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VENEZUELA, EL MERCOSUR Y DESPUÉS

1) Venezuela y la posición del gobierno /Gustavo González
2) La violencia política en Venezuela /Marco Teruggi
3) Con Pablo Frére, de la Alianza Mundial para los Pueblos Indígenas Móviles, en la VII Conferencia de La Vía Campesina
4) Impunidades /Susana Escudero
5) Las cinéphilas: Perla latinoamericana brilla en la Semana de la Crítica del Locarno Festival /Sergio Ferrari

COMCOSUR INFORMA AÑO 17 – No. 1832 – martes 08.08.2017


“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS

1) VENEZUELA Y LA POSICIÓN DEL GOBIERNO

Por Gustavo González /La República, 08.08.2017

Para que no existan confusiones en cuanto a mi postura frente al proceso político venezolano, deseo comenzar con lo que escribí en La República el 22 de marzo del 2014.

“Por su parte también debemos de ser críticos al proceso Bolivariano, hay que salir del impasse político haciendo cambios profundos, combatir a muerte la corrupción, frenar la inflación en forma urgente, y para esto hay que de una vez por todas afectar efectivamente al capital. Pero para ello es indispensable, poner en las calles a las organizaciones de la gente con absoluta independencia política y métodos de lucha acordes a la situación de ese país.

Si no se asumen estas tareas, el proceso Bolivariano más temprano que tarde perecerá.

Si cae el proceso Bolivariano, si la estrategia implementada por la burguesía venezolana triunfa, se generará un efecto dominó en otros países de la región. Por último, siempre que seamos críticos con estos procesos, jamás debemos de confundirnos con los cantos de sirena de la derecha. La democracia, la libertad de expresión, los derechos individuales para la burguesía y sus partidos son puro cuento. Jamás tuvieron dudas en apoyar las dictaduras más atroces, Pinochet,
Stroessner, Videla, Álvarez, Bordaberry, así lo demuestran”.

Queda claro que mi posición nunca fue de acompañar a ciegas el proceso Bolivariano, siempre manifesté que me costaba entender un “Socialismo del siglo XXI”, que nunca pudieron escribirlo, más bien era un conjunto de consignas y con muy poco contenido
.
Pero los cantos de sirena de la derecha golpearon y fuerte en la posición adoptada por el gobierno uruguayo, acompañando una posición claramente intervencionista sumándose a la derecha más atroz que hoy gobierna el Mercosur. Qué moral puede tener un gobierno como el de Temer o Cartes, para opinar y hasta castigar a cualquier otro pueblo.

Lo que nos debe de preocupar entonces es la posición de nuestra Cancillería que nuevamente demuestra un giro a la derecha, siempre intentado quedar bien, con quien más vale quedar mal. No es la primera vez que Nin Novoa muestra sus posiciones. Justamente por eso es que en el artículo de 2014 ya adelantaba sobre posibles “confusiones”. Y ahora se dan de la peor forma, porque no respeta para nada la tan mentada “libre determinación de los pueblos”. Tema que para el cual no debe solicitársele que sea revolucionario, ser simplemente demócrata real lo que ya ameritaba no haber acompañado esta decisión.

Ya quedaremos en la historia sumados a los gobiernos más reaccionarios de la región para expulsar a Venezuela del Mercosur.

Y este problema que no es menor, amerita que Nin Novoa sea llamado por la Mesa Política del FA, porque no me cabe duda que la base ya no militante sino votante del Frente Amplio, que frente al tema Venezuela se compone, de quienes apoyan totalmente al gobierno venezolano, los que no lo apoyan totalmente, los que son críticos etc. Pero de lo que no tengo dudas es que esa inmensa mayoría respeta “la libre determinación de los pueblos”

Gustavo González /La República
COMCOSUR INFORMA Nº 1832 – 08/08/2017
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2) LA VIOLENCIA POLÍTICA EN VENEZUELA

La violencia en Venezuela se dice y no se nombra, sostiene Marco Teruggi en esta nota. Se manipula a diario desde los grandes medios y cadenas de información despojada del sustento de la investigación y el contexto. Así la violencia es culpa de la crisis y del gobierno, los muertos son un número, y la oposición no figura entre los responsables.

Marco Teruggi /La Tecl@ Eñe /Caracas, Venezuela, 02 de agosto de 2017

Existe un rompecabezas de las muertes. Las más de cien en más de cien días de conflicto. La cuestión se resume en la mediática opositora en que todos fueron asesinados por el gobierno. No importa que no existan pruebas a la hora del titular, tampoco investigación para fundamentar una aseveración como esa. Importa el impacto, el número, el escándalo, el muerto apilado sobre otro muerto que de a poco construye esa idea ya consolidada en muchas partes: es un régimen autoritario, dictatorial, que viola los derechos humanos.

En otros casos no se le atribuye la responsabilidad al gobierno sino a la crisis/conflicto. Un viejo truco, como titular “la crisis causó dos nuevas muertas” cuando fueron asesinados por la policía, bajo órdenes del gobierno argentino, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki en el 2002. No fue en aquel entonces “la crisis”, así como tampoco lo es en Venezuela. Si algo queda de periodismo en esta batalla política, debería al menos conservar la investigación como base para construir noticias y opinión. Se trata de un deseo casi ingenuo: la mentira se ha vuelto una forma nodal de comunicar en esos medios.

Por último, existe otro truco más: decir sin nombrar. “Muertos en jornada electoral”, “incendiaron sede de la magistratura”, por ejemplo, cuando es evidente -solo basta seguir los movimientos- que la incendiaron grupos de choque que en cada manifestación de la oposición están en primera línea y reciben órdenes de dirigentes de Voluntad Popular. En este caso no hay autor de la acción. Ni el gobierno, ni la crisis, nadie. Menos aún la oposición.

Estas tres variables son repetidas diariamente por decenas de titulares, portadas, de Venezuela y el mundo. El resultado es que una mayoría está convencida que el gobierno es autor de toda la violencia y las muertes. ¿Cuántas veces es necesario repetir una idea para que se haga verdad? ¿Qué medios de comunicación es necesario tener para que eso suceda? La arquitectura
comunicacional en el caso de la oposición venezolana es aplanadora: cuenta, por ejemplo, con los principales medios de cada país del continente, Estados Unidos y Europa, articulados entre sí.

Los muertos entonces. ¿Quién es responsable? Son más de cien, el número exacto difuso: ¿125, 127? ¿Más, menos? Difícil tener una certeza debido al amplio abanico de causas de las muertes -algunas pueden ser incluidas por algunos análisis y excluidas por otros-, y por las fuentes de información, el cruce de datos entre poderes públicos, fuentes periodísticas. Las causas han sido múltiples: barricadas y bloqueos; saqueos; quemados vivos o linchados; manipulación de explosivos; transito cerca de una manifestación sin participar en la misma; pelea entre manifestantes; disparos de bandas criminales; desde adentro de los manifestantes; por cuerpos de seguridad del Estado; entre otras.

De ese total, unas 11 víctimas fueron por disparos de los cuerpos de seguridad. Ante eso ya existen 39 efectivos procesados, detenidos o solicitados. Es decir que cerca de un 10% fue responsabilidad del Estado. Otro elemento: del total de muertos, más de 7 son de efectivos de algunas de las fuerzas de seguridad. El discurso de que todos los muertos son del gobierno se cae rápidamente.

¿Quiénes son responsables del otro 90%? En el nivel intelectual, los dirigentes de los partidos opositores, en particular Voluntad Popular y Primero Justicia, por ser quienes conducen el plan de escalada violenta en la calle. En el nivel material depende de cada caso: paramilitares, grupos de choque, los mismos jóvenes de las protestas, gente suelta alentada a matar -para una parte de la oposición se ha vuelto legítimo matar chavistas-. La Fiscalía General no ha detenido a nadie de la oposición, ni autor material ni intelectual, aun cuando la evidencia haya quedado grabada en cámaras, como uno de los jóvenes que fue linchado y prendido fuego al pasar por una manifestación en plena Caracas. No es casualidad, su alineamiento con la oposición es declarado. La justicia está ausente y esa ausencia agranda el agujero de la muerte.

A veces solo bastaría aplicar un razonamiento lógico. Como en el caso de las elecciones del domingo. La oposición anunció que impediría que tuvieran lugar, y actuó en consecuencia. Asesinó a un candidato el sábado por la noche, atacó 206 centros de votación, afectó gravemente la participación en 5 municipios, detonó una bomba sobre la policía, desplegó grupos paramilitares para impedir que la gente votara, disparó sobre votantes, sobre cuerpos de seguridad del Estado. Y sin embargo la noticia mundial fue la misma, desde Clarín hasta el secretario de la OEA: el gobierno fue responsable de la violencia. ¿Por qué el gobierno habría hecho eso el el día de las elecciones claves del domingo? ¿Para qué hubiera lanzado granadas sobre centros electorales y detonado una bomba contra la policía? Las matrices de los medios pueden destruir el sentido común.

Venezuela es frontera con Colombia, epicentro del paramilitarismo, ha sido infiltrada durante años por grupos paramilitares, que a su vez se enraizaron, en alianza con bandas criminales, y conformaron de fuerza -logística/inteligencia/estructura- propia. Están los testimonios de las poblaciones, las acciones como asaltos a cuarteles militares y policiales con armas de guerra, las zonas controladas por ellos, sus campamentos. No existen, sin embargo, en los grandes medios de comunicación, en las palabras de los dirigentes de la derecha, en algunos análisis de intelectuales.

Existen sí en la vida de la gente: las casas marcadas, los chavistas de los pueblos que deben irse debido a las amenazas, los compañeros asesinados, los comercios que deben cerrar sino son atacados, al igual que los transportes, los toques de queda. Ocurre en municipios de Táchira, Mérida, Lara, Barinas, en los despliegues que realizan durante las semanas de escalada del conflicto en cualquier punto del país.

La fórmula es la siguiente: cada hecho de violencia debe ser negado, y en caso de que la acción sea demasiado evidente, debe ser señalada como un auto-golpe del gobierno. Aunque sea inverosímil, como decir que fue el mismo gobierno quien lanzó las granadas desde un helicóptero sobre el Tribunal Supremo de Justicia. El plan golpista despliega oleadas de violencia, legitima una parte, oculta otra, y construye la idea-fuerza de una oposición “pacífica, legal y masiva” que es víctima de la represión desmesurada. Los medios de comunicación le lavan la cara día tras día a la derecha, y no son los únicos: también lo hacen quienes centran toda la crítica sobre el gobierno y minimizan el accionar golpista hasta invisibilizarlo.

Es una gran disputa por el sentido y los actores de la violencia, por desenmascarar, ponerle nombre a la muerte y obligarlos a salir del anonimato.

No se puede comprender las respuestas del chavismo -con sus aciertos y errores- si no se comprende la estrategia desplegada, o si se opta deliberadamente por esconderla. ¿Qué deber hacer un gobierno y un movimiento popular, con su infinidad de contradicciones, ante una oposición que apuesta por una salida violenta y despliega un brazo armado que realiza acciones militares? ¿Cómo debe actuar? Las respuestas son varias. Desde un esquema de contención para apostar al desgaste, hasta ensayar formas de defensa integral, como lo había planteado Hugo Chávez a través de las Milicias Bolivarianas. Aunque en este último punto existe otro debate: parecería necesario construir formas de resguardo de los territorios dependientes de los mismos territorios, y no solamente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana -como lo es la Milicia Bolivariana- aunque articulado con las mismas -nada por fuera de la unidad.

Se trata de un punto clave: ¿Cómo se defiende un proceso popular? ¿Quiénes lo defienden? ¿Solamente desde el aparato del Estado?

La violencia se ha normalizado en Venezuela. El primer hombre prendido fuego en la calle conmocionó, el segundo también, el tercero pasó a ser parte de lo posible, el quinto ya entró en la lógica del conflicto -impactó sí, aquel que luego de linchado e incendiado, fue pateado como un perro por sus asesinos-. Esa normalización es parte del objetivo de la violencia opositora, apunta a golpear el tejido social, descomponer, enfrentar a las partes hasta legitimar el linchamiento como práctica social opositora en las clases altas y medias. No se ha visto hasta el momento a nadie linchado en un barrio popular por su postura política.

¿El gobierno no se ha equivocado y cometido violencia que no debía cometer? Sí. Ahí están los números, la gente encarcelada, los órganos de seguridad del Estado que no son los que quisiéramos que fueran, que han intentado ser transformado en este tiempo de revolución y han quedado a medio camino. El chavismo tiene contradicciones, límites, lucha de clases interna, traidores, burócratas, corruptos impunes en puestos de dirección, y una lista larga de problemas. Se los debe debatir, disputar: en la resolución o no de esos puntos se nos va la posibilidad del proyecto.

El problema es invertir los términos y poner al gobierno como autor de la escalada de violencia, y no como quien ejerce una respuesta -con sus errores- ante un intento de Golpe de Estado con participación directa de los Estados Unidos. Mirar Venezuela a través del show mediático, la avalancha estética victimizante y heroica de sus movilizaciones, la producción masiva de contenidos -que cuesta millones de dólares- las páginas opositoras y Aporrea, y algún investigador de una universidad extranjera que “analiza los colectivos”, conduce a comprar el cuento completo del golpismo.

Debatir el chavismo es una necesidad. Pasar del lado del bloque conducido por los Estados Unidos es un error histórico. No sería la primera vez que sucede en la historia de la izquierda en el continente.

Marco Teruggi /La Tecl@ Eñe /Caracas, Venezuela
COMCOSUR INFORMA Nº 1832 – 08/08/2017
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3) CON PABLO FRÉRE, DE LA ALIANZA MUNDIAL PARA LOS PUEBLOS INDÍGENAS MÓVILES, EN LA VII CONFERENCIA DE LA VÍA CAMPESINA

Radio Mundo Real /Amigos de la Tierra, 03.08.2017

A través de sus 24 años de “construcción de movimiento para cambiar el mundo”, la Vía Campesina Internacional ha establecido puentes no solamente hacia organizaciones y movimientos urbanos, sino también hacia otros actores de la alimentación producida en pequeña escala como es el caso de la Alianza Mundial para los Pueblos Indígenas Móviles (WAMIP) que agrupa a organizaciones pastoralistas del mundo.

El representante de este colectivo articulado internacionalmente en la VII Conferencia de Vía Campesina fue Pablo Frére, de la red Pastoraméricas que asimismo integra WAMIP y la Alianza para la Soberanía Alimentaria de los Pueblos de América Latina y Caribe, es Pablo Frére, quien dialogó con Radio Mundo Real.

Explicó los distintos sistemas pastoriles predominantes en el planeta y resaltó el rol de los pueblos asociados al movimiento en la provisión de proteína animal, así como de balance ecosistémico en los distintos biomas.

En su sitio web, Pastoramericas.org, se explica que dicha red se compone de organizaciones y movimientos de la sociedad civil anclados entre los productores de ganadería extensiva. Los productores son los encargados de realizar la acción y representación política en prensa, foros nacionales e internacionales. Los productores se apoyan asimismo en un conjunto de técnicos que apoyan y refuerzan los discursos de representación política mediante una colaboración objetiva pero voluntaria y por lo tanto militante. El compromiso de las personas participantes en la red es su principal valor.

El objetivo de la red es cubrir todos los grandes sistemas de producción pastoril del área latinoamericana, delimitados principalmente por las condiciones ecológicas y por las modalidades de gestión que de ellas se derivan.

En el diálogo Frére resalta como asociado al pastoralismo una economía no formal de autosustento y comercio que no siempre es visibilizado en términos de aportes al Producto Bruto Interno de uno u otro país.

Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación, la FAO, “la voz de los pastores es fundamental para lograr un desarrollo equitativo y sostenible de las comunidades de pastores. El Centro de conocimiento pastoril integra a los pastores, ofreciendo una herramienta para establecer un mecanismo de participación. El mecanismo junta a representantes de redes pastorales para discutir los puntos de vista de las comunidades pastorales sobre ciertos temas que se están discutiendo en el ámbito internacional”.

Los pastores están presentes en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial que funciona, precisamente, en la órbita de FAO.

La cría móvil o trashumante de ganado es, asimismo, una pieza central en la sostenibilidad y complementariedad de la unidad productiva familiar o campesina, señala Pablo en la entrevista realizada en Derio, Euskal Herría en el marco de la cobertura conjunta de la VII Conferencia Internacional de Vía Campesina.

La revista de agroecología Lisa, señala en su número de diciembre de 2016 refiriéndose al contexto de América Latina referido al sistema pastoralista de producción que “la existencia o prevalencia de sociedades pastoriles no aparece tan evidente, como sí lo es la agricultura familiar campesina en cuyo contexto la relación entre las comunidades y su crianza de animales es una condición esencial a su sostenibilidad, por contribuir a la conservación de la biodiversidad del ecosistema, especialmente de las pasturas, y como recurso esencial para la vida y la producción por ser fuente de proteína para la alimentación y de fibra para su uso textil, tanto en la artesanía como en la industria”.

Radio Mundo Real /Amigos de la Tierra
COMCOSUR INFORMA Nº 1832 – 08/08/2017
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4) IMPUNIDADES

Por Susana Escudero /publicado por Amarelle

En estas fechas en las que nos detenemos a pensar sobre la impunidad que persiste sobre los crímenes de lesa humanidad de la última dictadura civico-militar, vale también pensar en cómo esta impunidad se relaciona con otras, que urgen ser miradas y también revocadas.

La impunidad ha sido en la historia una herramienta para perpetuar todo sistema de opresión y de dominación, garantizando el ejercicio indiscriminado de la violencia, el ocultamiento de los crímenes, y por lo tanto de los criminales como tales, y la de una única forma de contar la historia: la de “los vencedores”. Es un dispositivo necesario y constituyente del pensamiento único. Como dispositivo de dominación de unos pocos sobre muchos tiene su expresión en lo económico, lo político, en las relaciones interpersonales, y en la subjetividad.

En este contexto también se ubica la violencia contra las mujeres, violencia sexista que cobra la vida de mujeres en Uruguay -y en el mundo- y que al desarrollarse en el ámbito de lo doméstico acumula muchos actos de violencia que quedan impunes. Otra más que no se mira como tal, que naturalizamos socialmente. Esta violencia como otras necesita la impunidad: para que el agresor asegure su poder, pero fundamentalmente, para que las víctimas en este caso mujeres, no crean posible romper esas cadenas. Estas relaciones gestadas en lo privado se articulan en lo público con otras violencias, otras impunidades, naturalizándolas. Desde la antigüedad las mujeres hemos sido botín de guerra en conflictos armados. Las mujeres del bando enemigo eran transformadas en esclavas o esposas (obligadas) de los vencedores. En la historia del siglo XX se encuentran muchos casos donde se ejerce violencia sexual contra las mujeres que pertenecen al bando enemigo de manera sistemática y como forma de tortura, amenaza y escarmiento -sea esta población civil o miembros de las milicias o la resistencia.El Terrorismo de Estado uruguayo ejercido en la última dictadura militar utilizó la violencia sexual contra mujeres y hombres presos políticos como tortura. Un militar de nuestro país que escribiera una carta a Amnistía Internacional en 1976 relata: “las mujeres son un tema aparte: los oficiales, suboficiales y la tropa comentan con regocijo la llegada de detenidas jóvenes. Algunos de estos han llegado a venir los días francos para participar en los interrogatorios […]; he presenciado personalmente las peores aberraciones cometidas con mujeres ante otros presos por varios interrogadores”. Como ha sido trabajado por el historiador Álvaro Rico, se trata de impunidad en un sentido amplio, que no solo atañe a lo referido exclusivamente a los autores de los crímenes de lesa humanidad y de los delitos económicos bajo dictadura, sino a la impunidad como una forma de relación social. Un modo de vincularse socialmente que supone sostener la cultura de la impunidad, que también es una cultura que sostiene silencios y secretos.

No es casual. El alto porcentaje de casos feminicidios ocurre en “lo sagrado” de los hogares cuyos “jefes” son integrantes de los aparatos represivos, destinados a sostener “el orden” de éste sistema de explotación.

La impunidad en los ámbitos privados, en “lo sagrado del hogar”, sustenta y alimenta la que se desarrolla en la esfera de lo público, y viceversa. La justificación de la violencia contra las mujeres por parte de actores políticos y sociales que son eslabones del sistema de dominación (las iglesias, los sectores reaccionarios de la política y de la ideología) recurre siempre a la falla en el “deber ser” de los oprimidos: cómo iba vestida, qué hacía a esa hora, etc.; así como el terrorismo de estado recurría y promovía como explicación el “algo habrán hecho”.

Esos discursos operan, además, como soporte para una ideología de privatización de lo público; en tanto define como causa de la violencia las conductas privadas o particulares y no las situaciones estructurales que la originan: así como el “éxito” en el capitalismo neoliberal aparece como un premio a la iniciativa y el esfuerzo, y el ser pobre es la condena del perezoso; el ser víctima de violencia es el castigo por desobedecer a la norma. Un dispositivo que tiene como fin, en lo simbólico, amenazar a toda disidencia y en lo práctico, reprimir toda manifestación de autonomía. El extremo de la perversión moral de quienes dominan, y que se remonta a la antigua Grecia esclavista: se hace a la víctima portadora de su pecado independientemente de su voluntad; en una versión actualizada donde los pastores del poder adjudican los castigos a partir de la voluntad de un dios (el mercado, la ley o el del manto de la descarga) hecho a su imagen y semejanza: es varón, blanco y occidental.

Si aceptamos que un hombre, porque tiene poder violente a una mujer, aceptamos que todo aquel que lo detente pueda golpear al más débil: el rico al pobre, el blanco al negro, el patrón al obrero, el armado al desarmado. Sin impugnar y combatir esta situación, sostenemos los pilares del sistema que nos oprime.

Susana Escudero /publicado por Amarelle
COMCOSUR INFORMA Nº 1832 – 08/08/2017
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5) LAS CINÉPHILAS: PERLA LATINOAMERICANA BRILLA EN LA SEMANA DE LA CRÍTICA DEL LOCARNO FESTIVAL

Retrato verdad elaborado desde las butacas
Darle la voz a las espectadoras empedernidas

Por Sergio Ferrari*, desde Locarno, Suiza

Las Cinéphilas, primer largometraje de la realizadora argentina María Álvarez (1976), se exhibe en la más importante de las muestras fílmicas helvéticas. Llega a Suiza con un precedente de prestigio: el premio del público al mejor film argentino en el Festival de Buenos Aires (BAFICI) de abril pasado.

Cuatro escenarios geográficos -Buenos Aires, Mar del Plata, Montevideo y Madrid-; la pasión por el cine hecho guion; varias mujeres mayores como únicas intérpretes y un documental que entusiasma en la Semana de la Crítica del Locarno Festival.

El film presenta a varias mujeres jubiladas de distintos países que llegan al cine todos los días. Y que convierten a las salas oscuras en espacios esenciales de su cotidianeidad. Un medio para hacer frente a la soledad y seguir reinventando la propia convivencia social.

Con la distancia exacta y respetuosa de una mirada femenina, la cámara introduce al espectador en el presente-pasado de las protagonistas. Sin esconder las huellas de los sufrimientos acumulados, pero sin retacear la frescura renovada y el humor con el cual, en muchos casos, la tercera edad se mira a sí misma.

“Cada una de las cinéphilas es una especie de retrato anticipado de lo que imagino puede ser mi propio futuro”, subraya María Álvarez. Y recuerda que desde hace años viene compartiendo las funciones vespertinas con señoras mayores que experimentan una verdadera pasión por el cine. “Más allá del amor por las películas, me interesaba presentar el cine como lugar de contención de la soledad y del paso del tiempo”, reflexiona.

El desafío más complicado de Las Cinéphilas, fue la etapa de edición, explica la joven realizadora sudamericana. ¿Cómo priorizar? ¿Qué quitar y qué guardar en los 74 minutos finales de la producción sin perder la esencia del contenido? Era como resolver un rompecabezas de testimonios personales de gran fuerza y profundidad, reflexiona Álvarez.

Voces desde las butacas

“Desde hace siete años vengo cada tarde al cine”, explica una de las protagonistas.
La otra, estudia antes de ir a los festivales, todos los antecedentes de las obras, sus directores, actores, y hasta se apoya en mapas para identificar las calles donde las mismas se desarrollan. “Visito lugares solo para ver en la realidad los escenarios”, confiesa sin complejos.

Pero más allá de la forma intensa de vivir la pasión por el cine, también brotan las interpretaciones propias sobre el significado del séptimo arte. “Una cierta evasión…hoy no hablé con nadie y aunque aquí (en la sala) no hable mucho, escucho… y me relaciono”.

“Entro en otro mundo que después me lo hago propio. El cine es integración, una forma de participar, nunca un refugio”, subraya la otra.

Y entre impresiones, comentarios y reflexiones personales se entremezclan aspectos esenciales de la vida de cada una de ellas. Una forma original de descubrir sentimientos fundamentales que acompañan la vejez contando con el cine como común denominador e hilo rojo. Secuencias que desde lo común interpelan sobre el mañana, tanto individual como del cine mismo.

“En general los documentales reflejan el pasado. Yo trato de anticipar el futuro de mi propia vejez”, subraya Álvarez. Mirada prospectiva que no solo incorpora con gran sutileza la compleja constante del paso del tiempo sino que apuesta “a la sobrevivencia del cine y de las salas alternativas” en tanto espacios esenciales del intercambio social y de la eterna juventud cultural.

Salto al terreno internacional

Tan increíble como mágica, “nuestra presencia en el Locarno Festival conlleva ya un sabor de reconocimiento que se agrega al del propio público argentino que pudo ver ya nuestra película”, enfatiza Tirso Díaz-Jares, co-productor del film (junto con Daniel Rosenfeld) y esposo de María Álvarez.

Es el resultado de un trabajo enorme de tres años –recuerda el profesional español-, hecho “por nosotros a cuatro manos, con muy escasos recursos, sin equipo adicional, y especialmente gracias a la enorme entrega rectora de María que concibió el film con gran claridad”.

Y de allí que entrar en la escena internacional a través de un festival como del suizo tiene un valor superlativo, adjunta. “Y constituye una prueba de fuego. Ya que mostrar nuestra película ante un público conocedor y formal, y con subtítulos en otro idioma, nos permite medir, también, la universalidad de la temática que presentamos”, enfatiza.

“El cine argentino está en un muy buen estado, con muchas producciones, enorme diversidad, la creatividad que le es propia y gran calidad”, analiza el profesional español. Sin embargo, las preocupaciones sobre el devenir de la cultura en el país sudamericano no se pueden minimizar. Como en todos los países con gobiernos neo-liberales prevalecen criterios de rentabilidad que cuestionan incluso “a la cultura como bien común de la sociedad”. Y el cine no escapa a esta lógica que acrecienta problemas ya conocidos como el de la distribución de nuestra producción cinematográfica, concluye.

* Sergio Ferrari en colaboración con swissinfo.ch

Nota final: Latinoamérica en el Locarno Festival

La 70 edición del Locarno Festival se desarrolla en esta ciudad de la suiza italiana entre el 2 y el 12 de agosto del año en curso. Más de 200 películas engrosan un catálogo de 432 páginas.

Dos de las 18 películas que competirán por el Leopardo de Oro, el mayor galardón, provienen de América Latina. La obra prima mundial brasilera As Boas Maneiras de Juliana Rojas y Marco Dutra y la chilena La Telenovela errante, de Raúl Ruiz y Valeria Sarmiento. Ruiz había ganado el Leopardo de Oro en 1969 con Tres Tristes Tigres.

Además del documental argentino Las Cinéfilas, Señorita María, la falda de la montaña del director colombiano Rubén Mendoza fue también seleccionada para la Semana de la Crítica, sección independiente que gana mayor prestigio con cada edición.

La poética Severina del director brasilero Felipe Hirsch (coproducción Brasil/Uruguay) disputará junto con otras 15 producciones en Cineastas del Presente, segunda sección en importancia de la muestra.

En tanto en la competición internacional Pardos del Mañana que promueve los nuevos talentos se exhibirán las películas cubanas Armageddon 2, de Corey Hughes y Los Perros de Amundsen de Rafael Ramírez, así como Palenque, del colombiano Sebastián Pinzón Silva.

Cocote del dominicano Nelson Carlo de los Santos Arias y Era uma vez Brasília, del brasilero Adirley Queirós participan en la sesión Signs of Life.

El documental Favela Olímpica, también presentando en la Semana de la Crítica, aunque fue realizado por el suizo Samuel Chalard, desarrolla un argumento integralmente brasilero. Trata con gran calidad testimonial la resistencia de una parte de los pobladores del barrio popular El Autódromo de Río de Janeiro para no ser expulsados de sus viviendas en terrenos confiscados para la construcción de las instalaciones deportivas destinadas a los Juegos Olímpicos del 2016.

Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR INFORMA Nº 1832 – 08/08/2017
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2017 – 23 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis, Maldonado)
Correspondencia: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO – URUGUAY
E mail: comcosur@comcosur.com.uy
Web: nuevo.comcosur.org/
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Coordinación: Carlos Casares
COMCOSUR es miembro de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias – AMARC COMCOSUR se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo institucional.

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