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BRIGADA SUIZA A NICARAGUA: A 30 AÑOS

1) Brigada suiza a Nicaragua: A 30 años /Sergio Ferrari
2) Uruguay: Política petrolera
3) Uruguay: La Constitución como excusa /Hoenir Sarthou
4) Ni ambigua, ni cheque en blanco, ni desprolija /Gustavo Gómez
5) Decirlo todo. Una vida, 8.967,50 pesos
Fotos: Maurice Demierre (suizo), Yvan Leyvraz (suizo) y Joël Fieux (francés) internacionalistas asesinados por la «contra» en Nicaragua
COMCOSUR INFORMA AÑO 16 – No. 1740 – martes 12.07.2016
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
1994 – 19 de junio – 2016 – 22 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ARGENTINA: Eduardo Abeleira, Claudia Korol y Mauricio D’ambrouso (Buenos Aires)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis)
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“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS
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NOTICIAS Y TEMAS DE COMCOSUR
1) BRIGADA SUIZA A NICARAGUA: A 30 AÑOS
“2016, a 30 años, Homenaje y Solidaridad”
La memoria, resorte para reforzar la solidaridad activa /Sergio Ferrari
2) URUGUAY: POLÍTICA PETROLERA
Tres entidades socio-ambientales presentaron hoy en el Parlamento argumentos en favor de una ley que prohíba la aplicación del Fracking en nuestro país
3) URUGUAY: LA CONSTITUCIÓN COMO EXCUSA
Las reformas constitucionales tienen, históricamente, dos motivos. /Hoenir Sarthou
4) NI AMBIGUA, NI CHEQUE EN BLANCO, NI DESPROLIJA
Una de las principales críticas recibidas por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) se concentró en la regulación destinada a impedir mensajes discriminatorios y a limitar la emisión de determinados contenidos violentos o sexuales con el objetivo de proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes. /Gustavo Gómez
5) DECIRLO TODO
Uruguay: Una vida, 8.967,50 pesos
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NOTICIAS Y TEMAS DE COMCOSUR
1) BRIGADA SUIZA A NICARAGUA: A 30 AÑOS
“2016, a 30 años, Homenaje y Solidaridad”
La memoria, resorte para reforzar la solidaridad activa
Sergio Ferrari*
Febrero de 1986: una mina antipersonal colocada por un grupo “contra”, acaba con la vida del cooperante suizo Maurice Demierre y cinco campesinas en Somotillo, al noroeste de Nicaragua, próximo a la frontera con Honduras. Cinco meses después en la Zompopera, en el norteño departamento de Matagalpa, son asesinados en una emboscada los internacionalistas Yvan Leyvraz (suizo), Joël Fieux (francés) y Berndt Koberstein (alemán) junto con dos técnicos locales.
30 años después, entre el 18 y el 28 de julio, casi 50 personas, en su mayoría militantes asociativos y sindicales suizos, partirán para Nicaragua, bajo la consigna “2016, a 30 años, homenaje y solidaridad”.
Luego de la victoria del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) de julio del 1979 contra la dictadura de la familia Somoza, se inició en ese país centroamericano un proceso -que duraría 11 años- de transformaciones revolucionarias y de construcción de otro tipo de democracia participativa. A partir de 1983, con el apoyo del gobierno estadounidense, se inició una guerra de agresión que le costaría al país más de 38 mil víctimas y cerca de 17 mil millones de dólares en pérdidas, el equivalente a casi 40 años de exportaciones según los valores de 1980. El modelo sandinista basado en cuatro pilares – economía mixta, pluralismo político, participación popular y no alineamiento internacional- motivaría amplias simpatías en el planeta entero. La solidaridad internacional asumió la defensa del sandinismo y miles de cooperantes internacionalistas y brigadistas se integraron a la reconstrucción nicaragüense.
La solidaridad concreta
El Gobierno Revolucionario convocó a los sindicatos a nivel internacional a participar en el esfuerzo de desarrollo del país, recuerda el militante suizo Philippe Sauvin, actual secretario del Otro Sindicato, antiguo co-responsable entre 1984 y 1990 de las brigadas obreras y uno de los promotores de la actual delegación que visitará Nicaragua a mediados de julio.
Las necesidades eran enormes: en infraestructura, en el sector de la construcción y el transporte, a nivel social. Se necesitaba un apoyo internacional activo para desarrollar el país y superar la pobreza endémica y las huellas de la violencia generada durante 40 años por la dictadura de Somoza, especialmente en las zonas rurales, y luego por la guerra de agresión, explica.
“Los sindicatos y el movimiento asociativo suizo – como sucedió en tantos otros países europeos y americanos- respondieron presentes y desde el 1983 se crearon brigadas de solidaridad, de salud, obreras, que participaron en la construcción de puentes, de asentamientos (unidades cooperativas rurales para la población campesina sin tierras), escuelas, centros de salud, redes de agua potable, para la cosecha del café, y tantas otras actividades sociales y educativas.
La nostalgia, promotora de solidaridad renovada
Hace tres décadas “fuimos miles los que llegamos a Nicaragua en revolución. Yvan y Jöel habían decidido –como Maurice y tantos otros miles de internacionalistas – quedarse en Nicaragua en coherencia con su compromiso, por solidaridad con el pueblo sandinista que nos consideró parte de sí mismo”, enfatiza Gerald Fioretta, uno de los responsables de la Asociación Nicaragua-El Salvador de Ginebra y co-organizador de la Brigada 2016.
Vivimos un momento histórico extraordinario. “La camaradería alegre y seria a la vez, generosa, queda presente como parte de la época más bella de nuestra vida”, subraya.
En 30 años, Nicaragua cambió, «todos nosotros también hemos cambiado, pero el aire de transformación profunda de los años 80 está siempre presente”. Cuando pensamos a Yvan y Joël, y tantos otros compañeros internacionalistas y nicaragüenses, desbordamos de nostalgia. “Nostalgia que nace de nuestra juventud y de la suerte que tuvimos de vivir el internacionalismo gracias a la apertura y la generosidad de la revolución sandinista”.
El encuentro con los campesinos, los técnicos y los militantes sandinistas, “con quienes vivimos esa época, nos permitirá de evocar recuerdos, pero sobre todo, nos va a facilitar comprender la situación actual para así reforzar nuestra solidaridad con más inteligencia y corazón. Qué mejor treinta años después organizar una brigada integrada por 30 internacionalistas”, subraya el sociólogo-militante asociativo.
Lo que queda…y lo que falta
El tiempo cierra solo parcialmente las heridas. La desaparición crea un espacio vacío: los que quedan deben hacer frente a la historia, a la memoria y a la conciencia. Deben resistir, perdonar, resurgir, elegir la dignidad de estar vivos y ser parte de la humanidad, bajo la denominación de “ser humano”, reflexiona Chantal Bianchi, antigua compañera de vida de Maurice Demierre. Bianchi, dedicada profesionalmente al teatro, es la actual presidenta de la Asociación de Solidaridad que lleva el nombre del internacionalista suizo asesinado en febrero del 86.
Treinta años después, la nueva generación de los jóvenes de 25-30 se compromete en acciones solidarias. “Encuentran la posibilidad de actuar concretamente para construir modelos de sociedades plurales, no impositivas, ecológicas y respetuosas de las minorías”, subraya Chantal Bianchi. Maurice venía de una familia modesta y tenía “los pies en la tierra y su corazón en las estrellas, comprometido con los campesinos de su cantón, Friburgo”. Militaba, como los otros internacionalistas asesinados, “a favor de un cambio social y político a favor de los hombres y mujeres más desfavorecidos de la población”.
La figura de Maurice da fuerzas y perspectivas a esta juventud –ligada a nuestra Asociación- que busca un sentido. “Es una herencia noble a compartir con alegría, generosidad y modestia”.
Sentimiento que también comparte Franco Cavalli, médico oncólogo suizo, ex diputado nacional, militante histórico de la solidaridad y fundador de AMCA (Ayuda Médica para América Central).
La idea de la Brigada 2016, subraya, es una apuesta maravillosa. No solo para recordar a nuestros compañeros asesinados, sino también para homenajear el enorme sacrificio que soportó el pueblo nicaragüense en su lucha contra la agresión contrarrevolucionaria.
Conscientes que “la solidaridad internacional es hoy más necesaria que nunca”, en este mundo globalizado y en un continente, como el latinoamericano, que vuelve a soportar y enfrentar una intensa ofensiva reaccionaria. “Por eso es fundamental que demostremos al pueblo latinoamericano, a los movimientos sociales, no solo con palabras pero con proyectos y presencia, que estamos con ellos. Y que hacemos y seguiremos haciendo todo lo posible para sostenerles en su difícil combate por la justicia y el progreso”, concluye.
*Colaboración de E-CHANGER, ONG suiza de cooperación solidaria presente desde 1981 en Nicaragua
Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR INFORMA Nº 1740 – 12/07/2016
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2) URUGUAY: POLÍTICA PETROLERA
Tres entidades socio-ambientales presentaron hoy en el Parlamento argumentos en favor de una ley que prohíba la aplicación del Fracking en nuestro país.
Medios /miércoles 6 de julio 2016
Integrantes del Movimiento Uruguay Libre, Paysandú Nuestro y Paysandú Libre de Fracking fuimos recibidos por la Comisión de Industria de Diputados.
En la reunión se apreció que el tema del Fracking es discutido en todos los partidos y que es posible su prohibición por una ley nacional que complemente las acciones departamentales en curso en Paysandú, Tacuarembó, Salto, Rocha yArtigas.
El Fracking es una tecnología de extracción de hidrocarburos introducida pocas décadas atrás para prolongar la explotación en yacimientos casi agotados y ampliarla a otros que anteriormente no eran explotables denominados no convencionales.
Existen suficientes evidencias científicas de que esta tecnología no es segura y que no puede realizarse sin graves impactos ambientales y sociales. Esta es la conclusión de un informe de los Profesionales de Nueva York Preocupados por la Salud y los Médicos con Responsabilidad Social de los Estados Unidos que sirvió de base para la prohibición definitiva de la utilización del Fracking en el estado de Nueva York.
Este estudio que presentamos a los legisladores es un compendio actualizado a 2015 de los trabajos científicos realizados en todo el mundo sobre los impactos del Fracking en el aire, el agua, la salud, la seguridad pública, la estabilidad sísmica y climática, la cohesión comunitaria y la vitalidad económica a largo plazo de un país.
Hasta el presente, en Uruguay no tenemos una política definida sobre el Fracking.
Por un lado, Ancap ha firmado contratos con empresas extranjeras en donde se admite la posibilidad de explotación de hidrocarburos no convencionales en el centro norte del país cuando el Fracking es la única tecnología disponible para extraerlos.
Por otro lado, varias actividades de estudio e información sensibilizaron a la población de Paysandú sobre los impactos del Fracking en la tierra y los recursos hídricos e hicieron que la Junta Departamental decidiera prohibir el Fracking en su jurisdicción. Procesos similares sucedieron en Tacuarembó, Salto y Rocha.
Por último, luego de que la ministra de Industria, Carolina Cosse, declarara que en el Uruguay no se realizará Fracking y que el presidente Tabaré Vázquez reiterara esa afirmación en un Consejo de Ministros, es necesario establecer una política clara al respecto y para ello es indispensable una ley nacional que la consagre.
En Uruguay, con importantes recursos hídricos superficiales y subterráneos y el 93% apto para la actividad agrícola y ganadera, se debe impulsar la producción primaria e industrial de alimentos de calidad y actividades que valoricen el territorio, como el turismo, por lo que debe sancionarse una ley que prohíba el Fracking en el país.
Movimiento Uruguay Libre – Paysandú Nuestro – Paysandú Libre de Fracking
COMCOSUR INFORMA Nº 1740 – 12/07/2016
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3) URUGUAY: LA CONSTITUCIÓN COMO EXCUSA
Las reformas constitucionales tienen, históricamente, dos motivos.
Indisciplina partidaria, Hoenir Sarthou/ Semanario Voces / 29.06.2016
Uno de ellos es que una sociedad se esté viviendo cambios muy profundos. Las revoluciones sociales, por ejemplo, suelen requerir una nueva organización institucional, otra distribución del poder, el surgimiento de un nuevo orden, otros objetivos colectivos y nuevos criterios de justicia.
El otro motivo típico es que al partido que está en el gobierno le convenga cambiar las reglas electorales para permanecer en el gobierno o, en caso de no lograrlo, minimizar las posibilidades y los márgenes de maniobra de sus opositores.
¿Por qué motivo el Frente Amplio promovería ahora una reforma constitucional?
Según el discurso oficial, la finalidad es remover trabas institucionales que impedirían la aplicación de políticas innovadoras. Pero, si se analizan las supuestas innovaciones y las supuestas trabas, el argumento no resiste dos segundos. Veamos por qué.
Se ha anunciado que los principales objetivos de la reforma son: a) consagrar la nueva agenda de derechos y la protección de minorías sociales; b) reducir el poder presidencial y “redefinir” el instituto del veto; c) aumentar el poder del Parlamento y afianzar sus facultades de control; d) crear nuevas formas de propiedad (propiedad social, cooperativa, etc.); e) garantizar la protección del medio ambiente; f) reestructurar los órganos de contralor del Estado; y g) “reformar” y “democratizar” el Poder Judicial y establecer nuevas formas de control de la constitucionalidad de las leyes.
Lo curioso es que todos y cada uno de esos propósitos son innecesarios, inconvenientes, o contradicen de plano las prácticas del propio partido que los propone.
La “nueva agenda de derechos” ha sido consagrada ya legalmente y funciona, aunque algunas de sus “acciones afirmativas” sean de dudosa constitucionalidad. Reducir el poder presidencial parece un propósito poco creíble, en un partido cuyos legisladores han votado con “mano de yeso” todo lo que el Poder Ejecutivo les ha pedido. El veto presidencial, si no recuerdo mal, se usó sólo una vez en los últimos quince años (lo hizo el mismo Tabaré Vázquez en relación con el aborto). Lo de aumentar el poder y la capacidad de control del Parlamento resulta absurdo dicho por un partido que ha tenido mayoría parlamentaria absoluta durante tres períodos de gobierno y no ha controlado nada (ni PLUNA, ni ASSE, ni ANCAP, ni la regasificadora, etc.). En cuanto a redefinir el derecho de propiedad, no se explicita ningún tipo de propiedad que no exista ya o que sea incompatible con el régimen constitucional vigente, en el que, por otra parte, el derecho de propiedad puede ser afectado por razones de interés general. Por otra parte, ¿qué nuevo régimen de la propiedad esperar de un gobierno que, a través de varias leyes recientes, una de ellas la 18.116, ha hecho de la ocupación de inmuebles, aun pacífica, un delito perseguible de oficio y castigable con pena de penitenciaría? Lo mismo ocurre con “garantizar la protección del medio ambiente”, cuando en estos años se han permitido y estimulado cultivos destructores de la tierra y el uso de agroquímicos que contaminan el agua potable. Hablar de fortalecer los organismos de control del Estado es hasta risible viniendo de un partido cuyos gobiernos han acumulado decenas de miles de observaciones del Tribunal de Cuentas y las han ignorado olímpicamente. Lo de reformar y “democratizar” al Poder Judicial, unido a la falta de recursos asignados en el último presupuesto, suena a advertencia o a “vendetta”. Esa idea se robustece cuando luego se habla de reasignar el control de constitucionalidad, lo que puede ser leído como “sacárselo a la Suprema Corte de Justicia”.
En síntesis, entonces, ¿qué hay que valiera la pena y que no se haya podido hacer por haberlo impedido la Constitución vigente?
La respuesta es simple: nada. O casi nada. De hecho, el minúsculo impuesto a la concentración de la tierra y el impuesto a las jubilaciones se implementaron después con pequeños cambios, sobre todo de nombre. Y la disparatada ley de liquidación de PLUNA (que dio lugar al remate en que intervino “el caballero de la derecha”), por suerte fue declarada inconstitucional y quedó por el camino, aunque, claro, varios gobernantes guarden rencor por eso.
Parece claro que el verdadero propósito de la idea de reformar la Constitución no es viabilizar políticas revolucionarias, que no están en el horizonte. Se podría pensar, entonces, que el objetivo real es introducir cambios en los mecanismos electorales, como, por ejemplo, volver a hacer coincidir a las elecciones nacionales con las departamentales, o permitir el voto desde el exterior, o incluso eliminar el balotage.
No dudo de que algunos sectores del Frente deseen y sueñen esos cambios. Sin embargo, es posible que el verdadero beneficio que esta iniciativa le reporta al partido de gobierno sea más rebuscado y menos evidente.
Para empezar, la sola propuesta cambia el eje de la discusión pública. En lugar de hablar del ajuste fiscal, de la crisis económica, de la deuda pública, de la enseñanza, de la crisis social, de la inseguridad ciudadana y del aumento de precios, la oposición y parte de la opinión pública deberán discutir reformas constitucionales. Gran éxito estratégico.
En segundo lugar, la propuesta de reforma puede operar como justificación de la falta de proyectos y de resultados, cohesionando a cierta parte del electorado frenteamplista. Así, para el sector más incondicional de los votantes frenteamplistas, el problema no serán el gobierno ni su falta de ideas y de aciertos, sino la Constitución que lo maniata y la Suprema Corte de Justicia que lo hostiga. Dos blancos fáciles, por diversos motivos. Incluso más fáciles que la prensa, a la que también se la ha acusado de ocultar los supuestos éxitos y resaltar los fracasos oficialistas.
Es muy probable que la reforma constitucional ni siquiera llegue a plantearse seriamente. Es que las posibilidades de que fuera aprobada son escasísimas, habida cuenta del peso electoral que sigue teniendo la oposición y del descontento que cunde incluso entre muchos votantes y ex votantes frenteamplistas. Un plebiscito constitucional, en las presentes circunstancias, y seguramente en las que existirán de aquí a tres años, tiene todas las chances de convertirse en un plebiscito contra el gobierno, cosa que ni el más obtuso de los dirigentes frenteamplistas debería ignorar.
En la hipótesis de que todo este asunto constitucional fuera mero fuego de artificio, una excusa para justificar debes y carencias, lo malo es que se estaría usando como moneda de cambio un instrumento que debe ser preservado.
Aunque a algunos dirigentes políticos les moleste admitirlo, la Constitución no debería entrar en el juego de toma y daca de la politiquería cotidiana. Porque, aun sin ser perfecta, respira una sólida lógica igualitaria y republicana que suele faltar en la legislación reciente. Es el instrumento que, desde hace muchos años, ha permitido que convivamos pacíficamente gentes con ideas y concepciones de la vida muy diversas. Tan es así que, hace cuarenta y cuatro años, cuando se quiso imponer una concepción autoritaria, fue necesario pasarle por arriba.
Quizá, más allá de avatares e intereses políticos circunstanciales, hay dos preguntas que deberíamos respondernos con humildad.
La primera es si realmente creemos que nuestros problemas actuales se deben a carencias constitucionales.
La segunda, más delicada, es si tenemos hoy una cultura ciudadana superior a la que inspiró a la Constitución vigente.
Si la respuesta a las dos preguntas es “no”, la conclusión cae por su propio peso.
Hoenir Sarthou/ Semanario Voces
COMCOSUR INFORMA Nº 1740 – 12/07/2016
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4) NI AMBIGUA, NI CHEQUE EN BLANCO, NI DESPROLIJA
Una de las principales críticas recibidas por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) se concentró en la regulación destinada a impedir mensajes discriminatorios y a limitar la emisión de determinados contenidos violentos o sexuales con el objetivo de proteger los derechos de niños, niñas y adolescentes.
Gustavo Gómez, La Diaria / Columna de opinión, 08 • Julio • 2016
La prohibición de violar la privacidad de estos, así como el establecimiento de un horario de protección entre las 6.00 y las 22.00, fueron considerados formas de censura encubiertas e injerencias indebidas en la actuación de los medios. Cuando menos, una “bosta” desprolija, paternalista y autoritaria que avasallaba el papel que debían cumplir los propios padres. Con el asesoramiento de importantes abogados del país, se repitió hasta el hartazgo que la forma en que estaba escrita la ley (vaga, ambigua, imprecisa) la convertía en un “cheque en blanco” que permitiría abusos en su aplicación y empujaría a los periodistas a autocensurarse.
“La dictadura se haría una fiesta”, dijo alguien. Que era “un revólver en la nuca del periodismo”, dijeron otros. Se la acusaba de ser una ley mordaza, injerencista y autoritaria, que haría un control policial de los contenidos emitidos por los medios y, por tanto, violaría nuestra Constitución. En el centro de la denuncia, varios artículos que reconocen los derechos de las personas ante los medios: los que protegen a la infancia e impiden la apología y la incitación a la discriminación. ¿Qué dijo la Suprema Corte de Justicia (SCJ) en las sentencias emitidas hasta el momento? ¿La ley es ambigua e inconstitucional? ¿Censura y viola la libertad de expresión?
El artículo 32 de la LSCA establece el horario de protección durante el cual “los programas, los mensajes publicitarios y la autopromoción emitidos en este horario […] deberán ser aptos para todo público y deberán favorecer los objetivos educativos que dichos medios de comunicación permiten desarrollar”. En ese horario los medios deben evitar “la exhibición de programas que promuevan actitudes o conductas violentas, morbosas, delictivas, discriminatorias o pornográficas, o fomenten el esoterismo, los juegos de azar o las apuestas”. Además, aunque sin impedir informar sobre estos hechos, no podrán incluir “imágenes con violencia excesiva o truculentas”, la “apología, exaltación o incitación de la violencia y las conductas violentas, del delito o las conductas delictivas”, así como “pornografía” y la “exhibición de escenas con actos sexuales explícitos, obscenos o degradantes, o de elementos de prácticas sadomasoquistas”, entre otros.
El artículo 33 dispone restricciones a la publicidad dirigida a niños, niñas y adolescentes que pueda producirles “perjuicio moral o físico”. En estos momentos los medios no pueden difundir mensajes publicitarios que inciten “directamente a los niños, niñas y adolescentes a la compra o arrendamiento de productos o servicios aprovechando su inexperiencia o credulidad, ni incluir cualquier forma de publicidad engañosa”. Tampoco se puede “animar directamente a los niños, niñas y adolescentes para que compren productos o servicios publicitados, ni prometerles premios o recompensas para ganar nuevos compradores”.
La SCJ rechazó expresamente la inconstitucionalidad de estos artículos.
Respecto del horario de protección, “porque la norma no prohíbe la inclusión de los contenidos que limita, sino que los posterga, para que sean emitidos fuera del horario fijado” y “porque tal limitación responde, claramente, a razones de interés general”, lo cual es un fundamento legítimo para regular los medios. “Es claro”, dice la SCJ, “que los derechos de los niños y de los adolescentes han sido privilegiados por sobre el derecho de libertad de los medios a emitir los contenidos enumerados en el artículo 32, lo que es perfectamente razonable y tiende a proteger la integridad moral del público más sensible, el infantil, en perfecta armonía con los valores y principios constitucionales que se encuentran orientados a proteger a los menores de edad”.
Por último, un “palo” para los quejosos: “véase que la normativa impugnada es una versión actualizada de principios que ya se encuentran legislados en los artículos 181 a 185 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que no provocaron la resistencia de ningún operador de comunicación audiovisual”. Dicho sea de paso, se trata de una ley aprobada en 2004 con el voto casi unánime de legisladores de todos los partidos políticos.
Nuestro máximo tribunal no comparte que haya “términos y definiciones vagas y ambiguas” o que “las limitaciones impuestas por estas normas” contengan “prohibiciones en blanco, en violación al principio de reserva legal”. Para ello se limita a citar textualmente la LSCA y se pregunta en la sentencia: “¿Cuál sería, entonces, la vaguedad o imprecisión?”.
La SCJ tampoco dio razón a los denunciantes con respecto al artículo 28, que reconoce el “derecho a la no discriminación” en medios de comunicación.
Los denunciantes (en este caso TCC/Canal 10, con asesoría del constitucionalista Dr. Martín Risso) afirmaron que no sólo viola la Constitución sino también la Convención Americana de Derechos Humanos. La SCJ advierte que la norma impugnada “no sólo no infringe la más alta normativa de derechos humanos sobre libertad de expresión, sino que la aplica, lo que torna difícil sostener, como lo hace la accionante, que el artículo 28 de la ley viola la libertad de expresión”.
La SCJ consideró, por unanimidad, que esta norma no es inconstitucional: “No puede sostenerse que tal disposición imponga una carga genérica e indeterminada, sino todo lo contrario. Tampoco se advierte que imponga contenidos en violación de la libertad de expresión”.
Gustavo Gómez / La Diaria
COMCOSUR INFORMA Nº 1740 – 12/07/2016
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5) DECIRLO TODO
Uruguay: Una vida, 8.967,50 pesos
La Diaria /Jueves 07 • Julio • 2016
Siempre me asombró cómo a partir de ciertas categorías o clasificaciones, las personas, de pronto, son convertidas en otra cosa. Un niño, un imberbe; un jubilado, un viejito. Para el primero, una laptop; para el segundo una tablet. Una ilusión de realidad o de democracia compensatoria y comprada con un convencimiento sordo acerca de su carácter de integración universal.
Todos sabemos de jubilados que van y toman la tablet porque sí, porque de arriba, un rayo. Miles se las dan a los nietos para que jueguen o dejen de hacerles preguntas que ya no tienen ganas de contestar, porque descubrieron que miles no tienen respuestas y que vamos a andar por la vida como un trompo maníaco tras los grandes asuntos que, de tan grandes, se pierden en su destino.
Entonces, ¡sí, mijito, llévese la tablet y cuídela, que el abuelo se la está regalando a usted, que la va a aprovechar mejor! Y el viejito que, como tantos de nosotros, no quiere aplicaciones para bajar, iPhone número no sé cuánto, todo al alcance de un botón para el nuevo alfabetismo ilustrado.
Muchos prefieren el antiguo tête à tête, ya sea para llamar un taxi, informarse sobre un trámite, repreguntar. No estoy defendiendo la burocracia ni rechazando algunas soluciones rápidas que habilitan las tecnologías; sólo digo que no todo el mundo quiere entrar en ese teclado táctil de la vida, o que sencillamente parece idiota decirle a un abuelo -otra forma de la condescendencia: llamarlos nuestros abuelos y condenarlos al ostracismo, a pesar de que pueden ser más vigorosos y tener aptitudes más valiosas que cualquier joven esnob de 30 años perfectamente integrado- que se aggiorne y que así será más feliz, que su vida será más práctica, que el mundo ancho y lejano lo espera tras la luminosa pantalla, mientras el hombre o la mujer en cuestión espera un taxi, por ejemplo, que nunca llegará al barrio donde vive, porque no hay tablet ni aplicación bajada que compense la marginación o el estigma territorial. No sé en qué cabeza cabe esa forma de la universalidad, ese método supuestamente democratizante. El asunto sigue siendo de clase, una palabra que a los tecnócratas progres les resulta demodée -o, más bien, les conviene eliminar de su diccionario (¡delete, delete!)-; a los estetas del lenguaje, un esperpento o antigualla; a los integrados o subidos al carro (a los miles de autos vendidos en la última década), un exceso de evocación guerrillera; a los cerca de 120.000 jubilados que pasarán a cobrar 8.967,50 pesos uruguayos en lugar de los 8.767,50 que percibían en sus offshore del Banco de Previsión Social (BPS), carne viva, razonada o no.
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Parece extraño, pero resulta difícil acceder a los números que cierran la ecuación. ¿Cuántas franjas hay dentro de esos 435.625 jubilados? Más claro: ¿cuántos cobran tanto, y cuántos otro tanto? Recurro a Ignacio Pardo, sociólogo amigo de la casa y de Decirlo todo, y en cuestión de una hora me envía la lectura del Boletín Estadístico 2015 del BPS, que discierne datos de 2014. Grosso modo: 6% cobraba 45.780 pesos o más; las dos terceras partes, 20.000 o menos; la cuarta parte, menos de 10.000. El promedio era de 14.609,59. Ahora hay unos miles de jubilados más que en aquel momento, pero la ecuación, las franjas y el análisis que arrojan las nuevas cifras no se modifican sustancialmente.
De todas formas, y más allá de mil datos, no hay que ser una luminaria para ver el estado de situación de esos miles que apostaron y confiaron en un sistema (y hablo de este, el de previsión social) que finalmente les estafa la vida. Pero también habría que ver en ese 6% de la franja más alta cuántos y cuánta plata significa “o más”. Ahí es donde siempre está el gato encerrado.
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Se han escuchado dos expresiones valientes o rabiosas: “Es una tomadura de pelo”, dijeron desde la Organización Nacional de Asociaciones de Jubilados y Pensionistas del Uruguay; y “¡200 pesos!”, seguida de todos los epítetos imaginables cuando los uruguayos nos lanzamos a maldecir.
Sigamos haciendo cuentas y veamos cómo hacemos ahora para explicarles a esos viejos, bien desconfiados y con más sabiduría que el fugaz o férreo entusiasmo que algunos mantuvimos hace unos años cuando nos decían: “Son todos iguales”. Y nosotros: “Por tus hijos, por tus nietos”. Qué vergüenza me invade. Porque, más allá de la indignación o la “tomadura de pelo” y el cobro al grito de “¡200 pesos!”, se nos debería caer la cara (y todas las máscaras) por la insensatez. Por la limosna. Por el quilo y 100 gramos de carne de cerdo que hoy compré y me salió exactamente eso, ¡200 pesos!
¿No es preferible callar, no dar aumento alguno, salir a decir que estamos hasta la manija de nuevo, en vez de otorgar una humillante dádiva? Está bien, capaz que antes que nada, es algo. 200 dividido 31: 6,45 pesos por día. No sé qué se compra con eso. Sí, dos caramelos para los nietos o para sí mismos, como para engañar el estómago. “¡Qué hijos de puta! ¿Saben estos la cantidad de viejitos [se refería a ancianos longevos] que se acuestan con una taza de leche en el estómago?”, le escuché decir en estos días a alguien a quien alguna vez traté de convencer (no sé si lo logré) de que votara al Frente Amplio. Y más allá de partidos, pienso en el descaro y la desvergüenza como una forma de práctica política instalada. Y en que, claro está, bajo este sistema y paradigma casi nada se puede. Pero ¿nada se puede? No podemos ir por áreas y ver las formas, otra vez -tenemos que volver a ciertos orígenes, parece-, de la distribución. ¿No podrían los jubilados de privilegio sostener algo el pan de los hambrientos? ¿No podemos hablar, como hasta hace una década y con programa político incluido, de la redistribución de la riqueza? ¿No se debería tocar acá y allá, volver a barajar y dar de nuevo? ¿Las monstruosas inversiones nos abandonarán? ¿Va a venir una dictadura apuntalada por las clases dominantes? Y de paso, ¿qué estamos esperando para eliminar el Ejército?
Digámoslo claro: es una cuestión de clase. Y de sensibilidad. Parece que las clases medias dominantes realmente no saben (o los que supieron vivirla lo olvidaron) lo que es contar tres monedas, tener la soga al cuello, ganar tres pesos y pensar cada día cómo guardarse uno para el día siguiente; no saben de eso que se llama angustia económica y que produce tristeza y depresión. ¿Sabemos de la cantidad de jubilados depresivos que hay en el país y que engrosan la lista avasallante de la depresión?
***
Por suerte, no estoy hablando de mí. Por carácter, ideología o enviones de la vida, no sé si llego a los cinco o seis años de cotización al sistema jubilatorio. Nunca aguanté un trabajo más de seis meses si me angustiaba, un jefe que me odiara, un encierro de diez horas. Esa vida me ha dado libertad, sí, y el alivio (o la irresponsabilidad) de no pensar en jubilarme, muchos años de arroz y pensiones, otros de prosperidad, y un futuro ciertamente incierto. No me importa. No voy a llorar sobre la leche derramada. Pero yo hice ese pacto conmigo, con la vida. Quizá mañana me convierta en CEO o en linyera. Quién sabe. Otros, miles, hicieron otro pacto. Y son estafados doblemente: por el sistema que les dice que aguanten y ya vayan preparando su muerte en paz (coman lo que puedan y sonrían, malditos viejos amargos), y por quienes desvergonzadamente les dicen que tendrán 6,45 pesos más por día para vivir.
Recurramos a una cara. O a un relato: la cara de uno de los nuestros, mirándonos fijo, con ojos resignados y acuosos, y aquel de El coronel no tiene quien le escriba, la novela de Gabriel García Márquez. El coronel, todos lo sabemos, espera una jubilación desde hace años y cada día. Ya sobre el final de su vida y la de su compañera, sin noticias y asumiendo una espera inútil, ella le pregunta: “¿Y ahora qué comeremos?”. Y el coronel: “Comeremos mierda”.
Apegé / La Diaria / Publicado por Amarelle
COMCOSUR INFORMA Nº 1740 – 12/07/2016
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR
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Coordinación: Carlos Casares
COMCOSUR es miembro de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias – AMARC
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