1) Deshumanizando al pueblo afgano
2) Israel apoya a Arabia Saudí en la confrontación con Catar
3) Daesh busca refugio en el sudeste asiático.
4) Republica Centroafricana: el hombre que volvió del infierno
5) Puerto Rico: Gobierno no reconoce victoria del boicot electoral
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COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 17 / Nº 824 / Miércoles 14 de junio de 2017 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra y combatir ese monopolio es una tarea central.” — Emir Sader
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1) Deshumanizando al pueblo afgano
Emran Feroz (Al-Jumhuriya English)
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Estados Unidos lanzó, hace unas cuantas semanas, la bomba no nuclear más grande de que dispone –la llamada “madre de todas las bombas (MOAB, por sus siglas en inglés)”- en el este de Afganistán. O, para ser más precisos, probó la bomba de nombre perverso por primera vez en combate. En realidad, la MOAB es una verdadera arma de destrucción masiva. Con ella se pretende destruir y matar cuanto sea posible.
Si la hubieran arrojado sobre la ciudad de Nueva York, por ejemplo, todo Manhattan hubiera quedado destruido. Sin embargo, parece ser que como se lanzó sobre algún lugar de Afganistán, a todo el mundo le trae sin cuidado. Aunque el monstruoso ataque apareció en algunos titulares durante unos pocos días, la “hazaña” ha quedado ya olvidada y suprimida.
¿A quién mataron? ¿Qué resultó destruido? ¿Cuál fue el impacto del bombardeo en la región y en su medio ambiente? Todas estas preguntas no sólo se han quedado sin respuesta, sino que parece que ni siquiera han llegado a plantearse. La cobertura de noticias en vivo y las historias en profundidad sobre las víctimas parecen reservadas sólo para los acontecimientos que se producen en Occidente.
La realidad en Afganistán demuestra a menudo que las víctimas civiles son inevitables cuando se producen ataques aéreos. Esto es especialmente así tras un ataque tan monstruoso. Uno esperaría que se proporcionaran más detalles de los ofrecidos por las autoridades del gobierno afgano. Según estos funcionarios, la MOAB mató a unos 90 combatientes del Estado Islámico (EI), pero a ningún civil. En este contexto, el silencio del principal culpable –EEUU- está marcando algo más que un patrón. Hasta ahora, el Pentágono no ha presentado ningún comunicado detallado sobre las consecuencias del ataque. Parece que, para ellos, sencillamente no hay víctima alguna. El único comunicado ofrecido se refiere a que “los túneles del EI” en el distrito de Achin, en la provincia de Nangarhar, fueron atacados con éxito.
Los afganos, tanto dentro de su país como quienes se hallan en la diáspora, reaccionaron de forma muy crítica al ataque, organizando diversas manifestaciones dentro y fuera de Afganistán. La razón de su indignación era sencilla: muchos afganos son conscientes de que su país se ha convertido en un patio de juegos del armamento occidental. Saben también que quienes están en el poder son libres para matar y destruir sin tener que hacer frente a ningún tipo de escrutinio o consecuencias.
Esta es parte de la realidad en Afganistán, no sólo desde el lanzamiento de la MOAB sino, de hecho, desde los mismos primeros días de la ocupación del país por la OTAN.
El 7 de octubre de 2001, se utilizó otra arma por primera vez en combate: el avión teledirigido (dron) convertido en arma. El supuesto objetivo de la máquina de matar era entonces el líder talibán, el mulá Mohammad Omar. Un recinto de la sureña ciudad afgana de Kandahar fue atacado con misiles Hellfire. Docenas de personas murieron entre las llamas. Todos ellos, por primera vez en la historia, fueron asesinados con control remoto. Sin embargo, el jefe de los talibán no estaba entre ellos.
Hoy en día sabemos que el mulá Omar murió más de una década después, y por causas naturales. Mientras tanto, las personas que murieron en su lugar ese día de octubre siguen siendo aun completamente desconocidas. Sus nombres e historias permanecen en la oscuridad. Al igual que innumerables afganos en los años siguientes, convertidos aún en víctimas invisibles y sin rostro.
Este es un tema habitual de la “guerra contra el terror” en Afganistán, sobre todo tras la introducción de los ataques con drones. El reciente lanzamiento de la MOAB es sólo otro pico. En este contexto, resulta también notable que, según la ONU, las víctimas civiles de las operaciones aéreas en Afganistán hayan aumentado en un 341% en comparación con las del año pasado. Por otra parte, desde que Donald Trump llegó al poder, se han llevado a cabo más de 600 ataques aéreos –al menos 239 de ellos ejecutados por drones Predator- sobre el suelo de Afganistán.
Se han probado también otras armas sobre la población civil afgana. Un buen ejemplo de ello es la utilización de municiones de uranio por las fuerzas de la OTAN. Es posible que la mayor parte de la gente en el mundo occidental no hay oído nunca hablar de ello, y por buenos motivos. Las fotos de las víctimas de estos brutales crímenes de guerra apenas llegan a los principales medios de comunicación. Los crímenes de guerra occidentales no encajan todavía bien en la narrativa con la que a muchas personas se les hace un lavado de cerebro.
Para poder contrarrestar dicha narrativa, es importante que todos estos hechos no se tomen en consideración como actos aislados y separados unos de otros. Sólo afrontando el cuadro en su totalidad podrá resultar evidente la absoluta sistematización y falta de escrúpulos tras esos crímenes. Sin embargo, ese cuadro no se creó ayer; es el resultado de una década de abusos políticos y militares sobre una población oprimida. Por esa razón, la distópica realidad de Afganistán sobre el terreno, y lo que Occidente está haciendo allí, se merecen mucho más que una nota marginal en la cobertura diaria de las noticias.
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Emran Feroz es un periodista freelance que reside en Alemania y es el fundador de Drone Memorial, una página de Internet que recoge los nombres de las víctimas de los ataques con drones.
MIÉRCOLES 14 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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2) Israel apoya a Arabia Saudí en la confrontación con Catar
Ali Abunimah (The Electronic Intifada)
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.
El presidente Donald Trump y el rey Salman bin Abdulaziz Al Saud, de Arabia Saudí, en Riad (20 mayo 2017). El apoyo de Trump a la alianza antiiraní liderada por los saudíes puede haber alentado la medida impulsada por Arabia Saudí de aislar a Catar. (Foto Shealah Creaighead)
Las autoridades israelíes han respaldado jubilosamente la posición de Arabia Saudí y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) en su creciente confrontación con Catar, lo que constituye el reconocimiento más público realizado hasta ahora de la profunda alianza existente entre ciertos Estados del Golfo y Tel Aviv alrededor de su común enemistad hacia Irán.
Mientras tanto, van apareciendo diversas pruebas de la estrecha cooperación entre los EAU y un importante grupo de presión de Israel con objeto de presionar a Catar por su apoyo a la organización de la resistencia palestina Hamas. El lunes, Arabia Saudí y varios de sus Estados satélites, incluidos los EAU Y Bahréin, rompieron relaciones diplomáticas con Catar e impusieron un bloqueo que cortaba todas las vías terrestres, marítimas y aéreas con el país.
Los medios de comunicación regionales informaron de que las estanterías de los supermercados en Catar, que únicamente tiene fronteras terrestres con Arabia Saudí, se habían vaciado velozmente porque sus habitantes temían que un cierre prolongado pudiera provocar escasez de alimentos. Para justificar su decisión, Arabia Saudí ha acusado a Doha de “graves violaciones”, por ejemplo, de “estar apoyando a varios grupos sectarios y terroristas que quieren desestabilizar la región”, incluyendo entre ellos a los Hermanos Musulmanes, el Estado Islámico, también conocido como ISIS, y al-Qaida.
La “oportunidad” de Israel
Las autoridades israelíes no anduvieron nada remisas a la hora de ofrecer su apoyo a Arabia Saudí. “Se dibuja una nueva línea en la arena del Oriente Medio”, proclamaba en Twitter Michel Oren, viceministro israelí para Asuntos Diplomáticos. “Ya no se trata de Israel contra los árabes sino de Israel y los árabes contra el terrorismo financiado por Catar”. El ministro de Defensa israelí Avigdor Lieberman declaró que la crisis ofrecía “una oportunidad para la cooperación” entre Israel y ciertos Estados del Golfo.
“Está claro para todos, incluso en los países árabes, que el verdadero peligro para toda la región es el terrorismo”, afirmó Lieberman. Añadió que el bloque liderado por los saudíes había cortado vínculos con Catar “no a causa de Israel, no a causa de los judíos, no a causa del sionismo”, sino “más bien por el miedo al terrorismo”. Chagai Tzuriel, un alto oficial del ministerio de Inteligencia de Israel, dijo a The Times of Israel que Catar era “un grano en el culo” para los otros Estados árabes “sunníes” aliados de Israel.
El exministro de Defensa israelí Moshe Yaalon también manifestó su apoyo a la coalición sectaria liderada por los saudíes. “Los países árabes sunníes, aparte de Catar, están en gran medida en el mismo barco que nosotros, ya que todos consideramos que un Irán nuclear representa la amenaza número uno para todos”, dijo en una ceremonia en la que conmemoraban el 50º aniversario de la ocupación militar por Israel de Cisjordania, la Franja de Gaza y los Altos del Golán sirios.
El martes, Arabia Saudí prosiguió la escalada suspendiendo la licencia de vuelo de Qatar Airways y ordenando a sus bancos que vendieran la moneda catarí.
¿Quién apoya el “terrorismo”?
Aunque Arabia Saudí no ofreció pruebas de sus cargos contra Catar, las acusaciones son muy fuertes teniendo en cuenta que proceden de un régimen que ha sido una de las mayores fuentes de financiación de los llamados grupos yihadistas, algo que se remonta a varias décadas atrás.
Al igual que Arabia Saudí, Catar ha sido también acusado de financiar o permitir que el dinero fluyera hacia el ISIS y grupos afiliados de al-Qaida en Siria. Pero Israel no ha tenido nunca problemas con los grupos vinculados a al-Qaida, e incluso al ISIS, en Siria, le han ofrecido diversos tipos de cooperación y apoyo material.
Por tanto, la fuente de la ira saudí debe estar en otra parte. Junto con Arabia Saudí, Qatar lleva años formando parte de una contrarrevolución que trata de frustrar o revertir los denominados levantamientos de la Primavera Árabe. Catar estaba participando también en la guerra dirigida por los saudíes contra el Yemen, antes de que le echaran a patadas de la coalición esta semana. Los dos años de la campaña saudí de bombardeos sobre Yemen han matado a miles de civiles y abocado a la hambruna al empobrecido país.
Pero a Catar se le ha encontrado a menudo apostando por caballos distintos de los saudíes: Doha apoyó a los Hermanos Musulmanes en Egipto, mientras que Riad apoya al régimen de Abdul Fatah al-Sisi, el general que dirigió el golpe militar de 2013 que derrocó en El Cairo al presidente electo de la Hermandad Musulmana, Morsi. Estas diferencias llevaban años agriando las relaciones entre Catar y Arabia Saudí.
Pero puede que ahora Arabia Saudí se haya sentido envalentonada para actuar, después de que el presidente de EEUU Donald Trump, durante su visita a Riad del mes pasado, ofreciera plenos apoyos para reforzar una alianza antiiraní con los saudíes al frente.
Atacando a Hamas e Irán
Catar ha continuado acogiendo a los dirigentes del grupo de la resistencia palestina Hamas, habiendo estado sometido a presiones para que procediera a expulsarlos; las afirmaciones de los medios israelíes de que Catar había echado a dos de esos líderes no han sido confirmadas. Pero la mayor diferencia parece radicar en que Catar no estaba dispuesta a suscribir la alianza saudí-israelí contra Irán.
Un acuerdo del mes de abril en el que al parecer Catar pagó alrededor de 700 millones de dólares de rescate para liberar a varios miembros de su familia real secuestrados por un grupo afiliado a Irán en Iraq, encolerizó a las autoridades de otros Estados del Golfo. Según The Financial Times, Catar habría pagado también un rescate de 300 millones de dólares a varios grupos vinculados con al-Qaida en Siria.
También en abril, Catar levantó una autoimpuesta prohibición a desarrollar un importante campo marítimo de gas natural que comparte con Irán, lo que requeriría de la cooperación entre los dos países, según el periódico Haaretz de Tel Aviv. Las cosas estaban en un momento crítico durante los días de la visita de Trump y su cumbre con los dirigentes regionales.
La agencia nacional de noticias de Catar publicó unos comentarios atribuidos al emir del país, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani, diciendo que Irán es “una potencia islámica y regional que no puede ignorarse” y afirmando que “no es prudente enfrentarse a ellos”.
Al parecer, Tamim dijo también que las relaciones de su país con Israel eran “buenas”. Catar ha negado de plano esas declaraciones, afirmando que la página web de la agencia de noticias y sus cuentas en las redes sociales habían sido hackeadas. Pero la red de Al Jazeera, que tiene su sede en Catar, ha referido que esos falsos comentarios han servido para disparar la crisis, acusando a Arabia Saudí y a sus aliados de utilizarlos como pretexto para actuar contra Catar.
Abrazo a Israel de los Emiratos Árabes Unidos
Otro de esos factores desencadenantes es la estrecha relación existente entre los EAU e Israel. Correos hackeados publicados por The Intercept revelan la coordinación existente entre el embajador de los EAU en Washington, Yusef Al-Otaiba, y el think tank neoconservador proisraelí Foundation for Defense of Democracies.
Los correos revelan “un notable nivel de cooperación por canales extraoficiales” entre los EAU y el think tank, que está financiado por el multimillonario Sheldon Adelson, un estrecho aliado del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, según The Intercept. Los intercambios de correos incluían las quejas del grupo de presión israelí por el apoyo de Catar a los “terroristas” de Hamas.
La agenda de una reunión entre dirigentes del grupo de presión israelí y el embajador emiratí Al-Otaiba fijada para este mes incluye entre otros las siguientes cuestiones: “Apoyo de Catar a islamistas radicales”, incluido Hamas, “Papel desestabilizador de Catar en Egipto, Siria, Libia y el Golfo” y “Papel de la red Al Jazeera”. También se incluía un punto sobre las vías para reducir los avances de la influencia catarí al albergar una importante base aérea de EEUU.
Otro de los puntos en la agenda es: “Sanciones políticas, económicas y de seguridad”. Esta agenda es una prueba de que la Foundation for Defense of Democracies –un actor clave en la propaganda antipalestina de Israel- estaba preparándose para entregar en Washington un mensaje anticatarí procedente de Riad y de los EAU.
Papel de Estados Unidos
Los documentos filtrados revelan que el bloque liderado por los saudíes está preocupado por la influencia conseguida por Catar al albergar la enorme base aérea estadounidense de al-Udeid. Precisamente por esta razón, EEUU, la potencia imperial global, no tiene interés en una disputa entre unos Estados a los que considera sus vasallos.
El secretario de Estado Rex Tillerson destacó la importancia de los lazos estadounidenses con todos los Estados implicados y se ofreció a mediar, instando a los gobernantes feudales a “permanecer unidos”. El ejército estadounidense elogió a Catar por su “duradero compromiso con la seguridad regional” y afirmó “no tener planes para cambiar nuestra postura hacia Catar”.
Catar ha valorado estos mensajes como señales del firme apoyo de EEUU, aunque, como siempre, Trump se dio prisa en poner todo rápidamente en duda. “Durante mi reciente viaje a Oriente Medio afirmé que ya no se puede seguir financiando la Ideología Radical. Los dirigentes señalaron a Catar: ¡mire ahí!”, tuiteaba Trump el martes, pareciendo endosar directamente la campaña dirigida por los saudíes contra Doha.
“Es estupendo ver que la visita a Arabia Saudí, con el rey y 50 países, está ya dando frutos”, añadió. “Dijeron que aplicarían mano dura a la financiación del extremismo y todas las referencias señalaban a Catar”. “Quizá sea este el principio del fin del horror del terrorismo”, afirmó el presidente. Lo más probable es que Trump esté derramando gasolina sobre una reunión que ya está en llamas.
Un objetivo que siempre ha tenido Israel ha sido el de dividir a las potencias árabes y lanzarlas unas contra otras, “dejad que se maten entre ellos, que se desangren”, como dice la doctrina oficial israelí sobre Siria. Suceda lo que suceda a continuación, Israel proseguirá sacando beneficios del caos y de unas divisiones que sólo sirven para fortalecer sus planes.
MIÉRCOLES 14 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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3) Daesh busca refugio en el sudeste asiático.
Guadi Calvo. (Línea Internacional)
Se cumplen tres semanas de la toma de la ciudad filipina de Marawi por parte del grupo Abu-Sayyaf (Padre de la Espada), el grupo wahabita, que junto a la organización Maute, representan en ese país del sudeste asiático al Daesh. Tras el ataque y la pronta respuesta de las fuerzas de seguridad, el presidente Rodrigo Duterte, que se encontraba de visita en Moscú, impuso en la isla de Mindanao, la ley marcial.
Durante estos últimos 21 días, un número indeterminado de muyahidines, ha mantenido a raya, ya no solo al ejército y la aviación filipina, sino también a los efectivos estadounidenses de la base Zamboanga del Comando de Mindanao Occidental (Wesmincom). Según el coronel Edgard Arevalo, portavoz de las Fuerzas Armadas filipinas (FAF), son cerca de 200 los terroristas y 58 los miembros la FAF que han muerto, desde el 22 de mayo, día de la toma de la ciudad Marawi, capital de la provincia de Lanao del Sur, en la sureña isla de Mindanao.
Si bien desde antes de la toma de Marawi, se calculaba en unos 1500 los miembros del grupo integrista en Filipinas, se ha detectado en estas últimas semanas, ya no solo el ingreso al país de combatientes de naciones cercanas como Malasia e Indonesia, sino también hombres llegados de Arabia Saudí, Yemen y Chechenia, que podrían llegar a ser muyahidines desplazados del Siria e Irak, con alto nivel de entrenamiento. Para la toma de Marawi, según datos de la inteligencia filipinas, se dispusieron unos 400 militantes locales y cerca de 50 extranjeros.
Con esta operación Daesh, pretendería no solo tomar Marawi, sino además dos o tres ciudades cercanas, con el fin aislar la zona del resto de país y declarar a la isla de Mindanao Wilayat o provincia Islámica. Mindanao por ser el lugar de la minoría musulmana de Filipinas, ha sido prácticamente dejada de lado por todos gobiernos cristianos que se han sucedido en Manila, capital del país, convirtiéndola de hecho en la región más pobre de Filipinas, generando en la población de la isla un resentimiento y resistencia larval contra el poder central.
La primera fase de la maniobra no resultó como estaba planeada por las wahabbistas, porque coincidió con un operativo de fuerzas de seguridad que tenían la información de la presencia de Isnilon Hapilon, el comandante de Abu Sayyaf y emir del sudeste asiático, se encontraba en algún barangay o barrios de Marawi, desbaratando así las primeras fases de la toma.
Aunque el presidente filipino Rodrigo Duterte, negó enfáticamente la asistencia de efectivos norteamericanos, Washington confirmó que había proporcionado apoyo a las FAF, para batir los últimos bolsones de resistencia wahabita en Marawi. Además el Pentágono asistió con vigilancia aérea con aviones P-3 Orion, escuchas electrónicas, asistencia en comunicaciones y entrenamiento. Si bien Filipinas y Estados Unidos han sido históricamente importantes aliados el actual presidente, quien hace un año llegó al poder, había prometido en su campaña expulsar toda presencia militar norteamericana del país.
Según las autoridades de Manila, si bien todavía resta eliminar algunos focos de resistencia terrorista, que están siendo hostigados desde el aire por tres aviones OV-10 Bronco, la ciudad estaría prácticamente reconquistada. Este último lunes se ha visto después de tres semanas, izar la bandera de Filipinas en el centro de la ciudad en coincidencia con el 119 aniversario de la independencia.
La enorme mayoría de la población, unas 200 mil personas, lograron huir de la Marawi en los primeros días de combate, aunque se estima que cerca de 2 mil todavía permanecían en manos de los terroristas y entre 100 y 150 civiles habrían resultado muertos, aunque se sabe bajó las ruinas de muchos edificios bombardeados, posiblemente se encuentren muchos más cuerpos.
Son varias las razones para que los terroristas hayan podido resistir tantos días al asedio del ejército y la aviación filipinas, en primer lugar es que muchos de los muyahidines o bien son oriundos de la zona o tienen lazos de parentesco y amistad con pobladores locales, que les ha permitido a lo largo de este último año preparar lugares de refugio y almacenamiento de armas, además del área de la ciudad prácticamente montada sobre un lago, está rodeada de terrenos anegadizos, lagunas y bañados, que hacen muy difícil el tránsito de unidades militares.
En estos últimos días las acciones de la aviación de Manila se ha concentrado sobre las mezquitas de la ciudad, se estima unas cincuenta, ya que se creer han sido los refugios elegidos por los terroristas. Mientras que las autoridades insisten en que Isnilon Hapilon el líder de Abu Sayyaf y los hermanos Omar y Abdullah Maute, continúan dentro de Marawi encabezando la resistencia.
Por el mar y como aceite.
El temor que por el mar y como el aceite se puedan propagar las consecuencias de esta operación sobre Marawi, sacude hoy a los países vecinos de Filipinas. La perfecta organización de los miembros del Daesh en el país y la constatación del arribo de combatientes desde las guerras de Medio Oriente, ha puesto en alerta máxima al resto de los países de sudeste asiático. En los últimos días de la batalla de Marawi, se ha detectado, por ejemplo, la presencia de unos cuarenta combatientes provenientes de la vecina Indonesia, el país con más población musulmana del mundo con cerca de 204 millones de fieles.
Tras la toma de Marawi, el procurador general de Filipinas, Jose Calida advirtió que lo sucedido en la isla de Mindanao: “ya no es una rebelión de los ciudadanos filipinos. Se ha metamorfoseado en la invasión de terroristas extranjeros, con la intención de extender las acciones a otras zonas del sudeste asiático”.
Se entiende que la decisión de profundizar la siempre latente intensiones independentistas de la isla de Mindanao, donde se asienta la mayoría de la comunidad musulmana de Filipinas, no ha sido en este caso una disposición de miembros locales del fundamentalismo, sino que la orden ha emanado directamente del Abu Bakr al-Bagdadí o Califa Ibrahim, líder y fundador del Daesh, a quien por estos días la prensa está dando nuevamente por muerto, tras un bombardeo en Mosul.
La estimaciones de al-Bagdadí se fundamentan en que las condiciones objetivas del sudeste asiático, son notoriamente propicias, con una importantísima comunidad musulmana en Malasia, Singapur, Brunei, Indonesia, Tailandia y Filipina, son regiones acostumbradas a guerras y revoluciones, ya han pasado por conflictos en su momento de corte marxista y nacionalista, sumado a las características geográficas ya que al ser territorios, a excepción de Tailandia, insulares, selváticos y montañosos, hace mucho más difícil las operaciones para ejércitos regulares.
Los dos atentados suicidas en la capital de Indonesia, Yakarta, del 24 de mayo, que mataron a tres policías y dos civiles, reivindicadas por el Daesh, aunque con diferentes nomenclaturas el terrorismo wahabita tiene presencia en ese país desde el 2002, son sin duda una muestra de apoyó a sus hermanos que combaten en Marawi.
Previendo los resultados de las diferentes alianzas que operan sobre “su territorio” en Siria e Irak, desde marzo de 2016 Daesh ha cambiado los métodos de reclutamiento, para estimular a sus seguidores a hacerlo en los grupos ya existentes del sudeste asiático, incluso comenzado de desviar hombres y recursos a aquellas organizaciones, como Jemaah Islamiyah que opera desde 1993 en Indonesia, vinculado desde siempre a al-Qaeda, que produjo resonantes atentados como el de Bali en 2002, dejando más de 200 muertos.
Aunque grupos armados del integrismo musulmán ha tenido presencia en todos esos países organizaciones como Ansar al-Khilafa o Mujahidin Indonesia, que desde los ochenta o antes han pugnado por establecer un estado teocrático de inspiración wahabita, fundados por veteranos de la guerra afgano-soviética y que en el presente han actuado en los conflictos de Medio Oriente, han enviado contingentes de hombres, no solo para participar sino fundamentalmente para conseguir un aprendizaje que trasladarían a sus países de origen, se estima que por Siria e Irak, han pasado más de 2 mil hombres del sudeste asiático, y que muchos de ellos serían los que hoy estarían combatiendo en Marawi.
MIÉRCOLES 14 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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4) Republica Centroafricana: el hombre que volvió del infierno
Dos años como médico personal de uno de los terroristas más buscados del mundo
Inna Lazareva (The Guardian)
Cuando Aubin Kotto-Kpenze entra en un restaurante de Bangui, capital de la República Centroafricana, no queda claro si el escolta armado que lo acompaña está allí para protegerlo a él, o a los otros comensales. Después de todo, Kotto-Kpenze, de 47 años, pasó dos años junto a uno de los terroristas más buscados del mundo, el líder del Ejército de Resistencia del Señor, Joseph Kony.
Secuestrado para trabajar como médico personal de este señor de la guerra ugandés, Kotto-Kpenze logró escapar en 2009. Hoy, tiene una ambiciosa misión: atrapar a Kony. “ Mi objetivo es perseguir a Joseph Kony y a su gente”, cuenta cuando nos encontramos. “Queremos que sean atrapados. Queremos que sean juzgados”, añade.
En los 30 años que lleva al frente del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), Kony ha sido responsable de la muerte de más de 100.000 personas. Más de 20.000 niñas y niños han sido forzados a ser soldados y esclavos sexuales. Dos millones de personas han sido desplazadas. En la primera mitad de 2016, el grupo secuestró a 500 civiles en tres países diferentes.
Kony huyó de Uganda hace años y se cree que está escondido junto a otros cien hombres en la República Centroafricana. Kotto-Kpenze sabe que encontrarlo no será tarea fácil. El 6 de marzo de 2008, los soldados de Kony entraron a la farmacia donde trabajaba Kotto-Kpenze en Obo, en el extremo sureste de la República Centroafricana. Secuestraron al personal y robaron todo lo que había en la farmacia.
Uno de los soldados, al ver a Kotto-Kpenze con delantal blanco, lo confundió con un médico y le dijo a los otros que no le hicieran daño. Cuando llegaron al campo del LRA, Kotto-Kpenze fue llevado ante Kony. En ese primer encuentro, Kony le aseguró que nadie le haría daño mientras estuviera junto al líder del LRA. Pero cuando Kotto-Kpenze dudó ante la pregunta de si aceptaba ser su médico personal, el tono de Kony cambió: “Aquí es sumisión o muerte”, le aclaró.
Los siguientes meses, gracias a sus conocimientos sobre medicamentos, Kotto-Kpenze se fue ganando de a poco la confianza de Kony y sus hombres. “Yo hacía todo como si fuera uno de ellos”, señala. “Incluso bajo la lluvia, cuando estaba agotado, siempre intentaba demostrarles que podía con todo, que les era leal”.
Una noche, Kotto-Kpenze se encontró solo por primera vez desde su captura. “Pensé: quizá hoy es el día en que Dios quiere que escape’. Así que aproveché la oportunidad y huí”. Después de tres días en la selva, finalmente llegó a un pueblo. La gente al principio tuvo miedo al verlo armado, con la barba crecida y la ropa militar hecha jirones, pero luego lo llevaron a la base militar de Sudán del Sur, a 25 kilómetros de distancia.
«Tú eres del LRA»
Kotto-Kpenze fue entregado a las fuerzas ugandesas que tenían vigilado a Kony. “Sabían de mí, que yo era el médico de Kony, que era cercano a él”, dice. Querían usarlo para atrapar a Kony. Ante el temor de ser recapturado, Kotto-Kpenze se negó a ayudarlos. “Les dije que no. Yo allí no vuelvo”.
Unas semanas más tarde, Kotto-Kpenze estaba de regreso en la República Centroafricana, donde sufrió una crisis nerviosa. “La emoción de ver de nuevo a mi familia…quedé como en estado postraumático”, relata. Los siguientes meses estuvo con tratamiento en una unidad psiquiátrica.
“Cuando regresé, había perdido a mis esposas”, afirma, explicando que una había muerto y la otra se había marchado. “Perdí mi personalidad, mi credibilidad frente a algunas personas y perdí a mis hijos, porque ya no puedo cuidarlos como lo hacía antes». “Incluso hoy, hay personas que aún me señalan. ‘Tú eres del LRA. Tú te comías a la gente en la selva, tú mataste personas’, me dicen”.
Decidido a apoyar a otros supervivientes, en 2010 Kotto-Kpenze creó la Asociación de Víctimas del LRA. Ha contabilizado más de 1.600 víctimas en la República Centroafricana, “y es una estimación a la baja. Seguramente hay muchísimas más”.
Kotto-Kpenze ha recogido testimonios de víctimas para la Corte Penal Internacional de La Haya. En 2005 el tribunal emitió órdenes de captura para los líderes del LRA por crímenes de lesa humanidad. En diciembre de 2016, en la Corte Penal Internacional, comenzó el juicio contra el antiguo comandante del LRA, Dominic Ongwen, acusado de asesinatos, torturas, violaciones y de someter a personas a esclavitud sexual.
Pero Kotto-Kpenze se siente frustrado cuando piensa que sus esfuerzos han dado pocos frutos. “El que tiene que actuar es el Gobierno de la República Centroafricana”, asegura. “Nosotros queremos esto, pero parece que el Gobierno no”. Lewis Mudge, investigador de Human Rights Watch en Bangui, explica: “El poder judicial en la República Centroafricana está muy limitado en su capacidad de ir tras los sospechosos del LRA”.
Mudge dice que el derrocamiento del Gobierno en 2013 destruyó lo que quedaba en pie del débil sistema legal del país. “Desde entonces, sólo ha habido dos sesiones penales en todo el país, una en 2015 y otra en 2016. Las dos se realizaron con mucha ayuda internacional”. Mudge añade que no sabe de ninguna acusación pendiente en ningún tribunal de la República Centroafricana contra sospechosos del LRA.
Incluso contabilizar las víctimas es una tarea extremadamente difícil, especialmente en una región anárquica como es el sureste de la República Centroafricana, dice Mathias Barthélemy Morouba, presidente del Observatorio Centroafricano por los Derechos Humanos y abogado de las víctimas del LRA. “Los jueces no pueden trabajar allí. A las fuerzas de paz las matan. El Ejército no llega”, afirma.
Kotto-Kpenze se niega a rendirse. Planea formas de identificar a las víctimas en todo el país “y obtener pruebas de violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el LRA desde 2008 hasta hoy”.
Hay un destello de esperanza: un tribunal penal especial, establecido en 2015 para investigar crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos desde 2003 en la República Centroafricana. Mudge dice que este tribunal será un socio necesario de la Corte Penal Internacional: “Es una buena oportunidad para juzgar crímenes graves, romper el círculo de impunidad y ayudar a fortalecer el sistema judicial en general.”
Kotto-Kpenze sabe que la búsqueda de justicia para las víctimas será un proceso arduo. Pero, dice, “eso es lo que me motiva. Por eso siento que hay que atrapar a Kony”.
Traducido por Lucía Balducci para El Diario
MIÉRCOLES 14 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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5) Puerto Rico: Gobierno no reconoce victoria del boicot electoral
Jesús Dávila (Alai)
A pesar de una huelga electoral que provocó la peor derrota del movimiento anexionista en cincuenta años –500.000 frente a 1.700.000 que boicotearon el plebiscito sobre la condición colonial de Puerto Rico- el Gobierno anunció que enviará “congresistas” a Washington a reclamar la integración a Estados Unidos.
La distancia entre realidad y percepción en torno al plebiscito del domingo se combinó con otra distancia de la imaginación cuando una legión de escuadras de la Policía nacional, con motoras, carros, unidades anti motines y hasta un helicóptero, se desplegó con gran ruido de sirenas de emergencia para enfrentar una marcha de apenas unos cuantos cientos que transcurrió sin incidentes.
El alzamiento verdadero fue el de la abstención, con cerca del 77 por ciento de los electores que no acudieron a votar, mientras la anexión competía sola y logró el favor de apenas un 23 por ciento de los ciudadanos con derecho al voto. Como medida para tratar de legitimar el plebiscito, el Gobierno había conseguido de antemano un par de personas que figuraron como representantes nominales de las alternativas del territorio y la libre asociación/independencia, que recibieron algunos miles de votos.
Las escenas ocurrieron en el único ámbito democrático –votar sobre la relación deseada con EEUU- que permite legalmente Washington a los puertorriqueños, sometidos desde el año pasado a la dictadura de una junta de control, ante la deuda impagable y la crisis económica. En ese marco, el Ejecutivo y la Legislatura de Puerto Rico están reducidos a funciones auxiliares y consultivas y, de todas formas, el Congreso tampoco se comprometió a respetar el resultado del plebiscito.
Mientras tanto, fuentes diplomáticas informan que entre las cancillerías latinoamericanas se producen consultas sobre el borrador de un texto de resolución ya redactado sobre el caso colonial de Puerto Rico, que será discutido el 19 de los corrientes por el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas. Las fuentes indicaron que el texto es más duro que en años anteriores en la exigencia a EEUU para que cese su dominio sobre este país isleño del noreste del Caribe, ubicado en un punto estratégico equidistante de Guantánamo y de Caracas.
Se anticipan también gestiones intensas en el Congreso y el Ejecutivo de EEUU por parte de los sectores políticos opositores.
Por un lado, el pequeño aunque influyente Partido Independentista Puertorriqueño, que estará presente en la ONU el día 19, anunció que también irá a Washington a proponer, como salida para la crisis, que se dé paso a una propuesta para que EEUU comience el proceso de retirarse y permitir que Puerto Rico escoja entre una relación de libre asociación o la independencia completa. Por el otro lado, el opositor autonomista Partido Popular Democrático gestionará que EEUU no reconozca los resultados publicados por la Comisión Estatal de Elecciones, que otorgan a la anexión el 97 por ciento, además de que iniciará una evaluación sobre posible fraude ante la acumulación de evidencia fotográfica sobre mesas electorales desiertas durante la consulta.
Nada de eso parecía alterar el domingo las caras de celebración del oficialismo, tan distantes de los datos sobre la historia electoral de la lucha de los anexionistas para que Puerto Rico llegue a formar para de la Unión de EEUU.
Hace exactamente cincuenta años, el anexionismo evidenció un dramático crecimiento cuando logró aumentar el respaldo popular de apenas un 12 por ciento en 1952 a 39 por ciento en el plebiscito de 1967, para luego subir a 46 por ciento en el plebiscito de 1993 y a 47 por ciento en el de 1998. En el plebiscito de 2012, el respaldo para la anexión se redujo al 44 por ciento y este domingo se descalabró hasta bajar a 23 por ciento, con las unidades antimotines corriendo a enfrentar una insurrección que más nadie vio.
Tampoco es que no esté creciendo un ambiente de insurgencia.
Con la lentitud sostenida en que suben las mareas con el calentamiento global, en 1998 la alternativa de status político que obtuvo más de la mitad de los votos fue “ninguna de las anteriores” y en 2012, la mayoría absoluta fue para repudiar el status de “territorio” –término usado en EEUU para denominar las colonias- y ahora dejando plantadas las mesas de votación ante la convocatoria anexionista, para la que pedían boicot los independentistas y los autonomistas.
La votación del domingo se produjo apenas una semana después de que concluyera una huelga estudiantil en la Universidad de Puerto Rico, que afectó de una manera o de otra durante setenta días los once recintos del sistema universitario público, el Conservatorio de Música y la Escuela de Artes Plásticas. En medio de esa huelga fue que se escenificó, el pasado Primero de Mayo, un paro nacional que sorprendió al efectivamente paralizar casi todo el país y fue escenario de disturbios en la zona bancaria, que dejaron un saldo de cristales rotos en algunos edificios y otros daños a la propiedad.
El conflicto universitario, todavía no resuelto aunque se reanuden las clases, ha dejado sin jefatura a la UPR, luego de la renuncia ante la perspectiva del encarcelamiento de la presidenta de la universidad y varios miembros de la junta, además de convertir en figuras notables a los líderes estudiantiles, como la presidenta del Consejo General de Estudiantes de Río Piedras, Wilmarí de Jesús. También ha dejado decenas de arrestados.
El ambiente sigue siendo volátil, como en días recientes cuando la jefatura universitaria envió a una escuadra de contratistas privados con palos y pistolas que lanzan choques eléctricos para someter a un grupo de estudiantes que intentaba montar, sin permiso, un comedor para estudiantes pobres en el Recinto de Río Piedras de la UPR. El asalto ocurrió protegido por la penumbra de la madrugada, pero fue grabado por estudiantes.
La tensión, sin embargo, no abarca con fuerza sectores sociales o sindicales, al menos, no de manera visible. Esos sectores se mantienen a distancia.
MIÉRCOLES 14 DE JUNIO DE 2017 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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