Entradas de abril de 2020

URUGUAY: EL REGRESO DE LAS OLLAS POPULARES – comcosur al día 2244 – 08.04.2020

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2244 / miércoles 08.04.2020 – Hoy:

1) El Imperio Digital Global /Silvio Amodei
2) Soberanía alimentaria y coronavirus /José Antonio Rocca
3) El fracaso de la visión neoliberal de la salud /Sergio Ferrari
4) Uruguay: El regreso de las ollas populares /Sudestada
5) Uruguay: Orígenes y proyección de Cabildo Abierto /La Diaria
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2244 / miércoles 08.04.2020
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1) EL IMPERIO DIGITAL GLOBAL

Por Silvio Amodei, 5 de abril 2020

Algunas empresas que 15 o 20 años atrás no existían hoy son aquellas que están dominando el nuevo orden mundial bajo los lineamientos del imperio global. Podríamos así referirnos entre otros a Google, Facebook, Amazon, Microsofft, Booking, Uber, etc., actividades bancarias y financieras, telefonía, laboratorios, empresas farmacéuticas, de servicios y tantas otras corporaciones multinacionales, que instaladas fiscalmente en paraísos fiscales, muchas veces europeos, hoy, digitan nuestra vidas.

El capitalismo planetario, a través de la famosa peste moderna – el COVID 19- ha implantado el miedo. Estamos siendo todos agredidos a nivel mundial por una campaña publicitaria planetaria sin precedentes que podría definirse el “marketing del terror”.

Los hombres y mujeres en el mundo aceptan el aislamiento social para “protegerse” del “otro”, creyendo así salvar sus vidas ante la peste. El terror ha sido impuesto y aceptado, nuestro enemigo actual es el “otro,” nuestros familiares, o simplemente amigos o compañeros de trabajo.

Si, de el ”otro”, nuestro actual potencial enemigo y portador de la pandemia universal, el COVID 19. Todos hemos aceptado “distancia social”, eso sí, solo interconectados desde nuestro ordenador o teléfono móvil. Encerrados, presos y detenidos en nuestras casas bajo “medidas de seguridad” y sin otra comunicación que aquella que es digitada por las APP, e Internet.

Nuestras casas, son hoy lugares de teletrabajo, escuelas, universidades, gimnasios, cines, museos, conciertos, centros de esparcimiento cultural digital integral. La tendencia al aislamiento social que impone una revisión del cambio cultural trae aparejada en sí misma una ideología diferente que posibilita y sustenta en el imaginario colectivo una nueva forma de explotación planetaria imperial.

La seguridad para salvarnos de la pandemia, nos lleva al control social planetario, amparado y difundido por cada uno de los gobiernos en el mundo. Nadie está a salvo del control social actual. Este nuevo capitalismo global y sin fronteras dirigido fundamentalmente por las grandes corporaciones de las comunicaciones, de las finanzas y de la seguridad, ha decidido cambiar su forma de actuar bajo la imposición del terrorismo global sobre cada uno de los habitantes/consumidores del planeta.

Esta falsamente llamada “revolución digital”, es solamente un reacomodo del capitalismo global que echa por tierra entre otras cosas el concepto de nación. Sepultada la nación como concepto de identidad nacional. Es así que el imperio de las multinacionales, bancas, App, internet, etc. es quien obliga al fin de la democracia que hoy conocemos.

La democracia representativa pasa a ser digitada por una nueva forma de dictadura global, bajo el mando de Organismos mundiales dependientes de las reglas de un mercado moderno y transnacional.

En esta situación de ensayo general mundial llamado “COVID 19” los diferentes gobiernos, independientemente de su colocación a derecha o izquierda en el espectro político nacional o internacional han aplicado más o menos las mismas políticas económicas, sanitarias y de control social en los diferentes países del globo. Como ya veremos, todos los gestores de las políticas” nacionales” aplicaran en el próximo futuro las mismas recetas económicas para la salida de esta crisis. Si observamos con una cierta atención hasta antes de la crisis “Coronavirus” el descreimiento a la clase política a nivel mundial era casi unánime por parte de los “ciudadanos”.

Hoy en plena crisis, la ciudadanía cree en ellos y hemos puesto en sus manos nuestra salvación, dejamos en sus decisiones la esperanza de que ellos encuentren la salida a la “crisis”.

Es decir, una vez más delegando en las clases políticas y en los administradores de las política nuestro destino, nuestra seguridad, la sanidad, el trabajo o desempleo, la enseñanza, nuestros cuerpos y nuestras mentes.

En estas pocas líneas, deseo solo señalar algunos aspectos que a mi entender son necesarios para comprender al menos en parte lo que está sucediendo. Creo que llegó la hora que empecemos el análisis de la situación. Las izquierdas, salvo pocos de sus pensadores actuales han estudiado o analizado los temas que conciernen la realidad de esta nueva fase histórica del capitalismo mundial. Es hora, que los antagonistas globales, independientemente de cuál es su ubicación geográfica (el imperio digital no conoce la frontera) pongan el pensamiento colectivo a elaborar y estudiar desde el movimiento social y la academia, en forma colectiva el análisis del estado de situación tanto en lo económico, social, político y cultural. Ser antagonista nos requiere pensar sin esquematismo y desde una nueva óptica tanto sobre lo digital como sobre la hegemonía del capitalismo global en el siglo XXI.

La lucha de clases existe. La están haciendo ricos contra pobres. Las oligarquías de la era digital, modifican el sistema del trabajo, donde el tiempo del trabajo del trabajador será continuo y sin pausas. Las APP, el teléfono móvil, el teletrabajo. Ya implementado a través del trabajo “a distancia social” lo cual trata de impedir el aglomerado social. Es decir la posibilidad de reunión y participación colectiva. Para ello era necesario el experimento actual, es decir dejar una cantidad de personas “excluidas tanto sea del trabajo como del acceso a los medios digitales. Por lo tanto nos encontraremos en los próximos años con mayor precarización del trabajo y, exclusión social. Estas son dos de las herramientas que esta oligarquía está hoy ensayando con el aval de las mayorías.

Esto configura en los hechos, baja de salarios y redito de ciudadanía o asistencia social para aquellos –no todos serán incluidos -que quedaran fuera del mercado del trabajo, lo cual lleva en sí mismo y en los hechos a que la transferencia de los costos sociales la paguen los presupuestos de los estados endeudándose con los organismos multilaterales de crédito. Mayores tasas para la ciudadanía y financiamiento para las multinacionales dislocadas en zonas francas y paraísos fiscales. Nada de esto es nuevo, la novedad es que no fue decidido por un estado, sino que fue diseñado y planificado en esta oportunidad por el capitalismo o imperio global a través de la OMS, y los organismos de crédito internacional, BID, FMI, BCE, etc.

Si tomamos como ejemplo la sanidad podremos ver como con las APP en los teléfonos móviles cada uno de nosotros será digitalizado por los servicios públicos tanto por su médico de familia como por el tipo de sistema sanitario de salud privado que el usuario elija. Miles de datos de cada uno de nosotros irán a parar a manos de la industria farmacéutica la cual ya dispone, pero dispondrá en mayor medida en el próximo futuro y a través de algoritmos digitalizar y poseer las historias clínicas de millones y millones de enfermos /consumidores.

Algo similar sucederá a través de la digitalización en la enseñanza, tanto con estudiantes como profesores, hoy han hecho la primera fase del experimento de masas. El control social se comenzara a partir de la escuela, y con algoritmos podrán saber las inquietudes y deseos de las próximas generaciones de estudiantes. Amén de que esa masa estudiantil es un consumidor, es probable que se traslade la formación de la escuela a los hogares bajo la tutela de los mayores. Por lo tanto el sector de los estudiantes será llamado a estudiar a través del “telestudio” en su propia casa – celda.

Mientras tanto, los padres, además de trabajar desde sus casas para el mantenimiento familiar seremos custodios de nuestros hijos. Todos consumidores, y todos represores, enemigos de quien no acepta hoy la nueva regla que indica “mantener distancia social” con todo lo que ese concepto contiene, y todos a su vez seremos informantes pasivos de nuestros sueños, inquietudes y deseos al gran mercado global.

Sin el apoyo pasivo de las multitudes nada de esto será posible. El consenso de las mayorías no corresponde a la unanimidad.

Por lo tanto, para que todo esto sea sustentable son necesarios los aparatos represivos multilaterales y locales. Nuestro account (cuenta de mail, etc.), es nuestra cedula de identidad universal. Cámaras de seguridad que invaden los espacios públicos y privados, dispositivos de identidad a través de las fotos, han sido implementados y puesto en práctica tanto en China como en Rusia sin solicitar ningún tipo de permiso y utilizando como pretexto consensuado la emergencia Coronavirus.

Dice Byung-Chul Han en el artículo publicado recientemente por el Diario El País de España: “Entre tanto China ha introducido un sistema de crédito social inimaginable para los europeos que permite una valoración una evaluación exhaustiva de los ciudadanos. Cada ciudadano debe ser evaluado en su conducta social” y más adelante agrega:” En China hay 200 millones de cámaras de vigilancia, muchas de ellas provistas de una técnica muy eficiente de reconocimiento facial. Captan incluso los lunares del rostro. No es posible escapar a la camera de vigilancia estas cámaras dotadas de inteligencia artificial pueden observar y evaluar a todo ciudadano en los espacios públicos, en las tiendas, en las calles, en las estaciones y en los aeropuertos.” (1)

A su vez Renato Curcio en su libro L`Imperio Virtuale: “Con el Novecientos a las espaldas y terminada la fase propulsora de sus vehementes utopías vemos afirmarse en perfecta continuidad en sus peores aspectos una nueva oligarquía económica experta en el ejercicio del poder digital; un poder que actúa sobre nuestra identidad digital mundializado y totalizante que intuye formas súbditas inéditas, radicales. Un poder que toma y utiliza ganancias y el control de una enormidad de informaciones sobre cada una de las personas, grupos sociales y sobre las instituciones desparramadas en el planeta. Al mismo momento, casi en silencio, sin suscitar escándalo, otro proceso se desarrolla a su lado; el adaptarse activo y con entusiasmo de millones de personas, divididas entre ellas al nuevo contexto digital”. (2)

En fin y para concluir, ¡mucho tenemos para hacer!… Quizás hoy, frente a estos nuevos hechos que nos han golpeado a llegado la hora para que los sectores que se consideren antagónicos a las oligarquías imperiales comiencen un camino de análisis serio, preciso y profundo para intentar conocer el dónde, cómo y porque se está transformando el capitalismo imperial. La lucha de clases no desapareció, y menos que menos está en “cuarentena”. En nosotros esta intentar comprender que caminos tomar, cuales son los instrumentos de la resistencia y como utilizar las tecnologías al servicio de la humanidad.

Notas:
(1) Extraído del sito www.lavaca.org
(2) Renato Curcio L`Imperio Virtuale – Editorial Sensibile alle foglie, 2015

Silvio Amodei
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2244 / miércoles 08.04.2020
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2) SOBERANÍA ALIMENTARIA Y CORONAVIRUS

José Antonio Rocca /Abril 2020 primera quincena

La crisis mundial y el coronavirus exponen la irracionalidad del capitalismo. Países dominantes en los que abundan armas de destrucción masiva, carecen de insumos sanitarios.
El contexto también revaloriza la diferencia entre los que deberían ser derechos básicos al trabajo, vivienda digna, alimentación, servicios de educación, abrigo, transporte popular y aquellas otras mercancías que podrán ser más o menos importantes pero prescindibles.

La expansión de la epidemia acentúa cierres de fronteras que limitan circulación de alimentos y personas, desnudando los riesgos que para los países dependientes significa la apertura comercial y financiera prácticamente sin restricciones a la impunidad de grandes capitales.

Estados Unidos y Europa occidental fueron recrudeciendo medidas de protección a la producción y el trabajo locales, especialmente en alimentos y productos estratégicos las últimas décadas casi con la misma velocidad que han difundido por el mundo discursos sobre las bondades del “libre comercio”.

También son conocidos los riesgos de los pobladores africanos que quieren acceder a los mercados laborales europeos o de los habitantes del sur del río Bravo para ingresar a Estados Unidos. La denominada “globalización” ha implicado esencialmente que capitales financieros y mercancías sofisticadas incrementaron sus desplazamientos desde norte a sur, a la par que dividendos y ganancias de grandes corporaciones fluyen de sur a norte.

Monocultivos, especialización, dependencia excesiva del mercado mundial para productos básicos, reiteran su vulnerabilidad, no solamente económica, ambiental, sino además sanitaria. Los países más jugados a la rentabilidad como guía de sus estrategias quedan más expuestos a las vicisitudes de mercados mundiales cada vez más impredecibles.

La necesidad de estrategias y políticas económicas que otorguen prioridad a la producción de los productos esenciales para el consumo de la población se evidencia en toda su magnitud. Uruguay posee condiciones excepcionales para la producción de carnes vacunas, ovinas, porcinas, aves, pesca, trigo, maíz, verduras, frutas, materiales de construcción, defensa del agua, del aire, del territorio limpio, esencial para la vida.

En particular la epidemia pone también en el tapete, la importancia de concebir los servicios de salud como derecho humano y no como espacio de valorización de capital subordinado a la rentabilidad particular.

Una organización económica bien constituida debe garantizar fuentes de trabajo y el acceso directo de todos los sectores de la población a productos básicos. El territorio debe ser sustento de vida y no de ganancia para capitalistas.

Mientras tanto el gobierno oriental privilegia grandes banqueros, extensiones de eucaliptus y soja al servicio de grandes empresas del exterior, sin utilizar siquiera parte de los excedentes generados en estas actividades para financiar el combate al coronavirus.

Parece claro que los intereses de estos grandes capitales son contradictorios con los de los sectores populares a incluso con la construcción de un país productivo, una de cuyas condiciones necesarias parece ser el control de las divisas que ingresan al país, para un uso racional en defensa de la obtención de insumos para la producción y el consumo local.
En la reconstrucción de las bases económicas deben redireccionarse las fuentes de ingreso del Estado y sus gastos. Las inversiones no pueden estar al servicio de UPM 2 sino que deberían encauzarse hacia jugar un rol esencial en la construcción de vivienda popular e infraestructura que acerque producción y consumo populares dentro de lo que el transporte ferroviario tiene que jugar un papel decisivo.

Pensar la economía desde las necesidades básicas se hace cada vez más urgente. El día después no puede esperar.
Gotitas de economía.

El Banco Central del Uruguay con la nueva dirección de Diego Labat continúa emitiendo deuda semana tras semana. Incrementando además las tasas de interés que paga a los acreedores. Especulación y la patria financiera de parabienes.

Entre otras tarifas el agua potable incrementará su precio algo más de 10% en abril. Mientras tanto el gobierno difunde la importancia de lavarse las manos para detener el coronavirus.

Frente a las propuestas recortar el trabajo público es bueno recordar su composición en Uruguay. Aproximadamente 300.000 cargos. En términos aproximados corresponden 40.000 a las intendencias y 30.000 a los entes del Estado (UTE, Antel, Ancap, Correo, Bancos, etc.). De los restantes 230.000 la mitad se vincula a la enseñanza en sus diferentes ramas. Algo más del 25% a interior y Defensa, 12% a servicios de salud, y el resto se distribuye en proporciones relativamente menores entre poder judicial, agricultura y pesca, turismo, industria, entre otros. Sería bueno saber dónde piensa pasar la moto sierra el gobierno.

Según datos de agencias de las Naciones Unidas mueren de hambre 8500 niños por día. Rara vez son noticia para algunos medios de prensa.

El dólar en Brasil, incrementó su precio desde 4.01, a comienzos del año a un entorno de 5 hacia finales de marzo. Los índices de la bolsa de valores cayeron en rangos cercanos al 30%. El sube y baja hace difícil cualquier previsión en los casinos financieros.

José Antonio Rocca / La economía de a pie
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2244 / miércoles 08.04.2020
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3) EL FRACASO DE LA VISIÓN NEOLIBERAL DE LA SALUD

Cuando la crisis toca, agónicamente, las puertas del Estado

Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza

Hace algunas semanas, cuando todavía el impacto de la pandemia no se había percibido en su verdadera magnitud, voceros empresariales suizos habían avanzado que no querían “ninguna intervención del Estado”. Fueron necesarios muy pocos días, ante el agravamiento de la situación, para que cambiaran drásticamente de posición.

A fines de marzo, esos mismos sectores, evalúan que el paquete de urgencia de 42 mil millones de francos – valor similar en dólares estadounidenses- que la Confederación desbloqueó el viernes 20 de marzo para asistir a los actores productivos del país es insuficiente.

Ahora apuntan a una inversión necesaria de la reserva nacional, es decir de fondos públicos, que oscilaría en los 200 mil millones de francos, es decir 5 veces mayor que la actual.

Para evitar así, según sus argumentos, que la economía se paralice estructuralmente y exija, luego, reconstruirla desde muy abajo con el corolario de innumerables empresas quebradas. Las autoridades helvéticas contabilizan ya una retracción del 20 % de la actividad económica debida al COVID-19 y prevén un crecimiento negativo para 2020, a pesar que antes de esta coyuntura la economía se encontraba en un momento floreciente en cuanto a crecimiento con tendencia positiva.

La primera parte del paquete de salvación de la economía helvética representa el 5% del Producto Interno Bruto del país. Casi en paralelo, el Gobierno norteamericano aprobó en la noche del martes 24 de marzo, con el mismo objetivo, un paquete de 2 billones de dólares, que representa un 9% de su PIB. Y Alemania, el miércoles 25, abrió la bolsa de sus reservas por algo más de 1 billón de euros, monto que significa el 27 % de su PIB. El paquete español representará, según anuncios oficiales, un 20% del PIB. Francia destinará 45 mil millones de euros para comenzar a hacer frente a la situación, de un total que podría ser, al menos, diez veces mayor.

En general, todas las medidas de emergencia anunciadas en Europa tienen dos objetivos principales: apoyo a las empresas y contención social del impacto de la crisis entre los trabajadores y desempleados. Los porcentajes destinados a uno y otros hacen parte del debate político ya permanente sobre la redistribución del ingreso nacional. Por el momento, en Suiza, solo un 30 % del total estará dirigido a trabajadores-desempleados, al tiempo que una gran movilización social virtual convoca a incluir en el paquete al amplio sector de los “independientes”, olvidados en la repartija de las primeras tajadas de apoyo de emergencia.

El SOS económico-financiero requerido -exigido- por los sectores productivos de las potencias occidentales ante la crisis, recuerda comportamientos ya conocidos. Defienden la no intervención del Estado, en tiempos normales, cuando incluso forcejean continuamente por prebendas fiscales. Y se ponen de rodillas frente al Estado cuando sus negocios se ven amenazados.

Situación emblemática la del 2008, cuando el Gobierno suizo rescató de la que se perfilaba como quiebra inevitable, a la Unión de Bancos Suizos (UBS), invirtiendo entonces 60 mil millones de francos de un día a otro, sin ninguna consulta parlamentaria.

Salud: de repente no es más una “mercancía”

En el plano social, el debate de las últimas décadas, sobre el significado de la salud pública – y en cierta forma la educación- ocupa un lugar privilegiado en la Europa neoliberal, adquiriendo una particular vigencia en la hora actual.

Potencias mundiales, como Italia, Francia, España etc. cuentan hoy con estructuras hospitalarias muchas veces destartaladas y que ya estaban al borde del colapso antes mismo de la pandemia. Hoy se expresa en carencias de máscaras para el personal médico o paramédico; insuficientes reactivos para chequear a la gente; falta de las anestesias esenciales para tratar a los enfermos graves entubados; incluso déficit de desinfectante para las manos, esencial para confrontar el avance de la enfermedad. Ni que hablar de las deficiencias relevantes en cuanto a personal humano.

Radiografía que, con matices, se extiende a otros de los países del continente. Aspecto dramático: la insuficiente cantidad de respiradores mecánicos, esenciales en las estaciones de cuidados intensivos -de casi toda Europa-, para los pacientes que como producto de las neumonías graves se debaten entre la vida y la muerte. Y tras esas falencias, la concepción sistémica preponderante, que considera a la salud pública como un “gasto”, y que viene promoviendo desde años la privatización del sector.

Pesadilla particular, por ejemplo, en Francia, que desde 2010 con Nicolás Sarkozy empezó a protagonizar una privatización acelerada de la salud, con consecuencias inimaginables para el sistema sanitario nacional.

2019 había sido ya un año de intensas movilizaciones de los trabajadores del sector. Iniciadas en marzo, fueron aumentando en potencia hasta que el 15 de noviembre, cuando miles de profesionales del sector salieron a la calle en todo el país convocados por el Colectivo Inter-Hospitales. Personal de 268 establecimientos de salud apoyaron la protesta, fundamentalmente centrada en las deficientes condiciones de trabajo en el área, los bajos salarios, y la saturación de las salas de emergencia, insuficientes para la demanda ya en ese momento, cuando todavía no se hablaba de pandemia.

Oportunismo neoliberal

El 14 de marzo pasado el presidente Emanuel Macron, en un discurso público, rindió homenaje a “los héroes de delantal blanco”, refiriéndose al personal médico y paramédico francés. Subrayando la necesidad que un sistema de salud “fuera de las leyes de mercado”.

Alocución netamente contradictoria con lo que fue la tendencia gubernamental en los últimos años. Un estudio de la misma Dirección de Estudios Estadísticos del Ministerio de Salud (DRES) indicaba que, en base a una investigación realizada con datos a partir de 2013, en 3.036 establecimientos médicos, se habían cerrado 17.500 camas que permitían a los pacientes dormir en los hospitales. En 2017 y 2018 esa tendencia se mantuvo con 4.172 camas desaparecidas. Según distintas fuentes, en 2019, año de gran protesta social en el sector, 40 % de los puestos de médicos estaban vacantes y el 30 % del sector enfermería.

No hay presente sin historia. Interesante recordar que el 15 de mayo del 2017 el periódico francés Le Fígaro analizaba un Informe mundial sobre la situación de la salud entre 1990-2015. El mismo (que ubicaba a Estados Unidos en el puesto 35 lo que explica, parcialmente, sus limitaciones actuales para confrontar el COVID-19), le asignaba a Francia el 15to lugar. Comentando entonces esa realidad, el Profesor de Salud Pública de la Universidad de Lorraine, François Alla, coautor del estudio, no ahorraba sus preocupaciones. Criticaba, particularmente, las deficiencias del sistema en cuanto a atención. Y decía “se podrían evitar miles de muertes cada año si mejorara la organización de la atención, la formación del personal, el cumplimiento/seguimiento de los pacientes y las recetas médicas”. Este es un verdadero desafío que debería convertirse en una “prioridad para el Ministerio de Salud».

Radiografía premonitoria de los que sucedería casi 3 años más tarde. Vida o muerte. Salud pública entendida como “gasto” o comercializada como una mercancía más. Debate de sociedad que la pandemia del coronavirus hace explotar con crueldad, a la luz de un sistema sanitario colapsado y los decesos -que en parte podrían ser evitados- multiplicados cada hora.

Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2244 / miércoles 08.04.2020
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4) URUGUAY: EL REGRESO DE LAS OLLAS POPULARES

Desde el inicio de este gobierno se pidieron más de 52 mil envíos al seguro de paro en BPS. La llegada del coronavirus aceleró una crisis que desempolvó viejas formas de asegurar el sustento

Sudestada, 25/03/2020

Desde el 1° de marzo y hasta el lunes 23 el Banco de Previsión Social (BPS) recibió 52.060 solicitudes para el subsidio por desempleo, según las últimas cifras oficiales. De estas solicitudes, hay 42.087 que se deben a la suspensión de actividades, 4.834 corresponden a despidos y las restantes 5.139 a reducción de personal.

La mayoría de estas solicitudes, unas 14.750, corresponden al comercio por mayor y los pequeños comercios, 8.375 solicitudes a la industria manufacturera, al tiempo que 7.471 corresponden a los emprendimientos que brindan servicios de alojamiento y de alimentación.

Esta situación, sumada a miles de uruguayos que se ganan la vida en trabajos informales como changas o vendedores ambulantes en ferias, ómnibus y calles, llevó a reactivar el recurso de las ollas populares, muy utilizado en la década de 1990 y, en especial, durante la crisis de 2002, en el gobierno de Jorge Batlle.

Varios vendedores ambulantes y trabajadores informales se movilizaron en la explanada de la Intendencia de Montevideo y frente a la sede del Ministerio de Desarrollo Social para solicitar una alternativa ante la disminución de ingresos por el descenso de pasajeros en el transporte.

Estos trabajadores también enviaron una carta a Presidencia de la República en procura de soluciones y bajo la premisa de que no quieren dinero, sino una canasta básica con alimentos para poder sobrellevar esta situación de emergencia.

En forma paralela, vecinos de diferentes barrios de Montevideo y de otros departamentos comenzaron a organizarse para realizar ollas de comida, como forma de colaborar con otros que enfrentan diversos problemas ante el estado de emergencia sanitario del país.

En la zona Piedras Blancas, en el cruce de Rafael y Dunant, una familia se organizó para llevar adelante un merendero y olla popular para los vecinos del barrio. Allí muchos van a buscar su vianda y, otros, llevan donaciones de alimentos.

El miércoles 25, a la hora 13 el Club Atlético Villa Teresa organizó una olla solidaria para los vecinos de la zona. Muy cerca de allí, en Nuevo París, en la esquina de las calles Carlos de la Vega y Turubí, se realizó ayer al mediodía una olla popular con la consigna “Arrimate con tu tupper o recipiente”.

En la zona del Cerro, en Grecia y Barcelona, los vecinos también cocinan para que todo aquel que se acerque pueda llevarse una porción de comida recién hecha. También en el Cerro, en Gibraltar 4246 bis, esquina Japón, se ofrecerá una cena, a partir del sábado 28 desde las 20 horas. Lo único que se solicita es que los vecinos se acerquen con sus viandas y cubiertos.

En Casabó, en Senegal 3785 esquina Charcas, varios vecinos se pusieron de acuerdo para brindar una cena, a partir de la hora 20. En Villa Muñoz, una rotisería ubicada en Domingo Aramburú 1840, ofrece hasta las 10 de la mañana café con leche y tostadas con manteca.

Por otra parte, el PIT-CNT comenzó ayer, martes, a distribuir más de 600 bandejas con una comida balanceada, en los barrios Nuevo Ellauri, Maracaná, Paso Carrasco y Ciudad del Plata. Estos alimentos son elaborados siguiendo estrictas normas de higiene y su distribución se realizó de manera de evitar aglomeraciones de personas,

El secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, insistió en el reclamo de crear una renta básica transitoria de emergencia que pueda paliar la situación de los trabajadores que, debido a las características de su labor, no reciben ningún ingreso y tampoco acceden al seguro de desempleo.

Este tema, entre otros de una plataforma de 11 puntos, motivó que la central obrera, la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay (Onajpu), la Federación de Estudiantes Universitarios Del Uruguay (FEUU), la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua (Fucvam), el colectivo Ovejas Negras, la Intersocial Femenista, y Redes de Amigos de la Tierra, entre otras organizaciones, convoquen a un cacerolazo acompañado de apagón social que se realizó el miércoles 25 de marzo de 21 a 21.10 horas.

Las bandejas escolares en aumento

Hace una semana, el miércoles 18, las autoridades de Primaria comenzaron la distribución de más de 37 mil bandejas alimenticias para escolares, que la recibirán mientras dure la emergencia sanitaria por el coronavirus. De los 37.200 inscriptos para recibir el alimento, 13 mil son de Montevideo y unos 24.200 del interior, según explicó la directora general del Consejo de Educación Primaria, Irupé Buzzetti, quien destacó el trabajo de docentes y funcionarios, que permitió cambiar, en pocos días, la modalidad utilizada para brindar los alimentos a los niños.

Pero las previsiones de las autoridades de Primaria se vieron desbordadas, ya que actualmente se entregan 43.035 bandejas de almuerzos en 727 escuelas urbanas. Uno de los integrantes del Consejo de Primaria, Héctor Florit, señaló que no hay mucho margen para aumentar esa cantidad, a pesar de que crecen los pedidos de las familias.

El Consejo de Primaria le solicitó a los docentes que agreguen a las familias a una lista de espera, lo que para la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) no es viable.

“Alertamos al gobierno nacional que esta situación está sucediendo, y que tome las responsabilidades sobre una respuesta que tiene que ser inmediata, porque los trabajadores que están al frente también se están exponiendo, no solamente en lo sanitario, sino también frente al hecho de tener que dar la cara para negarle a una familia la bandeja”, dijo la secretaria general del sindicato, Elbia Pereira.

El Secretariado Ejecutivo de la Federación FUM redactó un comunicado donde “exige al gobierno nacional que brinde protección social a través del incremento del monto de asignaciones familiares, ampliación de tarjeta del Mides a familias que han pasado a una situación crítica y otras situaciones de vulnerabilidad, y se solicita a las autoridades sustituir el sistema de viandas por un sistema de canastas que permita profundizar el necesario aislamiento social”.

El gremio de maestros considera “fundamental que las inscripciones para la alimentación en las escuelas sean abiertas y que se den garantías de su implementación inmediata por parte de las autoridades”.

Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2244 / miércoles 08.04.2020
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5) URUGUAY: ORÍGENES Y PROYECCIÓN DE CABILDO ABIERTO

Receta para un partido político

La Diaria, 4 de abril de 2020

La coalición gobernante tendrá en estos cinco años un socio particular. Cabildo Abierto ha dejado en claro desde la asunción de Luis Lacalle Pou que pretende tener un perfil propio. A los diez días de la llegada del covid-19 a Uruguay, anunció que presentaría un proyecto para fijar un tope salarial a los funcionarios públicos con el objetivo de recaudar fondos para combatir la pandemia, lo que despertó críticas en sus aliados del Partido Nacional. Su líder, Guido Manini Ríos, se presenta como uno de los posibles candidatos de cara a las próximas elecciones nacionales. ¿Cómo surgió este sector, que alteró la distribución de fuerzas de la política nacional y reúne a católicos, productores rurales y militares retirados?

“A partir del ideario artiguista se define una concepción del hombre, una concepción de la economía social y una concepción de la vida en comunidad”, rezan los principios fundacionales de Cabildo Abierto (CA), el partido que irrumpió en el escenario político en las últimas elecciones nacionales y se posicionó como un actor de peso tras obtener 11% de los votos en octubre, lo que se tradujo en tres bancas en la Cámara de Senadores y 11 en la de Representantes.

Asimismo, aportó este caudal electoral para la coalición multicolor que llevó a Luis Lacalle Pou a la presidencia de la República y, negociaciones mediante, ocupó dos ministerios: Vivienda y Salud Pública.

Los logros políticos son grandes para un partido con poco más de un año –su fecha oficial de fundación es el 10 de marzo de 2019– y cuyo “encanto” para los votantes está, podría decirse, en las mezclas ideológicas. Según una encuesta realizada por Cifra antes de las elecciones de octubre, 24% de los votantes de CA había votado al Frente Amplio (FA) en 2014, así como 38% lo había hecho por el Partido Nacional (PN) y 21% por el Partido Colorado (PC). El impacto que tuvo la aparición de CA se hizo evidente cuando los tres grandes partidos del sistema político uruguayo votaron por debajo de sus resultados de 2014.

Además de la confluencia de personas desencantadas tanto con el FA como con los partidos tradicionales, hay una llegada de personas “que no tenían militancia partidaria, pero que sí tenían participación gremial”, dijo a la diaria Marcos Methol, uno de los fundadores del partido y actual encargado de Comunicación. La fuerte influencia católica también atrajo a militantes “con cercanía a movimientos cristianos y de fe”, sobre todo a aquellos que se movían en barrios periféricos de Montevideo, así como también a una base importante “de policías y militares retirados, gente joven que se empezó a involucrar con todo este tema de la reforma a la Caja Militar. Había un componente, en el origen, de gente militar”.

Según el politólogo Adolfo Garcé CA “es un partido policlasista”, como la mayoría de las colectividades políticas en Uruguay; sin embargo, su atracción principal es que tiene “un discurso nacionalista”, con componentes “antiglobalización” y una fuerte reivindicación del artiguismo. Garcé sostuvo que el discurso cabildante tiene esos puntos en común con el del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, y posteriormente con el del Movimiento de Participación Popular, lo que explicaría la llegada de CA a los sectores más populares. De todas formas, el estatismo de CA responde a una concepción militar “de la Patria y el rol del Estado”, según Garcé.

El proteccionismo del que hace gala CA, en comparación con otras posiciones dentro de la coalición, responde en parte a los reclamos realizados por los productores rurales en el marco del movimiento Un Solo Uruguay, con el que el partido se mostró afín, que se vincula tanto con Marcos Methol –hijo del pensador y filósofo Alberto Methol Ferré– como con Hugo Manini Ríos, ex presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz. Methol y Manini estrecharon lazos al pertenecer ambos a la Sociedad Rodoniana, al igual que el actual senador y presidente de CA, Guillermo Domenech. Esta organización fue fundada en 2009 para promover las ideas de José Enrique Rodó y profundizar en el estudio de su obra. Rodó, cuya filosofía, influenciada por el positivismo, dio a luz una obra ecléctica, también tuvo una pata política: fue diputado del PC durante tres períodos y supo ser cercano a José Batlle y Ordóñez, pero las discrepancias con la idea del ex presidente de instalar un colegiado terminaron por alejarlos.

El origen

Methol es el que tiene el derrotero más particular; se autodefine como “herrerista”, pero reconoce que también está “influenciado por otras corrientes de pensamiento, por ejemplo el riverismo”. En las elecciones de 2009 acompañó a su padre en su apoyo a la candidatura de José Mujica, y cinco años después, en 2014, militó en el sector del ex vicepresidente Raúl Sendic, “cuando intentó ser una convergencia entre trabajadores y empresarios, generar una propuesta más desarrollista”. Aun así, sostiene que “de 2012 para acá el FA entró en una caída libre que no se pudo frenar en cuanto a su base de pensamiento, en cuanto a una no relación entre lo que eran sus valores y lo que se estaba haciendo”.

Según Methol, algo que lo alejó de esa fuerza política fue el enfoque en la agenda de derechos, “que no es la que estaba necesitando el país para generar un cambio estructural” y que chocaba con su formación católica. “Cuando no se pudo hacer la reforma de la educación, cuando no se pudo avanzar en las obras de infraestructura se apeló a esta agenda como una forma de llenar el ojo; eso se lo he escuchado a [Eduardo] Bonomi y a otra gente del mismo FA”
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Fue en setiembre de 2018 que Methol, Domenech y Hugo Manini Ríos comenzaron a concebir la idea del Movimiento Social Artiguista (MSA), que en sus inicios “no se concibió como una estructura partidaria, sino que era algo que nacía como un movimiento, eran espacios dispersos que se empezaron a juntar”. Más tarde, dadas las adhesiones que tuvo el MSA, se trazó su primer objetivo: “empezar a juntar firmas para formalizarse como partido”. En esa instancia “se fue generando un diálogo entre vecinos y una comunicación sobre cuáles eran las bases que terminaron siendo los principios del partido”. Al momento de registrarlo la Corte Electoral les solicitó cambiar el nombre, por lo que eligieron CA, “una institución que viene de la época de España, del virreinato, y que Artigas tomó”.

Si bien carecían de una cara visible, la recorrida por los barrios en la recolección de firmas y la campaña por redes sociales atrajo a militantes al movimiento, sobre todo en el interior del país. Fueron meses vertiginosos, según Methol: “Todo se fue precipitando, por la reacción que tuvo la gran mayoría de la población. Se fue generando un clamor que a nosotros nos pareció importante acompañar, y se abrió un nuevo espacio político”.

El otro protagonista de esta historia, Domenech, conoció a Hugo Manini Ríos por “un amigo en común”, que los conectó porque Manini necesitaba un escribano. “Entonces le hice unos certificados notariales y comenzó una relación que era enteramente profesional”, contó a la diaria. “Esa relación se transformó en una amistad. Hugo es un individuo de una cultura impresionante, y me resultaba muy enriquecedor hablar con una persona así. Además, si bien no somos católicos prácticos tenemos una formación católica, una concepción cristiana de la vida”. Así fue que Domenech conoció al hermano menor de Hugo, Guido.

El senador defiende a capa y espada los valores cristianos, porque “hasta los que no son cristianos forman parte de esta sociedad, que se formó con base en la filosofía griega, el aporte del derecho romano y los principios morales del cristianismo; aun la gente que tiene aversión a la iglesia católica forma parte de una sociedad que está conformada por los valores cristianos”. Estos valores están presentes en la plataforma de CA, por ejemplo en la concepción de la familia como “la base de la sociedad”, por lo que “resulta imperioso revertir la tendencia a la baja de los nacimientos”, advirtió Domenech.

“A través de los años se generó una vinculación”, continuó, una relación que llegó hasta 2018: “Veíamos algunos temas, como la droga, muy vinculado al tema de la indigencia, y la gente que vive en la calle; también las enfermedades mentales, de las que nadie habla, pero la sola mención de la elevadísima tasa de suicidios que hay en Uruguay muestra que la depresión en nuestro país hace estragos”.

Fue a raíz de esto, según el presidente del partido, que se habló “de generar un movimiento con gente que conocemos de la iglesia y la actividad política”, pero no como un espacio electoral, debido a las diferencias partidarias que había entre ellos –los Manini son colorados, Methol había sido parte del FA y Domenech era votante nacionalista–. Igualmente, todos coincidían en esa concepción cristiana. “Artigas era un individuo que tenía la misma formación y la misma cosmovisión que nosotros. No era un católico práctico, pero era un individuo creyente formado con los franciscanos, tenía la preocupación tradicional que ha tenido la iglesia por los desvalidos”.

La historia después de los primeros meses es conocida: CA finalmente se inscribió en la Corte y, coincidentemente, Guido Manini Ríos comenzó a tener más relevancia pública a raíz de su remoción como comandante en jefe del Ejército por parte del presidente Tabaré Vázquez. “Es en marzo, cuando relevan a Manini, que nos convencimos de que era momento de proponerle que fuera nuestro candidato”, indicó Methol.

Una familia política

Tras su salto a la arena política, el general Manini Ríos fue catalogado de outsider. Sin embargo, tiene un linaje puramente político. Su abuelo, Pedro Manini Ríos, fue una de las figuras políticas más destacadas de principios del siglo XX. Inicialmente partidario de Batlle y Ordóñez, ocupó lugares importantes en su gabinete y fue director del diario El Día, pero cuando el líder colorado puso sobre la mesa la propuesta de sustituir la figura del presidente por un colegiado, al igual que sucedió con Rodó, la alianza se rompió.

Pedro Manini, entonces, fundó junto con otros una nueva corriente dentro del PC a la que bautizó Riverismo, en una evocación de los valores más tradicionales y conservadores del partido. En 1917 fundó el diario La Mañana, y en 1933 y 1934 fue ministro de Hacienda de la dictadura de Gabriel Terra.

Pedro tuvo dos hijos: Carlos y Alberto. El primero heredó el medio fundado por su padre, y además integró los gabinetes de Óscar Gestido y –luego de la muerte de este– de Jorge Pacheco Areco. En 1971 fue designado embajador en Brasil, cargo que ocupó hasta 1977. Tras la apertura democrática, en 1985, Julio María Sanguinetti lo designó ministro del Interior. Siendo el titular de la cartera, ordenó reprimir una manifestación de estudiantes del IPA, lo que terminó con el arresto de un diputado frenteamplista. A raíz de esto fue interpelado en el Parlamento, pero mantuvo su cargo con la bendición del entonces presidente, Sanguinetti.

De los hijos de Alberto, Hugo y Guido se dedicaron a la actividad pública. El primero es el fundador de la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), una agrupación de extrema derecha de fines de los 60. El segundo, muy pequeño en ese momento, optó por la carrera militar en 1975, y se graduó con el grado de alférez en 1978. Así, comenzó una carrera militar que lo llevó a ocupar cargos de gestión: fue director del Hospital Militar y, años más tarde, comandante en jefe del Ejército.

Entre 2018 y 2019 se sucedieron los hechos que terminarían con la destitución del último eslabón del linaje Manini Ríos y su posterior pase a la política. Su aparentemente deliberado ocultamiento de las confesiones de José Nino Gavazzo en los tribunales de honor militares en las que este admitió haber tirado al río Negro el cuerpo del tupamaro Roberto Gomensoro en 1973 provocó una crisis institucional en Presidencia cuando el periodista Leonardo Haberkorn sacó esa información a la luz. A raíz de esto, tanto Manini como el entonces ministro de Defensa, Jorge Menéndez, el subsecretario de la cartera, Daniel Montiel, y los generales que participaron en el tribunal fueron removidos de sus cargos.

El candidato

La propuesta fue hecha de manera pública, mediante una conferencia en el hotel Ibis. Tras unos días, Manini aceptó la candidatura. “Cuando se dio el relevo de Manini el tema estaba muy vinculado al caso Gavazzo. No era un tema para nosotros central ni mucho menos, nosotros estábamos pensando en la plataforma”, contó Methol, aunque reconoció: “A través de ese asunto también se le fue dando difusión a lo nuestro”.

“En ese momento consideramos que Manini era la persona indicada. No sé cuál hubiera sido el destino de nuestro movimiento si hubiera tomado otra decisión”, añadió. Para Methol, el hecho de provenir de una familia política le dio a Manini “un componente de arraigo muy fuerte que lo hace a él un político. Incluso cuando no estaba en la política partidaria él era un político”. La figura del ex comandante en jefe del Ejército “fue fundamental, porque un gran porcentaje de los votos del movimiento responden a Manini”, aunque igualmente “el contorno que le dio CA fue fundamental, un poco por las bases, un poco por el gran trabajo que hubo y porque muchos voluntarios fueron abriendo sus cabildos”.

Para Methol Manini adquirió un perfil “como gestor, como estratega y conductor del movimiento muy importante. Esto generó una sinergia en la cual la gente del partido comenzó a brillar con luz propia”.

“Yo vi que era un individuo que podía generar un movimiento importante en el país”, señaló Domenech, que dice creer que no sólo él vio eso, “lo vio gente con otras miradas, y fue la gente que lo empujó a Guido a interesarse por la actividad política”. Manini Ríos, según Domenech, “reúne carisma, inteligencia, perseverancia, templanza, lo que lo hace un individuo excepcional”. El programa de CA “era un programa pensado por personas que ideológicamente tenemos la misma sintonía que Guido, y a él le cayó como anillo al dedo porque no decíamos nada que a él le pudiera significar una discrepancia”, afirmó.

Así fue que Manini Ríos arremetió en la política de la mano de CA, que hasta entonces había pasado por debajo del radar de los medios de comunicación, y comenzó a adquirir cada vez mayor relevancia. Las polémicas declaraciones de algunos dirigentes, así como la aparición de personas vinculadas a grupos neonazis o con simbología del estilo provocaron que CA fuera catalogado como un partido de extrema derecha.

Para Domenech CA “es tan atípico en la política uruguaya que la gente tiene la necesidad imperiosa de ubicarlo en un casillero. Hay que poner algún mote y parece que no hubiera otras opciones válidas superadoras de esas dicotomías”. Esto genera “la necesidad de caricaturizarlo”, pero “creo que con el tiempo la gente se ha dado cuenta de que no somos de extrema derecha”, agrega. Sin embargo, la reaparición de La Mañana como un medio vinculado a CA trajo otras dudas.

El renacer de La Mañana

Pedro Manini Ríos fundó La Mañana en 1917, poco después de romper con Batlle y Ordóñez. “En esa época cada fracción política-partidaria tenía su periódico de referencia”, explicó el historiador Gabriel Bucheli a la diaria. Años más tarde Carlos y Alberto, sus hijos, se hicieron cargo del diario.

Carlos tomó las riendas del medio de prensa, mientras que Alberto se volvió director de un suplemento llamado Verde, que era especialmente para el interior del país y tenía “un discurso de proximidad al campo, y en los 60 empezó con la prédica contra el comunismo”, explicó Bucheli. “Todo el diario La Mañana lo hacía, pero especialmente el suplemento para el interior”.

Fue entonces cuando La Mañana comenzó a tirar su discurso cada vez más hacia la derecha, hasta que en diciembre de 1970 Hugo Manini Ríos comenzó a usar la página central del suplemento que dirigía su padre para la prédica de los “valores” de la JUP. “La Mañana de diciembre de 1970 hasta mayo de 1972 es el vocero oficial de la JUP, concretamente esa página del suplemento”, dijo Bucheli. En 1972 hubo una ruptura de la familia Manini con La Mañana, y la JUP fundó un semanario llamado Nuevo Amanecer.

La Mañana se mantuvo a lo largo de los años, con altibajos en la década de 1990, hasta cerrar en el año 2000.

“Por el año 2009 o 2010 fue a remate lo poco que tenía La Mañana, y Hugo Manini lo compró”, contó Methol, quien también se dedica a escribir y editar el medio, hoy reconvertido en semanario. “Él ya no tenía que ver con el viejo diario desde la década del 70, y ahí me dijo para relanzar La Mañana, pero por distintos motivos eso se fue retrasando”. A fines de 2018, cuando Methol terminó un trabajo para la Universidad de Montevideo, fue que el mayor de los Manini Ríos le dijo que era un buen momento para relanzar el medio.

“Retomamos La Mañana con el espíritu fundacional de Pedro Manini Ríos, que durante su trayectoria siempre puso el énfasis en el tema del trabajo vinculado al campo, a la producción, y eso es un énfasis que mantiene La Mañana”, señaló Methol, que explicó que formalmente no es un medio partidario, pero que “sí tiene la misma filosofía que CA”, puesto que allí “de alguna manera confluyen la visión de Pedro Manini, de Methol Ferré y del artiguismo social”.

Con relación a la postura que adoptó La Mañana en la década de 1970, Methol considera que “parte de la historia fue toda esa bipolaridad y tensión que fue la Guerra Fría, que de alguna manera terminó reflejándose en los medios de prensa y en los partidos políticos, y era muy difícil salirse de eso”. “Creo que cuando uno ve hacia atrás no hay que hacerlo desde la óptica de la actualidad. Hoy La Mañana está en el 2020, lo vemos desde la óptica actual, con los principios fundacionales de La Mañana, pero desde una época distinta”, añadió.

Si bien se ha adaptado a los nuevos tiempos, La Mañana tuvo prácticas que se creían olvidadas en los medios uruguayos.
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En enero de este año el semanario se vio envuelto en un intercambio con el diario El Observador, por considerar que el matutino tenía un ensañamiento especial con el medio. Según Methol, El Observador “desde hace bastante tiempo parece tener una atención especial sobre lo que hace o deja de hacer Manini, y desde el surgimiento de CA ha mostrado una cara no muy agradable”. Agregó: “Vimos una serie de notas que insistían una y otra vez en vincular a CA y a La Mañana en cosas que no tienen nada que ver”.

El 23 de enero de 2020 La Mañana publicó una columna editorial titulada “Un periódico con dos caras”, en la que acusaba a El Observador de adolecer de “un prejuiciado enfoque sesentista, en clave de ‘prensa amarilla’, donde las reiteradas fake news se tutean con la maledicencia y los prejuicios obsesivos” y se enumeraban las “contradicciones” en las que incurrió el periódico, como el “divorcio entre su dirección y su redacción”.

“La victimización y el poner a la prensa como enemiga no es una estrategia nueva”, escribieron los periodistas de El Observador en su respuesta al editorial del semanario, publicada el mismo día. Y es que ninguno de los ingredientes en la receta de CA –o de La Mañana– es especialmente nuevo

Juego a dos puntas

El aporte que realizó CA a la “coalición multicolor” fue necesario para el triunfo en la segunda vuelta electoral de las últimas elecciones nacionales. Sin embargo, como parte del gobierno, Manini Ríos ha optado por un doble juego que, según el politólogo Daniel Chasquetti, “debe ser bastante incómodo para Lacalle Pou”, puesto que “lo necesita, pero por otro lado no es un socio muy leal”. Es que si bien CA mantiene sus ministerios y la influencia en el Poder Ejecutivo, desde el Parlamento Manini “tiene su propia estrategia a largo plazo”.

“También esto obedece a las características de la coalición, que no es horizontal, es radial, y no tiene ningún ámbito horizontal donde todos se sienten a la mesa”, cuyos integrantes “intentan cooperar, pero no hay ningún ámbito donde puedan avanzar para dirimir diferencias”, indicó el politólogo. El hecho de que cada miembro de la coalición negocie con el presidente de la República “facilita este tipo de estrategias, que son unilaterales: si va bien, él va a intentar reclamar el crédito por los logros del gobierno; si le va mal, va a tomar distancia”.

Esta estrategia electoralista se puede ver en los videos que difunde el propio Manini por redes sociales, como el que publicó en su momento para manifestarse en contra del aumento de tarifas públicas previsto por el gobierno nacional; para Chasquetti “es como que emite su opinión sin importar lo que piensen los demás miembros de la coalición, tiene su propia línea”, lo que lo convierte en “un problema a futuro, porque si no le va bien al gobierno puede ser un problema bastante severo”.

La última jugada de Manini fue la del lunes, cuando presentó un proyecto de ley para “crear un Fondo Nacional de Emergencia Sanitaria Covid-19” paralelo al que envió el gobierno el miércoles a la Cámara de Senadores con la firma de todos los ministros, incluidos los de CA. Para Chasquetti “Manini presentó su propio proyecto con el fin de marcar posición”; “por más que ahora luce fuerte, [el gobierno] estructuralmente es débil, porque son cinco partidos y el partido del presidente es pequeño”, por lo que el daño que puede hacer esta estrategia del líder cabildante es incierto, lo que continúa dándole a CA –a más de un año de su fundación– un halo enigmático.

La Diaria
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2244 / miércoles 08.04.2020
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“La izquierda no puede pensar sólo en ganar elecciones. Necesita tener como meta fundamental organizar al pueblo, y recuperar la hegemonía de las ideas de la clase obrera en la sociedad. Recuperar los valores humanistas y socialistas, y practicarlos, como la solidaridad, la defensa de la justicia social y la igualdad entre todos los seres humanos.”
Joao Pedro Stedile – MST (Brasil)
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COMCOSUR AL DÍA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares / Apoyo técnico: Carlos Dárdano.
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Sergio Ferrari (en colaboración con swissinfo.ch)
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MÉXICO: ASESINAN A LA PERIODISTA MARÍA ELENA FERRAL – comcosur mujer 635 – 06.04.2020

COMCOSUR MUJER / AÑO 17 /No. 635 /lunes 06.04.2020 – Hoy:

1) Argentina: Pandemia y lugares de encierro: reclamo por mujeres privadas de su libertad en Rosario
2) España: Mujeres aún más vulnerables ante la emergencia sanitaria
3) España: «Estamos en la primera línea de batalla»: la difícil situación de las cuidadoras y limpiadoras latinoamericanas en medio de la pandemia
4) Guatemala: “Las mujeres indígenas reivindicamos una larga memoria de lucha por la tierra”.
5) México: Asesinan a la periodista María Elena Ferral
6) México: Aumenta violencia contra mujeres durante cuarentena por coronavirus
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COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 17 /No. 635 – Lunes 6 de abril de 2020 / Producción: Beatriz Alonso y Belén Itza / Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” Rosa Luxemburgo
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1) ARGENTINA: PANDEMIA Y LUGARES DE ENCIERRO: RECLAMO POR MUJERES PRIVADAS DE SU LIBERTAD EN ROSARIO

En este contexto de avance de la pandemia, distintas organizaciones sociales reclaman que se deben tomar medidas para atender, cuidar y proteger a las personas que están en situación de encierro.

El pasado 23 y 24 de marzo personas alojadas en las cárceles de Las Flores y Coronda, provincia de Santa Fe, reclamaban que se tomen medidas para cuidar a todas las personas en situación de encierro ante el avance del Covid-19. Estos hechos terminaron con la vida de cinco personas.

Diferentes organizaciones sociales ya habían expresado su preocupación por la situación de las unidades penitenciarias en este contexto. Además, criticaron el rol de los medios de comunicación en los hechos del 23 y 24 de marzo, que difundieron imágenes violentas de esa situación de reclamo en lugar de centrarse en lo que pedían.

A partir de las medidas asignadas desde los distintos niveles del Estado para afrontar la pandemia del coronavirus, se vieron afectadas diversas actividades que cambiaron las condiciones de vida al interior de las cárceles. Graciela Rojas, de la organización Mujeres tras las rejas, expresó: «La pandemia produce efectos secundarios y primarios en la rutina carcelaria. Primero, se restringen las vinculaciones parentales. Segundo, afecta la salud: muchos de los tratamientos se suspenden, muchas de las asistencias médicas quedan sin efecto, se suspendieron también todas las actividades relacionadas con los talleres, aprendizajes, la escuela. Eso vulnera los derechos más profundos. Algunos dicen ‘afuera no hay clases’, pero ‘afuera’ hay otros recursos».

Además, describió la situación de las mujeres en la Unidad Penitenciaria N°5 de Rosario: «Están viviendo mamás con niños y niñas. A esas mujeres, niños y niñas, les hace falta mayor atención y cuidado. Sabemos que hoy les habilitaron una hora de patio para esos niñitos que no tienen otro espacio para moverse que no sea la celda», lamentó Rojas.

Escuchar/Descargar el reporte de Andrés Nuñez, desde Aire Libre Radio Comunitaria
agencia.farco.org.ar/noticias/pandemia-y-lugares-de-encierro-reclamo-por-mujeres-privadas-de-su-libertad-en-rosario/

COMCOSUR MUJER Nº 635 – 06/04/2020
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2) ESPAÑA: MUJERES AÚN MÁS VULNERABLES ANTE LA EMERGENCIA SANITARIA

«Si no tengo para comer, ¿qué hago?» se pregunta Stefanía, una colombiana que ejerce la prostitución. Ninguna de las medidas adoptadas por el Gobierno hasta la fecha sirven para aliviar la situación de vulnerabilidad en la que viven y que se ha acrecentado exponencialmente desde que se decretaran las medidas de confinamiento.

«La semana anterior al confinamiento fue buena. Hice unos 830 euros que me sirvieron para mandar dinero a mis padres, pagar mi habitación y comprarme algunas cosas de comida e higiene. Ahora sólo me quedan 50 euros y me tocará llamar a algún cliente de confianza que con migo ha sido bueno».

Quién habla es Stefanía, el nombre ficticio de una mujer de 23 años que hace seis meses llegó de Colombia para ganarse la vida. Cuando le preguntamos por teléfono si no tiene miedo de contagiarse o contagiar a alguien, responde: «Si estuvieras en mi lugar, ¿tú que harías? ¿Cómo como? ¿Como pago? ¿Cómo comen mi mamá y mi papá? Tengo que comer vivir y mantener a mi familia en Colombia que dependen de mí».

«Yo no vine a esto», explica, «pero sin papeles nadie me daba trabajo. Venimos engañadas porque nos aseguran que aquí hay trabajo y te puedes ganar la vida, pero las oportunidades no existen. Sólo hay una salida y terminas en la prostitución».

«Lo que estamos viendo en nuestro día a día con las mujeres en prostitución y trata es que la desesperación las lleva a esto. No tienes nada que echar al estómago y piensas en tu salud. Pero tu salud también es comer. Ellas no han sido tenidas en cuenta en las ayudas económicas que han anunciado ni nos han dotado a las ONG que trabajamos con ellas de los mínimos fondos para poder asegurar su comida, que sería un primer paso para no pensar en buscar clientes», afirma Hodan, técnica de intervención de género en Médicos del Mundo.

«Si optara por esta opción», reconoce Stefanía, «tendría que buscarme un lugar donde ejercer, porque el club en el que trabajo ahora está cerrado por la cuarentena». Afirma que no se hace rica. Sólo consigue lo justo para comer, enviar lo justo a su familia y sobrevivir. Viven al día para pagar la deuda, muchas de ellas y para enviar dinero a los que dependen de su trabajo.

Ninguna ayuda a la vista

Ninguna de las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno sirve para aliviar las condiciones en la que viven las mujeres en situación de prostitución y trata. Este colectivo tan vulnerable y en su gran mayoría en situación administrativa irregular, ha quedado excluido, incluso, de las medias adoptadas para aliviar la situación de los hogares, que prohíben a las compañías suministradoras cortar el suministro de luz, agua o gas a los hogares mientras dure la crisis. Por su situación, la mayoría tampoco tiene acceso al Sistema Público de Salud.

«Las mujeres prostituidas afrontan un estado crítico ante la alarma que vive el país por Covid-19», alertan desde Médicos del Mundo, que denuncia la precaria situación de estas mujeres, la falta de medidas de protección frente al virus y una terrible situación económica. A tal punto llega ésta, que en algunos casos se ven empujadas a seguir prostituyéndose.

«Todas las medidas sociales adoptadas por el Gobierno para paliar esta emergencia están destinadas a personas en situación regular. Pero incluso las mujeres en prostitución que estén en esta situación, no pueden demostrar ingresos ni en la mayoría de los casos pedir ayudas al alquiler», afirma Elisa García, portavoz de Médicos del Mundo en Madrid. Muchas, tal como explican desde esta organización, alquila una habitación sin ningún tipo de contrato formal ni puede demostrar ingresos. Por lo que están en riesgo de acabar en la calle y no tener acceso a ninguna de las medidas de ayuda que se han establecido.

Por eso, explican, algunas reconocen que están aceptando clientes habituales. «Porque necesitan comer o enviar dinero a su familia que suele estar en otro país, porque la mayoría son cabezas de familia de la que depende una red familiar. Se ven obligadas a elegir entre contagiarse o subsistir. Con necesidades económicas tan acuciantes la capacidad de elección está totalmente mermada», comenta García.

Esta situación se agrava aún más en el caso de las víctimas de trata, que tienen deudas con sus explotadores y que temen que éstas se incrementen debido al confinamiento. La mayoría vive en pisos gestionados por los proxenetas o en los clubes, lo que conlleva gastos. Si esta situación de confinamiento se alarga, muchas van a ver incrementada su deuda exponencialmente y las que no la tengan por trata la van a adquirir, aumentando la dependencia con sus explotadores.

Dudas sobre el cierre de los burdeles

Tal como afirman fuentes de Médicos del Mundo, más de 60 mujeres en situación de prostitución y trata a las que han contactado afirman que tanto pisos como clubes se mantienen cerrados, dato que confirman los propietarios. «Pero tenemos nuestras serias dudas de que esto sea así y que en realidad no se estén abriendo a prostituidores conocidos o clientes habituales de la zona, porque algunas mujeres nos cuentan que por las tardes les pedían que bajaran al bar a tomarse algo y así no estaban tan encerradas. También estamos atentas a artículos que afirman que se están haciendo fiestas privadas en diversos pisos.

Ante esta situación de precariedad y falta de recursos, exigen que se tomen medidas más amplias y que se consideren a las mujeres en situación de prostitución y de trata población vulnerable para que puedan beneficiarse de las políticas públicas de apoyo económico y poder acceder a los diversos sistemas de servicios sociales o Institutos de la mujer. Esta petición se extiende a la necesidad de apoyo psico-social urgente, puesto que en la mayoría de los casos se trata de personas que carecen de redes sociales o familiares, confinadas en prostíbulos o pisos, lo que añade estrés y ansiedad a una situación de por sí ya difícil.

Fuentes del Ministerio de Igualdad contactadas por este diario, han afirmado que no hacen declaraciones sobre las medidas a adoptar y que todas las decisiones y anuncios se llevan a cabo desde el gabinete de crisis del Gobierno en torno a la emergencia del coronavirus.

Rebelion / COMCOSUR MUJER Nº 635 – 06/04/2020
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3) ESPAÑA: «ESTAMOS EN LA PRIMERA LÍNEA DE BATALLA»: LA DIFÍCIL SITUACIÓN DE LAS CUIDADORAS Y LIMPIADORAS LATINOAMERICANAS EN MEDIO DE LA PANDEMIA

En momentos en los que múltiples residencias de ancianos se han convertido en uno de los principales focos de covid-19 en España, muchas familias prefieren contratar a alguien para que se quede en casa cuidando a sus adultos mayores. Y ese alguien, con frecuencia, es una mujer latinoamericana.

En un apartamento en Valencia, una mujer de 89 años que apenas puede dar unos cuantos pasos cortos por sí misma, debería haber ingresado este mes a una residencia.
Pero el plan quedó postergado por miedo al nuevo coronavirus: algunos de estos centros están tan saturados que las autoridades han encontrado bajo sus techos a ancianos abandonados. Algunos, incluso muertos.

La solución para resguardar a esta mujer mayor —y por tanto, parte de la población más vulnerable a la covid-19— ha sido otra mujer: una inmigrante peruana de 34 años que, tras cuatro meses buscando empleo sin éxito, ahora tiene uno gracias a la pandemia.

Ana, que prefiere que no se sepa su verdadero nombre, dejó su país para «ayudar a su familia».

Gana 900 euros (unos US$990) al mes por estar de interna en aquel apartamento todo el día, todos los días, y de ese dinero debe pagar lo que gaste en comida para ella y la mujer a la que cuida.

«Al principio iba a tener los fines de semana libres, pero con la cuarentena, la familia me dijo que me quedara todos los días», cuenta por teléfono. A cambio, le dieron 40 euros (US$44) más al mes.

«No es nada, pero lo he tomado por no quedarme sin trabajo… y por no exponerme: no tengo papeles y no sé si puedo usar la sanidad».

Ana hizo hace poco la compra de todo el mes para evitar salir del edificio.

Teme que, ahora que la policía patrulla las calles para hacer cumplir el confinamiento, algún agente la pare y le pida esos documentos de los que carece.

También le asusta enfermarse: «Como es tan feo el virus y algunas personas han muerto, yo tampoco me quiero exponer. Yo quiero ver a mi familia nuevamente».

Así que pasa los días entre llamadas con sus padres, sus hijos y brindando compañía y ayuda a aquella mujer de quien deberá despedirse cuando acabe la pandemia y la ingresen finalmente a una residencia. Es decir, cuando ella se quede otra vez sin trabajo.
Trabajadoras de segunda

En la lucha contra el coronavirus hay héroes (o heroínas) a las que no se les aplaude.

El nuevo coronavirus que surgió en China el año pasado y que se expande rápidamente por el mundo ha golpeado de manera especialmente dura a España, donde los contagiados superan los 100.000 este 1º de abril y más de 9.000 personas han fallecido a causa del virus.

La crisis sanitaria ha traído dolor y consternación al país, pero también le ha hecho recordar a la sociedad la importancia de algunas profesiones como la de médicos y enfermeros, a quienes se aplaude desde ventanas y balcones cada día a las ocho de la noche.

Otros han destacado en las redes sociales roles como el de los trabajadores de supermercados. Pero, a la hora de buscar a quién aplaudir, son menos quienes han mirado dentro de sus propias casas.

«Estamos también en la primera línea de batalla contra el coronavirus, cuidando allí donde el gobierno no está llegando y trabajando con un grupo de riesgo, que son las personas mayores», señala Carolina Elías, presidenta de la asociación Servicio Doméstico Activo de Madrid (Sedoac).

«Pero ¿en qué condiciones lo estamos haciendo?».

Cuatro de cada 10 empleados domésticos trabajan en la economía sumergida, muchos de ellos, por ser inmigrantes indocumentados.

Quienes sí cuentan con una relación laboral formal no solo forman parte del sector con los salarios más bajos del país -un 44% del sueldo promedio, según un estudio de 2019 de la Fundación Alternativas-; sino que cuentan con menos beneficios que el resto de asalariados.

Por ejemplo, este es el único colectivo que puede ser despedido sin razón y que no puede acceder a una prestación por desempleo.

«Las mujeres empleadas de hogar, sobre todo las migrantes, hemos sido la respuesta ante esta crisis. Pero la cosa es que lo valoren, y no con una palmadita y diciendo ‘muchas gracias’, sino con derechos», insiste Elías.

«Y pedimos los mismos derechos que el resto de trabajadores, no pedimos más».

«Hacer lo correcto»

La pandemia ha tenido diferentes consecuencias en el sector, donde más del 90% son mujeres y las latinoamericanas tienen una fuerte presencia.

Por un lado, ha generado empleo, como en el caso de Ana.

Por otro, lo ha destruido, ya que al haber más personas quedándose en casa o haciendo teletrabajo, algunas familias han optado por prescindir de sus servicios.

Ante la cuarentena, además, muchas están exigiendo a sus empleadas que se queden en casa indefinidamente pese a que, en España, las medidas de confinamiento sí permiten desplazarse para el cuidado de ancianos.

«Y ahora se han agravado sus cargas laborales porque, en muchos casos, ya no solo está el abuelito al que cuidaban, sino también la hija, el novio de la hija… Y mientras que fue contratada para cuidar al abuelito, ahora está lavándole las bragas a la hija, cuando ese no era su trabajo», asegura Elías.

Pese a la precariedad, algunas tienen muy clara la importancia de su puesto.

Es el ejemplo de Shany, una peruana de 43 años a la que la pandemia puso ante un dilema: ¿correr el riesgo de contagiar a la mujer mayor que cuidaba o renunciar a la única fuente de ingreso que le quedaba a su familia?

Ella eligió lo segundo.

«No me arrepiento, porque estaba en juego la salud de la señora. Está baja de defensas y es de edad avanzada», cuenta por teléfono desde Bilbao, donde vive desde hace poco más de un año.

Shany llegó a España huyendo de gente que la acosaba por un conflicto de tierras en Lima, una ciudad en la que, a su vez, su familia se había refugiado décadas antes, después de que el ejército «desapareciera» a su padre, cuenta.

El dilema surgió porque su marido se enteró de que el hombre de 90 años al que cuidaba de vez en cuando había sido hospitalizado por covid-19. Al poco tiempo, el hijo de seis años de la pareja empezó a presentar fiebre.

Aislarse no era una opción: el matrimonio y sus tres hijos viven en una sola habitación en un apartamento que comparten con tres personas más.

Shany decidió «hacer lo correcto» y llamó a la familia de la mujer mayor a la que cuidaba cada fin de semana para explicarles por qué no iría más.

Así fue como perdió los 120 euros (algo más de US$130) semanales con los que se mantenían.

«Al final, estamos todos bien y como ya ha pasado una semana, ahora tengo que encontrar trabajo de lo que salga, porque no tengo para el alquiler y mis hijos necesitan comer».

Sabe que buscar empleo en medio de la pandemia no será fácil: «Pero también hay personas que están dejando de ir a su trabajo por miedo al coronavirus».

«Va a ser difícil, pero no imposible».

«Machismo» y «racismo»

«La pandemia ha visibilizado el tema de los cuidados, que suele recaer en las mujeres pero, sobre todo, en las mujeres migrantes», afirma Angélica Zuluaga, coordinadora del Área de Mujer Migrante en el Servicio Jesuita a Migrantes de Valencia.

Zuluaga destaca como un gran paso que ahora haya muchas más empleadas del hogar extranjeras que «se reconozcan como trabajadoras que deben tener los mismos derechos que el resto».

«De buenas a primeras, una mujer migrante no tiene ese discurso. Su discurso suele ser: ‘Yo he venido a trabajar y a poyar a mi familia'», comenta por teléfono.

Ella espera que la pandemia sirva para «reflexionar sobre el sector de los cuidados» y la dinámica desfasada que cree que todavía lo invade.

El único trabajo que muchas mujeres latinoamericanas consiguieron al llegar a España fue cuidar a ancianos o niños.

«Lo que les pasa a estas mujeres es que el resto cree: ‘Yo te estoy dando la posibilidad de trabajar’. Es una estructura de poder detrás de la cual hay racismo».
Carolina Elías, de Sedoac, coincide.

Esta abogada salvadoreña vino a España hace más de una década con una beca para hacer un máster al que luego le siguió un doctorado que tuvo que abandonar por falta de medios económicos.

«Y el único nicho laboral que se me abrió, como mujer migrante, fue el del empleo del hogar», recuerda. Un sector al que cree que tendrá que volver pronto ahora que el Ayuntamiento de Madrid le ha cortado los fondos a la asociación.

Elías lamenta que en España no se «reconozca» a las empleadas de hogar como trabajadoras porque la mayoría son mujeres: «Y creen que por serlo, nacemos con el gen de cuidar y limpiar, y que por tanto esto no es un trabajo».

También cree que hay una cuestión de «clase», «muy vinculada todavía con eso de servir al amo».

«Y el tercer componente de por qué hay tanto desprecio o visibilidad a este oficio: porque mayormente, quienes lo realizamos somos mujeres extranjeras, con una fuerte representación de América Latina».

Una «privilegiada»

Ante este panorama, Paola Verdejo se considera una «privilegiada».

El abuelo de los niños que cuida Paola Verdejo dio positivo y ella también se contagió.

Tras 13 años en España, cuenta con un trabajo formal que le dio derecho a una licencia médica remunerada cuando empezó a presentar síntomas de covid-19.

«El abuelo de los niños que cuido había dado positivo y mi jefa, que es muy nerviosa, me dio la noticia de una manera tan dramática, que me dio una sensación de ahogo, de que se me había ido la vida en ese momento», cuenta esta chilena de 40 años.

Pese a que aún se puede oír a través del teléfono el esfuerzo que hace su pecho por coger aire cada vez que va a hablar, asegura que se está recuperando.

«Luego dije: ‘No, yo no puedo reaccionar así’… Lo único que pensé fue en proteger a los demás. Sentí que mi cuerpo podía asimilarlo sin pasar a mayores, pero tenía miedo de contagiar a alguien a quien sí le podía costar la vida».

Entre aquellos a quienes podía poner en riesgo, está una pareja mayor a la que atiende por horas desde hace una década. También, su propia madre, de 65 años.

«Es complicado porque el piso es pequeño y quieren abrazarte. Estamos una en una esquina y la otra, en la otra, pero tenemos un solo baño y yo comparto la habitación con mi hija de 17 años», explica.

«Menos mal, de momento, mi madre está mejor que mi hija y yo», ríe. La pareja a la que cuida también parece estar bien.

El «privilegio» de Verdejo no la libra de largas jornadas laborales que empiezan a las ocho de la mañana y pueden acabar a las diez de la noche para reunir así los 1.400 euros (US$1.544) con los que vive su familia.

Aunque ahora, por el coronavirus, ha perdido uno de los cinco trabajos de limpieza y cuidado de ancianos y niños que compaginaba.

Verdejo lamenta que, estando con fiebre y el cuerpo adolorido, haya tenido que encargarse ella misma de los trámites por ser empleada del hogar.

«El trato no ha sido igual porque cuando alguien pilla el coronavirus en su trabajo, se considera accidente laboral… Además, las empresas se encargan de gestionar las bajas médicas y aquí lo he tenido que hacer todo yo».

Verdejo, que cuando llegó a España no tenía papeles, no cree que el sector haya mejorado: «Es una, personalmente, la que mejora sus condiciones y al hacerlo, ayuda a que las condiciones de otras mejoren».

Ante la pregunta de si la pandemia ayudará a revalorizar el rol de las empleadas domésticas, no se muestra muy optimista.
«Quisiera serlo, pero no lo tengo muy claro. El gobierno ha dicho que va a aprobar un subsidio para empleadas de hogar que se queden sin trabajo por el coronavirus. Pero es de un mes y me parece una burla», dice.

«Nuestro trabajo es tan digno como el de los sanitarios».

Para Carolina Elías, licencias médicas como la que ha podido solicitar Verdejo son solo uno de los pocos pasos que se ha dado hacia ese «sueño» que tienen las empleadas domésticas en España: «La igualdad de derechos con el resto de trabajadores».

www.bbc.com / COMCOSUR MUJER Nº 635 – 06/04/2020
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4) GUATEMALA: “LAS MUJERES INDÍGENAS REIVINDICAMOS UNA LARGA MEMORIA DE LUCHA POR LA TIERRA”.

La socióloga maya quiché, de origen guatemalteco, Gladys Tzul Tzul ha dedicado su actividad intelectual a reflexionar acerca de las formas comunales de hacer política en el seno de las comunidades indígenas. Conversamos con ella acerca de la potencia de lo comunitario, de la apropiación cultural y de los cruces entre el feminismo y las luchas por la tierra en países como Guatemala.

Nazaret Castro: ¿Por qué el creciente protagonismo de las mujeres en las luchas contra el avance de las actividades extractivas en el Sur global?

Gladys Tzul Tzul.: El extractivismo lo que ha hecho es alborotar el hormiguero; pero las mujeres siempre estuvieron ahí. Lo que existe en muchos territorios, como en Guatemala o en los Andes, es una pauta comunal de sostenimiento de la vida, que es mucho más igualitaria en términos concretos, materiales y no identitarios: todos toman agua, todas usan y cultivan la tierra. El avance de las actividades extractivas confronta esas formas de vida, porque toca las bases que hacen posible la vida: se contamina el agua, se vuelve infértil la tierra. Eso ha trastocado las formas de estructura de organización comunitaria, y dado que quienes están más cercanas al mundo de la reproducción son las mujeres, eso ha hecho que en esta época haya un creciente protagonismo de las mujeres, si se mira desde fuera. Los medios de comunicación y los investigadores están ahora conociendo cómo participan y luchan las mujeres, pero históricamente las mujeres siempre han luchado. Cinco siglos después de la colonización, ellas siguen conservando nuestros tejidos. Ellas siguieron trayendo a los niños al mundo (yo nací con comadrona) a pesar de las políticas de salud que impuso la colonia. Ellas nos curaron desde el ojo contra las malas vibras hasta la gastroenteritis por la alimentación. No es con el extractivismo que ellas salen a luchar. Quienes produjeron, en términos energéticos, materiales, estratégicos, la conservación de larga data y eficaz, fueron las mujeres. Entonces, el protagonismo de las mujeres en las luchas antiextractivas es algo que están redescubriendo los investigadores; pero las comunidades se sostuvieron siempre a través de las mujeres. Las mujeres son estructurales y no periféricas en los mundos comunitarios, y en el mundo en general. Son nuestras madres, no el Estado, quienes nos criaron, alimentaron, quienes a pesar de las crisis encontraron la manera de alimentarnos.

N.: Y que ponen en uso una inteligencia colectiva, formas diferenciadas de hacer política…

G.: El mundo comunitario siempre fue así, las mujeres fueron centrales, tuvieron capacidad estratégica en términos concretos, estéticos. Pero no había literatura sobre procesos de liberación de mujeres; eso va a pensarse desde el feminismo liberal, que va a pensar que en estos mundos indígenas hay una suerte de patriarcado absoluto, y eso no implica negar la existencia de jerarquías al interior propias del mundo femenino, que todas las mujeres tenemos que confrontar, sea yo indígena y tú no indígena. Ese tipo de orden simbólico masculino claro que lo padecemos, hay ventaja en términos simbólicos para mi hermano, pero eso no significa una especie de oscurantismo o mundo pre-medieval en que las mujeres no tenemos capacidad de desear o capacidad política de imaginar, de hecho las mujeres más disruptoras que yo conocí fueron mis tías y las mujeres en las comunidades, que tienen su energía y su sabiduría para hacer lo que nosotras somos hoy día. Esto es algo que ahora sale a la luz y sorprende. Como cuando en San Juan de Sacatepequez, donde las comunidades que se enfrentan a una cementera sacaron a San Francisco de Asís. Como la gente no pide permiso para hacerlo, eso resulta. No aparece en las formas clásicas de discursos o llamando a la revolución. Otro ejemplo: las mujeres amazónicas aparecieron bailando; o, en la Marcha Amazónicas de Mujeres en Ecuador, salieron con flores. Hay una dimensión muy seductora de la política, una especie de gran lucha por la vida, con ceremonias religiosas, flores, santos, lanzas. Eso yo creo que es lo que está sorprendiendo. Y es que en el mundo comunal no hay una separación entre lo político y lo económico, no hay una separación entre lo político y lo religioso.

N. En tus textos utilizas el término “voluntad de vida” -y titulas así uno de ellos- para referirte a la capacidad de las mujeres para recomponerse, para resistir…

Yo escribí ese texto conmovida por las mujeres ixil que organizaron el juicio contra Ríos Montt. Hay un momento en una fiesta, en que las mujeres bailan con mujeres y los hombres, con los hombres. Yo bailaba con ella; me contó que tuvo trece hijos y ocho se le quedaron en la guerra; que, de esos ocho, encontró cinco debajo de la tierra, y tres, todavía no. ¿Y usted no se puso triste?, le pregunté. Sí, me dijo, pero qué voy a hacer si tengo otros cinco vivos y tengo que encontrar a los otros tres para enterrarlos. Las primeras que se encuentran escarbando debajo de la tierra son las mujeres buscando a sus hijos. Era también la organizadora de la fiesta. ¿Cómo puede? Si esa señora no se deprimió, entonces cómo nosotras vamos a rendirnos. Ellas son las más ‘chingonas’; y al mismo tiempo son frágiles. En algún momento se quebró, lloró. Yo me decía, cómo hago para darle justicia a esto; qué es lo que tienen estas mujeres, que se envalentonan y siguen adelante. Ellas lloran mucho, lamentan que sus nietos no conocieron a sus padres; son frágiles, pero al mismo tiempo tienen una energía para reponerse. ¿Qué es lo que tienen? Tienen voluntad de vivir. Usé esa expresión en mi texto como homenaje a estas mujeres. Esa fuerza de ellas cuando dicen, No queremos que llegue la hidroeléctrica, que mis hijos sean sus trabajadores. Ven el potencial capitalista, el potencial de dignidad. Esta región en Guatemala es muy interesante en la guerra, hubo lugares que se intentaron exterminar, son cinco, este es uno de ellos. Yo últimamente trabajo ahí y estoy trastocada, es toda una experiencia de comprensión del mundo, del dolor también. Estas mujeres enfrentaron la muerte de adolescentes, hijos, padres, esposos, hermanos, y hay en ellas una fragilidad e imperturbabilidad al mismo tiempo. Las han tratado de joder, son débiles, y son las que pueden poner en cuestión la política de crecimiento, de desarrollo. Por eso titulé ese texto Voluntad de vida.

N.: Tal vez por esa capacidad de resistencia, a las mujeres se les suele atribuir una mayor resistencia a la cooptación por el empleo y el salario. En Guatemala, varias personas de organizaciones sociales de base me dijeron que, allí donde hay protagonismo de las mujeres en los procesos de resistencia comunitaria, es más difícil que las comunidades se dejen convencer por las empresas y por el Estado para aceptar la implantación de proyectos extractivos a cambio de la promesa de empleo, desarrollo y progreso. ¿Está de acuerdo con esto?

G.: Es que es una necesidad también, el salario, el trabajo. Hay, en efecto, un discurso que dice que las mujeres son las que menos quieren que entren los proyectos extractivos, pero yo creo que los hombres tampoco quieren; depende de la región donde investigues. Por ejemplo, en la Costa Sur de Guatemala, donde existe ya la propiedad privada de la tierra, es más fácil que se dé un proceso de venta de tierra; y las mujeres a menudo son más reacias, porque piensan en sus hijos, en el futuro. Pero ese cálculo también lo tiene mi papá, mi tío, hay que cuidarse de no absolutizar, no creer que los hombres van a vender de forma más rápida; porque este discurso segmentador entre hombres y mujeres puede impedirnos una comprensión más estratégica de la lucha contra el extractivismo. Los hombres son más cercanos al salario, tienen una experiencia más directa con este mundo de la explotación; pero no creo que ese argumento sea un absoluto, debemos encontrar explicaciones más profundas.

N.: Me interpela como europea la incomprensión por parte del feminismo hegemónico blanco de ciertas dinámicas, problemas, el pensar que en realidad el problema del patriarcado lo tienen las comunidades afrodescendientes e indígenas. De hecho, a menudo las mujeres negras o indígenas no se definen como feministas. ¿Cree Vd. que, ahora que el feminismo es más masivo e influyente, se ha avanzado en este sentido, estamos aprendiendo a escuchar más?

G.: Más que un corte o escisión con el feminismo, estamos reconociendo nuestra propia genealogía, la larga memoria de luchas en las tierras comunales. No es que nos consideremos antagónicas al feminismo, sino que reivindicamos una historia propia de las mujeres indígenas. Con lo que sí hay un antagonismo es con el feminismo liberal y liberacionista, institucionalizado, que ha intentado jerarquizar, ha impuesto una interpretación miserabilista, de exclusión o victimismo de las mujeres comunales, como si la violencia no pasara en otros contextos. Creo que es un buen momento para hacerse preguntas, para cuestionar cuál es el horizonte de lucha. Yo he reflexionado sobre las formas de lucha de las mujeres en tierras comunales, donde el horizonte de lucha es que la tierra siga siendo comunal, impedir la privatización de la tierra; es un horizonte que, si no es claro, al menos sí está históricamente fraguado. Le preguntaría a las mujeres europeas y urbanas cuál es su horizonte de liberación, por qué luchan ellas, qué experiencia tienen en relación con el pago del alquiler o la hipoteca, cuáles son sus dificultades. Podemos ver una serie de cruces, de intercambios. Yo no me considero feminista, pero sí me interesa plantearme qué de mis preguntas me ayuda a responder el feminismo: Silvia Federici me ha ayudado a darle contenido a algunas de mis preguntas. Su campaña de pago por el trabajo doméstico es espectacular, da una connotación material al trabajo afectivo y doméstico, concreción. Hay muchas interpretaciones que pueden ir complementando para no tener una especie de consigna universal.

N.: En ocasiones, en efecto, el movimiento feminista hegemónico y blanco ha podido pecar de escasa comprensión de otros contextos, como sucede también en relación a las mujeres árabes…

G.: Sara Mahmood, una mujer egipcia, se pregunta cuál es el horizonte, cuál es el contenido de los horizontes de disfrute o liberación de las mujeres. En una sociedad tan diferente como es la árabe, hizo trabajo de campo con gente de su propio pueblo, de su barrio, y se encontraba que ellas querían la piedad como horizonte de liberación, no era ser diputadas o funcionarias. Optan por eso porque de hecho tienen la propiedad. Mientras hay un movimiento en Europa que quiere quitarles el velo, ellas quieren entrar a las escuelas coránicas. Proponen un horizonte de realización, de liberación, cimentado en la piedad y en el apoyo. Ellas comienzan a hacer campañas de enseñanza del Corán en unas mezquitas de clase baja en Egipto y se dan cuenta de que en las mezquitas, hay un dispensario de gente que no tiene casa o niños sin padre, y quieren enseñarles, pero se dan cuenta de que eso no resuelve y activan una red de centros sociales que funcionan en paralelo con las mezquitas y hacen una lectura del Corán en clave femenina. Ella rastreará que en los posteriores levantamientos en Egipto, hay un poso que viene de estos centros. Es impactante. A mí me ayudó a esclarecer horizontes de liberación no liberal. Es decir, las mujeres no se liberan solas. Porque nadie puede solo.

N: Al comienzo de esta conversación hablaba de los textiles de Guatemala. En los últimos tiempos, han saltado a la luz pública casos como el de Carolina Herrera, en que comunidades indígenas han denunciado la utilización ilegítima de sus creaciones por parte de grandes empresas occidentales. ¿Crees que se trata de apropiación cultural? ¿Se extraen los saberes ancestrales de los territorios, así como se extraen los recursos naturales?

G: Más que de apropiación cultural, se trata de plagio. Nosotras decimos que, así como plagian los textiles, plagian las semillas cuando las patentan. Es un proceso de despojo. Para el caso de los textiles en Guatemala, hemos impulsado una asamblea nacional de tejedoras, un movimiento en el que confluyen entre 4.000 y 5.000 tejedoras; y se trata de un proceso comunitario, que no es dirigido por el Estado. Estamos hablando de textiles que son muy caros, hay ‘wipiles’ que pueden valer mil dólares; y eso se hereda, pasa de generación en generación.

N.: Una última pregunta antes de terminar. Dada su trayectoria vital y su enfoque político y teórico, ¿por qué elige trabajar en la academia, que es una institución colonial y patriarcal en su origen?

G.: Porque me gusta. Me encantó por ejemplo conocer a autoras como Maria Mies o Silvia Federici, leer a Michel Foucault… me gusta mucho ese tipo de experiencias que dota la academia. Mi papá es maestro, siempre hubo libros en casa. Me interesa construir una argumentación intelectual sobre estos mundos comunitarios. Es un interés y un gusto que me da placer. He aprendido mucho con varios colegas académicos indígenas, también en este transitar, que me han alimentado mucho; he conocido compañeros en Ecuador, por ejemplo; me ha permitido establecer una red donde hacemos lo que queremos y medianamente podemos en el mundo académico. Con [la académica y militante feminista argentina] Verónica Gago, las palabras llaman a las palabras. A mí me gusta este mundo, soy critica de la institucionalización y la captura de las luchas que se han ido institucionalizando, con esta ebullición y esta potencia habrán unas cuantas que ya están queriendo codificar en términos institucionales y de políticas públicas estas luchas que han sido producidas por todas; soy crítica de la banalización en la academia de las luchas indígenas. Y ese es un lugar que se debe disputar. La teoría también es un momento de la lucha. Hay que disputar las ideas. Hay que estar atentas a cómo se forman. Las comunidades indígenas siempre han tenido tradición de escritura y de formación, no me es ajeno. Mis papás cuando yo era niña, comenzaron a investigar sobre las luchas indígenas. Creo que, aunque es cierto que la academia tiene una dimensión clasista, no hay que pensarla de manera universal.

www.revistaamazonas.com / COMCOSUR MUJER Nº 635 – 06/04/2020
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5) MÉXICO: ASESINAN A LA PERIODISTA MARÍA ELENA FERRAL

“Las oficinas en México de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres) y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenan el asesinato de la periodista María Elena Ferral Martínez, quien sufrió un atentado el lunes 30 de marzo en la localidad de Papantla, Veracruz. A pesar de los esfuerzos del personal de salud, la periodista falleció en el Hospital Regional de Poza Rica”/, difundió ONU en México.

Describió que María Elena Ferral Martínez era una reconocida comunicadora en la zona norte del estado de Veracruz que colaboraba con diversos medios como el Diario de Xalapa y el Heraldo de Poza Rica.

Las oficinas en México de ONU Mujeres y ONU-DH, añadió, recuerdan que los ataques contra periodistas no sólo son un ataque contra la libertad de expresión, sino también contra toda la sociedad al privarla de información esencial.

“La señora Ferral Martínez es la primera periodista asesinada en México durante 2020, de acuerdo con la documentación realizada por la ONU-DH. En 2019, la ONU-DH registró los asesinatos de al menos 12 periodistas, una de ellas mujer.

“María Elena Ferral Martínez había hecho públicas en diversas ocasiones amenazas y otros incidentes de seguridad y había denunciado ante las autoridades de procuración de justicia amenazas y hostigamientos en su contra en varias oportunidades. Las investigaciones que pudieron abrirse al respecto no resultaron en el procesamiento de los responsables”, añadió.

ONU Mujeres y ONU DH en México, resaltaron que las mujeres periodistas sufren violencia no sólo por la labor que desempeñan, sino por el hecho de ser mujeres. Por esta razón, en la prevención, atención, sanción y reparación integral de este tipo de delitos resulta indispensable aplicar la perspectiva de género.

Belén Sanz Luque, Representante de ONU Mujeres en México expresó que este crimen en contra de una periodista se da en un contexto de un incremento preocupante de la violencia contra las mujeres en todo el país.

“El acceso a la justicia es un derecho fundamental no solo para que las ujeres puedan ejercer sus derechos plenamente, sino para combatir la impunidad que atenta contra ellos y que perpetúa la desigualdad de género”, mencionó.

“La falta de resultados en la investigación de las agresiones contra periodistas, favorecen que éstas crezcan en intensidad e impacto, llegando hasta las desapariciones y asesinatos. María Elena había denunciado pública y formalmente algunas de las agresiones de las que fue víctima sin que fueran esclarecidas. La impunidad ayuda a que las agresiones contra periodistas continúen”, expresó Jesús Peña, representante adjunto de la ONU-DH en México.

Las oficinas en México de ONU Mujeres y ONU-DH hicieron un llamado a las autoridades mexicanas a realizar una investigación pronta y exhaustiva del asesinato de María Elena Ferral Martínez, que incorpore de forma efectiva la perspectiva de género y considere todas las líneas de investigación posibles, incluida la vinculada a su actividad profesional y su género.

“Dicha investigación debe determinar no sólo los autores materiales sino también a quienes pudieron haber ordenado este crimen. Asimismo, las oficinas en México de ONU Mujeres y ONU-DH llaman a las autoridades a garantizar la efectiva atención a la familia de María Elena Ferral y su seguridad”, añadieron en el comunicado.

Ambas oficinas expusieron su compromiso para cooperar con todas las instituciones y autoridades mexicanas para continuar reforzando las políticas y la institucionalidad existente en materia de protección de periodistas y personas defensoras de derechos humanos en el país.

El Universal/ COMCOSUR MUJER Nº 635 – 06/04/2020
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6) MÉXICO: AUMENTA VIOLENCIA CONTRA MUJERES DURANTE CUARENTENA POR CORONAVIRUS

Apenas ha pasado poco más de 2 semanas de la contingencia por el COVID-19 en México y la violencia contra la mujeres en el Istmo de Tehuantepec va en aumento, en el Centro de Atención a la Mujer Istmeña (CAMI) se han atendido un total de 30 mujeres junto con sus hijas e hijos, de las cuales tres de ellas fueron resguardadas en el refugio indígena para mujeres por intento de feminicidio.

Belegui López Blas, directora del refugio para mujeres indígenas “China Yodo” informó que el panorama para las mujeres se prevé violento debido a que están conviviendo con sus agresores, además de que la falta de recursos económicos y el alza de los productos básicos como el huevo, la tortilla y el azúcar provoca el estrés y se desatan las discusiones que llevan a la violencia en todas sus variantes.

Ambos espacios fueron fundados por la agrupación “Mujeres 8 de marzo” por la profesora Rogelia González Luis hace más de 20 años y desde entonces la atención se brinda multidisciplinaria que va desde la legal, sicológica, médicos y también talleres para que sean sujetas de poder.

Describió que de las 30 mujeres y sus hijas e hijos que han llegado al centro externo, en un 90 por ciento especificaron que la violencia se provocó dentro del hogar, específicamente en el cuarto conyugal.

“En este panorama de contingencia la violencia se ha incrementado en el Istmo, hay condiciones mas crudas y justo por que en esta segunda etapa están conviviendo con los agresores y aumenta el estrés, la violencia psicológica y física”.

Belegui López compartió que por ejemplo la última mujer que fue canalizada al refugio temporal justamente era de una comunidad indígena que llegó huyendo porque la iban a quemar viva.

“Por eso seguimos trabajando y laborando todos los días a pesar de la Contingencia, las instalaciones de atención a la mujer están abiertas y el refugio también, obviamente tomando las medidas necesarias y operando sin recursos de la federación, pero lo hacemos por que las mujeres nos necesitan, estamos viendo un panorama desolador para ellas, están siendo agredidas y violentadas fuertemente”.

En un comparativo, López Blas explicó que en los meses pasados, por ejemplo enero y febrero atendían a 30 mujeres mensuales y ahora en estos 15 días son 30 mujeres las que han llegado por primera vez a pedir apoyo y tres de ellas salvadas de no ser asesinadas.

“Estamos tomando las medidas de sanidad y aun así trabajando, somos una agrupación de aproximadamente 30 mujeres que estamos ayudando a otras a salvarse, aquí no somos heroínas, solo empáticas con el dolor de otras”.

La atención se brinda también a través de las plataformas como el Facebook y el WhatsApp.

Desinformémonos / COMCOSUR MUJER Nº 635 – 06/04/2020
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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COMCOSUR MUJER ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)/
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URUGUAY: LA TENTACIÓN INSURGENTE – comcosur informa 1954 – 03.04.2020

COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020 – Hoy:

1) Uruguay. La tentación insurgente /Jorge Zabalza
2) Uruguay: Hotel que la familia de Verónica Alonso alquiló al Mides está impedido de contratar con el Estado
3) Uruguay: Reclaman la suspensión del contrato con UPM /Víctor L. Bacchetta
4) Un virus nos cambió el mundo /Sebastián González Dambrauskas
5) Europa en cámara lenta. Paradojas mundiales /Sergio Ferrari

VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores

Como consecuencia de la emergencia sanitaria, o pandemia del Covid-19 que está recorriendo el mundo como “coronavirus”, se han suspendido gradualmente todo tipo de espectáculo artístico, deportivo y cultural, por lo que esta sección tomará un giro, para sugerir otros temas vinculados a la literatura, la historia del arte y de las y los artistas.
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I. Pablo Cabrera Fernández desde casa
II. Cine Uruguayo – Cortometrajes uruguayos para la cuarentena
III. Ciclo Historias de la Música Popular Uruguaya para ver en casa
IV. Convocatoria Poetas de la Ciencia. Poesía desde tu casa
V. Crónicas de Indias (III)
De la “Tierra Prometida” a la Neocolonia /Kintto Lucas
El Inca Garcilaso y la construcción ideológica del mestizaje
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«Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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1) URUGUAY: LA TENTACIÓN INSURGENTE

Por Jorge Zabalza /Resumen Latinoamericano

A Juan Siola y Alvear Leal

Hollywood y Netflix lo venían anticipando: a la vuelta de la esquina acechaba el apocalipsis de las pandemias. Ahora, cuando los augurios se volvieron hechos reales, la parafernalia mediática convirtió el COVID-19 en motor de la histeria colectiva, otro hecho real. El susto es el combustible que impulsa una nueva concentración y centralización del capital, instrumento de la recomposición de la reproducción ampliada. COVID-19 ocupa el lugar del cuco que dejó vacío Bin Laden.

Como no puede crecer y desarrollarse sin crear sus propios sepultureros, el capitalismo dio origen a condiciones que ampararon la pandemia. Una vez instalada la peste, se disparó la crisis que se venía cocinado hace rato. El COVID-19 es consecuencia del capitalismo siglo XXI, no es la causa ni el responsable de la recesión y el desastre financiero.

Aun propulsando la campaña del miedo, las clases dominantes debieron encender una luz de esperanza: de la crisis se sale “salvando la cadena de pagos”, consigna que debe leerse “salvar la cadena de acreedores”, pues el objetivo indirecto del salvataje son los bancos y los prestamistas de la deuda externa, la aristocracia financiera, en una palabra. La ensalada la aderezaron con amenazas truculentas: si se deja de pagar desaparece la humanidad o se cae en el caos o, lo que es peor aún, en manos de la anarquía y el marxismo.

Esta guerra la ganaremos entre todas y todos dice la propaganda, unidos los pobres con los ricos, los explotados y los explotadores, frenteamplistas y fascistas, una reedición de la fracasada “concertación nacional” de 1985. El carácter patriótico justifica la “economía de guerra” donde todas y todos se sacrifican para salvar el sistema que los jode. Es la bandera de la “salvación nacional”, la que arrastró pueblos enteros a morir en las trincheras de la primera guerra mundial.

Sin embargo, mientras sea capitalista la patria no podrá ser ni para todos ni para todas, pero el anzuelo brilla en el agua y los peces quedan enganchados.

Mientras muchos imaginábamos el recurso a la mano dura, pero, sorpresivamente, el gobierno del Uruguay apela a la consciencia y a exhortar como método. Una línea bien diferente a las de Macri y Bolsonaro. Los dirigentes frenteamplistas contemplan, azorados, como Lacalle Pou se apropia del melifluo poema político mujiquista/astorista. En definitiva, las medidas que se han tomado para enfrentar la pandemia no difieren demasiado de las que podría haber implementado un gobierno del Frente Amplio en las mismas circunstancias. El asistencialismo social marcaba la diferencia entre el neoliberalismo del trío Tabaré-Mujica-Astori y el más crudo y explícito que propone la coalición multi reaccionaria.

El nuevo discurso de Lacalle dejó muy mal parados a los dirigentes frenteamplistas, cada vez es más difícil encontrar las siete diferencias. Ser “oposición responsable” equivale a organizar el repliegue.

El gobierno aprovechó los sentimientos generalizados de solidaridad despertados por la pandemia y expropió por la fuerza a los funcionarios públicos con mayor nivel de ingresos. La creación del fondo coronavirus ha conquistado las simpatías de la población que no confía en los empleados estatales. La medida instala en la sociedad el concepto de que, con determinados fines y en determinadas circunstancias, se justifica la “solidaridad forzosa”. Este hecho entraña cierto peligro, puede ser mal entendido, permite imaginar otras expropiaciones forzosas y otras formas de cubrir las necesidades de los pobres.

Como su aparato estatal y partidario hiper centralizado ha sido exitoso, el ejemplo de China se esgrime para justificar cuarentenas obligatorias, distanciamientos sociales y detenciones de los transgresores. Los gobiernos liberales de occidente han sacado policías y soldados a la calle y a las carreteras, para recomendar el encierro es cierto, pero también para vigilar y castigar a los transgresores y la gente se va acostumbrando…

Viktor Orban, presidente de extrema derecha de Hungría, se ha hecho otorgar poderes casi ilimitados para combatir al coronavirus. Históricamente los períodos de recomposición del capital condujeron a regímenes autoritarios y dictaduras como las de los años 70. Nadie puede afirmar cómo será el mundo que dejará la pandemia, pero, sin embargo, no es descabellado sospechar que florecerán formas e instituciones de control policial e informático… ¡con consentimiento de la población asustada por su seguridad sanitaria!

¿Dejaremos que la aristocracia financiera nos siga arrastrando hacia nuevas catástrofes, llámense pandemias, guerras al por mayor o desastres ambientales? ¿Permitiremos que se nos impongan regímenes autoritarios de toda laya?

Hay formas muy diferentes al orden burgués y patriarcal, ¿no será momento de pensar en desarticular lo que ha fracasado y transformarlo en otro orden, en uno para redimir a las víctimas del capitalismo?

Un orden con mujeres y hombres iguales entre sí, portadores de sentimientos e ideas de responsabilidad social, solidaridad y altruismo; que hayan desechado el paradigma de la competencia y el escalar a cualquier precio; que sean capaces de construir formas de producir basadas en la cooperación y la propiedad social.

Un orden con relaciones políticas basadas en el respeto entre iguales; que asegure la participación de todas y todos en las decisiones que atañen al conjunto de la sociedad, donde el pueblo ejerza directamente su poder.

¿No está suficientemente claro que la democracia liberal no está hecha para transformar la sociedad sino para perpetuar el reinado del capital? ¿No habrá que escapar del Palacio Legislativo para dar la batalla de ideas luchando en la calle, por Verdad y Justicia, por la igualdad de género, por el respeto a la naturaleza? ¿No habrá que salirse del marco de un Estado de Derecho que creó la burguesía para someter y dominar las fuerzas populares? ¿No será momento de la insurgencia en las ideas? ¿No habrá que comenzar a entender mejor los mensajes de Ernesto Guevara y Raúl Sendic Antonaccio?

Jorge Zabalza /Resumen Latinoamericano
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2) URUGUAY: HOTEL QUE LA FAMILIA DE VERÓNICA ALONSO ALQUILÓ AL MIDES ESTÁ IMPEDIDO DE CONTRATAR CON EL ESTADO

Fundación que preside Malena Secco de De Posadas atiende a las personas en situación de calle dentro del edificio, que tiene un historial de incumplimientos con la Intendencia

Sudestada, 31/03/2020

La empresa Edificio Chaná SA, propietaria del Hotel Urban Express, que el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) arrendó para albergar a 70 personas en situación de calle por la pandemia del coronavirus, no tiene vigente el certificado del Registro Único de Proveedores del Estado (RUPE). Esto significa que no está en condiciones de licitar ni realizar ningún tipo de contrato con organismos públicos.

En la base de datos del RUPE, la empresa con el número de Registro Único Tributario (RUT) 210318170019 aparece con el estado “En Ingreso”, según la consulta que realizó Sudestada este lunes 30. Para estar habilitada a contratar con el Estado el estatus de Edificio Chaná SA (que ofrece el “Servicio de Alojamiento”) debería ser “Activo”.

La Resolución N° 10/016 del año 2016 del Poder Ejecutivo estableció una excepción al requisito de inscripción en el RUPE para contratar con el Estado, en aquellas ocasiones en que, con independencia de su fuente de financiamiento, se pacte el pago del precio al contado y su monto sea inferior al 15% del límite máximo establecido en el literal B) del artículo 33 del Texto Ordenado de Contabilidad y Administración Financiera del Estado (TOCAF).

Dicho límite máximo es de 250 mil pesos uruguayos, por lo que el Estado solo puede contratar proveedores sin registro en el RUPE por montos inferiores a 37.500 pesos (algo más de 850 dólares). El alquiler del hotel alcanza los 15 mil dólares mensuales, según publicó el diario El Observador.
Ningún artículo del TOCAF permite contratar empresas por encima de ese monto que no estén incluidas en el RUPE, aunque el literal C de su artículo 33 establece excepciones para contratar “Directamente o por el procedimiento que el ordenador determine por razones de buena administración”.

La única que podría adecuarse a la situación actual es la señalada en el numeral 9, que excluye la necesidad de licitaciones en caso de que “medien probadas razones de urgencia no previsibles”. Sin embargo, en esta eventualidad el TOCAF no excluye el requisito del registro en el RUPE.

Grupo Gerwer

Edificio Chaná SA, fundado en el año 1966, forma parte del grupo económico de la familia del empresario Marcel Antoine Gerwer Fernández, esposo desde junio de 2000 de la exsenadora del Partido Nacional, Verónica María Alonso. Durante los últimos tiempos, tras dejar la política activa, Alonso realizó algunas tareas en ese hotel, según ex empleados de la empresa, que consideraron que hacía un buen trabajo.

Alonso está vinculada políticamente con el actual director de Situación de Calle del Mides, Gabriel Cunha, quien fue dirigente de su sector y encabezó su campaña para las elecciones internas blancas, cuando intentó impulsar su precandidatura presidencial desde el grupo Esperanza Nacional. Cunha, quie integraba la iglesia evangélica «Misión Vida», también era quien aparecía firmando los cheques por el pago de la impresión de las listas a una empresa que terminó presentando juicio por falta de pago contra la exsenadora blanca, quien finalmente perdió el litigio y tuvo que abonar más de 31 mil dólares.

Si bien Alonso reconoció su vínculo con el hotel, ni Marcel Gerwer ni Alonso figuran ante la Dirección de Registros al frente de la empresa. Quien sí aparece es la madre de Gerwer, Myriam Alba Fernández Pintos, quien ocupó la presidencia hasta el 28 de julio de 2010. En esa fecha se produjo un cambio: se puso al frente de la empresa a Alexandra Daysi Imperial Nassif, pero el documento de identidad que figuraba en el registro pertenecía a Matías Gerwer Ghelfgot, familiar de Marcel Gerwer y Alonso.

La empresa siguió teniendo cambios y quien figura como presidente de la sociedad desde el 25 de mayo de 2016 es Adolfo Ledemar Macedo Villanueva. Se trata de un empresario de 64 años que desde hace años opera en el rubro de alojamiento a través de la empresa Cardyl SA, administrando una pensión que funciona en la capital, en la calle Isla de Flores 1680.

Macedo tiene numerosas observaciones y multas de la Intendencia de Montevideo por múltiples irregularidades en dicha pensión, y en noviembre el gobierno departamental decidió pedir su clausura debido a los reiterados incumplimientos al Digesto Municipal. Además, figura como deudor irrecuperable (Categoría 5) en la base de datos del Banco Central del Uruguay, por otra de las empresas que representa: Verendy SA.

También el edificio de Andes 1491, donde está el Hotel Urban Express, registra un antecedente extenso de multas aplicadas por la Intendencia de Montevideo, en rubros tan distintos como “Deficiencias higiénicas y/o constructivas”, irregularidades en la vigencia de permisos municipales o falta de habilitación de Bomberos.

“A ganar”

El día que se produjo el traslado y hospedaje de las personas beneficiadas por la decisión del Mides, en la recepción del hotel contratado se podían identificar personas vistiendo remeras de los programas Impulsar y EcoPlazas, que pertenecen a la Fundación “A ganar”. Esta organización está presidida por Malena Secco, esposa del exministro de Economía del Partido Nacional (1992-95), Ignacio de Posadas. Su Director Ejecutivo es Alejandro Rico.

La fundación contrata desde hace años distintos servicios con organismos públicos, y es especialmente polémico su vínculo con la Intendencia de Maldonado, que encabeza el nacionalista Enrique Antía. El Tribunal de Cuentas observó varios pagos a la organización durante 2018, por la prestación de servicios sociales y culturales, gestión turística, centros de atención a la infancia en verano, entre otros.

La Fundación “A ganar” se define como una organización que busca “potenciar el desarrollo integral de hombres y mujeres, jóvenes y adultos en situación de vulnerabilidad socioeconómica (…) utilizando el poder transformador del deporte y la tecnología”. También cuenta con convenios con el Ministerio de Turismo, la Secretaría Nacional de Deportes y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), entre otros.

Según confirmó Sudestada, desde el momento en que el Mides alquiló el Hotel Urban a la empresa Edificio Chaná, todos sus empleados (excepto dos trabajadoras de limpieza) fueron redistribuidos entre otros negocios del Grupo Gerwer (especialmente el que gestiona sus negocios inmobiliarios, que tiene su sede en la calle José Enrique Rodó 1824).

Desde ese momento, las tareas del hotel quedaron a cargo de la fundación dirigida por Malena Secco de De Posadas.
Entre estas empresas de la familia Gerwer, que para el Banco Central del Uruguay forman un grupo económico junto con Edificio Chaná SA, se encuentran Delouche SA (construcción), Orgax SA (venta de alimentos y bebidas), Rienson SA (Servicios varios) y Cobur SA (construcción y obras de ingeniería civil). Ninguna de estas empresas cuenta con registro al día en el RUPE para contratar con el Estado.

Sudestada, periodismo y transparencia
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3) URUGUAY: RECLAMAN LA SUSPENSIÓN DEL CONTRATO CON UPM

Diversos sectores sociales y políticos consideran que la emergencia generada por el coronavirus habilita al Estado uruguayo a suspender los compromisos con la multinacional finlandesa

Víctor L. Bacchetta / Sudestada, 30.03.2020

La Comisión Nacional pro Reforma Constitucional «Uruguay Soberano» entregó, el pasado 20 de marzo, una carta dirigida al presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en la cual solicita la suspensión del Contrato ROU-UPM. Según los firmantes, el país no puede continuar contrayendo deudas para ese proyecto cuando enfrenta la que ha sido catalogada como la mayor emergencia sanitaria de su historia.

La petición se funda en las cláusulas 7.1 a 7.5 del Contrato firmado el 7 de noviembre de 2017, entre representantes del Poder Ejecutivo y de la empresa UPM, que prevén la posibilidad de suspender el cumplimiento de las obligaciones acordadas en caso de mediar una “Causa extraña no imputable”, entre las que el contrato menciona en forma expresa el caso de epidemia.

La cláusula 7.1 expresa que “se entiende por «Causa Extraña no Imputable» un evento o circunstancia imprevisible o irresistible que impide que una Parte cumpla una, algunas o todas sus obligaciones de conformidad con este Contrato, en la medida en que dicho evento o circunstancia no pueda ser superada y no pueda haber sido evitada o resistida por la parte afectada ejerciendo diligencia razonable”.

En tanto, la cláusula 7.3 fija las condiciones para aplicar la disposición: “En los casos en los que se haya producido una Causa Extraña no Imputable, la parte que la alega deberá comunicar la incidencia de la misma a la otra parte de conformidad con lo dispuesto en la Cláusula 13 del presente Contrato. Dicha comunicación deberá realizarse en un plazo máximo de 20 (veinte) días hábiles de ocurrido el suceso, debiendo aportar en el mismo momento, la información necesaria que acredite la ocurrencia del mismo, su gravedad, su duración y su incidencia en el incumplimiento a que da lugar, todo lo cual se evaluará en cada caso concreto por ambas partes”.

En este caso, el suceso que configura formalmente la situación es el decreto de la Presidencia de la República del 13 de marzo que declaró el “estado de emergencia nacional sanitaria como consecuencia de la pandemia originada por el virus COVID-19”. Los 20 días hábiles a partir de esa fecha culminan el próximo 13 de abril, por lo que ese sería el último plazo para hacer la comunicación pertinente.

De acuerdo con el contrato, la Causa Extraña no Imputable puede ser declarada por una de las partes y tendría validez mientras subsista la situación. La cláusula 7.5 prevé asimismo la posibilidad de llegar hasta “la finalización del contrato, cuando no puedan adoptarse medidas que superen, reviertan o mitiguen los impactos”, pero en este caso requiere el acuerdo de ambas partes, el gobierno y UPM.

Por esta razón, la carta enviada a la Presidencia solicita “la suspensión temporal del cumplimiento del contrato debido a la emergencia sanitaria”. Es notorio que «Uruguay Soberano» propugna la anulación total y definitiva de ese contrato, pero es un hecho incontrovertible que la circunstancia excepcional y sus imprevisibles consecuencias para el país habilitan al gobierno recién asumido a tomar esa decisión.

“Lo ideal es la rescisión, porque no es ético que se destinen 4 mil millones de dólares a maximizar la ganancia de una corporación extranjera y que, por otro lado, se le pida un enorme esfuerzo al pueblo, al empresariado”, afirma el abogado Gustavo Salle. “Hay razones para hacerlo más allá de las cláusulas del contrato, que en derecho se conocen como el cambio de las circunstancias del acuerdo”, agregó Salle.

Los fondos comprometidos por el contrato incluyen el costo del ferrocarril y el viaducto sobre la rambla portuaria, dragados, traslado del puerto pesquero y el dique Tsakos en el puerto, obras de caminería, carreteras y puentes. Si se suman las renuncias fiscales y el subsidio encubierto en la compra de energía eléctrica se llega a los 4.624 millones de dólares estimados por los economistas Gustavo Melazzi y William Yohai.

Desde sectores del gobierno, el abogado Eduardo Lust sostiene que a la mayor crisis sanitaria no hay que agregarle el mayor crimen ambiental, aludiendo al nuevo proyecto de UPM. “Más allá de las donaciones y la solidaridad, Uruguay tiene la oportunidad de volcar los cientos de millones de dólares entregados a UPM para atender las necesidades del pueblo uruguayo”, declaró el diputado de Cabildo Abierto.

“Otra oportunidad en la tormenta”, tituló un escueto comunicado el movimiento Un Solo Uruguay (USU), entre otros sectores sociales y políticos que se han pronunciado en el mismo sentido. “Es el momento de suspender el contrato con UPM amparados en los puntos 7.1 y 7.2”, afirmó el movimiento y señaló que “será necesario reorientar los fondos públicos para el apoyo a la salud, los sectores más vulnerables y sobrevivencia de empresas”.

Evidenciando la naturaleza de la situación, UPM-Kimmene Corporation informó hoy a sus accionistas que dejó en suspenso sus previsiones de desempeño para 2020. En Finlandia, la primera ministra Sanna Marin apeló a la Ley de Poderes de Emergencia para adoptar medidas extraordinarias en todo el país. Mientras tanto, en Uruguay ya se habla de miles de contratos comerciales y civiles afectados por la crisis.

Víctor L. Bacchetta / Sudestada, periodismo y transparencia
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4) UN VIRUS NOS CAMBIÓ EL MUNDO

Sebastián González Dambrauskas /La Diaria, 28.03.2020

La sensación que tengo es que voy en una bola de nieve barranca abajo. En el derrumbe voy manoteando como puedo un lugar de donde agarrarme. Me cuesta encontrarlo. Una confusa turba de miedos, de abrumadora información y de incertidumbres me lo impide. Pareciera que la única certeza que me habita es que cuando llegue al suelo, herido y transformado por lo vivido, estaré en un mundo nuevo y diferente. El Covid-19 cambió el mundo, sin querer.

El coronavirus es mucho más que un virus. Parece la tormenta perfecta que nadie predijo, aunque circule una ted talk de Bill Gates de años atrás que vaticinaba que un virus era nuestra próxima bomba atómica. Quizás fuera el virus que comenzó todo. Pero las explosiones en serie que desencadenó en poco tiempo no las predijo nadie. El virus per se no parece ser el responsable de este descalabro.

Estamos viviendo un experimento inédito en el que no quisimos participar, cuyo laboratorio es el planeta y los humanos somos los cobayos. Por estos días un tercio de la población mundial ya estará viviendo en condiciones de confinamiento. Las libertades individuales de movimiento fueron cortadas con la justificación de un bien mayor: está en riesgo la salud del mundo, y esa es la prioridad. Esta visión simplista de la sanidad pública tiene sus consecuencias, que pueden ser perjudiciales para nuestra salud.

Las postales de ese mundo con las que nos criamos (París, Roma, Venecia) lucen desiertas; el alma que las coloreaba –la gente– están guardada, con miedo, mientras un enemigo invisible recorre las ciudades. Mientras el norte del mundo, el sector más rico del planeta, se muestra indefenso, los que vivimos en el sur estamos finalizando nuestro verano con la sensación de que estamos en la orilla y un tsunami se levanta para taparnos. Se cierran las fronteras (invento del hombre moderno para dividirnos), acordonamos ciudades, 860 millones de niños están sin escuela, ya se prohíbe la circulación de personas y el estado de sitio es aceptado por algunos hasta como una salvación.

El coronavirus dejó al mundo en un modo pausa que parece irreal, pero no lo es. Desencadenó en pocas semanas un conjunto de explosiones en serie que van transformando el mundo que conocimos. Hace 15 días escribí un artículo en este diario. Si pudiera conversar con el Sebastián que escribió eso y le contara lo que sucede hoy, seguro no me creería.

¿Qué nos pasa?

La pandemia del miedo y sus consecuencias

El 14 de enero la Organización Mundial de Salud (OMS) desde su cuenta de Twitter, reportaba que “investigaciones preliminares por autoridades chinas no encontraron evidencia de contagio entre humanos del nuevo coronavirus identificado en Wuhan, China”. Menos de dos meses después, el 11 de marzo, la misma OMS lo declaró pandemia, y el terror colectivo no para de crecer. Desde entonces vamos todos dando bandazos en un carro tirado por un caballo desbocado.

20,6 mil personas están hablando de esto

Nadie puede decir con certeza al día de hoy el alcance real de la infección. Ni la OMS pudo. Es posible que nunca sepamos qué sucede en los epicentros epidémicos actuales, o que tarde meses o años en saberse. Las infecciones son complejas interacciones entre el germen (que no es estático, sino que muta), las poblaciones a las que afecta y los sistemas de salud que las atienden. Distinguir cuántas personas se enfermaron (o no) de Covid-19, a cuántas mató y cuántas murieron con el virus detectado son cosas muy diferentes. Cómo se cuentan los casos, cómo se definen, cuántas personas se testearon o cuántas se confirmaron es un número incierto. El caos y la enorme variabilidad de cómo se midió en los diferentes países afectados es tan grande que hoy habría que tomar con pinzas y enorme precaución todas las mediciones. Alguien robó todos los denominadores.

Tampoco las medidas de los diferentes países son las mismas, ni fueron activadas a igual tiempo y tenor, por lo que todavía no se determinó cuáles son más eficaces para frenar el efecto sobre los sistemas sanitarios.

La prensa y las redes sociales no hacen más que echar nafta. Los contadores de enfermos y muertos que vemos cada día son una innovación agobiante y tenebrosa de esta pandemia.

Vivimos cada noche pegados al monitor, al smartphone o al televisor contabilizando enfermos o muertos. Esto no es transparencia informativa, no es sano, no hace otra cosa que aumentar nuestras ansiedades y miedos. Es masoquismo y sadismo colectivo nunca visto. Encima, no hay deportes, por lo que el Covid-19 es el monotema y no existe nada más en el mundo. Nunca extrañé tanto a los periodistas deportivos.

Hay una receta para agravar todo. Tiro la idea: sumar los muertos por otras causas cada día. Los que mueren cada día de malaria, dengue, tuberculosis, accidentes, cáncer, infartos, VIH o gripe. Imaginemos día a día un informe del ministro de turno con los que murieron ayer de todas las causas.

“Lamentamos informarles hoy que la gente sigue muriendo y la gráfica no para de crecer”.

Podríamos sumar los miles de muertos de la guerra siria o los médicos que murieron en Irak y Afganistán esquivando bombas en los hospitales. Sumemos un contador de niños muertos por sarampión en África o sólo de los que mueren de hambre. Lo que no se muestra tampoco son las curvas de nacimientos sanos, de curados, de altas hospitalarias. Quizá porque no venden tanto. Sumemos alguna captura de un colega español o italiano llorando porque murieron sus pacientes y no pudo hacer más nada. Es desgarrador ver sufrir a nuestros primos hermanos, trabajar en condiciones pésimas, sobrecargados, viendo cómo la epidemia no para, preguntándose cómo ocurrió esto. La pregunta es: ¿qué suma, además de miedo? Preguntarles a nuestros colegas que viven este momento es como preguntarle a alguien que se le incendia la casa qué piensa del fuego. Y los que vivimos en el sur ya estamos angustiados de antemano, con todo un invierno por delante y con sistemas de salud y poblaciones mucho más pobres. Hace unos días hablé con un colega de Gambia, un país africano de tres millones de habitantes. No supe qué contestarle cuando me contó que en su país algunos dilemas médicos no suceden, como seleccionar a qué paciente darle un respirador y a quién no. Es que en Gambia no hay cuidados intensivos.

Apabulla la cantidad de gente que está usando Excel para graficar curvas con comparaciones demográficas entre países y las postea. De golpe, el coronavirus logró que la epidemiologia y la estadística parezcan sencillas a ojos de la gente, y cualquiera puede hacer predicciones que son falsas, erradas y pueden no cumplirse nunca. En Medicina no siempre uno más uno es dos.

Envueltos de miedo, acudimos al ejemplo asiático de salvación. Los chinos pudieron, entonces acudamos a ellos.

La pregunta es: ¿tan seguros estamos de que pudieron?

¿Alguien sabe qué ocurrió en China? ¿Tan seguros estamos que lo que se hizo es lo que hay que replicar? ¿Estamos dispuestos a vivir bajo las condiciones de control de aquel país? ¿Podríamos? ¿Deberíamos?

Ni siquiera la KGB pudo controlar tantos millones de personas a la vez como está haciendo China. Los sistemas de vigilancia masiva encontraron en esta pandemia tierra fértil.

Mediante nuestros smartphones, los estados pueden dirigir con libertad, mediante decretos de emergencia, nuevos mandatos. Controlar la temperatura corporal, conocer por dónde vamos o hacia dónde, con ciudades llenas de cámaras que vigilan, saber si tuvimos contacto con alguien infectado, prohibir a naciones enteras salir de fronteras, controlar sus movimientos. Recién van apareciendo los primeros relatos de los que vivieron durante el encierro chino, y cuesta siquiera imaginar los edictos de un régimen tan rígido. Es lamentable, pero ya muchos países de Occidente quieren adoptar tales estrategias de vigilancia masiva.

Los muertos invisibles que traerá el coronavirus

El 24 de marzo, el primer ministro de India ordenó, con sólo cuatro horas de aviso, que nadie podría salir de su casa durante 21 días. 1.300 millones de personas atrapadas donde pudieran. 73 millones en extrema pobreza deben en estos momentos resolver cómo comer, cómo vivir tres semanas. El señor no aclaró cómo harán tantos millones que sobreviven a duras penas, hacinados en gigantes bloques de pobreza, para conseguir agua, comida y otras necesidades básicas durante el encierro.

La Organización Mundial del Trabajo ya avisó que 25 millones de puestos de trabajo podrían perderse. Como comparativo, la crisis global financiera en 2008-2009 costó 22 millones.

Miremos a nuestro alrededor. En mi caso ya tengo tres amigos que están en seguro de paro y el club deportivo al que concurro mandó a casi todos sus empleados al paro. El pizzero que mencioné en mi columna anterior me adelantó que cerró sus puertas al menos durante 15 días y no sabe si vuelve a abrir. “Un poco por miedo y otro tanto porque aquí no entra nadie”, me dijo abatido. Al momento de escribir esto, a poco más de 13 días desde el arribo oficial del coronavirus, en Uruguay 60.000 trabajadores fueron al seguro de paro. El virus ya llenó un estadio Centenario de desocupados. Ahí habrá muertos.

El coronavirus está matando de forma indirecta a otros enfermos. Por ejemplo, se están vaciando los bancos de sangre. Los mandatos de restricción en lugares públicos hicieron que la Cruz Roja Norteamericana denunciara que para el 19 marzo se recibieron 170.000 menos donaciones de sangre, puesto que más de 80% de lo que se dona proviene de bancos situados en sitios ahora prohibidos, como escuelas, universidades y sitios de trabajo. Más daños colaterales.

El 24 fue el Día Mundial de Lucha contra la Tuberculosis y pocos se acordaron. Si tuviéramos un contador como los que están de moda para el Covid-19, lo veríamos explotar: diez millones de nuevos casos anuales con 1,5 millones de muertes. Para India, donde viven tres de cada diez personas con tuberculosis del mundo, mueren 1.200 cada día.
Los síntomas pueden ser similares a los de Covid-19: tos, fiebre y dificultad para respirar. Las formas sociales de combatirlo (como el distanciamiento social) también son similares. La gran diferencia es que sin tratamiento antibiótico de tuberculosis te morís y en el camino a la tumba contagiaste a unos cientos. Sólo en China, con esta enfermedad infecciosa de siempre se estima que durante 2018 866.000 personas cayeron enfermas y 40.000 murieron. Al momento, de Covid-19 se enfermaron allí 80.000 con más de 3.000 muertos. Pero la enorme mayoría de los enfermos se curaron solos en un par de semanas. La nueva pandemia ya se encargó de poner en riesgo toda la cadena de atención de enfermos tuberculosos en los países más afectados, y se teme que, conforme la pandemia avanza hacia el sur, en países pobres con altísima tasa de desnutrición y condiciones inmunodepresoras como VIH (terreno fértil para enfermar de tuberculosis), esta situación resulte devastadora. Sin Covid-19 ya mataba a 1,5 millones de personas cada año. Con el actual escenario, esta cifra aumentará.

En un mes típico de 2019, la farmacéutica Premier Inc. vendía a 4.000 hospitales un promedio de 149 botellas de cloroquina. En los primeros 15 días de marzo, esos mismos hospitales compraron 2.357 botellas. ¿Qué pasó? Donald Trump (un visionario sensato) el 24 de febrero tuiteó que el coronavirus estaba bajo control en Estados Unidos, para torcer el 13 de marzo y declarar emergencia nacional. El 21 dijo que se había demostrado que la cloroquina con azitromicina tomadas juntas cambiaba el juego de esta pandemia. Con un solo tuit, el mesiánico Donald creó una desbandada sin freno de compra de cloroquina que podría dejar sin medicación a medio millón de enfermos de lupus y artritis reumatoidea que la necesitan para vivir mejor. Ahora es posible que terminen visitando las urgencias hospitalarias (un lugar que nadie quiere en estos momentos) por descompensaciones evitables. Donald se basó en un pequeño estudio con pocos pacientes que no tiene la capacidad de demostrar que lo que dijo fuera cierto.

Olvidé un pequeño detalle que agravará la situación: cloroquina es el antimalárico por excelencia. En 2018 hubo 228 millones de casos de malaria y esa enfermedad mató a 405.000 personas. Pero como 85% de ellos están en África, no le importará tanto al mundo rico si el Covid-19 los deja sin medicación. Menos a Trump.

La ciencia bajo presión

La ciencia anda a los tumbos, dando palazos de ciego y presionada para dar respuestas a esta enfermedad, y parece que fuera renunciando a sus principios modernos. El Covid-19 parece haberle bajado los pantalones para desnudar sus limitaciones. Y la sociedad, que no le pide a la NASA ir a Plutón, sí le pide a la medicina una cura para este nuevo flagelo. Y la ciencia se ve tentada a tomar atajos que pueden causar muchos daños.

Queriendo hacer un bien, podemos hacer daños enormes. En situaciones de emergencia, cuando se atiende a pacientes graves, es un instinto médico frecuente (y humano) probar algo cuando el paciente no mejora y no hay tratamientos probadamente eficaces. Con tal de que nuestros pacientes mejoren, echamos mano a tratamientos o estudios aún no testeados en humanos, que pueden haber tenido algunos resultados positivos y mucha plausibilidad biológica (“tiene lógica que funcione”), pero que no dejan de ser anecdóticos, aplicados en pocos casos y no testeados en ensayos clínicos controlados, independientes y fiables, que son el mejor invento médico y nos permiten conocer si un fármaco funciona en una enfermedad o no.

Quizás ponerles una mordaza a unos cuantos gobernantes pueda salvar más vidas que cualquier medicación. Y exigirle mucho a la ciencia en lugar de pedirle cualquier cosa.
Usamos fármacos nuevos o cambiamos las indicaciones de otros medicamentos para las que fueron aprobadas y testeadas (llamadas indicaciones off-label) con tal de responder a nuestros instintos. Vamos a usarlo. Total, ¿qué tenemos para perder? La respuesta es que mucho. Parece que no aprendimos de cuando en 2009 la gripe porcina h1N1 hizo gastar trillones en Oseltamivir, una medicación que sirvió sólo a los laboratorios que la fabricaron, pero poco o nada a nuestros pacientes. En ciencia los atajos nos han salido mal.

Y tanto peor cuando surgen falsas esperanzas desde las jerarquías de gobierno, como pasó con Trump.

Quizás ponerles una mordaza a unos cuantos gobernantes pueda salvar más vidas que cualquier medicación. Y exigirle mucho a la ciencia en lugar de pedirle cualquier cosa.

Por estas semanas ni siquiera las publicaciones de las mejores revistas pueden tomarse como hace unos meses.

Los journals bajaron las exigencias de revisiones por pares con las que se evalúan los estudios, y las aceptaciones de decenas de textos con título “Covid-19” se dispararon. Ya hay algunos reportes que se retiraron por ser poco fiables y que involucran diferentes análisis para las mismas poblaciones. Muchos de esos artículos pueden ya estar informando las pautas y protocolos que fue necesario hacer a la carrera, sin emplear los métodos necesarios para hacer fiables las propuestas terapéuticas para esta pandemia. Es que la ciencia lleva tiempo en confirmar sus resultados, y más para una enfermedad tan nueva. No tiene la velocidad que la masa pide, por lo menos todavía. Lamento.

Algunos gigantes de la epidemiología, como Peter C Gøtzsche, John PA Ioannidis y otros, ya alertan de que el pánico masivo no es justificado y que no hay suficiente evidencia ni datos para sustentar muchas de las medidas draconianas en marcha, que pueden causar un daño colosal (incluso muertes) a nuestro mundo. Incluso peor que la infección por Covid-19.

Hago mías las palabras de Miguel, un colega con el que discutí estos días: “Si Covid-19 es de hecho la pandemia del siglo, necesitamos la evidencia más precisa para manejarlo.

El intercambio de datos abiertos de información científica es un requisito mínimo. Esto debe incluir datos sobre el número y la demografía de las personas evaluadas por día en cada país. Los estudios y ensayos de prevalencia adecuados también son indispensables. Si Covid-19 no es tan grave como se muestra, los altos estándares de evidencia son igualmente relevantes. La exageración y la reacción exagerada pueden dañar seriamente la reputación de la ciencia, la salud pública, los medios y los encargados de formular políticas. Pueden fomentar una incredulidad que pondrá en peligro las perspectivas de una respuesta apropiadamente fuerte en caso de que ocurra una pandemia más importante en el futuro”.

Buscar respuestas sin brújula

El coronavirus va dejando un desastre en su camino; una crisis profunda quedará marcada en 2020. Millones de pobres nuevos atrapados en una economía de mercado que estaba podrida y muestra que no es sustentable en el tiempo.

Algunas bolsas no soportaron ni una semana de pérdidas. Es como si yo perdiera el trabajo mañana y a los dos días quedara desnutrido. ¿Quién cree que es este virus el único responsable? Aunque ahora sea la excusa perfecta, no creo que muchos se traguen esa pastilla. El Covid-19 dejará miles de muertos, como otras pandemias. Pero la mayoría de los muertos no vendrán por las virosis.

Someter a regímenes de vigilancia masiva y control ciudadano acotando libertades puede dejar un precedente macabro. La historia muestra que lo que fue aceptado en tiempos de crisis tarda en ser abolido.

Necesitamos un debate abierto y un análisis diario de las medidas que se van tomando, y adaptarlas a las diferentes realidades. Extrapolar recetas de otras tierras a nuestras realidades puede traer resultados nefastos. Someter a regímenes de vigilancia masiva y control ciudadano acotando libertades puede dejar un precedente macabro. La historia muestra que lo que fue aceptado en tiempos de crisis tarda en ser abolido. Hay que ser prudentes con los que dicen tener claro cuál es la salida y proponen medidas drásticas como si fueran una salvación. Dudo mucho de los que dicen tener certezas porque, aunque duela, en este momento nadie las tiene.

Y aunque a los que manejen las crisis sanitarias les rechinen las palabras de colegas que se preguntan si no estamos haciendo el fiasco más grande de la historia, debemos encontrar el balance entre las voces disonantes. Pueden complementarse. Eso difícilmente se logre sin la cooperación abierta entre pueblos, levantando murallas, ahogándonos en nuestros miedos y gritando desde una tribuna cómoda soluciones infalibles sin tener empatía hacia quienes más perjudicados resulten, que por defecto siempre son los más débiles. Ellos son la primera línea en esta batalla. Con hambre y sin trabajo es difícil quedarse en casa.

* Sebastián González Dambrauskas es pediatra intensivista

La Diaria
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5) EUROPA EN CÁMARA LENTA. PARADOJAS MUNDIALES

El coronavirus infecta las grietas indefensas del sistema
• De nuevo las fronteras nacionales
• El precio futuro del desempleo
• La salud, bien público o una mercancía más
• Trabajar en casa, un sofisma

Sergio Ferrari, desde la ONU, Ginebra, Suiza

Con casi 10 mil infectados por el COVID 19 y cerca de un centenar de decesos contabilizados hasta el último jueves de marzo, Suiza sigue esperando en los próximos días un pico nacional de la pandemia. Nunca antes visto en su historia del último siglo -ni aun durante la 2da Guerra Mundial-, el país funciona hoy en cámara lenta.

Escuelas, colegios y universidades clausuradas. Casi todos los comercios -salvo supermercados, panaderías, carnicerías y quioscos- cerrados desde mitad de marzo. Una parte significativa de la industria y la construcción en desempleo parcial. El turismo totalmente congelado. Transporte público, con menos de la mitad de su flota. Aeropuertos con actividad diezmada. Ambiente surrealista, solo apenas mitigado por la primavera que acaba de comenzar.

Situación bastante similar a la de la mayoría de los países europeos. Continente que soporta una invasión silenciosa, sin armas de guerra, pero de resultados devastadores para los seres humanos, la economía y la estabilidad social. Región particularmente dramática el norte de Italia, sumida desde un par de semanas a una tragedia de dimensiones dantescas.

Salud pública, bien social o mercancía.

Y junto a la pandemia, la explosión de numerosas paradojas que envuelven tanto a Europa como al planeta entero.
Potencias mundiales, como Italia y Francia, cuentan hoy con estructuras hospitalarias muchas veces destartaladas y que ya estaban al borde del colapso antes mismo de la epidemia: carencias de máscaras para el personal médico o paramédico; insuficiente reactivo para chequear a la gente; e incluso, falta de desinfectante para las manos, esencial para confrontar el avance de la enfermedad.

Radiografía que, con matices, se extiende a otros de los países del continente. Aspecto dramático: la insuficiente cantidad de respiradores mecánicos, esenciales en las estaciones de cuidados intensivos, para los pacientes que como producto de las neumonías graves se debaten entre la vida y la muerte. Y tras esas carencias la concepción sistémica preponderante, que considera a la salud pública como un “gasto”, y viene promoviendo desde años la privatización del sector con sus consecuencias visiblemente nefastas.

Pesadilla particular, por ejemplo, en Francia, que desde 2010 con Sarkozy empezó a protagonizar una privatización acelerada de la salud, con consecuencias inimaginables para el sistema sanitario. 2019 había sido ya un año de intensas movilizaciones de los trabajadores del sector. Iniciadas en marzo, fueron aumentando en potencia hasta que el 15 de noviembre miles de profesionales del sector salieron a la calle en todo el país convocados por el Colectivo Inter-Hospitales. Personal de 268 establecimientos de salud apoyaron la protesta, fundamentalmente centrada en las deficientes condiciones de trabajo en el área, los bajos salarios, y la saturación de las salas de emergencia, insuficientes para la demanda en ese momento cuando todavía no se hablaba de pandemia.

Ante la crisis, la vuelta a las fronteras

La sacrosanta “libre circulación de personas”, a la base misma del Estado continental europeo, desapareció aceleradamente, en pocos días, cuando el tránsito de país a país fue cayendo como piezas de un gran dominó.

Ante la desesperación de asegurar, prioritariamente, la atención sanitaria de sus propios habitantes, muchas de las 26 naciones fueron reinstalando sus antiguas fronteras. Las previas al 14 de junio de 1985, cuando se firmó el Acuerdo de Schengen, con la idea de levantar una muralla migratoria que protegiera el continente, sobre todo, de las crecientes migraciones del sur y del este.

Tratado que, en ejecución desde 1995, regía el libre movimiento al interior del Espacio del mismo nombre, es decir, del conjunto del continente, donde viven más de 400 millones de habitantes. Ante la crisis, de nuevo, el ¡sálvese quien pueda…y como pueda!

Las víctimas del desempleo

Ante la crisis sanitaria, sus imponderables, miedos estructurales reales o ficticios, ya se anticipa la tendencia a una explosión descontrolada del desempleo. Y se empieza a dibujar el rostro de quiénes pagarán el precio principal de los corolarios coronavirales.

Un estudio que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el miércoles 18 de marzo en su sede de Ginebra pronostica, en el peor de los escenarios, 24,7 millones de desempleados producto de la actual situación sanitaria mundial

(www.ilo.org/global/topics/coronavirus/impacts-and-responses/WCMS_739398/lang–es/index.htm)

“El COVID-19 y el mundo del trabajo: consecuencias y respuestas”, enfatiza que el impacto podría ser más pesado que lo que se vivió durante la crisis del 2008-2009, que implicó 22 millones de desempleada-os adicionales.

La OIT anticipa un aumento exponencial del subempleo y enormes pérdidas de ingresos para los trabajadores. Las eventuales pérdidas podrían ubicarse entre 860.000 millones y 3,4 billones de dólares estadounidenses cuando concluya el 2020. La pandemia “tendrá un efecto devastador para los trabajadores que ya se encuentran cerca o por debajo del umbral de la pobreza”. Entre 8,8 y 35 millones de personas más, caerán en la situación de pobreza a nivel mundial. Principales afectados: las mujeres, los migrantes y, en particular en los países en desarrollo, los trabajadores por cuenta propia.

Pandemia con países bloqueados

Paradoja recientemente denunciada por la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra. Se extiende la pandemia; casi 3 mil millones de personas se encuentran bajo medidas de confinamiento en el mundo y, a pesar de esta realidad dramática, continúan los bloqueos contra algunas naciones, complicándoles la llegada de medicamentos, productos sanitarios, reactivos etc.

Ejemplo concreto en el concierto latinoamericano: las sanciones vigentes contra Cuba y Venezuela. “Las sanciones sectoriales de amplio espectro que aplican a países que enfrentan la pandemia de coronavirus, como Cuba y Venezuela, deben ser reevaluadas de manera urgente”, aseguró Michele Bachelet el martes 24 de marzo

(news.un.org/es/story/2020/03/1471652)

Según la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, estos castigos podrían tener una repercusión negativa sobre el sector salud y los derechos humanos. Es fundamental que se evite “el colapso de los sistemas sanitarios nacionales, teniendo en cuenta la explosiva repercusión que eso podría tener en términos de muerte, sufrimiento y ampliación el contagio” afirmó Bachelet desde Ginebra.

Paradoja doble si se piensa que centenares de médicos cubanos se están desplazando en los últimos días en brigadas profesionales de solidaridad a diversos rincones del planeta, entre los cuales Italia, Centroamérica y próximamente, incluso a Argentina.

El trabajo a domicilio, un sofisma

En muchos países, patrones y Estados, recetan el trabajo a domicilio (“home office”) como respuesta a la crisis sanitaria y para asegurar que no se paralice el funcionamiento del sistema.

Sin embargo, según las propias Naciones Unidas, existen actualmente en el planeta 1.800 millones de personas sin vivienda, en tanto el 25 % de la población urbana vive en asentamientos ilegales. Imposible imaginar, por ejemplo, ni confinamiento, ni aislamiento habitacional, ni mucho menos trabajo a domicilio en muchos de los países del África subsahariana, donde predominan las viviendas modestas y el trabajo informal.

Cifras y porcentajes, coincidentes, en términos generales, con los sectores carenciados en situación de pobreza, de miseria extrema, o que arañan algunas de esas categorías.
Consecuencias paradójicas de una situación dramática no prevista hace solo 2 o 3 meses: los miles de muertes (y centenas de miles de enfermos), así como las expresiones con rostro humano de un modelo planetario hegemónico, injusto y antisocial.

Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020
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“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores
Como consecuencia de la emergencia sanitaria, o pandemia del Covid-19 que está recorriendo el mundo como “coronavirus”, se han suspendido gradualmente todo tipo de espectáculo artístico, deportivo y cultural, por lo que esta sección tomará un giro, para sugerir otros temas vinculados a la literatura, la historia del arte y de las y los artistas.
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I. PABLO CABRERA FERNÁNDEZ DESDE CASA
Viernes 03 de abril – 21 horas

Pablo Cabrera Fernández comienza como solista en 2001.Integró el Grupo Maciegas de 2011 a 2014, ha participado como guitarrista junto a Heber Rodríguez, Lucio Muniz, Grupo Vocal Universo y Tabaré Arapí.

Integró de forma estable El Cuarteto Guitarras del Uruguay de 2008 a 2013 y es convocado ocasionalmente hasta la fecha, participando en diversos eventos como el espectáculo Identidad de noviembre de 2018 en Auditorio Nacional Adela Reta, sala Eduardo Fabini con la Filarmónica Juvenil a cargo del Maestro Ariel Britos y Raúl Jaurena.

En 2016 graba el segundo CD solista titulado Tierra Adentro, presentándolo en 2017 en Sala Zitarrosa. En 2017-2018 integra el espectáculo “Canarios, mucho más que música” que recorre todo el departamento de Canelones y cierra su gira en Sala Zitarrosa. En 2018 graba en los estudios Sondor “Voces del silencio” que presenta el 2 de julio de 2019 en Sala Zitarrosa.

El 2 de julio de 2019 presenta su tercer trabajo discográfico, Voces del Silencio en el Espacio Felisberto Hernández de Sala Zitarrosa.

De agosto a setiembre integró el espectáculo La Canción Propuesta, un espectáculo colectivo junto a María Elena Melo, Edgardo Muscarelli y Heber Rodríguez dúo, Jorge Degrolia, Leonardo Figuera, Carlos Alberto Rodríguez y Pablo Cabrera.
Como absolutamente todos los músicos, sumándome a la saturación de las redes y al aluvión de recitales on-line, los invito a compartir en el día de mi cumple mis nuevas composiciones 2019-2020 (más algún tema propio que hago siempre) en una transmisión en vivo por Facebook desde esta página.

No cantaré canciones folclóricas, museísticas ni de recreación de nuestros ritmos «identitarios», aunque en forma de «fusión» se trata de eso.

web.facebook.com/events/248141379680147/
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II. CINE URUGUAYO
CORTOMETRAJES URUGUAYOS PARA LA CUARENTENA

El Instituto del Cine y Audio Visual del Uruguay recomienda esta hermosa iniciativa promovida por realizadores de cortometrajes uruguayos. Entre otros títulos están: La esquina de Godot, Entre las sierras, La mujer en el espejo, Delirios en un café, Sumatra, Las dos, La inquilina, Uno de nosotros.
Es una muy buena iniciativa para estos tiempos para conocer a los realizadores del cine uruguayo.

cortosuruguayos.wixsite.com/home?fbclid=IwAR0TNjeEs-4oitNvCl1uBHRg4xVAxYS3zTECougbjG6NLB3KlMzl4qWtRbw
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III. CICLO HISTORIAS DE LA MÚSICA POPULAR URUGUAYA PARA VER EN CASA
PRIMERA TEMPORADA

Queridos amigos, aquí va nuestro pequeño aporte para estos tiempos de cuarentena. Compartimos los 15 capítulos de la primera temporada de la serie Historia de la Música Popular Uruguaya, que recorre instancias medulares para la construcción de la música de nuestro país y su contexto sociopolítico entre los años 1960 y 1990. Esperamos que puedan volver a verla o descubrirla, con el deseo de que pronto se termine esta situación y en breve podamos estar comunicando el estreno de la temporada 2, que actualmente está en etapa de posproducción.

La serie Historia de la Música Popular Uruguaya nos guía por los hechos musicales, políticos, económicos y sociales, más importantes de nuestra historia, entre los años 1960 y 1990. Un documento único con imágenes de época y una detallada recorrida por los diferentes géneros, estilos y autores de importancia que surgieron durante esos años.

Nuestro planteo es amplio y desprejuiciado, incluyendo todos los géneros musicales que encontramos dentro de la Música Popular Uruguaya (rock, folclore, canto popular, música tropical, murga, tango).

Respaldado por un trabajo de investigación que incluye un preciado material de archivo, en muchos casos inéditos; la serie hace foco en los hechos musicales, contemplando los diferentes contextos políticos, económicos y sociales de cada época y complementándose con la reflexión actual de sus protagonistas.

Aquí están los 15 Capítulos completos para ver:
vimeo.com/archivoseriehmpu
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IV. CONVOCATORIA POETAS DE LA CIENCIA. POESÍA DESDE TU CASA

Dirección de Cultura de IM Canelones

El Museo Arqueológico Taddei, perteneciente a la Dirección General de Cultura, lanza la convocatoria literaria Poetas de la Ciencia – Poesía desde tu casa. En tiempos de pandemia, te invita a que te transformes en un poeta de la ciencia, inspirándote en el poema que Graciela Taddei escribió a su padre, Antonio Taddei.

Los poemas participantes deberán reflejar elementos tales como la vida de Taddei, las disciplinas por las que transitó, la naturaleza en su conjunto, formas de convivencia, culturas, relaciones humanas y su esencia. Podrán participar personas con más de 10 años de edad y a partir de quinto año de escuela, independientemente del país donde se viva.

Cada obra tendrá una extensión máxima de 200 versos y estará escrita en un documento Word, Arial tamaño 12.
Los trabajos deberán ser enviados a poetasdelacienciataddei@gmail.com hasta el 30 de junio del 2020 inclusive.

Los poemas seleccionados se publicarán digitalmente y podrán ser utilizados como contenidos educativos, de difusión y exhibición del Museo, a la vez que los participantes recibirán un certificado digital.

El Museo Taddei, en tiempos de pandemia, te convoca a que te transformes en un poeta de la ciencia. Desde la emergencia sanitaria hacia una mayor conciencia colectiva.

www.imcanelones.gub.uy/es/noticias/convocatoria-poetas-de-la-ciencia-poesia-desde-tu-casa
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V. CRÓNICAS DE INDIAS (III)
De la “Tierra Prometida” a la Neocolonia

Kintto Lucas

3. EL INCA GARCILASO Y LA CONSTRUCCIÓN IDEOLÓGICA DEL MESTIZAJE

Los Comentarios reales y la Historia General del Perú, del Inca Garcilaso de la Vega, se podrían considerar como algunas de las bases ideológicas de un pensamiento mestizo desde América Latina. En ambos se presenta la historia desde lo cotidiano, la intrahistoria, como diría Miguel de Unamuno. No es la historia de los grandes héroes sino de la cotidianidad. Con estos se inicia una interpretación histórica de la colonización y la conquista, diferente a la de los conquistadores.

En sus textos el mestizo asume ideológicamente el denominado “encuentro de dos mundos”; en ellos armoniza la visión indígena andina -que no es solo de los Incas- con la visión española occidental de la cultura cristiana. Su idea de la conquista como un mestizaje “ideal” entre el “nuevo” y “viejo” mundo impone una visión que marcará, hasta hoy, la inseguridad propia de los mestizos en el mundo andino.

La pretendida unificación entre el “viejo” y el “nuevo” mundo mediante el poder reconciliador del amor -influenciado por los Diálogos de amor de León Hebreo- termina justificando todo lo hecho por la conquista y la colonización.

En el intento de justificar la conquista, desde lo incásico y lo cristiano, Garcilaso de la Vega mezcla las dos formas de ver la historia: la lineal, con principio y fin de la cultura cristiana, y la circular del mundo inca. Entonces se inventa una tercera forma de ver la historia, a partir de una supuesta espiral ascendente desde la cual relata la época preincaica de sacrificios y barbarie; la época incaica de monoteísmo con el dios Sol; la construcción social y la institucionalización económica y la etapa de decadencia con Atahualpa.

Finalmente presenta la llegada de los españoles como algo providencial. Desde aquellos textos hasta hoy, los mestizos en el mundo andino construyeron un simbolismo basado en la inseguridad sobre su pasado y futuro porque finalmente no tienen una identidad propia, no se sienten indígenas ni blancos, aunque se asuman como blancos. La construcción ideológica de Garcilaso de la Vega crea y justifica una sumisión ante el poder, que se evidencia hasta hoy.

Como toda construcción ideológica, en la idea del mestizaje elaborada por él subyace una mezcla de elementos objetivos y subjetivos de la realidad, un vínculo entre ficción y realidad, narración histórica y novela. Mediante ella construye e inventa un relato para justificar el encuentro de dos mundos. Incluso, en algunas leyendas asumidas como reales, no hay elementos de comprobación, como es el caso de los hombres barbudos que llegarían luego del décimo segundo monarca incaico.

En él aflora la necesidad de elaborar un relato que sirva para construir una identidad mestiza; o sea para construir su propia identidad. Su inseguridad y conflicto identitario se evidencian cuando decide cambiar su nombre por otro que acerque sus raíces españolas e incas. Con sus textos, justifica la colonización y su pensamiento termina siendo, de alguna manera, un pensamiento colonizado. De ahí que asuma la colonización con un providencialismo mesiánico, y a España y la conquista como un instrumento de la providencia.

En su relato, la conquista se justifica desde la mirada cristiana y desde las supuestas profecías incas. En el primer caso, ya existía una justificación por parte de Colón y los otros cronistas. Pero, desde su crisis de identidad y su necesidad de justificación histórica y simbólica, tenía que construir el relato desde lo incaico. Así, Garcilaso asume las profecías que, incluso, pueden ser una invención o interpretación de distintos relatos orales de su pueblo.

El relato colonizado lo lleva, incluso, a enfatizar que sólo pretende hacer un comentario a crónicas de españoles que, por no conocer el quechua, se equivocaron en algunos temas. De ahí que subsista en él una ambigüedad permanente, una especie de choque, al asumir el relato, a veces desde la mirada supuestamente incásica, y otras desde la mirada cristiana. Ello también encarna una ambigüedad propia del conflicto identitario.

Esa ambigüedad se muestra, incluso, desde el propio título, al utilizar el término “reales”, que puede asumirse como auténticos, verdaderos, o alusivos a la realeza inca. Ahí también se evidencia el mismo conflicto: la necesidad de remarcar que escribe desde la historia real y desde su condición de descendiente de la realeza inca.

En suma, utiliza su condición para dar validez a su relato incásico y que los demás asuman el texto como una crónica de la verdad indígena -porque fue escrito por un descendiente de la realeza inca- para justificar así la conquista y colonización. Si bien busca conciliar la cultura española y la incaica, prevalece una mayor utilización de esta última porque, en ese momento histórico, era necesario justificar la conquista y colonización desde esas raíces (la justificación española ya estaba construida), aunque en todo momento intenta armonizar el mestizaje entre el “nuevo” y el “viejo” mundo.

El relato de Garcilaso de la Vega sirvió como base para que América fuera asumida como un continente evidentemente mestizo. Si bien esto en parte es verdad -porque los conquistadores se mezclaron con los indígenas como no ocurrió en otros continentes-, sirvió también para someter a las culturas indígenas en el futuro, cuando surgen las repúblicas y los estados-nación.

Dicha construcción ideológica y el sometimiento de los indígenas sirvió también para que, en muchos casos, cuando emigraban a la ciudad, se asumieran como mestizos y trataran de dejar su cultura atrás con todo lo que ello implicaba; pero, aunque esa mirada ideológica se impuso hasta hoy, la resistencia indígena de siglos logró mantener en parte la cultura de pueblos y nacionalidades originarias, especialmente en los Andes.

Gracias a esta resistencia permanente, en los países andinos los pueblos y nacionalidades indígenas lograron posicionar, en muchos casos, su cosmovisión del mundo (en lo simbólico, político, social y económico-comunitario), a partir de una nueva construcción ideológica que, sin embargo, en algunos casos fue permeada por cierta intelectualidad mestiza que la asumió, transformó y a veces recreó, de acuerdo con una mirada marcada por un conflicto identitario de siglos.

En todo caso, la construcción ideológica de lo indígena mantendrá una tensión permanente con la del mestizaje y surgirá una tercera visión de la conquista y la colonización, con un pensamiento menos sumiso y menos colonizado.

FIN PARTE III
Kintto Lucas (Ecuador)

Henry Flores – El Eternauta
VEO VEO / COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2019 – 25 años
Selección y producción: Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth, Carlos Ramos (Berlín)
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Pablo Alfano, Jorge Marrero, José Rocca, Luis Sabini, Jorge Zabalza.
COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) /
Blog: nuevo.comcosur.org/
comcosur@comcosur.com.uy /
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RAMÓN BAREA MONGE: «NOS HEMOS UNIDO PORQUE ESTAMOS CAGADOS» – comcosur al día 2243 -01.04.2020

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2243 / miércoles 01.04.2020

1) Coronavirus: Miremos un poquito más hacia los márgenes. Nos hemos unido porque estamos cagados /Ramón Barea Monge
2) El coronavirus y la lucha global anticapitalista /Kintto Lucas
3) Uruguay: Nueve referentes de Epidemiología del MSP pusieron su cargo a disposición /Amanda Muñoz
4) Coronavirus golpea al periodismo: casi 300 trabajadores al seguro de paro total o parcial en Uruguay /María García Arenales
5) Gustavo González, Secretario general de FUCVAM: “Del 2011 al 2019 se exoneró al capital de la construcción en mil ciento setenta millones de dólares” /Jorge Lauro y Alfredo García
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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1) RAMÓN BAREA MONGE: «NOS HEMOS UNIDO PORQUE ESTAMOS CAGADOS»

Por Ramón Barea Monge* /Insurgente. Org /28.03.2020

“Resulta que ahora, dicen los titulares, hemos descubierto gracias al coronavirus que el ser humano solo puede sobrevivir gracias a la ayuda colectiva. Pero yo me pregunto, ¿lo descubrimos con la pandemia del sida en los años 80 y 90? Pues ya os digo yo que no, porque eso era cosa de maricones, de putas y drogadictos.
¿Aprendimos algo con la epidemia de Ébola en 2016? Qué va, eso era para negros y para los que se metían en países que no debían.

¿Salimos a los balcones a aplaudir por los afectados de la crisis económica de 2008? ¿Para qué? Eso era asunto de pobres.

No nos engañemos, hemos descubierto la colectividad solo porque esta enfermedad ha golpeado de lleno a la crème de la crème de Occidente -todo eran risas cuando causaba estragos en China, ¿verdad?-.

Y, precisamente, por la democratización del virus hemos visto como cae el rico, el blanco, el hetero y el de la derechita cobarde.

Así que, de pronto, nos hemos visto amenazados y, de forma automática, se han puesto en marcha todos los mecanismos para salvaguardarnos.

Así que hemos descubierto esa supuesta colectividad solo porque somos una enorme cabeza neoliberal que se mueve al unísono y, si se toca uno de sus componentes, se derrumba la pirámide entera.

No, hijos míos, esto no es solidaridad colectiva. Es miedo. Sí, la verdad sea dicha: nos hemos unido porque estamos cagados. Porque con esto no solo pueden morir negros, maricones, inmigrantes o pobres. Y porque, en realidad, nunca pensábamos que esto nos tocaría a nosotros, punta de la pirámide del privilegio.

Hemos creado esta cadena de unión internacional porque encima de todo no hay ningún colectivo al que culpabilizar y, ante la falta de cabezas de turco, nos hacemos arrumacos psicológicos y nos consolarnos unos a otros con resignación sin poder echar mierda por la boca.

Lo único que me gustaría es que esta crisis nos sirva para hacernos reflexionar, y no solo para montar festivales musicales en los balcones, tan necesarios para no darnos tiempo a pensar. Si esto puede servir para algo, que sea para que, cuando salgamos de esta, dejemos de hacer burda ostentación de nuestros privilegios occidentales y miremos un poquito más hacia los márgenes. Nos hemos unido porque estamos cagados”.

* Ramón Barea Monge es un actor, dramaturgo, director de teatro y realizador cinematográfico nacido en Bilbao.

Fuente: Insurgente. Org/Tu diario de izquierdas
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2243 / miércoles 01.04.2020
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2) EL CORONAVIRUS Y LA LUCHA GLOBAL ANTICAPITALISTA

Por Kintto Lucas

En medio de la guerra global que vivimos, el coronavirus se está transformando en un ensayo de control social hacia un futuro de incertidumbre y crisis político-económica del capitalismo dominante y periférico.

Ya no hay duda que del mundo unipolar con una potencia hegemónica pasamos a un mundo multipolar con hegemonías compartidas.

Ahora estamos en la fase de génesis de un nuevo orden mundial con bloques muy claros que se perciben y se van configurando en medio de la pandemia. Un nuevo orden mundial no quiere decir desaparición del capitalismo. Pero sí supone un re acomodamiento global con una severa crisis política económica.

Hay que ver si los sectores sociales, la izquierda anticapitalista y los pueblos, están a la altura para aprovechar el momento y generar herramientas que encaminen el rumbo caótico actual hacia la construcción de otro sistema, dejando a un lado el miedo provocado por el coronavirus y el control social que se trate de instalar después.

Para enfrentar el futuro partiendo de la pandemia, hay dos modelos. Uno es ese control de la sociedad mediante el estado semipolicial que quiere instaurarse con distintas características a nivel global.

Otro modelo parte de construir una nueva organización colectiva de la sociedad. Construir un nuevo acuerdo de los pueblos a nivel del mundo, región y países, por fuera de las estructuras institucionales. Que el combate a la pandemia sirva para organizarse en el combate a la desigualdad, en la lucha por los derechos sociales, culturales, económicos, políticos, la soberanía alimentaria, la salud… En fin, sobre todo, en la lucha global contra el capitalismo.

En el momento de crisis sistémica que vivimos y que se consolidará luego de la pandemia se debe construir una gran organización de diversidades, integrada por organizaciones, colectivos autónomos, ciudadanos, estructuras políticas, sociales, nacionalidades… que, sin perder su autonomía, logren coordinar algunas propuestas y acciones contundentes que incidan en el cambio de rumbo global, en medio de ese capitalismo en quiebra.

Es la oportunidad de que los pueblos, con su diversidad, puedan incidir en este momento de génesis de un nuevo orden mundial. Es la oportunidad de empezar a influir en la nueva configuración del mundo. Si eso no ocurre, el nuevo orden se impondrá desde las superestructuras políticas y económicas con todo lo que eso significa.

Lamentablemente no hubo la capacidad de consolidar una integración que incidiera en la nueva superestructura del mundo. Si bien Fidel Castro, Hugo Chávez y algunos otros líderes latinoamericanos pensaron en el significado estratégico de la integración, faltó pensar estratégicamente en colectivo. Faltó generar una integración que incidiera en una nueva construcción simbólica decolonial de América Latina, consolidándose con fuerza para actuar en la creación de ese nuevo orden.

Será imposible incidir en la gestación del nuevo orden manteniendo miradas y esquemas del pasado, con oportunismos individuales, organizaciones anquilosadas, pensamientos burocráticos y acomodados. Para incidir en la gestación de ese nuevo orden es fundamental la unidad global, pero respetando diversidades y autonomías.
Para incidir en la gestación de ese nuevo orden, hay que tener en cuenta la diversidad de luchas, que pasan por la lucha de clases, de género, por derechos, las luchas de las nacionalidades, la lucha de bloques… En fin, todas las luchas.

Es fundamental genera una lucha global anticapitalista con tres o cuatro grandes propuestas y acciones comunes, y la solidaridad con todas la luchas en cada país y región sin entrar en contradicciones estériles. Tal vez en un año, el mundo tome un camino bastante diferente y es necesario que los pueblos se apropien del cambio. Sólo así, los pueblos podrán salir victoriosos de esta pandemia.

Kintto Lucas (Ecuador)
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2243 / miércoles 01.04.2020
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3) URUGUAY: NUEVE REFERENTES DE EPIDEMIOLOGÍA DEL MSP PUSIERON SU CARGO A DISPOSICIÓN

Amanda Muñoz | La Diaria, 31 de marzo de 2020 |

Los técnicos plantean que las decisiones debería tomarlas la Digesa y no la Junasa.

Los referentes técnicos de todas las áreas de la División de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MSP) pusieron el miércoles 25 sus cargos a disposición, pero las renuncias no fueron aceptadas. Lo hicieron mediante una nota que le enviaron al ministro, Daniel Salinas, al subsecretario, José Luis Satdjian y al titular de la Dirección General de la Salud (Digesa), Miguel Asqueta, dirección de la que depende técnicamente Epidemiología. En ella, plantean que hay una “desarticulación” entre la recomendación técnica de la división “y la toma de decisión en niveles superiores”.

El viernes 27, el semanario Brecha informó que Raquel Rosa, directora de la División Epidemiología (cargo que ocupa por concurso y al que volvió luego de dirigir la Digesa durante la administración de Jorge Basso) había puesto su cargo a disposición, y que lo mismo habían hecho otros funcionarios técnicos de la división por “motivos políticos” y por “los vaivenes del MSP para definir y comunicar” los nuevos criterios para hacer test diagnósticos de Covid-19. El diario El País publicó este martes que además de Rosa, pusieron a disposición sus cargos otros tres técnicos, los titulares del Departamento de Vigilancia en Salud, Vigilancia de Fronteras y Zoonosis por entender que las autoridades no escuchan varias de sus recomendaciones técnicas para combatir el Covid-19 y alude a la forma en que se comunicaron los criterios para hacer los test diagnósticos.

Según supo la diaria, la discrepancia no está en las medidas que se han tomado para combatir el nuevo coronavirus –que sigue los lineamientos propuestos por los técnicos y que estaban también en el plan de contingencia que había elaborado la administración de Jorge Basso- sino en la forma en que se toman y comunican las decisiones.

Los referentes de la División de Epidemiología pusieron sus cargos a disposición al día siguiente que Salinas informara en conferencia de prensa que se le seguirían haciendo test diagnósticos a todos los casos sospechosos de tener Covid-19. La estrategia diseñada por el anterior gobierno y ratificada por las actuales autoridades del MSP establecía que cuando el virus alcanzara circulación comunitaria, los test diagnósticos no se les harían a quienes presentaran casos no graves de Covid-19, por entender que era muy probable que tuvieran este virus y porque el tratamiento en la enorme mayoría de los casos no variaría (se indica reposo, al igual que para cualquier otra afección respiratoria viral).

La adopción del cambio de criterio para hacer los diagnósticos quedó plasmado en un documento que elaboraron la División de Epidemiología y la Digesa el lunes 25, y que fue enviado a los prestadores de salud por la Junta Nacional de Salud (Junasa). El martes 26, en cambio, el ministro Salinas dijo que no variaría el criterio de hacer test diagnósticos y el miércoles 25 Miguel Asqueta y el presidente de la Junasa, Luis González Machado, le comunicaron a los prestadores de salud que los test diagnósticos de Covid-19 se incluyeron al Plan Integral de Atención en Salud (PIAS) y que debían comenzar a hacerlos.

Haberse enterado por la prensa de un cambio tan trascendente fue la gota que desbordó el vaso y uno de los motivos de la nota de los técnicos de Epidemiología, no sólo por desconocer lo que se anunciaba públicamente, sino porque ellos debían darle los lineamientos a los directores departamentales del MSP y a los prestadores de salud, pero desconocían qué debían informarles.

El País informa hoy que Salinas afirmó que Rosa “está alineada” a su gestión. Según supo la diaria, una de las principales molestias radica en que la dirección técnica de temas sanitarios debe tomarla la Digesa y no la Junasa, que es un órgano económico, que si bien tiene que comunicar a los prestadores qué hacer, tiene que hacerlo a partir de lo que resuelva la Digesa.

Además de Rosa y los directores de Vigilancia en Salud, Vigilancia de Fronteras y Zoonosis, pusieron sus cargos a disposición la directora del Departamento de Laboratorios de Salud Pública, la directora de Inmunizaciones y otros tres técnicos de esas direcciones. La nota fue presentada en medio de una situación de colapso del sistema de vigilancia epidemiológica y laboratorial.

Amanda Muñoz | La Diaria
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2243 / miércoles 01.04.2020
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4) CORONAVIRUS GOLPEA AL PERIODISMO: CASI 300 TRABAJADORES AL SEGURO DE PARO TOTAL O PARCIAL

Los medios uruguayos reducen su plantilla por el Covid-19, mientras organismos internacionales resaltan la importancia de la prensa para difundir datos confiables y controlar a los gobiernos durante la crisis sanitaria

María García Arenales / Sudestada, 29/03/2020

La crisis provocada por el coronavirus también está afectando al periodismo uruguayo. A lo largo de la última semana casi 300 trabajadores de varios medios de comunicación fueron enviados al seguro de paro, ya sea de forma total o en la modalidad parcial que instrumentó el Poder Ejecutivo a consecuencia de la pandemia del Covid-19.

El jueves 27, durante una conferencia de prensa encabezada por el presidente Luis Lacalle Pou, la crisis de la prensa estuvo imprevistamente sobre la mesa. Cuando un periodista consultó al mandatario sobre el pedido del PIT-CNT de que la crisis “no la paguen los trabajadores”, el mandatario aludió a la pérdida de fuentes laborales en los medios de comunicación.

“Quiero dejar claro que el concepto de trabajador es bastante más abarcativo que el concepto de trabajador público. El trabajador privado, sin ir más lejos ustedes lo están viviendo, ¿verdad?, en su medio de prensa, hoy, ayer, y ojalá que no siga pero puede ser mañana. Están perdiendo fuentes de trabajo, hay compañeros que se están quedando sin laburo… Entonces cuando hablamos de trabajadores, trabajadores son todos”, dijo Lacalle Pou, mirando al periodista.

En cuanto a los medios escritos, según confirmaron fuentes sindicales a Sudestada, el diario El País es el medio donde hubo más trabajadores afectados por diferentes medidas, como el envío al seguro de paro, ya sea total o parcial. En suma, son cerca de 90 empleados (algunos periodistas y la mayoría personal no periodístico) los que fueron alcanzados por el recorte.

La República, donde además son habituales las irregularidades con los pagos, también envió al seguro de paro a 13 personas. El Observador hizo lo mismo con seis trabajadores.

En cuanto a medios audiovisuales, Canal 10 enviará al seguro de paro a 45 personas a partir de abril y propuso a quienes facturan con empresas unipersonales y empleados rebajas salariales de 30% a partir del mes próximo. Como alternativa planteó percibir el 50% del salario por dos meses y después volver a la actividad en junio, entre otras medidas que están en proceso de negociación. El canal, que suspendió hasta nuevo aviso tres programas, también se plantearía enviar al seguro de paro a otras 37 personas en mayo, dependiendo de cómo evolucione la situación.

Por su parte, Canal 12 envió al seguro de paro a 45 personas de forma rotativa y también suspendió dos programas periodísticos (Séptimo Día y Tarde o temprano).
Entre los canales de televisión para abonados (que en la mayoría de los casos pertenecen a los mismos dueños que los canales comerciales abiertos) los envíos al seguro de desempleo fueron 74, según consigno la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU) en un comunicado el 25 de marzo.

Este domingo, el sindicato publicó un nuevo pronunciamiento dando cuenta del agravamiento de la situación.

Respecto a los medios digitales, en Montevideo Portal a partir del 1 de abril toda la plantilla, formada por unas 20 personas, irá al seguro de paro parcial, un régimen especial implementado recientemente por el gobierno para paliar los efectos del coronavirus. Este seguro de paro especial, que permite a la empresa pagar el 75% del salario, puede durar hasta un máximo de 30 días e implica la reducción del 50% del horario habitual del trabajador, mientras que el BPS paga un subsidio complementario al empleado.
Según pudo saber Sudestada, la jefatura de este medio recomendó a sus empleados reforzar el compromiso con el medio y trabajar más de las cuatro horas que les corresponderían según el seguro de paro especial.

Por otro lado, al menos tres radios de AM enviaron al seguro de paro -en algún caso total y en otros parcial- a cerca de 50 trabajadores, un número importante teniendo en cuenta que es un sector pequeño.

Dado este panorama, la APU teme que ciertas empresas puedan estar aprovechando esta crisis sanitaria para realizar despidos. “Nos preocupa que en esta situación algunas empresas amplifiquen la crisis y aprovechen para depurar la plantilla. Si así lo hicieran lo denunciaremos, vamos a hacer un seguimiento”, aseguró a Sudestada el presidente de APU, Fabián Cardozo.

“Lo mejor es que exista transparencia en los números y las necesidades que tienen las empresas”, añadió, y dijo que el sindicato analizará en las próximas horas la solicitud de “reuniones con autoridades del gobierno a la brevedad” para plantear el asunto.

Cardozo también se mostró preocupado por la situación de los periodistas en el interior del país, pues es más precaria que en Montevideo, “sobre todo algunos casos en el litoral”, matizó.

Advertencia global para el periodismo

Millones de trabajadores en todo el mundo están sufriendo las consecuencias del impacto económico del nuevo coronavirus y existe una creciente amenaza de recesión global. A excepción de supermercados, farmacias o plataformas dedicadas al entretenimiento, casi todas las empresas están perdiendo dinero, y en la mayoría de los casos esas pérdidas se traducen en medidas que van desde reducciones de plantilla con despidos temporales al cierre del negocio.

El periodismo, un sector precarizado ya de por sí y tremendamente cambiante, tampoco escapa a esta realidad. Al haber caído los ingresos por publicidad, medios de comunicación en todo el mundo están despidiendo a trabajadores de sus ya esquilmadas plantillas o recortan salarios. Y resulta paradójico porque el periodismo -serio, riguroso y contrastado- es también un servicio esencial, más aún en crisis sanitarias como la actual, donde la sociedad no solo necesita estar bien informada, sino también entretenida para sobrellevar mejor el aislamiento derivado de la pandemia del Covid-19.

Es más, la organización Reporteros Sin Fronteras denunció incluso que “si la prensa china fuera libre, el coronavirus no se habría convertido en pandemia”. Los casos, según investigadores de la Universidad de Southampton (Inglaterra), podrían haberse reducido en más de un 80% si las autoridades chinas no hubieran esperado hasta el 20 de enero a declarar la emergencia sanitaria, porque en realidad fue en diciembre pasado cuando el brote del Covid-19 se detectó en la ciudad de Wuhan.

La ONU, por su parte, informó recientemente que varias organizaciones internacionales que protegen los derechos humanos advirtieron que las noticias falsas sobre el coronavirus pueden generar caos y problemas de salud. Asimismo esos grupos pidieron a los gobiernos que promuevan y protejan el acceso y el flujo libre de información durante la pandemia.

El miércoles 18 varias organizaciones internacionales de prensa también solicitaron a la Unión Europea que proteja el libre flujo de información y la libertad de los medios de comunicación para poder abordar la pandemia de la mejor manera posible, según informó Europa Press. Las organizaciones también reclamaron a los líderes del bloque europeo que declaren el periodismo como un servicio esencial para contener la pandemia en el continente, convertido desde hace días en el epicentro del coronavirus.

En tanto, el jueves 19 los relatores de las Naciones Unidas para la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión, David Kaye; de la CIDH para la Libertad de Expresión, Edison Lanza; y el de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa para la Libertad de los Medios de Comunicación, Harlem Désir, emitieron una declaración conjunta pidiendo transparencia a los gobiernos y protección para el trabajo de los periodistas en el actual contexto de crisis.

“El periodismo cumple una función crucial en un momento de emergencia de salud pública, en particular cuando tiene por objeto informar al público sobre información crítica y monitorear las acciones del gobierno”, dijeron los relatores. En esa línea, la declaración de Kaye, Lanza y Désir resaltó que “el derecho de acceso a la información significa que los gobiernos deben hacer esfuerzos excepcionales para proteger el trabajo de los periodistas”.

María García Arenales / Sudestada
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2243 / miércoles 01.04.2020
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5) GUSTAVO GONZÁLEZ, SECRETARIO GENERAL DE FUCVAM: “DEL 2011 AL 2019 SE EXONERÓ AL CAPITAL DE LA CONSTRUCCIÓN EN MIL CIENTO SETENTA MILLONES DE DÓLARES”

Este año FUCVAM cumple cincuenta años de vida y nos fuimos a juntar con su dirigente histórico que hoy vuelve a ocupar un cargo en la dirección del movimiento cooperativo.

La charla pasó desde la lucha contra la dictadura, los gobiernos de izquierda y la situación actual. Gustavo siempre se caracterizó por no callarse sus opiniones, y aquí lo volvió a demostrar.

Por Jorge Lauro y Alfredo García / SemanarioVoces, 21.03.2020

Perfil: Tiene 63 años, y es nacido en Montevideo. Vivió en el barrio Jacinto Vera, en la calle Figurita. El padre era laburante en la fábrica de zapatos Grimoldi, y la madre fue obrera textil y después empleada de comercio en La Madrileña. Tiene un hermano. Fue a la escuela del barrio y al liceo 26. Hizo magisterio. Está casado con Alicia, que es maestra, y tiene dos hijos.

– En la dictadura estuviste acá. Ahí ya estabas vinculado a FUCVAM.

Estuve acá. Me vinculé al movimiento cooperativo en el año 75, cuando entré en una cooperativa de vivienda. No tenía idea del cooperativismo, y dos amigas me comentaron que había familias que estaban en un terreno y que necesitaban a alguien que se quedara con los gurises los fines de semana. Tengo el honor de haber sido del último grupo de magisterio del que los militares declararon tener cursos marxistas. Nos maltrataron los cuatro años de magisterio.

– ¿Cómo fue eso?

Hay una anécdota muy linda. Un día, en el segundo año, el inspector Troisi, militar, y el coronel Alonso nos llamaron al salón de actos, que lo habían cambiado para el viejo IBO, donde ahora está el IPA. El primer día de clases hicieron pasar a todos y dijeron que lamentablemente nos iban a cambiar el programa, porque era marxista. “Hay una bedel afuera, salgan y firmen aprobando el cambio hacia un programa democrático”. Nos miramos, no podíamos hablar. No firmó ni uno. Esas cosas increíbles que daba nuestra gente en la dictadura… Éramos dos varones, todas las demás eran compañeras. Ellos quedaron helados. Vino Alonso, que era profesor de Sociología de la Educación, imagínate. Nos preguntó si nos íbamos a atrever a no firmar. Dijimos que nosotros queríamos seguir con el plan anterior. Y estuvimos diez días sin clase, porque no había profesores que pudieran dar esos cursos. Los habían despedido a todos. Esa es una historia interesantísima de ese magisterio, de las cosas que se dieron. A raíz de ese contacto llego a la cooperativa donde hoy vivo hace más de cuarenta años, en Cruz de Carrasco. Cuando llegué, me dijeron que necesitaban a alguien que el fin de semana se quedara con los gurises. Nosotros teníamos un grupo experimental de magisterio con cuatro compañeras, y dijimos que nosotros íbamos. A los cuatro o cinco meses, yo ya estaba con la compañera que me soporta desde aquellos años.

– Estoica

Estoica. Estábamos ennoviados y necesitábamos vivienda. Ahí entramos al cooperativismo. En el 79 llego a la Comisión de Fomento, un grupo de jóvenes con el que seguí hasta el día de hoy, en distintos periodos.

– ¿Por qué era necesaria una federación que unificara a los cooperativistas?

Tengo que reconocer que yo vine por un problema político. En ese período militábamos clandestinamente, en una organización de aquella época, y había una decisión que era ir al movimiento obrero. Esa fue la decisión: vincularnos con el movimiento obrero, en la forma que fuera.

– Tenían razón los milicos en cuanto a que la izquierda infiltraba el movimiento.

Sin duda. Sí, claro. Y las cooperativas me parecieron un lugar extraordinario.

– Eran todos laburantes.

Todos laburantes. Mi cooperativa era de Covisunca 1 y 2, trabajadores de Salud Pública y de la Construcción. Eran años muy difíciles. La idea era ligarse al movimiento obrero, y hubo una resolución. Otros compañeros fueron a FUNSA. Llegamos a organizar el último conflicto de FUNSA en la dictadura, o uno de los últimos. Fue duramente reprimido. Así llegué al cooperativismo, un poco por magisterio y otro poco por la resolución política. FUCVAM es un movimiento muy interesante.
Siempre digo que los milicos cerraron todo, pero no pudieron cerrar las cooperativas de vivienda.
Vegh Villegas llegó a decir una barbaridad después de años: “Hicimos todo bien, pero nos faltó barrer las cooperativas de vivienda de ayuda mutua”. Hay distintas tesis al respecto. Los dirigentes de primera línea del movimiento sindical, antes del 73, no estaban en las cooperativas de vivienda.
Un viejo dirigente como Héctor Rodríguez me dijo que había cometido el error de haberles dicho a sus compañeros que estaban perdiendo el tiempo en las cooperativas de vivienda. Y era bastante lógico. Siempre digo que acá no se cuenta que nosotros creíamos que la revolución estaba a la vuelta de la esquina. Ya no cuentan más que tirábamos piedras. Los cócteles molotov, el enfrentamiento. Eso ya no se cuenta, parece que fue una primavera de lujo la que vivimos. Y no, no fue así. Todo esto, desde las cooperativas y el reagrupamiento del movimiento sindical, fue lo que nos llevó a la gestación de FUCVAM, el PIT y ASCEEP.

– Fueron las tres patas.

Las tres patas de la resistencia a la dictadura. De ahí surge el 1º de Mayo del 83, de ahí surgen los cacerolazos, también junto a los compañeros de SERPAJ. Y todas las movilizaciones. Creo que fue una etapa poco escrita. Hay historiadores que no se han ocupado de ese tema. Tiene que ver con una cuestión política. También la izquierda tiene su historia oficial, que la han hecho algunos partidos políticos.

– Ninguna de esas organizaciones respondía a las organizaciones políticas fuertes de la izquierda. Fue una generación nueva de militantes.

Si bien habíamos muchos militantes políticos, durante un tiempo, hasta el 18 de enero, se respetó la independencia política de las organizaciones de masas. Luego vino lo que vino. Pero creo que ese frente social fue ninguneado por la historia de la propia izquierda. “La generación del 83”, les decían a los muchachos de ASCEEP. El otro día hablé con un viejo compañero y me dijo algo importante.
Una vez un periodista me dijo que ya en el 83 la dictadura caía. Se olvidó de la muerte de Roslik, que fue en el 84, y de la masacre de los compañeros de la Juventud Comunista en los departamentos de inteligencia. Solamente a los compañeros de FUCVAM nos llevaron nueve veces al Departamento de Inteligencia en el año 83. Nos dejaban dos, tres días. Claro que ya había un alza de movilización, un alza de masas y otra situación. Pero siempre le reclamo a la academia haber escrito poco sobre esto.

– Pusiste como referencia el 18 de enero.

Fue extraordinario. Un paro general de la clase obrera. Paró hasta el loro. Nadie recuerda ese paro histórico, donde hay un elemento que hay que tener claro: el dirigente de la burguesía que mejor sabía a dónde iba su estrategia fue Julio María Sanguinetti, e hizo todo lo posible para romper la
Intersocial. Nosotros teníamos la Intersocial y la Intersectorial, donde estaban también los partidos políticos, incluido el Frente Amplio, con Gonzalo Carámbula, Chiflet y Baráibar. Cuando se crea la Multipartidaria es que Sanguinetti hace toda la fuerza para romper el frente social, y lo logra.
Víctor Semproni reconoció haber cometido un error al haber ido a la Multipartidaria dejando de lado la Intersocial. También está el 9 de noviembre, la masacre en la Plaza de los Bomberos. De toda esa generación lamentablemente queda muy poca gente en la militancia activa. Me animo a mencionar a Richard Read, a mí y no a muchos más. Después vino el proceso que vino. No me reivindico como parte de esa generación, porque yo ya no estaba. Caí preso por primera vez en el aniversario del Che Guevara, teniendo 14 años de edad. Tuve la suerte de militar antes y luego del 73. Retomé ya en organizaciones de masas, como era FUCVAM.
Recuerdo el primer secretariado del PIT, donde estaba Carlitos Pereira de la FUNSA; por ejemplo, o Richard Read; estaba Juan Pedro Ciganda, de bancarios; Secco, del gremio metalúrgico.

– Toriani

Toriani, por la FUS. Después vino Groba en lugar de Secco. Y un ejercicio democrático extraordinario por parte del PIT, donde iban los delegados de base de las fábricas, cosa que hoy es impensable.
Me acuerdo cuando en el 84, por dos votos, se votó en contra de que se subieran los partidos políticos al estrado. La historia del PIT es extraordinaria. En tres años, vedados por la izquierda oficial, esa gente hizo cosas extraordinarias. Hoy, muchas veces, con tristeza, me encuentro con compañeros que están pinchados y que ya no encuentran motivo en la militancia, pero que fueron puntales. La Unión Ferroviaria, la Federación ANCAP. La FOEB, los metalúrgicos. En fin, fue reconstruir todo el movimiento sindical.

– Por ahí pasan cosas que pueden explicar el hoy.

Sin duda. Obviamente que durante todos estos años pasó mucha agua debajo del puente. Sigo reivindicando ese período, y no por viejo nostálgico.

– Por un tema de acumulación de fuerzas.

Exactamente. Creo que, además, hubo un grado de politización importante, aún ninguneado. Hubo sectores que llegaron a decir que había que tener cuidado con el PIT, así como hubo sectores que dijeron que había que votar a Wilson Ferreira Aldunate, que por suerte sacó aquella carta Seregni con el voto en blanco. Acá hubo mucha confusión. Nadie dice nada de esto. Es como los comunicados 4 y 7: nadie los aprobó. No, no. Acá hubo errores políticos, y hay que decir que nos equivocamos. ¿O nos olvidamos cuando se decía que había militares progresistas? Y ahora, hace poco, Aguerre, el coronel que fue en cana, sacó un libro extraordinario donde cuenta que Korseniak fue a verlo y le dijo que parecía que había militares progresistas. “Déjense de joder, son todos fascistas”, le dijo. Eso pasó en la historia. Nos hemos olvidado de que fuimos a elecciones con proscriptos. Hoy se pagan esas consecuencias. La impunidad de los genocidas. Se olvidaron de mandar el expediente de Cordero, un asesino. ¿Alguien lo puede creer? Todo eso pasó. Claro, en aquel momento era todo muy difícil, y con el diario del lunes es más fácil. Pero no todos estuvimos de acuerdo con esa salida.

– Hay una parte no escrita de la historia, entonces.

Creo que sí. Una parte ninguneada de la historia.

– La historia la escriben los ganadores.

Sí, pero en este caso la escriben algunos sectores de la izquierda. Si querés llamarles ganadores…
Puede ser. Se ha hecho una historia oficial de la izquierda. Creo que es saludable que todo el mundo escriba, desde las distintas ópticas. No creemos en la unanimidad, sí en la diversidad de posiciones, en los debates. Esta es una izquierda que no reacciona. No tenemos autocrítica. La crítica es siempre mal mirada. Si criticás, estás cerca de la CIA o de la derecha. Esas cazas de brujas la historia ya las ha condenado, y sin embargo siguen existiendo. Creo que hubo militantes valiosos en todas las organizaciones políticas y sociales. Se puede equivocar la dirección de una organización, pero los obreros que creen en ella son todos disculpados. Eso lo tengo claro, porque son compañeros que se la juegan al lado tuyo y sin mirar, espalda con espalda. Otra cosa es la dirección política y los temas que aborde desde el punto de vista estratégico.

– ¿Cómo la izquierda gobernante en cierta medida deja de lado al movimiento cooperativo de vivienda? ¿Fue así?

Relativamente, sí. Se abrieron préstamos en el período de gobierno progresista. Se construyó. Eso fue bueno. Y lo otro bueno fue que al movimiento cooperativo pudiera entrar cualquier trabajador sin mirar qué salario tenía. Antes teníamos un tope, teníamos que ganar determinado salario. Pero después se equivocó, porque aumentó el interés del préstamo al 5%, y hoy estamos frente a un conflicto que se lo compró el propio gobierno. Estamos en un conflicto que al Estado le cuesta diez viviendas por año. Nada. Y sin embargo ese mismo gobierno exoneró a la industria de la construcción de todos los impuestos habidos y por haber, y del 2011 al 2019 se exoneró al capital de la construcción en mil ciento setenta millones de dólares. ¡Si se podrá hacer alguna vivienda con esa plata!

– Construyeron viviendas para especular.

Son las contradicciones que hay en vivienda, como otras que vivió este gobierno.

– La cooperativa de vivienda fue una herramienta para darle la posibilidad al laburante de tener vivienda propia. Hoy tenemos pila de gente en asentamientos, para la cual la vivienda de ayuda mutua podría ser una salida.

Tiene que ver con la confusión política que existe, y con los avatares de un gobierno de este carácter. Hablaste de un gobierno de izquierda, yo hablo de un gobierno progresista.

– Siempre fuiste muy radical.

No, todo lo contrario.

– ¿Hablaste de confusión política?

Ideológica. Creo que hay confusión, pero no en los personeros que lo impulsan. El gobierno progresista vive los embates de la lucha de clases. Existe la presión del capital. Acá no se tocaron las estructuras, para nada. Otegui sigue siendo Otegui. No nos engañemos. Hay que tener relativas expectativas con un gobierno que llega como llegó. ¿O nos olvidamos que había que abrazarse con culebras? Eso es muy grave. Las culebras se fueron del nido, pero antes picaron. ¿Dónde está Gonzalo Mujica, dónde está Saravia?

– O en la OEA.

Los Almagro, claro. Eso tiene que ver con una concepción de hacer una coalición con quien sea para llegar al gobierno, y eso nos costó. Hoy hay un grado de desideologización tremenda. Ya no se habla de clase obrera. Ni hablar del imperialismo. Ahora se habla de “la sociedad alternativa que buscamos”, y de los nuevos movimientos sociales. Hasta del lenguaje se apoderó el Banco Mundial.
En vivienda hay algo interesante. La Ley de Urgente Consideración es una copia textual de una revistita que se llama Alianza City, que se edita a partir de las recomendaciones del Consenso de Washington. Y el Consenso dice que hay que darle la propiedad de los asentamientos porque son un foco de explosión social. ¿Leyeron la Ley de Urgente Consideración? Le van a dar la propiedad de los asentamientos irregulares. Se acabaron los discursos. Esto viene del norte. Igual que las presiones que vivió el Frente Amplio y que se van a seguir viviendo. Hay que apostar a favorecer al movimiento popular, con propuesta. Pero yo no soy radical. No es solo con protesta sino con propuesta. Y el movimiento popular la tiene. El problema es cuando luego entramos en esa suerte de troikas de confabulaciones que llegaron al arte de lo posible.

– Nombraste a Otegui al pasar. Otegui, el SUNCA y Andrade, propiamente dicho, durante muchos años tuvieron negociaciones y el sindicato se fortaleció.

Al haberse levantado las fuentes de trabajo de la industria de la construcción, hubo muchos más trabajadores. Y estuvo la capacidad del sindicato de poderlos sindicalizar. Los debates con Otegui…
De repente dentro de una semana voy a discutir con la esposa de Manini Ríos. Uno puede discutir con quien sea. Está dentro de la lógica. Yo fui delegado sindical de Coca Cola, y discutía con los gerentes generales. El problema está en si se te pega algo o no. Mientras vos lleves una posición…
No lo sé, pero según parece los trabajadores del SUNCA han estado de acuerdo en los convenios.
No creo que Andrade sea radical. Lo que pasa es que tiene un discurso obrero que a veces rechina.
Como rechinó está muchacha que habló de “oligarquía o pueblo”. Y la mandaron guardar, porque después ya no habló más de eso. Esas son las cosas que ha perdido aquella izquierda. No se habla más de la deuda externa, por ejemplo, y sin embargo cada uruguayo nace con ocho mil trescientos dólares de deuda. Y la vamos a pagar. Miren Argentina. Son temas que siguen estando en el debe. Y hay una cosa que a todo el mundo le molesta: la lucha de clases existe, les guste o no.

– ¿Se volvió posibilista la izquierda, el Frente Amplio?

El camino parlamentario tiene aquello que decía Lenin de los hilos de oro que te van atando. Existen limitantes. Acá no hubo una reforma constitucional ni nada por el estilo. La estructura sigue siendo exactamente la misma. En ese marco se dan las limitaciones que tiene un gobierno de este carácter.

– ¿Y había otras posibilidades? Mujica habló de “mejorar el capitalismo”.

Eso es una ilusión. ¿Quién puede mejorar el capitalismo, que está demostrando ser un sistema depredador? Estamos frente a una crisis civilizatoria. ¡Por favor! Eso no se puede ni escuchar.

– Pero se actúa en consecuencia. Quince años de gobierno frenteamplista y fueron por ese camino.

Yo nunca creí que el capitalismo pudiera tener un rostro humano. Se han cometido errores, sí, claro.
También hubo aciertos. ¿Se redistribuyó mejor con la riqueza el botín del Estado? Sí. Pero el botín del Estado y no del capital. La extranjerización de la tierra es una realidad. Esas son las contradicciones de las que no se ha podido salir.

– ¿Cómo se sale?

Ideologizando. Volviendo a discutir los temas centrales que hay que discutir. Y no olvidándonos de la gente. Creo que en muchos compañeros hay mucha petulancia. Casi me pelean los compañeros cuando antes de las elecciones dije que el Frente perdía. Me decían que estaba loco. Y bueno, algo pasaba, y la gente lo notaba. Y lo demostró la segunda vuelta, cuando la gente arranca, con el envión, sin la dirección. Porque no me vengan a joder, esa fue la gente que agarró y salió. Pero ya era tarde. Y después los fascistas aparecen siempre con las derrotas de un campo popular. Porque acá no se puede negar que a Manini lo votaron, eh. Y que hoy define en la multicolor. Sus votos definen. Y, es más, su proyecto es el 2024. Su proyecto es ser presidente de la República. Ante eso hay que discutir mucho, hay que abrir mucho los ojos. Y volver al debate fraterno entre todos los compañeros. E insisto, creo que la crítica, que nos cuesta y es difícil, hay que hacerla. Si no, estamos con los ojos vendados.

– Los hilos dorados de que hablaba Lenin no solo están en el Parlamento sino en el movimiento sindical, en las organizaciones sociales.

Puede suceder en cualquier lado.

– Los dirigentes sindicales de hoy son todos profesionales. Se han profesionalizado. Antes el dirigente sindical laburaba y militaba. Hoy la mayoría son rentados.

Lo que tengo entendido, por haber oído a los compañeros, es que tienen el fuero sindical. No tiene un plus de salario.

– Pero no laburan. Militan. Les pagan por ser dirigentes.

Militan. Está bien. No me preocupa si es un gran dirigente, un buen dirigente con el que la gente esté conforme. Me preocuparía si la gente no lo quiere y está enquistado en un sillón como un burócrata.
El fuero sindical, de alguna manera, fue una conquista de los trabajadores. Yo trabajé en fábrica y fui delegado sindical, pero entraba a las seis de la mañana. No hay reuniones a la seis de la mañana, pero de repente teníamos una a las diez, y había que salir, porque había que ir al Ministerio de Trabajo. El problema del dirigente está en si se despega o no de la base. Por ejemplo: ahora hubo un debate en el movimiento sindical por un homenaje a Tabaré Vázquez. Me parece un debate totalmente al pedo que no suma ni resta nada al movimiento obrero. Nosotros, como FUCVAM, no le haríamos un homenaje, pero no porque estemos en su contra. Lo que hay que entender es que a los trabajadores primero los une la clase. Y dentro de la clase puede haber distintas visiones políticas.
La independencia política hay que conservarla. “Le están haciendo movilizaciones al gobierno del Frente Amplio”, le decían a FUVCAM. Sí, porque no nos da el 2%. Y a mí acá me votaron no como socialista ni comunista; no, me votaron como dirigente cooperativista, y tengo que defender lo mejor para el movimiento cooperativo, como en el movimiento sindical los compañeros defienden lo mejor para el movimiento sindical.

– ¿Estuvo bien o estuvo mal FFOSE?

Para mí estuvo brillante. Y lo está demostrando. El problema del agua va a existir, y un litro de agua dentro de quince años va a valer más que un litro de petróleo. Y para mí estuvo muy bien. Qué gobierno se prefiere en lo estratégico y global, es otro tema.

– Parece que hay dirigentes que son imprescindibles. Siempre están ellos, son unos fenómenos.

Acá tenemos recambio. Nosotros podemos estar cuatro años con opción a dos, con reelección, y después hay que volver a la base. Y en el movimiento sindical, según la federación, hay algunas que no permiten la reelección. Sí, el poder trae dos problemas. El primero es que uno puede llegar a creerse un ombú donde nadie crece abajo. Y lo otro es que podés llegar a convencerte de que sos impune, de que la verdad solo la tenés vos. En ese sentido lo más recomendable es el recambio, siempre. Eso no quiere decir que no haya compañeros que militen toda la vida. El militante milita en la base, en la dirección o en el medio. Donde sea. Creo que el movimiento sindical va a tener un congreso, como vamos a tener nosotros una asamblea, y tendrán que discutir estos temas. No me fumo que la independencia política, como clase, pueda tener dos o tres versiones. No, es una sola versión. Nosotros debemos ser independientes de los partidos políticos, del Estado y de la Iglesia.
Punto, se acabó. Después hablamos de lo que quieran.

– ¿Puede un dirigente sindical ser candidato de un partido político?

Que lo sea. Y si sale, se tendrá que ir del movimiento sindical, como hizo Andrade, ahora que salió senador. Otra cosa es confundir. El programa de los trabajadores tiene que discutirse en sus ámbitos. Si la organización se convierte en polea de transmisión del partido político, ya sabemos en qué termina. Es una corriente staliniana que ha permeado muchas zonas, y con el tiempo muchos compañeros se han dado cuenta que era un camino sin retorno.

– ¿El Frente pierde su relación con las organizaciones sociales?

Creo que sí, que la perdió. La perdió con los comités de base, que están semicerrados o cerrados. Y también la perdió con las organizaciones sociales, como Frente todo.

– ¿Con los Comités, no es una pérdida hasta voluntaria?

Obviamente, es una decisión política. Si los vacío de gente, el único contenido que queda es el mío, claro. Por eso lo que diferencia a un burócrata de quien no lo es, es que el no burócrata no le tiene miedo a todos los espacios de participación de la gente. El burócrata le tiene miedo a eso. El dirigente no, para él es mejor cuantos más participen. Y después llegan a la conclusión de que uno crece si crece su organización. Es mentira que uno crece solo. Somos todos partes de un colectivo.
Yo aprendí de compañeros entrañables que nunca salieron en la foto. Yo siempre fui medio sobado de lengua para hablar en los actos, y me acuerdo de un compañero que cuando bajé del escenario me dijo: “Guacho, quiero hablar contigo, vamos a tomar algo”. Y fuimos a tomar una. Me dijo que yo hablaba bien, “Pero yo te voy a contar que yo soy el alcanza limones, y si esto fuera un equipo de fútbol y vos sos el 9 y haces los goles y te aplauden, no te olvides que vos corrés porque yo te alcanzo los limones, y ese estrado donde te subiste lo levantamos hoy de mañana temprano varios compañeros”. Y otro viejo dirigente sindical me dijo una vez que si quería conocer a un dirigente, pusiera dos cosas arriba de la mesa en una reunión: un micrófono de televisión y un viaje, y que me cuidara del primero que dijera “Yo” (risas). Son enseñanzas que a uno le quedan para toda la vida. Y es una pelea que tiene que tener uno con uno mismo. Que la gente te salude por la calle. Uno se cree hasta un artista. Es terrible. El poder tiene eso.

– Te invitan a lugares. Pasás a ser un fenómeno.

Una vez tenía un debate con un compañero. Yo lo quería destrozar políticamente, y el tipo me cagó sensacionalmente. Antes de empezar me tocó a pierna y me preguntó que cómo andaban los gurises. Me quebró. ¿Me entendés? Ya no lo podía putear. Eso es inteligencia. Bueno, cuando nosotros empezamos con tanto coqueteo, con que “con el ministro me llevo bien, con el director me llevo fenómeno, es un tipo bien”… Acá no somos cristianos para hablar del ser humano, acá tenemos que hablar de las ideas políticas que ese ser humano encarna. El poder es jodido. “Tomate un cafecito, un whiskicito, tomá asiento”. Yo conocí el monstruo por dentro, trabajé en Montevideo Refrescos. Cuando entré, en la primera charla de la gerencia se me dijo que ya no éramos más obreros sino operarios de la familia Coca Cola. Muy importante.

– La chispa de la vida.

La chispa de la vida. Vos podés entrar. Me acuerdo que la fábrica tenía un slogan: “Amonede sus ideas”. Estabas en la línea de producción y, si veías que la cadena andaba mal, podías mandar tus ideas. Eso te daba guita. Era una batalla terrible en el sindicato. Era duro que un compañero obrero viera que así se ganaba un pesito. O sea, los tipos nos estaban preguntando cómo explotarnos mejor. Y muchos compañeros mandaban ideas. Todo eso está en el marco del poder, tema que Marx no estudió. No tuvo tiempo (risas). Pero ese es el tema.

– Le cambiaron el libreto en algunas cosas, aparte. El sistema se adapta rápidamente y lucra con lo que venga.
Absolutamente.

– La disyuntiva sigue siendo si hay que hacer alianza con todos los sectores, por fuera de la clase trabajadora, para intentar llegar al gobierno.

Depende de la coyuntura política del momento. Las alianzas no se pueden negar, ¿pero bajo qué programa? El problema siempre es el programa. ¿Vamos a aliarnos para qué? ¿Para que los trabajadores ganen el salario de la canasta familiar? No te agarra ningún capitalista. El tema clave siempre es el programa, sobre qué vamos a discutir, cuáles son los ejes centrales.
Ahí dividís aguas.
¿Por qué las empresas constructoras no quieren al cooperativismo de ayuda mutua? A estos tipos hay que hacerles un monumento. Laburan todo el día y se van los fines de semana a hacer ayuda mutua, y hacen las mejores viviendas del país.

– Bajás el costo de la vivienda.

Ahí está. Entonces, nunca se van a reunir con FUCVAM. Porque nosotros todo el plusvalor lo metemos en la mejora de la vivienda. Ese es el tema.

– Le quitás presión al mercado.

Cuando el padre del actual presidente, Luis Alberto Lacalle, lanzó los núcleos básicos evolutivos, que eran de diecisiete a veintiún metros cuadrados, una vivienda dietética, como la llamo, a la que para poder entrar tenés que adelgazar. ¿Veintiún metros cuadrados, con tres hijos? ¿A quién se lo daban?
A las empresas constructoras. Nosotros en aquel momento dijimos que la plata de esos veintiún metros cuadrados nos la dieran a nosotros. Y sacamos setenta y dos metros cuadrados con esa guita. Hoy están una cantidad de cooperativas que se llamaron “de franja uno”, que construimos con la misma plata. Esto es como el capitalista que es bueno. Ahora aparecen los capitalistas buenos.
Está bien. ¿Cómo nació la propiedad? ¿A santo de qué? Parece que nos olvidamos. Fue con la espada y la cruz. Y eso se hereda. “Él no tiene la culpa porque lo heredó”. Que lo devuelva, entonces. Pero no hay ninguno que lo devuelva. Es como el carnero. El que carnerea no gana el conflicto pero agarra la guita. Nunca la deja. ¿No es cierto? Y con el capital, igual. El capital busca la de él. No conozco un empresario que ponga una empresa para perder. Acá todas las conquistas se las debemos a los trabajadores, aun con sus errores. Las ocho horas no me las dio ni el Partido Colorado ni el Frente Amplio. Me las dieron los mártires de Chicago y todos los trabajadores uruguayos que se rompieron el alma para conseguirlas. Lo mismo con el aguinaldo. Que después se haga ley es otro tema.

– La lucha viene por otro lado.

Viene por ahí. El reconocimiento a la clase que construye el mundo todos los días tiene que seguir existiendo. ¿Que se ha transformado, que ya no es la misma? Sí. Pero miren, los trabajadores son tan extraordinarios que paran sesenta obreros del gas y son tapa de todos los diarios. ¿Sí o no?

– ¿Las ocho horas no son la adaptación moderna de la esclavitud? El capitalismo las acepta.

No las acepta. En cualquier momento, si no está el movimiento sindical… Yo viví quince años en Centroamérica. Ahí todo el mundo labura doce, catorce, dieciséis horas.

– Porque está el capitalismo más atrasado.

Ah, bueno, claro.

– Vamos hacia las seis horas, en países capitalistas…

Está bien eso. Todo lo que conquistemos dentro de este sistema, está bien. Va a llegar un momento en donde no te lo van a dar más, y se va a polarizar la lucha. Acá, se habla de que va a venir un ajuste. Y lo van a sufrir los jubilados, los trabajadores. La gente va a reaccionar. ¿Cómo? El estado de maduración de la gente, y de cómo va a llevar la lucha adelante, no lo vamos a definir en esta mesa. Pero es una realidad. Es momento de ponerse a pensar qué pasó en estos veinte años en América Latina. ¿Por qué el FLN en El Salvador, después de dos gobiernos, saca el 14% de la población? Y gana un fenómeno como Bukeke, que es un yuppie que se comunica con Dios, que se pone a llorar. Y ojo, convoca al pueblo con el cuarto artículo de la Constitución de El Salvador: la posibilidad de la rebelión. ¿Qué le pasó? Lo llamaron los gringos y le dijeron que era un pelotudo, que cómo iba a ir contra el sistema republicano, que siguiera hablando con Dios, sí, pero que le dijera que no. Y le dijo que no. A los quince días salió el padre a decir que estaba deprimido. Lógico.
Nadie se puede salir del guacal, como dicen en Centroamérica. Las ocho horas y todas las conquistas no dejan de ser conquistas corporativas. Pero son importantes.

– ¿Cómo ves el proceso de América Latina? Se habló de una especie de ola progresista. Ahora el péndulo parece estar para el otro lado.

Claro. Hay una ofensiva brutal de la derecha. Los gringos tuvieron que retomar el patio trasero.
Estaban distraídos con Medio Oriente. Y además les preocupa el sueño del pibe que tienen los chinos, que son terribles capitalistas con partido único. Es el sueño del pibe. Dentro de poco los capitalistas lo van a copiar. No discutís con nadie, definís y hacés lo que querés. Se están metiendo en este patio. El mayor número de exportaciones lo tenemos a China. Fíjense lo que pasó ahora. Ya lo llamaron al presidente de la República. Lo llamó el embajador chino. “Nene, esto del TLC con Estados Unidos no te olvides de dos cosas: una, las mayores exportaciones son a nuestro país; y dos, le regalamos la videovigilancia a Tabaré Vázquez”.

– Pasó con Bolsonaro.

Lógico. Hoy tienen ese problema. Y esa ola vino para atrás. ¿Y solo porque el imperialismo atacó?
No, también porque se cometieron errores. Y no se cambió la matriz productiva en la mayoría de los países. Seguimos teniendo agroexportación infame, contaminación.

– Se profundizó.

En muchos países.

– El modelo minero extractivista.

En Chile. ¿Cómo tenemos lo que hoy tenemos en Chile, cuando estuvo más de veinte años la Concertación?

– Y era el modelo…

El modelo fantástico. Y ahí está, hecho pedazos. Estamos en una situación muy difícil, entonces. En el mundo. Y pobre el uruguayo que crea que este país va a salir solo. No salimos de una crisis como la que tiene el capitalismo.

– ¿La izquierda uruguaya se comió la pastilla de que llegando al gobierno se cambiaba la estructura?

No se planteó cambiarla, nunca. La estructura central del modelo capitalista. Lo que sí se hizo fue una redistribución mucho más ecuánime del botín del Estado.

– ¿Es viable cambiar las estructuras fundamentales en un mundo globalizado como en el que vivimos?

Globalmente, sí. Como país, es muy difícil. No hay salidas nacionales. Cada país tiene que procesar sus salidas. Cuando éramos jóvenes estudiábamos las condiciones objetivas y subjetivas. Bueno, las objetivas nunca están dadas como ahora. Si hay un momento de la historia en que el sistema capitalista está demostrando su cadalso cercano, es ahora. Sale del 2008, de una crisis sumamente profunda. El recicle permanente del sistema no se ve con claridad. La Unión Europea tiene tres millones y medio de problemas. Estados Unidos, lo mismo. China tiene una desaceleración brutal. Se hablaba mucho del BRICS, que ya ni suena. Y nadie habla de las huelgas en India. Creo que estamos en un momento muy difícil de la humanidad. Como decía Rosa Luxemburgo, o se cambia o podemos perecer como humanidad.

– ¿Cuándo no hubo crisis en el capitalismo?

Siempre, pero esas crisis siempre se han reciclado rápidamente. Harvey lo analiza muy bien cuando habla del efecto mariposa de las crisis capitalistas. Se va posando en distintos países. En Europa se hizo leña Grecia, luego España, ahora Francia. Les está costando cada vez más. Además, tienen una guerra salvaje por los recursos naturales que ellos mismos han hecho leña. Ese es el gran problema. En la izquierda en los setenta no le dábamos bola al problema ecológico. No se hablaba.
Fue un grave error. Hoy es un tema central.

– ¿Y le da bola la izquierda?

No como se le tiene que dar. Pero es un problema tremendo. Y no soy catastrofista. Creo en la gente, creo que sigue habiendo gente extraordinaria, que sigue luchando. Pero hay que retomar conducciones políticas, y eso no lo vamos a definir en un escritorio. La gente tiene que vivir sucesivas experiencias para ver lo que sí y lo que no, en cualquier cambio.

– ¿La desacumulación de conciencia que ha habido en estos quince años es fácilmente recuperable?

No. Hay que volver a ideologizar, a discutir.

– Ha habido cambios ideológicos importantes. Hoy se habla de que el gran triunfo es la agenda de derechos.

Obvio. Sí, sí. Que también la pone Naciones Unidas. ¿No es cierto? Yo estoy totalmente a favor de la lucha por la equidad y la igualdad con las mujeres, pero el otro día, discutiendo con unas compañeras mujeres, les decía que el movimiento obrero tiene que abrazar una lucha por el tema de la economía del cuidado. El trabajo invisibilizado de la mujer superexplotada, que sostiene a la sociedad en su conjunto. El cuidado de los niños y todo lo que hace la mujer, que está invisibilizado.
¿No puede ser un punto de plataforma en el movimiento obrero? Tiene que serlo. De hombres y mujeres. Luchemos para que el capital pague el trabajo invisibilizado de la mujer. El machista puede ir a la fábrica porque la mujer le lava, le plancha y le da de comer. De eso los capitalistas no dicen nada, y todavía tenés que fumarte que hagan organismos y que digan: “Viva la equidad de género”.
No, no. Tenemos que ir al fondo del problema.

– Y la equidad de género pasa por la cantidad de gerentes.

Exacto, o por la cantidad de diputadas. No, eso es una partecita. Toda la agenda de derechos tiene que ver con eso. El tema de los casamientos de los homosexuales. Totalmente de acuerdo. Es un tema fundamental para todo un sector, y que libera la cabeza de la sociedad, y es importante. Pero siguen viviendo en el sistema capitalista. Fíjense todo lo que se hizo, pero seguimos teniendo asentamientos. ¿No? Siguen ahí. ¿Hacia dónde va la escuela púbica?, por ejemplo. Ya es la escuela de los pobres. ¿O no? La clase media en su mayoría manda los hijos a colegios privados. Y el Estado subsidia a los colegios privados, fijate vos. Terrible. El Estado laico, subsidiando los colegios privados. Y la escuela pública, con este nombre espantoso: “de contexto crítico”. Esto es como el “primero lento” de antes, los que eran todos tarados. Y es igual que la segregación del espacio. “Montevideo es democrática”, se dice. Mentira. Hay un Montevideo de Avenida Italia hacia el mar, y otro hacia el otro lado. De un lado están todos los servicios, del otro no hay nada. Es otro Montevideo, y todavía dividido en partes. No es lo mismo Aguada que Marconi. Contexto crítico… No, nosotros tenemos que luchar por una escuela pública. Dicen que ahora los maestros están bien.
¿Cuánto gana un maestro que recién empieza a laburar? Treinta y un mil pesos.

– Mucho más que antes del gobierno progresista.

Hoy tenés que ganar ochenta y nueve lucas para vivir, y un maestro gana treinta y un mil pesos.
Gana muchísimo mejor, sí. Treinta y un mil pesos es una miseria. El maestro y la maestra son los tipos a los que el conjunto de la sociedad les da lo más preciado que tenemos. El milagro finlandés.

No hubo ningún milagro finlandés. Los finlandeses invirtieron brutalmente en dos cosas: en educación y en salario docente. Un maestro finlandés es un señor. Acá no es un señor. Acá ahora hasta le pegamos.

– Si ganan treinta y un mil pesos contra los quince mil que gana un montón importante de los trabajadores…

Yo no me conformo con lo malo. Yo tengo que pelear por lo justo. Lo justo no son ni los catorce ni los treinta y uno. El gobierno dice que hay que ganar ochenta y cuatro mil pesos para una familia tipo, con un hijo y medio, porque los estudiosos todavía nos parten al medio los hijos. Entonces todo el que gane menos de ochenta y tres mil palos vive mal. ¿Por qué vive mal? ¿Cuántos uruguayos compran el diario todos los días?

– Poquísimos.

¿Cuántos uruguayos compran dos libros por mes? ¿Cuántos trabajadores le dicen a la patrona para ir a cenar afuera o al cine? Y es recrearse, no es de burgués. El que fue pobre no quiere ser más pobre. ¿No es cierto? Nosotros tenemos que pelear por lo justo. ¿Está mejor porque gana treinta y uno? Sí. El jubilado también está mejor. ¿Cuál es la media de los jubilados? Diecisiete mil pesos. ¿Puede vivir un jubilado con eso?

– Y en la media se ahogan los enanos.

Acá tenemos que seguir peleando por las conquistas. No va a ser fácil. Pero el conformismo es lo peor que le puede pasar a alguien que se crea de izquierda. No podemos conformarnos. “Qué se quejan los cooperativitas, que tienen auto”, dijo un diputado frenteamplista. No importa el nombre. Es un culo roto. ¿Por qué un trabajador no puede tener un auto? ¿Quién tiene más derecho que un trabajador para poder tener un autito? Esa es otra idea: los pobres, de los que en general siempre habla la pequeña burguesía. Los que verdaderamente fueron pobres quieren luchar para dejar de serlo. Esto de reivindicar la pobreza es de derecha, de aquellos que te decían: “pobre, pero bueno”.
O lo otro: “Si sos pobre y te callás la boca, vas a ir al cielo”. Ahora todo ese discurso parece que es lo normal. “Va mucha gente al este”. ¿Y cuál es el problema de que los trabajadores puedan ir a un campamento o alquilarse una casita afuera? ¿Te das cuenta que nos han cambiado la cabeza?
Ahora dicen que hay que arreglar el BPS porque está jodido. Bueno, se viene la ofensiva del capital en todo el mundo: aumento de los años para la jubilación y recortes. ¿Y la Caja Militar? Sigue intacta.

– Lo de la edad tiene lógica en la medida en que la expectativa de vida ha crecido.

Si a los sesenta años un tipo tiene cuarenta años de laburo y se quiere jubilar para disfrutar de sus nietos o hacer cosas en su tiempo libre, no está mal. ¿Por qué hay que seguir laburando hasta el último día de la vida? No. Que sea opcional. Hay quien dice que si no trabaja, envejece. Está bien.

– Pero hay una relación económica. Trabajaste cuarenta años aportando una cuarta parte de tu salario, y eso alcanza para bancarte diez años. Y vas a vivir más, con lo cual precisás aportar más.

Con el desarrollo de la producción que ha logrado tener el capitalismo, nosotros tendríamos que estar trabajando cuatro horas por día. Cuando entré a la fábrica de bebida, en cuatro líneas de producción sacaba doscientos cuarenta mil litros en ocho horas. Cuando me fui, sacaba el doble.
Quiere decir que el avance tecnológico que utiliza el capital para sacar más valor lo tendríamos que usar para trabajar menos y disfrutar más. La gente tiene que tener derecho a pintar, si le gusta. A estar con sus pibes, si le gusta. El avance tecnológico tiene que servirnos para aumentar nuestra calidad de vida.

– La lucha es por socializar el avance tecnológico. Que dé beneficios globales. La robotización va a robar puestos de trabajo.

Tiene que ser para mejorar la calidad de vida de la humanidad. No lo va a hacer. Una vez un economista me dijo que antes se moría más gente de tifus. Es cierto. Bienvenidos todos los avances.
Vivamos cien años, si podemos. Pero todo es producto del trabajo de la gente, de todos los que laburan. El beneficio tiene que ser para los que trabajan. Acá podés llegar a ser presidente de la República sin haber laburado nunca. ¿O no?

– ¿Estás en el Partido Socialista? ¿Qué hacés ahí?

Estoy porque es un partido que justamente admite el debate de ideas, y hoy en día estamos en un momento fermental. Nos dicen ortodoxos y renovadores. Yo no digo eso. Digo gente que quiere el partido de izquierda y gente que no. Hay que volver a eso. Tampoco soy sumamente orgánico. El movimiento social me lleva mucho tiempo y es donde me siento más cómodo. He tratado de jamás confundir una cosa con la otra, porque me parece que perjudica al movimiento social.

– Uruguay 2020, derrota de un proyecto. ¿Qué hay que hacer?

Lo primero es armar un gran frente social para combatir el programa de gobierno que está incluido en la Ley de Urgente Consideración. Ayer tuve un debate con algunos parlamentarios que me decían que capaz que esto se cierra el 29 de abril, porque tienen los votos. La calle no tiene fecha. Acá hay que armar un gran frente social, como tuvimos en su momento. El PIT-CNT, FUVCAM, ASCEEP y otras organizaciones que han nacido. Y no nos podemos creer los reyes de la película. Hay que conjuntar a todo el movimiento popular. La izquierda lo que debe hacer es una profunda autocrítica.

Revisar qué pasó. No tengo la bola de cristal, pero lo primero es reconocer el problema. Por ejemplo, ¿por qué cayó la Unión Soviética? Tenemos que discutirlo. Algo pasó.

– Y cómo cayó.

La revolución obrera más importante del siglo XX, que conmocionó al mundo, hasta que un día sale Gorbachov y dice: “Muchachos, se acabó el comunismo”. ¿En cuántas librerías está escrito acá lo que pasó? ¿Qué dice la izquierda de eso? ¿Se ha profundizado? No. “Pasó”. Y acá tenemos muertos por esas ideas, presos, compañeros que sufrieron tortura. Algo debe haber pasado. Hay que discutirlo. ¿Cuba puede vivir? Hay que discutirlo. Lo primero que hay que hacer es reconocer que estamos frente a un problema, y luego abordarlo. Del debate de los colectivos va a salir lo mejor. Y no hay que tener jamás miedo a decir que nos equivocamos. La izquierda tiene que volver a ideologizarse, hay que volver a discutir los temas centrales del sistema por el cual nacimos en contra.
Yo estoy en contra del sistema capitalista. ¿Qué otro sistema quiero? No importa, eso lo construirá la gente. Pero este me parece el más desigual. Todo eso hay que decirlo.

– En el off the record, alguno te lo puede decir.

Que lo digan de frente. Tienen que decirlo.

– ¿Es posible abordar esos temas, con la cultura hegemónica de hoy?

Si no los abordamos, perece la izquierda. Si no se aborda un debate a fondo, crítico, donde todos discutamos, no vamos a salir adelante. En este momento concreto hay que armar un gran frente social. La Ley de Urgente Consideración no es una ley solamente, es el programa de gobierno que no mostraron. Hay que ponerse.

– ¿Le ves fuerza a la izquierda para hacer eso?

Creo en la reserva moral de nuestro pueblo. Siempre creo.

– ¿FUCVAM tiene hoy el potencial que tenía antes? Conozco un dirigente de FUCVAM que una vez me dijo que es increíble lo solidaria que es la gente cuando construye la casa, hasta que la termina y dice: “Esta es mi casa”.

No es cierto.

– Me lo dijo un dirigente muy conocido.

Los dirigentes pueden decir lo que quieran. Tenemos siete mil personas por semana que se reúnen.
¿Cuántos movimientos sociales con siete mil militantes voluntarios conocés? Ninguno es rentado. Se reúnen en el comité directivo, en la comisión de salud…

– En todas las cooperativas.

Siete mil. Es extraordinario.

– ¿Cuánta gente vive en cooperativas de vivienda?

Hoy, veintiocho mil familias. Cien mil y pico de personas. Un tercio de la ciudad de Mercedes vive en cooperativas.

– O sea que casi un 10% son militantes.

Tipos que están todas las semanas. Que el consejo directivo, que se rompió esto o lo otro, que la comisión de salud… Ahora bien, el movimiento siempre tiene tres etapas. Una es la de la formación, cuando el grupo nace. Luego la obra, que es otro laburo. Y la tercera, que es la construcción de comunidad. Lleva otro tiempo. Por ejemplo, yo hoy en mi cooperativa soy uno de los más jóvenes.
Claro, son cooperativas de los años setenta. Pero el movimiento siempre tiene relevo. Mañana, si hay un recorte a las obras, van a estar los de la construcción. Y al movimiento no hay que idealizarlo, tampoco. Pero quiero saber qué movimiento puede hablar de siete mil tipos todas las semanas. Y gratis. Los dirigentes de FUCVAM todos laburan, y vienen después del horario de laburo. Yo tengo la suerte de estar jubilado.

– ¿Cómo fue tu experiencia llevando el modelo a otros países?

Interesante, aprendí mucho.

– ¿Lo pudieron trasladar?

Sí, claro. Tenemos federación de cooperativas de vivienda en El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay y Bolivia.

– El modelo FUCVAM.

Sí, con propiedad colectiva, de usuarios, de ayuda mutua. Y hoy tenemos una coordinadora centroamericana de organizaciones de segundo grado, como FUCVAM y una en el sur con Paraguay, Uruguay, Bolivia y Colombia. Sí, el modelo se ha desarrollado, respetando la idiosincrasia de cada pueblo. En Nicaragua, cuando se terminó la obra, dijeron que no iban a pintar todo del mismo color como nosotros, sino cada uno de un color. Y está bien, es su cultura. Fue una experiencia extraordinaria. Quince años de trabajo, con gente muy linda. Aprendí mucho, nosotros no teníamos experiencia a nivel rural, por ejemplo. Son países mucho más ruralizados. Son cooperativas de vivienda con campesinos, en las montañas. Es muy interesante. Demostró que el modelo se puede adaptar en cualquier país. Tenemos dos cosas: luchar por los instrumentos políticos que desarrollan el modelo, es decir, la financiación estatal, el marco legal y la participación de la gente.
Para eso hubo que formar técnicos que conocieran el modelo. Después formar a los cooperativistas futuros. Después tener algunas experiencias piloto para mostrar. Y luego armar varias cooperativas para armar una federación. Ese es el resumen. Pero ahí estamos. Es muy interesante.

– ¿FUCVAM es la solución para eliminar los asentamientos?

Al asentamiento se llega porque no tiene crédito suficiente para la vivienda.

– Es una vergüenza que este país tenga doscientas mil personas en asentamientos.

No tengo duda de que para los sectores trabajadores que no tienen capacidad de ahorro el cooperativismo de ayuda mutua es una salida. No tengo ninguna duda de que si, cuando la explosión de los asentamientos irregulares, el Estado hubiera invertido más en cooperativa de vivienda, no habría asentamientos. Pero si no tenés dónde vivir y te echan del alquiler, no podés esperar el préstamo de una cooperativa por tres años, tenés que resolverlo, y lo resolvés en el asentamiento.
Hoy es bastante ilógico, porque se habla de los asentamientos como si hubieran nacido hoy.

– En las prioridades del gobierno entrante está terminar con los asentamientos.

Bueno, que lo intenten. Ojalá. Otra ilusión. En América Latina ningún país ha liquidado el déficit habitacional de los asentamientos. Hay un problema: el sistema ha llevado a tener una ciudad formal y otra informal. En la ciudad formal tenés que pagar todo, la luz, el agua. Te sale caro. En la informal, no. Cuando vos querés formalizar la ciudad informal, a la persona le sale carísimo. Ese es el problema. Por eso hablan de ilusiones. Hay que buscar una salida, sí. Cuando éramos chicos, irónicamente se les decía “cantegriles”. Y no había la explosión de asentamientos que hubo a partir de la crisis. Empezó en el ochenta y pico y se agudiza en la crisis del noventa y pico y del 2000.
Ahora es una ciudad que está, que existe. Mejorarlo implica una inversión muy grande. Lo otro es lo siguiente: tenemos hoy acá un fenómeno que es la segregación espacial de la ciudad. Hay un territorio que es para los pobres y otro que no. Ese donde están los pobres en general es un territorio con grandes problemas y sin servicios. Después de que se gestó, sale carísimo resolverlo.
Es peor el remedio que la enfermedad.

– Ha habido planes para trasladar a zonas que ya tengan servicios.

Para eso tiene que haber un presupuesto fuerte que lo banque, y el país no tiene todavía Fondo Nacional de Vivienda desde que lo robaron. ¿Se acuerdan cuando desaparecieron doscientos millones de dólares bajo el ministerio de Atchugarry? Él lo reconoció. Se lo tragó el famoso agujero negro. A partir de allí, no se recreó ningún Fondo Nacional de Vivienda. Hoy la vivienda vive de partidas presupuestales, de lo que sale del presupuesto. Un problema como el de la vivienda hay que encararlo con un fondo específico, y con una política de Estado de corto, mediano y largo plazo.
Ahora, por ejemplo, dicen que les van a dar la propiedad a los asentamientos. ¿Qué propiedad?

– ¿Y medidas como el Plan Juntos, que se intentó?

Es otro idealismo descomunal, esto de que los capitalistas iban a dar plata para que los pobres construyan. Es de película.

– Bueno, película ya tiene.

El pobre Pepe fue el único que puso un mango. Ni los colegas de él pusieron. Ojo, como propuesta humana es buenísimo. Pero los curas esto lo hacen desde hace muchísimos años y no lograron abatir el déficit habitacional. Por eso el Plan Juntos terminó en el presupuesto, porque parece que los capitalistas no eran tan buenos.

– Ponen para Un Techo para mi País.

Esas colectas, claro. Se enamoraron de Un Techo para mi País, dijeron que era la salida. Por favor.
El problema de la vivienda es muy grande e implica toda una política de Estado. El cooperativismo de vivienda va a atender una parte de eso. Puede haber otras, porque no todo el mundo tiene por qué querer ser cooperativista de vivienda.

– Una solución para el que pudiera ahorrar durante muchos años fue el Banco Hipotecario. ¿Cómo se manejó eso durante el gobierno progresista?

El gobierno progresista armó la Agencia Nacional de Vivienda. El Banco Hipotecario queda muy mal.
Acá también nos hemos olvidado de que en el periodo anterior al del Frente Amplio siete directores fueron procesados. Y al igual que los genocidas, siempre se enferman cuando van a ir en cana, así que les dieron prisión domiciliaria. Lo que se robó en ese Banco Hipotecario fue escandaloso.

– ¿Sos optimista?

Absolutamente.

– ¿A pesar de la nueva ministra de Vivienda?

Absolutamente. Siempre seré optimista. No se puede luchar sin ser optimista. Creo en la gente.

– ¿Qué va a hacer FUCVAM por los 50 años?

Muchísimas actividades. Culturales, de festejos.

– ¿Cuándo es la fecha exacta?

24 de mayo de 1970. Pero va a haber actividades durante todo el año. Acabamos de firmar un convenio con la Fundación Mario Benedetti. Va a haber cosas sobre eso en los barrios. Va a haber una muestra fotográfica. Bibliografía, actos. Con la Universidad, solos. En fin, tenemos una cantidad de actividades.

– ¿FUCVAM se está nutriendo de jóvenes?

En los grupos nuevos, son gente joven. Desde la reglamentación 2008, son matrimonios que van desde los 25 a los 35 años.

– O sea que hay relevo.

Sí, claro que sí.

Jorge Lauro y Alfredo García / Semanario Voces
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 21 / Nº 2243 / miércoles 01.04.2020
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“La izquierda no puede pensar sólo en ganar elecciones. Necesita tener como meta fundamental organizar al pueblo, y recuperar la hegemonía de las ideas de la clase obrera en la sociedad. Recuperar los valores humanistas y socialistas, y practicarlos, como la solidaridad, la defensa de la justicia social y la igualdad entre todos los seres humanos.”
Joao Pedro Stedile – MST (Brasil)
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