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ESTOS SON LOS DETENIDOS EN URUGUAY EN LA OPERACIÓN «CAMBIO DESLIGO» – comcosur al día 2166 – 09..05.2018

COMCOSUR AL DÍA

1) ESTOS SON LOS DETENIDOS EN URUGUAY EN LA OPERACIÓN «CAMBIO DESLIGO»
2) LAVA JATO: OPERACIÓN CONJUNTA BUSCA EN URUGUAY A IMPLICADOS EN LAVADO DE DINERO
3) CASI NADA… /Kintto Lucas
4) UNA CRUZADA IDEOLÓGICA, COLONIALISTA Y ANTIHISTÓRICA /Luis E. Sabini Fernández
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COMCOSUR AL DÍA / AÑO 19 / Nº 2166 / Miércoles 09.05.2018
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1) ESTOS SON LOS DETENIDOS EN URUGUAY EN LA OPERACIÓN «CAMBIO DESLIGO»
Detuvieron este jueves en Montevideo a cuatro personas en el marco de una derivación de la operación Lava Jato, a fin de desmontar una red de cambistas brasileños que operó desde Uruguay.

Sudestada, 04.05.2018

Según pudo confirmar Sudestada, los detenidos fueron los uruguayos Francisco Muñoz Melgar de 36 años, quien vivió en Brasil y regresó a Uruguay en 1998, y Raúl Alberto Zóboli Pegazzano de 53 años, quien volvió al país en el 2003. Ambos tienen ciudadanía brasileña.

También detuvieron a los brasileños Jorge Davies Cellini de 59 años, nacido en Río de Janeiro y residente en Uruguay desde 2003, y su hermano Raúl Fernando Davies Cellini, de 48 años, nacido en Río de Janeiro y residente en Uruguay desde 2012.

Además de estos cuatro detenidos en Uruguay, hubo 13 presos en Rio de Janeiro, ocho en San Pablo, cinco en Rio Grande do Sul, dos en Minas Gerais y dos en el Distrito Federal.

Todas estas personas formaban parte del esquema que había montado el líder de la organización criminal, el brasileño Darío Messer, a quien se le acusa de ser el principal responsable del lavado de 1.652 millones de dólares a través del más de tres mil empresas offshore en 52 países. Messer huyó de Brasil en 2003, debido a su vinculación con varios escándalos de corrupción, y se alojó en Paraguay, donde fue cobijado por el actual presidente Horacio Cartes, quien por ese entonces ya era un famoso y cuestionado empresario tabacalero.

En este complejo societario, Uruguay jugaba un rol central ya que aquí se habían instalado varios de los integrantes de la banda. La red se logró desentrañar gracias a la colaboración de dos de sus integrantes, los cambistas Vinicius Claret Vieira Barreto (alias “Juca Bala”) y Claudio Fernando Barboza (alias “Tony”), quienes fueron detenidos el año pasado en Uruguay y extraditados a Brasil a finales de 2017.

Ellos participaron del esquema que había utilizado el exgobernador de Rio de Janeiro Sergio Cabral para lavar decenas de millones de dólares de sobornos cobrados durante su gestión al frente del gobierno carioca). Cabral tomó contacto con Juca Bala y Tony a través de sus dos doleiros “personales”, los hermanos Renato y Marcelo Hasson Chebar, quienes admitieron sus limitaciones para blanquear dinero negro y decidieron “tercerizar” la maniobra y recurrir a la red que lideraba Messer y tenía a Juca y Tony como sus dos operadores en Uruguay.

A las 6 de la mañana del jueves 3 de mayo comenzó un operativo trasnacional que incluyó a efectivos policiales en cinco estados de Brasil (San Pablo, Rio de Janeiro, Minas Gerais, Rio Grande do Sul y el Distrito Federal), además de Paraguay y Uruguay. La orden fue expedida por el juez Marcelo Bretas, del 7° Juzgado Federal de Rio de Janeiro a partir de los testimonios de los dos doleiros que estaban radicados en Uruguay.

Según confirmó la Fiscalía General de la Nación mediante un comunicado, los cuatro detenidos en Uruguay pasaron en la tarde del jueves por la audiencia de control de detención y a partir de la notificación de su situación procesal se inició un plazo de 40 días para que Brasil presente formalmente la solicitud de extradición.

Trabajaron en este caso el Fiscal Especializado en Delitos Económicos y Complejos, Enrique Rodríguez, junto con la Directora de Cooperación Internacional de la Fiscalía, Gabriela Aguirre.

Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR AL DÍA / MIÉRCOLES 09 DE MAYO DE 2018
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2) LAVA JATO: OPERACIÓN CONJUNTA BUSCA EN URUGUAY A IMPLICADOS EN LAVADO DE DINERO

Se realizaron cinco allanamientos en procura de cuatro requeridos por Brasil. Entre ellos se encuentra el cambista Dario Messer, líder de la estructura de lavado de activos

Sudestada, 03.05.2018

Vinicius Claret Vieira Barreto, alias Juca Bala, reveló en Brasil los detalles de la red liderada por Darío Messer.

La Justicia brasileña dispuso la realización de una serie de allanamientos en Uruguay a fin de ubicar al doleiro (cambista) brasileño Darío Messer, el principal responsable del esquema de lavado de dinero montado por el exgobernador de Rio de Janeiro para lavar cientos de millones de dólares en coimas.

La Operación “Cambio Desligo” comenzó en la mañana de este jueves en los estados brasileños de Rio de Janeiro, San Pablo, Minas Gerais, Rio Grande do Sul y Distrito Federal, y también en Paraguay y Uruguay. Es una derivación de la operación Lava Jato, que lleva adelante el juez federal Marcelo Bretas.

El objetivo del operativo judicial que cuenta con el apoyo de Interpol en Uruguay es dar con el paradero de Messer, quien está radicado en nuestro país desde hace varios años, según el testimonio de los doleiros brasileños Vinicius Claret Vieira Barreto (alias “Juca Bala”) y Fernando Barbosa (alias “Tony”).

Según pudo confirmar Sudestada, ya se realizaron cinco allanamientos en nuestro país y se pudo detener a tres de las cuatro personas requeridas por la Justicia brasileña. En total el juez Bretas requirió la captura de 45 personas.

Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR AL DÍA / MIÉRCOLES 09 DE MAYO DE 2018
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3) CASI NADA…

Por Kintto Lucas

Casi me equivoco creyendo que el viento iba al sur. ¿Cómo puede ir al sur? Solamente a un ingenuo, que no sabe de rumbos, se le puede ocurrir que el viento vaya hacia el sur. El sur no existe, es una línea imaginaria como el Ecuador. En el sur y en el Ecuador miran al norte y no les importa a dónde vaya el viento… Casi me equivoco creyendo que la gente iba hacia el este. ¿Cómo puede ir al este? Solamente a uno que no sabe de historia, se le puede ocurrir que la gente vaya al este. El este es un punto ya olvidado, que se cayó como un muro, como una frontera. En el este solo miran a occidente y no les importa las fronteras… Casi me equivoco creyendo que el azúcar endulzaba. ¿Cómo va a endulzar? Solamente a uno que no sabe de dulces, se le puede ocurrir que el azúcar endulza. El azúcar es amarga como la mirada de quienes se pierden en la soledad, mientras huyen de las guerras… Casi me equivoco creyendo que la sal sazonaba la vida. ¿Cómo va a sazonarla si ni siquiera puede dar sabor a la comida? Solamente a uno que no sabe de condimentos, se le puede ocurrir que la sal sazone alguna cosa. La sal solo quema la piel y el hígado de aquellos que intentan cruzar el Mediterráneo… Casi me equivoco al creer que las palabras nombran las cosas. ¿Qué van a nombrar? Solamente a un ingenuo, que no conoce Babel, se le puede ocurrir que las palabras nombren algo. Las palabras son apenas sonidos pidiendo ayuda en medio del mar… Casi me equivoco creyendo que el café quitaba las ganas de dormir. ¿Cómo va a quitarlas? Solamente al que no conoce de esencias, se le puede ocurrir que el café saque las ganas de dormir. El café solo espanta los sueños para que nos olvidemos de las fantasías… Casi me equivoco, creyendo que la mirada era diáfana, que la lluvia era agua, que la luna era clara, que el sol iluminaba…. y me equivoqué, porque tal vez nada es lo que parece… o casi nada…

Kintto Lucas (Ecuador)
COMCOSUR AL DÍA / MIÉRCOLES 09 DE MAYO DE 2018
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4) UNA CRUZADA IDEOLÓGICA, COLONIALISTA Y ANTIHISTÓRICA

Por Luis E. Sabini Fernández

Pasar por dentro del libro de Marcos Israel (en adelante MI), Antisemitismo y conflicto árabe-israelí nos pone desde el mismo título en un ámbito absurdo y sesgado
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Al lector no advertido, le comento que el libro se dedica al conflicto que el sionismo ha gestado en Palestina. Que brilla por su ausencia en su título que focaliza la cuestión en el antisemitismo, cuando lo históricamente preciso es la violencia con que el sionismo se ha ido adueñando de la tierra palestina, dañando, hiriendo, vejando, asesinando cada vez más brutalmente a la población allí establecida. Un conflicto entonces entre palestinos y sionistas o mejor dicho, una apropiación sionista y una resistencia palestina.

Para apropiarse del conflicto en los términos que a MI le interesa, tiene que asimilar antisionismo a antisemitismo (cuando es tan patente la diferencia; basta reparar en todos los judíos que no solo no son sionistas sino que lo critican radicalmente; Ilan Pappé, Gilad Atzmon, Red Judía Internacional Antisionista (IJAN, por su sigla en inglés), Neturei Carta (red de rabinos antisionistas), Yakov Rabkin, Marek Edelman, Kurt Brainin, David Comedi, Eva Cordova-Kaczerginski, Pedro Kotler, Norman Finkelstein y tantos, tantos otros, descalifican la idea de que el antisionismo sea antisemitismo. MI ignora deliberadamente ese tropezón ideológico. Lo cual revela, sencillamente mala fe… o una estupidez mayúscula.

La frutilla de esta torta que MI escamotea es que, precisamente el Estado de Israel (en adelante EdI) con su comportamiento tan centrado en sí mismo, tan indiferente a la opresión que ellos mismos han generado sobre palestinos (y no solamente sobre ellos) ha ido convirtiéndose en generador de antisemitismo; un sentimiento que los sionistas han manejado y fomentado como impulsor de un asentamiento judío en el EdI.

Por eso es una falsedad histórica afirmar: “Nace una Palestina basada en el odio a Israel” (p. 109) cuando la historia nos está mostrando como ha ido naciendo un Israel basado en el desprecio más absoluto de Palestina. Esa inversión caracteriza al sionismo. Golda Meir, figura fundante del EdI le echaba la culpa a los palestinos mártires, que obligaban a “nuestros muchachos” a matarlos. Lo de la obligación es una licencia poética de Meir, porque el sionismo nunca ha reparado en matar. Incluso a judíos refractarios.

Israel surge en 1948. No había israelíes hasta entonces. Pero el conflicto llevaba ya décadas y muchísimos muertos, sobre todo palestinos (justamente, como suele pasar en las guerras provocadas por el colonialismo).

El sionismo tiene su primer congreso mundial en 1897. Y de esa época empieza a librarse una tarea de instalación de grupos judíos sionistas, en tierras que se consideraban propias, apropiables o apropiadas, aunque habitadas por una población tradicional del lugar.

Tan similares a los hebreos tradicionales eran los palestinos como para que David Ben Gurión, fundador del Estado de Israel, proclamara –bien que en tiempos “tempranos”, antes de la década, ya caliente, del ‘30– que los palestinos, casi todos ellos musulmanes, eran los hebreos de altri tempi, convertidos al Islam, dominante en la región, en los siglos VII y VIII.

Si ya desde el título MI elige la ideología y los calificativos en lugar de la historia, vamos mal…

A lo largo de todo el libro, casi 300 páginas de formato grande, MI encara esa contraposición planteada en su título en tanto elude la realmente existente; un conflicto de tierras; la cuestión de la colonización. Una tierra que habitaban campesinos a menudo analfabetos y tradicionales, explotados por el latifundio de “los ricos”, generalmente ausentistas, tierra que los sionistas fueron ocupando, a principio lentamente, como con pies de plomo, mediante compras a propietarios rentistas ausentes, amparados en el derecho, inicialmente del Imperio Turco, más tarde del Británico: era la policía turca, luego la británica, quienes procedían al desalojo de los campesinos así despojados de sus medios de vida.

Que el conflicto histórico es el verdadero motor que mueve incluso al libro de MI lo prueba que en la introducción, de su puño y letra, MI nos cuenta lo que opinaba el referente clave de la formación del Estado de Israel, Ben Gurión, en 1915:

“Eretz Israel [así denomina Ben Gurión, sistemáticamente, a Palestina, despojándola hasta del nombre, teniendo como objetivo la instauración del Estado de Israel, que él considera reinstauración] es actualmente un país semidesierto y yermo y el reducido elemento árabe no es capaz de resucitar al país […] el sistema de labor de los árabes es anticuado, primitivo […] la mayor parte de la tierra eretzisraelita [obsérvese como el cambio de denominación forma parte del plan político] está abandonada y sin trabajar, como ser la tierra montañosa, los arenales […].”
La cita nos permite reconocer que en Palestina/Eretz Israel, según Ben Gurión, había población… árabe. Y que los árabes trabajan… la tierra. Como” modernos” los colonialistas “saben” que los oriundos trabajan la tierra mal, primitivamente… allí en resumen vemos el decálogo del colonizador. Pero también la manifiesta falsedad de una consigna sionista fundacional, con una primera parte manifiestamente falsa y una segunda correcta: “Una tierra sin hombres para hombres sin tierra”.

La colonización judeosionista de Palestina vino en la estela de la colonización europea, para la cual la “labor” principal fue el despoblamiento de los territorios colonizables. Así vemos como el “Nuevo Continente” americano sufre la pérdida de buena parte de su población originaria y a la vez un repoblamiento europeo; en Asia la colonización toma otra modalidad, sus poblaciones originarias mal que bien subsisten; África, en cambio, soportando un racismo marcado, sufre un vaciamiento poblacional que hoy consideramos genocida; a principios del s XX, el continente más vacío de seres humanos del planeta era… África.

Tengamos en cuenta que no hay despoblamiento inocuo o pacífico porque nadie abandona su tierra motu proprio. El vaciamiento de África está regado con ríos de sangre. Igual que el de América u Oceanía… y el de Palestina.

Hasta 1897, la llegada de judíos a Palestina, que se había ido engrosando con los años, era fruto del llamado religioso. No se hacía en plan político de usurpación de tierra y, por ello, no había generado fricciones con la población local. El proyecto sionista trastoca eso y dará lugar a diferencias en el seno de los judíos, entre el Antiguo Yishuv, religioso y el Moderno Yishuv, sionista, que se zanjará hasta con el asesinato político.

La mera lectura del índice de este libro nos muestra que Palestina es apenas una objetivo lateral de sus obsesiones que deberíamos resumir como un tratado de islamofobia y antisemitismo: el repaso de algunos títulos de sus capítulos lo atestigua: “Del antisemitismo árabe al conflicto árabe-israelí”, “Antisemitismo y antiisraelismo”, “El conflicto se ve reforzado por el neoantisemitismo”, “Nace una identidad palestina basada en el odio a Israel”, “Islamismo árabe y antisemitismo”, “Imperialismo y racismo árabe más allá de Israel y los judíos”.

Poner el foco en el antisemitismo, fenómeno de larga data que consideramos muy debilitado hoy en día (a causa, entre otras, de la derrota aplastante, de la destrucción política del nazismo), nos desplaza del abordaje de las verdaderas raíces del desesperante conflicto que ha significado el implante inicialmente solapado pero cada vez más desembozado y brutal del sionismo en tierras palestinas.

Así, MI nos dispensa del examen del plan sionista maestro: reivindicar como históricamente válida una estadía en un territorio milenios atrás para reclamar su propiedad y soberanía actual (imaginemos que pandemonio sería el planeta propagan-do esta tesis, ya sea limitando el reclamo a siglos, o a milenios como en este caso).

Usar como fuente histórica la Biblia, cuando, por el contrario, la exégesis histórica ha ido develando cada vez más la falta de correspondencia entre relatos bíblicos e historia es otro de los desaguisados mayúsculos de MI. No hay ningún elemento arqueológico o literario que permita identificar, por ejemplo, la invasión de Jericó (según la Biblia, facilitada por Yahvé). Tampoco hay elementos que permitan seguir sosteniendo los relatos de los exilios masivos de judíos a Egipto y a Babilonia, respectivamente. A lo más, en historia se acepta el exilio de una pequeña dirigencia judía en el caso de Babilonia, no del pueblo judío en general. Véase, por ejemplo el libro del historiador Shlomo Sand, judío, La invención de la tierra de Israel.

El prologuista, Daniel Vidart, relevante dentro de la intelectualidad uruguaya, inicia su texto afirmando: “Marcos Israel no es un historiador profesional. Es un perito en números y un científico social”. Alguien que no es historiador debería ser más cauto y menos panfletario con cualquier abordaje.

Lagunas significativas

MI carece de la menor consideración acerca de Los Nuevos Historiadores, una camada de historiadores israelíes, judíos, que por la década de los ’80 irrumpió contra la mentirosa historia oficial del Estado de Israel escrita para la autolegitimación. Avi Schlaim, Amnon Kapeliuk, el mencionado Shlomo Sand, Ilan Pappé, Benny Morris (este último cumplió un raro papel como investigador: puso a luz muchas mentiras como los supuestos llamados de radios árabes para que los palestinos evacuaran el territorio bajo invasión judía ─con lo cual no había expulsión ni violencia sino abandono voluntario de sus hogares), aldeas y tierras (y retornar triunfante de la mano de ejércitos árabes según la versión oficial israelí)─, llamados que nadie ha podido registrar ni rastrear, y a la vez asumió lo ejecutado por la dirección sionista como aceptable basado en su profesión de fe sionista.

Que MI no mencione ni siquiera a uno de tales historiadores (¡ni siquiera a los judíos!), habla a las claras del carácter panfletario con apariencia de erudito de este volumen tan dedicado a echar leña al fuego de la islamofobia.

Que en lugar de tales fuentes, articule permanentemente su discurso con citas de Abdel Kader o James Parkes no hace sino reafirmar el partido tomado, que no es el de la verdad sino el del embanderamiento sionista.

Sólo así se explica que no haya una palabra en semejante volumen sobre la matanza de niños, repetida, en la Franja de Gaza (y, en general, en Palestina), sobre el maltrato tan vejatorio y abusivo de la ocupación militar sobre población civil, desarmada y radicada en su tierra milenariamente, que se ha expresado cotidianamente en tantas formas, desde tirar a matar, a la cabeza, ante cualquier sospecha o excusa, hasta arrasar en las aldeas palestinas que “sobrevivieron” a la cruenta implantación de 1948, sus árboles, centenarios y probablemente milenarios ─olivos, higueras, naranjos─, como forma de destruir económica y alimentariamente a los pobladores, que los sionistas han decidido “depurar” de la tierra que han declarado bíblicamente propia, y que así “redimen”.

A MI le falta amor a la verdad, y rebosa, en cambio, autocentrismo.

Su mirada cerrada sobre un “sí mismo” no le permite ni siquiera aproximarse a los nudos problemáticos de la cuestión que proclama atender: ¿cómo empezó la violencia (en Palestina, no en Alemania en la década del ’30 ni en la Rusia a fines del s XIX)?, ¿cuáles fueron los planes de los fundadores del sionismo y del British Empire para esa ominosa alianza de hace un siglo (Declaración Balfour, 1917), ¿cuál es el ethos fundacional sionista, que se permitió hasta asesinar a judíos opuestos a la política sionista (tan temprano como en 1924)?, ¿qué significado tuvo el congreso mundial sionista de 1942 en el Hotel Biltmore, en Nueva York, donde apenas figuró la matanza de judíos a manos de nazis, dedicándose de modo principal a los proyectos de asentamiento sionista en Palestina y a la búsqueda de un nuevo padrino internacional, una potencia protectora, al entrever cierto agotamiento del British Empire (la solución está cantada: eligieron ser protegidos por EE.UU., no por la URSS, por ejemplo), ¿qué papel cumplieron los mistaarvim fundados por la organización militar sionista en ese mismo año de 1942? Tampoco aborda el papel del vaciamiento territorial llevado adelante por los sionistas sobre la base de asesinatos, violaciones y expulsiones en 1948 (lo que los palestinos llaman Nakba). Y tampoco tiene una palabra para acercarse a entender, justificar o criticar el recrudecimiento de la violencia sionista contra la población palestina, con su creciente dosis de desprecio.

La violencia palestina que menciona y condena, la deriva enteramente del antisemitismo, de la intolerancia islámica; en ningún caso reconoce la acción sionista como disparador de dicha violencia. El despojo genera reacciones, a menudo violentas.

Los ataques e invasiones a la Franja de Gaza, en 2006, 2008-2009, 2012, 2014 con su secuela de hombres, mujeres y niños asesinados, no le merecen un renglón.

En tanto el EdI ha ido incrementando su brutalidad, su arrogancia y su intolerancia, ha ido afilando su hasbarah, su política de RR.PP., su influencia entre bambalinas, principalmente a través del lobby judío en los pasillos políticos de EE.UU. y su alta penetración en los medios de incomunicación de masas (m i m).

Como frutilla de la torta, luego de la mortal acometida sobre la Franja de Gaza en 2008-2009, advirtiendo que la operación “Plomo fundido” tenía problemas para su admisión hasta entre lo más incondicionales amigos de Israel ─el mero nombre con que los soldados bautizaron su atropello es una muestra de esa altanería basada en el victimismo (‘siendo víctimas podemos permitirnos cualquiera cosa”)─ los sostenedores de la experiencia sionista desplegaron una serie de léxicos “de combate” para aplicar en los m i m y sobre todo, en las redes sociales.

Este contraataque ideológico desnuda no sólo la estrategia sionista, sino también los valores sobre los que se apoya. No vale la pena deslindar punto por punto toda esa ingeniería discursiva, aconsejando a sus “corresponsales” o trolls mediáticos “words that work”, palabras que tienen ‘gancho’. Ese “diccionario” propone”usar la empatía” [¡otra vez sic!]: “Si comienzas tu respuesta con un «Entiendo y tengo simpatía con quienes…» estás desde el comienzo construyendo la credibilidad que necesitas para que tu audiencia sienta simpatía y acuerde contigo.” (pág. 4)
Estos juegos tácticos, espejismos, no nos acercan a la verdadera problemática que el sionismo (sin querer) plantea: qué hacer con el tribualismo, el victimismo (forjado a partir de haber sido victimado, haciendo lo accidental, permanente), con la idea de “pueblo elegido”, con el racismo, con el supremacismo,

Y aquí sí, estamos en problemas.

Luis E. Sabini Fernández
COMCOSUR AL DÍA / MIÉRCOLES 09 DE MAYO DE 2018
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. Carlos Marx
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