1) “Por la tierra y con Sendic” /Jorge Zabalza
2) Uruguay. Radios comunitarias: el gobierno argumenta que hay “un gran desorden” /Federico Laitano
3) ¿Dónde y a quién compramos los uruguayos? /Mathías da Silva
4) Submarinos y negocios /José Antonio Rocca
5) Movimientos sociales boicotearon la Cumbre de la Alimentación /Sergio Ferrari
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores – Hoy:
I. Revolución Mata Hari – Centro Cultural Florencio Sánchez
II. “Sudaca” – Kalibán Usina Teatro
III. Cine Uruguayo – Centro Cultural Alba Roballo
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COMCOSUR INFORMA AÑO 27 – No. 2021 – 08.10.21
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1) “POR LA TIERRA Y CON SENDIC”
“El dinero es libertad acuñada”, sentencia de Fedor Distoievski, ruso él, pero que, no por ello puede ser acusado de comunista. Son más libres aquellos “malla oro” que disfrutan de capitales más grandes, evaluaba el extraordinario escritor, la libertad como una función de la riqueza.
Jorge Zabalza / 8 de octubre de 2021
Ayer, nomás, los peludos de UTAA bajaron a Montevideo con su reclamo de expropiar (sin indemnizar) las 33.000 hectáreas de Silva y Rosas, un latifundio improductivo que pensaban transformar en plantación cooperativa de caña de azúcar. Parece mentira, pero fue ayer nomás que esos campamentos nos cambiaron la vida a toda una generación, la del Ché Guevara.
Pocos días atrás, convocados por la Mesa Nacional de Colonos, AFINCO (gremio de los trabajadores del INC) y la Mesa Intersindical de Bella Unión, se reunieron unas 80 personas en la chacra cooperativa “15 de enero”. Como el grupo de oligarcas que nos gobierna se propone desmantelar el Instituto Nacional de Colonización (INC), los allí reunidos discutían cómo organizarse para defenderlo.
Entendieron que era buena cosa rodear el parlamento los días 12 y 13 de octubre, momento del senado para votar el artículo del presupuesto que desfinancia el INC. Convocaron entonces a reunirse en “fogones artiguistas” al costado del Palacio Legislativo. A los convocantes se suman varias organizaciones más, las que representan la Nación Charrúa, a los afrodescendientes, productores ecológicos, aspirantes a colonos, sindicatos de trabajadores rurales, asalariados con tierra de Bella Unión, estudiantes, cooperativistas de FUCVAM. La concentración coincide con la convocada por el PITCNT en la plaza 1° de Mayo.
Al igual que en 1964 me propongo acudir al llamado de lucha por la tierra, como también habré concurrido el martes por la mañana al Canal 10 junto a los que luchan por un Canelones libre de soja transgénica. Así comenzó aquella historia reciente, la que aún sigue corriendo.
¡¡ Tierra!!
Una vez más emergió la cuestión de la tierra. Desde que los malos europeos la robaron a mano armada, el modelo “tierra para quienes la trabajan” enfrenta el modelo “tierra para los pocos y privilegiados”. La lucha entre ambas formas de producir estuvo en el origen del Uruguay como república independiente. Los peores americanos pensaban, según Isidoro de María, que los pueblos indígenas “no eran capaces de comprender todos los beneficios que resultaban de la conquista y por eso luchaban contra los invasores”. Por eso impidieron recuperar su territorio a los pueblos originarios, los privaron del espacio propio, donde desarrollar sus autonomías y sus culturas.
José Artigas veía el problema desde el ángulo opuesto. Escribió al gobernador de Corrientes: “Recordemos que ellos tienen el principal derecho y que sería una degradación para nosotros, mantenerlos en aquella exclusión vergonzosa que hasta hoy han padecido por ser indianos”. Esa visión, Artigas la puso en práctica el 10 de setiembre de 1815 con su Reglamento de Tierras: la cuestión indígena se resolvía restituyendo la propiedad a los guaraníes, los charrúas y los negros, a los más infelices deambulaban por campos ajenos.
Luego de la “independencia”, el genocidio riverista hizo del Uruguay un territorio libre de poblaciones originarias y los genocidas pudieron apropiarse de los latifundios, del puerto y de los cargos en el aparato burocrático.
Ocupar, ocupar y ocupar.
Ciento cincuenta años después, el viejo modelo artiguista resurgía con el programa del Congreso del Pueblo. La Reforma Agraria se volvió el nudo de las más sentidas aspiraciones populares. Consigna de la rebelión peluda, la bandera de UTAA lucía el “tierra para el que trabaja”. En todo el espectro partidario, desde Wilson Ferreira Aldunate a la izquierda que se preciaba de revolucionaria, se coincidía en la necesidad de cambiar la estructura de propiedad de la tierra. Hablar de reforma agraria fue muy natural en aquel Uruguay sesentista. Los que empuñamos un arma, en busca de la palabra justa, la encontramos en el grito “Por la Tierra y con Sendic”, síntesis cañera del espíritu que reinaba.
En 1985, al regresar a los cuarteles, la dictadura nos dejó el 8% de la tierra bajo propiedad de capitales extranjeros, porcentaje que el movimiento popular consideró escandaloso. La pérdida de soberanía por la extranjerización de la tierra fue uno de los ejes crítico del discurso de la izquierda. Sin embargo, pese a los esfuerzos de algunos sindicatos y sectores minoritarios, fue imposible reinsertar la reforma agraria en los programas del PITCNT y del Frente Amplio. Se negaron los que marchaban hacia la moderación y el liberalismo.
Actualmente, casi sin ninguna oposición, los capitales extranjeros han llegado a ser propietarios del 50% del territorio nacional. La cifra indica el grado en que el Uruguay ha perdido independencia y ha sido insertado en la economía mundial como productor de materias primas. El proceso de recolonización ocurrió ante la pasividad y el desinterés del movimiento obrero, con la complicidad de los tres partidos que fueron gobierno luego de la dictadura cívico militar.
La tierra es el único recurso natural con que cuenta nuestro pueblo para alcanzar la justicia social. Con su plan de lucha por la tierra y contra la pobreza, Raúl “Bebe” Sendic supo unir los problemas de la marginación social con el cambio en la forma de hacer producir la tierra. La cuestión social se resuelve aboliendo el latifundio y poniendo en práctica el “tierra para el que trabaja”, transformando el modo de hacer producir la tierra y distribuir sus productos.
La tierra, sin embargo, continúa inaccesible para el marginado y empobrecido, para el que enriquece con su trabajo a los latifundistas locales y extranjeros… ¿ocupar, ocupar y ocupar será la única forma posible?
El 12 de octubre, fecha luctuosa para el pueblo indoamericano, nos vemos alrededor del parlamento para manifestar nuestro deseo de “tierra para el que trabaja”.
Jorge Zabalza
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2) URUGUAY. RADIOS COMUNITARIAS: EL GOBIERNO ARGUMENTA QUE HAY “UN GRAN DESORDEN” Y BUSCA QUE LOS ENCARGADOS TENGAN PERSONERÍA JURÍDICA
Federico Laitano /La Diaria /Info&Com
“Ordenar no puede significar cerrar al barrer”, dijo un dirigente de la agrupación de radios comunitarias, que consideró que pasar a ser asociaciones civiles no sería sostenible.
La Dirección Nacional de Telecomunicaciones y Servicios de Comunicación Audiovisual (Dinatel) manifestó que los cambios sobre el sistema de radios comunitarios buscados en el proyecto de Rendición de Cuentas son para solucionar “un gran desorden” que se había generado.
El pasado miércoles, ante la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda de la Cámara de Senadores, donde actualmente se discute el proyecto de Rendición de Cuentas ya aprobado por la Cámara de Diputados, el director nacional de Telecomunicaciones, Guzmán Acosta y Lara, dijo, según consta en la versión taquigráfica, que durante los últimos años “hubo una falencia total” en el sistema de radios tanto comerciales como comunitarias.
“Tenemos que poner orden, porque hubo un gran desorden. Hay que decirlo, ¡hubo un gran desorden! Y esto no es limitar ningún tipo de libertad de expresión ni mucho menos, porque, además, no es el objetivo de este gobierno, sino todo lo contrario. No podemos tener leyes vigentes que no se cumplan; si bien la ley de radios comunitarias fue un avance importante, no es admisible que los permisos no se hayan actualizado. Nosotros no fuimos a cerrar; por el contrario, estamos luchando para darles el tiempo necesario a fin de que puedan adecuarse”, expresó Acosta y Lara.
La norma vigente indica dos tipos de autorizaciones para funcionar: una para prestar servicios por diez años prorrogables y otra para frecuencias de uso compartido que utilizan algunas horas o días de la semana, para lo cual se asignan las frecuencias al Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que administra su uso. Este segundo tipo de autorizaciones se otorga por un año, con posibilidad de que sean prorrogadas.
Del sistema de radios pueden participar asociaciones civiles sin fines de lucro con personería jurídica o grupos de personas organizadas pero sin carácter de asociación civil.
Estos últimos sólo pueden acceder a frecuencias de uso compartido. De aprobarse la Rendición de Cuentas tal cual fue redactada, el uso de los espacios compartidos podrá autorizarse “por el plazo máximo de un año, prorrogable por una única vez por el mismo período”, por lo que se quita la posibilidad de solicitar más de una prórroga, algo que actualmente es posible. A quienes se encuentren emitiendo actualmente en este tipo de frecuencias se les otorgará un “plazo improrrogable de dos años” y “transcurrido dicho plazo deberán cesar las emisiones”. Otra de las modificaciones incluidas en la Rendición de Cuentas es quitarle competencias de este sistema al MEC y derivar casi todas al Ministerio de Industria, Energía y Minería, ya que se deja “sin efecto la facultad” del MEC “en las adjudicaciones de frecuencias radioeléctricas para uso compartido”.
A su vez, con el proyecto en discusión busca quitarse un párrafo del artículo 13 de la ley vigente, que indica que “todos y cada uno de los espacios de carácter comunitario deberán ser asignados por concurso abierto u otro mecanismo competitivo”. No obstante, seguirá vigente el artículo 7, que indica que “el principio general para la asignación de frecuencias para servicios de radiodifusión comunitaria será el concurso abierto y público, previa realización de audiencia pública”. Sobre este tema, ante los senadores, la asesora de Dinatel Florencia Ferrer dijo que “el artículo 13 repetía algo que estaba en el 7”, entonces, “para mejorar la redacción, se eliminó”. Además, dijo que las frecuencias de uso compartido “nunca fueron asignadas por audiencia pública”.
En cuanto a los grupos de personas que hacen uso de frecuencias compartidas y quieran mantener su radio, Acosta y Lara dijo que el gobierno va a “colaborar para que puedan regularizarse” y afirmó que habrá ayudas para “hacer el trámite de personería jurídica”. Precisamente, Ferrer dijo que “la idea es que en estos dos años que se les va a dar” a los grupos “puedan constituirse como asociaciones civiles y emitir como frecuencias únicas”.
En tanto, Miguel Dell’Acqua, integrante de la mesa nacional de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, dijo a La Diaria: “Hacer una asociación civil, la hacemos, la inventamos, hacemos cualquier cosa; el tema es después, el sostenimiento de eso, cuando sabemos que son grupos de tres o cuatro personas en una radio. ¿Por qué vas a crear una mentira?”.
“Ellos creen que la única manera de controlarnos es a través de una asociación civil. No tiene sustento. Las frecuencias compartidas de grupos de personas tenemos responsabilidad individual, en una asociación civil me diluyo. En este caso soy responsable personalmente de lo que pasa en la radio, de si se cumple la ley o no”, agregó.
Dell’Acqua consideró que “ordenar no puede significar cerrar al barrer”, y señaló que el argumento del desorden “es una excusa para cerrar las radios del interior”, en las que están “90% de las frecuencias compartidas”. Además, señaló que “el desorden es más que nada la cosa burocrática” y que “solucionar eso no tendría que suponer cerrar”.
Por otro lado, aseguró que “hay una presión muy fuerte de los sectores comerciales del interior en contra de las radios comunitarias” y, en su opinión, “pareciera que la mano viene para responder a esos intereses, parecido a lo que pasa con [el proyecto de] la ley de medios”.
Por su parte, la senadora frenteamplista Amanda Della Ventura, una de las presentes en la sesión del pasado miércoles, dijo que su fuerza política mantiene “la preocupación” sobre estos artículos porque supondrían el cierre de varias radios. “Se nos dijo que en realidad ninguna se iba a cerrar, que se las iba a ayudar para hacer el tema de la regularización y formalización, pero el tema es que eso no queda escrito”.
La senadora afirmó que “realmente sería una lástima para la democracia” el cierre de estas emisoras, que están “para que pueda informarse la población, más cuando son poblaciones chicas”.
Della Ventura señaló la aspiración de que estos artículos sean retirados del proyecto de Rendición de Cuentas, que pasará a votación del plenario, pero lamentó que “no hay voluntad” para ello, porque en la coalición de gobierno, que tiene la mayoría de los votos, “no se manifestaron fisuras” sobre el tema.
Federico Laitano /La Diaria /Info&Com
COMCOSUR INFORMA AÑO 27 – No. 2021 – 08.10.21
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3) ¿DÓNDE Y A QUIÉN COMPRAMOS LOS URUGUAYOS?
Una radiografía del sector supermercados
Mathías da Silva /La Diaria. 26 de julio de 2021
Un estudio encargado por el sindicato del comercio indaga en los niveles de concentración del sector, la extranjerización y ciertas particularidades de los tres grandes actores: Grupo Disco, Ta-Ta y Tienda Inglesa.
Discutiendo sobre “economía doméstica” entre amigos, en una de esas tantas charlas que ya forman parte de nuestra cotidianeidad, un amigo no deja de repetir que los precios “se fueron por las nubes”. Se ríe al escuchar los números de la inflación, esboza culpables y hasta desliza posibles soluciones -el congelamiento de precios sale a escena-, prometiendo cambiar sus hábitos y abandonar los supermercados en favor de las ferias y los comercios barriales.
Como han demostrado los estudios de economía conductual, nuestras ideas y decisiones diarias, como agentes económicos, no suelen ser racionales ni estar basadas en evidencia. Por el contrario, se forman en función de nuestras experiencias y tienden a ser más de naturaleza emocional. Todo esto me hace pensar que mi amigo no cambiará su rutina de compra y que quizás tampoco esté muy interesado en conocer ciertas lógicas empresariales que operan sobre la formación de los precios en Uruguay.
Quienes sí se interesaron en esto fueron los integrantes de un equipo multidisciplinario del grupo Trabajo & Capital, conformado por el economista Rodrigo Alonso, el sociólogo Nicolás Marrero y el magíster en Historia Económica Juan Geymonat, bajo la coordinación de Santiago Santarcieri. Los autores realizaron, a solicitud de la Federación Uruguaya de Empleados del Comercio y Servicios (Fuecys), un estudio sobre el sector del supermercadismo y sus implicancias en la economía local.
Entre las conclusiones, los investigadores registraron un proceso de “extranjerización” en las últimas décadas, impulsado por capitales de la región, Estados Unidos y Europa, que “tienden a ser más concentrados” en tanto buscan “tasas de rentabilidad mayores”. Pese a ello, el nivel de concentración que el comercio en general tiene en Uruguay aún se mantiene lejos de otros países, donde los supermercados acaparan gran mayoría de las ventas.
Esto provocó “movimientos de expansión horizontal [comprar a otros competidores], así como la búsqueda de expansión a sectores como la vestimenta y los electrodomésticos”. A su vez, la competencia entre los grandes jugadores del mercado “no se da en una cancha abierta, sino entre territorios y feudos ya definidos”: cada cadena “tiene una suerte de especialización y perfil propio que les garantiza determinado nivel de territorio conquistado y cerrado”.
Almacenes, ferias o supermercados: ¿dónde compramos?
Según los últimos registros oficiales hay unas 45.000 empresas bajo el rubro “comercio al por menor” (que exceptúa autos y motos), en su gran mayoría negocios con menos de cuatro empleados. Del 10% restante, hay unos 3.500 con hasta 20 empleados, 760 con hasta 100 contratados y 72 comercios con más de un centenar de trabajadores.
Desagregando más la información, y según la empresa internacional de investigación de mercado Euromonitor, hay unas 30.000 tiendas en Uruguay que se concentran en la venta de alimentos y productos de higiene y limpieza (quedan por fuera ferreterías, tiendas de ropa y otros rubros).
El informe menciona que según datos provenientes de diversas fuentes, incluida la Asociación de Supermercados del Uruguay (ASU), el mercado “se divide en tres tercios” en materia de distribución de ventas: “Un tercio es abastecido por los almacenes de barrio y las ferias, el otro tercio lo abastecen los almacenes establecidos y los autoservicios y el último tercio los supermercados con tres cajas o más”.
Esto es consistente con un informe de la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia (CPDC), órgano desconcentrado del Ministerio de Economía y Finanzas, que registró que en 2017 el sector que comprende almacenes y supermercados alcanzó un volumen de ventas superior a US$ 8.000 millones, y que a las grandes cadenas de supermercados -Tienda Inglesa, Ta-Ta, Macromercado, Grupo Disco (que suma a Devoto y Geant) y El Dorado- les corresponde 35,5% de ese monto.
Datos de 2019, también provenientes de la CPDC, mostraron que el Grupo Disco tiene la delantera a la interna del segmento supermercados, con 42% de las ventas, seguido por Ta-Ta con 29%, Tienda Inglesa con 19%, El Dorado con 6%, Macromercado con 2% y un 1% asociado a otras cadenas menores. En efecto, las tres principales cadenas acaparan 90% del sector y, según el trabajo encargado por Fuecys, cada una tiene características particulares.
El Grupo Disco, dominado por el grupo colombiano Almacenes Éxito, que a su vez pertenece al gigante francés de retail Casino, “opera fundamentalmente en Montevideo, Canelones y Maldonado, con un promedio de entre 12 y 13 cajas por establecimiento”, al tiempo que Geant tiene “dos locales [Nuevo Centro y Parque Roosevelt] con un alto número de cajas”.
Tienda Inglesa, que pertenece desde 2016 al fondo de inversión estadounidense Goldman Sachs, que lo compró por unos US$ 120 millones a la familia Henderson -fundadores de la firma hace 150 años- presenta “una lógica similar” a la de su competidor, porque “opera en Montevideo, Canelones y Maldonado con 13 cajas en promedio por cada local”.
Distinta es la realidad de Ta-Ta, cadena con 84 locales y presencia en los 19 departamentos, que aumentó su participación de mercado cuando adquirió en 2013 a Multi Ahorro, y que hoy opera con un promedio de seis cajas por local. Su propietario es el empresario argentino Francisco De Narváez, que también posee la cadena de farmacias San Roque, las firmas Multi Ahorro Hogar y Motociclo (electrodomésticos), BAS (indumentaria) y WoOW! (comercio electrónico).
“Las grandes cadenas buscan especializarse en distintos nichos de mercado: productos de calidad, marcas propias con buenos precios, Montevideo o interior, público de bajos ingresos o públicos de ingresos altos. Mediante este tipo de mecanismos, logran establecer una suerte de áreas fortificadas donde los demás agentes no penetran fácilmente”, analizó el estudio del grupo Capital & Trabajo.
Por ejemplo, “Tienda Inglesa y el Grupo Disco operan en las zonas costeras, de mayor concentración y poder adquisitivo, [mientras que] Ta-Ta, Macromercado, El Dorado y el ‘comercio independiente’ despliegan una estrategia de mayor dispersión territorial en zonas de menores ingresos”.
La expansión y el ciclo económico
Según datos del Banco Central, el índice de volumen físico del sector comercio creció “de forma sostenida entre 2005 y 2013, con un leve estancamiento en 2008, para dar paso a un proceso de retracción durante 2014, 2015 y 2016, recuperándose apenas en 2017 para volver a estancarse en 2018”. Pasando raya, tuvo “una fase de expansión pronunciada” y “hace casi seis años asistimos a una fase de estancamiento y leve retroceso”. Sin embargo, “los niveles de actividad de 2019 estaban un 70% por encima de 2005 en términos reales”.
Esta evolución va bastante en línea con el PIB global, que entre 2005 y 2019 tuvo un incremento de 65%. También se observa una relación con variables como la tasa de empleo, el salario real y el gasto en consumo final de los hogares, que “también se comportan con una fase de expansión entre 2005 y 2013 y de estancamiento de allí hacia adelante”. Además de esto, en los años de crecimiento “el abaratamiento del dólar, o apreciación real del peso, favoreció la expansión del comercio interno vía el abaratamiento de las mercancías importadas”.
En línea con la expansión entre 2005 y 2013, la cantidad de empresas en el sector del comercio minorista se multiplicó, pasando de unas 27.000 a 45.000 firmas, cuyo mayor incremento corresponde a los establecimientos con entre uno y cuatro empleados.
“La fase de expansión por un lado produjo una serie de nuevos pequeños capitales, a su vez que fue promoviendo el crecimiento del tamaño de las empresas ya existentes.
Sin embargo, la composición empresarial del sector continúa acentuada en formas de pequeño y mediano capital, aun cuando la cantidad de empresas de mayor porte crece un poco por encima de la media en el período analizado”, apuntó el trabajo.
Concentración y grupos económicos en América Latina
Un capítulo del estudio del grupo Capital & Trabajo se centra en las tendencias internacionales del supermercadismo y los niveles de concentración que se observan en la región. Como características en América Latina, se menciona que “en las últimas tres décadas debe destacarse el proceso de trasnacionalización, concentración y centralización del capital, donde las multinacionales europeas y estadounidenses fueron por lejos la fuerza dominante de la inversión extranjera directa en el sector”.
En menor medida también asistimos al “despliegue de algunos capitales de origen latinoamericano -especialmente en el caso de Chile, Brasil, México y Colombia- en asociación con el capital extranjero, conformando las llamadas multilatinas”.
Según los autores, “la dinámica regional” muestra un patrón donde “el pez más grande se come al más chico”, mediante adquisiciones, fusiones y desplazamiento de los almacenes de menor porte por la vía de la competencia”. Esto “implicó un retroceso del pequeño capital en detrimento de los grupos económicos extranjeros”. Así las cosas, en la década del 80 el supermercadismo controlaba no más de 20% del total de ventas en América Latina, y a principios de siglo ya oscilaba entre 50% y 60%. En las dos últimas décadas, “se fueron consolidando esas tendencias”.
Para entender este fenómeno, enfatiza la investigación, se debe “introducir la noción de grupo económico, referida a empresas legalmente independientes, que operan en distintos mercados -tanto relacionados como no relacionados- y que se encuentran unidas por vínculos formales e informales persistentes”. Se trata de una forma de estructura empresarial distinta a la empresa única que se divide en múltiples divisiones para abarcar variadas funciones.
Otro aspecto que se destaca del supermercadismo en la región son las “características precarias del trabajo en el sector”. Esto es, “bajos salarios, polivalencia, informalidad y flexibilidad contractual”.
Walmart es el principal conglomerado de comercio del mundo, con ventas anuales superiores a US$ 410.000 millones en promedio en la última década, y dos millones de empleados solo en Estados Unidos -es el principal empleador del país-. En el ranking internacional aparece en segundo lugar el grupo británico Tesco, luego el francés Carrefour, el japonés Aeon y en el quinto puesto el grupo Casino, con presencia en Uruguay y otros 26 países.
Walmart también lidera el listado para América Latina y está presente en nueve países de la región, con más de 3.850 tiendas de diversos formatos y una facturación anual superior a los US$ 40.000 millones en 2019. Casino, mediante el grupo brasileño Pão de Açúcar y el colombiano Éxito, está en cuatro países, con una facturación superior a US$ 17.000 millones. De todos estos números se desprende que los grupos multinacionales tienen un alto poder de concentración en el mercado: “En México, Centroamérica, Perú y Chile la concentración de las principales cadenas supera el 60% sobre el total [de ventas del sector comercio]”.
Otras tendencias observadas en el continente durante los últimos años tienen que ver con que, “junto a los supermercados e hipermercados, aparecen las tiendas de proximidad, tiendas de descuento y cash and carry [compras directas en grandes superficies en formato mayorista]”, lo que se complementa “con el auge del ecommerce, delivery por aplicaciones y grandes centros logísticos de distribución y venta online”.
El mapa de los tres grupos en Uruguay
Aterrizando en Uruguay, el trabajo aporta algunas características de los tres principales grupos económicos que operan en el supermercadismo. En el caso de Ta-Ta y el grupo De Narváez, se señala que “la reducción del negocio a nivel continental [cerró o vendió comercios en Argentina, Colombia y Perú] contrasta con la expansión agresiva que ha seguido en Uruguay durante la última década”. Más allá de que recompró parte del negocio de tiendas vendido en Argentina a Carrefour, el grupo económico se concentra en Uruguay y Ecuador, donde tiene “condición de liderazgo”.
Aparte de los supermercados, De Narváez abrió, en cinco años, 22 locales de indumentaria de la marca BAS en 14 departamentos, y adquirió otras líneas de negocios. Incluso en 2019 estuvo en tratativas para comprar Grupo Disco, lo mismo que ocurrió al año siguiente por parte de Goldman Sachs, principal accionista de Tienda Inglesa. La posibilidad de estas operaciones -en especial la segunda, porque la primera no se hizo pública en el momento- provocó advertencias sobre los niveles de concentración y el potencial poder de precios que tendrían las cadenas.
Sobre el grupo que controla las cadenas Disco, Devoto y Geant, se destaca que tiene una “ingeniería empresarial bastante compleja”, por “el entrecruzamiento de varias empresas y sociedades anónimas”, a lo que además se suma que la parte de capitales nacionales que lidera la familia Cardoso -fundadores, que vendieron a Casino a través de distintas operaciones desde 1996, pero hoy mantienen parte del paquete accionario y la dirección de las empresas- tiene negocios en otros sectores de actividad y “vínculos con otras grandes familias propietarias de la economía nacional vía matrimonios”.
Los Cardoso, junto a los demás accionistas locales del grupo, todos relacionados a las cinco familias que fundaron Disco en los 70, comparten participación en Canal 12, empresas de cable y el semanario Búsqueda, por lo que la investigación concluyó que “sus inversiones obedecen a una estrategia de grupo, más que a una aventura individual”.
Sobre el grupo estadounidense que tiene la mayoría accionaria de Tienda Inglesa, de fama global como banca de inversión y por sus negocios financieros, se hizo notar que por su perfil “no es un jugador vinculado directamente al mundo del comercio en grandes superficies”. Hay dos socios minoritarios para el negocio en Uruguay, el grupo estadounidense de inversiones Klaff Realty LP y un conjunto de empresarios locales.
Es decir que quienes manejan Tienda Inglesa muestran “un fuerte perfil financiero”, por lo que es “posible pensar que parte de la inversión realizada consiste en sanear económica y financieramente un negocio y una marca de alto prestigio en el país para luego venderla a un precio mayor al que fue adquirida”. De hecho, según el trabajo, las prioridades desde que se concretó el negocio hace cinco años están puestas en realizar una reestructura organizacional en busca de devolver rentabilidad y ampliar la escala.
Esto último quedó de manifiesto con la política de Tienda Inglesa de tomar el control de al menos 40 supermercados barriales en Montevideo y el interior en los últimos años, según informaron El País y El Observador en distintas notas. Este crecimiento, que también incluye la adquisición de mayoristas o distribuidoras -es decir, los actores previos en la cadena- generó críticas de la gremial de almaceneros (Cambadu), la Cámara de la Industria Alimenticia y la Confederación de Cámaras Empresariales.
“Las grandes cadenas no son sólo grandes vendedores, son también grandes compradores. Su crecimiento está orientado no sólo a dominar el mercado final, sino a lograr negociar precios con las distribuidoras de mejor manera que otro tipo de puntos de venta. Buena parte de la estrategia de la rentabilidad del sector se juega en esta posibilidad de ‘pelear’ precios ‘hacia atrás’”, analizó el trabajo.
Más allá de estos procesos, la investigación encargada por Fuecys indicó en un texto divulgado como resumen que “el peso de las grandes cadenas sobre el total del comercio minorista se ha mantenido estable desde 2004” y que “la explicación más plausible a este fenómeno es la existencia de límites estructurales de la propia economía uruguaya que dificultan la expansión de las grandes superficies”.
Por lo antedicho, y por los resultados encontrados, el estudio “rompe con un preconcepto bastante extendido relacionado al nivel de concentración del mercado minorista en torno a pocas cadenas”, porque pese al volumen de negocios que tienen los supermercados y su poder como grupos económicos, “el mercado minorista continúa siendo competitivo” en Uruguay. En definitiva, los autores entienden que “la posibilidad de las grandes cadenas de fijar precios al consumidor final tiene techos claros, desde el momento en que los almacenes, ferias, autoservicios y demás puntos de venta ocupan dos terceras partes del mercado”.
Mayoría de “veinte mil pesistas”
Según cifras de 2019, el sector del comercio emplea a unas 150.000 personas, el 10% de la masa de ocupados de Uruguay. Unos 35.000 son contratados en empresas con más de 100 empleados, dato que aproxima la magnitud del sector del supermercadismo, y de acuerdo a información de Fuecys es Ta-Ta quien tiene más trabajadores, unos 8.000, mientras que el grupo Disco suma unos 7.000 y Tienda Inglesa 4.000. Un 39% del total de empleados tenían remuneraciones inferiores a $ 20.000 líquidos en 2019, e incluso casi el 18% por debajo de $ 16.000, mientras que solo 7,4% cobra por encima de $ 50.000.
Mathías da Silva /La Diaria
COMCOSUR INFORMA AÑO 27 – No. 2021 – 08.10.21
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4) SUBMARINOS Y NEGOCIOS
José Antonio Rocca /Primer quincena octubre 2021
El 15 de setiembre se concretó un acuerdo denominado AUKUS (1) de coordinación militar entre Australia, Reino Unido, Estados Unidos en la zona del Indo Pacífico, acentuando la presencia del imperialismo norteamericano en una zona de interés geopolítico y económico en el marco de la competencia con China.
El pulso de las autoridades australianas no tembló para cancelar compromisos vigentes con Francia para la compra de 12 submarinos y sustituirla mediante la adquisición de ocho submarinos nucleares a Estados Unidos.
La firma Naval Group de Francia perdió un jugoso contrato. El gasto estimado en 65000 millones de dólares dinamizará actividades económicas en el norte de América para satisfacción de Biden pero provocando la ira de Macron y tensando las relaciones con el país galo (2) que retiró sus embajadores en Estados Unidos y Australia en señal de protesta.
Detrás del telón decorado con la anécdota del conflicto y de manera paralela a los temas geopolíticos involucrados queda también de relieve la importancia que han adquirido las industrias bélicas, como motores de rentabilidad para grandes grupos económicos e impulsores de actividad.
La irracionalidad de la humanidad va de la mano con la “lógica del capital” y señales del “dios mercado”. Más y nuevos submarinos nucleares recorrerán aguas del planeta, contaminando, destruyendo vida y naturaleza, pero engrosando riquezas de grandes empresarios.
Una realidad que si fuera visto y analizada desde otra galaxia o planeta revelaría una degradación casi inconcebible.
La siembra de guerras, muerte, agresiones, bloqueos imperiales a países soberanos, en los cuatro puntos cardinales presenta como uno de sus perfiles el enriquecimiento de mercaderes de la destrucción que no saben siquiera en que gastar sus fabulosas riquezas.
Sobran cifras a nivel mundial que permiten visualizar los gigantescos gastos destinados por potencias imperiales fabricando armamentos de todo tipo y colores.
Durante 2020, pese a la pandemia, gastos militares se han incrementado en 2.6% alcanzando la cifra de 1.98 billones de dólares, mientras el PBI mundial descendía 4% y crecen la desigualdad, problemas ambientales, el número de niños desnutridos, crisis sanitaria, carencias de viviendas, hombres y mujeres durmiendo a la intemperie.
Estados Unidos lidera claramente el ranking de gastos bélicos con guarismos que se estiman en el 39% del total mundial.
Mientras tanto, escribas al servicio del capital, imperialista, cantan loas al “dios mercado” entre músicas y fanfarrias. En paralelo, la economía mundial acelera sus contradicciones. Aviones y drones lanzan bombas sobre poblaciones civiles, los imperios multiplican bases militares y generan invasiones y guerras por el control y saqueo de materias primas. ¿Consideraran realmente que este “orden mundial” es el fin de la historia y máxima aspiración del género humano?
GOTITAS DE ECONOMÍA
Las cifras del PBI del segundo trimestre en Uruguay registraron un incremento del 11.3% respecto a igual período del 2020. La comparación con el peor trimestre del año pasado tiene varias lecturas. Por un lado muestra una relativa reactivación a medida que desaparecen los peores efectos del aislamiento de la población consecuencia del corona virus. Por otra los datos de evolución trimestral describen una línea casi horizontal con un producto que se encuentra aproximadamente 3% por debajo del 2019.
La construcción incentivada por las obras para UPM, el sistema ferroviario y demás logística a su servicios, industrias derivadas, son algunos de los principales motores de la reactivación. ¿Y después?
El gasto asumido por el Estado uruguayo para financiar las obras privadas, hace crecer las obligaciones futuras del país. En particular los compromisos para el pago de las obras del consorcio Vía Central y puerto entre otros.
El registro del INE de julio 2021 exhibe una tasa de empleo del 54.7% inferior a las vigentes antes de la pandemia y un desempleo abierto del 10.4%. El salario real sigue perdiendo pie. El Ministro de trabajo dice que esto es mentira por que se va a recuperar. Argumento curioso que reconoce de hecho el descenso, pero después lo niega, basado en una promesa futura. Sus palabras no comprendo.
El IBGE de Brasil registro aumento del IPC interanual de 10.04% al mes de agosto de 2021. Bastante por encima de la meta de 3.75% con un margen de tolerancia de 1.5% fijada por la conducción económica para el año en curso.
La empresa inmobiliaria China, Evergrande, se encuentra en dificultades financieras por elevadas deudas y falta de liquidez. Además de su rubro central tiene intereses en sectores de vehículos eléctricos, alimentación, bebidas. (3)
Notas:
(1) Acrónimo de las siglas en inglés de los países que signaron el acuerdo.
(2) Que se consuela vendiendo buques a Grecia.
(3) Datos tomados de la BBC.
José Antonio Rocca /La economía de a pie
COMCOSUR INFORMA AÑO 27 – No. 2021 – 08.10.21
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5) MOVIMIENTOS SOCIALES BOICOTEARON LA CUMBRE DE LA ALIMENTACIÓN
Ecos de una cumbre bajo sospecha y devaluada
Sergio Ferrari, desde la ONU, Ginebra, Suiza
A pesar de los bombos y platillos que sus promotores hicieron resonar, la reciente Cumbre de los Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas pasó casi desapercibida a nivel internacional. Más de 600 organizaciones rurales del mundo entero la boicotearon. Desenlace lógico de una convocatoria que, desde su inicio, les dio la espalda a prominentes actores sociales.
Esta cumbre que desde 2019 venían impulsando las Naciones Unidas apenas se limitó a la jornada del jueves 23 de septiembre como un apéndice de la Asamblea General. La misma ONU la presentó como un evento “en los márgenes” del debate de alto nivel de esa Asamblea que se realiza en la sede de Nueva York.
“La ONU celebra una polémica Cumbre sobre Sistemas Alimentarios”, informaba el cotidiano francés Le Monde el mismo día del evento. Y agregaba que, “boicoteada por las organizaciones de la sociedad civil y los científicos, esta reunión, cuyo fin es acelerar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, puede dar lugar a iniciativas dispersas”.
Las críticas a la convocatoria de Nueva York también se alzaron desde el seno mismo del organismo onusiano. El 19 de agosto, Michael Fakhri, Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, a través de un comunicado público deploró la falta de transparencia en la gobernanza de la cumbre y enumeró una serie de medidas urgentes que deberían adoptarse para convertirla en un evento multilateral (www.ohchr.org/Documents/Issues/Food/Policy_brief_20210819.pdf ). Dicho documento, de cuatro páginas, señala la corresponsabilidad de las multinacionales en el aumento de la malnutrición, la pérdida de la biodiversidad y la crisis climática. Critica además que el gran poder económico subestima el rol de los pequeños y medianos productores locales, los cuales aseguran el 70% de los productos alimenticios, e ignora el hecho de que los pueblos indígenas gestionan con éxito el 80% de la biodiversidad mundial en la tierra. “Los agricultores, los trabajadores agrícolas y los pueblos indígenas de todo el mundo están totalmente a merced de los poderes corporativos, y no es por casualidad que sufran hambre, malnutrición y violaciones de sus derechos. Además, son las mujeres y las niñas de esas comunidades las que a menudo soportan la carga más pesada”, subraya el documento del Relator Especial.
Algunas semanas más tarde, el 22 de septiembre, día previo al encuentro de Nueva York, a través de un mensaje video Fakhri se expresó de forma aún más contundente: «la cumbre es un fracaso”. Aunque el evento se presenta como una «cumbre popular», en la realidad dista mucho de serlo. Centenas de organizaciones que representan a millones de personas intentaron participar en su proceso preparatorio pero su voz no fue escuchada.
Nada nuevo bajo el sol
Las “grandes figuras” internacionales que se esperaban no fueron tantas. Por otra parte, resultó imposible reflexionar acerca de opciones futuras sobre el tema clave de la alimentación y el hambre en el mundo en apenas una jornada y con una catarata de oradores, mucho de ellos a través de mensajes formales grabados. La comunidad internacional no vibró en torno a dicho evento, con el cual, según la agencia de noticias Europapress, solo se comprometieron “85 jefes de Estado de todo el mundo”. Número que no representa ni la mitad de las 193 naciones que integran la ONU.
Participación reducida que no se corresponde con el tono eufórico del comunicado de prensa que emitieron las Naciones Unidas el mismo 23 de septiembre. De retórica grandilocuente, dicho comunicado afirmaba que representantes de todo el espectro social del mundo estaban convergiendo en una cumbre que ponía en marcha nuevas medidas y estrategias para crear sistemas alimentarios más saludables, sostenibles y equitativos. Y subrayaba que se trataba de alianzas de los distintos sectores económicos con los agricultores, las comunidades indígenas y todos los actores de la cadena alimentaria, desde la producción hasta el consumo (news.un.org/es/story/2021/09/1497352).
Con un entusiasmo desmedido y cifras infladas, dicho comunicado recordaba que “las discusiones comenzaron hace un año y medio en 148 países y contaron con la participación de más de 100.000 personas de una amplia gama de la sociedad”.
La misma ONU, pero esta vez en el sitio web dedicado específicamente al evento de Nueva York, reduce significativamente las cifras: “La Cumbre se celebra tras casi dos años de diálogos a nivel comunitario, nacional e internacional. En estos han participado más de 40.000 personas de todo el mundo para compartir sus necesidades, retos e ideas para un sistema alimentario más sostenible, resistente e inclusivo” (www.un.org/es/food-systems-summit/news/more-130-countries-expected-announce-national-commitments-un-food-systems-summit).
El informe de prensa de Europapress, publicado el 27 de septiembre, permite concluir que hubo poca carne y mucho hueso en Nueva York. Apenas la mención de algunas figuras como la primera ministra de Nueva Zelandia, Jacinda Ardern; al presidente de Finlandia, Sauli Niinistö; la primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, así como al primer ministro de la República de Fiji, Josaia Voreqe Bainimarama. O bien el compromiso de Burkina Faso de incluir en su Constitución el derecho a la alimentación. El anuncio de los Emiratos Árabes Unidos del lanzamiento de la Misión de Innovación Agrícola (AIM) para el Clima en forma conjunta con los Estados Unidos. Señala también una declaración de principios de parte de Estados Unidos – representado por su secretario de Agricultura Tom Vilsack – y el anuncio de Melinda Gates, de la Fundación Bill y Melinda Gates, de un financiamiento quinquenal de 922 millones de dólares para la nutrición. (www.europapress.es/comunicados/internacional-00907/noticia-comunicado-cumbre-sistemas-alimentarios-onu-20210927115546.html).
Puro bla-bla-bla
Muy poco, y nada más. Tampoco las conclusiones a las que arribó la cumbre parecen aportan algo novedoso y, mucho menos, prestar atención a las voces de buena parte del planeta que reclaman una transformación tan urgente como intensiva de la manera de producir, consumir y compartir alimentos sanos.
Para la ONU, según las palabras de su secretario general, la Cumbre sobre Sistemas Alimentarios sirvió de foro para exponer y poner en marcha las medidas que propulsarán el avance hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Cada uno de los cuales depende, en cierta forma, de que se adopten sistemas alimentarios más saludables, sostenibles y equitativos. Advierte, también, sobre el papel de los sistemas alimentarios en el calentamiento de la Tierra al producir un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, además de ser responsables del 80% de la pérdida de biodiversidad.
A manera de síntesis, esta Cumbre se limitó a reiterar que los sistemas alimentarios deben redundar en salud y bienestar para todos, satisfacer la demanda sin desproteger al planeta y contribuir al bienestar de los miles de millones de personas que trabajan en el rubro de la alimentación.
De cara al futuro, tal como lo resume el comunicado final de las Naciones Unidas, dichos objetivos requieren garantizar el acceso a alimentos sanos y nutritivos para todos; adoptar modalidades de consumo sostenibles; impulsar la producción favorable a la naturaleza; promover medios de vida equitativos y crear resiliencia ante las vulnerabilidades y tensiones en la producción agraria.
¿Puro bla-bla-bla? Tal parece ser la profunda impresión que esta Cumbre ha dejado en numerosos sectores alternativos, llamativamente ausentes en Nueva York, aunque de ninguna manera silenciosa y, mucho menos, resignados.
Los que no fueron a Nueva York
“La Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU es despreciable y representa una amenaza para la Soberanía Alimentaria de los pueblos”, señala el título del comunicado de prensa de La Vía Campesina el 22 de septiembre, víspera de la apertura del evento. (viacampesina.org/es/la-cumbre-de-sistemas-alimentarios-de-la-onu-es-despreciable-y-representa-una-amenaza-a-la-soberania-alimentaria-de-los-pueblos/).
La Vía Campesina (LVC) aglutina a más de 200.000.000 de campesinos de 182 organizaciones de 81 países. Junto con casi 600 movimientos sociales de pequeños productora-es, trabajadora-es, pueblos indígenas organizados y ONG del sector decidieron en julio pasado boicotear la cumbre. Los movimientos populares, según esta red internacional, ofrecen un frente unido de denuncia de la ilegitimidad de la cita de Nueva York y de los intentos de parte de las corporaciones transnacionales de usurpar los espacios institucionales dentro de la ONU.
Las organizaciones internacionales que se opusieron al cónclave están de acuerdo, sin embargo, de que los sistemas alimentarios internacionales deben transformarse radicalmente, aunque cuestionan la dirección del cambio que se propone desde el poder multinacional. La radiografía de la situación con que La Vía Campesina está operando es tan dramática como elocuente: el hambre en aumento, los perjuicios ambientales causados por la producción industrial de alimentos, la deforestación, la degradación de los suelos, la pérdida de biodiversidad, el crecimiento de la pobreza rural, la continua represión de los movimientos campesinos y pesqueros en todo el mundo, los desplazamientos forzados y la crisis climática, indican la necesidad urgente de transformaciones urgentes y radicales. Las Naciones Unidas no parecen verlo de esta misma manera.
Según la Vía Campesina, cuando el secretario general de las Naciones Unidas anunció hace dos años que a fines del 2021 se celebraría una Cumbre de Sistemas Alimentarios la noticia fue desconcertante. ¿Por qué hacerla en asociación con el Foro Económico Mundial, un organismo que representa el sector privado, cuando todas las ediciones anteriores habían estado a cargo, por mandato específico de los Estados miembros de las Naciones Unidas, de la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación)?
Para esta red internacional de organizaciones rurales la sospecha de que los intereses corporativos habían cooptado proceso de preparación dejó de ser sospecha con la designación de Agnes Kalibata, como Enviada Especial designada para coordinar la cumbre. Kalibata es la presidenta de la Alianza por una Revolución Verde en África (AGRA, por sus siglas en inglés). Según La Vía Campesina, AGRA “financiada por Gates/Rockefeller, ejerce presión a favor de la agricultura de uso intensivo de insumos, alta tecnología y semillas genéticamente modificadas”. Los fracasos de AGRA en el continente africano y el evidente conflicto de intereses de la señora Kalibata en su rol de Enviada Especial para la Cumbre, generó una amplia resistencia de parte de los movimientos sociales y la sociedad civil.
En respuesta tácita a los argumentos oficiales de la ONU, el documento del boicot publicado por La Vía Campesina se muestra intransigente: la solución real a la crisis climática, el hambre, la migración forzada y la pobreza extrema reside en los pueblos, no en el gran poder corporativo multinacional. Debe surgir de los principios de la soberanía alimentaria y de la justicia social. Debe reconocer a la alimentación como un derecho humano fundamental y no como una mercancía para la especulación comercial. Debe respetar los sistemas alimentarios a pequeña escala, diversos y agroecológicos que existen en nuestros territorios.
Y concluye sin ambigüedad: la Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU de 2021 se encuentra en las antípodas de estos principios y amenaza la Soberanía Alimentaria de los pueblos. La misma no tiene mandato, legitimidad ni autoridad alguna para extenderse más allá del 23 de septiembre de 2021.
El 23 de septiembre no fue un día histórico. Para el 10% de la población mundial, es decir unos 800 millones de seres humanos que hoy padecen hambre, la cita de Nueva York ni siquiera existió. Para los movimientos sociales que buscan desesperadamente soluciones cotidianas a este cataclismo social mundial, la cumbre fue más de lo mismo. Pura retórica banal sin voluntad política de encontrar soluciones estratégicas. Realidad dramática, cuando todo podría ser simple y positivo. Para ellos bastaría con priorizar la agroecología sobre el agronegocio y apostar a la soberanía alimentaria para reemplazar el paradigma insostenible de alimentos = mercancía.
Sergio Ferrari, desde la ONU, Ginebra, Suiza
COMCOSUR INFORMA AÑO 27 – No. 2021 – 08.10.21
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores
I. REVOLUCIÓN MATA HARI – CENTRO CULTURAL FLORENCIO SÁNCHEZ
Viernes 08 y sábado 09 de octubre
Marga Jean Baker siempre quiso ser actriz y hoy estrena su primer monólogo. Gracias a un arduo proceso de investigación, descubre a Mata Hari, quien fuera «la mujer más sensual de su época». Injustamente acusada de doble espionaje, fue fusilada por el ejército francés.
Está noche, Marga debe liderar un foro para descubrir que algunas cosas no han cambiado… ¿Qué pasa si nos rebelamos?
Entradas $350 en Tickantel y Boletería de sala promo 2 x $600.
florencio.montevideo.gub.uy/evento/revolucion-mata-hari-2
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II. “SUDACA” – KALIBÁN USINA TEATRO
Del 14 al 17 octubre – GEN Centro de Artes y Ciencias
Kalibán Usina Teatro propone en “Sudaca” una mirada contemporánea acerca de los procesos migratorios, a partir de huellas personales de las actrices y el equipo. La migración en el mundo ha sido, es y seguirá siendo fluctuante y diversa, cruzada por cuestiones de clase, de género, de orígenes, etc. La experiencia migratoria puede ser temporal o permanente, pero siempre nos atraviesa. Atraviesa nuestros cuerpos, pensamientos, subjetividades, percepciones del mundo y de nosotres mismes.
Acontecimiento escénico dirigido por Diana Veneziano, 4 únicas funciones en GEN, Centro de Artes y Ciencias en Andes 1128.
www.cartelera.com.uy/averespectaculo.aspx?25025
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III. CINE URUGUAYO – CENTRO CULTURAL ALBA ROBALLO
Sábado 9 de octubre
El Centro Cultural Alba Roballo es un Espacio multicultural impulsado por el Municipio A. Su nombre homenajea a una pionera y referente de la política y la cultura uruguaya.
La película «El viento nos dejará’ sobre el tornado ocurrido en Dolores se proyectará a las 19.30 horas con entrada libre.
Sinopsis: El 15 de abril de 2016, la ciudad de Dolores fue atravesada transversalmente por un tornado con vientos de 330 km/h, causando al menos 5 víctimas mortales, innumerables heridos, más de 9000 damnificados y millones de dólares en pérdidas materiales. Cinco años después, 12 sobrevivientes de la catástrofe intentan sanar una herida que subsiste caprichosa, entre tanto escombro y tanta historia perdida.
www.facebook.com/AlbaRoballo.Cultura
Henry Flores – El Eternauta
VEO VEO / COMCOSUR INFORMA AÑO 27 – No. 2021 – 081.10.2021
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2021 – 27 años – Selección y producción: Henry Flores y Carlos Casares Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Alix Arnold (Colonia), Ute Löhning, Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Silvio Amodei, Jorge Marrero, Jorge Zabalza.
Carlos Iaquinandi Castro /Redacción de SERPAL
José Antonio Rocca /La economía de a pie (Uruguay)
Luis E. Sabini Fernández /Revista Futuros
Sudestada, periodismo y transparencia (Uruguay)
COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Melchora Cuenca 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)/
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