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MASCULINIDADES HEGENÓNICAS

1) No en nuestro nombre –
2) Mayoría de mujeres, relegadas de prevención del VIH –
3) Masculinidades hegemónicas –
4) Antimotines reprimen a obreras nicaragüenses –
5) Uruguay: Jornadas de Debate Feminista –
6) Artesanías Afrouruguayas: Riqueza e identidad –
7) La violencia sexual no termina con el fin de la guerra

COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 12 /No. 481/ Lunes 4 de Julio de 2016 / Producción: Beatriz Alonso
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y
totalmente libres” ― Rosa Luxemburgo
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1) Argentina: No en nuestro nombre
Pagina12

La Comisión de la Mujer no la encabezaba una mujer, sino un varón. No en nuestro nombre. Mucho menos cuando existe el cupo femenino y no faltan mujeres en el Congreso de la Nación para plantear con su voz los problemas de las mujeres. Mucho menos cuando el varón designado para presidir la Comisión de la Mujer era Julián Dindart, diputado radical por Cambiemos, que se proclama conocedor de las mujeres por ser pediatra. Aunque no todas las mujeres tienen ni quieren tener hijxs, ni todas las que tienen hijxs sienten o quieren que el médico con el que hablan de cólicos, dar la teta o el calendario de vacunación tenga derecho a ser su voz en el Congreso.

Dindart es tildado de misógino por parte del movimiento de mujeres por obstaculizar, en 2012, durante su gestión como ministro de Salud de Corrientes, el aborto no punible de una niña de 11 años. Y de tildar de especuladoras a las mujeres -y a las nenas de primaria- por invertir su cuerpo, su tiempo, su sueño, sus manos y sus platos en la maternidad para sacar el rédito de una Asignación Universal por Hijo (AUH) de 966 pesos. “Algunas se embarazan porque tienen un recurso económico como premio”, declaró hace cuatro años. Y no se arrepintió. En realidad, una familia tipo -de mamá, papá y dos hijos- necesita 520 pesos por día. Así que en dos días el plazo fijo materno se termina, según los cálculos de la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, que estima que se necesitan veinte mil pesos para no caer debajo de la línea de pobreza. No es un buen negocio.

La economista Mercedes D’Alessandro e impulsora del sitio Economía Feminista refuta al diputado radical: “En Argentina cada cinco minutos nace un bebé de una madre adolescente y cada tres horas de una menor de catorce años. Esas jóvenes necesitan contención, posibilidades de seguir estudiando, educación sexual, servicios de salud, no que un Dindart las juzgue. Alguien que piensa que las mujeres se embarazan para cobrar un plan nunca podrá dar soluciones. También hay muchas mujeres que desean tener un hijo y contar con la AUH es algo que facilita esa decisión y aporta en desarrollo de la familia. Los dichos de Dindart solo estigmatizan a mujeres pobres, las convierte en frías especuladoras que tienen bebés para cobrar. Cuidar un hijo no solo cuesta dinero sino que también consume tiempo e impacta en posibilidades de estudiar y trabajar. Una AUH no alcanza”.

El peligro de la argumentación de Dindart es que usó la demonización de la maternidad para ensañarse con las mujeres de sectores populares o, en todo caso, justificar la falta de protección a la maternidad y atacar la mínima asignación económica (pensada, en realidad, para la niñez) y que debería contemplar (con su respectiva jubilación, aguinaldo y licencia) el trabajo no remunerado que realizan las mujeres en cuidados. Pero, además, que obstaculizó la realización de un aborto legal contemplado en el Protocolo de Interrupciones Voluntarias del Embarazo (IVE) del Ministerio de Salud por parte de una niña de once años y avalada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo F.A.L, de 2012. Dindart se había pronunciado en contra de la sentencia del máximo tribunal que no exige que las mujeres violadas tengan que hacer la denuncia para acceder a un aborto no punible, según él “porque le abre una puerta a la mentira”. ¿Dindart puede representar a mujeres que considera especuladoras y mentirosas?

La Comisión se juntó una sola vez, desde comienzo de año hasta el 3 de junio, a pesar de la masiva marcha de Ni Una Menos, el 29 de marzo. El martes 28 de junio la Comisión se reunió, excepcionalmente, y terminó en escándalo. Dindart echó a asesores y periodistas de prepo, a pesar de que se trataba de una reunión pública. Tanto la diputada Victoria Donda (Libres del Sur) como Soledad Sosa (Frente de Izquierda) se opusieron a la patoteada. Además, la mayoría de las diputadas se negaron a firmar el dictamen sobre la sanción de un proyecto sobre emergencia en violencia de género proveniente del Senado para no respaldar la gestión de Dindart en la Comisión y que las maniobras partidarias no puedan priorizarse por sobre los derechos de las mujeres.

Pero Dindart redobló la apuesta, se victimizó como un político estigmatizado y perseguido. Mientras que reafirmó: “Todas aquellas que reciben alguna asignación por hijo buscan tener otro para tener un poco más de dinero. Eso es una realidad técnica. Acá no podemos ser hipócritas. La asignación es una causa del embarazo adolescente, porque 400 pesos para una persona de extrema pobreza es mucho”, evaluó.

El miércoles 29 de junio, el diputado Eduardo Amadeo (Ex secretario de Desarrollo Social de Carlos Menem e integrante de Cambiemos) anunció en una entrevista radial con Diego Iglesias, en FM Blue, que Dindart dejaba la presidencia de la Comisión. Pero aclaró que “su salida no está relacionada al escándalo. Dindart tiene algunos problemas personales y no está pudiendo dedicarle el tiempo que esta comisión requiere. El reemplazo estará dentro de Cambiemos

“Saludamos que Dindart no sea ya presidente de esa Comisión”, se alegró Ada Rico, presidenta de La Casa del Encuentro y remarcó: “Creemos que lxs legisladores deberían capacitarse, una vez que son electos, para no legislar ni ejercer como autoridades de la Comisión de Mujer y Familia desde una mirada sexista y misógina. Sería muy importante que antes de proponer autoridades para estas comisiones los partidos tomen en cuenta lo importante y trascendente que es una persona preparada y capacitada en la temática. La sociedad ya dijo que este tema es prioridad y los partidos deberían adaptarse”.

En realidad, la Comisión de la Mujer no es solo de Mujer; sino de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia. Existen seis proyectos para que las comisiones se dividan y no todos los temas de chicos y chicas tengan que ver con derechos de género. La diputada Cristina Alvarez Rodríguez (FPV, PJ) enfatiza: “Es importante que se cree una comisión sobre mujeres y género, así tratamos cuestiones específicas y en Familia se abocan a niñez y adolescencia. Y lo que es insostenible es que la comisión no se reúna y no prosperen las múltiples iniciativas que las diputadas presentamos que es lo que estuvo pasando estos meses”.

Sabrina Cartabia, abogada de la Red de Mujeres subraya: “En este lapso la Comisión tuvo un desempeño deficiente, donde no se llamó a reuniones dejando cajoneadas propuestas legislativas centrales para nuestra vida y libertad. No tenemos nada que festejar con su remoción, sólo señalar que merecemos representantes que estén a la altura de sus obligaciones pues fallas como estas implican retrocesos fuertes para nuestros derechos”.

COMCOSUR MUJER Nº 481 – 04.07.16
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2) México: Mayoría de mujeres, relegadas de prevención del VIH
Cimacnoticias

A 33 años de la epidemia de VIH/Sida en México, las políticas públicas de prevención en la materia siguen invisibilizando a la mayoría de las mujeres, al carecer de una perspectiva de género en sus programas y campañas.

Y es que, por ejemplo, el diagnóstico y prevención de esta pandemia entre las mexicanas se limita al acceso de pruebas de detección gratuita cuando están embarazadas o si diagnostican a sus parejas con el virus. El resto de la población femenina tiene que solicitar las pruebas por iniciativa propia.

En México, hay 181 mil 744 casos notificados de Sida, de 1983 a 2016. De ese total, 32 mil 725 son de mujeres, es decir 18 por ciento. De los casos diagnosticados con VIH, desde 1984 al presente año, las mujeres representan 25 por ciento (15 mil 15), de un total de 59 mil 629 casos.

Según estadísticas del Sistema de Vigilancia Epidemiológica del VIH/Sida, de la Secretaría de Salud, el número de casos diagnosticados del virus en mujeres de 15 a 24 años de edad va en aumento, sobre todo desde 2001 a 2012. En los años consecutivos la cifra se mantuvo arriba de 300 casos registrados por año.

Y es que ahora los test rápidos de detección del virus se aplican también a las mujeres embarazadas, a fin de evitar la transmisión perinatal (es decir, de mujer a producto durante el embarazo y el parto).

Para tales pruebas las autoridades sanitarias han priorizado a las denominadas “poblaciones clave”: hombres que tienen sexo con hombres (HSH), hombres transgénero y usuarios de drogas inyectables (UDI), por ser quienes representan el mayor porcentaje de casos notificados, de acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/Sida (Censida).

Sin embargo, el resto de las mujeres tienen que solicitar las pruebas de detección gratuitas por su cuenta, es decir, tienen que acudir a cualquier institución de salud, Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS), o a los Centros de Salud, donde el servicio de detección del virus es gratuito.

FEMINIZACIÓN DE LA EPIDEMIA

De acuerdo con cifras oficiales, las mujeres más afectadas por la epidemia en México son adultas jóvenes de 20 a 39 años de edad, que están en edad productiva y reproductiva.

El estudio realizado en 2012 por el Programa de VIH/Sida de la Ciudad de México señala que 69.6 por ciento de las mujeres que tienen un diagnóstico del virus, lo adquirieron por la vía sexual y con sus parejas “estables”.

El director de la Clínica Iztapalapa y coordinador del programa de Control de VIH, Florentino Badial, dijo que en las clínicas especializadas en control y atención de personas con VIH/Sida, ubicadas en la colonia Condesa y en Iztapalapa, han detectado que 40 por ciento de las usuarias llega en etapa tardía, es decir con el síndrome desarrollado.

El perfil de las que tienen un diagnóstico del virus, según el mismo estudio, es de un nivel de escolaridad de nueve años o menos, y de más bajo nivel socioeconómico que el de los hombres que también tienen un diagnóstico positivo de VIH.

Destaca un dato: 47 por ciento de ellas ha vivido una situación de violencia familiar, lo que disminuye sus recursos para poder elegir y negociar con sus parejas el uso del condón.

Y es que las políticas de prevención del VIH/Sida han omitido la violencia sexual en el hogar como un factor para la propagación de la enfermedad entre las mexicanas, según han señalado organizaciones por la salud de las mujeres.

AUMENTAN CASOS

De acuerdo con la directora del Censida, Patricia Uribe, cada año se destinan 40 millones de pesos (mdp), en la compra de pruebas de detección rápida.

Las pruebas de detección se distribuyen a las 32 entidades federativas y prioritariamente se les administra a las llamadas “poblaciones clave”.

En tanto, las mujeres que tienen acceso a esas pruebas de detección principalmente son aquellas cuya pareja fue diagnosticada con el virus y las mujeres embarazadas, ya que forma parte del control médico prenatal.

A partir de que se intensificó la medida de detección en embarazadas, con la reforma a la Norma Oficial Mexicana (NOM) 007 SSA2-1993 (“Atención de la mujer durante el embarazo, parto y puerperio y del recién nacido. Criterios y procedimientos para la prestación del servicio”) en 2010, la vía de transmisión perinatal se ha reducido en 39.3 por ciento a nivel nacional desde 2013 a 2016.

Pero desde 1995 a 2016, los nuevos casos de Sida notificados en mujeres de 15 a 24 años de edad aumentaron, con 100 casos registrados cada año, hasta llegar a 200 en 1999. En los 12 años siguientes se notificaron cifras similares.

En los diagnósticos de VIH en mujeres del mismo rango de edad, el incremento se registra de 2001 (con 124 casos detectados) hasta 2012, con 392 nuevos casos.

RECURSOS MAL ENFOCADOS

Este año el presupuesto aprobado para el Ramo 12 Salud fue por un total de 132 mil 216 mdp, de los cuales se asignaron 57.3 mdp al programa presupuestario “P016 para la Prevención y Atención de VIH, SIDA y otras ITS”, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.

De acuerdo con la Dirección General de Estadística de la Hacienda Pública, en este año Censida obtuvo 364 mdp que se destinan a gastos de operación. De ese monto, el apoyo a proyectos de organizaciones civiles que realizan prevención es de 101 mdp.

Censida reportó que se asignaron 3 mil mdp a la compra de medicamentos, y 10 mdp a la compra de condones que se distribuirán en las entidades federativas.

Un 30 por ciento del presupuesto de Censida se asigna cada año a proyectos dirigidos a la población femenina, en coordinación con el Instituto Nacional de las Mujeres y el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva.

Para este año se aprobaron 142 proyectos de las organizaciones civiles que trabajan temas relacionados con la epidemia, a los cuales se les destinaron 97 millones 641 mil 199 pesos, y de este monto se darán sólo 5 millones 343 mil 551 pesos a nueve proyectos relacionados con las embarazadas, informó la dependencia en su lista oficial de proyectos.

El resto del dinero se asignó a proyectos comunitarios y la mayoría dirigidos específicamente a las “poblaciones clave”, es decir, relegando a las mujeres que no están embarazadas.

COMCOSUR MUJER Nº 481 – 04.07.16

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3) México: Masculinidades hegemónicas

Cimacnoticias

El mayor obstáculo que afronta el discurso de las “nuevas masculinidades” impulsada desde algunas instituciones, es que se promueven sin partir del reconocimiento de que toda masculinidad por sí misma sólo conoce de hegemonía por ser una noción resultado de una imposición arbitraria, y como tal, busca su aceptación incorporando los “intereses” de la subalterna feminidad (excluida y subordinada).

Así, venimos escuchando informes en los que se aprovecha la moda por la violencia basada en género para enunciar que ésta también incluye a los hombres, pero sin aclarar por supuesto que es el mismo sistema que oprime a las mujeres, que las violenta, sin reconocer y sin incorporar que, en medio del incremento de la violencia, la que se ejerce contra las mujeres se adaptó y evolucionó.

Son incansables las explicaciones de por qué no se puede incluir a los hombres en las leyes de protección a la violencia basada en género, al menos no en tanto la realidad siga como hasta ahora en un contexto de control y sometimiento basado en el poder económico, en sólidas estructuras de género que se aplican sobre las figuras femeninas o las “identidades femeninas”, incluso sobre masculinidades feminizadas por la opresión misma o autoidentificadas con roles feminizados.

La promoción de las “nuevas masculinidades” supone que los hombres pueden continuar con sus relaciones con múltiples parejas que dan sustento y fundamento al mito-discurso hegemónico de la hombría a partir de las parejas y el sexo, añadiendo el enfoque de una nueva forma que únicamente muta y evoluciona hacia un “usar condón” y “proteger a su pareja”, así desde una posición superior de “cuidado” a un débil incapaz de decidir por sí mismo.

El discurso entraña por supuesto una forma de “alianza” o apoyo con la oprimida, con la subordinada que es la subalterna y sin la cual es imposible comprender la hegemonía de la masculinidad.

Pero, ¿realmente puede hablarse de una masculinidad que no va al fondo de la esencia misma, que ni siquiera supone un trastocar que lo femenino como lo masculino son una imposición arbitraria basada en una noción dicotómica del deber ser en relación con una genitalidad específica?

No, por supuesto.

Lo más fácil es pretender que la nueva masculinidad supone un enfoque en el que como cuando se construyen nuevas hegemonías incorporan las voces de las oprimidas, se concede, se actúa con anuencia y “cuidado” de ellas, porque una nueva hegemonía no basa el control en la violencia, sino en la mirada condescendiente.

No cuestiona la sexualidad ni la forma como la “masculinidad” percibe su propio goce y su propia aproximación a la sexualidad, la entiende y la promueve desde una masculinidad hegemónica dominante.

No hay mayor hipocresía que suponer una nueva masculinidad sin abordar, como sí se hace desde el feminismo, la deconstrucción de las nociones del poder, el control, desde un nuevo horizonte de poder de múltiples participaciones, y que la “masculinidad hegemónica” está imbricada en distintas esferas como lo es la política, cultural, económica, social y con ello, lo laboral, lo sexual y lo más íntimo.

De lo contrario seguimos bajo el supuesto de que el dominio y la libertad sexual de la masculinidad y su posición “protectora” sobre una débil feminidad, realmente constituye una pieza clave de la creencia que alimenta la “perversa división del trabajo” en el espacio privado.

Aún más, supone que la masculinidad hegemónica sigue basada en la fuerza y el ímpetu de la penetración subyugante frente a una persona penetrada subyugada, y es como lo personal, lo íntimo de la sexualidad se revela en un masculino dominante sobre un femenino subyugado latente en el discurso de que quien se abre, se vulnera. De ahí el símil expresivo entre un equipo ganador y uno perdedor como el que “coge y el que es cogido”.

Así y sólo así podemos entender la lucha y el afán por ganar, por imponer, por el liderazgo vertical y por supuesto por la incapacidad masculina de permitir que haya un participación femenina mayoritaria y liderando los cambios, y en cambio le apuestan a un liderazgo masculino de los feminismos. La hegemonía otra vez, la única y la que se resisten a cuestionar.

La fórmula, el camino no se los vamos a indicar, pero sí les decimos que no somos las subalternas que agradecen la concesión porque “incorporen las visiones de las mujeres”, lo que buscamos no es la permanencia ni la continuidad de intereses masculinos y femeninos basados en discursos hegemónicos, sino atrevernos a transitar hacia una sociedad sin violencia y opresión contra las mujeres, y en consecuencia contra el otro feminizado desde el suponerlo débil.

COMCOSUR MUJER Nº 481 – 04.07.16
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4) Nicaragua: Antimotines reprimen a obreras nicaragüenses
Cimacnoticias

Luego de que la policía antidisturbios de Nicaragua arremetiera el pasado 27 de junio en una empresa textilera del principal complejo industrial del país, y detuviera a dos mujeres y 8 hombres, éstas fueron puestas en libertad luego de permanecer 5 días en prisión, debido a las presiones ejercidas por el Movimiento de Mujeres María Elena Cuadra, y sus familiares.

Las dos obreras apoyaban de forma pacífica las protestas del personal de una empresa de capital coreano el pasado lunes 27 de junio, cuando fueron reprimidas y apresadas por las fuerzas antidisturbios de la policía nacional.

La policía antimotines ingresó a la empresa donde más de 3 mil obreros, más de la mitad mujeres, protestaban por mejoras laborales, por lo que ambas mujeres junto con 8 varones, fueron llevados a la estación de policía de la ciudad de Tipitapa a 20 minutos al norte de Managua.

La obrera Luz Urbina, dijo que ella como sindicalista estaba afuera de la empresa apoyando pacíficamente a sus compañeras, cuando fue arrestada por la fuerza, considera que su detención fue injusta porque no le hizo ningún daño a nadie.

Al salir de la prisión en Tipitapa, Urbina narró su estadía durante 5 días “fueron de tortura, te da ansiedad, desesperación, no se lo deseo a nadie, solo pensaba en mis dos hijos de 4 y 6 años que tengo”, dijo la obrera.

Para la dirigente del Movimiento de Mujeres María Elena Cuadra, Sandra Ramos, la represión a que fueron sometidas las obreras y obreros, es un hecho insólito en Nicaragua, “en mis años de ser sindicalista nunca había visto que se le permitiera la entrada a los antimotines a reprimir a los trabajadores dentro de su trabajo, en la calle si ya se había visto”, dijo.

Pero el caso aún no se cierra, el próximo viernes 8 de julio está programada la audiencia especial donde los defensores de los obreros acusados por diferentes delitos pedirán que el caso se archive.

La abogada del Centro de Mujeres, Johana Arce, dijo que pedirán al Ministerio Público que retire la acusación que interpuso el Estado en contra de los obreros y obreras, debido a que la empresa ya retiró las acusaciones.

Para la integrante del Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), Juanita Jiménez, el hecho registrado en esa empresa demuestra la alianza que existe entre el Estado y el gran capital dejando en la indefensión a los trabajadores y trabajadoras.

“Hay una desprotección total hacia las trabajadoras a pesar de que las leyes nacionales hablan de que el Estado debe protegerlas”, dijo Jiménez, quien pidió a las autoridades a escuchar las demandas de las obreras y evitar estas confrontaciones.

Al respecto, la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), Vilma Núñez, condenó el acto represivo y agregó que las y los obreros tienen derecho a exigir sus derechos laborales, hay un marco legal que los protege y el rol del Estado es escuchar esas demandas, darles respuestas y no reprimirlos, concluyó.

COMCOSUR MUJER Nº 481 – 04.07.16
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5) Uruguay: Jornadas de Debate Feminista

El 4, 5 y 6 de julio tendrán lugar las III Jornadas de Debate Feminista en la Facultad de Ciencias Sociales organizadas por Cotidiano Mujer y el Programa Género y Cultura de FLACSO Uruguay.

Esta tercera edición cuenta con más de 50 ponencias, talleres, instalaciones y performances y con la presencia especial de Teresa Meana, filóloga y feminista española, y Betania Ávila, investigadora feminista y fundadora de SOS Corpo en Brasil.

¿Existen los antifeminismos? ¿Se complementan las teorías de heteronormatividad y la de división sexual del trabajo? ¿Cómo se puede superar la brecha entre las feministas históricas y las jóvenes? ¿Perdemos el sujeto mujer al abrazar las posiciones desde la diversidad sexual?

Este año, el debate principal de las Jornadas es Feminismos y Diversidades, con los ejes temáticos Cuerpos políticos – políticas del cuerpo, Cuidados y sostenibilidad de la vida y Perspectivas feministas de la justicia.

Por consultas, comunicarse a debates@cotidianomujer.org.uy.

COMCOSUR MUJER Nº 481 – 04.07.16
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6) Artesanías Afrouruguayas: Riqueza e identidad

Colectivo Artesanas Afro Uruguayas / CCE

Lanzamiento del I encuentro de Artesanías Afrouruguayas: Riqueza e identidad
Encuentro con mujeres artesanas + muestra de piezas inéditas

El colectivo de Artesanas Afro buscan visibilizar y promover el trabajo que realiza el colectivo formado en este año apostando por el fortalecimiento del emprendimiento y el trabajo por la identidad, la cultura y el empoderamiento de las afrouruguayas en su conjunto. El Centro Cultural de España es parte de este proyecto con sus actividades el 6 y 20 de julio en relación al trabajo de las mujeres artesanas afro.

En esta actividad se promueve y difunde la feria artesanal que se desarrollará el 8 y 9 de julio en Mirando Mundos.

Se trata del lanzamiento de una exposición donde encontraremos piezas inéditas que reflejan el trabajo que el colectivo viene realizando desde marzo, con capacitaciones y encuentros de intercambio, técnicas, texturas, experiencias de vida. En esta oportunidad la idea es conocer las piezas y los procesos creativos en cada una de las diferentes técnicas trabajadas, pero con un hilo conductor común: simbología africana.

El compositor, poeta, cantante y multi-instrumentista Eduardo Yaguno dará el gran cierre de la jornada con el más puro estilo del Camdombe Rap.

En el marco de julio mes de la afrodescendencia y el 25 de julio día de la mujer afrodescendiente.

Organiza: Colectivo Artesanas Afro Uruguayas / CCE Apoya: Mirando Mundos

COMCOSUR MUJER Nº 481 – 04.07.16
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7) La violencia sexual no termina con el fin de la guerra
IPS

La violencia sexual es un arma de guerra desde tiempos inmemoriales. Hay referencias bíblicas, que continúan en la Guerra Civil de Estados Unidos, siguen en las dos guerras mundiales del siglo XX hasta otras regionales, como la de independencia de Bangladesh, en 1971, y los conflictos étnicos en Bosnia y Ruanda; ninguno de ellos excluyó a la violación y a la violencia sexual.

Cuando termina la guerra y comienzan las iniciativas de recuperación, los esfuerzos, como el Plan Marshall, se concentran en reconstruir la infraestructura y la economía.

Pero es mucho menos lo que se hace para fortalecer a los sistemas de apoyo a las mujeres, traumatizadas por la guerra, lo que quiere decir que sufren dos veces: primero, la violencia directa y, segundo, el sistema de justicia que trivializa su trauma y silencia sus historias, explicó Bangura.

“Después de la lucha por sobrevivir a las balas, las armas y los machetes viene la lucha por la atención médica, el cuidado infantil y la reparación, así como el derecho a participar en los procesos políticos del país que trata de emerger de las cenizas de la guerra”, añadió.

Las consecuencias de la violencia sexual se sienten en varias generaciones, se amplifican con el tiempo y generan una reacción en cadena. El daño queda en los hijos nacidos de la violación, quienes a menudo se sienten obligados a permanecer en las sombras, indocumentados y enmudecidos.

“Es como si hubieran nacido culpables, manchados por el crimen de su padre”, observó Bangura.

Las personas conocidas y los lugares familiares se vuelven entornos antagónicos, pues vecinos y amigos se ponen en contra de las mujeres violadas y de sus hijos, culpando a las propias víctimas de la violencia sexual.

Bangura dio una conferencia en la segunda semana de este mes en el taller “Mujeres y niñas en conflictos: Aprendiendo de la experiencia vivida para comunicar respuestas políticas”, organizado por ONU Mujeres, el Centro Internacional para la Justicia Transicional (CIJT), el Instituto Liu de Asuntos Globales, la Universidad de Columbia Birtánica y la misión permanente de Canadá en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

“El rechazo parece propagarse como una enfermedad, pues cualquiera que se preocupe por las personas marginadas, será también marginado”, explicó Virginie Ladisch, directora del programa Infancia y Juventud del CIJT.

Es importante considerar a esos niños y niñas no como la consecuencia de una violación de derechos humanos, sino como sujetos de derechos humanos, precisó Bangura.

“No solo tenemos que traer de vuelta a nuestras niñas, tenemos que traerlas a un ambiente de apoyo y de oportunidades”, apuntó, en alusión a la etiqueta en inglés utilizada en las redes sociales, #bringbackourgirls, por el caso de las adolescentes secuestradas el 14 de abril de 2014 por Boko Haram en Nigeria.

Para ello, hay que hacer frente al flagelo de la violencia sexual y el matrimonio forzado, así como combatir el estigma y la culpabilización de las víctimas procesando a los responsables, haciendo justicia y asegurándose de que las mujeres puedan cuidar de sus hijos.

“Solo entonces podremos decir que la guerra se terminó”, subrayó Bangura.

En el año 2000, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la resolución 1325, que concentra la atención sobre las diferentes consecuencias que los conflictos armados tienen en las mujeres, su exclusión de la prevención de los mismos, el mantenimiento y la construcción de la paz y los vínculos inextricables entre desigualdad de género y la paz internacional.

Sin embargo, Nahla Valji, especialista de paz y seguridad de ONU Mujeres, dijo que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, las nuevas resoluciones del máximo órgano de seguridad del foro mundial dedicadas a la lucha contra el terrorismo fueron a menudo criticadas por no dar voz a las mujeres.

“Si dejamos que ese espacio lo ocupen otros, queda vacío y lo definen por nosotras de una forma que no necesariamente contempla las necesidades y las voces de las mujeres”, Arguyó Valji.

Con el fin de llenar el vacío, el taller de la tercera semana de junio reunió a mujeres que sobrevivieron a un conflicto y sufrieron violencia sexual para que contaran la difícil realidad no atendida en que se convirtió su vida cotidiana.

Tras sobrevivir a la violencia postelectoral, que se desató en Kenia en 2007, Jacqueline Mutere dijo que la ONU tenía muchas respuestas para el enorme número de mujeres que sufrieron violencia sexual, pero solo contaron historias cruentas de violaciones para justificar la necesidad de fondos, sin mencionar a las que tuvieron hijos o las consecuencias a largo plazo que dejó esa horrible experiencia en sus vidas.

Mutere y muchas otras mujeres se dieron cuenta de que las organizaciones hablaban por ellas y no las representaban de forma adecuada. Por eso, fundó Grace Agenda, que ayuda a las sobrevivientes de la violencia sexual en Kenia.

“Cuando me miran a mí, ven a las miles de mujeres fuertes violadas en Kenia, quienes quedaron discapacitadas producto de esa violación, cuyos hijos tienen discapacidades o quienes contrajeron VIH” (virus de inmunodeficiencia humana), causante del sida (síndrome de inmunodeficiencia humana).

“Alguien tendrá que pagar por este dolor. ¿Por qué el conflicto de un país tiene que desarrollarse en mi cuerpo?”, cuestionó Mutere.

María Alejandra Martínez, quien trabaja en la reintegración de mujeres, niños y niñas en Colombia, dijo que las mujeres afectadas por la guerra no quieren ser conocidas como “víctimas de violación” o “esposas forzadas” o hablar de “niños soldados”, quieren que las reconozcan como personas que hablan y poner fin al silencio.

“Necesitan poder contar su historia en sus propios términos”, explicó. “Los niños son más que su experiencia durante la guerra. Todos los niños desmovilizados tienen el poder de cambiar el mundo”, remarcó Martínez.

COMCOSUR MUJER Nº 481 – 04.07.16

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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de
quien corresponde” – Luis Pérez Aguirre

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