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GABRIELA SCHROEDER BARREDO DENUNCIÓ ANTE LA FISCALÍA SU SECUESTRO, OCURRIDO EN MAYO DE 1976

COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1988 – 27.11.2020 – Hoy:

1) Gabriela Schroeder Barredo denunció ante la Fiscalía su secuestro, ocurrido en mayo de 1976
2) Uruguay, 20 mayo, 2016: Gabriela Schroeder Barredo “Empecé algo que no sé a dónde me va a llevar” /Rosario Touriño
3) Uruguay: Hijos de Héctor Gutiérrez Ruiz abrirán una causa por la muerte de su padre
4) Uruguay: Un fiscal enemigo de los pobres /Jorge Maiki
5) Denuncian concentración de frecuencias en concurso de radios en Ecuador /Observacom
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores – Hoy:

I. 10 años de “BiblioBarrio”
II. Santiago Blanco y Cosa E Mandinga Jazz
III. Trama Berta Pereira y Pollo Píriz en Concierto
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COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1988 – 27.11.2020
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1) GABRIELA SCHROEDER BARREDO DENUNCIÓ ANTE LA FISCALÍA SU SECUESTRO, OCURRIDO EN MAYO DE 1976

La Diaria /10 de noviembre de 2020

A los cuatro años, Gabriela Schroeder estuvo secuestrada junto a sus hermanos en un centro clandestino de Buenos Aires.

Gabriela Schroeder, hija de Rosario Barredo y Gabriel Schroeder, realizó una denuncia ante el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, para que investigue su secuestro y el de sus hermanos, ocurrido en la madrugada del 13 de mayo de 1976 en Buenos Aires.

Gabriela, de cuatro años, su hermana, de un año y cuatro meses, y su hermano, de dos meses, fueron secuestrados junto a su madre, Rosario Barredo y William Whitelaw, padre de los dos menores. Los niños fueron separados y trasladados a varios lugares de Buenos Aires hasta que fueron entregados al abuelo de Gabriela, Juan Pablo Schroeder, el 29 de mayo, ocho días después de que aparecieron los cuerpos asesinados a balazos de Barredo, Whitelaw, el entonces senador del Frente Amplio Zelmar Michelini y el diputado del Partido Nacional Héctor Gutiérrez Ruiz.

En diálogo con la diaria, Schroeder dijo que lo que la motivó a realizar la denuncia fue la necesidad de visibilizar casos como el suyo. “Acá lo más importante es que esto no se vuelva a repetir. Si no se hace un reclamo de justicia y no se visibiliza caés en el riesgo de que todo quede impune y se vuelva a hacer lo mismo”, añadió.

Para Schroeder el terrorismo de Estado contra niñas, niños y adolescentes es un tema del que “nadie se ha ocupado” y es “uno de los argumentos más fuertes” contra la teoría de los dos demonios. “Había un montón de niños, que nos pasaron muchas cosas y no teníamos ninguna responsabilidad”, señaló.

Además, el hecho de haber sido testigo en la causa que investiga el juez argentino Daniel Rafecas sobre el centro clandestino Bacacay, donde estuvo secuestrada los primeros días, la impulsó a tomar la decisión de hacer la denuncia.

“Éramos niños cuando nos pasó eso, el proceso de romper el silencio y salir a hablar de eso lleva su tiempo”, comentó. En esa línea, señaló que está escribiendo un libro de historia novelada con el historiador español Ignacio Ampudia con base en su caso que implicó “un proceso de sanación que tiene que ver con que presente la denuncia”.
“Ese trabajo tenía una motivación de reconstrucción propia, de buscar las piezas perdidas del puzle, de reconocerme en mis padres y también perdonarlos. Yo agradezco la familia en la que me tocó criarme, porque me enseñaron a centrarme en sentimientos buenos, en paz, en amor y en cero rencor; eso nos salvó mucho”, comentó.

La denuncia

Gabriel Schroeder fue asesinado el 14 de abril de 1972 durante un enfrentamiento entre el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) y las Fuerzas Armadas. Rosario Barredo fue detenida el 15 de abril y trasladada al Hospital Militar, donde nació Gabriela el 24 de abril de ese año. Tras ser liberada, en marzo de 1973 se exilió en Chile. En 1976, Barredo y Whitelaw militaban en la agrupación Nuevo Tiempo, fundada en 1974 a partir de una escisión del MLN-T, que buscaba una salida política a la dictadura.

La familia fue secuestrada a las dos de la madrugada en su domicilio, ubicado en la calle Matorras. En la denuncia a Fiscalía se agregó el nombre de varios vecinos que fueron testigos del hecho.

“Recuerdo que entraron con mucha violencia. Mamá nos fue a levantar a Victoria y a mí e, intentando tranquilizarnos, nos dijo que ‘unos amigos’ nos habían venido a buscar. Me envolvieron en una frazada y me tiraron escaleras abajo. Recuerdo que yo pedía por mi madre”, relata Schroeder en la denuncia.

Recuerda “vivamente” el momento en que se llevaron a su madre: “Los captores la nombran, lo que me dio la pauta de que no estábamos solos. Yo me fui detrás de ella y los represores dijeron que no había problema, que me vaya con ella también. Entonces mi mamá se puso muy nerviosa, lo que era raro porque ella nunca se ponía así, y me dijo que me diera vuelta, que fuera a ver a mi hermano, que me necesitaba. Eso es lo último que recuerdo de ella, nunca más la vi. […] Estuve desaparecida hasta los últimos días de mayo, después de que apareció mi mamá muerta”.

Entre el 13 de mayo y el 29 la niña estuvo en al menos tres lugares, mientras su abuelo Juan Pablo Schroeder realizaba una campaña informativa en busca de sus nietos que consideran clave para haber conseguido la liberación y evitar la apropiación de los niños, que fueron separados durante el cautiverio.

La Diaria
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1988 – 27.11.2020
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2) URUGUAY, 20 MAYO, 2016: GABRIELA SCHROEDER BARREDO “EMPECÉ ALGO QUE NO SÉ A DÓNDE ME VA A LLEVAR”

Rosario Touriño /Brecha /20 mayo, 2016

En la marcha de hoy por primera vez circulará un cartelito con la fotografía de Rosario Barredo. Estará en manos de su hija, Gabriela Schroeder Barredo. Después de vivir durante 25 años en Chile regresó a Uruguay también para intentar seguir cerrando el círculo. Sin un asomo de rencor, Gabriela dice que “la justicia forma parte de la reparación”.

Gabriela es hija de Rosario Barredo, asesinada en mayo de 1976. Su cuerpo apareció junto a los de su compañero, William Whitelaw, Michelini, y Gutiérrez Ruiz.

—En enero decidiste volver a vivir a Uruguay. ¿Qué te llevó a regresar?

—Bueno, en realidad hace 25 años que me fui, pero casi 20 que me quería volver. Por temas profesionales y familiares no se dio, y en el último tiempo lo empecé como a armar un poco más. El mayor de mis tres hijos, Joaquín, que tiene 19 años, se vino a vivir a Uruguay antes. Salió del colegio y se vino a estudiar medicina durante un año, pero no le gustó y ahora estudia ciencias sociales para trabajar en derechos humanos (se ríe). Y ya con él acá se facilitaron un poco las cosas. Hay una empresa con la que trabajé un tiempo en asesorías (su profesión es ingeniera en acuicultura), que quería que me viniera hace rato. Hace tiempo que me quería volver, por la familia de origen y además porque los uruguayos que se quedaron no logran ver que Uruguay tiene muchas ventajas.

—¿Tus hijos nacieron todos en Chile?

—Sí. Mi marido también es chileno. Él está yendo y viniendo, y estamos viendo de armar algún proyecto. A él como que no le queda otra… Aparte, tanto tiempo queriendo volver…, al final tenés que hacerlo, porque no vas a estar todo el rato en la amargura. Si no resulta, bueno, pero lo hice…

—En Montevideo mantenés vínculos con las dos ramas familiares…

—Básicamente con la de mi padre. Yo me crié con la familia de mi padre. Cuando mi mamá murió, a los dos días murió mi abuela materna. Mi abuelo materno ya había muerto, y quedó sólo un tío soltero. Entonces a mis hermanos se los llevaron a Francia, yo me quedé acá y ellos vivieron con su familia paterna, la de Willy (Whitelaw).

Entonces, de la materna quedó sólo Fernando (Barredo), que después se casó, pero falleció cuando yo tenía 16 años, y ahora tengo a mis primos. Fernando, junto al papá de Willy, presentaron algunas demandas judiciales y en algún momento hasta pensaron en traerse los cuerpos, pero después se complicó un poco todo eso, porque se hizo mucha publicidad y era un acto que quería hacerse en privado. Fernando fue uno de los tantos que nos buscaron cuando desaparecimos, obviamente. Él tenía a su hermana muerta, su madre muriendo y sus sobrinos desaparecidos… Era un tipo hermoso.

—¿Cuál es tu vínculo con las organizaciones de derechos humanos? Obviamente no podías participar en las marchas.

—En marchas del 20 de mayo sí he estado, en algunas ocasiones porque estaba acá y en otras porque me las arreglé para estar. Yo me fui en diciembre de 1990, cuando tenía 18 años. Siempre he dicho que para mí, más allá de que sea la fecha de mi mamá, más allá de la raíz de la marcha, es un acto que es un orgullo para todos los uruguayos.

Marchar en ese respeto, en ese silencio, en ese río de personas, yo no sé si se dará en algún otro lugar del mundo. Yo por lo menos nunca he escuchado una palabra de rencor.

Siempre se lo comentaba a mi gente cercana en Chile. El año pasado vino conmigo mi suegra, que no es necesariamente de izquierda, y se quedó impactada. Estaba casi que feliz, porque es algo que tiene esa contradicción que surge de un dolor profundo, pero que genera tanta solidaridad. A veces es muy fuerte y muy removedor, porque no es menor.

—¿Cómo evaluás el proceso de investigación de los crímenes que tienen que ver con tus familiares y los resultados alcanzados? Hasta ahora fueron condenados en Uruguay, Bordaberry y Blanco, en Argentina algún militar, pero no así los autores materiales, por ejemplo. Quedan muchos responsables por individualizar.

—Sí, sí, seguramente, porque además participó tanta, tanta, gente. Esto no fue tarea de unos pocos. En nuestro caso y en muchos otros. La verdad es un debe total. Yo también hago en este sentido un mea culpa. Los 25 años fuera de Uruguay fueron también un poco para alejarme de algunas cosas que cuando sos adolescente son mucho más difíciles de procesar. A nosotros como familia además nos desmembraron tanto, que fue como difícil tomar una postura común y fuerte, un decir “vamos a entablar un juicio”, como sí de repente han hecho los Michelini o los Gutiérrez Ruiz. Ellos tienen también otra plataforma, otras herramientas, son casos muy visibles…Y la verdad es que, bueno, si mi abuelo (Juan Pablo Schroeder) no hubiera fallecido hace tantos años, seguramente hubiéramos hecho muchas más cosas. A lo que voy es que, obviamente, lo que se ha hecho ha sido insuficiente, pero nosotros tampoco hemos hecho lo suficiente como para decir que esa insuficiencia es sólo parte del otro lado. Ahora, ese es sólo mi caso particular, yo veo alrededor a mucha otra gente que ha hecho mucho y está en una búsqueda desde hace muchos años y que no tiene ni la mitad de las respuestas que yo tengo, que es lo que quería plasmar un poco en mi carta (véase recuadro). Ellos sí que la han luchado, y ya no para llegar a quién apretó el gatillo, sino simplemente para saber dónde están y poder cerrar, para tener ese ritual de la muerte, que para mí es básico. Por eso siento que no tengo mucho derecho de queja, porque dentro de todo, tengo mucho.

—No estás en esa situación eternamente indefinida…

—Mirá, cuando yo era muy chica leí en algún medio que hablaba del hallazgo de los cuerpos, que el cuarto cuerpo no había podido ser identificado. Y daban a entender que se había deducido que era Willy. Yo era muy chica y no sé si eso estaba realmente escrito así, porque es verdad que al principio fue difícil la identificación –hoy no quedan dudas–, pero a mí me surgieron dudas. Willy no era mi padre, pero fue lo más parecido que tuve a un padre. Es un ser absolutamente querido por mí. Es el padre de mis hermanos. Ante esa mínima duda yo estuve mucho tiempo obsesionada con que capaz que estaba vivo. Esa duda duele mucho. Hasta que logré hablarlo con mi familia y ahí me lo dejaron clarísimo.

—En tu carta reclamás por verdad y justicia, porque a veces se establece una dicotomía con estos dos conceptos…

—Por supuesto que los crímenes no prescribieron, pero además justicia no es venganza. Porque igual vamos a hablar de una justicia ya a medias, porque ya vamos a encontrar a medias a los culpables, si alguna vez los encontramos. A la mayoría no les va a dar ni la vida para cumplir la sentencia que deberían haber tenido. La justicia es parte de la reparación. Nadie dice que los metan en una cárcel y los sometan a tortura. Lo primero es la verdad sí, y ojalá la justicia, digo ojalá porque hay mucha documentación que ya se ha perdido. La investigación demanda recursos, pero si se hubiera hecho a tiempo hubiera demandado menos.

—Hace un momento mencionabas la cuestión de la visibilidad. ¿Considerás que los casos de tu madre y de William quedaron de algún modo en un segundo plano a partir del impacto de los asesinatos de Michelini y Gutiérrez Ruiz?

—Sí, obviamente, pero a mí no me molesta el segundo plano. Es absolutamente entendible. Michelini y Gutiérrez Ruiz tenían otra edad, otra trayectoria, pero además existen familias que quizás se ocuparon mucho más de preservar su memoria pública. Por eso quise mandar esta carta, y por eso quizás después del homenaje que hubo en la Junta Departamental me animé a acercarme a un par de ediles y señalar que mi madre no era Carmen Barredo, no era Rosa Barredo, sino Rosario Barredo. Y lo que más me importa es que a mi madre y a Willy no los mataron para inventar una asociación de Michelini y Gutiérrez Ruiz con los tupamaros. Capaz que además, no sé…, pero los mataron porque ellos sí trabajaban con Michelini y Gutiérrez Ruiz, y ellos sí estaban en una lucha no armada, ayudando a mucha gente a salvarse y a que se supiera lo que estaba pasando en Uruguay. No era que mamá y Willy, como se trató de decir, eran unos disidentes tupamaros (1) y entonces se aprovechó para hacer una conexión. Ahí creo que está el debe de nosotros como familia: pedirles a quienes tienen los medios y los conocimientos que investigaran y difundieran los hechos. Mateo Gutiérrez en su documental algo muestra, corrigiendo esa versión que ha quedado como impregnada, quizás porque era más fácil. Yo mucho no tuve claro, y aún hoy no lo tengo. Hoy tengo 44 años, y cuando pasó eso tenía 4.

—¿Pudiste acceder a alguna documentación sobre tus padres? Y me refiero a Rosario, Gabriel y Willy.

—Bueno, esto es algo que yo sabía que venía con el retorno. Es algo que lo venimos hablando mucho con mi tío Esteban (Schroeder), que está ligado a lo audiovisual y quiere hacer un documental. Yo todavía no me he terminado de convencer. La verdad es que no he tenido acceso a muchas cosas. En el caso de mamá casi no queda nadie, y es más difícil reconstruir. En el caso de papá, me crié con su familia, y me criaron de una manera muy abierta, siempre dándome las respuestas verdaderas, dosificando. Hay muchos relatos que quizás no llegan, porque duele relatarlos. Pero de a poco van llegando, y ahora mi tío Gustavo (Schroeder) escribió algo muy lindo sobre mi padre, y me voy a reunir con gente para ir reconstruyendo, pero no tanto la parte política sino la vital. Si junto todo, mi padre es un superhéroe total. Él murió diez días antes de que yo naciera.

Pero no tengo mucho acceso a documentación. Sobre mi madre tengo relatos sobre su forma de ser, más que de sus ideas. Hay algunas amigas de la adolescencia de mi mamá, con las que compartieron militancia; lo que pasa es que también viene luego la dificultad de que los muertos pasan a ser dioses. Cuando hablás desde lo afectivo es difícil tener respuestas más objetivas. Pero sí me acuerdo de mamá, porque por suerte tengo una memoria de elefante, entonces alguien muy sabio hizo que retuviera ciertas cosas. Y después tengo sí una reconstrucción, más o menos, de cómo era ella, pero de qué la llevó concretamente a militar y cuál fue su rol concreto, no mucho. La verdad es que es como una especie de incógnita. Capaz que hablo un poco más de mi madre, porque tiene estas características, porque lo de mi padre sí es como mucho más anónimo y controversial de hablar, plantear y difundir.

—¿Lo decís porque está vinculado a los hechos del 14 de abril de 1972?

—Sí. Pero a él cuando lo mataron fue una masacre. Yo tengo una autopsia que dice: “balazo por la espalda”, así que… no fue un combate, un enfrentamiento, fue una masacre absoluta.

—¿O sea que estás en un proceso que empezó, pero que no sabés a dónde te va a llevar?

—No, la verdad que no. Es como que empecé algo, que no sé hasta dónde voy a llegar. Pero por lo menos voy siguiendo un poco mis instintos y por eso está eso que escribí. Y es tan simple como que salí a la calle con mi hija a comprar un libro y cuando llego a la pantalla frente a la Intendencia veo la foto de los cinco. No era mamá sola, sino que estamos Victoria en sus brazos, yo abajo y Maxi en la panza. La única foto de mamá con sus tres hijos, y por más que estoy muy acostumbrada, te impacta verla ahí, sin saber, en una pantalla gigante pública. Y habíamos hablado con Esteban, sí, de empezar a escribir algo y de hacer un espacio para que se hable más de todo esto, porque yo viví el 20 de mayo. Lo empecé a vivir el 13 de mayo, cuando nos secuestraron.

—¿A vos te interesa la política, en su sentido más genuino? Porque hoy en día la palabra ideología sigue gozando de una carga despectiva.

—Estos 25 años lejos, porque más que venía siempre, te hacen mirar un poco las cosas de afuera. Además como ni siquiera podemos votar… La verdad es que estoy de acuerdo en que la política es absolutamente necesaria para dirigir un país, pero en este momento de mi vida no podría decir me identifico acá con a, b, o c, sino porque me parece que para tomar posturas hay que estudiar y analizar. Tengo, sí, clarísimo a lo que no adhiero, pero dentro de lo que podría adherir no tengo una visión clara. Ahora, participar políticamente no, me encantaría trabajar, sí, en políticas públicas para el desarrollo, desde mi experiencia profesional hacer un aporte social.

—Podés decirme a quién no adherís, entonces…

—Al Partido Colorado completo. Obviamente no pertenezco a partidos conservadores y tengo mi ideología, que puede ser un poco utópica (ríe efusivamente). De derecha obviamente no soy.

—Tu abuelo Juan Pablo era muy blanco…

—Sí, blanco total, y mi abuela colorada. Pero yo no adhiero a ninguna política neoliberal que desarrolle una política de crecimiento que para afuera esté bárbara y para adentro no sirva para nada, como la de Chile. Allá la mayoría de las cosas que me importan, como la salud y la educación, están muy mal. Igual a mí ya no me gusta hablar mucho de izquierda y derecha, porque hay mucha gente de izquierda que se ha comportado como mucho más de derecha que la derecha. La política se ha complejizado tanto que es más difícil definirse.

—Y en cuanto a la opción política de tus padres, ¿qué pensás hoy? ¿Pasaste por el enojo, por cuestionar cosas que te pasaron por esa decisión militante de ellos?

—Siempre digo que no voy a juzgar lo que hicieron o no hicieron mis padres, porque yo no viví en el Uruguay de esa época. Que alguna vez sentí, no rabia ni rencor, pero capaz un poco de pena, sí. Más que nada era: si estaban metidos en todo esto, para qué nos tuvieron y nos siguieron teniendo… porque seguían pasando cosas y seguían teniendo hijos. Y sí, si te ponés a pensar, nos pusieron en riesgo, pero es tan difícil juzgar eso sin estarlo viviendo… Era una época en que más que la política eran las ideas, y una pasión. Y ellos empezaron a vivir la política desde la adolescencia, cuando creés que no te va a pasar nada. Pero a mí no me jode… fue así y pasó así. Por supuesto que querría tener a mis padres conmigo, y adhiero por lo menos a la esencia de lo que ellos querían, pero sigo pensando que es una tarea de todos los días y de todos lograr igualdad de oportunidades. ¿Quién sabe lo que hubiera hecho yo si hubiera tenido la edad de ellos en esa época? Lo que sí sé es que yo ya viví eso y sufrí las consecuencias de esas decisiones. Pero yo lo estoy viviendo como hija y ellos no lo vivieron como hijos.

—Vos viviste dos situaciones. Primero, naciste en cautiverio, porque tu madre fue detenida en Montevideo en 1972. Te tuvo en abril en el Hospital Militar y estuvo presa hasta diciembre. Y después, en 1976, fuiste secuestrada en Buenos Aires junto a tus dos hermanos y estuviste desaparecida durante 16 días. Es decir, podrían haber terminado en manos de cualquier familia…

—Yo no, yo imposible. Tenía 4 años y me criaron rompebolas, preguntaba todo y no se me escapaba nada. A mí no me iban a poder meter en una familia, nunca. Lo intentaron, pero a cada lugar que iba, yo iba preguntando y no aceptaba la respuesta. Yo recuerdo por lo menos dos casas, a las que me llevaron después de estar en el centro de detención. (2) Me llevaron por lo menos a dos casas más, con distintas personas, y yo preguntaba por mamá, por Willy, por mi perro, por mis hermanos. Yo fui testigo en Buenos Aires en el caso contra Olivera Róvere (general condenado en Argentina a cadena perpetua por los asesinatos de Michelini, Gutiérrez, Barredo y Whitelaw). Mi memoria es muy loca, cuando tenía 15 años mis tíos de regalo me llevaron a Buenos Aires. Fuimos a mi casa y ellos buscaban la dirección. No había Google Maps. Cuando íbamos llegando, yo los guié, les dije que doblaran por una esquina, les hablé de una ferretería, un almacén. Y lo corroboramos. Mis tíos quedaron atónitos. Y llegué a entrar a mi casa. Para mí fue algo impresionante corroborar mi memoria. Yo no sé qué es lo que se activa, si la memoria o la necesidad de preservarla, porque esto no fue como un clic en el que vinieron los recuerdos. Desde que tengo memoria tengo memoria, y creo que es un mecanismo de defensa. Nosotros hicimos terapia familiar y yo hice una individual. Mi terapeuta me decía que él estaba seguro de que los cuatro primeros años con mi madre habían sido muy intensos y muy buenos, y por eso yo había quedado muy bien parada en la vida.

—Tu abuelo paterno tuvo un rol determinante, con la presentación de un recurso de hábeas data y con sus gestiones frente a medios de prensa, para que ustedes aparecieran.

—Yo le debo la vida a mi abuelo. No sé qué hubiera sido de mí si mi abuelo no me encontraba, aunque creo firmemente que iba a ser muy difícil meterme en alguna familia… Eso pasó gracias a muchos. Lo pongo a él porque creo que fue la columna vertebral de esa búsqueda, porque además por suerte tenía las habilidades y las redes para lograrlo. Otros con el mismo amor y la misma fuerza no lo pudieron lograr, por eso de vuelta fuimos privilegiados.

—¿Él tenía vínculos influyentes en Argentina?

—Eso es parte de la nebulosa, de la historia que no termina de contarse. No creo que tuviera un vínculo demasiado importante. Mi tío Gustavo sí trabajaba en el Buenos Aires Herald, y una persona muy importante del diario lo conocía y también a mi abuelo. Eso fue clave en la búsqueda, porque salimos en las portadas, hicieron mucho ruido. Pero mi abuelo no fue sólo clave en esa búsqueda, sino en los años posteriores. Él se enfermó a los pocos años de encontrarnos, y de alguna forma entregó la vida. A mí mi abuelo me enseñó a vivir, como puse en esa carta. Me enseñó a vivir en el amor, me dijo que nunca sintiera rencor porque sólo me iba a lastimar a mí.

—Él era muy católico. ¿Cómo te relacionás hoy con la fe?

—Era muy católico, de misa diaria. Y bien por la fe, porque creo que a ellos les hizo muy bien, sobre todo a la abuela. Yo fui muy católica de chica, hasta que empecé a mirar las contradicciones de la Iglesia Católica. Y ya no soy católica, mis hijos no son bautizados. Tengo mis propias creencias y me conecto a mi manera con lo espiritual. Yo estoy segura de que la gente en algún lado queda, que existen las energías, y estoy segura de que mis padres son unos ángeles que nos cuidan.

Notas:
(1) Barredo y Whitelaw se habían escindido del Mln y formaban parte en Buenos Aires de la tendencia Nuevo Tiempo. Esta fracción, junto a otros dirigentes y organizaciones, integraban una alianza antidictatorial en el exilio (la Ual).
(2) Se presume que era Orletti, según la ficha de la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia.

Recuadro:
UN GRITO DE AMOR

Mi nombre es Gabriela Schroeder Barredo. (1)

Una madrugada de hace 40 años irrumpieron en nuestra casa de Buenos Aires y nos trastornaron la vida.

Nos secuestraron a mi madre, su compañero y padre de mis hermanos, a mí y hasta a mi perro. Mi madre era Rosario Barredo.

Para un gran hombre, mi abuelo, empezó la mayor de sus búsquedas, la más angustiante, en la que entregó su alma y gran parte de su vida. Tenía que encontrarnos.

Ocho días más tarde, el 21 de mayo de 1976, supo que a mi madre ya no podría volver a abrazarla. Con ese dolor inmenso sumado al de sus hijos mayores ya muertos (mi tío Juan Pablo y Gabriel Schroeder, mi padre), siguió buscándonos a mis hermanos y a mí.

No estuvo solo y gracias a eso logró publicar el 27 de mayo en el Buenos Aires Herald una carta magnífica que dirigió “a la más encumbrada autoridad del país y al más humilde de los habitantes”, que luego de un detalle exhaustivo de lo ocurrido, termina de esta manera: “Os pedimos que nos devuelvan a Gabrielita María, a María Victoria y a Máximo Fernando, para educarlos en el amor a la patria –sin distinción de fronteras entre la tierra uruguaya y la tierra argentina- y en el amor a todos los hombres. Sin excluir a los que mataron a sus padres”. Y así me crió, en el amor.

Mi abuelo fue Juan Pablo María Schroeder Otero, para mí un grande, un gigante. Me enseñó que el rencor sólo me haría daño a mí, no a quien lo dirigiera. No me pidió que perdonara, porque me dijo eso era sólo divino (por Dios, no por lo lindo, claro está). Me enseñó a centrar mi vida en el amor. Hoy, 40 años después de esa madrugada de mayo de 1976 y casi 35 años desde que ese gran hombre dejara físicamente mi vida, puedo decir que lo logré y en mi vida prima el amor por sobre cualquier otro sentimiento.
Pero no lo hice sola. Me he sentido siempre una privilegiada porque me han rodeado afectos entrañables, la vida me ha recompensado siempre.

Por eso es que no entiendo, verdaderamente no entiendo, cómo una gran parte de los uruguayos se ha dejado convencer de que cuando se pide verdad y justicia se tiene los ojos en la nuca o se hace desde el rencor. ¡No! ¡Mil veces no!

Es exactamente lo contrario, es un acto de amor. Lo exigimos por todos a los que les arrebataron de sus vidas a sus seres queridos y se quedaron con el abrazo hueco, sin respuestas y sin ritual para cerrar un ciclo vital para todo ser humano.

Tengo el “privilegio” de saber más o menos qué pasó con mis padres y tengo la “suerte” de tener una tumba si quiero ir a dejar flores. Pude cerrar el ciclo, aun cuando su forma no haya sido muy circular y quizás los extremos no se unan con precisión. Pero algo tengo. Es injusto que otros no lo tengan, siendo que el ritual de la muerte es un derecho de vida para alcanzar la paz. ¡Sí!, hablamos de paz. Es esto lo que buscan quienes aún no obtienen respuestas.

¡Verdad y justicia es un grito de amor y de paz! Y es justamente porque no queremos repetir el pasado.

Nota:
(1) Gabriela, que volvió a Uruguay en enero pasado, resolvió por primera vez escribir un texto público sobre su historia, y sobre el significado que le otorga a la lucha por verdad y justicia.

Rosario Touriño /Brecha
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1988 – 27.11.2020
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3) URUGUAY: HIJOS DE HÉCTOR GUTIÉRREZ RUIZ ABRIRÁN UNA CAUSA POR LA MUERTE DE SU PADRE

La Diaria /6 de noviembre de 2020

Buscan identificar a los autores materiales del crimen.

Los hijos de Héctor Gutiérrez Ruiz, cuyo cuerpo fue encontrado el 21 de mayo de 1976 en Buenos Aires, presentarán una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Delitos de Lesa Humanidad en busca de los autores materiales del crimen.

El abogado del Observatorio Luz Ibarburu, Pablo Chargoñia, informó este viernes en el programa Haciendo memoria de Radio Nacional sobre la intención de Mateo Gutiérrez de abrir una nueva causa para investigar aspectos que aún no fueron develados sobre el asesinato de su padre, entre ellos la forma en que se concretó el asesinato, además de confirmar en el ámbito judicial la hipótesis de que el motivo del cuádruple crimen fue evitar la convocatoria de elecciones en los tiempos previstos por la Constitución.

“Mateo y su hermana quieren que haya una causa por la ejecución de Gutiérrez Ruiz y quieren que se reivindique la verdad histórica, porque se cuentan versiones falsas. A pesar de que se habla tanto, sigue habiendo versiones oscuras”, comentó Chargoñia.

El abogado dijo que el fiscal Ricardo Perciballe ya está trabajando con las versiones taquigráficas de la comisión parlamentaria que investigó el crimen, que fue suspendida por falta de garantías luego de que se filtrara al diario El País el contenido de las actas en el espacio El Duende de la Trastienda, donde escribía el periodista Daniel Herrera Lusich.

Las actas revelaron el nombre de la enfermera Haydé Trías, que vinculó a Pedro Mato alias “el Burro” y Manuel Cordero con los asesinatos, aunque también se maneja la versión de que ese testimonio forme parte de una operación de inteligencia.

“Todo eso tiene que ser analizado y revisado, porque este cuádruple homicidio fue una de las cosas más terribles y elaboradas a altísimos niveles de los gobiernos uruguayos y argentinos”, expresó Chargoñia.

La causa que investigó los asesinatos de Gutiérrez Ruiz, Zelmar Michelini, Rosario Barredo y William Whitelaw, por la que fueron procesados el ex canciller de la dictadura Juan Carlos Blanco y el ex dictador Juan María Bordaberry, estaba dirigida a los autores intelectuales del crimen y a la coordinación entre los estados para concretarlo.

Blanco y Bordaberry fueron procesados con prisión como coautores de homicidio muy especialmente agravado. En el caso de Blanco, se comprobó su responsabilidad en que las víctimas quedaran sin pasaporte en Argentina. Mientras que en el caso de Bordaberry su rol como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y presidente del Consejo de Seguridad Nacional le atribuye responsabilidad en las decisiones tomadas.

“El hecho de que fuera relevado de su cargo poco después de los homicidios […] no significa que al tiempo de los mismos careciera de mando”, señala la sentencia de condena.

Gutiérrez Ruiz fue secuestrado a las dos de la madrugada del 18 de mayo en su apartamento de la calle Posadas en Buenos Aires, luego de que un integrante de las fuerzas represoras argentinas, Osvaldo Paqui Forese, que respondía al comando de Aníbal Gordon, forzara la puerta de entrada e ingresara al domicilio con personas que se identificaron como pertenecientes a la Policía Federal. Esa misma noche secuestraron a Zelmar Michelini en el hotel Liberty. Tanto a Matilde Rodríguez como al conserje del hotel, Mario Procacci, no les permitieron realizar la denuncia policial en las seccionales.

Rosario Barredo y William Whitelaw fueron secuestrados el 13 de mayo en la calle Matorras en la ciudad de Buenos Aires, junto con sus tres hijos, a los que trasladaron a un centro de detención clandestino, cercano a Automotores Orletti.

Sobre las 17.45 del 20 de mayo, dos vehículos encerraron a un conductor de un Torino color borravino y mediante amenazas con armas de fuego le robaron el auto. En la parte trasera del vehículo apareció el cuerpo de Zelmar Michelini, y en el baúl, los cuerpos de Barredo, Whitelaw y Gutiérrez Ruiz, el 21 de mayo, con una nota que intentaba confundir a la opinión pública atribuyendo el crimen al Movimiento de Liberación Nacional.

“Este ajusticiamiento efectuado dentro del marco de unidad que establece la Junta de Coordinación Revolucionaria debe servir de ejemplo a todos aquellos que pretendan alejarse del camino que impone la guerra contra las dictaduras asesinas de Uruguay, Chile, Argentina y Bolivia”, señalaba la nota.

La Diaria
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4) URUGUAY: UN FISCAL ENEMIGO DE LOS POBRES

Jorge Maiki / 13.11.2020

El fiscal Diego Pérez ordenó un operativo policial de registro de viviendas precarias construidas por ocupantes de un terreno en Santa Catalina, que lo hicieron demandando una solución al problema de falta de vivienda.

Son unas 200 familias las ocupantes desde hace varios meses.

Se registraron 15 viviendas y se detuvieron a 8 moradores, de los cuales 7 fueron imputados por el Fiscal. A 6 se le imputó usurpación de terrenos y robo de energía eléctrica. Al restante, sólo usurpación.

Ninguno tenía antecedentes penales.

Esto último lo decimos, no porque la presencia de antecedentes justifique atropellar los derechos y la dignidad de una persona, de ninguna manera, sino por la campaña de enchastre que siempre se hace: “hay malandras», «alguien los mandó”, “hay una mano detrás”. Conocemos el paño…

Según parece, basándonos en una crónica de Montevideo Portal, ya había negociaciones y un trabajo conjunto entre la IMM y el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, donde se habría llegado a un acuerdo y no está claro si es solo entre ambas instancias gubernativas o además implica al conjunto de vecinos ocupantes.

Cecilia Cairo, edila oficialista, dijo que la IMM puso a disposición un conjunto de terrenos para realojos y una canasta de materiales que el MVOT facilitaría para hacer las construcciones.

Señaló, además, que esos terrenos que se ocupan actualmente «deberían ser desalojados una vez conseguida una solución, pues es muy difícil llevar a ellos los servicios y además es un terreno privado». (Sic)

Dijo además, que eso no tiene nada que ver con el registro realizado por el Fiscal Diego Pérez, con sus imputaciones a personas y con los 15 días de plazo que les dio al conjunto de ocupantes para desalojar el terreno.

Especuló con que posiblemente dicho Fiscal desconocía las conversaciones realizadas y las soluciones que se están manejando.

Con este panorama queda claro el proceder intempestivo, prejuicioso e insensible de este Fiscal.

Imputar «robo de energía», daría para reírse, cuando sabemos que UTE misma, sabe de la existencia de casos de miles de personas que están colgadas de la red eléctrica en asentamientos y no ha procedido a solicitar ningún procesamiento por ello.

Sabiendo que en la inmensa mayoría de los casos hay una realidad social de pobreza y falta de ingresos personales.

Parece claro que el Fiscal no actuó en esa imputación por un pedido del Ente afectado (UTE) sino de «motu propio».

Un autoritarismo siempre dirigido contra los pobres.

No veremos a los Diego Pérez preocuparse por imputar a los Sres. Fernandez, ex propietarios de FRIPUR por la deuda de 800.000 dólares que tenían con UTE y que UTE había entrado en pleito con los mismos para cobrarla, cosa que no sabemos si al día de hoy lo ha logrado.

Esto no ha impedido que UTE les compre energía eléctrica de origen eólico, actividad en la que ahora incursionaba al menos uno de los Fernández, al amparo de la Ley del Marco Regulatorio del Mercado Eléctrico, sancionada en 1993 y que los gobiernos del FA jamás derogaron.

Los Sres. Fernández pueden deber 800.000 dólares a UTE, pero ningún fiscal los va a imputar, pero van a buscar a una familia que saca un poco de energía eléctrica para alumbrarse y tener un refrigerador donde seguramente no habrá los alimentos y delicias que gastan en su mesa los más ricos del país.

«Apropiación de terrenos» es el otro delito.

No nos dé por escarbar demasiado como se han constituido algunas propiedades inmobiliarias en este país, y como algunos han usufructuado durante años terrenos de elevado valor pagando «chirolas» (como el caso del exclusivo Club de Golf en Punta Carretas) gracias a la complicidad de muchos gobiernos departamentales. Hay muchos otros ejemplos.

Es lamentable, vergonzoso y repudiable lo que hacen fiscales como el aludido. Ni siquiera en su celo se molestó en averiguar si había alguna gestión de solución, ¿o quizás ya lo sabía y no le importó?

Habrá que estar atentos.

Operadores de este tipo cobran importancia en una América Latina donde el Poder Judicial se está tratando de usar como una palanca de criminalización de la pobreza y la rebeldía de los pueblos en lucha por sus derechos.

Jorge Maiki /Enviado por Julio Néstor Sosa Benia
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1988 – 27.11.2020
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5) DENUNCIAN CONCENTRACIÓN DE FRECUENCIAS EN CONCURSO DE RADIOS EN ECUADOR

Observacom, Ecuador, 26 de noviembre de 2020

El 70% de los 621 postulantes al concurso de frecuencias de radio FM en todo el país está en condiciones de recibir los títulos habilitantes para comenzar a operar sus estaciones, luego de que la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (ARCOTEL) publicara los resultados de evaluación de las solicitudes.

Fundamedios denunció que el proceso mantiene la concentración de frecuencias en manos del mexicano Ángel “Fantasma” González y de la familia de Jorge Yunda, alcalde de la ciudad de Quito. En ambos casos, ocho de sus actuales nueve frecuencias resultaron calificadas por el organismo para mantener sus concesiones a pesar de la legislación vigente.

“La ARCOTEL no verificó en realidad si se cumple o no la concentración de frecuencias, ni realizó una verificación profunda de los dueños y accionistas, sólo ha realizado un cruce de datos básico y el organismo preguntó a los propios medios de comunicación. No ha existido la voluntad de esclarecer este punto y varias frecuencias se siguen concentrando en grupos de poder”, afirma Fundamedios.

La organización explica que en el caso de las frecuencias del empresario Ángel González existen incompatibilidades respecto a la presencia de capital extranjero. “Telglovis S.A., accionista mayoritaria del Grupo El Comercio, es de propiedad de la empresa uruguaya Blackster S.A. presidida por Juan Carlos González Sáenz, sobrino del “Fantasma”, y según ARCOTEL no está inmersa en ninguna prohibición, cuando en realidad más del 49% del paquete accionario está en manos de extranjeros”.

Por su parte, en el caso de las frecuencias vinculadas a la familia Yunda, ocho de nueve obtuvieron el visto bueno, lo que, para Fundamedios “ratifica que la ARCOTEL no tiene voluntad política para evitar esta concentración de frecuencias en manos de forma indirecta de un grupo empresarial y mediático”.

Hasta el 27 de noviembre está abierto el período para solicitar la revisión de los resultados de ARCOTEL.

Como hemos publicado en Observacom, inicialmente se llamó a concurso a 3096 frecuencias. De todas ellas, 621 participantes expresaron su solo por 1.101 frecuencias. De estas, en la etapa de revisión de requisitos mínimos que llevó adelante ARCOTEL como parte del cronograma de concurso, se determinó que 995 frecuencias estaban en condiciones de ser entregadas.

Observacom
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1988 – 27.11.2020
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores
Como consecuencia de la emergencia sanitaria, o pandemia del Covid-19 que está recorriendo el mundo como “coronavirus”, se han suspendido gradualmente todo tipo de espectáculo artístico, deportivo y cultural, por lo que esta sección tomará un giro, para sugerir otros temas vinculados a la literatura, la historia del arte y de las y los artistas.
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I. 10 AÑOS DE “BIBLIOBARRIO”

Domingo 29 de noviembre – 19.30 horas – Agraciada 2332

“Bibliobarrio” es un colectivo que gestiona: una Biblioteca Popular, un Centro Cultural y una Editorial artesanal. Comenzamos en el año 2005 como un proyecto de biblioteca popular, dedicada al fomento de la cultura, a través del servicio de préstamos de libros, impulsado por vecinos del barrio Reducto. En el año 2009 un grupo de estudiantes universitarios comienza a trabajar junto a los vecinos en un proyecto de extensión universitaria de creación de un emprendimiento laboral para personas con padecimiento (de lo) psiquiátrico.

Desde entonces se complementan ambos proyectos creándose para ello el Espacio Cultural Bibliobarrio.

Desde el 2011 se impulsa la consolidación del Centro Cultural conjuntamente con la Biblioteca, comenzando a realizarse diversas actividades: cine foro, café literarios y peñas culturales, con debates de diversas temáticas de fuerte impacto social, con la participación de músicos y escritores del barrio como de colectivos sociales amigos.

En el transcurso del 2012, comenzamos con un nuevo proyecto de editorial artesanal, en donde estuvimos editando obras de teatro de autores nacionales contemporáneos y comenzamos en el 2014 con la edición de un libro literario de escritores del barrio.

Bibliobarrio tiene como base tres pilares fundamentales que sustentan su tarea día a día:

* La lucha por la desmanicomialización (experiencias sustitutivas al manicomio)
* La lucha por proyectos autogestionados, cooperativos y de economía solidaria.
* La lucha por espacios culturales barriales y locales.

A las 19.30 horas presentación del Fanzine Territorio Vivo, a las 20 horas Cierre musical con Mariano González Astromulo
Podrán pasar a conocer el nuevo local y los materiales, libros, máquinas y mobiliario que compramos con el Presupuesto participativo.

Local Enlace: Agraciada 2332
web.facebook.com/locosporlabibliobarrio
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II. SANTIAGO BLANCO Y COSA E MANDINGA JAZZ

Jueves 03 de Diciembre – 20 horas – Sala Jorge Lazaroff

Presentación de la banda Cosa e Mandinga dentro del ciclo de conciertos propuestos por el Programa Fortalecimiento de las artes de la IMM. Celebración del “Día del Candombe”.

Candombe, funky, timba, chacha, jazz y más…
Entrada libre y gratuita con aforo limitado y protocolo sanitario.
Reservas al teléfono: 1950 9075 y al correo: sala.lazaroff@imm.gub.uy
www.facebook.com/events/301468704209240
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III. TRAMA BERTA PEREIRA Y POLLO PÍRIZ EN CONCIERTO

Jueves 03 y viernes 04 de diciembre

La propuesta de Berta Pereira y Pollo Píriz combina música, historias y performances. El particular estilo en que ambos se expresan tiene raíces ancestrales con referencias al folclore y se desarrolla en un ámbito experimental. Proponiendo un viaje a través de mundos y emociones, con sutileza y alegría, estos dos artistas ponen la atención en la vivencia del público, que alimenta su propia inspiración.

Berta Pereira nace en Montevideo en 1958. Cantante, música, compositora, actriz, docente y tallerista de trabajo corporal y vocal,

Su formación artística comprende estudios de guitarra, arpa, danza, percusión, clarinete, armonía y teatro. En la década del 80, vive en Francia y Panamá, donde se desarrolla como música de sesión en diversos grupos y como actriz en el núcleo del grupo teatral Oveja Negra, dirigido por Ileana Solís Palma, orientándose especialmente hacia el teatro callejero. Forma luego su propia banda Acertijo junto a Ventura Dríguez, Franz Gutiérrez y Marie Sanjur.

Al regresar a Uruguay integra el Teatro La Comuna, junto a Enrique Permuy, Iván Solarich y Elke Orlob, llevando a cabo giras por Argentina, Chile y Suecia (1990/93). Desde 1995 crea y dirige el grupo Las Comadres. Junto a éstas edita el CD Comadres, y participan individual y colectivamente en un centenar de presentaciones en Uruguay,

Argentina, Brasil, Colombia y Venezuela (intercambio con Odin Teatret, Cultura en Obra/MEC, Desfile de Llamadas, Día del Patrimonio, Ciclos de Playas, Día Internacional de la Mujer, Bolsón Jazz Festival, Festival Los Tambores del Mundo entre otros).

Daniel «Pollo» Píriz nace en Minas el 8 de agosto de 1960. Compositor, músico, docente y tallerista. Comienza sus estudios de guitarra con Reneé Larrosa y Ulises Peña. Luego estudia composición en el Conservatorio Universitario de Música de Montevideo y Armonía con Alberto Magnone.

Como compositor tiene editados Los granaderos bailan a la luz de la luna (Orfeo); Pedrito Malasartes (Ayuí); Gaia (Perro Andaluz); Comerse una Manzana (Perro Andaluz); Bicho de luz (Perro Andaluz)

Ha realizado la ambientación sonora para teatro: Miss Mártir (Premio Florencio a Mejor Espectáculo); Don Juan o la orgía de piedra, Teatro Circular, 1990; All that tango, Teatro de Anglo 1998; ¿Dónde estaba Ud. el 27 de junio de 1973?, Alianza Francesa; Luces de Bohemia, Teatro del Picadero, 1993; La Celestina, Teatro Anglo, 1994; Cuartos de luna, Polizón teatro; UBÚ rey, Polizón teatro; y los videos Vida rápida, del grupo Hacedor y Matrimonio asaltado, de Luis Varela, entre otros.

web.facebook.com/events/390628288777722/
Henry Flores – El Eternauta
VEO VEO / COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 1988 – 27.11.2020
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2020 – 26 años
Selección y producción: Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Alix Arnold (Colonia), Ute Löhning, Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Silvio Amodei, Jorge Marrero, Jorge Zabalza.

Carlos Iaquinandi Castro /Redacción de SERPAL
José Antonio Rocca /La economía de a pie (Uruguay)
Luis E. Sabini Fernández /Revista Futuros
Sudestada, periodismo y transparencia (Uruguay)

COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) /
Blog: nuevo.comcosur.org/
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