1) Agua ¿Derecho humano o mercancía? /José Antonio Rocca
2) El dueño de Fripur, un "frenteamplista de corazón" y gran amigo de Mujica
3) Sudestada compite en Colpin por premio de periodismo de investigación
4) ¿Excepción o norma? /Silvana Melo
5) Un homenaje a los 150 años de “El Capital” de Marx /Rafael Bautista S
_____________________
COMCOSUR INFORMA AÑO 17 – No. 1859 – martes 14.11.2017
“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS
1) AGUA ¿DERECHO HUMANO O MERCANCÍA?
Por José Antonio Rocca
El pueblo oriental expresó claramente su voluntad respecto a los usos del agua en el plebiscito constitucional de 2004. El espíritu del texto plasmado en la constitución de la República es contundente. El agua es un recurso esencial para la vida y su acceso un derecho humano fundamental. Concepto claramente alejado del de mercancía.
La prioridad asignada para el uso del agua destinada a consumo humano constituye de por sí una definición respecto a la defensa de su calidad. La condena a las actividades que implican su contaminación es nítida.
La realidad es otra. En términos generales el uso del agua se subordina a los intereses de grandes capitales extranjeros. El resultado es la fuerte contaminación de ríos y arroyos del país e incluso el riesgo de agotar el recurso en diversas zonas.
Los cursos de agua reciben la contaminación que resulta de la masiva fumigación con agrotóxicos en grandes plantaciones con soja transgénica, la destrucción de bosques naturales que actuaban como protección de la red fluvial, la enorme cantidad de agua subterránea que absorben los monocultivos de eucaliptus ilustran una imagen de prioridad para grandes empresas en la que “Nadie se hace responsable de garantizar el derecho de los seres humanos y de las demás especies a beber agua no contaminada” (i)
Muerte de ganado, destrucción de cultivos por aguas contaminadas, peces muertos, cianobacterias son noticias que se reiteran. El río Santa Lucía que abastece de agua potable a la mayoría de la población del país presenta síntomas que ponen en riesgo la salud e incrementan los costos de OSE para evitar mayor deterioro de la calidad del producto.
El proyecto de una mega tercera planta de celulosa en las orillas del Río Negro determinaría un fuerte incremento de vertidos contaminantes sobre cursos de agua que ya se encuentran en estado de riesgo ambiental.
La prospección petrolera en cercanías del acuífero Guaraní (ii) complementa la agresión contra el agua. La empresa Petrel en zonas del departamento de Paysandú explora en búsqueda de hidrocarburos a cientos de metros de profundidad con peligro de contaminación de las aguas subterráneas.
“El reconocimiento oficial de que esta perforación ya fue más allá de los 815 metros informado por la empresa en el proyecto aceptado por la DINAMA y los incidentes relatados, justifican plenamente nuestras advertencias sobre los riesgos de afectación del Acuífero Guaraní con los productos químicos usados en estas perforaciones” (iii). El riesgo de fractura hidraúlica (fracking) para su posible extracción está vigente más allá de declaraciones públicas en contrario. De llegarse a ese extremo nos encontraríamos con un golpe terrible para las aguas subterráneas.
La ley de riego recientemente aprobada por el parlamento nacional constituye la “frutilla de la torta”. La figura profesional y privada del operador del sistema de riego mediante una concesión “a quienes les interesa cofinanciar construir y operar el sistema” (…) obteniendo como contrapartida una remuneración” (iv) pauta el grado de mercantilización de los recursos acuáticos. Agentes privados podrán administrar y vender el agua de ríos y arroyos en su provecho.
Vida paisaje y naturaleza subordinados al concepto del agua como mercancía al servicio de grandes capitales.
La crónica de una entrega no anunciada adiciona capítulos.
Gotitas de economía
El gobierno uruguayo firmará un nuevo acuerdo con Chile para estar más cerca del tratado del Pacífico. Los denominados acuerdos de “nueva generación” implican impunidad para grandes grupos transnacionales. Servicios, inversiones, todo es considerado mercancía. Miembros son Méjico, Perú, Colombia, Chile, gobiernos afines al Banco Mundial y FMI.
La tasa de empleo registrada por el INE para agosto de 2017 fue de 56.8%. En el mismo mes de 2016 llegaba a 57.9%. El guarismo mensual es el menor en los últimos 10 años. La demanda de fuerza de trabajo se reduce. Es cierto que los datos mensuales pueden reflejar hechos puntuales que les quitan representatividad. Pero el gobierno se acuerda de decir eso cuando los datos les dan “feo”.
El BCU emite semanalmente letras de regulación monetaria en pesos. Aumentando así la deuda pública e incentivando a los inversores a vender dólares en el mercado para prestarle al Estado moneda local. En consecuencia aumenta la oferta de dólares tendiendo a evitar aumentos de la cotización del billete verde promoviendo con ello retraso del tipo de cambio frente a otros precios y subsidiando así de hecho importaciones de manera indiscriminada.
El gobierno de Brasil redujo el fondo de protección a los trabajadores para casos de pérdida de empleo en más de 10.000 millones de dólares.
La sucesión de Janet Yellen al frente de la reserva federal de Estados Unidos, genera incertidumbre respecto a las futuras política en relación al dólar
Notas:
(i) Proclama de la marcha de la Asamblea Nacional Permanente
(ii) Reserva de aguas subterráneas que abarcan una superficie de 1.200.000 kilómetros cuadrados en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Considerado la tercera reserva mundial de agua dulce.
(iii) Comunicado de prensa 23 de octubre de 2017 firmado por Asociación Civil Ambientalistas de Salto, Ciudadanos de Tambores, GENSA, Paysandú Nuestro, Rivera por la Vida Sustentable y el Agua, Uruguay Libre de Megaminería. La referencia a los incidentes relatados son el reconocimiento de la empresa de dificultades para perforar el basalto y haber quebrado la columna de perforación atrapada más de un mes a 420 metros de profundidad.
(iv) Párrafo 39 de la ley de riego.
José Antonio Rocca / La economía de a pie
COMCOSUR INFORMA Nº 1859 – 14/11/2017 _______________________________________
2) EL DUEÑO DE FRIPUR, UN "FRENTEAMPLISTA DE CORAZÓN" Y GRAN AMIGO DE MUJICA
"Daría mi corazón por el FA", dijo Alberto Fernández al explicar motivos para poner dinero en la asunción de Mujica y prestarle su avión privado.
Sudestada, 13/11/2017
Algunas cosas comienzan a quedar claras y otras ingresan en un terreno resbaladizo, plagado de contradicciones pero que, a su vez, abre el campo para nuevas investigaciones en el culebrón sobre la quiebra de la pesquera Fripur y todo el entramado de empresas que tienen sus propietarios.
Luego de misteriosas idas y venidas el empresario Alberto Fernández Alonso, ex dueño del fundido Frigorífico Pesquero Uruguayo (Fripur) se presentó ante la comisión investigadora parlamentaria que se encarga de indagar la relación entre empresas privadas y los partidos políticos y dejó en claro su amor por el gobernante Frente Amplio y, en especial, por el ex presidente y actual senador José Mujica.
Fernández se declaró un "fervoroso mujiquista" y reconoció que en varias oportunidades se reunió con el entonces presidente, pero aclaró que nunca fue para solicitarle favores, sino para intercambiar opiniones sobre problemas sociales, explicó el presidente de la comisión investigadora, el diputado nacionalista Alejo Umpiérrez.
Luego de confesar públicamente, en el Parlamento, su pasión partidariaria por los colores de la bandera de Otorgués, el empresario reconoció que contribuyó con 15 mil dólares para la ceremonia de asunción de Mujica y que destinó otros 10 mil dólares para confeccionar la banda presidencial.
Además, Fernández admitió que en varias ocasiones le prestó no sólo a Mujica, sino también a Tabaré Vázquez "su avión personal" y no el de la empresa, como forma de dejar en claro su compromiso partidario, según explicó el diputado colorado, Adrián Peña, quien convocó al empresario para despejar dudas sobre sus vínculos con las campañas del FA.
Fernández, quien se definió en todo momento como un "frenteamplista de corazón", admitió haber puesto dinero en las últimas campañas electorales del FA, pero aclaró que fueron donaciones realizadas a título personal y no en nombre de Fripur, que en mayo de 2015 quebró y dejó a casi mil personas en la calle y una multimillonaria deuda con el BROU y la banca privada.
Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR INFORMA Nº 1859 – 14/11/2017 _______________________________________
3) SUDESTADA COMPITE EN COLPIN POR PREMIO DE PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN
La Red de Periodismo Estructurado entre los finalistas por su trabajo sobre el caso Lava jato en varios países de la región
Sudestada, 02/11/2017
Comenzó este jueves en Buenos Aires la décima Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (Colpin), organizada por el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS) y el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA).
La conferencia reunirá a más de 300 periodistas y a los más destacados trabajos de periodismo de investigación de América Latina y El Caribe del 2 al 5 de noviembre en la sed de la Universidad de Palermo, en la capital argentina.
En Colpin se expondrán los mejores trabajos publicados en América Latina entre noviembre de 2016 y setiembre de 2017 en prensa escrita, radio, televisión e internet a través de mesas de debate, conferencias y talleres.
El fin de semana se realizará la ceremonia de entrega del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación 2017, que este año recibió 225 postulaciones.
Entre los finalistas se encuentra la investigación sobre el caso Lava Jato que realizó la Red de Periodismo Estructurado que integra Sudestada junto con IDL Reporteros de Perú, Armando.Info de Venezuela, La Nación de Argentina, La Prensa de Panamá y Quinto Elemento Lab de México.
Esta es la cuarta vez consecutiva que Sudestada está entre los finalistas del premio
latinoamericano de periodismo de investigación. La primera fue en 2014 por su trabajo sobre el lavado de dinero en Uruguay del ex tesorero del Partido Popular español Luis Bárcenas; la segunda en 2015 por su investigación sobre el financiamiento de las campañas electorales de Uruguay mediante la aplicación “Quién paga”; y la tercera en 2016 por sus publicaciones sobre la corrupción en la FIFA y las implicancias de Eugenio Figueredo.
El primer lugar será premiado con 10 mil dólares, mientras que el segundo y el tercer lugar recibirán 5 mil dólares cada uno.
La ceremonia de entrega del Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación se realizará el próximo sábado 4 de noviembre junto con la del Premio FOPEA.
Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR INFORMA Nº 1859 – 14/11/2017 _______________________________________
4) ¿EXCEPCIÓN O NORMA?
Por Silvana Melo (APe) / Publicado: 26 de enero de 2017
¿Qué círculo infame debe trazar la vida para que un niño de catorce años muera por una bala clavada en el medio de su inocencia?
¿Qué trampa sistémica se activa cuando un estado de excepción se convierte en normalidad y un niño de catorce muere entre las balas? ¿Dónde están los delincuentes? ¿Son los que arrebatan una cartera, disparan, matan y se refugian en la 1-11-14? ¿Son los que les dejan libre la cancha para el ejercicio de esa normalidad que debería ser excepción? ¿Son los que permiten y allanan el camino para la bala que entró en la cabeza de Brian? ¿Son los ladrones en moto o los policías en patrullero? ¿O son ambos? ¿Qué estado determina la muerte de un chico de catorce años en la tarde de la nochebuena? ¿El de excepción o el de la norma?
¿Es el estado de los barrios el que describía Giorgio Agamben? ¿Es el estado de excepción la norma en Flores? ¿Y en Mataderos y en Lomas y en Temperley y José León Suárez? ¿Son los Brian daños colaterales del sistema? ¿Son las víctimas excesos de un estado de excepción? ¿O son los sacrificios necesarios para que la norma siga en pie? ¿Cuál es la norma? ¿Es la muerte de los inocentes y el reinado de los canallas?
¿Es la fatalidad la que construye una escena donde los delincuentes huyen y un auto con un hombre y un niño cruzan en sus coordenadas justo a la hora de la muerte? ¿Es la fatalidad o es la lógica de la vida a-normal en los barrios donde la excepción es la ley?
¿Es excepción o es norma que muera un niño de catorce años por una bala desquiciada en su cabeza? ¿Es excepción o es norma que muera un niño?
¿Es excepción o es norma?
¿Qué es?
Silvana Melo / Agencia de Noticias Pelota de Traapo COMCOSUR INFORMA Nº 1859 – 14/11/2017 _______________________________________
5) UN HOMENAJE A LOS 150 AÑOS DE “EL CAPITAL” DE MARX
Les brindamos, como anticipo y como nuestro homenaje a los 150 años de El Capital, el prólogo de nuestro nuevo libro.
Prólogo: ¿Por qué fracasa el socialismo en el largo siglo XX?
Por Rafael Bautista S. /ALAI, 13/11/2017
El propósito inicial de este libro fue respondernos a la pregunta: ¿por qué el socialismo fracasa en el siglo XX? Esta nueva versión, de un trabajo anterior [1], quiere subrayar ese propósito; porque la promoción entusiasta del llamado “socialismo del siglo XXI”, no posee un diagnóstico en regla del fracaso del socialismo pasado. Sólo escuchamos y leemos argumentos que abogan por una “adaptación” teórico-práctica a la situación promovida por el capitalismo tardío (lo cual recuerda la carta de presentación del posmodernismo, situándonos en una “condición post-moderna” que supuestamente habría dado fin a las “grandes narrativas”, marxismo incluido); de modo que, al no haber una exposición crítica de los límites, sobre todo teóricos, del “socialismo del siglo XX”, tampoco se produce una nueva fundamentación del nuevo socialismo.
Esta falta de reflexividad crítica se acentúa cuando, como secuela posmodernista, se asume un escenario post-marxista. El abandono de la obra de Marx fue promovido por el posmodernismo, dejando a toda la izquierda indefensa ante la argumentación que, desde Weber hasta Popper, había desarrollado la ciencia burguesa a título de ciencia universal [2]. Hasta ahora los marxistas no saben distinguir el concepto de ciencia que presupone la obra de Marx y que responde a la tradición de la Wissenschaft o ciencia crítica, en contraposición a la science anglosajona o ciencia estándar (pertinente al capitalismo); la segunda se impone definitivamente, por las armas, desde la segunda guerra mundial y nuestras academias, cuando adoptan inocentemente el concepto de ciencia del triunfador, no son capaces de hacer esa distinción capital a la hora de proponerse la producción de conocimiento propio.
En la perspectiva de la science anglosajona –defendida por el empirismo lógico, el racionalismo crítico, la filosofía analítica y el posmodernismo– se forman generaciones de marxistas que ya no pueden hacer una recepción crítica de la obra de Marx [3] sino que, o la convierten en un dogma de fe o la declaran mera ideología sin importancia científica. Por eso no fue de extrañar la abjuración pública que se desató ante el derrumbe del muro de Berlín; pasarse de bando fue lo más natural, al extremo de advertir que varios de los impulsores del neoliberalismo fueran precisamente apóstatas. El fracaso era doble no sólo porque se había perdido la lucha, con la caída del socialismo, sino por el abandono, deserción, y delación que protagonizaba esa migración política. Una cosa es perder, pero otra capitular, pasarse a las filas del enemigo y concluir su cometido.
Pero aquello es la culminación del desencanto. Que la izquierda haya siempre estado implicada en la reversión de los procesos revolucionarios para reponer a la derecha siempre acechante, forma parte de la constante histórica que retrata el fracaso en su más hondo desconcierto. En esa historia, su propia vocación de poder quedó siempre relativizada y condenada a ser siempre resistencia y nunca transformación efectiva.
Las consecuencias políticas del fracaso destacan esa fatalidad. Y se reafirma más por el hecho que, cuando se accede al poder, sucede una suerte de domesticación que, no sólo modera los ímpetus revolucionarios, sino que promueve la abdicación. Por eso las oportunidades perdidas son sucedidas por décadas de repliegue popular, ante nuevas y más impetuosas arremetidas conservadoras. Por eso son fracasos históricos. Entonces, ¿cómo se explica esta tragedia que envuelve la historia del socialismo, sobre todo, en el siglo XX?
La adopción de un concepto de ciencia no es, como se cree, indiferente al proyecto político que me propongo. Las apuestas políticas son siempre, y de modo previo, apuestas que ya se dan epistemológicamente. Porque aquello, además, viene determinado por el “marco categorial” [4] que presupongo (del cual no siempre soy consciente); éste define el tipo de relación que establezco con la realidad, es decir, en tanto expresa una perspectiva, define también la praxis que impulso, porque el tipo de relación que establezco con la realidad, configura los márgenes de factibilidad (lo que es posible y lo que no). Por eso la realidad no es nunca una realidad a secas sino que está determinada por el “marco categorial” que presupongo y, desde el cual, interpreto la realidad. La realidad se me aparece con sentido desde cierta perspectiva; veo sólo lo que tiene sentido y guarda correspondencia con esa perspectiva, por eso me permite inteligir y pensar sólo aquello que destaca esa perspectiva.
La falta de reflexividad en torno a los “marcos categoriales”, por parte del marxismo, denota la ausencia de reflexión dialéctica a la hora de emprender el camino de la ciencia. Marx mismo subtitula a El Capital: “crítica al sistema de categorías de la ciencia económica burguesa”. Con ello está ya indicando un punto de partida: el concepto de ciencia que reivindica es crítico, o sea, no es descriptivo. Por eso sostiene en la famosa tesis 11 sobre Feuerbach que, hasta ahora, sólo se ha interpretado la realidad, cuando “de lo que se trata es de transformarla”, o sea, de originar una nueva apertura de posibilidad con la realidad, o sea, un nuevo concepto de praxis.
Marx es consciente de la reflexión categorial porque la lógica dialéctica que despliega su crítica le conduce a desmontar el carácter fetichista, ya no sólo de la mercancía, sino del sistema de categorías de la ciencia burguesa (expresado en la economía pero extensible a todos los otros ámbitos). Es decir, lo que Marx descubre es que el encubrimiento sistemático de las relaciones de explotación y dominación que produce el capital, se desarrolla en el sistema de categorías que fundamenta a la ciencia burguesa.
Ahora bien, ese sistema de categorías, como decíamos, constituye una perspectiva, una visión de mundo, que enmarca hasta nuestras expectativas y que, por eso mismo, presupone un determinado “modelo ideal” [5] que sostiene y legitima al horizonte que abre aquella perspectiva. Entonces, lo que, metodológicamente, la dialéctica le permite a Marx, es remontarse lógicamente al “modelo ideal” que presupone el capitalismo.
Pero esto sólo es posible si parte desde otro “modelo ideal”, porque en el anterior se funda el sistema de categorías que está sometiendo a crítica; por eso dice: “imaginemos una comunidad de hombres libres” [6], o sea, propongámonos otro mundo, ya no éste sino definitivamente otro. O sea, lo que está diciendo es que transitemos existencialmente hacia otro “modelo ideal”. Cuando hace esto es que se le aparece el capitalismo y el mundo que ha constituido en todas sus miserias y contradicciones; por eso, al final de su vida, no deja de expresar “su odio y desprecio cada vez mayores hacia la sociedad capitalista [Marx] quien antes había dado la bienvenida al impacto del capitalismo occidental sobre las estancadas economías precapitalistas como una fuerza inhumana pero históricamente progresista [se muestra] cada vez más horrorizado por esta inhumanidad” [7].
Esa inhumanidad es producida y la produce la producción capitalista, es decir, produce una humanidad deshumanizada, ¿cómo produce eso?, por medio del consumo. Porque nunca consumo sólo mercancías sino lo que contienen y expresan; en definitiva, una forma de vida. Esa forma de vida, mediante el consumo, llega a formar parte de mí, o sea, constituye mi subjetividad. Y la constituye de acuerdo al “modelo ideal” que presupone. Por eso Marx, para exponer la lógica suicida del capital, expone su “modelo ideal” y en éste aparecen sus mitos (a los que Marx llama “robinsonadas”). Entonces, lo que consumo son sus mitos; por eso dice que la mercancía capitalista se halla envuelta en el “misticismo del mundo de las mercancías, en la magia y la fantasmagoría que nimban los productos del trabajo fundados en la producción de mercancías” [8].
Ese misticismo, magia y fantasmagoría denota una cobertura mítica que le otorga, a la mercancía, un aura hasta religiosa; por eso su carácter fetichista consiste, entre otras cosas, en su consagración en cuanto objeto de culto. Pero la mercancía no adquiere semejante carácter por sí sola, esto es sólo posible si el portador de aquélla se vacía de vida para, por una cesión de voluntad, transfiere valor a la cosa, de modo que la cosa aparece como persona y la persona como cosa.
Esto sucede con el desarrollo. El carácter fetichista de la mercancía no aparece con la mercancía sino que ella sintetiza este carácter porque el fetichismo forma parte constitutiva del “modelo ideal” que presupone el capitalismo: la modernidad. Por eso el capitalismo produce, mediante el consumo, el tipo de humanidad que la hace posible: la sociedad moderna (sólo “modernizándose” es que el capitalismo tiene sentido). Mediante el consumo es que me constituyo en subjetividad moderna porque, si lo que consumo, es el “modelo ideal” contenido, lo consumo en la forma de mitos; los mitos son el aura mágica que alimenta mis sueños y expectativas. Uno de esos mitos es el desarrollo. Mi consumo entonces ya no está determinado por mis necesidades sino por el mito; el mito es como un velo que no me permite ver lo que ese tipo de consumo produce en mí.
El desarrollo es imposible sin otro mito: el “progreso infinito”. Una sociedad funcionalizada en torno al “progreso infinito”, vive para el “progreso”. El “progreso” se vuelve un fetiche que promete todo, a condición de que, también, se comprometa todo. En ese comprometerlo todo es que descubre su carácter fetichista, pues eso tiene un límite, pero el “progreso” no vislumbra límites. El bienestar y la opulencia que produce, produce también derroche, lo que caracteriza a la sociedad moderna, diseñada en torno al aprovechamiento ilimitado de los recursos.
El desarrollo nace de ese diseño. Pero los recursos no son infinitos y, en consecuencia, el derroche tiene un límite. Pero la lógica del desarrollo requiere un crecimiento económico siempre exponencial. Esta contradicción es lo que destaca la crisis climática producida por la civilización petrolera, sostenida por el mito del desarrollo y el progreso. El prometerlo todo hace que lo arriesgue todo, como el iluso: cree que nunca ha de perder nada. Así actúa la sociedad moderna, basa su forma de vida en una ilusión: los recursos son infinitos, por eso derrocha todo. Por tenerlo todo, inevitablemente, destruye también todo. Es la constancia del capitalismo: produce destruyendo. Destruye la fuente de donde procede todo lo que hace posible nuestra vida. Pero ya no vemos aquello, porque lo que vemos es lo que el mito quiere que veamos.
Vemos “desarrollo”, pero ya no vemos la destrucción que se produce. Vemos “progreso”, pero ya no vemos las ruinas que deja a su paso. Vemos “modernización”, pero ya no vemos el costo humano y natural que representa aquello; las mercancías se abaratan, porque el precio real lo pagan otros, con sus vidas. Pero nada de eso vemos, porque el mito encubre nuestra visión. Vemos sólo lo que el mito quiere que veamos. Eso se llama fetichismo.
El marxismo ortodoxo parte, muy a su pesar, de una metafísica de la historia. Ve al capitalismo como la etapa desarrollista que presupone el socialismo, en una secuencia fatídica de las supuestas “leyes de la historia”. Esta metafísica, culminada en la “filosofía de la historia” de Hegel, atraviesa al socialismo. Pese a que las revoluciones socialistas no se dan, precisamente, en los países capitalistas más avanzados (para desmentir aquella metafísica), lo que hace el socialismo es desarrollar a sus países en los términos desarrollistas que propagandizan los países ricos. Pero con esto no se genera las condiciones para socializar la economía sino todo lo contrario, siembra el contexto para la contra-revolución.
La visión desarrollista, naturalizada en la propia izquierda, le hace perder de vista que el capitalismo, para imponerse, necesita destruir toda otra forma de producción y, con ello, toda otra forma de vida, para imponerse e imponer su propia forma de vida: la sociedad moderna (sólo de ese modo aparece como lo único posible). Para ello genera una nueva visión de la historia, donde todo lo previo se inferioriza, es decir, se cancela toda posibilidad histórica de restauración y, de ese modo, toda apuesta sólo puede enmarcarse dentro del discurso auto-justificativo de la modernidad; y de esto se da cuenta hasta el propio Marx, gracias al diálogo que entabla con los populistas rusos: “… subrayó [Marx] en forma creciente la viabilidad de la comuna primitiva, sus poderes de resistencia a la desintegración histórica e incluso su capacidad de transformarse en una forma superior de economía sin destrucción previa” [9]. El propio socialismo, en lo sucesivo, se encargará de anular toda esta capacidad de trasformación de lo más genuino de nuestros pueblos, para constituirse en el generador de la reposición conservadora y la consecuente adopción del capitalismo más acabado –por no decir salvaje– en nuestros países.
Ingenuamente se cree que el desarrollo es independiente del proyecto político que se asuma, pero el desarrollo propaga y sostiene toda una ideología prescriptiva que modela y enmarca una visión de mundo pertinente exclusivamente para el capitalismo. Atrapados en el “modelo ideal” que presupone el capitalismo, es decir, la modernidad, los socialistas piensan que oponerse al desarrollo es volver a la prehistoria, haciendo gala de un eurocentrismo que afirmar su colonización mental; creyendo, como dogma de fe, en la descualificación que produce la modernidad de todo lo que no es ella, para aparecer siempre, la modernidad, como lo único posible y deseable.
Lo que ponemos a consideración crítica, en este texto, es que es imposible superar el capitalismo si no se desnuda y desmonta el “modelo ideal” que lo hace posible y que se encuentran expresados en los mitos que le legitiman. El fracaso del “socialismo del siglo XX” es producto de una falta de reflexividad crítica que, entre otras cosa, sucede por una recepción a-crítica de la obra de Marx. Una recepción crítica debiera de haber producido el paso metodológico de la teoría del fetichismo a una teoría de la descolonización. Sólo de ese modo podría haberse emprendido una crítica al mito del progreso y el desarrollo. Cuando Marx habla de “otras formas de producción”, se está refiriendo a “otros modelos ideales”. El marxismo interpretó aquello con pasar la producción, en el mejor de los casos, a manos obreras, o a la dirección estatal; pero nunca se propuso lo que se colige de “otra forma de producción”, esto es, la producción de una nueva subjetividad. Si la subjetividad sigue siendo moderno-capitalista, es imposible esa otra forma, porque la producción produce, siempre y en primer lugar, sujetos: qué tipo de sujetos vamos a producir depende de qué tipo de producción vamos a impulsar.
La tematización del desarrollo, en cuanto mito, nos descubrió una constante que se advierte en casi todos los teóricos del socialismo: nadie pone en duda el horizonte de expectativas que promueve el propio capitalismo y que podría sintetizarse en: la “modernización radical” (“desarrollo” y “progreso”) como programa de vida. El posmodernismo nunca atinó a considerar que la verdadera “gran narrativa” había relativizado todo, incluso la vida, para ser el sacrificio perfecto en el altar del desarrollo. La “condición posmoderna” no era post sino la modernidad acabada; como también el socialismo no fue sino, en palabras de Franz Hinkelammert, “modernidad in extremis”.
Así como la situación “poscolonial” no significa la superación de la colonialidad, así también, podemos decir, que el socialismo de los gobiernos “progresistas”, aun cuando se planteen un post-neoliberalismo, nunca se proponen un post-capitalismo. No saben cómo salir de ese entuerto, porque no basta con criticar (porque no todo el que critica es crítico) sino de haber podido trascender existencialmente el paradigma de vida que presupone el capitalismo.
Entonces, este texto quisiera, a diferencia de otros tantos que critican al desarrollo, mostrar metodológicamente el cómo es posible transitar hacia un más allá que el desarrollo para organizar una efectiva trascendencia de los límites hasta cognitivos que nos ha impuesto el mundo moderno del desarrollo. Una crítica al desarrollo no concluye con un no al desarrollo sino con delimitar lo que es: el desarrollo no es un fin en sí mismo, por lo tanto, no podría ser, ni siquiera, criterio económico, menos para una nueva economía (porque lo que interesa, en ésta, son sus finalidades, el para qué).
El “socialismo del siglo XXI” debiera ser consciente del eurocentrismo que ha preñado a la tradición marxista y que ha devenido en la colonialidad subjetivada de sus protagonistas. El fracaso histórico del socialismo tendría incluso que, poner en la mesa de debate, si el socialismo tiene todavía sentido. Para acabar de desencajar a los ortodoxos: así como Marx terminó dando la razón a los populistas, en contra de los bolcheviques; así también, podemos decir que, Marx, daría la razón, hoy en día, a los “pachamamistas”, en contra de los desarrollistas. Pero ya no se trata de dilucidar qué pensaría sino de actualizar su pensamiento ante los retos actuales. Se trata de pensar con Marx, más allá de Marx. Y eso tiene que ver con recuperar y restaurar formas de vida negadas y excluidas, que puedan proporcionarnos nuevas alternativas, ante la orfandad utópica en la que nos ha hundido el mundo moderno.
Por último, debo señalar que estas reflexiones no podrían ser posibles sin una comunidad de argumentación; en ese sentido, quisiera manifestar mi agradecimiento a nuestra comunidad de argumentación que, como comunidad de vida, hace posible que despleguemos estas ideas y las vayamos afinando y puliendo siempre, para su mejor comprensión. Entonces, a los y las integrantes de “el taller de la descolonización”, a la “comunidad del águila y el cóndor”, mi más sincero agradecimiento. Y, con el permiso de nuestras Huacas, Achachilas, Uywiris, nuestra PachaMama y nuestro AlajPacha, a nuestros abuelos y abuelas, a nuestros ancestros y nuestros muertos, a todos ellos va dedicado este libro.
La Paz, Chuquiapu Marka, 8 de abril de 2017
Notas
[1] Bautista S., Rafael: Del mito del desarrollo al horizonte del Suma Qamaña”, CBDDHH, 2012.
[2] A qué nos referimos cuando hablamos de ciencia, lo exponemos en la Introducción de este trabajo.
[3] La obra de Hugo Zemelman nos sirve precisamente para advertir que no basta tener ante sí, una teoría crítica, porque se puede hacer una recepción a-crítica hasta de una teoría crítica. Cfr. Zemelman, Hugo: Uso crítico de la teoría, IPN, México, 1987.
[4] A diferencia de los “marcos teóricos”, que delimitan recortes cognitivos de la realidad, los “marcos categoriales” configuran relaciones de sentido con la realidad; de modo que fundan el sentido de la praxis (o el tipo de intervención en la realidad) que impulso. El sentido es lo que establece las condiciones de posibilidad de la praxis, o sea, la factibilidad de un proyecto no es algo privativo o el apriori que impone lo dado (de los “realistas”) sino que, también se enmarca en la apertura de objetividad de la perspectiva asumida. Cfr. Hinkelammert, Franz: Las armas ideológicas de la muerte, DEI, San José, Costa Rica, 1977; también: Zemelman, Hugo: op. cit.
[5] Ver nota 103.
[6] Cita proveniente del capítulo I de El Capital: El carácter fetichista de la mercancía y su secreto. Amplifiquemos la cita, dice: “como la economía política es afecta a las robinsonadas, hagamos primeramente que Robinson comparezca en su isla”; o sea, Marx dice que la economía burguesa es afecta a las “robinsonadas” y no es consciente de ello, es decir, parte de una situación hipotética inventada y pretende, mediante aquello, explicar la realidad, pero si Robinson comparece en su isla, resulta que la situación (o “modelo ideal”) de la cual parte la economía burguesa, el capitalismo, nunca existió y, por lo tanto, no puede ser punto de partida; por eso dice después: “trasladémonos ahora de la radiante ínsula de Robinson a la tenebrosa Edad Media europea”, o sea, realicemos un tránsito, trascendamos el “modelo ideal” que presupone el capitalismo y lo que encontramos, ya no es la “tenebrosa edad media”, porque desde el capitalismo y el mundo moderno, todo lo anterior aparece como “inferior”, “salvaje”, devaluado, pero, si ya no vemos con los ojos del capitalismo, lo que encontramos es que, “en lugar del hombre independiente nos encontramos con que aquí todos están ligados por lazos de dependencia”, es decir, la libertad liberal, lo que hace, es romper con los lazos de solidaridad que poseían los mundos anteriores, que no eran tan malos como dice la modernidad; por eso remata con la necesidad de partir, de modo consciente, de otro “modelo ideal”, porque la praxis humana se impulsa desde un horizonte de creencias que no se funda en la razón, por eso dice: “imaginémonos finalmente, para variar, una comunidad de hombres libres que trabajen con medios de producción colectivos y empleen, conscientemente, sus muchas fuerzas de trabajo individuales como una fuerza de trabajo común”. Cursivas nuestras.
[7] Prólogo de Eric Hobsbawn, en: Marx, Karl y Hobsbawn, Eric: Formaciones económicas precapitalistas, México, Siglo XXI, 1978, p. 36.
[8] Capítulo I de El Capital: El carácter fetichista de la mercancía y su secreto.
[9] Prólogo de Eric Hobsbawn: op. cit., p. 36. Cursivas nuestras.
Rafael Bautista S. /ALAI
COMCOSUR INFORMA Nº 1859 – 14/11/2017 _______________________________________
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2017 – 23 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis, Maldonado)
COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) / blog: nuevo.comcosur.org/ contacto: comcosur@comcosur.com.uy / Y ahora puedes seguir a Comcosur también en Facebook
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2017 – 23 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis, Maldonado)
COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) / blog: nuevo.comcosur.org/ contacto: comcosur@comcosur.com.uy / Y ahora puedes seguir a Comcosur también en Facebook
—