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POR UN PUÑADO DE DÓLARES…

MUMIA: 1) Europa: De aquellos polvos estos lodos –
2) EE.UU.: El circo de elefantes y asnos –
3) Erdogan: Un sultán firme en el poder –
4) Puerto Rico: El final de una farsa –
5) Almagro, la OEA, Venezuela y un puñado de dólares

COMCOSUR — POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 16 / Nº 784 / Miércoles 27 de Julio de 2016 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.” — Emir Sader
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1) Europa: De aquellos polvos estos lodos
Guadi Calvo (Alai)

Europa, entiéndase, la Unión Europea y la OTAN, conocía muy bien el camino que los llevaba para destruir Libia, para destruir Siria, para destruir Irak y para aniquilar por el resto de los tiempos a Afganistán, pero nadie les explicó como volver de allí.

Para visualizar los nuevos campos de batalla, los grandes estrategas occidentales utilizaron el Battlefield Augmented Reality System (BARS o sistema de realidad aumentada para el campo de batalla) junto con las opciones dadas por los laboratorios interdisciplinarios o Think Tank, y el respectivo aval político y la asistencia del poder mediático. Empleando un arma de guerra tan letal como una andanada de misiles, demolieron con suma prolijidad países enteros, miles de pueblos, centenares de ciudades, millones de vidas y siglos de civilización.

Nadie puede negar que si la idea era destruir, el plan armado sobre la “Primavera Árabe”, fue el éxito más contundente de Occidente desde la demolición del bloque socialista simbolizado en el Muro de Berlín. Casi 20 años se prepararon los Estados Unidos junto a sus aliados europeos para el asalto final al mundo productor de energía, petróleo y gas específicamente, y a por ello fueron a exterminar los países que se rehusaban a entregarlos dócilmente (Siria, Libia e Irán). Los estrategas del Pentágono, ya con las operaciones en marcha, descubrieron un detalle geológico que no consideraron, que bajo las arenas del Medio Oriente, además de océanos de energía, había grandes lodazales y allí quedaron empantanados desde 2001.

La misma mano de obra que la OTAN utilizó para la derrota de la Unión Soviética en Afganistán, para la destrucción de Libia y el martirio del Coronel Gadaffi, y que estuvo a punto de conseguir lo mismo con la Siria de Bashar al-Assad, hoy se está empleando contra sus poblaciones. Lo tremendo de esto es que no lo hacen con cuadrillas de bombardeos, cazas y drones, batallones, tanques, y portaaviones. Los “ejércitos” que hoy están destruyendo el sistema nervioso de los europeos y los estadounidenses, (los pocos norteamericanos que saben que existe un mundo más allá de sus condados, sus barbacoas y sus PlayStation), viajan en subte, manejan camiones, visitan centros comerciales y hasta toman café en el bistró de la esquina.

El tipo de ataque que se han sucedido desde Niza a esta parte, a diferencia de Madrid, Londres, París y Bruselas, muestra claramente que no ha sido orgánicamente responsabilidad de Estado Islámico o al-Qaeda en su momento. Si queda bien claro que son responsabilidad de las autoridades europeas, no porque no los hayan podido detener (hoy no hay servicio de inteligencia y sistema de espionaje que pueda prever con que humor se han despertado los 50 millones de musulmanes que viven en Europa, muchos de ellos, la absoluta mayoría, europeos y hasta tres generaciones) sino por haber llevado a miles de jóvenes europeos a no tener otra razón para vivir que morir por Allah.

Hoy, cualquiera que camine por una calle de Oporto, Elsinor o Zakopane, es un objetivo militar, no importa si el ataque deja solo unos cuantos heridos como sucedió hace apenas 10 días en un tren regional de Bavaria, donde Muhamad Riyad, un joven afgano de 19 años, al grito de Allahu Akbar, la emprendió contra los pasajeros hiriendo gravemente a cinco. Lo que significativamente recordó el asesinato del soldado británico en mayo de 2013, en plena calle del tranquilo barrio londinense de Woolwich, a manos de dos nigerianos, que lo decapitaron frente a los transeúntes, a quienes les pidieron ser filmados en plena faena.

Nadie puede saber cuándo y donde será el próximo ataque, tras Niza, surgió lo del tren en Baviera, y después siguió un fin de semana desesperante para Ángela Merkel: el viernes 18, un joven alemán de origen iraní, Ali Sonboly, decidió estrenar su Glock 17, disparado contra los asistentes al McDonalds, del centro comercial Olympia de Múnich, para después seguir afuera. La cuenta final dio nueve muertos, mientras el tirador se suicidaría un kilómetro más allá del centro comercial.

Al domingo siguiente, un refugiado sirio de 21 años, solicitante de asilo, asesinó a cuchilladas a una mujer, e hirió a dos hombres que esperaban el bus en la ciudad de Reutlingen. Algunas versiones intentan minimizar el hecho convirtiéndole en un “crimen doméstico”.

Este mismo panorama nos remite a la serie de ataques que se produjeron entre el 15 y 22 de marzo de 2012 en la ciudad francesa de Toulouse, que redondearía la cifra de 9 muertos: “judíos” “conversos” o “cipayos”, crímenes que fueron adjudicados al joven francés de origen argelino, Mohamed Merah, quien, según las autoridades, estaría vinculado con al-Qaeda. El lunes 25, la policía polaca detuvo a un hombre de 48 años, iraquí, acusado de posesión de explosivos, que preparaba para un atentado durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebra esta semana en Cracovia, con la presencia del Papa Francisco.

Apenas horas antes de comenzar a escribir estas líneas, se conoció la noticia de que dos hombres armados con cuchillos habían tomado 5 rehenes en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, una ciudad de 27 mil habitantes situada en Normandía, en el norte de Francia. Los atacantes degollaron al sacerdote Jacques Hamel, de 84 años e hirieron de gravedad a un feligrés. La policía consiguió ejecutar a los agresores junto al altar, como para darle un toque más chabroliano a la acción.

Mientras cerrábamos este artículo se informa que en la ciudad sueca de Malmo, un hombre armado disparó contra una persona en el centro comercial Rosengard, (Rosengård Centrum), no se ha podido determinar aun si se trató de un robo o tiene características de ataque extremista.

Las policías occidentales, los servicios de inteligencia, las autoridades saben que esta situación es inmanejable, que el desborde es incontenible y no es una victoria militar sobre el Estado Islámico lo que va a terminar con esta situación. Daesh, que ha hecho del marketing un gran arma, está dispuesto a reconocer y asumir cualquier acto de violencia sucedido en el mundo y cualquiera que intente un poco más de notoriedad gritará un Allah Abkar, aunque no tenga idea de que signifique las dos palabritas combinadas.

Los record están para ser batidos

En una de la escena del film Poderosa Afrodita (1995) de Woody Allen, la hermana ultraortodoxa del protagonista, le recuerda los seis millones judíos muertos por el nazismo, a lo que el propio Allen contesta, “ni lo recuerdes, los record están para ser batidos”. Y de batir record, en este caso de torpeza, parece saber mucho el presidente francés François “Flanby” Hollande.

Si poca hubiera sido la torpeza, por no hablar de perversidad de su antecesor, Nicolás Sarkozy, quien ha propiciado la actual situación en el Magreb y el Medio Oriente. Sarkozy, atado a los caprichos de George W. Bush y como Ministro del Interior de Chirac, no supo interpretar el caldero que se estaba encendiendo entre los jóvenes de origen musulmán, que dio como resultado las protestas de 2005 en las periferias de París. Ahora Hollande cuenta con más nafta para apagar el incendio que puede consumir mucho más de lo que creemos.

Con su natural incapacidad, Hollande, hace apenas horas, ha descubierto que el “Estado Islámico le ha declarado la guerra a Francia” por lo que ha pasado a la ofensiva y en venganza de lo sucedido en Niza, cuándo ya todo el mundo sabe que el autor de la matanza, Mohamed Lahouaiej Bouhlel, no era integrante del Daesh y su decisión tiene ribetes personales que no se han desentrañado.

Hollande, bañado en un espíritu reivindicatorio del orgullo galo, liquidado para siempre en el barro de Dien Bien Phu hace ya 61 años, escuchando más a sus asesores de imagen que de terrorismo, atacó inopinadamente este 19 de julio la aldea de Tokhar Manbij, al norte de Siria, solo como venganza por el ataque en Niza, dejando 164 civiles muertos, el doble de los muertos en Niza.

Los atacantes de hoy a la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, dijeron que lo hacían en venganza, de la venganza de Hollande, quien parece se ha dispuesto a comerse a los caníbales. Frente al reclamo del representante permanente de Rusia, Vitali Churkin, en el Consejo de Seguridad de la ONU, el representante francés François Delattre, guardó un corajudo silencio, ya que se sospecha ignoraba el hecho.

El bombardeo habría sido llevado a cabo con la excusa de ser parte de los ataques de la alianza encabezada por Estados Unidos, desde septiembre de 2014, aunque el representante ruso agregó que: “No hay drones estadounidenses ni fuerzas especiales de EE.UU. en Siria ni fuerzas especiales de sus aliados, así como tampoco hay capacidades de inteligencia por satélite de Estados Unidos ni los videos que realizan todos los bombarderos modernos al llevar a cabo un ataque”, lo que evidencia claramente la artera decisión de Francia de vengarse contra la población civil de un pueblo perdido en las marismas de una guerra que Occidente desató en su territorio.

La representante de Estados Unidos, Samantha Power, durante la reunión del Consejo de Seguridad, no pareció tampoco estar muy empapada del tema agregando el formulismo de: “Estudiaremos cuidadosamente y a fondo toda la información fidedigna”. Quizás, cuándo más temprano que tarde, se vuelva a producir un nuevo atentado en Europa, alguien todavía se preguntará ¿por qué? La respuesta será tan sencilla como que de aquellos polvos, estos lodos.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.

MIÉRCOLES 27 DE JULIO DE 2016 – COMCOSUR
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2) EE.UU.: El circo de elefantes y asnos
David Brooks (La Jornada)

La mayoría de los estadunidenses lo saben: el circo electoral es más show que otra cosa. Este año la mayoría no sólo desaprueba a ambos candidatos presidenciales que les ofrecen los partidos nacionales, reprueba a los políticos en Washington y durante un año ha expresado su rechazo al consenso neoliberal entre ambos partidos. Pero el juego no es del ni para el pueblo. Es para los profesionales del poder.

Ser testigo y evitar ser parte de la farsa es una cuerda muy floja para los miles de periodistas que estamos cubriendo las convenciones nacionales de ambos partidos y la elección nacional –esta muy elaborada coreografía de lo que insisten es democracia.

Lewis Lapham, ex editor legendario de Harpers y hoy de su Latham’s Quarterly, escribió en la elección pasada que este país aún es suficientemente rico para “poner en escena la ficción de la democracia como manera de apaciguar las sospechas de una multitud potencialmente turbulenta contándoles un cuento de hadas. El costo creciente de la producción –las convenciones de nominación sin sentido, decoradas con 15 mil periodistas como trasfondo a los 150 mil globos (que tradicionalmente se sueltan desde los techos de las arenas al culminar una convención)– demuestra ese hecho. Se está solicitando al país votar en noviembre por comerciales de televisión, porque sólo en la zona de tiempo imaginaria de un comercial puede decirse que la democracia estadunidense existe”.

Cuatro años después la obra electoral se ha vuelto un espectáculo grotesco, producido por un equipo tan cínico que hasta de repente cree en su ficción.

Pero es un espectáculo con consecuencias reales para el mundo entero. Lo que acaba de suceder en el invernadero del odio y temor que fue la Convención Nacional Republicana, la semana pasada, debería alarmar no sólo a cualquier estadunidenses consciente, sino al planeta entero.

Vale ver el discurso de Donald Trump para entender porqué tanta gente, incluso dentro de su partido, está afirmando abiertamente que él es una amenaza a la democracia de Estados Unidos.

Es asombroso que ahora sea el candidato presidencial de uno de los dos partidos nacionales. Peor aún, que esta sociedad lo haya permitido a pesar de que todos saben que es populista-nacionalista y racista (todos, términos no peyorativos en este caso, sino descripciones fundamentadas), y que el fenómeno que encabeza tiene nombre y apellido histórico: fascismo. ¿Qué pasa dentro y fuera de este país, que ante ello no tiembla en sus centros la tierra?

Con o sin esa palabra histórica, una amplia gama dentro de la cúpula política del país –algunos funcionarios, intelectuales, comentaristas y ahora hasta algunas figuras republicanas reconocidas– expresa que este es un momento alarmante no sólo para el juego político, sino para el futuro del país.

David Brooks, columnista conservador del New York Times (ninguna relación con este periodista), lo llama «caballero oscuro, quien emplea el discurso clásico de los demagogos al pintar un mundo sin reglas, amenazado por migrantes mexicanos, musulmanes y violencia en las calles que requiere un líder que, ante tanto temor, imponga ley y orden». Afirma que con ello está disolviendo al Partido Republicano.

The Weekly Standard, influyente publicación conservadora, publicó una nota con la cabeza: «Donald Trump está loco, y también el Partido Republicano por abrazarlo».

El veterano periodista Bill Moyers resume que la visión oscura de Trump, de un país «lleno de crimen violento y desesperanza, ruina humeante abrumada por extranjeros que buscan quitarnos empleos, y terroristas empeñados en destruir nuestros pueblos de lo cual sólo él nos puede salvar», señala que es «un tantito Mussolini, otro tantito Berlusconi y mucho Napoleón, con una cachucha de tráiler».

El Washington Post opinó en un editorial que Trump es una «amenaza singular a la democracia de este país», y subraya que una presidencia de Trump «sería peligrosa para la nación y el mundo.» Un viejo ex senador republicano conservador y delegado en la convención de este año, Gordon Humphrey, calificó a los promotores de Trump de «camisas cafés» (grupo paramilitar de los nazis) y al candidato, de «sociópata».

Al acabar su discurso, el jueves, bajo el festejo de un mar de blancos (sólo 18 de los 2 mil 472 delegados oficiales eran negros), The Onion, el famoso medio satírico, envió un tuit: «Gracias por acompañarnos en nuestra cobertura en vivo de la RNC (Convención Nacional Republicana). Con esto concluye la democracia».

Los debates entre los que dicen que saben, que se consideran progresistas de algún tipo, gira sobre la suposición de que Trump jamás podrá ganar. Pero el documentalista Michael Moore, tal vez para sacar de su estupor complaciente a las filas liberales y progresistas, afirmó que «Trump será el próximo presidente de Estados Unidos….» a menos de que todos hagan todo para frenarlo. Señala que la combinación de una base blanca y masculina movilizada, el voto en cuatro estados claves donde Trump tiene ventajas, el sufragio por Sanders, deprimido, y «vamos a enfrentarlo, nuestro problema más grave no es Trump, sino Hillary, es enormemente impopular…»

Mientras tanto, aquí estamos los testigos de todo esto, en medio de dos convenciones y producciones multimillonarias decoradas de democracia. Y la pregunta es si reportamos como si fueran reales o como espectáculos, donde lo real se hace –como casi siempre en las democracias– en lo oscurito.

«Si votar cambiara algo, no nos dejarían hacerlo», Mark Twain.

«Estamos hoy ante una encrucijada: un camino lleva a la desesperación y desesperanza completa. El otro, a la casi extinción. Esperemos que tengamos la sabiduría para tomar la decisión correcta.», Woody Allen.

El circo con sus elefantes (símbolo de los republicanos) y asnos (demócratas) sigue, a pesar de las nuevas preocupaciones sociales por la crueldad contra los animales.

MIÉRCOLES 27 DE JULIO DE 2016 – COMCOSUR
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3) Erdogan: Un sultán firme en el poder
Guido Luppino (Rebelión)

El pasado viernes la capital turca, Ankara, fue el foco de un intento de golpe de Estado por parte de las Fuerzas Armadas del país. ¿El objetivo?, terminar con el gobierno de Recep Tayyip Erdogan, quien conduce el país desde el año 2003.

El Premier turco, Binali Yildirim, anunció el intento de golpe de Estado por parte de las fuerzas militares acusándolo de ilegal. Mientras tanto, aviones y helicópteros sobrevolaron las dos ciudades más importantes del país, Ankara y Estambul, a la vez que el ejército había declarado la toma del poder de la Nación y el toque de queda en todo el territorio nacional. En base a lo sucedido, el presidente Erdogan, a través de videollamada, convocaba al pueblo a desafiar la medida tomada e irrumpir en las calles del país en favor de la democracia.
Pocas horas duró la empresa llevada a cabo por las Fuerzas Armadas. Prontamente la gente se mostró en las calles y con el correr de los minutos el intento de golpe de Estado se iba desvaneciendo, hasta que Erdogan aterrizó nuevamente en suelo turco para reivindicar su figura al frente del gobierno nacional.

La oposición turca, como así también mandatarios internacionales, inclusive Barack Obama, llamaron a respetar al gobierno democrático presidido por Erdogan. Inclusive el partido kurdo se expresó en contra del intento golpista.

Pero intentemos entender mejor el contexto en el que sucedieron estos acontecimientos.

Erdogan fue Primer Ministro en períodos consecutivos para luego lograr el cargo de Presidente de la Nación, y es el máximo líder del Partido por la Justicia y el Desarrollo (AKP). Históricamente, el AKP tuvo su aparición en la vida política turca en el año 2001, dejando ver que se trataba de un partido islámico y de la denominada derecha política. El AKP es un espacio político donde se reivindica la imagen del Imperio Turco-otomano y se sitúa al islam, nuevamente, en el centro de la escena social de Turquía.

El sofocamiento del intento militar por la toma del poder no debe entenderse como un triunfo de la democracia. Una cosa es el rechazo al golpe de Estado pero otra es ubicar al gobierno turco como defensor de los derechos democráticos. Lejos se encuentra Erdogan de estos valores. De hecho se puede analizar a los sucesos del viernes pasado como un resultado de la falta de democracia y derechos políticos que tiene la sociedad turca hoy en día. Esto es la muestra de una fuerza autoritaria yendo contra otra potencia del mismo calibre.

Desde su consolidación en el poder las persecuciones a las minorías kurdas son constantes, como así también el arresto y censura de periodistas, y los constantes despidos en el área de la educación como muestra de la no tolerancia a formas de pensamiento distintas a la del gobierno.

Recordemos que el gobierno turco carga con las infinitas críticas de apoyar al Estado Islámico (ISIS), ya sea financieramente (al igual que Qatar y Arabia Saudita) o “permitiendo” su accionar en la frontera sirio-turca con el único objetivo de que ataquen a los kurdos allí ubicados. Por otro lado, participa en la compra de petróleo del mercado negro, llevada a cabo por el Estado Islámico.

Sumado a esto, el descontento de parte de la población por la política fuertemente religiosa que presenta el gobierno se hace sentir. Pero mientras suceden estos sucesos, hay un factor clave que le da mayor estabilidad a Erdogan: la economía. La última década ha mostrado tiempos de prosperidad económica para Turquía, y esto es una dimensión importante para el sostenimiento de cualquier tipo de gobierno.

En junio se cumplió un año de la ronda de elecciones parlamentarias, donde los resultados mostraron el descenso del apoyo popular al oficialismo, quien necesitó otro llamado a los comicios para lograr coalición y poder gobernar. A la vez se vio un ascenso en la popularidad de la izquierda kurda, representada por el Partido Demócrata de los Pueblos (HDP, por sus siglas en turco). En las vísperas de los comicios Erdogan mostró constantemente la peor cara de su gobierno, con distintas persecuciones a los kurdos y hasta un estallido en un mitin del HDP.

Ya en el 2013 aparecieron signos de descontento popular, como la revuelta del Gezi, surgida contra el sesgo autoritario del gobierno. A la problemática social también se sumaron las leyes antiterroristas llevadas a cabo, la intención de un cambio constitucional y, por último, la constante islamización del país. Ante esta impronta gubernamental es que surge el espíritu de Gezi, quitándole adherentes al oficialismo.

Pero Erdogan encuentra continuamente formas de hacerse fuerte, ya sea con el ascenso económico que presenta el país, acusando a kurdos de atentados terroristas o adhiriéndose a la lucha contra el ISIS. Ahora, tras el intento fallido golpista, el gobierno turco y su imagen englobada en la figura de Erdogan, es quien sale beneficiado sobre estos hechos.

La pronta respuesta de los manifestantes, la reivindicación de los partidos opositores y el apoyo internacional, muestran a un Erdogan fortalecido en su cargo al interior del país como en la escena política internacional. También, recordemos, el presidente utiliza a las fuerzas policiales como su defensa principal, y no así al ejército. Turquía cuenta una larga historia en intentos de golpes militares y es por esto mismo que Erdogan pretende debilitar a esta institución. En los últimos años, el gobierno ha enjuiciado a distintos líderes de golpes de Estados de años anteriores (1960, 1971, 1980, 1997).

Por estas horas las represalias por el intento golpista se están haciendo sentir. Miles de enjuiciados y presos, entre militares, policías y funcionarios, y el pedido de extradición para Fethullah Gülen, principal acusado de promover el intento golpista.

Podemos concluir pensando que Erdogan saldrá, o ya está saliendo, bien parado de la situación vivida. Su poder se refuerza a la vez que se legitima tanto puertas adentro como afuera.

El último factor, pero no menos importante, a tener en cuenta es el rol de los Estados Unidos. Sabemos que Turquía es parte de la OTAN y es un país geográficamente estratégico para el conflicto sirio. Tanto Washington como Moscú se encuentran inmersos en la guerra de Medio Oriente y, por esta misma razón, debemos suponer que desde la Casa Blanca no deben querer perder la “amistad” de Erdogan.

Habrá que esperar para ver cómo el presidente turco utiliza lo sucedido para seguir implementando sus medidas tan represivas en el país y su profundización de la islamización.

MIÉRCOLES 27 DE JULIO DE 2016 – COMCOSUR
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4) Puerto Rico: El final de una farsa
Ricardo Alarcón de Quesada (Rebelión)

La leyenda parecía eterna pero, sin embargo, se disolvió en la nada, en apenas poco más de una semana.
A mediados del pasado siglo Estados Unidos había anunciado a bombo y platillo que Puerto Rico dejaba de ser una colonia y se transformaba en un socio con el que habría suscrito un Pacto, supuestamente entre iguales, bautizado como “estado libre asociado”.
Como mago que saca un conejo del sombrero, Washington mostró orgulloso la nueva criatura ante la Asamblea General de la ONU y advirtió que en lo adelante no le rendiría cuentas sobre la situación de un territorio que ya no estaría bajo su dominio. La Asamblea, que en 1953 era ampliamente controlada por Estados Unidos, endosó esa posición en una votación de 26 a favor, 16 en contra y 18 abstenciones. En otras palabras a pesar de la Guerra Fría y del poderío entonces indiscutido que ejercía sobre un Foro en el que aun no participaban la mayoría de sus doscientos miembros actuales, el mago no pudo convencer siquiera a la mitad de la Asamblea.

Al interior de la isla los nacionalistas e independentistas sufrieron la más brutal represión. Muchos cayeron combatiendo o asesinados, no pocos perdieron sus trabajos y sufrieron persecución y discriminación. Otros fueron condenados a largas sentencias en prisiones federales, entre ellos, Pedro Albizu Campos, quien sólo fue liberado cuando estaba al borde de la muerte.

Año tras año los patriotas denunciaron la farsa y reclamaron la solidaridad internacional pero su reclamo parecía encarar la sordera universal.

Entretanto la ONU fue cambiando. A ella entraron decenas de países, de África, Asia, el Caribe y Oceanía, provenientes de un proceso que desmanteló a los viejos imperios coloniales. A casi todos. Washington se las arregló para seguir practicando el colonialismo como si nada hubiese ocurrido en el mundo.

La ONU adoptó en 1960 la Declaración 1514 (XV) proclamando el derecho inalienable a la independencia de todos los pueblos aun sometidos al dominio foráneo y estableciendo la obligación de las potencias coloniales a transferirles el poder para que pudiesen disfrutar de “una independencia y libertad absoluta”.

Desde la creación del Comité Especial de la ONU encargado de aplicar esa Declaración los boricuas trataron de ser escuchados. No lo lograron hasta 1973. A partir de ahí cada año el Comité aprobó resoluciones que, siempre adoptadas también por la Asamblea, le reconocieron a Puerto Rico ese derecho y exhortaron a Estados Unidos a actuar en consecuencia. Washington tercamente insistió en que el asunto había sido resuelto con la creación del “estado libre asociado”. Este año, en la discusión del Comité, participaron los representantes de todos los sectores puertorriqueños absolutamente, sin excepción, incluyendo al actual Gobernador de la isla y a quienes abogan por su anexión a los Estados Unidos y todos, sin excluir a alguno, admitieron que es una situación colonial que debe ser resuelta con urgencia y de acuerdo con el mandato de la ONU.

Una cuestión gravitaba sobre este debate. La crisis económica de la isla, consecuencia del fracaso del modelo económico que se le impuso, había conducido a una deuda colosal y la insolvencia. Las autoridades locales quisieron encontrar remedios por sí mismas imaginando que tenían capacidad para hacerlo pues así lo sugería el viejo mito. Ensayaron también, inútilmente, que se les permitiese acogerse a los procedimientos de bancarrota como hizo, por ejemplo, Detroit.

Pero en pocos días fueron obligadas a despertar. La Corte Suprema, el Congreso y la Administración norteamericana solemnemente y en términos inequívocos dijeron lo que los patriotas nunca se cansaron de denunciar: Puerto Rico carece de soberanía propia y está sujeta completamente a los poderes de Washington, o sea, es una posesión norteamericana, un territorio colonial. Para colmo el Presidente Obama sancionó una ley que crea una Junta de Control Fiscal que se ocupará de cobrar la deuda y dirigirá las finanzas y la economía puertorriqueñas. Los siete miembros de la Junta serán designados por Washington. Sin contar para nada con el imaginario “socio” le despojaron de sus escasos atributos. Como era de suponer la situación ha generado un rechazo unánime. El telón finalmente ha caído sobre la farsa del “estado libre asociado”.

Dando muestras de altura y generosidad las fuerzas independentistas han propuesto una salida posible. Por su iniciativa, además de la Resolución anual, el Comité aprobó por unanimidad un Acuerdo especial encargando a su Presidente emprender sus buenos oficios para promover un diálogo entre Washington y quienes buscan la descolonización con el fin de resolver este caso conforme a lo que la ONU ha demandado por muchos años ya. Obama tiene la palabra.

MIÉRCOLES 27 DE JULIO DE 2016 – COMCOSUR

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5) Almagro, la OEA, Venezuela y un puñado de dólares
Rubén Armendáriz (Sur y Sur)

Si durante los años que fue canciller uruguayo poca gente lo llegó a conocer, desde que desembarcó en la secretaría general de la OEA, Luis Almagro estuvo acaparando titulares en la prensa. Claro, pocos de ellos halagüeños. Si siendo canciller se opuso al ingreso de Venezuela en el Mercosur, pese a la decisión de todos los presidentes de los países del bloque, entre ellos el de su país, José Mujica, su “problema personal” con el país caribeño siguió creciendo en Washington.

No pocos han denunciado la actitud injerencista de Almagro, pasando por encima de todas las formas y reglamentos del acuerdo panamericano, siguiendo –aparentemente- el guión escrito en el Departamento de Estado estadounidense para socavar la revolución bolivariana, a la que no han podido derrocar por la fuerza, pese a los intentos y esfueros desestabilizadores por 15 años.

Desde el Vaticano indican que fue realmente Almagro, con su agresiva política antibolivariana, que impidió el diálogo del gobierno de Nicolás Maduro con la oposición, alentado por la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) –con la mediación de tres ex presidentes- e impulsado por el papa Francisco.

Su sucesor en la cancillería uruguaya, Rodolfo Nin Novoa, señaló esta semana en el Senado de su país que para aplicar el protocolo de Ushuaia “tiene que haber una ruptura institucional”, y añadió que Uruguay “no considera” que exista este escenario en Venezuela. No cabe dudas que Almagro se ha extralimitado en sus funciones. Más allá de eso, no cabe dudas que no solo está actuando bajo presión, sino también contra reloj.

Algunos de los que trabajaban (ya no) con Almagro en la OEA señalan que más allá de posiciones ideológicas, la activación de la Carta Democrática de la OEA para sancionar el gobierno venezolano, tiene precio y límite de tiempo. Hay un puñado de dólares (bueno, se habla de un millón) por el “trabajito” y la fecha límite es la de las elecciones presidenciales estadounidenses.oea asamblea

Esto explicaría el desatino, el apuro, la desesperación de Almagro, que no desaprovecha ninguna cámara de televisión, micrófono de radio, fotógrafos de prensa, para que perdure en el imaginario colectivo y en sus patrocinadores que él sigue en su cruzada, aunque la mayoría de los países no estén de acuerdo con ella.

Almagro tiene pocos defensores, y no porque no haya algunos gobiernos que sí quieren el fracaso de la revolución bolivariana, sino porque su posición no tiene asidero ni jurídico ni reglamentario, y mucho menos diplomático o político. Varios de los integrantes de su gabinete en la OEA, prefirieron hacer mutis por el foro.

Junto a él siguen alineados los dirigentes de ls oposición venezolana, sobre todo aquellos de las posiciones más radicales, los que siguen soñando con vías cruentas o una invasión estadounidense para terminar con el chavismo.

El presidente de la unicameral Asamblea Nacional venezolana, el opositor Henry Ramos Allup tuvo su momento de gloria en los selfies de la OEA, pero ahora su presencia junto al cruzado uruguayo fue reemplazada por los diputados Luis florido (de Voluntad Popular) y William Dávila (de Acción Democrática), presidente y miembro de la comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea, respectivamente.

Precisamente, Florido –presidente de la empresa Servifood Este y vic de Inversiones Caribe 2005-ha sido el principal protagonista de los conciliábulos entre los asambleístas opositores venezolanos y Almagro, para buscar las formas de imponer la Carta Democrática.

Florido es un hombre con muy buenas relaciones en Estados Unidos. A fines de abril realizó una gira por el país del norte, cuando fue recibido en el Senado por Ed Royce, representante de la comision de Politica Exterior, y por los senadores cubano-estadounidenses Marco Rubio y Bob Menéndez. Tras estos encuentros Florido se reunió con Almagro para ponerlo a tono con el nuevo guión y solicitarle el apoyo de la OEA para impulsar el referendo revocatorio del mandato del presidente consitucional Nicolás Maduro.

Un viaje Florido

El viaje de la misión que encabezaba Florido en Washington –supuestamente para denunciar una “crisis humanitaria” en Venezuela-fue preparada y supervisada por Brian Naranjo, actual ministro consejero de la embajada estadounidense en Caracas, quien les coordinó el recibimiento (y las fotos) en el Senado y los encuentros con Royce, Rubio y Menéndez, previo a la reunión con Almagro.

Lo cierto es que el esfuerzo no se limitó a Washington. Durante marzo, abril y mayo los dirigentes opositores venezolanos viajaron por Brasil, Uruguay, Paraguay, México y Canadá (aun cuando se sentían “como en casa” en Miami), buscando un futuro apoyo de la derecha regional en el marco de la OEA.

Tres semanas después de ese encuentro en la capital estadounidense, el 19 de mayo Almagro y Florido volvieron a encontrarse en Washington, ocasión en la que el diputado venezolano le entregó formalmente la solicitud de la Asamblea Nacional con los supuestos elementos por los que exigían la invocación de la Carta Democrática. A partir de este informe, Almagro elaboró su informe, presentado en la sesión extraordinaria de la OEA del 23 de junio.

Ya iba en camino al premio, se allanaba el camino para que Almagro –a esa altura “divorciado” de Pepe Mujica y criticado hasta por el actual presidente uruguayo Tabaré Vázquez- pudiera ver más cerca el puñado de recursos prometidos.

El puñado de dólares le sigue siendo esquivo, por ahora. Aun cuando Almagro y la oposicion fracasaron en su intento de aprobar la aplicación de la Carta Democrática, florido ha coherente: públicamente continuó exhortando a la OEA y en particular a Almagro de no desistir en el empeño de activar la Carta y se apruebe el referendo revocatorio, como una vía efectiva para presionar al gobierno de Maduro.

Ay, el asesor argentino Gustavo Cinosi

Pero no todo es política ni siempre están disfrazados de defensores de la democracia y las libertades, porque en esas visitas periódicas a Washington, Florido y Dávila aprovecharon para coordinar las acciones con un sorprendente asesor de Almagro – Senior Advisor-, el empresario argentino Gustavo Cinossi.

Este personaje, quien ocupó algunos espacios en la prensa de su país siempre vinculado a escándalos financieros, es el puente de los opositores venezolanos con el secretario general de la OEA. A través de Cinossi, Almagro conoce de segunda mano todo lo que sucede en Veneuela –versión opositora, claro- y las acciones que emprende la desunida Mesa de Unidad Democrática para presionar por la realización del revocatorio y liquidar al gobierno de Maduro.

“En los noventa tenía un taller que hacía stands para exposiciones de supermercadistas. Se las arreglaba para viajar a ferias internacionales, supo tenderle la mano a Luis Pagani, de Arcor, acercarse a Alfredo Coto y luego ligarse a Juan Mirenna para desembarcar en el Sheraton Pilar, donde tiene sólo el 5% de las acciones”, añade.

Sin dudas, mantener buenos vínculos con gente de poder en el país y en el exterior es el mayor capital de este hombre de 50 años quien tenía en el Sheraton de la ciudad bonaerense de Pilar su base de operaciones donde recibía a figuras del mundo de los negocios, la Justicia, la diplomacia y hasta el propio Carlos “Chino” Zannini, ex secretario privado de la presidencia argentina y candidato a vicepresidente en las últimas elecciones.

Participa de un hotel Sheraton en la ciudad de Tucumán y tiene un yate con bandera panameña en Uruguay, en el que se sacaba fotos con empresarios, políticos… (¿Habrá alguna con Almagro, también?)

Perfil recuerdas que tuvo muy buena llegada con embajadores, como la estadounidense Vilma Martínez y el consejero político Jeff Brown, entre otros, desde donde fue tejiendo vínculos con el Departamento de Estado. “ Los que no lo quieren deslizan que hasta puede ser agente de la CIA”, añade..

Cinosi fue parte de una sociedad que organizó la logística de la Cumbre de las Américas en Mar del Plata en 2005, con la presencia del presidente estadounidense George Bush y donde fue sorprendido con el No al ALCA. En 2008 se lo vincula a intento de operaciones petroleras en Venezuela, y hasta apareció en crónicas de la causa de lavado de dinero en la que investigan al empresario Lázaro Báez.

Cinossi ha intentado hacer negocios petroleros con Venezuela, recuerda el diario Perfil, e incluso trató de presionar al representante de la empresa estatal venezolana en la Argentina, con una foto sacada a éste y su acompañante, su Porsche y el fondo del Sheraton Pilar…

En 2008 fue allanada su residencia por la justicia, que investigaba el tráfico de efedrina y sus relaciones con un triple crimen y los grandes carteles de droga de México. Amante de los autos y corredor de fórmulas deportivas (suele pasearse en un Porsche Carrera) fue nombrado por Almagro como asesor de Asuntos Institucionales y responsable del diálogo interreligioso y presentado como “empresario argentino de amplia trayectoria en el ámbito interamericano”. ¿Quién le hizo el guión?
¿Será todo por un puñado de dólares?
*Investigador del Observatorio en Comunicación y Democracia

MIÉRCOLES 27 DE JULIO DE 2016 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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