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URUGUAY EN EL II CONGRESO INTERNACIONAL DE JUSTICIA TRASICIONAL

1) LLEGAR DEL ORDEN AL DESORDEN Y LOS DESORDENADOS
2) LAS RADIOS COMUNITARIAS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
3) URUGUAY EN EL II CONGRESO INTERNACIONAL DE JUSTICIA TRASICIONAL
4) EL ARTE DE LA POLÍTICA
5) PENSAMIENTOS DE JORGE ZABALZA

COMCOSUR INFORMA AÑO 15 – No. 1689 – martes 24.11.2015
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
1994 – 19 de junio – 2015 – 21 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ARGENTINA: Eduardo Abeleira, Claudia Korol y Mauricio D’ambrouso (Buenos Aires)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis) y Jorge Rossi Rebufello (Maceió)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
MÉXICO: Itzel Ibargoyen (México DF)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis)
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La patria que construimos es una donde quepan todos los pueblos y sus lenguas, que todos los pasos la caminen, que todos la rían, que la amanezcan todos. SUB COMANDANTE MARCOS
Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara. RADIO VENCEREMOS
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NOTICIAS Y TEMAS DE COMCOSUR

1) LLEGAR DEL ORDEN AL DESORDEN Y LOS DESORDENADOS Efectivamente hace una semana estaba en el reino del orden, Suiza, Francia y su máxima expresión Suecia. Ya volví al desorden. /Gustavo González

2) LAS RADIOS COMUNITARIAS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO AMARC los invita a participar en los 16 días de activismo contra la violencia de género.

3) URUGUAY EN EL II CONGRESO INTERNACIONAL DE JUSTICIA TRASICIONALPonencia del Observatorio Luz Ibarburu /Raúl Olivera Alfaro

4) EL ARTE DE LA POLÍTICA Cómo diseñar un futuro alternativo desde la izquierda, según el académico británico David Harvey.

5) PENSAMIENTOS DE JORGE ZABALZA
Quedan muy pocos rubros donde apropiarse de plusvalía y las corporaciones transnacionales preparan la rapiña sobre la sanidad, la educación el agua y… ¿el aire? En ese proceso de expansión y concentración, el capital va creando las condiciones en que no quedará otra salida que luchar por ¡Socialismo o muerte!
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NOTICIAS Y TEMAS DE COMCOSUR

1) LLEGAR DEL ORDEN AL DESORDEN Y LOS DESORDENADOS

Efectivamente hace una semana estaba en el reino del orden, Suiza, Francia y su máxima expresión Suecia. Ya volví al desorden.

Por Gustavo González/ noviembre 2015

En el orden, está todo calculado, o casi todo.
En el desorden nunca puedes calcular lo que puede suceder.
En el orden los árboles de las ciudades están cortados prolijamente.
En el desorden los árboles crecen para donde se les diera la gana.
En el orden, las frutas las venden con toda pulcritud en almacenes muy bien montadas
En el desorden, te gritan ¡mango, piña agua helada!
En el orden el frío es muy intenso
En el desorden el calor es agotador.

Ayer haciendo carretera desde San Salvador a Managua, disfruté del desorden nuevamente, porque este paisaje urbano o rural así lo exige.

Los volcanes con sus fumarolas, por ejemplo el Momotombo, que con sus bocanadas, te recuerda -pasa tranquilo hoy solo fumo, mañana o dentro de un rato quizás me enojo-.
El ganado, pasa y se integra a la carretera como si tal cosa, la vaca te mira con su tranquilidad pasmosa. Pero ayer viví una batalla taurina, de esas que asustan.

Veníamos en la camioneta con Ramón y dos toros a las cornadas delante nuestro, ambos cruzaban la carretera y ni Cristo se animaba a pasar por un lado o por el otro.
Retrocedíamos despacio, con temor, hasta que se cansaron de pelear y salieron corriendo pasando a unos pocos centímetros del vehículo ¡UFFFF! nos volvió el alma al cuerpo como decía la abuela.

Al pasar un niño gritaba gol jugando solo y levantaba sus brazos al cielo, pero seguramente en su imaginario estaba un estadio repleto de gente aplaudiendo y gritando su gol. Seguramente piensa en el futuro ser Messí o Suárez y así salir de la pobreza.
Como verán volví al desorden, a ese que nos hace poner cada poco tiempo la adrenalina a mil. Pero es parte de este Continente, nuestra América desnuda y perversa por momentos. Pero a la vez tan linda y querida.

Además detrás mío, allá en el orden, quedaron miles de desordenados que escapando de sus tierras, cargaron su pobreza al hombro y están golpeando en las puertas del orden. Porque fue el orden el que en realidad, con bombas les desordenó sus vidas.
O sea que los desordenados y los pobres no lo son porque lo quieran, sino que los desordenan los del orden y los empobrecen los del poder.

Ahora los del orden se las tendrán que ver, cómo hacen para ordenar a tantos desordenados que huyen de las guerras del orden.

Gustavo González /relatos COMCOSUR INFORMA Nº 1689 – 24/11/2015 ______________________________________

2) LAS RADIOS COMUNITARIAS CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

AMARC los invita a participar en los 16 días de activismo contra la violencia de género.

AMARC ALC /23 de noviembre de 2015

Desde el 25 de Noviembre, Día Internacional de la No violencia a la mujer, hasta el 10 de Diciembre, Día de los Derechos Humanos, la Asociación Mundial de Radios Comunitarias – AMARC, invita a los productores y periodistas de radios comunitarias a apoyar en la prevención y denuncia de la violencia de género, mediante la discusión del tema al aire, creando conciencia pública, movilizando a las comunidades e informando a la audiencia.

«Al hacerlo, las radios comunitarias están afirmando su papel como agentes de cambio social y están demostrando una vez más su importancia como vehículo preferido para educación y el empoderamiento de las mujeres», dijo Francesco Diasio, Secretario General de AMARC.

Recordemos que durante su conferencia en La Plata, Argentina, en el 2010, AMARC tomó firmemente la posición contra la violencia de género, afirmando que «las radios comunitarias expresan su solidaridad y rechazan todas las formas de violencia de género, desde la doméstica hasta la de los conflictos armados. (…) y pidiendo a «los Estados y los gobiernos el reconocimiento de la Convención de las Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la Plataforma de Acción de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad”.

Con ocasión de los 16 días de activismo contra la violencia de género AMARC está buscando:

– Documentales, reportajes, entrevistas, mesas de debate, historias de vida, etc. (el formato es flexible)
– El tema de la producción debe estar relacionado con erradicar la violencia de género
– Tenga en cuenta que la prevención es el tema seleccionado por ONU Mujeres para los 16 días de activismo contra la violencia de género
– La producción de audio debe durar no menos de 10 minutos y debe estar listo para su transmisión al aire
– Las producciones en lenguaje local son bienvenidas (deben venir acompañadas de una breve reseña)
– Los periodistas y productores de radios comunitarias son los responsables de enviar sus audios vía We Transfer asecretariat@si.amarc.org desde el 25 de Noviembre hasta el 10 de Diciembre. Por favor envíe una propuesta corta asecretariat@si.amarc.org antes del 25 de Noviembre para ser incluido.

En su mensaje, por favor, incluya su nombre, la radio que está transmitiendo su producción, su país, el título de su producción, una breve descripción del tema discutido, el logo de la radio y, de ser posible, algunas fotografías que ilustren su producción.

Todos los productores y periodistas participantes recibirán una compensación económica por su trabajo.

Todas las producciones recibidas se promocionarán en las redes sociales de AMARC y de sus aliados.

Esta campaña radial internacional es apoyada por Bread for the World.
*La producción debe cumplir con todos los requisitos antes mencionados.

AMARC ALC COMCOSUR INFORMA Nº 1689 – 24/11/2015 ______________________________________

3) URUGUAY EN EL II CONGRESO INTERNACIONAL DE JUSTICIA TRASICIONAL

Ponencia del Observatorio Luz Ibarburu

Por Raúl Olivera Alfaro / Brasilia – 5 y 6 noviembre de 2015

Es la primera participación del Observatorio Luz Ibarburu en la Red
Latinoamericana de Justicia Transicional. Recién integrados a esta Red en oportunidad de su primer congreso, actividades en nuestro país, nos impidieron participar.

El Observatorio es, una red de 17 organizaciones de la sociedad civil creada en el 2012 con la finalidad original de monitorear el proceso de justicia relacionados con el terrorismo de estado que se reinició a partir de la condena que le impuso en el 2011 al estado uruguayo la Corte Interamericana de Derechos humanos en el caso Gelman.

A partir de detectar diversas dificultades en ese proceso de justicia que se reiniciaba un cuarto de siglo después de haber sido interrumpido por una ley de impunidad denominada de la Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, impulsamos – con suerte diversa-,la adopción de diversas política públicas tendientes a su encare. Entre ellas, la instalación de unidades especiales para los crímenes de terrorismo de Estado en el Ministerio del Interior y la Fiscalia, desarchivo de causas, proyectos de leyes, etc.

Recientemente a comienzos de este año constituimos un equipo jurídico con la finalidad de asumir una nueva tarea: el patrocinio legal de alrededor de medio centenar de causas penales. A partir de un acuerdo con la la Facultad de derecho de la Universidad de la República este año empezaron a realizan pasantías estudiantes avanzados de esa facultad, y mantenemos una estrecha relación de trabajo con la Facultad de Sicología. Recientemente, una resolución del Consejo Central de la Universidad de la República, habilita que este relacionamiento se extienda a otras casas de estudio.

En otras palabras, además de su trabajo concreto relacionado con las causas judiciales relacionadas con el terrorismo de Estado, el O.L.I es además un espacio de articulación entre la sociedad civil y el mundo académico. Este es un aspecto sustancial para la defensa de los derechos humanos y la profundización democrática.

Mantenemos en nuestro sitio web una base de datos de acceso público actualizada casi a tiempo real, conteniendo una exhaustiva información de 284 expedientes penales sobre delitos de terrorismo de estado diseminado en 44 sedes penales del territorio uruguayo. Esa base de datos es única en el país, ya que hasta el momento ninguna institución estatal la posee.

Esta resumida síntesis de nuestra acción en la lucha contra la impunidad, además de presentar lo que hacemos desde el Observatorio Luz Ibarburu, justificara el especial y especifico encare que tendrá nuestra exposición al referirse a la relación del uso de los archivos en los intentos de hacer justicia sobre los crímenes del terrorismo de Estado.

Nos hubiéramos sentido más cómodos interviniendo en la Mesa que trata la justicia de transición en América Latina y no en esta que trata del tratamiento de los archivos de derechos humanos. Así que intentaremos ver como resolvemos para que nuestra intervención vincule la tarea especifica que realiza el O.L.I y el tema asignado a mi exposición.

El experto Antonio González Quintana en un informe de actualización realizado en el 2008 para la UNESCO sobre la gestión de los archivos de los servicios de seguridad de los regímenes represivos, y más recientemente en el 2013, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff, al referirse al Uruguay constataban, entre otras, situaciones: que la dictadura uruguaya se había caracterizado por ferreo control social, y que para ello estableció mecanismos complejos para el monitoreo y control de toda la población. Uno de ellos, por ejemplo, categorizaba a los ciudadanos en categorías según el grado de apoyo al régimen y a su ideología.

Los ciudadanos que entraban en las categorías B y C en la que se calificaba su “fé democrática”, no podían desempeñar ninguna función pública y eran sometidos a vigilancia permanente por los organismos de represión y no podían integrar la directiva de ninguna institución social. Ser incluido en esas dos categorías que le diagnosticaban su carencia de “fé democrática” significaba peligro de prisión, destitución si se era trabajador público e imposibilidad de acceder a un trabajo en el Estado. Incluso los empresarios privados se aprovecharon de esas clasificaciones para limpiar sus empresas de sindicalistas o potenciales sindicalistas. En definitiva, en esa suerte de proscripción cívica y social quedaron cientos de miles de uruguayos.

Para ese control social, la dictadura uruguaya debió recaudar, conservar y archivar una cantidad enorme de información, por lo que resulta difícil de creer lo que han venido sosteniendo las fuerzas armadas de que no existen documentos e información pertinente que sea de utilidad para el establecimiento de la verdad y las consecuentes responsabilidades penales.

Sin documentos de archivo no puede haber o puede ser muy limitado el establecimiento de responsabilidades en los procesos de justicia de acuerdo a las exigencias de algunos tribunales que no han entendido las particularidades de las conductas delictivas cuando son cometidas desde el aparato del estado. La preservación de esos documentos y el acceso a ellos, es esencial para dirimir responsabilidades, como también para garantizar las reparaciones y asegurar que la memoria colectiva perdure.

El Observatorio Luz Ibarburu, cuya actividad se centra alrededor de la problemática de la justicia, en los debates y los esfuerzos de la sociedad civil por llevar a buen término las causas judiciales, constata a diario la ausencia de mecanismos oficiales para el esclarecimiento de la verdad y la falta de cooperación de algunas entidades como el Ministerio de Defensa y las propias fuerzas armadas.

Siguen siendo las víctimas, sus familiares y las organizaciones de la sociedad civil las que impulsan sin descanso las iniciativas en favor de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición en el Uruguay.

El Estado uruguayo tiene una abundante institucionalidad y normas que supuestamente se han creado para que se cumplan los procesos de verdad y justicia. Ello podría llevar a considerar que nuestra afirmación anterior, es injusta. Sin embargo, no es así. Esas instituciones no son realmente efectivas por una ausencia clara de voluntad política que las haga eficaces en todos los .ámbitos del Estado.

Dicho de otra manera, la dictadura hizo uso de la fortaleza de las instituciones del estado para aplicar un “terrorismo de Estado”, que implicó cerca de 200 desapariciones forzadas, más de 100 ejecuciones sumarias, la destitución de miles de funcionarios públicos, las detenciones arbitrarias masivas, el uso sistemático de la tortura, la prohibición y represión de toda actividad política y sindical, cientos de miles de exiliados de opositores políticos y personas opuestas al régimen, el fichaje de más de 300 mil ciudadanos. Sin embargo, los gobiernos democráticos que precedieron a la dictadura, no hacen uso de la fortaleza de las instituciones estatales para desactivar toda supervivencia de las antiguas dictaduras llevando a buenos términos los procesos de verdad y justicia. Durante muchos años, trabajaron abiertamente en grado de complicidad. Es cierto que actualmente nos encontramos en contexto distinto – aunque no de acuerdo a los parámetros internacionales -, a partir del advenimiento de los gobiernos progresistas. Pero seguimos encontrándonos con obstáculos burocráticos y restricciones a datos clasificados como confidenciales, así como la falta de cooperación de algunos organismos públicos.

El Relator Especial de Naciones Unidas en su informe sobre Uruguay planteaba los desafíos para encontrar el equilibrio entre la accesibilidad de los archivos, y la confidencialidad y el derecho a la privacidad. Destacaba que los criterios de confidencialidad y el derecho a la privacidad no debían instrumentalizarse para ocultar la verdad y mantener la impunidad sobre violaciones de derechos humanos.

Veamos un ejemplo de las ideas predominantes en nuestro sistema político, que de alguna manera explican la ausencia pertinaz de una política clara y exhaustiva de acceso a archivos de los organismos de seguridad del estado. En oportunidad de analizarse a nivel parlamentario un proyecto de ley en el año 2002 sobre el Derecho a la información y la acción de habeas data, la discusión parlamentaria estaba condicionada por el funcionamiento de un organismo estatal, la llamada Comisión para la Paz, al que se le había encomendado recibir, analizar, clasificar y recopilar información, documentos y testimonios sobre las desapariciones forzadas ocurridas durante el gobierno cívico-militar. Cometido en el que debía mantener estricta reserva sobre sus actuaciones y la absoluta confidencialidad de las fuentes militares que le brindaran información.

Un artículo en aquel proyecto de ley en discusión planteaba una dificultad que de no sortearse podría afectar la política de impunidad que consagraba la forma de actuación de la mencionada Comisión para la Paz, al cambiar verdad por impunidad. Nos referimos a la reserva legal sobre la información, documentos y testimonios que aquella Comisión para la Paz recibiera de fuentes militares.

Impunidad y secreto son dos elementos de la criminalidad de Estado. Así como la información es esencial para la democracia, el secreto nutre al autoritarismo. Por eso el secreto debía ser lo dominante en aquel proyecto de ley que paradójicamente pretendía asegurar el derecho a la información. En razón de ello, se planteaba en aquella discusión del 2002, que el proyecto de ley debía asegurar la reserva sobre las actuaciones de la citada Comisión para la Paz y la absoluta confidencialidad de las fuentes de donde resulte la información obtenida de fuentes militares. Para lograr eso se pretendía otorgar a la Comisión para la Paz la potestad de que fuera ella la que resolviera los términos de esa reserva según su criterio.

Los representantes de los partidos de la izquierda que históricamente se sumaban a los reclamos de verdad y justicia sobre el pasado, consideraban que no era “racional” que si la Comisión para la Paz resolvía que no se publicaran nunca más, que dentro de 100 años siguieran siendo secretos. Proponían que hubiera una reserva legal que cesara a los veinte años, para tranquilizar los representantes de la derecha que históricamente defendían las políticas de impunidad y para ello proponían mantener el secreto por hasta 50 años.

Lo que muestran palmariamente las actas de aquella discusión parlamentaria del pasado, es la preocupación de si el conocimiento público de esos documentos se producía en un momento en que alguno de los implicados en desapariciones forzosas estuviera vivo y pudiera ser llamado a responsabilidad a nivel nacional o internacional. La solución a la que arribaron, por consenso, fue que se podía acceder a esa información dentro de 35 anos, es decir en el 2037, más o menos. En palabras de un legislador de la derecha, “el tiempo va a resolver de hecho esta situación y dará paso a los historiadores, a quienes les deberemos facilitar su tarea y no trabarla”.

Lo paradójico de aquellas preocupaciones fue que creyeron que salvaguardaban la verdad de los hechos que brindarían los militares ante la Comisión por la paz. Sin embargo, esa “verdad posible” según la cual los restos de los desaparecidos habían sido incinerados y arrogados al mar resultaría una mentira más cuando algunos cuerpos fueron encontrados en cementerios clandestinos dentro de unidades militares.
La estrategia de los violadores a los derechos humanos actualmente se centra en ganar tiempo tanto a nivel del trámite de las causas judiciales mediante la presentación de recursos y chicanas en cascada, como en trabas burocráticas a nivel de los organismos que deben llevar adelante las distintas etapas de los procesos judiciales. La muerte de victimas y sobre todo de los victimarios da la razón – efímera por cierto-,a lo que preconizó un ex presidente de que este tema se terminaría cuando nos muriéramos los protagonistas.

Tanto el Relator Especial de ONU y otros especialistas, recalcan que los archivos que se encuentren en mano de instituciones públicas, como las Fuerzas Armadas, el Ministerio de Defensa, o de personas privadas, en particular militares y exmilitares, que estén relacionados con violaciones de derechos humanos o que contengan información sobre las actuaciones de instituciones del Estado durante las dictaduras, deben pasar a la custodia civil del Estado. Eso es importante aunque no suficiente. Creemos que es importante la participación de organizaciones de la sociedad civil en el diseño de las prioridades y políticas referente al uso de los archivos. En Uruguay la ley 18435 del año 2008 que crea el Archivo Nacional de la Memoria con el cometido de reunir y organizar los documentos relativos a las violaciones de los derechos humanos, establece la participación de un representante de una organización defensora de los derechos humanos, sin embargo siete años después dicha ley no fue reglamentada y por lo tanto la participación de la organización defensora de los derechos humanos, es solo progreso manuscrito.

Tampoco es una buena política de manejo de los archivos existentes, su dispersión. A fines del 2013 el Ministerio del Interior entregó los archivos provenientes de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia a la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente y, de esta pasaron al grupo de historiadores de la Universidad de la República, para su custodia e investigación, no teniéndose en cuenta que los derechos individuales de las víctimas de la represión política tienen preferencia sobre la investigación histórica.

Cuando la justicia penal aparece como un elemental y tardío actor institucional en relación a los delitos del terrorismo de estado y cuando se agota el tiempo biológico de víctimas y victimarios, determinadas políticas llevadas a cabo en el tratamiento de los archivos han resultado a la postre favorables a la conspiración del silencio y la impunidad.

El Estado ratificó todos los tratados internacionales y regionales de derechos humanos y es noticia en el mundo por sus avances en materia de reconocimiento de derechos a diversos colectivos, sin embargo es constatable la falta de voluntad política en torno a resolver adecuadamente y de acuerdo a los estándares internacionales sus obligaciones de verdad y justicia.

Otro ejemplo en el 2006 fue incautado por la entonces ministra de defensa un archivo de inteligencia que se encontraba en una unidad militar y que posteriormente se comprobaría que estaba incompleto sin que se sepa si dicha falta fue objeto de investigación y se establecieron responsabilidades. Este archivo luego de dos años pasó a la órbita del Archivo General de la Nación no existiendo a la fecha un listado de su contenido que sea de uso público.

Otro acervo documental lo constituye el archivo judicial proveniente de la Justicia Militar referente a personas que fueron sometidas a esa jurisdicción durante el período de la dictadura, constituido por unos 3.000 expedientes, representa una mínima parte de la información recabada por la dictadura. Este se encuentra digitalizado en la órbita del Poder Judicial.

Otro acervo documental se encuentra en el archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, constituido por el archivo histórico y el diplomático. Este archivo fue el primero que se abrió con criterios muy amplios a la sociedad civil.

Por ultimo podemos anotar el archivo proveniente de la Comisión para la Paz en poder de la Secretaria para el pasado reciente.

En mayor o menor medida los archivos existentes en la órbita del Poder Ejecutivo, su acceso y las políticas en torno a ellos, está sujeta a los cambios de administración y no existe una centralidad en torno a ellos. Lograr información implica recorrer distintas ventanillas, todas ellas sujetas a trabas burocráticas y a criterios que muchas veces desconocen las prioridades de cada finalidad.

Desarrollar una política clara y exhaustiva de acceso a archivos y ampliar los esfuerzos para recuperar documentos y archivos que todavía no estén bajo el control del Estado y accesibles para consultas e investigaciones, como ciertos archivos de las Fuerzas Armadas sigue siendo un debe del gobierno uruguayo.

El Estado uruguayo no ha querido asumir en su globalidad que la apertura de los juicios sienta las bases profundas para el fortalecimiento del estado de derecho y la institucionalidad democrática, siempre y cuando se resuelvan satisfactoriamente.

Los archivos en una sociedad democrática deben estar al servicio del pueblo y deben ser accesibles para todos, de manera tal que constituyan un fundamento irreemplazable para un proceso de justicia que se sustenta en pruebas y evidencias.

El derecho ciudadano de poder alcanzar la verdad y la justicia en un contexto como el que vivió nuestro país de férrea impunidad durante un cuarto de siglo, torna necesario e imprescindible la existencia de una clara e inequívoca política de estado de persecución criminal con relación a los archivos que termine con la impunidad y el olvido.

La causa de los derechos humanos precisa de la acción conjunta de abogados, antropólogos, historiadores, archiveros y sobre todo de los defensores de los derechos humanos y las víctimas. Han sido estas dos últimas de vital importancia pues han conservado los testimonios de las víctimas y ello ha tenido un valor incuestionable, único y esencial, tanto en las actuaciones judiciales como en los procesos de recuperación de la Memoria Histórica. Sin ellos, la labor desarrollada de manera sistemática con el propósito de eliminar las pruebas que pudieran ser usadas contra los responsables de las violaciones de derechos humanos, habría sido más efectiva.

Esta situación en Uruguay estuvo determinada tanto por la forma en que se produjo la transición de la dictadura a la democracia pactada y las políticas de impunidad que siguieron. La «ruptura pactada», o de «reconciliación nacional» desestimó la posibilidad de determinar responsabilidades penales en aras de una supuesta paz social y mantuvo intactos los organismos represivos con su antiguo personal comprometido con el régimen anterior, y con la represión misma.

Queremos finalizar diciendo que en nuestro país existe la convicción y los indicios – como la reciente incautación de un ex jefe de inteligencia militar por parte de un juez penal, de un archivo- de que existen archivos de la represión, y que sin embargo no se han tomado medidas significativas para la localización y puesta a disposición de los juzgados que investigan los crímenes del terrorismo de estado. El hecho de que el Uruguay exista un notable retraso en la identificación y puesta a disposición pública de la documentación referida a las experiencias autoritarias vividas recientemente, no hace más que incentivar los esfuerzos de las organizaciones de la sociedad civil y la cooperación entre ellas.

Al igual que los testimonios generados desde el sufrimiento de las víctimas y de las organizaciones que resistieron a las tiranías son el imprescindible contrapunto a los testimonios del poder de las dictaduras del Plan Cóndor, la unidad de los que luchan contra la impunidad en nuestra América, son el imprescindible contrapunto a los testimonios del poder de las dictaduras del Plan Cóndor.

Raúl Olivera Alfaro / Observatorio Luz Ibarburu
COMCOSUR INFORMA Nº 1689 – 24/11/2015 ______________________________________

4) EL ARTE DE LA POLÍTICA

Cómo diseñar un futuro alternativo desde la izquierda, según el académico británico David Harvey.

La Diaria, 19.11.2015

Ha escrito sobre urbanismo, medioambiente, neoliberalismo, posmodernidad y marxismo; para muchos es uno de los principales autores vivos de las humanidades. El británico David Harvey llegó a Uruguay en el marco de la celebración de los 100 años de la Facultad de Arquitectura, y hoy a las 19.00, en el Paraninfo, recibirá el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de la República.

-Con el ascenso de Jeremy Corbyn en Gran Bretaña, Bernie Sanders en Estados Unidos, Syriza en Grecia y Podemos en España, pareciera que existe un renacimiento de la política radical y de izquierda a lo largo de Europa y Estados Unidos. ¿Cuáles son sus impresiones sobre el estado de la izquierda en el Primer Mundo?

-Quisiera ser optimista, pero francamente soy más bien cauto, por varias razones. Lo impactante de Sanders y Corbyn es que fueron una gran sorpresa para la prensa convencional. Me da la impresión de que esa prensa ha construido una narración sobre cómo es el mundo y está muy cómoda en esa narración, que no incluye a gente como Corbyn o Sanders como gente con influencia alguna. Esa narración estuvo equivocada desde el principio: estaban ocurriendo muchas más cosas de lo que se reconocía. Se puede rememorar algunos de los movimientos sociales de masas que sorprendieron a la gente, como las enormes manifestaciones contra la guerra en 2003. Nuevamente, éstos fueron eventos sorprendentes, que se desvanecieron más bien rápido. La razón por la que soy cauto en relación a lo que puede ocurrir es que veo que Syriza, por ejemplo, llegó en una posición muy fuerte, y ahora se está manteniendo en el poder administrando todas las cosas que dijo que quería abolir. Y creo que si Corbyn dura -y pienso que va a durar más de lo que muchos creen-, va a ser también por haber cedido, en parte, porque el poder ya no está en la política. Y no está en la política por dos razones: una es que las clases altas, la plata grande, domina a la política; y la otra es que las personas que son intuitivamente de izquierda no confían en la política en absoluto, tienden a no votar. Entonces, ocasionalmente aparece algo como Corbyn o Syriza, pero la gente no se mantiene en la política. Hay una especie de política de la antipolítica que domina nuestra izquierda. Y es muy difícil transformar eso en algo organizado o en una campaña política bien orquestada. Por eso no soy optimista en cuanto a que podamos ver cambios importantes como consecuencia de todo esto. Lo que sí veo es mucha gente muy desencantada con lo que ocurre; veremos qué forma de expresarlo encuentran en los meses y los años que vienen. Pueden ser modos de expresión de izquierda o de derecha. La derecha está vivita y coleando en el Norte Global, y está reclamando fascismo. Aún así, conservo la esperanza en que reviva la política antiausteridad.

-Al mismo tiempo que emergen estas nuevas izquierdas, parece haber un resurgir de la importancia del pensamiento de izquierda, tanto en el norte como en el sur. En América del Sur hay una gran discusión entre los que siguen a Ernesto Laclau y piensan en términos de estrategias populistas que logren tomar el poder del Estado y quienes siguen a Antonio Negri y piensan en una política horizontal, no estatal y local. Ninguno parece dar una gran respuesta: las estrategias populistas pueden tomar el poder del Estado pero no saben cómo lidiar con el capital, mientras que las estrategias horizontales nunca parecen ser capaces de crear movimientos grandes y sostenidos. ¿Donde se ubicaría usted en este debate?

-Creo que Negri está cambiando su postura; no creo que esté tan comprometido con esas formas horizontales. De hecho, en una entrevista reciente dijo que su pensamiento y el mío estaban convergiendo, lo que me resulta bastante sorprendente. Existe cierto fetichismo de la forma organizacional en la izquierda que significa que cualquier cosa que no sea horizontal no está contemplada, cualquier cosa de gran escala es rechazada. Yo no veo la política en esos términos; de hecho cada vez que estuve en una estructura de asamblea en realidad no era horizontal, existían liderazgos secretos y todo eso. Creo que sería necesario algo de pragmatismo en esa parte de la izquierda en cuanto a cómo piensa en la organización y en que debería hacer. Es cierto que las estrategias populistas pueden servir para tomar el poder. Pero lo que vimos en Argentina es que existe un límite a lo que podés hacer cuando estás comprometido con una estrategia populista.

-Quería preguntarle sobre ese punto. Varias veces ha usado a América del Sur como ejemplo de un lugar en el que los movimientos sociales fueron capaces de responder al capital. Éste es un momento muy especial para América del Sur, porque todas las fuerzas progresistas y revolucionarias están en crisis o en graves problemas. ¿Cómo ve esta situación?

-Hubo un momento curioso en la historia de América Latina, al final de las dictaduras, en el que vimos cómo se daban paralelamente la democratización y el neoliberalismo, y cómo la colisión de estas dos fuerzas creó una oportunidad para la aparición de una izquierda muy peculiar, basada en cuestiones de derechos que eran perfectamente compatibles con el neoliberalismo, pero que estaba basada también en la profundización de la democracia. Más adelante vemos, por ejemplo, que Lula da Silva y el Partido de los Trabajadores llegan al poder en Brasil y son, al principio, muy progresistas. Pero paso a paso se van haciendo más y más cautivos del capital, y empiezan a desempoderar a los movimientos sociales. Entre 2005 y 2010 las cosas estaban extremadamente activas, pero desde entonces el poder político ha domado a los movimientos sociales. Por ejemplo, los movimientos indígenas del campo ecuatoriano ya no son tan fuertes como eran. Es una paradoja que hayan sido gobiernos de izquierda los que los desempoderaron. Y ahora esos gobiernos de izquierda están en problemas. Y vemos una situación en la que la derecha puede hacerse cargo, y los movimientos sociales no van a estar allí para crear resistencia. Esto, por supuesto, se une al hecho de que hubo un boom económico en América Latina durante aquellos años, que en buena medida estuvo unido al comercio con China. La caída de los precios de las materias primas generó serios problemas económicos en casi todos los países de América Latina, por lo que estamos viendo tasas de crecimiento cero, y no el fuerte crecimiento de hace cuatro o cinco años. Estas cosas suceden juntas y pintan un panorama muy complicado.

-En ese tema parece haber una contradicción en la acción de los gobiernos progresistas y revolucionarios de América del Sur. Pareciera que su habilidad para redistribuir y para obtener victorias políticas depende de su capacidad para atraer grandes inversiones, ser exitoso en los mercados internacionales y exportar materias primas, todas cosas que dan poder al capital sobre el territorio, ya sea mediante la especulación inmobiliaria, el desarrollo agrícola o la minería. ¿Hay alguna forma de salir de esta contradicción?
-Es el clásico problema que ocurre cuando el socialismo es visto simplemente como algo relacionado a la redistribución y no se presta atención a la producción, a cómo se organiza ésta. Se da exactamente esa contradicción: el programa redistributivo depende en lo crucial del programa de desarrollo, lo que significa que, en esencia, renunciás la estrategia de desarrollo del país a grandes empresas. Tiene que existir una manera alternativa de pensar el modo de producción, que no sea dependiente del capital. Esto no está siendo proyectado, excepto quizá en organizaciones muy periféricas de escala bastante pequeña: economías solidarias, cooperativas de trabajadores, fábricas recuperadas. Estos movimientos son relativamente pequeños y no fueron organizados como una fuerza que reconfigure cómo se produce la riqueza en la sociedad, y que pueda ser aislada del poder del capitalismo global, que deviene cada vez más centralizado y más politizado en la forma en que opera alrededor del mundo.

-Las organizaciones que querrían ir en otra dirección son demasiado pequeñas, mientras que los gobiernos de izquierda son capaces de transformar sus excelentes relaciones con el capital en una forma de obtener apoyo popular. Siendo América Latina una región pobre y desigual, existe una demanda popular real de mayores niveles de consumo. ¿Es posible, en una región pobre, la aparición de un movimiento político que no se base en promesas de crecimiento del consumo?

-Depende de qué forma de consumo estemos mirando. Una cosa que me impresiona de América Latina en los últimos 20 o 30 años es hasta qué punto la forma de consumo que se promueve está construida en torno al automóvil, a nuevas carreteras, a shoppings. Parece casi diseñada para ser estadounidense. Y francamente éste no es, para mí, un modo de producir especialmente sano o valioso. De hecho, últimamente cuando visito grandes ciudades latinoamericanas paso mucho tiempo estancado en embotellamientos, y pienso “por qué este compromiso con lo que en Ecuador llaman ‘buen vivir’ implica estar sentado en un embotellamiento, rodeado de shoppings y condominios”. En otras palabras, existen formas variadas de consumismo, y creo que el modelo de consumismo que está siendo importado en estos países no necesariamente es una forma de consumismo que uno quisiera promover si estuviera pensando en el bienestar de todos. De hecho, algunas de las protestas que han emergido, por ejemplo los levantamientos en las ciudades brasileñas en 2013, están relacionadas con el precio del transporte, de los megaproyectos en torno a la Copa del Mundo, que estaban recibiendo recursos masivos que no estaban llegando a la gente. Qué consumo queremos es una gran pregunta, y creo que podemos decir a la gente: “Miren, no estamos en contra del consumo, estamos a favor del buen consumo: comida limpia, sana y buena en lugar de comida chatarra, menos tiempo de transporte, mayor proximidad del trabajo a la residencia, rediseño urbano”. En otras palabras, deberíamos buscar un modo de consumo radicalmente diferente del que está siendo promovido, con consecuencias muy desafortunadas para muchas ciudades de América Latina.
-Mencionó el “buen vivir”. Existe una intensa discusión en América del Sur entre los que usan esta categoría desde posiciones decoloniales y antidesarrollistas y aquellos en la izquierda tradicional, más economicista. Como intelectual marxista que estudia la relación entre el capital y la naturaleza y ha propuesto una economía de crecimiento cero, usted parece estar en los dos bandos del debate. ¿Como ve esta cuestión?
-Es un poco incómodo, porque me disparan desde los dos costados. Murray Bookchin, que era anarquista y dejó el anarquismo, dijo recientemente que él pensaba que el futuro de la izquierda dependía de poder juntar lo mejor del anarquismo con lo mejor del marxismo, y que mientras no aprendamos a hacer eso no vamos a ir a ningún lado. Me inclino a estar de acuerdo con eso, porque pienso que muchas de las ideas que se encuentras en los grupos autonomistas y anarquistas en términos de organización social y relación con la naturaleza son muy positivas, y merecen ser miradas y trabajadas. Me gusta la idea del socialismo confederal, un modo de gobierno basado en asambleas locales y asambleas macro, que buscan formas de desplazar al Estado capitalista con otras formas de gobierno. Son ideas muy interesantes. Pero es muy difícil para este tipo de política pensar en cómo organizar sociedades macro de manera que alimentemos, refugiemos y vistamos a 7.000 u 8.000 millones de personas de una manera razonable. Y no creo que los movimientos anarquistas o autonomistas puedan responder a esa gran pregunta. Esa pregunta fue tradicionalmente abordada por grupos de la izquierda tradicional, aunque de una manera tan dogmática que terminó por despreciar la profundidad de las propuestas anarquistas y de izquierda en lo que refiere a la organización y la naturaleza. Tenemos que juntar muchas de estas cosas de la mejor manera que podamos. Veo que está sucediendo algo de eso en el norte de Siria, entre las poblaciones kurdas de Rojava, que llevan adelante experimentos. He tratado de viajar hasta allá durante los últimos seis meses para ver qué está ocurriendo, pero el gobierno turco no me lo ha permitido. No pretendo ir para decir “acá está la respuesta”, sino para ver que existen experimentos de este tipo que deben ser apoyados. Entonces, nuevamente, creo que existen posibilidades y que hay que tener la cabeza abierta. Y tenemos que pensar que una parte del asunto es estar preparados para redefinir el terreno teórico en el que estamos pensando.

-Uno de los principales conceptos de sus últimos trabajos es que si bien el capital no es capaz de resolver sus contradicciones, sí es capaz de moverlas de manera de que no exploten. Al mismo tiempo, usted pone mucho énfasis en la ciudad como lugar de organización política. ¿Es posible, desde lo local o lo nacional, enfrentar esta capacidad que el capital tiene de moverse mediante burbujas, corridas, etcétera?

-Estoy firmemente convencido de que toda política debe tener raíces en las circunstancias locales. Pero también estoy firmemente convencido de que si se mantiene en lo local y no va a otro lugar, fracasa. La pregunta, entonces, es cómo construir atravesando diferentes escalas. Existen intentos de construir conexiones internacionales. El MST [Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra] de Brasil intentó hacerlo, organizaciones como Vía Campesina tienen un alcance global. La única respuesta a esa pregunta es que comencemos a configurar vínculos firmes y activos entre organizaciones, en términos de su acción política. Te puedo dar un pequeño ejemplo: la Unión Europea está en serios problemas como configuración. Existe una generación entera de estudiantes que atravesó Europa gracias a programas de becas como Erasmus. Yo le pregunto a estos estudiantes por qué no construyen la base de una organización completamente distinta que diga “hay cosas que valen la pena de Europa, pero no la forma capitalista basada en Maastricht, y nosotros somos la generación revolucionaria que va a reconfigurar esto”; y ellos casi siempre dicen “Europa es burócrata” y todo eso. Esto nos lleva al problema del descreimiento en la capacidad para hacer algo. Hoy empezamos hablando sobre hasta qué punto un movimiento antiausteridad puede desarrollarse a lo largo de Europa e incluso más allá, y esto es posible si se logra canalizar a los sectores de la población que ven algo valioso en trabajar juntos, en un ambiente de respeto a las diferencias, para diseñar un futuro alternativo. Eso es lo que espero ver, y es de lo que hablo tanto, para tratar de hacer que la gente empiece a pensar en ello. Porque si no ocurre, vamos a estar encerrados con esta bestia capitalista, a la que no le está yendo muy bien, a pesar de que a los capitalistas les esté yendo extremadamente bien. Ellos tienen que ser privados de su poder, y eso va a ocurrir o bien pacíficamente, por medio de la aparición de movimientos de masas, o bien de una manera mucho, mucho peor.

Gabriel Delacoste / La Diaria
COMCOSUR INFORMA Nº 1689 – 24/11/2015 ______________________________________

5) PENSAMIENTOS DE JORGE ZABALZA

Quedan muy pocos rubros donde apropiarse de plusvalía y las corporaciones transnacionales preparan la rapiña sobre la sanidad, la educación el agua y… ¿el aire? En ese proceso de expansión y concentración, el capital va creando las condiciones en que no quedará otra salida que luchar por ¡Socialismo o muerte!

Jorge Pedro Zabalza 17 de octubre de 2015
COMCOSUR INFORMA Nº 1689 – 24/11/2015 ______________________________________
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