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LA HORA DE LAS CUENTAS

MUMIA:

1) Boricuas identifican sus amigos y enemigos

2) Londres: La hora de las cuentas.

3) Cinco países árabes rompen relaciones con Catar

4) “El sistema se encuentra debilitado, pero no está en sus últimas horas”. Entrevista a Perry Anderson, ensayista e historiador

COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 17 / Nº 823 / Miércoles 7 de junio de 2017 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán

“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra y combatir ese monopolio es una tarea central.” — Emir Sader

1) Boricuas identifican sus amigos y enemigos
Manuel E. Yepe (Alai)

La Coca Cola, el canal televisivo Univisión, la línea aérea Jet Blue, el diario Nueva York Daily News, la corporación alimentaria Goya Foods, la telefónica AT&T, el equipo beisbolero “Yankees” de Nueva York y cuarenta consorcios más, junto con la policía y los bomberos de la ciudad, retiraron su apoyo y patrocinio al desfile puertorriqueño que cada 11 de junio se lleva a cabo en Nueva York.

Motivó el inusitado hecho la decisión de los organizadores del evento de dedicar su celebración al combatiente independentista Oscar López Rivera, recientemente liberado tras cautiverio durante 35 años en prisiones federales sin que jamás le hubieran sido probados los delitos por los que fue condenado.

Los organizadores del desfile no ignoraban que, si bien la posición de principios de López Rivera, tanto como combatiente por la independencia de su patria como durante sus 36 años prisionero, le hacían merecedor del alto honor, tal designación podría resultar demasiado chocante para mucha gente que se había dejado llevar ingenuamente por las mentiras de la propaganda colonial contra los más insignes patriotas puertorriqueños, cuya rectitud revolucionaria no había podido ser doblegada por tanto tiempo de cruel encierro. El Buró Federal de Investigaciones (FBI) y las filiales locales de varias corporaciones habían desatado una guerra mediática contra el patriota Oscar López Rivera desde antes de ser seleccionado éste para encabezar el desfile puertorriqueño de este año.

Cuando se anunció que se asignaría el nombre de Oscar a una calle del barrio puertorriqueño de Chicago, el FBI intensificó su campaña propagandística contra al patriota, tema que han reciclado hasta la saciedad.

Organizadores del desfile han declarado, en alusión a su decisión de dedicarlo este año a López Rivera, que: «algunas personas comparan su caso con el de Nelson Mandela a quien unas calificaban de terrorista mientras otras lo consideran un luchador por la libertad”. Oscar insistió que su historial judicial está claro y nunca se le acusó de crímenes violentos, aunque vinculó la desinformación a la campaña de en su contra del FBI.

“Poco a poco esta campaña se ha convertido en peligrosísimo juego donde aparecen personas con armas de fuego diciendo que me van a matar, divulgan comentarios de que yo soy terrorista y provocan que haya gente que se opone a mí porque creen que yo cometí crímenes que no he cometido”, afirma López Rivera.

Rafael Cancel Miranda, otro ex preso político puertorriqueño en Estados Unidos, en carta pública a López Rivera, le escribió: “Veo que ahora, en la campaña que llevan a cabo en tu contra, y porque representas Patria y Dignidad, conceptos que no caben en su mentalidad, te han otorgado la misma distinción de terrorista que a mí. Si de terrorismo vamos a hablar, hablemos de quienes, en la historia de la humanidad, por siglos, han sido los peores. Tú y yo somos antiterroristas, aunque los agentes del FBI nos llamen “non-repentant terrorists” (terroristas no arrepentidos). La verdad a veces es dolorosa, pero más doloroso es vivir en el engaño. ¡Pa´lante siempre, que tenemos la razón y el derecho a defendernos!”

“El desfile Nacional de los puertorriqueños tiene derecho a elegir a quien quiera homenajear. Este año me eligieron a mí y estoy sumamente agradecido. Creo que la decisión merece ser respetada”, declaró López Rivera. «Ningún puertorriqueño tiene porqué someterse a los deseos de las corporaciones. Creo en los boicots. Necesitamos utilizar nuestro poder como consumidores. Un boicot sería perfecto, porque las corporaciones no nos pueden decir qué hacer».

“Quiero que sepan que vivo profundamente agradecido por los esfuerzos que todos y todas han hecho para hacer posible mi excarcelación”, dijo López Rivera al dirigirse a una multitud en la jornada Mujeres por Oscar que culminó con la comparecencia del propio homenajeado, quien fue recibido por casi un centenar de mujeres en el puente Dos Hermanos en San Juan.

El ex preso político dijo allí que nunca perdió la esperanza de ser libre algún día y poder expresar su amor al pueblo. “Vivo con el corazón lleno de amor para todos, independientemente de ideologías, profesiones, religiones, identidades o preferencias sexuales. Todos se unieron e hicieron posible mi excarcelación. Eso habla mucho de nuestro pueblo… Somos más que una ideología”.

Sobre las recientes declaraciones del gobernador Ricardo Rosselló Nevares en las que desaprobó su homenaje durante la parada puertorriqueña, López Rivera sostuvo que son expresiones que forman parte de la política y carecen de principios. Rosselló Nevares había enviado en diciembre un mensaje al presidente Obama para exigir la excarcelación de Oscar, señalando que no había sido acusado de crímenes violentos, lo que contradijo en su carta reciente. “Un cambio de postura que ilustra una falta de principios por parte del Gobernador” expuso López Rivera.

MIÉRCOLES 7 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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2) Londres: La hora de las cuentas.
Guadi Calvo (Línea Internacional)

Otro ataque, low cost, en Londres, se produjo este último sábado dejando siete muertos y unos 48 heridos, de los cuales 21 se encuentran en estado crítico, que bien podría significar que para cuando se lean estas líneas el número de muertos pueda ser levemente mayor. Esta vez los hechos se sucedieron en el Puente de Londres y en el complejo gastronómico Borough Market, una zona de moda repleta de pubs y restaurantes.

La metodología fue exactamente igual al ataque del 22 de marzo en el Puente de Westminster y el Parlamento, cuando Khalid Masood o según su nombre de nacimiento, Adrián Russell Ajao, un británico de 52 años, lanzó un vehículo contra los paseantes y tras atropellar a varios, apuñaló a todo aquel que tuvo a mano, hasta que fue ejecutado por la policía. En el ataque del sábado fueron tres los hombres que intervinieron en el hecho estrellando una combi contra la multitud que caminaba por el puente, para enseguida bajar y acuchillar indiscriminadamente a peatones y parroquianos, hasta que la policía o el cuerpo Trueno Azul de las SAS, las fuerzas especiales de élite del Ejército británico, ocho minutos, 7 muertos y 48 heridos después, ejecutó a los tres agresores, que simulaban llevar chalecos explosivos, con 50 disparos.

Se hace ineludible recordar el atentado al Manchester Arena del 22 de mayo último que dejó 22 muertos y un centenar de heridos en este caso con una vinculación concreta con el Daesh. El responsable del atentado fue Salman Abedi, de 22 años, vinculado al Libyan Islamic Fighting Group (LIFG), una organización wahabbita con claras vinculaciones con al-Qaeda y utilizada por la inteligencia británica durante estos últimos 20 años para atentar contra intereses libios, incluso varios frustrados intentos de asesinar al Coronel Gadaffi durante los años 90. Muchos de sus miembros, incluso el padre de Salma, Ramadan Abedi participaron como fuerza de ocupación cuando se inició la guerra contra Libia a principios de 2011.

Se supo que Salman Abedi, había viajado varias veces a Libia y se movía libremente por Europa, durante estos últimos años con el conocimiento del MI5 y el MI6, la inteligencia interna y exterior británica, sin que estas agencias ni ninguna otra europea demostraran interés en que tramaba el joven Abedi.

Las cadenas internacionales de noticias ya están mostrando emocionadamente otra vez pirámides de flores, velas encendidas, cartas de recordación, corazones de plástico, ositos de peluche, rostros compungidos y condolencias de todo cuño, sin advertir al sensible público, que la Primera Ministro británica Teresa May, acaba de hacer una venta de más de 3000 mil millones de libras esterlinas a Arabia Saudita, la organización terrorista más grande del mundo, que ha dado y sigue dando sustento filosófico, protección diplomática, financiación material y cobertura de todo tipo a todas las organizaciones terroristas que en este momento sacuden al mundo desde Filipinas hasta Nigeria, sin obviar desde ya al Daesh y al-Qaeda.

Serán armas británicas y también norteamericanas, francesas, y alemanas que exterminaran a centenares de niños yemeníes, los que serán enterrados sin pirámides de flores, velas encendidas, cartas de recordación, corazones de plástico, ositos de peluche, rostros compungidos, condolencias de todo cuño. En Yemen a partir de la guerra declarada por los sauditas según la Unicef, muere un niño cada 10 minutos por razones prevenibles.

Desde el ataque a las torres en septiembre de 2001 los muertos en occidente por actos terroristas no alcanzan los 5 mil, la misma cifra que muy mal contados representan los ahogados en el Mediterráneo en 2015, quienes hasta allí llegaron intentando huir de las guerras que occidente ha prodigado en Asía y África desde la “guerra contra el terror” del presidente norteamericano George W. Bush, inició tras los hechos de Nueva York.

Solo desde el inicio de la operación Primavera Árabe, a comienzos de 2011, planeada por Washington y sus socios menores, por lo menos catorce países se desestabilizaron o profundizaron sus conflictos: Irak, Libia, Siria, Egipto, Yemen, Bahréin, Mali, Nigeria, Somalia, Afganistán, Pakistán, Filipinas, Indonesia y Malasia.

En algunos de ellos por caso Irak, con atentados de más de 300 muertos o el caso de Nigeria donde a pocas horas del ataque a Charlie Hebdo en la aldea de Baga, al norte de Nigeria, Boko Haram, asesinó 2000 campesinos o el más reciente de los últimos grandes atentados producido en Kabul, en último día de mayo, que dejo 100 muertos y 500 heridos en el barrio diplomático de la capital y por ende el lugar más seguro de Afganistán. No conforme con eso durante los funerales diversos ataques dejaron otra treintena de muertos, sin pirámides de flores, velas encendidas, cartas de recordación, corazones de plástico, ositos de peluche, rostros compungidos, condolencias de todo cuño.

10 menos 2 es 20.

Tal cual lo explica el corresponsal de guerra norteamericano Dexter Filkins, cuando se refiere al crecimiento de la insurgencia en Irak, la ecuación 10 menos 2 no da 8 sino 20, cada vez que los invasores norteamericanos matan un insurgente, decenas se iraquíes se suman a la lucha, muchos de ellos, sin previas convicciones política, ni religiosas, pero si con el afán de vengar a su muerto. Y es esa misma ecuación que hace que centenares o miles de jóvenes, y no tanto, musulmanes se sigan sumando a esta guerra de desgaste que se está librando en el interior de Europa, una guerra en que el enemigo, puede estar trabajando en el escritorio de al lado, acudiendo a la misma universidad o caminando la misma calle.

Son 50 millones de musulmanes y sus descendientes que viven en Europa, y como sería una locura tachar a cualquiera de ellos de terroristas, los propios servicios de seguridad saben que con la lógica de Dexter Filkins, cualquiera de ellos puede serlo, al riesgo de no solo perder su propia vida, sino que detrás de su accionar su propia familia se convierta en el chivo expiatorio de su acción, y sean castigadas despojadas de todos sus bienes y hasta de su propia libertad, tenga que ver o no. Solo alcanza con haber tenido un pariente, que agotado de tantas muertes de sus hermanos en Irak, Libia o Afganistán por ejemplo, decidan inmolarse como un recordatorio de ya basta.

Son innumerables los casos de musulmanes no radicalizados, incluso con una vida cultural y social, absolutamente occidentalizadas, que en algún momento se quiebran y deciden pasar a la acción.

Occidente ha abusado hasta el hartazgo de las riquezas y hasta de la inocencia de pueblos remotos, a los que han expoliado frenéticamente, solo pensar la acción de los belgas en el Congo, de Francia en Vietnam o de Gran Bretaña en La India o Sudán, para entender porque un oficinista de Los Ángeles o un universitario de Düsseldorf, de buenas a primeras, sin siquiera haber sido profundamente religioso, decide inmolarse en nombre de un Allah, que muchas veces puede ser el nombre de tantos que él han visto, morir bajo bombardeados en una aldea de Irak, ahogados en el Mediterráneo o muertos de sed y desesperación en el desierto del Sahara.

La OTAN lanzó en Libia casi 10 mil ataques aéreos con bombas de fragmentación y misiles con camisa de uranio empobrecido. Francia usa el norte de Mali como vertedero de desechos nucleares, prácticamente todas las napas de agua en Irak, han sido contaminadas por el uranio de los toneladas de bombas arrojadas desde 1990 hasta la fecha. Sin contar con la destrucción de infraestructura y acervos culturales.

No hay ningún lugar donde poder chequear cuantos son los muertos civiles por las operaciones de la OTAN en Medio Oriente en los últimos 30 años, no hay ningún lugar que hable de heridos, de mutilados o de locos, de vidas destrozadas para siempre, pero sin duda son millones.

En 2011 en Londres, una de las ferias de armas más grandes del mundo, fue promocionada con el “efecto Libia”. La Cámara de Comercio e Industria londinenses y el Banco Real de Escocia, publicitó la feria con el lema “Oriente Medio: un vasto mercado para las empresas británicas de defensa y seguridad”. Como si los resultados de esas operaciones comerciales no significaran nada.

Europa está sufriendo una ola de terrorismo desconocida en la historia, sus ciudadanos están cargando la situación como el clima o la inflación, pero un dato estremecedor habla claramente de esto: en los once años anteriores a Charlie Hebdo se produjeron un atentado cada veintidós meses, desde entonces a la actualidad la cifra es de 1.5 mes. El duque de Wellington dijo “las grandes naciones no libran guerras pequeñas”, lo que se está demostrando claramente en Europa.

MIÉRCOLES 7 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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3) Cinco países árabes rompen relaciones con Catar
Anne Barnard y David D. Kirkpatrick (NYT)

Egipto, Arabia Saudita, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos y Yemen rompieron sus relaciones diplomáticas con Catar en un esfuerzo renovado por aislar a la nación y en una muestra de atrevimiento en la región. Las naciones árabes no solo suspendieron las relaciones, como lo han hecho en el pasado, sino que también cortaron el contacto por tierra, aire y mar desde y hacia Catar, además de que ordenaron a sus ciudadanos a abandonar ese país.

El rompimiento de las conexiones por parte de Bahréin, Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Yemen representa una crisis para el gobierno catarí. Sus diplomáticos recibieron un aviso para abandonar Bahréin dentro de 48 horas y los ciudadanos tienen dos semanas para hacerlo en Bahréin, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Catar, un país monárquico relativamente pequeño en el golfo Pérsico, comparte frontera terrestre con Arabia Saudita, de la que importa hasta 40 por ciento de su comida. El lunes había reportes de que los cataríes estaban vaciando los estantes de tiendas y supermercados por temor.

El tráfico aéreo fue interrumpido: EAU suspendió el servicio de sus líneas Etihad, Emirates y FlyDubai mientras que los sauditas prohibieron que Qatar Airways pase por su espacio aéreo. Arabia Saudita dijo que con su decisión busca “proteger su seguridad nacional de los peligros del terrorismo y el extremismo”, a lo que la cancillería catarí reviró que las acciones “no están fundamentadas en los hechos” y son “injustificadas”.

Los otros países árabes que rompieron relaciones –todos de mayoría sunita, excepto Bahréin– han tenido conflictos con Catar por su respaldo a la Hermandad Musulmana en Egipto y en la región, incluido en la cobertura del canal televisivo panárabe Al Jazeera, financiado por Catar. Los rivales de este país también lo acusan de consentir la recaudación de fondos para grupos militantes islamistas que pelean en la guerra civil siria, aunque otras de las monarquías sunitas en la región han permitido lo mismo.

Una tercera acusación que pesa contra Catar es que conspira con Irán, rival regional para las naciones árabes que tomaron acción. Esta afirmación es notable porque Catar participa de manera activa en dos guerras del lado opuesto a Irán: la lucha contra los hutíes en Yemen y en el respaldo de los rebeldes sirios que luchan contra el presidente Bashar al Asad, apoyado por Teherán.

No queda claro qué evento precipitó que se retomara la campaña contra Catar en la región, aunque las acciones se dan poco después de una visita de Estado a Arabia Saudita por parte de Trump, quien dijo que apoya a los sauditas en sus disputas contra Irán y grupos islamistas como la Hermandad Musulmana. Catar es el país más rico del mundo respecto al PIB per cápita y ha usado esa riqueza para desempeñar un papel en la política regional, en temas como las negociaciones de rescate o de intercambio de prisioneros y el pago de millones de dólares a insurgencias que llevan a cabo los secuestros o detenciones.

También financia el acuerdo de Cuatro Pueblos en Siria, negociado con Irán y Hezbolá, para trasladar a civiles bajo asedio de fuerzas del gobierno o rebeldes a otras áreas. La riqueza de Catar y sus ambiciones para ser visto como un país árabe moderno a nivel mundial también han desatado tensiones. “Cortar las relaciones con Catar sugiere una disposición preocupante para ser asertivos y beligerantes, para enmascarar los problemas y retos más profundos de los países y puede verse como una extralimitación”, dijo Yezid Sayigh, investigador sénior del Carnegie Middle East Center en Beirut, sobre la decisión de los países árabes.

La decisión podría tener implicaciones en temas militares, como en el combate al Estado Islámico, pues Estados Unidos usa bases cataríes, así como en temas de negocios. Varias multinacionales tienen operaciones en las naciones en disputa y una llamada saudita para que se retiren de Catar podría poner a los directivos de varias corporaciones en una posición difícil. Catar, por ejemplo, será el anfitrión del Mundial de Fútbol de 2022 y el torneo ha provocado un auge de la construcción, que provee oportunidades para muchas empresas e incluso para crear sedes de museos y universidades de diversas partes del mundo.

MIÉRCOLES 7 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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4) “El sistema se encuentra debilitado, pero no está en sus últimas horas”. Entrevista a Perry Anderson, ensayista e historiador
Ekaitz Cancela (Ctxt)

Perry Anderson (Londres, 1938), ensayista e historiador inglés, es una de las mentes vivas más brillantes del marxismo clásico. El último trabajo que lo acredita es The H-Word: The Peripeteia of Hegemony (Verso, 2017), un valioso recorrido histórico, y extremadamente lúcido, que encuentra en las distintas interpretaciones del término hegemonía el eje de su análisis. Sus escritos sobre la historia intelectual no suelen dejar nunca títere con cabeza.

En este sentido, ninguna excepción concede al partido de Pablo Iglesias: “Podemos puede rechazar la socialdemocracia un día y declararse la nueva socialdemocracia al siguiente. Problemas iniciales, tal vez. Pero están muy lejos del prisionero de Bari [en alusión a la provincia donde se encontraba la cárcel de Antonio Gramsci]”. Sea como fuere, las disputas quedan en el plano académico. Anderson, también editor de la publicación New Left Review, viajó a España recientemente junto a su colega Susan Watkins, invitados por el Instituto 25M, para dar el impulso que busca la formación morada a su laboratorio de ideas. Ambos, junto a Traficantes de Sueños, estrenan partenariado para continuar con la publicación de la revista en su edición en castellano.

—Usted hablaba en su intervención de Jean Monnet como ese emprendedor que en 1957 se consagró como uno de los arquitectos de la Unión Europea. ¿Lo hizo con cierta nostalgia?
—Los arquitectos de la Comunidad Europea fueron excepcionalmente audaces y figuras muy importantes en un determinado momento histórico. Si bien es cierto que existía un emprendedor francés llamado Monnet, que aprendió las lecciones de las dos terribles guerras mundiales, una de las transformaciones principales que vivimos hoy en día ha sido el de abandonar la idea de la posguerra de Estados de bienestar basados en la protección social. Y que debían ser, además, capaces de establecer a largo plazo una asociación independiente de Estados Unidos. La Unión Europea no se encuentra en condiciones de invocar los sueños de Monnet.

—Estamos en el 60 aniversario del Tratado de Roma. ¿Qué ha cambiado?
—Digamos que el trágico desarrollo de Europa ha estado marcado por dos sucesos. En primer lugar, el reverso del camino hacia la integración europea por el calado que han tenido las ideas que ya había desarrollado previamente el economista austriaco Friedrich von Hayek. En medio de un deteriorado clima económico global, la doctrina de Hayek fue redescubierta en Occidente y se consumó el giro hacia la versión neoliberal del capitalismo. A modo de resumen: la protección de la vida de los ciudadanos desaparece con la desregulación del mercado de trabajo, la privatización de los servicios públicos y la reducción del gasto social. Por otro lado, no podemos obviar la reunificación alemana. No hay duda de que Alemania se convirtió en un hegemon en contra de su propia voluntad, y que tal hegemonía se convertiría después más en una carga que un privilegio. Sea como fuere, el Estado alemán determina hoy la construcción europea e inscribe sus directrices en las Constituciones del resto de países. Podríamos señalar que otro de los aspectos más novedosos de la política moderna de la UE es su relación con Rusia y el desplazamiento de ésta hacia posiciones similares a las de la Guerra Fría. Sancionar duramente y de forma indefinida a Rusia por la invasión de Crimea es una locura política y una desconexión total de la realidad política europea.

—Hoy en día otro exbanquero francés es presentado por las élites europeas como la única esperanza del Viejo Continente. ¿Qué distingue a Macron de Monnet?
—Existe una diferencia notable entre ambos. Monnet nunca obtuvo su elección del electorado, aunque se encontraba muy cómodo con las élites de Estados Unidos, de ahí residía su autoridad sobre los gobiernos europeos. Era un banquero internacional, sí, pero también un arquitecto político a nivel supranacional. Emmanuel Macron es una figura contemporánea mucho más convencional. Es un tipo joven, atractivo y neoliberal. Nada más. Él forma parte de la misma camada de líderes que Tony Blair o Barack Obama.

—¿No cree que su elección evitó la resurrección de la tradición autoritaria que encarna el Frente Nacional?
—La clase política europea nunca pensó que Marine Le Pen pudiera ganar, eso era inconcebible. La vía a través de la cual Macron se ha convertido en presidente era extremadamente predecible. El próximo número de New Left Review lleva un artículo magistral sobre ello, pero fundamentalmente teníamos una desastrosa administración socialista encabezada por François Hollande, que no tuvo ningún ideal que no fuera implementar una agenda conservadora. Lo que quedó en Francia fue una situación en la que las alternativas de siempre, centro derecha y centro izquierda, no podían seguir siéndolo durante más tiempo porque la primera se había eliminado a sí misma y la segunda era muy débil. De esta forma, llega un candidato del establishment con el atractivo suficiente como para continuar profundizando en reformas de marcado tono liberal.

—Al principio, muchos analistas vieron a François Fillon como presidente de la República. ¿Qué opina del escándalo que acabó con la opción conservadora?
—Fillon era la alternativa lógica, pero se vio imbuido en un gran escándalo que le destruyó políticamente y le eliminó a todos los efectos como candidato presidenciable. Este es, por cierto, un episodio oscuro e interesante, puesto que existen evidencias de que la filtración procedía de la propia administración. No sé si se habrá hablado lo suficiente en España, pero Fillon sostuvo que la política con Rusia es estúpida y que no puede ejecutarse durante tantos años de esta forma. Es cierto que Sarkozy tiene buenos vínculos con la policía y que el Partido Socialista estaba en el Gobierno, pero creo que existe la posibilidad de que se le eliminara como candidato por su ideas sobre Rusia.

—¿Sucede lo mismo con las últimas filtraciones sobre Donald Trump?
—En general, las ideas de Trump encajan dentro de los parámetros del sistema norteamericano, pero hay algo que ha marcado la diferencia: romper la ortodoxia en la política de Estados Unidos con Rusia. Inmediatamente aparecieron filtraciones –y siguen haciéndolo ahora. Sabemos cuál es el complejo y poderoso papel que juega el Departamento de Seguridad en el deep state…

—Volviendo a la hegemonía neoliberal instalada en los ochenta, hay quien apunta que el sistema neoliberal está en crisis. ¿Comparte usted esa creencia?
—No podemos ser ingenuos: el neoliberalismo no está en crisis. Lo expliqué en un artículo reciente aparecido en Le Monde Diplomatique y argumento constantemente en mi país en contra de la gente que lo señala. El sistema se encuentra debilitado, pero no está en sus últimas horas. Aunque es curiosa la situación francesa: las élites financieras están realmente preocupadas por Jean-Luc Mélenchon, que tiene un margen de crecimiento muy grande. Mire los ataques que está recibiendo. Ahora bien, sí es cierto que la desafección popular con el neoliberalismo es una de las grandes demandas en Europa. Y no olvidemos que el 40% de los ciudadanos franceses expresó su rechazo al Estado neoliberal en la primera ronda de las elecciones.

—¿Cree que Bruselas tiene motivos de alivio con los últimos resultados electorales?
—Para el establishment europeo, Emmanuel Macron es el candidato ideal y la incertidumbre económica ha desparecido. También estoy de acuerdo con el punto de vista de que la Comisión Europea y sus publicistas han recuperado la confianza personal, creen que las cosas marchan en la buena dirección y sostienen que vamos a ser capaces de exportar nuestros ideales y valores a lo largo y ancho del mundo. Incluso han recuperado el relato para continuar con los planes de liberalización a nivel global. Pero, más allá de la Comisión, hay un actor muy importante que es el Gobierno alemán. La Comisión no va a dejar de continuar en la agenda ordoliberal que llega de Alemania. Quizá Angela Merkel haga algunas concesiones a Macron para subirse a la corriente de esa modernización que en realidad no lo es, pero sus políticas se mantendrán intactas.

—¿Una especie de acrobacia cortoplacista?
—Obviamente esta mirada de las élites europeas tiene un recorrido muy corto, sí. Las protecciones sociales están minadas, la productividad estancada, el desempleo sigue siendo elevado y cada día todo esto es menos tolerable para la opinión pública. Tampoco la situación política en España es estable, y mucho menos en Italia.

—Su compañera Susan Watkins hablaba de lo que Chantal Mouffe llamó “choques saludables” para referirse al Brexit. ¿Qué significa esto?
—No digo que me alegre de su marcha, pero el Brexit es un choque nacional contra la UE que le fuerza a abandonar la austeridad. Desde mi punto de vista, en Bruselas están cometiendo algunas estupideces al mantener una actitud punitiva con ellos. El Reino Unido es aún la segunda economía más fuerte y está muy interconectada a nivel de seguridad, vigilancia y política exterior con el resto de Europa. Castigar a un país económicamente de esta forma no puede salir bien. En definitiva, el juego sigue en marcha en el panorama político europeo y puede producirse algún revés más en otro país en cualquier momento.

—Usted señala que existe un único instrumento democrático en el Tratado de Lisboa, el tratado vigente de la Unión Europea. ¿A qué se refiere?
—Creo que una de las pocas salidas para cambiar el statu quo y articular distintas demandas contra la integración neoliberal es la provisión en el Tratado de Lisboa de la posibilidad de convocar un referéndum a nivel europeo a partir de un determinado número de firmas. Esta debería ser la punta de lanza de una campaña que podría tener un efecto de movilización y cambio que de verdad podría suponer un verdadero shock para el sistema. Hablamos de usar un mecanismo democrático para hacer explotar un tratado antidemocrático.

—¿Le parece que una movilización similar, pero contra la globalización neoliberal, ha surgido de las campañas contra los tratados de comercio como el CETA y el TTIP?
—Esa ha sido una campaña muy importante, que muestra que las iniciativas neoliberales pueden ser detenidas u obligar a las élites a quedar retratadas. Han sabido aprovechar el momentum del último intento de liberalización del capital, pero aún existe el peligro que de que presenten el mismo producto con otro nombre.

—Me gustaría terminar preguntándole por una ausencia que me ha llamado la atención en su libro. ¿Qué papel juega Silicon Valley en la creación de nuevas hegemonías en el siglo XXI?
—Tienes razón. Creo que es un gran libro, aunque no he atacado ese aspecto de forma directa. Es cierto que las compañías tecnológicas operan poderosamente en la política francesa y aún más a nivel global. Imagina el software de un ordenador, donde un proveedor de software como puede serlo Microsoft, después de obtener una ventaja inicial de mercado, fomenta la proliferación de aplicaciones de software y programas de base en el lenguaje operativo de su marca. Esto, a su vez, crea un enorme complejo de proveedores y usuarios que dependen enormemente de Microsoft. También, un conjunto cada vez más denso de compromisos con esta compañía basados en la creencia de que cambiar a otro formato sería más costoso, aunque fuera más eficiente. Es un ejemplo de las relaciones que crea una hegemonía promovida en torno a sí misma que, inevitablemente, le produce rendimientos crecientes.

—Ante la acumulación de poder por parte de estos nuevos gigantes, ¿qué opina de la reacción de Bruselas?
—En el caso de Europa tenemos que decir que las capitales han hecho algunos movimientos para frenar el poder tecnológico. Aunque también hemos de ser escépticos, como señala Evgeny Morozov cuando dice que no es suficiente. Morozov está en lo cierto cuando habla del capitalismo digital y propone la socialización de los bienes comunes, como pueden ser nuestros datos. Creo que esa es la demanda adecuada.

MIÉRCOLES 7 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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