«

»

DESCOLONIZAR LAS EMOCIONES

COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 12 / No. 503/ Lunes 12de diciembre de 2016 / Producción: Beatriz Alonso
__________

Hoy:

1) Ecuador: Candidatos LGBTI quieren ser identificados en las próximas elecciones
2) El Salvador: Congreso aprueba crear un registro público de acosadores y violadores
3) Uruguay:Sindicato de domésticas destacó avances
4) “Las mujeres estamos mucho más dispuestas a protestar” Con Elena Poniatowska
5) “Hay que descolonizar las emociones”
___________

“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” ― Rosa Luxemburgo
____________

1) Ecuador: Candidatos LGBTI quieren ser identificados en las próximas elecciones
Nodal

No figuran en las listas de manera numerosa, pero el solo hecho de estar ya es un logro. Son profesionales, la mayoría sin trayectoria política, y activistas trans que buscan una curul en la Asamblea. Desde ahí esperan, si ganan en febrero 2017, plantear propuestas para los ecuatorianos, pero también convertirse por primera vez en voceros de las aspiraciones del colectivo LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersex).

No esconden sus rostros ni temen a posibles “amenazas”. Al contrario, quieren ser identificados por la sociedad.

El matrimonio civil igualitario, la adopción homoparentales, reformas laborales que permitan la contratación a personas con identidad de género, son algunas de las propuestas. Pero también recalcan que hay otros planteamientos legales que benefician a todos los ciudadanos y que van dirigidos a personas de edad madura o para los sentenciados.

Wilmer González, quien se identifica como una persona intersexual, integra la lista de candidatos a asambleístas nacionales por el partido Unidad Popular. En el 2013 corrió como candidato a asambleísta alterno por Ruptura de los 25.

González, uno de los impulsadores de la ordenanza LGBTI en la Prefectura del Azuay, consideró que en las elecciones anteriores hubo una mayor representatividad, pues estimo la participación de al menos unos 17 candidatos de los LGBTI, mientras que este año bordea entre 5 y 6. Por eso agregó que una de las propuestas que quiere llevar es que se reglamente un porcentaje de participación de candidatos trans y en cargos públicos como ministerios, secretarías, entre otros.

En el Movimiento Salud y Trabajo hay tres aspirantes trans. Tanisha Rivas Soledispa y Anglye Cabezas, por el distrito 1; y Martha Uzhca Ramón, por el distrito 3.

Rivas, una trans femenina y líder de la asociación Plan Diversidad, comentó que de llegar a la Asamblea presentará reformas laborales para que, al igual que los discapacitados, se contraten en empresas públicas y privadas a personas con identidad de género.

Manifestó que dentro de los LGBTI hay gente preparada, ya sea académica o artesanalmente que quiere que se valore su trabajo. Ella, que con orgullo muestra su título de licenciada en Ciencias de la Comunicación que obtuvo este año, precisó que su candidatura representa un cupo femenino.

En la lista del distrito 1 la acompaña Cabezas, quien precisa que es una trans femenina, pero que en su cédula, afirma, consta de sexo masculino.

“Yo no quiero cambiar (la cédula) porque seguimos luchando por el sexo más no por un género”, añadió esta arquitecta, activista de derechos humanos y defensora LGBTI.

La activista trans Diane Rodríguez es candidata nacional por Alianza PAIS. Es la segunda vez que se postula a un cargo de elección popular.

En septiembre de este año, el Consejo Nacional Electoral (CNE) firmó con la Federación Nacional de Organizaciones (LGBTI) la campaña ‘Acuerdo por la igualdad’. Varios partidos apoyaron la iniciativa, pero no todos firmaron.

COMCOSUR MUJER Nº 503 – 12.12.16
___________

2) El Salvador: Congreso aprueba crear un registro público de acosadores y violadores
Nodal

La Asamblea Legislativa aprobó con 58 votos tres reformas al Código Penal para crear un registro de personas condenadas por delitos sexuales, obliga a su tratamiento psicológico y psiquiátrico y les quita autoridad parental cuando los agresores sexuales sean padres de las víctimas.

El registro deberá incluir nombres, fotografías, residencia y otros de personas condenadas por los siguientes delitos: violación, agresiones sexuales, estupro, acoso sexual, corrupción de menores, inducción de actos sexuales, remuneración por actos sexuales, determinación a la prostitución, exhibiciones obscenas, pornografía, uso de menores en pornografía, posesión de pornografía.

La permanencia de un nombre en el registro, que será accesible a instituciones como Fiscalía General, Policía Nacional Civil, Ministerio de Educación, y a cualquier persona o institución que lo solicite, será de cuatro años después de haber cumplido la condena. Será elaborado por la Dirección General de Centros Penales.

“Es un paso para la protección de las víctimas de violencia sexual. Además del registro, estamos proponiendo un tratamiento siquiátrico a los violadores que cumplen su condena con el objetivo de buscar una verdadera reinserción de éstos a la sociedad”, dijo la diputada Patricia Valdivieso, del partido ARENA, impulsora de la reforma.

Los diputados modificaron el numeral 5 del artículo 46 del Código para aprobar que las personas condenadas deben “someterse a tratamiento sicológico y siquiátrico” para su rehabilitación.

En el artículo 59, los diputados establecieron que los padres que cometan delitos sexuales contra sus hijos perderán la autoridad parental.

También establece que esas personas no podrán trabajar en instituciones en las que haya relación directa o indirecta con menores de edad.

No estará en línea

El tema de carácter público del registro generó polémica. ARENA pedía que fuera de acceso total en línea, pero no obtuvo apoyo para ello.

“Hay quienes se negaron a que fuera publicado en línea, yo sinceramente no entiendo las posturas cerradas de diputados que temen legislar contra los agresores; no entiendo cómo la cultura machista los tiene ciegos a anteponer los derechos de las víctimas sobre los de los victimarios”, dijo la diputada Patricia Valdivieso, del partido ARENA.

Yohalmo Cabrera, diputado por el FMLN, dijo que ARENA pedía que fuera público y consulta en línea, “es decir, que cualquier ciudadano sin ninguna restricción podía tener acceso”. “Eso podía generar algún tipo de problemas como se ha cometido en otros países que se estigmatiza el delito y la persona también y eso puede ser como una violación a principios de derechos de las personas de privacidad”.

Sin embargo, el registro podrá ser accesible a cualquier persona o institución que muestre interés.

Artículos reformados por los diputados

Tratamiento psiquiátrico

Modificó el inciso 5 del artículo 46 del Código Penal: establece que las personas condenadas por delitos sexuales deben someterse a tratamiento sicológico y siquiátrico para su rehabilitación.

Pérdida de paternidad

La reforma al artículo 59 agrega inhabilidades: un padre que viole o agreda sexualmente perderá custodia de sus hijos. Un condenado no podrá trabajar con menores de edad.

Registro de violadores

Agregan un artículo 174-A faculta a la Dirección General de Centros Penales elaborar el registro de condenados por delitos sexuales. La persona estará en ese registro por cuatro años tras la pena.

COMCOSUR MUJER Nº 503 – 12.12.16
___________

3) Uruguay: Sindicato de domésticas destacó avances
La Diaria

Sindicato de domésticas destacó avances a diez años de aprobada la ley que regula la actividad

“Muchas compañeras son despedidas a mitad de la noche y no tienen a dónde ir. Son del interior y vienen a trabajar a Montevideo”, informó la presidenta del Sindicato Único de Trabajadoras Domésticas (SUTD), Lucía Gándara, ayer, durante un acto en el edificio José Artigas, anexo al Parlamento, en homenaje a los diez años que cumple la ley que regula el trabajo doméstico. La sindicalista resaltó los avances en materia legal y social que ha tenido el sector en los últimos años, sostenidos por la Ley 18.065, creada en 2006, que sirvió de puntapié inicial para que un sector vulnerable y discriminado comenzara a funcionar en la legalidad. Sin embargo, a pesar de resaltar este progreso, Gándara advirtió que “se han perdido jornales y presentismo perfecto, además de puestos de trabajo”, porque no se respeta la actividad sindical de las trabajadoras agremiadas. A su vez, durante su alocución solicitó a “la clase política” que cumpla con la promesa de establecer una casa para el sindicato, que será fundamental para albergar de forma temporal a las trabajadoras que son despedidas.

“Existen baches en la regulación y necesitamos que se tengan en cuenta, sobre todo en el caso de las trabajadoras que quedan desprotegidas, como las trabajadoras con cama”, especificó la sindicalista. La senadora Lucía Topolansky, que reemplazó en la mesa al presidente de la Asamblea General, Raúl Sendic -que viajó para estar presente en el homenaje a Fidel Castro, en Cuba-, señaló que este es “el comienzo de una escalera, y siempre va a haber un escalón más, porque la vida es así”. La ley creada hace diez años tiene varios artículos que explicitan la cantidad de horas que se debe trabajar, los tiempos de descanso y la obligación de los patrones de entregar recibo de sueldo, entre otros puntos. Es importante el conocimiento de esta ley, explicó a la diaria Silvia Benítez, trabajadora doméstica de Tacuarembó, quien reconoció lo hecho en estos últimos diez años, aunque también dio cuenta de que aún se sigue trabajando por debajo del salario “porque hay miedo de perder el trabajo”. En ese sentido, explicó: “Es importante que la gente se apropie de la ley, porque históricamente fuimos sometidas a lo que los patrones querían. Fuimos las eternas relegadas, junto con los trabajadores rurales”. En cuanto a la construcción de un sindicato que es relativamente nuevo, Benítez señaló que se trata de un gremio “disperso” por la naturaleza misma del trabajo, ya que cada trabajadora tiene un patrón diferente y, como es evidente, no están nucleadas en un mismo sitio, como ocurre con los trabajadores de una fábrica.

El titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Ernesto Murro, dijo que la cantidad de trabajadoras domésticas que se han podido jubilar se duplicó en estos diez años. De todas formas, el jerarca también dijo que hay mucho por hacer. “Pobre del pueblo que piense que no se puede seguir avanzando. Esa es la dialéctica de la vida, de la transformación y del progreso”, expresó.

En los últimos diez años, según datos brindados por el MTSS, la cantidad de trabajadoras domésticas afiliadas al Banco de Previsión Social aumentó en 66%. Uruguay es “pionero” en la materia, resaltó, por su parte, el representante de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Andrés Marinakis, quien sitúa al país como una influencia clara para la creación del convenio 189 de la OIT, que al día de hoy cuenta con 23 ratificaciones, la mayoría en América. “Al menos 70 países han realizado reformas políticas y legales”, dijo. En América Latina, 38% de las trabajadoras domésticas están afiliadas al sistema de seguridad social.

Para el homenaje en el Parlamento llegaron trabajadoras de Bella Unión, Tacuarembó, Rocha, Florida y otros rincones del país. La dificultad que implica el traslado y ausentarse del trabajo fue destacada por Gándara y también por Murro. “Para ellas es especial este festejo”, dijo la presidenta del SUTD. “Con la ley, queda saldada una deuda histórica con el trabajo doméstico. En 2008 se realizaron los primeros Consejos de Salarios. El 19 de agosto es el Día de la Trabajadora Doméstica, por ser el primer día que nos llaman a los Consejos de Salarios”, agregó Gándara. Por su parte, la presidenta de la Liga de Amas de Casa, Mabel Lorenzo, resaltó los avances logrados y dijo que “antes de fin de año” dará un informe a los empleadores para que estos se ajusten al marco legal. Desde el Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social explicaron a la diaria que “fue muy costoso” encontrar una contraparte en la negociación, y que es justo también valorar esta parte negociadora, que también es “pateada por patrones”.

En tanto, Gándara destacó la labor de su gremio en estos diez años. “Somos nosotras las que hemos conquistado estos derechos, nadie nos ha regalado nada. Todavía nos queda mucho por conquistar”, finalizó la sindicalista, también trabajadora doméstica y estudiante de Relaciones Laborales en la Universidad de la República.

COMCOSUR MUJER Nº 503 – 12.12.16
__________

4) “Las mujeres estamos mucho más dispuestas a protestar”
Entrevista a la escritora mexicana Elena Poniatowska
Pagina 12

Las pupilas de Elena Poniatowska sonríen, como sonríe su boca, sus pómulos y hasta sus pestañas, cuando recuerda a la persona que la hizo sentirse mexicana, Josefina Bórquez, una sencilla lavandera que le permite crear uno de los personajes más entrañables de la literatura mexicana y latinoamericana: Jesusa Palancares, una mujer que más que vivir sobrevive, como millones de pobres y marginales del mundo, esos que si no trabajan, no comen. Elena Poniatowska visitaba a Jesusa los miércoles de cuatro a seis de la tarde para que le contara cómo era su vida. Muchas veces andaba de mal humor. Si se enojaba, la regañaba o le pedía que se fuera porque “usted tiene dos años de venir y estar chingue y chingue y no entiende nada”. En una de esas ocasiones en que la echó, la periodista y escritora se fue con su libreta contra el pecho a modo de escudo y pensó: “¡Qué padre vieja, Dios mío! No tiene a nadie en la vida, la única persona que la visita soy yo, y es capaz de mandarme al carajo”. En los ensayos de Las indómitas (Seix Barral), que presentó en la 30° Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), Poniatowska rescata a un puñado de mujeres olvidadas, pero nunca silenciadas, como la propia Josefina, las soldaderas de la Revolución, Nellie Campobello, narradora y precursora del ballet en México; escritoras como Rosario Castellanos y Josefina Vicens; militantes políticas como Rosario Ibarra de Piedra, que visibiliza la lucha de las madres de desaparecidos en las décadas del 60 y 70; Alaíde Foppa, poeta que desapareció en Guatemala, y la feminista Marta Lamas.

“Elenita, ¿me permite una foto?”, le pregunta un lector cincuentón grandote que pronto se abraza a la escritora y sonríe para la cámara de su teléfono celular. En una sala al fondo del stand de Paidós, Poniatowska, descendiente de la realeza polaca que nació en París el 19 de mayo de 1932, recibe a los periodistas mexicanos y latinoamericanos con una sonrisa y una calidez excepcionales. “Cómete una almendra; dicen que da la energía que no da la carne”, sugiere Poniatowska a PáginaI12. A los 84 años, cuenta que está escribiendo una novela en la que explorará la vida de sus ancestros polacos. “Yo vine cuando tenía 10 años y no volví a saber nada de los Poniatowski que quedaron en París. El año pasado me empecé a preguntar cómo era Estanislao Poniatowski, que fue el último rey de Polonia. Y comencé a leer sobre él, pero tengo una enorme desventaja: no sé polaco y además no sé historia”, confiesa la autora de Hasta no verte Jesús mío, La noche de Tlatelolco, Querido Diego, te abraza Quiela y Tínisima, entre otros títulos, que recibió el Premio Cervantes de Literatura en 2013. “Quiero contar cómo fue el reinado de Estanislao Poniatowski, qué hizo bien y qué hizo mal, porque en su época los rusos, los alemanes y los austríacos se repartieron Polonia. Quiero escribir esto y ligarlo una niña que 300 años después llega a México, a un país enorme, sin saber nada de su pasado. Los polacos son todos sentimentales y lloran y cantan. Ellos odian a los rusos, pero yo siento que se parecen”.

–¿Por qué en el ensayo sobre Jesusa plantea que ella le permitió descubrirse y sentirse mexicana?

–Piensa que nací en Francia, de origen polaco, así que llegué aquí a los diez años; entonces sentí tanto amor por ella, tanta admiración, tanta sorpresa de que hubiera un ser humano así, que dije: ¡qué bueno pertenecer a México! Cuando finalmente podrías pensar que el pertenecer a Europa es un grado más, quizá es mejor, porque es la vieja cultura. Una vez platiqué con una puertorriqueña que me dijo: “yo tengo la mala suerte de pertenecer a un país chiquitito”. Lo puedes pensar; qué piensan los centroamericanos de su país, qué piensa Puerto Rico poseído por los Estados Unidos. Pertenezco a un gran país como México en que hay mucho por hacer. Yo creo que en Europa no hay tanto por hacer ya, ¿o tú que crees?

–Los países latinoamericanos son más “nuevos” y no tienen el peso de la historia de los europeos, ¿no?

–Sí, somos más nuevos y además somos países hechos de migrantes también, porque no me digas que Poniatowska es súper mexicano. No me llamo López, no me llamo Pérez, mi apellido incluso es hasta difícil retener.

–En el texto sobre Jesusa demuestra que fue una mujer muy dura, incluso hay momentos en que la maltrata bastante a usted. ¿Cómo explica esta reticencia de Jesusa?

–Yo creo que había con ella una cierta idea del tiempo: el tiempo de ella no era el tiempo de nosotros. Nosotros tenemos el tiempo como un privilegio, hacemos con él lo que queremos. Si tú hoy no quieres trabajar, pues te quedas en tu cama. Si te quieres desvelar hasta las tres de la mañana, tienes tu derecho de hacerlo y toda la posibilidad. Si ella tiene que entrar a trabajar en un taller, tiene que estar a las ocho y tiene que salir de su casa a las seis de la mañana, su condición de vida es totalmente distinta a la tuya o a la mía. Finalmente, creo que lo que va a suceder con mujeres como Jesusa es que más tarde van a poder escribir ellas sus propias historias, que es lo deseable, que no necesiten un intermediario para darlas a conocer.

–En el ensayo sobre las soldaderas, enumera mujeres que fueron fusiladas, murieron en combate, fueron ahorcadas y apresadas o vejadas. Y propone repensar la frase que gritan cada 15 de septiembre a voz en cuello: “¡Vivan los héroes que nos dieron la patria!”. ¿Cómo reescribiría la frase?

–Parece que los héroes son sólo hombres y hay muchísimas mujeres. ¡Que vivan las heroínas que nos dieron la patria! En América Latina es todo para el hombre, salvo el 10 de mayo en México, que es el día de la madre, es el día que sentimos que cumplimos con llevar a comer a nuestra a madre a un restaurante o al cine, ese tipo de cosas. Si tú piensas cuál ha sido la suerte de las mujeres en México pues ha sido muy menor, muy al lado de los hombres, muy olvidadas.

–¿Por qué han sido olvidadas estas mujeres? ¿Por machismo?

–En parte por machismo y en parte porque las mujeres están ocupadas haciendo todas las tareas para que puedan vivir los hombres. Y las mujeres siempre están como la escopeta: cargada y en un rincón. Los roles femeninos están muy devaluados, son los de las casas. Ahora ha cambiado la situación por una razón económica, si tú te quieres casar, tener hijos y vivir con tu pareja, las tareas y responsabilidades son el sueldo de dos: el sueldo de ella y el sueldo de él. En nuestros países desaparecer a una niña o a una mujer tiene mucho menos consecuencias que desaparecer a un hombre. A una mujer es muy fácil que se la borre. No ves presencias femeninas fuertes; en Estados Unidos Hillary Clinton no logró ser presidenta. Yo creo que en Argentina sí hubo una gran presencia de mujeres en una época con Evita Perón. Ella tenía las agallas para decir: “Aquí estoy, esta soy yo”.

–¿Tuvo las agallas para ganarse un lugar en el periodismo y la literatura?

–Sí, más bien creo que tuve tenacidad. Cuando una mujer joven, más o menos como tú, entraba a un periódico, le ponían MMC (mientras me caso), que quiere decir que solamente iba a durar lo que durara su capacidad de conseguir a un hombre. La tenacidad la he tenido. Pero no basta la tenacidad, también tienes que tener la aceptación. Es mucho más fácil rechazar a una mujer que a un hombre.

–¿Las mujeres que retrata en “Las indómitas” fueron rechazadas en cierto sentido?

–Sí, claro. Rosario Castellanos era una blanca en medio de indígenas, ella tuvo varios intentos de suicidio y su propia muerte en Israel fue un poco misteriosa, sin saber por qué… Yo creo que fue aterradora. Y luego Josefina Vicens hizo sólo dos libros, pero se leen; está como punta de flecha de lo que puede ser el homosexualismo en México, aunque ella jamás hizo proselitismo de ningún tipo.

–Llama la atención que entre las mujeres no esté Elena Garro, cuando usted acaba de participar de un homenaje por el centenario de su nacimiento…

–Yo la hubiera podido meter en el libro, he escrito mucho sobre ella. Sí quisiera hacerlo, si me queda tiempo, toco madera (toca la madera de la mesa con un golpecito). He escrito muchísimo sobre ella, pero quise que fuera un libro más flaco porque la gente no compra libros caros. Es una figura muy polémica la de Elena, pero fue una extraordinaria escritora. Ella creía que la querían perseguir todo el tiempo, tenía delirio de persecución. Quizá no es bonito decir esto, pero es verdad… Ella misma se inventó esa persecución del mundo contra ella, que es medio triste, y lo fomentó en su hija. No puedes vivir así porque te acabas delirando, ¿no? Ya es bastante difícil la vida sin inventar peligros. Y Elena te decía: “fíjate que hay en la esquina unos que me están esperando, asómate por la ventana a ver si ya se fueron”. Y yo le decía: “Elena, no hay nadie”… ¿Cómo luchas contra eso? Finalmente ese es el gran problema de Elena Garro, nada más que no se lo suele decir.

–¿Cómo cree que impactará el triunfo de Donald Trump en la vida de los mexicanos?

–Trump es terrible para los mexicanos y también para los cubanos. Las declaraciones que hizo con la muerte de Fidel Castro son aterradoras. Después de ganar “le echó agua a su vino”, como se dice. Pero la amenaza está ahí. ¿Qué van a hacer todos los migrantes que regresen a México? Se fueron porque no tenían trabajo. ¿Qué trabajo les espera aquí? Es gravísimo…

–¿Qué hay que hacer ante el discurso racista y xenófobo de Trump? ¿Cómo se resiste?

–No sé… yo siento que hay que reinventar una capacidad de defensa que no hemos tenido, una capacidad de decir no somos nosotros los que podemos invadir Estados Unidos, aunque finalmente a través de la migración hemos recuperado muchísimos territorios. Los más pobres al irse a Estados Unidos y al poblar Texas y la frontera recuperaron territorios que fueron de México. Mediante la migración recuperamos cosas que ni siquiera imaginábamos que los menos afortunados podían hacer, ¿verdad? Pero no sé cómo será esa resistencia. Lo que se está generando es una indignación en los jóvenes universitarios. Al final del año pasado, los jóvenes organizaron una enorme marcha al Zócalo por los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Si se organizan bien, puede ser muy eficaz la presencia de los jóvenes y de las mujeres. Las mujeres estamos a veces mucho más dispuestas que los hombres a marchar y a protestar. La protesta de los jóvenes puede ser un dique en contra de Trump, mucho más que el gobierno que no hace nada… En México pedimos permiso para todo. Aunque en el fondo seamos unos malditos, el lenguaje tiene un poco de vasallaje.

–Daría la impresión de que aquí, en la Feria, ya no se habla ni se recuerda a los jóvenes de Ayotzinapa, ¿no?

–Pero fíjate que hace dos años, aquí, a cada hora oías: “uno, dos, tres…” hasta llegar a los 43. Eso fue muy impactante… La responsabilidad por la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa es del gobierno.

–¿Qué significa la muerte de Fidel Castro para los países latinoamericanos?

–La muerte de Fidel es el fin de una etapa muy importante de América Latina. Lo que hizo Fidel al enfrentarse como lo hizo a los Estados Unidos a partir de una islita, un caimancito como le dicen, cambió a toda América Latina, que tuvo que tener otra actitud hacia Estados Unidos. Eso fue valiosísimo. Después se quedó en el poder y yo no puedo creer que no haya alguien que lo pueda hacer igual o mejor que él, en el sentido de permitir que otros lleguen a la presidencia. No sé qué va a suceder, pero desde luego con Trump no se puede predecir nada bueno.
COMCOSUR MUJER Nº 503 – 12.12.16

____________

5) “Hay que descolonizar las emociones”
La juguera magazine

Entrevista a Yolanda Aguilar, antropóloga y terapeuta feminista de Guatemala: “Hay que descolonizar las emociones”

La antropóloga y terapeuta feminista Yolanda Aguilar es sobreviviente de la guerra civil en Guatemala. Su padre, un dirigente democristiano fue asesinado, su madre, sindicalista, continúa desaparecida y ella, militante activa de la resistencia desde los 15 años, sufrió reiteradas violaciones por parte de soldados durante su cautiverio. Pero de esto ya no quiere dar más testimonio. Se hartó de perpetuar la victimización. “Me di cuenta que verse o situarse como una víctima para toda la vida es una cosa castrante, porque yo me creo una autoimagen de lo que eso significa y pienso que nunca voy a salir de ahí lo que perpetúa la violencia y le da poder al violador. Me quita todo el poder porque le pongo toda mi energía al sufrimiento en lugar de ponerle toda mi energía a seguir viviendo y a ver que eso fue un episodio en mi vida, pero no es mi vida”, dice mientras conversamos en un café de un cerro porteño.

A mediados de los 90 se integró a la Comisión para el Esclarecimiento Histórico en su país, y desde entonces, junto con profundizar en el conocimiento de su propia historia, inició una camino de honda transformación personal. Desde este lugar, conformó un centro para apoyar a personas que habían vivido situaciones difíciles y que buscaban restablecer la paz en sus vidas y entorno. Esto es hoy Q’anil (germen y semilla en nawal), Centro de Sanación, Investigación y Formación Humanista y Transpersonal donde trabajan desde 2008 en procesos terapéuticos de acompañamiento grupal a personas, organizaciones y movimientos sociales. “Todas las personas necesitamos hacer un trabajo personal. Y no es porque estemos locas, enfermas o traumatizadas, sino porque vivimos en contextos de enfermedades, violencia, competencia, desconfianza, porque hemos crecido en ámbitos donde hay mucho maltrato”, manifiesta.

En su segunda vez en Chile, ofreció recientemente en Valparaíso un taller sobre erotismo y sexualidad, invitada por el Círculo Social de Terapeutas.

Por Alejandra Delgado

¿Cómo trabajan en Q’anil?

-Hemos confundido las relaciones amorosas con relaciones de maltrato y eso es terrible porque hemos aprendido el amor como relaciones que, a pesar de que nos hacen daño, nos hacen sentir queridos. En Q’anil nos interesa que la gente que vaya a los procesos se vincule primero con darse cuenta de en qué momento de su vida está, que tome conciencia corporal a partir de ejercicios que le permiten percibir cosas en el inconsciente y hacerlas conscientes. Y por otra parte, nos interesa que las personas tomen la responsabilidad que les toca en asumir sus propias vidas. Porque sucede que las terapias tradicionales te pueden dar recetas y también orientar, pero para que las personas se acomoden en el sistema de enfermedad, en el sistema social de desigualdad. La propuesta de Terapia del Reencuentro que impulsamos desde Q’anil es cuestionar, tratar de que la gente se haga sus propias preguntas y que se dé sus propias respuestas. Porque no hay una respuesta que le sirvan a todo el mundo. Depende del contexto, de la situación, de la familia, de dónde viene, de su historia de vida. En Q’anil nos dimos cuenta que hay mucha fragmentación en las terapias donde se trabaja sólo lo personal sin vincularlo con lo social. A nosotros nos interesa articular lo personal en un contexto social y político, y lo político vincularlo con los cambios personales.

¿Qué efectos en la salud mental ha tenido esta fragmentación?

–El efecto principal es que nos vemos como seres separados. Pensamos que nuestra mente es lo más importante en nuestro ser, y a nuestro cuerpo sólo lo vemos en la medida en que nos enfermamos. Tenemos un cuerpo que es erótico y sexuado en sí mismo, pero no lo vemos porque también hemos fragmentado la sexualidad de la espiritualidad. Y no estamos hablando de una espiritualidad religiosa, ni tampoco de una sexualidad sólo genital. Hablamos de una sexualidad abarcadora de todo el cuerpo -que desde la terapia del reencuentro la llamamos globalidad- y de una espiritualidad que le hace caso a las voces interiores, a la sabiduría interior de todos los cuerpos, esa que no escuchamos. Al sentirnos como seres fragmentados, damos soluciones fragmentadas. Cuando no nos vemos como cuerpos integrales no podemos atacar, por ejemplo, el problema del riñón vinculado a nuestros miedos, no podemos desarticular las emociones de nuestro sistema nervioso.

¿Eso ahonda en la persistencia del sufrimiento como una idea matriz?

-Es que las sociedades en las que vivimos están permeadas por ideologías que han potenciado eso. Y la ideología que más ha permeado en la sociedad y cultura esa idea es el judeocristianismo, que tiene como argumento fundamental que cada uno tiene que llevar su propia cruz. Y esto, en otras palabras, significa “suframos hasta donde podamos porque en esta vida venimos a sufrir y ya llegaremos al paraíso o a otras vidas en donde seamos capaces de expiar todas nuestras culpas”. Y nos pasamos la vida creyendo que el sufrimiento es parte de la condena o de la penitencia que tenemos que pagar por nuestros pecados. Esta es una mirada que perpetúa una actitud de sufrimiento para toda la vida. Las mujeres creen que parte del enamoramiento es estar sufriendo, o que tener hijos significa ser una madre abnegada toda la vida y que no va a tener ningún proyecto que no sea ofrecerle la vida a los demás. El sufrimiento es algo de lo cual se ha aprovechado el sistema para que las personas asumamos que esa es la única manera de vivir. Y nosotros, lo que proponemos, es recuperar la esperanza, el cuerpo, el erotismo, pero también aprender a desprendernos de las emociones que nos hacen daño. ¿Cómo lo hacemos? Haciendo duelos. Terapia del Reencuentro es una propuesta integral que nos permite tener nuevas herramientas para apropiarnos de nuestro cuerpo, deseo y erotismo a través de desprendernos de formas de sufrimiento que nos ha vendido el sistema como si fuera lo único que pudiéramos hacer.

Las otras maneras de vivir

Centro qanil guatemala¿Cuál es la metodología que ustedes trabajan?

-No hay nada que se pueda lograr con una varita mágica, entonces, no es que voy a ir a terapia y salgo convencida y resuelvo todos mis problemas. Nosotros trabajamos con procesos en donde las personas van ampliando sus niveles de conciencia, pero no racionalmente, sino desde ejercicios corporales que le permiten darse cuenta de cómo han perpetuado en sus vidas el dolor. Pareciera que somos como zombies que andamos en la sociedad y no tenemos un cuerpo. Por eso trabajamos el erotismo que, desde esta terapia, significa decir: somos fundamentalmente seres sexuados.

Que no es lo mismo que sexualizados…

-Exactamente. Sexuados significa que somos per se, que tenemos una sexualidad que puede estar vinculada al disfrute y al placer. No seres vinculados a lo que nos venden como pornografía o como seducción para consumir un deseo. Sexuados en esta terapia significa que puedo aprender a sentir cosas que ni siquiera yo sabía que estaban en mi cuerpo. A eso le llamamos emociones ocultas. Muchas veces estamos tristes o alegres o defraudados o desesperanzados, y no sabemos muy bien por qué. Los ejercicios nos sirven para entender primero, y para sentir, porque muchas veces ni siquiera sabemos qué es lo que estamos sintiendo. Luego, para nombrar lo que estamos sintiendo. Nombrando nos damos cuenta de cosas de las que no habíamos tomado conciencia. La metodología es: me apropio del erotismo, del cuerpo, de mis propias emociones y las reconozco como herramienta para sanar. Y en esa medida también puedo empezar a despedirme, por ejemplo, de un amor en donde recibía violencia o de una relación de la cual me quiero desprender hace mucho tiempo pero no lo hago porque, en el fondo, toda la vida aprendí que las personas que me querían me maltrataban. Entonces hay un proceso que pasa primero por el cuerpo y no por la explicación. Podemos aprender a descubrir nuevas formas de crecer, de relacionarnos y, sobretodo, nuevas formas de despedirnos y desapegarnos del dolor.

Desde tu propia experiencia como activista y sobreviviente de la violencia ¿qué correlación tienen estos procesos de transformación personal con lo social?

-Ese es un tema muy importante porque vivimos en sociedades muy violentas. Si tú ves, por ejemplo, cualquier colectivo social de jóvenes que no tienen proyecto de vida, que han sido golpeados o maltratados en sus familias, que les han prohibido todas las posibilidades de crecer, de gritar, de jugar, esos jóvenes van a formar parte de colectivos que comparten las mismas emocionas de desesperanza y rebeldía, de cólera contra el mundo, porque ellos están creciendo sin poder ser lo que ellos quieren ser. Si tú vas construyendo o aportando para que las personas estén más satisfechas de sí mismas y esas personas se conectan con otras personas que también están en búsqueda y pueden ir trabajando sus propias heridas personales, lo que vas a empezar a generar son colectivos con emocionalidades más sanas y vas a empezar a transformar pequeños niveles de cultura en las que habrá otras maneras de relacionarse con el mundo, otras maneras de construir los vínculos afectivos. Una madre que descubre su propio deseo, su propia satisfacción y disfrute de ser, obviamente no va a tener que golpear a sus hijos. Una mujer frustrada que aguanta un marido golpeador, que no tiene trabajo, va a maltratar a sus niños y esos niños van a crecer violentos y son círculos que se van reproduciendo. Lo individual está profundamente vinculado con lo social, porque lo construido son sociedades muy frustradas de sí mismas, desesperanzadas. Y si construimos seres más sanos, que reconozcan sus heridas y que vayan sanándolas, eso tiene un efecto directo en la cultura y en la sociedad.

¿Y qué pasa con la estructura que ha sostenido esta fragmentación del erotismo, la sexualidad, y espiritualidad en nuestro cuerpo? ¿Esa estructura tan arraigada puede romperse, transformarse o cambiar?

-Está comprobado por la arqueología y por el feminismo y por los estudios que se han hecho sobre el desarrollo histórico de la humanidad, que no surgimos como una humanidad violenta. Eso significa que por casi 400 mil años vivieron sociedades que se amaban, sociedades espontáneas o matrísticas, en relaciones bastante equitativas y equilibradas. No quiere decir que no hayan habido problemas sociales o jerarquías y dificultades para la convivencia, pero lo que sucede es que cuando hablamos de patriarcado, hablamos de un sistema que desde hace más o menos 6.000 años ha institucionalizado las relaciones de poder, viviendo naturalmente desde la opresión, la violencia y las desigualdades. Pero no siempre fue así. Podemos empezar a hacer incidir no tanto en los cambios macro que son a los que normalmente se dedican las luchas sociales, sino en algo mucho más profundo que es la cultura. Yo soy antropóloga y te puedo decir, con toda certeza, que el problema de los grandes cambios sociales que se han querido hacer a lo largo de la humanidad es que hemos querido cambiar la estructura, económica, social y política, hacia afuera, pero no hemos cambiado el sentido profundo de la cultura de la convivencia. Lo que hoy hay son relaciones de poder que reconocen las jerarquías como la única forma de relacionarse. Si empezamos a demostrar en nuestra vida cotidiana que podemos vivir de otra manera, esa cultura se puede ir expandiendo de 1 en 1 o de 10 en 10, o en colectivos de cien personas quizás. Tal vez así la cultura va a empezar a tener otro tipo de valores. Hoy pareciera que es mucho más excitante ser violento que reconocer la amorosidad, pero tenemos la esperanza que se puede construir cotidianamente de otras maneras.

Construir otro tipo relaciones a la economía de mercado no le conviene…

-No les conviene a los que se enriquecen de esta forma de vivir. Sabemos lo que significa el neoliberalismo en la vida de las personas, pero también es cierto que el modelo está en crisis porque ya no aguantamos. Cuando no encontramos sentido tenemos dos posibilidades: nos tiramos de un barranco o encontramos otras maneras de vivir. Las otras maneras de vivir no empiezan con las grandes cambios sino que empiezan con los cambios cotidianos. Cuando yo empiezo, por ejemplo, a hacer comercio justo, a cambiar la naranja por algo que tú me puedes ofrecer como un servicio, estoy construyendo otras formas. El trueque existe ya en muchas sociedades. Los dólares siguen imperando y el sistema neoliberal también, pero hay muchas gentes que están buscando otras formas de relacionarse. Tal vez, entonces, no estamos cambiando el sistema global, pero estamos cambiando la cotidianidad y eso es lo que determina la existencia de todos los sistemas sociales.

¿Es decir que el trabajo que hace Q’anil es político?

-Totalmente.

Descolonizar el drama

Hay mucha sensación de sufrimiento y no siempre se puede tener acceso a este tipo de metodologías integrales como las que propone Qanil, o se puede estar muchísimos años en el diván y entregándole su plata al psiquiatra, tomando medicamentos de por vida…

-Sí, lo que pasa es que el sistema da soluciones fragmentadas a problemas fragmentados. Te ve un médico por un problema en la pierna y solo ve estrictamente el lugar donde tienes el problema, pero no la raíz. Ahí está la realidad, es compleja y el ser humano tiende a pensar que es superior su capacidad de racionalizar y se ha dedicado a reconocer estereotipos o a ponerse sus propios bloqueos conscientes o inconscientes para solucionar problemas. La integralidad comienza a ser una alternativa para vernos como seres más complejos, sin parches, y por eso a nosotras nos interesa vincular el erotismo con la espiritualidad, la sexualidad no solo como genitalidad, y lo personal como lo social. Estamos en el esfuerzo y por supuesto estamos tratando de encontrar las mejores herramientas para brindárselas a otras personas.

¿Cómo ven los resultados, los procesos de cambios de personas, sobre todo de mujeres que han sido víctimas de violencia sexual?. El abuso sexual es un tema que se niega, que no se habla y que por mucho tiempo se naturalizó, especialmente al interior de la institución familia. ¿Cómo se puede sanar esa herida tan profunda desde esta práctica de reconocimiento al cuerpo y al erotismo?

-Mira, en Guatemala hay y hubo esfuerzos muy importantes para ayudar a mujeres mayas que fueron violadas por el ejército, pero que antes ya habían sido violadas en su casa o abusadas en su familia. Estas mujeres no hablaban de la violencia sexual porque sentían que ellas eran las culpables de la violación. Como muchas mujeres en el mundo las amenazaron y les dijeron “si tú hablas, a ti te va a caer, tú eres la responsable de esto que está pasando”. Son mujeres que después de 25 años empezaron a hablar y se fueron dando cuenta poco a poco que no era normal ni natural lo que había pasado, que era una violación a sus derechos, pero sobretodo se dieron cuenta de una cosa muy importante: que ellas no tenían la culpa. Se empezaron a encontrar con otras mujeres que les había pasado lo mismo. Tenían que llorar y sacar. Pero sobretodo empezaron a encontrarse con esas otras mujeres para hablar de lo que ellas habían hecho después de haber sido violadas, hablar sobre cómo hicieron para sobrevivir. Su trabajo cotidiano les permitió sobrevivir. Esas mujeres bailaron, dibujaron, nombraron, utilizaron su cuerpo para sacar las emociones perversas que tenían de culpa y poco a poco se encontraron con otras mujeres para decir no, esto no es nuestra responsabilidad. Estas mujeres han logrado decir: nosotras somos sobrevivientes, fuimos víctimas pero no somos víctimas eternas. Sí se puede. Yo misma, en mi propia experiencia, me di cuenta que verse o situarse como una víctima para toda la vida es una cosa castrante, porque yo me creo una autoimagen de lo que eso significa y pienso que nunca voy a salir de ahí lo que perpetúa la violencia y le da poder al violador. Me quita todo el poder porque le pongo toda mi energía al sufrimiento, en lugar de ponerle toda mi energía a seguir viviendo, y a ver que eso fue un episodio en mi vida, pero que no es mi vida. Yo diría que en derechos humanos y en temas de memoria se tiende mucho a esto. Sí sufrieron, pero tienen una vida más allá de eso que les pasó. Tenemos que cambiar nuestra propia idea judeocristiana de lo que es la defensa de los derechos humanos y de las personas que han sufrido. Porque más bien pareciera que nos enamoramos un poco del sufrimiento, que nos encariñamos con la cruz que llevamos, pensando que no hay otra manera de existir. De eso sí tiene la responsabilidad la iglesia católica después de 500 años de tenernos colonizadas. Hasta las maneras que hemos tenido para transformarnos están permeadas por una visión judeocristiana.

Hay que descolonizar el drama dicen por ahí…

-Totalmente. Hay que descolonizar las emociones. Nosotros hemos dado talleres donde trabajamos descolonizando las emociones, el cuerpo y las creencias. Porque estamos anclados en la creencia de que si somos seres sufrientes vamos a obtener más cariño, o más lástima, o más consideración de los demás. Y terminamos jugando un rol. Yo sí creo en la integralidad del cuerpo y es un tema que se va a ir posicionando cada vez más desde diferentes perspectivas de sanación. Nosotras trabajamos con mujeres porque la mayor parte de ellas lo llevan en el cuerpo y muy a flor de piel. Creo que los hombres van a ir sintiendo, ojalá, aunque sea poco a poco, esa necesidad de hacer cambios. Tú me preguntabas antes por lo estructural. Creo que es tan estructural lo emocional como la vivencia del cuerpo y no lo hemos considerado porque no se puede hacer una reforma agraria en el cuerpo. Pero la sexualidad es estructura de la desigualdad social, de las desigualdades entre hombres y mujeres. Pero no solo eso. La homofobia, la transfobia, toda la misoginia y violencia en contra de las mujeres es estructural. Y sólo la hemos visto desde los efectos, no desde las causas. Para mí trabajar la sexualidad como parte de la sanación es fundamental, porque ahí estamos abarcando temas estructurales que no hemos visto, que antes no se habían visto desde el socialismo o de las izquierdas. Si los hombres trabajaran su sexualidad de otra manera, posiblemente serían seres menos obsesionados con su genitalidad.

¿Y nosotras?

-Si nosotras trabajáramos nuestra sexualidad desde la integralidad, posiblemente seríamos seres menos subordinadas y menos naturalizadas con el tema de la violencia.

¿Qué consejo o guía le darías a una mujer o a un hombre que se siente en crisis y que tiene un sentimiento de desesperanza?

–Lo primero que le diría es que disfrute su crisis y que sienta que si ya llegó al hoyo y ya no ve ninguna opción, va bien. Las crisis son las mejores maestras para que salgamos adelante. Cuando estamos en una crisis profunda es cuando tenemos realmente la posibilidad de buscar otras cosas. Yo aquí a Chile vine invitada por el Círculo Social de Terapeutas, así es que les diría busquen el Círculo, aquí en Valparaíso. Les diría confíen en su voz interior, en su intuición. Cualquier persona, pero especialmente las mujeres, tenemos esas vocecitas que nos hablan. A veces pensamos que estamos locas porque las oímos, pero en realidad, tenemos un tipo de sabiduría interior que nos dice qué es lo que necesitamos hacer. A veces lo soñamos, a veces simplemente lo sabemos, pero no lo escuchamos porque eso no es lo que nos han dicho que es lo correcto de hacer. Yo les diría: escuchen esa voz interior, no se pongan pastillas, no se metan cosas para tratar de entender. Busquen a alguien con quien hablar. Cuando estamos más vulnerables es cuando necesitamos que nos escuchen. En mi propia experiencia personal y social, debo decir que las personas que han llegado a Q’anil es porque ya buscaron en todas partes y no encontraron lo que estaban buscando. Lo que encuentran finalmente es algo que les hace resonancia con lo que estaban sintiendo. Entonces, no hay una receta única, pero escucharse es una.

COMCOSUR MUJER Nº 503 – 12.12.16
____________

“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de
quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre
_____________

COMCOSUR MUJER ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) / blog: nuevo.comcosur.org/ contacto: comcosur@comcosur.com.uy / Y ahora se puede seguir a Comcosur también en Facebook
_____________

powered by phpList