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Hoy:
1) “Tenemos bastones porque nunca nos arrodillamos”
2) Fútbol y mujeres: testimonios de exclusión, resistencia y pasión
3) México obliga a posponer examen sobre derechos de la mujer
4) “Los derechos sexuales, como derechos humanos, son indivisibles”
5) Sonita contra el silencio, documental que muestra y cambia la vida de una joven afgana
6) Panamá: lanzan campaña que busca reducir los femicidios en el país
7) Halloween: Nosotras, las que no pudieron quemar
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” ― Rosa Luxemburgo
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1) Argentina: “Tenemos bastones porque nunca nos arrodillamos”
La Tinta
Hay un rito de Abuelas de Plaza de Mayo en cada aniversario. Tiene que ver con las cantidades: 39 años, 121 nietos. Esos números son una prueba, en el sentido más amplio. “Lo maravilloso es que pudimos transformar un inmenso dolor en lucha colectiva”, decía Estela de Carlotto en el video que abrió la celebración por el cumpleaños de la institución en el teatro ND Ateneo. En la noche del 25 de octubre los números fueron afecto y barullo. El que producen las fiestas donde se mezclan las grandes familias: abuelas y abuelos, tías y tíos, primas y primos, hermanas y hermanos, nietas y nietos, bisnietas y bisnietos. Y también los amigos y compañeros de lucha.
Los lazos detrás de los números crecen año a año. Contrasta con la soledad y el desamparo en que empezaron las doce abuelas fundadoras. En cada aniversario repasan el camino: se computan las victorias en muchos frentes y las pérdidas, las abuelas que murieron sin encontrar a sus nietos. Cada cumpleaños trae también un poco de ciencia ficción detrás de 39 años de historias. Y el deseo de que algún día la gran familia se complete con los 380 que se estima aún falta encontrar.
Ovación para Rozanski
Los anfitriones del festejo fueron, una vez más, los nietos Manuel Gonçalves y Leonardo Fossati. Un bebé que sobrevivió a las balas en un placard, otro que nació en la mesada de una comisaría. Arrancaron mencionando a muchos de los presentes. Cuando dijeron “Carlos Rozanski”, el teatro se convirtió en un aplauso. El hombre que en 2000 llegó por concurso al Tribunal Oral 1 de La Plata y condenó a decenas de represores, presentó su renuncia la semana pasada, mientras avanzaba un proceso de juicio político a raíz de una denuncia por supuesto maltrato laboral.
Rozanski estaba sentado en un rincón de las primeras filas, al lado del matafuegos. Muchos se pusieron de pie. Agradeció con una sonrisa y en silencio. Había denunciado “persecución política” del Consejo de la Magistratura para entorpecer los juicios por delitos de lesa. Consultado por Cosecha Roja dijo que prefiere postergar el contacto con la prensa.
Los hermanos Menna
Hace tres semanas Ramiro Menna se encontró con su hermano Maximiliano, el nieto 121, nacido en cautiverio. El martes se sentaron uno al lado del otro, en las primeras filas del teatro, junto a sus familias. Impresionaba su parecido en el rostro, la barba, la cabeza calva, los gestos. Maximiliano subió al escenario con Claudia Domínguez Castro. “La palabra identidad es un derecho y me lo enseñaron ustedes y mis abuelas que viven en Mendoza. Estar acá hace que todo sea más fácil”, dijo la nieta restituida en 2015.
“Todo esto que estoy viviendo no hubiera pasado sin una familia que me ha buscado desde hace años y sin el trabajo de Abuelas y la CONADI. Gracias porque recuperé parte de mi vida”, dijo Maximiliano. La tía Alba Lanzilloto, una de las grandes impulsoras de su búsqueda, también fue parte de los festejos, con la sonrisa indeleble y las manos apoyadas en el andador.
Desclasificación de archivos
El aniversario de Abuelas coincidió con el anuncio de un reclamo histórico: que la Iglesia ponga a disposición los archivos que guarda de los años del terrorismo de Estado. El 25 de octubre, el Vaticano y la Conferencia Episcopal Argentina informaron que serán accesibles. Lita Boitano, desde Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, subió al escenario -junto con Carlos Pisoni de HIJOS- y recordó: “Los que teníamos fe, creíamos que la Iglesia nos iba a ayudar. Nos traicionó. En la conferencia donde se anunció la apertura de archivos, se habló de ‘luces y sombras’. Tienen nombre y apellido: Graselli, Pío Laghi, Von Wernick. La Iglesia declaró este año el de la misericordia. Todavía no terminó”, dijo Lita.
Graselli era monseñor en 1976. Cuando ella fue a verlo por su hijo desaparecido, él le preguntó: ‘¿En qué libro estará, en el de los vivos o en el de los muertos?’”. Y le dio un consejo: “No lo busque más”.
Familiares
Hermanas y hermanos que buscan, primas y primos, leyeron una carta a las Abuelas. Empezó Lorena Battistiol: “Estamos orgullosos de ustedes. Sabemos lo que costó condenar a los genocidas, pero también, que falta mucho”. Ramiro Menna leyó el final de la carta: “Entendemos que la Justicia es más que una condena, es una instancia que pone las cosas en su lugar”.
Los bisnietos también tuvieron su espacio: como destinatarios de nuevas campañas para buscar a personas que rondan los cuarenta. Pudo verse un una de estas iniciativas, un fragmento de la comedia musical El nuevo parador de Valeria. Como recordó Rosa Roisinblit, la vicepresidenta, “si nosotras en el 76 ya éramos abuelas: ahora somos reabuelas”.
La tía Josefina Casado encontró al hijo de su hermano y busca al de su hermana. Leyó unas palabras: “Abuelas, Madres, gracias a ustedes acá no se echó un manto de olvido. Ustedes hicieron de este país un lugar mejor”.
“Tenemos bastones porque nunca nos arrodillamos”
Después de la murga Agarrate Catalina, las Abuelas subieron al escenario rodeadas de bebés, niñas, niños, nietas y nietos, hermanas y hermanos, compañeras de lucha. Estela habló: “Hoy es un día de regalo. El mensaje que tenemos las Abuelas es juntarnos, seguir con lo que soñaban nuestros 30 mil: la justicia social. Levantemos las banderas por los derechos. Salud, vivienda, educación, trabajo”. Y agregó: “Tenemos bastones y es porque nunca nos arrodillamos. Memoria, verdad y justicia en forma inclaudicable”.
COMCOSUR MUJER Nº 497 – 31.10.16
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2) Chile: Fútbol y mujeres: testimonios de exclusión, resistencia y pasión
El Ciudadano
La semana pasada en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, se desarrolló el foro “Mujeres y fútbol”, con el objetivo de reflexionar acerca de las experiencias de exclusión y resistencia del género en este deporte, marcado históricamente por una amplia hegemonía masculina que se hace sentir en sus diversas áreas.
La actividad -organizada por la Asociación Hinchas Azules (AHA), en conjunto con el Centro de Estudios Sociales Hinchas Azules, la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF), la Secretaría de Sexualidades y Géneros de la facultad de Derecho de la U. de Chile y el Laboratorio Social del Deporte- tuvo entre sus expositoras a la estudiante de antropología e investigadora en temas de fútbol y género, Vjera Leyton; a la vicepresidenta de la ANJUFF y jugadora de la Universidad de Chile, Fernanda Pinilla; a la entrenadora y dirigenta Mariana Sandoval y a Javiera Miranda, hincha de la U y miembro delegada de la AHA.
Desde sus diversos espacios como mujeres vinculadas al fútbol, las expositoras dieron a conocer sus visiones y testimonios, que dan cuenta a la vez de las múltiples violencias que el género experimenta a la hora de relacionarse con el balompié.
“La FIFA y los aficionados no ven al fútbol de mujeres como un negocio rentable o como un espectáculo, por una serie de prejuicios: que las mujeres no juegan bien, que no tienen el mismo roce y que es femenino en sí“, explicó la investigadora Vjera Leyton, agregando que es necesario que puedan ser más visibilizadas y consideradas dentro de las asociaciones nacionales de fútbol y desde la misma FIFA.
Actualmente, enfatizó, se desarrolla un torneo nacional de fútbol femenino, que “ni siquiera es considerado o transmitido desde la dirigencia de nuestros clubes para que podamos verlo”.
Mujeres y fútbol: múltiples violencias
Mariana Sandoval es conocida ante la opinión pública por ser madre de Charles Aránguiz, pero lo cierto es que la entrenadora y dirigenta acumula tres décadas de trayectoria en el mundo del fútbol amateur. Luego de conocer la invitación de la Asociación Nacional de Fútbol Amateur (ANFA) para iniciadores de fútbol, Mariana se abrió camino en un rubro prácticamente exclusivo de los hombres y decidió convertirse en entrenadora. Actualmente se desempeña también como dirigenta en el club de fútbol Nueva Esperanza, de su barrio en Puente Alto.
Como madre, relató “las mujeres somos las primeras que nos preocupados incentivar y apoyar a nuestros niños en este deporte, peero no es porque somos mujeres, sino porque el papá no está. Ahí está nuestro aguante”.
Además, la dirigenta y entrenadora señaló que el género debe luchar contra las adversidades propias del fútbol, un mundo que les presenta diversos obstáculos. “Las cosas hay que proponérselas. A mí el fútbol barrio me ha llevado a muchas pasiones. Perdí hasta mi matrimonio por el fútbol, porque por pasar en reuniones y entrenamientos se me olvidaba el marido. He vivido muchas cosas por este deporte, pero soy feliz”, señaló, orgullosa de su pasión.
Por su parte, la hincha y miembro de la Asociación Hinchas Azules, Javiera Miranda, profundizó en la experiencia de las mujeres que asisten cada fin de semana a alentar al equipo de sus amores.
“Se vive una violencia que una misma aturaliza, se ven muchas relaciones de poder que una va asumiendo. Yo soy contestaria, así que me hice un espacio dentro de la barra respondiendo, porque así tenemos que ser las mujeres para poder participar: contestatarias, a veces flaites, a veces chorizas… la mayoría de las veces muy chorizas, en realidad. Porque para tener el respeto de los hombres hay que pararles la mano un par de veces: qué te creís, qué me estai mirando, por sólo decir algunas cosas”, contó.
Javiera llegó cerca de los 11 años al estadio por primera vez y desde entonces comenzó a observar las lógicas machistas de las que ella misma se fue haciendo parte, en ocasiones: “Hice mi mea culpa: cuando una dice: ‘cacha cómo está vestida, cómo viene al estadio así’. Repetimos eso porque hemos escuchado dentro de nuestro espacio muchas veces a nuestros amigos hablar de esa manera. En vez de decir: a ver, cuál es el problema que ella venga así, ¿se viste para ti? No po. Y canta igual”.
Las mujeres están obligadas a validarse todo el tiempo en el estadio, razón por la que enfatiza que el género tiene una responsabilidad principal en no repetir el discurso de ofensa masculina.
“Como mujeres e hinchas tenemos que cambiar estas lógicas, no invisibilizarnos. Nosotras somos responsables. No necesito que me digan Javierito, ni que me traten de hombre. Queremos que nos validen por cómo somos y por quiénes somos: yo soy mujer e hincha”, cerró.
La experiencia desde la cancha
La interesante reflexión del foro, que fue transmitido por streaming y llenó el Aula Magna de la Facultad de Derecho, dio paso al testimonio de Fernanda Pinilla, vicepresidenta de la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF) y jugadora del club Universidad de Chile, quien contó las dificultades de vivir la pasión por este deporte desde la cancha.
El fútbol fue su amor desde pequeña. Las dificultades vinieron cuando creció y logró ingresar a un club de fútbol femenino y constató la escasa competencia del rubro.
“Me di cuenta que sólo existían cuatro equipos femeninos. Quise volver a jugar con los hombres, pero por un tema de edad ya no me dejaban ingresar a los campeonatos. Siempre había algún partido femenino, pero enfrentarse tres ó cuatro veces con el mismo rival no tenía mucho sentido. A esa edad, lo único que una quiere es jugar”, relató.
En el 2008 se inició el campeonato nacional femenino organizado por la ANFP y ella comenzó a jugar por Universidad Católica en la categoría sub-17. Entonces advirtió una de las primeras injusticias, de muchas que vendrían: “Para poder tener ropa y jugar teníamos que cancelar una cuota mensual. En cambio los niños de mi edad tenían las mismas condiciones, pero para ellos era sin costo“.
El torneo se inició un poco a la fuerza, debido a que Chile organizaría el Mundial Femenino de Fútbol Sub 20 y parecía absurdo no contar con un campeonato oficial. En la actualidad, sin embargo, el panorama no es muy alentador, ya que este año dos clubes decidieron cerrar su rama femenina: Audax Italiano y Unión Española.
“La justificación fue que no alcanzaban los recursos pa mantenerla y que el fútbol femenino no vende. Dejaron sin club a aproxiamadamente cien niñas”, señaló Pinilla.
A diferencia de los hombres, las mujeres no pueden dedicarse profesionalmente al fútbol en Chile y ni siquiera existe una regulación en torno a un contrato profesional entre los clubes y las jugadoras. Tampoco son remuneradas. Por ello, este año un grupo de jugadoras de distintos clubes iniciaron la ANJUFF.
Fernanda invitó a participar y compartió su diagnóstico: “Pensamos que el fútbol y el deporte en general representan un fenómeno social de gran escala y que está considerado como un patrimonio cultural de la humanidad. Es la sociedad la que limita la práctica de las mujeres del deporte a nivel recreativo y competitivo. La falta de una postura sólida de las autoridades han llevado a que su desarrollo dependa de las voluntades de la dirigencia de turno”.
Las expositoras dieron paso a una serie de preguntas y conversaciones acerca de la necesidad de repensar los discursos hegemónicos que imperan en el mundo de las hinchadas. Esto, con la voluntad de erradicar las ofensas a las mujeres y a la disidencia sexual que abundan en el mal llamado “folclore” del fútbol.
La jornada contó una convocatoria transversal, que advirtió la presencia de hinchas de Colo Colo y Deportes Concepción, entre otros clubes. Un importante gesto que evidencia los frutos de la organización de las y los hinchas, que buscan desafiar las lógicas alienantes del fútbol negocio y también -en consideración de que esta pasión ya no es exclusiva de los hombres- del patriarcado.
COMCOSUR MUJER Nº 497 – 31.10.16
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3) México obliga a posponer examen sobre derechos de la mujer
Proceso
A pesar de los altos niveles de violencia de género existentes en el país, México forzó al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra las Mujeres (CEDAW, por sus siglas en inglés) a postergar su evaluación de país sobre las políticas aplicadas para garantizar los derechos de las mujeres.
Inicialmente, este grupo adscrito a Naciones Unidas e integrado por 22 expertas y un experto de países como Brasil, Cuba y Perú, evaluarían al gobierno de Enrique Peña Nieto durante su 65 periodo de sesiones en Ginebra del 24 de octubre al 18 de noviembre. El gobierno debió entregar su informe nacional el 1 de julio último y, al incumplir con ese plazo, corrió un lapso automático de 60 días hábiles, que también expiró.
Así, ese examen se realizaría en 2017, cuando el Comité, responsable de velar por el cumplimiento de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, sostenga tres periodos de sesiones en febrero y marzo, julio y octubre y noviembre, así como reuniones preparatorias del Grupo de Trabajo en marzo.
“Hay que erradicar la violencia de género, es un asunto urgente. México ocupa un lugar notorio. Somos uno de los países más atrasados en respetar los derechos de género y aplicar políticas públicas”, dice en entrevista con Apro Leonor Aída Concha, de la Red Nacional de Género Economía.
En México las mujeres padecen violaciones a sus derechos sociales, económicos y culturales. Cada día son asesinadas seis mujeres, según datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, red que contabilizó mil 909 crímenes de mujeres entre 2007 y 2012 y una tasa de asesinato que saltó de 2.4 a 3.2 por cada 100 mil féminas entre 2011 y 2014. Además, entre 2012 y 2013 fueron privadas de la vida 3 mil 892 mujeres.
El Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas indica que cerca de 30% de los 28 mil desaparecidos en el país son niñas y niños, de los cuales el segmento más afectado son las adolescentes de entre 12 y 17 años.
La Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) contabiliza que unas 318 mil infantes de entre cero y 15 años acudieron a los servicios de salud por violencia sexual entre 2010 y 2015.
En el plano educativo y económico, la realidad no es muy distinta para el género femenino. En 2015, había más de 19 millones de niñas y adolescentes, de las cuales 54% (más de 10 millones ), viven en la pobreza, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Por otra parte, 22% de las jóvenes de 15 a 19 años no estudian ni trabajan y más de un millón de adolescentes están excluidas de la educación media superior.
El Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe informa de que cada día mueren en promedio al menos 12 latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujer. En 2014, 2 mil 089 mujeres fueron víctimas de feminicidios en 25 países de la región.
Honduras encabezó el listado con 514 por cada 100 mil féminas; seguido por Argentina, 225; Guatemala, 217; y República Dominicana, 188.
De hecho, uno de los motivos centrales la XIII Conferencia Regional sobre la Mujer, realizada en Montevideo del 25 al 28 de octubre, fue la violencia de género.
Las alertas de violencia de género aplicadas en el estado de México, Michoacán y Morelos, no han funcionado para prevenir las agresiones contra mujeres.
El 31 de marzo de 2015 el gobierno entregó al CEDA un informe sobre el seguimiento a las observaciones planteadas por ese grupo en 2012 y en el cual dio cuenta de medidas adoptadas sobre el levantamiento de un registro oficial de personas desaparecidas, la armonización legislativa para tipificar la desaparición forzada, protocolos de búsqueda de mujeres, adolescentes y niñas, así como regulación del aborto.
Violencia “on line”
Uno de los factores emergentes que agudiza la violencia de género es la tecnología, como brazo virtual de los acontecimientos en el mundo real y que adquiere magnitud de reto para autoridades y empresas.
En una declaración para apro, la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (APC), que aglutina a representantes de 47 organizaciones de 34 naciones, sostuvo que “no se aborda la violencia online, más allá de esquemas de prevención. Eso no ayuda a transformar comportamientos ni a investigar los hechos. Es muy frustrante que cuando se intenta reportar un acto de violencia, los ministerios públicos no entienden la tecnología o creen que no es importante. Lo ven como algo separado”.
Entre abril de 2013 y junio de 2014, APC llevó adelante en Bosnia y Herzegovina, Colombia, Filipinas, Kenia, México, Paquistán y República Democrática del Congo la investigación Basta de violencia: derechos de las mujeres y seguridad en línea, para explorar la aptitud y efectividad de los recursos legales nacionales y de los mecanismos y políticas de reparación de las empresas para enfrentar la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología.
En esa investigación comprobó actitudes como distribuir fotos sin consentimiento, acoso, intimidación e invasión a la privacidad, entre otras.
En el caso de México, analizó cuatro casos de violencia cibernética, de los cuales halló que el principal daño es “el psicológico”, pero hay “variantes, especificidades y otros tipos de privaciones”.
El reporte sobre México resaltó que “la tecnología fue fundamental para el aumento y la continuidad de la agresión, que de otro modo no hubiera sido posible. Las historias de las sobrevivientes ponen en evidencia que la violencia psicológica puede transformarse en violencia física o sexual, y que la tecnología puede permitir a los agresores permanecer en el anonimato, lo que les da mayor poder sobre sus víctimas”.
El documento de 57 páginas concluye que las víctimas sufrieron daños físicos, económicos, sexuales y psicológicos, como consecuencia de la violencia contra la mujer relacionada con la tecnología, como miedo, aislamiento, pérdida de relaciones personales y movilidad reducida.
Varias organizaciones de mujeres y feministas elaboraron un informe sombra que enviarán al CEDAW y en el cual denuncian que México ha incumplido la Convención y exponen rezagos en el apego a la ley, la garantía de derechos sexuales y reproductivos, como el aborto; desigualdad económica, inequidad laboral y la creciente violencia en línea, según pudo establecer Apro.
México avanzó poco respecto a las observaciones que el Comité planteó en los exámenes séptimo y octavo de 2012, cuando ese grupo de expertas recibió al menos seis informes sobre la situación de la mujer por parte de organizaciones mexicanas e internacionales.
Durante su 52 periodo de sesiones, esa instancia expresó su preocupación por la estrategia de seguridad pública para luchar contra la delincuencia organizada, combinada con la impunidad y corrupción persistentes, que contribuyeron a la intensificación de “unas pautas ya existentes de discriminación y violencia generalizadas contra las mujeres”.
Además, alertó del número cada vez mayor de desapariciones forzosas de mujeres y muchachas en estados como Chihuahua, Nuevo León y Veracruz. Señaló que dichas desapariciones no constituyan un delito en varios códigos penales locales. Observó la falta de un registro oficial sistemático de las desapariciones y la lenta o nula activación de los protocolos de búsqueda.
Asimismo, las especialistas citaron la impunidad persistente en relación con la investigación, el enjuiciamiento y el castigo de los autores de actos de violencia contra mujeres en todo el país, como los cometidos por las autoridades públicas en 2006 en San Salvador Atenco, cuando Peña Nieto era gobernador del estado de México.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos, dependiente de la Organización de Estados Americanos y afincada en San José, Costa Rica, ya aceptó ese caso, debido a la impunidad prevaleciente para hacer justicia a las víctimas de las agresiones.
El Comité sugirió también armonizar la legislación sobre los derechos de la mujer, protección a defensoras de derechos humanos, acceso a educación sexual y derechos reproductivos, como el aborto; y mecanismos de acceso a servicios públicos, como educación y salud, a tierra y propiedad y de participación en la toma de decisiones para mujeres indígenas. Recomendó también ratificar el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo sobre el trabajo doméstico.
En 2014, la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho y la Asociación Suiza contra la Impunidad (TRIAL, por sus siglas en inglés) enviaron al Comité otro reporte sobre la situación de las mujeres migrantes y en el cual piden que México garantice los derechos de éstas cuando pasan por el país en ruta hacia Estados Unidos y el esclarecimiento de casos de migrantes desaparecidas.
“El avance es relativo, pero se debe a las mujeres y las organizaciones. No es una dádiva del gobierno. La aplicación de las políticas públicas es lo último en que se piensa”, cuestiona Concha, para quien “los medios cibernéticos agravan la violencia de género”.
Organizaciones de mujeres y feministas trabajan en la formación de un frente feminista nacional para incidir en la arena política y en la ejecución de políticas públicas.
Para APC, es “un acto sexista” que no haya un proceso veloz para resolver las denuncias. En esos casos, señaló, “la revictimización y los efectos negativos son mayores. Todo parte de la discriminación y eso genera violencia”.
COMCOSUR MUJER Nº 497 – 31.10.16
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4) Puerto Rico: “Los derechos sexuales, como derechos humanos, son indivisibles”
Rebelion
En Puerto Rico existen solo siete clínicas de aborto. En el 2006 se descubrió que en el presupuesto de la isla se destina solo un centavo de cada dólar para el desarrollo de las mujeres
La activista de derechos humanos y candidata al Senado por el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), Amárilis Pagán Jiménez señaló durante el Foro sobre Derechos Sexuales celebrado en la Universidad de Puerto Rico que los “derechos sexuales y reproductivos, como parte de los derechos humanos, son indivisibles e inseparables del resto de los derechos humanos”.
Pagán indicó, como ejemplos de la indivisibilidad de los derechos, que “una mujer que vive en pobreza no va a tener acceso a una terminación de embarazo; una persona trans que no es reconocida por el Estado como mujer, no va a tener acceso ni a los tratamientos hormonales ni al reconocimiento de su identidad de género y eso es una violación de sus derechos sexuales y reproductivos”. “El reto principal cuando hablamos de derechos sexuales y reproductivos de las mujeres es mirar a las mujeres en todas sus diversidades; saber que hay mujeres de las que no vamos a escuchar sus voces porque no hay forma de que lleguen a nosotras si no abrimos unas brechas económicas y educativos que les den el acceso que no tienen al día de hoy”, dijo la candidata a senadora por el PPT ante el grupo de estudiantes de derecho y otras disciplinas que estuvo presente en el Centro de Estudiantes de la UPR. Uno de los aspectos que limita el pleno disfrute de los derechos sexuales se encuentra en la gran influencia que ha logrado el sector religioso fundamentalista en la Legislatura.
Pagán recordó que en la isla, la apertura de los trabajos legislativos se inicia con una invocación religiosa “en clara violación de la separación entre la iglesia y el estado”. Las mujeres, para hacer valer sus derechos sexuales y reproductivos, enfrentan varios desafíos, entre ellos la poca accesibilidad a clínicas de aborto o lo costoso de los procesos de terminación de embarazos, lo inaccesible que son los métodos de planificación familiar y la escasa educación sobre temas de sexualidad. “En Puerto Rico solo hay aproximadamente siete clínicas de aborto, casi todas en la zona metro, una en Aguadilla. La planificación familiar no es accesible.
La educación sexual, que es un tema de política pública, se estructuró durante muchos años sobre la promoción de la abstinencia, sin importar lo que ocurra luego con los embarazos no deseados”, dijo Pagán a los estudiantes. Entre las propuestas de trabajo que detalló la candidata como prioridades en el Senado se encuentran eliminar el aborto como delito del Código Penal y retomar una práctica que se inició en el 2006 de evaluar el presupuesto del país desde una perspectiva de derechos humanos. “En el 2006 se descubrió que en Puerto Rico se gasta un centavo de cada dólar en los derechos y desarrollo de las mujeres. Si eso no cambia, no hay desarrollo económico, no hay derechos sexuales y reproductivos, no hay equidad y por lo tanto seguiremos siendo vulnerables ante la violencia y seguiremos siendo las más pobres dentro de las pobres”, concluyó Pagán.
COMCOSUR MUJER Nº 497 – 31.10.16
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5) Sonita contra el silencio
Diagonal
El documental ‘Sonita’ muestra –y cambia– la vida de una rapera afgana.
Sonita, la película, plantea un interesantísimo interrogante acerca de cuál debe ser la posición de la producción cultural respecto a la materia prima sobre la que trabaja: ¿la realización de una película es parte del problema o puede ser también parte de la solución?
Sonita tiene 18 años y vive en Teherán (Irán) con una de sus hermanas y su sobrina. Cuando en la escuela le preguntan qué nombre le gustaría que apareciese en su pasaporte, del que carece, contesta que Sonita Jackson, por sus padres imaginarios: Michael Jackson y Rihanna.
Sonita nació en Afganistán y reside de manera irregular en un suburbio de la capital iraní, donde ha de afrontar el inminente desahucio con que el casero las amenaza. En su cabeza da vueltas continuamente la idea de ser una estrella de la música, el rap en su caso. «Quiero que a mi concierto venga tanta gente y que esté tan entregada como en éste», señala apuntando al álbum de recortes de revistas en el que diseña una vida paralela a la que experimenta cada día.
Porque su realidad, la de fuera del álbum, es una jaula en la que no cabe una opresión más: es una mujer, vive sin papeles en el extranjero, puede perder la habitación en la que duerme y su sueño –hacer canciones– choca frontalmente con la prohibición del gobierno iraní. Como ya mostrase Bahman Ghobadi en la película Nadie sabe nada de gatos persas (2009), querer dedicarse a la música en Irán es una actividad altamente peligrosa.
Dirigido por la iraní Rokhsareh Ghaem Maghami, Sonita se convierte en mucho más que un documental de denuncia cuando ella se siente interpelada a intervenir sobre la historia que está rodando. En un principio reacia a hacerlo, entendiendo que su papel habría de ser únicamente documentar lo que está pasando, acabará por implicarse de un modo decisivo.
Sonita prepara una canción, tiene la letra y junto a su amigo Ahmed, un albañil, busca un estudio en el que grabarla. No les resulta fácil: hay quien se justifica porque no ve potencial en la canción y hay quien directamente alude a que el gobierno no permite que las mujeres canten.
El tema trata sobre la monstruosa tradición de los matrimonios forzados, la venta de chicas obligadas a casarse contra su voluntad a cambio de un dinero para la familia. «Déjame susurrarte mis palabras, ya que nadie me oye cuando hablo de las chicas en venta», son los primeros versos de la canción, que adquieren un dramático tono premonitorio cuando Sonita se ve en esa encrucijada.
Porque, en efecto, todavía cabía alguna opresión más en su vida. Su madre viaja desde Afganistán con la pretensión de llevarla de vuelta a casa para cerrar un insoportable trato a tres bandas, destrozando a dos mujeres por el camino: con el dinero por la venta de Sonita, su otro hijo podrá comprar su matrimonio.
Sonita se opone a ese destino fijado sin su consentimiento y le explica a su madre las razones por las que no quiere pasar por ese chantaje, entre ellas la canción que le quema la garganta. Trata de convencerla – «estoy segura de que cuando se publique mi canción algunas cosas cambiarán, aunque sea un poco», le dice–, pero su madre, inflexible, le espeta: «Se reirán de ti».
La intervención de la directora y su equipo consigue ganar tiempo para que Sonita eluda el compromiso y logre grabar la canción y abrirse la puerta a un futuro distinto al previsto, uno en el que ella tenga la palabra.
COMCOSUR MUJER Nº 497 – 31.10.16
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6) Panamá: lanzan una campaña que busca reducir los femicidios en el país
Nodal
Debido al incremento de las denuncias por violencia domestica en el primer distrito judicial con la entrada en vigencia del Sistema Penal Acusatorio, el Ministerio Público (MP) lanzó la campaña campaña denominada “Si denuncias la violencia domesticas, evitas el femicidio”.
Está se extenderá hasta el próximo 25 de noviembre y tiene como finalidad emitir una alerta a la población panameña sobre el incremento que se registra en torno al delito de violencia domestica.
Se escogió como fecha de lanzamiento el pasado 24 de octubre, fecha en que se conmemora el tercer aniversario de la instauración de la ley 82 que tipifica el femicidio en Panamá.
Según el fiscal coordinador de la sección de asuntos familiares del MP, Orison Cogley el principal obstáculo de las víctimas de violencia domestica es que por temor o por otros motivos se abstienen de interponer la denuncias contra la persona que le maltrata, que en muchas ocasiones resulta ser su pareja sentimental.
El mayor porcentaje de demanda de atención en está sección ocurre los días lunes cuando decenas de personas, mayoría de los casos mujeres se acercan en busca de ayuda.
COMCOSUR MUJER Nº 497 – 31.10.16
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7) Nosotras, las que no pudieron quemar
La Tinta
Una mirada con perspectiva de género a propósito de Halloween, que quiere decir: Noche de Brujas.
Atentas todas, si rastreamos un poquito y hacemos una googleada de la palabra “Halloween”, nos encontramos con que si bien su traducción refiere a Noche de Brujas, nada más lejos de su origen.
En realidad, tiene que ver con el fin de ciclos de cosechas y cultivos, con cierres de años, con duelos y bienvenidas. Tiene que ver con santos y paganos. Pero si vamos a hablar de maldades, de fuerzas místicas, de contacto con la muerte, con la tierra y con los ciclos, entonces hablamos de Brujas, o sea de Mujeres.
Cuando alguien hace uso de la palabra Bruja, en general es de manera despectiva. Relacionándolo con maleficios, hechizos para hacer el mal; cargando así sobre nosotras las miserias del mundo.
La mayoría de las veces en las imágenes, ellas van acompañadas de gatos negros; que tienen mala reputación y son relacionados con la mala suerte, con eventos desafortunados que pueden acontecer si nos cruzamos uno.
A su vez, nuestra gran aliada es ¡la escoba! La escoba que nos determina en nuestros lugares de cuidadoras y reproductoras de la vida, también nos puede llevar en un vuelo ilusorio a nuestros lugares de libertad. La escoba como símbolo de nuestra opresión, fue transformada en un símbolo de liberación por aquellas mujeres que buscaban la forma de generar un entre mujeres que les permitiera alivianar la esclavitud que sufrían -y sufrimos- ya sea por el señor feudal o por sus esposos.
En el libro Calibán y la Bruja, Silvia Federici citando a Morgan, explica que: “Las brujas siempre han sido mujeres que se atrevieron a ser valerosas, agresivas, inteligentes, no conformistas, curiosas, independientes, liberadas sexualmente, revolucionarias. WITCH vive y ríe en cada mujer. Ella es la parte libre de cada una de nosotras. Eres una Bruja por el hecho de ser mujer, indómita, airada, alegre e inmortal”.
La cacería
Hay una parte de la historia de las mujeres que no sabemos muy bien, que alguna vez hemos escuchado, pero no conocemos en profundidad y es la cacería de brujas. Y no la conocemos porqué fue y es intencionalmente ocultada y negada por aquellos que cuentan y escriben la “verdadera” Historia.
Según Federici “la caza de brujas rara vez aparece en la historia del proletariado. Hasta hoy, continúa siendo uno de los fenómenos menos estudiados en la Historia de Europa o, tal vez, de la Historia mundial, si consideramos que la acusación de adoración al Demonio fue llevada al «Nuevo Mundo» por los misioneros y conquistadores como una herramienta para la subyugación de las poblaciones locales. El hecho de que las víctimas, en Europa, hayan sido fundamentalmente mujeres campesinas da cuenta, tal vez, de la indiferencia de los historiadores hacia este genocidio; una indiferencia que ronda la complicidad, ya que la eliminación de las brujas de las páginas de la Historia ha contribuido a trivializar su eliminación física en la hoguera, sugiriendo que fue un fenómeno de significado menor, cuando no una cuestión de folclore. Al tiempo que deploraban el exterminio de las brujas, muchos han insistido en retratarlas como necias despreciables, que padecían alucinaciones. De esta manera su persecución podría explicarse como un proceso de «terapia social», que sirvió para reforzar la cohesión amistosa y que podría ser descrita en términos médicos como «pánico», «locura», «epidemia», caracterizaciones todas que exculpan a los cazadores de brujas y despolitizan sus crímenes”.
Y continúa: “Pero sólo el movimiento feminista ha logrado que la caza de brujas emergiése de la clandestinidad a la que se la había confinado, gracias a la identificación de las feministas con las brujas, adoptadas pronto como símbolo de la revuelta femenina. Las feministas reconocimos rápidamente que cientos de miles de mujeres no podrían haber sido masacradas y sometidas a las torturas más crueles de no haber sido porque planteaban un desafío a la estructura de poder. También nos dimos cuenta de que tal guerra contra las mujeres, que se sostuvo durante un periodo de al menos dos siglos, constituyó un punto decisivo en la historia de las mujeres en Europa. El «pecado original» fue el proceso de degradación social que sufrieron las mujeres con la llegada del capitalismo. Lo que la conforma, por lo tanto, como un fenómeno al que debemos regresar de forma reiterada si queremos comprender la misoginia que todavía caracteriza la práctica institucional y las relaciones entre hombres y mujeres”.
“La bruja ya no está pero sus miedos y las fuerzas contra las que luchó durante su vida siguen en pie”
Finalmente agrega “las dimensiones de la masacre deberían, no obstante, haber levantado algunas sospechas: en menos de dos siglos cientos de miles de mujeres fueron quemadas, colgadas y torturadas. Debería haberse considerado significativo que la caza de brujas fuera contemporánea a la colonización y al exterminio de las poblaciones del Nuevo Mundo, los cercamientos ingleses, el comienzo de la trata de esclavos, la promulgación de «leyes sangrientas» contra los vagabundos y mendigos, y que alcanzara su punto culmine en el interregno entre el fin del feudalismo y el «despegue» capitalista, cuando los campesinos en Europa alcanzaron el punto máximo de su poder, al tiempo que sufrieron su mayor derrota histórica. Hasta ahora, sin embargo, este aspecto de la acumulación primitiva verdaderamente ha sido un secreto.”
Federici afirma que “la bruja ya no está pero sus miedos y las fuerzas contra las que luchó durante su vida siguen en pie. Podemos abrir nuestros diarios y leer las mismas acusaciones contra el ocio de los pobres. Los expropiadores van al Tercer Mundo, destruyendo culturas saqueando los recursos de la tierra y la gente. De hecho, si encendemos la radio, podemos escuchar el crujir de las llamas. La lucha continúa”.
Locas, histéricas o brujas, llamenos como quiera para nosotras no es un insulto, sino el devenir de nuestras antepasada. Aquellas que cargaron con los estigmas sociales por denunciar y querer romper la lógica patriarcal que nos oprime. Las mismas que abrieron el camino que hoy nos permite que nuestra voz sea más fuerte, que cada vez seamos más, más caminando a paso firme y seguras. Convencidas de que este mundo no es el que queremos seguir pariendo.
¡Temblad, que las brujas hemos vuelto!
COMCOSUR MUJER Nº 497 – 31.10.16
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