COMCOSUR INFORMA
AÑO 14 – No. 1536 / martes 01 de abril de 2014
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
Selección y producción:
Beatriz Alonso y Carlos Casares
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ARGENTINA: Eduardo Abeleira, Luis Sabini y Claudia Korol (Buenos
Aires)
BRASIL: Carlos O. Catalogne y Jorge Rossi Rebufello (Porto Alegre)
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno),
Pablo Alfano (Montevideo)
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” La patria que construimos es una donde quepan todos los pueblos y
sus lenguas, que todos los pasos la caminen, que todos la rían, que
la amanezcan todos.” SUB COMANDANTE MARCOS
«Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo
se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto
hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.» RADIO VENCEREMOS
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NOTICIAS
ARGENTINA
1) UNA CONFESIÓN Y UN NUEVO GRUPO DE TAREAS
La declaración de un militar en un expediente interno permitió
descubrir el accionar de la SOE en campo de mayo. En un reclamo
administrativo, un militar narró cómo le ordenaban matar a los
prisioneros, inyectarles una droga mortal y envolver los cuerpos en
nylon para ser arrojados al río. A partir de ese documento se
reconstruyó de qué manera operaba la Sección de Operaciones
Especiales de Campo de Mayo, que participó en la represión de la
Contraofensiva. / Alejandra Dandan y Victoria Ginzberg
2) DOCUMENTO SOBRE LA CONTRAOFENSIVA
Una pieza del rompecabezas. Cada papel es como una pieza de un
rompecabezas. Una porción que cobra sentido en el contexto y, aunque
en forma aislada pueda parecer no decir mucho, puede ser revelador si
se juntan los pedazos. /Alejandra Dandan y Victoria Ginzberg
3) LOS REPRESORES, LAS VICTIMAS
Avance de la causa. La causa Contraofensiva está a cargo de la jueza
federal Alicia Vence de San Martín y de la fiscalía de Miguel Angel
Blanco García. /Alejandra Dandan
4) ESCUELA DE FORMACIÓN POLÍTICA-TÉCNICA EN AGROECOLOGÍA
Más de 100 jóvenes de 6 provincias del país inician el proceso de
formación colectiva en la Escuela de Agroecología que el Movimiento
Campesino de Santiago del Estero impulsa desde el año 2007. /MOCASE
ECUADOR – PALESTINA
1) ECUADOR CONVOCA A PALESTINA Y A LAS NACIONES UNIDAS
REUNIÓN INTERNACIONAL SOBRE LA CUESTIÓN DE PALESTINA
El apoyo de los países de América Latina y el Caribe a encontrar un
acuerdo amplio, justo y duradero sobre la cuestión de Palestina,
constituye la principal temática del evento que se realizará los
próximos 25 y 26 de marzo en Quito, Ecuador. También estará en el
centro del debate el rol de los actores no gubernamentales en la
región para lograr ese objetivo. / Sergio Ferrari
PARAGUAY
1) RECLAMO AL PRESIDENTE MANUEL CARTES
Por la presente, quienes suscriben, residentes paraguayos y personas y
organizaciones, de la República Oriental del Uruguay, requieren de
usted y de su gobierno, atender las principales demandas del pueblo
paraguayo movilizado. / FUCVAM
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TEMAS DE COMCOSUR
I. GUANTANAMO
ANTE LA DECISIÓN DE URUGUAY SOBRE LOS PRISIONEROS DE GUANTÁNAMO /
CRYSOL
II. AGRICULTURA FAMILIAR
II CAMPAÑA DE SENSIBILIZACIÓN PARA EL AÑO INTERNACIONAL DE LA
AGRICULTURA FAMILIAR
En el contexto del Año Internacional de la Agricultura Familiar 2014
(AIAF), la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) ha unido
sus fuerzas con la FAO para lanzar una campaña de sensibilización
dirigida a las asociaciones de campesinos y la población rural.
/AMARC
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NOTICIAS
ARGENTINA
1) UNA CONFESIÓN Y UN NUEVO GRUPO DE TAREAS
La declaración de un militar en un expediente interno permitió
descubrir el accionar de la SOE en campo de mayo. En un reclamo
administrativo, un militar narró cómo le ordenaban matar a los
prisioneros, inyectarles una droga mortal y envolver los cuerpos en
nylon para ser arrojados al río. A partir de ese documento se
reconstruyó de qué manera operaba la Sección de Operaciones
Especiales de Campo de Mayo, que participó en la represión de la
Contraofensiva.
Por Alejandra Dandan y Victoria Ginzberg / Página 12 (Argentina)
17.03.2014
“Las prácticas concretas que afectan al suscripto (…) están
referidas virtualmente al método ordenado para la ejecución física
de los subversivos prisioneros, los cuales sin ningún tipo de juicio
de defensa, se me ordenaba matarlos a través de los distintos
médicos a mis órdenes con inyecciones mortales de la droga Ketalar.
Luego los cuerpos eran envueltos en nylon y preparados para ser
arrojados de los aviones Fiat G 22 o helicópteros al Río de la
Plata. Dichas máquinas partían en horarios nocturnos desde el
batallón de aviación del ejército seiscientos uno (601). Las
ejecuciones o asesinatos llevados a cabo por este método fueron
cincuenta y tres, siendo cuatro de ellos extranjeros. Otro método de
ejecución fue el fusilamiento ordenado por el comandante de
Institutos Militares con la presencia de los directores de las
distintas escuelas de armas y otros institutos para que dichos
oficiales superiores adquieran una responsabilidad comprometedora al
avalar con su presencia esta práctica aberrante.” La confesión
pertenece al represor Eduardo Francisco Stigliano. No fue hecha en la
Justicia, sino que figura en un reclamo administrativo ante el
Ejército. Fue uno de los hallazgos que dejó el trabajo de
reconstrucción que está realizando la Dirección Nacional de
Derechos Humanos del Ministerio de Defensa. El documento es una prueba
fundamental en el juicio que se está realizando por el asesinato y
desaparición de quienes participaron de la Contraofensiva. Y es
importante porque aportó detalles en primera persona sobre delitos de
lesa humanidad, confirmó que en Campo de Mayo se concentró el
accionar represivo a los miembros de la organización Montoneros que
regresaron al país entre 1979 y 1980 y, además, fue clave para
identificar a un grupo de tareas hasta el momento desconocido: la SOE
(Sección de Operaciones Especiales de la guarnición de Campo de
Mayo).
Los familiares de las víctimas reclaman ahora que la jueza Alicia
Vence llame a declarar a los represores que salieron a la luz a partir
de esa investigación, que son varias decenas. Vence convocó en las
últimas semanas a trece integrantes del Ejército, cuadros medios y
superiores. Hasta el momento quedaron bajo arresto domiciliario cinco
acusados, entre ellos, Ricardo Pianta, ex jefe del Ejército durante
el gobierno de Raúl Alfonsín y jefe de Operaciones del Estado Mayor
del Comando de Institutos Militares en los años que abarca este
expediente; Raúl Muñoz, ex intendente interventor de Florencio
Varela y jefe del Departamento Personal del Estado Mayor entre 1980 y
1982, y Roberto Dambrosi, ex jefe de la Compañía de Actividad
Psicológica del Batallón 601.
El martes, el juzgado retomará la actividad con la indagatoria de
Marcelo Cinto Corteaux, ex jefe de la primera sección del Ejército
del 201 de Inteligencia del Estado Mayor del Comando de Institutos
Militares. Las querellas integradas por hijos de los militantes,
sobrevivientes, madres o hermanas se alegran por los avances pero
entienden que son un primer paso. Hace meses, entregaron a la Justicia
decenas de nombres integrantes de las patotas, cuadros medios e
inferiores con responsabilidad en la acción directa. Los datos
provienen de una reconstrucción casi arqueológica realizada por
familiares y distintas agencias del Estado abocadas a las políticas
de desclasificación y análisis de los archivos de las Fuerzas
Armadas. Los familiares encontraron en los archivos documentación que
confirma hipótesis supuestas desde hace treinta años o piezas del
rompecabezas que todavía faltaban.
Uno de los primeros documentos importantes fue el expediente por el
trámite de salud de Stigliano. El 17 de octubre de 1991, el teniente
coronel hizo su descargo sobre su trastorno de salud –“una especie
de neurosis con síndrome violento”– en su domicilio, ante un
oficial de la Brigada de Caballería Blindada Dos de Entre Ríos, que
se trasladó hasta su casa. Stigliano tenía en ese momento 48 años.
Había sido jefe de la Sección de Operaciones Especiales (SOE) de
Campo de Mayo y había recibido una condecoración del entonces jefe
del Comando de Institutos Militares Cristino Nicolaides, “por su
lucha contra la delincuencia terrorista”. Es en ese trámite donde
describe cómo le ordenaron ejecutar prisioneros indefensos y
arrojarlos vivos al Río de la Plata. El testimonio, con el que el
militar pretendía conseguir un retiro anticipado por las secuelas que
le había dejado “la lucha contra la subversión”, se encontró
entre 2006 y 2007. Allí, el militar afirma tener “pesadillas en
forma permanente, relacionadas con las actividades que, como jefe de
la Sección Operaciones Especiales de la guarnición militar de Campo
de Mayo, se me ordenaron ejecutar y que constituyeron violaciones
flagrantes a la Constitución, las leyes y reglamentos militares, toda
vez que se identificaron con las prácticas más aberrantes que se
puedan concebir, en relación al respeto básico de los derechos del
prisionero de guerra consagrados en los Convenios de Ginebra, el
derecho internacional de guerra y otras leyes que rigen el orden
internacional”.
En su escrito, Stigliano argumenta que “sufre una especie de
neurosis con síndrome violento” y que tiene “un impulso
irrefrenable de venganza hacia quienes lo llevaron a esta situación,
‘combatientes de escritorio’, que mientras nos ordenaban asesinar,
ellos se preocupaban por el mantenimiento de sus prebendas y de los
mal llamados botines de guerra”. Stigliano relató también una
visita del general Leopoldo Fortunato Galtieri a “un campo de
prisioneros borrado oportunamente” dentro del ámbito de Campo de
Mayo y amenazó con difundir la lista de las víctimas, las
matrículas de los aviones usados en los vuelos de la muerte, los
nombres de los gendarmes que vigilaron a los prisioneros y del
personal que fue testigo de “los fusilamientos y otras formas de
ejecución”. En ese sentido, advertía que si le sucedía
“cualquier evento natural o traumático”, la información que
estaba a resguardo en “dos sobres lacrados en la caja fuerte de un
estudio jurídico” sería revelada.
Stigliano murió poco después de hacer este reclamo. Cuando su legajo
y los valiosos datos que contenían fueron advertidos por el
Ministerio de Defensa, se ordenaron allanamientos a su casa en Entre
Ríos y los estudios jurídicos involucrados, pero no se encontró
ninguna documentación en la que figuraran los nombres de las
víctimas o las matrículas de los aviones que se usaron para
asesinarlas.
Campo de Mayo
El juez Ariel Lijo condenó en 2007 a una decena de represores del 601
–Nicolaides, Jorge Luis Arias Duval, Pascual Omar Guerrieri y
Santiago Manuel Hoya, entre otros– en una causa en la que se
ventiló la responsabilidad del 601 en la represión de la
Contraofensiva y que involucró a seis víctimas. El expediente que
tiene a su cargo Vence, que abarca a 85 víctimas, intenta reunir a
todos los sectores y responsables que intervinieron y reconstruir y
entender el episodio completo. De acuerdo con la información obtenida
hasta ahora se desprende que la persecución del grupo de la
Contraofensiva fue realizada por dos estructuras del Ejército: el
Batallón de Inteligencia 601, que desde 1978 estaba en Campo de Mayo
(y de la que dependía el 201, de Inteligencia de Campo de Cayo) y la
SOE (Sección de Operaciones Especiales) del Comando de Institutos
Militares. El 601 trabajaba en las persecuciones al exterior (Brasil,
Europa) y hacia adentro hacía el “trabajo” la SOE.
El hallazgo del trámite administrativo de Stigliano permitió
comenzar a reconstruir la Sección Operaciones Especiales (SOE), que
era casi una estructura fantasma, porque hasta ese momento no
aparecía asentada como parte del organigrama de Campo de Mayo. El
año pasado, Página/12 dio cuenta del trabajo de reconstrucción que
realizó en los últimos años la Dirección Nacional de Derechos
Humanos del Ministerio de Defensa, a cargo de Stella Segado. En ese
momento se dijo que la SOE se había creado en el Comando de
Institutos Militares, que era una institución educativa y no de
combate. La Orden Parcial 405-76 de mayo de 1976 incorpora este lugar
a la zonificación militar, nombrándola como “Zona 4”. En esta
zona tomó cuerpo una estructura de inteligencia ad hoc que por falta
de personal debió nutrirse de las distintas Escuelas del Comando de
Institutos. Estos oficiales integraron la Sección Operaciones
Especiales, la SOE, que en criollo era un grupo de tareas. La mayor
parte de sus miembros estuvieron en el SOE sólo de modo transitorio.
Permanecían dos o tres meses en “comisión de servicios” y
solamente iban a hacer tareas operativas. El área estuvo comandado
por el capitán Martín “El Toro” Rodríguez y a partir de 1979
por Stigliano. De acuerdo con la reconstrucción que hizo el
Ministerio de Defensa, es posible que en cada etapa de la SOE haya
habido unas 20 o 30 personas que rotaban cada dos o tres meses. De
esta manera, los “operativos” que estuvieron involucrados en los
dos años que se investigan en la causa son varias decenas.
La patota
En el legajo de Stigliano figura un reclamo por una herida. Eso fue
fundamental para vincularlo directamente con los secuestros de la
Contraofensiva. El 17 de septiembre de 1979 fueron asesinados en Munro
y en una emboscada dos integrantes de la conducción nacional de
Montoneros: Armando Croatto y Horacio Mendizábal. Habían vuelto al
país en el marco de la primera Contraofensiva y la patota llevó a
una cita a Jesús María Luján, el “Gallego Willy”, que ya estaba
secuestrado. Cuando los vio, salió del auto, les gritó que era una
cita cantada y se armó un tiroteo. Stigliano estaba ahí y terminó
herido. En su legajo se asentó entonces la felicitación de
Nicolaides por el mérito al combate. A partir de esa mención,
Defensa comenzó a buscar los nombres de quienes habían recibido la
misma buena nota. Sabían que podían ser 30 o 25 porque en el legajo
de Stigliano aparecía en lápiz un “1sobre25”. En Defensa dicen
que en ese momento se dieron cuenta de que a Nicolaides le encargaba
felicitar a su gente, lo hacía frente a cada operativo y eso
facilitó la tarea. Además, la relación de Stigliano con la
Contraofensiva estaba confirmada por un viejo testimonio de una
sobreviviente en la Conadep. Ella indicaba que él le levantó la
capucha y que le tomó “declaración”. Con esos datos comenzó la
reconstrucción de la SOE. Fueron encontrando integrantes de
Gendarmería, del Servicio Penitenciario Federal, o sea, que el grupo
de tareas estaba formado por fuerzas conjuntas. De allí sacaron la
lista de decenas de imputados que tiene ahora la jueza.
La otra pata represiva en esta causa está integrada por el 601, lo
que se conoce como el “grupo Hoya” y que fue en parte investigada
por el juez Lijo. Pero los querellantes descubrieron que quienes
trabajaban con Hoya podían ser más de veinte y aspiran a que se
profundice esta línea en el expediente de Vence.
“Hicimos un trabajo de investigación y van surgiendo
responsabilidades. Tenemos sospechas, testimonios. Ahora falta el
trabajo de la jueza y la fiscalía”, señaló a Página/12 Florencia
Tajes Albani, hermana de Daniel Crosta, desaparecido en septiembre de
1979. “Queremos que la jueza llame a todos y que no desguace la
causa, que arme una megacausa”, agregó en el mismo sentido Daniel
Cabezas, sobreviviente y hermano de Gustavo, secuestrado en 1976 por
un grupo de la escuela de comunicaciones de Campo de Mayo. El abogado
Pablo Llonto, representante de los familiares de las víctimas, cree
que “lo que hizo la jueza hasta ahora es importante y estamos
conformes, pero sabemos que son más y no podemos sino hacer los
deberes para que todos los genocidas vayan a la cárcel. Los
querellantes esperan el segundo paso, que sería la indagatoria a
todos los involucrados”.
Alejandra Dandan y Victoria Ginzberg / Página 12 (Argentina) /
Amarelle
COMCOSUR INFORMA Nº 1536 – 01/04/2014
2) DOCUMENTO SOBRE LA CONTRAOFENSIVA
Una pieza del rompecabezas
Por Alejandra Dandan y Victoria Ginzberg (Pagina 12) 17.03.2014
Cada papel es como una pieza de un rompecabezas. Una porción que
cobra sentido en el contexto y, aunque en forma aislada pueda parecer
no decir mucho, puede ser revelador si se juntan los pedazos.
En este caso, la pieza es un cable que forma parte de los documentos
que se están desclasificando del archivo histórico de la
Cancillería y que contiene la mayor parte de las comunicaciones que
los embajadores de la dictadura en el exterior mandaban a Buenos Aires
para comentar o dar cuenta de información periodística que aparecía
en diarios del exterior, conversaciones que tenían con representantes
de otros gobiernos, denuncias que les hacían, contactos con policías
o militares de otros países.
“Los embajadores funcionaban como ‘agentes de información’ de
todo lo que para ellos estaba vinculado con las denuncias sobre
violaciones a los derechos humanos”, explicó Pablo Llonto.
Este documento, aportado por el Equipo Argentino de Antropología
Forense, fue elaborado por la policía de Brasil sobre integrantes de
la Contraofensiva secuestrados en Perú. Hasta ese momento se suponía
que por lo menos a cuatro de ellos los podrían haber matado en
Bolivia, pero este documento señala que entraron con vida a Brasil.
En ese grupo está Noemí de Molfino, que era madre de Plaza de Mayo.
Su hija Marcela y su pareja, Guillermo Amarilla, fueron secuestrados
en octubre de 1979. Marcela estaba embarazada y dio a luz a un varón
que recuperó su identidad tras acercarse por iniciativa propia a
Abuelas de Plaza de Mayo. En 1980, Noemí viajó a Perú, donde fue
secuestrada junto a otras tres personas. Pero su cuerpo apareció 60
días después en la habitación de un hotel en Madrid, para intentar
armar una falsa historia de suicidio. Hasta ahora, se sabía del
secuestro en Perú y que el grupo había sido llevado a Bolivia. Ahora
se conoce que también estuvieron en Brasil. Falta dilucidar, entre
otras cosas, si antes de que Noemí Molfino fuera llevada a España
pasó por Buenos Aires (posiblemente Campo de Mayo), una hipótesis
que se sostiene porque cuando apareció muerta tenía ropa nueva con
etiquetas argentinas.
Alejandra Dandan y Victoria Ginzberg (Pagina 12) / Amarelle
COMCOSUR INFORMA Nº 1536 – 01/04/2014
3) LOS REPRESORES, LAS VICTIMAS
Avance de la causa
Por Alejandra Dandan (Página 12)
La causa Contraofensiva está a cargo de la jueza federal Alicia Vence
de San Martín y de la fiscalía de Miguel Angel Blanco García. Es la
segunda etapa de una investigación más acotada que llevó adelante
en Capital Federal el juez Ariel Lijo y concluyó en 2007 con una
docena de militares condenados, con la reconstrucción de lo que
sucedió con seis de las víctimas y con el centro de las
responsabilidades puesto en el Ejército, y especialmente en el
Batallón de Inteligencia 601.
La nueva causa de San Martín debería avanzar ahora con todo lo que
aquella otra causa judicial dejó afuera: sobre todo, la
investigación de la totalidad de represores responsables y la
búsqueda de justicia para la totalidad de las víctimas, una cifra
sobre la que aún no hay datos definitivos y hasta ahora reúne unos
100 nombres, 85 de los cuales están desaparecidas o fueron
asesinados.
“Este agrupamiento de las víctimas es muy importante”, dice Pablo
Llonto, abogado por la querella. “La cuestión positiva del juzgado
es que agrupó a las víctimas, por lo cual se deja de lado el tema de
fraccionar la causa por casos. Todos están en una causa. Y se empezó
de hecho a indagar a los primeros represores por la mayor parte de
ellos, en algunos casos por los 85 y en otros por menos, de acuerdo
con los años de servicio. Esta es la primera vez que hay una
agrupamiento de estas características en San Martín, es importante y
hay que decirlo. También hay que decir que hasta el nacimiento de la
‘Comisión Contraofensiva’ –que nuclea a los querellantes– los
casos iban sueltos, había muy pocos agrupados y ese trabajo de las
querellas permitió unificarlos.”
El juzgado de Vence empezó con las indagatorias hace dos semanas.
Hasta ese momento nadie sabía en realidad si los casos iban a
terminar agrupados. Recién cuando el juzgado leyó los cargos a los
imputados, las querellas supieron que efectivamente el juzgado
decidió avanzar con esta lógica, que la transforma en una megacausa.
Este camino permite acumular las pruebas, pero además reconstruir los
grupos políticos, entender la circulación completa de los
militantes, de las caídas y de sus victimarios. Además del Batallón
601, investigado por Lijo, la querella está poniendo en este caso el
foco en otros sectores de responsables como el 201 de Campo de Mayo y
en el Instituto de Comando Militares, del que también dependía la
SOE (ver nota central). El reclamo más importante es que Campo de
Mayo concentró los operativos. Y están pidiendo indagatorias para
todos los integrantes de las patotas que lograron identificar.
Alejandra Dandan / Página 12 / Amarelle
COMCOSUR INFORMA Nº 1536 – 01/04/2014
4) ESCUELA DE FORMACIÓN POLÍTICA-TÉCNICA EN AGROECOLOGÍA
Más de 100 jóvenes de 6 provincias del país inician el proceso de
formación colectiva en la Escuela de Agroecología que el Movimiento
Campesino de Santiago del Estero impulsa desde el año 2007.
MOCASE
Hoy, 24 de Marzo en el día de la Memoria, la verdad y la Justicia, da
inicio la escuela de agroecología con la participación de más de
100 jóvenes de comunidades campesinas, indígenas y urbanas de Salta,
Jujuy, Chaco, Misiones, Bs As, Córdoba y de Santiago del Estero que
durante una semana convivirán, estudiarán y trabajarán en la sede e
instalaciones de la central, ubicada en Quimilí a unos 250 km al este
de la capital santiagueña.
Se dio la apertura con una mística y las palabras de bienvenida de
integrantes de la central campesina ashpa Sumaj, de militantes,
egresados y coordinadores de la Escuela de Agroecología.
“Cuando comenzamos en el 2007 este espacio de formación e
intercambio, compartir los saberes que traemos de las comunidades y de
los barrios fue un gran desafío, lo de hoy va a quedar en nuestra
memoria; creemos en ustedes, creemos en la formación que tenemos, que
van a hacer una nueva generación de jóvenes que van a impulsar esta
lucha de las banderas que venimos trayendo, desde la memoria de
nuestros abuelos, por que creemos en un mundo nuevo”, dijo Bruno del
Pueblo Originario Sanavirón, egresado y coordinador de la escuela.
“Un nuevo año de este espacio, para la coordinación de la escuela,
para todo el MOCASE es una semana importante, por la diversidad de
territorios que se han ido sumando, esto políticamente importante
para el movimiento nacional campesino indígena, estos espacios que
dan frutos, nos permiten conocer nuevas caras, nuevos proyectos que
nos fortalecen como persona, escuela y como organización”, dijo
Gonzalo joven egresado y coordinador de la Escuela.
El funcionamiento de la escuela es a base de los acuerdos de
convivencia y distribución de los colectivos de trabajo que
funcionarán durante el cuatrimestre así como los talleres prácticos
en Comunicación campesina indígena, sanidad animal, huerta
agroecológica y vivero forestal, construcción sustentable, energía
renovable, apicultura, agroindustria, entre otras.
Los colectivos de trabajo rescatan nombres de mártires de la lucha de
los pueblos. En este proceso de rescate y valoración de la memoria
histórica la escuela organiza un encuentro para el jueves 27 con la
presencia de compañeros y compañeras ex presos políticos durante la
última dictadura militar en Argentina, en el club juventud unida de
la ciudad de Quimilí.
Las organizaciones que conforman el MNCI CLOC VC, apostamos
estratégicamente a la formación de jóvenes, para multiplicar y
fortalecer las luchas por la soberanía alimentaria, por la reforma
agraria popular e integral.
La escuela de agroecología funciona con sistema de alternancia de una
semana al mes en aula, metodología necesaria por la realidad de las y
los jóvenes campesinos indígena y urbanos que viven en las
comunidades de su trabajo y propia producción.
Por otro lado, durante la misma semana funciona el espacio de
terminalidad de primaria. Ambas propuestas son atravesadas por el
método participativo de la educación popular.
Las y los jóvenes cumplen un ciclo de 3 años de formación en
técnico agroecólogos, para luego dar continuidad a su formación en
la Universidad Campesina UNICAM -SURI, ubicada en Villa Ojo de Agua.