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URUGUAY: LA TENTACIÓN INSURGENTE – comcosur informa 1954 – 03.04.2020

COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020 – Hoy:

1) Uruguay. La tentación insurgente /Jorge Zabalza
2) Uruguay: Hotel que la familia de Verónica Alonso alquiló al Mides está impedido de contratar con el Estado
3) Uruguay: Reclaman la suspensión del contrato con UPM /Víctor L. Bacchetta
4) Un virus nos cambió el mundo /Sebastián González Dambrauskas
5) Europa en cámara lenta. Paradojas mundiales /Sergio Ferrari

VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores

Como consecuencia de la emergencia sanitaria, o pandemia del Covid-19 que está recorriendo el mundo como “coronavirus”, se han suspendido gradualmente todo tipo de espectáculo artístico, deportivo y cultural, por lo que esta sección tomará un giro, para sugerir otros temas vinculados a la literatura, la historia del arte y de las y los artistas.
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I. Pablo Cabrera Fernández desde casa
II. Cine Uruguayo – Cortometrajes uruguayos para la cuarentena
III. Ciclo Historias de la Música Popular Uruguaya para ver en casa
IV. Convocatoria Poetas de la Ciencia. Poesía desde tu casa
V. Crónicas de Indias (III)
De la “Tierra Prometida” a la Neocolonia /Kintto Lucas
El Inca Garcilaso y la construcción ideológica del mestizaje
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«Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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1) URUGUAY: LA TENTACIÓN INSURGENTE

Por Jorge Zabalza /Resumen Latinoamericano

A Juan Siola y Alvear Leal

Hollywood y Netflix lo venían anticipando: a la vuelta de la esquina acechaba el apocalipsis de las pandemias. Ahora, cuando los augurios se volvieron hechos reales, la parafernalia mediática convirtió el COVID-19 en motor de la histeria colectiva, otro hecho real. El susto es el combustible que impulsa una nueva concentración y centralización del capital, instrumento de la recomposición de la reproducción ampliada. COVID-19 ocupa el lugar del cuco que dejó vacío Bin Laden.

Como no puede crecer y desarrollarse sin crear sus propios sepultureros, el capitalismo dio origen a condiciones que ampararon la pandemia. Una vez instalada la peste, se disparó la crisis que se venía cocinado hace rato. El COVID-19 es consecuencia del capitalismo siglo XXI, no es la causa ni el responsable de la recesión y el desastre financiero.

Aun propulsando la campaña del miedo, las clases dominantes debieron encender una luz de esperanza: de la crisis se sale “salvando la cadena de pagos”, consigna que debe leerse “salvar la cadena de acreedores”, pues el objetivo indirecto del salvataje son los bancos y los prestamistas de la deuda externa, la aristocracia financiera, en una palabra. La ensalada la aderezaron con amenazas truculentas: si se deja de pagar desaparece la humanidad o se cae en el caos o, lo que es peor aún, en manos de la anarquía y el marxismo.

Esta guerra la ganaremos entre todas y todos dice la propaganda, unidos los pobres con los ricos, los explotados y los explotadores, frenteamplistas y fascistas, una reedición de la fracasada “concertación nacional” de 1985. El carácter patriótico justifica la “economía de guerra” donde todas y todos se sacrifican para salvar el sistema que los jode. Es la bandera de la “salvación nacional”, la que arrastró pueblos enteros a morir en las trincheras de la primera guerra mundial.

Sin embargo, mientras sea capitalista la patria no podrá ser ni para todos ni para todas, pero el anzuelo brilla en el agua y los peces quedan enganchados.

Mientras muchos imaginábamos el recurso a la mano dura, pero, sorpresivamente, el gobierno del Uruguay apela a la consciencia y a exhortar como método. Una línea bien diferente a las de Macri y Bolsonaro. Los dirigentes frenteamplistas contemplan, azorados, como Lacalle Pou se apropia del melifluo poema político mujiquista/astorista. En definitiva, las medidas que se han tomado para enfrentar la pandemia no difieren demasiado de las que podría haber implementado un gobierno del Frente Amplio en las mismas circunstancias. El asistencialismo social marcaba la diferencia entre el neoliberalismo del trío Tabaré-Mujica-Astori y el más crudo y explícito que propone la coalición multi reaccionaria.

El nuevo discurso de Lacalle dejó muy mal parados a los dirigentes frenteamplistas, cada vez es más difícil encontrar las siete diferencias. Ser “oposición responsable” equivale a organizar el repliegue.

El gobierno aprovechó los sentimientos generalizados de solidaridad despertados por la pandemia y expropió por la fuerza a los funcionarios públicos con mayor nivel de ingresos. La creación del fondo coronavirus ha conquistado las simpatías de la población que no confía en los empleados estatales. La medida instala en la sociedad el concepto de que, con determinados fines y en determinadas circunstancias, se justifica la “solidaridad forzosa”. Este hecho entraña cierto peligro, puede ser mal entendido, permite imaginar otras expropiaciones forzosas y otras formas de cubrir las necesidades de los pobres.

Como su aparato estatal y partidario hiper centralizado ha sido exitoso, el ejemplo de China se esgrime para justificar cuarentenas obligatorias, distanciamientos sociales y detenciones de los transgresores. Los gobiernos liberales de occidente han sacado policías y soldados a la calle y a las carreteras, para recomendar el encierro es cierto, pero también para vigilar y castigar a los transgresores y la gente se va acostumbrando…

Viktor Orban, presidente de extrema derecha de Hungría, se ha hecho otorgar poderes casi ilimitados para combatir al coronavirus. Históricamente los períodos de recomposición del capital condujeron a regímenes autoritarios y dictaduras como las de los años 70. Nadie puede afirmar cómo será el mundo que dejará la pandemia, pero, sin embargo, no es descabellado sospechar que florecerán formas e instituciones de control policial e informático… ¡con consentimiento de la población asustada por su seguridad sanitaria!

¿Dejaremos que la aristocracia financiera nos siga arrastrando hacia nuevas catástrofes, llámense pandemias, guerras al por mayor o desastres ambientales? ¿Permitiremos que se nos impongan regímenes autoritarios de toda laya?

Hay formas muy diferentes al orden burgués y patriarcal, ¿no será momento de pensar en desarticular lo que ha fracasado y transformarlo en otro orden, en uno para redimir a las víctimas del capitalismo?

Un orden con mujeres y hombres iguales entre sí, portadores de sentimientos e ideas de responsabilidad social, solidaridad y altruismo; que hayan desechado el paradigma de la competencia y el escalar a cualquier precio; que sean capaces de construir formas de producir basadas en la cooperación y la propiedad social.

Un orden con relaciones políticas basadas en el respeto entre iguales; que asegure la participación de todas y todos en las decisiones que atañen al conjunto de la sociedad, donde el pueblo ejerza directamente su poder.

¿No está suficientemente claro que la democracia liberal no está hecha para transformar la sociedad sino para perpetuar el reinado del capital? ¿No habrá que escapar del Palacio Legislativo para dar la batalla de ideas luchando en la calle, por Verdad y Justicia, por la igualdad de género, por el respeto a la naturaleza? ¿No habrá que salirse del marco de un Estado de Derecho que creó la burguesía para someter y dominar las fuerzas populares? ¿No será momento de la insurgencia en las ideas? ¿No habrá que comenzar a entender mejor los mensajes de Ernesto Guevara y Raúl Sendic Antonaccio?

Jorge Zabalza /Resumen Latinoamericano
COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020
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2) URUGUAY: HOTEL QUE LA FAMILIA DE VERÓNICA ALONSO ALQUILÓ AL MIDES ESTÁ IMPEDIDO DE CONTRATAR CON EL ESTADO

Fundación que preside Malena Secco de De Posadas atiende a las personas en situación de calle dentro del edificio, que tiene un historial de incumplimientos con la Intendencia

Sudestada, 31/03/2020

La empresa Edificio Chaná SA, propietaria del Hotel Urban Express, que el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) arrendó para albergar a 70 personas en situación de calle por la pandemia del coronavirus, no tiene vigente el certificado del Registro Único de Proveedores del Estado (RUPE). Esto significa que no está en condiciones de licitar ni realizar ningún tipo de contrato con organismos públicos.

En la base de datos del RUPE, la empresa con el número de Registro Único Tributario (RUT) 210318170019 aparece con el estado “En Ingreso”, según la consulta que realizó Sudestada este lunes 30. Para estar habilitada a contratar con el Estado el estatus de Edificio Chaná SA (que ofrece el “Servicio de Alojamiento”) debería ser “Activo”.

La Resolución N° 10/016 del año 2016 del Poder Ejecutivo estableció una excepción al requisito de inscripción en el RUPE para contratar con el Estado, en aquellas ocasiones en que, con independencia de su fuente de financiamiento, se pacte el pago del precio al contado y su monto sea inferior al 15% del límite máximo establecido en el literal B) del artículo 33 del Texto Ordenado de Contabilidad y Administración Financiera del Estado (TOCAF).

Dicho límite máximo es de 250 mil pesos uruguayos, por lo que el Estado solo puede contratar proveedores sin registro en el RUPE por montos inferiores a 37.500 pesos (algo más de 850 dólares). El alquiler del hotel alcanza los 15 mil dólares mensuales, según publicó el diario El Observador.
Ningún artículo del TOCAF permite contratar empresas por encima de ese monto que no estén incluidas en el RUPE, aunque el literal C de su artículo 33 establece excepciones para contratar “Directamente o por el procedimiento que el ordenador determine por razones de buena administración”.

La única que podría adecuarse a la situación actual es la señalada en el numeral 9, que excluye la necesidad de licitaciones en caso de que “medien probadas razones de urgencia no previsibles”. Sin embargo, en esta eventualidad el TOCAF no excluye el requisito del registro en el RUPE.

Grupo Gerwer

Edificio Chaná SA, fundado en el año 1966, forma parte del grupo económico de la familia del empresario Marcel Antoine Gerwer Fernández, esposo desde junio de 2000 de la exsenadora del Partido Nacional, Verónica María Alonso. Durante los últimos tiempos, tras dejar la política activa, Alonso realizó algunas tareas en ese hotel, según ex empleados de la empresa, que consideraron que hacía un buen trabajo.

Alonso está vinculada políticamente con el actual director de Situación de Calle del Mides, Gabriel Cunha, quien fue dirigente de su sector y encabezó su campaña para las elecciones internas blancas, cuando intentó impulsar su precandidatura presidencial desde el grupo Esperanza Nacional. Cunha, quie integraba la iglesia evangélica «Misión Vida», también era quien aparecía firmando los cheques por el pago de la impresión de las listas a una empresa que terminó presentando juicio por falta de pago contra la exsenadora blanca, quien finalmente perdió el litigio y tuvo que abonar más de 31 mil dólares.

Si bien Alonso reconoció su vínculo con el hotel, ni Marcel Gerwer ni Alonso figuran ante la Dirección de Registros al frente de la empresa. Quien sí aparece es la madre de Gerwer, Myriam Alba Fernández Pintos, quien ocupó la presidencia hasta el 28 de julio de 2010. En esa fecha se produjo un cambio: se puso al frente de la empresa a Alexandra Daysi Imperial Nassif, pero el documento de identidad que figuraba en el registro pertenecía a Matías Gerwer Ghelfgot, familiar de Marcel Gerwer y Alonso.

La empresa siguió teniendo cambios y quien figura como presidente de la sociedad desde el 25 de mayo de 2016 es Adolfo Ledemar Macedo Villanueva. Se trata de un empresario de 64 años que desde hace años opera en el rubro de alojamiento a través de la empresa Cardyl SA, administrando una pensión que funciona en la capital, en la calle Isla de Flores 1680.

Macedo tiene numerosas observaciones y multas de la Intendencia de Montevideo por múltiples irregularidades en dicha pensión, y en noviembre el gobierno departamental decidió pedir su clausura debido a los reiterados incumplimientos al Digesto Municipal. Además, figura como deudor irrecuperable (Categoría 5) en la base de datos del Banco Central del Uruguay, por otra de las empresas que representa: Verendy SA.

También el edificio de Andes 1491, donde está el Hotel Urban Express, registra un antecedente extenso de multas aplicadas por la Intendencia de Montevideo, en rubros tan distintos como “Deficiencias higiénicas y/o constructivas”, irregularidades en la vigencia de permisos municipales o falta de habilitación de Bomberos.

“A ganar”

El día que se produjo el traslado y hospedaje de las personas beneficiadas por la decisión del Mides, en la recepción del hotel contratado se podían identificar personas vistiendo remeras de los programas Impulsar y EcoPlazas, que pertenecen a la Fundación “A ganar”. Esta organización está presidida por Malena Secco, esposa del exministro de Economía del Partido Nacional (1992-95), Ignacio de Posadas. Su Director Ejecutivo es Alejandro Rico.

La fundación contrata desde hace años distintos servicios con organismos públicos, y es especialmente polémico su vínculo con la Intendencia de Maldonado, que encabeza el nacionalista Enrique Antía. El Tribunal de Cuentas observó varios pagos a la organización durante 2018, por la prestación de servicios sociales y culturales, gestión turística, centros de atención a la infancia en verano, entre otros.

La Fundación “A ganar” se define como una organización que busca “potenciar el desarrollo integral de hombres y mujeres, jóvenes y adultos en situación de vulnerabilidad socioeconómica (…) utilizando el poder transformador del deporte y la tecnología”. También cuenta con convenios con el Ministerio de Turismo, la Secretaría Nacional de Deportes y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), entre otros.

Según confirmó Sudestada, desde el momento en que el Mides alquiló el Hotel Urban a la empresa Edificio Chaná, todos sus empleados (excepto dos trabajadoras de limpieza) fueron redistribuidos entre otros negocios del Grupo Gerwer (especialmente el que gestiona sus negocios inmobiliarios, que tiene su sede en la calle José Enrique Rodó 1824).

Desde ese momento, las tareas del hotel quedaron a cargo de la fundación dirigida por Malena Secco de De Posadas.
Entre estas empresas de la familia Gerwer, que para el Banco Central del Uruguay forman un grupo económico junto con Edificio Chaná SA, se encuentran Delouche SA (construcción), Orgax SA (venta de alimentos y bebidas), Rienson SA (Servicios varios) y Cobur SA (construcción y obras de ingeniería civil). Ninguna de estas empresas cuenta con registro al día en el RUPE para contratar con el Estado.

Sudestada, periodismo y transparencia
COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020
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3) URUGUAY: RECLAMAN LA SUSPENSIÓN DEL CONTRATO CON UPM

Diversos sectores sociales y políticos consideran que la emergencia generada por el coronavirus habilita al Estado uruguayo a suspender los compromisos con la multinacional finlandesa

Víctor L. Bacchetta / Sudestada, 30.03.2020

La Comisión Nacional pro Reforma Constitucional «Uruguay Soberano» entregó, el pasado 20 de marzo, una carta dirigida al presidente de la República, Luis Lacalle Pou, en la cual solicita la suspensión del Contrato ROU-UPM. Según los firmantes, el país no puede continuar contrayendo deudas para ese proyecto cuando enfrenta la que ha sido catalogada como la mayor emergencia sanitaria de su historia.

La petición se funda en las cláusulas 7.1 a 7.5 del Contrato firmado el 7 de noviembre de 2017, entre representantes del Poder Ejecutivo y de la empresa UPM, que prevén la posibilidad de suspender el cumplimiento de las obligaciones acordadas en caso de mediar una “Causa extraña no imputable”, entre las que el contrato menciona en forma expresa el caso de epidemia.

La cláusula 7.1 expresa que “se entiende por «Causa Extraña no Imputable» un evento o circunstancia imprevisible o irresistible que impide que una Parte cumpla una, algunas o todas sus obligaciones de conformidad con este Contrato, en la medida en que dicho evento o circunstancia no pueda ser superada y no pueda haber sido evitada o resistida por la parte afectada ejerciendo diligencia razonable”.

En tanto, la cláusula 7.3 fija las condiciones para aplicar la disposición: “En los casos en los que se haya producido una Causa Extraña no Imputable, la parte que la alega deberá comunicar la incidencia de la misma a la otra parte de conformidad con lo dispuesto en la Cláusula 13 del presente Contrato. Dicha comunicación deberá realizarse en un plazo máximo de 20 (veinte) días hábiles de ocurrido el suceso, debiendo aportar en el mismo momento, la información necesaria que acredite la ocurrencia del mismo, su gravedad, su duración y su incidencia en el incumplimiento a que da lugar, todo lo cual se evaluará en cada caso concreto por ambas partes”.

En este caso, el suceso que configura formalmente la situación es el decreto de la Presidencia de la República del 13 de marzo que declaró el “estado de emergencia nacional sanitaria como consecuencia de la pandemia originada por el virus COVID-19”. Los 20 días hábiles a partir de esa fecha culminan el próximo 13 de abril, por lo que ese sería el último plazo para hacer la comunicación pertinente.

De acuerdo con el contrato, la Causa Extraña no Imputable puede ser declarada por una de las partes y tendría validez mientras subsista la situación. La cláusula 7.5 prevé asimismo la posibilidad de llegar hasta “la finalización del contrato, cuando no puedan adoptarse medidas que superen, reviertan o mitiguen los impactos”, pero en este caso requiere el acuerdo de ambas partes, el gobierno y UPM.

Por esta razón, la carta enviada a la Presidencia solicita “la suspensión temporal del cumplimiento del contrato debido a la emergencia sanitaria”. Es notorio que «Uruguay Soberano» propugna la anulación total y definitiva de ese contrato, pero es un hecho incontrovertible que la circunstancia excepcional y sus imprevisibles consecuencias para el país habilitan al gobierno recién asumido a tomar esa decisión.

“Lo ideal es la rescisión, porque no es ético que se destinen 4 mil millones de dólares a maximizar la ganancia de una corporación extranjera y que, por otro lado, se le pida un enorme esfuerzo al pueblo, al empresariado”, afirma el abogado Gustavo Salle. “Hay razones para hacerlo más allá de las cláusulas del contrato, que en derecho se conocen como el cambio de las circunstancias del acuerdo”, agregó Salle.

Los fondos comprometidos por el contrato incluyen el costo del ferrocarril y el viaducto sobre la rambla portuaria, dragados, traslado del puerto pesquero y el dique Tsakos en el puerto, obras de caminería, carreteras y puentes. Si se suman las renuncias fiscales y el subsidio encubierto en la compra de energía eléctrica se llega a los 4.624 millones de dólares estimados por los economistas Gustavo Melazzi y William Yohai.

Desde sectores del gobierno, el abogado Eduardo Lust sostiene que a la mayor crisis sanitaria no hay que agregarle el mayor crimen ambiental, aludiendo al nuevo proyecto de UPM. “Más allá de las donaciones y la solidaridad, Uruguay tiene la oportunidad de volcar los cientos de millones de dólares entregados a UPM para atender las necesidades del pueblo uruguayo”, declaró el diputado de Cabildo Abierto.

“Otra oportunidad en la tormenta”, tituló un escueto comunicado el movimiento Un Solo Uruguay (USU), entre otros sectores sociales y políticos que se han pronunciado en el mismo sentido. “Es el momento de suspender el contrato con UPM amparados en los puntos 7.1 y 7.2”, afirmó el movimiento y señaló que “será necesario reorientar los fondos públicos para el apoyo a la salud, los sectores más vulnerables y sobrevivencia de empresas”.

Evidenciando la naturaleza de la situación, UPM-Kimmene Corporation informó hoy a sus accionistas que dejó en suspenso sus previsiones de desempeño para 2020. En Finlandia, la primera ministra Sanna Marin apeló a la Ley de Poderes de Emergencia para adoptar medidas extraordinarias en todo el país. Mientras tanto, en Uruguay ya se habla de miles de contratos comerciales y civiles afectados por la crisis.

Víctor L. Bacchetta / Sudestada, periodismo y transparencia
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4) UN VIRUS NOS CAMBIÓ EL MUNDO

Sebastián González Dambrauskas /La Diaria, 28.03.2020

La sensación que tengo es que voy en una bola de nieve barranca abajo. En el derrumbe voy manoteando como puedo un lugar de donde agarrarme. Me cuesta encontrarlo. Una confusa turba de miedos, de abrumadora información y de incertidumbres me lo impide. Pareciera que la única certeza que me habita es que cuando llegue al suelo, herido y transformado por lo vivido, estaré en un mundo nuevo y diferente. El Covid-19 cambió el mundo, sin querer.

El coronavirus es mucho más que un virus. Parece la tormenta perfecta que nadie predijo, aunque circule una ted talk de Bill Gates de años atrás que vaticinaba que un virus era nuestra próxima bomba atómica. Quizás fuera el virus que comenzó todo. Pero las explosiones en serie que desencadenó en poco tiempo no las predijo nadie. El virus per se no parece ser el responsable de este descalabro.

Estamos viviendo un experimento inédito en el que no quisimos participar, cuyo laboratorio es el planeta y los humanos somos los cobayos. Por estos días un tercio de la población mundial ya estará viviendo en condiciones de confinamiento. Las libertades individuales de movimiento fueron cortadas con la justificación de un bien mayor: está en riesgo la salud del mundo, y esa es la prioridad. Esta visión simplista de la sanidad pública tiene sus consecuencias, que pueden ser perjudiciales para nuestra salud.

Las postales de ese mundo con las que nos criamos (París, Roma, Venecia) lucen desiertas; el alma que las coloreaba –la gente– están guardada, con miedo, mientras un enemigo invisible recorre las ciudades. Mientras el norte del mundo, el sector más rico del planeta, se muestra indefenso, los que vivimos en el sur estamos finalizando nuestro verano con la sensación de que estamos en la orilla y un tsunami se levanta para taparnos. Se cierran las fronteras (invento del hombre moderno para dividirnos), acordonamos ciudades, 860 millones de niños están sin escuela, ya se prohíbe la circulación de personas y el estado de sitio es aceptado por algunos hasta como una salvación.

El coronavirus dejó al mundo en un modo pausa que parece irreal, pero no lo es. Desencadenó en pocas semanas un conjunto de explosiones en serie que van transformando el mundo que conocimos. Hace 15 días escribí un artículo en este diario. Si pudiera conversar con el Sebastián que escribió eso y le contara lo que sucede hoy, seguro no me creería.

¿Qué nos pasa?

La pandemia del miedo y sus consecuencias

El 14 de enero la Organización Mundial de Salud (OMS) desde su cuenta de Twitter, reportaba que “investigaciones preliminares por autoridades chinas no encontraron evidencia de contagio entre humanos del nuevo coronavirus identificado en Wuhan, China”. Menos de dos meses después, el 11 de marzo, la misma OMS lo declaró pandemia, y el terror colectivo no para de crecer. Desde entonces vamos todos dando bandazos en un carro tirado por un caballo desbocado.

20,6 mil personas están hablando de esto

Nadie puede decir con certeza al día de hoy el alcance real de la infección. Ni la OMS pudo. Es posible que nunca sepamos qué sucede en los epicentros epidémicos actuales, o que tarde meses o años en saberse. Las infecciones son complejas interacciones entre el germen (que no es estático, sino que muta), las poblaciones a las que afecta y los sistemas de salud que las atienden. Distinguir cuántas personas se enfermaron (o no) de Covid-19, a cuántas mató y cuántas murieron con el virus detectado son cosas muy diferentes. Cómo se cuentan los casos, cómo se definen, cuántas personas se testearon o cuántas se confirmaron es un número incierto. El caos y la enorme variabilidad de cómo se midió en los diferentes países afectados es tan grande que hoy habría que tomar con pinzas y enorme precaución todas las mediciones. Alguien robó todos los denominadores.

Tampoco las medidas de los diferentes países son las mismas, ni fueron activadas a igual tiempo y tenor, por lo que todavía no se determinó cuáles son más eficaces para frenar el efecto sobre los sistemas sanitarios.

La prensa y las redes sociales no hacen más que echar nafta. Los contadores de enfermos y muertos que vemos cada día son una innovación agobiante y tenebrosa de esta pandemia.

Vivimos cada noche pegados al monitor, al smartphone o al televisor contabilizando enfermos o muertos. Esto no es transparencia informativa, no es sano, no hace otra cosa que aumentar nuestras ansiedades y miedos. Es masoquismo y sadismo colectivo nunca visto. Encima, no hay deportes, por lo que el Covid-19 es el monotema y no existe nada más en el mundo. Nunca extrañé tanto a los periodistas deportivos.

Hay una receta para agravar todo. Tiro la idea: sumar los muertos por otras causas cada día. Los que mueren cada día de malaria, dengue, tuberculosis, accidentes, cáncer, infartos, VIH o gripe. Imaginemos día a día un informe del ministro de turno con los que murieron ayer de todas las causas.

“Lamentamos informarles hoy que la gente sigue muriendo y la gráfica no para de crecer”.

Podríamos sumar los miles de muertos de la guerra siria o los médicos que murieron en Irak y Afganistán esquivando bombas en los hospitales. Sumemos un contador de niños muertos por sarampión en África o sólo de los que mueren de hambre. Lo que no se muestra tampoco son las curvas de nacimientos sanos, de curados, de altas hospitalarias. Quizá porque no venden tanto. Sumemos alguna captura de un colega español o italiano llorando porque murieron sus pacientes y no pudo hacer más nada. Es desgarrador ver sufrir a nuestros primos hermanos, trabajar en condiciones pésimas, sobrecargados, viendo cómo la epidemia no para, preguntándose cómo ocurrió esto. La pregunta es: ¿qué suma, además de miedo? Preguntarles a nuestros colegas que viven este momento es como preguntarle a alguien que se le incendia la casa qué piensa del fuego. Y los que vivimos en el sur ya estamos angustiados de antemano, con todo un invierno por delante y con sistemas de salud y poblaciones mucho más pobres. Hace unos días hablé con un colega de Gambia, un país africano de tres millones de habitantes. No supe qué contestarle cuando me contó que en su país algunos dilemas médicos no suceden, como seleccionar a qué paciente darle un respirador y a quién no. Es que en Gambia no hay cuidados intensivos.

Apabulla la cantidad de gente que está usando Excel para graficar curvas con comparaciones demográficas entre países y las postea. De golpe, el coronavirus logró que la epidemiologia y la estadística parezcan sencillas a ojos de la gente, y cualquiera puede hacer predicciones que son falsas, erradas y pueden no cumplirse nunca. En Medicina no siempre uno más uno es dos.

Envueltos de miedo, acudimos al ejemplo asiático de salvación. Los chinos pudieron, entonces acudamos a ellos.

La pregunta es: ¿tan seguros estamos de que pudieron?

¿Alguien sabe qué ocurrió en China? ¿Tan seguros estamos que lo que se hizo es lo que hay que replicar? ¿Estamos dispuestos a vivir bajo las condiciones de control de aquel país? ¿Podríamos? ¿Deberíamos?

Ni siquiera la KGB pudo controlar tantos millones de personas a la vez como está haciendo China. Los sistemas de vigilancia masiva encontraron en esta pandemia tierra fértil.

Mediante nuestros smartphones, los estados pueden dirigir con libertad, mediante decretos de emergencia, nuevos mandatos. Controlar la temperatura corporal, conocer por dónde vamos o hacia dónde, con ciudades llenas de cámaras que vigilan, saber si tuvimos contacto con alguien infectado, prohibir a naciones enteras salir de fronteras, controlar sus movimientos. Recién van apareciendo los primeros relatos de los que vivieron durante el encierro chino, y cuesta siquiera imaginar los edictos de un régimen tan rígido. Es lamentable, pero ya muchos países de Occidente quieren adoptar tales estrategias de vigilancia masiva.

Los muertos invisibles que traerá el coronavirus

El 24 de marzo, el primer ministro de India ordenó, con sólo cuatro horas de aviso, que nadie podría salir de su casa durante 21 días. 1.300 millones de personas atrapadas donde pudieran. 73 millones en extrema pobreza deben en estos momentos resolver cómo comer, cómo vivir tres semanas. El señor no aclaró cómo harán tantos millones que sobreviven a duras penas, hacinados en gigantes bloques de pobreza, para conseguir agua, comida y otras necesidades básicas durante el encierro.

La Organización Mundial del Trabajo ya avisó que 25 millones de puestos de trabajo podrían perderse. Como comparativo, la crisis global financiera en 2008-2009 costó 22 millones.

Miremos a nuestro alrededor. En mi caso ya tengo tres amigos que están en seguro de paro y el club deportivo al que concurro mandó a casi todos sus empleados al paro. El pizzero que mencioné en mi columna anterior me adelantó que cerró sus puertas al menos durante 15 días y no sabe si vuelve a abrir. “Un poco por miedo y otro tanto porque aquí no entra nadie”, me dijo abatido. Al momento de escribir esto, a poco más de 13 días desde el arribo oficial del coronavirus, en Uruguay 60.000 trabajadores fueron al seguro de paro. El virus ya llenó un estadio Centenario de desocupados. Ahí habrá muertos.

El coronavirus está matando de forma indirecta a otros enfermos. Por ejemplo, se están vaciando los bancos de sangre. Los mandatos de restricción en lugares públicos hicieron que la Cruz Roja Norteamericana denunciara que para el 19 marzo se recibieron 170.000 menos donaciones de sangre, puesto que más de 80% de lo que se dona proviene de bancos situados en sitios ahora prohibidos, como escuelas, universidades y sitios de trabajo. Más daños colaterales.

El 24 fue el Día Mundial de Lucha contra la Tuberculosis y pocos se acordaron. Si tuviéramos un contador como los que están de moda para el Covid-19, lo veríamos explotar: diez millones de nuevos casos anuales con 1,5 millones de muertes. Para India, donde viven tres de cada diez personas con tuberculosis del mundo, mueren 1.200 cada día.
Los síntomas pueden ser similares a los de Covid-19: tos, fiebre y dificultad para respirar. Las formas sociales de combatirlo (como el distanciamiento social) también son similares. La gran diferencia es que sin tratamiento antibiótico de tuberculosis te morís y en el camino a la tumba contagiaste a unos cientos. Sólo en China, con esta enfermedad infecciosa de siempre se estima que durante 2018 866.000 personas cayeron enfermas y 40.000 murieron. Al momento, de Covid-19 se enfermaron allí 80.000 con más de 3.000 muertos. Pero la enorme mayoría de los enfermos se curaron solos en un par de semanas. La nueva pandemia ya se encargó de poner en riesgo toda la cadena de atención de enfermos tuberculosos en los países más afectados, y se teme que, conforme la pandemia avanza hacia el sur, en países pobres con altísima tasa de desnutrición y condiciones inmunodepresoras como VIH (terreno fértil para enfermar de tuberculosis), esta situación resulte devastadora. Sin Covid-19 ya mataba a 1,5 millones de personas cada año. Con el actual escenario, esta cifra aumentará.

En un mes típico de 2019, la farmacéutica Premier Inc. vendía a 4.000 hospitales un promedio de 149 botellas de cloroquina. En los primeros 15 días de marzo, esos mismos hospitales compraron 2.357 botellas. ¿Qué pasó? Donald Trump (un visionario sensato) el 24 de febrero tuiteó que el coronavirus estaba bajo control en Estados Unidos, para torcer el 13 de marzo y declarar emergencia nacional. El 21 dijo que se había demostrado que la cloroquina con azitromicina tomadas juntas cambiaba el juego de esta pandemia. Con un solo tuit, el mesiánico Donald creó una desbandada sin freno de compra de cloroquina que podría dejar sin medicación a medio millón de enfermos de lupus y artritis reumatoidea que la necesitan para vivir mejor. Ahora es posible que terminen visitando las urgencias hospitalarias (un lugar que nadie quiere en estos momentos) por descompensaciones evitables. Donald se basó en un pequeño estudio con pocos pacientes que no tiene la capacidad de demostrar que lo que dijo fuera cierto.

Olvidé un pequeño detalle que agravará la situación: cloroquina es el antimalárico por excelencia. En 2018 hubo 228 millones de casos de malaria y esa enfermedad mató a 405.000 personas. Pero como 85% de ellos están en África, no le importará tanto al mundo rico si el Covid-19 los deja sin medicación. Menos a Trump.

La ciencia bajo presión

La ciencia anda a los tumbos, dando palazos de ciego y presionada para dar respuestas a esta enfermedad, y parece que fuera renunciando a sus principios modernos. El Covid-19 parece haberle bajado los pantalones para desnudar sus limitaciones. Y la sociedad, que no le pide a la NASA ir a Plutón, sí le pide a la medicina una cura para este nuevo flagelo. Y la ciencia se ve tentada a tomar atajos que pueden causar muchos daños.

Queriendo hacer un bien, podemos hacer daños enormes. En situaciones de emergencia, cuando se atiende a pacientes graves, es un instinto médico frecuente (y humano) probar algo cuando el paciente no mejora y no hay tratamientos probadamente eficaces. Con tal de que nuestros pacientes mejoren, echamos mano a tratamientos o estudios aún no testeados en humanos, que pueden haber tenido algunos resultados positivos y mucha plausibilidad biológica (“tiene lógica que funcione”), pero que no dejan de ser anecdóticos, aplicados en pocos casos y no testeados en ensayos clínicos controlados, independientes y fiables, que son el mejor invento médico y nos permiten conocer si un fármaco funciona en una enfermedad o no.

Quizás ponerles una mordaza a unos cuantos gobernantes pueda salvar más vidas que cualquier medicación. Y exigirle mucho a la ciencia en lugar de pedirle cualquier cosa.
Usamos fármacos nuevos o cambiamos las indicaciones de otros medicamentos para las que fueron aprobadas y testeadas (llamadas indicaciones off-label) con tal de responder a nuestros instintos. Vamos a usarlo. Total, ¿qué tenemos para perder? La respuesta es que mucho. Parece que no aprendimos de cuando en 2009 la gripe porcina h1N1 hizo gastar trillones en Oseltamivir, una medicación que sirvió sólo a los laboratorios que la fabricaron, pero poco o nada a nuestros pacientes. En ciencia los atajos nos han salido mal.

Y tanto peor cuando surgen falsas esperanzas desde las jerarquías de gobierno, como pasó con Trump.

Quizás ponerles una mordaza a unos cuantos gobernantes pueda salvar más vidas que cualquier medicación. Y exigirle mucho a la ciencia en lugar de pedirle cualquier cosa.

Por estas semanas ni siquiera las publicaciones de las mejores revistas pueden tomarse como hace unos meses.

Los journals bajaron las exigencias de revisiones por pares con las que se evalúan los estudios, y las aceptaciones de decenas de textos con título “Covid-19” se dispararon. Ya hay algunos reportes que se retiraron por ser poco fiables y que involucran diferentes análisis para las mismas poblaciones. Muchos de esos artículos pueden ya estar informando las pautas y protocolos que fue necesario hacer a la carrera, sin emplear los métodos necesarios para hacer fiables las propuestas terapéuticas para esta pandemia. Es que la ciencia lleva tiempo en confirmar sus resultados, y más para una enfermedad tan nueva. No tiene la velocidad que la masa pide, por lo menos todavía. Lamento.

Algunos gigantes de la epidemiología, como Peter C Gøtzsche, John PA Ioannidis y otros, ya alertan de que el pánico masivo no es justificado y que no hay suficiente evidencia ni datos para sustentar muchas de las medidas draconianas en marcha, que pueden causar un daño colosal (incluso muertes) a nuestro mundo. Incluso peor que la infección por Covid-19.

Hago mías las palabras de Miguel, un colega con el que discutí estos días: “Si Covid-19 es de hecho la pandemia del siglo, necesitamos la evidencia más precisa para manejarlo.

El intercambio de datos abiertos de información científica es un requisito mínimo. Esto debe incluir datos sobre el número y la demografía de las personas evaluadas por día en cada país. Los estudios y ensayos de prevalencia adecuados también son indispensables. Si Covid-19 no es tan grave como se muestra, los altos estándares de evidencia son igualmente relevantes. La exageración y la reacción exagerada pueden dañar seriamente la reputación de la ciencia, la salud pública, los medios y los encargados de formular políticas. Pueden fomentar una incredulidad que pondrá en peligro las perspectivas de una respuesta apropiadamente fuerte en caso de que ocurra una pandemia más importante en el futuro”.

Buscar respuestas sin brújula

El coronavirus va dejando un desastre en su camino; una crisis profunda quedará marcada en 2020. Millones de pobres nuevos atrapados en una economía de mercado que estaba podrida y muestra que no es sustentable en el tiempo.

Algunas bolsas no soportaron ni una semana de pérdidas. Es como si yo perdiera el trabajo mañana y a los dos días quedara desnutrido. ¿Quién cree que es este virus el único responsable? Aunque ahora sea la excusa perfecta, no creo que muchos se traguen esa pastilla. El Covid-19 dejará miles de muertos, como otras pandemias. Pero la mayoría de los muertos no vendrán por las virosis.

Someter a regímenes de vigilancia masiva y control ciudadano acotando libertades puede dejar un precedente macabro. La historia muestra que lo que fue aceptado en tiempos de crisis tarda en ser abolido.

Necesitamos un debate abierto y un análisis diario de las medidas que se van tomando, y adaptarlas a las diferentes realidades. Extrapolar recetas de otras tierras a nuestras realidades puede traer resultados nefastos. Someter a regímenes de vigilancia masiva y control ciudadano acotando libertades puede dejar un precedente macabro. La historia muestra que lo que fue aceptado en tiempos de crisis tarda en ser abolido. Hay que ser prudentes con los que dicen tener claro cuál es la salida y proponen medidas drásticas como si fueran una salvación. Dudo mucho de los que dicen tener certezas porque, aunque duela, en este momento nadie las tiene.

Y aunque a los que manejen las crisis sanitarias les rechinen las palabras de colegas que se preguntan si no estamos haciendo el fiasco más grande de la historia, debemos encontrar el balance entre las voces disonantes. Pueden complementarse. Eso difícilmente se logre sin la cooperación abierta entre pueblos, levantando murallas, ahogándonos en nuestros miedos y gritando desde una tribuna cómoda soluciones infalibles sin tener empatía hacia quienes más perjudicados resulten, que por defecto siempre son los más débiles. Ellos son la primera línea en esta batalla. Con hambre y sin trabajo es difícil quedarse en casa.

* Sebastián González Dambrauskas es pediatra intensivista

La Diaria
COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020
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5) EUROPA EN CÁMARA LENTA. PARADOJAS MUNDIALES

El coronavirus infecta las grietas indefensas del sistema
• De nuevo las fronteras nacionales
• El precio futuro del desempleo
• La salud, bien público o una mercancía más
• Trabajar en casa, un sofisma

Sergio Ferrari, desde la ONU, Ginebra, Suiza

Con casi 10 mil infectados por el COVID 19 y cerca de un centenar de decesos contabilizados hasta el último jueves de marzo, Suiza sigue esperando en los próximos días un pico nacional de la pandemia. Nunca antes visto en su historia del último siglo -ni aun durante la 2da Guerra Mundial-, el país funciona hoy en cámara lenta.

Escuelas, colegios y universidades clausuradas. Casi todos los comercios -salvo supermercados, panaderías, carnicerías y quioscos- cerrados desde mitad de marzo. Una parte significativa de la industria y la construcción en desempleo parcial. El turismo totalmente congelado. Transporte público, con menos de la mitad de su flota. Aeropuertos con actividad diezmada. Ambiente surrealista, solo apenas mitigado por la primavera que acaba de comenzar.

Situación bastante similar a la de la mayoría de los países europeos. Continente que soporta una invasión silenciosa, sin armas de guerra, pero de resultados devastadores para los seres humanos, la economía y la estabilidad social. Región particularmente dramática el norte de Italia, sumida desde un par de semanas a una tragedia de dimensiones dantescas.

Salud pública, bien social o mercancía.

Y junto a la pandemia, la explosión de numerosas paradojas que envuelven tanto a Europa como al planeta entero.
Potencias mundiales, como Italia y Francia, cuentan hoy con estructuras hospitalarias muchas veces destartaladas y que ya estaban al borde del colapso antes mismo de la epidemia: carencias de máscaras para el personal médico o paramédico; insuficiente reactivo para chequear a la gente; e incluso, falta de desinfectante para las manos, esencial para confrontar el avance de la enfermedad.

Radiografía que, con matices, se extiende a otros de los países del continente. Aspecto dramático: la insuficiente cantidad de respiradores mecánicos, esenciales en las estaciones de cuidados intensivos, para los pacientes que como producto de las neumonías graves se debaten entre la vida y la muerte. Y tras esas carencias la concepción sistémica preponderante, que considera a la salud pública como un “gasto”, y viene promoviendo desde años la privatización del sector con sus consecuencias visiblemente nefastas.

Pesadilla particular, por ejemplo, en Francia, que desde 2010 con Sarkozy empezó a protagonizar una privatización acelerada de la salud, con consecuencias inimaginables para el sistema sanitario. 2019 había sido ya un año de intensas movilizaciones de los trabajadores del sector. Iniciadas en marzo, fueron aumentando en potencia hasta que el 15 de noviembre miles de profesionales del sector salieron a la calle en todo el país convocados por el Colectivo Inter-Hospitales. Personal de 268 establecimientos de salud apoyaron la protesta, fundamentalmente centrada en las deficientes condiciones de trabajo en el área, los bajos salarios, y la saturación de las salas de emergencia, insuficientes para la demanda en ese momento cuando todavía no se hablaba de pandemia.

Ante la crisis, la vuelta a las fronteras

La sacrosanta “libre circulación de personas”, a la base misma del Estado continental europeo, desapareció aceleradamente, en pocos días, cuando el tránsito de país a país fue cayendo como piezas de un gran dominó.

Ante la desesperación de asegurar, prioritariamente, la atención sanitaria de sus propios habitantes, muchas de las 26 naciones fueron reinstalando sus antiguas fronteras. Las previas al 14 de junio de 1985, cuando se firmó el Acuerdo de Schengen, con la idea de levantar una muralla migratoria que protegiera el continente, sobre todo, de las crecientes migraciones del sur y del este.

Tratado que, en ejecución desde 1995, regía el libre movimiento al interior del Espacio del mismo nombre, es decir, del conjunto del continente, donde viven más de 400 millones de habitantes. Ante la crisis, de nuevo, el ¡sálvese quien pueda…y como pueda!

Las víctimas del desempleo

Ante la crisis sanitaria, sus imponderables, miedos estructurales reales o ficticios, ya se anticipa la tendencia a una explosión descontrolada del desempleo. Y se empieza a dibujar el rostro de quiénes pagarán el precio principal de los corolarios coronavirales.

Un estudio que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el miércoles 18 de marzo en su sede de Ginebra pronostica, en el peor de los escenarios, 24,7 millones de desempleados producto de la actual situación sanitaria mundial

(www.ilo.org/global/topics/coronavirus/impacts-and-responses/WCMS_739398/lang–es/index.htm)

“El COVID-19 y el mundo del trabajo: consecuencias y respuestas”, enfatiza que el impacto podría ser más pesado que lo que se vivió durante la crisis del 2008-2009, que implicó 22 millones de desempleada-os adicionales.

La OIT anticipa un aumento exponencial del subempleo y enormes pérdidas de ingresos para los trabajadores. Las eventuales pérdidas podrían ubicarse entre 860.000 millones y 3,4 billones de dólares estadounidenses cuando concluya el 2020. La pandemia “tendrá un efecto devastador para los trabajadores que ya se encuentran cerca o por debajo del umbral de la pobreza”. Entre 8,8 y 35 millones de personas más, caerán en la situación de pobreza a nivel mundial. Principales afectados: las mujeres, los migrantes y, en particular en los países en desarrollo, los trabajadores por cuenta propia.

Pandemia con países bloqueados

Paradoja recientemente denunciada por la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra. Se extiende la pandemia; casi 3 mil millones de personas se encuentran bajo medidas de confinamiento en el mundo y, a pesar de esta realidad dramática, continúan los bloqueos contra algunas naciones, complicándoles la llegada de medicamentos, productos sanitarios, reactivos etc.

Ejemplo concreto en el concierto latinoamericano: las sanciones vigentes contra Cuba y Venezuela. “Las sanciones sectoriales de amplio espectro que aplican a países que enfrentan la pandemia de coronavirus, como Cuba y Venezuela, deben ser reevaluadas de manera urgente”, aseguró Michele Bachelet el martes 24 de marzo

(news.un.org/es/story/2020/03/1471652)

Según la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, estos castigos podrían tener una repercusión negativa sobre el sector salud y los derechos humanos. Es fundamental que se evite “el colapso de los sistemas sanitarios nacionales, teniendo en cuenta la explosiva repercusión que eso podría tener en términos de muerte, sufrimiento y ampliación el contagio” afirmó Bachelet desde Ginebra.

Paradoja doble si se piensa que centenares de médicos cubanos se están desplazando en los últimos días en brigadas profesionales de solidaridad a diversos rincones del planeta, entre los cuales Italia, Centroamérica y próximamente, incluso a Argentina.

El trabajo a domicilio, un sofisma

En muchos países, patrones y Estados, recetan el trabajo a domicilio (“home office”) como respuesta a la crisis sanitaria y para asegurar que no se paralice el funcionamiento del sistema.

Sin embargo, según las propias Naciones Unidas, existen actualmente en el planeta 1.800 millones de personas sin vivienda, en tanto el 25 % de la población urbana vive en asentamientos ilegales. Imposible imaginar, por ejemplo, ni confinamiento, ni aislamiento habitacional, ni mucho menos trabajo a domicilio en muchos de los países del África subsahariana, donde predominan las viviendas modestas y el trabajo informal.

Cifras y porcentajes, coincidentes, en términos generales, con los sectores carenciados en situación de pobreza, de miseria extrema, o que arañan algunas de esas categorías.
Consecuencias paradójicas de una situación dramática no prevista hace solo 2 o 3 meses: los miles de muertes (y centenas de miles de enfermos), así como las expresiones con rostro humano de un modelo planetario hegemónico, injusto y antisocial.

Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020
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“Todas las estructuras del poder popular que estábamos construyendo se hicieron presentes, tomaron voz, en una radio que no quería tanto hablarle al pueblo. Quería que el pueblo hablara.” RADIO VENCEREMOS
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores
Como consecuencia de la emergencia sanitaria, o pandemia del Covid-19 que está recorriendo el mundo como “coronavirus”, se han suspendido gradualmente todo tipo de espectáculo artístico, deportivo y cultural, por lo que esta sección tomará un giro, para sugerir otros temas vinculados a la literatura, la historia del arte y de las y los artistas.
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I. PABLO CABRERA FERNÁNDEZ DESDE CASA
Viernes 03 de abril – 21 horas

Pablo Cabrera Fernández comienza como solista en 2001.Integró el Grupo Maciegas de 2011 a 2014, ha participado como guitarrista junto a Heber Rodríguez, Lucio Muniz, Grupo Vocal Universo y Tabaré Arapí.

Integró de forma estable El Cuarteto Guitarras del Uruguay de 2008 a 2013 y es convocado ocasionalmente hasta la fecha, participando en diversos eventos como el espectáculo Identidad de noviembre de 2018 en Auditorio Nacional Adela Reta, sala Eduardo Fabini con la Filarmónica Juvenil a cargo del Maestro Ariel Britos y Raúl Jaurena.

En 2016 graba el segundo CD solista titulado Tierra Adentro, presentándolo en 2017 en Sala Zitarrosa. En 2017-2018 integra el espectáculo “Canarios, mucho más que música” que recorre todo el departamento de Canelones y cierra su gira en Sala Zitarrosa. En 2018 graba en los estudios Sondor “Voces del silencio” que presenta el 2 de julio de 2019 en Sala Zitarrosa.

El 2 de julio de 2019 presenta su tercer trabajo discográfico, Voces del Silencio en el Espacio Felisberto Hernández de Sala Zitarrosa.

De agosto a setiembre integró el espectáculo La Canción Propuesta, un espectáculo colectivo junto a María Elena Melo, Edgardo Muscarelli y Heber Rodríguez dúo, Jorge Degrolia, Leonardo Figuera, Carlos Alberto Rodríguez y Pablo Cabrera.
Como absolutamente todos los músicos, sumándome a la saturación de las redes y al aluvión de recitales on-line, los invito a compartir en el día de mi cumple mis nuevas composiciones 2019-2020 (más algún tema propio que hago siempre) en una transmisión en vivo por Facebook desde esta página.

No cantaré canciones folclóricas, museísticas ni de recreación de nuestros ritmos «identitarios», aunque en forma de «fusión» se trata de eso.

web.facebook.com/events/248141379680147/
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II. CINE URUGUAYO
CORTOMETRAJES URUGUAYOS PARA LA CUARENTENA

El Instituto del Cine y Audio Visual del Uruguay recomienda esta hermosa iniciativa promovida por realizadores de cortometrajes uruguayos. Entre otros títulos están: La esquina de Godot, Entre las sierras, La mujer en el espejo, Delirios en un café, Sumatra, Las dos, La inquilina, Uno de nosotros.
Es una muy buena iniciativa para estos tiempos para conocer a los realizadores del cine uruguayo.

cortosuruguayos.wixsite.com/home?fbclid=IwAR0TNjeEs-4oitNvCl1uBHRg4xVAxYS3zTECougbjG6NLB3KlMzl4qWtRbw
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III. CICLO HISTORIAS DE LA MÚSICA POPULAR URUGUAYA PARA VER EN CASA
PRIMERA TEMPORADA

Queridos amigos, aquí va nuestro pequeño aporte para estos tiempos de cuarentena. Compartimos los 15 capítulos de la primera temporada de la serie Historia de la Música Popular Uruguaya, que recorre instancias medulares para la construcción de la música de nuestro país y su contexto sociopolítico entre los años 1960 y 1990. Esperamos que puedan volver a verla o descubrirla, con el deseo de que pronto se termine esta situación y en breve podamos estar comunicando el estreno de la temporada 2, que actualmente está en etapa de posproducción.

La serie Historia de la Música Popular Uruguaya nos guía por los hechos musicales, políticos, económicos y sociales, más importantes de nuestra historia, entre los años 1960 y 1990. Un documento único con imágenes de época y una detallada recorrida por los diferentes géneros, estilos y autores de importancia que surgieron durante esos años.

Nuestro planteo es amplio y desprejuiciado, incluyendo todos los géneros musicales que encontramos dentro de la Música Popular Uruguaya (rock, folclore, canto popular, música tropical, murga, tango).

Respaldado por un trabajo de investigación que incluye un preciado material de archivo, en muchos casos inéditos; la serie hace foco en los hechos musicales, contemplando los diferentes contextos políticos, económicos y sociales de cada época y complementándose con la reflexión actual de sus protagonistas.

Aquí están los 15 Capítulos completos para ver:
vimeo.com/archivoseriehmpu
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IV. CONVOCATORIA POETAS DE LA CIENCIA. POESÍA DESDE TU CASA

Dirección de Cultura de IM Canelones

El Museo Arqueológico Taddei, perteneciente a la Dirección General de Cultura, lanza la convocatoria literaria Poetas de la Ciencia – Poesía desde tu casa. En tiempos de pandemia, te invita a que te transformes en un poeta de la ciencia, inspirándote en el poema que Graciela Taddei escribió a su padre, Antonio Taddei.

Los poemas participantes deberán reflejar elementos tales como la vida de Taddei, las disciplinas por las que transitó, la naturaleza en su conjunto, formas de convivencia, culturas, relaciones humanas y su esencia. Podrán participar personas con más de 10 años de edad y a partir de quinto año de escuela, independientemente del país donde se viva.

Cada obra tendrá una extensión máxima de 200 versos y estará escrita en un documento Word, Arial tamaño 12.
Los trabajos deberán ser enviados a poetasdelacienciataddei@gmail.com hasta el 30 de junio del 2020 inclusive.

Los poemas seleccionados se publicarán digitalmente y podrán ser utilizados como contenidos educativos, de difusión y exhibición del Museo, a la vez que los participantes recibirán un certificado digital.

El Museo Taddei, en tiempos de pandemia, te convoca a que te transformes en un poeta de la ciencia. Desde la emergencia sanitaria hacia una mayor conciencia colectiva.

www.imcanelones.gub.uy/es/noticias/convocatoria-poetas-de-la-ciencia-poesia-desde-tu-casa
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V. CRÓNICAS DE INDIAS (III)
De la “Tierra Prometida” a la Neocolonia

Kintto Lucas

3. EL INCA GARCILASO Y LA CONSTRUCCIÓN IDEOLÓGICA DEL MESTIZAJE

Los Comentarios reales y la Historia General del Perú, del Inca Garcilaso de la Vega, se podrían considerar como algunas de las bases ideológicas de un pensamiento mestizo desde América Latina. En ambos se presenta la historia desde lo cotidiano, la intrahistoria, como diría Miguel de Unamuno. No es la historia de los grandes héroes sino de la cotidianidad. Con estos se inicia una interpretación histórica de la colonización y la conquista, diferente a la de los conquistadores.

En sus textos el mestizo asume ideológicamente el denominado “encuentro de dos mundos”; en ellos armoniza la visión indígena andina -que no es solo de los Incas- con la visión española occidental de la cultura cristiana. Su idea de la conquista como un mestizaje “ideal” entre el “nuevo” y “viejo” mundo impone una visión que marcará, hasta hoy, la inseguridad propia de los mestizos en el mundo andino.

La pretendida unificación entre el “viejo” y el “nuevo” mundo mediante el poder reconciliador del amor -influenciado por los Diálogos de amor de León Hebreo- termina justificando todo lo hecho por la conquista y la colonización.

En el intento de justificar la conquista, desde lo incásico y lo cristiano, Garcilaso de la Vega mezcla las dos formas de ver la historia: la lineal, con principio y fin de la cultura cristiana, y la circular del mundo inca. Entonces se inventa una tercera forma de ver la historia, a partir de una supuesta espiral ascendente desde la cual relata la época preincaica de sacrificios y barbarie; la época incaica de monoteísmo con el dios Sol; la construcción social y la institucionalización económica y la etapa de decadencia con Atahualpa.

Finalmente presenta la llegada de los españoles como algo providencial. Desde aquellos textos hasta hoy, los mestizos en el mundo andino construyeron un simbolismo basado en la inseguridad sobre su pasado y futuro porque finalmente no tienen una identidad propia, no se sienten indígenas ni blancos, aunque se asuman como blancos. La construcción ideológica de Garcilaso de la Vega crea y justifica una sumisión ante el poder, que se evidencia hasta hoy.

Como toda construcción ideológica, en la idea del mestizaje elaborada por él subyace una mezcla de elementos objetivos y subjetivos de la realidad, un vínculo entre ficción y realidad, narración histórica y novela. Mediante ella construye e inventa un relato para justificar el encuentro de dos mundos. Incluso, en algunas leyendas asumidas como reales, no hay elementos de comprobación, como es el caso de los hombres barbudos que llegarían luego del décimo segundo monarca incaico.

En él aflora la necesidad de elaborar un relato que sirva para construir una identidad mestiza; o sea para construir su propia identidad. Su inseguridad y conflicto identitario se evidencian cuando decide cambiar su nombre por otro que acerque sus raíces españolas e incas. Con sus textos, justifica la colonización y su pensamiento termina siendo, de alguna manera, un pensamiento colonizado. De ahí que asuma la colonización con un providencialismo mesiánico, y a España y la conquista como un instrumento de la providencia.

En su relato, la conquista se justifica desde la mirada cristiana y desde las supuestas profecías incas. En el primer caso, ya existía una justificación por parte de Colón y los otros cronistas. Pero, desde su crisis de identidad y su necesidad de justificación histórica y simbólica, tenía que construir el relato desde lo incaico. Así, Garcilaso asume las profecías que, incluso, pueden ser una invención o interpretación de distintos relatos orales de su pueblo.

El relato colonizado lo lleva, incluso, a enfatizar que sólo pretende hacer un comentario a crónicas de españoles que, por no conocer el quechua, se equivocaron en algunos temas. De ahí que subsista en él una ambigüedad permanente, una especie de choque, al asumir el relato, a veces desde la mirada supuestamente incásica, y otras desde la mirada cristiana. Ello también encarna una ambigüedad propia del conflicto identitario.

Esa ambigüedad se muestra, incluso, desde el propio título, al utilizar el término “reales”, que puede asumirse como auténticos, verdaderos, o alusivos a la realeza inca. Ahí también se evidencia el mismo conflicto: la necesidad de remarcar que escribe desde la historia real y desde su condición de descendiente de la realeza inca.

En suma, utiliza su condición para dar validez a su relato incásico y que los demás asuman el texto como una crónica de la verdad indígena -porque fue escrito por un descendiente de la realeza inca- para justificar así la conquista y colonización. Si bien busca conciliar la cultura española y la incaica, prevalece una mayor utilización de esta última porque, en ese momento histórico, era necesario justificar la conquista y colonización desde esas raíces (la justificación española ya estaba construida), aunque en todo momento intenta armonizar el mestizaje entre el “nuevo” y el “viejo” mundo.

El relato de Garcilaso de la Vega sirvió como base para que América fuera asumida como un continente evidentemente mestizo. Si bien esto en parte es verdad -porque los conquistadores se mezclaron con los indígenas como no ocurrió en otros continentes-, sirvió también para someter a las culturas indígenas en el futuro, cuando surgen las repúblicas y los estados-nación.

Dicha construcción ideológica y el sometimiento de los indígenas sirvió también para que, en muchos casos, cuando emigraban a la ciudad, se asumieran como mestizos y trataran de dejar su cultura atrás con todo lo que ello implicaba; pero, aunque esa mirada ideológica se impuso hasta hoy, la resistencia indígena de siglos logró mantener en parte la cultura de pueblos y nacionalidades originarias, especialmente en los Andes.

Gracias a esta resistencia permanente, en los países andinos los pueblos y nacionalidades indígenas lograron posicionar, en muchos casos, su cosmovisión del mundo (en lo simbólico, político, social y económico-comunitario), a partir de una nueva construcción ideológica que, sin embargo, en algunos casos fue permeada por cierta intelectualidad mestiza que la asumió, transformó y a veces recreó, de acuerdo con una mirada marcada por un conflicto identitario de siglos.

En todo caso, la construcción ideológica de lo indígena mantendrá una tensión permanente con la del mestizaje y surgirá una tercera visión de la conquista y la colonización, con un pensamiento menos sumiso y menos colonizado.

FIN PARTE III
Kintto Lucas (Ecuador)

Henry Flores – El Eternauta
VEO VEO / COMCOSUR INFORMA AÑO 20 No. 1954 – 03.04.2020
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2019 – 25 años
Selección y producción: Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Antje Vieth, Carlos Ramos (Berlín)
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Pablo Alfano, Jorge Marrero, José Rocca, Luis Sabini, Jorge Zabalza.
COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) /
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