2) Memorial de Libertad /Guillermo Garat
3) Argentina: Amenazan a radio comunitaria por cobertura sobre la desaparición de Santiago Maldonado
4) Entre Marx y el Buen Vivir, por el camino del pensamiento crítico /Kintto Lucas
5) A 30 años, la misma solidaridad con nuevos desafíos /Sergio Ferrari
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COMCOSUR INFORMA AÑO 17 – No. 1841 – martes 12.09.2017
“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS
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1) LA TRAMA
Pasa el tiempo y la justicia no logra identificar a los autores de las amenazas detrás del Comando Barneix. Los propios amenazados por el grupo paramilitar se quejan de que no se relacionen hechos recientes, ni se sigan pistas que podrían ayudar a revelar una compleja trama.
Por Daniel Gatti, Brecha, 18.08.2017
Seis meses pasaron ya desde que tomó estado público la existencia del Comando General Pedro Barneix, un grupo paramilitar que se hizo conocer por haber amenazado de muerte vía e-mail a 13 personalidades uruguayas y extranjeras. Los mensajes, enviados el 25 de enero pasado a los correos electrónicos del comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, el diario La República y a algunos de los amenazados, se divulgaron en febrero, tras la denuncia formulada por el fiscal Jorge Díaz, uno de los “notificados” por el comando, que figuraba también en la lista de amenazados. “El suicidio del general Pedro Barneix no quedará impune, no se aceptará ningún suicidio más por injustos procesamientos. Por cada suicidio de ahora en más, mataremos a tres elegidos azarosamente de la siguiente lista”, decía el escueto mensaje. Además de Díaz, mencionaba al ministro de Defensa, Jorge Menéndez, a la entonces directora de la Institución Nacional de Derechos Humanos Mirtha Guianze, a la ex vicecanciller Belela Herrera, al magistrado francés Louis Joinet, al abogado y activista brasileño Jair Krischke, a la investigadora italiana especializada en el Plan Cóndor Francesca Le-ssa y a los abogados uruguayos Pablo Chargoñia, Juan Errandonea, Juan Fagúndez, Óscar López Goldaracena, Hebe Martínez Burlé y Federico Álvarez Petraglia. El texto terminaba: “tenemos varios más, cuyos domicilios y hábitos ya tenemos relevados”. La gran mayoría de los integrantes de la lista estuvieron vinculados en un grado u otro a investigaciones y causas judiciales sobre violaciones a los derechos humanos en Uruguay durante la dictadura. López Goldaracena era el único relacionado directamente con Barneix: patrocinó la causa por el asesinato, en 1974, del militante Aldo Perrini, por la cual fue procesado el general, que el 1 de setiembre de 2015 se suicidó de un balazo en la cabeza cuando iba a ser detenido.
La lista resultó rara por algunas de las presencias y ausencias. ¿Por qué figuraba López Goldaracena y no la jueza Beatriz Larrieux o la fiscal Ana María Tellechea, encargadas de la causa que terminó en el procesamiento de Barneix? Sobre la inclusión del ministro de Defensa se tejieron varias hipótesis. Hubo quien dijo que probablemente se debiera a que la política de Menéndez respecto de las investigaciones por crímenes de lesa humanidad era más firme que la de su predecesor, Eleuterio Fernández Huidobro. “Tal vez haya también cuestiones que poco tengan que ver con el tema de los derechos humanos, como la lucha por el poder dentro de las Fuerzas Armadas o las negociaciones por la reforma de la Caja Militar, que pueden afectar los ingresos de muchos de los retirados, y se haya querido lanzar un mensaje por elevación al ministro. Sería una de las tantas pistas a seguir”, comentó por entonces Pablo Chargoñia.
Desde aquel febrero poco trascendió sobre la marcha del expediente 89-121-2017, a cargo de la jueza penal de 16º turno Julia Staricco y la fiscal letrada penal de Montevideo de tercer turno Mónica Ferrero. El despacho judicial ha trabajado en colaboración con la Policía Científica y con la Dirección de Inteligencia.
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Se supo, sí, que no se podría saber. Lo dijo la justicia, y lo dijeron los policías que tomaron a su cargo la investigación, como sucede en el actual proceso penal uruguayo.
Algunos de los e-mails habían sido enviados desde la cuenta comandogeneralbarneix@mail2.tor, utilizando Tor, una red que emplea el llamado “enrutado cebolla” (esa es la traducción española de The Onion Router, Tor) para encriptar mensajes y dificultar la identificación de sus emisores. El comando se valió también del sitio guerrillamail.com, radicado en Estados Unidos, que ofrece casillas de correo electrónico temporales.
Hasta ahí lo que se conoció. Hubo falsas noticias en el período, como la que circuló a fines de abril, de que se había identificado “la computadora” desde la cual se habían despachado algunos de los mensajes. Pero no era así.
A lo largo de los días fue siendo citada la mayoría de los amenazados. El último en declarar, el 21 de junio, fue Jair Krischke, que había llegado a Montevideo para participar en la presentación de un libro sobre el Plan Cóndor. La jueza Staricco dijo a Brecha que citó igualmente a “otras personas vinculadas a los temas de derechos humanos”, por si ellas también habían sido amenazadas y no figuraban en el listado. Y que se libraron exhortos al extranjero, a Interpol y “a una de las direcciones para ver si podían determinar el origen de los correos”. Los trámites son largos, explicó Staricco. “Estamos todavía esperando novedades y eso puede tardar un tiempo.” Otro exhorto fue enviado al Ministerio de Defensa el 3 de julio para que informara si había avanzado en alguna dirección. Tampoco ese ha tenido respuesta. Staricco aseguró estar sumamente preocupada por el tema del comando. “A estas cosas hay que tomarlas en serio”, dijo. Lo mismo afirmó la fiscal Ferrero. Y también el comisario a cargo de la investigación. “No hemos logrado identificar a los autores de las amenazas, pero no archivo el caso”, clamó la jueza mostrando el relativamente voluminoso legajo del presumario.
ERRARE.
Pero los amenazados se quejan. Al menos los que Brecha consultó.1 Coinciden en que en realidad no se quiere hincar el diente allí donde se debería. Y piensan que la justicia se contentará con que nada se puede hacer técnicamente para identificar a los autores de los mensajes. “El comisario me preguntó a mí si yo tenía algo para aportar a la investigación. Le dije que era él quien debía informarme a mí, que con su actitud estaba reiterando una vez más lo de siempre: que las víctimas debíamos dar la información y hacer las investigaciones porque quienes deben hacerlas no las hacen”, contó a Brecha Mirtha Guianze. Chargoñia, Fagúndez y Krischke fueron en el mismo sentido. También Francesca Le-ssa. Ignacio Errandonea, de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, y Raúl Olivera, coordinador del Observatorio Luz Ibarburu, el organismo del que hasta el 1 de agosto era responsable jurídico Pablo Chargoñia, van en la misma dirección. “A la justicia le sigue costando enormemente mover los piecitos con los milicos, y al poder político empujarla a que lo haga”, graficó Errandonea. “El Ministerio de Defensa había afirmado que lo del Comando Barneix era un hecho gravísimo que no podía quedar impune. Pero después le bajó el perfil a la cosa. Y no emitió ninguna otra señal”, afirmó Olivera.
Señales, en realidad, el poder político sí emitió. En mayo, por ejemplo, la silla del Estado uruguayo estuvo vacía durante las audiencias del 162º período de sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh), en Buenos Aires. El gobierno uruguayo debía dar respuestas a interrogantes de las organizaciones de derechos humanos, entre ellas el estado de las investigaciones sobre el “caso Barneix” y el empantanamiento de las causas relacionadas con delitos de lesa humanidad cometidos bajo la dictadura. Pero los representantes del Estado prefirieron hacerse la rabona.
Antes de llegar a Montevideo para presentar Operación Cóndor. El secuestro de los uruguayos, del periodista Luiz Claudio Cunha, el brasileño Krischke debió pedir una medida cautelar ante la Cidh para que le diera las garantías de seguridad que las autoridades uruguayas no le ofrecieron.2 “Es muy lamentable todo esto. El presidente Tabaré Vázquez no se ha pronunciado sobre las amenazas de este comando paramilitar. También fue decepcionante que no hubiera representación estatal en las sesiones de la Cidh en Buenos Aires. (…) Uruguay ni dio la cara”, afirmó entonces a Brecha (23-VI-17).
Estas actitudes, algunas negligentes, otras más bien intencionadas, dice Chargoñia, son evidencias de que “no se quiere investigar, y esos mensajes la justicia los recibe. Hay que ser muy tenaz, muy audaz, para pasar por encima de esos mensajes y seguir adelante. Pocos lo hacen”.
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Mirtha Guianze tenía esa tenacidad cuando ejercía como fiscal y se ocupaba de causas relacionadas con delitos cometidos bajo la dictadura. La sigue teniendo ahora. Tanto, que fue ella la que sugirió a la justicia que se solicitara una pericia a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República, y fue también ella la que se contactó con la decana María Simon para saber si esa facultad disponía de recursos técnicos, y le entregó los originales de tres de los e-mails enviados por el comando. Las pericias de la facultad no pudieron determinar el origen de los correos (“es imposible, al menos para quienes suscriben, identificar indicios del origen”, señalaron los investigadores universitarios en su informe, según leyó Staricco a Brecha). En un escrito elevado a la Cidh el 21 de junio por Guianze, Krischke y Lessa se señala que los peritos sí pudieron establecer que quienes habían mandado los mensajes “son personas con conocimientos y pericia de nivel superior, que permitirían dibujar un perfil no corriente. En suma, no son improvisados o principiantes sino expertos, lo que vuelve más preocupante la cuestión”. Los tres se preguntan por qué no se investigó, por ejemplo, “quiénes en Uruguay tienen acceso a la tecnología que permitiría enviar estas amenazas, cubriendo tan eficazmente sus rastros”.
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En 2013 el ex agente de inteligencia estadounidense Edward Snowden, gestor de una de las mayores filtraciones de documentos clasificados de la historia, concluyó que la Agencia Nacional de Inteligencia, para la cual él trabajaba, había conseguido “quebrar” la red Tor y conocer la dirección IP de muchos de sus usuarios (The Washington Post, 4-X-13).
Guerrilla.com, otra de las plataformas utilizadas por los barneixistas, fijó entre sus “términos y condiciones” que su servicio no sea utilizado para difundir “cualquier contenido acosador, abusivo, difamatorio, ofensivo, de mala fe, poco ético o ilegal”. Y sostiene que accionará para identificar y sancionar a quienes violen esos principios. Medios para ello, es de suponer, deben tener. Partiendo de la base de que las amenazas de muerte calzan en varios de esos contenidos prohibidos, ¿no es posible que el Estado uruguayo se dirija a ese sitio para que tome las medidas que deba tomar, o a su país sede, Estados Unidos, para que lo ordene? ¿No puede ser acaso guerrilla.com uno de esos sitios “caza bobos” de los que se valen los servicios de inteligencia para seguir y controlar a grupos “terroristas”?
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Quizá la mayor molestia –frustración, rabia, indignación– de varios de los amenazados sea precisamente esa: que quienes están a cargo de las investigaciones sobre el caso del Comando Barneix no relacionen las amenazas de este grupo paramilitar con otros hechos recientes. Sin ir más lejos con el robo, en abril de 2016, de computadoras y discos duros del laboratorio del Grupo de Investigación en Antropología Forense (Giaf) de la Facultad de Humanidades, encargado de la búsqueda de restos de desaparecidos, y las amenazas apenas veladas lanzadas a sus integrantes, cuyos domicilios aparecían marcados en un mapa dejado en el local por quienes lo invadieron. O por qué no se vinculó a este comando con páginas web, publicaciones, de personajes probablemente pertenecientes a la misma “sensibilidad” que los autores de las amenazas. O con declaraciones de “amigos” confesos del general Barneix. “Habría mucho para explorar, pero no se lo hace. ¿Por qué? Es una de las cosas que me carcomen”, dijo a Brecha Krischke desde Porto Alegre. Cuando Guianze le trasladó esa misma preocupación al comisario de inteligencia que la recibió, la respuesta del oficial fue que él estaba a cargo “únicamente del caso del comando” y que el resto no era de su incumbencia. Staricco se lo confirmó a Brecha: “por ahora no se ha hecho ninguna vinculación”, dijo la jueza.
HOMENAJES.
“Perdí un amigo”, lamentó el 2 de setiembre de 2015 el general Guillermo Cedrés un día después del suicidio de Pedro Barneix. El entonces presidente del Centro Militar negó que Barneix tuviera algo que ver con la muerte por torturas de Aldo Perrini tras intentar defender a una detenida que estaba siendo vejada por un militar. En el auto de procesamiento de Barneix, que se había encargado del interrogatorio de Perrini, la jueza Larrieux recogió los testimonios de torturas, incluidas violaciones, dados por hombres y mujeres que las padecieron en el Batallón número 4 de Colonia del Sacramento.
Barneix –integrante, además, de una comisión del Ejército a la cual el presidente Vázquez encargó, durante su primer mandato, un informe sobre el lugar de entierro de los desaparecidos que resultó una burla– fue enterrado el 4 de setiembre en el Panteón del Ejército en el Cementerio del Norte, con honores fúnebres. Un mes después el Centro Militar le brindó un nuevo homenaje. Al frente de la institución estaba ya su nueva directiva, presidida por el general Carlos Silva Valiente. La muerte de Barneix, dijo entonces el flamante jerarca, “fortalece nuestra unidad” y “pone en evidencia la estigmatización de las Fuerzas Armadas perpetrada por una minoría violentista, ideológicamente retrógrada y reaccionaria”. Y concluyó: “la lucha sigue” (El País, 3-X-15).
ACCIÓN Y REACCIÓN.
Una semana después Silva Valiente concedió una entrevista al semanario Búsqueda. Se refirió allí a un contexto de “ataques” a las Fuerzas Armadas, que en esa ocasión limitó al plano político y judicial, y dijo que había, entre los uniformados de hoy y de antes, un alto grado de unidad por encima de “diferencias generacionales”. “La mayoría de los oficiales (en actividad) están integrados acá”, afirmó refiriéndose al Centro Militar. “Tengo hijos militares en actividad y mucho contacto con toda la fuerza y la familia militar, que son unas 150 mil personas”, agregó. Y al responder a una pregunta sobre sus objetivos al frente del Centro (“buscar la unidad de las instituciones militares” fue el primero que citó) lanzó esta frase: “Todavía no tengo claro cómo no han pasado cosas debido a las constantes presiones y ataques que se reciben de fuera. Aun no entiendo cómo ningún efectivo se ha salido de la línea cometiendo acciones no deseadas ante tanta presión”.
— ¿Como cuáles? –le preguntó el periodista.
—Que reaccionen, que la gente reaccione ante los ataques y las presiones. Que no haya sucedido demuestra que los generales tienen una gran capacidad de control sobre la tropa, pero es mucha gente. Esa es una preocupación muy constante en estos momentos para nosotros.
Silva Valiente mencionó otra de sus preocupaciones: “la defensa legal de los camaradas detenidos. (…) Estamos llevando presas a personas después de 40 años de los hechos, esto parece Nuremberg” (sic).
En semanas y meses siguientes el coronel volvió sobre los mismos temas, ampliándolos. Dijo que podría haber entre sus camaradas desbocados motivaciones políticas pero también económicas, ante la posibilidad de una reforma de la Caja Militar que les redujera ingresos. Al responder a las clásicas 40 preguntas de Gerardo Tagliaferro (Montevideo Portal, 15-XI-15), abundó sobre lo declarado a Búsqueda. Matizando. Ya no estaba tan seguro de la capacidad de los mandos para controlar a sus subalternos: “las Fuerzas Armadas son una organización vertical, pero cuando se les empieza a agitar, a atacar, y se les sacan recursos y los oficiales y el personal subalterno tienen que hacer pininos para sobrevivir, pueden pasar cosas no deseadas”. Sostuvo en un primer momento que pensaba en actos individuales, pero ante el apriete del periodista admitió que podrían también ser grupales. Preguntado sobre si en las Fuerzas Armadas actuales las definiciones “nacionalistas y anticomunistas” del pasado seguían siendo la norma, dijo que nada había cambiado.
El 26 de mayo pasado, en su discurso por el 114 aniversario del Centro Militar, Silva Valiente mencionó otra vez los ataques combinados a las Fuerzas Armadas: “Por un lado está la amenaza de los posibles impuestos que están concibiendo para los retiros y pensiones, y por otro tenemos las acciones tendenciosas que intentan desprestigiar la función militar, a nuestros camaradas presos y a sus derechos”.
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Silva Valiente no sólo dirige el Centro Militar. Es también presidente, desde 2014, de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de los Oficiales de las Fuerzas Armadas (Caofa), una entidad de intermediación financiera que actúa como un banco, pero que no está sujeta a control del Banco Central, según señalaron a Brecha fuentes del Bcu. Hay quienes, igualmente, le atribuyen a Silva Valiente intenciones políticas.
El domingo 13, en elecciones en las cuales no tuvo competencia, como tampoco la había tenido en las anteriores, el coronel fue electo por un nuevo período de tres años al frente de la cooperativa financiera. Según se consigna en su página web, Caofa tenía, al cierre de su ejercicio de 2016, un capital social cercano a 199 millones de pesos y había registrado una ganancia neta de 13.350.243 pesos. En febrero la entidad decidió ampliar su base social y “aumentar sus vínculos con la familia militar, apoyando a partir de ahora a profesionales universitarios sin jerarquía de oficial que tengan o hayan tenido relación con las Fuerzas Armadas, suboficiales en situación de actividad con derecho a retiro o retirados y sus pensionistas, familiares de socios hasta el segundo grado de consanguinidad”. No estará lejos la cooperativa de pasar de sus actuales 4.006 socios a abarcar a todo el universo del familión. Toda una probable potencia económica.
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Caofa y el Centro Militar comparten muchas otras cosas. Para empezar, sus referencias ideológicas. La cooperativa reproduce en su página web el medio de comunicación oficial del Centro Militar, el semestral El Soldado, que comenzó a ser editado bajo la dictadura, en 1974. También otro periódico, el mensuario Nación, vinculado a los Tenientes de Artigas, que se define como un “órgano de prensa nacional y popular” y está en el año de su décimo aniversario. Los estilos de uno y otro son distintos –castrensemente pomposo el primero, hasta chabacano el segundo–. Y sus redactores difieren: en Nación escriben, por lo general, “civiles”, y en El Soldado, por lo general, militares. Pero en aversiones y afinidades electivas ambas publicaciones coinciden. Nación, dirigido por el profesor de derecho César Jóver, que se presenta en su perfil en Facebook como candidato a diputado por la lista 25 del Partido Nacional, en Lavalleja, publica a menudo notas del periodista antichavista venezolano Ángel Arellano, del filósofo argentino ultraderechista Alberto Buela, de Gustavo Vargas, un experto en comunicaciones de la Armada uruguaya relacionado con el grupúsculo neonazi Orgullo Skinhead que estuvo preso durante dos años y medio por una serie de atentados cometidos en Montevideo en 1999. Articulistas de Nación definen como “amigos” a los integrantes del Foro Libertad y Concordia, lanzado en 2011 por el puñado de militares presos en la cárcel de Domingo Arenas; El Soldado, más circunspecto, los evoca como “camaradas” y “presos políticos”.
El familión. Roger Rodríguez es uno de los periodistas de investigación especializado en temas de derechos humanos más conocidos del medio uruguayo. Sus trabajos han permitido, entre muchas otras cosas, ir armando una trama, hilos rojos que unen la prédica, el accionar, los contactos –nacionales e internacionales– de una galaxia ultraderechista que abarca a militares, civiles, organizaciones, publicaciones (en papel y en redes sociales). En el semanario Caras y Caretas, entre 2011 y 2012, Roger fue tejiendo esa madeja a lo largo de una quincena de notas documentadas. Una de las primeras de la serie es particularmente jugosa. Se titula “La ofensiva de los indagables” (4-II-11) y cuenta cómo se fue federando esa trama en torno al Foro Libertad y Concordia (al que Nación, casi simultáneamente, definía desde su portada como “Nuevo actor social en el escenario uruguayo”). Dice el copete del artículo: “Son oficiales retirados. Egresados de las promociones de 1971 a 1974, participaron de la represión de la dictadura. Muchos de ellos pueden ser encausados judicialmente por torturas. Se organizan en una ‘confederación’ presidida por un ‘comando coordinador’. Los asesoraron represores argentinos y Uno América. Surgieron de una web de temas militares. Crearon un Facebook al que adhieren familiares, políticos, fascistas, nazis y grupos de extrema derecha. Se autodenominan Foro Libertad y Concordia y declararon una ‘guerra psicopolítica’ contra el Poder Judicial y el gobierno”3.
Nacido en diciembre de 2010 a partir de la web uruguaymilitaria.com, el Foro se hizo conocer meses después por cartas enviadas a los comandantes de las tres armas filtradas adrede a la prensa y por intervenciones públicas de algunos de sus voceros, como los coroneles Juan Pérez y Juan Carlos Araújo Sbarra, este último egresado de la estadounidense Escuela de las Américas (Soa), experto en heráldica y conferencista del área “psicosocial” del Centro de Altos Estudios Nacionales. El Foro se estructuró en torno a diez secciones o “equipos de tareas”, recogiendo una idea planteada en la web de Caofa por Araújo e inspirada por represores argentinos, como el coronel Horacio Guglielmone, presidente de la Unión de Promociones, una organización creada en 2005 en Buenos Aires para defender a los “camaradas” que habían participado en la “guerra contra el terrorismo”.
Rápidamente Araújo, narra el periodista, fue sumando retirados, entre ellos “los coroneles Manuel Urrutia (de la logia Tenientes de Artigas y agregado militar en China entre 2006 y 2008), Julio C Morinelli, Carlos Óscar Angelero (…), Walter Forischi (secretario general del Centro de Oficiales Retirados de las Fuerzas Armadas, quien defendió al procesado sargento Ernesto Soca en un artículo del periódico Nación) y Walter Villanueva (también egresado de la Soa)”. Las “tandas” fueron afluyendo: la “Éxodo del pueblo oriental”, integrada por el general Miguel Dalmao, procesado por el asesinato de Nibia Sabalsagaray, muerto en 2014; la “General Melchor Pacheco y Obes”, de la que formaba parte el coronel Juan Carlos Gómez, procesado por la muerte de Roberto Gomensoro Josman; la “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”, a la que perteneció el coronel Wellington Sarli, extraditado a Chile por el asesinato en Uruguay, en 1992, del ex agente de inteligencia de la dictadura de Pinochet Eugenio Berríos. Y varias otras. Muchos otros uniformados acusados de violaciones a los derechos humanos también se arrimaron (los nombres, en las notas de Caras y Caretas, abundan). A través de Guglielmone, relata Rodríguez, Araújo se contactó con Uno América, una organización que reúne a partidos de derecha y extrema derecha de toda América y que lidera el venezolano antichavista Alejandro Peña Esclusa, preso en su país desde 2010 por participar en actos terroristas. Al mes de constituido el Foro surgió un grupo “de apoyo” en Facebook que llegó a tener más de 2 mil “amigos”, entre los que figuraron inicialmente políticos uruguayos –en su gran mayoría blancos y colorados, incluso de primerísimo plano–, la propia Uno América y grupos neonazis y fascistas locales y latinoamericanos, que en algún caso participaron en acciones de desestabilización en Ecuador, Bolivia y Venezuela, e italianos. El perfil de Facebook desapareció hace años, a medida que se fueron desvinculando dirigentes políticos y “amigos” quejosos del cada vez más acre olor a nazi-fascismo que lo fue rodeando.
En sus notas, Rodríguez divulgó los documentos constitutivos del Foro. Su “misión” era definida así: “luchar para eliminar las acciones del enemigo sobre los camaradas y alcanzar la liberación de todos los prisioneros políticos, militares, policías y civiles”, y “formar opinión pública, psicosocial y política para alcanzar el objetivo, en principio por medios legales”. No hay desperdicio tampoco en los cometidos fijados a los diez “equipos de tareas” (político y psicosocial; propaganda; jurídico; prisioneros; familia; internacional; organización; inteligencia; militar; finanzas y logística). Algunos de los textos son particularmente llamativos. El “equipo” de inteligencia fue encargado de “ejecutar acciones de búsqueda, análisis y diseminación”, el militar (¡el militar!) de “acciones de coordinación con las Fuerzas Armadas, centros, clubes, cooperativas y eventualmente otras fuerzas amigas”, el de familia de “acciones de apoyo con nuestras familias y participación de esposas, hijos y familiares de acusados y prisioneros en coordinación con familiares de caídos y víctimas civiles”…
En otros de sus artículos Rodríguez hace una genealogía de los grupos neonazis en Uruguay, menciona a la pléyade de organizaciones que comenzaron a reactivarse desde la salida de la dictadura, sus relaciones con militares retirados y en actividad, sus vínculos con grupos extranjeros.4
La serie de notas le valió al periodista que uno de los integrantes del Foro, el teniente coronel Héctor Marcos Varela González, publicara en Internet datos sobre su domicilio y su lugar de trabajo, con mapa incluido, y que en el grupo de amigos se debatiera sobre la conveniencia de escracharlo. Varela era prosecretario de la Agrupación Maldonado de la Organización de Oficiales Retirados de las Fuerzas Armadas, encabezada por los coroneles José Baudean (muerto en 2012) y Eduardo Ferro, otros dos represores acusados de torturas y desapariciones.
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En su diálogo con Brecha, Mónica Ferrero insistió en que cualquier dato que se arrimara a la justicia sería bienvenido. “Si el periodismo pudiera tener algo, que por favor lo haga llegar”, dijo la fiscal.
Notas:
1. Pablo Chargoñia, Mirtha Guianze, Belela Herrera, Juan Fagúndez, Óscar López Goldaracena, Francesca Lessa y Jair Krischke.
2. La jueza Staricco dijo a Brecha que cuando Krischke llegó a Montevideo se benefició de las protecciones “adecuadas”. El activista y abogado brasileño volvió a negarlo en los últimos días.
3. En 2011 el entonces presidente del Círculo Militar, el general Ricardo Galarza, mencionó entre los “enemigos” a las organizaciones defensa de los derechos humanos, que habían “remplazado a los grupos terroristas”.
4. Casualmente, Roger Rodríguez se encontraba en el céntrico bar Los Girasoles, unos viernes atrás, cuando una quincena de ultraderechistas irrumpió en el local, destruyendo todo.
Daniel Gatti /Brecha
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2) MEMORIAL DE LIBERTAD
Arquitectos evocan el penal de ayer y adelantan como será re significado
Por Guillermo Garat /La Diaria, 09. 09.2017
Amanda, recordada guardia cárcel del penal de Libertad, no veía mujeres: veía números. Número de cédula, de preso y de cabina. Tras su tono prepotente marchaba Raquel Lejtreger, obediente, callada, con el zumbido del viento y la humedad en todo su cuerpo. El vidrio de la mampara, el teléfono gris verdoso con un cable cubierto por un espiral metálico, los policías, Amanda. Sólo así, intervenida, la dejaban hablar con su padre.
El dentista Alejandro Lejtreger vestía de traje ambo incluso en su apartamento, donde en su tiempo libre escuchaba música clásica y ojeaba libros de pintura. Apresado en 1977, marchó al penal de Libertad cuando los militares lanzaron la Operación Morgan, la cacería de los comunistas que permanecían en el país. Estuvo desaparecido dos meses. La primera vez que Raquel lo vio, en agosto de 1977, tenía los lentes rotos, no veía bien. “Era como si tuviera 40 años más”, recuerda ella ahora. Cada 15 días, después de haber cumplido 13 años, lo visitó cada miércoles de mañana, hasta 1981, cuando salió, con el corazón estropeado por la tortura.
En la cabina, donde Amanda ordenaba los números y se amargaban hasta las más resistentes, a Raquel la gente le guiñaba un ojo, le hacía una mueca de cariño. Ella se recuerda como una niña grande. Cuando cumplió 15 años recibió regalos de personas que conocería después. Con algunas cultivó amistad y confianza. Durante los años de plomo se ayudaban a cargar trastos, niños, bajar o subir al ómnibus o festejar un cumpleaños.
Luis Olascoaga era arquitecto, de familia blanca y católica. Se hizo comunista. En 1975 la Operación Morgan lo succionó primero, lo apresó en cuarteles después y lo depositó en el penal de Libertad, la cárcel reinaugurada entre clarines, platillos y penachos rojos en 1972 para albergar lo que rumiaban civiles relevantes y militares sedientos: el golpe.
Al otro lado de la mampara, sus dos hermanas fueron el sostén contra los tratos degradantes y el encierro arbitrario. Javier, su hijo, acompañaba a las tías y era especialmente cuidadoso con su hermana pequeña, porque era la que pasaba peor. La segunda imagen que tiene de aquellos tiempos es la de una madre y sus cuatro hijos entre la fila de mujeres. Una de esas niñas era Raquel. Años después, en la Facultad de Arquitectura, se reconocieron y compartieron tareas de militancia.
En los años de la dictadura, lo que compartieron Javier y Raquel fue intemperie y el runrún del viento en un patio que hacía de sala de espera. Ahí aguardaban. Quietos, sin hablar. Raquel recuerda el silbar del viento entre aquellos visitantes silentes que no se podían apartar un pelo del guion, so pena de quedarse sin visita. También recuerda los pasos de aquellas filas marchando hacia su afecto enrejado.
Ayer volvieron al penal para plantar un plumerillo rojo al viento en el tramo donde la ruta 1 se abre para entrar al penal de Libertad. No quisieron poner una piedra fundamental, sino algo luminoso, algo memorioso, algo para adelante, algo al viento, a otro viento.
Los arquitectos Javier Olascoaga y Raquel Lejtreger se habían vuelto a reunir. Esta vez, para presentarse al concurso que construirá el espacio Memoria del Penal de Libertad. Ganaron. Por eso, en el lugar habrá una plaza con un paseo de 15 metros entre penachos rojos al viento y también cina cinas amarillas. Construirán un banco, también de 15 metros de largo, que acompañará el camino de las flores y desembocará en una puerta entreabierta de 15 metros de alto. Es otra marca de memoria que Crysol, el grupo de presos políticos, y las autoridades políticas del país colocan para rememorar y cumplir con la ley de reparación integral. Esa gran puerta entreabierta llevará 2.872 nombres de personas que padecieron en el penal durante los tiempos dictatoriales. La reconstrucción de la lista llevó su tiempo y seguramente haya que agregar muchos más, dice Raquel.
“La cina cina, por su forma, recoge la memoria del viento, que se concentra en ese sitio y que todos tenemos muy presente. Quisimos resignificarlo en otro viento, un viento más hacia el futuro”, cuenta con la emoción en el tórax y los ojos hinchados. “Volvimos a ver el lugar, a rememorar cosas. El viento, la caminata que se hacía para entrar al penal, la fila de madres… Fue removedor. La imagen es un poco rígida, pero a su vez expresa la apertura. La puerta sola en el paisaje habla de la resistencia de quienes estaban adentro y quienes estaban afuera apoyando. Habla de ese aferrarse a lo que hay y seguir a pesar de todo”, dice.
En la puerta habrá una ventana. “En esa ventana queríamos significar los sueños de los que estaban adentro, y su vigencia. Que esté ahí como testigo de que seguimos pensando en un futuro como el que ellos pensaron”, dice Olascoaga, proyectando el espacio de memoria como una puerta que se abre a la libertad, a la camaradería de aquellas filas y su solidaridad, al futuro, a la memoria “y a marcar un camino”.
Guillermo Garat /La Diaria
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3) ARGENTINA: AMENAZAN A RADIO COMUNITARIA POR COBERTURA SOBRE LA DESAPARICIÓN DE SANTIAGO MALDONADO
Comunicado de AMARC Argentina ante una nueva amenaza a FM Alas
AMARC Argentina – viernes, 8 de septiembre de 2017
AMARC Argentina repudia las amenazas recibidas por FM Alas de El Bolsón, a raíz de la cobertura que realiza por el caso Santiago Maldonado, desaparecido por la gendarmería tras un operativo represivo contra la comunidad mapuche Pu Lof en Resistencia de Cushamen.
Las amenazas llegaron a través de un mensaje de texto cuando las y los periodistas finalizan la reconstrucción de los hechos de la marcha que se llevó a cabo en la Comarca Andina el martes 5 de septiembre, para pedir la aparición con vida de Santiago Maldonado, y en donde un automovilista intentó atropellar con una 4×4 a varixs manifestantes.
El hecho revista de una gravedad muy importante, ya que no es la primera amenaza que FM Alas recibe por llevar a cabo la cobertura de acontecimientos de relevancia política y social, que involucra a empresarios, terratenientes extranjeros, y funcionarios locales.
A su vez, la organización sigue aguardando el avance de la investigación, a partir de la denuncia presentada ante la Fiscalía Penal de El Bolsón.
AMARC Argentina acompaña a FM Alas, una emisora que transita sus 30 años haciendo comunicación popular, y repudia todo tipo de amenazas e intentos de acallar las voces de las y los comunicadores.
Exigimos el inmediato esclarecimiento de los hechos, y el cese a la persecución de las organizaciones sociales en la Comarca Andina.
¡SIN MEDIOS COMUNITARIOS NO HAY DEMOCRACIA!
¡APARICIÓN CON VIDA DE SANTIAGO MALDONADO!
AMARC Argentina
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4) ENTRE MARX Y EL BUEN VIVIR, POR EL CAMINO DEL PENSAMIENTO CRÍTICO
Por Kintto Lucas *
Para el Instituto de Altos Estudios Nacionales la Cátedra de Estudios Marxistas sobre Buen Vivir, Plurinacionalidad e Interculturalidad, representa un reto y una oportunidad en el camino de reivindicar el pensamiento crítico.
Es fácil hablar del pensamiento crítico pero es difícil ponerlo en práctica desde la academia, desde la política y desde la propia sociedad. Tal vez uno de los mayores errores de los sectores que se denominan progresistas y que dirigieron el estado por un buen tiempo, y algunos siguen dirigiéndolo, fue y es no haber asumido el pensamiento crítico como práctica permanente. El pensamiento crítico es un motor fundamental para corregir los errores.
Cuando ya tenía las respuestas me cambiaron las preguntas decía un grafiti escrito en los muros de Quito hace unos cuantos años. Parece que las preguntas siguen cambiando aunque muchos políticos no tengan las luces para entenderlo. También hay preguntas y respuestas que permanecen ahí, intocables, como parte de un llamado a la conciencia colectiva del mundo.
En todo caso, más allá del grafiti y de las pocas luces, hay una escena de la película Tiempos Modernos de Charles Chaplin que es un irónico llamado a pensar en el absurdo como forma de vida en la sociedad capitalista.
La película de Chaplin es una crónica de ese momento y del futuro en el capitalismo. Una crónica sobre la deshumanización de los trabajadores. Una crónica muy actual por cierto. La exigencia de productividad, el desarrollo de la producción en cadena, el trabajo como mercancía. En fin… Un llamado a entender la sociedad creada por el capitalismo…
Un año antes del estreno de la película de Chaplin, un gran dramaturgo y poeta alemán, Bertoldt Brecht, escribía un poema que hasta hoy es otro llamado a comprender la historia de los trabajadores y la historia del capitalismo. Un poema de preguntas. Preguntas a un obrero que lee. En este caso son preguntas que no cambiaron. Y las respuestas también son las mismas.
Pensando en aquel grafiti y en el poema de Brecht hoy nos toca seguir reinterpretando muchas preguntas y muchas respuestas que creíamos estaban escritas en piedra. Y nos toca además hacernos nuevas preguntas todos los días. Preguntas y respuestas que cuestionen la realidad. Que la reinterpreten. Preguntas y respuestas que quiebren la realidad.
El pensamiento crítico quiebra la realidad para cambiarla, no se adapta a ella. Como el pensamiento de Carlos Marx Pero más allá del momento histórico en que se desarrollaron las reflexiones de Marx, su capacidad de entender el sistema capitalista y su desarrollo futuro, así como el método de investigación, son totalmente actuales. Marx le quitó la máscara al capitalismo, y dejó en evidencia que las relaciones dentro del capitalismo tarde o temprano llevan a una deshumanización de la sociedad.
Alguna vez dije que cuando uno observa las estatuas de Marx y Federico Engels en Berlín, y mira la gente que concurre de distintos países, y los estudiantes y docentes, que llegan a veces con curiosidad, otras con un profundo respeto, entiende que esas estatuas tienen más vida que tantos políticos y académicos actuales. Porque el pensamiento y la acción de ellos traspasaron los años. Fueron derrotados en el corto plazo pero adquirieron vigencia histórica, a pesar de las campañas en su contra. Y a pesar del propio capitalismo que se impuso. Su pensamiento crítico adquirió vigencia histórica.
Hoy hasta los grandes personeros de las empresas transnacionales o financieras internacionales, recurren a Marx para entender mejor el sistema que defienden.
Ciento cincuenta años después de publicada la primera parte de El Capital, el capitalismo está en crisis pero no es una crisis terminal, es una de las tantas crisis. El capitalismo logra reconvertirse y mantener su hegemonía.
Cuando uno analiza el decurso de la sociedad capitalista, ve que en El Capital se describió, hace 150 años, cuál sería el camino del mundo. Pero Marx no creó ninguna religión, las religiones políticas, académicas y sociales reivindicando un supuesto pensamiento marxista se crearon después. Esta Cátedra estará totalmente alejada de religiones.
El pensamiento crítico, como lo vemos desde aquí, es un pensamiento que incluye la pluralidad y la diversidad. Solo desde ahí se puede pensar en reivindicar la Plurinacionalidad, la interculturalidad y el denominado Buen Vivir, sobre lo cual hay mucho para debatir. Porque también, como ocurrió con Marx, ya hay quienes quieren crear la religión de Buen Vivir. Algunos incluso creen ser dueños del Buen Vivir.
El levantamiento de junio de 1990 marcó el inicio de un nuevo momento histórico de los pueblos indígenas que pasaron a ser protagonistas de la realidad social y política del país, y fortaleció la tesis de declarar el Estado plurinacional, que también se vincula a la lucha por la tierra y a la revolución agraria.
La realidad plural del país se manifestó cuando el indígena surgió como actor importante, en la vida sociopolítica del Ecuador. La sociedad se ‘enteró’ que el ‘otro’ existía. El Estado plurinacional, que solo puede ser unitario porque es expresión de unidad en la diversidad, permite asumir definitivamente esa realidad plural que involucra además a otros pueblos olvidados como el afro ecuatoriano, permitirá asumir que el ‘otro’ existe, tiene sus diferencias y sus derechos.
Ushay, en kichwa el poder, es perfeccionar las condiciones de vida, es la capacidad de desarrollarnos colectivamente, desde el aporte de los distintos espacios. El Estado plurinacional unitario permite a las nacionalidades y pueblos construir el Ushay.
El Estado plurinacional unitario asume una forma democrática de relacionamiento, y convivencia a todo nivel que se expresa en la interculturalidad. Sin Estado plurinacional, o sea sin el reconocimiento de los muchos otros que integran el país, la interculturalidad no existe no es viable. La interculturalidad es una forma democrática de relacionamiento de las culturas, es parte del proceso de liberación nacional.
Entonces es necesario profundizar teóricamente y debatir sobre el proceso de construcción del Estado Plurinacional, del desarrollo de la interculturalidad y del Buen Vivir. En ese sentido, la Cátedra también abrirá espacios desde el pensamiento crítico.
Pero volviendo a Marx. Si releemos El Capital y recurrimos a su pensamiento, ciento cincuenta años después, veremos que la sociedad capitalista sigue reproduciéndose a si misma y también, aunque suene paradójico, autodestruyéndose a si misma.
Y asumiendo algunas reflexiones de Toni Negri, en la actualidad, el capitalismo ha generado un imperio global que asume formas y connotaciones distintas al imperio tradicional. Se trata de una especie de coalición mundial integrada por países, grandes corporaciones, sistema financiero global, ciertas multilaterales, entidades de arbitraje internacional, y otras tantas instancias entrelazadas entre si y al servicio de un poder global sustentado por el capital. Un sistema de pensamiento único homogeneizado y hegemonizado política, económica, comercial y culturalmente. Pero los dueños del capital le hacen creer a la gente que en este sistema tendrán días de gloria
El sistema capitalista como sistema y los dueños del capital tienen la capacidad de involucrar a la sociedad en su intento de perpetuidad: se asumen leyes para fortalecer el capital, se llevan adelante acciones que consoliden el capital, se implementan modelos de desarrollo para que los dueños del capital tengan más capital, se implementan políticas que promueven el consumismo para reproducir el capital. En fin… para qué seguir.
La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas dijo Carlos Marx hace un siglo y tanto… y así estamos…
Esta Cátedra intentará aportar con un pequeño grano de arena en el análisis crítico de la realidad desde distintas visiones.
Los estudios marxistas sobre Buen Vivir, Plurinacionalidad e Interculturalidad tienen como objetivo promover y difundir conocimiento científico de las problemáticas y desafíos del Ecuador y América Latina a partir del método marxista, como fundamento de la teoría critica, del pensamiento crítico, y a partir de sus diferentes relecturas.
Desde esa visión, la Cátedra de Estudios Marxistas sobre Buen Vivir, Plurinacionalidad e Interculturalidad, incorpora la ecología política, la economía feminista, la sociología de los movimientos sociales, la teoría crítica del derecho, el análisis crítico de la integración, los estudios sobre plurinacionalidad e interculturalidad, la economía política, los estudios sobre el Buen Vivir, la teoría de la comunicación crítica, la ética de las relaciones humanas y una serie de temáticas que aportan en la construcción de una sociedad más equitativa.
La Cátedra de Estudios Marxistas sobre Buen Vivir, Plurinacionalidad e Interculturalidad desarrollará mensualmente diversas actividades académicas de vínculo con la sociedad, como seminarios, mesas redondas, talleres, debates, en los cuales participarán docentes, investigadores, luchadores sociales, escritores, cineastas, dramaturgos nacionales y extranjeros.
La mención y el recuerdo de Charles Chaplin y Bertoldt Brecht, nos sirven para reivindicar el papel de la cultura y de las expresiones culturales en el desarrollo del pensamiento crítico. Por lo tanto la Cátedra recurrirá también a las distintas expresiones culturales como parte fundamental en el desarrollo del pensamiento crítico.
Como un punto fundamental en el fomento del pensamiento crítico, en noviembre el Instituto de Altos Estudios Nacionales, desde la Cátedra de Estudios Marxistas sobre Buen Vivir, Plurinacionalidad e Interculturalidad, lanzará el Reconocimiento Agustín Cueva al Pensamiento Crítico, que se otorgará cada año, a una persona o institución que durante su vida haya contribuido de forma significativa al desarrollo del pensamiento crítico. No será un premio, será un reconocimiento. Un reconocimiento a una trayectoria. A un aporte permanente al pensamiento crítico. Asumimos el nombre de Agustín Cueva por el significado que él tuvo en la reivindicación del pensamiento crítico desde Ecuador y en América Latina.
* Kintto Lucas /Palabras pronunciadas en la Presentación de la Cátedra de Estudios Marxistas sobre Buen Vivir, Plurinacionalidad e Interculturalidad.
COMCOSUR INFORMA Nº 1841 – 12/09/2017 ______________________________________
5) A 30 AÑOS, LA MISMA SOLIDARIDAD CON NUEVOS DESAFÍOS
Entre el pasado internacionalista y los efectos de la globalización
Sergio Ferrari*
Cuando se creó en Lucerna, Suiza, el Grupo de Trabajo Suiza-Colombia en 1987, Colombia vivía una coyuntura particularmente compleja condicionada por la guerra que padeció por más de medio siglo. Hoy, la novedosa aunque frágil etapa de discusión-construcción de la paz desplaza la brújula de la solidaridad en otra dirección.
De la militancia activa de los 80 a la nueva dinámica asociativa europea se percibe una diferencia significativa …Tal como lo constata dicha organización, que como toda la solidaridad internacional confronta hoy nuevas encrucijadas producto no solo de los cambios en Latinoamérica y en el denominado “sur”, sino también de las muy diferentes prácticas asociativas europeas.
Nada es igual
“La efervescencia participativa que predominaba en los 80 en Suiza y Europa ha dado lugar hoy a un funcionamiento más estable, menos *militantista*”, afirma Stephan Suhner, actual coordinador del Grupo de Trabajo Suiza-Colombia.
Suhner, Licenciado en Historia, 45 año, es miembro de la asociación desde hace 20. Recuerda que entonces “ciertos procesos de liberación en países de lo que se denominaba el Tercer Mundo despertaban mucho interés en Europa”.
Eso facilitó la tarea del grupo, que se concentró en la información, en los derechos humanos y en el apoyo a organizaciones colombianas de la sociedad civil en la construcción de la paz, pero que siempre mantuvo una total independencia de todos los actores políticos y militares.
Hoy, prosigue, abunda la información; hay mucha más gente que viaja allá como turistas -y tiene un contacto directo con ese país. Al mismo tiempo, el interés de algunos sectores, en particular de los jóvenes, se desplaza a otras temáticas, como la ecología, el clima o la cultura.
Eso explica, en parte, que el “trabajo por los derechos humanos y la paz en la Colombia actual, no tenga la misma atracción que motivó hace tres décadas la militancia activa, en la calle, en los mercados, con actividades regulares de sensibilización, stands, fiestas para recaudar fondos etc.”, subraya Suhner.
Por otra parte, las ONG más grandes que tienen proyectos en el “sur” viven sus propias restricciones presupuestarias y hay menos personal para igual o más trabajo. En muchas ocasiones, se impone el nuevo “marco lógico” que predomina en el mundo de la cooperación, con informes, planillas, presupuestos y balances técnicos, sobre la reflexión de contenidos, valores y procesos. “No podemos pensar que los tiempos, métodos y prioridades de las organizaciones de base de mujeres afrodescendientes del Caribe colombiano, por ejemplo, puedan encajar automáticamente con las exigencias y expectativas definidas desde Europa”, subraya.
Recrear la utopía solidaria
Es fundamental “volver a conceptualizar nuestra tarea y adaptarla tanto a la nueva realidad colombiana como a la actual dinámica asociativa suiza”, enfatiza Stephan Suhner al proyectarse hacia el futuro.
En particular, porque, hay muchos indicios que llegan desde Colombia que “podrían dar a entender que en la actualidad se trata más del hecho de dejar las armas y desmilitarización de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias) y del ELN (Ejército de Liberación Nacional) que de resolver los grandes problemas estructurales de fondo que provocaron la guerra”. Y aunque es objetivo que Colombia está mejor, si se analiza el descenso del número de secuestros, muertos y heridos a causa del conflicto, hay temas esenciales todavía pendientes.
Entre ellos, continúa, los ataques sistemáticos a líderes sociales y defensores de derechos humanos; los paramilitares; la mala distribución de la tierra; los cultivos ilícitos y los programas de erradicación forzada; las consecuencias nefastas de la presencia de numerosas multinacionales como la Glencore, tanto para las comunidades como para el medio ambiente de las zonas donde ellas operan.
El Grupo de Trabajo junto con una decena de ONG latinoamericanas y europeas acaba de publicar el Informe Sombra de la Red de Observadores de Glencore, sobre la presencia de dicha empresa en Colombia, Argentina, Bolivia, Colombia y Perú.
El mismo establece los impactos de siete operaciones mineras de la multinacional anglo-suiza en dichos países. Con sede operativa y domicilio fiscal en el cantón helvético de Zug, es la cuarta empresa minera más grande del mundo y la primera comercializadora de materias primas a nivel global.
“Es interesante comprobar que toda la temática de las empresas suizas en Colombia concita una particular atención de sectores interesados de la sociedad civil helvética”, puntualiza Suhner indicando un eje actual a profundizar en el futuro.
Una mirada “externa”
“Mis primeros contactos con el Grupo de Trabajo se remontan a su fundación en 1987. Desde entonces, la colaboración en el sector de Derechos Humanos fue muy positiva. El desafío común de varias de nuestras organizaciones fue el de asegurar la coherencia de la política oficial suiza de DDHH. La mayor parte de los fundadores del Grupo regresaban a Suiza luego de haber vivido en barrios populares o zonas rurales conflictivas en Colombia. Y aportaron experiencias y conocimientos esenciales”, subraya Marta Fotsch, quien durante casi 30 años fue la responsable del trabajo de Amnistía Internacional Suiza para Colombia.
El gran mérito fue que desde el inicio aportaron ideas creativas y una visión crítica, y en particular una gran energía de trabajo, recuerda. Sin menospreciar el aporte del Grupo de Trabajo a todo el movimiento de solidaridad. “Muchas de sus concepciones fueron integrados por organizaciones y comités que trabajaban sobre Colombia y con otras realidades latinoamericanas”, enfatiza. “Es un gran mérito que en 30 años y con pocos recursos haya podido lograr impactos tan contundentes y haya tenido la capacidad de adaptarse a las nuevas dinámicas mundiales”, subraya.
¿Tiene perspectivas de futuro el Grupo de Trabajo? La respuesta de Marta Fotsch no admite dudas. “Más que nunca. El acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC fue firmado, hay negociaciones con el ELN… Lamentablemente por ahora no se llega a visibilizar suficientemente si se van a aplicar integralmente. Se necesita un seguimiento fuerte en el terreno. Lo que es muy importante ya que Colombia en tanto *país post-conflicto* corre el riesgo que muchas ONG y parte de la cooperación de Estados pueda retirarse”.
Sigue siendo esencial y prioritario -agrega- el acompañamiento a las organizaciones de bases y sus dirigentes, quienes por medios pacíficos reivindican sus derechos a la tierra, la defensa de los recursos naturales y del medioambiente. “Y el apoyo a los defensores de derechos humanos. Solo en el primer semestre del 2017, según Somos Defensores/Minga, se registraron 335 agresiones contra defensores de DDHH, entre los cuales 51 fueron asesinados”, concluye.
Visión con la que coincide Stephan Suhner. Quien subraya que el Grupo de Trabajo se confronta a una disyuntiva vital: la redefinición de si misma o el riesgo de ser víctima de una inercia peligrosa para quien fuera en su momento referencia del movimiento de solidaridad suizo y europeo.
“Aunque es muy importante seguir existiendo, la celebración de los 30 años con una decena de actividades públicas en Lucerna y Berna, nos confronta con el futuro. Recrearnos conceptualmente es esencial para asegurar que nuestra práctica tenga el mismo sentido que cuando nacimos en los 80”, concluye.
* Sergio Ferrari en colaboración con swissinfo.ch
COMCOSUR INFORMA Nº 1841 – 12/09/2017 ______________________________________
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2017 – 23 años
Selección y producción: Beatriz Alonso, Henry Flores y Carlos Casares Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
BRASIL: Carlos O. Catalogne (Florianópolis)
CENTROAMÉRICA: Gustavo González
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Jorge Marrero (Santa Rosa), Margarita Merklen (Durazno), Pablo Alfano (Montevideo), Luis Sabini (Piriápolis, Maldonado)
Correspondencia: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO – URUGUAY
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