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MUJER Y PODER

1) Despenalización del aborto en Chile: Lo que está en juego

2) ¿Algo está cambiando en Disney?

3) Las latinoamericanas que lucharon por la igualdad en la Carta de la ONU

4) Poder y mujer: A propósito de la candidatura de Hillary Clinton.

5) Oaxaca: mujeres votan por primera vez en el municipio de Guevea

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COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 12 / No. 492 / Lunes 26 de Septiembre de 2016 / Producción: Beatriz Alonso
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” ― Rosa Luxemburgo

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1) Despenalización del aborto en Chile: Lo que está en juego
Roxana Sandá (Página/12)

El caso de una niña chilena de 11 años embarazada de seis meses por las violaciones sistemáticas de su padrastro conmociona el debate sobre el proyecto de ley que despenaliza el aborto en tres causales y que fue aprobado en la Comisión de Salud del Senado. En diálogo con Las/12, Claudia Dides, directora ejecutiva de Corporación Miles Chile, reclama el tratamiento urgente de la iniciativa para contrarrestar la derecha opositora que intenta frenar su aprobación y para terminar con una prohibición histórica contra el derecho a decidir de las mujeres.

“Es la primera vez que un proyecto de ley es respaldado por el Poder Ejecutivo. Hemos sido capaces de dar sentido al 70 por ciento de chilenas y chilenos que abogan por el aborto en tres causales.” La socióloga Claudia Dides dice esto con satisfacción. La iniciativa que hoy se debate en el Senado surgió en 2013 desde la corporación que dirige, Miles Chile Por los Derechos Sexuales y Reproductivos, en un proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo por tres causales que la presidenta Michelle Bachelet incorporó a su programa de gobierno para presentar dos años después una nueva versión en el parlamento. “Desde 2009 trabajamos para poner en la agenda pública la problemática del aborto. Pero esto se dio en un contexto de cambios culturales en Chile y en el marco de la emergencia de nuevos movimientos sociales de características totalmente diferente a las tradicionales, inclusive al feminismo de antaño.”

Tras meses de debate, la Comisión de Salud del Senado aprobó el 6 de septiembre último la despenalización del aborto en las causales de riesgo vital para la mujer; cuando el embrión o feto padezca una alteración estructural congénita o genética de carácter letal, y en el caso de que el embarazo sea resultado de una violación. “La indignante prohibición del aborto en Chile crea un clima de temor entre los profesionales de la salud, cuyo primer impulso es a menudo denunciar ante la policía los casos de mujeres o niñas sospechosas de haberse sometido a un aborto, en lugar de tratarlas para salvarles la vida”, declaró durante las jornadas de debate Fernanda Doz Costa, investigadora de Amnesty Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales en América.

El texto que se discute indica que en caso de violación el aborto puede practicarse hasta la semana 12 de gestación y se extiende a la 14 si se tratara de menores de 14 años, si bien el proyecto original proponía la interrupción del embarazo hasta las 18 semanas. Según el informe anual de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales (UDP), en Chile se producen unos 70.000 abortos inducidos por año. Parece quedarse corto: Dides asegura que la cifra ronda los 120.000. El Ministerio de Salud reconoce que es la tercera causa de mortalidad materna en el país, pero aquellas que interrumpen sus embarazos enfrentan penas de hasta cinco años de cárcel. Junto con El Salvador, Nicaragua, Haití, Honduras y República Dominicana, Chile integra la lista de los seis países del mundo donde el aborto es ilegal bajo cualquier circunstancia.

“A las mujeres no pueden tratarnos como si fuéramos delincuentes; a ninguna le gusta abortar”, repite la socióloga en cada entrevista para poner en estado de alerta el tratamiento del proyecto, que algunos sectores parlamentarios intentan demorar hasta el año próximo y la oposición de derecha analiza la posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional para impedir su aprobación.

“Nosotras solicitamos públicamente al Ejecutivo que declare el carácter de urgencia del proyecto”, advierte. “Entendemos que los tiempos políticos actuales son muy complejos por la baja aprobación que tienen tanto el gobierno como la Presidenta de la República, pero no justificamos que partidos de la propia coalición gubernamental no sean capaces de cumplir con la promesa de su programa. Es una deslealtad no sólo con la Presidenta sino con todas y todos los ciudadanos que votaron por ellos.”

El aborto terapéutico fue legal en Chile durante más de 50 años, hasta que en 1989 el dictador Augusto Pinochet lo prohibió en forma absoluta. “El artículo 19 de la Constitución de 1980 asegura a todas las personas el derecho a la vida, la integridad física y psíquica y aunque el inciso segundo dice que la ley protege la vida del que está por nacer, estas reglamentaciones convivieron durante nueve años con la norma del Código Sanitario que permitía el aborto terapéutico”, explica y sostiene que desde un análisis estrictamente jurídico, tanto la Constitución cuanto la Convención Americana de Derechos Humanos y a la luz de la jurisprudencia reciente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “se concluye que el proyecto de aborto por tres causales es perfectamente constitucional”.

La ofensiva para tabicar avances en derechos sexuales y reproductivos también apunta contra la educación sexual, sobre la que no existe una política que la precise y reglamente ni tampoco se debatió el tema cuando se definió la Reforma Educacional. Pese a que la Ley 20.418 dispone la necesidad de contar con educación sexual y a los esfuerzos de diferentes organizaciones durante 28 años por contar con una política estatal de ES que perdure, no se logró incorporarla al sistema de educación formal. Dides remarca que tampoco se cuenta con un mínimo de contenidos de educación sexual transversales obligatorios en las escuelas, que sean relevantes para las y los estudiantes. “Ni existe una estrategia que integre a docentes, no docentes, madres, padres y apoderados, estudiantes y profesionales de la salud, por lo que el desarrollo de estos temas sigue dependiendo principalmente de factores locales como la orientación ético valorativa del municipio a cargo, la importancia que le otorgue cada establecimiento, el número de funcionarios dispuestos a implementar algún tipo de intervención, la existencia de capacitación entre los profesionales y la orientación. Aún no existen directrices para políticas de educación sexual en la educación superior.”

El embate dramático de una nueva derecha pos neoliberal sobre Latinoamérica captura una profusa lista de estrategias de retrocesos palpables, disparados al corazón de los derechos de las mujeres. “Nuestro continente es un territorio de avances y retrocesos permanentes. Mientras no existan leyes específicas en diversas materias como por ejemplo derechos sexuales, derechos reproductivos como marcos generales, siempre será posible que gobiernos de carácter conservador marquen agendas contrarias a los derechos de las mujeres. Es un continente con élites dominantes muy cercanas al poder de la jerarquía de las iglesias católica, evangélica, que influyen en las políticas públicas de los diversos estados”, lamenta Dides. “El respeto al Estado laico está bastante debilitado por las olas de conservadurismo en la región ligadas a los grandes grupos económicos. Es impensable que en pleno siglo veintiuno todavía tengamos que luchar por el derecho a decidir como una cuestión básica de derechos humanos. Aunque los estados del continente han suscrito tratados internacionales, acuerdos, conferencias y consensos no logran tener la suficiente fuerza para que los países garanticen nuestros derechos. Que las mujeres seamos reconocidas como sujetas de derecho es una lucha diaria.”

COMCOSUR MUJER Nº 492 – 26.09.16
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2) ¿Algo está cambiando en Disney?
María Toscano Alonso (Tribuna Feminista) *

Hace unos días Disney estrenaba el trailer de su próxima película con protagonista femenina, Moana (a la que en España se le ha dado el nombre de Vaiana), la primera protagonista que, según afirma la compañía, no tendrá interés romántico. Noticia que se dio a conocer este verano en la Comic-Con de San Diego y que se esperaba con ganas por parte de la crítica feminista que mucho ha analizado las películas de Disney desde una perspectiva de género, coincidiendo casi de forma unánime en que las princesas que protagonizan numerosas películas han fomentado una y otra vez estereotipos de género negativos que son aprendidos y perpetuados, sobre todo, por las niñas a las que se dirigen mayoritariamente estos filmes. No obstante, de un tiempo a esta parte, parece que esta representación que encontramos en Blancanieves y los siete enanitos, La bella y la bestia, La sirenita o La bella durmiente, está quedándose atrás y se está dando un nuevo modelo de personajes femeninos.

Para María Ganzabal y Koldo Meso[1], el punto de inflexión se encuentra en la película Tiana y el sapo (2009), donde se muestra a “una joven de hoy en día, perteneciente a una minoría racial, valiente y con los pies en el suelo” (Ganzabal y Meso, 2011:32), y además de esto, es independiente y tiene metas en su vida: ser propietaria de un restaurante en Nueva Orleans (2011:35). Podemos, por tanto, tomar este filme como el principio de la, lenta, transformación de Disney con respecto a sus protagonistas femeninas. Esta idea de que Tiana es la primera en romper con la representación tradicional también la encontramos en “¿Se ha vuelto disney feminista? Un nuevo modelo de princesas empoderadas” (Aguado Peláez y Martínez García, 2015)[2].

Tras Tiana y el sapo,vino Enredados (2010), donde encontramos a una Rapunzel que “toma la iniciativa y decide ir a la ciudad en busca de esas luces que ve en el cielo, cambiando el espacio privado (toda la vida encerrada en una torre) por un espacio público al que se adapta a la perfección valiéndose de unas armas consideradas tradicionalmente femeninas (lo contrario a Mulán que debe convertirse en hombre)” (Aguado Peláez y Martínez García, 2015:56). Además, el enamoramiento presente en esta película no se da a primera vista sino que surge de forma paulatina conforme se van conociendo los dos personajes.

Sin embargo, aunque estos dos filmes suponen un gran cambio, es Mérida, la protagonista de Brave (2012), en la que vemos una mayor evolución del tratamiento de las princesas. Por primera vez, el amor que se muestra en un filme de Disney no es amor romántico de pareja, sino el amor entre Mérida y Elinor, su madre. Además, la joven Mérida tiene un aspecto físico diferente, como señalan Aguado Peláez y Martínez García, su rostro es más aniñado, lleva el pelo suelto con su melena pelirroja voluminosa, rizada y natural, se muestra despreocupada por su vestimenta mientras ésta sea cómoda y su silueta es delgada, sin una cintura muy marcada y con el pecho más pequeño de lo que habitualmente se ha representado en Disney. Vemos una protagonista rebelde, luchadora, que a menudo porta un arco que no duda en utilizar cuando es necesario enfrentarse a un enemigo.

Otra de las sorpresas recientes fue la exitosa Frozen (2013). De nuevo, la protagonista, Elsa, reina y portadora del poder de controlar el hielo, no tiene interés hacia un personaje masculino y reina sin necesidad de un rey. Aunque si vemos en un primer momento el amor romántico en su hermana Anna, ésta emprende un viaje y la motivación para éste es encontrar a Elsa, en este viaje aprenderá también a desligarse en cierto modo del amor romántico y acercase a otro tipo de amor que se consolida tras pasar tiempo juntos y conocerse. Por lo tanto, al igual que en el filme anterior, el amor principal que mueve a los personajes es el que hay entre Elsa y Anna como hermanas.

Este año se ha estrenado otra de las películas de Disney, Zootrópolis (2016). Este filme, aunque no tenga como protagonista a una princesa, tiene una heroína femenina valiente e independiente que trabaja duramente para conseguir su sueño, ser policía. La protagonista, Judy Hopps, demuestra a todos los que dudaban de ella que puede conseguir aquello que desea, convirtiéndose en la primera coneja de la historia que entra en el cuerpo de seguridad. Este personaje bien puede leerse como la representación de las mujeres que lucharon por la igualdad y que se incorporaron por primera vez en puestos de trabajo tradicionalmente masculinos.

En esta película también encontramos una relación entre el personaje femenino y el masculino que se distancia de la tradición, Judy y Nick se convierten en dos buenos amigos que se ayudan, confían el uno en el otro, muestran sus sentimientos y se lo pasan bien juntos sin que haya una relación de amor más allá de la amistad. Pese a algunos contratiempos, solucionan sus problemas hablando. Además, este filme tiene un trasfondo crítico dirigido al público adulto y que puede quedar en los más pequeños de forma inconsciente.

Como vemos, aunque Disney haya afirmado que Moana no tendrá interés romántico, ya encontramos algunas protagonistas de la marca que tampoco lo tienen. No obstante, siempre es buena noticia ver que están cambiando algunas cosas que parecían inamovibles. En este contexto, podemos pensar que, por parte de la compañía, tendremos la incorporación de más personajes femeninos activos, que tomen decisiones y luchen por sueños ajenos al amor romántico. Para saber si estos cambios continúan tendremos que esperar a ver sus nuevos filmes.
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[1] “Evolución de los estereotipos de género en los Films de Disney. El caso de Tiana y el sapo.” en II Jornadas Mujer y Medios de Comunicación, pp. 27-37.
[2] En Área Abierta, vol.15, nº2, pp. 49-61.
(*) Graduada en Comunicación Audiovisual y Máster en Guión. Analista de la representación femenina en los medios audiovisuales y del trabajo de las mujeres detrás de la cámara.

COMCOSUR MUJER Nº 492 – 26.09.16
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3) Las latinoamericanas que lucharon por la igualdad en la Carta de la ONU
Phoebe Braithwaite (IPS)

La poco conocida delegada brasileña Bertha Lutz fue quien, en la década de los años 40, estuvo al frente del grupo de delegadas que inscribieron la igualdad de derechos para hombres y mujeres en la Carta de la ONU, en la Conferencia de San Francisco sobre la Organización Internacional, de 1945.

“El manto cae de los hombros de los anglosajones y las latinoamericanas debemos hacer frente a la próxima etapa en la lucha por las mujeres”, escribió Lutz en sus memorias, recordando la conferencia. Las investigadoras Elise Luhr Dietrichson y Fatima Sator, de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS), de Londres, presentaron la anécdota olvidada en una conferencia de prensa en la sede de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), con el fin de difundir la verdadera historia de la lucha por los derechos de las mujeres en la Carta de la ONU.

“No se trata solo de representar hechos históricos. Es político, es cómo se presenta la historia”, dijo Luhr Dietrichson a IPS. El papel de las naciones del Sur Global no se reconoce como corresponde en el establecimiento de las “normas globales”. Al contrario de lo que se cree, los derechos de las mujeres en la Carta no son el resultado de las acciones de Eleanor Roosevelt, no fue una cláusula estadounidense ni británica, sino la insistencia de América Latina.

Lutz, junto con Minerva Bernadino, de República Dominicana, y la senadora uruguaya Isabel P. de Vidal, quienes insistieron en la mención específica de “la igualdad de derechos de hombres y mujeres” al inicio de la Carta. Lutz y sus colegas actuaron en una época en que solo 30, de los 50 países representados en la conferencia de San Francisco, habían otorgado el derecho de voto a las mujeres.

Gracias a su fuerte determinación, junto con el apoyo de participantes de México, Venezuela y Australia, logró su fin, y las mujeres fueran especialmente mencionadas en el artículo 8: “La Organización no establecerá restricciones en cuanto a la elegibilidad de hombres y mujeres para participar en condiciones de igualdad y en cualquier carácter en las funciones de sus órganos principales y subsidiarios” en el sistema de la ONU. La representante australiana Jessie Street “hizo mucho hincapié diciendo: ‘deben mencionar específicamente a las mujeres en la Carta, de lo contrario no tendrán los mismos derechos que los hombres; lo vemos una y otra vez’”, explicó Luhr Dietrichson.

El feminismo de Street y Lutz les permitió prever que los derechos de las mujeres serían marginados si no se los reconocía de forma explícita y que no bastaba con consagrar los “derechos de los hombres”, como se arguyó en la época. Los argumentos de Lutz encontraron la oposición de representantes británicos y estadounidenses. Al recordar la conferencia de 1945, que dio a luz a la ONU, Lutz describió a la delegada estadounidense Virginia Gildersleeve, y recordó: “ella esperaba que yo no fuera a pedir nada para las mujeres en la Carta porque eso hubiera sido muy vulgar”, en su intento de prevenir toda acción en nombre de las mujeres.

Gildersleeve reescribió un borrador de la Carta, y omitió mencionar específicamente a las mujeres. Pero al final, Lutz, Bernadino, Gildersleeve y la delegada china Wu Yi-fang suscribieron todo el documento, las únicas cuatro mujeres entre los 850 delegados que firmaron el documento fundamental. La representante británica y secretaria parlamentaria del Partido Laborista, Ellen Wilkinson, le aseguró a Lutz que la igualdad ya se había alcanzado porque ella había logrado un lugar en el Consejo Privado del Rey. “Me temo que no”, recordó que le respondió Lutz; “le tuve que decir: solo quiere decir que usted llegó”.

Ellas “estaban decididas a no luchar por la igualdad de género. Es algo que va contra todo lo que nos enseñaron, y que Occidente nos enseñó sobre el feminismo. Pero en lo que respecta a la Carta, presentaron más que una oposición”, dijo Sator, de Argelia, a IPS. “Y también va contra todo lo que nos enseñaron, que el Sur Global también tiene ideas visionarias”, apuntó Sator. “Solo queremos que las mujeres latinoamericanas sean reconocidas como reconocemos a Eleanor Roosevelt”, añadió.

Roosevelt no participó en la creación de la Carta, pero sí encabezó la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en 1946, y fue decisiva en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Pero los países occidentales, incluidos Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia, trataron de socavar esa misma declaración a principios de los años 50.

Y al igual que con la historia de los derechos de las mujeres en la Carta de la ONU, el papel de los países del Sur en la creación y la protección de los derechos humanos también está subestimado. “Esta claro que Bertha Lutz y Minerva Bernadino se consideraban representantes de ‘países atrasados’, pues fue algo que dijeron ellas mismas”, recuerda Luhr Dietrichson.

“Fueron muy críticas de que esas mujeres de países (económicamente) más avanzados no reconocieran de dónde venían sus propios derechos”, apuntó. En la conferencia, el embajador brasileño Antonio Patriota indicó que Lutz y esa historia no son conocidas ni siquiera en Brasil, y aplaudió los esfuerzos por difundirla. Y Luhr Dietrichson subrayó que un sentido de “propiedad” puede dar legitimidad y permitir la participación de las futuras generaciones.

“La investigación forma parte de un esfuerzo mayor para “redescubrir los orígenes radicales de la ONU”, señaló el profesor Dan Plesch, director del Centro de Estudios Internacionales y de Diplomacia de SOAS, en diálogo con IPS. Forma parte de un proyecto académico más amplio, Historia de la ONU para el futuro, que busca recontextualizar al foro mundial, creado no como un “accesorio liberal”, sino “por una dura y realista necesidad política”, explicó Plesch.

En la actualidad, cuando redoblan los llamados para que finalmente sea una mujer la que ocupe la secretaría general de la ONU, y que sea una autoproclamada feminista, la investigación de Sator y Luhr Dietrichson es un recordatorio de que todavía nos queda mucho por hacer para cumplir con la visión de igualdad que promueve la Carta.
Traducido por Verónica Firme

COMCOSUR MUJER Nº 492 – 26.09.16
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4) Poder y mujer: A propósito de la candidatura de Hillary Clinton.
Amaru Barahona (Rebelión)

En las catacumbas del patriarcado, durante milenios como sujetos dominados, las mujeres lograron crear y reproducir un acervo de valores propios, que no fueron característicos en la conducta mayoritaria de los hombres. Yo llamo a estos valores como los valores de la feminidad histórica. A saber:

– La asunción de un alto sentido de responsabilidad en la reproducción de la especie.
– La inclusión en la toma racional de decisiones de la dimensión afectiva, en contraste con el modelo de racionalidad vacío de consideraciones afectivas que promueve el patriarcado tradicional y, sobre todo, el patriarcado capitalista. Eduardo Galeano llamaba a este aporte de la feminidad histórica como el sentir – pensar. Un acto de interacción entre sentimiento y pensamiento que debe regir las decisiones humanas, en oposición con el acto de pensar que trata de ignorar o subordinar la afectividad emotiva.
– La defensa de la paz, la conciliación y el diálogo como antítesis de la guerra, el conflicto abierto y el rechazo a conciliar posiciones.
– La prevalencia del interés colectivo (por lo menos, el interés del colectivo familiar), en colisión con la prioridad individualista en el ejercicio de la dominación patriarcal.

Es lamentable. Pero la experiencia del proceso que las y los feministas llaman “empoderamiento femenino”, es decir el acceso de las mujeres a puestos de poder, ha sido decepcionante. La mayoría de las mujeres que han ascendido a altos puestos de poder, lo primero que han hecho ha sido renunciar a los valores de la feminidad histórica, y afirmarse imitando, incluso en sus manifestaciones más grotescas, el estilo y los valores subyacentes con que se ha ejercido el poder patriarcal, especialmente el poder patriarcal capitalista. Los ejemplos abundan: la Tatcher, la Merkel, la Albright, la Timoshenko (Ucrania), la Ashton (Unión Europea). En Nuestra América: la Chamorro, la Moscoso, la Chinchilla, la Michelet. Salvaría como excepciones a Cristina y Dilma; y en el siglo pasado y en la India a Indira Gandhi.

La candidatura de Hillary Clinton en USA se promociona como un ascenso del feminismo. “La primera mujer que será presidente en Estados Unidos”. “Su encomiable labor como madre”. “Su preocupación amorosa por los niños”. Muchas y muchos levantan la bandera del “empoderamiento femenino” para apoyarla. Sin embargo, Hillary es un modelo clásico de repudio a los valores de la feminidad histórica y apropiación de las formas más aviesas de dominación patriarcal.

Como diría un amigo: la Clinton es una genocida acreditada. Nada de hipótesis. Responsable de la destrucción y los genocidios perpetrados en Libia y Siria. “Vine, vi y murió”, celebrando con sonrisa satánica el asesinato de Gadafi, torturado, sodomizado, arrastrado herido, aún con vida, varios kilómetros. Cabe agregar también, el antecedente de la vergonzosa defensa de su marido cuando el escándalo con la becaria Monica Lewinsky que llegó a hacer prácticas de sexo oral a la Casa Blanca.

La condición sexual de mujer que tiene Hillary, no garantiza nada bueno ni para USA ni para el mundo. Todo lo contrario, es una garantía tenebrosa. Lo que he expuesto hasta aquí, no significa pensar que la opción que tiene el pueblo estadounidense en las actuales elecciones sea el otro candidato del bipartidismo. El matón, ignorante, racista, ególatra y sórdido Donald Trump. El atributo esencial del sistema político usamericano, eso que llaman democracia (¿cuál democracia? diría José Saramago), es el de que está estructurado para bloquear la candidatura viable de un ser humano decente. El caso de Sander, a quien desde varios frentes los poderes fácticos del Establishment le serrucharon el piso sistemáticamente, es un ejemplo elocuente. Cualquiera que sea el resultado de la elección en USA, la humanidad debe prepararse para un futuro sombrío.

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5) Oaxaca: mujeres votan por primera vez en el municipio de Guevea
Desde que se fundó en 1540 no habían participado en elecciones
Diana Manzo (Cimacnoticias)

Por primera vez desde la fundación en 1540, del municipio de Guevea de Humboldt ubicado en Oaxaca, las mujeres de esa localidad votaron para elegir a su alcalde.

Catalina Martínez Jiménez, de 75 años de edad, expresó con alegría que haber ejercido su voto en este municipio que se rige por el sistema de usos y costumbres “fue un milagro de Dios”, dijo.

Acompañada de sus hijas y familiares llegó a la plaza principal, tomó asiento y escuchó las indicaciones; fueron tres planillas las que participaron encabezadas por Ignacio Castro Álvarez, Abdiel Ortiz Gazga y Martimiano Castro Guzmán y aunque hubo planillas en las que había mujeres, éstas únicamente fueron para el cargo de concejales y en los lugares, tercero, cuarto y quinto.

Algunas mujeres prefirieron no participar, pues se dijeron inconformes con el método de elección ya que se hizo a través de una boleta y no de pizarrón y a mano alzada, como se celebró en años anteriores.

El voto de las mujeres en Guevea de Humboldt, se logró después de que un grupo de 11 mujeres se organizó e impugnó la elección municipal que se efectuó en el 2013, porque en ese entonces no votaron, y donde resultó vencedor Héctor Hernández. Sin embargo, después de unos meses de análisis, la Sala Regional Xalapa, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ordenó anular la elección municipal el 13 de junio del 2014.

Al no existir las condiciones para celebrar una nueva elección en Guevea debido a conflictos internos, el congreso de Oaxaca impuso a David González Cruz como administrador municipal, quién desde que asumió su cargo, en enero del 2015, nunca atendió en el inmueble municipal.

Fue el pasado mes de agosto cuando se emitió la nueva convocatoria para elegir alcalde por medio de planillas, y con ello cumplir el mandato de la Sala Regional Xalapa, que en 2014 señaló que las mujeres podían votar, ser electas y elegir a sus gobernantes.

COMCOSUR MUJER Nº 492 – 26.09.16
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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de
quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre
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