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LA AGONÍA DE LA SOCIALDEMOCRACIA

MUMIA:

1) La agonía de la socialdemocracia

2) Francia en una nueva etapa

3) Erdogan: el hombre-bomba

4) La reforma laboral en el régimen de Temer

5) Canciller argentina defiende a Almagro y desmiente a Venezuela


COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 17 / Nº 819 / Miércoles 3 de mayo de 2017 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán

“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra y combatir ese monopolio es una tarea central.” — Emir Sader

1) La agonía de la socialdemocracia
Gregorio Morán (La Vanguardia)

Cada vez entiendo menos a nuestros analistas políticos. Los resultados de las elecciones francesas apenas conmueven, entre un 23,86% del pianista de las finanzas, Emmanuel Macron, futuro presidente de la República –que yo no tengo muy claro después de la experiencia de Trump y lo mucho que nos reímos de sus fascistadas–, y Jean-Luc Mélenchon, 19,62%, al que se hizo la vida imposible y logró vencer obstáculos, consciente de que era el auténtico enemigo que abatir. Entre todos apenas un 4% de diferencia. Muy poco cuando se enfrentan cuatro candidatos sin partido, sólo apoyados por sus tejidos de intereses y las militancias pagadas a costo de prestamista; exceptuemos a Mélenchon, el maldito.

Pero en Francia acaba de producirse un episodio realmente histórico, que poco tiene que ver con la futura pelea a cara de perro entre Macron, un producto de la alta costura francesa, y “una voyou” del arroyo político de los peores episodios del pasado. Lo más notable, al menos para mí, es la práctica desaparición del socialismo francés en la persona de Benoît Hamon, que consiguió el ridículo resultado de 6,35%. Ya sé, ya sé, que en 1969, el que fuera alcalde de Marsella a título de principal mafioso dentro y fuera del par­tido alcanzó la mínima del socialismo francés, 5,02%. Pero estábamos en 1969, con las heridas de Mayo del 68 aún abiertas y a Gaston De­fferre no había por dónde cogerle. El país quería otra cosa que no fuera un policía, un “flic” diseñado por Charlie Hebdo, o por cualquiera de aquellas revistas que iban más allá de conquistar los cielos y que se perdieron por allí.

Los socialistas franceses agonizan, pero no olviden que la agonía es aún más patente porque estaban gobernando, y no cualquier cosa, sino el segundo país de la Unión Europea. François Hollande, presidente, era uno de ellos. Para quien conozca un poco el viejo partido de Jean Jaurès, asesinado por pacifista en la Primera Gran Guerra, y el que luego, tras muchos avatares, dominó con su talento para las malas artes y la supervivencia política, como François Mitterrand –tres mandatos–y ambiciosos políticos sin olor a dehesa como los nuestros: Lionel Jospin, Ségolène Royal…

El segundo partido político de Francia y durante muchos años fue el Partido Comunista. Todo el mundo tiene una idea de cómo acabó, no sólo él sino algunos aún más competentes. Los italianos, sin ir más lejos. Una factoría de talentos políticos que se fue al carajo en una caída a trompicones, torpe, en el momento que podían tener ¡al fin! alguna posibilidad de participar en el gobierno, si aquellas Brigadas Rojas que asesinaron a Aldo Moro no hubieran estado tan penetradas por los servicios norteamericanos y un anticomunismo de raíz católica, insuperada para la brillante intelectualidad de la época. La misma que defendía una de las mayores matanzas que conoció la historia y que recibió el sarcástico nombre de “Revolución Cultural” maoísta.

¡El otro día leía con una satisfacción teñida de desprecio cómo un intelectual fuera de toda sospecha de radicalidad, inminente académico, que no se sentía implicado! Como si hubiera sido una torpeza infantil… que había costado millones de muertos y que literalmente se la bufaba. ¡Ni Stalin en los crímenes de su época había llegado tan lejos, pero estos avestruces intelectuales tienen bula! ¡Qué bonito declararse maoísta en Barcelona, Madrid o París. (¡Aún conservo el número de la revista Tel Quel justificando los crímenes, firmado por la flor y nada de nuestra intelectualidad cosmopolita! Lo digo como lo siento: fueron como los nazis, y con el añadido de la buena conciencia.)

Bien, hasta aquí muy bien. El Movimiento Comunista se desmoronó conforme la URSS se suicidaba cándidamente con plegarias del papa Wojtyla, de quien tuve siempre la impresión de que no creía en nada que no fuera el poder. ¿Pero qué hacemos con la socialdemocracia? ¿Qué pasó para que se deslizara hacia el marasmo, cada vez más golfo y conservador? ¿Se acuerdan de Bettino Craxi, el líder del socialismo italiano, que hubo de escapar a la justicia para instalarse en su mansión de Túnez y dejar paso a su socio Berlusconi? Hay un artículo del llorado Ernest Lluch ensalzando el socialismo de Bettino Craxi. Como éramos amigos, y a pesar de que entre las numerosas virtudes de Lluch no estaba la del sentido del humor, ese artículo era un tema tabú entre nosotros, por más que yo le dijera una vieja máxima que me inventé cuando empecé a hacerme viejo. Nunca te arrepentirás del artículo no escrito, ni del polvo no echado.

Pero ¿cómo se desmoronó la socialdemocracia? En los países nórdicos, por ejemplo. ¿Acaso era la carga de impuestos a los autónomos que superaba en ocasiones el 50% y que llevó al cineasta Ingmar Bergman a abandonar el país? No, porque la sociedad se sentía arropada por un Estado benefactor, una pizca implacable, ¡pero que no robaba!

Nosotros vamos a vivir y muy pronto el desmoronamiento definitivo de un partido que cerró la transición e instaló un sistema cuyo mayor beneficiario es Mariano Rajoy y su partido. Deberían concederles alguna condecoración, abonado por la Reina de Andalucía, el funcionario de Euskadi y el verso suelto de Pedro Sánchez. Los tres candidatos que dejarán al viejo PSOE hecho un erial, mientras el maestro González y el clan andaluz siguen dando palmas, más arrugados que un paso de Semana Santa.

Por qué explotó la socialdemocracia europea que lo tuvo todo, empezando por el poder y los demás instrumentos internacionales que a más de uno hicieron rico y a otros les convirtieron en líderes sin ejército. Los viejos se van muriendo y los jóvenes se van robando. Quizá sea ley de vida. Pero pasado mañana, lunes, Primero de Mayo, fecha estelar en la tradición obrera, saldrán a la calle los centenares de funcionarios liberados a quienes jamás se les ha ocurrido explicar por qué Mariano Rajoy y los suyos, el partido más corrupto de la historia de España desde la desamortización de Mendizábal, o la corte privada del Conde-Duque de Olivares, nos está orinando encima a todos y cada uno de los días sin que digan algo más que: “Si esto sigue así nos obligarán a convocar una huelga general”.

Pobres golfos adictos a la cucaña. No tenéis autoridad ni para convocar otra cosa que ir en la mañana del próximo lunes, se pasará lista, con banderas y ahora al-guna musiquilla, que sale gratis, para reivindicar la que fue gran jornada de la cla-se obrera en todo el mundo. Desaparecieron los obreros, por más que sigan trabajando en condiciones milagrosas, pero quedaron los jefes, aquella maldición de la socialdemocracia alemana durante décadas.

¿Y la izquierda radical? Llena de profesores con el sueldo asegurado y una jubilación que para sí quisieran los maestros armeros de las viejas peleas. Esta historia no da más de sí. Las bromas de Marx a Engels sobre los socialistas de cátedra se repite como un fantasma recuperado. Lo único evidente es que hay que volver a empezar. Se desmoronó felizmente el comunismo, quebró la socialdemocracia en su papel de colchón interclasista, algo más falso que un empleado bancario de la nueva época. Nos quedará la penúltima humillación: contemplar las banderas que flamean. Este lunes primero de mayo, fiesta de la clase trabajadora, acabó convirtiéndose en aquello que Franco, de acuerdo con su Iglesia, denominó “El día de san José Obrero”.

MIÉRCOLES 3 DE MAYO DE 2017 – COMCOSUR
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2) Francia en una nueva etapa
Ignacio Ramonet (Le Monde Diplomatique)

La primera sorpresa fue… que no hubo sorpresa. Por una vez las encuestadoras no se equivocaron. En el Reino Unido con el Brexit o en Estados Unidos con Donald Trump, los sondeos erraron por completo. En Francia en cambio, con semanas de antelación, las consultoras anunciaron que, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 23 de abril pasado, los vencedores serían, en este orden : Emmanuel Macron (‘En Marche !’ En Marcha !) y Marine Le Pen (‘Front National’ Frente Nacional), únicos calificados para pasar a la segunda ronda del domingo 7 de mayo. Y que justo después llegarían, también en este orden : François Fillon (‘Les Républicains’ Los Republicanos), Jean-Luc Mélenchon (‘France Insoumise’ Francia Insumisa) y Benoît Hamon (‘Partido Socialista’). Y acertaron[i].

Semejantes resultados, en un país traumatizado por la crisis social y los atentados djihadistas, constituyen un verdadero seísmo y merecen varios comentarios.

Primero, indican el final de un largo ciclo de la historia política francesa comenzado en 1958 con el general De Gaulle, la adopción de la Constitución actual y la instauración de la Va República. Desde esa época, o sea desde hace casi sesenta años, siempre se había calificado para la segunda vuelta por lo menos uno de los dos grandes partidos franceses: el gaulista (con diferentes apelaciones a lo largo del tiempo, RPR, UDR, UMP, LR) y el socialista. Esta vez, cosa inaudita, ninguno de los dos ha conseguido sobrepasar los obstáculos de la primera ronda. En sí, esto ya es histórico y demuestra, como en otros países, el profundo desgaste de las formaciones políticas tradicionales que dominaban la escena desde la Segunda Guerra Mundial.

De los cuatro candidatos llegados en cabeza en esa primera vuelta, sólo uno, François Fillon, representa a un partido tradicional; los otros tres encarnan fuerzas alternativas totalmente nuevas (‘En Marcha !’) o sin casi representantes en la Asamblea Nacional (‘Frente Nacional’ y ‘Francia Insumisa’)

La derrota es particularmente espectacular para el Partido Socialista porque esta formación está en el poder desde 2012, y controla los tres principales centros de decisión política: la Presidencia de la República (François Hollande), la Presidencia del Gobierno (Primer Ministro : Bernard Cazeneuve), y la Asamblea Nacional. El candidato socialista, Benoît Hamon – jefecillo de una fracción crítica contra el Presidente Hollande y que se impuso en las primarias frente, entre otros, al ex-Primer Ministro Manuel Valls- condujo una campaña particularmente desastrosa, garrafal y errática.

Con algunas buenas ideas (la Renta Básica Universal) pero con una obsesión histérica antirusa y un arrogante rechazo a establecer alianzas con la gran fuerza de izquierda, la ‘Francia Insumisa’ de Jean-Luc Mélenchon. Hamon apenas obtuvo 6,36% de los votos, el peor resultado en sesenta años del Partido Socialista. Tanto más calamitoso cuanto que se habían unido a él los ecologistas… Con tan funesto desenlace, Benoît Hamon compromete el porvenir mismo del Partido Socialista que -después del fracaso del impopular Presidente François Hollande- corre ahora el riesgo de estallar en varios pedazos.

Otro caso trágico es el de François Fillon, candidato de ‘Les Républicains’, el partido heredero del gaulismo y expresión sociológica de la amplia burguesía conservadora. Contra todo pronóstico, Fillon había conseguido imponerse en las primarias internas frente a candidatos de peso como Nicolas Sarkozy (ex-Presidente, 2007-2012) y Alain Juppé (ex-Primer Ministro). Con un programa de castigo social muy duro. Normalmente, esas primarias eran su escollo principal; y una vez vencido este, todas las encuestas lo daban como futuro Presidente de Francia. Pero ahí comenzó su calvario.

El semanario satírico « Le Canard enchaîné » publicó una serie de revelaciones sobre los « empleos ficticios » que Fillon, como diputado (y como la ley, en cierta medida, se lo permitía), otorgó a su esposa y a sus hijos. Se desató entonces contra él una campaña de agresión mediática de una violencia excepcional. Durante interminables semanas, los medios los desollaron vivo y arruinaron su imagen. En realidad, comparada con la que se practica en España, la corrupción de Fillon era de baja intensidad. Y cabe preguntarse a qué se debió tanta saña contra el candidato de la derecha tradicional. ¿Para abrirle camino a Emmanuel Macron quien cuenta con el apoyo decidido de la mayoría de los oligarcas propietarios de los medios dominantes ? ¿Para sancionar la apuesta de Fillon de establecer, en política internacional, una alianza con Rusia ?

Otra enseñanza de los resultados de la primera vuelta concierne el Frente Nacional (FN) de extrema derecha. Este partido viene ganando, últimamente, en primera ronda, casi todas las elecciones en Francia. Pero el sistema francés de dos vueltas obliga a los partidos a pasar alianzas para la segunda ronda. Y el Frente Nacional es un partido huérfano, no tiene casi aliados[ii], no puede constituir ninguna coalición importante, con lo cual queda desprovisto de las necesarias reservas de votos para vencer el escollo de la segunda ronda. Así por ejemplo, en las elecciones regionales de diciembre de 2015, el FN fue el partido más votado (27,73%) de Francia en primera vuelta, pero, en la segunda ronda, sin aliados, fue incapaz de conquistar la presidencia de ninguna región.

El pasado 23 de abril, su líder Marine Le Pen no consiguió alzar su partido al primer puesto, quedó segundo con un millón de votos menos que Emmanuel Macron. Ello constituyó una importante decepción para su electorado. Aunque los medios dominantes, para movilizar en favor de Macron, agitan el espectro de una posible victoria del FN el 7 de mayo, es prácticamente imposible que eso ocurra. El riesgo de ver a Marine Le Pen ganar la segunda ronda es absolutamente mínimo en un país en donde, el pasado 23 de abril, el 80% de los electores no votaron por ella. Aunque este partido, al favor de la crisis, ha tratado de reconvertirse disimulando sus rasgos más visibles del neofascismo y adoptando los atributos del populismo de derecha, mantiene su ADN racista, antisemita y xenófobo. Su probable derrota (una más…) lo hará entrar sin duda en una crisis existencial.

Aunque el FN tratará de desquitarse en las elecciones legislativas del 11 y 18 de junio próximo en las que el efecto segunda ronda tendrá menos impacto porque ahora hay cuatro fuerzas[iii] (y hasta cinco si contamos el Partido Socialista) que se enfrentan lo cual hace prever, en la segunda vuelta, decenas de enfrentamientos triangulares y hasta cuadrangulares…[iv]

A pesar de no haber podido clasificarse para la segunda ronda, el otro vencedor de esas elecciones presidenciales es, sin discusión, Jean-Luc Mélenchon, líder de ‘Francia Insumisa’. En 2012, Mélenchon había obtenido 4 millones de votos (11%). Esta vez alcanzó los 7 millones (19,6%). Se ha quedado a seiscientos mil de votos apenas de la segunda vuelta… Y para la claridad del debate, es una pena. Considerado como « el mejor orador de la política francesa », el dirigente insumiso hizo una campaña inteligente, intensa, brillante e inventiva. Con innovaciones tecnológicas mundiales como la de los hologramas que le permitieron estar ‘presente’ en seis ciudades a la vez… Y desarrolló un programa preciso y claro[v] sobre todos los temas que interesan hoy a una sociedad muy golpeada por el desempleo, la marginación social y la violencia de los atentados djihadistas. Apostó por la ‘transición ecológica’ y supo recoger y expresar la indignación de muchos franceses hartos de la politiquería y que, como en algunos países de América Latina, claman: « ¡Que se vayan todos ! ».

El peso de los electores ‘insumisos’ será decisivo en segunda ronda. Y es también muy probable que esa poderosa fuerza electoral permita a Jean-Luc Mélenchon obtener un importante resultado en la « tercera vuelta » o sea las elecciones legislativas previstas para el 11 y 18 de junio próximo. Como cuarta fuerza política del país, ‘Francia Insumisa’ podría constituir un grupo parlamentario bisagra cuyo rol en la nueva Asamblea pudiera ser determinante.

Última consideración, acerca de Emmanuel Macron (39 años), vencedor del 23 de abril y probable nuevo Presidente de Francia. Con escasa experiencia –fue consejero del Presidente Hollande y efímero ministro de Economía-, tuvo la intuición de que el sistema político tradicional estaba carcomido y amenazaba ruina. Salió del gobierno, abandonó a Hollande y lanzó, ante la incredulidad general, su movimento ‘En Marche !’ (que tiene sus propias iniciales…) cuando parecía que no existía espacio para una nueva fuerza política.

En realidad, el éxito de Macron se debe más a las circunstancias que a sus propios méritos. Porque una serie de acontecimientos imprevistos fueron eliminando a sus principales rivales potenciales. En el seno del Partido Socialista, su competidor más peligroso, Manuel Valls, fue descartado en las primarias. Y el candidato designado, Benoît Hamon, considerado como demasiado a la izquierda y como « traidor » a Hollande, no podía seducir al conjunto de los socialistas, y por consiguiente no era un contrincante nocivo para Macron.

Luego, en la formación de derechas ‘Les Républicains’, el candidato que más sombra podía hacerle, Alain Juppé, perdió. Y el vencedor, François Fillon, fue destruido por los escándalos de corrupción. A todo eso vino a añadirse el descarte del Presidente François Hollande cuando anunció que no se presentaría a las elecciones.

¿Qué adversarios le quedaban a Macron? Esencialmente dos : Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon. Ni el poder financiero, ni el poder empresarial, ni el poder mediático podían aceptar, por distintas razones, a ninguno de estos dos candidatos. Por eso, a partir de febrero pasado, todo el formidable peso de los poderes fácticos se puso al servicio de Emmanuel Macron. En particular, los medios dominantes -en manos de un puñado de oligarcas multimillonarios- se lanzaron en una frenética campaña en favor del líder de ‘En Marche !’. Aportándole además un soporte financiero considerable. De tal modo que Macron, orador bastante mediocre y con un programa aún más confuso para disimular su carácter furiosamente ultraliberal, fue imponiéndose en las encuestas como el probable vencedor.

Si su victoria en la primera vuelta, como acabamos de analizar, se debe en parte a las circunstancias y a la eliminación coyuntural de sus rivales, por otra parte también es el resultado de lo que Macron significa. En un sistema que se derrumba y en el que los partidos tradicionales son barridos[vi], el líder de ‘En Marche !’ se declara sin ambages ‘europeísta’, neoliberal y librecambista. Defiende decididamente la ‘uberización’ de la economía y apuesta por el social-liberalismo. Su proyecto, en vías de realización, responde al viejo sueño de la élites burguesas en tiempos de crisis : constituir una formación política que podríamos llamar de Gran Centro, integrando a la izquierda de la derecha, al propio centro y a la derecha de la izquierda. En unas palabras, como diría el conde de Lampedusa : cambiarlo todo para que nada cambie.

Basta con ver, después de la victoria de Macron el 23 de abril, la eufórica embriaguez de todos los fanáticos del social-liberalismo[vii] y la espectacular subida de las Bolsas para entender con claridad lo que significa, políticamente, ese triunfo de Emmanuel Macron : una revancha de las castas, de los poderosos del sistema. Pero una restauración es apenas un respiro en medio de una crisis. La gente no ha dicho aún su última palabra.

Notas
[i] Los resultados oficiales son los siguientes : Emmanuel Macron 24,1% ; Marine Le Pen 21,3% ; François Fillon 20,01% ; Jean-Luc Mélenchon 19,58% ; Benoît Hamon 6,36%.
[ii] El 29 de abril pasado, se hizo público un acuerdo para la segunda vuelta entre Marine Le Pen y Nicolas Dupont-Aignan, líder de un diminuto partido soberanista ‘Debout la France’ (Arriba Francia) que obtuvo apenas 4,7% en la primera ronda. Es la primera vez que el Frente Nacional consigue un acuerdo electoral con otra fuerza política. Marine Le Pen anunció que, en caso de ganar las elecciones del 7 de mayo, nombraría a Dupont-Aignan Primer Ministro.
[iii] En Marche !, Front National, Les Républicains y France Insoumise.
[iv] La ley electoral, en Francia, precisa que, en los comicios presidenciales, pasan a la segunda vuelta unicamente los dos candidatos que han obtenido el mayor número de sufragios. En cambio, en las elecciones legislativas, pasan a la segunda ronda todos aquellos que han obtenido por lo menos 12,5% de los votos o sea, teóricamente, hasta ocho candidatos…
[v] Léase : es.rfi.fr/francia/20170420-jean-luc-melenchon-el-outsider-con-la-corbata-roja
[vi] El 23 de abril, la mitad del electorado votó a favor de dirigentes ‘antisistema’ que piden la salida de Francia de la Unión Europea o por lo menos la renegociación de los Tratados europeos.
[vii] En España por ejemplo, el diario ‘El País’, órgano oficial del social-liberalismo, publicó, al día siguiente de la victoria de Macron en la primera vuelta, un editorial significativamente titulado : « La esperanza Macron » (24 de abril 2017).

MIÉRCOLES 3 DE MAYO DE 2017 – COMCOSUR
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3) Erdogan: el hombre-bomba
Leandro Albani (Resumen Medio Oriente)

Un ataque planificado. Eso ocurrió en la madrugada de este martes cuando los aviones cazas de las Fuerzas Armadas turcas bombardearon el norte de Siria -incluida la zona de Shahba que recibió fuego de artillería-, y la región de Shengal y las montañas de Qandil -en el Kurdistán iraquí-.

En medio de los bombardeos, nuevamente surgen preguntas sobre las razones del constante asedio militar del gobierno de Recep Tayyip Erdogan contra las poblaciones kurdas. También se acrecientan los interrogantes sobre el rol de las principales potencias (Rusia y Estados Unidos) implicadas en el conflicto sirio, teniendo en cuenta que ambos países respaldan militarmente a las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), que forman parte de la Federación del Norte de Siria.

Apuntar algunas hipótesis y hechos recientes pueden despejar dudas sobre una situación que, por más que parezca profundamente compleja, se enmarca en la pretensión hegemónica del Estado turco, a lo que se suma su negación, desde la concepción de la República en 1923, de otros pueblos y nacionalidades que habitan dentro y fuera de sus fronteras.

-Luego del triunfo del “Sí” en el referéndum que permite modificar la Constitución de Turquía, Erdogan reforzó su política de represión interna y conquista externa (en este caso hacia el norte de Siria). Aunque el propio gobierno turco reconoció que el triunfo no fue por la diferencia esperada (apenas un poco más de 1 por ciento), Erdogan y su partido, AKP, redobló la idea-fuerza de auto-declararse con derechos a intervenir en Siria e Irak.

-Otra consecuencia del referéndum es que, pese a que el “No” fue derrotado, tanto el pueblo kurdo del sudeste de Turquía como sectores de la izquierda y el progresismo turco (y hasta espacios de derecha al interior de los partidos clásicos MHP y CHP), hicieron sonar con fuerza sus voces y críticas a una reforma que, consideran, destruiría las últimas estructuras en pie de la República turca. La militancia del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que reúne a kurdos y a otras nacionalidades, demostró durante la campaña por el “No” que mantiene una fuerza social difícil de quebrar, pese a los centenares de arrestos, asesinatos a sangre fría, prohibiciones y, en los casos más extremos, la destrucción por parte del Ejército turco de ciudades enteras, como fue el caso de Nusaybin.

-¿Por qué el Estado turco bombardea, de forma planificada, el norte de Siria? Erdogan y sus ministros han dejado en claro hace bastante tiempo que, de ninguna manera, aceptan el proceso político y social que se desarrolla en esa zona fronteriza con Turquía. Para la ideología islamo-derechista del AKP es inaceptable que un conjunto de pueblos construyan una sociedad inclusiva, donde se respeten las diferentes religiones, en la cual las mujeres son la vanguardia del cambio, la organización social a través de comunas suplante al Estado-nación y la economía (pese a la destrucción de la guerra) se intente articular en cooperativas. El gobierno de Erdogan sabe que esa experiencia del norte de Siria se encuentra latente en el sudeste de Turquía, donde la mayoría kurda viene experimentando, aunque la represión estatal crece día a día, cambios estructurales, sociales y de conciencia similares.

-¿Por qué Turquía también bombardea Shengal? Al igual que en el norte de Siria, en la región de Shengal, de mayoría kurdo-yezidí, los pobladores declararon su autonomía, instituyeron sus fuerzas de autodefensa (YBS/YJS) y abrazaron la construcción de una sociedad democrática. Erdogan, aliado indiscutido de Masud Barzani (presidente “vitalicio” del Kurdistán iraquí y líder del Partido Democrático de Kurdistán –PDK-), sabe que los logros alcanzados por los yezidíes contradicen un plan que siempre se encuentra latente: declarar la independencia del Kurdistán iraquí, instituirlo como Estado-nación, y sellar todavía más la alianza entre el AKP y el PDK, sumado que en ese territorio se encuentran las principales reservas de petróleo que posee Irak. Por esta razón, si en un principio los ataques contra los yezidíes fueron perpetrados por el Estado Islámico (ISIS o Daesh), en marzo pasado las agresiones estuvieron encabezadas por los Peshmergas (las fuerzas militares de Barzani) y ahora, en forma abierta y clara, por la aviación turca.

-Lo ocurrido en Shengal tuvo, hasta ahora, una respuesta y una revelación. Por un lado, las YBS/YJS emitieron un comunicado en el que afirmaron que “utilizarán su derecho a la defensa frente a los ataques”. “Todos estos ataques son una continuación del genocidio del Estado turco en alianza con el ISIS perpetrados en Shengal el 3 de agosto de 2014”, recordaron las YBS/YJS. Por otro lado, la agencia de noticias ANF confirmó que las coordenadas para que la aviación turca bombardeara Shengal fueron enviadas por el PDK y los Peshmergas. Durante el ataque, cinco peshmergas fueron ultimados, pero el partido de Barzani calificó este hecho como “un error” en medio de los bombardeos. Y como si fuera poco, el PDK acusó al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) por generar una situación que permitió los ataques. Sobre este tema viene bien una posdata: YNK, Goran, la Unión Islámica y el Movimiento Islámico, todos partidos del Kurdistán iraquí, emitieron un comunicado donde repudiaron los bombardeos y responsabilizaron a Turquía por lo ocurrido. Además, criticaron al PDK porque la organización de Barzani había legitimado los ataques.

-El factor ISIS: sin dudas, una de las principales razones de los ataques turcos tienen que ver con el retroceso en el terreno que viene sufriendo la organización terrorista dirigida por Abu Bakr Al Baghdadi. Y el Estado turco, por si todavía alguien no lo sabe, es el principal aliado de Daesh junto a Arabia Saudí. Las pruebas sobre la ayuda turca a ISIS es variada y muchas de esas evidencias fueron presentadas en Naciones Unidas. El Estado Islámico se encuentra a punto de perder su capital, Al Raqqa, en el norte de Siria, y apenas resiste en Mosul, la segunda ciudad en importancia de Irak y con cuantiosas reservas de crudo. No sería extraño que 2017 fuera el año de la completa derrota militar de Daesh. Esto no quiere decir que deje de existir, porque el peligro más grande de este grupo es su ideología, basada en el wahabismo, la corriente más conservadora y retrógrada dentro del Islam sunita. En un comunicado difundido este martes, la Unión de Comunidades del Kurdistán (KNK) denunció que “el Estado turco tiene como objetivo prevenir la operación (hacia) Al Raqqa” que encabezan las FDS y “aliviar la presión sobre ISIS”. “No es casualidad que este ataque se produjera después de que el ministro de Defensa turco dijo que impedirán el funcionamiento de las FDS en Al Raqqa”, advirtieron desde el KCK. A su vez, desde la organización explicaron que Turquía busca “evitar una derrota de ISIS en Al Raqqa y el norte de Siria, y que toda esa región pase a estar controlada por las fuerzas socialistas democráticas”. Por su parte, el diputado del HDP, Lezgin Botan, sintetizó una verdad voces: la “coalición del AKP con Daesh ahora está fuera de toda duda”, escribió en su cuenta Twitter. Y agregó que Turquía ataca a los kurdos “para rescatar aDaesh, que está en una situación difícil en Al Raqqa”.

-¿Qué dicen Rusia y Estados Unidos sobre el múltiple ataque turco? Hasta ahora, poco y nada. Tanto Moscú como Washington tienen en claro el poder regional que ejerce Turquía (su Ejército es el segundo en importancia dentro de la OTAN). Ambos países vienen pujando para que el gobierno de Ankara les responda. Desde Rusia, después de superar crisis y restablecer relaciones, intentan que Erdogan detenga su injerencia en Siria y, con esa posibilidad, estabilizar a un país aliado de Moscú para su política exterior. Desde la Casa Blanca no quieren que Turquía se escape de su órbita porque, más allá de las rispidecez con el gobierno de Barack Obama, Ankara es un socio fundamental, al mismo nivel que Arabia Saudí. El alerta sobre el silencio de las potencias fue dado desde el Kurdistán sirio. Salih Muslim, co-presidente del Partido de la Unión Democrática (PYD), afirmó que “sin que la Coalición (encabezada por Washington) lo aprobara, Turquía no habría lanzado esta operación, sus aviones no habrían despegado en la región”. Al mismo tiempo, desde las fuerzas de autodefensa kurdas demandaron a la Coalición que intervenga para detener los ataques turcos y que sólo con declaraciones no alcanza. El portavoz de las YPG, Redur Xalil, que visitó el lugar de los ataques acompañado de un oficial estadounidense, afirmó que “las YPG no permanecerán en silencio frente a este ataque y por lo tanto, se reservan el derecho a defenderse y vengar a sus mártires”. Xalil también aseveró que la Coalición “tiene una enorme responsabilidad y debe asumir su deber de proteger esta zona ya que somos compañeros en la lucha contra el Estado Islámico”. Mark Toner, portavoz el Departamento de Estado, expresó que el gobierno de Donald Trump estaba “preocupado” por los bombardeos y que Turquía no había coordinado el ataque con la Coalición. El funcionario de la Casa Blanca dijo que “entendía” que para Turquía el PKK era “una amenaza”, pero que esa “lucha” contra la guerrilla, que tiene sus bases en Qandil, no podía “ser en detrimento de nuestro combate común a los terroristas que nos amenazan a todos”. Siguiendo el modelo Obama, la administración Trump busca hacer equilibrio entre todos los factores en disputa, aunque históricamente en los momentos de definiciones profundas, la balanza de Washington se incline hacia la derecha.

Aunque los hechos sean muy recientes y todavía sea apresurado apuntar qué sucederá en el futuro, podemos encontrar, al menos, tres conclusiones que ya se observan.

1- El proceso político y social en el Kurdistán sirio y en Shengal tiene una base sólida, tanto en lo humano como en lo militar, y será muy difícil para el Estado turco derrotar esas experiencias que, además de contar con una profunda solidaridad internacional, muestra la disposición concreta de los pueblos que habitan esas tierras para defender sus vidas, derechos y decisiones.

2- Frente a esto, Erdogan acrecienta minuto a minuto sus políticas represivas internas y externas. Si las potencias mundiales o Naciones Unidos no intervienen con celeridad y fuertes medidas contra la administración de Ankara, el gobierno turco seguirá ignorando los reclamos y críticas y profundizará un modelo de exterminio no sólo hacia los kurdos sino contra los pueblos de Medio Oriente.

3- Aunque lo sucedido en el norte de Siria y en Shengal parezcan hechos lejanos, que no tienen conexión con las problemáticas de América Latina, no lo son. La derecha, en todas sus variantes, acecha países de ambos lados del océano Atlántico. Un fuerte lazo solidario entre las luchas por la libertad, la democracia directa y por un cambio social que haga tambalear las estructuras construidas en más de doscientos años de capitalismo, se convierten, en estos días de urgencias, en una herramienta que la misma historia ha demostrado su eficacia.

MIÉRCOLES 3 DE MAYO DE 2017 – COMCOSUR
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4) La reforma laboral en el régimen de Temer
Superexplotación y precariedad social en el siglo XXI
Adrián Sotelo Valencia (Rebelión)

La imposición de la reforma laboral en Brasil por el gobierno de facto de Michel Temer se da en un contexto de fuerte recesión de la economía, alta inflación y un intenso desempleo que afecta a las más variadas capas de la población del país. De acuerdo con la Pesquisa Nacional por Amostra de Domicílios Contínua (Pnad) del IBGE la tasa de desocupación está al alza y alcanza 14 millones 200 mil desempleados entre enero y marzo de 2017. Indica que ello significa un aumento de 13% respecto al trimestre inmediatamente anterior (octubre-diciembre de 2016). En otras palabras se registró un aumento absoluto del número de desempleados en 1 millón 800 mil personas —lo que da un promedio de 20 mil despidos por día— que, de este modo, se agregaron al ejército industrial de reserva en su modalidad de desempleo abierto en el Brasil.

La reforma laboral (en portugués: trabalhista) es profundamente negativa para los trabajadores en la medida en que afecta todas las modalidades de empleo y los derechos y garantías consagradas en la Consolidação das Leis do Trabalho creada mediante Decreto-Lei nº 5 452, del 1º de mayo de 1943 y sancionada por el presidente Getúlio Vargas durante el llamado Estado Novo (1937-1945) en Brasil.

En el presente artículo mencionamos algunas de las nuevas modalidades de esta ley completamente antiobrera y antisindical pero determinantemente favorable a los intereses de la patronal nacional y del capital extranjero que opera en el país.

1. La jornada de trabajo podrá aumentar hasta 12 horas diarias si así lo «convienen» el patrón y el trabajador, incluso por encima de lo que estipulen los contratos colectivos de trabajo. De esta forma el sindicato queda completamente debilitado en las negociaciones obrero-patronales y frente al mismo Estado capitalista.

2. El patrón podrá despedir, sin indemnización, a los trabajadores y simultáneamente contratar nuevos trabajadores con menores salarios y menores beneficios sin ninguna penalización legal para el patrón.

3. Se eterniza el trabajo temporal, de tal manera que, por ejemplo, en actividades como servicios de restaurantes, bares o en las fábricas industriales se podrá trabajar por tiempo determinado y dejar el empleo al capricho del patrón sin garantía de remuneración ni de ser contratado nuevamente.

4. Al aumentar la jornada de trabajo prácticamente desaparecen las horas extraordinarias de trabajo y, por consiguiente, su equivalente en remuneración. El resultado mensual para el obrero es que disminuye su salario global. Para el patrón lo anterior redunda en que aumenta la plusvalía absoluta, vía prolongación de la jornada de trabajo y, de este modo, remunera la fuerza de trabajo por debajo de su valor, constituyendo un franco proceso de superexplotación del trabajo que incrementa sustancialmente la tasa de ganancia.

5. La hora que antes se dedicaba a la comida, a mitad de la jornada, se reduce a media hora, lo que se traduce en una expropiación de parte del tiempo de trabajo socialmente necesario que, así, se convierte en una fuente adicional de la acumulación del capital. También reforzando la superexplotación de la fuerza de trabajo con los resultados señalados.

6. El patrón se reserva el derecho de determinar el tipo de ropa y la manera de vestir de sus trabajadores, incluso con uniformes ridículos e incómodos sin importar las inclemencias del tiempo, frio o calor. Dependerá del capricho y del gusto del patrón.

7. Los gastos de transporte corren a cargo del trabajador, eximiendo al patrón, perjudicando a todo el mundo, por supuesto, más a las personas que vivan más lejos del centro de trabajo.

8. Los días de vacaciones ahora podrán ser parcelados en tres partes de acuerdo con los intereses del patrón afectando la vida social y familiar y la integridad emocional.

9. Al legalizar la tercerización (la contratación por terceras empresas) las empresas contratantes no tendrán ninguna obligación de indemnizar al trabajador si este es dimitido, por cualquier causa, por la empresa donde labore. El trabajador queda así en completo estado de indefensión jurídica sin responsabilidad legal para el gobierno.

10. Los trabajadores permanentes (con «carteira assinada») y con cierta antigüedad podrán ser dimitidos para contratar, si así lo requiere el patrón, obreros tercerizados, con menores salarios, sin derechos y sin contrato permanente.

11. La superexplotación y la crueldad patronal consagrada por el Estado afecta también a las mujeres trabajadoras embarazadas y lactantes. Ahora será el médico de la empresa y el mismo patrón quienes determinarán el lugar de trabajo y las condiciones de trabajo independientemente de la condición de la mujer. ¡Hay que releer urgentemente la novela La madre de Máximo Gorki publicada en 1907 y que trata de una mujer que lucha contra el régimen zarista !

12. La Comissão de Conciliação Prévia pasa a segundo plano y tendrá un valor mayor lo que el patrón negocie e imponga por encima de la ley.

13. La recisión unilateral de un contrato por parte del patrón no requiere del consentimiento del sindicato ni de su firma para que se realice el despido. El poder absoluto del capital quedó finalmente, con el gobierno de Temer, en las garras devastadoras del capital con el aval del Estado.

14. Las nuevas disposiciones laborales implementadas con la reforma asestan un rotundo golpe a la Justicia Laboral que ahora deja de ser gratuita para quedar a cuenta del trabajador despedido quien tendrá que pagar todos los gastos y honorarios, incluyendo los de los peritos, para ganar un juicio laboral. Evidentemente si no se cuenta con los recursos, que es la cruda realidad de millones de trabajadores, dicho juicio será sentenciado en contra del trabajador.

Todas estas disposiciones de una reforma laboral profundamente lesiva para la integridad de millones de trabajadores y trabajadoras, están enmarcadas en los nuevos dispositivos neoliberales impuestos por el Banco Mundial y el FMI en todo el mundo. Además confirman, paradójicamente, la centralidad del trabajo en el capitalismo contemporáneo en la medida en que, en el caso del gobierno de facto de Temer en Brasil, toda esta reestructuración se viene realizando por el lado del capital variable, es decir, de la fuerza de trabajo y, por el lado del capital fijo y circulante, de manera completamente insuficiente o nula.

La centralidad de la fuerza de trabajo muestra de este modo la validez científica de la teoría del valor/trabajo de la economía política y, a la par, en el plano de la lucha de clases y de sus organizaciones (como el sindicato, el comité o el frente) su centralidad se expresa en la capacidad de movilizar a cerca de 40 millones de trabajadores en una huelga nacional y general (28 de abril de 2017) para protestar contra una reforma lesiva a sus intereses de clase, así como contra un régimen de facto que es producto de un genuino golpe de Estado parlamentario e institucional perpetrado por una camarilla de facinerosos y corruptos la mayoría de los cuales están indiciados en los tribunales judiciales y —muchos de ellos senadores y diputados— en la famosa operación conocida como Lava Jato.

Adrián Sotelo Valencia es sociólogo e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la FCPyS de la UNAM.

MIÉRCOLES 3 DE MAYO DE 2017 – COMCOSUR
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5) Canciller argentina defiende a Almagro y desmiente a Venezuela
Daniel Gutman (IPS)

El gobierno argentino negó enfáticamente que su canciller, Susana Malcorra, le haya ofrecido el año pasado un acuerdo a Venezuela para realizar una estrategia en conjunto en el ámbito de la Organización de Estados Americanos (OEA), con el objetivo de desplazar al secretario general, el uruguayo Luis Almagro. Así, desmintió este viernes 28 lo que había afirmado el día anterior la canciller venezolana, Delcy Rodríguez.

Malcorra prefirió guardar silencio luego de las declaraciones de su colega venezolana y tampoco hubo ningún pronunciamiento público sobre el tema. Pero un estrecho colaborador de la ministra de Relaciones Exteriores de la administración de Mauricio Macri dijo a IPS: “Eso es una locura y de ninguna manera sucedió”. La cancillería argentina evitó difundir un comunicado oficial, en busca de bajarle el perfil a la controversia. “No lo salimos a contestar porque no vale la pena, pero ante la consulta puntual lo desmentimos rotundamente. Eso no pasó”, explicó la fuente.

Rodríguez había afirmado que “el año pasado, siendo Argentina presidente del Consejo Permanente (de la OEA), su canciller me propuso una negociación: que el tema de Venezuela lo llevara Argentina, para cortarle la cabeza a Almagro. Y nosotros le dijimos que no; que no entramos en negociaciones de los intereses ni de los derechos de Venezuela”.

La canciller realizó estas declaraciones en Caracas, durante la conferencia de prensa en la que anunció que Venezuela inicia el proceso para retirarse de la OEA, por instrucciones del presidente Nicolás Maduro. Según dijo Rodríguez, es justamente la salida de la OEA el hecho que ahora posibilita que haga públicas situaciones que venía callando.

“Me permito estos chismes porque, como ya no estamos en la Organización, puedo comentar muchos aspectos que han ocurrido en la misma”, explicó. “Ahora me siento mucho más libre; puedo decir cositas sobre la OEA”, agregó. Ese mismo día, la canciller Malcorra estaba en Washington, como parte de la comitiva que acompañó al presidente Macri en su visita oficial a Estados Unidos, durante la cual fue recibido en la Casa Blanca el jueves 27 por su par Donald Trump, con quien se intercambiaron gestos de amistad y entendimiento.

Luego de almorzar con Trump, Macri tuvo palabras duras hacia el gobierno de Maduro, ante un auditorio repleto en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, en inglés), una organización que reúne a figuras académicas y corporativas del poder establecido de la potencia del Norte. “Creo que en Venezuela no se tiene ningún respeto por los derechos humanos: eso no es una democracia. No se está respetando la independencia del Congreso, así que tenemos que seguir exigiendo elecciones y la liberación de los prisioneros”, dijo el presidente argentino, en un señalamiento que fue ovacionado por los presentes.

Ya desde la campaña electoral que lo llevó a la presidencia, en diciembre de 2015, Macri buscó identificar a la expresidenta Cristina Fernández (2007-2015), quien hoy es su principal adversaria política, con la “Revolución Bolivariana” de Caracas y agitó el fantasma de que Argentina se encaminaba a tener los mismos problemas económicos y sociales que hoy padece Venezuela si no cambiaba de rumbo.

Por su lado, Maduro tampoco se ha inhibido de cuestionar duramente a Macri, a quien ha calificado de “ladrón” y de “bandido”. Macri “gobierna para él y su familia, mientras arremete contra el pueblo”, dijo el presidente venezolano en febrero. La canciller Malcorra participó el miércoles 26 en Washington en una reunión del Consejo Permanente de la OEA en la que se acordó convocar a una Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, para considerar la situación política y social en Venezuela.

Esa decisión provocó el anuncio de Caracas de que Venezuela se convertiría en el primer país de abandonar voluntariamente el organismo interamericano, lo que se oficializó este viernes 28 con una carta oficial suscrita por Maduro, según lo dicho por la canciller Rodríguez. “El presidente Macri ha tomado una posición respecto de Venezuela hace mucho tiempo. Nada de lo que estamos haciendo se vincula, como fue sugerido, con esta visita a Estados Unidos. Esta es la visión de la Argentina, que ha sufrido cosas similares a las que hoy sufre Venezuela”, dijo Malcorra.

“Es una responsabilidad colectiva que tenemos todos nosotros: responder a una situación que la propia Venezuela considera grave. Una situación que tiene un impacto hacia adentro pero que empieza a tener, con un número significativo de venezolanos partiendo, migrando, un claro impacto sobre países vecinos y de la región”, agregó. Malcorra aseguró que la decisión de convocar a la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores no fue una iniciativa de Almagro, sino que “partió de un número significativo de estados miembro, como quedó comprobado con el resultado final de la votación”.

Venezuela ha rechazado estas iniciativas como una pretensión de “injerencia” sobre asuntos internos. Al anunciar la decisión de retirarse la OEA, el presidente Maduro acusó a la organización regional de “intervencionismo” y personalizó el desacuerdo en el secretario general, cuando clamó: “La OEA pa’l carajo; Luis Almagro pa’l carajo”. Almagro, por su lado, calificó a Maduro de “dictador” y se reclamó “presión regional” para que su gobierno caiga.

MIÉRCOLES 3 DE MAYO DE 2017 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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