2) Venezuela: Terroristas travestidos en demócratas /Aram Aharonian
3) Por una Ley de Salud Mental en clave de Derechos Humanos
4) La Telenovela Errante Sergio Ferrari
5) SCJ señala "represión indebida" a detenidos por Amodio Pérez pero se niega a indagarlo /Walter Pernas
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COMCOSUR INFORMA AÑO 17 – No. 1833 – martes 15.08.2017
“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS
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1) LILIANA PERTUY: “QUE LAS NUEVAS GENERACIONES PUEDAN SABER QUE HUBO RESISTENCIA”
Romina Verrua /MuMe /10 Agosto, 2017
El lunes 14 de agosto se instalará una placa en Treinta y Tres, en homenaje a las resistencias de estudiantes y docentes reprimidos durante la última dictadura militar. Será a las 16 hs en el Liceo Nº 1 de dicha ciudad (Juan Antonio Lavalleja 1065). Entrevistamos a Liliana Pertuy, una de esos estudiantes y también una de las impulsoras de la colocación de la placa.
Aunque es de Treinta y Tres, Liliana Pertuy hace años que vive en Montevideo. Fue una de las detenidas entre el 12 y 13 de abril de 1975 en su ciudad natal. En esos dos días 38 jóvenes, de los cuales 29 tenían entre 13 y 17 años, fueron detenidos ilegalmente, torturados psicológica y físicamente durante semanas. El 30 de abril de 1975, el diario El País publicó un comunicado de prensa en el que el Comando General del Ejército culpabilizaba a estos adolescentes por no cumplir con las buenas costumbres, sostenían: “Marxismo: única meta de la destrucción moral” y “Descubren campamento: prostituían a más de 60 jóvenes”.
Si pensaron que recuperarían sus vidas cuando los dejaron en libertad, también se habían equivocado. A partir de entonces pesaba sobre ellos la prohibición de seguir estudiando en cualquier institución del país. Además, algunas familias fueron obligadas a irse del lugar. Fue el caso de la familia de Liliana, la historia de cómo llegó a vivir a la capital nacional.
Mientras estaba detenida, cuenta, cumplió 16 años. Después de mudarse a Montevideo, su relación con Treinta y Tres venía cargada de sentimientos contradictorios, sin embargo, este parece ser uno de los momentos que dejará una sensación de reencuentro.
¿Entre quiénes y cómo surge la idea de la colocación de la placa en el Liceo Nº1 en Treinta y Tres?
A lo largo de estos 42 años, desde lo que pasó, hemos hecho varias cosas entre todos los que estuvimos detenidos. Esta idea surge de cuatro compañeras de Treinta y Tres, que son: Beatriz Silva, Sandra Díaz, Mabel Fleitas y yo. De alguna manera hemos acompañado la colocación de placas en otros lugares, sobre todo del interior, y dijimos “bueno vamos a pedir una para nosotros”.
Es una cosa muy sencilla en realidad. Realizamos la solicitud al MEC hace como un año, y hace unos meses nos comunicaron que se había aprobado. Nosotras le planteamos que no queríamos una placa en la puerta del Cuartel, en general se colocan en esos lugares. Nosotras sí queríamos una placa en un lugar que era el centro de acción, concentración, socialización de todo lo que hacían los jóvenes, el Liceo Departamental en aquel momento. La inmensa mayoría de nosotros íbamos ahí, teníamos entre 13 y 20 años; pero 29 éramos menores, teníamos entre 13 y 17 años.
Además pensando que esto es memoria para las nuevas generaciones, que diga “en este Liceo pasó tal cosa”, que puedan preguntar y documentar. Que puedan saber que hubo resistencia. En la solicitud argumentamos que en el Cuartel verían la placa los soldados que van a trabajar, pero esta placa tenía el sentido de la lucha, resistencia, libertad, que fue lo que nos empujó y nos inspiró a luchar contra la dictadura. Queríamos rescatar ese espíritu.
Se aceptó que sea el Liceo. En pocos días comenzamos junto con el MEC y con personas en Treinta y Tres, a organizar esta movida.
Treinta y Tres fue un departamento de una represión brutal. Siempre digo que hubo tantos presos y detenidos como votos tuvo el FA en la elección de 1971. Es terrible. La represión empezó con los Tupamaros, y continuó. Siguió con nosotros que éramos la inmensa mayoría de la Juventud Comunista. La fecha elegida, el 14 de agosto, nos pareció pertinente por ser el Día de los Mártires Estudiantiles; nosotros no somos mártires pero sí fuimos parte de la resistencia.
¿Cómo piensas que va a ser recibida la instalación de la placa en Treinta y Tres?
Yo no tenía una buena relación con mi pueblo. Porque fue muy horrible nuestro caso, porque nos echaron del pueblo. La gente nos tenía miedo, nuestras compañeras y compañeros del liceo cruzaban de vereda. Sobre nosotros no solo inventaron toda esa patraña de que éramos “marxistas-leninistas-come niños crudos”, también -y lo peor para el pueblo me parece a mi- dijeron que hacíamos orgías y todo eso. Yo tenía 16 años, cumplí 16 en el medio de la tortura, a esa edad imaginá lo que es que tus amigas y amigos, que tus compañeros del barrio no te saluden. Además nos echaron del pueblo, me vine a Montevideo, y tuve que rehacer mi vida. La mayoría hicimos eso, salvo algunos que se quedaron y la pasaron muy mal.
Siempre tuve una sensación de “este pueblo tan retrógrado”. En los últimos tiempos eso ha cambiado. Aunque no voy a sacarle peso a la justicia uruguaya, que es nefasta y que no existe para nuestro caso; pero de alguna manera existen otros casos de justicia como esta: que tu comunidad te rinda, no sé si homenaje, pero sí tributo, reconocimiento. Es una manera de hacer justicia.
Yo les decía a ellos (en Treinta y Tres) el día que se presntó el libro de (Mauricio) Almada, con más de 300 personas, que me emocionó ese encuentro.
Les conté de mi relación contradictoria, y que les agradecía por haber tendido este puente que me permitía ver a mi pueblo y ciudad con otra mirada. Siento que ellos han tendido un puente y que una puede cruzar ese puente, volver de otra manera. Allá hay un grupo de jóvenes que trabajan sobre memoria, me invitaron a marchar con ellos el pasado 20 de mayo, y fui. Hay puentes muy fuertes con esta nueva generación, y nosotras estamos apoyándolos fuertemente.
Entre quienes compartieron esta experiencia de detención masiva, contabas que algunos se siguen reuniendo. ¿Qué características tiene ese espacio? ¿Pudieron hablar alguna vez de lo que vivieron, sirve para organizar tareas?
En realidad nosotros nunca nos juntamos para hablar entre nosotros sobre los que había pasado. Es decir, sí de lo que nos pasó, hablar del caso. Pero nunca en la vida nos contamos, por ejemplo, la tortura. Ni siquiera con mis amigas de toda la vida que también compartimos ese espacio. Nunca nos contamos lo que nos habían hecho a cada una, digo a cada una porque somos muchas mujeres. Con los varones menos, creo que son más herméticos en estas cosas. Empezamos a saber lo que nos habían hecho a cada una leyendo el libro de Mauricio Almada hace tres años.
Entonces hay una cosa de no contar lo sucedido, la tortura en realidad. Nosotras las que somos amigas no nos juntamos porque estuvimos juntas ahí, sino porque éramos amigas desde antes.
Sin embargo, nos hemos juntado los 38 porque de verdad hay una cosa fuerte. Nos juntamos para hacer la denuncia, para hacer cosas concretas en Treinta y Tres. Hay una cosa fuerte que se mantiene cuando nos reencontramos, perdura el afecto, porque lo vivido fue tan fuerte y en una edad tan particular que yo creo que eso nos marcará para siempre..
¿Cómo fue rearmar la vida después de esta experiencia siendo tan jóvenes y sin poder estudiar?
También colocar la placa en el Liceo tiene mucho que ver con eso de la prohibición de estudiar. A esa edad es como que te matan civilmente, qué vas a hacer a los 15 años, siendo estudiante. En el caso de mi familia, directamente la llamaron a mi madre y le dijeron que nos teníamos que ir del pueblo. Fue un destierro, a veces no se habla de eso, bueno en este país no se habla de muchas cosas (risas). A veces pienso que se habla de exilio, pero no de que también hubo destierros adentro del país. Imagínate que nosotros éramos gurises y gurisas bien del interior. Treinta y Tres era un pueblo de campaña prácticamente, que te conoces con todos, vas a bailar, al río.
Más allá que militábamos, teníamos conciencia, leíamos, decidimos enfrentar la dictadura, luchar por la democracia y las libertades; fue muy duro irnos porque fue muy dura la vida en dictadura, que también es de las cosas que no se habla en este país. ¿Cómo vivía la gente en esos 12 años de dictadura? Horrible vivíamos, todos los uruguayos y uruguayas. Este país era oscuro, miedoso.
Por ejemplo, si en una ciudad muy grande instauras el nazi fascismo es más fácil escabullirte, esconderte. Pero acá no, acá somos los que somos y todos se conocen. Eso dificulta muchísimo vivir en períodos de dictadura.
Montevideo para nosotros fue la ciudad luz, nos dio aire, nos dio oxígeno. Tuvimos que trabajar inmediatamente, nuestros padres fueron destituidos, echados. Eso significó desarraigos múltiples, rehacer vidas. Yo también empecé a trabajar a esa edad, no para pagarme mis gustos, sino para ayudar a la familia, parar la olla, alquilar dónde vivir, empezar la vida nueva.
A mi Montevideo me encantaba, iba al cine, al teatro. Yo siempre digo “conmigo no pudieron”, digo tendré veinte mil rayes, pero siempre fui zafando. Apenas nos mudamos, con otra compañera, nos inscribimos clandestinas en una UTU de arte. Pasamos todo el año. Ella hacia cerámica y yo hacía serigrafía. Había como intersticios, y una decía por acá me cuelo, por acá respiro, por acá hay libertad. Eso fue muy importante.
Nosotras siempre seguimos militando, más allá de todas las amenazas, porque nosotras fuimos procesadas por la justicia militar, siendo menores de edad, por atentado a la Constitución en grado de conspiración. Además les quitaron la patria potestad a nuestros padres. Si caíamos presas no solo íbamos nosotras, ellos también, mientras fuéramos menores. Junto a otros más fuimos de los que seguimos militando clandestinamente toda la dictadura, milité en la Juventud Comunista hasta 1990. Después me fui del partido.
Esa fue la vida después, pudimos hacer cosas pero es como quedarse entre paréntesis. Porque te hicieron perder 10 años de tu vida, de tu vida de verdad, donde acumulas. Siempre tuve la sensación de “estar atrasada”. Inclusive fui de las pocas que hizo una carrera universitaria, con un hijo chico, me divorcié y decidí hacerla porque era mi asignatura pendiente.
La hice, con mucho esfuerzo y sacrificio, todos los demás me llevaban ventaja, yo era extra edad, con un hijo, tenía que trabajar. Me recibí en 2004, empecé a estudiar en 1997 y hacía de a una materia, pero era mi asignatura pendiente. La sensación el día que me recibí fue: lo logré, los milicos no pudieron conmigo. Después encima pude trabajar de socióloga, así que felicidad completa.
¿Cuál es la situación legal de la causa en la actualidad?
Nosotros hicimos la denuncia de Treinta y Tres en octubre de 2011. Fue una denuncia colectiva, fuimos 20 de los 38. Nos citaron a todos los denunciantes y todos fuimos a declarar. Cuando empezaron a citar a los denunciados, a los torturadores, a los militares; Díaz Agrelo, el médico, torturador, que además era profesor nuestro de biología, antepuso un recurso y la Corte hizo lugar y lo tranca. Desde ahí no llaman a ningún otro. Los argumentos que hemos viste en el expediente son: “no se encontró la dirección”, por ejemplo. ¿En Uruguay? ¿En Treinta y Tres? Es como “no quiero investigar, no voy a investigar”. Acá hay un pacto, estoy convencida de eso.
Hago todo esto, primero, porque creo en construir la memoria en estos pequeños actos de justicia. Segundo, porque creo que en Uruguay va a pasar lo que pasa en España, por ejemplo, los nietos, los bisnietos, van a decir “quiero saber qué pasó con la loca de mi abuela, de mi bisabuela”, que tengan esas nuevas generaciones de dónde agarrarse para hacer la investigación. ¿Es pesimista esta mirada? No, yo voy a joder como la piedra en el zapato.
Mientras tenga fuerzas y vida, voy a denunciar, tocar puertas, decir que está mal. Pero también pienso que hay que denunciar, hacer libros, escribir, poner placas, hablar, que quede para las nuevas generaciones porque lamentablemente mi paisito en esto es muy lamentable. A esta altura han pasado todos los gobiernos, todos los partidos, y tampoco ha pasado nada. Mi valoración también con mi gobierno del FA en este tema es malísima.
¿O sea que la denuncia quedó ahí?
Nunca llamaron a un torturador a declarar. Nosotros ampliamos la denuncia con el libro de Mauricio Almada, porque es muy buena investigación. Y nada, absolutamente nada.
¿Cómo sería tu sueño de justicia en relación a la represión sufrida durante el terrorismo de Estado en Uruguay?
Mi sueño sería que los gobiernos del FA dijeran “vamos a investigar de verdad, vamos a hacer que la justicia funcione, que se sepa la verdad”. Que los que están vivos sean juzgados. Con todas las libertades de la ley, las que no tuvimos, las que no tuvieron los desaparecidos ni los niños robados. Ahora, no creo que pase, ¿sabes? No es de pesimista.
El otro, el plan B, es a todos los que vivieron estas cosas les digo: escriban, hagan cosas, para que las nuevas generaciones tengan de dónde partir. Van a necesitar saber su historia, en algún momento las sociedades tienen que sanear, esta es una herida muy terrible para los pueblos, en algún momento van a necesitar. Nosotros no pudimos, que puedan los que vengan. Que digan: la abuela murió y encontré esto grabado, escrito a mano, un casette ¿cómo lo escuchamos? (risas).
¿Pensando más en relación a la sociedad, al pueblo uruguayo, cuáles son las deudas pendientes en relación a Memoria, Verdad y Justicia?
Yo sufrí horrible la derrota del voto verde. Estaba embarazada de mi hijo, me acuerdo patente de esa madrugada, me había tocado ir a Pando cuando perdimos la primera vez (el plebiscito) contra la Ley de impunidad en abril de 1989. Me dolió y más allá de todas las explicaciones posibles y del miedo, yo soy víctima, son de esas cosas que no me voy a olvidar jamás.
La peor fue esta segunda vez (del plebiscito para la anulación de la Ley de Caducidad), con mi hijo ya militante. Eso también me dolió, no por mí ya sino por ellos. Porque una y otra vez, con 20 años de diferencia, este pueblo no quiere saber la verdad. Eso es brutal.
Si todos los sectores del FA hubieran puesto la papeleta, se hubiera ganado. Quiere decir que lo más triste y doloroso es que hay sectores de la izquierda, dentro del FA, que tampoco quieren que se sepa la verdad, mucho menos que se haga justicia. Porque si sabes la verdad, vas a hacer justicia. Para mí, que soy militante frenteamplista hasta ahora, es muy doloroso.
La colocación de la placa, el próximo lunes en Treinta y Tres, se enmarca en lo dispuesto por los artículos 7 y 8 de la Ley Nº 18.596 de reconocimiento y reparación a las víctimas de la actuación ilegítima del Estado. Otro acto de justicia, que queda corto, pero contribuye a la construcción de memoria colectiva a lo largo y ancho de todo el país.
*Fuente sobre el caso: “El Goyo Álvarez fue un torturador de niños”
“Menores Presos durante la Dictadura en Uruguay”
Entrevista y contenidos: Romina Verrua /MuMe
COMCOSUR INFORMA Nº 1833 – 15/08/2017
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2) VENEZUELA: TERRORISTAS TRAVESTIDOS EN DEMÓCRATAS
Por Aram Aharonian
Los principales partidos de la variopinta oposición venezolana vienen anunciado su eventual participación en los procesos electorales regionales previstos para diciembre de este año, luego de participar activamente en violentos actos desestabilizadores y terroristas por cuatro meses, una vez se produjeran discretas conversaciones de su dirigencia y representantes del gobierno.
El anuncio más llamativo vino de la mano de Freddy Guevara, dirigente del partido Voluntad Popular, integrante de la cúpula que activamente ha promovido la violencia en los meses recientes.
Ha señalado al "camino electoral" como la alternativa para consagrar los objetivos del antichavismo en Venezuela. No obstante, hay que revisar estos anuncios desde una perspectiva más amplia, pero no por eso menos detallada.
Es evidente la incongruencia de la narrativa de la oposición. Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Avanzada Progresista, Acción Democrática e incluso Voluntad Popular transitarán ahora los caminos electorales, después de desconocer el gobierno de Nicolás Maduro, lo que no garantiza que abandonen los caminos de la violencia. El partido Vente Venezuela de María Corina Machado y Alianza Bravo Pueblo de Antonio Ledezma, han sido tajantes en no participar.
Pero el pragmatismo es evidente: la posibilidad de conquistar gobernaciones y alcaldías le daría a la oposición no solo presencia y poder territorial sino acceso a presupuestos. Y hoy no hay forma de predecir cuáles –o cuántas- gobernaciones o alcaldías quedarán en manos de la oposición.
Los dirigentes de la oposición –quizá por estar sobreexpuestos a la información de la prensa internacional- sobrestimaron su propia fuerza y credibilidad, subestimaron la conciencia del pueblo chavista y leyeron en inglés qué significa ser combativo (o sea el estado de ánimo de la gente). Y eso trae primero pase de facturas, cambios, huidas y cambios de posiciones, dentro de una dirigencia de clase alta lejana (siempre) a la realidad y con directivas emanadas desde el exterior.
Y quedaron atrapados en sus propias redes (las sociales), confundiendo la pos verdad (las mentiras que ellos lanzaban sobre la radicalización de la población) con la realidad y la verdad, y en la especulación del derrame de los cuadros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, pero hete aquí que ésta se mantuvo firme.
La oposición desconoció el resultado, la realidad-real, pero igual debió asumir el golpe, lo que obligó a un cambio de táctica –incuso poner en duda el tan cacareado “empate” entre oficialistas y opositores- y de estrategias sobre la marcha: ahora participarán en las elecciones regionales comandadas por el mismo Consejo Electoral al que acusaron de ilegítimo, ilegal, fraudulento, manipulador…
Travestidos de demócratas
Acuden a elecciones tras el fracaso estrepitoso de su estrategia abierta del desplazamiento violento del gobierno, a través de movilizaciones, trancas, paros, plantones, guarimbas y violencia articulada y paramilitarizada, que dejaron más de un centenar de muertos y más de 1.500 heridos en cuatro meses, que tratarán de barrer debajo de la alfombra ante el electorado. Tampoco puede descartarse que la violencia –reducida- continúe, pero ya sin responsables políticos visibles…
Las inscripciones de candidaturas a gobernaciones expirarán el 17 de agosto. No se sabe si las candidaturas de la oposición serán unitarias o si los partidos de la MUD irán separados desmembrándose electoralmente. Las pugnas internas son entre los partidos que promovieron activamente la violencia (Voluntad Popular y Primero Justicia) y los que no (Acción Democrática, Avanzada Progresista y Un Nuevo Tiempo), considerados como ala moderada de la oposición.
Henry Ramos Allup, dirigente de Acción Democrática (AD), criticó a aquellos sectores que pretenden salir del gobierno, pero “obstaculizan los mecanismos de participación” o los que se escudan en los “caídos durante las manifestaciones”, para no participar en el proceso electoral. “Si no inscribimos un candidato, más rápido que inmediatamente, el gobierno hace esas elecciones y se llevan las 23 gobernaciones y nos quedamos sin oposición”.
AD es el agrupamiento socialdemócrata histórico, que acompañó la escalada de violencia, pero que apuesta al desgaste del gobierno, sobre todo por el efecto de los ataques económicos. Tiene representatividad en casi todos los estados y intenta ganar gobernaciones y alcaldías acumulando en votos el descontento popular.
En el otro extremo están los grupos alineados en la “resistencia” que rechaza la traición de los dirigentes que aceptaron ir a las elecciones, junto a la reivindicación de las acciones de violencia, Se mueve a través de redes sociales, muchas de ellas manejadas desde Miami. Algunos analistas señalan que no es más que otro nombre de partidos como Primero Justicia y Voluntad Popular, que los habilita a transitar por ambos caminos: el del terror y el de la democracia a la vez…
Episodios similares al ataque al fuerte Paramacay y/o el bombardeo del helicóptero robado a instituciones públicas, pueden repetirse, pero ya estaríamos hablando de hechos más profesionales y paramilitarizados. Incluso en este escenario electoral, la violencia beneficia a la MUD, pero sobre todo a aquellos que financian la desestabilización que lleve a una intervención extranjera en busca de las riquezas nacionales.
Y quedaron descolocados al consolidarse la Asamblea Nacional Constituyente sin participación de la oposición, por decisión propia. Es más, la MUD ya había anunciado que no participaría de las elecciones regionales y la revocatoria de esa decisión que pone nuevamente en el camino civilizado a una masa opositora que fue convencida de que la aventura violenta sería exitosa.
La narrativa sigue siendo incoherente y difícil de rearmar. Gastaron tiempo, esfuerzo, presiones, desestabilización para deslegitimar a nivel nacional –pero sobre internacional- tanto al Consejo Nacional Electoral como al proceso electoral constituyente, sin lograrlo. Es más, legitimando a ambos, algo bastante difícil de explicar a la masa opositora, que no entiende tanta consigna contradictoria. Los medios han sobrepasado ampliamente la canalización de la información, para extenderse a la misma producción de acontecimientos políticos, hasta convertirse en los principales movilizadores y operadores políticos.
Los ataques económicos e internacionales
De todas formas, este análisis quedaría cojo si no se tienen en cuenta otras dos “fuerzas” de la derecha, la desestabilización económica y el frente internacional-diplomático. Pero la desestabilización sigue y desde el exterior el primer frente de ataque sigue siendo el económico, inflando desproporcionadamente el valor del dólar, tratando de recrudecer el ciclo de malestar popular. Junto al frente económico, el internacional -con Donald Trump como comandante en jefe- no logra sumar triunfos, pese a la ferviente coordinación de México y Colombia de los gobiernos subordinados de la región.
La nueva ofensiva del Dolar Today, precedida por un acoso particularmente agresivo por el establishment estadounidense y sus repetidores locales, piensa cosechar en diciembre los resultados de una hiperinflación en puertas, de no producirse un cambio en la política financiera, en medio de un creciente intento de aislamiento internacional, comandado por Donald Trump desde Washington y Juan Manuel Santos desde Bogotá, y bloqueo financiero que afectan las fuentes de abastecimiento. En estas circunstancias, en Caracas sorprende el cambio de canciller, pese a los buenos resultados de Samuel Moncada.
Tras declarar que la convocatoria constituyente agravaría el cuadro de crisis política en Venezuela, varios gobiernos optaron por medidas unilaterales, concertadas o no con otros países.
Declaraciones, congelación de haberes y prohibición comercial para altos funcionarios (como hizo Estados Unidos), retiro de embajadores y anuncios de preocupación o de condena por la realización de la constituyente. Brasil, Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, México, Panamá, Paraguay, Perú y un nutrido grupo de naciones europeas condenaron el proceso y anunciaron que no reconocen esa asamblea constituyente. Perú convocó a una nueva reunión de gobiernos americanos sobre el tema Venezuela, y fue un nuevo fracaso.
La mayoría de las críticas del exterior se centraron en el “carácter corporativista” de la elección, pues los nuevos asambleístas fueron electos sobre una base territorial (364 asambleístas), con un representante por municipio, lo que implicó una sobrerrepresentación de zonas poco pobladas donde el oficialismo es fuerte, y sobre la base de listas de grupos sociales escogidos en la convocatoria (181): trabajadores, pensionados, campesinos, estudiantes, consejos comunales, empresarios, personas con discapacidad e indígenas.
El proceso regional
Los partidos autorizados para participar en los próximos comicios son Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Independientes Por el Progreso (IPP), Unidad Política Popular 89 (UPP 89), Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Partido Unión y Entendimiento (Puente), Nueva Visión para mi País (Nuvipa), Partido Comunista de Venezuela (PCV), Tendencias Unificadas para Alcanzar el Movimiento de Acción Revolucionaria Organizada (Tupamaros), Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo Contigo (UNTC) y Movimiento Primero Justicia (MPJ).
A ellos hay que sumar Avanzada Progresista (AP), Voluntad Popular (VP), Movimiento Al Socialismo (MAS), Por la Democracia Social (Podemos), Organización Renovadora Auténtica (ORA), Patria Para Todos (PPT), Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), Nuevo Camino Revolucionario (NCR), Copei, Movimiento Político Alianza Para el Cambio (MPAPC) y Unidad Popular Venezolana (UPV).
En las elecciones del 10 de diciembre están convocados a participar un total de 18 millones 094.065 venezolanos. En estos comicios no estarán incluidos los votantes de Distrito Capital, por poseer un régimen especial de gobierno que no prevé la elección de gobernador o de consejo legislativo, ni los venezolanos residenciados en el exterior. Por ello, la data de votantes es menor al total de inscritos en el Registro Electoral, que son 19 millones 854.437 personas.
Rehacer la cultura democrática
Hoy, con una votación de 8 millones, el chavismo es nuevamente la mayoría electoral del país, pero los resultados del 30 de julio derrotaron la violencia y la lógica de confrontación permanente. Desde el mismo día siguiente se abrieron las compuertas del diálogo, tímido aún, entre gobierno y oposición, para atender los problemas urgentes de la sociedad. Hoy por hoy no hay convicción –me atrevería a decir en ninguno de los lados- de la necesidad del entendimiento político.
Antes se debiera avanzar en el respeto mutuo y en la construcción de consensos mínimos y de una agenda común; que reencauce una cultura política para el fortalecimiento de la democracia. Difícil lograrlo mientras desde Washington se insiste en derrocar al gobierno (ya sin preguntarle a los opositores) e imponer sanciones a funcionarios, ahora por el delito de apoyar la Constituyente.
Detrás de esa desesperación están los fondos de inversión, la banca trasnacional, y las corporaciones trasnacionales mineras y petroleras como ExxonMobil, representada por el secretario de Estado estadounidense. Los intereses en el suelo y subsuelo venezolanos están plenamente expresados en la política del senador Marco Rubio y del presidente Trump contra Venezuela. Ellos siguen apostando por la continuidad de la violencia para desestabilizar el panorama político venezolano.
Aram Aharonian
COMCOSUR INFORMA Nº 1833 – 15/08/2017
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3) POR UNA LEY DE SALUD MENTAL EN CLAVE DE DERECHOS HUMANOS
¡A las barras!
En el día de hoy (8 de agosto), a partir de las 15hs, nos convocamos para concurrir a las barras del Parlamento, para seguir luchando por una Ley de Salud Mental justa, inclusiva y humanizadora.
El proyecto de ley de Salud Mental tiene media sanción aprobada por la cámara de senadores y sufrió modificaciones pertinentes en la Comisión de Salud Pública y Asistencia Social, pero sin llegar a ser un proyecto de ley que proponga un verdadero cambio de paradigma. Hoy, con algunas modificaciones, se vota en la Cámara de Diputados. Las organizaciones sociales que conformamos la Comisión Nacional por una Ley de Salud Mental en clave de derechos humanos, ingresamos a las barras para hacernos sentir.
Queremos una ley que no estigmatice con denominaciones como “trastorno mental”, que establezca un órgano de contralor independiente del MSP, como sugieren las organizaciones internacionales. Este proyecto de ley tampoco incluye la disminución, ni prohibición de “terapéuticas” invasivas como la micronarcosis, las medidas de “contención” y la sobre medicación.
Queremos abordajes interdisciplinarios, integrales e interinstitucionales para que se garanticen todos nuestros derechos como: el derecho a la vivienda, a la salud, la educación, la cultura y la libre expresión. Así como también queremos que se garantice nuestra autonomía en los procesos vitales, en la atención en salud, en los procesos jurídicos y en la independencia económica.
Por todo esto los convocamos a que nos acompañen en esta nueva instancia de lucha, Uruguay aún tiene la oportunidad de legislar desde una perspectiva de derechos humanos en materia de Salud Mental. Porque si queremos un cambio de paradigma, aún nos tenemos que hacer oír, para que se introduzcan las modificaciones necesarias.
¡Nos encontramos en las barras!
Heber, Gabriel, José, Michel, Horacio, Ernesto, Rubén, Gabriela /Boletín Informativo de Radio Vilardevoz
COMCOSUR INFORMA Nº 1833 – 15/08/2017
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4) LA TELENOVELA ERRANTE
Radiografía social chilena resucitada 27 años después
Por Sergio Ferrari*, desde Locarno, Suiza
Radiografía trágico-cómica del Chile post-dictatorial, La telenovela errante, filmada por Raúl Ruiz en 1990 y completada por Valeria Sarmiento en 2017, se estrenó en la competición internacional del 70 Locarno Festival.
La película 121 del director chileno – que había conquistado el Leopardo de Oro en Locarno en 1969 con Tres Tristes Tigres- tiene tanto de valor cinematográfico como de milagro y resurrección. Y ve la luz del día casi seis años más tarde, día por día, de la muerte de su autor.
Los materiales originales de la filmación que realizó Ruiz al regresar a Chile poco tiempo después del fin de la dictadura de Augusto Pinochet estaban desparramados por el mundo. Una parte en la misma Cineteca Nacional de Chile. Otra, en la universidad norteamericana de Duke, donde el director había enseñado. Y una copia del guion se encontraba en un armario de su antigua vivienda en París, a donde el cineasta había llegado exilado tras el Golpe Militar de septiembre de 1973.
A iniciativa de los profesionales cinematográficos Chamila Rodríguez y Galut Alarcón, se realizó en los últimos meses la resurrección/montaje de la película, bajo la dirección de Valeria Sarmiento, realizadora, guionista, actriz y viuda del cineasta. En octubre próximo inaugurará la 24 edición del Festival Internacional de Cine de Valdivia.
Una semana, día por día
En sketchs separados por capítulos que estructuran el filme de una semana, van sucediéndose velozmente pincelazos de la vida cotidiana local con el toque propio de la comicidad surrealista.
Arranca con “La Gente nos mira” –tres personajes actuando en una telenovela- que mezcla una relación amorosa salpicada de reflexiones sobre la vida política chilena de ese momento. Y concluye con un sugestivo “Si te portas mal en esta vida, en la próxima vuelves como chileno” con facetas muy propias de la idiosincrasia del país sudamericano. Chile fértil país; El inglés en las zonas sensibles; Las cosas con “H”; Alma C. Ríos Guzmán y Más allá de las montañas completan la estructura de La Telenovela Errante describiendo desordenadamente ese “país maldito”, del cual hablaba Raúl Ruiz. Refiriéndose de esta forma a esa compleja etapa política de transición pos-dictatorial que aparece con tanto énfasis en ese entramado reconstruido cual un rompecabezas en esta producción “post-morten” del director trasandino.
La historia como telenovela
“Toda la realidad chilena es vista bajo el prisma de la telenovela que actúa como filtro revelador de esta misma realidad”, señalaba en los noventa el propio director para describir su obra en gestación.
Esas reflexiones, retomadas hoy en el catálogo oficial del Locarno Festival, explican “que el filme se mueve en torno al concepto de telenovela. Su estructura reposa sobre la hipótesis que la realidad chilena no existe pero que consiste en un conjunto de telenovelas”.
“Las imágenes – casi 4 horas de materiales fílmicos originales- se realizaron en 1990 en un taller pedagógico para actores y directores”, explica Valeria Sarmiento que colaboró regularmente con su marido y que realizó sus propias obras, entre ellas Amelia López O’Neill (1991) seleccionada en Berlín o Líneas de Wellington (2012), proyectada en Venecia. “El apoyo de fondos públicos para la cultura fue decisivo para concretar este proyecto”, enfatiza a este corresponsal.
El material, finalmente reducido, editado y montado en su actual versión de 80 minutos, “implica una especie de resurrección de Raúl”, enfatiza Sarmiento. Quien subraya una enorme cantidad de elementos visionarios y premonitorios que integran el film, como imágenes de una telenovela turca anticipando lo que sería la actual realidad sureña con significativa presencia de ese tipo de productos.
“Abundan también los elementos políticos, críticos”, completa Chamila Rodríquez, quien colaboró con Raúl Ruiz en diversas esferas durante una década y jugó un rol motor en este proyecto.
“Regresando del exilio tenía una mirada sarcástica del Chile que encontró. Un país con las huellas visibles de esa tremenda dictadura, que había calado tan hondo en la sociedad y donde se respiraba una atmósfera extraña”, subraya.
Locarno, un horizonte estimulante
Prevista para concluirse recién en el 2018, el trabajo y los tiempos se aceleraron en los últimos meses para que pudiera ser presentada en este Festival, bajo el estímulo de la respuesta positiva que recibieron de Locarno a la primera versión todavía no concluida del film. “Un muy interesante festival internacional de Cine de autor, que no le teme a presentar obras que contienen un lenguaje extremo”, explica Valeria Sarmiento, sin olvidar la importancia que tuvo para su marido haber recibido el principal galardón locarnés en 1969.
La presencia de La telenovela errante en esta 70 edición “es un regalo significativo para Locarno de parte de uno de los realizadores más importantes, no solo de Chile sino a nivel internacional, un verdadero maestro del surrealismo”, explica Carlo Chatrian, director del festival.
Es un film que viene del pasado pero que habla del presente, reflexiona. Y que demuestra que Ruiz era un gran visionario, que veía anticipadamente cosas que luego se concretarían, concluye
.
*En colaboración con swissinfo.ch
Nota final: La brutal dictadura
Filmar en 1990 las escenas de La Telenovela Errante “fue un proyecto tan pedagógico como lúdico… que lo hicimos prácticamente sin un guión detalladamente definido”, recuerda Liliana García Sosa, una de las actrices que participan en la película. Aunque uruguaya de nacimiento, García Sosa ha realizado su brillante carrera artística tanto en Uruguay como en Chile. Esa espontaneidad en la actuación y en la dirección buscaba dar rienda suelta a “las capacidades propias de cada uno de los que participamos. Fuimos muy libres en nuestra interpretación. Reíamos y nos tomábamos el pelo entre nosotros”, recuerda. “Aprendimos y compartimos mucho en ese ejercicio con Raúl Ruiz”, agrega.
García Sosa, reconocida también por su activa militancia cultural, asociativa y política en Sudamérica, actualiza en su recuerdo el propio compromiso político de Raúl Ruiz. “Trataba de entender esa transición que vivía Chile después de tantos años de horrorosa dictadura”. Nueva etapa, completa, que si bien se consideraba *democrática*, incorporaba en sí misma todo los corolarios, estigmas, funcionamientos, y comportamientos que impuso durante tantos años a la sociedad chilena ese régimen brutalmente represor, concluye.
Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR INFORMA Nº 1833 – 15/08/2017
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5) SCJ SEÑALA "REPRESIÓN INDEBIDA" A DETENIDOS POR AMODIO PÉREZ PERO SE NIEGA A INDAGARLO
Corporación admite actos de “coacción ilícita funestos” pero desoye a la Corte Interamericana al omitir investigar de oficio por esos hechos al ahora absuelto colaborador de los militares
Walter Pernas /Sudestada, 11/08/2017
Con los votos de tres ministros de la SCJ que evitan considerar crímenes de lesa humanidad los cometidos durante el periodo del Terrorismo de Estado (1968-1985), fue absuelto Héctor Amodio Pérez, tupamaro devenido en colaborador de los militares entre 1972 y 1973 para la detención y posterior sometimiento a interrogatorios bajo tortura de sus ex compañeros del Movimiento de Liberación Nacional (MLN).
María Helena Martínez, Jorge Chediak y Eduardo Turell firmaron el jueves 10, la sentencia que desestimó el recurso de casación presentado por la Fiscalía a fin de que Amodio fuera responsabilizado por reiterados delitos de privación ilegítima de la libertad especialmente agravados.
El fallo sostiene que el colaborador de las Fuerzas Armadas no puede ser penalmente responsable por haber ayudado a detener a militantes revolucionarios porque tales detenciones fueron “legítimas” en el marco del estado de guerra interno, la creación de delitos de lesa nación (Ley 14.068) y las Medidas Prontas de Seguridad aprobadas por el Poder Legislativo en aquella época.
“En definitiva, el marco normativo descripto, dictado durante los años de privación de libertad objeto de enjuiciamiento, pasó a ser entonces el instrumento legal con el que los organismos de seguridad nacional pudieron combatir a los grupos clandestinos que asolaban el país”, subraya la SCJ.
Por lo tanto, continúa, “en el período democrático anotado, la jurisdicción militar era legítima, desde que su respaldo normativo estaba dado por el Parlamento a través de las leyes referidas y/o por el Poder Ejecutivo a través del dictado de los decretos reseñados, constituyendo, en ese momento, el marco legal vigente que habilitaba las detenciones por parte del personal militar”.
“No pueden caber dudas, entonces, acerca de que la jurisdicción militar y las detenciones eran legítimas, más allá del juicio de valor, oportunidad o conveniencia, que cada uno pueda formular al respecto. El propio Parlamento Nacional confirió a los militares la potestad y obligación concreta y directa de detener a quienes aparecían como responsables de la subversión”, apuntó la Corte.
La jueza Julia Staricco procesó a Amodio en setiembre de 2015, pero un año después el Tribunal de Apelaciones Penal de 4º turno revocó el fallo de primera instancia, por las mismas razones que ahora asume la Suprema Corte.
En su momento, la magistrada argumentó que si bien las detenciones se realizaron bajo las disposiciones legales aprobadas en aquella época, “lo que sí es ilegal, es proceder a detenciones de ciudadanos con la finalidad de someterlos a interrogatorios que en ningún momento fueron autorizados por ley ni por decreto. Pues los mismos violaban cualquier norma constitucional (…) El agravio (de) que las detenciones fueron dentro de un marco legal, no merece mayor análisis. Obviamente que así lo fueron, pero ello no implica que se hicieran para someter a los detenidos a distintos apremios físicos”, afirmó.
Pero la Corte sostiene que “si las 23 detenciones fueron ‘legítimas’, por responder al marco legal vigente en el momento, no se entiende por qué entonces el acusado debiera ser enjuiciado por un delito (el de privación de libertad) cuya acción típica antijurídica, en su descripción legal particularizada, no contiene referencia alguna a conductas posteriores como las relevadas por la señora jueza”, las que, “a la postre, no le fueron siquiera imputadas al señor Amodio Pérez”.
“En este enfoque –alega la SCJ–, los actos posteriores a la privación de la libertad, serían ajenos al tipo penal. De adosarlos, se infringirían los principios de legalidad, reserva de la ley, certeza y seguridad, que tan celosamente gravitan en el Derecho Penal”, se excusó.
La corporación argumentó entonces que, “naturalmente, tal aserto lo es sin perjuicio de los eventuales otros delitos que, en el caso, se hubieran podido cometer a partir de la conducta desplegada con posterioridad a la inicial privación lícita de libertad, delitos que no lo fueron imputados en esta causa al señor Amodio Pérez”.
“Por lo tanto, a criterio de este Colegiado, las detenciones fueron legítimas, aunque la prisión posterior hubiera resultado abusiva, acompañada de una represión indebida y de una coacción ilícita, actos todos tan funestos como execrables”, valoró el máximo órgano del Poder Judicial, que como tal conoce sus obligaciones con respecto a las convenciones internacionales de Derechos Humanos y las decisiones de sus órganos naturales como la Corte Interamericana de derechos Humanos.
A la luz de la protección universal en la que se consagran los Derechos Humanos, la dura valoración que realiza la SCJ de los actos represivos que padecían los detenidos con la delación de Amodio, no atiende ni da respuesta eficaz al reclamo de las víctimas de la tortura, ni a los familiares de los que resultaron asesinados en ese período en el que el tupamaro arrepentido vestía de militar y se hacía llamar “Sargento G”.
Al alertar tales crímenes de lesa humanidad –que lo son aunque la corporación uruguaya se niegue a afirmarlo con todas las letras– la Corte tiene el derecho, pero sobre todo el deber de actuar para que esos actos delictivos “funestos y execrables” no queden impunes.
Advertir, por toda acción de la Magistratura, que la Fiscalía no ha pedido el procesamiento de Amodio por la “represión indebida” que sucedió a partir de la detención de las personas a las que delató, no condice con las verdaderas potestades de una Suprema Corte de Justicia.
Sobre todo cuando en el expediente del caso consta que Amodio, haciendo de “Sargento G” participó de los interrogatorios en los que se torturaba y actuó en la detención de una persona que terminó asesinada por las fuerzas represivas.
La jueza Staricco sostuvo en el fallo de primera instancia que “se ha reunido la semiplena prueba para entender que el indagado Héctor Amodio Pérez participó en diversas detenciones de civiles, los cuales eran llevados al Batallón Florida, siendo sometidos a interrogatorios con la finalidad de obtener información, lo que implicaba apremios físicos, como submarino seco o el tacho, la picana, plantones. Incluso hasta llegar a la muerte como fue el caso de Eduardo Ariosa, alias “el pajarito”, a quien presuntamente los militares le dieron muerte cuando lo iban a detener”.
La magistrada aclaró que “a esta conclusión no se llegó solo con la declaración de aquellos compañeros del MLN que tuvieran cierto ánimo de venganza, como argumenta la defensa, sino también por los militares que declararon”, así como “otros que no eran” tupamaros.
Staricco añadió que Amodio “en reiteradas oportunidades (y) vestido de militar, salió a patrullar junto a militares, entre ellos con Orosmán Pereyra, y ‘marcar gente’, incluso lo llamaban 'Sargento G.', lo que surge probado más allá de la negativa del indagado”.
“El propio Pereyra expresó que en los patrullajes se salía de la unidad, saliendo oficiales, personal subalterno y Amodio Pérez; que las personas que eran detenidas se las interrogaba. Y quien interrogaba era Amodio Pérez en el propio Batallón”, subraya el fallo.
Pereyra dijo desconocer cómo Amodio hacia los interrogatorios, pero declaró que “la información se la daba al capitán Camacho”, y agregó que el ex tupamaro era el encargado de escuchar las respuestas de los interrogados –que se encontraban en sesión de tortura– y “reformular las preguntas”.
De acuerdo a lo que sostiene la Corte Interamericana de Derechos Humanos (interprete última de la Convención Americana), con todos estos elementos reseñados la SCJ debería requerir “de oficio” que se investigue si Amodio Pérez es responsable de diversos crímenes que se cometieron en aquellos interrogatorios
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Walter Pernas /Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR INFORMA Nº 1833 – 15/08/2017
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