1) Bolivia: María Galindo radiografía la homofobia y el racismo
2) Brasil: Apoyar al cine brasileño hecho por mujeres negras
3) Guatemala: Organizaciones de mujeres piden investigar señalamientos contra Morales
4) México: “Tú cabeza ya tiene precio”: amenazan de muerte a la reportera Frida Guerrera
5) México: Una mujer al frente del DF
6) Nicaragua: Feministas nicaragüenses piden solidaridad del feminismo internacional
7) Uruguay: Femicidios: 22 mujeres muertas en delitos de género en el primer semestre de 2018
8) Uruguay: Jornadas de Debate Feminista 2018
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COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 14 /No. 563- Lunes 9 de julio de 2018 / Producción: Beatriz Alonso y Belén Itza / Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” Rosa Luxemburgo
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1) BOLIVIA: MARÍA GALINDO: “A LAS MUJERES NOS HAN REDUCIDO A UNA CUOTA BIOLÓGICA Y VACIADO COMO SUJETO POLÍTICO”
El último libro de María Galindo radiografía la homofobia y el racismo que habitan en el centro del sistema democrático representativo.
Anarcofeminista, escritora, psicóloga y, sobre todo, firme defensora de la autogestión y la acción directa. Así es María Galindo, la activista boliviana que, como ella misma cuenta, fue la primera mujer en declarase públicamente lesbiana en su país. Enemiga de la “tecnocracia del género” y de la “domesticación de la mariconada y los feminismos”, la historia como activista de Galindo suma décadas. Fue una de las fundadoras del colectivo Mujeres Creando y la grafitera de mini cápsulas políticas como “No saldrá Eva de la costilla de Evo”, “Para ella la culpa, para él la disculpa”, o “No se puede descolonizar sin despatriarcalizar”. Sus años en la emisora comunitaria Radio Deseo han hecho que a menudo lleve con ella su grabadora. Galindo es los ojos del oyente y el castigo de machistas, racistas y homófobos. Es el escrache en directo, que no duda en señalar hasta al vicepresidente de Bolivia por el impago de la pensión alimenticia y las “evadas” del presidente Evo Morales.
Para su último libro, No hay libertad política si no hay libertad sexual —que presenta este sábado en Madrid, en el espacio Vaciador de Oporto—, Galindo ha tenido que subir con frecuencia las escaleras del Parlamento boliviano, incomodando tanto a la derecha como a la izquierda parlamentaria. El resultado: una radiografía del machismo, la homofobia y el racismo que habitan en el centro del sistema democrático representativo.
El 28-J es una fecha doblemente simbólica: se celebra el “orgullo marica”, como tú lo llamas, y es el segundo aniversario del inicio de vuestro proyecto No hay libertad política si no hay libertad sexual, cuéntanos, ¿qué pasó ese 28-J?
Mujeres Creando nunca asistimos a la típica marcha del 28-J en Bolivia porque pide permiso al gobierno y está básicamente controlada por las ONG. Es una marcha privatizada por grupos que se autopresentan como la representación GLTB y tienen poca postura política frente al régimen neoliberal o al extractivismo. Es una marcha muy simple, de derechos para nosotros y punto. Pero no es un fenómeno particular de Bolivia. Es algo que ha pasado con el vaciamiento político de lo marica a escala mundial desde que la reivindicación del llamado matrimonio igualitario ha escondido voces que no están por ese matrimonio. Eso es salir del clóset de la exclusión para entrar al clóset de la clase media pequeña burguesa. Ese clóset me parece tan carcelario como el otro. Nosotras, para el orgullo marica, hacemos acciones subversivas, guerrilleras, sediciosas y no violentas. Hace dos años hicimos una escultura erótico-política-lésbica en vivo: nos colocamos una compañera y yo en ropa interior sobre una mesa de comedor con mantel. En ese momento, salió un parlamentario del Movimiento Al Socialismo (MAS) a decir que éramos asquerosas y que había que expulsarnos del país porque contaminábamos la bondad de la mujer boliviana. Fue un acto muy previsible de homofobia.
Y convertisteis ese ataque homófobo en una oportunidad para radiografiar la homofobia y el machismo en el Parlamento boliviano. ¿Cómo fue ese proceso?
Ahí, nosotras decidimos tomarle la palabra al Estado. No fue un acto de ingenuidad. Dijimos: “Si el Estado dice que es incorrecto el racismo, el machismo o la homofobia, vamos a hacer la denuncia”. Cuando fuimos a presentarla, no quisieron recibirla para no verse obligados a respondernos. Hicimos bastante escándalo y presión y recibí una llamada del vicepresidente del Estado totalmente inesperada.
¿Qué te dijo?
“Hola, habla el vicepresidente Álvaro García Linera. Quiero que subas a mi oficina y que resolvamos”. García Linera es un personaje de la izquierda latinoamericana bastante importante y es conocido como un hombre inteligente. Me dijo: “Mire compañera, entiendo que se sientan muy ofendidas. Han sufrido un acto de homofobia, pero lo que dijo el vocero era justo y él tenía razón. Le voy a explicar el porqué: ese señor expresa la mentalidad de la sociedad. Él no puede pensar de manera contraria a la sociedad a la que pertenece. Así que ya me dirás, ¿qué podemos hacer para remediar una cosa así?”. Ahí le dije: “Quiero hacer una investigación sobre homofobia, machismo, prostitución, construcción de masculinidad y feminidad con todo el Parlamento boliviano. Quiero que me des una oficina para entrevistar a los parlamentarios”. El estudio duró dos años y entrevisté a 49 miembros del Parlamento, a todos los que accedieron.
¿Cuáles son las conclusiones de la investigación?
Una de ellas es cómo está construida la representación política. Un Parlamento donde hay diversidad, con un 54% de mujeres y muchos sectores sociales e indígenas, resulta que no es participativo. De ese 54% de mujeres, el 80% condenan el aborto. Entonces, ¿una mujer por el hecho de ser mujer me representa? No. En cuanto a la representación masculina, ningún hombre acepta que otro lo represente por el mero hecho de ser biológicamente un hombre; lo hace por ideología. Pero a las mujeres nos han reducido a un cuota biológica. Eso es vaciar de contenido a las mujeres como sujeto político. Sucede igual con los indígenas que en el parlamento, a la hora de hablar de sexualidad o aborto, repiten el discurso del cura del pueblo alegando que es su cosmovisión indígena. Por eso, hay que repensar los mecanismos de representación política.
Yo planteo que hoy los partidos políticos tienen que morir; esta forma de representación hoy no sirve. El voto no implica el derecho a controlar
Si los representantes no representan la diversidad de la sociedad, ¿cómo se sustenta el sistema político de representatividad?
Este sistema se sustenta sobre una representación válida solo para el hombre blanco. Si perteneces a la diversidad, se te reduce a una identidad cosificada donde no media proyecto político. Los partidos para reciclarse cogen personajes de los movimientos sociales, maricas, discapacitados, mujeres… siempre que se adhieran al patrón heteropatriarcal blanco y masculino. Es una representación aparente en la que no se cuestiona la estructura de privilegios de la sociedad. Por eso planteo que hoy los partidos políticos tienen que morir. Esta forma de representación hoy no sirve. El voto no implica el derecho a controlar lo que esa persona va a hacer o a que delibere contigo sus decisiones. Además, la democracia liberal tiene cajas negras. En Bolivia, el parlamento ha aprobado la Ley de Identidad de Género porque era muy retórica y poco garantista, pero en el mismo contexto ha penalizado el aborto. ¿Cómo puede el Parlamento aprobar una ley relacionada con la soberanía sobre el cuerpo y al mismo tiempo penalizar el aborto? No hay congruencia política. Para penalizar el aborto concilió con la Iglesia católica y la Ley de Identidad de Género la uso como corrección política frente a los organismos internacionales. Nosotras no queremos una política de urnas donde demos un cheque en blanco y luego nos convirtamos en clientes baratos y menospreciados del sistema político.
Esa ley provocó fuertes movilizaciones de grupos que están en contra de lo que ellos llaman “la ideología de género”. ¿Quiénes están detrás de esos movimientos?
En América Latina identificamos esta guerra de baja intensidad imperialista hace muchos años. No son movimientos, son sectas cristianas fundamentalistas que han obtenido medios de comunicación y una amplia financiación de sectores híper conservadores. Tienen además un gran despliegue social en sectores populares, campesinos e indígenas a través de políticas paternalistas y de caridad. Lo más grave es que partidos como MAS se han aliado con esos sectores porque son los que determinan el voto de manera disciplinaria, pese a que no tienen una bancada formal.
¿Sueñan las feministas con una justicia autónoma?
Nosotras cuestionamos el estatus de estas sectas que tienen carta blanca para actuar y sus alianzas políticas. La representación política está adulterada, cosificada y es aparente. Es meramente enunciativa y eso no es democrático.
¿Por qué No hay libertad política si no hay libertad sexual?
Estamos en democracia sin cuerpos. El cuerpo está expulsado de los temas políticos. Los propios parlamentarios me decían que el tema del cuerpo no lo habían tocado jamás, no se considera importante. Por tanto, cuando se debate el aborto, no hay bases de discusión políticas establecidas y quienes sí las hemos construidos somos expulsadas del derecho a la deliberación.
Antes hablabas de la “domesticación del orgullo”. ¿Afecta también a los feminismos?
Hoy hay una emergencia de voces y movimientos feministas, y eso me gusta. Pero desde hace tiempo, sobre todo desde los años de las políticas de ajuste estructural neoliberales, hay una política de género que nosotras llamamos tecnocracia de género. Consiste en coger el género, despolitizarlo de cualquier utopía y estandarizarlo en términos de demandas que empiezan y terminan en reformas jurídicas y legales para introducir la categoría de género como equivalente a mujer y en términos supuestamente de igualdad de derechos. Esa tecnocracia la manejan el FMI, el BM, los organismos internacionales y los Estados. Pero a las mujeres de la calle esas políticas no les han servido para mucho. Son esas mismas políticas las que han supuesto la representación biológica, que no ideológica, de las mujeres con la estandarización de las leyes de cuotas.
Ahí, ha habido una domesticación muy fuerte de amplios sectores del feminismo que ha reducido la lucha feminista a una cuestión de derechos escritos en leyes, que son retóricas. Y no. El imaginario feminista apuesta por propuestas políticas para la transformación de la sociedad. No es un ideario de derechos para las mujeres dentro de un sistema neoliberal patriarcal. La subvención más importante del capitalismo es la crianza gratuita de las mujeres de los niños y niñas, el trabajo doméstico convertido en amor y servidumbre y la desvalorización de los costos del trabajo de cuidados de las mujeres, sobre todo de las mujeres del Sur del mundo para las mujeres del Norte. Estamos subvencionando las estructuras del poder que nos empobrecen. Ahí no hay igualdad. El problema no es una ley, el problema son las estructuras.
Para combatir la violencia machista, desde Mujeres Creando optáis por lo que llamáis “políticas concretas despatriarcalizadoras”. ¿Cuáles son?
Nosotras planteamos la necesidad de un feminismo capaz de traducirse en políticas concretas para todas las mujeres, sean o no feministas. Por eso creamos nuestro propio servicio contra la violencia machista con una metodología distinta: la palabra de una mujer se toma como documento principal y, además, sabe lo que quiere. Por eso, hacemos dos preguntas que nos tomamos muy en serio: ¿qué le ha pasado? y ¿qué quiere usted, compañera? No todas quieren lo mismo y lo que cada una quiere es fundamental. Nosotras no delegamos en el aparato policíaco-judicial. Tenemos un programa en Radio Deseo en el que elaboramos una lista con los datos personales de los padres que no pagan la pensión, por ejemplo. Si la mujer nos pide este servicio, nosotras verificamos los datos y los incluimos en la lista que se emite cinco veces al día por la radio. Sale con mi voz para que el responsable no pueda hacer un proceso de difamación a la víctima, si no que tenga que hacérmelo a mí. Ya hemos tenido un proceso de difamación y ahora este servicio es ilegal.
¿Puedes poner algún ejemplo?
Un día llegó una mujer indígena con el nombre del ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural que también ha sido senador, presidente de la cámara de senadores y una de las figuras más importantes de Evo Morales. Debía dos años de asistencia familiar. Sacamos este escándalo en la radio y, por supuesto, recibimos intimidaciones. Pero lo teníamos claro: el ministro tiene que pagar. Y lo hizo en diez días. ¿Por qué esa mujer no encontró justicia sola en los estratos judiciales? Porque era el ministro, y la jueza demoraba las audiencias aceptando sus excusas. El escrache fue efectivo. Si logras eso con un ministro es un efecto dominó con los que están más abajo. Por eso practicamos la acción directa no violenta, pero nunca hacemos nada que no quiera la mujer. Eso es sagrado.
No creo en las cárceles, tienden a ser la reproducción de la estructura de poder de la sociedad: los más pobres están hacinados, los ricos no; tenemos que generar formas paralelas
Habrás oído hablar del caso de La Manada, que ya tiene imitadores que se autodenominan La Nueva Manada, y de cómo han aumentado las violaciones grupales. ¿Como pueden enfrentar estas violencias los movimientos feministas desde posiciones no punitivistas?
La impunidad reproduce impunidad. Estos son hechos muy muy graves. Creo que los feminismos se equivocan si piensan que con la reforma de la ley es suficiente. No es una cuestión de reforma legal. Los feminismos no tienen que delegar la gestión de la violencia al Estado y a la Policía, deben estar a cargo de esa gestión. No creo en las cárceles, tienden a ser la reproducción de la estructura de poder de la sociedad: los más pobres están hacinados, los ricos no. Pero creo que tenemos que generar formas paralelas. Nosotras hemos logrado legitimar escenarios de negociación paralelos y que no son contrarios a la ley. En nuestras audiencias, que a veces son transmitidas por radio con el consentimiento de las personas implicadas, las partes hablan sin límites y se proponen soluciones para llegar a un acuerdo. En la Constitución boliviana está garantizada la justicia plural y reconoce muchos sistemas de justicia. Es importante generar sistemas de justicia paralelos.
Además, hay que legitimar la acción directa. El año pasado nosotras tomamos el set del canal oficial de televisión [Bolivia TV] porque el director estaba denunciado por acoso sexual a una periodista. No salimos hasta que la ministra de Comunicaciones pidió la dimisión del director. No fue fácil, pero la acción directa no violenta funciona.
Vuestra utopía está escrita en la Constitución Política Feminista del Estado que elaborasteis desde Mujeres Creando. ¿Cuál es esa utopía?
Nuestra Constitución tiene el mismo número de artículos que la del Estado de Bolivia. Esa utopía habla sobre la tierra, el cuerpo, el idioma oficial, sobre paternidades y maternidades, sobre identidades sexuales… No estoy de acuerdo en que los feminismos signifiquen luchar contra la violencia machista y punto. Los feminismos son una propuesta de revuelta del conjunto de la sociedad. Son una revuelta del trabajo, del sexo, de la cotidianidad, la economía, los deseos. Hoy es el tiempo de formular utopías y de recuperar nuestras vidas para que sean dignas y placenteras. Es difícil resumir nuestra utopía, pero me gusta mucho esa frase que tenemos: indias, putas y lesbianas, juntas, revueltas y hermanadas.
El Salto / COMCOSUR MUJER Nº 563– 09.07.2018
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2) BRASIL: APOYAR AL CINE BRASILEÑO HECHO POR MUJERES NEGRAS
El audiovisual brasileño tiene una historia de vida bien reciente, comparado con otros países, sobre todo de Europa. Y eso influye directamente en la forma de hacer y de contar historias a través de audio y vídeo, juntos. En Brasil, según datos del Observatorio Brasileño de Cine y Audiovisual, en 2017, apenas 3.425 películas fueron registradas con el Certificado de Producto Brasileño, que es un documento que garantiza que la película es un producto nacional. Es como un certificado de nacimiento que prueba la titularidad de la obra audiovisual brasileña. Y lo que llama la atención es que de ese número, 2.448 (71%) fueron hechos de forma independiente.
Cuando se relaciona esos números con la producción de películas por parte de personas negras, baja más. Según datos de la investigación “La Cara del Cine Nacional: perfil de género y color de los actores, directores y guionistas de las películas brasileñas”, conducida por investigadores de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ) y divulgada por el periódico Nexo, los afrodescendientes corresponden a la mitad de la población, pero son apenas 15% de los actores principales y 2% de los directores de películas nacionales”. Aquí en Recife, un grupo de mujeres negras está trabajando en un proyecto que contribuye a cambiar ese escenario.
El documental Hixikanwe – Estamos Juntas, nació de una experiencia individual de Débora Britto, directora del filme, de reconocimiento de su identidad en tanto mujer negra. En 2014 ella vivió en Mozambique, en África, y fue allá que comenzó a entender sobre su ancestralidad y mirar los dolores y lo que representa ser mujer y negra en una sociedad machista y racista. La película quiere capturar esa esencia. El encuentro de Débora, Safira, Mayara, Mariana, Gabriela y Magda todas brasileñas con Judite, Júlia, Amélia, Madalena, Graça y Ramia, mozambiqueñas.
“A lo largo de estos cuatro años, he buscado entender los procesos de mujeres negras en general. En diálogo con otras mujeres, percibimos que sentimos muy parecido. Incluso con historias distintas y los lugares diferentes de donde venimos, compartimos un sentir. Es cuando tomamos consciencia de lo que significa ser mujer negra.”, cuenta Débora. No es casual que Hixikanwe (que da nombre a la película) significa “estamos juntos”, en xi changana, lengua materna de la región sur de Mozambique. Es allí, por cierto, donde está la organización social del mismo nombre, donde todo comenzó, en 2014, también el punto de partida para la retomar la filmación, en 2018.
Para la productora ejecutiva de Hixikanwe, Mariana Reis, inclusive con el fomento de políticas públicas para el audiovisual brasileño, aún es difícil hacer cine en el país. “Es un proyecto que fue aprobado por el Funcultura, que es un Fondo de Cultura del Gobierno del Estado de Pernambuco, pero, para la aprobación, tuvimos que hacer algunos recortes en el presupuesto. Hacer audiovisual en Brasil aún es muy caro y más aún cuando pensamos en un cine negro, realizado por mujeres negras, que es el eslabón más frágil de la cadena. Pero, creemos en esto y estamos haciendo este trabajo de hormiguitas, creando una red de posibilidades para materializar este proyecto”, dice.
El equipo pretende ir a Mozambique a comienzos de agosto y, para ayudarse con el costo del filme, están con una campaña de financiamiento colectivo, cualquier persona puede donar. Sólo tiene que entrar en el sitewww.benfeitoria.con/estamosjuntas y escoger la opción que desea. Además de incentivar la película, tendrá como contrapartida recompensas como su nombre en los agradecimientos del filme, camisas y jarros con un diseño exclusivo y accesorios mozambiqueños. Las donaciones son a partir de R$15 (US$ 3,8) y van hasta el 16 de julio. El formato es todo o nada, si ellas no consiguen lograr la meta de R$25.000 (US$ 6.350)) todo lo que haya sido donado será devuelto.
Brasil de Fato/ COMCOSUR MUJER Nº 563– 09.07.2018
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3) GUATEMALA: ORGANIZACIONES DE MUJERES PIDEN INVESTIGAR SEÑALAMIENTOS CONTRA MORALES
En conferencia de prensa, líderes representantes de 81 organizaciones de mujeres se pronunciaron por los señalamientos en contra del presidente Jimmy Morales por supuestos abusos sexuales a trabajadoras del Estado. Asimismo, pidieron al Ministerio Público realizar una investigación inmediata, objetiva y exhaustiva para garantizar justicia a las supuestas víctimas.
“Las organizaciones de mujeres, mujeres indígenas, feministas, organizaciones de sociedad civil, defensoras y defensores de derechos humanos hacemos un llamado a la sociedad guatemalteca para exigir un alto a los actos de violencia contra las mujeres”, manifestaron a través de un comunicado firmado por 81 organizaciones, grupos, colectivos, asociaciones, centros de investigación y apoyo, entre otros.
Entre las organizaciones figuran la Unidad de Protección de Defensoras y Defensores de Derechos Humanos (Udefegua), la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG), Mujeres transformando el mundo, Impunity Watch, el Instituto de Estudios Comprados en Ciencias Penales de Guatemala (IECCP), Alianza de mujeres y mujeres indígenas, entre otros.
Las representantes manifestaron que la violencia física, psicológica y sexual contra mujeres es una violación a los derechos humanos y la simple noticia de este tipo de hechos deben ser investigados por el MP.
El pronunciamiento se dio en el marco de las declaraciones del excanciller Edgar Gutiérrez sobre acusaciones de violencia sexual en contra de trabajadoras del Estado, que habrían sido cometidos por el presidente Jimmy Morales con la participación de altos funcionarios.
Piden a morales no interferir
Entre sus peticiones, las organizaciones incluyeron un llamado al presidente Jimmy Morales. “Exigimos al Presidente que no interfiera en las investigaciones”, indicaron.
Además, pidieron al Organismo Judicial medidas efectivas de protección a las mujeres que denuncien otros delitos en su contra con tal de que se garantice la vida, seguridad y el derecho al trabajo a las mujeres que quieran denunciar.
“El Ministerio de Trabajo está obligado a investigar y proteger a las trabajadores y garantizar su estabilidad en el cargo”, manifestaron.
Manifiestan solidaridad
Bajo la consiga “Yo sí te creo”, las mujeres enviaron un mensaje de solidaridad con todas las mujeres que han sufrido este tipo de violencia.
Sumado a eso, ofrecieron el debido acompañamiento en la búsqueda de justicia.
Diario La Hora/ COMCOSUR MUJER Nº 563– 09.07.2018
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4) MÉXICO: “TU CABEZA YA TIENE PRECIO”: AMENAZAN DE MUERTE A LA REPORTERA FRIDA GUERRERA
“Te vamos a dar en tu madre por publicar a hombres que son inocentes… tu cabeza ya tiene precio”, publicó el usuario SamorhYamo en Facebook a una nota compartida por la reportera y activista Frida Guerrera sobre la desaparición de una niña, denunció el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).
Otros comentarios amenazantes del mismo usuario fueron publicados el 2 y 3 de julio, agregó el OCNF, que detalló que las publicaciones de Yamo también hacen referencia a Mario Sáenz, presunto feminicida de Victoria Pamela Salas, encontrada muerta en la Ciudad de México en septiembre de 2017.
El Observatorio hizo un llamado a la Fiscalía Especializada para Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) para que inicie una investigación exhaustiva con perspectiva de género que permita conocer las causas por las que la reportera fue agredida y sancionar a los responsables.
Además, pidió que se adopten todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad de Guerrera Villalvazo, así como solicitó al Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas de la Secretaría de Gobernación que dicte medidas para que la periodista pueda ejercer su trabajo sin temor a represalias.
Apenas el 13 de mayo pasado, la reportera presentó el libro “#NiUnaMás”, en el que analizó los feminicidios en México y su impacto. “La violencia hacia las mujeres periodistas en México tiene una doble carga, por su condición de género y por ejercer el periodismo. En este sentido, se ha detectado un aumento notable de agresiones contra mujeres periodistas cometidas a través de soportes digitales mediante acciones de hostigamiento, acoso sexual, amenazas, campañas de desprestigio con connotación sexual, fotomontajes difundidos con la intención de estigmatizar a la víctima y la publicación de fotografías y material privado sin consentimiento”, expuso en la presentación.
Desinformémonos/ COMCOSUR MUJER Nº 563– 09.07.2018
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5) MÉXICO: UNA MUJER AL FRENTE DEL DF
Con Sheinbaum en el gobierno de la Ciudad de México y López Obrador en el Palacio Nacional, por primera vez la izquierda mexicana ocupará las dos grandes instituciones ubicadas en la céntrica plaza del Zócalo capitalino.
Claudia Sheinbaum, del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), partido de Andrés Manuel López Obrador, venció en las elecciones a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y se convierte así, en la primera alcaldesa electa de la capital.
“Gracias a todas y a todos. ¡Ganamos! Rescataremos la Ciudad de la Esperanza”, publicó Sheinbaum en redes sociales poco después del cierre de urnas este domingo. Con el 49% de los votos escrutados, Sheinbaum obtenía el 47,10% de los apoyos populares, seguida de Alejandra Barrales del también izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien habría cosechado el 30,95% de los sufragios.
Con Sheinbaum en el gobierno de Ciudad de México y López Obrador en el Palacio Nacional, por primera vez la izquierda mexicana ocupará las dos grandes instituciones ubicadas en la céntrica plaza del Zócalo capitalino, una metáfora de la estrecha relación que han mantenido los dos políticos.
La mujer que logró desbancar del gobierno de la capital al hegemónico Partido de la Revolución Democrática (PRD) luego de 21 años en el poder es científica y política, y siempre ha estado vinculada a movimientos de izquierda. Descendiente de judíos europeos llegados a México, Sheinbaum (Ciudad de México, 1962) estudió Física en la Universidad Nacional Autónoma de México y se doctoró en 1995 en Ingeniería Ambiental en la misma universidad, en la que se incorporó como académica.
Desde sus años como universitaria, Sheinbaum integró el movimiento estudiantil CEU Histórico, que en los años ochenta se enfrentó con la dirección de la UNAM por las reformas académicas que estaba impulsando la universidad.
La ahora electa alcaldesa comenzó, luego, a implicarse en política institucional apoyando la candidatura presidencial del izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas en las polémicas elecciones de 1988, en las que se impuso Carlos Salinas de Gortari entre acusaciones de fraude electoral.
Posteriormente, Sheinbaum participó en la fundación del PRD, formación que ha gobernado en la capital mexicana desde 1997, cuando una reforma política instauró la elección ciudadana del jefe de Gobierno capitalino.
López Obrador, que dirigió la Ciudad de México con el PRD entre los años 2000 y 2005, nombró a Sheinbaum secretaria de Medio Ambiente del gobierno capitalino y, desde entonces, su carrera política ha ido muy vinculada a la del líder izquierdista.
Sheinbaum fue portavoz de la candidatura presidencial de López Obrador en 2006 e integró el llamado “Gobierno legítimo”, ya que AMLO no reconoció la victoria del presidente Felipe Calderón y creó un Ejecutivo simbólico.
Seis años después volvió a intentar hacer el salto al Gobierno federal, cuando López Obrador propuso a Sheinbaum como secretaria de Medio Ambiente en caso de ganar las elecciones. La izquierda volvió a perder esos comicios y Sheinbaum acompañó a López Obrador en una nueva aventura política: la fundación de Morena.
Con esta plataforma, Sheinbaum regresó a la política local y en 2015 ganó las elecciones de la delegación (distrito) de Tlalpan, en el sur de Ciudad de México, como candidata de Morena. Su gestión estuvo en el ojo del huracán tras el sismo del 19 de septiembre pasado, cuando una veintena de niños murieron por el derrumbe del Colegio Rebsamen, ubicado en Tlalpan.
La oposición la acusó entonces de irregularidades en la adjudicación de permisos de construcción de la escuela, reproches que ella rechazó.
Sheinbaum vende como su mayor aval la gestión realizada por López Obrador cuando dirigió la capital mexicana, marcada por una mejora en la seguridad pública y la extensión de programas sociales.
Es previsible que la estrecha relación entre los dos políticos ganadores se materialice en una fuerte cooperación entre el Gobierno federal y el capitalino para combatir los problemas que más afectan a la ciudad más poblada del país: la desigualdad, la delincuencia y la contaminación.
Pagina12 / COMCOSUR MUJER Nº 563– 09.07.2018
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6) NICARAGUA: FEMINISTAS NICARAGÜENSES PIDEN SOLIDARIDAD DEL FEMINISMO INTERNACIONAL
Denuncian el “terror” del régimen de Daniel Ortega y su esposa, y las amenazas que corren las mujeres y defensoras de derechos humanos en Nicaragua
La Articulación Feminista de Nicaragua ha hecho un llamado a la solidaridad feminista internacional, tras denunciar las graves confrontaciones y crímenes en su contra, perpetrados según ellas, por agentes policiales estatales y parapoliciales ordenados y apoyados por el gobierno de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
“Nosotras, que participamos en la lucha para derrocar a la dictadura somocista, que participamos en la Revolución Popular Sandinista, que nacimos durante o después de la Revolución y que integramos la Articulación Feminista de Nicaragua, hacemos un llamado a la solidaridad internacional para denunciar los crímenes y ataques constantes que vivimos en nuestro país por parte de las fuerzas represivas del Estado”, señalan en un comunicado.
Afirman haber denunciado desde el primer día el carácter represivo y totalitario de Daniel Ortega. Expresan haber denunciado la impunidad del gobierno orteguista en la falta de justicia para las mujeres en Nicaragua.
Denunciaron también desde 2006, la alianza entre el partido FSLN liderado por Ortega, partidos conservadores y las jerarquías de las iglesias, al penalizar el aborto bajo cualquier circunstancia.
“Durante años, el gobierno de Ortega emprendió una campaña de desprestigio y persecución contra las integrantes del movimiento feminista, estrategias que han sido extensivas al movimiento campesino contra la construcción del canal interoceánico desde el 2014 y a toda voz crítica al gobierno”, señalan.
Señalan también la brutal respuesta del régimen de Daniel Ortega hacia jóvenes desde el 18 de abril pasado, que se manifestaban contra las reformas a la seguridad social, generó protestas a nivel nacional , y que fueron reprimidas con bombas lacrimógenas, balas de goma y balas de plomo por la Policía Nacional y grupos parapoliciales armados.
“Desde hace más de dos meses vivimos en Nicaragua un estado de terror que ha cobrado la vida de más de 200 personas, cerca de dos mil personas heridas de bala, quemadas, torturadas, docenas de personas encarceladas injustamente, más de 50 personas desaparecidas, así como campañas de amenazas, hostigamientos y desprestigio contra defensoras y defensores de derechos humanos”, denuncian.
Ante esas y otras amenazas, solicitan el apoyo de la comunidad feminista internacional, y les piden entre otras cosas, que se manifiesten en las embajadas de Nicaragua en sus respectivos países el próximo 30 de junio, denunciando los crímenes cometidos por el régimen de Ortega.
Además, les piden enviar cartas al gobierno de Nicaragua, exigir a sus respectivos países a pronunciarse en contra de las amenazas contra las mujeres y población en general, así como emitir comunicados de prensa en respaldo al sector feminista nicaragüense.
“La Articulación Feminista de Nicaragua agradece cada muestra de solidaridad y acompañamiento que hemos recibido de ustedes. Cada mensaje de texto, artículo, manifestación, cada mensaje de cariño y de ánimo, nos ha dado fuerza para continuar en esta lucha por la justicia y la democratización de nuestra Nicaragua”, concluyen.
Redacción contrapunto/ COMCOSUR MUJER Nº 563– 09.07.2018
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7) URUGUAY: FEMICIDIOS: 22 MUJERES MUERTAS EN DELITOS DE GÉNERO EN EL PRIMER SEMESTRE DE 2018
El femicidio es un delito de odio contra las mujeres. Se tipifica cuando se mata a una mujer «por el hecho de ser mujer”. En la mayoría de los casos, las mujeres son asesinadas por alguien que las conoce: parejas, ex parejas u otros familiares suelen ser los responsables.
Es la máxima expresión de la violencia de género. Es el punto de ebullición de una situación de violencia, que es mediada por el poder que ejerce un varón sobre una mujer. Las niñas, los niños y las mujeres están comprendidos dentro de la violencia de género. Los niños varones entran en esta categoría porque tiene que ver con el rol del autor; con la relación de poder que tiene el agresor con la víctima.
22 nombres marcan la primera mitad de 2018. Daniela, Edelma, María Julia, Vanesa, Sirley, Olga, Mirtha, Marina, María Esther, Nelly, María Laura, Cinthia, Milka, Kattia, Rocío, Eva, Mónica, Claudia, Mirta, Violeta, Lucía y Naiara. La Justicia tipificó 15 de estos casos como femicidio.
Las mujeres tenían entre dos y 86 años. Sin considerar a Naiara, la niña de dos años que forma parte de esta lista, el promedio de edad de las mujeres es de 42 años.
Ocho de ellas fueron asesinadas por sus parejas, seis por sus ex parejas, cuatro por familiares (tío, hijo, ex yerno, padrastro). En los restantes cuatro casos se desconoce el vínculo. Tres de los casos no han sido aclarados y en el cuarto caso se desconoce si el vínculo fue espontáneo o si ya se conocían.
Diez de las mujeres fueron asesinadas con armas de fuego, cuatro con arma blanca, a cinco las mataron a golpes y a tres las asfixiaron.
Respecto de los femicidas, se mantiene la tendencia: la mitad se suicidan. En lo que va del año, ocho de los hombres se mataron luego del delito de género cometido y diez están procesados. En los cuatro casos restantes no hay datos sobre los homicidas.
Más de 30 niños hoy viven sin sus madres. Gran parte de ellos tampoco tienen a sus padres.
Juan Carlos Oviedo y Fernando Farinha son los dos funcionarios policiales que murieron cumpliendo funciones en casos asociados a violencia de género.
No son números; son mujeres
Daniela Pérez fue asesinada de un disparo en la cabeza el 8 de enero. Tenía 25 años. Había ido a almorzar con familiares a la playa del río Olimar, en Treinta y Tres. Al mediodía algunos parientes fueron a hacer compras, mientras Daniela se quedó con su pareja. El hombre decidió salir a buscar a otro familiar y ella se quedó sola. Cuando volvió su familia ya no estaba. Su perra los guio hasta el cuerpo. El padre de Daniela dijo en los medios que su hija le había comentado que tenía “grandes diferencias” con su pareja. La investigación no ha arrojado resultados y ha vuelta a cero varias veces. No hay imputados por el caso.
Edelma Suanes vivía en una casa que ella misma había construido, en Tranqueras, Rivera. Tenía dos hijos. A sus 65 años, era empleada doméstica y ama de casa. El 23 de enero de este año fue asesinada. Luis Farías, su pareja, le disparó un tiro en la cabeza. Acto seguido, se suicidó. Estuvieron juntos 12 años. Ella quería separarse, cosa que su pareja no toleraba. En reiteradas ocasiones le pidió a Farías que se fuera, aunque él siempre terminaba volviendo. Aunque no había denuncias formales de violencia basada en género, los vecinos conocían la situación y era habitual escucharlos pelear.
María Julia Olivera era maestra de inglés en Fraile Muerto, Cerro Largo. Tenía 29 años. Estuvo en pareja con quien la mató 14 años. Había decidido separarse hacía una semana, pero su ex pareja no aceptaba esta decisión. Estaba viviendo temporalmente con sus padres y su hijo de 13 años. Uno de los motivos de la separación fue la violencia ejercida por su ex pareja. Le había pedido a sus conocidos que no presentaran denuncias porque no quería que su hijo sufriera. El femicida, un hacendado de 42 años de quien sólo se conocen sus iniciales (R. A. M), fue visto por los vecinos merodeando la casa de María Julia varias veces en los días previos al crimen. La asesinó el 9 de febrero. Fueron tres disparos. Huyó en una camioneta. Se comunicó con su hermano para contarle lo que había hecho y se entregó a la policía de Tupambaé.
Vanesa Monzón tenía 29 años cuando fue asesinada en su casa en Vergara, Treinta y Tres. Era madre de seis hijos. Dos de ellos estaban presentes en la casa cuando mataron a su madre de un disparo. Los otros cuatro estaban con su tía, la hermana de Vanesa. Cuando volvieron a su casa la encontraron sin vida. Era 10 de febrero. Daniel Araújo, quien la asesinó, de 30 años, tenía tres denuncias previas por violencia de género. Se escapó y finalmente fue detenido en Melo. Se suicidó en custodia policial.
Sirley Silva Ferreira, de 26 años, fue asesinada por su tío luego de una discusión familiar. Vivía en Barrio López, Tacuarembó. Era madre de un niño. El asesino llegó borracho a la vivienda y la apuñaló en el tórax.
Olga Costa, de 44 años, recibió dos disparos por parte de quien era su ex pareja. Fue el 8 de marzo, en su casa en Salto. Luego de cuatro años de convivencia ella había decidido separarse. Estaba viviendo con su hijo. Olga había denunciado a su ex pareja por las amenazas de muerte que recibía desde la separación. Por eso tenía custodia policial. Fernando Farinha, uno de los policías a cargo de su seguridad también fue asesinado cuando se produjo el ataque. A ambos los mató Cleomedes Medina, de 60 años.
Mirtha Rocha tenía 30 años y estaba embarazada de siete meses. Su ex pareja tenía antecedentes por haber incendiado la vivienda de una pareja anterior y haber violado una orden de restricción que decía que no podía acercarse a ella. La llamó para decirle que quería tener contacto con el hijo que tenía en su panza, ella accedió. Cuando se encontraron en La Coronilla, caminaron unos 300 metros hacia un monte. Forcejearon. Él la asfixió con su cinturón y le cortó el cuello. Murió en el lugar. El femicida se comunicó con su madre, a quien le contó lo que había hecho y fue ella quien decidió denunciarlo. Confesó todo a poco de ser detenido, lo tenía decidido hacía dos meses. Jesús Pampillón, de 23 años, fue procesado por femicidio y aborto. Mirtha tenía cinco hijos que vivían con el padre.
Marina Chiodi atendía su almacén todos los días en el barrio La Comercial, en Montevideo. Tenía 51 años. Los vecinos, que conocían la historia de violencia de género que atravesaba Marina, se turnaban para cuidarla en el comercio que tenía en su casa. A pesar de esto, su ex pareja –que tenía una orden de restricción– pudo encontrarla sola. El 19 de marzo la apuñaló varias veces. No se conoce el nombre del asesino, BRPR son sus iniciales y tiene 56 años. Fue detenido al arrojarse al río Santa Lucía, en un supuesto intento de suicidio.
María Esther Rovira tenía 86 años. Era jubilada, vivía en Malvín Norte, Montevideo. En 2013 había presentado una denuncia por violencia basada en género contra su hijo de 55 años que vivía con ella. El 23 de marzo María Esther falleció luego de estar 7 días internada en un CTI producto de una golpiza que le dio su hijo. Una serie de manuscritos, que contaban en detalle varias de las golpizas sufridas cuando él volvía alcoholizado, fueron encontrados en su casa y fueron clave para imputar al acusado.
Nelly Goyeneche vivía en Quebracho, Paysandú. Tenía 41 años, era auxiliar y cocinera en una escuela en las afueras de su pueblo. El 28 de marzo, su hija fue a la comisaría a denunciar a Martín Bentancur, su ex pareja, porque la noche anterior había entrado a su casa por la fuerza y la amenazó de muerte. En ese momento Bentancur irrumpió en la casa de Nelly y la mató. También asesinó a Juan Carlos Oviedo, un funcionario policial que respondió a la llamada de emergencia. Se escapó con el arma y la moto del policía. Estuvo varios días prófugo. Primero se escondió en una escuela, luego en un bosque. Los medios siguieron el minuto a minuto. El 2 de abril fue encontrado muerto. Varios comercios del pueblo cerraron por duelo.
María Laura Duarte era enfermera y vivía en Sarandí del Yí, Durazno. Por motivos que se desconocen, fue apuñalada por su pareja, quien luego se ahorcó en el fondo de su casa. María Laura tenía 41 años. Eduardo Hernández, de 52 años, era empleado municipal. Tenían tres hijos en común.
Cinthia Risso tenía 29 años. Vivía en Maldonado. En enero denunció a su pareja por violencia basada en género. Se dijo poco sobre el caso, salvo que había estado privada de libertad. Se cree que el antes denunciado la mató. Fueron al menos tres disparos. La encontraron en la calle, caída al lado de su moto. Su hermana dijo que Cinthia tenía muchos problemas con su pareja. Está pendiente el fallo de la Justicia para saber si se trata de un caso de femicidio.
Milka Tomassini, de 37 años, había denunciado en varias ocasiones a su ex pareja, Luis Franco, por violencia basada en género. Luis tenía una orden de restricción que le prohibía acercarse a Milka, con quien tenía dos hijos. El 17 de abril apareció en el tambo del establecimiento en el que ella trabajaba. Un disparo alcanzó para matarla. Después se mató. Milka tenía cuatro hijos, dos de ellos eran hijos de Luis.
Kattia López tenía 35 años. Vivía junto con su pareja en Canelones. Lo había denunciado dos veces por violencia de género. Él la asfixió y trasladó su cuerpo hasta el camping 25 de Agosto, en Florida. Allí se ahorcó. Él era funcionario policial, tenía 37 años, cumplía tareas en la puerta de ingreso de la cárcel de mujeres (Unidad 5 Femenino) del Instituto Nacional de Rehabilitación. Tenían dos hijos chicos.
Rocío Paredes fue asesinada a puñaladas el 2 de mayo. Tenía 55 años. Su cuerpo apareció en la Bahía del Cerro. A su lado estaba el cuerpo de su pareja, de 70 años, con un puñal clavado en el pecho. Los vecinos del barrio los habían visto llegar en el auto, tomar mate y mirar el paisaje. Una discusión posterior habría desencadenado el hecho.
Eva Reyes, de 42 años, vivía en Cerro Largo. El 10 de mayo, su ex pareja, Javier Cuello, de quien se había separado hacía dos meses y con quien tenía dos hijas, se acercó hasta su casa y luego de discutir, le disparó y se fugó. Con la misma arma se suicidó.
Mónica Señorini fue asesinada el 12 de mayo por su pareja, en Ciudad Vieja, Montevideo. Tenía 52 años. Era mamá de dos hijos. El femicida, de 58 años y de iniciales AF, dijo que se le escapó un tiro mientras limpiaba su arma estando alcoholizado. Por la posición de Mónica, la trayectoria de la bala y las lesiones que tuvo se comprobó la intencionalidad. Estaban en pareja hacía seis años, y hacía un año que convivían. El hombre fue procesado por femicidio.
Claudia Martínez fue encontrada en una cuneta el 12 de mayo en Jardines del Hipódromo, Montevideo. Apareció desnuda de la cintura para abajo, por lo que se presume la existencia de violencia sexual. Fue asesinada a golpes en la cabeza, con una piedra que encontraron en el lugar. Está pendiente el fallo de la Justicia para saber si se trata de un caso de femicidio. No hay imputados.
Mirta Lunsther vivía en situación de calle en Malvín Norte, Montevideo. Ahí la mataron, a golpes en la cabeza. Tenía unos 50 años. No se sabe bien hacía cuánto vivía en la calle. La encontró un vecino y dio aviso a la Policía. Su cuerpo estaba en Iguá e Hipólito Yrigoyen. El caso no fue catalogado como femicidio. No hay imputados.
Violeta Expósito, de 74 años, fue encontrada el 24 de mayo en una cañada, en Quebracho, un paraje rural de Cerro Largo, con signos de haber sido golpeada y luego asfixiada. Violeta estaba en pareja con el femicida, de iniciales JNBH, de 49 años. Vivían en una vivienda precaria a varias cuadras del centro del paraje. Él trabajaba cortando leña y en la construcción, ella era jubilada. Si bien no había denuncias de violencia de género, los vecinos coincidieron en que el hombre atormentaba a Violeta, al punto de hacerla pasar noches durmiendo afuera del rancho.
Lucía Hernández tenía 23 años. Era trabajadora sexual. Por motivos que se desconocen, entró en un local en reformas junto con un varón. Los vecinos escucharon gritos de auxilio y llamaron a la Policía, pero el patrullero no vio nada extraño. Dos horas después la encargada de la limpieza del local encontró el cuerpo de Lucía, degollada y con la cabeza tapada por arena y tierra. El caso se formalizó y no fue tipificado como femicidio.
Naiara tenía dos años. Fue asesinada por su padrastro el 11 de junio en Villa García, Montevideo. El hombre, que tenía antecedentes por violencia basada en género y una orden de no acercamiento a otra mujer, vivía hacía un mes con la pequeña y su madre en la casa de ellas. Después de golpear a la niña hasta matarla, pidió ayuda a los vecinos para trasladarla a la policlínica del barrio. Llegó sin vida. La niña había sido abusada sexualmente y tenía golpes en todo el cuerpo, recientes y anteriores.
No son casos aislados; es violencia de género.
La Diaria / COMCOSUR MUJER Nº 563– 09.07.2018
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8) URUGUAY: JORNADAS DE DEBATE FEMINISTA 2018
Las Jornadas de Debate Feminista tienen como objetivo articular y promover la producción académica y la generada desde el activismo feminista y crear espacios de intercambio de experiencias y diálogo entre ambas esferas. La participación es gratuita y está abierta a todas las personas interesadas en aportar, aprender y actuar.
Este año, la organización de las Jornadas se hace en conjunto con el Encuentro de Feministas Diversas.
Las mesas centrales de las Jornadas se realizarán los días 11, 12 y 13 de julio en la Sala Ernesto de los Campos de la Intendencia de Montevideo, de 18.30 a 20.30 horas. Todas contarán con intérprete de lengua de señas y serán transmitidas por streaming en nuestro canal de YouTube.
En el siguiente enlace podrás acceder al programa completo: bit.ly/programaDebateFeminista2018 o compartí nuestro álbum en Facebook. No olvides inscribirte de forma gratuita en goo.gl/forms/7RSHVmypkadthU192.
Cotidiano Mujer / COMCOSUR MUJER Nº 563– 09.07.2018
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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” Luis Pérez Aguirre
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