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INSENSATEZ Y PREJUICIO

1) Boaventura de Sousa: «Sin el colonialismo no se podría entender la crisis de los refugiados» –
2) La Unión Europea y Turquía firman un acuerdo xenófobo –
3) La insensatez se apodera de Brasil y de sus instituciones –
4) Obama visita a la Argentina en sintonía con el gobierno Macri –
5) Los emails de Hillary Clinton revelan el plan secreto de EE.UU en Libia

COMCOSUR — POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 16 / Nº 766 / Lunes 21 de Marzo de 2016 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.” — Emir Sader
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1) Boaventura de Sousa: «Sin el colonialismo no se podría entender la crisis de los refugiados»
Paloma González (Diagonal)

La encrucijada de Podemos, la posibilidad de un cambio de rumbo en las políticas europeas o la crisis de los refugiados, son algunos de los temas que preocupan a Boaventura de Sousa, que estuvo en Madrid para hablar de Procesos Constituyentes en un encuentro internacional.

Puede ser cosa de ese Sur metafórico del que habla en su obra, pero Boaventura de Sousa (Coímbra, 1940) se presenta siempre con una sonrisa en sus entrevistas. El sociólogo portugués, comprometido con los movimientos populares y de emancipación social, ha estado en Madrid para participar en el encuentro internacional Procesos Contituyentes, organizado por la Fundación de los Comunes y el Museo Reina Sofía. Para de Sousa es momento de escuchar el mandato constituyente del pueblo, de recuperar su soberanía, radicalizar la democracia y defender derechos y no olvidar que las constituciones que se quieren realmente transformadoras no lo son por sí mismas sino que requieren del apoyo de la gente. Como recuerda en un momento del diálogo, urge constituir nuevos órdenes pero también deconstruir otros autoritarios.

—¿En qué consistiría un constitucionalismo transformador en el caso de España en un momento como el actual en el que parecen abrirse brechas en el régimen del 78? ¿Pasa por la moderación que vivimos, incluso por parte de los partidos del cambio, que hablan de tan solo reformar la Constitución y de segundas transiciones?
—El concepto constitucionalismo transformador fue desarrollado con la Constitución de Sudáfrica en 1993, que acababa con un tipo de colonialismo muy duro como era el apartheid y transformaba la sociedad al terminar con la discriminación racial. Hoy sabemos que las constituciones que se quieren transformadoras no lo son por sí mismas. Son solo una hoja de papel que, muchas veces, se convierte rápidamente en papel mojado. Tenemos que tener claro cuál es el mandato constituyente, para qué se va a hacer ese proceso y quién lo hace, quién tiene la iniciativa y quién lo controla. Desde 2011 y la irrupción de la Primavera árabe, los movimientos Indignados, Occupy, etc. estos constitucionalismos se piensan como algo transformador y no de repetición de lo que está o de arreglos mínimos. En España en concreto, se ha mirado de cerca los procesos de Bolivia y Ecuador, aunque en otros países de Europa del Este se ha mirado a la derecha.

—¿Cree que España puede formar parte de ese entramado que simboliza el Sur en su trabajo, de ese impulsor de proyectos constituyenyes y transformadores y seguir en la Unión Europea, sometido a la Troika y a los intereses de los países del Norte que la forman?
—Es cierto que la gran problemática de los procesos constituyentes en Europa es que desde la crisis de 2008 y sobre todo desde la crisis griega, hemos visto que ya tiene lugar un proceso constitucional autoritario antidemocrático desde arriba. La pregunta entonces es si estamos en un periodo constituyente o deconstituyente, ya que algunas normas europeas vienen a atacar principios de nuestras constituciones nacionales. No obstante, es cierto que aunque las nuevas constituciones nacionales tengan que ser más activas para defenderse mejor de estos ataques, puede iniciarse un proceso constituyente a nivel europeo con movimientos como el de Varoufakis, que yo mismo he apoyado, hablan de la necesidad de otra Europa democrática. Se ha creado la idea de que para ser europeísta tienes que ser de derechas, pero eso no es cierto. Es incluso compatible, en el caso del Estado español, con la cuestión nacional. La Transición pactada no permitió que las identidades existentes en el país se transformaran en sujetos políticos dentro del Estado. La herida no curada ha vuelto ahora ha vuelto con toda su fuerza y por eso ahora en España hay un doble proceso constituyente que abarca la cuestión nacional y la europea.

—¿Es precisamente la cuestión nacional la que, a diferencia de lo que ocurrió en Portugal con el Partido socialista y el Bloco, ha hecho que el PSOE no se entendiera con Podemos?
—Son varias razones, pero si de algo estoy seguro es que la falta de entendimiento es culpa del PSOE. Portugal y Grecia son países pequeños, un 2% del PIB cada uno de ellos, pero España es un país grande en el que ha habido una gran presión interna y externa de las clases dominantes y las instituciones europeas para que no sea posible un gobierno de izquierdas que impulsase precisamente ese proceso constituyente. Pero estoy convencido de que el Partido socialista y Podemos están condenados a articularse de alguna manera en el futuro para garantizar una gobernabilidad progresista. Ni PSOE ni Podemos podrán hacerlo solos durante un tiempo.

—¿Cree que el vaciamiento de los movimientos en pro de una preocupación por ocupar las instituciones que está sucediendo pueda impedir que esa gobernabilidad progresista y los procesos constituyentes funcionen?
—Esa es la clave. Quién tiene el poder constituyente, cuál es el sujeto político que lo ejerce. No me parece que los partidos políticos sean el poder de nuestro tiempo. Va a ser un sujeto político que quizá en algunos casos puede combinar partido y movimiento como Podemos en su origen, pero también muchos otros movimientos.

—He leído que dice que producimos ideas revolucionarias en instituciones reaccionarias. ¿Conlleva esto la imposibilidad de llevar a cabo un cambio desde las instituciones, mientras estas sean elegidas democráticamente pero socialmente fascistas como asegura usted?
—No del todo. Existen grupos municipales progresistas por ejemplo en el Estado español que están haciendo una revolución anticapitalista, anticolonialista y antipatriarcal dentro de sus municipios. Tenemos movimientos urbanos y rurales en el Estado español que están transformando la vida de la gente. En pequeños grupos, sí, pero son lo que llamamos zonas liberadas de capitalismo al menos en lo que a voluntad política se refiere. Son esos los que tienen un alma transformadora que puede llevar adelante un proceso constituyente.

—Dice que la democracia representativa no es suficiente para el cambio, que vivimos un momento “post-institucional” y que los movimientos sociales fuertes son esenciales para el control democrático de la sociedad. ¿Cómo se pueden conjugar democracia participativa y democracia representativa? ¿Cree que partidos como Podemos tendrían que volver a sus orígenes de movimiento, más participativos y democráticos?
—El problema de Podemos es saber si el olvido de las bases de Podemos es un olvido definitivo o coyuntural. Es un partido reciente, sin gran consolidación en sus bases, y por ello no tiene condiciones de dar la lucha institucional y hacer trabajo de base a la vez. Me gustaría pensar que es coyuntural y debido a las elecciones, porque la gran virtud, el gran cambio de Podemos es que no es un partido como los otros, es un partido-movimiento que ha logrado introducir, dentro de la democracia representativa de partidos, un fuerte componente de democracia participativa. Si se pierde esto, se perdería también el alma de Podemos.

—Cuando estuvo en España hace un año hablaba esperanzado de Grecia. ¿Qué podemos aprender de su aceptación final del memorándum?
—A pesar del fracaso en las políticas, los griegos volvieron a votar a Syriza porque es un cambio. Es una clase política distinta. Van a llevar a cabo la misma política de la austeridad pero no son corruptos. Para mí Syriza ha sido un cordero sacrificial, pero ahora es importante que se mantenga en Grecia, porque en España más tarde o más temprano vamos a tener una solución de izquierda, como ya tenemos en Portugal. Muchas veces dicen que la izquierda no aprende. En Portugal por ejemplo, tras cuatro años de un partido de derechas reaccionario que hizo todo tipo de recortes en políticas sociales y que era más Troika que la Troika, el Partido comunista y el Bloco de Esquerda decidieron apoyar, por primera vez desde hace 40 años, a los socialdemocrátas. Esta confluencia es la que está incomodando en Europa, que ahora está frenando la coalición de la izquierda en el Estado español.

—Y hablando de derecha reaccionaria, ¿cree que lo que está sucediendo en América Latina es un fin de ciclo?
—Mi corazón ahora mismo está muy apesadumbrado por la manifestación del domingo en Brasil y la petición de prisión preventiva para el expresidente Lula sin que haya ninguna culpa formada. Es una movilización política. La derecha cuando quiere el poder es cada vez más ofensiva y agresiva. El vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, decía que como la izquierda avanzó en América Latina, la derecha tendría que desplazarse un poco a la izquierda si quisiera reconquistar el poder. Pero se equivocaba: la derecha viene más revanchista que antes. El mejor ejemplo es Argentina. Y ahora Brasil y Venezuela. El neoliberalismo global tiene amigos fuertes en Washington. 50 años después de los golpes militares dirigidos por Estados Unidos, tenemos hoy una forma que no es de intervención para golpe, pero sí de contribución para acabar con las democracias más progresistas y esta pasa por afirmar que aquellas son una amenaza.

—Usted resalta la necesidad histórica de rescatar nuestros saberes y pensarnos desde el Sur ¿Qué lecciones extraería del papel de los populismos de Latinoamérica?
—El populismo interpretó un cortocircuito histórico que es el de la inclusión en América Latina en un contexto altamente excluyente de oligarquías diferente al de Europa. Aquí ya había habido una inclusión social mayor, con crecimiento de la clase media que ahora se derrumba. Aquí ya hay una institucionalidad imperante, mientras que allí había que construirla dentro del marco liberal existente, con todas las limitaciones que ello conlleva. Lo que si debemos aprender es que si no logramos transformar la economía política, regular los mercados financieros en un marco europeo, no vamos a volver a la normalidad anterior, porque el modelo económico actual es extractivista. En América Latina extrae recursos naturales y aquí recursos humanos como salarios, pensiones, aspiraciones de vida, etc. a través de una mercantilización furiosa.

—¿Cree que, en el caso del paradigma europeo, la cuestión de los refugiados entraña la irrupción del colonizado, del Sur, en el campo político y social del colonizador?
—Los refugiados son un espejo de lo que es y ha sido Europa. Condujo todo un proyecto colonial y ahora estamos asistiendo al regreso de lo colonial. Sin la responsabilidad histórica del colonialismo no se podría entender la crisis de los refugiados. Europa, que no se descolonizó a sí misma se está comportando como una potencia colonial, que quiere que sus fronteras sean bien definidas y defendidas. Todo lo que es valioso y nuestro está en la sociedad metropolitana. Lo demás, el ‘ellos’, los colonizados, las mujeres, los refugiados incluidos, son los que valen menos, los subhumanos. Europa ahora utiliza un país europeo como Turquía para servir de depósito de ese ‘ellos’ que Europa colonial no quiere reconocer como suyos.

LUNES 21 DE MARZO DE 2016 – COMCOSUR
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2) La Unión Europea y Turquía firman un acuerdo xenófobo
Josefina L. Martínez (Izquierda Diario)

La Unión Europea acordó este viernes con Turquía un pacto para devolver a todos los refugiados que crucen ilegalmente las fronteras. Aunque intenten “maquillarlo”, es un acuerdo siniestro.

El viernes 18 de marzo la UE firmó con el gobierno de Turquía un pacto migratorio para devolver a todos los refugiados que crucen ilegalmente y blindar las fronteras europeas. Un pacto xenófobo y racista para cerrar las puertas de Europa a cientos de miles de refugiados. Estos son los puntos centrales:

—Devolver a “todos” los refugiados que crucen ilegalmente

Debido las fuertes críticas que había generado la primera propuesta, la UE introdujo cambios cosméticos para justificar que el pacto no implica “devoluciones masivas”. Este punto viola la legislación internacional sobre derecho al asilo que establece que cada caso debe ser considerado individualmente. Tan brutal había quedado expresado que hasta el derechista gobierno del PP de Mariano Rajoy salió a decir que era “inaceptable”. «Hemos insistido en que debe haber evaluaciones individuales de cada persona que llegue a las islas griegas», aseguraba Ángela Merkel este viernes.

Sin embargo, la promesa de considerar los derechos individuales de los refugiados es negada por lo que constituye el núcleo central del acuerdo: que “todos” los refugiados que crucen ilegalmente desde Turquía hacia Grecia serán devueltos a ese país. En este marco, la evaluación de las peticiones individuales que comenzará en Grecia desde la semana próxima (en ese país hay actualmente 50.000 refugiados sin poder seguir viaje) no será más que un trámite, pura formalidad para terminar despachando a los refugiados masivamente hacia Turquía.

—Aceptar solo 72.000 refugiados sirios en los próximos dos años (entraron un millón en 2015)

El acuerdo se completa con el intercambio “1 por 1” de refugiados. Se supone que por cada persona “devuelta” a Turquía, la UE recibirá a un refugiado sirio (no de otras nacionalidades), distribuido “voluntariamente” entre los estados. Pero aquí hay varias trampas.

La primera: según declaraciones de Merkel, la UE aceptará un máximo de 72.000 refugiados en dos años. Un número insignificante, teniendo en cuenta que en 2015 el número de los que llegaron ilegalmente a Europa multiplicó por 10 esa cifra, casi un millón. Ahora esta ruta quedará bloqueada.

La segunda: el plan “voluntario” de distribución de refugiados ha sido hasta ahora un verdadero fiasco. De un total de 160.000 personas que se había comprometido a recibir, la UE solo dio acogida a 1.000, un 0,6% del total. En el caso español, esto significó solamente 18 personas.

Tercero: la prioridad en el “intercambio” la van a tener los refugiados que no hayan intentado cruzar ilegalmente las fronteras, por lo cual los que sean “devueltos” a Turquía se quedarán en Turquía.

Finalmente, el acuerdo deja fuera a todas las personas que pidan refugio cuyo origen sean países como Afganistán, Pakistán, Irak, u otros, que serán condenados a quedarse en Turquía en pésimas condiciones o volver a sus países.

—Reforzar el control militar en las fronteras y acelerar las deportaciones

El acuerdo busca cortar la llegada de refugiados a Europa de forma terminante. Y por eso incluye un compromiso de Turquía de controlar más férreamente sus fronteras, para impedir que los refugiados lleguen a Grecia.

Se reforzarán los mecanismos de control en el Mediterráneo y el Egeo, para evitar que el cierre de la vía turca reconduzca el flujo de refugiados hacia la ruta italiana. En las últimas semanas la OTAN ya comenzó a realizar operaciones de control en el mar con el argumento de luchar contra las mafias de traficantes de personas.

Desde que entre en vigor el acuerdo este domingo, todos los países de la UE van a sancionar más duramente a los inmigrantes ilegales, aumentando las detenciones y acelerando las deportaciones, como ya establece la legislación de Asilo II aprobada en Alemania y las medidas xenófobas de Dinamarca, Reino Unido, Austria, Hungría y los países balcánicos.

—Grandes concesiones al régimen represor de Turquía

Turquía es un actor clave para poner freno a la ola de refugiados y ha negociado sabiendo aprovechar esta situación. El acuerdo concede a Turquía ventajas en los viajes sin visado hacia la UE y la promesa de reabrir las negociaciones sobre su adhesión a la Unión (algo improbable pero que con solo anunciarse permite a Ankara mejorar su posición como actor regional).

Considerar a Turquía como “tercer estado seguro” para justificar legalmente la devolución de refugiados, implica pasar por alto todas las denuncias hacia el régimen de Erdogan por su ofensiva represiva y militarista contra el pueblo kurdo y la oposición política, donde el ejército ha asesinado a cientos de activistas.
Esto se corona con 6.000 millones de euros que se entregan a Turquía, un “intercambio mercantil” a costa de la vida de los refugiados. Bruselas “aprieta” para ajustar las cuentas de Grecia, España y Portugal, recortando presupuesto de salud, educación y pensiones, pero destina ese dinero a “recompensar” a Turquía por los servicios prestados en la persecución de los inmigrantes.

—Fortalecer las tendencias xenófobas y racistas en la UE

El acuerdo de la UE con Turquía es un pacto xenófobo y racista que muestra el cinismo de los gobiernos europeos cuando hablan de defender “valores humanitarios”. Un pacto siniestro que entrega al asesino Erdogan la custodia de las fronteras europeas, toda una metáfora de la Europa del capital.

Angela Merkel es la que más ha operado por este acuerdo con Turquía, presionada por el avance de la extrema derecha en las últimas elecciones en Alemania y las críticas dentro de su propio partido. Con este acuerdo los gobiernos europeos pretender terminar con la crisis migratoria y aliviar la presión de los movimientos de extrema derecha en Europa, tomando en gran parte de su programa.

LUNES 21 DE MARZO DE 2016 – COMCOSUR
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3) La insensatez se apodera de Brasil y de sus instituciones
Mario Osava (IPS)

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva asumió este jueves 17 en Brasil la Jefatura de la Casa Civil da la Presidencia, una cargo equivalente al del primer ministro, con la misión de salvar el gobierno casi colapsado, confrontado a una clase media enfurecida por la corrupción.

Su nombramiento, considerado la “última jugada” de su sucesora, la presidenta Dilma Rousseff, desató una nueva oleada de protestas en todo el país, por tratarse de una forma de evitar que Lula siga dentro de las investigaciones sobre corrupción coordinadas por el juez Sergio Moro, de la sureña ciudad de Curitiba.

Ministros y parlamentarios tienen derecho al “foro privilegiado”, por el que solo pueden ser juzgados por el Supremo Tribunal Federal (STF), donde el proceso puede demorar más y una condena a prisión de Lula sería menos probable que en el tribunal de Moro. Pero es una maniobra de extremo riesgo tanto para Lula (2003-2011) como para la cada día más debilitada presidenta.

Este mismo jueves, la Cámara de Diputados aprobó una comisión especial que debe determinar si existen méritos para abrir un juicio de destitución a Rousseff, conocido como “impeachment”, horas después que el SFT le diera luz verde para ello. Además de manifestaciones en las calles y “cacerolazos” sonando en los barrios ricos y de capas medias, Lula enfrenta la reacción judicial.

Su posesión como ministro fue suspendida de inmediato por otro juez, Itagiba Catta Preta, por representar “riesgo de daño” para la justicia y las investigaciones del Ministerio Público Federal (fiscalía general) y la policía.

También hubo enfrentamientos callejeros entre defensores y detractores de Lula y Rousseff y sus 13 años de gestión, identificados con la desviación de miles de millones de dólares de los negocios del grupo petrolero estatal Petrobras, en que están involucrados cerca de 200 empresarios y políticos de varios partidos.

La llamada operación Lava Jato (autolavado de automóviles) iniciada por la fiscalía y la Policía Federal en 2014 desnudó el cartel de constructoras y otras empresas que se adueñaron de los abultados contratos de Petrobras, mediante sobornos a partidos y a sus dirigentes. Grandes empresarios han sido detenidos por el caso.

Lula es investigado por supuestos favores que le habrían brindado algunas de las mayores constructoras, invitándolo para charlas excesivamente remuneradas y pagando obras en un departamento playero cuya adquisición él no concluyó y en una finca que frecuentaba con regularidad, propiedad de un amigo.

Las investigaciones judiciales se politizaron al entrelazarse con la campaña por la destitución de Rousseff. Las redadas policiales y las “delaciones premiadas”, en que reos testimonian delitos de otros presuntos involucradros a cambio de rebajas en sus penas, se amplificaron con la difusión de los medios.

Son los “trascendidos selectivos” destinados a debilitar el gobierno, acusan sus integrantes y especialmente los miembros del gobernante Partido de los Trabajadores (PT). La condena por la opinión pública se concentró desde las primeras denuncias en el gobierno y en el izquierdista PT, aunque sea un partido de derecha el que tiene más involucrados.

Lula decidió radicalizar la movilización de sus simpatizantes contra la Lava Jato, cuando, a su juicio, se hizo evidente que Moro lo persigue intencionalmente. El 4 de marzo, el juez autorizó la detención por unas horas a Lula para un interrogatorio forzoso, cuando él había acudido voluntariamente a otros requerimientos. Es una de las medidas “extremas” y de excepción criticadas por Marco Aurelio de Mello, magistrado del STF que se destaca como una voz contramarea en la histeria contra la corrupción que se diseminó por Brasil desde el año pasado.

Contra las reglas y el “debido proceso legal” nada se construye, “se vuelve a la Edad Media”, dijo. “La peor dictadura es la dictadura del (Poder) Judicial”, advirtió Mello, que también discrepó de decisiones de la mayoría de sus colegas en el STF, como la que permite la prisión de condenados en segunda instancia, contrariando la Constitución que supedita la pena a que se agoten todos los recursos.

En el clima de confrontación actual, es evidente una correlación de fuerzas totalmente contraria a Rousseff, Lula y el PT. Cerca de 3,3 millones de personas protestaron contra el gobierno y la corrupción, reclamando la inhabilitación de la presidenta, el 13 de marzo en más de 250 ciudades, según datos de la Policía Militar de los 27 estados brasileños.

Las estimaciones varían, los promotores de las manifestaciones callejeras hablan de hasta cinco millones de personas. Fueron mucho menos por los datos del Instituto Datafolha, vinculado al diario Folha de São Paulo, que en São Paulo, por ejemplo, calculó en 500.000 los manifestantes, un tercio de lo estimado por ese cuerpo policial.

Datafolha observó, además, que las protestas movilizan básicamente las élites. En la sureña e industrial ciudad de São Paulo, 77 por ciento de los participantes tienen graduación universitaria, casi el triple del promedio en la población, y 63 por ciento ganan más de cinco salarios mínimos, más del doble del promedio local.

Es decir, no participan los pobres de la periferia de las grandes ciudades y de regiones como el Nordeste de Brasil, donde el PT obtuvo mayorías abrumadoras en las últimas elecciones. De todas maneras, con la corrupción y la impunidad como temas dominantes, las capas medias monopolizan la iniciativa y la fuerza movilizadora. La corrupción, de que el PT nunca hizo una seria autocrítica, inhibe la movilización de sectores beneficiados por las políticas de inclusión social y contra las desigualdades, promovidas la presidenta y su predecesor.

Además, Brasil vive un clima que recuerda el macarthismo de los años 50 en Estados Unidos. Todo vale contra los sospechosos de corrupción y contra la impunidad, especialmente de los políticos, no importa si son medidas arbitrarias e ilegales, que posiblemente servirán para anular los procesos judiciales en el futuro.

Tampoco el ex presidente sociodemócrata Fernando Henrique Cardoso (1995-2003) escapó a esta fiebre. Un pago mensual que enviaba a una ex amante que vivía en España, y con quien tuvo un hijo, está bajo investigación policial, porque se sospecha que la pagaba una empresa.

El senador Aecio Neves, presidente del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) y rival de Rousseff en la campaña de 2014, también está amenazado de ser enjuiciado por delaciones de acusados de Lava Jato. Igual sucede con los actuales presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados.

Otros problemas cruciales de la economía, la política y la sociedad brasileñas quedaron olvidados. El país vive prácticamente una depresión económica, con una caída de 3,8 por ciento en 2015 del producto interno bruto, que debe repetirse o agravarse este año, ante las incertidumbres políticas. El caos político impide una recuperación.

Moro es el actual gran héroe nacional, al igual que el “japonés de la Federal”, un policía de origen nipón que aparece en casi todas las detenciones de la operación Lava Jato.

La marcha de la insensatez, que tiende a conducir el país a un colapso institucional, tiene pocas voces cuerdas, y sin audiencia, en los grupos involucrados en esta batalla que parece final. Sus propuestas de cautela y caminos dialogados son impotentes ante la disposición guerrera de los actores decisivos.

Además de Mello en la STF, el expresidente Cardoso dentro de su partido, el PSDB, ansioso por heredar el poder tras la caída de Rousseff, y Tarso Genro, un importante dirigente del PT, quien fue ministro de Educación y de Justicia en el gobierno de Lula, tratan de aportar alguna racionalidad en la crisis.

Genro propone una “concertación” a través del diálogo entre gobierno y oposición, para defender la democracia y hacer las reformas indispensables para superar la crisis económica y política.

Cardoso sugirió, en un artículo publicado en el diario Estado de São Paulo el 6 de marzo, la adopción de un “régimen semiparlamentario” de gobierno con reformas para superar el “agotamiento del orden político brasileño” que, subraya, no se debe “solo a Dilma o al PT”.

Editado por Estrella Gutiérrez

LUNES 21 DE MARZO DE 2016 – COMCOSUR
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4) Obama visita a la Argentina en sintonía con el gobierno Macri
Julio C. Gambina (Alai)

El presidente de EEUU estará en Argentina para el 24 de marzo, en momentos en que se recupera para la memoria popular el oprobio del golpe genocida hace 40 años.

Muchos se preguntan el porqué de la visita y son variados los argumentos, aunque concentrados en el sustento de los intereses estratégicos de la potencia imperialista.

Sostienen algunos que se trata de compensar el encuentro con el gobierno de izquierda y revolucionario en Cuba, muy criticado por sectores de la ultra derecha de EEUU, y por eso, la visita a Macri, a quien imaginan la punta de lanza para contrarrestar el cambio político regional en curso en este comienzo del Siglo XXI.

También existen argumentos de lavada de cara de EEUU en su responsabilidad en el golpe y el acompañamiento a la Dictadura (1976-1983), los que se apoyan en las actitudes del gobierno Carter (1977-1981), omitiendo el papel de los gobiernos previos de Richard Nixon y Gerald Ford, especialmente el papel del Secretario de Estado, Henry Kissinger, Nobel de la Paz en 1973.

Este personaje fue clave en la promoción del golpe chileno de septiembre del 73, inaugurando el ensayo neoliberal extendido por las dictaduras del terrorismo de Estado en el Cono Sur y para la ejecución del Plan Cóndor. Fue una experiencia necesaria para instalar luego, con Thatcher y Reagan, ya en los ochenta del siglo pasado, esas políticas liberalizadoras en el capitalismo desarrollado y promoverlo en el ámbito mundial.

La pretensión apunta a diferenciar demócratas respecto de republicanos como si pudiera abstraerse el carácter de la Jefatura política de la principal potencia capitalista y su capacidad de intervención militar en todo el planeta. Vale recordar que la invasión a Cuba en Playa Girón en 1961 ocurrió bajo la presidencia demócrata de John Kennedy, responsable también por el envío de tropas militares a Vietnam y la autorización del uso de armas químicas.

Resulta necesario destacar, más allá de la alternancia entre demócratas o republicanos, los intereses permanentes de EEUU para afirmar la dominación estadounidense en el desarrollo del sistema capitalista mundial.

¿Cuáles son esos intereses en la Argentina actual?

Se trata de intereses comerciales, económicos y financieros muy concretos, sea las relaciones de intercambio (exportaciones e importaciones) crecientemente deficitarias para la Argentina desde el 2005; como el papel de las inversiones estadounidenses, una constante en expansión desde hace un siglo, y muy especialmente la proyección de la explotación de hidrocarburos no convencionales vía fracking con la punta de lanza del acuerdo secreto entre YPF y Chevron; pero también la negociación con los holdouts a instancias de la sentencia de la Justicia de Nueva York.

El déficit comercial de la Argentina para el 2015 alcanzó los 4.272,7 millones de dólares, con exportaciones desde nuestro país por 3.382,3 millones de dólares e importaciones provenientes desde EEUU por 7.655 millones de dólares. La tendencia de la década pasada fue la expansión del saldo favorable para EEUU, sobre la base de la disminución de las exportaciones argentinas y el crecimiento de las importaciones provenientes del país del norte. Este déficit exacerba la necesidad de divisas de la Argentina para cancelar saldos negativos del balance comercial.

Desde las inversiones externas hoy destaca el carácter estratégico de Monsanto y la inserción subordinada del complejo sojero local derivado del paquete tecnológico de la producción de transgénicos; y claro, sobresale el conflicto asociado al acuerdo secreto de YPF con Chevron. Este trato secreto responde a una política estratégica de EEUU, ya que bajo la administración Obama y en 2015, EEUU se convirtió nuevamente en el primer productor mundial de petróleo, superando a Arabia Saudita. La base de esa situación se explica en el fracking y la explotación de hidrocarburos no convencionales, por lo que resulta de interés de la política exterior estadounidense la evolución de las inversiones petroleras y su expansión desde Argentina al resto de Latinoamérica.

El conflicto con Fondos buitre y su tratamiento parlamentario en estos días está asociado a los ritmos impuestos por la Justicia de Nueva York al intento de acordar con holdouts y habilitar la reinserción de la Argentina en nuevas rondas de endeudamiento externo. El peso de Wall Street y la banca transnacional en la afirmación de la dependencia local al sistema mundial es clave para entender la lógica de amistad económica y política que busca el gobierno Macri con la gestión Obama.

Visitas y símbolos

En 100 días de gobierno Macri son constantes las señales de acercamiento al poder mundial del capitalismo contemporáneo. Resalta la presencia del Jefe del gobierno argentino en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, cónclave del poder mundial del orden capitalista, como la presencia de visitantes de organismos internacionales y especialmente de Jefes de Estado de los principales países del capitalismo desarrollado. Ya pasaron por Buenos Aires el jefe del gobierno italiano, el francés y ahora el de EEUU.

Obama en la Argentina para el 40° aniversario del golpe de 1976 pretende disputar el sentido de una fecha emblemática en materia de derechos humanos, donde el papel de esa potencia está asociado a poderosos intereses económicos y a una estrategia de subordinación de la región a la política exterior definida en Washington.

La evidencia más concreta es la búsqueda del gobierno Macri en lograr acuerdos de libre comercio con EEUU y un papel más activo para llevar al país y la región al Tratado Transpacífico (TPP) en el que participan Chile, Perú, México, Canadá y EEUU por el continente, más Australia, Nueva Zelanda, Brunei, Japón, Malasia y Vietnam. El TPP es una estrategia de EEUU para aislar a China en su proyecto global y complementario del acuerdo comercial entre Europa y EEUU.

La operación “visita de Obama” supone una versión más prolija de las “relaciones carnales”, en una versión moderna de sometimiento que supone la continua prórroga de jurisdicción para contratos con inversores (nueva ley para el endeudamiento) y un programa acelerado de liberalización de la economía local vía suscripción de tratados de libre comercio, especialmente con EEUU y con los que éste país impulsa, caso del TPP.

En el marco de lo simbólico no es menor constatar que Obama asume en enero del 2009, momentos de auge del cambio político en la región (2005-2010) y despliegue recesivo de la crisis mundial originada en EEUU en 2007/08. Entre 2005 y 2010 se procesa el triunfo del No al ALCA y variadas novedades en los procesos de integración que involucran instancias de debate regional sin incluir a Norteamérica (base de lo que luego sería CELAC), e incluso formulaciones por una nueva arquitectura financiera (aun constituye una asignatura pendiente). A posteriori se desplegó una fuerte iniciativa política para contrarrestar el proceso de cambio en una lógica de pretendida reversión y reinstalación de la hegemonía imperante en los 90, por la liberalización económica y la subordinación regional a la estrategia exterior de EEUU.

Las situaciones del cambio de gobierno en Argentina, la modificación de la hegemonía parlamentaria en Venezuela y el resultado en el plebiscito boliviano, ocurridos entre diciembre y febrero pasado, anima a las clases dominantes en la región para reinstalar la ofensiva liberalizadora y pro capitalista. Nada mejor que la bendición de Obama, que en enero del 2015 consideró a Venezuela como una amenaza para la seguridad nacional de EEUU y privilegia en su paso por Argentina la lucha contra el narcotráfico y el papel de sus agencias especializadas, caso de la DEA.

Puede afirmarse que la continuidad de la crisis mundial y de la propia situación de EEUU requiere del reordenamiento político y la subordinación de los gobiernos en la región. Los desafíos a la dominación mundial demandan para la política exterior desde Washington cerrar filas en las adhesiones en nuestros países, por eso los elogios al nuevo gobierno y de éste para con los dirigentes de los principales países capitalistas, especialmente Obama.

Julio C. Gambina es Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP

LUNES 21 DE MARZO DE 2016 – COMCOSUR
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5) Dinero, poder y petróleo
Los emails de Hillary Clinton revelan el plan secreto de EE.UU en Libia
Ellen Brown (Global Research)
Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo.

Hace tiempo que los críticos cuestionan que la intervención violenta en Libia fuera necesaria. Los correos electrónicos de Hillary Clinton que recientemente han visto la luz confirman que toda la operación no tuvo tanto que ver con proteger al pueblo libio de un dictador como con el dinero, la banca y abortar el proceso hacia la soberanía económica africana.

Los medios de comunicación calificaron la breve visita de Hillary Clinton a Libia en octubre de 2011 como una “vuelta al ruedo”. “¡Llegamos, vimos, murió!” alardeó Hillary en una entrevista concedida a la CBS cuando se supo de la captura y brutal asesinato del líder libio Muamar el Gadafi.

Pero la vuelta al ruedo fue prematura, según opinan Scott Shane y Jo Becker en el New York Times. El Departamento de Estado de EE.UU. relegó a Libia a un segundo plano “mientras el país se desintegraba en un caos que desembocaría en una guerra civil cuyas consecuencias fueron la desestabilización de la región, lo que alimentó la crisis de refugiados en Europa y permitió que el Estado Islámico estableciera una base segura en el país, que Estados Unidos ahora intenta desesperadamente contener”.

EE.UU. y la OTAN justificaron su intervención por razones humanitarias cuando se conocieron informes de atrocidades masivas; pero las organizaciones de derechos humanos cuestionaron estas afirmaciones tras averiguar la falta de evidencias. Sin embargo, en la actualidad sí que están teniendo lugar atrocidades verificables. En palabras de Dan Kovalik en el Huffinton Post, “la situación de los derechos humanos en Libia es desastrosa y miles de detenidos [incluyendo niños] se pudren en cárceles sin ser sometidos a un proceso judicial […] Los secuestros y asesinatos planificados están fuera de control”.

Antes de 2011, Libia había conseguido la independencia económica, contaba con su propia agua, su propia alimentación, su propio petróleo, su propio dinero y su propio banco estatal. Con Gadafi, había dejado de ser uno de los países más pobres para convertirse en el más rico de África. La educación y los tratamientos médicos eran gratuitos; la vivienda se consideraba parte de los derechos humanos y los libios participaban en un original sistema de democracia local. El país se jactaba de tener el sistema de irrigación más grande del mundo, el proyecto del Gran Río Artificial, que trasportaba agua desde el desierto a las ciudades y las zonas costeras; Gadafi estaba embarcado en un programa para extender este modelo por toda África.

Pero eso fue antes de que las fuerzas de EE.UU. y la OTAN bombardearan el sistema de irrigación y crearan el caos en el país. Hoy en día, la situación es tan desesperada que el presidente Obama ha pedido a sus asesores que le presenten opciones, incluyendo un nuevo ataque militar, y parece que el departamento de defensa está listo para llevar a cabo “cualquier tipo de operación militar que se precise“.

Es evidente que la “vuelta al ruedo” de la secretaria de Estado fue prematura, si consideramos que, oficialmente, la intervención se hizo por motivos humanitarios. Pero sus correos electrónicos recientemente desvelados muestran otros objetivos ocultos detrás de la guerra de Libia, y parece que estos sí se consiguieron.

¿Misión cumplida?

Un tercio de los 3.000 correos electrónicos del servidor privado de Hillary Clinton que vieron la luz a finales de diciembre de 2015 proceden de su asesor de confianza Sidney Blumenthal, el abogado que defendió a su marido en el caso de Mónica Lewinsky. Uno de ellos, datado el 2 de abril de 2011, dice entre otras cosas:

“El gobierno de Gadafi guarda 143 toneladas de oro y una cantidad similar de plata… Este oro fue acumulado con anterioridad a la rebelión en curso y pensaba utilizarse para establecer una moneda panafricana basada en el dinar libio. El plan tenía como objetivo proporcionar a los países africanos francófonos una alternativa al franco CFA 1 .

En un “comentario de fuente”, el correo electrónico desclasificado añade:

“Según algunos expertos, estas cantidades de oro y plata están valoradas en más de 7.000 millones de dólares. Agentes de inteligencia franceses descubrieron este plan poco después de que se iniciara al actual levantamiento, y ese fue uno de los factores que influyeron la decisión del presidente francés Nicolás Sarkozy de involucrar a Francia en el ataque a Libia. Según estos expertos, los planes de Sarkozy estaban motivados por el deseo de:

1- Conseguir una cuota mayor de la producción petrolera libia.
2- Aumentar la influencia francesa en el norte de África.
3- Mejorar la situación política interna en Francia.
4- Proporcionar al ejército francés la oportunidad de reafirmar su posición en el mundo.
5- Abordar las preocupaciones de sus asesores sobre los planes de Gadafi de suplantar a Francia como potencia dominante en el África francófona.”

Tal y como puede observarse, no existe mención alguna a preocupaciones humanitarias. Los objetivos son dinero, poder y petróleo.

El periodista de investigación Robert Parry proporciona más detalles explosivos de los correos recién publicados. Entre ellos, la admisión de crímenes de guerra cometidos por los rebeldes, la presencia de asesores estadounidenses de operaciones especiales en Libia casi desde el comienzo de las protestas y la existencia de grupos de Al-Qaeda dentro de la oposición respaldada por EE.UU. Se reconoce que la propaganda que justificó la intervención violenta se basó en meros rumores. Parry sugiere que, en un principio, pudieron haber sido creados por el propio Blumenthal. Entre estos asuntos estaría la extraña afirmación de que Gadafi contaba con una “policía violadora” relacionada con el reparto de Viagra entre sus tropas, una acusación planteada posteriormente por la embajadora de EE.UU., Susan Rice, ante la ONU. Parry pregunta retóricamente:

“¿Creen ustedes que para la administración Obama habría sido más fácil conseguir que el público apoyara este “cambio de régimen” explicando que los franceses querían saquear la riqueza libia y mantener la influencia neocolonial francesa en África, o que los estadounidenses responderían mejor si la propaganda difundía que Gadafi estaba distribuyendo Viagra entre sus tropas para que pudieran violar a más mujeres mientras sus francotiradores mataban a más niños inocentes? ¡Bingo!”

El derrumbe del sistema financiero global

Los intereses occidentales no se tomaron a la ligera la iniciativa de Gadafi de establecer una moneda africana independiente. Sarkozy afirmó en 2011 que el líder libio suponía una amenaza para la seguridad financiera en el mundo. ¿Cómo podría ese diminuto país de 6 millones de habitantes constituir tamaña amenaza? Vamos a situarlo dentro de contexto.

En las economías occidentales, son los bancos y no los gobiernos los que crean la mayor parte del dinero, como recientemente reconoció el Bank of England. Esto ha ocurrido así desde hace siglos, mediante el proceso conocido como préstamos sobre la “reserva fraccional”. En su origen, estas reservas eran en oro. Pero en 1933, el presidente de EE.UU. Franklin Roosvelt sustituyó a nivel interno el oro por reservas creadas por el banco central, aunque el oro continuó siendo la reserva de moneda a escala internacional.

El 1944, se crearon el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Bretton Woods, New Hampshire, para unificar a escala global este sistema de dinero creado por los bancos. Una regla del FMI afirmaba que ningún dinero en papel podía tener respaldo en oro. El suministro de dinero creado de forma privada mediante las deudas que generan un interés exige la existencia de una incorporación continua de deudores y a lo largo del siguiente medio siglo la mayor parte de los países en vías de desarrollo acabaron endeudados con el FMI. Los préstamos estaban vinculados a determinados requisitos, entre los que se encontraban la implantación de programas de “ajuste estructural” que implicaban medidas de austeridad y la privatización de activos públicos.

Después de 1944, el dólar estadounidense se equiparó al oro pudiendo usarse ambos indistintamente como reserva de moneda global. En la década de los setenta, cuando ya no fue capaz de mantener el respaldo en oro para el dólar, Estados Unidos hizo un trato con la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) para “respaldar” el dólar con petróleo, dando lugar al “petrodólar”. El petróleo se vendería exclusivamente en dólares estadounidenses, que se depositarían en Wall Street y otros bancos internacionales.

En 2011, descontento con la reducción del valor de los dólares que la OPEP obtenía por su petróleo, el Irak de Saddam Hussein rompió el pacto y empezó a vender petróleo en euros. Al poco tiempo se produjo el cambio de régimen, acompañado por la destrucción generalizada del país.

También en Libia, Gadafi rompió el pacto. Pero él no se limitó a vender su petróleo en otra moneda. Todos estos acontecimientos son explicados en detalle por el bloguero Denise Rhyne:

“Durante décadas, Libia y algunos países africanos han intentado crear un patrón oro panafricano. Gadafi y otros jefes de Estado deseaban una “moneda fuerte” independiente y panafricana.

Bajo el liderazgo de Gadafi, las naciones africanas se han reunido al menos en dos ocasiones para buscar esa unificación monetaria. Los países debatieron la posibilidad de utilizar el dinar libio y el dírham de plata como las únicas monedas posibles para comprar petróleo africano.

Hasta la reciente invasión de EE.UU. y la OTAN, el Banco Central de Libia (BCL) emitía la moneda del país. Este banco era independiente y pertenecía en su totalidad al Estado. Todos los extranjeros tenían que utilizarlo para hacer negocios con Libia. El BCL emitía dinares utilizando las 143,8 toneladas de oro del país.

Gadafi (que presidió la Unión Africana en 2009) ideó y financió un plan para unificar los Estados soberanos de África con una moneda basada en el patrón oro (los Estados Unidos de África). En 2004, el Parlamento Panafricano (que congregaba a 53 naciones) estableció los planes tendentes a crear la Comunidad Económica Africana, que tendría una sola moneda-oro en 2023.

Las naciones africanas productoras de petróleo planeaban abandonar el petrodólar y exigir el pago en oro para su petróleo y su gas”.

Una posibilidad factible

Gadafi había ido más allá de organizar un golpe de Estado económico africano: había demostrado que podía conseguirse la independencia económica. Su grandioso proyecto de infraestructuras, el Gran Río Artificial, estaba convirtiendo regiones áridas en el granero de Libia, y el audaz proyecto de 33.000 millones de dólares se había financiado sin intereses y sin crear deuda externa, a través del propio banco público libio.

Eso podría explicar por qué esta infraestructura fundamental fue destruida en 2011. La OTAN no solo bombardeó el sistema de canales y tuberías, sino que terminó con el proyecto al destruir la factoría que fabricaba las tuberías necesarias para repararlo. La paralización de un sistema de irrigación civil que daba servicio al 70 por ciento de la población no tiene visos de ser una intervención humanitaria. El profesor canadiense Maximilian Forte lo explica claramente en su rigurosamente documentado libro Slouching toward Sirte: NATO’s war in Lybia and Africa:

“El objetivo de la intervención militar de EE.UU. era trastocar un modelo de independencia emergente y una red de colaboración dentro de África que habría permitido incrementar el nivel de autonomía africano, contrario a las ambiciones geoestratégicas, económicas y políticas de las potencias extracontinentales europeas, concretamente, de EE.UU.»

Misterio resuelto

Los correos desclasificados de Hillary Clinton han sacado a la luz otro enigma puesto de manifiesto por los analistas en un primer momento. ¿Por qué los rebeldes establecieron su propio banco central a las pocas semanas de iniciarse el conflicto? Robert Wenzel escribió en The Economic Policy Journal en 2011:

“Esto sugiere que lo que aquí tenemos es algo más que un puñado de rebeldes andrajosos, ya que cuentan con apoyos muy sofisticados. Nunca antes había escuchado que se creara un banco central a las pocas semanas de un levantamiento popular”. Todo resultaba muy sospechoso, pero, tal y como concluía Alex Newman en un artículo de noviembre de 2011:

“Puede que nunca lleguemos a saber con seguridad, al menos públicamente, […] si una de las verdaderas razones para el derrocamiento de Gadafi fue salvar a la banca mundial y el corrupto sistema monetario global”.

Así habría quedado todo –en meras sospechas que no pueden verificarse, como tantas otras historias de fraude y corrupción- si no se hubieran publicado los correos electrónicos de Hillary Clinton tras una investigación del FBI. Dichos correos otorgan un peso sustancial a las sospechas de Newman: la intervención violenta no fue básicamente para garantizar seguridad a la gente, sino para asegurar la banca mundial, el dinero y el petróleo.

Nota
1: El franco CFA (franco de la comunidad financiera africana por sus siglas en francés) es la moneda común de 14 países africanos, casi todos ellos antiguas colonias.

Ellen Brown es abogada, fundadora del Public Banking Institute, y autora de doce libros, incluído el superventas Web of Debt . Su última publicación, The Public Bank Solution, explora con gran acierto los modelos de banca pública desde una perspectiva histórica y global.

LUNES 21 DE MARZO DE 2016 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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