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TISA: LEVANTANDO LA CORTINA

1) TISA: Levantando la cortina – 2) América Latina, China y Estados Unidos – 3) La situación de la lucha de clases en China – 4) ¿Qué está pasando en Baltimore? – 5) El suicidio en la Gran Nación Sioux –
POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 15 / Nº 717 / Lunes 4 de Mayo de 2015 / REVISTA SEMANAL DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares / COMCOSUR — COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.” — Emir Sader
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1) TISA: Levantando la cortina
Marcos Rey (Brecha)

Tabaré Vázquez levantó la cortina que opacaba las conversaciones sobre un posible TISA. El Pit-Cnt ve con buenos ojos el acceso a la información que promete el gobierno, pero mantiene su oposición al tratado y en el acto del Primero de Mayo insistirá en rechazar la participación uruguaya en ese ámbito.

La participación de Uruguay en las conversaciones en búsqueda de un tratado que liberalice el comercio de servicios (Tisa, por sus siglas en inglés) ha pasado a una nueva etapa. El presidente Vázquez, en la pasada reunión del Consejo de Ministros del lunes 27, propuso tres medidas (ya aprobadas) destinadas a darle más transparencia a las negociaciones en las que está sumergido Uruguay, junto a 50 países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Japón, Canadá y las naciones americanas que forman parte de la Alianza del Pacífico, más Paraguay y la la Unión Europea. El gabinete resolvió que se dará conocimiento de las tratativas al Pit-Cnt, al FA y a las organizaciones de la sociedad civil que reclamen información; en segundo lugar se creó una comisión interministerial, compuesta por Economía, la cancillería, y los ministerios de Turismo, Industria, Trabajo, Transporte, Ganadería, Agricultura y Pesca, que estudiará los temas del Tisa en debate; por último se decidió consultar la opinión del Frente al respecto, aunque el informe generado no tendrá carácter vinculante.

La resolución del Consejo de Ministros contrasta con la actitud de la anterior administración. En primer lugar, porque el gobierno de José Mujica no abrió este escenario de comunicación y consulta, e incluso –lo ha afirmado Vázquez– durante la transición no hubo información al respecto.

El ex vicecanciller Luis Porto admitió en su comparecencia ante el Secretariado del FA que se había omitido comunicar a la fuerza política sobre las conversaciones en marcha. Por su lado, el Pit-Cnt sostuvo que se enteró del tema mediante información suministrada por cables de Wikileaks y por la central mundial de trabajadores de servicios (Isp, por sus siglas en inglés), aunque el ex canciller y actual secretario general de la Oea, Luis Almagro, afirmó que la central sindical había sido puesta al tanto de las negociaciones en una reunión realizada en Ginebra en octubre de 2014.

Pero para agregarle más nudos al enredo, el coordinador de la central Fernando Pereira dijo a Brecha que lo trasmitido a dos delegados que estaban en ese momento en Ginebra no fue una comunicación oficial, y que nunca ni el Secretariado de la central ni su Mesa Representativa trató el tema. Y remarcó la diferencia con la anterior administración, pues ya está agendada una reunión con el canciller Rodolfo Nin Novoa para este lunes, donde el ministro informará sobre el resultado de las conversaciones que tuvieron lugar en la segunda quincena de abril en Ginebra, con la participación de la delegada uruguaya Brígida Scaffo.

Uruguay tuvo una primera participación en las reuniones en búsqueda de un Tisa en febrero de este año, y de ella no hubo información oficial. Fuentes del gobierno comentaron a Brecha que serán 12 los encuentros en los próximos 12 meses entre los 50 países, y que el venidero será en julio.

Si bien faltó comunicación oficial, también resulta evidente que hubo desatención sobre el tema por parte de los distintos actores. La primera señal de que Uruguay estaba embarcado en las negociaciones por un Tisa fue adelantada en declaraciones que Almagro hizo a La Diaria a mediados del año pasado. De eso nadie tomó nota, hasta que la cosa explotó por publicaciones llegadas desde el exterior.

Por su parte, el dirigente comunista e integrante del secretariado del Fa Daniel Marsiglia reconoció que hay un cambio en la política respecto a la anterior administración frenteamplista. Cambio que adjudicó a la polémica que ha provocado el tema, en particular a los pronunciamientos y movilización de la central sindical, pero también a la capacidad de escuchar del presidente Vázquez.

Tanto la central sindical como el Pcu y el ala “ortodoxa” del PS, los principales opositores a la participación en las negociaciones en procura del Tisa, ven positivamente el camino iniciado por Vázquez de abrir la discusión sobre el tema.

En esta realidad, quien demuestra ambigüedad es Mujica. Un día sostuvo que el Tisa es contra China (país que ha solicitado el ingreso, resistido por Japón y Estados Unidos) por lo cual se deduce, en función del intercambio comercial con ese país, que no sería bueno firmar algo por el estilo, para luego sostener que un paro del Pit-Cnt, como el realizado el 23 de abril pasado no tendrá influencia sobre las negociaciones, y que lo importante es participar de las conversaciones. Pereira se preguntó: si el paro es insuficiente para influir en las conversaciones, cuál es la posibilidad de que un país pequeño como Uruguay pueda influir en las negociaciones, donde participan los poderosos del mundo occidental.

Más allá de los distintos posicionamientos respecto al Tisa, en el FA se sostiene que se vive un clima diferente. Se percibe que existe cierta apertura, que algo de información comenzará a circular y que se cortará con el secretismo, porque no se sabía dónde estaban parados.

El meollo

Fuentes del gabinete aseguraron a Brecha que la primera reunión de la comisión interministerial, realizada ayer miércoles, tuvo como fin recoger la información sobre lo que compete a cada ministerio, en relación a las conversaciones en curso. Por tanto no se produjeron aún definiciones al respecto.

No obstante existen declaraciones, tanto de Nin Novoa como del titular del Mef, Danilo Astori. El ministro de Economía afirmó en conferencia de prensa posterior a su exposición ante la Cámara de Comercio Uruguay-Estados Unidos, que si Uruguay queda por fuera del Tisa, países que compiten con productos uruguayos podrán hacer acuerdos comerciales ventajosos y desplazar a Uruguay de determinados mercados.

En el Frente se repite la historia vivida a principios de la primera administración de Vázquez, cuando el astorismo defendió la pertinencia de un Tlc con Estados Unidos, considerando las oportunidades que le brindaba a los productos exportables de Uruguay el mercado estadounidense.

La experiencia de Colombia y México con los Tlc es paradigmática al respecto. México hoy debe importar de Estados Unidos el 80 por ciento de los alimentos, y los colombianos deben pagar patentes a multinacionales estadounidenses para plantar arroz, recordó Marsiglia. Por tanto, añadió, los riesgos de un Tisa son similares, y consiguientemente mayores a los beneficios, porque abriría el mercado de las telecomunicaciones y de una multiplicidad de servicios que hoy brinda el Estado. “Y lo que se habla de servicios globales (contabilidad, balances y call center, entre otros) que Uruguay vende, están casi todos en zonas francas, es decir exonerados de impuestos”, remarcó el dirigente comunista.

Pereira añadió que no se tienen en cuenta las asimetrías existentes en las diferentes economías, entre los países desarrollados versus Uruguay, y remarcó que la oposición al Tisa será un tema central del acto del Primero de Mayo.

Hasta ahora, según los distintos documentos existentes sobre el factible tratado, los países desarrollados no han entrado a fondo en la definición de los servicios que quieren liberar. Y si bien existen cláusulas negativas, donde los miembros pueden reservarse derechos, la duda es cuánta fuerza pueden tener para imponer la defensa de sus servicios públicos. El otro problema es que en cada conversación se dan por sentados acuerdos, aunque nada se haya firmado, y cada nueva participación arranca desde ese piso.

La oposición al Tisa está radicada en el Pcu, los diputados socialistas de Montevideo y la central sindical. El Mpp calla, aunque muchos de sus dirigentes no están de acuerdo, atendiendo a que fue durante el gobierno de Mujica que se decidió participar en las conversaciones para liberar el comercio de servicios. Por tanto, la posición mayoritaria podría ser en el FA: “no perdemos nada con estar en las negociaciones”. De todas formas, la coalición se plantea crear una comisión para estudiar el tema y luego derivarlo a los organismos de decisión: la Mesa Política o el Plenario Nacional. Se verá pues qué ocurre con este nuevo tren.

El Tisa y el Brou

Las empresas públicas uruguayas no podrán preferir al Banco República por sobre las sucursales de bancos extranjeros si Uruguay aceptara la propuesta que en las negociaciones del Tisa presentó Estados Unidos el año pasado sobre servicios financieros. Este sector de los servicios, precisamente, fue uno de los cinco sectores en los que se basó la 12a. ronda de negociaciones realizada en Ginebra este mes, según un artículo de Ravi Kanth, del servicio informativo South North Development Monitor (Suns), de Ginebra, al que accedió Brecha.

Asegura tener “información fehaciente” de que Estados Unidos ejerció presión sobre Uruguay en materia de compras gubernamentales y telecomunicaciones durante las negociaciones del Tisa. “Eso no quiere decir que Uruguay vaya a ceder, pero estamos muy preocupados porque las compras públicas son una de las formas de dinamizar la economía”, explica en diálogo con Brecha. Para el legislador, Uruguay no está preparado para negociar en solitario –fuera del bloque regional– con “cuatro o cinco delegados” mientras Estados Unidos asiste a las negociaciones con más de 200 asesores y especialistas.

Por ello, considera que Uruguay debe salirse de las negociaciones y, junto a otros países, volver a plantear las condiciones de la liberalización en el marco de la Omc. A Chiazzaro le preocupa también el futuro de la fibra óptica y la eventual apertura de los “servicios profesionales”, uno de los capítulos que asegura está en discusión en el Tisa: “Si abrís a la competencia extranjera los servicios profesionales tenés que considerar que podrían aparecer en Uruguay firmas de abogados norteamericanos, estudios de arquitectos japoneses o veterinarios de Australia”. Disgustado porque el Parlamento no disponga todavía de información del Ejecutivo sobre los servicios uruguayos que estarán abiertos a la negociación, critica la “desesperación” por la apertura y advierte que “nos puede llevar a dar pasos peligrosos”.

La opinión de dos economistas: “Falta información y objetivos claros”

Los riesgos de apostar en solitario a la apertura comercial, negociando de igual a igual con economías de gran calado, es un debate que tiene varias décadas. De qué forma puede impactar en las negociaciones del Tisa el peso de las grandes potencias (Estados Unidos, Japón o la Unión Europea) con respecto a pequeños países como Uruguay, forma parte de los reparos que han puesto los críticos a esta nueva embestida por la liberalización.

El economista José Manuel Quijano opina que si bien es una iniciativa a la medida de los intereses de los países más desarrollados y que “no tenemos una capacidad fundamental para incrementar las exportaciones de servicios”, igualmente Uruguay no puede quedar afuera de la discusión. “Tenés que ir a ver qué pasa y qué te ofrecen a cambio. Decir que no hay nada para discutir con estos países o que no tenés que ir porque son malos, es una posición infantil. No es defendible en un esquema de desarrollo donde tenés que hablar con todos y moverte como gato entre la leña. Tenés que ir a discutir y saber qué quieren. Ahora, siempre y cuando tengas un buen equipo de negociadores y un gobierno con objetivos claros. Si no tenés esas dos condiciones, volvé a tu casa”, señala en diálogo con Brecha.

Sebastián Fleitas, economista que realiza un doctorado en la Universidad de Arizona sobre economía industrial y regulación de mercados, coincide con esas dos condiciones. Consultado por este semanario, insistió en dos problemas para debatir la conveniencia de participar o no en el tratado. Primero, que el Estado uruguayo no maneja información suficiente –al menos de forma pública– sobre cuáles serían los costos y los beneficios que traería la apertura comercial en cada uno de los servicios que se quiera negociar. “Discutir si nos hace perder soberanía, como se ha dicho, no me parece relevante porque eso pasa con cualquier acuerdo o tratado internacional. A estos acuerdos hay que pensarlos de forma más pragmática: qué podemos ganar y qué podemos perder para el desarrollo, el bienestar, o mejorar la distribución del ingreso o la igualdad”, agrega. Segundo, a pesar de ciertos avances, para Fleitas, el país no tiene una “burocracia especializada” como la que ponen en juego las grandes potencias. Eso puede comprometer las negociaciones si no se dispone de evidencia suficiente como para calibrar el impacto de la apertura comercial. Pero dado que Uruguay resolvió sentarse a discutir el Tisa, el economista opina que el país debe producir evidencia empírica que le permita trazar una estrategia política en base a quiénes pueden ganar y quiénes pueden perder con la liberalización.

En una línea similar, opina Quijano: “El temor de mucha gente, que no es descabellado, es que una vez que te sentás a negociar terminás enroscado. Por eso hay que llegar con la suficiente información y con claridad de objetivos”. De todas formas, antes de tomar una decisión sobre qué servicios podría liberalizar Uruguay, Quijano opina que el gobierno tiene que brindar más información para el debate público: “Eso lo hace cualquier país civilizado y democrático”. Y además, consultar a los empresarios vinculados a los servicios que podrían estar en discusión. “Si descubrís que en la informática, lo digo como ejemplo porque no lo sé, habrá ventajas con la apertura, hacelo. Pero antes tenés que hablar con los empresarios uruguayos que producen software porque son quienes te dirán si pueden o no competir y en qué tipo de mercados podrían tener ventajas.”

Para Fleitas, en cambio, las decisiones en materia de inserción internacional no pueden depender del empresariado: “La regulación debe estar basada más en evidencia, en información, que en recoger la opinión de los empresarios. Porque también está lo que se conoce como el ‘riesgo de la captura’, es decir, que el país termine decidiendo sólo en función de los intereses de los empresarios. Es difícil evaluar qué conviene hacer si no tenemos investigaciones ni información suficientes. Debemos fortalecer las capacidades del Estado, quizás generar más informes públicos para debatir, si no terminamos cobrando al grito”.

LUNES 4 DE MAYO DE 2015 – COMCOSUR
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2) América Latina, China y Estados Unidos
Nil Nikandrov (Fondo de la Cultura Estratégica/CEPRID)

La guerra propagandística desatada por Estados Unidos contra China ha alcanzado niveles sin precedentes en América Latina. Los norteamericanos están empleando todos los medios a su alcance para tal fin, incluyendo cientos de canales de televisión, miles de emisoras de radio y películas que hablan de la «amenaza china». Periodistas títeres son utilizados regularmente para hacer circular falsedades habilidosamente preparadas. Con bombos y platillos los «ecologistas» dicen estar preocupados por los planes para la construcción del Canal de Nicaragua y por el proyecto conjunto Venezuela-China para la minería de oro en un Parque Nacional de Venezuela. Una rápida mirada es suficiente para identificar con precisión la fuente de estas especies que circulan en el Hemisferio Occidental desde México hasta Chile.

El Canal de Nicaragua es un buen ejemplo del éxito alcanzado por Beijín mientras implementa su estrategia latinoamericana. La nueva vía acuática es realmente importante para el transporte de recursos minerales y petróleo venezolanos desde América Central y del Sur. EEUU ha lanzado una campaña para bloquear el proyecto. El empresario chino, Wang Jing que encabeza el proyecto Gran Canal Interoceánico de Nicaragua es señalado como un advenedizo incompetente. Están propagando rumores diciendo que el canal está condenado al fracaso por cuanto carece de un estudio de viabilidad económica. A pesar de esto, la construcción se inició el pasado mes de diciembre. Estados Unidos respondió lanzando una operación para sabotear el proyecto. Los expertos creen que las actividades que apuntan a socavar la construcción de la vía acuática se intensificarán en el año 2016, año electoral en Nicaragua. Washington está contra Daniel Ortega y los sandinistas. Podremos estar cien por cien seguros que habrá otro intento de revolución de color en América Latina.

Washington percibe la creciente presencia china en la región como un grave desafío geopolítico, una amenaza a su seguridad nacional. El presidente Obama habla constantemente acerca del supuesto excepcionalismo norteamericano, pero todos los intentos de EEUU de reconfigurar el mapa mundial han terminado en derramamientos de sangre, ciudades devastadas y la destrucción de estados con culturas milenarias. América Latina percibe a Estados Unidos como un imperio, una fuerza hostil, egoísta y amoral que puede ser contrarrestada solo a través del fortalecimiento del proceso de integración regional y desarrollando la capacidad militar.

Es por eso que América Latina fomenta las relaciones con otros centros de poder en el mundo. Beijín ha evaluado de manera correcta la situación. América Latina se está distanciando de EEUU. Los políticos contemporáneos chinos son pragmáticos; conocen bien el continente y en especial las características de la situación latinoamericana. Washington no podría ofrecer nada a cambio para equilibrar la prometedora perspectiva de la colaboración con China. En 2000-2013 el intercambio comercial de América Latina con China aumentó su volumen 22 veces. Esto convirtió a China en el principal socio comercial del continente. China es ya el más grande socio comercial de Brasil, Argentina, Venezuela y Perú.

En 2014 el intercambio comercial con cada uno de estos países superó el comercio bilateral con EEUU. Los bancos chinos aumentaron sus inversiones en la región en un 70% en un contexto de salida del capital de EEUU. No es casualidad que muchos estados latinoamericanos consideren a China como un socio privilegiado. China se adhiere a los principios de igualdad y beneficio mutuo con el objeto de facilitar el desarrollo económico de los estados latinoamericanos.

La primera reunión ministerial del Foro de China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) se llevó a cabo en Beijín el 9 de enero de 2015. La mayoría de los países latinoamericanos participó en el evento. El tema central de la Conferencia se tituló «La nueva plataforma, el nuevo punto de partida, nuevas oportunidades y esfuerzos conjuntos para la promoción de la cooperación integral de la asociación de China, América Latina y el Caribe». El Presidente de China, Xi Jinping, asistió a la ceremonia de inauguración y pronunció un importante discurso titulado «Suscripción conjunta de un nuevo capítulo para la asociación cooperativa integral entre China y la CELAC».

Xi Jinping hizo hincapié en que China está dispuesta a trabajar con los países de América Latina y del Caribe para de manera conjunta construir una nueva plataforma para la cooperación general a largo plazo y en perspectiva estratégica y asumir así firmemente nuevas oportunidades para la conformación de un nuevo capítulo en la asociación cooperativa integral entre China y la CELAC. El gobierno chino invertirá 250.000 millones de dólares en los países de América Latina y del Caribe durante los próximos diez años, particularmente en proyectos mineros y en la construcción de infraestructuras como puertos, redes ferroviarias, carreteras y aeropuertos.

El presidente chino señaló que los volúmenes de comercio bilateral entre China y los países de la región podrían alcanzar 500.000 millones de dólares alrededor en 2025. Docenas de acuerdos bilaterales de cooperación en electrónica, telecomunicaciones, biotecnología e investigación espacial, fueron firmados durante la estancia de los líderes de la CELAC en China. Beijín va a compartir su experiencia en el desarrollo de tecnologías de punta y lograr grandes avances en los estudios científicos. El Foro de Beijín redactó un plan de cooperación para cinco años. Su declaración final fue firmada por 33 ministros de relaciones exteriores de los estados miembros de la CELAC. La próxima reunión se celebrará en Chile el año 2018 con el objeto de analizar los resultados de la cooperación entre el estado asiático y los países de América Latina y el Caribe.

China ha estado cooperando con América Latina en el campo de la investigación espacial durante muchos años. La empresa estatal China Great Wall Industry Corporation y el gobierno de Venezuela firmaron recientemente un acuerdo para la construcción y puesta en órbita de un tercer satélite artificial de Venezuela. Va a ser utilizado para la recolección de inteligencia. Este año, será inaugurado el Centro para el Desarrollo de la Investigación Espacial de Puerto Cabello, en cuyos laboratorios se diseñarán, ensamblarán, integrarán y serán certificados satélites para aplicaciones en órbitas bajas. El peso de cada satélite no excederá una tonelada.

El espacio es una importante esfera de cooperación entre China y Argentina. El programa espacial de Argentina es uno de los más avanzados de América Latina. China considera la construcción de una antena para la observación espacial profunda en la región sureña de la Patagonia, sur de Argentina, en la Provincia de Neuquén. China también participa en el esfuerzo latinoamericano por fortalecer la capacidad defensiva. Expertos chinos colaboran en Venezuela en la construcción de aviones no tripulados para el monitoreo de la región amazónica. Navíos costeros chinos y aviones de entrenamiento tienen alta demanda.

La Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner ha visitado recientemente China y firmó un acuerdo de cooperación para la construcción de un rompehielos, remolcadores navales, hospitales flotantes y nuevos navíos de guerra para la Armada argentina. Informes de mediados de 2014 indican que el ejército argentino evaluó el transporte anfibio blindado de personal Norinco VN1 8×8. Argentina y China se disponen a formar un grupo de trabajo que desarrolle la posibilidad de transferir una gama de equipamiento militar a Buenos Aires. Lo más importante dentro de este equipamiento serían los caza bombarderos FC-1/JF-17 o el CAC J-10 de la Chengdu Aircraft Corporation. La cooperación en el campo de la investigación espacial y la producción de armamento moderno facilitan el aumento de la presencia e influencia de China en la región.

LUNES 4 DE MAYO DE 2015 – COMCOSUR
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3) La situación de la lucha de clases en China
Ashley Smith (Socialist Worker)

Entrevista con la sindicalista Ellen David Friedman

Desde que estalló la crisis económica global en 2008, China ha conocido un fuerte aumento de las luchas obreras y populares, tanto en Hong Kong como en el territorio continental. Ellen David Friedman, sindicalista de la Asociación Nacional de la Enseñanza en Vermont (EE UU), cofundadora del Partido Progresista de ese Estado y miembro del Comité Político de Labor Notes, ha colaborado en la última década con activistas sindicales en Hong Kong y el territorio continental de China. Ha conversado con Ashely Smith sobre la dinámica y la naturaleza de estas luchas.

-¿Cómo te implicaste en el activismo sindical en China?

-El motivo inmediato de mis primeros viajes a China, en los años 2002 y 2003, fue el hecho de que mi hijo estaba estudiando allí. Muy pronto conocí a activistas del movimiento obrero en el territorio continental y en Hong Kong. Empecé a colaborar con académicos, abogados laboralistas, periodistas y miembros de organizaciones no gubernamentales (ONG), y también cada vez más con estudiantes. A comienzos del año académico de 2005-2006 conseguí, a través de unos colegas, un puesto de profesora invitada en la Universidad Sun Yat-sen (SYSU) de Guangzhou. Desde entonces he seguido visitando el país todos los años durante un cuatrimestre, y este ha sido el primer año en que no he ido. Gracias a mi actividad como profesora de estudios sindicales en la SYSU pude conocer a diversos sectores del movimiento obrero. En todos estos años he trabajado intensamente con algunos reformadores de los sindicatos y activistas de ONG laboralistas, especialmente en el sur de China, aunque también en Pekín.

En uno de los proyectos más importantes, estuve trabajando con un catedrático del departamento de ciencias políticas de la SYSU con el propósito de poner en marcha un centro internacional de estudios sobre el movimiento obrero en colaboración con el centro de estudios del trabajo de la Universidad de California en Berkeley. Este programa es el único de esta especie que existe en China y ha resultado sumamente productivo y efectivo en los últimos cinco años. Ha organizado numerosas investigaciones, publicaciones académicas, talleres, seminarios, conferencias, intercambios entre sindicalistas, académicos, estudiantes y activistas de base en China y sus homólogos extranjeros, principalmente de EE UU y Alemania, aunque también de otros muchos países, incluida una incipiente relación muy prometedora con sindicalistas y académicos progresistas de Japón. El gobierno, sin embargo, la cortó el pasado mes de noviembre.

-Una de las cosas que has organizado ha sido una gira de los trabajadores portuarios de Hong Kong. ¿Qué significado tuvo su lucha?

-Hace dos años protagonizaron una huelga sumamente importante, que lo fue por varias razones. A pesar de que Hong Kong está siendo reabsorbida por el gobierno central chino, hoy por hoy todavía existe allí bastante pluralismo y cierta autonomía, lo que significa que en el mundo del trabajo existen tres o cuatro federaciones sindicales de peso. La más grande es de lejos la Federación de Sindicatos de Hong Kong (HKFTU), que se identifica con la Federación de Sindicatos de toda China (ACFTU), un sindicato favorable a Pekín y a las patronales. La segunda en tamaño parece ser la Confederación de Sindicatos de Hong Kong (HKCTU), que es favorable a la independencia y a la democracia.

En el puerto existe lo que podríamos calificar de pluralismo sindical, pues algunos trabajadores están afiliados a la HKCTU y otros a la HKFTU. Los portuarios de la HKCTU protagonizaron una huelga heroica. Todos trabajan para contratistas independientes, pero el enemigo real era Li Ka-shing, uno de los hombres más ricos del mundo y un oligarca de tomo y lomo. Es propietario de alrededor del 70 % de los atracaderos portuarios en Hong Kong y muchas otras partes de toda Asia. La huelga de los trabajadores portuarios también fue una importante batalla política. Recibió un apoyo amplísimo por parte de la sociedad, particularmente de los estudiantes. Conocí personalmente a algunos de los líderes de aquella huelga y conseguí que vinieran a hablar en la conferencia de Labor Notes de 2014 en Chicago y realizar acto seguido una gira por los puertos de la costa oeste bajo los auspicios de la ILWU (sindicato de estibadores de EE UU) y otros sindicatos y organizaciones de izquierda y progresistas.

-¿Cuál es la situación general de la lucha de clases en China?

-En primer lugar, hemos de entender que en la parte continental de China la clase trabajadora no tiene sus propios sindicatos independientes; la ACFTU es el único sindicato legal desde la revolución de 1949. El gobierno ha reprimido todo intento de desarrollar sindicatos independientes, especialmente desde que aplastó el levantamiento de la plaza Tiananmen en 1989: se trataba de poner coto al desarrollo de federaciones autónomas, que se habían formado al amparo del movimiento democrático. Desde entonces ha habido pocos intentos de crear sindicatos independientes. Lo que más se le acerca es que en algunas huelgas los trabajadores reivindican la elección directa de sus propios delegados sindicales de la ACFTU en la empresa, es decir, en el escalón inferior. Esto representa un desafío interno para los burócratas de la ACFTU controlada por el gobierno, que no desempeña ningún papel que pudiéramos decir que tiene algo que ver con la lucha de clases. Por tanto, la demanda de elecciones expresa el deseo de los trabajadores de hacer que el sindicato luche por sus intereses.

Esta reivindicación en concreto adquirió un enorme impulso tras la oleada de huelgas de 2010. Aquellas huelgas mostraron cómo entendían los trabajadores su dominio de la producción. Comenzó con una huelga en una fábrica de transmisiones para el automóvil –se trataba de una filial de Honda– en un distrito denominado Nanhai. Los 2000 huelguistas eran en su mayoría aprendices de la escuela técnica, de 20 a 21 años de edad en promedio. Estaban familiarizados con el uso de internet, de modo que investigaron sobre Honda y descubrieron que era una empresa muy rentable. Vieron que los trabajadores que desempeñaban la misma tarea en Japón cobraban cincuenta veces más que ellos. También descubrieron que el sistema de producción “just in time” les brindaba una gran oportunidad para paralizar toda la industria automovilística. Se dieron cuenta de que si suspendían la producción en cualquiera de las plantas que fabricaban piezas podían paralizar todas las fábricas de montaje. De modo que cuando bloquearon las fábricas de piezas, al cabo de tres o cuatro días ya cesó la producción en cuatro plantas de montaje y cientos de otras fábricas de piezas. Honda dejó de ingresar miles y miles de millones de dólares.

Esto desencadenó una oleada de huelgas en la industria auxiliar del automóvil. Nadie conoce el número real, pero probablemente afectó a centenares de fábricas. Una demanda “infecciosa” de esas huelgas fue la de la elección directa. Diré también que una de las cosas más alentadoras e importantes que vimos es que en los casos en que los trabajadores pudieron elegir a su propia dirección, esos nuevos delegados se tomaron en serio, en la medida de sus posibilidades, la tarea de representar a quienes los eligieron. En las fábricas en que los delegados sindicales han sido elegidos hay algo que se asemeja hasta cierto punto a una negociación colectiva real. Esto contrasta con el “aquí no pasa nada” habitual. En la gran mayoría de lo que se entiende por negociaciones en China, el representante oficial del sindicato se reúne con el jefe de personal de la empresa y firma un documento que certifica que se pagan los salarios mínimos y se cumplen otras normas legales. Por tanto, que los trabajadores fuercen una negociación colectiva incipiente ya es un avance notable.

Las huelgas en China han sido endémicas desde mediados de 1990, con la primera oleada de privatización de empresas públicas. Las luchas crecen y decrecen en función de diversos microfactores económicos, pero han proliferado de modo contante durante los últimos veinte años entre los trabajadores migrantes con reivindicaciones diversas.

-¿Cuáles son las nuevas pautas que siguen las luchas actuales?

-La fase más reciente se caracteriza por plantear reivindicaciones que tienen que ver con el impago de salarios y retrasos en el pago de las cotizaciones a la seguridad social en fábricas que están cerrando. Hay muchas empresas que bajan la persiana, particularmente en la región del delta del río Perla, en el sudeste del país. Esto se debe en parte a la desaceleración económica que trajo la crisis en 2008, y en parte a la decisión del gobierno de reducir los subsidios que se habían otorgado para atraer todas esas industrias intensivas en mano de obra y de baja gama. Ahora quieren que se vayan al interior del país, de modo que eliminan subsidios como las desgravaciones fiscales, rebajas del precio del agua y de la energía, creación de infraestructuras, apoyo logístico, etc. Muchas pequeñas empresas operan con un margen de beneficio tan reducido que realmente no pueden autosostenerse.

Cuando cierran y se van, no pagan el finiquito correspondiente ni los salarios atrasados. A menudo, los trabajadores también se enteran de que no han pagado las correspondientes cotizaciones a la seguridad social durante 10, 15 o 20 años. De este modo, los trabajadores afrontan el súbito desempleo sin esperanza de cobrar los atrasos ni los subsidios del seguro que les permitan capear el temporal hasta encontrar otro empleo. Estas son las circunstancias que han llevado a la ola de huelgas en el sudeste, si bien hay que señalar que hay huelgas en todas partes, incluido el interior del país y en todos los sectores. Han parado maestros, taxistas, conductores de autobús, pilotos de avión, empleados de supermerdados y trabajadores de banca. Ha habido huelgas incluso en el Ejército de Liberación Popular. Estamos asistiendo realmente a una amplia movilización de los trabajadores y trabajadoras.

-¿Hasta qué punto estas luchas son una reacción a la subcontratación y el traslado de fábricas a los demás países del sudeste asiático? ¿Tiene algo que ver este hecho con la oleada de huelgas?

-La prensa occidental ha hecho mucho ruido con esto, pero por lo que yo he observado, no constituye el factor principal. Está claro que los patronos blanden esta amenaza para intentar mantener bajos los salarios en China. Y una parte del capital se está deslocalizando, desde luego. Sin embargo, tal como lo veo yo, esta no será nunca una amenaza grave para China, ya que este país ofrece al capital unas condiciones que simplemente no son posibles en ninguna otra parte del sudeste asiático. Y esto por varias razones. En primer lugar, China tiene un régimen autoritario bastante competente y cuenta con una infraestructura muy desarrollada. En segundo lugar, posee una reserva de mano de obra prácticamente inagotable, mejor educada y más sana que la del resto de la región. También es la economía más grande de la región.

-En esta oleada de huelgas que has descrito, ¿se plantean cuestiones más amplias sobre el cambio social?

-No mucho, y diré algunas cosas al respecto. Una es que a diferencia de los países de Europa Occidental, América del Norte o América Latina, que han conocido todos, en mayor o menor grado, algún proceso democrático con sus respectivas instituciones, no ocurre lo mismo en Asia, salvo en los países que fueron ocupados, como Corea y Japón. Por tanto, no cuentan con una experiencia histórica en que inspirarse. Los impulsos a favor de la democracia, me parece, son débiles y dispersos. La segunda es que China tiene una tradición estatal paternalista que dedica una parte significativa del excedente que genera la economía a mantener la estabilidad social y el sustento de la población. Este ha sido el caso bajo varios regímenes y distintas estructuras económicas durante más de 2000 años. Así, tanto bajo los sucesivos emperadores como en el periodo maoísta o la extraña economía mixta capitalista de Estado actual, el Estado aporta algún pequeño subsidio en efectivo o cierta ayuda a la vivienda. También asegura que siempre haya trabajo para la gente. Y los campesinos siguen disponiendo, al menos sobre el papel, de sus propias tierras. Ante todo conviene recordar que los trabajadores y campesinos en China son en su gran mayoría pobres. Esto significa que lo que más preocupa a la gente es sobrevivir.

Estos factores combinados frenan hoy por hoy la generalización de las luchas locales para plantear una transformación social más amplia. De ahí que en las luchas obreras no se formulen demandas políticas en este sentido. Estas solo se plantean, en todo caso, en las redes sociales. La gente está muy interesada en saber qué está sucediendo y en compartir la información. Esta es una parte muy dinámica de la sociedad china en estos momentos, pero no deja de ser un nivel muy básico de generalización política. El gobierno está al tanto de este fermento en las redes sociales y espera mantenerlo a raya asegurando el crecimiento económico y prometiendo futuras mejoras del nivel de vida de la gente. Le preocupa mucho que la desaceleración económica pudiera dar lugar a quejas más amplias sobre la sociedad china y su Estado. De momento ha logrado parar un proceso de este tipo.

-Una de las luchas más importantes que han tenido lugar recientemente ha sido la “revuelta de los paraguas” en Hong Kong. ¿Cuáles son las raíces y la dinámica de esta lucha?

-La revuelta de los paraguas tiene sus raíces en los hechos acaecidos en los últimos cuatro o cinco años. Muchas personas sitúan su inicio en el arranque del Scholarism Movement, en el que los estudiantes universitarios se movilizaron contra el intento del gobierno central de imponer un “plan de estudios nacional” en Hong Kong. Ha habido muchas otras escaramuzas en esta batalla contra la absorción. La gente se ha resistido a la imposición de la lengua cantonesa y, por supuesto, no ha dejado de luchar por la defensa del sufragio desde el traspaso de la ex colonia británica a China. Por tanto, los estudiantes están acostumbrados a la agitación política constante y han podido acumular experiencias en la lucha, la estrategia y la táctica.

El segundo factor importante es que las universidades de Hong Kong, como ocurre también en Quebec, cuentan con una larga historia de politización. Es una historia complicada. Muchos estudiantes eran procomunistas en 1949, pero tras el triunfo de la revolución, las autoridades de Hong Kong lanzaron una purga anticomunista. Hubo mucha confusión y desorientación en la izquierda durante las décadas de 1960 y 1970, pues la gente trataba de imaginar qué estaba ocurriendo en China durante la “revolución cultural”. Entonces, cuando se inició el movimiento por la democracia en los años ochenta, muchos sindicatos estudiantiles de Hong Kong lo apoyaron. Sin embargo, después de lo de Tiananmen todo se hundió. Desde entonces, las universidades se despolitizaron en gran medida.

De modo que la “revuelta de los paraguas” supuso un avance alentador e importante. No cuentan con muchos activistas de la generación anterior para ayudarles y servirles de guía, ya que muchos de ellos cayeron en la confusión y la desilusión. Sin embargo, existe un sector de jóvenes académicos que se juntaron en un grupo llamado Izquierda 21 y que fueron quienes propiciaron desde el activismo estudiantil el apoyo a los trabajadores portuarios de Hong Kong. Las cuestiones que dieron lugar a la “revuelta de los paraguas” son similares a las de las “acampadas” de otros muchos lugares. Los estudiantes y la juventud en general están bastante indignados de que sus mayores no hayan sabido llevar las cosas suficientemente bien para que ellos tengan acceso tanto a la educación como al sustento, es decir, a una vivienda y a la posibilidad de mantener una familia. El coste de la vivienda es absurdo en Hong Kong. Estos jóvenes observan el tremendo aumento de la desigualdad. Es difícil fracasar en Hong Kong, no en vano es uno de los centros del capital mundial, pero la gente no puede comprarse su propio piso e irse de la casa de sus padres.

Luego está la cuestión del sufragio. Finalmente, está también el hecho de que la gente está muy en contra de que Hong Kong sea absorbida por la parte continental del país. Esta actitud tiene un aspecto positivo, aunque también tiene uno negativo. Algunas partes del movimiento expresan una forma de racismo anticontinental de nuevo cuño. Hubo carteles que podían verse durante meses en Hong Kong en los que se asimilaba a los visitantes del continente como langostas que acudían a comprar productos de consumo porque a los chinos ricos del continente les resulta más barato comprar bienes de consumo en Hong Kong. Este racismo generará divisiones destructivas en el movimiento.

En suma, existe un fuerte impulso a la movilización, pero la infraestructura política correspondiente no es estable ni mucho menos. En el movimiento democrático hay toda clase de fuerzas que tienen intereses diversos, incluidos los grandes capitalistas de Hong Kong, que tratan de utilizar el movimiento como base de apoyo para lo que saben que finalmente será una negociación con los grandes capitalistas de la parte continental. Una vez disuelta la ocupación, el jefe del ejecutivo de Hong Kong y algunos miembros de su consejo legislativo tomaron la insólita decisión de criticar públicamente a algunos de los líderes estudiantiles y pedir a los administradores universitarios que los sancionaran expulsándolos. Esto causó una ola de desaprobación en la sociedad; la gente piensa que es ir demasiado lejos. Los activistas de izquierda de Hong Kong se tomaron muy en serio esa movilización. Se implicaron prestando su apoyo fraternal y siendo conscientes de su papel, pero sin tratar de condicionar a los estudiantes; ayudaron a desarrollar el pensamiento de los estudiantes, así como su estrategia y sus tácticas. He de decir que admiro su labor. Muchos de ellos me parecen ahora un tanto consternados; les preocupa que el legado del movimiento acabe convirtiéndose en una escueta lista de demandas electorales que no guarden relación alguna con las injusticias económicas.

-¿Cómo interpretas la detención de las feministas en China? Representa esto el comienzo de un nuevo movimiento?

-Yo no diría que existe un movimiento feminista en la China continental, aunque sí existen grupos de personas que tratan de plantear temas relacionados con la desigualdad de género. La detención de estas cinco feministas es difícil de comprender, pues no se sabe por qué el gobierno ha decidido correr el riesgo de una censura global. En todo caso, probablemente ahora ha aumentado el potencial de un movimiento feminista a raíz de esas detenciones. Muchas mujeres jóvenes se lo están pensando y se plantean cuestiones, y las medidas del gobierno han ayudado seguramente a despertar su conciencia.

-¿Existe alguna manera de que los y las activistas de izquierda de EE UU puedan impulsar la solidaridad con el movimiento obrero y otros movimientos sociales en China?

-Sí, aunque es muy difícil. Por ejemplo, si se produce una huelga significativa, o algún hecho como la detención de las feministas, es importante movilizar a la gente en nuestros propios sindicados, nuestras propias organizaciones políticas, nuestras propias universidades y nuestros propios grupos estudiantiles, para que emitan declaraciones. Esto es fundamental, aunque su efecto en general es escaso, ya que no parece que al gobierno chino le preocupen mucho estas cosas. En el caso de las luchas obreras, la forma instrumental de solidaridad en la que solemos pensar resulta bastante compleja en el contexto chino. En otros países es más fácil organizar un apoyo real. Por ejemplo, hace año y medio hubo una huelga en una fundición de aluminio de Rio Tinto en el norte de Quebec. Algunos militantes de Vermont fueron para allí, invitaron a venir a huelguistas que participaron en mítines, se organizaron colectas, cosas por el estilo. Esto es imposible en el caso de China. Hay huelgas importantes, pero no hay interlocutores al otro lado de la línea para contactar con ellos.

Hay oportunidades que deberíamos aprovechar. Los progresistas, activistas y académicos sinoamericanos están llamados a desempeñar un papel importante en el establecimiento de vínculos intelectuales y organizativos. Es posible organizar intercambios y visitas. Esperamos que por lo menos esto contribuya a ampliar el sentido de la interpenetración de los países y sus economías, a crear relaciones, compartir estrategias y tácticas que ojalá, llegado el momento, permitan abrir espacios y conexiones para organizar formas de solidaridad más importantes.

LUNES 4 DE MAYO DE 2015 – COMCOSUR
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4) ¿Qué está pasando en Baltimore?
Vicenç Navarro (Público.es)

Para explicar la agitación social que está ocurriendo en EEUU (siendo los hechos acecidos en Baltimore el último ejemplo de ello), la mayoría de los medios de información en España, se ha centrado en el tema racial, presentando dicha agitación como un caso más de conflicto racial entre blancos y negros. Tal énfasis en el tema racial es importante pero, sin embargo, insuficiente para entender lo que está ocurriendo en EEUU. En Baltimore, la mayoría del establishment político –incluyendo la alcaldesa y el Consejo Municipal- y la mayoría de policías son de raza negra. Y, sin embargo, la gente que está protestando -la mayoría también de raza negra- lo hace frente y en oposición a este establishment y a esta policía. Veamos los datos.
En primer lugar, es cierto que la raza juega un papel clave en la vida política, cultural y social de aquel país. Es una variable –la raza- que configura predominantemente dos países: el EEUU blanco y el EEUU negro. Según una encuesta publicada recientemente en el Washington Post (citada en “Race, Hope and Organizing in the Rust Belt”, Z Commentaries, 28.04.15), el 75% de los estadounidenses de raza blanca no tiene en su red de amigos a ninguna persona negra (o asiática o hispana), un porcentaje idéntico, por cierto, al que indican los estadounidenses de raza negra en cuanto a tener amigos blancos. Para valorar estos datos es importante saber que los negros en EEUU pasan nueve veces más tiempo con blancos que estos con negros (“pasan” incluye relaciones de trabajo, en el comercio o de ocio). Estos datos muestran claramente que hay dos Estados Unidos, el blanco y el negro, con una difícil relación entre ellos.

Ahora bien, esta manera de ver EEUU (que es la mayoritaria en los medios) es insuficiente, pues no incluye otra variable que debería considerarse, y que es la clase social de unos y otros. Y aquí quisiera aclarar que, en contra de lo que indica la sabiduría convencional en aquel país (que es la producida y promocionada por la estructura de poder de EEUU), que niega la existencia de clases sociales (reduciendo la estructura social a “ricos”, “clase media” y “pobres”, poniendo a la gran mayoría de la población en la categoría clase media), EEUU tiene una estructura social muy semejante a la de cualquier país europeo, es decir, tiene una clase capitalista (a la que se conoce en EEUU como Corporate Class), una pequeña burguesía, una clase media y una clase trabajadora (que es, tanto objetiva como subjetivamente, la mayoría de la población, tanto negra como blanca. Así es como se define la mayoría de la población de ambas razas cuando se les pregunta por su pertenencia a la “clase alta”, “clase media” o “clase trabajadora”).

El gran deterioro del bienestar de la clase trabajadora blanca y, sobre todo, negra

Lo que hemos estado viendo en estos años de crisis y supuesta recuperación en EEUU es también lo que veremos (en realidad, ya lo estamos viendo) en la Unión Europea, incluyendo en España. Y no es ni más ni menos que una enorme polarización de las rentas (con un enorme crecimiento de las rentas del capital a costa de un enorme decrecimiento de las rentas del trabajo, es decir, de la mayoría de la población). Jack Rasmus, uno de los economistas más interesantes hoy en EEUU, acaba de publicar unos datos sobre la evolución de las rentas del capital y las rentas del trabajo durante la llamada Recuperación, que son impactantes y abrumadores (“USA: How the Rich Get Richer”). El promedio de las rentas familiares que derivan sus rentas del trabajo (es decir, de los salarios) ha ido bajando y bajando desde el año 2009 cuando, en teoría, la economía estadounidense inició su recuperación. Este descenso ha sido particularmente acentuado entre los 100 millones de familias trabajadoras, que han visto cómo se reducía, además de su estabilidad laboral (aumentando su precariedad), su trabajo, consecuencia de que se han estado destruyendo puestos de trabajo, lo que ha determinado que el porcentaje de la población ocupada (tasa de ocupación) haya bajado. La gran mayoría de la población negra (conocida como afroamericana) pertenece a los sectores con menor nivel salarial entre la población ocupada, habiendo sido particularmente afectada por este declive tan notable del mundo del trabajo. Barrios de clase trabajadora negra, cuya población trabajaba en la manufactura y la construcción (como ocurre en muchos barrios obreros negros en Baltimore), hoy están enormemente deteriorados. Es más, la Ley de Derechos Civiles, que prohíbe la discriminación de raza, paradójicamente, ha contribuido más a este deterioro, pues ha facilitado que las familias negras pertenecientes a la pequeña burguesía y a la clase media de renta media alta hayan abandonado los barrios donde estaban ubicados antes (y donde convivían con la clase trabajadora), desplazándose a los suburbios donde las clases más pudientes están ubicadas. Donde antes había suburbios blancos, ahora hay suburbios blancos y suburbios negros. Como consecuencia, los barrios tradicionalmente negros son más uniformes en cuanto a su clase social: la mayoría es clase trabajadora ocupada y, sobre todo, desocupada.

Por otra parte, las rentas del capital se han disparado. El 1% de las familias, las más pudientes, que derivan sus rentas del capital, han aumentado sus ingresos de una manera casi obscena por su cantidad. Estas rentas derivan en gran parte del enorme incremento de los beneficios empresariales, habiéndose incrementado 3.7 billones de dólares (trillones en EEUU) durante los años de crisis. Estos beneficios son de las empresas que producen bienes y servicios, y se han conseguido a base de la disminución de los salarios y de lo que llaman aumento de productividad, que ha significado un enorme incremento de la tasa de explotación, y que ha incluido una gran destrucción de puestos de trabajo y la sustitución de buenos salarios por bajos salarios. De nuevo, las familias negras han sido las más afectadas, pero no han sido las únicas.

Pero a estos 3.7 billones se debe añadir otro billón de dólares (trillón en EEUU) que procede de las rentas derivadas de la actividad financiera, cuya rentabilidad se ha disparado debido a la enorme especulación con los productos financieros. Los super-ricos, que obtienen beneficios como consecuencia de una enorme explotación del mundo del trabajo, no invierten en actividades que puedan crear empleo, sino en actividades especulativas, alcanzando un total de ingresos de 4.7 billones, que están arruinando el país y el bienestar de la mayoría de la población.

El problema no es solo el 1%, como dice el Occupy Wall Street Movement

Naturalmente que este 1% requiere para mantener su enorme dominio en la sociedad, tanto sobre el Estado como sobre la sociedad civil, incluyendo los medios de comunicación, de otro 10 ó 15% de la población (pequeña burguesía y clase media de renta alta), que juega un papel clave en la reproducción del poder de ese 1%. Y este es el grupo más beneficiado por la ley antidiscriminatoria, consecuencia de lo cual hoy tiene su sector de raza negra. El Presidente Obama, que era un abogado, más tarde senador, y ahora Presidente, es un claro ejemplo de ello.

Esta clase media profesional de renta alta tiene intereses de clase comunes con sus homólogos de raza blanca. Hoy, la estructura de poder político en la ciudad de Baltimore es de raza negra y la mayoría de la policía es también de raza negra, así como lo son la alcaldesa y el jefe de la policía. Y la policía es percibida en estos barrios obreros negros como una institución de represión, lo que explica las tensiones frecuentes en estos barrios, donde la criminalidad es la respuesta individual, antisocial e incívica del joven negro que no ve ningún otro futuro. Vean la excelente serie “The Wire”, y entenderán mejor lo que pasa en estos barrios.

Este artículo no puede terminar aquí, pues hay también cambios que permiten un atisbo de esperanza. En realidad, la crítica que puede hacerse a “The Wire” es que transmite una sensación extremadamente pesimista, pues aquellos barrios de Baltimore fueron también los que iniciaron el movimiento –que se extendió al resto de EEUU- para el salario decente, categoría distinta y superior al salario mínimo, exigiendo a las autoridades públicas que en sus contratos incluyeran salarios decentes.

Lucharon y ganaron. Y lo hicieron aliándose con trabajadores blancos, siguiendo la filosofía política de la Rainbow Coalition, iniciada y liderada por Jesse Jackson (el discípulo predilecto de Martin Luther King), que consistió en establecer alianzas entre todos los grupos sociales, razas y etnias que consiguieron una movilización sin precedentes en EEUU (causa de que el candidato Jesse Jackson ganara el 40% de los delegados al Congreso del Partido Demócrata en 1984). Fui asesor de Jesse Jackson en aquellos años y pude ver con mis propios ojos lo que puede ocurrir en EEUU cuando los distintos componentes raciales y étnicos del mundo del trabajo se alían. Y lo que ocurrió con la campaña del salario decente es un ejemplo de ello. En este aspecto, el racismo es el mayor obstáculo para que dicha alianza se establezca. Pero la agitación social y racial que ocurre hoy en los centros urbanos de EEUU muestra también los límites de las políticas representativas simbólicas, que llevaban a la conclusión de que elegir a un Presidente negro beneficiaría a la población negra, o que la posible elección de una Presidenta beneficiará a las mujeres. Sin desmerecer la importancia de los símbolos, la realidad muestra que estas políticas son dramáticamente insuficientes.

Necesarias, pero, repito, muy insuficientes, puesto que la realidad muestra que la mayoría de la clase trabajadora negra no se ha beneficiado necesariamente de haber tenido un Presidente negro. Sin desmerecer algunas de las políticas sociales progresistas de la Administración Obama, el hecho es que la situación del mercado de trabajo se ha deteriorado de una manera muy marcada durante la crisis, incluyendo los años de gobierno del Presidente Obama, y las desigualdades sociales y de renta se han disparado, como consecuencia de tal deterioro. Es más, los rescates bancarios, que han favorecido claramente a las altamente concentras rentas del capital financiero, han disparado todavía más tales desigualdades, habiendo generado una protesta generalizada que ha llevado a una situación conflictiva que ha abierto toda una serie de interrogantes.

Vicenç Navarro. Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University.

LUNES 4 DE MAYO DE 2015 – COMCOSUR
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5) El suicidio en la Gran Nación Sioux
Jason Coppola (Truthout)

Los suicidios llegan en oleadas a la reserva india Pine Ridge.

El día de Navidad una joven lakota de 15 años se quitó la vida. Poco después, un chico de 14 se quitó la suya. Desde entonces, un hombre joven y otras seis chicas, una de ellas con tan solo 12 años, han puesto fin a sus vidas en esta nueva oleada que sigue fluyendo. Y en los últimos meses se han producido numerosos intentos en esta reserva de Dakota del Sur en la que viven unas 28.000 personas.

La tasa de suicidios entre jóvenes nativos en Estados Unidos triplica la media nacional. A menudo es incluso más elevada. En marzo de 2010 la entonces presidenta de la tribu sioux oglala, Theresa Two Bulls, declaró el estado de emergencia a causa del aumento del número de suicidios. El actual presidente, John Yellow Bird Steele, acaba de declararlo nuevamente.

«Genocidio espiritual»

La población lakota oglala de Pine Ridge se enfrenta a numerosas dificultades. Las historias sobre el abuso de alcohol y drogas, la pobreza y la depresión suelen atraer bastante atención. Pero para algunos estas constituyen un botón de muestra de un panorama más amplio. «Entiendo el suicidio en las comunidades nativas como una extensión del genocidio de los pueblos originarios que comenzó en 1492», señaló Ruth Hopkins, jueza principal de la tribu spirit lake, y jueza de las tribus sioux yankton y santee de la reserva de Crow Creek. «Y creo que existen pruebas de que sigue desarrollándose en nuestros días».

Según la Dra. Maria Yellow Horse Brave Heart, «el trauma histórico es acumulativo, hiere emocional y físicamente a lo largo de la vida y de las generaciones, y deriva del trauma grupal masivo. Durante 500 años los pueblos originarios de Estados Unidos han sufrido un genocidio físico, emocional, social y espiritual por parte de los europeos y la política colonialista estadounidense». Brave Heart, una lakota hunkpapa y oglala, es cofundadora de la Takini Network , una organización cuyo objetivo es ayudar a los indígenas a superar el trauma histórico.

Según Brave Heart, «la respuesta al trauma histórico es una constelación de características que constituyen la reacción al trauma grupal masivo. Esta respuesta se observa entre los lakota y otros pueblos originarios, entre los supervivientes del Holocausto judío y sus descendientes [y] entre los supervivientes de los campos de concentración de japoneses-estadounidenses en Estados Unidos y sus descendientes».

«Los ciclos de abuso que siguen produciéndose, empezando por los internados que separan a los hijos de sus padres y los sacan de su hogar y la desintegración familiar que vivimos, todo está conectado», explicó Hopkins a Truthout. «El traslado a estas reservas apartadas», añadió, «la desposesión de nuestras tierras, las dificultades económicas con las que seguimos lidiando hoy en día, son cuestiones recurrentes que tienen que ver con el trauma intergeneracional».

Hablando desde su propia experiencia personal, Hopkins dijo a Truhtout: «Cuando intenté suicidarme tenía 22 años. Ya había tenido pensamientos suicidas con anterioridad pero era algo que no había resuelto… Nací en la pobreza. Durante mi adolescencia conocí a gente que se suicidó. Es algo que siempre ha estado ahí». Hopkins ha sido testigo de primera mano de esa «constelación» de características que están incluidas en la respuesta al trauma histórico. Su padre fue enviado a un internado a los cuatro años; ella vio los problemas de alcoholismo que hubo en su familia y explica que tuvo que sobrellevar un estigma que las mujeres indígenas tienen un 33% más de posibilidades de padecer que las que no-indígenas.

«Fui víctima de abusos sexuales cuando tenía 15 años», dijo a Truthout. «Es algo que no le conté a nadie. Actualmente las chicas indígenas se muestran reticentes a denunciar debido a las muchas posibilidades de que la persona que te hizo eso no sea juzgada». Según el Departamento de Justicia estadounidense «una de cada tres mujeres indias manifiesta haber sido violada durante su vida». En la mayoría de esos casos se informa de que los autores son hombres no-indígenas, y las detenciones y los procesamientos son escasos.

«No pensé en estas cosas hasta después de intentarlo», dijo Hopkins. «Fue entonces cuando empecé a hacer encajar todas las piezas del puzzle». Mi vida es un ejemplo de cómo se relacionan estas cosas y el trauma intergeneracional es parte de ello».

«Nunca más guerrero»

No fue solo su relación con la tierra la que se rompió cuando los pueblos originarios de Estados Unidos fueron recluidos forzosamente en reservas y en internados. Eileen Janis, una voluntaria que trabaja en un programa de prevención del suicidio de la tribu sioux oglala denominado Sweet Grass, explicó a Truthout: «Nosotros construimos nuestras casas; hicimos nuestras ropas; conseguimos nuestros propios alimentos; los almacenamos para el invierno. Y entonces nos metieron en las reservas y nos dijeron que no cazaríamos más; que ellos nos traerían nuestras raciones y que nos darían comida enlatada». Eliminar la caza de la cultura y reemplazar ese espíritu por comida enlatada fue similar a otras desconexiones culturales.

«Nuestra espiritualidad no es una religión donde se reza un ‘Padre Nuestro’ por la mañana y un ‘Ave María’ por la noche», afirma Janis. «Nuestra espiritualidad es una manera de vivir. Llegaron las iglesias y enseñaron la Biblia, que no era lo mismo que nuestra espiritualidad. Nos enseñaron que nuestros hijos nacen con una naturaleza pecaminosa. Eso no está bien. Nuestros hijos son seres sagrados». Janis cree que este intento de cambiar su manera de vivir y volverles dependientes, tanto física como espiritualmente, sigue estando muy presente en la actualidad y se refleja en la lucha de los jóvenes. «La gente no profundiza tanto, pero tiene esa profundidad», dice.

Según Janis, el número de intentos de suicidio suele ser mucho más elevado del que se documenta. Uno de los motivos es la renuencia de los jóvenes a acudir al Servicio de Salud indio, el cual les remite a los hospitales de Rapid City para hacer terapia de grupo con jóvenes no-indígenas antes de mandarles de vuelta a la reserva. El proyecto Sweet Grass ofrece formación sobre prevención del suicidio a partir de ideas y valores de la cultura lakota.

La Mitakupi Foundation se formó en 2011 para hacer frente al suicidio adolescente y cuenta con una línea directa disponible las 24 horas del día, además de proyectos artísticos y programas deportivos. El propósito de la fundación «es crear programas para los jóvenes de las reservas y respaldar el trabajo de los que ya están en marcha para ofrecer a estos jóvenes el mismo apoyo y las mismas oportunidades que tienen todos los demás chicos en Estados Unidos, y en primer lugar esperanza».

La organización, que se ha comprometido «a apoyar al pueblo lakota como nación soberana y autosuficiente», destaca la necesidad de «apoyar el trabajo de la comunidad y de los líderes espirituales que están ayudando a los jóvenes a volver a sus antiguas tradiciones en vez de recurrir a las drogas, el alcohol y la muerte». Pero incluso las antiguas tradiciones plantean nuevos desafíos.

Yvonne «Tiny» DeCory trabaja con Sweet Grass y es una de las fundadoras de B.E.A.R (Be Excited About Reading, entusiásmate con la lectura), un programa de tutoría para la lectura y de prevención del suicidio. «Muchos jóvenes están recuperando el rito tradicional de la cabaña para sudar (sweat lodge), pero la tecnología impide que puedan realizar este acto de purificación como se hacía tradicionalmente», explicó a Truthout. «Existen demasiadas interferencias. Todo el mundo quiere tener un iPhone, todos quieren tener un iPad, todos quieren conectarse al mundo exterior. Y eso no siempre es bueno porque estamos perdiendo a nuestros niños».

DeCory ha estado en primera línea de la prevención del suicidio durante décadas, respondiendo a peticiones de ayuda de todos los rincones de su hermosa nación. Fue ella quien contó a Truthout sus visitas a hombres jóvenes que pidieron ayuda y que después se quitaron la vida. «Me decían, ‘encuéntrame trabajo. Encuéntrame algo. Lo único que quiero es poder llevar algo a la mesa para nuestros hijos. He dejado de ser un guerrero'». «Hay pobreza en todos lados, pero estamos hablando de que aquí la tasa de desempleo es de un 82% o más».

«¿Por que tengo que ser un producto del trauma histórico?», preguntó una vez a DeCory un perspicaz joven de 17 años. «Eso les sucedió a mis abuelos. ¿Por qué yo? ¿Por qué tengo que vivir esto?», quiso saber. «‘Estoy tratando de avanzar’, me dijo, ‘sin embargo no dejo de escuchar lo que le hicieron a mi familia y eso me lleva a ser de esta manera'», refirió DeCory. A pesar de todos estos problemas, subsiste la esperanza.

«Hay tanta vida en las caras de los chicos que están aquí», afirmó DeCory. «Ves a los niños queriendo vivir. Nuestros hijos tienen hambre. Tenemos que seguir alimentándolos con cosas buenas. Tenemos que darles agua de un buen pozo. El agua es vida». Permanecer juntos es fundamental para DeCory. «Todos somos responsables de la prosperidad de nuestra comunidad», señaló a Truthout DeCory, ella misma perteneciente a la nación lakota oglata. «La única manera de que podamos atajar el problema de los suicidios es uniéndonos como una familia. Tenemos que fortalecer nuestra ‘hochoka’. En nuestra lengua ‘hochoka’ es un círculo. Nuestra manera de vivir. Tenemos que fortalecer nuestro modo de vida. Independientemente de lo doloroso que pueda resultar».

Hopkins está de acuerdo. «No puedes sacar de la ecuación a un solo individuo y decir ‘vamos a arreglar a esta única persona’. Está claro que necesitas trabajar con esa persona pero tienes que fijarte también en su comunidad, en su familia y en su historia para llegar a la raíz del problema y encontrar una solución real», explicó.

«Somos fundamentalmente espíritu. Nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestras emociones: todos cambian, todos se desvanecen y al final mueren, pero nuestro espíritu permanece igual», añadió Hopkins. «A veces no tenemos eso en cuenta, lo olvidamos. A los niños y los adolescentes no tener ese tipo de base pienso que les perjudica. Si tienes esa base espiritual entonces no importa si estás solo en la lucha; ya hay algo sobre lo que puedes construir».

Hopkins, que es además escritora fundadora de LastRealIndians.com y columnista de Indian Country Today Media Network , confía en el espíritu y la fuerza de su nación. «Nosotros tenemos nuestras propias maneras de cerrar las heridas», dijo. «La gente ha dado demasiado para salvar las ceremonias, la lengua y esas formas sagradas». Hasta la aprobación de la Ley de Libertad Religiosa de los Indios Americanos en 1978, los pueblos originarios estadounidenses tenían prohibido celebrar sus ceremonias tradicionales.

«Nuestra espiritualidad es parte crucial de lo que somos», señaló Hopkins. «Es parte de nuestra identidad. Cuando la abrazas, te abrazas a ti mismo. Pienso que eso es sanador en y de por sí». Los retos para esta identidad cultural y espiritual están literalmente grabados en piedra. Este año se celebra el 90 aniversario del Monumento Conmemorativo Nacional Monte Rushmore . Este «santuario de la democracia» fue tallado en la cara de las que los lakota consideran sus sagradas montañas Black Hills. Al sacarlo de los libros de historia y traerlo al presente, el monumento, protegido por los tratados firmados con Estados Unidos, sirve de recordatorio constante de este trauma histórico conforme clava su mirada sobre las tierras de los lakota.

La ruptura de estos tratados privó a los lakota, los dakota y los nakota de la Gran Nación Sioux del derecho de soberanía sobre su territorio. Hopkins, que es dakota sisseton wahpeton y mdewakanton así como lakota hunkpapa, dice que el Gobierno estadounidense debe asumir la responsabilidad de la ruptura de estos tratados que, según Hopkins, son «parte de los motivos por los que se ha llegado a esta situación […] Y pienso que eso forma parte del necesario proceso de cerrar las heridas». Desafortunadamente, por ahora, la historia no consuela a los afligidos.

-Jason Coppola es escritor y el productor del documental de próxima aparición Operation: Manifest Destiny. Coppola ha trabajado de forma independiente en el Iraq ocupado y en las reservas indias Pine Ridge y Cheyenne River. Sus historias para Truthout y Al Jazeera English han sido premiadas por la Native American Journalism Association.
-Traducido del inglés para Rebelión por Sara Plaza.

LUNES 4 DE MAYO DE 2015 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR , desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación : Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO – URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / comcosur@comcosur.com.uy / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo institucional ni personal. / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín, no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión./ Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) / http://www.comcosur.org / Y ahora puedes seguir a Comcosur también en Facebook /
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