ha trabajado en
este proyecto y busca el reconocimiento de la sociedad y que el Estado
reconozca y permita la unión de personas del mismo sexo”.

Agencia Púlsar/ César Joao Espinoza/ COMCOSUR MUJER No. 422 – 16/07/2014

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GAMBIA

1) ACTIVISTAS IMPULSAN LEY CONTRA MUTILACIÓN GENITAL

Activistas de los derechos de las mujeres en Gambia sostienen que más de
30 años de campaña para sensibilizar a la población contra la
mutilación genital femenina (MGF) deberían alcanzar para que el gobierno
se decida a prohibir la controvertida práctica.

La MGF, que consiste en la extirpación de parte o de la totalidad de los
genitales externos de una niña o una mujer, sigue siendo generalizada en
este pequeño país de África occidental de 1,8 millones de habitantes,
pero las activistas creen que la campaña contra la mutilación llegó a un
punto de inflexión.

Gamcotrap, una organización no gubernamental promotora de los derechos
políticos, sociales, sexuales y educativos de las mujeres y niñas en
Gambia, redactó junto con otras agrupaciones del movimiento contra la MGF,
un proyecto de ley que fue sometido a un amplio proceso de consultas.

«Le hemos causado mucho sufrimiento a las mujeres… si mis abuelos
hubieran sabido lo que sé hoy, no hubieran circuncidado a nadie. La
ignorancia es el problema”: Babung Sidibeh.
En el pasado, varios intentos de legislación contra la MGF no prosperaron.
Artículos que prohibían la mutilación fueron retirados de al menos tres
proyectos de ley favorables a las mujeres. Pero ahora las activistas están
decididas a hacer el último esfuerzo para lograr la aprobación de la
iniciativa legislativa.

“Llegó la hora de la acción definitiva”, afirmó Amie Bensouda,
consultora jurídica del proyecto de ley.

“No puede haber medias tintas. La ley tiene que ser clara. El proyecto
propone la prohibición de la MGF en todas sus formas. Esta discusión no
puede continuar para siempre. El gobierno debe hacer lo correcto”,
exhortó.

“La campaña alcanzó su clímax”, destacó Isatou Touray, directora
ejecutiva de Gamcotrap.

“Trabajamos mucho. Tengo la esperanza de que se apruebe la ley porque
tanto mujeres como hombres la reclaman. Sé que hay bolsones de
resistencia, pero eso siempre sucede cuando se trata de derechos de la
mujer”, aseguró.

“En 2010 organizamos un taller para la Asamblea Nacional” legislativa,
indicó Touray.
Los diputados, mediante “una declaración se comprometieron a apoyar todo
proyecto de ley que penalizara la MGF”, aseguró.

Además, “desde 2007, más de 128 circuncisiones y 900 comunidades han
abandonado la práctica. Esta tendencia va a seguir creciendo”, detalló
la activista.

Aproximadamente 78 por ciento de las mujeres de Gambia se someten a la
mutilación como un “rito de iniciación”. Sin embargo, tras más de 30
años de la campaña contra la MGF soplan vientos de cambio que incluso
alcanzan a las conservadoras comunidades rurales de este país.

Los programas de sensibilización llevaron a centenares de personas que
realizaban las mutilaciones a declarar públicamente que abandonaban la
práctica. Una de ellas fue Babung Sidibeh, guardiana de la tradición en
su Janjanbureh natal, la capital de la provincia de la región del Río
Central, a 196 kilómetros de Banjul.

La anciana mujer asumió su función tras la muerte de sus padres, pero
desde entonces “soltó el cuchillo”, como se dice popularmente en este
país cuando alguien abandona la práctica de MGF.

Sidibeh tomó su decisión tras recibir capacitación en materia de salud
reproductiva y los derechos de las mujeres.

“En 2011, Gamcotrap me invitó a una capacitación. Me mostraron los
daños que les hicimos a nuestras compañeras mujeres. Si hubiera sabido
antes lo que sé hoy, nunca hubiera circuncidado a nadie”, subrayó.

“Les hemos causado un gran sufrimiento a nuestras mujeres. Si mis abuelos
hubieran sabido lo que sé hoy, no hubieran circuncidado a nadie. La
ignorancia es el problema”, añadió con un dejo de remordimiento.

El Ministerio de Salud Pública desempeña ahora una actitud más proactiva
en torno al problema, aseguró a IPS la alta funcionaria Camara Touray.

“El ministerio instituyó un registro de complicaciones derivadas de la
MGF. También capacitamos al personal de enfermería… Hasta hace poco,
cuando se le preguntaba a la mayoría de los trabajadores de la salud sobre
las complicaciones que pueden surgir tras la mutilación, decían que no
las había”, explicó.

“Eso se debe a que no fueron entrenados… A los tres meses de adoptar el
registro, cuando visitábamos las distintas zonas veíamos que se habían
registrado cientos de complicaciones debido a la MGF”, añadió la
funcionaria.

En marzo, Gamcotrap organizó una reunión entre expertos religiosos de la
región que trató de desvincular la MGF de la fe islámica, en este país
donde 90 por ciento de la población se declara musulmana. Touray dijo que
el encuentro fue el paso previo a la introducción de la propuesta de ley
en el parlamento.

“Reunimos a eruditos islámicos de Malí, Guinea, Mauritania y Gambia.
Tuvimos un debate constructivo y, por abrumadora mayoría, se aceptó que
la MGF no es un mandato islámico, sino una práctica cultural”,
explicó.

En su declaración final, el encuentro académico “recomendó la
adopción de una ley específica” sobre la mutilación, añadió.

Sin embargo, persiste la resistencia de algunos sectores. Un influyente
grupo de académicos musulmanes, con el apoyo de la dirección del Consejo
Supremo Islámico de este país, sostiene que la MGF es un mandato
religioso.

Estos clérigos tienen gran cantidad de seguidores, algo que los políticos
respetan, y en los últimos tiempos intensificaron su campaña a favor de
la MGF.

“Será un grave error si legislan contra la MGF”, advirtió Ebrima
Jarjue, miembro ejecutivo del Consejo Supremo Islámico, entrevistado por
IPS.

“Nuestra religión dice que solo realicemos cortes pequeños. Se nos debe
permitir practicarla. Si algunas personas lo hacen mal, que las detengan.
Que aprendan a hacerlo. Si la circuncisión de las niñas cuando son
pequeñas causa problemas, entonces esperemos hasta que crezcan. Es lo que
se hacía antes”, manifestó.

La Oficina de las Mujeres, el brazo ejecutor del Ministerio de Asuntos de
la Mujer, tiene dudas sobre la legislación contra la MGF.

“La posición de la Oficina de las Mujeres es que es necesario tener más
sensibilización y diálogo para avanzar el tema”, declaró Neneh Touray,
la funcionaria de comunicación de la cartera.

Pero se negó a comentar a IPS ar si el organismo considera que el proyecto
de ley es prematuro.

Saikou Jammeh/IPS/ COMCOSUR MUJER No. 422 – 16/07/2014

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MÉXICO

1) GOBIERNO “NO TIENE IDEA” DE CÓMO INDAGAR EL FEMINICIDIO

El Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres (SNPASEVM) carece de una metodología clara
que garantice la objetividad en las investigaciones de feminicidio, que
podrían derivar en una Alerta de Violencia de Género (AVG) en Chiapas y
el Estado de México.

María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional
del Feminicidio (ONCF), y Martha Figueroa Mier, directora del Colectivo de
Mujeres de San Cristóbal de las Casas, se dijeron preocupadas de que las
autoridades federales aún no les informen sobre la metodología que
seguirán en las investigaciones para verificar si existe violencia
feminicida en esas entidades.

Esto porque ambas organizaciones ganaron los amparos que interpusieron tras
la negativa del Sistema de investigar la violencia en el Edomex (petición
negada en enero de 2011) y en Chiapas, rechazada en noviembre de 2013. Sin
embargo ambos casos se indagarán con el anterior Reglamento –y por tanto
ya no vigente– de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia (LGAMVLV).

Y es que las negativas a esas solicitudes de AVG ocurrieron cuando aún
estaba vigente el anterior reglamento, que establecía que las peticiones
de alerta debían someterse a votación para determinar, en primera
instancia, la procedencia o no de una investigación sobre violencia
feminicida.

En su momento, cada una de las organizaciones solicitantes de la AVG
interpuso un amparo ante la negativa y ambos fueron concedidos. Así, el
Poder Judicial ordenó al SNPASEVM realizar la investigación en cada
entidad.

TORTUGUISMO

Para el Edomex el proceso ha tardado más, pues el amparo se ganó desde
2012 pero fue hasta mediados de 2013 que el Sistema realizó dos sesiones
para votar nuevamente la procedencia de la indagación.

No obstante, volvió a rechazarla y en 2013 el Poder Judicial Federal (PJF)
ratificó el fallo del juzgado, a lo que la Secretaría de Gobernación
(Segob) respondió con una queja que fue desechada a su vez por el PJF en
marzo pasado por improcedente.

En tanto, Chiapas no pasó por el mismo proceso, pues tras ganar el amparo
el Sistema no puso pretextos y anunció que realizaría la investigación.

Ayer, en conferencia de prensa, Martha Figueroa y Luz Estrada dijeron que
en reuniones con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la
Violencia contra las Mujeres (Conavim) –instancia de la Segob– han
detectado que el gobierno federal carece de una metodología clara para
realizar las investigaciones, lo que abre la posibilidad de que los
resultados estén sesgados y favorezcan a los gobiernos locales.

BUROCRACIA

El Sistema informó que las pesquisas en el Edomex y Chiapas correrán a
cargo de un “Grupo Multidisciplinario e Interinstitucional” creado en
2009 a partir del acuerdo 04-24/04/2009, y cuyos resultados serán
evaluados por un “Grupo Dictaminador” instaurado con el mismo acuerdo.
Ambas instancias están integradas sólo por dependencias federales.

El “Grupo Multidisciplinario e Interinstitucional” (que según el
anterior reglamento se debía crear para investigar la violencia feminicida
cuando fuera admitida una solicitud de AVG), está conformado por la Segob,
la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), la Procuraduría General de
la República (PGR), y el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación
(Conapred).

Mientras que el “Grupo Dictaminador” lo integran la Segob, la
Secretaría de Salud (Ss) y el Instituto Nacional de las Mujeres
(Inmujeres), aunque se desconoce el nombre de las o los representantes de
cada instancia.

Luz Estrada consideró que la conformación del “Grupo
Multidisciplinario” implica un sesgo en la información, pues se incluyen
a personas, que aunque lleguen a tener conocimiento del tema, trabajan para
el gobierno federal que es en gran medida responsable del clima de
violencia y que ha manifestado en forma reiterada su desinterés por las
mujeres.

Agregó que recientemente hubo una reunión con la titular de Conavim,
Alejandra Negrete Morayta, quien le pidió al OCNF un resumen de la
investigación que ha realizado en el Estado de México, que presentara a
las víctimas que acompaña y los expedientes que tienen en su poder.

Ante esa petición, la activista sostuvo que “está claro que no tienen
ni la menor idea de cómo realizar la investigación”. Abundó que la
dilación del resultado de la investigación en el Edomex (que se esperaba
en mayo pasado), y las solicitudes de la comisionada Negrete demuestran que
“no hay una metodología clara para investigar el feminicidio”.

Por ello, Estrada solicitó al gobierno federal, una vez más, que las
investigaciones las realicen especialistas en violencia de género, ya que
el objetivo es “investigar una violencia específica que a diario cobra
la vida de mexicanas y que es una grave violación a los Derechos
Humanos”.

Cimac / COMCOSUR MUJER No. 422 – 16/07/2014

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URUGUAY

1) MUJERES EN SITUACIÓN DE CALLE: MÁS JÓVENES Y FRÁGILES

La conceptualización de las personas en situación de calle ha tenido
tradicionalmente un sesgo masculino: la ausencia de la perspectiva de
género invisibilizó a las mujeres que, si bien en cantidades menores,
también integran esa población. Una investigación realizada por Fiorella
Ciapessoni para el Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de
Desarrollo Social puso el foco en ellas, fundamentalmente en las que acuden
a refugios nocturnos de ese ministerio, incluyendo percepciones a su
respecto del personal técnico que atiende los mismos.

La magister Fiorella Ciapessoni advierte que la situación de calle es
mucho más compleja que la cronicidad de la misma: no solo se aplica a
quienes están siempre en calle, sino a personas que por su peripecia vital
pasan tiempo en calle alguna vez. No obstante, como apunta Francisco Terra,
director nacional de Desarrollo Social del Ministerio de Desarrollo Social
(Mides), para la opinión pública y los medios de comunicación la
cronicidad es lo más definitorio.

La intención de la investigación de Ciapessoni es visibilizar a las
mujeres que, por su situación de calle, pernoctan en refugios, identificar
sus características, aportar elementos para la comprensión del problema,
mostrar cómo se trabaja con ellas en los centros nocturnos donde pernoctan
y formular recomendaciones para mejorar el encare. En su trabajo está la
voz del personal técnico, no la de las usuarias.

Difícil visibilización

Para estimar la cantidad de mujeres en calle, se vale de resultados de los
censos de población en refugios nocturnos de 2006 (solo Montevideo) y de
2011 (en todo el país).
Hasta 2006 no había datos oficiales. En ese año se incrementó la oferta
de refugios del Mides y aumentó también la demanda, mayoritariamente de
varones. La comparación entre ambos censos -relativa por su diferente
alcance territorial y metodología- muestra que la población en calle
tiende ser cada vez más joven. Las pocas mujeres censadas en 2006 tenían
entre 43 y 45 años; en 2011 aparecen menores de 15 años.

Otra diferencia es que en 2006 el 38% de mujeres y varones llevaba entre 1
y 3 años en calle; en 2011 la mayoría lleva menos de un año ya que ha
ido alternando diferentes arreglos residenciales.

En 2006 el nivel educativo, en general, era inferior a primaria completa.
En los últimos años comienza a aumentar ese nivel pero también hay
mujeres que no tienen estudios.

El Mides cuenta con diferentes tipos de refugios nocturnos: de baja
exigencia, como para comenzar un proceso de inserción social; de exigencia
media, como para asentar el desarrollo de un proyecto de vida y los
destinados al egreso con un proyecto y un seguimiento institucional.

En Montevideo hay 4 centros para mujeres solas. En 2013, 378 mujeres
pasaron por el sistema.

Factores de riesgo y nuevos disparadores

¿Por qué llegan estas mujeres a los refugios? Hoy se distingue entre
factores de riesgo y nuevos disparadores, entendiendo por ellos eventos
traumáticos (cambios en la salud, familia, trabajo, violencia de género,
separaciones, sobre todo entre las que tienen de 15 a 24 años),
patologías no invalidantes pero sin redes de apoyo, (consumo problemático
de drogas) que van modificando la trayectoria residencial. Las patologías
psiquiátricas desencadenantes alcanzan entre las mujeres que concurren a
centros nocturnos a casi el 80%.

El 75% de usuarios de centros nocturnos (8 de cada 10) son varones. Se
considera que las mujeres tienden a utilizar redes familiares para estar
menos en calle por el temor de que les quiten la tenencia de hijos e hijas,
entre otros factores. Efectivamente, su número es reducido, pero están en
peores condiciones.

La violencia de género, con victimizaciones muy tempranas, es una
característica de las mujeres en calle. Pero no la reconocen y bajo el
impacto del abuso y la falta de confianza que genera, no se abren al
diálogo.

Puerta giratoria

Contrariamente a los varones, para las mujeres estar en un refugio
significa protección y no se quieren ir de allí, lo que habla de falta de
vínculos, de abandono familiar.
Los técnicos de los refugios del Mides acreditan que “van y vienen, todo
el tiempo vuelven”. En general, se van porque forman uniones conyugales,
que no duran y suelen retornarlas al consumo problemático. Regresan peor,
con gran desmejoramiento en su salud.

También se van porque vencen los plazos de permanencia (de 6 meses a un
año), pero al no poder sustentarse por sí mismas, vuelven.

Los horarios de los centros conspiran contra la continuidad del trabajo con
ellas, señala Ciapessoni. Tienen que permanecer en la calle de 9 a 17 hs.,
lo que las expone nuevamente a las redes de consumo de las que buscan
alejarse.

Entre las recomendaciones de la investigadora, destaca la necesidad de
conocer a fondo las trayectorias de vida de estas mujeres, mejorar la
articulación interinstitucional y disponer recursos que puedan adelantarse
para que el trabajo no se limite a intervenir cuando ya está sucediendo la
situación de calle.

La Republica / COMCOSUR MUJER No. 422 – 16/07/2014

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quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre
(Tomado del libro A campo traviesa. Los caminos de Mario Costa)
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