1) América: Si cae el progresismo (digo, es un decir) /Antonio Elías
2) Movimientos sociales en Colombia /Sergio Ferrari
3) Sobre optimismos y optimistas… /Kintto Lucas
4) Medios: Te odio, te temo, te necesito /Gustavo Gómez
5) Pensamientos de Jorge Zabalza
Foto: Marylén Serna, vocera del Congreso de los Pueblos (Colombia)
COMCOSUR INFORMA AÑO 16 – No. 1724 – jueves 12.05.2016
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
1994 – 19 de junio – 2016 – 22 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ARGENTINA: Eduardo Abeleira, Claudia Korol y Mauricio D’ambrouso (Buenos Aires)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis)
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Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara. RADIO VENCEREMOS
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NOTICIAS Y TEMAS DE COMCOSUR
1) AMÉRICA: SI CAE EL PROGRESISMO (DIGO, ES UN DECIR)
Como contrapartida a la ofensiva “neo-colonizadora” del capital y en el contexto de una importante crisis económica surgió el progresismo como alternativa al neoliberalismo. /Antonio Elías
2) MOVIMIENTOS SOCIALES EN COLOMBIA
“Exigimos un espacio propio de negociación”
Entrevista de Sergio Ferrari, con Marylén Serna, vocera del Congreso de los Pueblos
3) SOBRE OPTIMISMOS Y OPTIMISTAS…
/Kintto Lucas
4) TE ODIO, TE TEMO, TE NECESITO
Las políticas de comunicación de los gobiernos progresistas del Cono Sur. /Gustavo Gómez
5) PENSAMIENTOS DE JORGE ZABALZA
Las cosas en su sitio: “Dos millones de españoles salieron a la calle aplaudiendo al mayor héroe existente en España, el general Franco, mostrando que todo el pueblo español está con él (….). Es una persona maravillosa. Y su acto garantiza que la monarquía que le suceda sea un éxito. En realidad, se necesitan tres veces más ejecuciones de las que han ocurrido”. (Palabras de salvador Dalí a France Pres con motivo de la ejecución de 5 prisioneros políticos el 27 de setiembre de 1975).
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NOTICIAS Y TEMAS DE COMCOSUR
1) AMÉRICA: SI CAE EL PROGRESISMO (DIGO, ES UN DECIR)
Como contrapartida a la ofensiva “neo-colonizadora” del capital y en el contexto de una importante crisis económica surgió el progresismo como alternativa al neoliberalismo.
Antonio Elías /Semanario Voces
Los partidos de derecha fueron derrotados electoralmente por fuerzas políticas con raíces en la izquierda e importante base social en los trabajadores y en los pueblos originarios.
Así sucedió en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Uruguay y Venezuela, en el marco de una heterogeneidad de situaciones que transformó el concepto “progresismo” en un gran paraguas que cubre procesos con distintos objetivos, contenidos y profundidad.
Los gobiernos progresistas del cono sur se inscribieron dentro de las variadas opciones de la institucionalidad capitalista para enfrentar la crisis. Llegaron al gobierno vaciando su discurso político de los objetivos estratégicos de la izquierda, en esa lógica asumen las reformas del Banco Mundial como si fueran un programa superador del neoliberalismo y pretendieron atenuar los males del capitalismo sin enfrentarlo como sistema. En estos países los cambios son fuertes en el plano político-electoral, mínimos o nulos en lo ideológico, y en lo económico e institucional profundizan el capitalismo.
En Bolivia, Ecuador y Venezuela, al acceder al gobierno se implementaron profundos cambios en lo político, lo ideológico y en la apropiación, uso y distribución de la renta originada en el petróleo, el gas y la minería. Los cambios institucionales apuntaron al fortalecimiento de la soberanía nacional, la inclusión de los pueblos originarios y construcción de poder social por lo cual debieron enfrentar persistentes intentos desestabilizadores.
En los últimos años se está produciendo una profundización de la ofensiva imperialista que incluye, necesariamente, una radicalización conservadora de las burguesías locales que buscan la desestabilización de gobiernos progresistas por múltiples métodos. En Venezuela se recurre tanto a la violencia paramilitar como a la guerra económica; en Brasil se busca una destitución/golpe parlamentario de la presidenta sin que se conozcan los fundamentos legales. En todos los casos los medios de comunicación masivos desarrollan una campaña permanente contra estos gobiernos.
Esas agresiones se ven favorecidas por el empeoramiento de la situación económica mundial que provoca la caída de la demanda de materias primas, en volumen y precios; la recuperación del valor relativo del dólar, con las consiguientes devaluaciones de las monedas nacionales; el aumento de los intereses de la deuda externa y el retraimiento de la entrada de capitales.
En ese contexto se hace muy difícil mantener, tanto los ingresos reales de trabajadores, y pasivos, como las políticas asistenciales para los sectores más desprotegidos, que reciben ingresos monetarios que modifican los resultados estadísticos pero no sus condiciones esenciales de vida. Todo ello exacerba las contradicciones objetivas entre las clases dominantes y dominadas y desestabiliza a los gobiernos que necesitaban esos recursos para financiar sus políticas de conciliación de clases.
Estas situaciones, como en el caso uruguayo, provocan que los gobiernos se vean ante la disyuntiva de enfrentar al capital obligándolo a pagar mayores impuestos preservando así el nivel de vida de los trabajadores y pasivos o, por lo contrario, aplicar el ajuste sobre la clase trabajadora para no afectar el beneficio de los capitalistas. Aquí es fundamental destacar que los beneficios recibidos por los trabajadores en la última década, tanto derechos como ingresos, pueden ser reversibles por cualquier gobierno, mientras que los privilegios que han recibido los capitalistas están protegidos por leyes y “blindados” por tratados internacionales.
Los recientes resultados electorales en Argentina, Venezuela y Bolivia son un muy duro traspié para las fuerzas progresistas. Al igual que lo es la desestabilización en Brasil, la cual se ve agravada por la aprobación en diputados del “impeachment” a la presidenta sin ningún fundamento legal.
En cualquier caso no puede ignorarse que la ofensiva del capital y las agresiones imperialistas han sido facilitadas, en mayor o menor medida, por problemas internos, tales como: el burocratismo, la corrupción, la lucha por el poder y, fundamentalmente, por la debilidad ideológica. Tampoco puede desconocerse que no se ha logrado la transformación de la base productiva y que aumentó la primarización, la extranjerización y la vulnerabilidad de nuestras economías.
¡El progresismo en Nuestramérica se salva con un programa de izquierda en alianza con los trabajadores y los pueblos originarios o fenece!
Antonio Elías /Semanario Voces /Rebelión /Enviado por Nino de Negri
COMCOSUR INFORMA Nº 1724 – 12/05/2016
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2) MOVIMIENTOS SOCIALES EN COLOMBIA
“Exigimos un espacio propio de negociación”
Entrevista con Marylén Serna, vocera del Congreso de los Pueblos
Por Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza
En el marco del nuevo clima político que el diálogo de las guerrillas y el Gobierno ha creado en Colombia, el movimiento social alza su voz, denuncia, propone y exige espacios propios. La guerra no está terminada. El paramilitarismo se consolida como un fenómeno cada vez más preocupante contra la paz. Y la necesidad de reforzar la movilización ciudadana sigue constituyendo un desafío esencial. Así lo enfatiza Marylén Serna Salinas en su visita a Suiza como parte de una extensa gira que abarca una decena de grandes ciudades de varios países europeos. Serna Salinas, destacada dirigente campesina del Cauca, en el suroeste colombiano, es vocera nacional del Congreso de los Pueblos e integrante del comité de impulso de la Mesa Social para la Paz.
P: ¿Cuáles son hoy los temas prioritarios del Congreso de los Pueblos?
Marylén Serna (MS): En primer lugar, queremos denunciar la reactivación del paramilitarismo y las consecuencias de este fenómeno preocupante para los movimientos sociales. Por otra parte, anticipar y dar a conocer una propuesta de movilización social a impulsar a mitad del año en curso. Y socializar también nuestra propuesta de Mesa Social para la Paz que la concebimos como un espacio de diálogo y negociación nacional a favor de la paz y la democracia. Esta Mesa Social para la Paz se trata de un escenario en donde se deberían encontrar, cara a cara, el movimiento social popular y los poderes institucionales y económicos para debatir sobre los problemas que aquejan al país, acordar salidas eficaces a los conflictos socio-políticos (al origen mismo de la confrontación armada) y pactar las bases para una sociedad democrática, justa y en paz.
P: ¿Qué significa su denuncia sobre la reactivación del paramilitarismo?
MS: Esos grupos nunca dejaron de actuar en los territorios y los movimientos sociales sentimos su embate. Ahora se articulan más a nivel nacional, siguen obstaculizando el proceso de paz y piden al Gobierno ser reconocidos en tanto actores políticos lo que es sumamente preocupante. A esto se le suma el ya constante proceso de criminalización de los movimientos sociales, con detenidos, amenazas, procesados, asesinatos, falta de garantías para poder movilizarse y el incremento de múltiples violaciones de los derechos humanos.
Movimientos sociales y diálogos Gobierno-guerrillas
P: ¿Cómo se posiciona el Congreso de los Pueblos, en tanto confluencia de movimientos y organizaciones sociales, ante el diálogo de las guerrillas con el Gobierno?
MS: Mantenemos nuestra perspectiva de autonomía. Pedimos que haya un espacio de negociación propio, nuestro, de los movimientos sociales y en ese sentido proponemos la instalación de la Mesa Social para la Paz, como instancia de negociación entre la sociedad colombiana en su conjunto y el Gobierno. El comité que la impulsa está compuesto por unas 40 importantes organizaciones sindicales, agrarias, ambientalistas, representantes de las distintas expresiones de fe, diversas coaliciones, etc. Un espectro muy amplio y representativo.
P: ¿En el marco del diálogo FARC – Gobierno hubo espacios de participación para el movimiento social?
MS: Se dieron ciertos espacios como los Foros Temáticos donde participamos activamente. Pero esta presencia es insuficiente.
P: ¿Y en el diálogo del ELN con el Gobierno?
MS: No podemos todavía hacer un juicio ya que la negociación recién se lanza. La participación de la sociedad está planteada como punto central pero veremos la metodología para la misma, aunque desde la Mesa Social para la Paz existe la disposición de hacer parte del ejercicio de participación.
P: ¿Reconocen sin embargo avances en esos espacios de diálogo y negociación?
MS: Sin duda reconocemos la importancia de esas negociaciones pero insistimos en contar con un espacio propio para expresar nuestras reivindicaciones en tanto movimiento social. Luchamos históricamente a favor de la paz. Hemos impulsado en nuestros territorios programas alternativos en lo económico, programas de soberanía alimentaria, propuesta diferentes en la salud y educación. Y es fundamental que esas experiencias aporten a la construcción de la paz y que encontremos un mecanismo para tener un espacio con el Gobierno para discutir y aportar esos modelos y ricas experiencias.
“Hay incertidumbre y confusión en parte de la gente”
P: ¿Cuál es el estado subjetivo actual del ciudadano colombiano medio con respecto a este gran desafío de la búsqueda de la paz y de la reivindicación de ustedes de contar con un propio espacio de negociación?
MS: Nos falta mucho por hacer para poder llegar al común de la sociedad. Sin duda, los procesos anteriores fallidos de negociación crean incertidumbre y confusión. Sin olvidar que existen también sectores poderosos que se oponen a la paz y quisieran que continúe la guerra. Una parte de la sociedad ve al proceso en marcha como muy alejado de su vida cotidiana y de su entorno cercano. Y por todo esto es muy importante plantear la alternativa de la Mesa Social para la Paz para acercar la construcción de la paz a la sociedad y hacer palpable la posibilidad de ser partícipes.
P: ¿En este marco de incertidumbre entre importantes sectores que se propone la movilización que ustedes prevén para mitad de este año?
MS: Consistirá en continuar lo que impulsamos desde hace tiempo. Ejercer el derecho de protesta mancomunadamente con importantes actores sociales y defender la propuesta de forjar un espacio para negociar políticas de país, en clave también de aportar a la construcción de la paz. Pensamos realizarla simultáneamente en distintas regiones del país, en forma indefinida, posiblemente hacia el mes de junio.
P: ¿Cuál es vuestra expectativa con respecto al aporte desde Europa y de la comunidad internacional en esta etapa que vive el movimiento social colombiano?
MS: Que logremos contar con un apoyo activo a nuestro reclamo y movilización. Un sostén a favor del respeto de los derechos humanos. Y a la participación ciudadana en la construcción de la paz en condiciones de respeto de la vida y los derechos humanos. Queremos que haya voces en el exterior, en Europa, que nos acompañen en el mismo momento en que lancemos la Mesa Social para la Paz. Y que reclamen el derecho a la protesta en el marco de la movilización en Colombia. Acompañamiento y presencia activa de Gobiernos, parlamentarios, y de la sociedad civil en general. También queremos ofrecer un lugar de participación a los colombianos y colombianas que se encuentran en el exterior.
Entrevista de Sergio Ferrari, desde Berna, Suiza
COMCOSUR INFORMA Nº 1724 – 12/05/2016
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3) SOBRE OPTIMISMOS Y OPTIMISTAS…
Por Kintto Lucas
Hay muchas clases de optimismos y de optimistas…
El optimismo de los funcionarios de un gobierno que se mienten a si mismos y creen que todo está muy bien, es el optimismo burocrático.
El optimismo del anarquista, que aspira un día ver al mundo creyendo en las ideas de Bakunin pero sabe que eso no ocurrirá, es el optimismo utópico.
El optimismo del novelista que crea personajes pesimistas es el optimismo de ficción.
El optimismo del jugador, que siempre gana cuando juega a la ruleta, a la lotería, a la quiniela, pero cada vez está más pobre, es el optimismo ilusionado.
El optimismo del tomador que siempre cree estar tomando la penúltima copa, es el optimismo alcohólico.
El optimismo del empresario que tras unas catástrofe natural o una guerra ve negocios disfrazados de solidaridad o reconstrucción, es el optimismo capitalista. Ese sí es un optimismo casi siempre ganador.
El optimismo del político que dice trabajar por los pobres pero acumula dinero of shore o en casa, es el optimismo farsante.
El optimismo del trabajador, que sobrevive con su salario, pero no deja de luchar por sus derechos y cree que mañana todos seremos iguales, es el optimismo proletario.
El optimismo del “izquierdista” que se acomoda en un cargo y cambia los principios por el interés, es el optimismo oportunista.
El optimismo del pesimista, en cambio, es un optimismo derrotado de antemano. Juan Carlos Onetti fue un buen exponente de esa clase de optimistas.
En fin, el ser humano es optimista por naturaleza, incluso siendo pesimista…
Kintto Lucas (Ecuador)
COMCOSUR INFORMA Nº 1724 – 12/05/2016
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4) TE ODIO, TE TEMO, TE NECESITO
Las políticas de comunicación de los gobiernos progresistas del Cono Sur.
Por Gustavo Gómez / Dínamo, La Diaria, 09.05.2016
Los partidos progresistas han demostrado que pueden ganar elecciones aun con un sistema de medios concentrados en pocas manos, cuyos dueños tienen intereses económicos y políticos contrarios a sus proyectos, pero debería estar claro que no se puede transformar la sociedad sin cambios culturales, y que para ello es preciso, entre otras cosas, contar con un sistema diverso y plural de medios de comunicación. Más o menos explícitamente, este objetivo estuvo presente en esos partidos cuando llegaron al gobierno.
Sin embargo, los avances en materia de democratización de las comunicaciones han sido muy pobres; apenas se ha rozado el poder de los grupos que acaparan a la vez medios, ingresos publicitarios e incidencia política. Por presión, coerción o complicidad, estos han podido superar varios periodos de gobiernos progresistas sin perder su capacidad de influir en la agenda pública, e incluso consolidando su posición dominante en el mercado.
Pero no todo fue gracias a su esfuerzo. También hubo graves errores o falta de claridad y convicción del lado de los gobiernos. El de Fernando Lugo en Paraguay no pudo (y no quiso) comprarse un pleito en ese terreno y, salvo su apuesta a construir un par de medios públicos no oficialistas, no tomó ninguna medida para democratizar efectivamente la comunicación. En Chile, los sucesivos gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría nunca tuvieron siquiera en la agenda avanzar en garantías para una mayor diversidad y un pluralismo de medios.
Argentina aprobó una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), en un entorno de fuerte confrontación. Pero la norma fue pobremente aplicada en seis años de vigencia, salvo en aspectos vinculados con la promoción de la producción nacional audiovisual. No se avanzó sustancialmente en asegurar la reserva de 33% de frecuencias para medios comunitarios, y el Grupo Clarín no perdió una sola frecuencia ni tuvo que hacer desinversiones para reducir su enorme concentración. La judicialización fue una de las razones, pero no la única: tampoco hubo avances luego de que la Corte Suprema diera la razón al gobierno. Luego, Mauricio Macri no encontró un terreno consolidado de cambios que complicara su política restauradora.
Apenas un par de decretos destruyeron todas las buenas intenciones de un buen texto legal que no fue aplicado o que lo fue de modo discriminatorio o parcial.
Lo de Brasil es dramático. En varios períodos de gobierno, no se reglamentaron las disposiciones constitucionales anticoncentración, ni se fomentó el sector comunitario, ni se impulsó legislación para modificar la de los años 60. El desencuentro al respecto fue tan grande entre el gobierno y el Partido de los Trabajadores que este tuvo que salir a trabajar, junto con la Central Única de los Trabajadores, para reunir firmas con el fin de presentar un proyecto de ley como iniciativa ciudadana.
Uruguay no es la excepción. Tras casi 12 años de gobierno del Frente Amplio, con algunos tibios avances, como el reconocimiento legal de los medios comunitarios, el oligopolio de la televisión se mantiene intacto.
No se abrió la competencia en el sector de la televisión para abonados y apenas se han otorgado concesiones a un par de nuevas radios comerciales en el interior. Para peor, en la televisión abierta continúan los mismos medios de hace 60 años, y estamos a punto de dejar caer la única chance de que haya nuevos operadores comerciales, capaces de competir con “los tres grandes”, a partir de la llegada de la televisión digital.
En mi opinión, la falta de avances no fue una omisión, sino una decisión política de los gobiernos progresistas de la región acerca de su relación con los medios. La frase del título trata de resumir el complejo conjunto de dilemas que ha estado presente en casi todos ellos.
El “odio” o rechazo inicial a medios que en general cuestionaron y bloquearon el acceso al poder de las fuerzas progresistas se mezcló con el “temor” respecto de su capacidad (real o no) para poner en jaque el proyecto impulsado por esas fuerzas.
La preocupación de las nuevas autoridades se centró en lograr que la información sobre sus logros y otros asuntos prioritarios llegara a la opinión pública, y temieron que eso no fuera posible si los medios se sentían bajo asedio y ponían palos en la rueda.
Por el contrario, se planteaba la “necesidad” de contar con su colaboración. Ya llegaría el tiempo de dar esa pelea, se dijeron. Pero nunca se dan las condiciones ideales para hacerlo.
Los buenos modales hacia esos medios no impidieron que bombardearan las posiciones progresistas. Las autoridades protestan contra el maltrato o la falta de cobertura de noticias positivas sobre su gestión, pero parecen olvidar que la situación está determinada por una estructura de propiedad vinculada con los anteriores gobiernos de derecha, que habría que cambiar, y se dirigen por igual, a lo bruto, contra medios, dueños y periodistas, como si fueran lo mismo, confundiendo la crítica democrática al poder (aunque sea injusta y sin fundamento) con ataques y maniobras.
Por esta razón, los gobiernos progresistas se sienten tentados a buscar contactos directos con la población y crear medios “propios”, sean estos públicos y oficialistas o en alianza con privados, llamados independientes, cuyos dueños, incluso de derecha, se prestan circunstancialmente a acompañarlos, o por lo menos a no atacarlos.
Se confunde así la noción de políticas públicas de comunicación (cómo hacer para que el sistema de medios funcione de manera adecuada a una democracia y con respeto a la libertad de expresión, en términos de política de Estado) con la comunicación política de gobierno (cómo hacer para que su desempeño sea conocido y aprobado por la población, en términos de política de gobierno o de partido).
Esto lleva, incluso, a que en vez de combatir la concentración de medios se la consienta o promueva, siempre que se sean favorables al oficialismo. En Argentina, la LSCA se intentó aplicar (merecidamente) al Grupo Clarín, pero se permitió que otros grupos comerciales concentrados, aliados con el gobierno, maquillaran sus papeles para seguir operando aunque superaban los límites legales.
En Uruguay estamos a tiempo de aprender de los errores y recuperar el tiempo perdido. Una mirada regional muestra que lo que no se hace al comienzo de un período de gobierno no se puede hacer al final, cuando aumenta la vulnerabilidad a las presiones de los medios.
Nos quedan tres años y medio de gobierno y ya logramos algo que no se alcanzó en otros países: aprobar una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual participativa, transparente, equilibrada y garantista, que busca asegurar un acceso equitativo y una mayor diversidad de medios, sin avasallar libertades fundamentales. La esperanza es su aplicación integral, que no se ha concretado, aunque está vigente desde enero de 2015.
Los derechos que no se ejercen y las leyes que no se aplican son borrados sin esfuerzo por un gobierno revanchista de derecha. La experiencia argentina debería servirnos para aprender esa lección.
* Gómez es director ejecutivo de Observacom. Investigador y especialista en libertad de expresión. Fue director nacional de Telecomunicaciones en 2010 y 2011.
Gustavo Gómez / Dínamo, La Diaria
COMCOSUR INFORMA Nº 1724 – 12/05/2016
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5) PENSAMIENTOS DE JORGE ZABALZA
Las cosas en su sitio: “Dos millones de españoles salieron a la calle aplaudiendo al mayor héroe existente en España, el general Franco, mostrando que todo el pueblo español está con él (….). Es una persona maravillosa. Y su acto garantiza que la monarquía que le suceda sea un éxito. En realidad, se necesitan tres veces más ejecuciones de las que han ocurrido”. (Palabras de salvador Dalí a France Pres con motivo de la ejecución de 5 prisioneros políticos el 27 de setiembre de 1975)
Jorge Pedro Zabalza , 7 de marzo de 2016
COMCOSUR INFORMA Nº 1724 – 12/05/2016
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