1) Canadá: Victoria histórica para migrantes temporales
2) Kurdistán: “La lucha kurda es la revolución de las mujeres”
3) Guatemala: Entrevista A Liliana Hernández, Candidata a la Vicepresidencia Por El Partido Winaq
4) Perú: Máxima Acuña, la indígena que desafía a una multinacional
5) Isabel Allende: Resurge en Europa una extrema derecha
6) El lugar más peligroso para una mujer es el hogar
_____
COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 16 /No. 602 – Lunes 3 de junio de 2019 / Producción: Beatriz Alonso y Belén Itza / Apoyo técnico: Carlos Dárdano
_______
“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” Rosa Luxemburgo
_______
1) CANADÁ: VICTORIA HISTÓRICA PARA MIGRANTES TEMPORALES
Trabajadores y trabajadas de origen guatemalteco obtuvieron una conquista histórica para los derechos laborales de trabajadores extranjeros temporales en Canadá, y en el acceso a la protección social.
Las y los trabajadores agrícolas se encontraban en Canadá bajo un programa que les otorga un permiso de trabajo temporal, ligado exclusivamente a un empleador. Durante su estadía, sufrieron abusos y condiciones laborales precarias que los llevaron a buscar otro empleo siendo reclutados por otra empresa. Frente a esto, fueron acusados de violar las normas migratorias y puestos en detención por el sólo hecho de trabajar para un empleador diferente al cual habían obtenido su visa en Canadá.
Escuchar el audio: aler.org/index.php/node/5837
COMCOSUR MUJER Nº 602 – 03/06/2019
________
2) KURDISTÁN: “LA LUCHA KURDA ES LA REVOLUCIÓN DE LAS MUJERES”: MELIKE YASAR
Melike Yasar es miembro del Movimiento de Mujeres del Kurdistán. Lucha por que su pueblo sea reconocido como Estado y por que las mujeres tengan representación. Las kurdas fueron claves para derrotar al Estado Islámico. ¿Por qué?
Melike Yasar vive en Argentina y recorre la región para buscar que organizaciones y gobiernos reconozcan al pueblo kurdo. / Mauricio Alvarado
A Melike Yasar le gusta hablar de lucha. Pero no de lucha armada. Lo suyo y lo de millones de mujeres kurdas es más simbólico: quieren cambiar las sociedades patriarcales de Oriente Medio, que, amparadas en la religión, le dan un trato desigual a las mujeres. Melike Yasar vive en Argentina y recorre los países de América Latina explicando la historia de los kurdos, su pueblo, que ha sido no solo víctima de terribles matanzas sino de la lucha de intereses de Turquía, Irak, Irán y Siria.
¿Quiénes son los kurdos?
El pueblo kurdo es el más grande del mundo sin Estado nación y sin reconocimiento. Es uno de los pueblos originarios de Oriente Medio y su territorio está dividido entre cuatro países: Irán, Irak, Siria y Turquía. Veinte millones de kurdos viven en el este de Turquía, nueve millones o más en Irán, entre siete y ocho al norte de Irak y en el norte de Siria viven otros cinco millones, más tres millones en Europa y en otras partes del mundo. Somos más de 45 millones de kurdos en todo el mundo.
Si es un pueblo tan grande, con cultura e idioma propios, ¿por qué no son reconocidos?
Tiene que ver con la historia. En 1639 se dividieron por primera vez los kurdos geográficamente entre el imperio persa y el otomano. Pero la segunda división, en 1923, fue más grave, porque fue ideológica: les prohibieron su lengua, su cultura, su religión, perdieron su existencia como pueblo.
¿Cuál es el territorio que reclaman los kurdos?
El Kurdistán, un lugar estratégico lleno de riquezas como petróleo y agua, y por eso hay tantos intereses en esta zona. Los kurdos se ubicaron históricamente en el corazón de Mesopotamia, entre los ríos Éufrates y Tigris. Ellos aportaron, al igual que otros pueblos originarios, a la humanidad. Pero esta zona es estratégica para rediseñar Oriente Medio, algo a lo que siempre se opuso el pueblo kurdo con gran resistencia. Esa oposición llevó a la muerte de 90.000 personas en 1938; en 1988 el ataque químico de Sadam Hussein contra los kurdos acabó con miles, y en Siria no existíamos siquiera… Pero los kurdos hoy no queremos hablar de territorio y de masacres contra nuestro pueblo, sino de los aportes que han hecho y siguen haciendo.
Como en la lucha contra el Estado Islámico… ¿Cómo fue eso?
Claro, esa fue una posibilidad de que los kurdos lucháramos unidos. En Kobane (Siria) los kurdos fueron claves para detener al Estado Islámico. Allí llegaron kurdos de Irán, Turquía, Irak y los que estaban en Siria para detener el avance de este grupo. Hoy algunos kurdos quieren un gobierno autónomo, otros un territorio, pero la idea es unirnos y decidir qué queremos.
¿Cuál fue el papel de las mujeres en esta lucha? ¿Se las veía peleando contra el EI?
Sí, son famosas las imágenes de mujeres kurdas luchando contra el Estado Islámico. Pero todo esto comenzó con el movimiento Partido de los Trabajadores del Kurdistán, en Turquía (PPK), que logró algo fundamental: la transformación social a favor de las mujeres, de su liberación. Eso ocurrió en el norte de Siria, en donde copiaron esa ideología. Y a la vanguardia están las mujeres.
¿Cómo fue la participación de la mujer en la guerra contra el EI?
Imaginen a las mujeres en un contexto árabe, en una sociedad patriarcal, en donde el islam tienen un peso muy grande. Las mujeres no existían, pero son ellas las que empuñaron las armas y lucharon. ¿Cómo lo lograron? Después del ataque de los miembros del EI contra el pueblo kurdo-yazidí en 2014, decidieron organizarse. Los yazidíes han sufrido 74 genocidios y el EI se llevó a más de 5.000 mujeres y niñas, a las que vendieron como esclavas sexuales o mataron. Entonces ellas fueron liberadas por las mujeres kurdas. Y no solo ahí, desde el principio de la lucha contra el Estado Islámico las mujeres tuvieron un papel importante, incluso en la Primavera Árabe, ellas fueron claves. Para nosotras la lucha contra el Estado Islámico era una lucha contra el patriarcado.
¿Cómo?
Las kurdas elegimos el tercer camino: decidimos que no estábamos ni con el régimen ni con la coalición contra el régimen. Creamos algo nuevo. Las mujeres tomamos un papel cuando se formaban las unidades para defender el territorio. Hicimos el trabajo dentro de la sociedad: así, casa por casa, formamos a las mujeres, transformamos a una sociedad patriarcal. Y así logramos llegar a una posición: hoy las mujeres kurdas tienen representación en cada institución que se forma. También tienen organizaciones propias, solo de mujeres. Nuestra gran arma no es el Kalashnikov sino la organización autónoma. Después de 40 años, las kurdas no solo luchan contra el Estado Islámico. Eso es el 10 %, la lucha armada. El 90 % es la lucha dentro de la sociedad para cambiar la mentalidad y ganar espacios. Un militante del Estado Islámico decía: “Si una mujer me mata, no voy al paraíso”. Somos el peligro del EI, no solo por ser kurdas, sino por esa mentalidad que tienen contra las mujeres. Derrotamos al peor enemigo del mundo, pero es hora de reconocer la causa kurda.
¿Cómo es la sociedad kurda con las mujeres?
Los hombres saben que un Kurdistán libre empieza con la liberación de la mujer. Esos aspectos ideológicos de las sociedad kurda influyó en la sociedad. Ahora las familias tratan diferente a sus hijos. Los kurdos tratan siempre de unirse donde quiera que se encuentren. Siempre están organizados, pero con lo de la lucha femenina se presentó un cambio. Hoy tienes mujeres en política, ellas tienen sus propias organizaciones. Por ejemplo, hay criterios que han cambiado: un hombre que se case con dos mujeres no puede participar en ninguna forma organizativa. Son costumbres heredadas de la religión, nos han dicho que el Islam (el Corán) dice que un hombre puede tener cuatro mujeres. Pero hoy si eso pasa no se acepta. La sociedad ya no acepta eso. O si un hombre es violento con una mujer es expulsado.
¿Siguen luchando contra el Estado Islámico?
Sí, al norte de Siria. Para nosotras la lucha contra ellos es la lucha contra el patriarcado, no creemos que ellos representen ni un Estado ni la religión islámica. Luchamos contra la mentalidad que discrimina a las mujeres.
Después de su importante papel en la lucha contra el Estado Islámico, ¿qué buscan los kurdos?
Los kurdos siempre han sido una carta importante de juego para las potencias mundiales. Pero esta vez no queremos ser la carta que juegan: nosotros derrotamos al Estado Islámico, queremos que ahora reconozcan la causa kurda. Podemos sentarnos con cualquier fuerza en la mesa que nos permita hablar sobre nosotros y nuestro Estado.
Se hablaba de la del Estado Islámico era una guerra religiosa, ¿cuál es la religión de los kurdos?
El origen de los kurdos es musulmán sunita, pero después de la política de islamización de la región, algunos kurdos tomaron el zoroastrismo; por ejemplo, los yazidíes siguen esta creencia, esto no es una religión. Lo que hace el zoroastrismo gira en torno de los elementos fundamentales para la vida y de una vida ética.
¿Cómo resultas siendo representante de los kurdos en América Latina?
Soy miembro del Congreso Nacional del Kurdistán (CNK), es un cargo de elección popular y estoy en la cuota de las mujeres, que ocupan el 50% de los cargos. Represento también a las mujeres kurdas en América Latina, que en realidad no son muchas en esta región. La participación de las mujeres en la política Kurda es muy clave ahora. El CNK se formó en el exilio, pero vincula a todos los sectores, y el objetivo es la unión entre los kurdos. Lo que queremos ver en América Latina es aprender del movimiento de las mujeres revolucionarias acá y de los procesos de paz y reconciliación. Queremos relacionarnos con organizaciones sociales y los Gobiernos para buscar un reconocimiento del pueblo kurdo. Intercambiar experiencias más allá de la solidaridad.
¿Algún estado en América Latina ha reconocido al pueblo kurdo?
No, por ahora, no. Han sacado comunicados de respaldo pero a nivel de organizaciones. El trabajo apenas empieza. No queremos sólo llorar para que se nos reconozca, hablando de las tragedias que hemos sufrido, tenemos un proyecto para organizarnos y queremos presentarlo. Eso es importante.
El Espectador / COMCOSUR MUJER Nº 602 – 03/06/2019
____________
3) GUATEMALA: ENTREVISTA A LILIANA HERNÁNDEZ, CANDIDATA A LA VICEPRESIDENCIA POR EL PARTIDO WINAQ
Liliana Isabel Hernández Estrada, es una mujer maya originaria de Cantel, Quetzaltenango. Tiene 41 años y desde muy joven se involucró en las luchas sociales, indígenas, campesinas y en la defensa del territorio y los recursos de la madre tierra. Ha trabajado desde entonces, en distintas organizaciones a nivel nacional, pero también se ha proyectado a nivel internacional sin perder sus raíces y su vida comunitaria.
Desde niña fue descubriendo que Guatemala era un país en donde se tenían que esconder los libros, que la guerra trajo consigo hambre, pobreza, desplazamientos forzados y sobre todo falta de oportunidades para poder desarrollarse académicamente, sobre todo en el área rural. Esto no fue obstáculo para Liliana, con su esfuerzo y el de su familia logró graduarse de la universidad.
Actualmente es candidata a la vicepresidencia por el Movimiento Político Winaq, junto con el candidato a la presidencia Manuel Villacorta. Ambos han decidido emprender esta travesía con la intención de transformar el Estado de Guatemala desde las bases.
¿Cuál es su profesión y a qué se dedica?
Desde hace 11 años soy abogada y notaria por la Universida de San Carlos de Guatemala (USAC). Estudié una especialidad en proyectos sociales y una formación internacional de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Soy la primera mujer de mi familia que se gradúa a nivel universitario y la primera de la familia porque ni los hombres han tenido acceso a esta oportunidad.
Tengo cerca de 22 años de ser defensora de derechos humanos. He acompañado casos en la lucha por la tierra en conflictos agro ambientales y defensa de la tierra, y la denuncia a violaciones en derechos como el agua, el ambiente y saneamiento.
¿En qué áreas ha trabajado estos temas?
Trabajé como asesora legal en diferentes departamentos y diferentes problemáticas. Me he dedicado al apoyo de los pueblos en la defensa de los derechos sociales, económicos, culturales y colectivos de los pueblos indígenas que han sido violentados. He acompañado casos emblemáticos en la lucha por la defensa de la tierra, ahí empezó mi lucha más cercana con las comunidades.
¿Cómo y desde cuándo empieza su participación social?
Empecé desde muy jóven, en organizaciones comunitarias. En mi municipio participé en un grupo de jóvenes que se llamaba grupo Ecológico Albura. Trabajábamos por el medio ambiente. Siempre tuve la formación de mi padre, él fue político y nos informaba lo que pasaba en ese campo. Pero además, hay una historia familiar materna y paterna de despojo de tierras de ambas familias, en la que los abogados fueron los actores del robo. Estos eran aspectos que me preocupaban desde niña, y saber que habían limitaciones a la libertad de expresión, por ejemplo, cuando mi papá nos hablaba de temas políticos nos hacía la advertencia que nunca podíamos comentarlo.
Cuando yo tenía como cuatro años ví pasar frente a la casa, en la carretera, una tanqueta del ejército y le dije a mi papá, él me respondió ¡callate por que nos van a venir a matar! También en esa época de los ochentas, pude encontrar un lugar en donde mi papá tenía escondidos libros y revistas relacionados a la historia de Guatemala, periódicos con información de Rios Montt. No había libertad para poder leer, y por supueso que los libros no deberían de ser escondidos, pero yo tuve acceso a ellos y los leí.
Mi interés por la política surge a través de todo este recorrido, por diversas organizaciones, el conocimiento de la problemática agraria, el acompañamiento a comunidades que denunciaban violaciones a los derechos medioambientales. Al acompañarles a hacer la denuncia ante el Ministerio Público (MP), ante el Instituto Nacional de Bosques (INAB) y las diferentes instituciones que no daban respuestas. Decían que no había vehículos, que no constituía delito o que ya las pruebas no existían. También pude ver la indiferencia de los ministerios de no recibir a las comunidades, no querer hablar o no dar una respuesta y hasta culpando a las comunidades de lo que sucedía. A partir de ahí, y de una acumulación de denuncias sin que haya recibido una respuesta del Estado, logré concluir que era importante la participación política. Porque es tanto en el Congreso de la República donde se emiten las leyes, como del organismo Ejecutivo, en donde también se ejecuta y se pueden tomar decisiones respecto a cómo abordar la problemática del país, en donde yo claramente veía una problemática de exclusión social, un racismo y discriminación estructural. Por ejemplo, el presupuesto no era focalizado hacia esas áreas, sino que a favorecer empresas, a ciertas personas con empleos que no generaban ningún impacto favorable en el bien común de las comunidades.
¿Y con el sector justicia?
No era como lo pensé, como cuando estaba en la universidad. Pensé que ser un buen estudiante y plantear argumentos sustentados sobre la legislación nacional como instrumentos internacionales, era como suficiente para poder acudir a la justicia y que los jueces otorgaran lo que nosotros estábamos pretendiendo. No fueron precisamente los resultados que veía. O si bien teníamos una sentencia favorable no era ejecutada, porque en relación a derechos sociales, y el Estado siempre justificaba que no había supuesto, o que no era su rol, entonces esta indiferencia del Estado y la justificación de la falta de cumplimiento, hizo que llegara a la conclusión que era importante una participación política.
¿En ese momento decidió involucrarse políticamente con Winaq?
Buscaba participación política en un partido sólido, uno que tuviese una ideología coherente con esa justicia social a la que yo aspiraba. Hace 10 años me integré a este movimiento político cuando estaba fundándose, fui de las primeras personas afiliadas y reunimos firmas. La participación política empieza desde ahí, pero como militante ha sido difícil. Entonces formalmente o legalmente tuvimos esta participación con el partido en el tiempo que teníamos disponible. Mientras tanto yo continuaba con la participación social con las demandas de las comunidades.
¿Cuál es el caso más reciente que acompañó?
El caso más reciente es el acompañamiento a comunidades de la Costa Sur, (Mazatenango y Retalhuleu), por el desvío de los ríos, contaminación, secamiento de pozos y afectaciones por la quema de la caña de azúcar y el uso de agroquímicos.
¿Cuál ha sido su experiencia de trabajo con mujeres?
He acompañado capacitaciones y elaboración de planes estratégicos de incidencia en el área de Quetzaltenango. En esta región hice un estudio que concluyó con un plan estratégico sobre la participación política de las mujeres, determinando cuales son las facilidades y dificultades para la participación. Pude identificar que hay municipios en donde hay mucho machismo, pero otros en donde hay mayor organización de las mujeres. Por ejemplo Cantel, es en donde más organización de mujeres hay al rededor de actividades religiosas, económicas y con incidencia política.
Tuve también la oportunidad de trabajar como abogada y asesora para la Defensoría de la Mujer Indígena, una institución creada por los Acuerdos de Paz. Ten esta experiencie también tuve la oportunidad de conocer sobre la administración pública.
¿Porqué hacer binomio con Manuel Villacorta? ¿Cómo se complementan en el trabajo con los objetivos que cada uno tiene?
El Movimiento Político Winaq tuvo dos experiencias en elecciones pasadas. Tuvimos como candidata a la presidencia a una mujer indígena y vimos las actitudes de rechazo, discriminación y racismo muy fuertes. Eso causó el replantiamiento de los objetivos y la estrategia para ajustarnos a nuestros principios como Winaq. Como el respeto a la diversidad, a las relaciones armónicas entre hombres y mujeres y, siendo un movimiento que nació de grupos de líderes, personalidades y grupos de pueblos indígenas, era importante dar un giro a la mirada y no solamente pensar que Guatemala es solamente indígena. Sino que también estamos compuestos de cuatro pueblos, y es importante avanzar en ese sentido.
Hace unos cuatro años se dieron muchos discursos de odio y de discriminación hacia defensores de derechos humanos. Era el momento de hacer un llamado a la unidad nacional con alguien que también apoyara las luchas, la justicia social de los pueblos indígenas. Así conocimos a Manuel Villacorta, académico, periodista y pequeño empresario que estuvo de acuerdo someterse a una consulta desde las bases del partido y también hacerse acompañar por una persona mujer o mujer indígena. La combinación de ambos sale de las bases del partido. Yo nunca hubiera pensado en esta candidatura, pero sale el planteamiento de acompañar al Dr. Villacorta, de representar a las mujeres indígenas y fue una decisión que tomé, tomando en cuenta que estabamos en este contexto adverso de discriminación. Sabía además que tendría que sacrificar tiempo con mi familia, pero a la larga vale la pena, porque estamos abriendo brecha, motivando a más mujeres a que participen y que no veamos barreras.
¿En lo personal, qué retos implican ser candidata a la vicepresidencia?
En mi caso vencer limitaciones que como mujeres tenemos. El hecho de ser cabeza de familia y separarme de ellos por tanto tiempo no es fácil, ni tampoco es fácil desplazarme de mi pueblo hacia la ciudad capital. Además, enfrentarme a ese campo político que ya vemos que hay candidatos que llevan invertidos millones. Tenemos la confianza en cambiar el sistema político, desde la participación de las mujeres dentro de otra práctica política y otra forma de hacer campaña. Yo me siento orgullosa y satisfecha de haber aceptado este desafío.
¿Cuál fue la reacción de los demás al ver que usted era candidata?
Todo mundo se sorprendió, pero lo recibió con mucha esperanza y mucha alegría. Pude ver el efecto positivo a todo nivel en mi comunidad, en mi departamento y a nivel nacional, vi que todo mundo se sorprendía y eso me da mucha satisfacción.
¿Ha recibido ataques por se mujer indígena?
La primera muestra de ataque fue decirme que yo no era indígena, que yo estaba vestida de indígena. Es un prejuicio que se tiene de no aceptar ver a personas indígenas en estos cargos. Es un mensaje a la inversa de lo que le han dicho a mi colega, pero que también lleva ese prejuicio.
Otro comentario que tuve, fue que yo escribí en mi perfil de redes sociales que era importante conocer la historia y la ideología del partido, y hubo un comentario de una persona que me dijo: bueno que lástima que no estemos en México porque ahí se le quita la cabeza a quienes nos humillan. Claro, me di cuenta que era una expresión de amenaza.
También algunos entrevistadores me han preguntado directamente por qué siendo indígena me he postulado como vicepresidente. Cuando a muchos candidatos mestizos, de partidos de derecha que no han tenido ningún trabajo de tipo social nadie les hacen este tipo de cuestionamientos.
De esa manera he visto y percibido estas acciones de prejuicio, de discriminación y de intimidación. Siempre he sido una mujer que rompe esquemas y no me detengo ante actos de discriminación.
¿Cuál es el principal objetivo que tiene si logra llegar a la vicepresidencia?
Lo primero es la convocatoria al diálogo nacional. Para comenzar a trabajar una propuesta que nosotros tenemos, pero que necesitamos escuchar a los demás sectores. Para eso es importante tener un buen equipo en el gobierno, así que también haremos una revisión de la escala de calidades del personal y salarios. No podemos tener personal con salarios excesivamente altos mientras la población está sufriendo de hambre, eso es algo intolerante, empezando por mi persona y el equipo.
Hay que hacer la reestructura y remodernización del Estado y para eso se necesita ese diálogo nacional para iniciar la regionalización de la administración pública.
¿Tiene Winak una propuesta sobre femicidio, aborto, abuso infantil y protección a la niñez?
Si, esto está contemplado en los temas de seguridad. Son temas bastantes delicados sobre todo porque los entes investigadores tienen que tener ese enfoque de derechos, la perspectiva de género, que tiene que atravesar la investigación. Pero además de la investigación y el castigo a estos actos reprochables, es la prevención a través de la educación.
Tenemos previsto aumentar el fondo de salud pública y educación. Pero también revisar los contenidos, basados en que se disminuyan los niveles de machismo, de intolerancia, violencia y misoginia contra la mujer y contra las expresiones diferentes.
Nosotros siempre vamos a apoyar la vida, el proyecto de vida de las niñas, las decisones de las mujeres.
Cuando usted me habla de las decisiones de las mujeres y niñas, ¿Cuál es la posición de ustedes ante el tema del aborto?
Nos preocupa el embarazo en niñas. Nosotras estamos a favor de la vida de las niñas y en este tema, desde el ejecutivo vamos a trabajar la prevención de los embarazos.
Hay una gran tasa de niñas embarazadas a causa de abuso en el mismo núcleo familiar o vecinos, ¿cómo lo abordarían ustedes?
En ese caso la agenda legislativa va a apoyar la decisión que puedan tener los padres y madres en relación a la vida de la niña. Creemos que se debe discutir a profundidad y siempre vamos a apoyar a las niñas. Si se da el embarazo que sea su decisión, porque creemos que es importante decidir sobre su vida y su cuerpo.
¿Ustedes están abiertos a escuchar propuestas en temas por parte de la ciudadanía?
Claro, creemos que hay temas en los cuales estamos en plena disposición, sobre todo si se trata de la defensa de los derechos humanos y que hay expertices relacionadas a los temas, estamos dispuestos a escuchar.
Guatemala es un país con muchas prioridades, y no queremos dejar fuera ningún tema, y a lo mejor no todos los temas son tan visibles, pero no por eso dejan de ser importantes. Es bueno que se conozca que estamos abiertos a escuchar a estos grupos vulnerables.
¿Cómo analiza este proceso electoral lleno de señalamientos, financiamiento electoral ilícito, narcotráfico y transfuguismo, qué salida ve usted para salir de esta situación?
Nosotros vemos con gran preocupación esta incertidumbre jurídica, todavía no está claro cuántos binomios pueden estar inscritos. Nosotros vemos con optimismo que la población y desea elecciones libres y un cambio en el país. Ante ello, nosotros hacemos una propuesta a la unidad, por eso nuestro binomio se proyecta a la unidad y la lucha contra la corrupción.
¿En el caso de no ganar las elecciones en qué continuaría trabajando usted?
Hay mucho por hacer en Guatemala, seguiría trabajando en proyectos, generación de economías, grupos campesinos y temas sociales de forma independiente o atendiendo a alguna propuesta que pueda surgir.
¿Qué mensaje le puede dar a las mujeres que van a votar el próximo 16 de junio?
Que en esta coyuntura electoral, a pesar de que pareciera que no hay una claridad de propuestas, sí las hay. Es importante que volteen la mirada hacia los partidos que no hemos gobernado, hacia los nuevos liderazgos, capaces, jóvenes, mujeres y personas preparadas que venimos de comunidades. Para que nos den su voto de confianza y nos den la oportunidad de demostrarle que en Guatemala sí habemos personas que queremos trabajar.
Prensa comunitaria / COMCOSUR MUJER Nº 602 – 03/06/2019
_____
4) PERÚ: MÁXIMA ACUÑA, LA INDÍGENA QUE DESAFÍA A UNA MULTINACIONAL
La indígena peruana Máxima Acuña lleva varios años defendiendo su título de propiedad frente a la multinacional estadounidense Newmont Mining Corporation, dueña de la minera Yanacocha, cuyo proyecto de expansión atraviesa el terreno agrícola y ovejero de esta indígena, quien con dignidad y apego a su tierra ha enfrentado las acciones imperialistas de la empresa.
Por primera vez en muchos años una problemática latinoamericana ganó el premio de la audiencia en el recién terminado festival de documentales Hot Docs. Se trata de la película “Máxima” sobre la lucha de esta campesina peruana frente a la minera extranjera.
El estreno mundial de este documental, dirigido por la cineasta peruana Claudia Sparrow, se dio en Toronto dentro de la edición 26 del festival Hot Docs, que presentó 234 filmes de 56 países, entre ellos 18 producciones latinoamericanas o con personajes hispanos.
La minera estadounidense explota oro en Perú y cuenta con un terreno de 25 hectáreas. Su expansión ha llegado hasta las cinco hectáreas de Máxima Acuña, donde cultiva papas y cría ovejas para procesar su lana. La empresa no reconoce el título de propiedad de la indígena y ha intentado echarla por todos los medios: robando sus ovejas, quemando el cultivo y golpeando a su familia.
El atropello de la multinacional ha llegado a tal grado que Máxima y su familia tienen que atravesar una valla para entrar a su terreno. Las cortes peruanas han fallado a favor de la indígena, pero el hostigamiento por parte de la minera no ha cesado. “El premio de la Audiencia a este documental demuestra que Máxima no está sola”, destacó el festival Hot Docs al anunciar el esperado premio y resaltar esta historia de “persistencia y resistencia femenina ante la injusticia minera”.
Al recibir el premio, la directora Sparrow, quien radica desde los 17 años en California, declaró: “La lucha de Máxima está lejos de terminar, pero este reconocimiento nos ayudará a impulsar la película y, con suerte, a generar más conciencia sobre la historia de Máxima. No podríamos estar más agradecidos por todo el amor y el apoyo que hemos recibido en Hot Docs.”
En entrevista para SEMlac, Máxima Acuña explicó cómo ha sido atropellada y hostigada por la minera: “Vengo de una familia humilde, campesina. Me ha costado mucho trabajo tener mi propiedad, pero cuando la empresa intervino mi propiedad me dijo que no me pertenece; yo me he sostenido porque tengo mis documentos de posesión de mi tierra, otorgado por mi comunidad”.
Serena, humilde, pero con una mirada fija que muestra su fortaleza, la indígena peruana señaló que sólo quiere defender su propiedad y buscar justicia, “pero a las autoridades de Perú parece que no les importa la vida de un ser humano, actúan como si no pasara nada”.
Tras referirse a “la madre tierra” la campesina, que ha recorrido rascacielos de Estados Unidos y ahora Canadá para denunciar el maltrato de la minera Newmont Mining Corporation, exhortó su deseo de que la minera “respete los derechos de todos los campesinos, que aprendan a respetar el derecho de las personas”.
Por su parte, la cineasta Claudia Sparrow dijo que se enteró que empresas multinacionales cometían estos abusos en Perú y “casi no se hablaba de ello,
Mientras las comunidades indígenas sufrían por eso, lo que me impactó mucho y quise contar esta historia porque pareciera que en mi país el abuso es norma”.
A Toronto también vino la abogada Mirta Vázquez, quien -según se muestra en el documental -ha acompañado a Máxima en toda su defensa incluso arriesgando la vida de su familia ante amenazas recibidas.
Aclaró que el caso de la minera Yanacocha demuestra que en Perú la ley no se aplica por igual. “Este no es el caso de dos ciudadanos en disputa por un bien sino de una gran empresa transnacional enfrentada a campesinos pobres que están defendiendo lo poco que tienen”.
La abogada recalcó que el Estado debiera de asumir un rol protector de los ciudadanos pobres que no tienen cómo enfrentarse a un poder como el de una transnacional, pero el Estado no está cumpliendo con su responsabilidad.
“El objetivo de llevar el caso de Máxima a otras instancias internacionales es hacer notar que en nuestro país no existe justicia. Esto nos obliga a tocar la puerta a estados donde las empresas tienen su sede porque tienen responsabilidad, porque no puede ser que los estados promuevan a sus grandes empresas y que estas cometan abusos en los países pobres”, agregó la abogada.
Otras dos cintas latinas que también ganaron premios en el festival Hot Docs fueron: “Call Confession”, de Arturo Aguilar (España-México) que ganó el Best International Short Documentary Award. En esta categoría se ganó una mención honorífica el corto del mexicano Everardo González, “Un abrazo de 3 minutos”, una producción de Netflix que registra el evento “Abrazos, no muros” que en 2018 permitió el reencuentro fronterizo (México-EUA) de 235 familias que llevaban años de no verse ni tocarse.
El festival Hot Docs es el más grande en su tipo de Norteamérica y el único que cuenta con un cine que sólo proyecta documentales. Su 26 edición marcó una audiencia récord de 228.000 personas durante 11 días de proyecciones.
RedEco / COMCOSUR MUJER Nº 602 – 03/06/2019
________
5) ISABEL ALLENDE: «RESURGE EN EUROPA UNA EXTREMA DERECHA QUE PODRÍA REPETIR EL HORROR DE LA GUERRA CIVIL O EL HOLOCAUSTO»
El 3 de septiembre de 1939, algo más de 2.000 españoles desembarcaban en Valparaíso, Chile. Habían viajado varias semanas en un barco llamado Winnipeg, fletado por el poeta Pablo Neruda y concebido para llevar a unos veinte marineros en trayectos cortos. No tenían otra opción. Acababa de estallar la Segunda Guerra Mundial, pero ellos huían de una Guerra Civil cuyo desenlace les obligó a exiliarse.
A ellos les dedica su última novela Isabel Allende. Largo pétalo de mar, publicado por Plaza Janés, narra la historia de Víctor Dalmau y Roser Bruguera, dos republicanos catalanes exiliados a Chile primero y a Venezuela después, debido al golpe militar que acabaría con el presidente Salvador Allende en 1973.
Isabel Allende, nacida en 1942, empezó su carrera en el periodismo, un oficio que cultivó durante años. El 8 de enero de 1981 le comunicaron que su abuelo acababa de fallecer y empezó a escribir una carta que se convirtió en su primera novela. Hoy La casa de los espíritus es uno de los títulos más célebres de la literatura latinoamericana contemporánea. Sus obras han sido traducidas a cuarenta idiomas y ha vendido más de setenta millones de ejemplares en todo el mundo. La fecha de aquella misiva se convirtió en un fetiche para ella que, a sus 77 años, sigue marcando en el calendario el día señalado para empezar a escribir una nueva novela.
¿Cómo nace Largo pétalo de mar? ¿Cómo llega hasta la historia del Winnipeg?
Isabel Allende: «Los grupos de extrema derecha que resurgen en Europa podrían repetir el horror de la Guerra Civil» La historia de los refugiados que llegaron a Chile la conocía desde que era chica. Pero resultó que en los años setenta, cuando vivía en Venezuela, conocí allí a otro exiliado que había sido uno de los republicanos españoles que llegaron en el 39. Aquel era ya su segundo exilio y ambos por razones muy similares: él había vivido la Guerra Civil y luego le tocó vivir el golpe militar en Chile. Estuvo en un campo de concentración en Francia y en otro en Chile. Se repitió la historia de una forma dramática.
Me contó la odisea del Winnipeg, que me quedó adentro como una historia maravillosa pero no sentí el impulso de contarla inmediatamente. Hasta recientemente, cuando me di cuenta del alcance de esta crisis de refugiados que vivimos ahora mismo. Y decidí que ese iba a ser el tema: el rechazo a los refugiados sin entender que la gente que llega como refugiada es porque está escapando por su vida y no tiene dónde ir.
No es la primera vez que el exilio está presente en su obra, lo hizo en El amante japonés y en otras ocasiones. ¿Tiene el exilio algo que le atraiga especialmente como temática literaria?
El exilio es el desarraigo, el no pertenecer. Es sentirse marginalizado y diferente. En todos mis libros hay personajes marginalizados, ya sea por su condición de extranjeros, por su físico, por haber delinquido… por lo que sea. Ese tipo de personajes son los que me interesan.
Pero sí, el tema del exilio es muy importante para mí. Exiliarse no es simplemente cambiarse de país. A veces el exilio es psicológico, es un estado mental en que uno se siente diferente.
Una vez le escuché decir a Toni Morrison que todos los escritores son exiliados porque desde chicos se sienten diferentes. No son del todo de ninguna parte, están un poco al margen. Pero es justamente eso lo que les hace observar la realidad desde un ángulo que el resto no ve. O sea que, en cierto modo, siempre estoy viendo las cosas como una extranjera, y eso me ayuda mucho en la literatura.
En Largo pétalo de mar recorre los campos de concentración de Argelès-sur-Mer, en Francia y del Estadio Nacional de Chile, en Santiago. Recuerdan actualmente al campo de refugiados de Moria, en Lesbos. ¿Por qué? ¿Cree que la historia siempre repite?
Se repite, en parte, porque la gente no conoce la historia. Y en parte porque lo que mueve la historia son las pasiones humanas, y esas no cambian. Después de haber pasado por los horrores de la Guerra Civil, uno pensaría: «Esto no puede volver a ocurrir». Después de haber vivido el Holocausto, uno pensaría: «Esto no puede volver a ocurrir». Y luego ves que resurgen en toda Europa movimientos de extrema derecha, racistas y xenófobos que podrían repetir exactamente lo mismo. Las pasiones que provocaron eso, después de todo, siguen existiendo. Si no hay instituciones suficientemente fuertes como para contrarrestar esa negatividad, el sistema se cae.
Cuando yo llegué a Estados Unidos, hace treinta años, le dije al que entonces era mi marido: «Este es un país de fascistas». Y me contestó: «¿De qué estás hablando? ¡Esta es la cuna de la democracia!». Pero ahora veo que esas instituciones peligran por personajes como Trump, que no sale de la nada: encarna a una parte de la población que se ha envalentonado y que si triunfan sobre los valores democráticos que tenemos, el país se va al diablo.
Eso es algo que puede pasar porque ha pasado en muchas otras partes. Al ver con perspectiva la historia, uno comprende cuán fácilmente se tropieza y se cae la humanidad. Y cuánto cuesta luego volver a levantarse.
Antes explicaba que Largo pétalo del mar surgió de una historia que le habían contado. Pero hasta cierto punto también tiene ecos de su propia vida, por su exilio tras el golpe militar contra Salvador Allende [primo hermano del padre de Isabel Allende]. ¿Cómo de personal es esta novela para usted?
Para mí es una novela histórica que no tiene mucho de personal, excepto lo que comentas. Haber vivido el golpe militar en Chile y el exilio a Venezuela que les toca a un par de protagonistas de la novela…
Hay muchos libros que siento más personales, como las memorias que he escrito, o Paula [libro que escribió tras la muerte de su hija]. O, sin ir más lejos, La casa de los espíritus, que es la historia de mi familia.
Largo pétalo de mar tiene una historia muy rica que se sostiene por sí sola, pero también coincide con este momento que estamos viviendo. Parece que una historia así podría ocurrir hoy, solo que en vez de ser exiliados republicanos serían refugiados sirios.
Hablando de Neruda y el Winnipeg, ¿Cómo y por qué decide estructurar la novela, incluso titularla, en base a esos versos de Neruda que abren cada capítulo?
En parte como un homenaje a Neruda. Fue él quien acudió donde el presidente de la república [Pedro Aguirre Cerda, presidente entre 1938 y 1944 ] a pedirle que aceptase que trajera a los refugiados. Y el presidente le dice: «Bueno, hágalo, pero no le vamos a dar ni un peso». Y lo mandan a Francia como cónsul especial para la emigración española, ¡sin un peso!
Llega a la delegación chilena en París, donde eran todos de derechas, y le hacen la vida imposible. ¡Y el tipo consigue el dinero! Consigue el barco, lo acondiciona, selecciona a la gente y llega al puerto de Pauillac. Esa odisea no habría sido posible sin la visión y el esfuerzo de Neruda. ¡Es algo extraordinario!
En medida distinta, Salvador Allende también es un personaje secundario en su novela. ¿Cómo ha sido tratar un familiar suyo como un personaje?
Para poder entender el segundo exilio de Víctor, el golpe militar y su salida hasta Venezuela, tengo que presentar a Allende. Allende encarna el gobierno socialista ante el golpe militar. Es imposible obviarlo y como personaje es maravilloso porque tiene un aura legendaria. Es conocido internacionalmente. Todo el mundo sabe quién es Allende. En ese caso, lo necesitaba para explicar el golpe.
En España ha habido en los últimos tiempos un auge del feminismo, que se ha convertido en un movimiento esencial para entender el país. ¿Cómo ve esto? ¿Cree que puede cambiar el estado de las cosas en la literatura?
En Chile, y diría que en toda Latinoamérica, también ha acontecido esto. Yo creo que el mercado editorial tiene en cuenta a las escritoras desde hace tiempo. Se dieron cuenta de que las mujeres leen más ficción que los hombres. ¡Ahora los editores buscan a escritoras! Antes no era así.
Antes había como una especie de conspiración de silencio por la literatura femenina. No se estudiaba en las universidades, la crítica la ignoraba y los editores no le prestaban atención. Pero a medida que se dieron cuenta de que el mercado de la ficción era femenino, fueron cambiando las tornas y ahora hay muchas y muy buenas escritoras de ficción.
Creo que el movimiento feminista es sumamente importante para nuestra sociedad. Pero hay que tener cuidado con que el extremo llegue a censurar. Eso es peligroso. Cuando uno escribe con miedo a ofender, con miedo a ser políticamente incorrecto… te limitas muchísimo.
Si yo tuviera que volver a escribir La casa de los espíritus tendría que ser muy cuidadosa con el lenguaje. Y muchas de las escenas que entonces no se cuestionaban, hoy en día no se podrían escribir. Con este tipo de actitudes se limita el lenguaje, se limita la cultura y se limita la libertad de expresión.
Con todo, la protesta a veces sirve: en México, hace no mucho, centenares de mujeres del mundo de la cultura se unieron para denunciar sus experiencias de abuso. Mucha gente se dio cuenta de que el mercado editorial se había mantenido al margen de eso. ¿Por qué cree que existe esa espiral del silencio?
Ahora está cambiando, pero hasta hace poco la editorial era una industria absolutamente controlada por hombres. Los grandes dueños de las editoriales eran hombres. Y también era una industria muy cerrada, en la que habrá muchas mujeres que tuvieron que hacer concesiones, como en el mundo del cine. Hace años, si alguien quería triunfar en el cine, posiblemente tenía que acostarse con el director, ¿no? Pues un poco lo mismo con la industria editorial.
¿Cree que eso está cambiando gracias al movimiento feminista?
Creo que es algo que ya ha cambiado. Antes había total impunidad, los hombres podían hacer lo que les daba la gana y se protegían unos a otros. Hoy día esa impunidad no existe y hay mucho más cuidado. Y eso es por el movimiento #MeToo sin duda.
En Como acabar con al escritura de mujeres, Joanna Russ hablaba de las estrategias que han servido para silenciar a grandes autoras. ¿Usted se ha enfrentado a esto? ¿Se las ha visto con ese patriarcado cultural?
¡Siempre! ¡Toda mi vida! Antes ese patriarcado cultural era muchísimo más fuerte que ahora. Cuando yo empecé a escribir, cuando publiqué La casa de los espíritus, estaba el boom de la literatura latinoamericana y eran todos hombres. No había paso para la mujer. Las mujeres que llevaban escribiendo, desde Sor Juana Inés de la Cruz, eran sistemáticamente silenciadas e ignoradas por la crítica, por la Academia… una mujer tenía que hacer el doble de esfuerzo que cualquier hombre para obtener la mitad de reconocimiento.
¿Y cómo cree que debe operar la cultura para intentar cambiar esas dinámicas machistas?
Las cosas cambian cuando hay un número crítico de personas que piensan de determinada manera. El movimiento abolicionista empezó con unos pocos cuáqueros que decían que la esclavitud era inmoral. Pero fue a más, hasta que se cambian las cosas.
Es lo que pasó con el #MeToo. ¿Cuántas mujeres se han quejado, durante milenios, de haber sido acosadas o abusadas sexualmente? Pero se van sumando voces y llega un momento en le que estalla la cosa.
Después de tantos años dedicados a la literatura, uno se da cuenta de que ha tenido una periodicidad de publicación casi militante. ¿Ha sentido en algún momento que la relación con su profesión ha cambiado?
Sí que me he enfrentado a etapas difíciles… Después que se murió Paula fui incapaz de escribir como por tres años. Y entonces escribí un libro que no era ficción. Afrodita. Me di cuenta de que tengo formación de periodista: si me dan un tema y tiempo para investigar, puedo escribir sobre casi cualquier cosa.
Tras lo de Paula, nunca más me ha pasado eso de no poder escribir, pero siempre pienso que si me vuelve a pasar, me iré a la no ficción. Lo que necesito es el músculo, el entrenamiento, no dejar de escribir.
La no ficción, entonces, ¿es liberadora para usted?
Sí. Estaba totalmente atrancada en el dolor y en el recuerdo. Y sentarme a escribir, aunque no fuese nada de ficción, me ayudó. Me soltó un poco y me ayudó a volver al entrenamiento de escribir todos los días. Mira, esto es como el deporte. Hay que hacerlo todos los días. El pasado 8 de enero empecé algo pero tuve que dejarlo porque hay demasiadas cosas con la promoción. Pero el próximo 8 de enero voy a volverme a encerrar y voy a ponerme en serio.
El Diario.es / COMCOSUR MUJER Nº 602 – 03/06/2019
___________
6) EL LUGAR MÁS PELIGROSO PARA UNA MUJER ES EL HOGAR, SEGÚN LA ONU
Aunque la mayoría de las víctimas de homicidios intencionales son varones y los mata algún desconocido, es mucho más probable que las mujeres mueran a manos de alguien conocido.
Según el reporte sobre los asesinatos de mujeres y niñas por cuestiones de género que llevó a cabo la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en 2018, se estima que de 87 mil mujeres asesinadas en 2017, alrededor de 50 mil (el 58%) murió a manos de su pareja o de algún familiar.
Más de una tercera parte de las mujeres asesinadas intencionalmente en 2017 murieron a manos de su pareja actual o de su expareja. Todos los días, 137 mujeres mueren a manos de algún familiar.
El estudio demostró que aunque la mayoría de las víctimas de homicidios intencionales son varones y los mata algún desconocido, es mucho más probable que las mujeres mueran a manos de alguien conocido.
Yuri Fedotov, director ejecutivo de la UNODC, dijo que las mujeres «siguen pagando el precio más alto por la desigualdad de género, la discriminación y los estereotipos negativos» y que los homicidios por motivos de género son «un acto letal en el ciclo de discriminación y abusos por motivos de género».
En el estudio, que se publicó el Día de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre), se analizaron datos relacionados con la violencia de género y el «feminicidio», término que se entiende como un delito de odio con motivos de género perpetrado por hombres.
En todo el mundo, Asia fue la región con la mayor cantidad de mujeres asesinadas por su pareja o por sus familiares en 2017 (20 mil persona), seguida por África (19 mil), América (8,000), Europa (3,000) y Oceanía (300); sin embargo, las tasas son más altas en África y en América, lo que significa que en esas regiones, las mujeres están en mayor riesgo de que su pareja o sus familiares las asesinen.
En África, 3.1 mujeres asesinadas por cada 100 mil y en América la proporción fue de 1.6 por cada 100 mil mujeres, en comparación con las 0.9 por cada 100 mil en Asia. Europa tuvo la proporción más baja de homicidios por cuestiones de género: 0.7 víctimas por cada 100 mil mujeres.
Aunque los países han tomado medidas diversas para abordar la violencia contra las mujeres y los asesinatos por motivos de género, incluida la adopción de unidades especiales y la mayor capacitación en el sistema de justicia penal, el informe señala que no hay signos de que la cantidad de asesinatos de mujeres y niñas por motivos de género esté en declive a nivel mundial.
El informe indica que al parecer, la cantidad de mujeres víctimas de homicidio ha incrementado desde 2012, cuando la cantidad de mujeres asesinadas por su pareja o sus familiares se estimó en 48 mil, es decir, el 47% de las mujeres víctimas de homicidio.
En el nuevo estudio se hace un llamado a tomar una serie de medidas para combatir el problema mundialmente, tales como la coordinación entre la policía, el sistema de justicia penal y los servicios sociales y de salud, e involucrar más a los hombres en la solución del problema.
«Para prevenir y abordar el problema de los asesinatos de mujeres y niñas por motivos de género, los hombres tienen que participar en los esfuerzos para combatir la violencia contra la pareja y los homicidios relacionados con la familia, así como para cambiar las normas culturales y alejarse de la masculinidad violenta y de los estereotipos de género», señala el documento.
Kara Fox/expansion.mx/ COMCOSUR MUJER Nº 602 – 03/06/2019
____________
“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” Luis Pérez Aguirre
_____________
COMCOSUR MUJER ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)/
Blog: nuevo.comcosur.org
comcosur@comcosur.com.uy / Comcosur también en Facebook
—
—