1) Ganó Dilma: Respiramos más tranquilos, pero…
2) Burkina Faso – Bajo la memoria de Sankara
3) Hidrocarburos sin controles ambientales, mala mezcla para África
4) Ucrania – Se consolida la derecha en la Rada Suprema
5) Entrevista a Boaventura de Sousa Santos
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POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL
REVISTA SEMANAL DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS
AÑO 14 – Nº 695 / Lunes 3 de Noviembre de 2014
Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
1994 – 19 de junio – 2014
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.” — Emir Sader
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1) Ganó Dilma: Respiramos más tranquilos, pero…
Aram Aharonian (Alai)
Con el triunfo de Dilma respiramos más tranquilos en Suramérica. El domingo 26 se jugaba bastante más que el cambio o la continuidad del proyecto político de su gobierno, se jugaba la definición del mapa geopolítico regional, un proceso en el que también debe incluirse la contundente victoria electoral de Evo Morales en Bolivia, la segunda vuelta electoral en Uruguay dentro de un mes, y las elecciones presidenciales en Argentina el año próximo.
Dilma no solo venció a Aecio Neves, sino también al terror mediático del poder empresarial-comunicacional. No es casual que cuando las encuestas mostraban una ligera ventaja para Rousseff, se haya intensificado una sucia campaña propagandística en contra de la actual mandataria por parte de su contendiente y la prensa nacional e internacional cartelizadas. (Cabe recordar que desde el 2003 el PT no logró avanzar en una ley de telecomunicaciones que acabara con los oligopolios y democratizara la comunicación).
Desde 2003, cuando asumió la presidencia Luis Inacio Lula da Silva, el Partido de los Trabajadores logró importantes transformaciones para las grandes mayorías brasileñas: sacó a 40 millones de personas de la pobreza, redujo el desempleo a mínimos históricos, benefició a la clases medias y logró significativos avances contra el hambre en el país, uno de los de mayor desigualdad del mundo. Pero en los últimos tiempos la economía se desaceleró ante un entorno global menos favorable, y el imaginario colectivo de un país con fuerte crecimiento de la década pasada se fue desvaneciendo, gracias también a la falta de una política comunicacional.
Con sus 200 millones de habitantes, Brasil tiene hoy la economía más fuerte del Mercosur y de la Unasur, es una de las potencias “emergentes” que forman el grupo BRICS con Rusia, India, China y Sudáfrica, es el principal socio comercial de Argentina, un importante sostén para las economías cubana y venezolana y el epicentro de las inversiones chinas en la región.
Quizá sea cierto que las políticas de Lula y Dilma hayan sido de las más tímidas de los proyectos transformadores en Latinoamérica. No es menos cierto que la derecha no está más fuerte porque crezca electoralmente sino porque las políticas neoliberales de los gobiernos progresistas han desilusionado a muchos de sus antiguos simpatizantes y desmoralizado y desmovilizado a otros.
No hay ya una fuerte izquierda en el PT, partido que pagó el precio de la burocratización y la cooptación de los dirigentes sociales para la gestión gubernamental. Es más, los movimientos sociales, que llevaron a Lula y a Dilma al poder, perdieron la calle ante la ofensiva social de una derecha fortalecida principalmente por el apoyo del gran capital extranjero y los medios comerciales de comunicación endógenos y extranjeros. Pero hay algo más grave y es el vacío de ideas y propuestas para salir de la crisis capitalista por la izquierda.
A Dilma le queda ahora no solo medir bien cuál es la situación y abandonar la resistencia a la ofensiva de la derecha para avanzar en la construcción no solo de una alternativa, sino del poder popular que impida estos sustos. Los medios internacionales muestran solamente varios escándalos de corrupción, inflación elevada, servicios públicos deficientes.
Sobre el fin de la campaña, la propia Rousseff advirtió a los votantes, principalmente a los más pobres, de que un voto por el PSDB implicaría volver al Brasil más desigual e injusto socialmente de la década de 1990, cuando se priorizó la búsqueda de la estabilidad económica y el ajuste fiscal a cualquier precio, la drástica disminución del papel del Estado, priorizando los intereses privados nacionales y trasnacionales, y trazando un nuevo destino para los programas sociales.
Hoy respiramos un poco más tranquilos, sobre todo porque Neves prometió cambiar drásticamente la política externa brasileña. Su asesor, Rubens Barbosa, jefe del consejo de comercio exterior de la poderosa Fiesp, la patronal Federación de la Industria del Estado de San Pablo, señaló que se debía cambiar todo, empezando por las relaciones con los vecinos para privilegiar las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea, aun cuando deterioran la producción industrial brasileña.
Y amenazó que Bolivia perdería el acceso al crédito, salvo que adopte programas “confiables de combate a las drogas”, Cuba no tendrá ninguna financiación para obras de estructura y el Mercosur pasará a ser tratado “como lo que es: algo anacrónico que no sirve a los intereses brasileños”, con la nueva función de olvidarse de la integración para buscar la liberalización comercial unilateral, eliminando la cláusula que obliga a los países del bloque a adoptar decisiones y acciones conjuntas.
Para Barbosa (y Aécio Neves) el PT quiso hacer una unión política contra los Estados Unidos en Mercosur, Unasur, Celac, y señaló como una prioridad superar el actual estado de las relaciones con EEUU, deterioradas tras el escándalo de espionaje que alcanzó inclusive al celular y al correo electrónico particulares de Dilma Rousseff.
Por supuesto, estas ideas reducirían América Latina a ser nuevamente el patio trasero de EEUU, exhumando el cadáver del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), sepultado por los presidentes americanos en 2005.
Respiramos más tranquilos en Suramérica. Pero estaremos más tranquilos cuando el Partido de los Trabajadores, en su cuarta administración consecutiva, logre avanzar en las transformaciones que aún le debe a su pueblo, construyendo un verdadero poder popular, con el apoyo de los movimientos sociales, los trabajadores, los campesinos, los estudiantes, los jóvenes.
– Aram Aharonian es periodista y docente uruguayo-venezolano, director de la revista Question, fundador de Telesur, director del Observatorio Latinoamericano en Comunicación y Democracia (ULAC).
LUNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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2) Burkina Faso – Bajo la memoria de Sankara
Rafael Poch (La Vanguardia)
El poder cambia de manos en Burkina Faso: El presidente Campaoré, que llegó al poder en 1987 en un golpe diseñado en Occidente, se refugia en el sur del país.
Una revuelta popular con centenares de miles de ciudadanos en la calle y que ha dejado entre cuatro y treinta muertos, según las fuentes, ha acabado con los 27 años de presidencia de Blaise Campaoré en Burkina Faso (antes Alto Volta), uno de los países más pobres del mundo. Radio Omega, una emisora local de Uagadugú, la capital del país, informó poco después de medio día de la dimisión del presidente, “a fin de permitir un proceso de transición con elecciones libres en un plazo máximo de noventa días”.
Aunque la situación es algo confusa porque el general Honoré Traoré, jefe de las fuerzas armadas, dice haber asumido el poder, el abandono del presidente Campaoré parece definitivo. Un convoy fuertemente armado de sus partidarios le ha trasladado a la ciudad de Po, junto a la frontera con Ghana, en el sur del país.
La ciudad es sede de una unidad militar que es particularmente afín al presidente saliente, lo mismo que el mencionado general Traoré. Precisamente por eso, para evitar una continuidad camuflada, las manifestaciones populares, que este jueves tomaron por asalto e incendiaron el parlamento y la sede de la televisión, continuaron este viernes vilipendiando al nuevo general y aclamando a otro militar retirado, Kuamé Lugué, muy popular en la calle.
Clave para la gran revuelta popular ha sido el malestar ante el proyecto de modificación constitucional de Blaise Campaoré. Desde hace meses la oposición contestaba la reforma del artículo 37 que limita a dos quinquenios el mandato presidencial. Ese límite impedía a Campaoré, de 63 años, volverse a presentar en 2015.
La indignación no se entiende sin tener en cuenta que el presidente ya había reformado en dos ocasiones, en 1997 y en 2000, ese artículo, primero anulando la limitación, luego introduciéndola con un tope de dos mandatos de siete años, y finalmente, en 2005, estableciendo dos mandatos de cinco años, lo que le permitió volver a poner el contador a cero. Esa cuenta caducaba ahora en 2015 y se quería volver a reformar para perpetuarse en el poder monopolizado durante 27 años. Resultó demasiado.
En París, frente a la embajada de Burkina Faso, en el boulevard Haussman, la oposición “burkinabé” organizaba una manifestación de júbilo. “Lo que ha pasado no ha sido inesperado, hacía años que las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos fortalecían su acción para echar a Campaoré”, explica el doctor Didier Ouedraogo, presidente del movimiento burkinabé por los derechos del hombre y coordinador de la manifestación parisina, que reunió a gente bailando al ritmo de los tambores en plena calle.
Blaise Campaoré llegó al poder el 15 de octubre de 1987, en un golpe de Estado en el que se asesinó a sangre fría al popular presidente anterior, Thomas Sankara, y a otros doce de sus partidarios. Fue una traición, pues Campaoré era entonces el brazo derecho de Sankara. La muerte y memoria de aquel extraordinario presidente revolucionario africano, un hombre que fue a contracorriente de su época, ha perseguido a Campaoré a lo largo de estos 27 años, y también ha inspirado a la oposición.
Nacido en 1949, Thomas Sankara fue el artífice de la revolución del país, que entonces se llamaba Alto Volta, del año 1983. El suyo fue un movimiento claramente a contracorriente de la época: cuando el bloque del Este comenzaba su definitiva quiebra, y mientras en el mundo occidental se afirmaba la involución neoliberal de los Reagan y Thatcher, asumida poco después por la socialdemocracia, en Francia claramente a partir de aquel mismo año por Mitterrand.
Sankara cambió el nombre del país, un producto semántico-geográfico de la colonización, para adoptar el de Burkina Faso, que significa el país de los hombres íntegros en una fórmula que mezcla palabras de dos de las lenguas del país. Sankara renunció al estilo tradicional del gobernante africano en sintonía con el neocolonialismo. Uno de sus primeros gestos fue vender la flota de Mercedes de los funcionarios del gobierno. Él se movía en un viejo Renault 5. Potenció la producción local y la autosuficiencia, combatió la corrupción y animó la emancipación femenina y el trabajo de los agricultores.
“El equipo que rodeaba a Sankara era gente voluntariosa y muy comprometida, pero con un nivel de cultura universal muy bajo y un horizonte muy pequeño”, explica el periodista Pedro Canales, uno de los españoles que vivió aquellos años en Burkina Faso, organizando la prensa local, el diario Sidwaya y la revista Carrefour Africain. “Sankara era diferente; un idealista apasionado, con un sentido de la vida muy profundo, que cantaba y bailaba en los bailes populares a los que acudía con su mujer Mariam y sus dos hijos, Philippe y Auguste”, dice Canales.
“Pese a sus debilidades, Sankara dio una clara esperanza a la población, su política era una ruptura con el control de las potencias extranjeras sobre nuestro país”, dice el doctor Didier Ouedraogo. “Esa tendencia hay que relanzarla y es plenamente actual para toda África y para Burkina Faso. Sankara no pudo realizar la soberanía, pero con Blaise hemos ido claramente hacia atrás”, opina.
Gracias a una relativa libertad de expresión y pluralismo político, Campaoré se hizo presentable en París y ha mantenido padrinazgos estables en el Partido Socialista francés, como los que se le atribuían ante la ministra de Ecología y Energía, Ségolène Royal. El presidente saliente ha sido una pieza disciplinada de la llamada Françafrique, el siempre turbio orden neocolonial de complicidades, corruptelas y dependencias políticas y económicas existente entre París y sus ex dominios africanos. Desde hace años, ese orden se siente amenazado por la competición y creciente presencia en África de países como China e India, explica el politólogo de origen egipcio-senegalés Aziz Salmone Fall, profesor de la Universidad de Quebec en Montreal (UQAM).
Comenzando por Libia, Sudan, Argelia y Níger, Estados Unidos está desplegando desde el año pasado tropas en 35 países de África, ¿por qué ese nuevo interés imperial por África representado por la división africana del Pentágono, el Africom, creado en 2008 y con centro de mando en Stuttgart, Alemania?, preguntamos a este especialista. “Los países africanos se ven tentados por nuevos socios comerciales, y en ese contexto el continente comienza a ser escenario de esa estrategia de lucha contra el terrorismo, véase la desestructuración de Libia, mediante la cual nuestros ejércitos son poco a poco controlados por los estados mayores occidentales”.
“Los grupos islamistas apoyados por los países del Golfo han sido utilizados para justificar la presencia de la OTAN en suelo africano, porque los países de la región pueden ahora encontrar ayudas de países fuera de la OCDE, países grandes que la prestan sin condicionalidad, sin la condición de abrazar el consenso de Washington, del Banco Mundial, del FMI, etc. También porque los países estaban a punto de avanzar hacia una mayor unidad, hacia una consolidación de su integración económica y política, gracias a países como Libia, Argelia y Sudáfrica, y eso va contra sus intereses”, dice Salmone Fall.
Este profesor de nacionalidad canadiense anima desde hace años, el “Comité Justicia para Thomas Sankara” y reivindica el panafricanismo de aquél. Desde 1997, el comité ha presionado internacionalmente para que se investiguen las circunstancias del golpe contra Sankara que encumbró a Campaoré en 1987, así como para que se identifique el lugar de su enterramiento en el cementerio de Dagnoen. En 2006 el Comité de Derechos Humanos de la ONU asumió esa petición. Durante el juicio internacional por las masacres de Sierra Leona, los esbirros de Charles Taylor, el presidente de Liberia condenado a cincuenta años por crímenes contra la humanidad, declararon que el golpe contra Sankara fue diseñado por Francia y la CIA.
Sankara, “tenía una idea muy clara de las limitaciones de su revolución, sabía que no podría triunfar aislada y era un internacionalista convencido”, explica el periodista Pedro Canales. “Su táctica era desarrollar la cultura, todo tipo de conocimiento, para evitar que la revolución acabara como tantas otras. Mientras se limitó a Burkina, los franceses le dejaron hacer, pero cuando se lanzó a apoyar a grupos similares al suyo en Costa de Marfil, Togo, Benin y Sierra Leona, las cosas comenzaron a torcerse. París se puso manos a la obra. No se quería asesinar a un presidente con tanto carisma y se organizó de tal manera que lo hicieran los propios burkinabés. Sembraron la cizaña dentro del grupo dirigente y se provocó un golpe de estado”, recuerda el periodista.
La Asamblea Nacional francesa ha ignorado hasta el momento la reclamación de investigación del Comité Justicia para Thomas Sankara, presentada en París en dos ocasiones, el 20 de junio de 2011 y el 5 de octubre de 2012. Tanto el Presidente François Hollande como su ministra de justicia, Christiane Taubira, han ignorado los correos que se les ha hecho llegar, señalan fuentes del comité.
“Thomas Sankara comprendió muy rápido que para salir del agujero había que contar sobre los propios recursos y sobre una autonomía colectiva panafricana”, explica el profesor Salmone Fall. “Dio poder a los campesinos, a las mujeres, a los que hacen funcionar la economía de verdad, y quiso poner a la elite en una lógica patriótica, es decir apartada del enriquecimiento ilimitado y de la corrupción de los fondos públicos. Comprendió la necesidad de crear unas nuevas relaciones con las potencias occidentales, con intercambios equitativos y protección de nuestros mercados interiores. En el fondo no hizo más que poner en práctica las ideas de Patricio Lumumba, Mejdi Ben Barka, Gamal Abdel Nasser y Amilcar Cabral, todos ellos asesinados o combatidos. Por eso fue asesinado”, concluye este experto.
Francia tiene hoy en Uagadugú la principal base de fuerzas especiales de la lucha contra el terrorismo y ha integrado al país en la zona de intervención de la operación “Barkhane”, recuerda la asociación “Survie” en un reciente comunicado dedicado a la crisis en Burkina Faso.
LUNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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3) Hidrocarburos sin controles ambientales, mala mezcla para África
Miriam Gathigah (IPS)
Los economistas tienen la esperanza de que los recientes descubrimientos de importantes reservas de gas natural y petróleo en varios países africanos, entre ellos Kenia, Tanzania y Uganda, ayuden al continente a expandir y diversificar su economía, en gran medida agrícola. Pero los ecologistas y expertos especializados en cambio climático que están a favor de las energías renovables recomiendan que se detenga la prospección de estos hidrocarburos, ya que temen que a muchos países africanos les falte la capacidad para extraerlos con riesgo mínimo para el medio ambiente.
Las preocupaciones ambientales no definen las políticas económicas, aseguró Hadley Becha, director de la organización Acción Comunitaria para la Conservación de la Naturaleza, de Kenia, en diálogo con IPS. Aunque el mundo se esté alejando del consumo de los combustibles fósiles, “la prospección y producción de petróleo y gas continuarán”, mientras que los recursos naturales de África, en particular estos hidrocarburos, están en control de las transnacionales, agregó.
Como muchos expertos, Becha cree que los gobiernos africanos seguirán otorgándoles permisos de explotación a estas empresas porque la industria extractiva muestra un gran potencial de generación de ingresos. Según KPMG Africa, una red de firmas de servicios profesionales, hasta 2012 se habían descubierto reservas de 124.000 millones de barriles de petróleo en el continente, con un potencial adicional de 100.000 millones de barriles en el lecho del mar. En 2010 había 16 países africanos exportadores de petróleo, pero se espera que al menos cinco países más, Ghana, Kenia, Mozambique, Tanzania y Uganda, se sumen a la lista en breve.
Pero el ecologista keniata Wilbur Otichillo considera que, dado el cambio de actitud con respecto a los combustibles fósiles, sobre todo en las sociedades del Norte industrializado, “el petróleo recién descubierto seguirá bajo tierra. La mayoría de las empresas que recibieron concesiones para realizar prospección en África oriental son occidentales”. Es probable que estas empresas les presten atención a los defensores de la energía limpia, “especialmente porque seguramente las indemnicen por las inversiones que hicieron en la prospección”, añadió.
Pero, a diferencia de Egipto, que tiene políticas específicas de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) para la prospección de los distintos hidrocarburos, muchos países africanos, entre ellos Kenia, solo tienen una clasificación de EIA, según Becha. El sector es muy especializado y exige una regulación minuciosa y específica de impacto ambiental, sostuvo. Por ejemplo, en Kenia, la prospección y producción de petróleo y gas se rigen por la arcaica ley del Petróleo, de 1984, que fue parcialmente modificada en 2012.
Esa ley “es débil, sobre todo en lo que respecta a las regalías, y también guarda silencio sobre la gestión del gas”, explicó Becha. Los expertos advierten que los combustibles fósiles tendrán un impacto importante en los patrones climáticos. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado en septiembre, reveló que es probable que la temperatura suba de manera considerable en África.
Becha añadió que “debería haber reglas específicas” para la prospección y producción, el transporte, el almacenamiento y la comercialización de los diversos productos, la refinación y el procesamiento de los hidrocarburos en productos utilizables, como la gasolina. El director de la Fundación África Verde, John Kioli, dijo a IPS que Kenia se comprometió a adoptar tecnología con menos emisiones de dióxido de carbono, uno de los gases que provocan el efecto invernadero que recalientan el planeta. “Por ejemplo, el carbón se extraerá bajo tierra y no a cielo abierto”, explicó.
Kioli, el ideólogo detrás de la ley de Autoridad del Cambio Climático 2012 de Kenia, subrayó la necesidad de abordar la cuestión de la gobernanza y la legislación en África. Aunque el continente se comprometió a adoptar medidas de adaptación y mitigación del cambio climático, “carece de los recursos necesarios. África no puede seguir acudiendo al este o al oeste por estos recursos de forma indefinida”, destacó.
El gobierno de Kenia calcula que el Plan Nacional de Acción contra el Cambio Climático (2013-2017) exigirá una inversión de 12.760 millones de dólares, lo que equivale a todo el presupuesto nacional para este año. No obstante, Danson Mwangangi, economista e investigador de África oriental, dijo a IPS que para alcanzar el crecimiento y el desarrollo y, así, reducir la pobreza, el continente “tendrá que explotar los combustibles fósiles”.
Los países industrializados son responsables de una parte enorme de las emisiones de gases de efecto invernadero y a África también “se le debe permitir su parte justa” de esas emisiones, “pero en un plazo determinado. No indefinidamente”, exhortó.
“En comparación con problemas más acuciantes, como la lucha contra diversas enfermedades, no se les dará prioridad a los proyectos de cambio climático”, afirmó. Pero aunque continúe la búsqueda de petróleo y gas en África, Becha dice que las ganancias serán a corto plazo y que es improbable que reactiven la economía. “En el petróleo y el gas no se trata solo de los permisos de explotación, sino también de cuestiones de impuestos”, precisó. Explicó que, ante la ausencia de impuestos a las ganancias de capital, como es el caso de Kenia y otros países africanos, “el gobierno perderá muchos ingresos frente a las empresas prospectivas que actúan como intermediarias.”
Los países africanos deberán crear un fondo solvente donde se almacenarán los ingresos de los hidrocarburos para estabilizar la economía. “El petróleo puede inflar los precios de ciertos productos básicos, de ahí la necesidad de controlar los incrementos repentinos de la inflación”, expresó. Ghana es uno de los pocos países africanos con un impuesto sobre las ganancias de capital y un fondo solvente.
Editado por Nalisha Adams / Traducido por Álvaro Queiruga
LUNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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4) Ucrania – Se consolida la derecha en la Rada Suprema
(Noticias PIA)
Los resultados preliminares de las elecciones parlamentarias anticipadas celebradas el pasado domingo en la desintegrada Ucrania, arrojan una prometida victoria de la derecha que augura avanzar en la aplicación de medidas acorde a los intereses de la Unión Europea y la OTAN. Los comicios, promovidos por los sectores golpistas en busca de legitimidad, se realizaron en el territorio ucraniano a excepción de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, donde el Ejército de Kiev lleva adelante la ofensiva militar. Desde la vecina Rusia saludaron la celebración del sufragio -más allá de su legitimidad- en función de sus deseos de retomar el diálogo para lograr una salida a la crisis en la región.
Con más del 60 por ciento de los votos escrutados por la Comisión Electoral Central, el Frente Popular de Arseni Yatsenyuk lidera las elecciones parlamentarias con el 21,58 por ciento, seguido por el Partido Solidaridad, el bloque que apoya al actual presidente ucraniano Petro Porosheko, con el 21,41 por ciento.
Otros cuatro partidos obtienen escaños en el Parlamento. El Partido Autoayuda, formado durante el Maidán, alcanza el 11,3 por ciento y el Bloque Oposición, creado por antiguos miembros del Partido de las Regiones del derrocado presidente Víktor Yanukóvich, logra el 9,88 por ciento.
Asimismo, el Partido Radical de Oleg Liashkó, que se perfilaba como el segundo más votado en los días previos a las elecciones, llega al 7,33 por ciento y el Partido Patria, de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, logra el 5,66 por ciento. El resto de los partidos no accede a ningún escaño debido a que no superan el mínimo del 5 por ciento de los votos. De acuerdo a lo previsto, los resultados finales se divulgarán la noche del miércoles o la mañana del jueves.
Los guarismos arrojan que los partidos pro-europeos obtendrán la mayoría de los escaños en la Rada Suprema (300 sobre 450) lo que permitirá a Poroshenko formar una coalición en el Parlamento para introducir reformas estructurales y solicitar el ingreso en la Unión Europea en 2020.
Cabe destacar que la participación electoral apenas superó el 50 por ciento y que el Ministerio del Interior recibió más de 300 informes sobre irregularidades en el sufragio.
Asimismo, las elecciones se llevaron adelante en casi todo el país a excepción de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk -opuestas al dominio fascista de Kiev-, donde el Ejército ucraniano lleva adelante una ofensiva bélica que ya se cobró la vida de más de 3660 civiles y el desplazamiento de más de 3700 personas -de acuerdo las cifras recogidas entre el 15 de abril y el 6 de octubre en el último informe de la ONU, publicado a comienzos de este mes-. La región de Novorossia anunció sus propios comicios para el próximo 7 de noviembre.
Por su parte, Rusia declaró este lunes que Moscú reconocerá los resultados de las elecciones parlamentarias aunque no hayan abarcado la totalidad del territorio ucraniano en una muestra por resolver la crisis en el vecino país.
“Reconoceremos las elecciones, ya que para nosotros es muy importante que en Ucrania surjan finalmente unas autoridades que no se dediquen a luchar unos contra otros, ni a arrastrar a Ucrania al oeste o al este, sino a los auténticos problemas que afronta el país”, sostuvo el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ante la prensa internacional.
En un tono conciliador, el canciller también se mostró “convencido” de que Rusia encontrará un interlocutor en el nuevo gobierno y la Rada Suprema. Además anunció que prevé sostener un encuentro con su homólogo ucraniano en cuanto éste sea nombrado.
“Desde luego, nunca hemos suspendido (los contactos), incluso he sostenido encuentros con aquellos que no fueron electos y tomaron el poder mediante un golpe de Estado”, señaló Lavrov.
La buena voluntad de Moscú para dialogar con los nuevos representantes de Kiev responde al intento por volver a los acuerdos de Minsk del alto el fuego del 5 de septiembre como al Memorándum de Paz del 19 de ese mismo mes para la creación de una zona desmilitarizada entre el Ejército ucraniano y las milicias populares, ante el creciente cerco de la OTAN que amenaza con extenderse hacia Rusia.
Más allá de la diplomacia, desde la cancillería rusa reconocen que el aumento de nacionalistas y radicales en la Rada Suprema agudizará las tensiones en la desintegrada Ucrania, marcada por una lucha política interna, en la que, según advierten, desde la sede parlamentaria “se puede llamar nuevamente a utilizar las armas, derramar la sangre y resolver los problemas por la fuerza”.
LUNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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5) Entrevista a Boaventura de Sousa Santos
«Es la primera vez en la historia que el capitalismo enfrenta los límites de la naturaleza»
Steven Navarrete Cardona (El Espectador Colombia)
Hace algunos días, el investigador y director del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra (Portugal), visitó el país para el lanzamiento de dos libros claves para entender la complejidad de la realidad social contemporánea en el mundo y nuestro continente, ‘Democracia al Borde del Caos’ (Siglo del Hombre) y ‘Democracia, derechos Humanos y Desarrollo’ (Dejusticia). El Espectador habló con el sobre sus trabajos, la crisis Europea y de los problemas que enfrenta América Latina.
—Cuéntenos sobre su libro ‘Democracia al Borde del Caos’…
—Es un intento de teorizar la crisis de la democracia en el continente que se auto-designa como el continente que inventó el ideal de la democracia y lo concretizó históricamente con más consistencia. La crisis resulta en buena medida de la contaminación de la política democrática por el neoliberalismo económico la cual se traduce en la crítica del estado social, en la pérdida de derechos sociales y la privatización de las políticas de salud, educación y seguridad social. Me preocupa de sobremanera esta pérdida de los derechos fundamentales.
Desde los orígenes de la democracia de la época moderna hubo una tensión entre los valores democráticos y la lógica de acumulación del capitalismo. Después de la segunda guerra europea lo determinante fue la disputa entre capitalismo y comunismo. Gracias al temor del avance del comunismo en los países capitalistas, el poder capitalista hizo concesiones a los trabajadores (los derechos laborales y, en general, los derechos económicos y sociales) y permitió la tributación progresiva (tasas de tributación más altas para los más ricos).
—¿Y qué cambió dicho escenario?
—Al desaparecer el gran enemigo comunista en fines de los ochenta del siglo pasado las concesiones de este capitalismo con rostro humano desaparecieron y el campo político y la socialización, así como la participación en el mismo fue muy compleja, sobre todo para los ciudadanos porque en este escenario de desconcierto han perdido su espacio de participación política y de deliberación democrática.
—¿Está saliendo Europa de la crisis con los ajustes estructurales?
—En este momento no vemos una salida muy clara, además que tenemos otras tensiones internas. Seguimos dominados por gobiernos conservadores, la UE y la Comisión Europea sigue dominada por una lógica neoliberal, el dominio Alemán en la política económica sigue siendo hegemónico, y de corte neoliberal, por ello sigue la austeridad.
Los partidos socialistas que podrían ser una alternativa no lo son, como lo evidencia la renuncia de tres ministros en Francia por las decisiones de Francois Hollande, que quiere continuar con los recortes financieros y la política de austeridad. Hay todavía movimientos a la izquierda de los partidos socialistas que están apuntando algunas soluciones: Syriza, en Gracia, Podemos en España, Bloco de Izquierda en Portugal. Pero ningún de ellos (excepto Syriza) puede tener aspiraciones de ser gobierno
—¿Pero y no hay una alternativa y esperanza política frente a este sombrío panorama?
—Una alternativa ha surgido en la movilización política que comenzó con ‘los indignados’ en España. El problema que enfrentan algunos movimientos sociales hoy en día es que mucho son buenos en protestar, pero se les dificulta la práctica política y por ello tuvieron una interrupción. En España lograron convertirse en un nuevo partido, ‘Podemos’ y que está teniendo éxito electoral y está obligando al PSOE, uno de los partidos que más fue a la derecha en el pasado a replantearse.
—¿Y qué está sucediendo con la izquierda europea y específicamente en un país como Portugal. Aquí muchos recuerdan los reportajes de Gabo cubriendo la revolución del año de 1974, ‘La Revolución de los Claveles’.
—En Portugal hay unos partidos pequeños que están intentando entrar en una nueva alternativa de izquierda. Es lo que describo en mi libro en el último apartado titulado, ‘once cartas a las izquierdas’. En general pienso que las izquierdas tienen que refundarse para liberarse de los dogmatismos originarios y de luchas fratricidas a lo largo de décadas, que dejaran heridas profundas. La huella del divisionismo y dogmatismo es profunda.
—Por las noticias que llegan de Europa, sabemos que Grecia necesita un rescate social y económico urgente…
—Si la Unión Europea era una alianza política y económica, como estábamos convencidos, no existiría una deuda ‘Griega’ sino europea y como tal sería asumida. La deuda griega era muy pequeña en el conjunto Europeo, bastaba que se asumiera la deuda griega como deuda Europea y las tasas de interés hubieran sido muchísimo menores, pero Alemania ha decidido rechazar dicha propuesta para proteger sus bancos. El nuevo nacionalismo europeo nasció en ese momento.
—Lo que usted señala es muy grave, se ha perdido el sentido con el cual se quería formar la Unión Europea…
—Estamos ante el resurgimiento de viejos nacionalismos al interior de las diversas regiones de Europa, que datan desde el siglo XV y contraponen al norte y al sur. Dejando a la vista como países siguen viendo a otros con prejuicios colonialistas, por ejemplo concibiendo que los españoles o portugueses son perezosos, faltos de compromiso, cosas de este tipo. Con la Unión Europea ya había cambiado un poco, pero dicha comunión colapso. No existen hechos que nos digan lo contrario.
Además, existe una gran desconfianza al fortalecimiento del nacionalismo alemán, que ya causó dos guerras europeas, aunque en esta oportunidad no se trata de un poder militar sino de un poder económico.
—Algunos proponen eliminar la Unión Europea, ¿usted qué piensa?
—Sociólogos muy conocidos como Wolfgang Streeck dicen que lo mejor sería eliminar la Unión Europea, porque las soluciones políticas que se tenían anteriormente para resolver la crisis, entre ellos el manejo político de la moneda o del banco central son inaccesibles en ella.
Tenemos una crisis económica neoliberal crítica pero no tenemos los instrumentos para resolverla. Es una situación de ‘Catch-22’, sin salida, compleja y depresiva. Hay varias propuestas algunas más radicales que otras: salir del euro sin salir de la UE; eliminar los dos.
—Todo este escenario se complejiza con el ascenso de partidos Nacionalistas y neo-fascistas. ¿Por qué están surgiendo partidos con ideologías que se creían eliminadas del campo ideológico?
—Este tema es muy preocupante, sobre todo en Francia, como ejemplo tenemos ‘El Frente Nacional’ lo que se constituye en una narrativa preocupante y permanente que viene desde muchas décadas atrás, y se afinco. El nazismo y el fascismo fueron experiencias que duraron muchos años y que se quedaron en el imaginario social europeo. En realidad no desaparecieron porque no se hicieron muchas de las cosas que eran necesarias hacer para terminar con ellas definitivamente.
—¿Cómo se manifiestan estas narrativas no manifiestas pero si latentes en la vida política de Europa?
—Por ejemplo una de las cosas a las cuales nunca se hace referencia es que Alemania no pago su deuda a Grecia por la ocupación y destrucción en la segunda guerra europea, y en la actualidad cobro la deuda, lo que constituye una injusticia histórica tremenda.
Bastaba con que hubiera pagado su deuda para que Grecia pudiera seguir adelante, y de allí surge todo ese imaginario social de hostilidad, de ‘soberanismo’ y nacionalismo de derecha, recalco, “demasiado peligroso”, que condujo a un derramamiento de sangre sin precedentes en el mundo, convirtiendo a Europa en el continente más violento del mundo. Nunca murieron tantas personas en guerras como en Europa en el siglo XX. Se calcula que el saldo de la Segunda guerra europea (no es mundial) es de 60 a 85 millones de personas.
—¿Por qué dice que no son mundiales?
—Son guerras europeas, no mundiales, en tanto que Europa dominaba el mundo había extendido dicha narrativa, por supuesto que tuvieron teatros de operaciones en África y Asia. Europa es un continente muy violento. La idea de los valores europeos es muy reciente y surge después de tanta sangre desde las guerras religiosas de los siglos XVI-XVII, luego los estados modernos seculares.
—Está claro que la Unión Europa como organismo generador de cohesión fracaso, ¿qué entidad propone para remplazarla?
—Estoy a favor de una ‘Unión Europea de los Pueblos’ con una igualdad democrática tanto económica como política, donde prime la solidaridad y la reciprocidad que pensamos ya estaba consolidadas, pero la crisis de Grecia se encargó de mostrarnos que no es así.
Para Alemania fue muy fácil decir; ‘esto no tiene que ver con Europa, es un problema griego, entonces mañana será un problema portugués, pasado mañana es un problema español, y con dicha actitud destruyo todas las posibilidades de dar una respuesta rápida, de dar una respuesta a una crisis que no era tan grave. Portugal no tenía un problema económico tan complejo como el que se vivencia ahora, fue realmente el juego de la especulación y la tardía respuesta lo que agravo todo. Algunos tanto à la derecha como à la izquierda vuelven a defender el viejo nacionalismo europeo pero, en general, en Europa el nacionalismo fue conservador, autoritario, xenofóbico.
—La xenofobia está en aumento, y quienes llevan en muchos casos los peores problemas en la crisis son los inmigrantes…
—Europa tiene una deuda histórica con los países donde ejerció un yugo colonial, y debería ser saldada, convirtiéndose en un escenario de acogida a la diferencia, lo que podría iniciar con la elaboración de una nueva política migratoria, en una verdadera apuesta ‘intercultural’, no ‘multicultural’, ya que mientras que la primera hace referencia a la estrecha relación, interacción e integración de las culturas, la segunda hace mención a una vaga tolerancia a diferencia sin ningún tipo de interés por la cultura del otro.
—¿Para salir de la crisis, algunos analistas proponen regresar a la moneda nacional de cada país, en realidad esto tiene alguna viabilidad?
—La salida del ‘Euro’ es un debate muy candente que algunos han venido poniendo sobre la mesa, aun así cualquier salida que no sea organizada y mínimamente negociada, resultara en gran sacrificio para las familias. Una solución podrá verse medianamente dentro de tres a cuatro años, pero a corto plazo va a ser doloroso, y con apuestas como estas, donde tú dinero nacional va a valer cinco veces menos que el Euro, y algunas deudas están denominadas en Euros y tu dinero en moneda nacional, entonces eso serían soluciones de ruptura, a mi juicio.
—¿Y el surgimiento de una solución lenta?
—Dicha solución va a germinar a mi juicio dependiendo de dos condiciones; por el surgimiento de una agente político de izquierda capaz de cambiar el rumbo y la otra puede ser cuando la crisis llegue a Alemania y Francia. La crisis está llegando algunos países nórdicos como lo que podemos ver con lo que está sucediendo con Nokia en Finlandia. El crecimiento económico de Alemania y Francia es casi nulo.
—¿Entonces, usted afirma que la crisis dará un giro cuando toque las puertas de Alemania?
—Exacto, y hará repensar las cosas. Existe un imperio financiero dentro de Europa que se posicionó de una manera muy sutil y que será muy difícil desalojar.
Pero por otra parte cuando hay crisis en Alemania las cosas no son muy buenas para Europa, como ejemplo tenemos las crisis financieras que vimos en los años anteriores a la era de Hitler. Así que decir que soy un optimista trágico como siempre digo, veo las dificultades pero me reusó a no ver alternativas a este ‘estatus quo’ que resulta en una lógica de producción de desigualdad, de desalojo y persecución del campesinado en todos los continentes, el problema de Europa es un problema en miniatura del problema global que atravesamos y que los pueblos de otros continentes ya sufrieron.
—¿Qué hace entonces que América Latina no esté pasando por una crisis tan severa como la afronta Europa?
—Porque tiene los recursos naturales que resultan en una inyección a su economía. El boom de los recursos naturales, es el motor del actual crecimiento.
—En ese sentido, ¿qué papel juega América Latina en el escenario mundial hoy?
—Pienso que tenía un papel muy importante en traer una alternativa al desarrollo capitalista, en manos de las fuerzas populares, como lo evidenció el Foro Social Mundial y no es por coincidencia que este , emerge en el año 2001, por supuesto para la época ya se había consolidado Venezuela, pero van a surgir gobierno populares en Brasil, Bolivia, Argentina y Chile, lo mismo en Uruguay y Paraguay que resulta en la consolidación de la emergencia de movimientos sociales y populares que produjeron realmente una alternativa ‘posneoliberal’.
Todos estos gobiernos progresistas se declaran ‘posneoliberales’ y por ello empezaron a hacer política con justicia social, una redistribución social. Este es el único continente en que él va a ser posible hablar de socialismo del siglo XXI, no tiene sentido de hablar de socialismo en África o en Asia.
—¿Y la alternativa ‘posneoliberal’ se mantiene hasta el día de hoy?
—En esta segunda década estos gobiernos continúan declarándose posneoliberales y tienen alguna razón pero no toda la razón. ¿Por qué podríamos llamarlos posneoliberales?, bueno en parte a que el estado controla mucho más la economía, es un interventor de la misma. Además, se nacionalizaron muchas empresas en el caso de Bolivia o Ecuador. Es decir que existe un activismo estatal más fuerte que va en contra del neoliberalismo y es por ello que el neoliberalismo internacional no perdona a estos gobiernos y quiere destruirlos.
Ahora, cual es la forma de operar de estos países; bueno, son ‘posneoliberales’ internamente para lograr alguna medida de redistribución social pero no cuestionan el neoliberalismo internacional, al capitalismo financiero ni a las reglas de libre comercio y van a jugar bajo las reglas de dicho tratados. El modelo de desarrollo es neoliberal.
—Usted ha tocado un tema central en cualquier agenda política, ¿qué posibilidad jugó entonces de disponibilidad de recursos naturales en la consolidación de estos gobiernos progresistas?
—Fue determinante en la explotación sin precedentes de los recursos naturales, el capitalismo financiero que está manejando todo este modelo de desarrollo neoextractivista que llamamos así por su intensidad. Existe un retroceso en todo lo que resultaba llamativo por ser una alternativa, por ejemplo las políticas de autodeterminación de los pueblos indígenas en Bolivia (que es la mayor parte de la población) o Ecuador.
En la segunda década vamos enfrentar la destrucción de un parque natural nacional como el Parque Nacional (TIPNIS) y Yasuní en Ecuador, con una carretera y una explotación petrolero. Es así como todas estas conquistas constitucionales que fueron fuertes en las décadas pasadas en Bolivia, Ecuador, y Brasil se perdieron porque el capitalismo internacional los obliga a caer en el neoextractivismo completamente obsesivo.
Para construir dichas megaconstrucciones tienes que desplazar a los indígenas y campesinos, no hay alternativa bajo esa lógica. Esos gobiernos se quedaron sin alternativa y por eso son ambiguos, son cada vez más neoliberales y menos ‘posneoliberales’.
—Es un dilema muy complejo, porque muchos analistas argumentan que no hay forma de librarse de los préstamos internacionales sino creciendo económicamente, haciendo uso de sus propios recursos naturales, por supuesto esto tiene costes ambientales y sociales terribles…
—La explotación de los recursos fue para lograr una mayor redistribución al interior de los países haciendo uso del mismo modelo de desarrollo, lo que condujo a que no hubiera una transición a un nuevo modelo.
Todas las mejoras son muy importantes y hay que acogerlas. Estos gobiernos aprovecharon ello, pero no hubo una reconversión y diversificación industrial, al contrario lo que se puede palpar es el afincamiento del sector primario, ‘la reprimarización de las economías’, lo que resulta en algo equivoco, así como en Brasil que tiene gran potencial industrial.
—¿Entonces la naturaleza es el principal recurso económico de América Latina en la actualidad?
—Lo que mueve la economía en los países latinoamericanos son los recursos naturales. Es por ello que son más de 5000 proyectos en la Amazonía que van a destruir obviamente sus ecosistemas. Todo ello resulta así en la destrucción de un modelo político que se pensaba alternativo y en sus inicios era muy creíble.
—¿Existe una alternativa de conciliar una organización productiva sostenible que favorezca a las poblaciones de los países y cuide el medioambiente?
—No témenos otra opción, tiene que existir. Debemos pensar una forma de producción alternativa al estractivismo, que está destruyendo a América Latina y al mundo. Sus ciclos arrasan con la fertilidad de la tierra llevándola hasta el límite. Muchas regiones ya están desertificadas porque no soportan dicho saqueo.
Es la primera vez en la historia que el capitalismo enfrenta los límites de la naturaleza. Hemos pasado de la contradicción entre capital y trabajo a la existente entre capital y naturaleza, lo que se demuestra en el calentamiento global y los desastres climáticos y la escasez de agua. Por otro lado debemos revalorar todas las economías anticapitalistas que existen en el mundo, las economías campesinas, indígenas y solidarias que buscan una reciprocidad y de respeto con la naturaleza.
—¿Qué puede hacer el ciudadano de a pie para enfrentar crisis y salvaguardar la naturaleza?
—El ciudadano de a pie se siente más pequeño ante las lógicas de poder que lo trascienden. El poder es tan fuerte, que tú no te imaginas como individualmente puedes hacer algo en su contra. Existen dos niveles en los cuales podemos pensar una alternativa, por un lado, no hay emancipación sin autotransformación.
En tu vida tienes, de alguna manera, que dar testimonio de una alternativa por más pequeña que sea, en tu familia, en tu casa, en tu escuela, en tu lugar de tu trabajo, testimonio de democracia y de conciencia ambiental porque hoy en día, el poder está en manos de antidemocratas. Individualmente puedes hacer muy poco por la realidad a la cual estas sujeto, lo que debemos hacer es repensar la política de nuevo, participar activamente en la formulación de políticas no solamente a nivel municipal sino a nivel nacional.
En América Latina se hicieron algunas apuestas interesantes como los presupuestos participativos, consejos nacionales sectoriales de salud y educación, donde la sociedad civil realmente organizada participaba en la producción de políticas públicas.
—¿Y usted como contribuye al cambio social?
—Nunca seré un intelectual de vanguardia, sino de ‘retaguardia’. Para hacer teoría de vanguardia y hacer parte de la misma hay que separarse de la sociedad que quieres guiar.
El intelectual de retaguardia por el contrario va con los movimientos sociales, caminando al mismo tiempo y se deja sorprender por la creatividad social, busca dar cuenta de lo que esta pasado, pero al mismo tiempo dejando ecos donde la creatividad va surgiendo, trabajando con los movimientos sociales, de campesinos, de indígenas, de mujeres. En la ‘Universidad Popular de los Movimientos Sociales’, realizamos diversos talleres y donde buscamos el acercamiento de los espacios y que tome lugar lo que yo llamo la ecología de saberes, donde se combina el saber científico junto al saber popular.
Estamos discutiendo un mundo nuevo, pero siempre teniendo en cuenta los nuevos factores que surgen en la sociedad, lo que he denominado la sociología de las emergencias, es ese sentido que estamos trabajando.
LUNES 3 DE NOVIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR Coordinación : Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO – URUGUAY E mail: comcosur@comcosur.com.uy / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo institucional ni personal. / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín, no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión./ Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)
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