«

»

EL CINE COMO FORMA DE LUCHA

COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 12 / No. 496 / Lunes 24 de Octubre de 2016 / Producción: Beatriz Alonso

Hoy:

1) Salta contra los femicidios

2) Gobierno argentino busca eliminar la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres

3) Mujer trans logra cambio de nombre en cédula de identidad

4) Claudia Huaiquimilla:“El cine es mi forma de lucha”

5) Crímenes impunes: el rastro del feminicidio en los países de América Latina
_____________

“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” ― Rosa Luxemburgo
____________

1) Salta contra los femicidios
Semanario Alternativa / www.eltribuno.info

El pasado 19 de octubre, una serie de organizaciones políticas y sociales comenzaron a moverse, vestidas de negro y con carteles que rezaban "Ni una menos", "Nos queremos vivas" y "Educación sexual en las escuelas", sobre las cuatro calles que circundan la plaza 9 de Julio.

El movimiento fue parte de una convocatoria nacional, que explotó a través de las redes sociales y los medios de comunicación, luego de conocerse a muerte de Lucía Pérez de 16 años en Buenos Aires. La adolescente fue drogada y violada por dos hombres, que se la llevaron de su casa.

Mumalá, ATE, FpV, Partido Obrero, Apsade, Asociación de Transexules y Multisectorial de Mujeres dejaron de lado sus diferencias políticas y se sumaron en una sola voz por el mismo pedido: "Basta de violencia contra las mujeres". Pero, para poder hacer esto posible, muchas son las acciones que se deben tomar tanto desde el Estado, en todas sus instancias, como de la sociedad.

Representantes de las organizaciones sociales destacaron la necesidad de hacer cumplir con las legislaciones vigentes pero, además, expresaron la necesidad de nuevas leyes y de la modificación y aplicacion de la ley de educación sexual integral en todas las escuelas de la provincia. "Educar para el cambio", era otro de los pedidos que rezaban los carteles de los manifestantes que ayer se convocaron en la plaza 9 de Julio y luego marcharon hacia la plaza Gemes, frente a la Legislatura.

Noemí López, secretaria general de Apsade, fue una de las dirigentes que llevó adelante la marcha hacia la Legislatura provincial. Durante un breve diálogo con El Tribuno, destacó la necesidad de reclamar la emergencia nacional ante los casos de violencia contra las mujeres. "Si bien la provincia cuenta con un Observatorio de la Mujer, habría que ver qué es lo que hace este organismo. Hoy los hogares de apoyo para las mujeres que logran hacer las denuncias en los casos de violencia de género no son suficientes. Hay que hacer más y se requiere de más legislación", aseguró. Marta César, integrante de la Multisectorial de Mujeres que convocó a las mujeres salteñas, reclamó a la Cámara de Senadores de la Provincia que se expida sobre algunos proyectos de ley que ya tienen media sanción de Diputados, tales como la licencia por maternidad.

COMCOSUR MUJER Nº 496 – 24.10.16

____________

2) El gobierno argentino busca eliminar la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres
Farco

La responsable de esa dependencia, Mariela Labozzetta, dijo que el proyecto de reforma del Ministerio Público Fiscal aprobado ayer en comisiones es preocupante porque demuestra que la violencia de género no está entre las prioridades.

En el proyecto de reforma del Ministerio Público Fiscal aprobado en comisiones, se mantienen algunas de las Unidades Fiscales, se agregan nuevas y se elimina la que -desde el año pasado- se ocupa de investigar casos de violencia de género y femicidios. La propuesta obtuvo dictamen con los votos del Frente Cambiemos, el Frente Renovador y la líder del GEN, Margarita Stolbizer.

La UFEM es la unidad fiscal especializada en violencia contra las mujeres y personas lesbianas, gays, bisexuales, travestis, transgénero, transexuales e intersexuales (LGBTI) del Ministerio Público Fiscal. Fue creada por la Procuradora General de la Nación el 29 de junio de 2015. Tiene la misión de reforzar la actuación del Ministerio en materia de prevención, investigación, sanción y erradicación de la violencia de género, a través del diseño de una política criminal específica, el desarrollo de herramientas de intervención fiscal y el litigio estratégico.

En declaraciones a Informativo FARCO, la responsable de esa dependencia, la fiscal Mariela Labozzetta, dijo que este proyecto de reforma es preocupante porque demuestra que la violencia que sufren las mujeres no está entre las prioridades del gobierno.

“El proyecto hace una serie de modificaciones y omite, no sabemos si deliberadamente o debido a un olvido, la creación de cualquier tipo de estructura fiscal que investigue los crímenes de género. Es preocupante en ambos casos: si fue una decisión política o si fue uno olvido del Poder Ejecutivo o de los legisladores, porque habla de que no está en agenda pública el tema pese a que hoy por tercera vez en el año hay una marcha y un paro de mujeres para levantar la voz contra los femicidios”, explicó.

Además de eliminar la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres, el proyecto de Cambiemos y el Frente Renovador, avanza contra la autonomía de la Procuración General de la Nación, que agrupa a los fiscales federales de todo el país. El proyecto pone muchas decisión de la procuradora a consideración de una comisión de senadores y diputados. “Esto es de alta gravedad institucional. Nos preocupa desde el punto de vista de la transparencia institucional y del punto de vista democrático”, remarcó Labozzetta.

Este proyecto se da en el marco de que el gobierno nacional busca sacar a la procuradora Alejandra Gils Carbó de su cargo. Como no hay pruebas en su contra para hacerlo mediante juicio político, busca reformar la ley para acortar a 5 años su mandato, que es de por vida, salvo que incurra en mal desempeño.

COMCOSUR MUJER Nº 496 – 24.10.16
___________

3) Costa Rica
Mujer trans logra cambio de nombre en cédula de identidad
La Nacion

Organización Transvida celebra resolución pero espera que trámite se hagan desde ventanilla y no dependa de un juez

Desde este jueves, esta joven de 20 años ya no tendrá que soportar más las miradas y comentarios incómodos que sufrió hasta hace poco cuando, por ejemplo, pasaban lista en su clase o la llamaban en el hospital, y veían levantarse a una mujer aunque en vez del hombre al que llamaban. En su documento de identidad expedido por el Registro Civil ya no aparece el 'conocido como', que tanta molestia genera a la población transgénero del país y que defiende su derecho a ser identificados con el nombre que define su identidad de género.

Obando atribuye el logro a la organización Transvida, un grupo que ha luchado durante los últimos años en favor de estos hombres y mujeres. Este no es el primer caso de su tipo. Dos mujeres trans –incluida Obando– y dos hombres trans han logrado el cambio de nombre en la cédula. Actualmente, hay otra mujer trans en espera de la resolución, informó Dayana Hernández, vocera de Transvida.

Una persona trans es aquella que no siente que su identidad de género esté acorde a su sexo biológico. Esta situación no tiene que ver con su orientación sexual ni cómo viven su sexualidad genital. "Este es un logro. Es como quitar la barrera para lograr el respeto a la identidad de género y el derecho al nombre. Todavía hay un obstáculo: esto tiene que ser un cambio desde ventanilla, en el Registro Civil, no desde el campo judicial, que es desde donde hemos luchado.

Para conseguir el cambio de nombre en la cédula, una persona debe acudir a un Juzgado Civil. Será un juez el que resuelva la petición. "Necesitar de la mediación de un juez no nos garantiza a las personas trans un nombre, porque si es transfóbico no lo va a dar", agregó Dayana.

Todavía está en proceso un proyecto en la Asamblea Legislativa para conseguir este cambio por otras vías no jurídicas. También se gestiona desde Casa Presidencial una consulta ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sobre el reconocimiento del nombre para esta población.

Kerlyn, quien trabaja para Transvida y está próxima a concluir sus estudios de secundaria, sostiene que este cambio transformará su vida. "Me siento super feliz, fueron dos años de trámites y me siento, por fin, reconocida ante la ley. Estoy feliz y completa. Ya no soy invisible".

"Este es un precedente para que las mujeres trans tengamos derecho a la ley de identidad de género. Es un camino que se abre para más oportunidades laborales y educativas", mencionó la joven, quien retiró su nueva cédula el mediodía de este jueves.

"Con este reconocimiento de nombre, le dan libertad social para que ella pueda ejercer en el estudio, en el trabajo, en lo laboral, en lo cultural, para que pueda moverse libre de estigma y de discriminación porque se le reconoce su nombre. Esta reafirmación viene a dar un impacto positivo para su vida", expresó Dayana Hernández.

COMCOSUR MUJER Nº 496 – 24.10.16
____________

4) “El cine es mi forma de lucha”
Entrevista a la realizadora Claudia Huaiquimilla
El Ciudadano

Con su película "Mala junta" (2016), Claudia Huaiquimilla obtuvo el galardón al Mejor Largometraje Chileno en el Festival Internacional de Cine de Valdivia. La película fue grabada en su comunidad, al interior de San José de la Mariquina y muestra las visiones del pueblo mapuche desde el ojo de una de sus integrantes.

La cinta, que aborda la historia de dos jóvenes marginados por la sociedad -quienes conviven con la discriminación hacia la identidad indígena y los prejuicios del mundo adulto- se estrenó durante la realización del último Festival Internacional de Cine de Valdivia (FICValdivia) y obtuvo el galardón en la categoría Mejor Largometraje Chileno, derrotando a una competitiva lista de realizadores locales.

Además de recibir el Pudú y tres millones de pesos, la producción de Lanza Verde y Pinda Producciones posiciona a Huaiquimilla entre las figuras destacadas de presente y futuro del cine chileno, de la mano de su particular perspectiva del mundo mapuche, de donde proviene. De esto, “Mala Junta” y más, habló la realizadora en entrevista con El Ciudadano, en cobertura desde Valdivia.

-¿De dónde nace esta idea de problematizar la infancia y sus dolores y experiencias en contraste con el mundo adulto?
-Yo veo muchas noticias y medios alternativos, porque si uno viera sólo la prensa oficial es como vivir en otro país, entonces miro y me pasa que cuando salen casos de niños que han muerto en el Sename, como los que murieron quemados haciendo un motín, por ejemplo, o cuando estaba un joven delincuente que lo agarran y la gente hace justicia ciudadana y se avala eso, o cuando murió un mapuche en democracia que a nadie le importó y la gente dice bueno, en algo andará metido. Me parece que algunas vidas en Chile son más valiosas que otras y eso me conmueve, me remece y no me puedo quedar quieta. Mi forma de expresión para hablar de esta incomodidad que siento es el cine.
Me llama la atención los juicios sociales que hay respecto a estos personajes, que siendo tan pequeños les cortan las alas, como que nacieron sentenciados, se dice que son malos y ellos todavía en esa edad ni pueden tomar decisiones. Es muy frustrante eso de la infancia. Ellos eran malos, dicen, pero uno es fruto nada más de un montón de situaciones que no eligió. Del déficit educacional, médico y social y que la gente, los padres y la sociedad se desentiendan refleja que hay toda una cosa mal hecha en nuestro país.

-¿Cómo te enfrentas a la identidad de ser un joven o adolescente mapuche? En otras entrevistas has dicho que hoy hay formas distintas de identificarse entre las nuevas generaciones.
-Yo me aproximo a ese tema a partir de mi propia experiencia. Habemos muchos champurria (mestizos) en Chile y depende de cada quién cómo se identifique. La identidad es una cosa uno que se construye, pero por mi apellido paterno yo ya estaba marcada y a mí ese hecho, ser mapuche, me dio cosas muy bellas y enseñanzas muy bonitas, pero también hizo que me molestaran mucho en el colegio o me discriminaran en la universidad, y en algunos trabajos tampoco ha favorecido. Por ejemplo, para la búsqueda de financiamiento en el cine sí me he sentido en desventaja a un Larrea o a un Matte. Sí me he sentido mirada en menos y creo que desde ahí me aproximo.
Yo hice una investigación, fui a ver a otras comunidades, y al preguntarle a los niños si efectivamente esto les pasaba todavía, me impactó mucho porque sigue siendo muy actual, a pesar de que está un poco más expuesto el tema. La discriminación es muy actual. Tomé relatos de muchos de ellos, en especial de mi primo, que actúa en la película, y fusionamos los testimonios de todos nosotros con las frustraciones que todos hemos vivido, y eso es lo que está plasmado en la película. No es un discurso tan político sobre la causa mapuche, sino más bien cómo lo vive uno al ser, qué es lo que aspira, qué es lo que quiere. Qué es lo que te duele y te frustra.

-¿Cuál es tu mirada como realizadora, que proviene del pueblo mapuche, que se plasma en la película? Has dicho que no te interesa tanto rescatar una visión preciosística, sino que abordar sus problemas concretos, como los conflictos con las grandes empresas.
-Sí, de hecho estos días también me preguntaron cómo creía que me iba a diferenciar de cómo ya se ha tratado el tema mapuche. A mí me pasa mucho que la gente olvida el sincretismo que vivimos constantemente. Yo lo veo en la casa de mis familiares: obviamente está el kultrún, pero al lado está la tele y más allá unos stickers, todo se mezcla. Esta película busca justamente salirse del estereotipo del mundo del campo, porque se ha retratado en el cine chileno y hay un estereotipo de la vida rural, de los niños, de la gente del campo y del mapuche.

-La película fue grabada en San José de la Mariquina, donde está tu comunidad. ¿Cómo fue la experiencia de filmar entre tu gente y qué te pareció su participación?
-Yo tuve el apoyo total de la comunidad, hubo alguno que otro malentendido, pero por desconocimiento más que nada. Tuve el apoyo completo porque ya habíamos realizado un trabajo anterior, yo hice mi proyecto de título ahí con un equipo más chico y ese cortometraje se mostró mucho en estos sectores y ganó en Valdivia. Eso fue una cosa muy potente para quienes participaron y creo que les cambió la vida a todos los que aparecieron.
En cuanto a la reflexión, se vieron plasmados con sus problemas y es distinto a mirarlos con distancia. Les mostramos el trabajo y se empoderaron, todos querían ser parte de un nuevo trabajo audiovisual y cuando supieron de qué se trataba se sintieron muy comprometidos con la causa. Yo siento que me costó vender la película para que pudiera ser financiada a las empresas o productoras, pero me siento millonaria en el capital humano con el que conté. No podría haber grabado esta película sin mis vecinos y familia.

-¿Por qué es tan importante hablar de la discriminación y la violencia que existe en al infancia hacia los niños mapuche? Creo que no se ha problematizado a ese nivel antes en el cine.
-Hablar de lo mapcuhe implica que la gente inmediatamente tenga un resquemor y piense que será un tema político. Para mí la gracia que tiene el cine es su potencial de emoción. Para mí lo más importante del conflicto mapuche en este momento, lo que más me mueve y veo urgente, es lo que ocurre con el conflicto humano y el conflicto ambiental. El conflicto humano es el que vivimos a diario todos los mapuche y todas las personas por tener rasgos indígenas y los sentí urgente y sentí que esta era la vía para hablar de cómo un joven mapuche lo vive en su cotidianidad. Cuando uno crece se da cuenta de la importancia de la infancia y cómo las pequeñas ausencias emocionales te pueden afectar toda la vida. Esos daños emocionales del colegio te pueden marcar el resto del futuro, uno es una esponja.
Para mí se hizo urgente esta película, yo podría haber seguido trabajado en otro tipo de cosas en el cine, pero dejar eso, que es cómodo, en donde puedo subsistir, no fue fácil. Si no sintiera que no es necesario, no lo haría. Es muy necesario hacerlo en Chile y desde quienes los hemos vivido, siento que es muy distinto el relato.

-El tema medioambiental también se ve reflejado en la película, ¿cómo se aborda y con qué se puede encontrar el espectador?
-Yo trato de no decir mucho que se trata del conflicto mapuche esta película porque yo creo que no se trata de eso. Se trata de muchas cosas, pero por sobre todo de un desarraigo. El conflicto mapuche es muy amplio y yo lo tomé según lo que afecta a mi zona. Donde nosotros grabamos específicamente se llama Lawal, la comunidad, y eso significa alerce en mapudungun. Mi comunidad está intentado recuperar el árbol nativo, pero es muy difícil por lo que hacen las forestales. El eucaliptus y el pino acidiza el suelo y de ahí no crece nada más y chupan una cantidad impresionante de agua, como diez veces lo que consume un árbol nativo, entonces se va secando nuestros caudales y yo lo he visto. Yo voy al estero donde se bañaba mi agua y no queda nada de agua. Nosotros tampoco podemos plantar, yo siento que la comunidad es un oasis y es terrible cómo van avanzando estas empresas, engañando a los vecinos. En la película se ve plasmado lo que ocurre en este sector, pero siempre desde el punto de vista de estos dos personajes.

-¿Cuál es la responsabilidad de ser una directora mapuche y mujer en un momento como el que se vive en Chile?
-Me lo tomo con mucha responsabilidad, justamente esta película habla de personajes que constantemente son invisibilizados en nuestra sociedad y como mujer mapuche he sentido muchas veces una doble discriminación. Es un tema de identidad, yo soy mestiza igual que el 99% de nuestro país, el tema es que yo sí me identifico con el ser mapuche. Estoy intentando aportar al debate y lo bonito del cine, para mí, es que uno no impone una verdad, sino un punto de vista. Una reflexión. La gente me preguntaba qué esperaba con la peli, y yo sólo espero que al final de la película la gente converse de esto. Que no pase como se vio el tema de los niños del Sename, que a la semana siguiente ya no está. Es importante sacar el polvo que se deja encima de estos temas y conversarlo.

-Ha recibido premios ya en el extranjero, ¿cuál es tu expectativa de la recepción del público chileno y mapuche?
-La gente piensa que uno se preocupa de la competencia, pero es una cosa tan subjetiva y distinta, es una película que me sorprendió a mí misma, porque jamás esperé ser premiada en el extranjero en etapa de desarrollo. Llegando a Chile estoy muy expectante de que a la gente le pasen cosas con la película, no que les guste o no, que no queden indiferentes, eso para mí sería muy terrible. El motivo por el que llegué al cine y hago películas está ahí.

-¿Y sigues por esa línea en tus próximos proyectos?
-Sí, yo creo que sí porque cuando uno tiene el corazón de contrapunto no se puede silenciar. Seguiré con la ficción y el nuevo proyecto se centra en el último día dentro del Sename de unos chicos que murieron realizando un motín. Me interesa mucho ese caso, no por hacer una denuncia de la institución, sino por la deshumanización, por el hecho de que la gente olvide que eran niños que estaban ahí. Se les olvidan los sueños y las frustraciones. Para mí es importante volver a eso y buscar la humanidad de esos personajes. En eso empezaré a trabajar ahora. Lo miro y no me puedo quedar inmóvil. Esta es mi forma de lucha.

-¿Qué invitación hace para quiénes verán Mala Junta próximamente?
-Nosotros terminamos la película una semana antes de llegar a Valdivia, fue justo justo. Fue una decisión política el no estrenarla internacionalmente, sino estrenarla acá en vivo. Eso de utilizar el territorio, grabar y después no mostrar nunca el trabajo a la comunidad no nos parece. Nosotros nos comprometimos y este era el lugar donde tenía que hacer su estreno. Aún no hay estreno confirmado, pero sabemos que en salas va a estar a inicios del próximo año. Para eso es muy importante que la gente haga boca a boca, porque no vamos a salir en medios oficiales claramente. En esta película no creo que la pasen mal, tiene mucho del humor negro de nosotros los mapuche, también estos contrastes que construyen la vida. La gente va a tener acceso a una mirada que no muchas veces se tiene de este mundo.

COMCOSUR MUJER Nº 496 – 24.10.16
_______________

5) Crímenes impunes: el rastro del feminicidio en los países de América Latina
Nodal

Centenares de mujeres son asesinadas en América Latina y el Caribe por una sola razón: su género. Los feminicidios han crecido en la región en los últimos años y lo más grave es que 98 por ciento de los casos permanecen impunes.

La alerta por la limitación en la aplicación de la justicia en estos casos la encendió la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cuando publicó en abril de este año el informe “Prevenir los Conflictos, Transformar la Justicia, Garantizar la Paz”. Las tasas más altas la tienen 25 países del mundo, 14 de ellos de la región. Guatemala, El Salvador y Honduras figuran con unos de los índices más altos del planeta y en Argentina y México también se reportan cifras alarmantes.

“Nos encontramos ante una situación de gran emergencia que requiere la coordinación de todos los actores”, dijo la directora de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, Luisa Carvalho, al presentar el estudio. Sin embargo, ya desde 2012 la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) advertía que en América Latina estos crímenes alcanzaban “niveles cercanos a los de pandemia”.

Argentina, cada 30 horas un feminicidio

En este país se comete en promedio un feminicidio cada 30 horas, cifra que no ha variado desde 2008. La organización La Casa del Encuentro informó que 275 mujeres fueron asesinadas en los últimos 12 meses, en su mayoría, baleadas o apuñaladas por sus maridos, novios o exparejas. La lista de víctimas incluye una bebé, 11 niñas de entre dos y 12 años, 29 adolescentes de 13 a 18 años y nueve adultas mayores.

El modo más cruento de asesinarlas es la incineración. El interior de las casas se convierte en el primer escenario de muerte y en muchos de los casos hubo denuncias judiciales, exclusión del violento y prohibición de acercamiento del maltratador. En el año 2014 se registraron 277 feminicidios.

México, la violencia en ascenso

México tiene 61 millones 474 mil mujeres con altas tasas de analfabetismo, de trabajo doméstico y niñas desaparecidas. La ONU lo ubica en el puesto 16 mundial en feminicidios. Solo en Puebla (centro) al menos 50 mujeres fueron asesinadas en los últimos 14 meses. En 2015 la Fiscalía registró 37 y en los primeros dos meses de 2016, 13 casos más, pero la población denuncia que las instituciones son cómplices por omisión y por guardar silencio.

El Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio indicó que a diario seis mujeres son asesinadas y entre 2012 y 2013 más de 3 mil 800 murieron por razones vinculadas a su género. De esos casos sólo 613 fueron investigados y el 1,6 por ciento recibió sentencias. Entre 2011 y 2014 la tasa creció cinco veces al pasar de 2,4 a 3,2 por cada cien mil mujeres. Ciudad Juárez encabeza una de las localidades donde se reportan más crímenes seguido por el Estado de México.

Aunque en Morelos se lanzó este año la Alerta de Violencia de Género ésta no ha funcionado y Organizaciones No Gubernamentales reportan que cada cinco días una mujer es asesinada. En esta nación la violencia se aplica de forma extrema: las víctimas muestran signos de tortura o mutilación y los cuerpos son arrojados a sitios públicos.

También se agrega el agravante de las desapariciones de adolescentes en las que, según la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), siete de cada 10 corresponde a mujeres. Además, seis de cada 10 aseguran haber sufrido algún tipo de violencia sexual y de acuerdo a cifras oficiales cada hora se cometen 68 delitos sexuales. Este año cuatro mujeres mexicanas decidieron grabar el acoso al que se enfrentan a diario al caminar por Ciudad de México, el vídeo se volvió viral y luego recibieron amenazas de muerte con fotos de hombres armados y mujeres descuartizadas.

En esa misma ciudad hace ocho años las autoridades lanzaron el programa “Viajemos seguras” con vagones en el metro exclusivos para las féminas, pero la falta de funcionamiento constante y ausencia de control policial han llevado el experimento al fracaso. Un 65 por ciento de las usuarias del transporte público en Ciudad de México ha sido víctima de violencia de género, 40 por ciento de las mujeres ha cambiado su vestimenta para evitarse problemas y a 25 por ciento se les ha tomado fotos o vídeos sin permiso. Desde 2010 en el país han perdido la vida de manera violenta 23 mil 763 entre mujeres y niñas.

En Colombia aún se escucha el nombre de Rosa Elvira

A principios de junio de 2016 la Procuraduría de Colombia alertó que cada tres días ocurre un feminicidio. La impunidad es cercana al 90 por ciento pues la Fiscalía reveló que en los últimos diez años se abrieron 34 mil 571 procesos relacionados con feminicidios y sólo se han presentado 3 mil 658 condenas. El informe de Medicina Legal del país reveló que entre 2014 y mediados de 2015 hubo mil 351 feminicidios.

Además, contabilizó los crímenes desde junio de 2015 cuando se aprobó la Ley Rosa Elvira Cely, en la que se logró tipificar el feminicidio como delito con penas de hasta 41 años de cárcel. El instrumento legal recibió el nombre de una de las víctimas cuyo caso generó conmoción en el mundo. Rosa Elvira Cely fue una colombiana de 35 años que el 23 de mayo de 2012 fue violada, torturada y empalada por su compañero de estudios Javier Velasco en el Parque Nacional de Bogotá.

A lo trágico del caso se sumó el argumento que dio la Secretaría de Gobierno de esa ciudad al responsabilizar a la propia víctima de lo ocurrido. “Si Rosa Elvira Cely no hubiera salido con dos compañeros de estudio después de terminar sus clases en horas de la noche, hoy no estuviéramos (sic) lamentando su muerte”. Por su parte, el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias señaló que el año pasado hubo 47 mil 55 casos de violencia entre pareja contra mujeres. Por el conflicto armado se han registrado más de 127 mil 708 víctimas, de las cuales el 52 por ciento son mujeres, reflejó la ONU en su informe.

Violencia de género en Brasil deja 13 muertas cada día

Al menos 4 mil 762 mujeres fallecieron en 2013 por la violencia de género, lo que significa una media de 13 al día. De este total, un 33,2 por ciento murió a manos de sus parejas, informó la Secretaría de Políticas para las Mujeres (SPM). Las denuncias por malos tratos aumentaron a 63 mil 90 en los primeros 10 meses de 2015. Ese año, el sociólogo argentino Julio Jacobo Waisefisz elaboró el Mapa de la Violencia y ubicó al país como el quinto del mundo en el ranking de violencia contra mujeres al tener una tasa de 4,8 casos por cada 100 mil mujeres.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó 106 mil 93 asesinatos de mujeres entre 1980 y 2013. Los territorios con mayores tasas fueron Roraima, Espírito Santo, Alagoas, Goiás, Acre, Sao Paulo, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. De 2003 a 2013 los asesinatos contra mujeres blancas se redujeron un 9,8 por ciento pero los de mujeres negras pasaron de mil 864 a 2 mil 875, lo que significó un aumento de 54,2 por ciento. En 2015 la presidenta Dilma Rousseff sancionó la ley 13.104 o Ley del feminicidio con la que se modificó el Código Penal y se aumentaron las penas para los homicidios producto de la violencia de género de 12 a 30 años.

Centroamérica y las pandillas

La violencia y el asedio de las pandillas en Centroamérica complican aún más el panorama para las mujeres en esos países. De acuerdo al informe de la ONU, el ranking lo lidera El Salvador, donde 14 de cada 100 mil mujeres son asesinadas por razones de género. Seguido por Honduras donde 11 de cada 100 mil mujeres mueren.

El número de féminas de esos dos países y Guatemala que intentaron migrar con sus hijos a Estados Unidos pasó de 12 mil en 2013 a más de 66 mil en 2014, informó la ONU. Solo en El Salvador entre el 1 de enero y el 5 de febrero de 2016 fueron asesinadas 53 mujeres, según datos del Instituto de Estudios de la Mujer “Norma Virginia Guirola de Herrera” (CEMUJER). De esos un 19 por ciento de los casos fueron tipificados como feminicidios y solo el 2 por ciento concluyó con sentencias condenatorias para los responsables.

La Policía Nacional Civil reportó que 197 mujeres fueron asesinadas en el primer trimestre de este año, es decir, alrededor de dos mujeres cada día, lo que equivale a un 140 por ciento más en comparación con el mismo período de 2015, cuando fueron 82 (del total de 575 casos registrados en los 12 meses). El departamento de San Salvador es el que más casos reportó, seguido por Chalatenango y Ahuachapán.

La organización civil Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) registró en Nicaragua la muerte de 20 mujeres entre los meses de enero, febrero y marzo de 2016, seis más en comparación con el mismo período de 2015.

En Guatemala el informe anual del Ministerio Público precisó que del 1 de abril de 2015 al 31 de marzo de 2016 se recibieron 262 denuncias de feminicidio. Los departamentos con mayor incidencia son Guatemala, Petén, Zacapa y El Progreso. De 2005 a 2013 los feminicidios aumentaron 263 por ciento en Honduras, país que ocupó en 2015 el primer lugar en feminicidios a escala mundial. En febrero de este año se creó una unidad especial para investigar feminicidios.

COMCOSUR MUJER Nº 496 – 24.10.16
____________

“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de
quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre
_____________

COMCOSUR MUJER ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) / blog: nuevo.comcosur.org/ contacto: comcosur@comcosur.com.uy / Y ahora se puede seguir a Comcosur también en Facebook
_____________

powered by phpList