«

»

ARGENTINA: “EN LOS MOMENTOS DE CRISIS LO COMUNITARIO DA SENTIDO DE VIDA” – comcosur mujer 617 – 07.10.2019

COMCOSUR MUJER / AÑO 16 /No. 617 /lunes 07.10.2019 – Hoy:

1) Argentina: “En los momentos de crisis lo comunitario da sentido de vida”
2) Bolivia: Las mujeres indígenas frente al fuego
3) Ecuador: La situación explota por las medidas económicas y laborales antipopulares
4) Honduras: Entrevista a Miriam Miranda, defensora de los derechos indígenas
______

COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 16 /No. 617 – Lunes 7 de octubre de 2019 / Producción: Beatriz Alonso y Belén Itza / Apoyo técnico: Carlos Dárdano
______

“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” Rosa Luxemburgo
______

1) ARGENTINA: “EN LOS MOMENTOS DE CRISIS LO COMUNITARIO DA SENTIDO DE VIDA”

La educadora popular cubana Marbelis Gonzales Mesa visitó Mendoza el pasado 24 de setiembre en el marco de una charla en la Fundación Ecuménica de Cuyo. En entrevista con EL OTRO, la docente miembro de CEAL (Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe), junto a su compañera mendocina María Rosa Goldar, destacaron la importancia de los proyectos comunitarios como respuesta a la opresión neoliberal.

“Yo no soy militante de partidos políticos pero sí de la educación popular”, fue una de las primeras afirmaciones que hizo durante su charla con EL OTRO la educadora popular cubana Marbelis Gonzales Mesa. “Si bien somos cada vez más personas las que tomamos la educación popular, lo que sucede es que no hay una educación popular en la escuela. La escuela tradicional tiene una educación bancaria, ‘depositas’ conocimiento en las mentes jóvenes”.

Generalmente se confunde que Marbelis proviene de un país donde la educación popular se da de manera mucho más fluida que en el resto del mundo por el tipo de gobierno que tiene Cuba, pero ella explicó que eso está muy lejos de ser real: “la educación popular demoró en entrar a Cuba precisamente por el tipo de gobierno que hay allí, porque cuando escucharon hablar de educación popular dijeron “no no, en Cuba toda la educación es popular”, viendo nada más la parte de que es educación para las masas populares, no terminando de entender el concepto. Es Fray Beto, cuando entrevista a Fidel, que le habla de la educación popular, Fidel lo escucha y a partir de allí se comienza a instaurar”.

“Lo comunitario da sentido de vida en los momentos de crisis. La gente ante la desesperanza se organiza, la participación comunitaria debe darse desde la gente y no mandatada. Es mucho más sostenible cuando surge de las necesidades propias de las comunidades. Después claro que tiene que llegar el apoyo de los gobiernos a través de recursos financieros”, resaltó la educadora al explicar que tanto el comunitarismo como la educación popular son filosofías de vida que modifican todo el pensamiento y nuestros campos de acción.

Por su parte, María Rosa Goldar, vicepresidenta de la Fundación Ecuménica de Cuyo y parte del equipo de Coordinación Estratégica del CEAL, afirmó que “las épocas de crisis generan mayores condiciones de solidaridad que hace que iniciativas de la economía social sean llevadas adelante y que quedan como aprendizaje para épocas que no necesariamente sean de crisis. La vida de las personas va cambiando en base a los proyectos comunitarios. El Estado puede fomentar, apoyar o no, pero lo comunitario se da”.

“El sálvese quien pueda y la meritocracia es la antípoda de la cultura comunitaria. Los sistemas educativos es muy difícil que se modifiquen en el corto plazo, pero sí puede haber políticas para este sistema que tenemos que favorezcan más la solidaridad y lo colectivo. Acá hubo experiencias interesantes como fueron los Centros de Actividades Juveniles (CAJ) que articulaban al sistema educativo más estructurado pero desde lo cultural. Estas experiencias favorecían la relación de la escuela con la comunidad. Cuando eso deja de ser apoyado por el Estado y los talleristas no se pueden formar, todo se restringe”, lamentó Goldar.

Marbelis resaltó la importancia de proyectos culturales y recordó que “las políticas neoliberales son un desafío pero a la vez son oportunidades para que la gente pueda organizarse comunitariamente y hacer cosas de forma diferente abogando al concepto de comunidad, trabajo en común, compartir los bienes. Cuando la gente está cansada de las políticas neoliberales se centran más en lo comunitario, en establecer otro tipo de relaciones humanas. En Cuba no hay neoliberalismo pero hay condiciones de vida bastante duras. Y la cultura y el arte movilizan, por eso los proyectos generalmente desembocan en ese ámbito”.

Respecto a su visión como especialista extranjera frente a la realidad de la educación en nuestro país, la docente cubana dijo que “en Argentina la educación está teniendo muchas dificultades, va hacia la privatización y presenta menos derechos; pero también siento que hay un movimiento de educación popular fuerte desde hace años. La contrapartida es muy fuerte, quizás en los gobiernos anteriores fue más posible acceder a algunas experiencias de educación popular”.

Consultada por un posible giro en el rumbo del gobierno de Argentina, Goldar explicó: “Lo que esperamos como educadores y educadoras populares es que la educación sea un derecho efectivo desde el pre escolar a la universidad. Después viene cómo se ejerce, pero mientras haya retroceso en el campo de los derechos hay que buscar que por lo menos se cumpla lo básico. Mientras haya mayores condiciones de igualdad, la educación popular puede desarrollarse. Pero con el crecimiento de pobreza que ha habido, el crecimiento de personas en situación de calle, el crecimiento de la desigualdad, todo se complica”.

“La educación popular incomoda. No la vas a encontrar en ningún gobierno porque es incómoda. Te enseña a leer el mundo de otra manera, leer el mundo desde todas las dimensiones que tiene una realidad. Las relaciones de poder no son equitativas y a través de la educación popular se develan y a nadie que tiene el poder le gusta que cambien las cosas”, subrayó Marbelis. “El centro de la educación popular es el sujeto”.

El otro / COMCOSUR MUJER Nº 617 – 07/10/2019
___________

2) BOLIVIA: LAS MUJERES INDÍGENAS FRENTE AL FUEGO

“El silencio del viento”: Las mujeres indígenas frente al fuego

Los incendios en la Chiquitanía y el Chaco boliviano las afectan particularmente. El desastre natural, la quema de cultivos y la contaminación del agua no les permiten cumplir con los roles de género y el sistema de cuidados que les impone el patriarcado. Por eso, más allá de sufrir el fuego en carne propia, la mayoría se lamenta por sus familias. Cuando el fuego se apague, las mujeres saben que los hombres se irán a trabajar a la ciudad y ellas quedarán solas en el territorio con sus niños y niñas. Por Damián Andrada, Andrea Monasterios* para IWGIA

Las mujeres indígenas sufren una doble opresión: por ser mujeres y por ser indígenas. Junto a las afrodescendientes son el ejemplo más claro de cómo el racismo, el patriarcado y el colonialismo se entrecruzan para mostrarnos la cara más perversa de la modernidad.

En el caso de los incendios en Bolivia, el principal problema pasa por el sistema de cuidados: el patriarcado ha impuesto a las mujeres el rol de cuidadoras de las infancias, de la tercera edad y de las personas enfermas. Es decir, un trabajo que no es ni pago ni reconocido por la sociedad. En circunstancias de desastre natural, estas tareas se ven imposibilitadas de cumplir: mientras los hombres van a apagar el fuego, las mujeres se quedan en la casa y no pueden obtener el agua ni los alimentos para la familia o cuidar de los animales domésticos.

Un segundo conflicto surge cuando el fuego afecta a las plantaciones en donde las mujeres recogen los alimentos para el hogar y las materias primas para las manufacturas que realizan de modo colectivo. Dado que uno de sus principales problemas es la independencia económica, cuando se afectan los recursos naturales de donde producen su sustento, se afecta también su libertad.

En su recorrida por la Chiquitanía boliviana, la Directora Regional del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), Daniela Vidal, ha seguido de cerca las consecuencias del fuego en los bosques bolivianos:

“Los incendios afectan a la economía del hogar, la alimentación y la salud: cuestiones que recaen sobre la responsabilidad de las mujeres. Cuando las indígenas producen recursos, los ingresos se distribuyen con todos los integrantes de la familia y se destina a las tareas de cuidado que son las asignadas por los roles de género. No suele pasar lo mismo con la figura masculina, que destina solo una parte de sus ingresos a la familia”.

De este modo, se reproduce lo que explica la antropóloga Rita Segato en su ensayo «Género y colonialidad: del patriarcado comunitario de baja intensidad al patriarcado colonial moderno de alta intensidad»: confinada al espacio doméstico, la hegemonía del espacio público apropiado por los hombres como lugar de deliberación y toma de decisiones relegó a la mujer a una esfera privada carente de intervención pública. En el fondo, esta jerarquía de espacios propia de la irrupción del patriarcado eurocéntrico, significó una ruptura ontológica en la mujer. La desigualdad de esferas significa una desigualdad de género. Al mismo tiempo, el hombre indígena oprimido por el blanco fuera de la aldea, será empoderado al interior de la misma.

Si bien siempre existió una jerarquía previa a la conquista europea, un “patriarcado de baja intensidad”, en términos de Segato, esta diferencia se radicaliza con la intrusión colonial que toma a los hombres indígenas como interlocutores privilegiados y “domestica” a las mujeres. “Los vínculos exclusivos entre las mujeres, que orientaba a la reciprocidad y a la colaboración solidaria tanto ritual como en las faenas productivas y reproductivas, se ven dilacerados en el proceso del encapsulamiento de la domesticidad como ‘vida privada’. Esto significa, para el espacio doméstico y quienes lo habitan, nada más y nada menos que un desmoronamiento de su valor y munición política, es decir, de su capacidad de participación en las decisiones que afectan a toda la colectividad”, concluye la antropóloga argentina.

Entre los roles de género y la participación política

La Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB) reúne a las indígenas de tierras bajas (como se denomina al Oriente boliviano cuya altura promedio es de 500 metros sobre el nivel del mar) y su misión es promover la participación activa de las mujeres en las decisiones políticas. Sacarlas de la esfera doméstica para repolitizarlas en la esfera pública.

Su presidenta, Wilma Mendoza Miró, explica que la mujer indígena comienza a ser discriminada cuando exige sus derechos dentro del mismo entorno familiar. Al participar de la toma de decisiones como lideresas, la marginación se vuelve a repetir:

“Venimos de una cultura en la que el jefe del hogar tiene que ser el hombre y en tu familia misma te discriminan por nacer mujer. También somos discriminadas como dirigentas porque la mayor parte son varones. Entonces se ríen de lo que una dice por más que sea una buena propuesta. Es una lucha constante para demostrar que nuestras ideas son buenas”.

La misma discriminación se hace presente una vez más cuando la mujer indígena sale del territorio y en la ciudad la miran despectivamente por no tener el mismo nivel educativo que las mujeres urbanas.

En este momento, Mendoza Miró se encuentra en la Chiquitanía, una de las regiones más afectadas por el fuego, encabezando una vigilia que reclama el apoyo del gobierno nacional. La dirigenta pone en palabras cómo sufren este «incumplimiento» en el cuidado del hogar: “Las mujeres están sufriendo más los incendios que los hombres porque tienen que preparar el alimento todos los días para sus familias. Además, toda el agua está yendo a los ganados, pero no a los chanchitos, gallinas y conejos que forman parte de nuestra alimentación”.

En este momento, Mendoza Miró se encuentra en la Chiquitanía, una de las regiones más afectadas por el fuego, encabezando una vigilia que reclama el apoyo del gobierno nacional. La dirigenta pone en palabras cómo sufren este «incumplimiento» en el cuidado del hogar: “Las mujeres están sufriendo más los incendios que los hombres porque tienen que preparar el alimento todos los días para sus familias. Además, toda el agua está yendo a los ganados, pero no a los chanchitos, gallinas y conejos que forman parte de nuestra alimentación”.

La lideresa cuenta que, con la sequía, las chiquitanas también perdieron el maíz para alimentar los animales menores y se vieron obligadas a salir de sus comunidades para pedir ayuda en la ciudad:

“Eso no nos gusta porque en nuestra casa grande tenemos todo: es nuestro mercado. A nosotras nos da vergüenza pedir ayuda, pero lo que está ocurriendo nos obliga. Se están perdiendo vidas, no solo humanas. La flora para nosotras es muy importante. Por eso, hablamos de la biodiversidad y del equilibrio con el entorno. La naturaleza nos necesita y nosotros a ella. La mujer indígena está sufriendo mucho”.

Leticia Resamano Enríquez es la técnica especializada en género del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA), una de las organizaciones que más ha acompañado las luchas y el desarrollo rural desde su fundación en 1970 bajo la iniciativa de tres jesuitas.

Actualmente, la institución busca fortalecer los liderazgos de los jóvenes y las mujeres en la primera autonomía indígena del Estado Plurinacional de Bolivia: la Autonomía Guaraní Charagua Iyambae.

La especialista cuenta que las dificultades de las guaraníes están relacionadas con la influencia de la cultura patriarcal y los roles de género, tanto en la participación política como en la independencia económica:

“Para las mujeres indígenas, el patriarcado opera más fuerte por los roles que se asumen. Se cree que deben estar en la casa y sufren una doble discriminación por ser mujeres e indígenas. A veces se suma también si eres joven. No podemos comparar la opresión a la mujer urbana con la mujer rural e indígena, la cual se reproduce tanto afuera como adentro de la comunidad”.

Resamano Enríquez explica que en las regiones donde más ha durado la explotación colonial, el liderazgo de las mujeres está más adormecido por los efectos de la conquista. En las autonomías, las mujeres han asumido un rol muy importante en la construcción y la consolidación de los procesos. Aún así, en la mayoría de las carteras, las mujeres siguen siendo relegadas a los puestos más bajos.

Otro conflicto surge con la reacción de los hombres. “Cuando hablamos de género, los hombres guaraníes nos dicen que les metemos cosas en la cabeza a las mujeres”, sonríe mirando de reojo a un señor que se hace el desentendido con el comentario.

En principio, los varones se muestran a favor de que las indígenas participen políticamente, pero cuando llega el momento de la elección la mayoría de los puestos son ocupados por hombres. Nada muy diferente a lo que ocurre en los partidos políticos y sindicatos occidentales.

El Territorio Indígena Monte Verde: el temor por el cusisal y el problema de la sequía

El Territorio Indígena Monte Verde, ubicado en la Chiquitanía boliviana, comprende un área de 974.447 hectáreas y es uno de los más afectados por los incendios. El pueblo chiquitano señala que la expansión de la frontera agrícola, el desmonte y las quemas, combinadas con la helada y la sequía, son las responsables del fuego que ya se comió a más de 224.000 hectáreas de su territorio y afectó a 35 comunidades.

La secretaria de Género de la Central Indígena Paiconeca, Albertina Flores Mancilla, recorrió las comunidades afectadas y colaboró con la evacuación de los niños y niñas. La joven dirigenta explica que la helada quemó las plantaciones de maíz, plátano y yuca con los que las mujeres indígenas alimentan a sus familias. La lideresa chiquitana sostiene que el incendio agravó la situación que viven diariamente:

“Muchas veces el varón se va de las comunidades en busca de trabajo y quedamos solas con nuestros hijos. Las mujeres indígenas somos las que más sufrimos en las comunidades. Más allá de la quema de cultivos, tenemos que salir a buscar agua para tomar y, como nuestros chacos quedan lejos de los centros urbanos, tenemos que encontrar soluciones sin poder pedir ayuda inmediata”.

Por su parte, la presidenta de la comunidad Virgen de Urkupiña, Carmen Lourdes Herrera Rodríguez, explica que su territorio ha sido muy afectado y todos los comunarios sufren el desastre natural. La preocupación por la falta de agua vuelve a estar presente:

“Nosotros teníamos un pequeño chorro de agua que pasaba por la comunidad, pero con la sequía ya no existe. Nos quedamos sin agua nosotros y los animales. Hasta el momento se nos murieron dos vacas por falta de pasto”.

En la comunidad Palestina, el fuego amenaza la independencia económica. La Asociación de Mujeres 1° de Mayo está preocupada por su emprendimiento colectivo de plantaciones de cusi: de las semillas de las palmeras extraen un aceite amarillo similar al aceite de coco que usan para hacer cremas y shampoo. “Si se quema el cusisal no podemos realizar los productos y no tenemos para sustentar a la familia. Somos mujeres que damos todos los días la cara por nuestros hijos y pedimos ayuda porque el fuego ya va a llegar a la zona donde hacemos la recolecta del cusi. Estamos preocupadas”, explica una de las integrantes de la asociación.

En el Territorio Indígena Monte Verde, las mujeres chiquitanas sufren la crisis del sistema de cuidados y los efectos del desastre natural: como madres, piensan en cómo afectará el incendio la salud de sus hijas e hijos, mientras que, como indígenas, se preocupan por el bosque y qué comerán los animales silvestres.

La Autonomía Charagua Iyambae: la contaminación y los parques nacionales

Al igual que en Monte Verde, las mujeres guaraníes de la primera autonomía indígena del Estado Plurinacional de Bolivia también están desarrollando sus iniciativas productivas que les otorguen independencia económica.

En la capitanía de Parapitiguasu, tienen sus cajas de abejas y transforman la miel: hacen shampoo, jabón, cremas y jarabes. También trabajan la semilla de la flor del ñetira con la que producen cremas de enjuague y realizan canastas y tejidos.

En Charagua Norte, fabrican láminas de cera para la producción de miel. Lo que falta trabajar es la comercialización. Otros emprendimientos como las huertas comunales son muy eficientes, pero no se visibiliza su efecto: si bien disminuyen los gastos en la canasta familiar, como lo producido no se vende, su aporte no es valorado por los hombres.

Frente al avance del fuego, Resamano Enríquez comenta que los incendios están lejos de sus viviendas y la preocupación no pasa por las pérdidas económicas, sino por cómo afectan a la naturaleza:

“Las mujeres tienen miedo por el tema ambiental y la contaminación de las aguas subterráneas que, de algún modo, a la larga las van a afectar. Están esperando la lluvia. La Madre Tierra está muy arraigada al nivel cultural porque a las mujeres guaraníes siempre se las ha considerado como seres espirituales y de conexión directa con la naturaleza”.

Marta Morales es asambleísta de Parapitiguasu y señala que los focos de fuego son muy grandes: “Como mujer y madre de familia puedo decir que es bien lamentable para nosotras que nuestros bosques lleven ardiendo más de un mes. Se están quemando nuestra fauna, aves, animales silvestres y recursos naturales. La situación es muy crítica”. En este momento, su preocupación está en los Parques Nacionales Kaa-Iya y Otuquis, y el Área de Conservación Ecológica Ñembi Guasu: todos ubicados dentro de la autonomía de Charagua.

Morales señala que reforestar lleva mucho tiempo y que no es lo mismo que el árbol nativo. La situación se agrava cuando ya son más de un millón de hectáreas quemadas. “Nuestros animales silvestres: ¿cuánto se ha perdido y cuánto nos va costar ver cuántos quedaron? Como madre me preocupa y pienso que mis hijos deberían conocer estas áreas protegidas y ver qué tenían. Ya no lo van a conocer. Ni lo van a palpar. Le pedimos a Dios y a la naturaleza que nos derrame su bendición y llueva porque ese va a ser el final de la quema”, concluye ante el deseo de que sus hijos conozcan el territorio.

Morales señala que reforestar lleva mucho tiempo y que no es lo mismo que el árbol nativo. La situación se agrava cuando ya son más de un millón de hectáreas quemadas. “Nuestros animales silvestres: ¿cuánto se ha perdido y cuánto nos va costar ver cuántos quedaron? Como madre me preocupa y pienso que mis hijos deberían conocer estas áreas protegidas y ver qué tenían. Ya no lo van a conocer. Ni lo van a palpar. Le pedimos a Dios y a la naturaleza que nos derrame su bendición y llueva porque ese va a ser el final de la quema”, concluye ante el deseo de que sus hijos conozcan el territorio.

En Ñembi Guasu y Otuquis, viven en aislamiento voluntario varias familias de los ayoreos no contactados. No se sabe cuántos. Hace tan solo dos meses hubo avistamientos de sus rastros. Con el avance de los incendios, se teme que sean acorralados por las llamas que a veces superan los 25 metros de altura.

La secretaria de género de la Central Ayoreo Nativa del Oriente Boliviano (CANOB), Rebeca Chiqueno, afirma que están preocupados porque no se sabe dónde se encuentran los ayoreos no contactados:

“Las mujeres ayoreas son muy valientes. Salen a cazar y tradicionalmente son tejedoras: usan la hoja de garabata, pero cada vez es más difícil conseguir la plata para seguir realizando esta práctica. En el contexto urbano es la mujer ayorea quien administra los recursos de la familia: los esposos salen a trabajar, pero siempre el dinero se entrega a la mujer y es ella la que hace la distribución”.

Ñembi Guasu en guaraní significa “el gran escondite” o “el gran refugio”, y es así como lo siente Rocío Rúa, una mujer indígena guaraní que llegó desde el municipio de Camiri: “Alguna vez vimos esto con vida. Es normal que sea un área seca porque somos del Chaco. Hay sonidos del ambiente que te manifiestan que hay vida ahí. Sentir este silencio del viento, es desolador”.

Isapi, su nombre en su lengua materna, pisa el suelo aún caliente tras un incendio que recién se apagó. Los abuelos le enseñaron sus creencias espirituales y por qué es importante mantener las raíces para preservar y mantener la vida de estos lugares. “La noche que llegué sentí todo apagado, tuve sueños extraños, tuve miedo”, comenta con ansiedad, sabe que se están perdiendo las líneas de conexión entre lo espiritual y el territorio, y eso es algo que la entristece.

Los guaraníes cuentan que los verdaderos dueños de la tierra son los espíritus que la protegen. No es necesario ser indígena para creerlo, en el parque Kaa-Iya se dice que no ha entrado el fuego, porque su Iya (“amo mítico del monte”, en guaraní) lo custodia y resguarda de los incendios. El territorio está vivo porque ahí se sigue viviendo la conexión entre humanos y naturaleza que enseñan los abuelos. Las mujeres indígenas viven este vínculo de un modo particular, forma parte de su cultura, y por eso sufren por la flora, la fauna y la tierra arrasadas.

Después del fuego

Los incendios en el Estado Plurinacional de Bolivia han consumido más de 4 millones de hectáreas. En esos bosques devorados por las llamas, los pueblos indígenas en general, y las mujeres en particular, padecen la destrucción de la flora y la fauna: allí está su cultura, su espiritualidad y su sustento.

Al igual que las mujeres urbanas, las indígenas sufren el patriarcado dentro del territorio. Pero a diferencia de ellas, también deben convivir con el racismo cuando salen de la comunidad. Es una doble opresión propia de la colonialidad del poder y la creación de la categoría de “raza” como mecanismos de dominación.

Frente al fuego, las mujeres no pueden cumplir con el sistema de cuidados: una estuctura propia del patriarcado que las obliga a hacerse responsables de las infancias, la tercera edad y las personas enfermas. De este modo, ante la falta de agua potable y alimentos, los testimonios de las mujeres chiquitanas y guaraníes mencionan constantemente a sus hijos e hijas. En algunos casos, también hacen referencia al temor de que las llamas afecten a sus emprendimientos productivos que les permiten su independencia económica.

Sin embargo, cuando el incendio se apaga, los problemas continúan. El sufrimiento no solo está en el presente, sino en el futuro.

“La ayuda durará tres meses. Pero en un momento se va a acabar. ¿Qué va a pasar después?”, se pregunta Vilma Mendoza que sabe que la asistencia y las donaciones tienen un límite.

Mientras tanto, las mujeres indígenas se van preparando para los próximos meses: los hombres van a dejar las comunidades para salir a buscar trabajo en la ciudad y ellas quedarán solas en los territorios con sus niños, niñas y el silencio del viento.

Anred / COMCOSUR MUJER Nº 617 – 07/10/2019
____________

3) ECUADOR: LA SITUACIÓN EXPLOTA A PARTIR DE LAS MEDIDAS ECONÓMICAS Y LABORALES ANTIPOPULARES

Entrevista a Gabriela Rivadeneira, asambleísta nacional de la Bancada de la Revolución Ciudadana

El día martes 1º de octubre Lenín Moreno, presidente de Ecuador, anunció en cadena nacional medidas destinadas a “dinamizar la economía, proteger a los sectores más necesitados y apoyar los emprendimientos”. Sin embargo esas medidas implican un “paquetazo” que, entre otras cosas, le quita el subsidio a los combustibles y provoca también un aumento en numerosos productos de primera necesidad. A pesar de contar con la aprobación de sectores conservadores y el Fondo Monetario Internacional, el pueblo ecuatoriano tardó menos de 48 horas en salir masivamente a las calles a exigir el fin del “paquetazo” y la renuncia del presidente. Estas protestas estuvieron marcadas por el anuncio de Lenín Moreno del Estado de excepción por un lapso de 60 días. Para comprender la situación que atraviesa Ecuador, NODAL dialogó con Gabriela Rivadeneira, asambleísta nacional de la Bancada de la Revolución Ciudadana y expresidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador

¿Qué significa exactamente el “paquetazo”? ¿Cuáles son las medidas que tomó Lenín Moreno?

Lo que está viviendo el Ecuador es uno de los acontecimientos más fuertes en los últimos 15 años. Esta situación explota a partir del lanzamiento de medidas económicas y laborales. El presidente Moreno ha convocado al pueblo a “comprender” las aplicaciones del Fondo Monetario Internacional pero está absolutamente claro la retirada total de los subsidios a los combustibles. Sabemos que cuando suben los combustibles suben los precios de absolutamente todo. Mientras van aplicando el alza en servicios básicos a los grandes sectores populares, hay medidas tributarias que van a a favor de las élites del país como por ejemplo el impuesto a la salida de divisas. Tras esto también están las reformas laborales que convocan a la flexibilización laboral que es la nueva esclavitud de este siglo. Por otra parte significa un ataque directo a todos los funcionarios públicos del país y un 20 por ciento de rebaja del salario que, con descuentos, no llegarían al salario básico unificado. Falta también la posible subida del IVA, que todavía sigue en marcha porque es pedido del Fondo Monetario Internacional. Todavía no lo quieren hacer en la Asamblea porque saben que no tienen votos para aprobar esta medida. Todo esto fue lo que desató las medidas de las organizaciones sociales que se encuentran ahora en paro y movilizadas en todo el territorio ecuatoriano.

Lenín Moreno hoy tiene el apoyo de algunos partidos tradicionales de derecha. ¿Cómo reaccionaron estos partidos frente a las medidas del presidente tomando en cuenta que la gente salió a las calles a protestar?

Es claro que desde la ruptura con Rafael Correa, Moreno ha buscado medidas y grupos políticos para estabilizarse. Su primer acuerdo fue con el Partido Social Cristiano y quien encabeza ese partido, Jaime Nebot, es virtual candidato presidencial. Tanto Nebot como el banquero Guillermo Laso, también candidato presidencial, son ahora aliados del gobierno. Hace pocas horas en una declaración pública el presidente Moreno les guiñó un ojo a estos dos dirigentes de derecha del Ecuador diciéndoles que cualquiera de los dos podría ser un buen candidato presidencial. No olvidemos que en varias ocasiones a nivel público se ha visto a Moreno con Nebot en eventos oficiales y con una clara alianza política. Lo que han dicho los partidos tradicionales de derecha es que hay que revisar las medidas, no han tomado una postura frontal aún. Lógicamente, el discurso de que toda la crisis económica es promovida por el correismo es una de las muletillas utilizadas con frecuencia para justificar el ajuste económico y fiscal en el país. Es difícil que los grupos de derecha rechacen el paquetazo porque representan a los grupos económicos que los sostienen.

En la protesta hay una conjunción de movimientos sociales que apoyaron en su momento a Rafael Correa y algunos movimientos sociales que estuvieron en contra del expresidente. ¿Cómo se da esta unidad si es que existe hoy frente al gobierno de Lenín Moreno?

Después de dos años muchos de los sectores que se mostraron aliados al gobierno de Moreno han salido a rechazar fuertemente las medidas económicas. La represión es muy fuerte, estamos bajo Estado de excepción decretado por el presidente Moreno y esto ha causado una militarización de las calles del país. Moreno quiere acabar con la paralización que se da en 20 de las 24 provincias del país. Hay más de 300 detenidos en el territorio nacional incluyendo dirigentes de organizaciones indígenas como la CONAIE, dirigentes sindicales, dirigentes del transporte que han sido detenidos y cuyas casas han sido allanadas en este Estado de excepción. Todos estos sectores también están movilizándose en las calles. Esperemos que no sea solamente un intento para tratar de negociar con el gobierno sino que realmente necesitamos una salida democrática. Si para eso el presidente Moreno tiene que renunciar y tenemos que renunciar la totalidad de los parlamentarios, pues tenemos que hacerlo para que exista un adelanto de las elecciones presidenciales y parlamentarias y podamos restituir el Estado de derecho a través de vía democrática.

Nodal / COMCOSUR MUJER Nº 617 – 07/10/2019
_____________

4) HONDURAS: ENTREVISTA A MIRIAM MIRANDA, DEFENSORA DE LOS DERECHOS INDÍGENAS

«Si las mujeres no apoyamos la defensa de los recursos naturales el planeta se irá al carajo»

Miriam Miranda, «compañera de lucha» de Berta Cáceres y defensora de los derechos indígenas hondureños, habla con ‘Público’ sobre la violencia que sufren las comunidades locales y sobre la actual crisis climática en los países del hemisferio sur.

Viene desde Honduras, donde los recursos de la tierra son un sinónimo de muerte. Miriam Miranda, que se acuerda de Berta Cáceres, «su compañera de lucha», es una de las defensoras de los derechos humanos más emblemáticas de Latinoamérica. Una de esas mujeres que pelea contra lo que venga y se enfrenta a la muerte a diario. En su país, se produjeron 120 asesinatos de activistas medioambientalistas entre 2010 y 2017. Pero, a ella, el miedo no le frena.

Miranda, que coordina la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH), viene a España para visibilizar la situación de acoso y derribo que vive la comunidad de los Garífunos y cómo las actividades extractivistas están despojando a las sociedades indígenas de sus territorios ancestrales.

Honduras es un lugar letal para los defensores de la tierra. Salvo excepciones como el caso de Berta Cáceres, esta problemática no llega a ser conocida en Europa, ¿por qué?

Hay una intención de ocultar la situación de lo que pasa con las defensoras de la tierra. Honduras no es un país de prioridad en la política geoestratégica internacional. Es por eso que la situación de Honduras no llega a ser conocida. Tanto es así, que, por ejemplo, muy poca gente sabe en España que Honduras ha pasado por varios procesos de golpes de Estado. En estos momentos hay un juicio político en EEUU sobre el hermano del presidente actual, Juan Orlando Hernández, por haber recibido dinero del Chapo Guzmán. Pero eso no es noticia.

En cambio, en España si se habla de otros países como Venezuela o Nicaragua… ¿Tiene que ver con los recursos de estos países?

Absolutamente. Honduras no tiene petróleo. Venezuela, sí. En los últimos años Venezuela y ahora Nicaragua se han convertido en objetivo de la información internacional. Esto tiene que ver con las políticas que imperan a nivel internacional. Los países que están catalogados como socialistas sufren mayor atención de los medios internacionales. Un país pequeño y con tanta desgracia como Honduras no merece atención. Es importante que se sepa que somos uno de los países en el que más personas se marchan hacia EEUU. Tenemos miles y miles de hondureños en las fronteras. La gente vive en unas condiciones extremas y no hay atención sobre ello.

Volviendo a Berta Cáceres, ¿qué supuso su asesinato para los defensores de la tierra? ¿se ha conseguido avanzar desde su asesinato?

En un país donde no hay Estado de Derecho es muy difícil que se pueda lograr la justicia. En el caso de Berta, lo que se ha hecho es encarcelar a una serie de personas que son las que la ejecutaron, pero los autores intelectuales, que son personas del poder económico, ni siquiera han sido judicializados.

Para nosotros, hay un antes y un después con Berta Cáceres. Ella ha dejado un legado muy importante, pero también ha aportado mucha fuerza a los movimientos sociales. Particularmente, han sido 27 años de mi vida junto a Berta, ha sido mi cómplice y mi compañera de lucha y no puedo superar todavía lo que fue para mí ese golpe. Ella es una persona muy importante para el pueblo hondureño y no dejaremos de luchar por la aplicación de justicia.

Usted también sufre la violencia que sufrió Cáceres: le han secuestrado, le han amenazado, le han golpeado… ¿Se ha planteado renunciar a su lucha?

No, al contrario. Es más, no pienso salir del país. Es una decisión personal. No voy a huir de mi responsabilidad y mi compromiso de luchar por los derechos del pueblo garífuno y del pueblo hondureño. Prácticamente estoy privada de libertad, porque no tengo ningún tipo de seguridad, más que la que yo me pueda generar junto a mi gente. Nosotros merecemos otro destino y por eso voy a seguir luchando.

Hablaba antes del golpe de Estado de 2009, ¿qué significó para los derechos de las sociedades indígenas?

Es un golpe diferente. Significó la destrucción de la institucionalidad. Cuando un país no la tiene, los ciudadanos pierden todos sus derechos. Este golpe de Estado dio legitimidad para que las empresas y poderes corporativos que quieren apoderarse de los recursos naturales de un país tengan la puerta abierta. En el caso de Honduras, uno de los peores problemas al que se enfrenta nuestra comunidad es el hecho de que se haya aprobado una ley para la implementación de las zonas especiales de desarrollo, en las cuales se puede crear un Estado dentro de otro Estado. Lo cual quiere decir que alguien que tiene mucho dinero puede acceder y adquirir todas las cantidades de territorio que le dé la gana para su extracción. Esto está suponiendo un peligro para las comunidades garífunas. Tras el golpe de Estado, se aprobaron muchas leyes como esta, que garantizan la inversión y van en contra de los derechos ancestrales de las comunidades indígenas.

¿Hay empresas españolas implicadas en la violación de derechos humanos en Honduras?

Hay una presión por los territorios desde las industrias extractivas. Ese es el principal motivo por el que las defensoras de la tierra son asesinadas.

Las grandes compañías utilizan a empresas nacionales hondureñas para camuflarse. Cuando tratas de investigar qué agentes internacionales están apoyando los proyectos extractivos hay toda una serie de estrategias para que no los puedas identificar directamente. Hay prestanombres, empresarios que se vuelven socios de compañías internacionales. No podría decirte si hay o no empresarios españoles, no lo hemos conseguido identificar. Pero, sabemos que hay capital internacional en muchas de las empresas extractivas.

Las comunidades indígenas de Honduras también se deben de enfrentar al narcotráfico

Honduras está catalogado como un narcoestado. Usan el acaparamiento de tierras para producir palma africana y lavar dinero. Nosotras, en 2014, fuimos secuestradas por sicarios de narcotraficantes para asesinarnos en una zona muy importante de la costa que se llama Vallecito. Para mí, que lo vivo de primera planta, me es muy difícil hablar de un tema que me toca tan profundo.

Estamos tratando de ejercer control en un territorio en el que todos los días incurren personas armadas. Al vivir en la costa, cerca de lagunas y del mar, nos situamos en una zona estratégica para el paso de las drogas. Todos los días aparecen ejércitos con organizaciones perfectas que nos hacen la lucha muy difícil y peligrosa.

Pero, es más difícil cuando, encima, sabes que hay autoridades militares y aplicadores de justicia que están corruptos. Si acudes a ellos, pones más en riesgo tu vida. Es la indefensión absoluta.

¿Cómo se defienden de estos ataques?

No podemos responder a la violencia con más violencia. En el caso de Vallecito, hemos hecho un trabajo pacífico. Es importante la solidaridad y, sobre todo, que haya gente que dé visibilidad sobre lo que pueda ocurrir. Es decir, hemos generado un sistema de comunicación con el que podamos dar alertas rápidas. Tenemos nuestras propias estrategias internas que nos han ayudado a liberar territorios de las manos del narcotráfico. Debemos ser creativos y creativas, no puedo revelarte cómo lo hacemos, pero sí te aseguro que lo hacemos de forma pacífica. De hecho la zona de Vallecito la hemos declarado como un lugar donde no puede haber ningún tipo de presencia de armas.

¿Qué papel juegan las mujeres en la defensa de la tierra y las sociedades indígenas?

Se ha demostrado que, si las mujeres no nos involucramos en la defensa de los recursos naturales, que es lo mismo que defender la vida, este planeta se va al carajo. Hoy por hoy, en las luchas territoriales las mujeres estamos presentes. No sólo parimos vida, también parimos movimientos, parimos ideas… Por eso nos están asesinando. El hecho de que estemos más de frente, como sujetas políticas en la defensa de la naturaleza y los seres humanos, nos convierte en simples objetos.

Las mujeres sufrimos muchas cosas que los hombres no sufren. El tema de la estigmatización; las campañas de desprestigio contra las luchadoras no se hacen contra los hombres. Lo sufrió Berta y yo también lo he sufrido.

Esa criminalización, ¿también viene de dentro de vuestras propias comunidades?

Las mujeres que asumen un papel protagonista en las organizaciones mixtas sufren un gran desprestigio y agresiones por parte de sus propios compañeros. Cuando las mujeres sobresalen en su lucha, hay compañeros que se ven en peligro y eso no debería pasar, porque venimos a construir juntos y juntas. Si todas juntas jalamos, la carreta pesa menos. El machismo y el patriarcado hace que las mujeres nos convirtamos en un peligro para compañeros de lucha. Es una cosa que debemos combatir.

En estos momentos hay una creciente movilización climática a nivel mundial, ¿cómo se está viviendo desde la comunidad garífuna?

Nosotros hemos venido luchando por la defensa del clima históricamente. Para algunos es moda, para nosotros es una lucha permanente. Lo que pasa es que, ahora, ante lo que ha sido publicado a nivel mundial, nos damos cuenta de que el planeta está en peligro. Tenemos un trabajo permanente e interseccional en la defensa de los recursos naturales. Cuando defendemos los bosques, los ríos o las montañas, luchamos por el clima. Ahora, con esta campaña internacional, nosotras queremos visibilizar que las comunidades indígenas han defendido el planeta de manera histórica.

Los informes del IPCC dicen que las poblaciones indígenas son mucho más vulnerables a los efectos del cambio climático, ¿es consciente de cómo puede cambiar la vida?

Ya lo estamos sintiendo. Ya tenemos comunidades desplazadas por la entrada del mar en la costa. Sabemos que estamos en una situación irreversible. Honduras es uno de los países más vulnerables en cuanto al clima. Si uno hace un mapeo, descubrirá que las comunidades que más han luchado por proteger el clima son las más vulnerables. Pero, cuando defendemos los recursos ante megaproyectos turísticos, nos dicen que somos antidesarrollo, que somos atrasados. Sin embargo, la ciencia demuestra que lo que defendemos es cierto.

Con el cambio climático amenazando los territorios, con el Amazonas en llamas y con la aparición de gobiernos con sesgos fascistas, ¿hay esperanzas para las sociedades indígenas?

El clima nos va a cobrar factura a los del sur y a los del norte. Tengo esperanzas en que el clima nos dé una lección y nos haga reflexionar sobre nuestro modo de vida. Es importante entender que el clima nos va a dar una lección. No podemos seguir en esta carrera maratónica de autodestrucción.

Los pueblos indígenas vivimos en resistencia y lucha permanente por el clima. Pero, también decimos a las gentes del norte que estamos cansados de sostener esta pelea. Las ciudades dependen mucho de lo que ocurre en las áreas rurales. Las luchas que hacemos en estos entornos ayudan también a la gente que vive en las áreas urbanas. Es importante que el norte se involucre y se dé cuenta de que también les toca a ellos defender la vida.

En resumen, no todo lo va a resolver el capital. Hay cosas que no puede comprar y, a veces, se nos olvida eso. Debemos humanizarnos, si no, no vamos a salvar este planeta.

Público / COMCOSUR MUJER Nº 617 – 07/10/2019
_____________

“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” Luis Pérez Aguirre
_____________

COMCOSUR MUJER ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)/
Blog: nuevo.comcosur.org / Puedes seguir a Comcosur también en Facebook

powered by phpList