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¿PARA DÓNDE VAN LOS GOBIERNOS PROGRESISTAS?

1) ECONOMÍA Y DESILUSIÓN: ¿PARA DÓNDE VAN LOS GOBIERNOS PROGRESISTAS?
El caso de Uruguay /Antonio Elías
2) LA INTELIGENCIA DE SIEMPRE /Samuel Blixen
3) A 30 AÑOS DE LA LEY DE IMPUNIDAD
4) OJALÁ SEAMOS DIGNOS DE LA DESESPERADA ESPERANZA /Eduardo Galeano
5) ISRAEL: ¿PLURALISMO O LAVADO DE IMAGEN?

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COMCOSUR INFORMA AÑO 16 – No. 1783 – martes 27.12.2016

“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS
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1) ECONOMÍA Y DESILUSIÓN: ¿PARA DÓNDE VAN LOS GOBIERNOS PROGRESISTAS?
El caso de Uruguay

Colombia Informa entrevista a Antonio Elías, 12/07/2016

En la geometría del espectro del poder, que en los últimos 17 años se trazó en Latinoamérica, emergieron con fuerza los gobiernos denominados progresistas frente a la imposición de los tratados de libre comercio y la profundización del neoliberalismo que lesionó las economías nacionales, desmontó sus aparatos productivos y le asignó a nuestro continente un papel netamente extractivista.

Por Víctor Garavito. Hoy nadie olvida que Hugo Rafael Chávez Frías jugó un papel fundamental en la defensa de los pueblos contra la pretendida Área de Libre Comercio de las Américas -ALCA- que Estados Unidos le reclamaba a los países Latinoamericanos. En efecto, nadie puede olvidar la consigna de «Alca… Al carajo», que Chávez gritó frente a miles de personas que se congregaron con motivo de la IV Cumbre de las Américas que se realizó del 4 al 5 de noviembre de 2005, en la ciudad de Mar del Plata, Argentina. Por primera vez un presidente de los EEUU salía derrotado por parte de sus homólogos Latinoamericanos. «Estoy un poco sorprendido. Acá pasó algo que no tenía previsto», le dijo George W. Bush a Néstor Kirchner, entonces presidente de Argentina.

Actualmente, los indicadores sociales de algunos países suramericanos muestran importantes avances, pero como el debate sobre los gobiernos progresistas apenas comienza, los estudiosos de la economía política reflexionan sobre América Latina, cuáles fueron las transformaciones, resultados y las deficiencias de los modelos económicos impulsados por los gobiernos de izquierda en la región.

Neoliberalismo y América Latina

Para los estudiosos de la economía, el neoliberalismo concreto se inició con el bombardeo del 11 de septiembre de 1973 al Palacio de la Moneda en Santiago de Chile, la muerte del presidente Salvador Allende y la llegada al poder de Augusto Pinochet, fruto de la operación “Golpe Blanco” diseñada por Henry Kissinger y ejecutada por la CIA, con la complicidad de los medios privados de comunicación y la ultraderecha chilena que aún se encuentra en el poder.

Si observamos el contexto histórico, hay que advertir que a comienzos de los años 70 se inició una fase de pérdida de ganancias en los grandes capitales transnacionales. Este hecho trajo consigo un paulatino proceso de recomposición del capitalismo que dio inicio a un cambio en las fuerzas productivas, soportadas en las transformaciones tecnológicas, la irrupción de la informática, la robotización y la nanotecnología. También se avanzó en otros aspectos que contribuyeron a la llamada competitividad del capital: los modelos de transporte pasaron del barco a la lógica del container, y del puerto a puerto por el punto a punto; todo esto agilizó ostensiblemente la logística del comercio internacional y la movilización de productos y mercancías, dando inicio a las economías a escala.

Frente a estos cambios podemos señalar que en los 70 aparece el capitalismo como sistema; desde esta perspectiva, la evolución del capitalismo traería consigo tesis económicas proclives a las nuevas lógicas del mercado, y los obstáculos a sortear eran las fronteras económicas nacionales, porque le imponían un límite a la capacidad de producción y a la expansión de las multinacionales.

Entonces comenzó la paulatina destrucción de las fronteras económicas nacionales para instaurar la libre circulación de capital, de bienes y la inversión directa en las economías de América Latina.

Al tiempo que arrancó la devastación y apropiación de nuestros Estados por parte de las multinacionales, las cuales rápidamente se apoderaron de los mercados y dictaron las políticas económicas de las llamadas “Repúblicas Bananas” o tercermundistas, término que con el tiempo cambiaría a “Países en vía de desarrollo”. De esta forma entramos al glamour de la esperanza.

Al mismo tiempo, en las calles se libraba una feroz batalla, brutalmente reprimida por los organismos de seguridad en todo el continente con las doctrinas de la Seguridad Nacional y el Plan Cóndor. Fue así como de esa lucha entre el capital y el trabajo, el movimiento sindical salió derrotado, porque los trabajadores perdieron derechos conquistados, ingresos y su capacidad de negociación; de hecho, todos los días el salario real disminuye, fruto de las políticas de flexibilización laboral y las reformas tributarias. A todo esto hay que sumarle la caída del muro de Berlín y con ello de la URSS, y luego cambia el modelo de China, que en términos concretos era la aplicación de un sistema económico diferente al capitalismo. Hoy los Estados no tienen fronteras económicas nacionales, además compiten entre sí por captar la inversión extranjera; eso implica la seguridad jurídica y el control sobre la sociedad civil.

Actualmente estamos ahí, con todo lo que significa la especulación financiera que ha producido las diferentes crisis económicas, pero también el empobrecimiento de los sectores sociales, la desaparición de la clase media y el incremento exponencial de los cinturones de miseria; la desaparición de las industrias nacionales, el exterminio de las identidades nacionales y la destrucción de los recursos naturales. Es decir, hoy tenemos unas economías montadas exclusivamente sobre la producción de materias primas o extractivismo.

Uruguay y sus demonios

El pasado 2 y 3 de noviembre se realizó en Bogotá el Seminario Internacional. “América Latina en disputa. ¿Cierre del giro a la Izquierda en la región?”, al cual asistieron importantes investigadores, entre ellos el destacado economista Antonio Elías, con quien conversamos sobre el caso uruguayo.

Colombia Informa: ¿Cuál es el panorama económico de Uruguay? ¿Qué ha pasado en estos años de gobiernos progresistas?

Antonio Elías: Lo primero que tengo que decir es que pertenezco al Frente Amplio y soy crítico porque el Frente es una coalición de fuerzas políticas, movimientos sociales y comités de base. Esto hace que existan muchas posiciones y que haya una disputa dentro del propio gobierno. Un ejemplo de eso lo constituye el Tratado de Libre Comercio que se intentó firmar con los Estados Unidos en 2007, impulsado por el presidente Tabaré Vásquez. En esa ocasión un conjunto de organizaciones del Frente, el movimiento sindical, estudiantil, la Universidad de la República y los cooperativistas evitaron la firmar de ese TLC.

En ese momento el Ministro de Economía propuso una inserción plena en el sistema capitalista, apuntando esencialmente a la inversión directa con medidas como las zonas francas, en las que las empresas no pagan impuestos porque las salvaguarda la Ley de Promoción de Inversiones. Este sector tiene un proyecto económico que en esencia es del Banco Mundial, de corte neoinstitucionalista, en el que hay cambio institucional favorable al capital.

Antes de la elección de José Mujica, este hizo un acuerdo electoral en el cual se definió que él sería candidato a la presidencia con Danilo Astori como vicepresidente, y bajo este último quedó toda la economía del país; entonces Astori designó todos los cargos de los organismos económicos, y la línea predominante durante el gobierno de Mujica fue la misma de Tabaré Vásquez. Ahora, es bueno precisar que el Frente Amplio es la expresión de la izquierda uruguaya y tiene origen en la unidad del movimiento sindical. Este, a su vez, tiene una organización compuesta por dos movimientos que son el Plenario Intersindical de Trabajadores –PIT–, y la Convención Nacional de Trabajadores –CNT–.

De ahí que el Frente es mucho mejor para los trabajadores, porque ningún gobierno de derecha va a reconocer las reivindicaciones en aspectos como el fuero sindical, activación del Consejo de Salarios, que obliga a empresarios y a trabajadores a negociar. Así mismo, se aplicó una Ley de Tercerización que evita la creación de empresas fantasmas que pongan en riesgo a los trabajadores y otras prestaciones. También se aprobó la Ley de ocho horas para el sector rural y la de Negociación Colectiva del Sector Público y Privado, es decir, hubo muchos avances para los trabajadores uruguayos durante los primeros tres años de Tabaré Vásquez.

No obstante, durante el gobierno de José Mujica no hubo cambios importantes para los trabajadores, mientras que con el primer gobierno de Vásquez hubo mejoras salariales, después de la crisis del 2002 es cuando se deslegitiman los gobiernos de derecha y el Frente gana las elecciones.

Estas son las dos caras del Frente, que también expresan las dos fuerzas en su interior. El problema de este proyecto es que es una conciliación de clases asimétrica que atiende al tiempo los intereses del capital y de los trabajadores; el problema es que para atender estos dos intereses hay que tener con qué, hay que tener recursos para ello, de tal manera que en el momento de auge a los empresarios se les dejó de cobrar el 3% del de tributos y se presentaron mejoras salariales a los trabajadores. Sin embargo, cuando llega la crisis llegan los ajustes; pero los acuerdos hechos con los empresarios de zonas francas están salvaguardados por los tratados de protección recíproca de inversión, así que todos los ajustes fueron para trabajadores. De ahí que, entre el 2015 y 2016, el gobierno aplicó una política de ajuste y una pauta salarial nominal que no estaba indexada con la inflación, aumentó el impuesto al trabajo y recortó el presupuesto sobre los servicios públicos.

Pero eso no queda ahí, porque durante el gobierno de José Mujica se hizo un acuerdo secreto para solicitar el ingreso al TISA –TIPP– promovido por EEUU; luego ingresó sin que nadie conociera públicamente este hecho. Cuando todo se supo, los trabajadores realizaron paros generales contra el Tratado y hubo una gran movilización social al finalizar el periodo de Mujica.
Cuando comienza el segundo gobierno de Tabaré Vásquez existe una gran tensión social porque el movimiento sindical y la izquierda expresan sus reparos y su negativa contra el TISA, por los costos que le toca asumir a la sociedad. Entonces el Presidente decide que la resolución de mantenerse o retirarse debe tomarla el Frente Amplio durante un plenario, y 117 votos a 22 ganó la opción de retirarlo.

No obstante, la película no termina ahí porque en estos momento Uruguay firmó un Tratado de Libre Comercio con Chile que incorpora una cantidad de elementos del TISA y el nuevo canciller Rodolfo Nin Novoa manifiesta que quiere realizar un acuerdo similar con la Alianza del Pacifico, es decir, con Perú, Colombia y México. A su vez está buscando hacer un Tratado de Libre Comercio con China, y Gran Bretaña, y hace parte de la coalición de Brasil, Argentina y Paraguay para no dejar que Venezuela asuma Mercosur. Por todas estas razones podemos decir que la política exterior de Uruguay está completamente volcada a la inserción internacional subordinada y a un ajuste fiscal.

CI.: ¿Y cuál es la participación de los movimientos sociales frente a esta realidad de Uruguay?

AE.: El movimiento sindical mantiene su unidad, organización y fuerza. En estos momentos está enfrentando el ajuste y los tratados que impulsa el gobierno. De tal manera que el movimiento sindical mantiene su independencia de clase, pero existe una particularidad que hay que señalar: en el momento electoral, cuando el riesgo es que venga la derecha, el movimiento sindical impulsa al Frente Amplio, porque en un gobierno de derecha no tendrían las ventajas ni las posibilidades de trabajar como lo hace en estos momentos.

Realmente el movimiento social en Uruguay está conformado por los sindicatos, dado que en nuestro país no hay campesinos, es decir, el movimiento de los trabajadores del campo y la ciudad se agrupa en los sindicatos. Por otro lado, tenemos el movimiento universitario y cooperativista.

CI.: El expresidente José Mujica es muy popular en Latinoamérica y se ha convertido en toda una celebridad mundial, sobretodo entre la juventud. ¿Qué pasó realmente durante su gobierno?

AE.: Una de las cosas más graves que ocurrió durante su gobierno fue haber promovido el acuerdo del TISA impulsado por los EEUU, a espaldas de la sociedad. Él aduce que no sabía, pero cómo un Presidente de la República no sabe lo que hace su Canciller y su Ministro de Economía cuando se elaboran documentos y se firman.

Entonces, en el gobierno de Mujica, más allá de lo que dice, que no sabía, se tomó una medida totalmente contraria a los intereses populares y nacionales, como fue la de ingresar al TISA y este es uno de sus lunares. Por otro lado, no hubo continuidad de medidas que favorecieran a los trabajadores, solo se hizo durante el primer periodo de gobierno de Tabaré Vásquez, fruto del programa diseñado por el Frente Amplio. Sin embargo, durante el gobierno de Mujica existió una actitud muy confrontativa hacia los trabajadores y más con los del sector público. Esta postura agresiva del Presidente estaba acompañada, muchas veces, por sus posiciones abiertamente fuera de lugar. Así mismo, dentro de su gobierno se promovieron la instalación de nuevas megaplantas de celulosa; la minería a cielo abierto para la extracción de hierro, el Proyecto Aratirí, que abarcará 6.210 hectáreas de los departamentos de Durazno y Florida, promovida por la multinacional Zamin Ferrous Limited.

Todo esto demuestra que la postura de Mujica es diferente a la que mantiene en el ámbito internacional, en la que muchas veces aparece promoviendo la sensibilidad ambiental y la lucha contra el consumo, pero su práctica dista mucho de su discurso. En fin, a mi modo de ver, no fue un buen presidente ni hizo avanzar al Frente Amplio en la dirección por la cual fue electo, porque él representaba el giro a la izquierda, pero luego de ganar las elecciones internas, como ya lo había mencionado, hizo un acuerdo con Astori y el giro a la izquierda que prometía se transformó. De tal manera que Astori continuó su proyecto económico.

Por todo esto Mujica no va a pasar a la historia por ser un buen presidente, aunque tenga una imagen pública internacional que está apadrinada por todo lo que le tocó vivir en su pasado como guerrillero y por haberse convertido en un rehén del Estado uruguayo, junto con 9 insurgentes más de la dirección de la organización subversiva; luego, salió y comenzó una carrera política y visto desde afuera se puede concluir que es un buen político, un guerrillero que logra ser Presidente de la República y, además, es un presidente que vive en una chacra, que tiene un Volkswagen, una perrita de tres patas y siempre habla diciendo malas palabras, como si fuera un campesino; supongo que en el exterior esa imagen que le da consejos al mundo funciona, pero una cosa es dar consejos y otra es ser Presidente de Uruguay.

Finalmente, tengo una posición crítica porque en su momento y como parte del Frente Amplio apoyé a Mujica, pero no hizo lo que nosotros esperábamos que hiciera, sino que dejó hacer a Astori su proyecto, que se caracterizó por la transnacionalización de la economía, el extractivismo, la desindutrialización, la extranjerización del país. Desde esta perspectiva, José Mujica no impulsó un proyecto de país como se esperaba que lo hiciera.

Colombia Informa
COMCOSUR INFORMA Nº 1783 – 27/12/2016
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2) LA INTELIGENCIA DE SIEMPRE

Asesinos, secuestradores, torturadores fueron responsables del espionaje militar en democracia. Sus antecedentes como terroristas de Estado los habilitaban a infiltrar organizaciones y reclutar informantes.

Por Samuel Blixen/ Brecha, 16 diciembre, 2016

Los oficiales del Ejército que dirigieron el espionaje militar en democracia contra gobernantes, legisladores, magistrados, partidos políticos, sindicalistas y periodistas fueron en su mayoría piezas clave del terrorismo de Estado durante la dictadura y algunos están presos por su responsabilidad en delitos de lesa humanidad. No sorprende, por tanto, que la actividad de inteligencia militar mantuviera en democracia los mismos criterios ideológicos de la dictadura, signados por la doctrina de la seguridad nacional y el esquema de la Guerra Fría.

Así, en noviembre de 1992 el entonces teniente coronel Jorge “Pajarito” Silveira (actualmente preso) figuraba como “asesor de los organismos de inteligencia, para lo cual cuenta bajo sus órdenes con informantes de organizaciones subversivas que brindan información del enemigo”.
Los jefes de dichas reparticiones, algunas dependientes del Estado Mayor del Ejército y otras del Ministerio de Defensa Nacional, no identifican –hasta donde se sabe– qué organizaciones subversivas operaban en el país ni quién era el enemigo que había que controlar; los documentos referidos al espionaje revelan que el “enemigo” eran partidos políticos legales y organizaciones sindicales.

Los presidentes y los ministros de Defensa de los sucesivos gobiernos desde la reimplantación democrática, en 1985, y hasta 2005, no modificaron el esquema de la inteligencia militar, que proyectaba a la democracia los criterios de la dictadura; es posible que dichos responsables civiles ni siquiera tuvieran conocimiento del grado de autonomía que se desplegaba a sus espaldas. Pero el esquema no se modificó cuando algunos episodios puntuales (el secuestro del chileno Eugenio Berríos en colaboración con la inteligencia chilena en 1991-1992, las escuchas con micrófonos en el despacho del general Fernán Amado en 1993 o las interferencias telefónicas al prosecretario de la Presidencia Leonardo Costa y al diputado Jorge Barrera en 2002) revelaron la gravedad de esa autonomía.

Aquellos oficiales que se destacaron en los organismos represivos como el Servicio de Información de Defensa (Sid) y el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (Ocoa) fueron después designados como jefes de las reparticiones que se especializaron en el reclutamiento de informantes y en la infiltración de partidos políticos y sindicatos.
Aunque el organigrama de las Fuerzas Armadas y su evolución es difícil de determinar, puede afirmarse que el Sid ya tenía en 1984 una sección Reclutamiento e Infiltración (Rel) que funcionaba con el Departamento III-Planes, Operaciones y Enlace (Poe). En esa época el responsable del Poe era el teniente coronel Ícaro N Méndez.

En diciembre de 1984, ya con el resultado electoral, la sección Reclutamiento e Infiltración se transforma en “Anexo” del Departamento III, y su responsable fue el teniente coronel Ramón Larrosa. El término “Anexo” figura como identificación en muchos documentos de 1985 a 1987, en poder de Brecha, que se refieren al espionaje de partidos políticos.

Simultáneamente, el Sid, creado en 1973 y cuyo primer jefe fue el coronel Ramón Trabal, se transformó en enero de 1985, en los estertores de la presidencia de Gregorio Álvarez, en el Servicio de Información de las Fuerzas Armadas (Siffaa), apenas un cambio de nombre, salvo una particularidad: a diferencia del Sid, el Siffaa pasaba a depender de la estructura jerárquica del Ejército, y su control se volvía más dificultoso, para el caso de que los primeros ministros de Defensa de Julio María Sanguinetti –el abogado Juan Vicente Chiarino y el general Hugo Medina– tuvieran intención de ejercer el control.

El Siffaa fue la cabeza visible de la inteligencia militar entre enero de 1985 y marzo de 1987. Al frente del Departamento III (Poe), el teniente coronel Pedro Barneix sustituyó al teniente coronel Larrosa en abril de 1986. Ya como general, Barneix ascendería a jefe de la Dirección General de Información de Defensa (Dgid) y en 2005 sería designado, junto con el general Carlos Díaz, para evacuar el pedido del presidente Tabaré Vázquez de identificar los lugares de enterramiento de detenidos-desaparecidos. Después de investigar en el círculo de los más notorios terroristas de Estado, Barneix y Díaz elevaron un informe al comandante del Ejército, general Ángel Bertolotti, con información absolutamente falsa. Por entonces aún no había comenzado la investigación judicial que identificó al entonces teniente Barneix, en 1974, como uno de los asesinos del militante carmelitano Aldo Perrini, ocurrido en el cuartel de Colonia.

Servicios capacitados

En 1986, como jefe del Departamento III, el teniente coronel Barneix supervisaba al jefe de de la Sección Rel, que a lo largo de ese año comenzó el montaje de una red de espías que se enfocaría en la penetración del Partido Comunista. La red estaba supervisada por el capitán Wellington Sarli, quien en enero de 1986 participó en un curso de inteligencia en Alemania.

Sarli cobraría notoriedad diez años después, en 1996, cuando la policía chilena lo identificó como uno de los oficiales uruguayos responsables de la desaparición del bioquímico Eugenio Berríos, y procuró su extradición (véase recuadro). Pero a la hora de dirigir la compañía de espías contaba con un inestimable antecedente: designado en 1975 como miembro del Ocoa en la Región 4, Sarli asistió al jefe de la región, el general Gregorio Álvarez, en el montaje de una operación de inteligencia contra 25 jóvenes menores de edad, miembros de la Juventud Comunista en Treinta y Tres. Los jóvenes habían participado en un campamento en una playa de Rocha y a su regreso fueron detenidos en el cuartel de la compañía de Infantería número 10 (donde Sarli revistaba como alférez). Fueron brutalmente torturados y sometidos al escarnio público al difundirse un infame comunicado de las Fuerzas Armadas que falsamente atribuía a los menores de edad prácticas de promiscuidad sexual en el campamento y especialmente acusaba a las mujeres de realizar concursos de resistencia sexual. El periodista Mauricio Almada detalló el episodio en su libro Crónica de una infamia. Sarli fue denunciado en un expediente sobre esas torturas, pero el caso no prosperó, aunque no está archivado.

En abril de 1986, quizás por el arresto a rigor que sufrió por “deformación profesional” ordenado directamente por el general Washington Varela, jefe del Siffaa, el capitán Sarli dejó la sección Rel del Departamento III y pasó a revistar en la Región de Ejército 4.

En 1987 Barneix fue sustituido al frente del Departamento III por el teniente coronel Diego M Cardozo, quien mantuvo las mismas funciones de inteligencia por más que el Siffaa se convirtió, en marzo de 1987, en la Dirección General de Información de Defensa (Dgid). El encargado de la Sección Rel era el capitán Robert Terra, quien suspendió temporalmente el monitoreo del espionaje para asistir en Taiwán a un curso sobre “Estudios de seguridad e inteligencia”. Terra había sido comandante del Grupo de Operaciones Especiales de Inteligencia en el Ocoa 2 (San José).

Es a comienzos de ese año que el Departamento III despliega un cerco de espionaje en torno a Wilson Ferreira Aldunate. Los espías infiltrados en el Partido Nacional dan cuenta de las opiniones de Wilson sobre el anunciado referéndum para eliminar la recién votada ley de caducidad, sus evaluaciones sobre el Mln-Tupamaros, y hacen un seguimiento estrecho de Juan Raúl Ferreira y de Diego Achard.

En 1988 el Departamento III de la Dgid cobra impulso en la ramificación del espionaje, centrándose en el MLN, en el Partido Comunista y en el Pit-Cnt. Su jefe era el teniente coronel Eduardo Ferro, sindicado (pero nunca confirmado) como autor material de la muerte del escribano Fernando Miranda, uno de los pocos de­saparecidos cuyos restos pudieron ser rescatados. Ferro fue un activo participante en la red Cóndor: en abril de 1977, como integrante de la Compañía de Contrainformación del Ejército, fue individualizado como uno de los militares uruguayos que interrogaron en el centro clandestino argentino Club Atlético a los desaparecidos uruguayos Andrés Bellizzi y Jorge Goncálvez; en 1978 participó en el secuestro y traslado desde Brasil de Lilián Celiberti y Universindo Rodríguez. Muy probablemente Ferro sea “Guillermo”, el incansable coordinador de los “manipuladores” de espías, que en 1989 pretendían allanar los domicilios de diplomáticos cubanos y los locales de las publicaciones Brecha y Mate Amargo.

En ese mismo año de 1989 el mayor Wellington Sarli asumió como jefe de la sección Manipulación y Reclutamiento de la Compañía de Contrainformación; es posible que tanto esta compañía como el Departamento III de la Dgid tuvieran sus propios ejércitos de espías, aunque también es posible que ambos organismos coordinaran el espionaje, porque muchos documentos del D-III señalan que se debía enviar copias a la Compañía de Contrainformación. En todo caso, en 1991 el mayor Sarli fue evaluado por su superior en la Compañía de Contrainformación, el teniente coronel Tomás Casella. A fines de ese año la compañía se hizo cargo de la custodia del bioquímico chileno Eugenio Berríos.

En noviembre de 1992, cuando Berríos, recluido en un chalé de Las Toscas, pretendió fugarse de sus carceleros uruguayos y chilenos, el jefe de la Compañía de Contrainformación era el teniente coronel Edgardo da Cunha, quien dependía directamente del jefe del Departamento II del Estado Mayor del Ejército, el coronel Gilberto Vázquez, hoy preso por numerosos crímenes de lesa humanidad. Por primera vez el nombre de Vázquez se asocia al episodio del secuestro, desaparición y asesinato de Berríos.

Fue en noviembre de 1992 que Jorge Silveira asumió como asesor de los órganos de inteligencia, es decir, la Dgid y la Compañía de Contrainformación. Antes del episodio de Berríos, a mediados de 1992, Wellington Sarli asistió a un curso de inteligencia brindado por la Cia, acumulando el conocimiento adquirido diez años antes en un curso brindado por el Mossad, la inteligencia israelí.
Cualquiera de los oficiales nombrados podría aportar testimonios a la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que analiza el espionaje militar en democracia, que algunos dudan que fuera una actividad institucional, mientras que otros prefieren dar un paso al costado porque el asunto está “bajo secreto presumarial”. El secreto es precisamente lo que fomenta el espionaje.
No resisten archivo

Los primeros análisis realizados por algunos de los integrantes de la comisión investigadora parlamentaria concluyen que efectivamente existió espionaje de la inteligencia militar en democracia, por lo cual las afirmaciones de las autoridades de las Fuerzas Armadas empiezan a caer por su propio peso.

Dos días después de conformada la comisión en Diputados, el ministro de Defensa, Jorge Menéndez, había trasmitido en el Senado información recibida desde el Estado Mayor de la Defensa y desde la Dirección de Inteligencia Estratégica que desmentía la existencia de espionaje militar a periodistas, partidos políticos, legisladores, dirigentes sindicales y jueces posterior a 1985.

“Las autoridades han respondido que institucionalmente no se han realizado actividades de esas características y que no existen en las Fuerzas (Armadas) archivos al respecto”, recalcó Menéndez. Sin embargo, los primeros elementos recogidos en las primeras sesiones de la investigadora apuntan a que el espionaje existió (“es innegable”, resumió un parlamentario consultado por Brecha).

La segunda sesión de la comisión se desarrolló este jueves y contó con la presencia de los historiadores Isabel Wschebor y Álvaro Rico. Los especialistas fueron los autores de los dos informes solicitados por la jueza penal Beatriz Larrieu, a partir del contenido de los documentos presentes en las 65 cajas incautadas en el domicilio del coronel fallecido Elmar Castiglioni.
Fuentes de Brecha afirman que la historiadora ratificó lo escrito en su informe, en el que explica que en el archivo Castiglioni existen “todos los indicios como para corroborar la existencia de expedientes institucionales en ese archivo particular”. Por su parte, Rico puso sobre la mesa aspectos más generales sobre los servicios de inteligencia y el aparato del Estado, pero se negó a profundizar en determinados asuntos de su informe “amparándose en el secreto presumarial”.
“Se ha estado manejando que las 65 cajas incautadas en el domicilio de Castiglioni tienen que ver con una iniciativa personal del coronel. De a poco vamos concluyendo que un trabajo de esta naturaleza no lo hace una persona en soledad, sino que se trata de un trabajo en equipo”, reafirmaron las fuentes consultadas.

El siguiente paso de la comisión investigadora será “cotejar los documentos del archivo Castiglioni con los archivos de los servicios de inteligencia del Estado”. Paralelamente se convocará a una lista de personas para que aporten más información sobre el asunto, entre las que se encuentra el periodista de este semanario Samuel Blixen. La investigadora volverá a reunirse el 20 de febrero para profundizar en un segundo aspecto de su indagatoria: confirmar si el espionaje se realizó de manera institucional o por fuera de la institucionalidad.

La conexión Berríos

Aquel 15 de noviembre de 1992 en que Eugenio Berríos –ex agente de la Dina chilena que llevaba ya un año en Uruguay en una especie de cárcel dorada– decidió deslizarse por el tragaluz del baño del chalé del capitán Eduardo Radaelli, en Las Toscas, y huir de sus custodias militares chilenos y uruguayos, las sirenas de alarma sonaron en la Compañía de Contrainformación del Ejército: dos de sus oficiales, Tomás Casella y Eduardo Radaelli, habían dejado escapar a Berríos, quien por esas horas corría por las calles de Parque del Plata gritando “Pinochet me quiere matar”.

El jefe de la compañía, el teniente coronel Edgardo da Cunha, ordenó al mayor Wellington Sarli que se trasladara inmediatamente a Parque del Plata para interiorizarse de la situación y brindarle un informe detallado. Fue así que el destino de Sarli quedó, a partir de ese momento, indisolublemente unido al de Casella y Radaelli. Ambos fueron interrogados por el ministro de Defensa del gobierno de Luis Alberto Lacalle, Mariano Brito, y se atuvieron a la versión de que la custodia del bioquímico chileno había sido una “gauchada” personal que le habían hecho a unos amigos chilenos que, casualmente, también eran militares. Esa versión, y la burda foto trucada que mostraba a Berríos, desaparecido, leyendo un diario italiano, bastó para que el gobierno diera por finalizada la cuestión: “Es un asunto chileno”, explicó Lacalle; los legisladores suspendieron la investigación y la justicia se desentendió del rosario de delitos cometidos: secuestro, documentación falsa, ingreso ilegal de militares extranjeros, etcétera.

El nombre de Sarli apareció definitivamente asociado al caso Berríos poco después que apareciera el cadáver en unas dunas de El Pinar. Tras una tozuda investigación de la policía chilena, fue imposible impedir que la justicia de ese país reclamara la extradición de los tres oficiales de contrainformación por los delitos de secuestro y asociación para delinquir. Ante los jueces chilenos los tres negaron su participación en el asesinato, pero mientras Casella y Radaelli se atuvieron a la versión original de la gauchada, Sarli declaró que él había concurrido a Parque del Plata cumpliendo una orden de su superior.

Aquí en Uruguay nadie se dio por enterado de que la Compañía de Contrainformación aparecía institucionalmente vinculada a un secuestro y asesinato cometido por el Cóndor en democracia. Tras una de las tantas negativas de la justicia chilena a conceder las apelaciones solicitadas por los tres militares uruguayos, el ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro llegó a afirmar que Casella, Radaelli y Sarli eran “presos políticos”.

Una vez confirmada la sentencia, Casella y Radaelli se acogieron al beneficio de terminar de cumplir la pena en Uruguay. Sarli, en cambio, prefirió quedarse en Santiago de Chile. Dicen que allá tiene una novia. También es posible que no quiera regresar porque tiene causas pendientes en Uruguay.

Samuel Blixen /Brecha
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3) A 30 AÑOS DE LA LEY DE IMPUNIDAD

Sólo hubo procesamientos de 30 represores hasta 2016. Hay 33 pedidos por delitos de homicidio y torturas en nueve casos nuevos: repiten Gavazzo, Silveira y Lucero.

Sudestada, 22/12/2016

El 22 de diciembre de 1986, al finalizar el segundo año de gobierno de Julio María Sanguinetti, el parlamento dio sanción definitiva a la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado Nº 15.848. Conocida popularmente como Ley de Caducidad, en realidad se trató de una forma de consagrar la impunidad de los delincuentes de lesa humanidad.

El meollo de la impunidad estaba contenido en el primer capítulo de la ley, que constaba de cuatro artículos.

El artículo 1º de la ley establecía que “ha caducado el ejercicio de la pretensión punitiva del Estado respecto de los delitos cometidos hasta el 1º de marzo de 1985 por funcionarios militares y policiales, equiparados y asimilados por móviles políticos o en ocasión del cumplimiento de sus funciones y en ocasión de acciones ordenadas por los mandos que actuaron durante el período de facto”.

El artículo 2º establecía dos razones de exclusión de delitos en este manto de impunidad: “Las causas en las que, a la fecha de promulgación de esta ley, exista auto de procesamiento”y “Los delitos que se hubieren cometido con el propósito de lograr, para su autor o para un tercero, un provecho económico”.

El artículo 3º consagraba el final de la separación de poderes, al obligar a los jueces que recibieran denuncias a consultar al Poder Ejecutivo para saber si los crímenes denunciados estaban comprendidos en la hipótesis de la norma.

Mientras tanto, el artículo 4º establecía la posibilidad de investigar, siempre sujeta a la voluntad política del Poder Ejecutivo, lo ocurrido “a personas presuntamente detenidas en operaciones militares o policiales y desaparecidas así como de menores presuntamente secuestrados en similares condiciones”.

La ley establecía que, en estas situaciones, el gobierno “dispondrá de inmediato las investigaciones destinadas al esclarecimiento de estos hechos”y que “dentro del plazo de ciento veinte días a contar de la comunicación judicial de la denuncia dará cuenta a los denunciantes del resultado de estas investigaciones y pondrá en su conocimiento la información recabada”.

Estos cuatro artículos han sido declarados inconstitucionales por la Suprema Corte de Justicia en la causa que investiga los fusilamientos ocurridos en la localidad de Soca, en el departamento de Canelones, en diciembre de 1974. Lo mismo ocurrió en el caso de la maestra Nibia Sabalsagaray, asesinada en el Batallón de Ingenieros y Servicio de Transmisiones Nº5.

Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR INFORMA Nº 1783 – 27/12/2016
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4) OJALÁ SEAMOS DIGNOS DE LA DESESPERADA ESPERANZA

Por Eduardo Galeano

“Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo”.

Eduardo Galeano /Enviado en el saludo de fin de año de Jair Krischke COMCOSUR INFORMA Nº 1783 – 27/12/2016
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5) ISRAEL: ¿PLURALISMO O LAVADO DE IMAGEN?

Una árabe israelí es la cara del programa más visto de la tele israelí

Luis E. Sabini Fernández
revistafuturos.noblogs.org

Que un estado etnicista nos muestre en un lugar mediáticamente prominente a alguien que no pertenece a la etnia que se supone que ese estado expresa, nos muestra una instancia de pluralidad digna de examen.

En Israel tenemos de presentadora de un canal en hebreo, el más visto, a una árabe israelí.
Es la prueba “perfecta” de la pluralidad y la democracia israelí.

Lucy Aharish, 35 años, ha sido elegida además para encender la antorcha de homenaje a “los israelíes revolucionarios” en la ceremonia del Día que Israel ha declarado como “de la Independencia”, en el Monte “Herzl”, es decir en el monte que lleva el nombre del fundador del movimiento sionista y transitivamente del estado sionista, aunque no alcanzó a verlo en vida.
El Estado de Israel (en adelante EdI) se funda mediante una transacción de la dirección política sionista. Al hacérsele tan difícil el vaciamiento total del territorio sobre el que se quería implantar el EdI, siguiendo “mandatos” religiosos, bíblicos e históricos, sus dirigentes aceptan erigirlo con una minoría árabe incluida (minoría que también fue aprovechada cumpliendo funciones económicas, haciendo las tareas menos calificadas o peor pagadas de la nueva maquinaria societal y estatal sionista).

Es de esa minoría (que se estima en un 20% de la población total del EdI) que proviene Lucy.
Su grado de integración mental al EdI es llamativa.

Lucy nos dice con total seguridad: “Cuando la gente me pregunta ‘¿Qué eres?’ yo digo que soy israelí […]Después soy una mujer, y después soy árabe musulmana.”

Esta penosa declaración no le ha sido arrancada en una coyuntura extraña o descontextualizada.
Según la info de internet, en 2015, ya se había expresado en los mismos términos y la reiteración revela la importancia que le asigna: “Ése es el orden: israelí, mujer, árabe musulmana” (en una entrevista con el Times de Israel).

Con lo cual nos damos cuenta de la consustanciación ideológicade esta presentadora televisiva con el EdI.

Lucy ha sido conocida en “las redes” por haberse expresado en inglés en lugar del habitual hebreo respecto de la tragedia en Aleppo.

Y por ello ha tomado estado mucho más público lo que ella piensa y considera.

Refiriéndose a esa peripecia dice con tino que no quiere saber quiénes están “en lo correcto y quién equivocado. Quiénes son los buenos y quiénes son los malos, porque nadie lo sabe. Y francamente no importa. Lo que importa es que está sucediendo, ahora mismo frente a nuestros ojos.” Completa: “y nadie en Francia, en Reino Unido, Alemania o América [EE.UU.], está haciendo nada para detenerlo.” Cabe preguntarse por qué no pregunta sobre otros intervinientes, como Rusia, Turquía, Irán, Israel. Pero dejamos la incógnita sin respuesta.

Su planteo, su orden de preferencias, nos hace acordar al sentimiento de pertenencia exigido por el nazismo y el fascismo en la primera mitad del siglo XX. Sus ideólogos sostenían que la pertenencia al estado era la primera y principal; en segundo y tercer lugar podían caber la pertenencia laboral y local (imaginamos que también el sexo o la etnia). Justamente ésa fue opción clave con la que el nazismo y el fascismo se oponían a filosofías como la del marxismo, que ubicaba como pertenencia fundamental o principal la de clase, o como la del anarquismo que reivindicaba como atributos básicos aspectos individuales; su vocación, su sexo, su condición de poeta o de atleta…

Para los nazis la pleitesía al guía de la nación estructura a toda la sociedad. Si divinizamos al estado, podríamos saltearnos al guía (al führer)…

Volvamos a Aharish. Ella nos aclara que lo que pasa en Aleppo es un genocidio. De acuerdo. Agrega: “Déjenme ser más precisa. Es un holocausto.” Esta precisión es perfectamente ideológica,

La diferenciación expresa otra vez la identificación que tiene con el Estado de Israel… y con la mitología que se ha ido forjando a partir de las atrocidades sufridas por los judíos durante la vigencia del 3er. Reich.

Para Aharishgenocidio no tiene la atroz trascendencia que tiene “holocausto”.El empleo de esta denominación requiere varias explicaciones.

Al usar este término, “holocausto”, va contra aquellos judíos muy identificados con la noción de “pueblo elegido” que entienden que lo ocurrido en Alemania en los ’40 con los judíos es algo incomparable con cualquier otro genocidio habido en la historia humana.

Entonces Aharish cumple con la profesión de fe ideológica del sionismo al situar por encima de todo a las atrocidades vividas por los judíos bajo el nazismo y asumir su vocabulario, pero a su vez la subvierte porque aplica el término “holocausto” al destino trágico de población no judía (que no es la de El Libro); musulmanes, en suma. Como el de tantos palestinos que han sido matados durante la resistencia al implante sionista en Palestina.

Su condena tan fuerte a la inmovilidad, a la abulia política, el no reaccionar frente al destrozo de vidas humanas en Aleppo es respetable y compartible. Pero Aharishremata sus imprecaciones con algo difícil de tragar: “Me da vergüenza que el mundo árabe esté siendo tomado como rehén, por terroristas y asesinos y que no estemos haciendo nada.”

Se equivoca: desde Israel noes que no se está haciendo nada; ¡se está haciendo algo y cómo!Que lea a OdedYinon. Su juventud no puede ser escudo de ignorancia tan supina. Ni siquiera su condición de periodista.

Lucy es un lujo ideológico de Israel que tranquiliza escrúpulos de judíos democráticos y es a su vez tolerada como coartada por los más ortodoxos.

Es más bien, entonces, la prueba ferpecta de la pluralidad y la democraticidad israelíes.
Lucy encarna la figura de “el cipayo perfecto”.

Luis E. Sabini Fernández
COMCOSUR INFORMA Nº 1783 – 27/12/2016
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR
1994 – 19 de junio – 2016 – 22 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ARGENTINA: Eduardo Abeleira, Mauricio D’ambruoso (Buenos Aires)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis, Maldonado)
Correspondencia: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO – URUGUAY
E mail: comcosur@comcosur.com.uy
Pagina Web: nuevo.comcosur.org/
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Coordinación: Carlos Casares
COMCOSUR es miembro de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias – AMARC
COMCOSUR se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo institucional.

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