1) 8 de agosto DE 1978 por Mumia Abu-Jamal
2) EEUU viene por Evo Morales
3) Kenia elige la violencia.
4) “El modelo va a tener que cambiar, nos guste o no”
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COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 17 / Nº 833/ Miércoles 16 de agosto de 2017 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra y combatir ese monopolio es una tarea central.” — Emir Sader
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1) 8 de agosto DE 1978 por Mumia Abu-Jamal
Desde la nación encarcelada
(Amig@s de Mumia, México / Rebelión=
Era temprano por la mañana… la hora de descanso, calma y reposo.
El 8 de agosto de 1978 sólo se oía el trajinar de los pájaros en busca de alimento, cuando apareció una banda de policías fuertemente armados. Atacaron la casa comunal de MOVE*, Powelton Village, en el oeste de Filadelfia. Cientos, tal vez miles, de balas impactaron en la casa. ¿Cómo podríamos determinar la cantidad de balas? Porque antes del anochecer, la casa quedó destrozada –arrasada y nivelada con el suelo oscuro y húmedo.
Con cañones de agua inundaron la casa vaciando en ella cientos de galones de agua. El objetivo era expulsar a los integrantes de MOVE de su propio hogar comunal.
Cuando, por fin, los hombres, las mujeres y los niños emergieron de las aguas turbias para escapar de la muerte por asfixia o por bala, se enfrentaron a decenas de policías que les apuntaban diabólicamente con rifles y pistolas. Instintivamente levantaron los brazos para demostrar que no llevaban armas y evitar que la camarilla enfurecida de policías les dispararan.
Delbert África logró salir por una ventana del sótano con las manos en alto y con la espalda y el pecho desnudos. Le dieron culatazos y golpes con un casco policial hasta que cayó, luego lo apalearon y patearon una y otra vez en la cara y la cabeza. Varias horas después, cuando se presentó en el tribunal para la lectura de cargos, su ojo izquierdo parecía una pelota de golf. La saliva le corría por la barbilla debido a la fractura de mandíbula.
Casi todos los hombres recibieron golpizas, ¿y qué les pasó a las mujeres? Las llevaron en coche a las orillas del río Delaware, donde escucharon a los policías discutiendo entre sí. Uno decía: “Vamos a violarlas y luego las echaremos al agua”. Finalmente las trasladaron a la Casa de Correcciones, una prisión del condado, para ser enjuiciadas.
Lo que les pasó a estas mujeres y a estos hombres ese 8 de agosto –la lluvia infernal de balas, golpes, amenazas de violación y encarcelamiento– no fue nada comparado con lo que tuvieron que enfrentar en los tribunales de Filadelfia. Allí les negaron todos sus derechos, incluyendo el supuesto derecho a la autodefensa. Fueron golpeados nuevamente por negarse a participar en su propio linchamiento legal.
Y el colmo de los colmos fue la condena: Una sentencia colectiva dictada por el juez Edwin Malmed de un mínimo de 30 años y un máximo de cien. ¡¿Por homicidio en 3er grado!? Malmed, en una llamada telefónica que hice al talk show de Frank Ford en la radio WWDB FM (donde el juez estaba invitado) respondió a mi pregunta sobre quién asesinó al policía diciendo: “No tengo la menor idea”. Nueve personas. Nueve hombres y mujeres. ¡Nueve integrantes de MOVE con condenas de 30 a 100 años!
Hoy, 8 de agosto de 2017, los integrantes de MOVE cumplen 39 años en prisión. De los nueve, sobreviven siete. Merle y Phil África han retornado a la Fuente** en circunstancias sospechosas. Otro hecho: Ninguna de las hermanas de MOVE fue acusada de portar armas. Además, Eddie África nunca fue acusado de homicidio. ¿De qué le acusaron? De tentativa de asalto. No, no estoy bromeando. Los integrantes de MOVE siguen en prisión hoy en día por una sola razón: por formar parte de MOVE… y nada más.
De lo único que son culpables es de haber resistido a un sistema racista, brutal y corrupto. El mismo sistema que generó el encarcelamiento masivo a una escala jamás vista en el mundo.
Estas sentencias son una abominación.
¡Libertad para Delbert, Eddie, Mike, Chuck, Janine, Janet y Debbie África!
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
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Notas de Rebelión:
*MOVE: Es el Movimiento por la Liberación Negra, que originalmente se llamó Movimiento Cristiano por la Vida. La mayoría de sus integrantes eran afroamericanos y estaban a favor de una forma de vida en armonía con el medio ambiente. Su fundador fue John Africa, quien adoptó su apellido como homenaje al continente madre. Los miembros del grupo vivían en una casa comunal.
**Merle Africa murió en la cárcel en 1998; Phil Africa murió en la cárcel en 2015 por «causas naturales», según el escueto informe del penal. En ambos casos, los militantes de MOVE expresaron dudas sobre las verdadera causa de la muerte de sus líderes encarcelados.
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–©’17maj 31 de julio de 2017 Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org – Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com – Traducción Amig@s de Mumia, México – Editado para Rebelión por Silvia Arana.
MIÉRCOLES 16 DE AGOSTO DE 2017 – COMCOSUR
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2) EEUU viene por Evo Morales
Hugo Moldiz Mercado (Rebelión)
El Encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos, Peter Brennan, -un experto en temas de subversión ideológica-, se ha encargado de “avisarle” al presidente Evo Morales que “Ojalá Bolivia nunca llegue al punto en que está Venezuela”. La respuesta del líder indígena no se dejó esperar: “Bolivia ni Venezuela son patio trasero de nadie”.
Ha pasado algo más de tres años para que el encargado de Negocios de los Estados Unidos, Peter Brennan, terminara de confirmar, este 10 de agosto, el carácter de la misión política, encubierta y desestabilizadora, que se le ha encomendado para Bolivia desde el Departamento de Estado, las agencias y los servicios secretos estadounidenses.
En circunstancias aparentemente no extraordinarias, el hombre que está al frente de la embajada de EEUU desde junio de 2014, aprovechó una actividad pública para hablar con la prensa y lanzar, de manera natural, un mensaje injerencista de múltiples propósitos. “Ojalá Bolivia nunca llegue al punto en que está Venezuela”, fueron las palabras del diplomático estadounidense.
Organizada o no la pregunta de la prensa, Brennan, quien es un experto en subversión ideológica, en su contacto con los periodistas giró entorno a tres aspectos puntuales: la crisis de Venezuela, la posición de respaldo de líderes de izquierda al gobierno y lo que podría pasarle a Bolivia si opta por el mismo camino.
Las declaraciones del responsable de la embajada de EEUU en Bolivia podrían interpretarse como una provocación y un globo de ensayo que forma parte de la estrategia que Washington está desarrollando para desgastar al proceso de cambio y evitar que el presidente Evo Morales se presente en las elecciones generales de diciembre de 2019. En todo caso, no se trata de palabras improvisadas ni mucho menos lanzadas al azar sin esperar efectos políticos dentro y fuera de Bolivia.
¿Cuáles son los objetivos que persigue Brennan?
En primer lugar, incidir aún mas en las voces políticas, mediáticas y de sectores de la sociedad civil –todas de oposición-, que critican las diversas manifestaciones de apoyo y solidaridad del presidente Evo Morales con la revolución bolivariana, el gobierno de Nicolás Maduro y la Asamblea Nacional Constituyente.
Las palabras de Brennan son coherentes. La estrategia imperial contempla aislar a Venezuela de la mayor parte de la comunidad internacional, un objetivo que no ha logrado en meses a pesar de contar con la complicidad del incansable secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien no pudo reunir un total de dos tercios de votos de los estados miembros del organismo regional para activar la Carta Democrática Interamericana. En Cancún, México, alcanzó a 20 y en el encuentro de Lima, convocado por el presidente peruano, Pablo Kuczynski –similar a Sánchez de Lozada en su fisonomía, la manera de hablar y su forma de pensar-, se aprobó una declaración con 17 países.
Contra Venezuela se ha lanzado una estrategia de injerencia de amplio espectro que contempla elementos y medidas políticas, económicas, militares y mediáticas que tiene por objetivo la destrucción de la revolución Bolivariana a partir de una implosión interna y, si fuera necesario, una intervención militar por “razones humanitarias” como ha advertido el viernes pasado Trump.
En segundo lugar, utilizar la pésima imagen que el aparato mediático ha logrado instalar en el imaginario colectivo de sectores sociales permeables a la estrategia estadounidense para disuadir al gobierno de Evo Morales de no seguir respaldando a Maduro. Se juega con los sentimientos de la gente –el miedo, la indignación y el odio, propias de la denominada guerra de cuarta generación-, para fortalecer certezas en la gente alineada política y culturalmente en contra de los procesos de cambio y construir dudas en algunos sectores que forman parte, en la base social y en niveles de dirección, de estas experiencias revolucionarias elevadas a la categoría de Estado. Es decir, se busca sembrar dudas en alguna gente cercana a Morales.
Por eso, el que “ojalá Bolivia nunca llegue al punto en que está Venezuela” no puede tomarse como una imprecisa reflexión política. No cuando viene de la boca de Brennan. En realidad apuntala el discurso de políticos, analistas y comentaristas que buscan sembrar temor en la gente sobre un hipotético “futuro negro” de la economía boliviana, la cual, para sorpresa no admitida de la oposición, es la que mejor comportamiento experimenta en la región sudamericana y que cuenta con una estructura productiva diversa que disminuiría los efectos de cualquier guerra económica.
En tercer lugar, es una señal de advertencia a Evo Morales y a los movimientos sociales si persisten en la línea del último congreso del MAS, en diciembre de 2016, cuando se aprobó cuatro caminos para garantizar la continuidad del proceso de cambio con la dirección del líder indígena campesino hacia el 2025. Es decir, Morales candidato en diciembre de 2019.
La advertencia al gobierno del presidente Morales fue suave pero no por ello menos profunda. Hay que leer textualmente lo que dijo ante la pregunta de si Bolivia no estaría recorriendo el mismo camino de Venezuela al desconocer los resultados del 21 de febrero de 2016, cuando el NO se impuso por cerca de un punto en el referéndum convocado para marchar hacia la reforma constitucional que posibilitara la participación del binomio Evo-Álvaro en las elecciones generales de 2019. «No voy a opinar o especular sobre la situación de Bolivia, sobre la situación política interna que es algo para los bolivianos para resolver; pero ojalá que Bolivia nunca llegue al punto en que está Venezuela en este momento porque es deplorable y muy lamentable”.
¿Un exabrupto o una línea de acción?
Para responder a la pregunta es mejor referirse a la lógica con la que Estados Unidos viene actuando contra el proceso de cambio desde enero de 2006, cuando Evo Morales se alzó con una contundente victoria en diciembre de 2005 al obtener el 54% de la votación.
La estrategia estadounidense para derrocar a Morales se activó desde el principio. Estados Unidos envió al país en 2006 a un embajador experto en la organización de batallas de confrontación abierta: Philip Golberg, quien adquirió fama por su papel en la división de la ex socialista república de Yugoslavia. De hecho, el diplomático apostó por la salida violenta del líder indígena en 2008, cuando la oposición no democrática optó por acciones de hecho como la toma de instituciones públicas, el cerco a la Asamblea Constituyente, el acoso físico de autoridades y dirigentes del proceso de cambio y el magnicidio de Morales. La revolución se plantó, la DEA fue expulsada en junio de 2008 por hacer espionaje político y Golberg en septiembre corrió la misma suerte por intervenir en asuntos internos (reuniones sistemáticas con la oposición no democrática en Santa Cruz).
Después de Golberg, la conducción de embajada de Estados Unidos fue asumida en su condición de Encargado de Negocios por Larry Memmott, quien a pesar de priorizar la línea política tuvo que cargar varias veces con las huellas dejadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en operaciones realizadas contra el gobierno de Morales. Al diplomático tampoco le fue bien y junto a su segundo hombre, Mitchel Ferguson, tuvo no más de diez días para abandonar el país. No fue Evo quien lo expulsó, sino el Departamento de Estado que se lo llevó sorpresivamente.
Entre Memmott y Peter Brennan hubo pocos meses de transición a cargo de otro Encargado de Negocios, Aruna Amirthanayagam, cuya tarea única y fundamental fue “limpiar” la casa dejada por el primero, para garantizar una actuación predominante de las agencias para la subversión y la inteligencia a cargo del segundo. Fue necesario apenas dos meses para cumplir esa tarea.
Para muestra, basta tres casos
En la gestión Brennan al mando de la embajada de los Estados Unidos, hay tres acciones abiertas y encubiertas contra el proceso de cambio y el presidente Morales.
La primera, la participación de Brennan en el caso Zapata. Ahí está en encuentro del Encargado de Negocios con Carlos Valverde (el que lanzó la denuncia) en el Hotel Los Tajibos, actualmente de propiedad del empresario Samuel Doria Medina, poco antes de que esa “bomba” fabricada y mediática fuera lanzada en plena campaña por la modificación de la Constitución Política del Estado. Pero también está la llegada de técnicos en informática para apoyar la misma operación.
Segunda, al festejar el día de la independencia de su país, en julio pasado, Brennan sostuvo en la ceremonia, donde curiosamente no estaba ninguno de los jefes de la oposición, lo siguiente: “la libertad; la libertad de prensa y expresión; un poder judicial independiente, no partidista y seleccionado mediante un proceso justo y transparente; ser libres de sufrir persecuciones; la protección de las minorías; y el carácter inaceptable del encarcelamiento, la represión o el hostigamiento de los opositores políticos y de aquellos que no se ajustan a la línea de un partido (…) son ideales, principios, intereses comunes y valores universales en los que nosotros en los Estados Unidos creemos firmemente y que, estoy seguro, también compartimos con la gran mayoría de los bolivianos”.
Tercera, una acción permanente y típica de subversión encubierta en algo que a simple vista no desvela nada: la llamada “diplomacia de pueblo a pueblos” como dijo en su discurso. Con este método se ha llegado a comunidades de la provincia Omasuyos, particularmente Achacachi, y de Los Yungas de La Paz, donde “extrañamente” han brotado voces contra las políticas públicas del gobierno.
Pero la injerencia de Brennan se encontró, cuando no, con la posición firme de Evo Morales, quien dijo a través de su twitter: “EEUU nos amenaza y olvida que hemos expulsado a su embajador por injerencias parecidas. Bolivia ni Venezuela son patio trasero de nadie”.
El perfil de Brennan y los Wikileaks
Brennan –ideal sustituto de Memmott por su perfil- llegó a La Paz en la etapa previa a la recta final de la campaña electoral de diciembre de 2014, cuando Washington esperaba que la oposición conformara un solo frente para enfrentar las aspiraciones reeleccionistas de Morales, quien pasará a la historia por liderar la revolución más profunda de Bolivia y por haber recibido el caudal de votos que la democracia del país no registra antecedentes (el 54% en las elecciones de 2005, el 64% en las elecciones de 2009 y 62% en las últimas).
Brennan, por su experiencia le venía al pelo a los estrategas de Estados Unidos, pues contaba con el conocimiento y la práctica suficiente para llevar adelante la estrategia del “golpe suave”, la nueva modalidad de desestabilización que Washington lleva adelante. Venezuela es la mejor prueba.
El designado como Encargado de Negocios desde julio de 2014 ha desempeñado como segundo al mando en Costa Rica y Nicaragua un papel duro en la injerencia de Estados Unidos, según da cuenta los cables revelados por Wikileaks y otras noticias procedentes de ambos países. En 2007 Brennan presionó al gobierno costarricense de Oscar Arias para que policías de ese país (ante la falta de Fuerzas Armadas) se entrenaran “discretamente” en la academia del Comando Sur.
Durante el gobierno de Enrique Bolaños en Nicaragua, Brennan también jugó un papel de abierta injerencia. En marzo de 2003, el diplomático estadounidense le informó al Jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua, General Julio César Avilés, que quedaba suspendida la ayuda militar anual a ese país –estimada en 2.3 millones de dólares- hasta tanto no se destruyeran todos los misiles y la capacidad de defensa militar que el gobierno sandinista montó en casi una década de revolución.
La experiencia de Brennan, al igual que Brown, en lo que USAID y la NED denominan “iniciativas democráticas”, se volcó también en múltiples acciones subversivas contra Cuba: el 13 de enero de 2011, junto a tres altos funcionarios del Departamento de Estado, el diplomático que está en Bolivia aprovechó una visita a La Habana para tratar temas migratorios para reunirse clandestinamente con un grupo de disidentes cubanos cuyas acciones de subversión son organizadas y financiadas por el gobierno de EEUU, según se ha encargado de probar frecuentemente el gobierno socialista.
El diplomático estadounidense, que era uno de los responsables de garantizar estabilidad política para los militares de su país en Pakistán y de promover el viaje de jóvenes de ese país a los EEUU para abordar temas alrededor de “iniciativas democráticas”, fue bastante activo desde su condición de “Jefe de la Oficina de Asuntos Cubanos” en Washington pues impulsó una serie de acciones para lograr la libertad de Alan Gross, un agente contratado por USAID para instalar una red ilegal de telecomunicaciones en Cuba.
Con Brennan a cargo de la “oficina Cuba” las acciones estadounidenses contra el gobierno socialista se incrementaron. No sería nada raro que el hace poco descubierto programa “Zunzuneo” –un programa de “Twitter cubano” para conectar a la disidencia-, haya tenido sus orígenes en la gestión del que será encargado de Negocios de EEUU en Bolivia a partir de julio.
MIÉRCOLES 16 DE AGOSTO DE 2017 – COMCOSUR
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3) Kenia elige la violencia.
Guadi Calvo (Línea Internacional).
Kenia, una vez más parece deslizarse a una matanza poselectoral, sin un triunfador claro, tras elecciones del pasado 8 de agosto, el actual presidente y candidato por el Jubilee Party of Kenya, Uhuru Kenyatta, se auto proclamó ganador por un 54% frente a la opositora “Súper Alianza Nacional” (NASA), encabezada por Raila Odinga con un 45%.
Odinga, por su parte, a pesar de que el viernes a última hora la Comisión Electoral confirmaba el triunfo del actual presidente, ha denunciado fraude por el hackeo del sistema de conteo electoral. Según el opositor, los resultados fueron manipulados y denunció que los conteos de su partido, mostraban que estaba ganando por un millón de votos. La comisión electoral dio la victoria al actual presidente solo con un 74% de votos escrutados, con una ventaja de 10 puntos sobre Odinga.
La acusación adquiere relevancia si se tiene en cuenta que el martes 31 de julio, después de tres días de desaparición, Chris Msando director de Tecnología de Información y Comunicaciones de la Comisión Electoral Independiente (IEBC) fue encontrado muerto en un bosque cercano a Nairobi. Msando tenía un brazo cercenado y claras señales de tortura. Al enrarecido clima electoral, por el asesinato de Msando, hay que agregar la extemporánea expulsión del país de todos los asesores de campaña contratados por la oposición.
Tras el anuncio de la Comisión Electoral, los seguidores Odinga, ganaron las calles de las barriadas populares de Nairobi como las de Mathare Kibera o Dandora, y las ciudades del occidente con mayor presencia de la oposición Homa Bay, Kisumu, Migori y el distrito de Siaya, donde se produjeron las mayorías de las 120 muertes de manifestantes, al tiempo que los comercios debieron cerrar por los saqueos.
La compleja estructura étnica y tribal de la sociedad keniata, ha tenido históricamente en la vida independiente del país un peso determinante. Desde la declaración de independencia de Reino Unido en 1964, el juego de poderes entre las tribus ha marcado el rumbo de la política con diferentes alianzas. Lo que ha permitido que desde su independencia hasta hoy solo haya tenido cuatro presidentes Jomo Kenyatta, quien es considerado el padre de la patria (1964-1978), Daniel Arap Moi (1978-2002) Mwai Kibaki (2002-2013) y el actual, Uhuru Kenyatta, hijo de Jomo; que desde 2013 ocupa el cargo y al parecer pretende perpetuarse en el poder. De todos ellos solo Moi pertenece a la etnia kalenjin, la tercera en población, que representa un 14% de los 45 millones de kenianos, mientras que los otros tres pertenecen a la etnia kikuyu la más importante del país que constituye el 21% de las 42 tribus que componen el espectro total de la población.
En el año 1991, tras lo que se consideran como las primeras elecciones multipartidistas Arap Moi, para mantenerse en el poder y así evitar el ascenso de una alianza opositora compuesta por tres etnias, los luo, luhya y kikuyu , inició una represión que se saldó con 1500 muertos y 300 mil desplazados. Lo mismo volvió a suceder en 2007 con cerca de 1200 muertos y 600 mil desplazados. Por aquellas matanzas Kenyatta y William Ruto, su ahora vicepresidente, fueron llevados a la Corte Penal Internacional por su rol en aquellos hechos, aunque finalmente fueron sobreseídos por falta de pruebas.
El actual tironeo electoral, no solo es una disputa entre dos etnias, sino también entre dos hombres del establishment, que sin duda no cambiaran los destinos del país donde más del 50% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza.
El presidente y aparente ganador en las elecciones Uhuru Kenyatta, quien había prometido renunciar si era derrotado, es el favorito de los Mercados y de Occidentes, sin duda beneficiado por su educación en el Amherst College de Massachusetts, una escuela de economía liberal, por los que sigue a pie juntillas las disposiciones del FMI y el Banco Mundial. Kenyatta es además según la revista Forbes, es el hombre más rico de país. El reciente acto electoral ha recibido el beneplácito del ex Secretario de Estado norteamericano John Kerry, jefe de la misión de observadores electorales del Centro Carter, quien habló de la transparencia y diligencia del proceso electoral, en ese mismo sentido la Unión Europea, no ha dado cabida a los reclamos de la oposición.
Raila Odinga, de la etnia Luo, que con su 12 % representa la cuarta etnia más importante del país, es un veterano de la política que ha ocupado diferentes cargos los gobiernos que se han sucedido. Este es su cuarto intento por logra la presidencia, con sus de 72 años, adjura de su pasado marxista.
Esta nueva estafa electoral vuelve a repetir el cuadro de las elecciones de 2013, cuándo Odinga enfrentaba al actual presidente y fue despojado del triunfo, a pesar de que las encuestas previas había llevado una gran ventaja a Kenyatta y estaba liderando el conteo final, por lo que la misión de observación electoral de la Unión Europea, se vio obligada a reconocer que: “La falta de transparencia y el número de irregularidades hacen dudar de la exactitud del resultado”. Semanas antes de la elección, el analista político y experto anticorrupción, John Githongo había declarado: “seguramente vaya a haber violencia, el tema es cuanta”
El vector somalí.
El grupo fundamentalista al-Shabaab, la franquicia somalí de al-Qaeda, opera con cierta frecuencia en territorio keniata, provocando en ocasiones golpes dramáticos como el asalto al Centro Comercial Westgate en Nairobi en septiembre de 2013 o la toma de la universidad de Garissa en abril de 2015 que se saldaron con un total de cerca de 200 muertos. Además son docenas de ataques y tomas que se ejecuta contra poblaciones cercanas a la frontera.
La acciones de al-Shabaab en Kenia son empujados fundamentalmente como respuesta a la participación del ejercito de Kenia en la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) que intenta controlar, con poco éxito, los avances de la banda wahabita que desde hace más de una década asola al país. Esta realidad hace vital para quien gobierne Kenia, que pueda solucionar las permanente operaciones del terrorismo en su frontera. Las elecciones en Kenia no pasaron desapercibidas para la banda fundamentalista ni los candidatos obviaron referirse a sus objetivos frente al terrorismo, como punto a considerar en sus campañas.
Por su parte al-Shabaab, que había prometido interferir en las elecciones, atacó la noche del lunes las instalaciones eléctricas del condado de Lamu, dejando sin suministros durante 14 horas a unas 100 mil personas. El mismo día de las elecciones muyahidines de al-Shabaab atacaron un bus en una carretera matando a tres personas y robaron tres vehículos en el distrito de Mandera próximo a la frontera entre ambos países.
Mientras, que el presidente Kenyatta mantendría las tropas la AMISOM, su contendiente había declarado que iba a sacar de Somalia a las tropas kenianas, aunque el mismo había fue quien dispuso el envió en 2008, durante sus funciones como Primer Ministro del presidente Mwai Kibaki. El resultado de las elecciones a una semana de los comicios siguen siendo incierto, al tiempo que se cree puedan volverse a repetir protestas y sus consiguientes represiones que como queda dicho en Kenia suele ser una opción electoral.
MIÉRCOLES 16 DE AGOSTO DE 2017 – COMCOSUR
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4) “El modelo va a tener que cambiar, nos guste o no”
Santiago Sáez (La Marea)
Entrevista al filósofo australiano Ted Trainer, especialista en decrecimiento.
“La crítica en mi trabajo no es hacia las energías renovables, sino hacia la tesis de que pueden alimentar una sociedad de alto consumo energético como la que tenemos ahora”.
El pasado 2 de agosto fue el conocido como Overshoot Day, o día en que los humanos empezamos a vivir de prestado sobre la Tierra. A partir de ese día, el consumo de los humanos excede la capacidad para renovar los recursos el mismo año. Al mismo tiempo, los efectos del cambio climático recuerdan a diario que la humanidad está consumiendo demasiada energía.
Ante la crisis energética y de recursos, un retorno a un modo de vida más simple. Esa es la propuesta de Ted Trainer, filósofo nacido en Australia en 1941. Durante décadas, Trainer ha construido su alternativa al modelo de crecimiento basado en el libre mercado: Un sistema basado en pequeñas comunidades autosuficientes, cooperativas y que eviten el exceso de consumo que hoy está presente en los países ricos.
Trainer, que se confiesa admirador de las iniciativas anarquistas y ecorrurales españolas, tanto durante la Guerra Civil como en la actualidad, habló por teléfono con La Marea de la importancia de este momento histórico, la imposibilidad de que las renovables sustituyan a los combustibles fósiles y el error de pensar que la tecnología nos salvará.
—¿Qué ha cambiado desde que escribió La vía de la simplicidad en 2012? ¿Hay lugar para el optimismo, viendo como está el mundo hoy?
—Creo que las cosas están cambiando rápido, y eso trae buenas y malas noticias. El sistema, por supuesto, está cada vez peor y trata peor cada vez a más gente. Es obvio que esto ha supuesto el aumento de apoyo que Trump necesitaba, así como olas de insatisfacción política tanto en Europa como en Australia.
Creemos que esto no es del todo malo, porque significa que la gente está empezando a darse cuenta de que el sistema no les va a proteger, y no podemos avanzar en el desarrollo de alternativas hasta que un número importante de personas se de cuenta de ello.
—¿Cómo podemos avanzar hacia un modelo de vida más simple?
—Obviamente, no podemos avanzar en la dirección que queremos a no ser que una gran cantidad de gente esté de acuerdo en que es la mejor manera de salvar el planeta. Hasta entonces, no podemos hacer más que trabajar en la idea.
Por supuesto, los recursos del planeta no permiten que este modelo de abuso continúe, así que va a tener que cambiar, nos guste o no. La buena noticia, creemos, es que la simplicidad será un modelo mucho más satisfactorio, menos propicio para el estrés y los problemas derivados de la escasez y el desempleo.
Una de nuestras mayores tareas es conseguir que la gente lea los argumentos que presentamos, los evalúe, y decida si realmente podríamos gozar de una vida mucho más relajada y gratificante, si nos salimos de este modelo.
—¿Qué puede hacer una persona antes de decidirse a adoptar un modelo de vida más simple?
—Hablar. Hablar tanto como pueda. Visibilizar las contradicciones que encuentre en su día a día. No estoy diciendo que no haya otras formas de avanzar, pero nada es tan importante en este momento como ayudarnos a cambiar la conciencia de la gente.
No todos podemos tener un nivel de abundancia como el de los países ricos, pero la gente, como es natural, es lo que quiere. Es lo que han aprendido del sistema. Si en países como Grecia, en el que el ciudadano medio se ha empobrecido terriblemente por culpa del sistema, quieren volver al punto de partida, ¿por qué no querrían en otras naciones?
Nuestro trabajo a medio plazo es ayudarles a entender que esto no es posible, pero hay una alternativa: una vía de simplicidad basada en comunidades cooperativas que, siendo autosuficientes, se apoyen unas a otras. Esto puede proporcionarnos a todos una mayor calidad de vida.
Todo el mundo puede ayudar. No tienes que ser rico, ni tener gran elocuencia, ni contactos. Simplemente tienes que usar cada oportunidad, cada día, para mantener la exposición de estas contradicciones en la agenda: que la vía de la abundancia no es viable, pero que hay otra manera. Si conseguimos que cale este mensaje, entonces podremos plantearnos la revolución que necesitamos.
Por supuesto, para alguna gente, no para todos, hay otras maneras de participar, construyendo experiencias piloto y sistemas alternativos. Un buen ejemplo es el movimiento de las Comunidades de Transición, e involucrarse en ellas también ayuda mucho.
—Llama la atención en su trabajo la crítica a una transición a un 100% de energías renovables. ¿Por qué?
—Nuestra postura en cuanto a las energías renovables es muy fácil de malinterpretar. Estamos completamente a favor de las energías renovables. Queremos que haya una transición hacia un 100% de energías renovables tan rápido como sea posible. Tenemos que salirnos de los combustibles fósiles ya.
La crítica en mi trabajo no es hacia las energías renovables, sino hacia la tesis de que pueden alimentar una sociedad de alto consumo energético como la que tenemos ahora.
Muchas personas bienintencionadas, preocupadas por el estado del planeta y el clima, asumen que podemos simplemente pasarnos a placas solares y aerogeneradores y seguir viviendo como vivimos ahora. Eso es lo que creo que no es verdad.
No digo que mi punto de vista sea el correcto, porque seguimos tratando de calcular el potencial y los límites de estas tecnologías. Sin embargo, por los estudios y análisis que tenemos, parece que está bastante claro que no nos podemos permitir el suficiente equipo material para reemplazar todo el consumo de combustibles fósiles que tenemos ahora, y seguir viviendo en la abundancia energética.
No criticamos las energías renovables, ¡al contrario! Lo que decimos es que, a no ser que avancemos hacia un modelo más simple que no requiera tanta energía como usa una persona media en un país rico hoy, no podremos vivir bien de las renovables.
—¿Puede salvarnos la tecnología?
—No. Esto es algo sobre lo que tenemos gran cantidad de análisis y argumentos sólidos. Es muy poco probable que algo así ocurra.
Para mediados de siglo se espera que la Tierra tenga unos 9.000 millones de habitantes. Si queremos satisfacer sus necesidades, y atendiendo a las proyecciones de crecimiento económico, para entonces, tendríamos que estar produciendo entre 10 y 20 veces más productos de consumo que los que fabricamos ahora.
Al mismo tiempo, los recursos cada vez son más escasos: minerales, pesca, agua… así que estaríamos asumiendo que la producción seguirá creciendo, al tiempo que la demanda de recursos se reduce dramáticamente. No sólo es ridículo asumir esto, sino que si miras la relación histórica entre producción y demanda de recursos, verás que están muy relacionadas.
Algunos optimistas hablan de separar la producción económica del uso de recursos, a través de la tecnología. Pero la realidad es que esa separación debería ocurrir a una escala enorme. En los últimos 20 o 30 años, no hemos visto prácticamente ninguna separación, así que consideramos extremadamente improbable que la tecnología pueda aportar nuevas maneras de producir cada vez más, al tiempo que reducimos el impacto sobre el planeta.
—¿Cómo es la “vía de la simplicidad”? ¿Cómo sería la vida diaria de un ciudadano medio en su modelo?
—Invertimos mucho tiempo y mucho esfuerzo tratando de esbozar cómo podrían ser las cosas. Hay muchas alternativas y el rango de tiempo en que podríamos alcanzar tal modelo también varía, pero intentaré dar alguna idea.
Para empezar, nuestro estilo de vida tendría que ser materialmente mucho más simple, desde el punto de vista del uso de recursos. También sería menos intensivo energéticamente. El sistema económico convencional no hace otra cosa sino aumentar la producción constantemente, así que necesitaríamos uno prácticamente nuevo.
Tendríamos que vivir en comunidades cooperativas pequeñas, autogestionadas y prácticamente autosuficientes. La principal tarea sería cooperar para construir economías locales para satisfacer las necesidades locales a partir de recursos locales. Y aún necesitaríamos una pequeña cantidad de grandes industrias centralizadas, para producir ciertos bienes a escala masiva, como por ejemplo acero.
Hay mucho margen dentro de estas comunidades para la propiedad privada y para que algunas funciones las lleve a cabo el mercado. Pensamos que, en los primeros pasos de este modo de vida, las funciones económicas no deben ser alarmantes o revolucionarias, ni suponer violencia. A medida que el modelo avance podremos decidir lo que queremos hacer y en qué dirección ir. En 10 o 20 años tendremos la experiencia para ampliar o reducir las fuerzas de mercado o la propiedad privada.
Es importante que no seamos demasiado dramáticos, porque en las próximas dos décadas vamos a vernos obligados, por la escasez de recursos, a tomar decisiones sobre la economía global. Tenemos tiempo de construir estas alternativas de manera global y así explorar lo que queremos hacer.
Lo importante, al final, es que el objetivo de la vida no será ganar dinero o tener éxito, sino vivir de manera segura en una comunidad cuyo objetivo principal será cuidar los unos de los otros, y no trabajar tanto para comprar casas y bienes de lujo. La consecuencia directa es que no tendrás que trabajar más que un par de días a la semana, y el resto del tiempo podrás dedicarlo a tus aficiones, o a tu jardín, o a tomar el sol si lo prefieres. Suena a utopía, pero ya hay gente que lleva décadas viviendo así.
—Al menos desde Georgescu-Roegen en los 1970, numerosos académicos han defendido la vía del decrecimiento, pero nunca ha sido debatida como un argumento central en el discurso económico. ¿Qué le hace pensar que la situación puede cambiar ahora?
—La situación ya ha cambiado. Es totalmente diferente ahora. El mundo nunca ha tenido un periodo de abundancia tan pronunciado como el que empezó tras la Segunda Guerra Mundial. El modelo empezó a tener problemas en los 1970 y los 1980, pero todavía podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que la mayoría de la gente en los países ricos puede ir a los supermercados y comprar productos. No ha habido muchos incentivos para hablar de estas cosas.
La situación, no obstante, está cambiando rápidamente. No sólo hay una escasez creciente de recursos, incluyendo el petróleo, sino que la economía mundial ha demostrado ser extraordinariamente frágil. Es muy probable que entremos en otra crisis financiera global en los próximos años, porque el crédito está de nuevo por las nubes.
Mucha gente va a darse cuenta muy pronto de que el sistema actual no va a mantenerlos. No sólo no va a hacerles más ricos, sino que los hará más pobres. Podrán ver entonces los ejemplos que tenemos en marcha, y valorar los incentivos que el modelo de la simplicidad puede ofrecerles.
MIÉRCOLES 16 DE AGOSTO DE 2017 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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