1) EE.UU. -Un “auto-golpe” que nos pone al borde del abismo
2) Políticos toman de rehén a Macedonia
3) Libia: la lucha por la joya energética de África
4) Djibouti: A la sombra de las armas.
5) Emiratos Árabes Unidos hace negocios con Israel
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COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 17 / Nº 816 / Miércoles 19 de abril de 2017 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra y combatir ese monopolio es una tarea central.” — Emir Sader
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1) EE.UU. -Un “auto-golpe” que nos pone al borde del abismo
Alberto Rabilotta (Alai)
Tratando de describir la súbita transformación sufrida por el presidente Donald Trump en las últimas semanas, o sea el pasaje de un mandatario que proponía combatir al terrorismo para poner fin al martirio bélico en Siria –país en el cual Estados Unidos comenzó a partir de 1949 a fomentar golpes de Estado y subversiones internas- y normalizar las relaciones con Rusia, a un presidente agresivo e injerencista que lanza una operación militar que agrava el conflicto en Siria al tiempo que amenaza con decapitar el gobierno de Corea del Norte, un país que posee el arma nuclear, no pude contenerme –antes de entrar en el análisis de lo que considero como un “auto-golpe de Estado”-, de introducirlo con un cuento de “varitas mágicas”.
La varita mágica del poder imperial
“Hubo una vez un Presidente en Estados Unidos que después de ganar las elecciones prometiendo poner fin a las continuas guerras para combatir finalmente al temible terrorismo que los anteriores gobiernos de su país habían contribuido a crear, y comenzar así a respetar las soberanías e intereses de los demás países, grandes o pequeños, llegó a la Casa Blanca y se dio cuenta de que el aparato estatal no le respondía, que los medios de prensa y los legisladores de la oposición y hasta de su propio partido lo atacaban sin cesar para deslegitimarlo, que los funcionarios del pasado gobierno lo habían espiado para serrucharle el piso, para destituirlo.
Entonces el nuevo Presidente, que (sin ser argentino) miraba su ego desde el último piso de las altas torres de hoteles y edificios que había construido, pidió la ayuda de altos militares siempre dispuestos a hacer la guerra, de ricos jefes de empresas, de financieros que saben cómo ganarse los apoyos de los oligarcas, para encontrar en Washington la “varita mágica” que lo convirtiera en un Presidente con todo el poder, y admirado hasta por sus enemigos políticos.
Ellos le recomendaron que echara de su equipo a los consejeros y seguidores que le habían ayudado a ganar las elecciones pero también llenado la cabeza con las absurdas ideas de diálogo con Rusia, de combatir a los terroristas para lograr la paz en Siria. Y fue así que el Presidente sin poder pudo encontrar la varita mágica que produjo el incidente en Siria y le dio la oportunidad de lanzar una operación militar relámpago con poderosos y costosos misiles crucero, para así poder dar a conocer ante el mundo el gran espectáculo de que se había dado sí mismo un golpe de Estado.
Dicho y hecho, gracias a la varita mágica pudo así el odiado presidente Trump transformarse en el acto en un Presidente alabado y adorado por los medios de prensa, los opositores que tanto hicieron para hundirlo y hasta por sus propios correligionarios políticos que horas antes buscaban derribarlo”.
Ahora en serio
Desde el 4 de abril, cuando se reportó un “ataque” con armas químicas en la ciudad siria de Jan Shijún, ocupada por los terroristas de Al Qaeda, Estados Unidos (EEUU) y sus aliados se apresuraron a señalar directamente al presidente sirio Bashar al-Assad como el responsable, sin que mediara una investigación de la ONU y a pesar de indicios de que fuentes cercanas a los terroristas habían anunciado un día antes que se produciría un incidente de repercusión internacional.
El bombardeo con misiles “crucero” ordenado unilateralmente por el presidente Trump tuvo lugar 63 horas más tarde y el objetivo fue el aeropuerto militar sirio de Shayrat, en la provincia de Homs, poniendo a Siria, a todo el Oriente Medio y al mundo frente al peligro de una guerra que puede llegar a ser total, como claramente denuncia el compañero sociólogo Andrés Piqueras en su llamamiento “Seria amenaza de guerra” .
Washington y sus aliados rechazaron de plano la versión de Rusia, de que un bombardeo por aviones sirios con bombas convencionales había probablemente hecho estallar un depósito de municiones en el cual los terroristas fabrican armas químicas para ser enviadas a Mosul, en Irak, donde seguido los terroristas usan armas de este tipo contra la población civil y los militares iraquíes, armas que son fabricadas con precursores químicos proveniente de países aliados de Washington .
Ninguna investigación fue efectuada hasta el momento para verificar las acusaciones de que el gobierno sirio había conscientemente bombardeado Jan Shijún con armas químicas y provocado la muerte de unas 80 personas, de adultos y niños, y así justificar lo que de todas maneras ha sido una reacción militar unilateral y totalmente ilegal por parte de EEUU.
Nada de nada
En realidad nada sostiene las acusaciones de Washington y sus aliados, porque no hubo ni tampoco quieren que haya una investigación en debida forma para definir quién o quiénes son los verdaderos culpables de esa tragedia con armas químicas.
Y es este “nada de nada”, impensable en el complejo y súper-informado mundo del espionaje, la diplomacia y la política moderna, que dice todo sobre lo que parece haber sido un planificado acto terrorista para permitir que los círculos guerreristas en Washington reprodujeran lo de las “armas químicas” (con la “prueba” en el frasquito que agitó el secretario de Estado Colin Powell ante el CSONU), que sirvió para justificar la ilegal, criminal y brutal agresión a Irak en el 2003.
Son muchos los observadores, periodistas y analistas que consideran lo sucedido en Jan Shijún como una operación de “bandera falsa” para relanzar la política de derrocar el presidente al-Assad en momentos en que está derrotando a los terroristas y recuperando el territorio ocupado por estos últimos. Es por ello que no deja de ser curioso que la organización terrorista Al Qaeda haya estado entre los primeros en elogiar el criminal bombardeo del aeropuerto de Shayrat.
Algunos observadores creen que en los últimos días se concretó algo así como un “auto-golpe” de Estado en Washington, que no llevó a un cambio de mandatario sino a un radical cambio de políticas y de equipo en la Casa Blanca, y que puso fin a la supuesta intención del nuevo mandatario de cambiar la agresiva política exterior que ha dominado en Washington a partir de los gobiernos de Bill Clinton, pasando por los de George W. Bush y hasta los de Barack Obama.
Como señalan numerosos estadounidenses que votaron y apoyaron a Trump, con ese drástico cambio de política hacia Siria, el nuevo mandatario traicionó una de sus principales promesas y aplicó sin reparos la propuesta de bombardeo presentada pocas horas antes por la (ex)candidata Demócrata Hillary Clinton, al punto que se podría hacer un juego de palabras, como que “Hillary trumps Trump”, o sea que Hillary triunfó sobre Trump.
Al menos así comienzan a pensar decenas de miles de desilusionados estadounidenses, incluyendo Congresistas, ex funcionarios y viejos conservadores que apoyaron y votaron por el cambio de política exterior e interior prometido por Trump y que ahora denuncian severamente la agresión militar contra Siria en portales de Internet que han sido difusores de las ideas y promesas de Trump, como Breibart e Infowars.
La argumentación de que esta nueva agresión contra Siria le ha servido a Trump para “unificar” el divido Congreso y hacer pasar algunas leyes de interés doméstico no tiene asidero, ya que el giro de 180 grados fue para volatilizar el prometido diálogo a nivel internacional y destinado a encontrar soluciones políticas y diplomáticas a la guerra en Siria, en Yemen y en otros países, y frenar la enloquecida carrera hacia una nueva Guerra Fría con Rusia.
Y no sólo eso, sino que al actuar de esa manera bajo el consejo de su asesor de Seguridad Nacional, el teniente general Herbert Raymon McMaster , Trump ha puesto nuevamente el mundo al borde de una guerra regional en el Oriente Medio, que una vez comenzada sabemos que hay muchas posibilidades de que termine siendo total y nuclear.
Y por si fuera poco, al tomar impulsivamente la decisión de bombardear el aeropuerto militar sirio con misiles “crucero” mientras era anfitrión del presidente Xi Jinping, Trump señaló a través de la prensa que Washington no abandona la política de actuar unilateralmente, lo que en los últimos días fue repetidamente confirmado por la representante de EEUU ante la ONU.
No en vano en los últimos días el mandatario y miembros de su equipo han dicho que si China no logra que Corea del Norte abandone las pruebas para el desarrollo de armas nucleares, EEUU actuaría de manera unilateral para decapitar el gobierno de ese país y destruir su potencial militar, lo que constituye una seria amenaza para los países de la región, y en consecuencia del mundo.
La protección de los militares tiene su costo
Desde el comienzo de su llegada a la Casa Blanca y por los ataques de las elites enquistadas en el aparato estatal y el Partido Demócrata (el establishment), Trump se protegió nombrando a militares en puestos claves del aparato ejecutivo y entre sus primeras decisiones figuró la de aumentar el presupuesto del Pentágono, posiblemente para asegurarse el apoyo militar frente a las diversas agencias de inteligencia que dieron signos de jugar a fondo la desestabilizadora carta de la supuesta y nunca probada injerencia de Rusia en las elecciones del 2016.
También escogió altos ejecutivos del sector privado y a connotados financieros para puestos del aparato ejecutivo, y todo esto podría ser interpretado como una táctica para compensar la real incapacidad de Trump –que no contaba con el apoyo de la maquinaria del Partido Republicano- para llenar con figuras conocidas los principales puestos del aparato Ejecutivo que quedaron vacantes con la salida del aparato Demócrata.
Pero el linchamiento mediático y político en febrero pasado del general Michael Flynn, propuesto para dirigir el Consejo de Seguridad Nacional, probó que el costo de la “protección” del Pentágono y de la oligarquía contra las tentativas de desestabilización de los Demócratas implicaba el abandono de cualquier intento serio de cambiar la política exterior –que llena los bolsillos de la industria de armamentos y da jugosos empleos a los militares retirados-, y el retorno a las políticas agresivas contra Rusia y otros países que aplican una política doméstica soberana y apoyan la creación de un sistema internacional multipolar.
¿El entierro de la democracia liberal?
En el fondo la esencia de este auto-golpe en el interior de la Casa Blanca se encuentra en la famosa frase de Lampedusa: hay que cambiar todo para que nada cambie. Y como se trata de que nada cambie, esto nos lleva al descredito que afecta al sistema político de las “democracias liberales” en los países desarrollados, y el persistente (pero hasta ahora vano) esfuerzo por parte de los pueblos en elegir candidatos que prometen cambios políticos importantes para las mayorías, pero que terminan reforzando las políticas neoliberales.
Lo hemos visto en la última elección estadounidense con el triunfo del candidato que prometía “vaciar la ciénaga” de Wall Street y los oligarcas, lo vemos también en muchos otros países del “capitalismo avanzado”, y seguiremos viendo cómo en cada caso los candidatos que prometen cambios terminan siempre, una vez en el gobierno, aceptando el chaleco de fuerza que constituye el único guion político posible, el neoliberal.
El totalitario sistema neoliberal no admite ningún tipo de reformas que pongan en duda que los ricos deben seguir enriqueciéndose. Esto no es nada nuevo, porque ya a comienzos del siglo 20 el periodista y ensayista John Hobbson, al describir el imperio liberal británico, puso todo eso en blanco y negro en su libro “Imperialism: A Study”. Hobbson, en quien Vladimir Lenin se apoyó para su (vigente) texto “El Imperialismo, Etapa Superior del Capitalismo”, señalaba que el imperialismo liberal aplica en su casa, en la sociedad del país imperialista, las políticas y formas de explotación que practica en las colonias y países vasallos.
Esto explica lo que está sucediendo en las sociedades de EEUU y de los países de la Unión Europea, y las diferentes reacciones políticas que generan las sociedades afectadas por el desempleo, el aumento de la pobreza, la precariedad laboral, que a veces son de extrema derecha y en otras de una izquierda radical. Pero el primer punto en la agenda debe volver a ser, como en el pasado cuando la izquierda estaba organizada internacionalmente, impedir la guerra que de declararse terminará siendo nuclear, y mantener la paz. Digo esto porque yo también, como Andrés, por primera vez estoy asustado.
MIÉRCOLES 19 DE ABRIL DE 2017 – COMCOSUR
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2) Políticos toman de rehén a Macedonia
Frank Mulder (IPS)
La crisis política se profundiza en Macedonia con el presidente Gjorge Ivanov y su partido trabando la formación de un nuevo gobierno. El Estado corre el riesgo de desintegrarse en medio de un clima de corrupción y nacionalismo.
“Esos políticos se vuelven cada vez más y más nacionalistas”, comentó uno de los clientes de un restaurante de hamburguesas en el barrio de Šutka, en esta capital macedonia, mirando la televisión encendida. El dueño albanés y los empleados siguen el debate parlamentario por la televisión con una mueca de desprecio en el rostro. Afuera se escucha el llamado a la oración. La mayoría de la población de Šutka es musulmana.
Una mujer roma con reflejos rojos en el pelo vende pantalones vaqueros a 10 euros (10,7 dólares) en su puesto del mercado. Un hombre con una barba abundante comousan los salafíes y pantalones anchos usados para rezar ofrece una variedad de productos, desde máscaras faciales e incienso hasta libros del Corán (libro sagrado del Islam), debajo de una sombrilla de una marca de cerveza.
Discursos dilatorios
Las personas que aparecen en la televisión realizan discursos obstruccionistas, como se dice cuando dirigentes políticos impiden la toma de decisiones al no parar de hablar. La derechista Organización Revolucionaria Macedonia Interior – Partido Democrático para la Unidad Nacional de Macedonia (VMRO-DPNME) no quiere que los socialdemócratas formen gobierno porque eso le daría demasiados derechos a la minoría albanesa.
Esa situación tiene consecuencias desastrosas para este pequeño país de los Balcanes, que hace unos años todavía era una economía prometedora. Desde la disolución de Yugoslavia, no hubo tensiones serias entre la mayoría macedonia ortodoxa, alrededor de 1,5 millones de personas, y la minoría albanesa musulmana, unas 500.000, salvo por los violentos enfrentamientos de 2001.
Pero desde aquellos tiempos, la corrupción aumentó a la vez que la retórica nacionalista. En ese contexto, estalló hace dos años un escándalo del estilo de Watergate. Documentos del servicio secreto filtrados revelaron que dirigentes del VMRO habían intervenido los teléfonos de unas 20.000 personas con fines dudosos. Las revueltas estallaron en el país hasta que en diciembre de 2016, tras las presiones diplomáticas y las manifestaciones, se convocaron nuevas elecciones.
El VMRO volvió a quedarse con la mayoría de los escaños, pero no lograron formar una coalición de gobierno. Los opositores partidos albaneses acordaron con los socialdemócratas formar su propia coalición, vetada por el presidente Gjorge Ivanov y los parlamentarios con discursos dilatorios. El argumento que esgrimen es que la nueva coalición quiere aceptar al albanés como lengua oficial y que no pueden permitirlo.
“Estado capturado”
“Anduvo todo bien en Macedonia”, recordó el representante de la Unión Europea (UE), Samuel Žbogar. “Pero en los últimos años hemos sido testigos de una grave recaída. Lo llamamos un ‘Estado capturado’ cuando instituciones independientes como la Justicia son usadas por dirigentes políticos”, explicó.
Durante años, Macedonia se vio tentada a realizar reformas con el fin de integrarse a la UE, pero año tras año Grecia reclamaba que primero debía cambiar su nombre, por temor a reclamos territoriales sobre su propia provincia de Macedonia. “Hace tiempo que es candidato a ingresar a la UE, pero se vio superado por otros países”, observó una fuente de la representación europea. Es una invitación a que países como Rusia llenen el vacío, aunque por ahora es más de palabra que económico, apuntó.
Falsa mayoría
Miles de personas, la mayoría adultos mayores se reúnen a diario en el centro de Skopie en apoyo al presidente, con banderas rojas y amarillas y entonando cánticos nacionalistas. “Rechazamos la falsa mayoría de los socialdemócratas y los partidos albaneses”, dijo un joven, vestido con los mismos colores de la bandera y una gorra de 130 años de antigüedad de los rebeldes que se levantaron contra los otomanos. Tiene olor a alcohol, pero tiene una opinión clara.
“Los partidos albaneses están dirigidos por Albania. No podemos dejar que un país vecino decida lo que pasa aquí. Quieren crear una gran Albania y que desaparezca Macedonia. No podemos permitirlo”, explicó. Eso “no tiene sentido”, opinó, por su parte, el albanés Nasser Selmani, presidente de la Asociación de Periodistas de Macedonia. “Este es mi país, no pertenezco a Albania, pertenezco a este lugar”, subrayó.
Pero otros tienen más para perder si fracasa el Estado, alertó. “Tenemos a Albania, con la cual tenemos buenas relaciones. ¿Pero qué tienen los macedonios? ¿Cree que alguien reconocerá su identidad? Grecia y Bulgaria no lo harán”, observó. La descomposición del Estado no es un escenario irreal. El estancamiento hace que nadie tome las decisiones necesarias para su funcionamiento. En pocos meses están previstas elecciones locales. De no realizarse, las autoridades también perderán legitimidad.
También vence en junio el mandato del fiscal especial para investigar el escándalo de las escuchas telefónicas. Esa es la verdadera razón por la cual los dirigentes tienen de rehén al país, opinan varios analistas. “Usan el miedo a los albaneses para sus propios intereses”, opinó Selmani. “Emplean un lenguaje cada vez más nacionalista. La Iglesia Ortodoxa también lo promueve. La catedral de Skopie, incluso, es el lugar de reunión para las protestas diarias”, apuntó.
Conservadores
“Tenemos una separación entre la Iglesia y el Estado”, explicó un joven sacerdote ortodoxo de Skopie que pidió reserva de su identidad. “No convocamos a manifestantes aquí y no los aconsejamos sobre cómo votar. Está prohibido. Pero si me preguntas mi opinión personal, estoy en contra de que el albanés sea lengua oficial”, confesó. La Iglesia Ortodoxa de Macedonia se separó de la serbia y es conocida por ser una rama muy nacionalista.
“¿Qué pasará si obligan a los funcionarios pública a hablar albanés porque es lengua oficial?”, preguntó. “Sería imposible. Nuestra lengua es el macedonio”, subrayó el sacerdote, quien dijo ser originario de una región sin albaneses. “Espero que la crisis se resuelva pronto, que podamos vivir en paz entre nosotros otra vez, sin que la política se interponga entre la gente”, respondió al ser consultado por IPS sobre qué espera que pase ahora.
Responsabilidades
“No tiene sentido demonizar a la población más conservadora”, opinó Aleksander Kržalovski, líder del Centro para la Cooperación Internacional de Macedonia, la segunda organización no gubernamental del país. “Muchas organizaciones de izquierda son muy radicales. No quieren trabajar con fascistas, dicen. En cambio, nosotros creemos en la cooperación. Es necesario acortar la brecha entre diferentes grupos”, añadió.
“Es injusto responsabilizar a los dirigentes de derecha de todo”, observó Kržalovski. “Los socialdemócratas también recurren a una retórica muy polarizada. Y muchos albaneses no respetan los avances que hubo, los derechos adquiridos. Muchos no quieren izar la bandera y cantar el himno nacional. Levantan sospechas”, describió. “A algunas personas, los albaneses les quemaron sus casas tres veces en 2001. Y ahora ven que tienen una tasa de natalidad tres veces mayor. Es comprensible el temor de la gente”, señaló. Eso no quiere decir que aceptemos la corrupción, precisó.
“La impunidad debe terminar ahora, eso es muy importante. Pero no culpemos a un partido y seamos abiertos: la disputa con la UE por el nombre es, en parte, la razón de este lío. Vemos cómo se refleja en el menguante apoyo que recibe el bloque en las encuestas; claramente la UE no hizo su trabajo”, añadió.
Traducido por Verónica Firme
MIÉRCOLES 19 DE ABRIL DE 2017 – COMCOSUR
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3) Libia: la lucha por la joya energética de África
Adrián Ruiz Martínez (Público)
Finales de Febrero de 2011, comienza la llamada “Primavera Árabe” en Libia. Se producen diversas manifestaciones y protestas en contra del régimen del Coronel Gadafi. He aquí el inicio y punto de inflexión de la situación actual de Libia. De Febrero de 2011 a la actualidad, Marzo de 2017, el país está inmerso en un caos. Un caos que comprende no sólo la división en tres partes del territorio con sus respectivos gobiernos o administradores, sino que en cada región, cada localidad, en cada barrio, los que verdaderamente ejercen el control, son las milicias armadas.
Desde la óptica analítica de lo sucedido en Libia, el interrogante inicial que se presenta, es el por qué es posible que se materialice este alzamiento o reconfiguración del Estado Libio y en contra del régimen de Gadafi. Observando la cadena de acontecimientos, hay un elemento que llama mi atención: El establecimiento de la ciudad de Bengasi como epicentro de las manifestaciones y a posteriori la formación de un nuevo gobierno llamado “Consejo Nacional de Transición”. ¿Por qué Bengasi y no Trípoli? Mi teoría se basa en la gran importancia que es estratégicamente esta ciudad para la economía del país.
Bengasi, se encuentra situada en el este de Libia, siendo la segunda ciudad más importante del territorio. Además está situada en la región que posee las mayores reservas petrolíferas y gasíferas del país, así como la mayoría de la red de infraestructuras para el sector de los hidrocarburos. Vista la rapidez de centralizar como base del nuevo gobierno primero en Bengasi y en el presente en Tobruk; y a su vez el rápido apoyo dado y reconocimiento internacional al Gobierno de Acuerdo Nacional dirigido por Fayez al-Sarraj, por parte de algunos países miembros de la ONU, de la Unión Europea y de la OTAN; da que pensar hacia donde se dirigen los verdaderos intereses de la guerra en Libia. Actualmente, quien posee el verdadero control del este de Libia, con lo que implica poseer el dominio de la mayor parte de la economía, basada principalmente en el petróleo y el gas; es el Comandante de las Fuerzas Armadas Jalifa Belqasim Haftar.
Haftar, fue un militar clave para Gadafi en el derrocamiento del Rey Idris en 1969, llegando a convertirse en el Jefe del Estado Mayor de Gadafi. Pero tras la guerra entre Libia y Chad (1978-1987), Haftar y cientos de sus soldados fueron hechos prisioneros. Tras este acontecimiento, Gadafi lo repudió y Haftar dejó de tener relación alguna con el régimen Libio. Pero lo realmente interesante viene a continuación; Haftar, después de estos acontecimientos, ha vivido dos décadas en Estados Unidos, concretamente en Vienna, Virginia, a 8,45 km de la sede de la CIA en Langley. La especulación está servida, varios son los comentarios acerca de sus relaciones con los norteamericanos y posterior papel en la Guerra de Libia. Haftar, es por así decirlo, la rama armada del Gobierno de Acuerdo Nacional, es decir, el ejército del nuevo y reconocido Gobierno Libio.
Pero no vayamos tan rápido y obviemos información descriptiva del país que ayudan a comprender los posibles intereses privados y a su vez la injerencia extranjera. Sin olvidar el papel del DAESH o de diferentes grupos yihadistas de la zona en esta lucha por el control energético en Libia.
El petróleo y el gas en Libia.
Según datos de “BP Statistical Review of World Energy 2016”, Libia posee 48.400 millones de barriles de reserva de petróleo, es decir, un 2,8% del total mundial. Esto establece a Libia como el país con mayores reservas de petróleo de todo el continente africano. En cuanto a la producción de petróleo, como vemos en el gráfico de más abajo; entre 2005 y 2008, se ha mantenido una estabilidad cercana a los 1.800 barriles, muy lejos de los 2.500 que se estima que puede producir a pleno rendimiento.
Como vemos, a partir de 2009 hay un ligero descenso a 1.652 barriles/día, pero el gran descenso se produce en 2011 con 479 barriles/día. Es evidente que la inestabilidad del país pasó factura a su rendimiento en la producción petrolífera. En 2012 parece recuperarse a niveles cercanos al primer periodo citado anteriormente, pero vuelve a descender en los siguientes años, llegando a la cifra más baja en 2015 con 432 barriles/día.
En cuanto al gas, Libia posee unas reservas de 1,5 billones de metros cúbicos, correspondiente al 0,8% del total mundial. Constituye el cuarto mayor volumen de reservas de gas de África, por detrás de Nigeria, Argelia y Egipto. En cuanto a su producción, en el gráfico que se muestra a continuación; vemos que en el periodo de estabilidad estatal comprendido entre los años 2005 y 2010 el país fue aumentando su capacidad productora. Al igual que con la producción de petróleo, la inestabilidad política y social del país, sumido en una guerra; influye directamente en la economía gasífera, reduciendo a más de la mitad la producción en 2011 si la comparamos con el año anterior, 2010. En los siguientes años, se mejora la producción pero sin retomar esa línea ascendente que llevaba el país entre 2005 y 2010.
A parte de las importantes reservas, sobre todo de petróleo, que posee el territorio, hay que sumarle la calidad y la cercanía a Europa. Es decir, el petróleo de Libia no sólo es codiciado por sus reservas, sino que también, es de una gran calidad. Según un especialista en la materia como Gawdat Bahgat, “Libia produce uno de los crudos de mejor calidad y más bajo contenido en azufre, ligero y dulce. Por lo general, este tipo de crudo es el más fácil de procesar y se puede tratar en refinerías relativamente sencillas que no estarían en condiciones de hacerlo con sustitutos más pesados o agrios”. Además, la cercanía al continente europeo, facilita enormemente la importación del petróleo.
Lucha en la geografía por el petróleo y el gas.
Descrita la situación de las reservas y producción de gas y petróleo en Libia, el siguiente punto a analizar es la localización geográfica de los lugares más importantes en los que se encuentra el gas y el petróleo. Realizando a su vez una comparación con el espacio en el que se encuentran los diferentes actores de la guerra en Libia.
El 80% de las reservas de petróleo y gas del país y los mayores complejos e infraestructuras relacionadas con los hidrocarburos, se encuentran en la cuenca de Sirte, en las costas del centro del territorio. Este espacio es el verdadero motor económico de Libia, ya que supone el 95% de los ingresos del país. Sabida la importancia económica que supone y a su vez, la capacidad que puede proporcionar en declinar la balanza en favor de un bando u otro, todos anhelan el control de esta zona. El problema es que mientras el Gobierno de Tobruk (en el este) y el Gobierno de Trípoli (en el oeste) se enfrentaban, un nuevo actor entró en escena: las milicias yihadistas. En un inicio eran milicias yihadistas, pero más tarde pasaron a formar parte del Daesh. Las consecuencias de la entrada de este último actor fueron la del control de diversos pozos y refinerías en la cuenca de Sirte. Por lo tanto, en esta zona, actualmente existe una guerra a tres actores.
Intereses externos en el petróleo y el gas de Libia.
En la primera década del siglo XXI, con Gadafi aún ejerciendo el control del país, parecía surgir una apertura del territorio a empresas extranjeras; gracias, en parte al levantamiento de las sanciones que padecían desde tiempo atrás. Desde la entrada de diferentes multinacionales, el país desarrollo ascendentemente su industria petrolífera y gasífera.
Pero pronto surgieron problemas a lo negociado y firmado en primera instancia entre el Gobierno Libio y empresas extranjeras para la extracción y producción de petróleo y gas. Puntualizar, que la infraestructura que el gobierno Libio poseía para la extracción de petróleo y gas, en muchos casos se encontraba escasamente desarrollada, y por lo tanto parte de las multinacionales tuvieron que invertir miles de millones en desarrollo de infraestructuras.
El problema surgió cuando, el Gobierno Libio, en muchos casos, obligaba a la renegociación de los contratos y el establecimiento de mayores cargas fiscales; acto por el que las empresas multinacionales, debido a la inversión realizada, efectuaron múltiples y duras quejas. Aquí es cuando empezaron a surgir uno de los factores discrepantes de las empresas multinacionales contra el régimen de Gadafi, fruto de las cuales, han incidido en encontramos en la situación actual.
Aprovechando la coyuntura existente, la guerra de Libia recuerda en parte a la guerra de Irak. En el sentido de que, parece, que lo que en realidad interesa es desestabilizar económicamente a Libia y a la National Oil Company (NOC, en sus siglas en inglés) (Compañía petrolera nacional de Libia, en castellano) y dar paso a la privatización de la industria petrolera y gasífera. Hecho que ocurre, y por lo tanto es analizable y comparable con el caso de Irak.
Dicho esto, no resulta extraño entender el gran interés tanto del Gobierno de Trípoli, del Daesh, como del Gobierno de Tobruk en hacerse con el control de la cuenca de Sirte. Además, apoyando lo dicho al inicio del texto, la relación entre el Comandante de las Fuerzas Armadas Jalifa Belqasim Haftar con los estadounidenses, sumado a los bombardeos selectivos que realiza la OTAN, cuanto menos es sospechoso. Sólo hace falta fijarse en el apagón informativo que existe en la actualidad sobre la guerra en Libia. No sabemos cuáles son “esos” bombardeos selectivos ni que intereses tienen. Pero si sabemos atar patrones como la relación entre Haftar y los estadounidenses, y su apoyo mediante la OTAN y el reconocimiento internacional del Gobierno de Tobruk.
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Adrián Ruiz Martínez, Politólogo especializado en Relaciones Internacionales
MIÉRCOLES 19 DE ABRIL DE 2017 – COMCOSUR
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4) Djibouti: A la sombra de las armas.
Guadi Calvo (Línea Internacional)
Para muchos el nombre, Djibouti, Yibuti o Gibuti, parece evocar novelas de aventuras, leyendas piratas o folletines sobre de la Legión Extranjera, tanto que ni siquiera estamos seguros de su existencia, pero no, Djibouti existe y a pesar de ser una de las naciones más pequeñas de África, su importancia geoestratégica escala niveles cada vez más alarmantes.
Sobre las aguas del Mar Rojo, al sur de Eritrea, al norte de Somalilandia, estado no reconocido por Naciones Unidas, y con una frontera de casi 350 kilómetros, con la siempre inquietante Etiopia al oeste, la antigua colonia francesa, desde 1891 hasta 1977 es hoy una república semi-presidencialista, que nunca ha escapado de la influencia occidental.
Djibouti, ubicada en el estrecho de Bab-el-Mandeb, (La Puerta de las Lamentaciones) una vía marítima clave que vincula el Océano Índico y el Mediterráneo, desde el Golfo de Adén y el Mar Rojo, hasta el Canal de Suez, por donde pasa un enorme flujo comercial particularmente petrolero, que se estima en unos 4 millones de barriles de crudo al día.
Son varias las potencias que han establecidos bases militares en el país, con la gran excusa de la lucha contra la piratería: Francia, desde 1969, tiene estacionado en su ex colonia el 5to Regimiento de Ultramar de armas combinadas, (RIOM-5e), la base aérea 188 con un escuadrones cazas Mirage, de diferentes tipos y la 13º media brigada de la Legión extranjera, lo que constituye su mayor destacamento militar extraterritorial.
Italia cuenta con la Base Militare Nazionale di Supporto con capacidad para unos 300 hombres, aviones y drones, controlados desde la base de Amendola, en la región italiana de Apulia, Japón mantiene un contingente aéreo desde 2011, con cerca de 600 efectivos que a la vez se alternan con buques de guerra de patrulla marítima. Japón paga unos 30 millones de dólares por año por el derecho a las instalaciones militares, Alemania una tiene un tres fragatas, cuatro barcos abastecimiento y cerca de 2500 marinos. Reino Unido, España y Arabia Saudita, mientras cuenta con sus bases militares, mientras que Rusia se encuentra negociado la suya con las autoridades de Djibouti.
Los países vecinos usufructúan también de su posición geográfica, Riad cuenta con una base aérea en Assab al sur de Eritrea, mientras que Emiratos Árabes (EAU) construye la suya en Somalilandia.
No sorprenderá a nadie que sea Estados Unidos, la potencia con mayor presencia en la pequeña nación africana, Camp Lemonnier, con más de 4 mil hombres, es la única base norteamericana en el Cuerno de África para control desde Somalia hasta Sudán y la República Centroafricana, y desde Kenia, Uganda y el Congo. Aunque su vigilancia ha llegado a Nigeria, Mali, Níger, Chad y también incluye, de manera fundamental Yemen y países de Medio Oriente.
El Pentágono ha dispuesto en Lemonnier centrales de control de la AFRICOM, CENTCOM, el Comando de Operaciones Especiales (SOCOM) y el Comando Europeo de los Militares de Estados Unidos (EUCOM). Mientras que la Fuerza Aérea cuenta con escuadrillas de F-15E Strike Eagle, F-16 y KC-135. En julio pasado, a la espera de la resolución de la compleja situación en Sudán del Sur, desde Djibouti, se enviaron alrededor de medio centenar de comandos norteamericanos, para protección del personal de la embajada, tras el incremento de la guerra civil que asola al joven país desde 2013.
Washington, compitiendo con Paris, por la mayor influencia en Djibouti, es quién ha dado entrenamiento y equipo a la guardia personal del presidente Ismail Omar Guelleh; que en abril pasado ganó nuevamente las elecciones, por un “particular” 86%. Guelleh, asumió el poder en 1999, tras relevar a su tío Hassan Gouled Aptidon, que gobernó el país desde la independencia en 1977.
En 2014, el Pentágono firmó un nuevo contrato de arrendamiento por 20 años de Camp Lemonnier con el presidente Guelleh, donde además de comprometerse a una inversión de 1400 millones de dólares para modernizar y ampliar las instalaciones. Desde el inicio de la guerra en Yemen, en marzo de 2015, el Pentágono monitorea de manera constante todos los buques en el área.
Las tropas norteamericanas, destacadas en Djibouti, están siendo utilizadas para una nueva intervención en Somalia, contra la guerrilla wahabita al-Sahabb, vinculada a al-Qaeda, con fuertes posicionamientos en todo el país, pero particularmente en el sur. Desde octubre pasado, de manera casi secreta, los Estados Unidos, realizan entre seis y ocho incursiones al mes con drones, aviación y una pequeña fuerza terrestre, contra la banda fundamentalista, ocasionando en varias oportunidades bajas civiles, de las que no se ha hecho responsable.
El 13 de octubre, por primera vez, Estados Unidos, se involucró directamente en la guerra en Yemen, con una serie de ataques misilisticos, contra radares bajo control de las fuerzas chiís Hutíes, los ataques, se presume, fueron realizados desde territorio djibouti apenas a 30 kilómetros de la costa yemenita.
Sin todavía precisar cuáles sean los planes de Washington, tanto en Somalia como en Yemen, están en franco aumento de su potencial armamentístico en la región por lo que Djibouti, pasar a ser de una importancia primordial, ya que alberga equipos de las fuerzas de operaciones especiales (SOF) respaldados por tropas del ejército.
Sombras chinas.
La primera reunión que se realizara a principios de abril en Florida, entre los presidentes de China y Estados Unidos, se produce en momentos que la Casa Blanca está seriamente preocupada por la próxima inminente apertura de la primera base militar china en el norte Djibouti, para el apoyo de misiones logísticas contra la piratería, a corta distancia de la base norteamericana Camp Lemonnier,
Las tensiones entre los gobiernos de Xi Jinping y Trump, abarca muchísimas áreas de las dos mayores potencias militares y económicas del mundo, desde lo netamente comercial, a lo militar. Tras el triunfo de Donald Trump, la tensión entre Beijing y Washington se ha incrementado por las acusaciones y amenazas de Trump de ser China el mayor responsable de la pérdida de empleos norteamericanos, entre otros cruces y reproches, por lo que la discusión sobre sus posicionamientos en Djibouti, no es para nada menor.
Es sabido que China, desde comienzos de los años ochenta y de manera muy discreta ha invertido en diferentes ámbitos de la economía africana, particularmente en el área de hidrocarburos y la construcción, que en la actualidad representan unos 200 mil millones anuales.
Djibouti, es la terminal del ferrocarril, que partiendo desde Addis Ababa (Etiopia), llega a los puertos de aguas profundas en el Mar Rojo, construido por Beijing, para sacar material prima e introducir al interior del continente sus manufacturas. La base militar que construye China se ubica en las cercanías de la ciudad de Tadjourah, al norte del país, por la que pagara 100 millones de dólares por año, mientras que Estados Unidos paga 63 millones.
China, necesita de manera perentoria control militar en la región, ya que los buques contenedores que trasportan sus mercancías a los puertos europeos pasan indefectiblemente por allí, amenazados por la piratería y la cada vez más fuerte presencia del Daesh y al-Qaeda en Yemen, no deja posibilidades para la negligencia.
Beijing, ya tiene una fuerza de cerca de mil hombres para proteger sus explotaciones petroleras en Sudán del Sur, la que se incrementará próximamente en Djibouti, debido al arribo de miles de ciudadanos chinos que trabajan en diferentes proyectos de infraestructura en la región. Sumados al millar que han sido evacuados con el inicio de la guerra en Yemen, mientras que otros tantos, también habían sido reubicados en Djibouti, en 2011, tras el estallido de la guerra en Libia.
China cuenta además con una flota de casi 100 entre unidades militares para escolta de sus convoyes rumbo a Europa, y otros tipos de transportes navales, para abastecer las necesidades de las empresas que operan en el Mar Rojo y el Golfo de Adén.
La agobiante presencia militar de occidente, y las inversiones chinas en Djibouti, no se replican en las condiciones de vida del casi millón ya que el país cuenta con los más bajos índices de desarrollo humano según Naciones Unidas en el mundo, ubicándose en el puesto 151, de los 178 países encuestados. El desempleo afecta más del 50% de la población, mientras que el mismo porcentaje refiere al analfabetismo. La esperanza media de vida es de 43 años. La tasa de mortalidad infantil se encuentra entre las más altas del mundo, y las mujeres todavía sufren la ancestral ablación genital.
A la crisis humanitaria de sus propios ciudadanos hay que sumarle los más de 4 mil refugiados yemeníes hacinados en las polvorientas tiendas de campañas del campo de Markazi, a pocos kilómetros del puerto de Obock, patrocinado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), junto con la Oficina Nacional de Ayuda a los refugiados y las víctimas de desastres (ONARS).
Las etnias locales los afar e issas, protagonizaron una guerra civil (1991-1994) además del choque fronterizo con Eritrea del 2008, que si bien duró apenas tres días entre el 10 y 13 de junio, dejó aproximadamente 300 bajas entre muertos y desaparecidos. Estos son elementos aprovechados por el presidente Guelleh, que juegue con una democracia formal, para consolación de occidente, mientras que en realidad se maneja como una clásica dictadura represiva y corrupta.
Sometiendo a su pueblo a constantes ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones arbitrarias, en la que las violación a mujeres son rutina. La angustiante sombra de las armas del mundo pende sobre el pueblo de Djibouti, como una más de sus tantas desgracias sin que a nadie le importe nada.
MIÉRCOLES 19 DE ABRIL DE 2017 – COMCOSUR
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5) Emiratos Árabes Unidos hace negocios con Israel
Mohamed Mohamed (The Jerusalem Fund)
Traducción para Rebelión de Loles Oliván Hijós.
Tras 69 años de ocupación, opresión y exilio, la situación general de los palestinos sobre el terreno no es solo sombría sino peor que la de hace unas décadas. El movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) ha logrado avances significativos en los últimos años en su fomento del boicot económico, académico y cultural a Israel. Las campañas del BDS han servido para convencer a importantes empresas e inversionistas internacionales de que abandonen el mercado israelí. Sin embargo, a medida que la gente, desde Europa hasta Nueva Zelanda, comienza a querer disociarse de Israel, hay países árabes como Emiratos Árabes Unidos (EAU) que retroceden.
Esta semana EAU ha participado en Iniohos 2017, unas maniobras militares conjuntas con las fuerzas aéreas de Grecia, Italia, Estados Unidos e Israel. No es la primera vez que pilotos emiratíes vuelan junto a pilotos israelíes. El año pasado, EAU participó en las maniobras “Bandera roja” que tuvieron lugar en Nevada, y ya ha informado de que volverá a hacerlo también este año.
La colaboración de EAU con Israel va más allá de las meras maniobras de entrenamiento multinacionales. En 2015, Israel estableció su primera misión diplomática en EAU con el fin de estar representado en la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), que tiene su sede en Abu Dabi. El Ministerio de Relaciones Exteriores de los Emiratos destacó que la oficina israelí se dedica estrictamente a las actividades relacionadas con IRENA y que su establecimiento no supone un cambio en la política de su país hacia Israel cuyo reconocimiento rechaza EAU.
Teniendo en cuenta que en 2009 Israel apoyó la candidatura de EAU contra Alemania para hacerse con la sede de IRENA, parece evidente que EAU sí ha modificado su posición política aunque no lo haya hecho oficialmente. Resulta extremadamente improbable que Israel le proporcione su respaldo sin haber obtenido algunas contrapartidas previas de EAU.
Además, a pesar de lo que afirma EAU, es probable que esta misión diplomática no convencional incluya actividades no relacionadas estrictamente con IRENA y que se utilice para reducir la distancia en la comunicación entre ambos países. Dado que Israel ha emprendido importantes labores de espionaje contra su principal aliado, EEUU, puede afirmarse que la misión israelí en Abu Dabi proporciona algún tipo de apoyo a los agentes del Mossad que conspiran en el país árabe.
Además, el comercio entre ambos países es un secreto a voces. Según un informe de 2012, la Autoridad Nacional de Infraestructura Crítica de EAU ha hecho negocios con varias firmas israelíes, incluido un contrato de 800 millones de dólares con AGT, una empresa suiza propiedad del empresario israelí Mati Kochavi. Por medio de este acuerdo la empresa ha proporcionado a EAU el sistema Falcon Eye, un sistema integral de vigilancia y seguridad para proteger la “infraestructura estratégica y los pozos de petróleo” emiratíes. Un análisis de Middle East Eye sobre los datos públicos disponibles de vuelos revelaba que un jet privado opera de manera habitual y secreta entre Tel Aviv y Abu Dabi haciendo una breve escala en Amán. La compañía que fleta el avión, Privat Air, tiene su sede en Ginebra, por lo que es muy probable que Mati Kochavi sea el huésped secreto israelí de EAU.
Las relaciones secretas con Israel se cultivan al parecer con el apoyo de Mohammed Dahlan, quien fuera hombre fuerte de la Autoridad Palestina, actualmente exiliado en EAU desde 2011, y que actúa como consejero de seguridad del príncipe emiratí Mohammed bin Zayed. Dahlan es una figura sombría de la política palestina que está acusado de corrupción financiera y de colaborar con Israel. Dado que Avigdor Lieberman prefiere a Dahlan como sucesor de Mahmoud Abbas, no es de extrañar que Dahlan sea en realidad el principal contacto entre EAU e Israel.
Hasta ahora EAU se ha comprometido con Israel de manera discreta y disimulada utilizando como piedra angular para el desarrollo de sus relaciones intermediarios y transacciones indirectas. Ello permite al gobierno poder seguir rechazando de manera creíble a Israel y evitar duras críticas por parte de la sociedad emiratí, que apoya la causa palestina.
Al mismo tiempo, parece que EAU está indicando sutilmente a su pueblo y a la región entera que la normalización de las relaciones con Israel está al caer y que ya ha comenzado. El hecho de que la bandera emiratí aparezca en la insignia de Iniohos 2017 junto a la bandera israelí indica que al gobierno de EAU no le preocupa en absoluto la reacción de la opinión pública. Por supuesto, siempre es útil que los medios de comunicación árabes del Golfo censuren estos acontecimientos (Al Mayadin y RT Arabic son los únicos medios de gran tirada en árabe que han mencionado las maniobras militares).
En noviembre el presidente de EAU, Jalifa bin Zayed, declaraba: “[…] Nosotros, en EAU nos comprometemos a mantener nuestra solidaridad y nuestro apoyo político y económico con el pueblo palestino sobre la base de que creemos en su justa causa”. Si ello es así, ¿por qué EAU compra tecnología de seguridad israelí desarrollada y probada contra el pueblo palestino y directamente utilizada para reprimirlo? Qué lejos queda el legado del fundador de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Zayed, quien proporcionó activamente apoyo humanitario, político y moral a los palestinos.
Los tratos secretos de EAU con Israel, asistidos por Mohammed Dahlan y facilitados por los países árabes, proporcionan una evidencia tan formalizada como decepcionante de que los palestinos están siendo traicionados por algunos países que supuestamente le son más próximos.
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Mohamed Mohamed es Director del jerusalem Fund and Palestinian Centre.
MIÉRCOLES 19 DE ABRIL DE 2017 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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