1) Detenido en España Fleming Gallo, colaborador del FUSNA /Mauricio Pérez
2) Uruguay: La bata manchada /Mauricio Pérez
3) Uruguay: Las formas del terror /Álvaro Rico
4) La agricultura, rehén de los gigantes digitales /Sergio Ferrari
5) Kintto Lucas: “A veces la vida es un encierro” /Ana Molina
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores – Hoy:
I. Vuelven “Los músicos” a Radio Vilardevoz
II. Dos Dosis de cultura
III. Conexiones inesperadas» HIP HOP Y RAP
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“En atletismo existe una carrera en equipo llamada de postas o de relevos. Cada uno de los corredores de un equipo recorre una determinada distancia y allí lo espera un compañero a quien le debe entregar un tubo de unos 30 cm llamado testimonio o testigo. Algo parecido, aunque difícil de visualizar, ocurre en la historia de un país: cada generación entrega su “testimonio” a la que sigue para continuar su interminable carrera. Carrera de relevos generacionales que van tejiendo la trama política, social, cultural de un pueblo.
Esa inmensa trama sufrió en la Argentina un inmenso tajo producido por una bayoneta en la década de 1970. Por ese espantoso agujero negro cayeron 30 mil corredores, compañeros, militantes portadores de testimonios valiosos difíciles de suplantar. Otros quedaron aferrados a los bordes de la trama, resistiendo a rabia, a diente, a imaginación la cruel tempestad desatada por una dictadura cívico militar eclesiástica”.
Jorge Miceli, ex preso político de Coronda, Santa Fe – Argentina
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1) DETENIDO EN ESPAÑA FLEMING GALLO, COLABORADOR DEL FUSNA
Mauricio Pérez /Brecha, 21 de mayo de 2021
Lo detuvieron en España en el marco de una investigación por tortura a ex-presos y x-presas políticas, como la excandidata a vicepresidenta por el Frente Amplio. Graciela Villar.
La Computadora era una agencia interna, creada en 1976, que funcionaba en dependencias del S-2 (inteligencia), en el Cuerpo de Fusileros Navales (FUSNA). Su cometido era sistematizar información de los interrogatorios a los detenidos y analizar la situación de las organizaciones políticas consideradas «enemigas» (veáse «El extravío», Brecha, 15-I-16).
Para sus tareas, contaba con una estrecha participación de algunos detenidos que colaboraban con el S-2 en el análisis sobre la veracidad de las respuestas brindadas por el resto de los detenidos, que eran interrogados bajo torturas en esa unidad militar. Con estos elementos, la Computadora completaba fichas de los detenidos y elaboraba informes sobre las estructuras de las distintas organizaciones políticas perseguidas.
Uno de sus primeros colaboradores fue un militante del Partido Comunista del Uruguay (PCU), detenido a principios de 1976, sobre el final de la Operación Morgan, que se quebró durante la tortura y, azuzado por los oficiales del FUSNA, se transformó en delator. Pero no solo eso: tuvo una activa participación en el interrogatorio de varios de sus excompañeros de partido.
El fiscal especializado en crímenes de lesa humanidad Ricardo Perciballe solicitó, días atrás, la extradición de Fleming Julio Gallo Sconamiglio, aquel exmilitante comunista que se transformó en colaborador en la Computadora. Gallo fue detenido sobre principios de este año, en España, tras un pedido de captura librado en su contra en octubre de 2019, en el marco de una investigación por delitos de tortura contra ex-presos políticos en el FUSNA.
La extradición de Gallo fue solicitada tras una denuncia penal presentada por Mariana Felártigas, que incorporó los testimonios aportados hace más de una década en otro expediente por tres ex-presas políticas: Sandra Toledano, Beatriz Paciello y Graciela Villar. Las tres fueron detenidas en agosto de 1979 y trasladadas al FUSNA, donde fueron interrogadas y torturadas. Su otrora compañero tuvo un rol clave en esas detenciones y participó activamente de los interrogatorios, preguntando, pero también –en algunos casos– torturando. «Fuimos detenidas las tres juntas, después de que él nos ve», contó Villar a Brecha.
Villar y Gallo tenían una militancia conjunta, pero también un estrecho vínculo familiar. Él era esposo de su prima hermana; el tío de ella, Ramón Núñez Barrera, era militante comunista de toda la vida, estaba preso y supo que muchos militantes comunistas habían sido detenidos porque Gallo «había trabajado marcando gente».
La noche de su detención, las tres habían asistido a un recital de resistencia a la dictadura en la Galería del Notariado. De repente, un compañero se acercó a Villar y le dijo que adelante, en las primeras filas, estaba «su primo», que en ese momento estaba, supuestamente, detenido en el FUSNA. «Ya sabíamos que Fleming no solo se había quebrado, sino que salía a la calle a quemar gente», relató Villar. Fue ahí que él mira hacia atrás y las ve.
«No encuentro palabras para definir lo que sentí», contó. «El dolor, la vergüenza, la vergüenza familiar; mi tío estaba preso, mi prima, que era militante de la UJC [Unión de la Juventud Comunista], y el miedo, un miedo que hoy no podría describir. Fue un decir: “Ahora que nos viste, somos candidatas”. Esa misma noche nos detuvieron, cometimos la ingenuidad de ir a nuestras casas», dijo Villar. Fue detenida junto con su esposo. Su primera hija, Tania, una niña, también fue llevada y entregada a su abuela.
Fueron trasladados encapuchados y maniatados al FUSNA, secuestrados, ya que nunca fueron procesados por la justicia militar. Los interrogatorios y las torturas se mezclaban con sus vidas personales: Toledano estaba embarazada de 36 semanas y estuvo internada en el Hospital Militar; Villar y su esposo no sabían el destino de su hija: «Pensábamos que la habíamos perdido». Fueron diez días que parecieron muchos más, porque «ahí los minutos son días y los días son meses».
En 2005, las tres decidieron presentarse ante la Justicia y denunciar las torturas sufridas. Para ellas, poder declarar fue un hecho sustantivo. «Es reabrir heridas y poner en palabras situaciones de violencia extrema y poder decírselas a otras personas», dijo Villar. Sobre todo porque esos diez días en el FUSNA quedaron marcados: «Esto queda latente en el cuerpo nuestro; mujeres sometidas a violación, manoseadas, éramos muy jóvenes. Hay algo que no se borra nunca más, que queda como una marca indeleble».
Poder declarar esas situaciones también fue sentir que existe la justicia y que esos crímenes no quedarían impunes: «Esta es la democracia por la que tanto peleamos», dijo. «Esto ratifica, una vez más, que el pasado, por más que se quiera enterrar, sale […]. El silencio se transforma en un acto de complicidad cuando quienes cometieron estas atrocidades no son juzgados. Fleming no solo traicionó las ideas por las que decía que peleaba, sino que pasó a trabajar directamente con los represores; para mí es profundamente doloroso», expresó Villar.
Un documento titulado «Computadora: resultados de su trabajo y situación al 28 de noviembre de 1979», destacó el trabajo de los servicios de inteligencia del FUSNA en la estructuración de una red de informantes infiltrados en «filas del enemigo», que se construyó mediante la captación de colaboradores entre los detenidos. Esa red «logró el desbaratamiento de la red clandestina del PCU. De no haber mediado un fino trabajo de infiltración (una labor de inteligencia que llegó hasta la detención del primer secretario del PCU en Uruguay) no se hubiera logrado ni cercamente [sic] su desmembramiento» (veáse «El extravío», Brecha, 15-I-16).
La participación de Gallo en esa red de colaboradores quedó registrada en diversos documentos hallados en el archivo del FUSNA y en el archivo Berrutti. Según un informe de Interpol, una persona con su mismo nombre y apellido e igual fecha de nacimiento ingresó a Estados Unidos en 1980, por Nueva York; esa persona no tenía antecedentes y por su rol de colaborador no fue procesado por la justicia militar.
Por esos años, Gallo se radicó en México, hasta que fue identificado por la colectividad de exiliados uruguayos en ese país y decidió retornar a Uruguay, donde vivió varios años y trabajó como gerente de una institución médica en Minas (Lavalleja). Fue identificado años después por Villar, entonces dirigente de la Federación Uruguaya de la Salud, durante un conflicto sindical.
Después de ese conflicto, se radicó en España junto con toda su familia. Sería detenido en ese país europeo a pedido de la Justicia uruguaya. El fiscal Perciballe solicitó su extradición por los delitos de privación de libertad y reiterados delitos de abuso de autoridad contra los detenidos, sin perjuicio de que se le puedan imputar otros delitos, dijeron fuentes judiciales a Brecha.
Gallo también aparece mencionado en una denuncia presentada por más de cuarenta ex-presos políticos, nucleados en el colectivo Crysol, por torturas en el FUSNA. En esta denuncia, además de oficiales de la Armada y del Ejército, aparecen mencionados otros dos colaboradores de la dictadura, Roberto Patrone y Ariel Ricci.
Nota:
Gallo Sconamiglio, Fleming Julio
Ex militante de la Unión de Juventudes Comunistas, fue apresado en el año 1976, a partir de ese momento comenzó a actuar como delator y torturador del cuerpo de Fusileros Navales, dependiente de la Armada Nacional, al menos hasta el año 1980.
De acuerdo a la sentencia por la cual fueron condenados Gregorio Alvarez y Juan Carlos Larcebeau por su responsabilidad en más de 30 homicidios especialmente agravados, Gallo integró un grupo de tareas llamado «La computadora» que funcionó dentro de la estructura del S2 (inteligencia) del FUSNA, dedicado al procesamiento de información surgida de operativos y actas de interrogatorios bajo tortura a detenidos. En el documento citado se establece que en este grupo «participaron activamente los detenidos Fleming Julio Gallo Sconamiglio y Roberto Patrone Belderrain, los que ordenaban la información, confeccionaban fichas de cada detenido o requerido, mecanografiaban y también interrogaban y salían al exterior a colaborar en procedimientos. Tenían cierta autonomía para manejarse y sometían tanto a hombres como mujeres detenidos a tratos degradantes.»
Asimismo, Gallo es mencionado en al menos tres causas judiciales por delitos de lesa humanidad cumpliendo un rol represivo destacado, participando en la identificación de sus ex compañeros y compañeras de militancia y las torturas a los mismos:
Vera, Jorge y otros. (Impulsada por el grupo «Colectivo de denunciantes de 2011»).
Mariana Felártigas Arigón, su denuncia (impulsada por el grupo «Colectivo de denunciantes de 2011»).
Albacete, Daniel y otros. Operación Morgan (impulsada por CRYSOL en 2011).
El Fiscal especializado en delitos de lesa humanidad solicitó su extradición desde España, donde fue capturado en el año 2021.
Fuentes: Mauricio Pérez /Brecha /Blog El muerto
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2005 – 28.05.2021
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2) URUGUAY: LA BATA MANCHADA
Médico militar imputado por abusos a ex-presos políticos
Mauricio Pérez /Brecha – 28 mayo, 2021
La Justicia interrogó a un médico militar imputado por delitos de abuso de autoridad contra ex-presos políticos. Diversos testimonios lo ubican como un partícipe directo de la represión en el 300 Carlos y con activa participación en el parto de María Claudia García.
Ramón Rodríguez de Armas, médico imputado por torturas, junto a la abogada Graciela Figueredo, a la salida del juzgado Mauricio Zina
Por debajo de la venda o directamente mirándolo a los ojos, una decena de ex-presos políticos reconocieron al médico militar Ramón Rodríguez de Armas como uno de los profesionales que los atendió durante su cautiverio y que controlaba las sesiones de torturas en centros clandestinos de detención durante la dictadura.
El jueves 20, Rodríguez de Armas compareció ante la Justicia, como parte del proceso de indagatoria penal por el secuestro de Enrique Rodríguez Larreta, reactivada en 2011 a partir de la denuncia penal presentada por Elba Rama y otras sobrevivientes del centro clandestino argentino Automotores Orletti.
Fue una instancia clave para la causa. Sobre fines de 2020, el fiscal Ricardo Perciballe solicitó su procesamiento con prisión por un delito de abuso de autoridad contra los detenidos (La Diaria, 24-XII-20). Ahora, la jueza Silvia Urioste lo interrogó en audiencia ratificatoria, previa al dictado de su resolución.
En ese ámbito, el médico militar intentó rebatir las acusaciones de decenas de víctimas que lo identifican como Óscar 5, integrante del Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), activo en centros de represión como el 300 Carlos y la casona de Punta de Gorda, y en la sede del Servicio de Información y Defensa (SID), ubicada en Bulevar Artigas y Palmar.
Esos testimonios señalan a Óscar 5 como partícipe del falso operativo del chalet Susy, en Shangrilá, mediante el cual se pretendió blanquear la situación de varios militantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), detenidos en Argentina y trasladados ilegalmente a Uruguay en el primer vuelo de Orletti. Según esos relatos, fue el encargado de ocultar los rastros de la tortura y hacer que los detenidos tuvieran un mejor aspecto físico en el momento de la falsa detención.
Alicia Cadenas declaró: «En un momento, cuando nos sacaron a tomar sol, el médico torturador Óscar 5 dijo: “A estos hay que darles algo para que se recuperen porque van a parecer cadáveres”». Incluso, algunos presos políticos señalan su participación en Orletti. Sergio López Burgos, fallecido en 2013, declaró que le dio una pastilla rosada cuando era torturado con la picana eléctrica y reconoció su voz «jadeante y asmática».
En tanto, Elba Rama y Sara Méndez lo señalaron como el médico que asistía a la sede del SID para atender a María Claudia García, embarazada de su hija, Macarena. Cadenas dijo que el médico fue notificado por radio cuando la joven argentina estaba por dar a luz y que fue este quien ordenó que la trasladaran al Hospital Militar.
IMAGEN IMBORRABLE
Tras el pedido de procesamiento contra Rodríguez de Armas, la indagatoria ingresó en sus últimas etapas. Esto implicó la declaración del imputado y de varios testigos, entre ellos, el expresidente de la Junta Anticorrupción y exintegrante del PVP Ricardo Gil Iribarne.
En su declaración, a la que accedió Brecha, el exjerarca recordó que fue detenido en 1976, en Colonia, por actos de propaganda, y que fue trasladado a diversos centros de detención: el FUSNA, el Grupo de Artillería N.º 1 y el 300 Carlos (o Infierno Grande), ubicado a los fondos del Batallón N.º 13. Fue interrogado y torturado sistemáticamente. Y apuntó que las torturas se intensificaron en el 300 Carlos, tras la detención de los militantes del PVP en Argentina.
En este marco, reconoció a Manuel Cordero y Jorge Pajarito Silveira como algunos de los partícipes de su tortura. Y aseguró que existe una persona que mencionó en anteriores declaraciones cuya identidad desconocía hasta hace poco: un médico que actuaba en el 300 Carlos bajo el alias Óscar 5.
Según Gil Iribarne, a ese médico lo vio en cuatro oportunidades: «La primera vez le vi el rostro por debajo de la venda; la segunda vez no le vi la cara […] creo que fue él, pero con menos certeza». La tercera vez fue tras una importante lesión que sufrió en la tortura: «Al otro día va a revisarme, lo primero que me dice es: “Gringo, vos seguís acá –los oficiales me decían Gringo–, vos no entendés que estos te van a matar”, y ahí corrige y dice: “Bueno, te vamos a matar”». La cuarta vez fue tras ser golpeado reiteradamente con un rebenque: «Les dice que me tienen que tener boca abajo por varios días hasta que ceda la inflamación […] en esa oportunidad lo volví a ver, nunca me sacaron la venda, pero lo vi por debajo de ella».
Ante la jueza, Gil Iribarne lo describió físicamente: «Era un hombre fornido, tirando a obeso, cabeza grande, peinado hacia atrás con el pelo chato, hablaba en voz baja. Yo calculo que tenía como 40 años. Se vestía de sport, saco y camisa sin corbata. De lo que no tengo mucha idea es de su estatura, ya que estaba acostado, parecía de estatura normal, pero no tengo referencia».
Nunca más lo vio, pero en diciembre de 2020 pudo identificarlo: «Leí la información de que se lo acusaba de ser Óscar 5 a un médico llamado Ramón Rodríguez de Armas, una de las notas de prensa incluía una fotografía, que no tengo dudas de que se corresponde con quien yo conocía como Óscar 5. Reitero que siempre fui cuidadoso de no acusar a nadie si no estoy plenamente convencido». Por eso, decidió comunicarse con fiscalía.
Tras ser interrogado por la defensa, Gil Iribarne confirmó la participación en actos aberrantes, al actuar en un galpón con gente torturada: «Estar atado y vendado durante meses y que me digan “te vamos a matar”, si eso no es aberrante, no sé qué es». Y afirmó que eso no es contradictorio con los tratamientos que les brindaban: «Obviamente no hizo nada por evitar la tortura […] como cuando me dio una inyección cuando estaba colgado, su objetivo no era cuidarme, sino que me siguieran interrogando».
El jueves 20, la jueza Urioste interrogó a Rodríguez de Armas. En esa instancia, el médico –equiparado a teniente coronel– afirmó que trabajó en diversas instituciones, entre ellas, el Hospital Militar y que conocía a Pajarito (por Silveira), pero que no tenía ningún vínculo actual con él: «Creo que estuvo en el Hospital Militar, no lo sé decir».
Durante la audiencia, se le preguntó si atendió a detenidos en el SID: «No, yo atendí en el Hospital Militar desde que ingresé hasta que egresé [entre 1971 y 1996] ». Al preguntarle si alguna vez fue al SID, también contestó en forma negativa: «Alguna vez me dejaban estacionar, pero dentro del SID nunca estuve. Solo en el estacionamiento».
La jueza le preguntó si alguna vez había atendido a María Claudia García: «No, no tengo noción de quién es esa persona». También le preguntó si atendió partos de detenidas: «Pude haber atendido alguna en el Hospital [Militar], pero no sé diferenciar, no había diferenciación allí». Y admitió que en algunas oportunidades fue al penal de Punta de Rieles para hacerles los controles ginecológicos a presas políticas.
En este contexto, el médico militar rechazó las declaraciones de un exoficial de la Fuerza Aérea, quien dijo conocerlo y lo asoció con la operativa del OCOA. Rodríguez de Armas dijo no saber quién es ese oficial y aceptó tener un careo para clarificar las diferencias entre ambas declaraciones. El careo se llevará adelante el 10 de junio. Luego, la jueza Urioste estará en condiciones de dictar su fallo.
Fuentes: Mauricio Pérez /Brecha /Crysol
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2005 – 28.05.2021
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3) URUGUAY: LAS FORMAS DEL TERROR
A medio siglo del primer desaparecido en Uruguay
Álvaro Rico /Brecha – 21 mayo, 2021
Pronto se cumplirán 50 años de la primera desaparición forzada en Uruguay. El 17 de julio de 1971 desapareció Abel Ayala. Según el informe final de la Comisión para la Paz (Comipaz), fue asesinado al día siguiente, pero su cuerpo sigue desaparecido hasta el presente. Un mes después, el 17 de agosto, desapareció Héctor Castagnetto. Según la información que obtuvo la Comipaz, fue fusilado al otro día y su cuerpo habría sido arrojado al Río de la Plata.
Como parte del mismo operativo represivo debemos mencionar el asesinato de Manuel Ramos Filippini, el 31 de julio de ese año, por el Comando Caza Tupamaros Óscar Bargueño y el del estudiante y poeta Ibero Gutiérrez, el 28 de febrero del año siguiente, por el Escuadrón de la Muerte.
Estos primeros casos de desaparición forzada y asesinato con saña en Uruguay asentaron un patrón de castigos estatales secuenciados (secuestro-tortura-asesinato o desaparición) y formas de victimización combinadas (tortura, asesinato, asesinato con desaparición del cuerpo, desaparición), así como estrategias de ocultamiento institucional posterior de los delitos y de sus ejecutantes. Esos rasgos de la represión definieron también el origen y la naturaleza del autoritarismo que se implantó en el país antes del golpe de Estado y la dictadura, en junio de 1973.
Efectivamente, el fenómeno de la desaparición forzada de personas en Uruguay surgió bajo la vigencia del Estado de derecho y durante el mandato de un presidente electo y un gobierno constitucional. El tipo de delito de lesa humanidad que representa la desaparición forzada por razones políticas puso en evidencia otra dimensión de las crisis del sistema político democrático y de la legalidad de la administración, incapaces, finalmente, de encauzar por medios democráticos y garantistas el conflicto planteado.
En ese sentido, la crisis de la democracia y el Estado de derecho en Uruguay no se explican exclusivamente por el desafío a la autoridad y al monopolio de la violencia legítima del Estado por fuerzas insurgentes –como lo plantean los discursos liberal y conservador dominantes desde aquella época–, sino, también, por el ejercicio autoritario del poder estatal a través del gobierno bajo decreto y la aplicación reiterada de medidas prontas de seguridad –votadas por las mayorías políticas liberales y conservadoras en el Parlamento–, que fueron alterando la relación entre los poderes estatales a favor del Poder Ejecutivo, ampliando la interpretación punitiva y no garantista de la Constitución, e incorporando la institución policial-militar a la institucionalidad política y al cogobierno del país.
En segundo lugar, podría afirmarse que en el origen mismo del fenómeno de la desaparición forzada de personas en Uruguay, en 1971, sus ejecutores fueron comandos encubiertos que inauguraron una forma de paraestatalidad represiva que tuvo continuidad en la plena reorganización del Estado uruguayo como Estado clandestino bajo la dictadura.
Justamente, las figuras jurídicas y discursivas adoptadas para designar el carácter estatal beligerante, como «estado de guerra interno» y «guerra antisubversiva», operaron también como fundamento y justificación de un tipo de «guerra sucia», no tradicional, que legitimó el accionar paraestatal, clandestino o encubierto de las fuerzas de seguridad del Estado contra los «enemigos internos», alterando e invirtiendo definitivamente en la dinámica represiva las relaciones entre lo legal y lo ilegal, los fines y los medios, el cumplimiento de la orden y su contenido ético.
Asimismo, la integración de civiles, policías y militares en esos comandos represivos a principios de los años setenta ilustra, a través del montaje mismo de la infraestructura clandestina de la represión, la alianza que caracterizará al régimen en su misma cúpula gobernante: la dictadura cívico-militar.
Luego del golpe de Estado y avanzado el proceso de consolidación del autoritarismo, el monopolio de la represión retornó al sujeto militar-policial, como lo había sido en la segunda mitad de los años sesenta en su combate contra la guerrilla. No obstante, resulta necesario tener en cuenta aquel antecedente temprano de los comandos anticomunistas en la etapa predictadura para analizar las formas organizativas y operativas de la represión institucional que sobrevinieron luego en la dictadura, principalmente a través del accionar de organismos como el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas y el Departamento III del Servicio de Información de Defensa (SID), sobre todo en su operativo extraterritorial.
El secuestro en vez de la detención formalizada, los sitios clandestinos de depósito de prisioneros, la tortura continuada y el asesinato con especial ensañamiento en los cuerpos de las víctimas, el uso de seudónimos y vestimenta de paisano sin insignias ni identificaciones en los procedimientos, la negación de las actuaciones y el ocultamiento institucional de los hechos, la desaparición de los cuerpos, etcétera, demuestran un formato operacional y metodologías secretas de la represión similares en grupos paraestatales y órganos de la institucionalidad policial-militar del Estado.
El 20 de diciembre de 1974 se comprobó uno de los asesinatos grupales más aberrantes de la historia de la dictadura, que permanece impune: el de los fusilados de Soca, los cinco uruguayos secuestrados en Buenos Aires y vinculados al Movimiento de Liberación Nacional. Mirtha Yolanda Hernández, María de los Ángeles Corbo, Graciela Estefanell, Héctor Brum y Floreal García fueron secuestrados en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1974, trasladados a Uruguay y acribillados a balazos en las proximidades de la ciudad de Soca, en el departamento de Canelones. También fueron secuestrados Julio Abreu y el menor Amaral García, que sobrevivieron a la masacre. Este es un caso que, a diferencia de los ejemplos del Escuadrón de la Muerte, aconteció ya bajo la dictadura uruguaya, pero no aún bajo la Argentina, iniciada en 1976.
Fue una operación represiva clandestina de victimización grupal que involucró situaciones personales conexas (matrimonios, amistades entre parejas, la misma pertenencia política, la migración conjunta a Buenos Aires), realizada, seguramente, por un grupo de represores uruguayos que operó en la vecina orilla en el marco de la coordinación represiva regional, apoyado por las fuerzas de seguridad argentinas para organizar impunemente el traslado ilegal del grupo entre países.
En Argentina también se utilizaron centros clandestinos de detención para retenerlos casi un mes y medio desde el secuestro hasta la ejecución. En Uruguay se inauguró la Casa de Punta Gorda, que funcionó hasta mediados de 1976, también llamada Infierno Chico, como centro clandestino dependiente del SID. En este caso, como en los del Escuadrón de la Muerte, tanto el fusilamiento como la desfiguración de los cuerpos después de la muerte de las personas y su exposición en lugares públicos (la carretera de Soca, las rocas de Kibón) transformaron el crimen político en un castigo ejemplarizante a mostrar a la población y a no ocultar.
A la vez, si la desaparición inauguró en el país una metodología en la que el crimen político ya no era suficiente como forma extrema de los castigosestatales, el ensañamiento de los victimarios con los cuerpos de los asesinados (quebraduras de brazos, marcas en la piel, una gran cantidad de impactos de bala) buscó prolongar su muerte más allá de la vida o ir más allá de la muerte, un componente de crímenes de odio bajo el ropaje de la ideología antitupamara y anticomunista.
Otro caso conexo con cuatro víctimas asesinadas y una desaparecida, acontecido bajo las dictaduras en el Río de la Plata, lo representó el secuestro grupal en Buenos Aires, los días 13, 18 y 19 de mayo de 1976, del matrimonio integrado por Rosario Barredo y William Whitelaw y los parlamentarios Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, así como del doctor Manuel Liberoff, luego desaparecido.
Nuevamente, víctimas por razones políticas de un grupo represor que actuó en forma ilegal y clandestina, en el marco de la coordinación represiva regional, utilizando para su operativo sitios clandestinos de detención y tortura (OT 18, en la calle Bacacay, y Automotores Orletti, donde actuaban integrantes del SID), caso que también ejemplifica la participación de civiles junto con efectivos militares en los secuestros y los centros de detención (banda de Aníbal Gordon) y la combinación de la desaparición forzada y el asesinato político
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Este mismo patrón represivo escaló a niveles aún más altos y masivos con la organización de los operativos conjuntos desplegados en Buenos Aires por las fuerzas de seguridad de Uruguay en coordinación con las argentinas, utilizando varios centros clandestinos de detención a la vez y los vuelos ilegales de prisioneros entre países reconocidos por la Fuerza Aérea Uruguaya, con una numerosa secuela de víctimas detenidas desaparecidas. Así tuvo lugar el primer vuelo grupal de Argentina a Uruguay, el 24 de julio de 1976, con militantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), recluidos luego en la sede del SID que operaba como centro clandestino de detención en Montevideo, sin víctimas mortales ni desaparecidos en este núcleo de uruguayos. Así fue también el operativo en la segunda oleada represiva contra el PVP en Argentina, que provocó el segundo vuelo de sus 24 integrantes detenidos, el 5 de octubre de 1976, desaparecidos hasta el presente. Y otros ejemplos posteriores salientes.
El 20 de mayo de 1976, día de los asesinatos, en Buenos Aires, de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw, se constituyó en una fecha emblemática en Uruguay. En cada aniversario la sociedad recuerda la memoria de las víctimas y a los detenidos desaparecidos durante el terrorismo de Estado, junto con el compromiso por verdad, memoria, justicia, reparación y nunca más. Este año, la activación y la actualización de la documentación y los testimonios en varias de las denuncias penales en curso, el avance de las investigaciones, el aporte de nuevas pruebas y acusaciones hechas por la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad, la detención y la extradición de connotados represores, y el juzgamiento con sentencia de los responsables en varias causas –entre otras, las que se están procesando referidas a los crímenes del Escuadrón de la Muerte, a los fusilados de Soca y a los asesinatos de los parlamentarios en Buenos Aires– seguramente continuarán rompiendo uno de los legados más firmes de la dictadura en la democracia uruguaya posdictadura: la impunidad.
Fuentes: Álvaro Rico /Brecha /Crysol
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2005 – 28.05.2021
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4) LA AGRICULTURA, REHÉN DE LOS GIGANTES DIGITALES
Cuando digital rima con multinacional
Sergio Ferrari / Suiza, 24.05.2021
Los gigantes tecnológicos de la comunicación y la distribución se abalanzan cada día con más voracidad sobre la agricultura y la alimentación. Incursión con consecuencias dramáticas para la pequeña producción y el mundo del trabajo rural.
Hace apenas algunos años la empresa japonesa Fujitsu, especializada en computadoras, tabletas táctiles y periféricos, inició un llamativo proyecto piloto: instaló en las afueras de Hanoi, Vietnam, una granja de alta tecnología más parecida a una fábrica que a una chacra tradicional. Produce ensalada en estantes dispuestos verticalmente en un ambiente climatizado, completamente cerrado y manejado por computadoras centralizadas en Japón.
Las mismas están conectadas a una “nube” — infraestructura digital de almacenamiento de datos y servicios informáticos disponible a través de Internet–, que Fujitsu opera en sociedad con Aeon, uno de los más grandes comercios minoristas nipones en el rubro alimenticio. ¿Por qué destinar una cantidad tan grande de recursos y energía para la producción de unas pocas bandejas de lechuga sin mucho valor real en el mercado? Esta granja es, al mismo tiempo, impresionante e incomprensible, señala la ONG GRAIN (“grano” o “semilla” en francés) en un estudio difundido este mes de mayo.
También a las afueras de Hanoi, Fujitsu desarrolla el proyecto piloto de otra unidad agrícola, aunque con un carácter diferente. Está ubicada en un terreno exterior, común y corriente, que no la distingue de las granjas vecinas. Sin embargo, su particularidad distintiva es que todos sus trabajadores usan teléfonos móviles inteligentes provistos por la compañía y sus movimientos son monitoreados. Las horas que trabajan, su productividad, los insumos que aplican, son cuidadosamente anotados y archivados en Japón, en la “nube” de la compañía. Fujitsu utiliza la tecnología digital más moderna para maximizar el rendimiento de la mano de obra.
En Silicon Valley, Estados Unidos, los cultivos verticales siguen siendo emprendimientos mimados. Desde 2014 han recibido 1.800 millones de dólares de parte de grandes inversores en tecnología, como el fundador de Amazon, Jeff Bezos, y el SoftBank de Japón.
Paradójicamente, a pesar de los grandes caudales financieros que reciben, las granjas de alta tecnología que han construido estas empresas sólo ocupan, en todo el mundo, el equivalente de unas escasas 30 hectáreas de tierra, sostiene la ONG autora del informe. GRAIN es una pequeña organización internacional sin fines de lucro que apoya a campesinos y agricultores, así como a movimientos sociales de África, Asia y América Latina en sus luchas por lograr sistemas alimentarios basados en la biodiversidad y gerenciados comunitariamente (grain.org/fr/pages/organisation)
Cuando los datos valen oro
En el universo de la tecnología digital, el poder se basa en los datos. Es decir, en la capacidad de recolectar y procesar cantidades masivas de información, lo que se denomina “Big Data”.
Como en otros sectores de la economía, las grandes corporaciones –ya sea compañías tecnológicas, proveedores de redes de comunicación, cadenas de comercio minorista, compañías productoras de alimentos, agronegocios o bancos–compiten por recolectar tantos datos como sea posible a partir de todos los puntos del sistema alimentario. Y obtener así ganancias monstruosas a partir del uso de esos mismos datos.
Alianzas, fusiones y compras realizadas entre corporaciones favorecen lo que GRAIN describe como “una captura corporativa mucho más profunda y completa de datos provenientes del sistema alimentario”.
Los principales actores son las compañías globales de tecnología, conocidos como los Gigantes Tecnológicos, o Big Tech.
Microsoft, por ejemplo, impulsa la plataforma Azure FarmBeats de agricultura digital, con un enorme sistema tecnológico que se centraliza en la “nube” de la compañía.
La plataforma está siendo diseñada para proporcionar a los agricultores información y análisis en tiempo real sobre las condiciones de suelos y agua, el crecimiento de sus cultivos, plagas y enfermedades, así como el pronóstico del tiempo y los cambios del clima que podrían enfrentar. El valor de esta información y de la asesoría correspondiente dependen del volumen y la calidad de los datos que Microsoft puede recolectar y analizar con sus algoritmos, razón por la cual se asoció con compañías líderes en el desarrollo de drones agrícolas y dispositivos con sensores. Y también con compañías que desarrollan tecnologías que pueden recibir y trabajar con la información que recopila FarmBeats –tractores de alta tecnología, drones, aplicadores de plaguicidas y otros dispositivos y máquinas conectadas a la “nube” de Azure.
La obsesión por la ganancia
¿Qué relación tiene esta nueva tendencia inversionista con las realidades y necesidades de los 500 millones de establecimientos o fincas de campesinas y campesinos que producen gran parte de los alimentos del mundo?
Las aplicaciones de esta alta tecnología, como tractores sin conductor y drones regadores de pesticidas, no se dirigen, necesariamente, a beneficiar a estos grupos de pequeños productores. No se preocupan por brindarles consejos y asistencia técnica. El objetivo principal de las multinacionales que invierten en la agricultura digital es integrar a millones de campesinos en una amplia red numérica controlada de forma centralizada. Para promover, cuando no obligar, la compra exclusiva de sus productos, sean insumos, máquinas o servicios financieros.
Los Big Tech no van a ayudar a los pequeños agricultores a promover sus conocimientos, sus semillas autóctonas o su sabiduría propia con respecto a la cría de ganado. Por el contrario, promueven el conformismo y la disciplina financiera: los mini productores integrados a la red deben comprar a crédito los insumos promovidos; deben seguir los consejos del asistente virtual para tener derecho al costoso seguro de cosecha; deben vender la cosecha a la empresa a un precio no negociable; y se comprometen a aceptar como forma de pago la moneda digital que la gran transnacional les impone.
Por otra parte, argumenta GRAIN, el desarrollo de este tipo de agricultura digital va de la mano con la presencia también activa de esos Big Tech -cuando no monopólica y dominante- en la distribución de los alimentos y la venta al por menor. Buscan “reemplazar rápidamente a los pequeños comerciantes, vendedores ambulantes y otros actores locales”. Este mecanismo tiene como horizonte convertir “a los pequeños agricultores y vendedores minoristas de hoy en la mano de obra del futuro de las empresas de alta tecnología”.
Multinacionales al acecho
Los actores más grandes en el ámbito de los agronegocios tienen aplicaciones que actualmente cubren millones de hectáreas de campos de cultivo. Y logran que los agricultores les proporcionen informaciones locales sobre sus prácticas a cambio de asesorías y descuentos en el costo de los productos que estas corporaciones prácticamente les obligan a utilizar.
La transnacional alemana Bayer, la más grande del mundo en semillas y pesticidas, reconoce que su aplicación ya se está usando en fincas –unidades productivas– que cubren más de 24 millones de hectáreas en Europa, Estados Unidos, Canadá, Brasil y Argentina.
La multinacional germana –al igual que las otras dedicadas a agronegocios–, debe arrendar de una de las compañías de los Gigantes Tecnológicos la infraestructura digital que necesita. En este caso se trata de Amazon Web Services (AWS), la plataforma de servicios en la “nube” más grande del mundo, por delante de Microsoft, Google y Alibaba.
Amazon, que al igual que Microsoft desarrolla su propia plataforma de agricultura digital, puede utilizar los datos recolectados por Bayer y otras numerosas compañías que utilizan sus servicios en la “nube”. Por lo tanto, tiene una enorme ventaja sobre los otros competidores, no solo en términos de cantidad de datos a la que tiene acceso, sino también en términos de su capacidad para analizarlos y obtener así ganancias significativas de los mismos.
Microsoft desarrolló el proyecto Farm Beats y la Iniciativa Microsoft 4Afrika con AGRA (Alianza para la Revolución Verde) con el fin de desarrollar la agricultura digital en Kenia, Nigeria, Ruanda, Gana, Tanzania, Uganda, Malaui y Etiopía.
Amazon adquirió Whole Food por 16 mil millones de dólares e invirtió más de 500 millones de dólares en el sector alimentario en India y Australia.
Apple, junto con Argwold, desarrollaron su reloj de precisión para utilizarlo en la agricultura de punta. Facebook invirtió en Reliance Jio, el operador de red móvil más grande de India. Google promueve junto con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) el mapa de la tierra (Earth Map) el cual permite una recolección masiva de datos sobre clima, medioambiente y agricultura.
Alibaba encabeza las fusiones de comercios minoristas de alimentos, que operan tanto a nivel presencial como por Internet, con una inversión de 12 mil 700 millones en ese rubro. E invierte otros 3 mil 600 millones para adquirir la cadena comercial minorista francesa Auchan.
En 2019, la multinacional química y agroalimentaria suiza Syngenta compró Cropio, una empresa de plataforma digital, para avanzar hacia la agricultura digital. Y en este universo de aceleradas fusiones y alianzas, se suman la multinacional alemana BASF –con la Xarvio y la Bosch–; así como las americanas CORTEVA –con Granular– y FMC Corp. que anunció el lanzamiento de Arc farm intelligence.
Existen alternativas
Existen hoy un gran número de iniciativas que apuntan a romper la dependencia de los servicios digitales que los gigantes tecnológicos controlan y las corporaciones les imponen cada vez más a los pequeños productores rurales.
Por ejemplo, la “FarmHack”, una comunidad de agricultores a nivel mundial que desarrolla y adapta sus herramientas y comparte esta información de manera gratuita por Internet. Varias empresas creadas recientemente promueven nuevas formas, más equitativas, de intercambio de información surgidas de iniciativas colectivas y sin derechos excluyentes de propiedad intelectual. Lo hacen no sólo dentro de comunidades locales, sino también con pequeños productore-as que enfrentan condiciones similares -por ejemplo, técnicas de control de plagas en el mundo entero.
Durante la pandemia, en muchos lugares del planeta, los agricultores aprovecharon las redes sociales o herramientas de comercio electrónico a través de Internet para organizar mercados alternativos. En Karnataka, India, comenzaron a usar Twitter para publicar videos sobre su producción y establecer contactos directos con los compradores. Otros revivieron sistemas tradicionales de trueque para superar la falta de dinero en efectivo y para generar una oferta que permitiera responder a la demanda.
En Brasil, a partir del cierre de los mercados al aire libre y la concentración de la distribución en los grandes supermercados — donde los pequeños agricultores no tienen acceso directo–, el Movimiento de Pequeños Agricultores y el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST) promovieron la venta sin intermediarios de productos agrícolas o la distribución gratuita de los mismos.
El tipo de agricultura y de alimentación sigue estando en el centro de un gran debate de la sociedad mundial, el cual seguirá intensificándose de cara a la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios convocada para el último trimestre del año por las Naciones Unidas. Los gigantes tecnológicos extienden sus tentáculos y tratan de devorar todo los que sea pequeña o mediana producción agrícola. Y en una relación de fuerzas desfavorable, los pequeños responden con organización, creatividad y propuestas alternativas de gran mérito. Dos visiones del campo, dos concepciones contradictorias sobre la Tierra, la vida y el derecho a alimentarse.
Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2005 – 28.05.2021
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5) KINTTO LUCAS: “A VECES LA VIDA ES UN ENCIERRO”
Sobre su novela Vivir es ser otro, la literatura y las elecciones en Ecuador…
Por Ana Molina *
El escritor y periodista uruguayo-ecuatoriano Kintto Lucas, acaba de publicar la novela Vivir es ser otro. Lo entrevisté en diversas ocasiones y contextos, sobre política. Incluso cuando hablamos sobre sus libros fue referente a hechos políticos, sociales o económicos.
En esta conversación hablamos sobre su forma de ver la literatura, sus dioses y demonios literarios, aunque no podíamos dejar a un lado la política. La novela, la locura, las contradicciones del ser humano, la soledad, la derrota, las religiones, la muerte, la campaña electoral en la que participó como candidato a la Asamblea Nacional por el progresismo, los libros como vinculo en una campaña distinta, el compromiso con una forma diferente de hacer política fueron algunos de los temas tratados.
– Empecemos hablando sobre su novela. Es una gran novela, rara tal vez, un poco surrealista. Aunque hay un vínculo claro con la realidad de la trama y con la realidad interior de los personajes. Si bien son tres partes que parecen y podrían ser distintas, es una especie de serie. La primera del personaje anónimo en un hospital o manicomio hablando sobre su mirada del mundo. La segunda parte contada por Azul, una escritora que recuerda un amor. La tercera relatada por Luza un hombre que fue su pareja y recuerda su vida juntos. Lo que no está claro, aunque se puede interpretar, es quién está en el manicomio.
– Para mí el surrealismo es parte de la propia realidad y así trato de presentar las historias. La realidad es cada vez más surrealista. En esta novela y en la historias de Cómo en Aquelarre, mi libro anterior, recurro al surrealismo porque me da la mejor posibilidad de dibujar los sentimientos que llevamos dentro. En cuanto al personaje del encierro, que puede ser un hospital, un manicomio, una cárcel o una casa en la que alguien se siente prisionero. Es verdad que se menciona la posibilidad de un hospital o manicomio, pero podría ser cualquier tipo de encierro. Incluso un encierro en sí mismo. En la cuarentena obligatoria por el Covid, escuché historias de muchos que se han sentido prisioneros en su propia casa. Pero incluso en época “normal”, hay mucha gente que se siente prisionera en su casa. A veces la vida es un encierro.
El personaje podría ser Luza, o el hermano de Azul. Sin embargo, aunque habla en masculino, no necesariamente debe ser un hombre, podría ser incluso Azul o su hermana. Pero sobre todo, podría ser la locura que hay en cada uno de nosotros y en cada uno de los personajes. También podría ser la derrota que hay en cada uno de nosotros y en cada uno de los personajes. Hay quienes quieren que las historias sean fácilmente digeribles, casi burocráticas en las que todo ocurre de acuerdo a algo predeterminado, sin dejar espacio para la imaginación, para volar. A mí no me interesa eso.
– Mientras se lee el monólogo del personaje en el manicomio, va despertando muchos sentimientos encontrados, que tenemos dentro y nos cuesta hacer públicos. Puede ser claramente la locura que tenemos dentro y que también tienen los personajes. Finalmente todos son locos a su manera. ¿Pero usted es consciente que ésta, no es un novela comercial?
– Yo escribo para mí. Decía Cortázar que no necesitaba psicoanálisis porque escribía. Escribir para mí además de un acto de amor, es una forma de sacar los dioses y demonios que tengo dentro. Para todo escritor es fundamental ser leído y criticado por el lector. Es necesario lograr esa comunicación, ese diálogo con el lector, pero no escribo pensando en agradar a la gente. Escribir es una forma de amar y una forma de libertad, de liberarme. Claro que también quiero vender mis libros y que la gente me lea, e intento acciones para llegar a los lectores y vender libros, pero no escribo para agradar a la gente.
– Se dice que en toda obra de ficción ha algo de autobiográfico. ¿Hay algo de eso en esta novela?
– Más que autobiográfico, siempre hay hechos que uno ha vivido o han vivido personas cercanas o conocidas. Siempre uno mezcla realidades ocurridas a distintas personas. Entonces puede haber partes basadas en la experiencia personal y partes basadas en otras experiencias. Lo cierto, es que para escribir, es necesario haber vivido. Es imposible escribir si no viviste.
– Si bien es una novela centrada en la realidad interior de los personajes, también tiene un profundo contenido político.
– El propio significado del encierro asume un contenido político sobre la libertad, la otredad, la diversidad… Pero además está la lucha de los campesinos “sin tierra” de Brasil y en medio de esa lucha la discusión sobre las distintas miradas de la izquierda, por ejemplo sobre la caída del muro de Berlín. También hay una reivindicación de la historia de la lucha de las mujeres; o el significado de la religiones impuestas como las pentecostales en un mundo de soledades. Religiones contrapuestas a religiones arraigadas en una identidad cultural, en raíces que están ahí como las religiones afrobrasileñas. Una realidad que también puede transportarnos a relaciones a veces surrealistas. Lo central es el mundo interior de las personas y los personajes que, dentro de su soledad necesitan ser otra persona. Para salir de ese encierro personal necesitan ser otro. Vivir es ser otro, decía Pessoa. Pero también están las luchas por cambiar un mundo injusto, por cambiar una cotidianidad impuesta.
– Hay un tema recurrente, que es el de la muerte: ¿usted teme a la muerte?
– La muerte está ahí siempre, es parte de la vida. Nunca sentí temor por la muerte. Cuando llegue, sea en el momento que sea, llegará y ahí estaré. Tal vez lo único que me preocuparía es la gente que pueda sufrir por mi muerte. Personas cercanas, claro. Porque en realidad, nadie sufre la muerte de los otros más allá de algún llanto. Incluso cuando se trata de personas muy queridas a nivel popular, finalmente pasa el duelo y pasa el dolor.
Mi padre murió a los 46 años cuando yo todavía no había cumplido 2; mi hermano mayor murió a lo 26 años, mi segundo hermano murió a los 30; así que yo ya estoy lucrando, tengo 57 (se ríe). La muerte llega cuando tiene que llegar y no hay como escarparle. Hay gente que vive atemorizada por la muerte. Vive rezando así nunca honre su plegarias. Ahora, con la pandemia han muerto amigos, parientes, conocidos y vimos claramente que la muerte está ahí, a veces muy cerca de lo que pensamos.
– Vamos a otro tema, usted fue candidato a legislador en las recientes elecciones ecuatorianas. Apoyó al candidato progresista Andrés Arauz. Hizo una de las campañas más reconocidas, tanto en Ecuador como a nivel internacional, entregando libros, conversando con la gente sobre historia, literatura y la realidad. Una campaña distinta, mostrando que se puede hacer otro tipo de campaña, más honesta, más creativa. Pero finalmente no se eligió, se eligieron muchos que casi no hicieron campaña, y que se eligieron por ir en los primeros lugares, que tal vez solos no se elegían de nada. Hay gente que me ha dicho: así deberían ser las campañas electorales, pero lamentablemente eso imposible en un mundo como este, finalmente se eligen muchos que no hicieron nada, o que no tienen su trayectoria, su reconocimiento, su capacidad. ¿Sirvió de algo desgastarse en una campaña y poner en riesgo un prestigio de años?
– Yo sabía, y lo acepté desde el principio, que era muy difícil elegirme en el octavo puesto nacional. Pero lo importante era colaborar con la campaña desde un lugar distinto, desde una acción constructiva para el binomio presidencial. De alguna forma también estaba colaborando para que se elijan otros compañeros a la Asamblea. Pero sobre todo, lo importante era demostrar que sí es posible hacer otro tipo de campaña y vincularse con la gente desde los libros, desde la lectura, desde la literatura, desde la historia, desde la cultura. Los intelectuales, y obviamente los políticos, subestiman a la gente de sectores populares, creen que no les interesa leer. Eso es terrible. En realidad gran parte de la gente muestra un aprecio por el libro y quiere leer. Pero como va a comprar un libro si no tienen muchas veces para comer, si viven sobreviviendo. Es una tarea del Estado llevar el libro y la lectura a los sectores populares. Para mí fue una experiencia lindísima. Conversar con la gente sobre las mujeres del libro Mujeres del siglo XX, por ejemplo. Que algunas personas me digan: “yo escuche hablar de Tránsito Amaguaña o de esta otra, pero no sé muy bien su historia, qué lindo poder leerla”. O sobre las Rebeliones indígenas y negras e América Latina, que muchas veces no conocen los mismos indígenas. Otra persona me decía yo no voy por su candidato, pero deme el librito para mi hija, y al revés yo voy a votar por usted y su candidato pero no me dé volantes deme el librito, yo quiero aprender. Yo pensaba que si lograba que cada persona de las cinco mil y pico a las que le compartí libros, leía una historia o un cuento, ya había logrado mucho, ya había sido una victoria. Una campaña no debería ser para engañar a la gente, sino para tratar de que comprenda su realidad, de que logre otros conocimientos, de que pueda crecer algo como personas. Yo crecí como personas y aprendí más sobre las urgencias de la gente, que van más allá de sus necesidades económicas, que tienen que ver con lo subjetivo, lo espiritual, la necesidad de conocer más el mundo en que viven, la dignidad. No creo que haya perdido prestigio, al contrario sentí un gran cariño de la gente, porque, como en todas las acciones de mi vida, fui honesto conmigo mismo y con los demás. Por eso la gente, incluso la que no está de acuerdo conmigo políticamente, me sigue respetando y reconociendo.
– Usted ha tenido actitudes un poco raras para un político. Como vicecanciller de Ecuador renunció por la firma del TLC con la Unión Europea. Siendo embajador itinerante de Uruguay puesto por Mujica, renunció porque no confiaba en Luis Almagro por su actitud sumisa a la embajadora de Estados Unidos. Ahora, sin estar directamente vinculado con el Movimiento de Correa, aceptó ir en un octavo lugar para la Asamblea. Pero además se comprometió más con la campaña que otros que estaban en los primeros lugares y sabían que se iban a elegir. ¿No es un poco fuera de la realidad, para no decir de giles, actuar así?
– (Se ríe). Gil es el que no sabe porque hace determinadas acciones. Yo las he hecho porque es parte de mis principios: ser honesto conmigo mismo, respetar a los otros. Pero tal vez en esta realidad eso es ser gil. Es vedad que yo pude haberme callado y no renunciaba cuando se firmó el TLC, y podría haber ocupado otro puesto o ser embajador ganando un suculento sueldo. Con lo de Almagro también, hubiese seguido en el gobierno de Pepe. Pero yo he aprendido que no puedo traicionar a los muertos, entre ellos a mi hermano mayor que murió peleando. Y, sobre todo no puedo traicionarme a mí mismo. Juan Carlos Onetti dijo alguna vez: “Lo más importante que tengo sobre mis libros es una sensación de sinceridad. De haber sido siempre Onetti. De no haber usado nunca ningún truco… de no haberme estafado a mí mismo ni a nadie nunca. Todas las debilidades que se pueden encontrar en mis libros son debilidades mías y son auténticas debilidades”. Podría decir lo mismo, en cuanto a los que he escrito y a mi actuación política o de gestión pública.
Es necesaria otra forma de hacer política. Eso no quiere decir que siempre tenga que imponer mis puntos de vista, que sea siempre intransigente. Tengo la capacidad de escuchar las distintas miradas y ceder no estando de acuerdo, siempre que no vaya contra mis principios. Hay gente que lo único que le interesa es acomodarse, y así vivir bien.
Claro que esa forma de ser me trae problemas, por ejemplo de no conseguir trabajo durante mucho tiempo. Pero bueno difícil cambiar a esta altura. Es verdad que yo no tenía nada que ganar personalmente, apoyando a Arauz y comprometiéndome con la campaña, como sí tenían otros. Pero para mí, lo más importante era que el progresismo triunfe. Esta derrota golpea a todas las izquierdas a mediano y largo plazo. Pero, sobre todo, golpea a la gente porque lo que se viene será peor que el desastre que hemos vivido con Moreno.
– Hablando de triunfos después de la derrota de Arauz, usted escribió algo así: “Tengo tantas derrotas acumuladas en mi vida que unas se atravesaron en mi garganta; otras pesan como un elefante sobre mi espalda; y algunas, al crujir los dedos, gritan como cuyes, desesperadas. Son tantas las derrotas acumuladas que hoy exige un poco más llegar a la victoria”. ¿Está decepcionado?
– Una derrota como esta, en la realidad actual sin duda golpea, por todo lo que significa de retroceso para los sectores populares, para el país y para América Latina. Hay gente que eso le importa poco. Hay otros que en su mezquindad, su odio y su minúscula capacidad de ver estratégicamente creen que la derrota del progresismo es triunfo de la alguna izquierda. Se entiende eso en quienes han vivido bien toda su vida, siempre acomodados en el estado, en una ONG o en la academia, pero no en quienes surgieron de la luchas populares desde abajo. Pero cuando hablo de derrotas no es solo de derrotas electorales, estoy hablando de la vida. Hay derrotas de distinto tipo que se van acumulando, y uno siente, y aprende, que cada vez cuesta un poco más llegar a la victoria, aunque siga repitiendo “hasta la victoria siempre”. La vida es más compleja que una elección, pero seguimos ahí tratando de construir caminos colectivos.
* Ana Molina * Comunicadora peruana. Ha escrito para diversos medios en América Latina
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2005 – 28.05.2021
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores
I. VUELVEN “LOS MÚSICOS” A RADIO VILARDEVOZ
Sábado 29 de mayo – 12 horas
Radio Vilardevoz sigue saliendo al aire, desde febrero en la Facultad de Psicología, ya que debido a la situación sanitaria no podemos salir desde el Hospital Vilardebó.
Es por este motivo que desde este sábado 29 vuelven en vivo “Los músicos”.
Desde las 12 horas nos podés escuchar en vilardevoz.org y por la app vilardevoz.
Breve biografía de Gastón Rodríguez
Desde sus orígenes como músico del teatro independiente uruguayo o integrando la cooperativa de jóvenes creadores “El Sótano” hasta los más recientes “Surnacimientos”, este autor ha mantenido una forma muy personal de realizar e interpretar su arte, original y alejado de las modas pasajeras.
Sin duda su experiencia durante dos años como guitarrista en la recordada obra de Mauricio Rosencoff “El regreso del gran Tuleque” con música de Jaime Roos y la obtención al mismo tiempo del primer premio en el “Concurso de música nacional inédita” organizado por una emisora Alfa FM en toda su plenitud, marcaron profundamente y dieron al entonces nuevo compositor la posibilidad de editar profesionalmente las canciones que ya se vislumbraban desde sus tempranos quince años.
Gaviotas de Fuego (1993), Aguafuertes Montevideanas junto a Walter Bordoni (1997) y Surnacimientos (2003), finalmente ven la luz generando una sólida y duradera relación con el sello discográfico que los edita AYUÍ – TACUABÉ, sello independiente poseedor probablemente del catálogo más representativo de la música popular uruguaya. Este hecho queda de manifiesto cuando la revista Posdata edita la colección “30 años de música uruguaya” serie “Los cantautores” basada justamente en dicho catálogo, en dónde Gastón Rodríguez es incluido como uno de los cantautores más jóvenes de toda la colección.
Discografía: Gaviotas de Fuego (1993) – Aguafuertes Montevideanas (1997, junto a Walter Bordoni) – Surnacimientos (2003) – Los Naipes de Espartaco (Antología, 2006) – Esa costumbre de insistir (2015) – Tu respiración (2017)
Unas palabras de Gastón Rodríguez
mayo 2021
Aunque felizmente he transitado muchas veces en la misma ruta de Vilardevoz, hace un ratito recibí con especial alegría la invitación para este sábado compartir mis canciones desde la radio y en vivo.
El jueves 20 de Mayo junto a una infinidad de vecin@s, casi sin pensarlo me encontré cantando a capela en la calle Carlos María Ramírez la canción “Gaviotas de fuego”, de la misma forma que la cantan algunos internados.
Es que yo mismo invocaba esas melodías cuando estuve en Villa Carmen en mis tempranos dieciocho. Siempre sonreímos al reconocernos como “colegas” entrañables.
Allí estaré el sábado compañer@s. Tan vulnerables como encendidos, tan firmes y vitales.
Las canciones que llevo en mi mochila ya andan inquietas por compartir estribillo.
www.facebook.com/Radio-Vilardevoz-152357398168947
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II. DOS DOSIS DE CULTURA
Domingo 30 de Mayo – Centro Cultural Shangrilá
La Comisión Pro-Fomento de Shangrilá, departamento de Canelones, se constituyó como Asociación Civil hace más de cuarenta años, con el objetivo de «Auspiciar, gestionar o realizar toda iniciativa que configure progreso para la zona».
Desde entonces, ha sido un lugar de encuentro de vecinos y promoción de sus actividades e inquietudes. El continuo crecimiento de la población en Ciudad de la Costa, ha ido creando nuevas necesidades y año a año, se renueva el ánimo y el compromiso de seguir construyendo mejores condiciones de vida para los vecinos de la zona.»
Este domingo 30 de mayo a las 18:30 cerramos el segundo ciclo de Dosis de Cultura con la presentación del libro «El gran secreto» y lo haremos de manera inclusiva.
www.facebook.com/photo?fbid=4160650784017495&set=a.129791630436784
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III. CONEXIONES INESPERADAS» HIP HOP Y RAP
19hs. Entrada libre. Vía Zoom
Este año nos proponemos crear puentes entre los distintos géneros musicales, conectándolos a través de músico/as integrantes de la Orquesta Filarmónica de Montevideo y artistas referentes de las diferentes expresiones musicales.
Varios músicos/as de nuestra orquesta han transitado por diversos géneros musicales y compartirán sus experiencias con otros/as artistas especializados.
Quienes deseen participar deberán enviar una solicitud a la siguiente dirección: orquesta.filarmonica@imm.gub.uy y recibirán el link para ingresar.
Será retransmitido en vivo por facebook.
1/6 HIP-HOP y RAP
Integrantes de la OFM: Ignacio Casciani y Guillermo Fervenza
Invitados/as: Santi Mostaffa (cantante), Eli Almic (cantante), Franco Polimeni (arreglador), Chili (comunicador), Santiago Gutierrez (arreglador), Felipe Ortiz (arreglador), Bruno Cammá (MC Dostrescinco – Productor)
www.facebook.com/events/563085084677489/?acontext=%7B%22event_action_history%22%3A[%7B%22mechanism%22%3A%22discovery_top_tab%22%2C%22surface%22%3A%22bookmark%22%7D]%
Henry Flores – El Eternauta
VEO VEO / COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2004 – 21.05.2021
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2020 – 26 años
Selección y producción: Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Alix Arnold (Colonia), Ute Löhning, Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Silvio Amodei, Jorge Marrero, Jorge Zabalza.
Carlos Iaquinandi Castro /Redacción de SERPAL
José Antonio Rocca /La economía de a pie (Uruguay)
Luis E. Sabini Fernández /Revista Futuros
Sudestada, periodismo y transparencia (Uruguay)
COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) /
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