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LAS NUEVAS DINÁMICAS CAPITALISTAS

MUMIA:

1) Corporaciones de Internet y nuevas dinámicas capitalistas –

2) ONU se reúne para nuevo tratado sobre transnacionales y DDHH –

3) Cuidado con los lobos con piel modificada genéticamente –

4) En Canadá la colonización continúa –

5) La guerra sucia en las elecciones estadounidenses

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COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 16 / Nº 796 / Miércoles 26 de Octubre de 2016 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán

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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es tarea central.” — Emir Sader
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1) Corporaciones de Internet y nuevas dinámicas capitalistas
Sally Burch (Alai)

Hace varias décadas que los movimientos sociales tienen en la mira a las corporaciones transnacionales, su injerencia en la gobernanza global y sus abusos de poder. Los sectores de la minería, petróleo, agro-alimentación, farmacéutica, finanzas, están entre los grupos que más son objetos de monitoreo, crítica y movilizaciones. Un logro importante al respecto es la decisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de crear un instrumento internacional vinculante para las corporaciones transnacionales y otras empresas con respecto a los derechos humanos.

No obstante, la actuación en este plano suele pasar por alto a las corporaciones globales de Internet, tal vez porque se las ve como más “amigables”, por la utilidad de sus servicios en la vida cotidiana. Toda vez, desde hace una década, este sector es uno de los de mayor crecimiento y concentración monopólica, con nuevas dinámicas capitalistas, cuyo epicentro se ubica en Silicon Valley (California). Sus principales protagonistas, –Google, Facebook, Amazon, Paypal, Uber, Microsoft y similares–, extienden sus operaciones hacia cada vez más áreas de la economía y la sociedad, donde forman alianzas con otros sectores transnacionales, como parte del rápido proceso de transición hacia un nuevo paradigma tecnológico, que va a revolucionar nuestras sociedades, para mejor o para peor.

En toda la historia, la innovación tecnológica ha permitido a las sociedades humanas mejorar sus condiciones de vida. Pero cuando el control de estas tecnologías se concentra en pocas manos, ellas se suelen convertir en herramientas para controlar a la sociedad misma, consolidando el dominio de determinados grupos de poder. Es particularmente el caso cuando se trata de tecnologías aptas para la organización social a gran escala, como sucede con las tecnologías digitales. En manos de la ciudadanía o de sistemas públicos bajo control democrático, podrían traer grandes beneficios; pero la tendencia dominante es a la privatización.

Por ejemplo, las actuales tecnologías de vigilancia, con cámaras, sensores, etc., no solo sirven para precautelar la seguridad de un lugar determinado. Al arrojar datos que permiten identificar a las personas (lectura de iris, reconocimiento de caras), o vehículos (lector de placas), otorgan a quienes almacenan estos datos el poder de rastrear los movimientos y el comportamiento de las personas. En ausencia de un marco adecuado de protección de derechos, son susceptibles de ser utilizados para otros fines, como la publicidad dirigida (según lo que uno mira en los almacenes), la discriminación (por ejemplo para solicitar un empleo) e incluso el hostigamiento o el chantaje[1].

Estas redes digitales inteligentes cuentan con ciertas características que las distinguen de tecnologías anteriores y que son justamente lo que favorece la concentración de poder. Primero, el “efecto red” (o sea, la concentración de usuarios en torno a las plataformas más populares) favorece a las empresas más grandes que forman monopolios, absorbiendo o eliminando la competencia.

En segundo lugar, la capacidad de estas redes de obviar el tiempo y la distancia permite que sean controladas en forma remota. El individuo que interactúa con su aparato tal vez encuentra más variedad de opciones que con tecnologías anteriores; pero solo puede escoger entre las que el centro de poder remoto le permite. Cuando son comunidades que cedan poder de decisión a estos centros remotos, el problema es mucho mayor. En todo caso, como primera condición, implica entregar a estas empresas el conjunto de datos generados, ya que constituyen su principal fuente de enriquecimiento (especialmente con la venta a anunciantes), pero sobre todo son la materia prima de los sistemas inteligentes que requieren alimentarse de enormes cantidades de datos a procesar y analizar.

Un tercer factor es que estas tecnologías inteligentes cada vez más llevan controles activos incorporados en su sistema mismo, como los algoritmos, que la mayoría de veces son opacos al usuario, y cuya programación tiende a favorecer los intereses de sus dueños. Con la diversificación vertiginosa de aparatos que contienen sistemas inteligentes, cuya explosión veremos en la próxima década, este problema se multiplicará casi infinitamente.

Control corporativo

Todo ello está ocurriendo, a escala mundial, principalmente bajo iniciativa de estas grandes corporaciones y en función de su propia visión del futuro, y ello prácticamente sin aportes desde una óptica de defensa del interés público, y mucho menos supeditado a mecanismos democráticos de decisión o escrutinio. Podría ser un problema manejable si se tratara de una función limitada, como la comercialización digital o los servicios de chat. Pero va mucho más allá, a medida que se abarcan y transforman sectores enteros –de transporte, educación, agricultura– o incluso comunidades enteras, como es el caso de las llamadas “ciudades inteligentes”.

En efecto, con la transformación de urbes en “ciudades inteligentes”, se trata de construir enormes sistemas cuasi-públicos, pero generalmente bajo control corporativo con fines de lucro, para administrar los flujos de tráfico, los sistemas de salud y de comunicaciones, la red eléctrica, el agua potable…. Un sinfín de funciones antes administradas, o por lo menos reglamentadas, por las autoridades públicas. Su ventaja sería mejorar la eficiencia y reducir costos. Su peligro potencial: la falta de control democrático y de garantías de derechos; además, los datos que se recopilan para optimizar la operación muchas veces quedan como propiedad de la empresa, y no son devueltos a la ciudad. Generan, además, vulnerabilidades cuando, para ahorrar costos, la empresa no invierte lo suficiente en mecanismos de seguridad de los sistemas y datos.

En distintos sectores de intervención social surgen diferentes expresiones de esta problemática, que será muy difícil de enfrentar en forma aislada. Para solo nombrar brevemente algunas: en lo laboral, la automatización que se ha visto en la industria se va a extender a sectores de servicios, con un impacto en el empleo también de sectores medios; con la “agricultura climáticamente inteligente”, los agricultores se volverán aun más dependientes de las grandes empresas, como Monsanto (que ahora se fusiona con Bayer) que está haciendo grandes inversiones en sistemas de datos e inteligencia artificial (en alianza, entre otros, con la Bill Gates Foundation). En transporte, los carros de auto-conducción ya están en la fase de experimentación en calles y carreteras; pronto serán los buses y camiones.

Si hasta ahora se destacan las tecnologías digitales principalmente en la comunicación, dentro de poco abarcarán casi todas las áreas del quehacer humano. De mantenerse bajo el parámetro de control corporativo transnacional, será muy difícil enfrentarlo en forma aislada desde cada sector. No es que estas tecnologías sean malas en sí: al contrario, manejadas por las comunidades humanas, podrían traer grandes beneficios. El reto es cómo recuperar este control, algo que difícilmente se podrá lograr con luchas dispersas o solo en el plano nacional. Requiere un abordaje global y multisectorial, donde uno de los factores ineludibles es cambiar el régimen global de gobernanza de Internet. Pero queda poco tiempo para emprenderlo[2].

[1] Se han reportado, por ejemplo, casos de hostigamiento utilizando vigilancia tecnológica, por parte de Monsanto, contra agricultores en EEUU que no quieren usar sus semillas y agrotóxicos. Ver por ejemplo: BIN report, Farmer Who Defied Monsanto Mafia Beaten Down: Stalked, Terrorized, Ruined htp:/it.ly/2cd5zKp
[2] Uno de los espacios que se propone abordarlo en forma amplia es la iniciativa del Foro Social de Internet wwinternetsocialforum.net.
Sally Burch es periodista de ALAI. El presente artículo se basa en aportes de los debates en curso en el proceso del Foro Social de Internet y la Coalición Just Net.

MIÉRCOLES 26 DE OCTUBRE DE 2016 – COMCOSUR
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2) ONU se reúne para nuevo tratado sobre transnacionales y DDHH
Helga Serrano Narváez (Alai)

La segunda sesión del Grupo de Trabajo Intergubernamental de Composición Abierta para la elaboración de un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre empresas transnacionales y otras empresas de negocios con respecto a los derechos humanos, se realizará en la sede de Naciones Unidas en Ginebra del 24 al 28 de octubre de 2016, en cumplimiento de la Resolución A/HRC/26/9.

Dicha Resolución, presentada por Ecuador y Sudáfrica y aprobada por el Consejo de Derechos Humanos en junio de 2014, decide establecer dicho grupo de trabajo para elaborar un proyecto de instrumento vinculante, cuyas negociaciones sustantivas se realizarán a partir del tercer período de sesiones en 2017. Esto ha sido considerado un logro histórico, luego de décadas de discusiones e intentos que fracasaron dentro de las Naciones Unidas.

En preparación para la segunda sesión de trabajo, Ecuador, electo Presidente del Grupo de Trabajo en la primera sesión de julio 2015, organizó en Quito este 6 y 7 de octubre el Primer Taller Regional sobre la elaboración del nuevo tratado, con la participación de 15 países de la región y 17 instituciones nacionales. En la inauguración de dicho evento, el Canciller de Ecuador Guillaume Long, reconoció que la inversión extranjera es un elemento fundamental para las economías latinoamericanas. También destacó que en un mundo globalizado, las empresas transnacionales de alta capitalización pueden desarrollar las distintas fases del proceso productivo de forma deslocalizada. Este proceso, dijo, puede generar falta de claridad respecto de estándares mínimos que las empresas transnacionales deben respetar en cualquier lugar. Enfatizó que es necesario avanzar en mecanismos vinculantes, por cuanto la autorregulación “no garantiza los derechos humanos básicos, y, por el contrario, sostiene un régimen internacional injusto y asimétrico en cuanto a las obligaciones que asumen distintos actores”.

Básicamente lo que pretende el nuevo tratado es establecer las obligaciones de las empresas transnacionales con respecto a los derechos humanos, definir los mecanismos concretos de remediación y reparación para alcanzar un trato justo y equitativo, la protección y seguridad legal.

La Presidenta del Grupo de Trabajo, la embajadora ecuatoriana María Fernanda Espinosa, expuso varias violaciones a los derechos humanos cometidas por empresas transnacionales. En 1984, en Bhopal, India, ocurrió uno de los más grandes desastres industriales, generado en la planta de Union Carbide India Limited, por la fuga de isocianato de metilo, peligroso compuesto orgánico usado para la fabricación de pesticidas. El número de fallecidos no es conocido, pero se estima que va de 2.000 a 4.000 personas. Las consecuencias de este daño subsisten hasta la actualidad. Como reparación para las familias de las víctimas, han recibido 645 dólares. Contrastó este monto con el desembolso realizado por British Petroleum durante el accidente en el Golfo de México, que superó los USD 19 mil millones.

Señaló el caso de Rana Plaza en Bangladesh en 2013, donde se desplomó un centro comercial de ocho pisos en la ciudad capital Dacca, con un balance de 1129 fallecidos, la mayoría obreros textiles que laboraban en condiciones desventajosas para grandes marcas internacionales de moda.

También recordó el caso de Chevron Texaco que operó en la Amazonía ecuatoriana de 1964 a 1990, con tecnología obsoleta que causó uno de los mayores desastres ambientales en el mundo, en un área aproximada de 2 millones de hectáreas, afectando a miles de pobladores amazónicos. La transnacional admitió que vertió en esteros y ríos 15.834 millones de galones de agua de formación, sustancia tóxica altamente cancerígena. Abrió al menos 1000 piscinas sin revestimiento en la selva, donde se arrojaban todo tipo de residuos, como crudo y aguas de formación. La justicia ecuatoriana sentenció a la empresa a cumplir con la reparación a 30.000 afectados de la Amazonía, sin embargo la empresa se ha negado a acatar la sentencia por USD 9.500 millones. Más bien inició una serie de demandas en centros arbitrales contra el Estado ecuatoriano, para intentar evadir su responsabilidad con relación a la reparación por las violaciones a los derechos humanos de las víctimas y las afectaciones al ambiente.

El expositor Marcos Orellana destacó que el Instrumento Vinculante responde precisamente a los vacíos en el derecho internacional, que están generando impunidad y degradación ambiental en el mundo. A su vez, el experto Carlos López, de la Comisión Internacional de Juristas, reflexionó sobre las injusticias cometidas por las instancias arbitrales en el marco de los Acuerdos Internacionales de Inversión, cuyas resoluciones a favor de los inversores en muchas ocasiones habían causado afectaciones a los derechos humanos y al derecho al desarrollo de los países demandados.

Como se evidencia, hay razones más que suficientes para continuar en esta batalla para lograr la elaboración del nuevo tratado. En la segunda sesión del Grupo de Trabajo, los Estados continuarán discutiendo el alcance, la forma y la naturaleza del Instrumento Vinculante, particularmente en relación a los siguientes puntos: los impactos sociales, económicos y ambientales relacionados con las empresas transnacionales y los derechos humanos; los desafíos legales; la extraterritorialidad y la soberanía nacional; obligaciones de las empresas transnacionales y desafíos para tener acceso a reparación para las víctimas de violaciones de derechos humanos.

Afortunadamente, este proceso cuenta con un gran apoyo de organizaciones sociales, redes de la sociedad civil, de sindicatos del mundo, grupos indígenas, movimiento de afectados en distintos países, grupos de cooperación de corte religiosa, todos los cuales se han conformado en la Alianza para el Tratado. Esta red despliega una amplia campaña no sólo a favor del Instrumento Vinculante, sino también para instar a los gobiernos, especialmente de los países desarrollados, a participar en este proceso. La Alianza ha divulgado 4 declaraciones, en una de las cuales demanda la continuidad del proceso y que permanezca como intergubernamental, sin la participación de las empresas transnacionales.

Para la reunión de octubre en Ginebra, los integrantes de dicha Alianza están organizando y convocando a la Movilización de los Pueblos, que se realizará con varias actividades del 23 al 29 de octubre. Buscan que se escuchen las voces de las comunidades que han sido impactadas por violaciones cometidas por las empresas transnacionales.

Parece que, después de todo, cuando se une la movilización social con la voluntad política de los Estados, no son tan invencibles los poderosos intereses corporativos.

(*) Asesora del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana del Ecuador

MIÉRCOLES 26 DE OCTUBRE DE 2016 – COMCOSUR
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3) Cuidado con los lobos con piel modificada genéticamente
La revolución de arroz orgánico de la India ha demostrado que los organismos modificados genéticamente (OMG) son innecesarias.
Graciela Vizcay Gomez (Zero Biocidas)

Según el sitio Daily Mirror, en las regiones más pobres de la India, los agricultores están cosechando con más rendimientos el arroz orgánico, desenmascarando el mito de que los transgénicos son necesarios para alimentar a la creciente población del mundo.

Con la población mundial proyectada para llegar a 9,6 mil millones para el año 2050, muchas personas, especialmente aquellos con conexiones a la biotecnología y las compañías agroquímicas dicen que los alimentos modificados genéticamente son necesarios para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos. Sin embargo, ¿realmente necesitamos transgénicos para alimentar al mundo? La evidencia científica imparcial sugiere fuertemente que la respuesta es no. Los alimentos genéticamente modificados no aumentan los rendimientos y, a menudo dañan los cultivos cercanos que no están diseñados genéticamente para resistir a los herbicidas, haciendo que se reducen en realidad rendimientos regionales.

En los Estados Unidos, el Departamento de Agricultura, que a menudo está dominado por los intereses de agroquímicos, emitió un informe que mostró que no hubo un aumento en los potenciales de rendimiento de los cultivos transgénicos en los últimos 15 años. Además, la mayoría de los OMG cultivados ni siquiera se utilizan para alimentar a personas con hambre.

Estas lecciones son importantes para Sri Lanka. Además del movimiento para traer el arroz fortificado y hacer que nuestros agricultores los esclavos de las empresas transnacionales de los que tendrán que comprar las semillas, y estrían un gran negocio. Uno de ellos es en Buttala en el distrito Monaragala. Hace unos 30 años, cuando el sistema económico de mercado capitalista estaba trabajando poderosamente aquí, un cura profético y valiente, Rev. P. Michael Rodrigo, murió a manos de los terroristas del Estado cuando se opuso a los planes de privatización de las plantaciones de caña de azúcar de los agricultores pobres.

En los últimos años, y en la misma zona, otro TNC se informa, haciendo negocios con una gran variedad transgénica de una fruta popular, repartiendo millones para asumir el control del mercado local. Es bien comercializado y se ve atractivo, tentador, la mayoría de la gente va por ello, pero la mayoría de los científicos dicen que todavía no están seguros de lo que podrían ser los efectos secundarios de esta fruta GM. En los EE.UU., el mayor productor mundial de cultivos transgénicos, el 40% de todo el maíz GM se utiliza para la producción de combustible de etanol y la mayoría de la soja transgénica se utiliza como alimento para animales. Aunque se podría argumentar que la alimentación animal GM significa un aumento de la producción de carne y la carne más barata, la producción de carne es extremadamente insostenible y daña el medio ambiente. Además, los animales alimentados con transgénicos producen carne que no es saludable y de baja calidad.

La evidencia más reciente que destaca la ineficacia de los OMG proviene de una de las regiones más pobres de la India. En Bihar, los agricultores están rompiendo récords del mundo con la producción de arroz sin agroquímicos ni organismos genéticamente modificados. En 2013, Sumant Kumar y su familia produjeron un asombrosa 22,4 toneladas de arroz en una sola hectárea de tierra, mucho más que cualquier cifra alcanzada por las compañías de semillas transgénicas y herbicidas sus caras.

Dado que el arroz es el alimento básico de más de la mitad de la población mundial, esta proeza es una noticia especialmente para países como Sri Lanka. Kumar no fue el único agricultor en tener rendimientos sorprendentes .Muchas otras familias de su comunidad y las de otras comunidades, registran los rendimientos de más de 17 toneladas por hectárea. Estos rendimientos espectaculares son todo gracias a la adopción de un nuevo método orgánica del cultivo del arroz. Se conoce como el sistema de intensificación del arroz (SRI). Esto implica trasplantar plantas de arroz jóvenes espaciadas ampliamente, en un patrón cuadrado y el uso de suelo continuamente húmedo en lugar de la práctica común de las inundaciones en el campo de arroz. También se utilizan abonos orgánicos y escarda rotativo. Esta técnica también permite a los agricultores a adaptarse al clima, ya que el clima errático se está convirtiendo en algo habitual. También evita que los agricultores se conviertan en dependientes de productos agroquímicos costosos.

Este nuevo método de cultivo de arroz orgánico no podría haber llegado en un mejor momento para la India y también para Sri Lanka. Dado que los transgénicos se introdujeron en estos países, los agricultores pobres han quedado atrapados en ciclos viciosos de deuda mediante la adopción de semillas transgénicas y herbicidas. Comercializado originalmente como un método para que los agricultores sean más ricos y poder producir más, en su lugar se han vuelto en deuda con semillas transgénicas del exterior y de empresas de agroquímicos que muchos agricultores han estado pagando con sus propias vidas.-

MIÉRCOLES 26 DE OCTUBRE DE 2016 – COMCOSUR
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4) En Canadá la colonización continúa
Mario R. Fernández (Rebelión)

Es mucho el peso que acarrean sobre sus espaldas, en sufrimientos y abusos, los pueblos aborígenes de toda América y los pueblos de África y de Asia. La pesadilla comenzó cuando una perspectiva de dominar el mundo bajo el ideario del cristianismo se hizo ideología dominante en Europa a comienzos del primer milenio de la nueva era. Este proyecto de dominación que se tomó casi 500 años en hacerse realidad tiene marca fundamental en 1492 porque comienza allí el genocidio y el terror contra los pueblos aborígenes de América, genocidio que aún no termina y que parece envenenar a la civilización occidental. Esta reflexión viene al caso por la reciente celebración del día de gracias, que así se le llama en Canadá a la celebración que junta a los amigos y a las familias alrededor del pavo tradicional el 12 de octubre cada año y que en España se celebra como el Día de la Hispanidad, que ya queda subido de tono llamarle como antes el Día de la Raza.

Canadá, a la vez colonizado y colonizador, no es ajeno al genocidio de los pueblos aborígenes ni a la opresión de gentes de otros pueblos en su propio territorio y fuera de él. En estas últimas décadas el gobierno federal canadiense ha tratado de pedir disculpas y pagar indemnizaciones por muchos de esos maltratos, no parece que esto alcance para deshacer el daño hecho en particular en el caso de la población aborigen, que en Canadá es de más 1,4 millones de personas (es decir el 4,3 por ciento la población del país) siempre de acuerdo a las definiciones de la constitución canadiense de Nativos o miembros de la Primera Nación, Mètis o descendientes mezclados de esta, y Inuit (Esquimales).

Existen más de 615 comunidades de la Primera Nación, 53 asentamientos Mètis y 8 comunidades Inuit, que hablan 60 idiomas aborígenes de una familia de 11 lenguas y de más de 50 grupos culturales. El gobierno reconoce a todas las culturas aborígenes y que estos han ocupado ancestralmente las tierras hoy conocidas como Canadá y que lo han hecho de tiempos inmemorables, pero esto no impide que haya cientos de reclamos territoriales sin resolver, o mal resueltos, desde hace mucho tiempo y tampoco impide que a pesar de este reconocimiento legal estos pueblos originarios hayan vivido, incluso durante el auge en los años sesenta del Estado de Bienestar Social canadiense, una realidad muchas veces cruel y que esta realidad se continúe en nuestros días.

Los pueblos aborígenes son quienes más sufren la pobreza, el racismo y la discriminación en Canadá. Es tanto que incluso muchos inmigrantes se muestran racistas frente a los aborígenes. La policía, ambas las federales y las de cada ciudad muestran diferentes grados de racismo y el racismo también existe a nivel del poder judicial. Los aborígenes en las reservas, que son el 44 por ciento del total, como los que viven en centros urbanos sufren de problemas de salud serios que van desde la diabetes, a la tuberculosis y la cirrosis, y de adicciones al alcohol y otras drogas que afectan al 70 por ciento de ellos. La violencia familiar es una realidad que enfrentan las mujeres aborígenes adultas y las niñas; el 50 por ciento de esposas o convivientes con hijos sufren violencia familiar y muchos de los afectados son casos serios que terminan en homicidios y en suicidios.

Los suicidios se han transformado en epidémicos entre los aborígenes. Los asesinatos a mujeres aborígenes también son epidémicos; entre 1980 y el año 2012 fueron asesinadas y/o desaparecidas 1.181 mujeres aborígenes en este país y se sospecha que en la mayoría de estos casos sufrieron violencia a manos de esposos o convivientes. En términos de educación la población aborigen canadiense también es afectada, sabemos que el 20 por ciento de todos los aborígenes canadienses no completa su educación secundaria. Sabemos también que son más afectados por el desempleo, en parte porque viven en zonas de mayor tasa de desempleo, por lo que sufren índices de más del 20 por ciento de desempleo. Los aborígenes, hombres y mujeres, están sobre representados en cárceles y prisiones de Canadá; hay más de 5000 aborígenes presos y presas, constituyendo el 26 por ciento de todos los presos y presas canadienses.

Las mujeres aborígenes representan el 36 por ciento de las presas del país, mientras que los hombres aborígenes representan el 24 por ciento de los presos del país. Hace tres décadas el numero era el 10 por ciento, el incremento se debe según la justicia canadiense al aumento del consumo de alcohol y drogas. En las reservas aborígenes el 20 por ciento de las casas están sobre pobladas y la mayoría de ellas requieren reparaciones, se necesitan más de 5000 viviendas nuevas para acomodar las necesidades de habitación de la población aborigen en las reservas.

El gobierno federal de Canadá reconoció hace unas semanas atrás los daños y abusos que le causara hace ya 60 años a una comunidad de Sayisi Dene, un grupo de las Primeras Naciones, y les pidió disculpas oficialmente. Esta comunidad Sayisi Dene vivía desde tiempos ancestrales en su lugar llamado Little Duck Lake al norte de la provincia de Manitoba; en 1956 y por orden del gobierno canadiense los Sayisi Dene fueron sacados de su lugar en donde vivían con suficientes alimentos, agua y familiaridad, y fueron reubicados en la bahía de Churchill lugar para ellos no familiar y donde sufrieron hambre, falta de vivienda y apoyo, racismo, violencia y desolación. La excusa del gobierno de entonces era que los Sayisi Dene eran responsables del declive de la población del reno o caribú, argumento que más tarde se probara totalmente falso. En este traslado, que fue forzoso ya que no se les consultó a ellos en nada antes de tomar la decisión, fue causa de la muerte de un tercio de la población Sayisi Dene. El gobierno federal de entonces no cumplió las promesas que les hizo a los Sayisi Dene de ayudarlos en forma suficiente para facilitar el traslado impuesto, el apoyo que les dio fue tan mínimo e insuficiente que se repitió el genocidio histórico que ha ilustrado a la colonización.

En todos los medios de comunicación canadienses la noticia de la disculpa oficial del gobierno federal de Canadá y su indemnización a los Sayisi Dene por un monto de 33,6 millones de dólares canadienses fue notable, indemnización que los Sayisi Dene pueden utilizar en desarrollo económico de su comunidad, que desde 1973 han regresado a su lugar de origen en Little Duck Lake, ilustra una reacción clásica en este país: algunos canadienses no aborígenes no están de acuerdo en que se le paguen indemnizaciones a los aborígenes, otros lo ven como algo necesario para curar el pasado de opresión de la sociedad blanca sobre los grupos originarios de este país, y los menos están de acuerdo en la necesidad de tomar responsabilidad por los abusos y crímenes del pasado pero entienden que se requieren cambios más radicales que ayuden a generar una sociedad libre de opresión, racismo, discriminación, explotación o tendremos que pasar toda la vida disculpándonos de los atropellos que continuamos generando.

En septiembre del 2007, el gobierno de Canadá aceptó su responsabilidad y pidió disculpas, pagó indemnización a los niños y niñas aborígenes por la imposición vergonzosa, el abuso y el crimen que sufrieron en las Escuelas Residenciales Indias (internados) desde 1840 que, aunque administradas por las iglesias Anglicana, Prebisteriana, Baustista, Católica y la Iglesia Unida de Canadá, que fueron contratadas por el gobierno federal de entonces para reeducar a niños y niñas aborígenes sacados de sus comunidades a la fuerza para que atendieran estas escuelas donde se les prohibía el uso de su lengua materna (nativa) y sus costumbres culturales, se los separaba de sus familias y se los sometía a un genocidio cultural y a abuso emocional, y muchas veces físico y sexual, e incluso a asaltos que se transformaron en homicidios. Estos establecimientos llegaron a ser 80 en número para 1931, y por ellos pasaron más de 150.000 niños y niñas. Fueron finalmente clausurados en 1996 pero dejaron generaciones de aborígenes traumatizados y de familias aborígenes destruidas; muchos de estos niños y niñas fueron dañados para el resto de sus vidas.

El Papa Benedicto XVl se disculpó en el 2009 por el daño que su Iglesia Católica causara a estos menores. En realidad los abusos han sido tan ofensivos y dolorosos que las disculpas y las indemnizaciones son solamente un primer paso en lidiar con ellos, no como muchos canadienses quieren creer una solución final y definitiva. En realidad se requiere un cambio mucho más fundamental de actitud en occidente. Se trata de respetar a otros seres humanos con diferentes perspectivas, conductas y creencias que las judeo-cristianas (que occidente favorece); de respetarlos también en su visibilidad cuando eligen vivir con perspectivas diferentes a la judeo-cristiana. La actitud de respeto tiene que incluir además varios ejes, lo que se entiende por cultura, lo que se entiende por estatus socio económico, lo que se entiende por sexualidad, lo que se entiende por género, todos los ejes en que los seres humanos explicitamos diversidad.

El sujeto colonizador ha también cambiado, y se sigue generando atropello y opresión no solamente a los pueblos aborígenes sino que a todos los que sufren explotación y se les trata con desprecio. Desde hace 30 años ha emergido en Canadá un nuevo sujeto colonizador que son las compañías mineras canadienses; estas elevadas a casi santidad y alabadas por los medios de prensa en Canadá como “creadores” de oportunidades y riquezas. Los nuevos conquistadores son simplemente explotadores de recursos mineros en, principalmente, países del Tercer Mundo, muchos con altos índices de pobreza y de poblaciones aborígenes y campesinas dominadas por oligarquías nacionales focalizadas en su propio beneficio y que en nada respetan ni el bienestar de sus compatriotas ni la defensa del patrimonio nacional.

Estas oligarquías simplemente favorecen la explotación que llevan a cabo estas corporaciones, las dejan libre de hacer lo que quieran con el lugar explotado y su gente y las eximen de toda responsabilidad por el daño que hacen. Canadá se ha convertido en el más importante centro de corporaciones mineras, el 75 por ciento de todas las compañías mineras del mundo tiene su base en Canadá; se trata de más de 1200 corporaciones que operan en 100 países, de estas 1200 solamente 60 tienen categoría de grandes, la mayoría explotan el mineral del oro, luego el cobre y el níquel. Los valores de estas compañías suman más 130.000 millones de dólares, internacionalmente tienen una propiedad del 90 por ciento de las minas explotadas, los principales países donde operan son México, Chile y Estados Unidos.

Las corporaciones colonizadoras mineras canadienses disfrutan no sólo de un amplio renombre en la sociedad canadiense, que algunos con absurdo patriotismo las entienden como muy valerosas, sino que también cuentan con apoyo tecnológico, excepciones de impuestos y regalías de parte del gobierno federal de Canadá y de los gobiernos provinciales canadiense. La mayoría de los gastos de relaciones públicas, la propaganda que las corporaciones hacen, las hacen a través de agencias estatales como CIDA y CIIEID y de Organizaciones No Gubernamentales, que contribuyen creando programas “sociales” y “educacionales” de corta duración y focalizados a mejorar la imagen de estas corporaciones en el Tercer Mundo donde operan, que de invasoras, depredadoras y usurpadoras pasan a verse como vehículos de progreso y creadoras de trabajo. A pesar de la efectiva estrategia usada, han existido focos de resistencia al despojo, la explotación y la contaminación que estas empresas generan en varios países. Por ejemplo, en Guatemala en la mina de Marlín, donde hubo implicaciones de homicidios contra activistas dentro de territorios aborígenes, como también en Honduras, en el Valle de Siria, donde se han violado los derechos humanos y hay continuas amenazas de asesinatos contra activistas en defensa de la tierra.

En África los crímenes de las compañías mineras canadiense no ha sido poca cosa, por ejemplo una compañía canadiense que opera en Eritrea ha sido demandada en la corte suprema de la provincia de British Columbia (Canadá) por someter a tres personas a la esclavitud. En otra situación en R.D. del Congo, en la localidad de Kilwa un puerto usado por una compañía minera canadiense, el ejército congoleño en el 2004 fue llamado a contener una pequeña protesta en contra de la minera y esto resultó en una masacre, donde se empleó la ejecución, la tortura, numerosas violaciones y saqueos contra los habitantes de este pueblo, tanto que las Naciones Unidas concluyeron que el 70 por ciento de los habitantes del lugar fueron asesinados, y la compañía tuvo que reconocer haberle brindado apoyo logístico al ejército congoleño (con vehículos y aviones de transporte de su propiedad) para que este realizara la masacre, todo documentado por el CCIJ (Canadian Centre for International Justice).

Incluso en territorio canadiense, se hace evidente el colonialismo de las compañías mineras y de las compañías de la industria del petróleo y del gas, que violan territorios aborígenes y los tratan de comprar para realizar sus proyectos, lo que se ha convertido en una pesadilla para los pueblos aborígenes que enfrentan continuo hostigamiento de corporaciones que cuentan con el apoyo de las autoridades administrativas y políticas del país. Y a pesar de que aborígenes y otros activistas que solidarizan con ellos han sufrido represión y cárcel, la lucha continúa. En realidad estas comunidades en lucha en Canadá están no sólo protegiendo sus tierras sino la salud del medio ambiente, lo que nos afecta a todos. En Canadá las corporaciones también actúan de mala fe y gestionan en contra de los mismos trabajadores que hacen posible la explotación y producción de minerales –ver por ejemplo el artículo titulado “Canada´s Mining Industry and Popular Resistance” del Socialist Project publicado por Global Research que muestra varios videos ilustrando esta situación.

Los primeros conquistadores en América tenían que pagar tributos, o parte de lo que saqueaban, a la Corona pero los conquistadores de hoy, por ejemplo las mineras canadienses, se lo llevan todo, no sólo no contribuyen nada al estado ni a la sociedad canadiense sino que por el contrario estas las subvencionan, o sea que nos quitan. Han pasado cientos de años en que los agresores y ricos occidentales se han beneficiados de las conquistas, aunque estas han implicado genocidio, opresión y explotación contra pueblos aborígenes u originarios y contra trabajadores. Pero, en el transcurso de todo este tiempo la mentalidad de los conquistadores convertidos en corporaciones no ha cambiado, su desprecio por la vida y el medio ambiente es el mismo. Durante un período del siglo 20, los movimientos sindicales, políticos y revolucionarios pusieron en alerta a los conquistadores del mundo de que no podían siempre imponerse por la fuerza. En el siglo 21, sin embargo, los conquistadores se sienten nuevamente libres de ejercer su oficio y de hacerlo sin que nadie los responsabilice, o los haga pagar, por sus abusos. Se demuestra claramente que el avance civilizatorio no aplica a ellos.

MIÉRCOLES 26 DE OCTUBRE DE 2016 – COMCOSUR
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5) La guerra sucia en las elecciones estadounidenses
Wicky Peláez (Sputnik)

Pobre pueblo estadounidense, gane quien gane en estas elecciones. La náusea que está dejando esta campaña electoral de insultos y acusaciones mutuas no se borrará muy fácilmente de las mentes de la gente durante mucho tiempo, causará un daño colectivo de proporciones imprevisibles pero, al parecer, eso a nadie le preocupa.

"La vida —como es— en realidad es una batalla no entre el bien y el mal, sino entre lo malo y lo peor". (Iósif Brodsky, Premio Nobel de Literatura, 1940-1996)

La contienda electoral entre la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump, en realidad ha sido convertida por la voluntad del 1% de la población, que está gobernando el país con la ayuda al 92% de los medios de comunicación a su servicio, en una lucha política sucia donde las ideas y propuestas cedieron su lugar a los chismes y acusaciones personales. Se quedaron en la historia los intereses colectivos de los estadounidenses y lo personal se apoderó por completo de la agenda política del proceso electoral a menos de 20 días de la votación.

Trump y Clinton, un debate amargo y con visos de escándalo Las elites norteamericanas que apostaron desde el comienzo de la actual campaña presidencial por Hillary Clinton dieron su implícito beneplácito a Donald Trump cuando el millonario hombre de negocios presentó el 16 de junio de 2015 su candidatura por el Partido Republicano para las elecciones presidenciales. Según los cálculos de los más poderosos y ricos dueños de Norteamérica, la participación del 'excéntrico' y 'polémico' candidato Trump, considerado frecuentemente como un 'bufón' e 'idiota', debilitaría al Partido Republicano y de paso reforzaría la candidatura de Hillary Clinton.

Nadie de aquellos cerebros y sus asesores iluminados que proyectaron una vida política corta para Donald se hubieran imaginado en aquel entonces que el candidato 'bufón' se convertiría en un dolor de cabeza para los dueños de EEUU, poniendo en cierto peligro toda la institución norteamericana y, en especial, su clase dominante.

En vez de provocar un debate en Norteamérica que fortalecería la agenda electoral de Hillary Clinton y sus ideas de expansión norteamericana vía globalización, Donald Trump ha sido elevado involuntariamente al liderazgo del debate por los mismos medios de comunicación que lo trataban de denigrar. El fenómeno de Trump no ha desaparecido del panorama político estadounidense y seguirá latente incluso en el caso de no ser elegido, porque el discurso de Donald ha canalizado la frustración y el malestar del pueblo estadounidense por su situación económica cada año más difícil y en especial de la clase trabajadora, sus ciudades como Detroit arruinadas, sus vidas en caída libre y el miedo al futuro para sus hijos.

Para los medios de comunicación globalizados al servicio de Washington, como ABC News Washington, los estadounidenses, en su mayoría los hombres blancos que están apoyando a Donald Trump, tienen un nivel educativo bajo, medio y no universitario. Pero la realidad es mucho más complicada, como lo afirmó el periodista de The Guardian, Thomas Frank en su artículo '¿Por qué millones de trabajadores apoyan a Trump?'. Según este periodista, "en cada uno de sus discursos que vi, Trump pasó una buena parte de su tiempo hablando de una preocupación puramente legítima, un asunto que podríamos considerar de izquierda". En realidad, Trump, en su discurso anti-globalizador, rechazando los acuerdos de libre comercio como el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (NAFTA), resucitó las advertencias del excandidato presidencial Ross Perot, quien alertó a sus compatriotas en 1994 que pronto ellos escucharían el ruido del NAFTA, asemejándolo a una 'aspiradora' que engulliría buenos empleos estadounidenses y los enviaría a México. Unos 20 años después de la firma de este tratado, el sindicato AFL-CIA, que agrupa al sector industrial de EEUU, aseguró que el NAFTA significó la pérdida de 700.000 trabajos entre 1994 y 2014, los cuales se habrían ido a México.

Entonces, desde este punto de vista, Trump realmente está expresando las preocupaciones de un importante sector de la población norteamericana. Habla de la necesidad de crear una oferta competitiva en la industria farmacéutica para abaratar los medicamentos en EEUU, anuncia la necesidad de aumentar los aranceles para los productos de las compañías norteamericanas que se trasladaron al extranjero para obligarlos a retornar. También Trump está denunciando la manipulación del valor de la divisa por la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón, los bancos chinos para acelerar el traslado de puestos de trabajo estadounidenses al extranjero.

Pero lo que de veras no le perdona a Trump la clase dominante es su discurso internacional, especialmente relacionado con Rusia. El candidato republicano se dio cuenta del cansancio de los estadounidenses por las guerras que han estado promoviendo sus líderes. Se calcula que, desde 1776, Norteamérica había estado en guerra durante 223 años de sus 240 años de su existencia. Entonces, según Trump, su país necesita un respiro para la recuperación económica, militar y política. Actualmente, no habría necesidad de estar en conflicto con Rusia, Siria e Irán porque "estos países, igual como nosotros, quieren poner fin al Estado Islámico—Daesh". Inclusive Trump escribió en su Twitter que, de ser elegido presidente, se encontraría con Putin antes de la inauguración de su mandato.

También en su opinión es hora de disolver la OTAN, que está consumiendo el dinero del fisco estadounidense. Por supuesto, hay que tener bien claro que, a pesar de las divergencias entre el discurso de Donald Trump y Hillary Clinton, ambos candidatos pertenecen al mismo sistema y representan sus intereses, y siempre seguirán las instrucciones u órdenes de ese 1% de los más ricos y poderosos. En cualquier momento, de acuerdo a los intereses de la clase dominante, cada uno de sus candidatos podría cambiar su discurso. En 2013, Hillary Clinton, por ejemplo, tenía muy positiva opinión sobre Vladímir Putin, pero en 2014 cambió bruscamente sus puntos de vista y posteriormente comparó a Putin con Hitler. Todo depende de las directivas del 1%.

Mientras tanto, el sistema necesita a Hillary Clinton para la Presidencia del país. La quiere en este momento como 'reina de la guerra', cuya retórica endulza los oídos del complejo militar-industrial y los de los globalizadores iluminados o, como los llaman en Estados Unidos, los 'halcones de la silla de rueda'. El presidente Obama la presenta como "la candidata más cualificada en la historia del país". Nadie audita o analiza qué pasó con los 200.000 millones de ayuda al extranjero que ella administró entre 2009-2012 cuando era secretaria de Estado, a pesar de que la propia Clinton admitió que la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) que ella administró "tuvo grandes fallas y necesitaba una reorganización".

Tampoco se habla mucho de la Fundación Clinton, cuyo capital supera los 2.000 millones de dólares y las donaciones que ha recibido Hillary Clinton de Catar y Arabia Saudita (100 millones de dólares) que de paso están financiando también al Estado Islámico con el consentimiento del Gobierno estadounidense. Todo se hace en familia y por algo el gobierno de Catar mandó un cheque por un millón de dólares a Bill Clinton el día de su cumpleaños.

Los megabancos son también muy generosos con Hillary Clinton. Solamente Goldman Sachs le pagó por tres discursos 675.000 dólares (4 de junio, 24 y 29 de octubre 2013), en uno de los cuales (4 de junio 2013) Hillary anunció: "Vamos a rodear China con misiles. Pondríamos más barcos de guerra en la región". Aquel discurso fue aplaudido por los ejecutivos de Goldman Sachs.

Para facilitar el ascenso de Hillary al poder, el sistema decidió que era el momento oportuno para poner fin a la marcha electoral de Donald y dio instrucciones para que los medios de comunicación estadounidenses iniciaran una guerra sucia contra Trump e intensificaran una campaña para elevar la imagen de Clinton. Si tomamos en cuenta que el 92% de los medios están recibiendo instrucciones de 198 ejecutivos globalizados sobre la información que habría que suministrar a 320 millones de sus ciudadanos, nos daremos cuenta de la facilidad con que los periodistas empezaron a calumniar al candidato republicano. La mayoría de los periodistas, según Fox News Opinion, se convirtieron en 'mayordomos' y 'sirvientes' de Hillary. Entre ellos figuran los que hasta ahora se consideraban como independientes y objetivos: George Stephanopoulos (ABC News), Maggie Haberman (The New York Times), Mark Leibovich (The NYT), John Harwood (CNBC). The Huffington Post llamó a Trump ser "autoritario, oscurantista, fascista, mentiroso, misógino, racista y xenófobo que incita a la violencia". La periodista de ABC News Martha Raddatz acusó a Donald de no tener entusiasmo para una confrontación militar con Rusia. The New York Times caracterizó a Donald como "demasiado estúpido, volátil, ignorante y vicioso".

Dadas las condiciones, nadie tiene que sorprenderse de que todas las encuestas dan por hecho un inminente triunfo de Hillary Clinton cuya estima, según los especialistas, se incrementó después de divulgar con todo el despliegue al estilo de Hollywood las acusaciones de 12 mujeres que declararon que Trump intentó tocarlas o las tocó sin su consentimiento. Sin embargo, a los promotores de estas acusaciones sexuales les salió el tiro por la culata, porque inmediatamente la misma Hillary empezó a tratar de acallar este asunto debido a los pecados sexuales de su propio marido de los que se aprovecharon los partidarios de Donald. Ellos se acordaron de lo que escribieron en 2008 las periodistas Dahlia Lithwick y Melinda Henneberger: "seguramente la conducta del esposo de Hillary le trajo humillación. Pero ella también ayudó a su marido a humillar a las mujeres que lo denunciaron". Hillary calificó a Monica Lewinsky como "lunática narcisista con la cabeza hueca" y comparó a Gennifer Flowers, otra amante de Bill, con un "camión de basura". El 9 de octubre pasado una de las mujeres, Juanita Broaddrick, que fue violada por Bill Clinton, según su denuncia, declaró que "posiblemente el señor Trump había usado palabras no apropiadas respecto a algunas mujeres, pero Bill Clinton me violó y Hillary me amenazó".

Al tratar de acallar el problema de sexo relacionado con Donald Trump, los medios incrementaron al mismo tiempo sus esfuerzos junto con el sistema para proteger a Hillary contra graves acusaciones por el uso indebido de los emails por la ex secretaria de Estado revelados por WikiLeaks. El uso del servidor particular para miles de mensajes vía email que contenían la información clasificada del Departamento de Estado constituye un delito por el cual cualquier persona podría ser encarcelada. Pero no en el caso de Hillary, porque, según la denuncia del congresista republicano, Jason Chaffetz, el Departamento de Estado ha hecho todo lo posible para que el FBI, que está a cargo de la investigación, cambie la clasificación de los emails de Hillary Clinton cuando se desempeñaba como secretaria de Estado, a cambio de aumentar el número de puestos para los agentes del FBI en el extranjero.

En fin, toda esta campaña electoral se ha convertido en una guerra sucia que hace dudar del sistema democrático estadounidense. El mismo Trump se considera una víctima de la conspiración de los medios de comunicación, al afirmar que "la elección está manipulada por los medios deshonestos, que imponen a la chueca Hillary, pero también por muchos centros de votación. Triste", escribió el candidato republicano en su cuenta de Twitter. El periódico Kankakee Daily Journal informó recientemente que "muchas personas denunciaron que los desconocidos les ofrecieron dinero por votar a favor de Hillary Clinton". La Fundación Project Veritas Action reveló que la violencia en algunos mítines de Trump había sido provocada deliberadamente por el Partido Demócrata. Allí va la cosa con un olor a un posible fraude.

El hecho de que las encuestas dan una certera ventaja a Hillary Clinton y están anunciando la derrota de Trump todavía no significa nada. La reciente experiencia de Colombia lo demuestra. Durante meses, todas las encuestas daban por hecho el triunfo del voto por el 'sí' a los acuerdos de paz. Sin embargo, ganó el 'no'. De repente algo parecido puede suceder en EEUU. Los medios de comunicación y las agencias encuestadoras no informan sobre el apoyo que tiene el candidato Trump entre los evangélicos, que lo consideran 'Baby Christian'. La Congregación Nacional Evangélica anunció hace poco que "Dios está preparándose para hacer estremecer a las naciones del mundo y Él estaría usando a Trump para esta tarea". Si tomamos en cuenta que los evangélicos estadounidenses cuentan con unos 90 o 100 millones de devotos declarados, lo imprevisible para los globalizadores podría suceder. Mientras tanto, a 19 días de las elecciones presidenciales, el candidato republicano Donald Trump 'está vivito y coleando' como reza un refrán popular. Y la guerra sucia persiste.

MIÉRCOLES 26 DE OCTUBRE DE 2016 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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