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URUGUAY: VIOLENCIA BASADA EN GÉNERO – comcosur mujer 625 – 02.12.2019

COMCOSUR MUJER / AÑO 16 /No. 625 /lunes 02.12.2019 – Hoy:

1) América Latina y El Caribe: ¿Por qué la violencia contra las mujeres va en aumento?
2) África: “Las mujeres defensoras de la tierra en África representan la alternativa al capitalismo”
3) Colombia: Las campesinas decimos no a la violencia contra nuestros cuerpos y nuestros territorios
4) Ecuador: 5 de cada 10 estudiantes mujeres sufrieron acoso en la universidad
5) México: “No queremos flores, queremos derechos”
6) México: Cuando dejemos de hablar en nuestras lenguas originarias México va a ser un país muy pobre
7) Republica Dominicana: Noviembre teñido de negro
8) 25N en Uruguay: La violencia de género es una emergencia nacional
9) Uruguay: Violencia Basada en Género

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COMCOSUR MUJER / Fundado por Yessie Macchi / AÑO 16 /No. 625 – Lunes 2 de diciembre de 2019 / Producción: Beatriz Alonso y Belén Itza / Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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“Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” Rosa Luxemburgo
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1) AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE: ¿POR QUÉ LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES VA EN AUMENTO?

En nuestra región, pese al avance alcanzado en la promulgación de leyes, el establecimiento de instancias especializadas y el diseño de políticas públicas, la violencia contra las mujeres persiste y se diversifica en nuevas modalidades. Hoy 25 de noviembre, Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres, analizamos cuáles son las situaciones de violencia que viven las mujeres, las deudas pendientes que tienen los Estados para garantizar el derecho a una vida libre de violencias, cómo se encuentra el movimiento feminista en la región, cómo los fundamentalismos religiosos, políticos y económicos afectan la vida de las mujeres, entre otros temas.

Conversamos con Julia Escalante De Haro, coordinadora regional del Comité de América latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres – CLADEM.

Escuchar el audio: aler.org/index.php/node/6766?fbclid=IwAR0LTFWlOKo-gLhsuZBVKi4a0UKZsIKD7cEFmYjZpurcmacbOh9zDHKICak

Aler / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019
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2) AFRICA: “LAS MUJERES DEFENSORAS DE LA TIERRA EN ÁFRICA REPRESENTAN LA ALTERNATIVA AL CAPITALISMO”

La activista Samantha Hargreaves es cofundadora de WoMin, una alianza africana sobre género e industrias extractivas creada en 2013 y activa en 14 países en el sur, el este y el oeste de África. Hargreaves alerta de los riesgos que el actual modelo extractivista capitalista implica para las mujeres de estos países, y afirma que la alternativa a este sistema proviene de sus resistencias.

Cada vez más mujeres en África se están organizando en defensa de sus territorios, sus recursos y sus bosques, y en contra del sistema capitalista que promueve el extractivismo y la explotación. Para ellas, “organizarse para asegurar sus propios intereses y expresar qué tipo de desarrollo quieren es bastante radical y revolucionario en sí mismo”, según expresa Samantha Hargreaves, cofundadora de WoMin (Women in mining, mujeres en la minería en inglés), una alianza de mujeres africanas que resisten a los proyectos destructivos del extractivismo en diferentes partes del continente.

“Ahora vemos cómo ha emergido un nuevo movimiento de mujeres que están en las comunidades de base, defendiendo sus tierras y sus recursos. Ellas tienen una perspectiva bastante radical, porque son quienes están en primera línea defendiendo sus vidas y los recursos para su supervivencia, pero también la del planeta. Creo que estas organizaciones suponen un desafío para los movimientos de mujeres tradicionales y mayoritarios”, indica Hargreaves.

La resistencia implica defender un modelo económico alternativo al capitalismo, que incluye replantear un modo de vivir de la tierra, las formas de producir alimentos o la relación con la naturaleza y con los otros. “Es en la defensa de la tierra y los recursos naturales contra los proyectos extractivistas a gran escala donde subyace la alternativa al capitalismo. Es en las formas en las que las mujeres, los pueblos indígenas y las comunidades campesinas se relacionan con la tierra, el agua, los bosques y la naturaleza en su conjunto donde se encuentra la esperanza para un futuro diferente. Son las mujeres y las comunidades de grandes zonas del sur global que viven una relación diferente con la naturaleza quienes nos ofrecen esa esperanza”, resume Hargreaves. Pese a estas esperanzas, la activista ve con preocupación la escasa presencia de estas alternativas promovidas por mujeres en los movimientos feministas masivos dentro del continente africano.

Por una parte, lamenta que muchas de las organizaciones por los derechos de las mujeres en países africanos están muy ligadas al Estado o a los partidos políticos. Por otra parte, muchos movimientos reconocidos como independientes están centrados en asuntos como la violencia contra las mujeres o hacen un gran énfasis en la representación política femenina, pero no muestran tanto interés en las resistencias frente al actual modelo económico.

Una historia de apropiación colonial, capitalista y patriarcal

Para entender el contexto de las actuales resistencias de las mujeres africanas frente a proyectos extractivistas como, por ejemplo, los de la industria minera, hace falta remontarse a las primeras etapas de la colonización. África representa una paradoja: es el continente que alberga algunos de los países más pobres de la tierra, pese a que todo su territorio es rico en recursos naturales. Bajo el suelo africano se encuentra el 30% de las reservas mundiales de minerales, el 10% del petróleo del mundo y el 8% del gas natural, según datos del Banco Mundial. Esta fuente asegura en su web que “con una buena gobernanza y una gestión transparente, los ingresos de las industrias extractivas pueden tener un impacto en la reducción de la pobreza e impulsar la prosperidad compartida, a la vez que respetan las necesidades de las comunidades y el medio ambiente”.

Pero, para Hargreaves, los impactos del extractivismo en África se resumen en dos palabras: destrucción y violencia. “Todos los proyectos extractivos a gran escala, como la minería, la extracción de petróleo y gas o la construcción de centrales eléctricas, implican acaparamiento de tierras. Las tierras de la gente se toman, con una mínima o en ocasiones ninguna compensación, por lo que las comunidades pierden los recursos que necesitan para sobrevivir”, explica la activista.

No solo la tierra, sino también el agua es arrebatada. “Las mineras y las centrales eléctricas usan grandes volúmenes de agua y afectan a los cursos de los ríos, por lo que sustraen el agua, (un recurso) del que las personas dependen para sustentar a sus familias”, expresa Hargreaves durante una entrevista en Barcelona. Además, destaca que se trata de industrias que contaminan el aire, el agua y los suelos, y deforestan o se apropian de los bosques. “Las personas pierden su base para la supervivencia y quedan en la miseria a causa de estas industrias y, en algunos casos, enferman”, afirma.

A la destrucción y apropiación de los recursos naturales, asegura Hargreaves, se suma un ingrediente más: la violencia. “Por una parte, se incrementa la violencia interpersonal o en las familias cuando la gente pierde los recursos y los vínculos sociales que necesita para sobrevivir. Pero, además, existe una violencia extrema por parte de las compañías e industrias, basada en la militarización y en la securitización de los territorios extractivos. Los militares y la seguridad privada de las empresas buscan controlar la resistencia y mantener calladas a las personas frente a las industrias que están apoderándose de sus bases para la supervivencia”, explica Hargreaves.

El impacto sobre las mujeres

Aunque todos estos efectos negativos del extractivismo impactan negativamente sobre todos los miembros de las comunidades, Hargreaves asegura que recaen con más fuerza sobre las mujeres. “Debido a la división sexual del trabajo en las comunidades, las mujeres africanas son la mayoría de las productoras de alimentos. Cultivan la comida, la procesan, la preparan y la ponen sobre la mesa. Son también quienes cosechan y quienes van a recoger el agua para sus familias. Son, por tanto, las responsables de cuidar del agua y los bosques, porque tienen que proveer de estos recursos a sus familias”, describe.

Si estos bienes escasean, están contaminados o quedan en zonas apropiadas por las empresas, son las mujeres quienes enfrentan estos problemas. También se encargan de cuidar a las personas de la familia que enferman a causa de la contaminación. “Las mujeres están soportando los costes externalizados de las industrias y del modelo de desarrollo extractivista. Los beneficios de las empresas se apoyan en el trabajo barato o no pagado que realizan las mujeres y esto tiene impactos muy directos en los cuerpos de las mujeres”, indica Hargreaves.

Y, de nuevo, emerge el problema de la violencia: “Si hablamos de la violencia externalizada, el costo de este modelo de desarrollo afecta particularmente a las mujeres. Estamos documentando y apoyando a las organizaciones de mujeres que han sufrido violaciones, violaciones grupales y acoso sexual por parte de militares o de agentes de seguridad. Por lo que hay riesgos elevados para las comunidades que resisten a las industrias extractivas, pero hay un doble riesgo para las mujeres. Muchas veces no pueden denunciar estos casos en sus comunidades o familias por miedo a ser revictimizadas”, asegura la activista de WoMin.

Para Hargreaves, esa violencia patriarcal que deriva del colonialismo extractivista solo acabará si se pone en marcha una transformación total del sistema social y económico, que debe realizarse de manera colectiva. “Esta transformación no puede hacerse por organizaciones o movimientos de manera individual. Tampoco se puede hacer solo a escala continental, porque el capitalismo es un sistema global, al que tenemos que combatir en lo local y a escala nacional, pero también globalmente”, subraya.

Por ello, Hargreaves ve con esperanza iniciativas como el Foro Social Mundial de Economías Transformadoras, que se celebrará en Barcelona en junio de 2020, y que pretende servir como punto de encuentro entre alternativas al capitalismo como las economías feministas o el movimiento por la soberanía alimentaria, entre otros. “Tenemos que confluir entre nuestros movimientos en una lucha común. Nuestro planeta está ahora tan severamente amenazado, que el futuro parece complicado si no nos unimos ahora. Probablemente, podamos mitigar algunos de los peores efectos en el clima, pero se necesitará un esfuerzo masivo y combinado para enfrentarse al sistema, proponer alternativas y construirlas”, concluye la activista.

Pikaramagazine / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019
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3) COLOMBIA: LAS CAMPESINAS DECIMOS NO A LA VIOLENCIA CONTRA NUESTROS CUERPOS Y NUESTROS TERRITORIOS

28 noviembre 2019: campaña basta de violencia contra las mujeres, patriarcado
Jornada Mundial por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

Las mujeres de las Zonas de Reserva Campesina han denunciado las violencias que históricamente las han alejado de los espacios de decisión, de participación, de la decisión autónoma de sus vidas y sus cuerpos, de acceso en equidad a la educación, a la salud y al trabajo, además les impone el escenario doméstico, subvalorando todo tipo de actividades que se hagan en pro de la vida y de la reproducción de las misma, pero también esas violencias que han vuelto a las mujeres las más pobres entre las pobres, las que las han convertido en las principales víctimas del conflicto armado, que las han privado del acceso a la tierra y al territorio, incluso el principal territorio de toda mujer; su propio cuerpo. Por eso desde nuestra Coordinadora nacional de Mujeres nos hemos organizado para alzar nuestras voces y unirnos con los movimientos campesinos, sociales y populares en donde se encuentran miles de mujeres diversas luchando, como nosotras, por los derechos de las mujeres y la defensa de la tierra, y el territorio. Juntas y resueltas estamos acá para presentar nuestra declaración:

Hemos decidido crear la Coordinadora Nacional de Mujeres de las ZRC, como un espacio para el encuentro, la formación, la deliberación y el fortalecimiento político organizativo de las mujeres campesinas que trabajamos por la soberanía alimentaria, la economía social y solidaria, la agroecología y los derechos de las mujeres como acto de resistencia para la defensa y protección de nuestras tierras y territorios, así como por la permanencia y buen vivir de nuestros pueblos.

Recogemos y construimos sobre los avances alcanzados por las mujeres campesinas, en especial a las compañeras que de manera cercana han avanzado en la visibilización y posicionamiento político de las agendas de las mujeres campesinas y populares. Reconocemos como referentes en este camino a nivel internacional las luchas de las Mujeres de la Vía Campesina y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo CLOC y sus aportes a la construcción de los feminismos campesinos y populares que crecen y se van tejiendo desde los procesos cotidianos y emancipatorios de las mujeres campesinas desde sus propios territorios.

A partir de la unidad de las mujeres campesinas de América, nuestra política se construye a partir del feminismo campesino y popular que habla de las experiencias de discriminación, pero también de las experiencias de resistencia de las mujeres del campo en América Latina. El feminismo campesino y popular es un pensamiento político y una herramienta de emancipación en construcción, para las mujeres y las comunidades campesinas, que reconoce nuestros aportes a la economía campesina, la economía del cuidado y el desarrollo rural del país; las luchas que ejercemos por la defensa por la tierra y el territorio, la vida, la soberanía alimentaria y el resguardo de semillas; que visibiliza nuestros modos de hacer la política a partir de la generación de mayores niveles de igualdad y equidad entre hombres y mujeres. Y que, además reconoce la necesidad de continuar y profundizar los procesos de toma de conciencia de las mujeres campesinas y sus comunidades en aras de continuar los procesos de transformación social que hemos iniciado desde nuestras organizaciones de base.

Tenemos total certeza que nuestras luchas son contra el capital que expropia y destruye nuestros territorios y que en su estrecha relación con el patriarcado se mantiene y reproduce a costa de mantenernos sumisas, explotadas e invisibilizadas. Por eso, resistimos contra la expansión del modelo extractivista y la imposición de monocultivos y economías de muerte que agencian estrategias de guerra y violencias que recaen sobre nuestros cuerpos -nuestros territorios-, aumentando las agresiones y la criminalización de las mujeres que luchan por sus derechos y los de sus comunidades.

Nuestra lucha crece de la mano de nuestras organizaciones campesinas y junto a nuestros compañeros resistimos hombro a hombro de manera creativa y solidaria para visibilizar nuestras reivindicaciones y generar propuestas conjuntas que aporten a la recuperación de la identidad campesina y al reconocimiento del campesinado como sujeto histórico, político y social de derechos y para recuperar los bienes comunes que de manera violenta e injusta se nos ha expropiado. Tenemos la firme convicción que, con la participación activa y efectiva de las mujeres en los procesos comunitarios, organizativos y de representación, así como con el impulso de nuestros liderazgos como mujeres dirigentas, seguiremos fortaleciendo de manera contundente a las organizaciones mixtas y al movimiento campesino colombiano, alimentando de manera paralela y articulada los conceptos de los feminismos campesinos y populares desde la huerta, la familia, el salón comunal y nuestras organizaciones.

Por último, desde cada rincón donde cultivamos la tierra, donde producimos los alimentos y donde hemos logrado permanecer por décadas; las Mujeres decimos no daremos un paso atrás en la defensa de la Vida y la Paz. Seguiremos exigiendo que en nuestras Zonas de Reserva Campesinas sean territorios libres de todo tipo de violencias y discriminación contra las mujeres.

¡Nuestros Cuerpos y territorios Libres de Violencias!

Coordinadora Nacional de Mujeres de las Zonas de Reserva Campesina

Vía Campesina / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019
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4) ECUADOR: 5 DE CADA 10 ESTUDIANTES MUJERES SUFRIERON ACOSO EN LA UNIVERSIDAD

El acoso sexual es una constante en cuatro universidades de Quito, según un estudio revelado este miércoles 11 de noviembre del 2019, que detalla que las mujeres y los integrantes de la comunidad LGBTI son los más afectados.

De acuerdo al estudio, cinco de cada diez estudiantes mujeres han sufrido, al menos una vez en su vida académica, una situación de acoso sexual, al igual que seis de cada diez estudiantes con orientación sexual diversa.

El acoso sexual “es una constante en todos los estamentos”, aseguró María de Lourdes Larrea, representante de la Universidad Andina Simón Bolívar, que participó en el estudio.

Por temas de confidencialidad, los investigadores no han revelado públicamente el nombre de las cuatro universidades privadas, públicas, de pregrado y de posgrado de Quito, cuyos resultados se revelaron este miércoles, y que albergan una comunidad de 40 000 personas.

Adelantaron que el denominado Estudio de prevalencia del acoso sexual en las Instituciones de Educación Superior del Ecuador, se despliega también en otras entidades de su tipo en el país y se prevé conocer los resultados finales en 2021.

El 56% de las situaciones de acoso sexual a estudiantes “fueron realizadas por sus pares”, el 75% las protagonizaron varones, de acuerdo al estudio.
Los resultados revelados surgieron de una muestra de 5 186 estudiantes, 607 docentes y 684 trabajadores del área administrativa y personal de servicios.

En el área de docentes, el estudio reveló que cuatro de cada diez mujeres han sido acosadas, al menos una vez durante su vida universitaria, lo que representa “más del doble que sus compañeros varones”.

Tres de cada cuatro situaciones de acoso las realizaron varones, anota el estudio que, en los resultados en personal administrativo y de servicios, revela que 3 de cada 10 mujeres han vivido alguna vez acoso sexual en el ámbito universitario.

“En este grupo, el acoso no verbal es el más prominente, seguido del acoso verbal, del físico y del abuso de poder”, explicaron los investigadores en una rueda de prensa.

Entre las conclusiones del estudio figura que el acoso sexual “está presente en las universidades y ocurre en todos los estamentos” y que el acoso se presenta en mayor proporción en “las relaciones entre pares”.

“Tres de cada cuatro personas que acosan en las instituciones de educación superior son hombres”, concluye el estudio.

En una rueda de prensa, Paz Guarderas, profesora de la Universidad Salesiana, destacó la importancia del estudio que ofreció por primera vez, con una amplia muestra, cifras de la violencia de género en las universidades.

El fin de este tipo de estudios -dijo- no sólo es penalizar el acoso sexual sino, principalmente, poder generar procesos de transformación de los patrones socio-culturales en lo cotidiano.

En la exposición de los resultados de la investigación, la vicerrectora académica de la Universidad Central de Ecuador, María Augusta Espín, destacó que los datos dejan en evidencia que la relación entre pares “está basándose en la violencia”.

“Al parecer las relaciones de acercamiento a los otros, de socialización, de cortejo están mediados por el tema de la violencia”, se lamentó.

Nodal / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019
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5) MÉXICO: “NO QUEREMOS FLORES, QUEREMOS DERECHOS” COREAN CHIAPANECAS DURANTE MARCHA DEL 25N

En el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, más de cien chiapanecas marcharon en San Cristóbal de las Casas para denunciar el feminicidio, los programas y proyectos del gobierno como “Sembrando Vida”, que, afirmaron, “está fomentando el poder patriarcal capitalista, evidenciando los intereses económicos nacionales e internacionales en favor del mercado y del exterminio de nosotras las mujeres y de nuestros pueblos originarios”.

Las manifestantes integrantes del “Movimiento en Defensa de la Tierra y el Territorio” y por la “Participación de las Mujeres en la toma de Decisiones”, caminaron durante más de una hora por las calles de la colonial ciudad, hasta llegar a la Plaza Catedral, en el Centro Histórico. “No más violencia contra las mujeres”, “no queremos flores, queremos derechos”, corearon.

En un pronunciamiento informaron en lo que va de este año, (hasta el 31 de octubre pasado) han ocurrido 166 muertes violentas de mujeres, de las cuales sólo 76 han sido tipificadas como feminicidio por las autoridades correspondientes.

“Actualmente las mujeres vivimos la violación sistemática de nuestros Derechos Humanos perpetrados por las autoridades de los diferentes niveles de gobierno, ya que a pesar de que desde noviembre de 2016 se decretó la Alerta de Violencia de Género en varios municipios de Chiapas, todo ha quedado en una simulación”, expresaron.

Aseguraron que los programas oficiales como “Sembrando vida están rompiendo el tejido social en nuestras comunidades, dándole el control a las empresas nacionales y trasnacionales para la implementación de megaproyectos extractivos”.

Dichos programas, señalaron, están generando una fuerte violencia en nuestros cuerpos como mujeres, con la explotación de nuestro trabajo de reproducción y producción ya que ante la ausencia y control de los hombres por los programas, somos nosotras las que tenemos que asumir el trabajo para el sostenimiento de la familia, en condiciones de exclusión y subordinación, al no participar en la toma de decisiones relacionadas con la tierra y el territorio”.

En Tuxtla Gutiérrez, una mujer, Yamile María Trejo Arrazate, protestó sola frente al palacio de gobierno de Chiapas, exigiendo justicia por el feminicidio de su hija Yuri Lissete Méndez Trejo asesinada hace tres años, pero cuyo asesino no fue vinculado a proceso y permanece en libertad.

Cimacnoticias / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019
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6) MÉXICO: CUANDO DEJEMOS DE HABLAR EN NUESTRAS LENGUAS ORIGINARIAS MÉXICO VA A SER UN PAÍS MUY POBRE

Escribo poesía, narrativa y ensayo en lengua mixteca para dignificar mi lengua. Escribir es un acto de resistencia y para demostrar que nuestras lenguas siguen vivas, se siguen pensando, escribiendo y hablando, asegura Nadia López García, poeta de origen oaxaqueño.

Llegó a la Ciudad de México para cumplir uno de sus grandes sueños: estudiar en la UNAM. Ha mezclado su trabajo profesional, la pedagogía, con su gusto literario.

Nadia Ñuu Savi, su nombre es mixteco, refirió que hay estudios que indican que muchas de las lenguas originarias van a morir. “Cuando esto sucede la humanidad se empobrece, yo quiero abonar a que nuestra lengua no muera y a que nuestro pensamiento siga caminando en esta tierra. El día que dejemos de hablar en nuestras lenguas originarias México va a ser un país muy pobre, silencioso y triste, no sólo por acabar una forma de escucharnos, sino también de pensarnos”.

Su interés por escribir en su lengua natal nació sólo por volver a escuchar el mixteco en la ciudad, se dio cuenta que escribir era una forma de traerla acá: “estaban mi abuela, mi pueblo, mis padres, los cerros estaban aquí en esta ciudad llena de carros. La lengua es identidad y nos ayuda a estructurar el mundo en que caminamos”.

La joven escritora tiene varios reconocimientos por su trabajo en la preservación de las lenguas indígenas y dos libros en su producción literaria: Tierra Mojada (Ñu´ú Vixo), ganador del Premio a la Creación Literaria en Lenguas Originarias Cenzontle, otorgado por el gobierno de la Ciudad de México, y un poemario para niños, El Tren (Tikuxi Kaa), enfocado en la migración. “Hay muchos niños que llevan consigo nostalgia, vivencias, pero no sabemos mucho de ellos, qué sienten o qué les duele cuando se van”.

La Dirección de Literatura de la UNAM editará su tercer libro sobre la violencia que se vive en muchas comunidades, El camino del venado, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL) del Palacio de Minería en el 2020.

“Los escritores tenemos muchos retos, el primero es que escribimos en una lengua que ha sido combatida por distintas instituciones, pero nuestras lenguas están caminando y creciendo. Hacemos nuestra propia versión de los poemas, hoy a la fecha no hay traductores de lenguas originarias”.

Desinformémonos / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019
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7) REPUBLICA DOMINICANA: NOVIEMBRE TEÑIDO DE NEGRO

Justo el mes en que el mundo conmemora, este 25, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer o Día Internacional de la No Violencia de Género, como hiriente paradoja en estas últimas semanas la violencia machista ha cobrado la vida de nueve mujeres en República Dominicana, tierra donde nació la conmemoración, en memoria de las Hermanas Mirabal.

Hasta los días que corren de este 2019 se habla de la ocurrencia de 69 feminicidios, hechos que no solo conmocionan a la sociedad dominicana, sino que exponen con claridad la debilidad existente en la aplicación de políticas públicas y el mal funcionamiento del sistema judicial y demás estamentos del Estado para enfrentar esta situación.

Entre marcha y exigencias

Este domingo 24 de noviembre amaneció gris en la capital dominicana, donde la «Marcha de las Mariposas» cubrió calles e intersecciones de las principales avenidas. Miles de manifestantes gritaron con fuerzas su dolor y la falta de confianza en un Estado que no acaba de controlar lo que ha sido considerado verdadera pandemia.

El presidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), Servio Tulio Castaños, hizo saber públicamente este 24 de noviembre que se debía poner fin a los acuerdos en los casos de violencia contra la mujer, avalados por la Justicia, y los consideró inaplicables en el marco de la realidad social actual, ya que muchos se concretan violentando las leyes, en la mayoría de los casos.

«Es un tema que debe ser analizado, ya que estos criterios de oportunidad son otorgados pese a que no se cumplen los requisitos que establece la ley en la mayoría de los casos», afirmó Castaños y aseguró, además, que el Ministerio Público debía suspender esa medida y dar un mensaje contundente a la sociedad, tras considerar que es un problema muy grave.

Las palabras del presidente la FINJUS trascienden tras conocerse que, en menos de cuatro meses, dos mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, luego de los perpetradores llegar a acuerdos con las autoridades, aun cuando existía el precedente de haber sido ellas agredidas previamente.

Hablan dirigentes feministas

Voces de activistas y defensoras de los derechos de la mujer, como Lourdes Contreras, coordinadora del Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), y Fátima Lorenzo, del Foro Feminista Magalis Pineda, coincidieron en afirmar que «el Estado debe priorizar el diseño de una política verdaderamente integral para combatir este flagelo que le ha costado la vida a casi 69 mujeres en lo que va de año. No hay una política del Estado dominicano estructurada de manera integral, que permita detectar tempranamente las situaciones de riesgo. Estamos hablando de una política de carácter preventivo que involucre a las escuelas y universidades, con una adecuada capacitación para los maestros».

Tanto Contreras como Lorenzo señalaron que otro de los serios problemas en el país es el «afán de la Procuraduría General de la República (PGR) por reducir las estadísticas de feminicidios», hecho que contabilizan cuando se da entre parejas o exparejas, e ignora los que ocurren en otras circunstancias.

«Mientras haya una mujer muerta por un feminicidio, los resultados tienen que ser cuestionados, porque cada vida vale lo que vale. Se trata de vidas perdidas, familias afectadas, niños que quedan en la orfandad», manifestó Lorenzo.

Instituciones apoyan

Ante una realidad que, lejos de disminuir, consterna cada día más, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) anunció que adoptará medidas para apoyar la lucha contra la violencia de género y presentó un documento elaborado por el Instituto de Investigación de Género y Familia de la academia, mediante el cual se diseña una Unidad interdisciplinaria para la prevención y atención de la violencia de género, que brinde servicios a lo interno de la Primada de América y a cualquier mujer de la sociedad que lo solicite.

El vicerrector de Extensión, Antonio Medina Calcaño, alegó que la UASD se propone activar un convenio suscrito con la Procuraduría General de la República, para la formación mutua sobre violencia de género y la lucha por la construcción de la igualdad entre hombres y mujeres.

A su vez, Virtudes de la Rosa, directora del Instituto de Investigación Género y Familia de esta casa de altos estudios, dijo que en los medios de comunicación y redes se desarrollará una campaña permanente de educación y prevención de la violencia de género, incluida como línea de investigación en las tesis, monográficos y en los programas docentes de las distintas carreras.

Este domingo, representantes de la familia universitaria de la UASD estuvieron presentes en la Marcha de las Mariposas, en conmemoración y homenaje a las Hermanas Mirabal y del Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer.

Las que no denunciaron

El pasado 22 del actual mes, la Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer que 88 por ciento de las dominicanas asesinadas por sus parejas o exparejas no habían denunciado a su agresor, pese a haber sido muchas veces maltratadas.

Jean Alain Rodríguez, procurador general de la República, se refirió al tema durante una rueda de prensa, en la cual resaltó, según su criterio, los avances en la ejecución del Plan Nacional Contra la Violencia de Género, en momentos en los cuales existe gran alarma social por los últimos nueve feminicidios ocurridos desde principios de noviembre: dos de ellos con la acusación de que se produjeron tras supuestas irregularidades en la excarcelación de los agresores, que guardaban prisión por hechos de violencia hacia las hoy occisas.

Ambos feminicidas obtuvieron la libertad de la prisión mediante acuerdos logrados con la falsificación de firmas de las fallecidas y la complicidad de funcionarios.

En relación con los hechos, Rodríguez subrayó: «Habíamos establecido formalmente y por escrito una prohibición de acuerdos ante tentativa de homicidio y esa prohibición fue violada por familiares, por abogados, notarios, fiscales, jueces que fallaron al sistema y hoy se encuentran bajo arresto algunas de estas personas».

Agregó que la PGR prohíbe el «régimen de consecuencias» previsto para sancionar a los funcionarios que cometan irregularidades en el desarrollo de su trabajo en este campo.

No obstante, la realidad indica que el Plan Nacional Contra la Violencia de Género, puesto en marcha hace dos años, con 22 acciones enfocadas en la prevención, fortalecimiento de la persecución y atención efectiva a las víctimas, no ha tenido los resultados requeridos.

Aunque el procurador menciona una supuesta reducción del 25 por ciento en el número de muertes de mujeres a manos de sus parejas en lo que va de año y lo resalta como el mejor dato de los últimos 14 años, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) posiciona a República Dominicana en el tope de países latinoamericanos con más incidencia de casos de feminicidios, con 1.795 mujeres asesinadas entre enero de 2010 y septiembre de 2019.

No en balde medios de prensa como la Agencia EFE y el digital InformativoMAS, publicaron de inmediato un titular que reseñaba: «Datos de feminicidios en la República Dominicana están en tela de juicio», al enfocar los cuestionamientos de grupos de derechos humanos sobre la veracidad de las estadísticas oficiales, que registran una aparente disminución de tales crímenes, cuando en realidad, por solo poner un ejemplo, noviembre ha sido mes negro para las mujeres dominicanas.

Discrepan también

Los grupos Coordinadora de Mujeres del Cibao y Movimiento Feminista Hermanas Mirabal discrepan de las estadísticas que esgrimen las autoridades y plantean que, en los últimos cuatro años, la cifra anual de asesinatos de mujeres oscila entre 180 a 200, datos que, a su juicio, ellos minimizan.

La portavoz de estos dos grupos, Raquel Rivera, entiende que las autoridades no tratan los asesinatos como feminicidios a menos que las parejas o exparejas sean detenidas o acusadas por sus parientes como sospechosos del crimen. «Todo esto tiene que ver con la desprotección que tienen las mujeres dominicanas cuando acuden a la Justicia a denunciar a sus parejas y exparejas por amenazas y malos tratos», observó.

Por su parte, la destacada activista Sergia Galván, organizadora de la manifestación contra la violencia hacia la mujer que tuvo lugar este domingo, recordó que uno de los problemas mayores que impiden la protección de la mujer en el país es la demora del Parlamento en aprobar el proyecto de ley para crear un «sistema de apoyo integral» capaz de erradicar la violencia contra las mujeres, estancado en el Congreso desde 2012.

Concluyó Galván que «cuando el Estado no da una respuesta efectiva, se convierte en cómplice».

Finalmente…

La lucha continúa…Este domingo, la Marcha de las Mariposas inundó avenidas de la capital en República Dominicana. Más de un centenar de organizaciones civiles y sociales de todo el país, además de la clase política y representantes de academias, se integraron a este evento, que más que conmemoración constituyó protesta y desafío a lo que no parece tener fin.

La población se unió al intenso desfile y voces de renombrados artistas y comunicadores rememoraron este día, cuando 20 años atrás, la Asamblea General de las Naciones Unidas acogió, mediante resolución, el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en memoria a Patria, Minerva y Teresa, las heroicas Hermanas Mirabal, cuyo legado histórico mantiene en pie el propósito de lograr un país y un mundo justo, libre de feminicidios y de violencia contra las mujeres.

SEMlac / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019
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8) 25N EN URUGUAY: LA VIOLENCIA DE GÉNERO ES UNA EMERGENCIA NACIONAL

Miles de mujeres se movilizaron el lunes en todo el país para decir basta a la violencia de género. El día antes asesinaron a otra mujer: el femicidio número 26 en lo que va del 2019.

En un país con 108 denuncias diarias por violencia de género (29.467 entre enero y setiembre de 2019), en el marco del Día Internacional Contra la Violencia de Género se realizó una marcha multitudinaria, concentraciones y performances en todo el territorio nacional.

Hace 13 años que la organización Mujeres de Negro convoca a manifestarse cada 25 de noviembre con un cortejo silencioso que recuerda a las más de 440 mujeres asesinadas en Uruguay desde 2006, primer año en el que realizaron su intervención. Decenas de personas vestidas de negro caminan en filas por 18 de Julio, una de las calles principales de Montevideo, sosteniendo carteles con los nombres de las víctimas de femicidio.

Desde 2017, año en el que se realizó el 14° Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC) en Uruguay, a la intervención de Mujeres de Negro se sumó una marcha que rompió con el luto y estalló en colores y gritos de protesta. Este año, por primera vez, ambas manifestaciones se unieron y caminaron juntas desde la Plaza Independencia hasta la explanada de la Intendencia de Montevideo.

Mujeres de Negro encabezó la marcha, seguida por la Intersocial Feminista (una articulación de organizaciones y colectivos) y su pancarta de “Violencia de género: Emergencia nacional”. En la Intendencia se nombraron las 440 mujeres asesinadas desde 2006 y se leyó una proclama que explicó por qué nos manifestamos cada 25 de noviembre.

Salimos a las calles:

– A manifestar nuestra indignación y repudio frente a los femicidios, verdaderos crímenes de poder que demuestran el más absoluto odio y desprecio por la vida de las mujeres.

– A denunciar la violencia machista que día a día arrasa con los sueños, las ilusiones, la seguridad, la salud, la integridad y los derechos humanos de las mujeres adultas, de las adolescentes, de las niñas.

– A denunciar los abusos sexuales hacia niñas y niños, perpetrados por varones integrantes de su familia.

– Para denunciar que los varones uruguayos de todos los rincones del país, siguen explotando sexualmente a nuestras niñas, niños y adolescentes.

– A repudiar los embarazos forzados en niñas y adolescentes por parte de hombres que les duplican o triplican la edad, aprovechándose de la asimetría de poder para acceder a ellas.

– A repudiar la situación de explotación sexual que viven múltiples mujeres en un sistema que las violenta, las cosifica y las estigmatiza.

– A denunciar la violencia cruenta y letal que sufren las mujeres trans a manos de una sociedad en extremo transfóbica.

– A denunciar el racismo y la violencia racista y machista que afecta a las mujeres, niñas y adolescentes afro.

– A denunciar el acoso sexual callejero, el acoso sexual laboral, el acoso sexual a estudiantes.

– A denunciar la violencia política que hoy atraviesa Latinoamérica matando, torturando y violando mujeres en Chile y Bolivia.

– A denunciar los discursos de odio y el avance fascista en nuestro país que expresa desprecio y odio por nuestros derechos, que pretende confinarnos nuevamente en las cuatro paredes del hogar, que banaliza y se burla de aquellas mujeres que deciden interrumpir sus embarazos, con expresiones del tipo “si te gustó, bancatelá”.

– A denunciar la violencia obstétrica, la violencia lesbofóbica y la doble moral sexual.

– A denunciar la cultura machista que enseña a los varones que son dueños de la mujer y que deben tutelarla, controlarla, que pueden comprarla como objetos de consumo, que pueden disciplinarla y castigarla si no cumple con los mandatos sociales.

En Montevideo también se realizó una concentración en la Plaza Libertad, lugar en el que la Coordinadora de Feminismos (articulación de colectivos y feministas autónomas) realiza una Alerta Feminista cada vez que se perpetra un nuevo femicidio. Su consigna fue “Vienen por nosotras, vienen por todo. Contra la muerte, despatriarcalizamos la vida”, y realizaron una intervención artística que culminó con una fogata, abrazos y cantos de “fuego al patriarcado”.

A su vez, el colectivo Diez de cada Diez realizó una acción performática en la Avenida Libertador, a pocos pasos del Parlamento, de nombre “Protocolo de acción para estado de emergencia”.

Mujeresdelsur – afm / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019

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9) URUGUAY: VIOLENCIA BASADA EN GÉNERO

Se presentaron los resultados de la Segunda Encuesta Nacional de Prevalencia sobre Violencia Basada en Género

La Diaria /02 de diciembre de 2019

El estudio permite analizar cómo evolucionó la violencia hacia las mujeres en los últimos seis años.

El Consejo Nacional Consultivo por una Vida Libre de Violencia de Género presentó el viernes los primeros datos sobre la Segunda Encuesta Nacional de Prevalencia sobre Violencia Basada en Género y Generaciones, que busca identificar las principales características de esta problemática para poder prevenirla, abordarla y, en definitiva, intentar erradicarla. El estudio, que fue realizado entre mayo y agosto de este año por el Instituto Nacional de Estadística en todo el territorio uruguayo, responde además a la necesidad de contar con datos actualizados para medir la magnitud y las dimensiones de un fenómeno que afecta a mujeres de todas las edades en distintos ámbitos de sus vidas. Al mismo tiempo, sirve para comparar cómo evolucionó la violencia desde que se realizó la primera encuesta de este tipo, en el año 2013.

Los resultados fueron presentados durante el acto central de conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, organizado por el Consejo Nacional Consultivo, que está encabezado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). Se espera que en las próximas semanas se publique el informe con la totalidad de los datos recabados, según explicó durante el evento el responsable del Sistema de Información de Género de Inmujeres, Diego Pieri.

La segunda encuesta introdujo nuevas dimensiones, que fueron definidas por la Ley 19.580, de Violencia hacia las Mujeres Basada en Género, aprobada a fines de 2017, tales como identidad de género, orientación sexual, discapacidad y migración. También a instancias de esta ley fueron agregados nuevos ámbitos en los que se producen situaciones de violencia de género que no fueron contemplados en 2013, como el sistema de salud. Aparece como novedad, además, todo lo vinculado con la violencia hacia las mujeres en las redes sociales.

Los datos adelantados en estas horas muestran la prevalencia de la violencia de género según los ámbitos y permite ver que aquella que se produce en el contexto de la pareja o ex pareja continúa siendo la más común.

La combinación de la información relevada en todos los ámbitos permitió concluir que 76,7% de las mujeres uruguayas vivieron situaciones de violencia de género en algún momento de su vida. Es decir, tres de cada cuatro mujeres que habitan nuestro país fueron atravesadas por esta forma de violencia. Esto implica un aumento si se compara con los resultados arrojados en 2013, en los que la cifra era de 68,8%. Para Pieri el aumento no necesariamente significa que las mujeres se enfrenten hoy a más situaciones de violencia de género: la tendencia, dijo, podrá empezar a verse recién a lo largo de las próximas mediciones. Hay que tener en cuenta, además, las nuevas mediciones que incorpora el estudio de este año. El experto aclaró que estos elementos tienen que ser tenidos en cuenta a la hora de interpretar cada uno de los resultados.

La directora de la División de Violencia Basada en Género de Inmujeres, Karina Ruiz, dijo que una de las varias hipótesis que podrían explicar el crecimiento del fenómeno reflejado en la encuesta es que hoy en día las mujeres tienen un “mayor reconocimiento” que hace seis años de lo que es la violencia de género. Y esto, agregó, es en parte gracias al trabajo de denuncia y visibilización que realizan a diario las organizaciones sociales y los colectivos feministas.

Los datos presentados: la prevalencia de violencia de género según los ámbitos

Ámbito social. Es el que refiere a los espacios públicos, tales como la calle, los medios públicos de transporte, los lugares de diversión o fiesta, los boliches, los bares, los parques, los clubes deportivos, las iglesias y también, por primera vez, las redes sociales. En estos ámbitos, una de cada cinco de las mujeres encuestadas (21,1%) reportó situaciones de violencia en los últimos 12 meses, en forma de agresiones sexuales tanto físicas como verbales, amedrentamiento, violencia física y violencia en redes sociales; el porcentaje aumenta a 54,4% cuando la pregunta es si han vivido ese tipo de violencias no en el último año, sino a lo largo de sus vidas. En 2013, las cifras eran de 18,6% y 36,5%, respectivamente.

Ámbito educativo. La encuesta revela que 9% de las mujeres que asistieron a algún centro educativo en los últimos 12 meses manifiestan algún fenómeno de acoso, violencia sexual, discriminación o violencia en redes sociales en ese contexto. El número aumenta a 13,4% para las mujeres que reportan situaciones de violencia de género en un centro educativo a lo largo de sus vidas. En este caso también hay un leve aumento respecto de 2013, año en que los porcentajes eran de 5,2% y 8,8%, respectivamente.

Ámbito laboral. En el terreno del trabajo 8,5% de las mujeres aseguraron haber vivido situaciones de violencia en los últimos 12 meses, y un poco más del doble (17,9%) reportaron haberlas experimentado en algún momento de sus vidas. La violencia en el ámbito laboral incluye las dimensiones de acoso y violencia sexual, discriminación y violencia en redes sociales.

Sistema de salud. Es la primera vez que se realiza una medición sobre violencia de género de este tipo en el marco del sistema de salud. Fueron elegidas dos dimensiones: la violencia obstétrica y la violencia durante el proceso de interrupción voluntaria del embarazo. El estudio mostró que 17,4% de las mujeres encuestadas sufrieron algún tipo de agresión durante su último parto. Fue elegida esta metodología por una cuestión de “recordación”, dijo Pieri. La violencia obstétrica fue definida a través de las siguientes variables: la mujer fue impedida de estar acompañada; la obligaron a permanecer en una posición incómoda; le realizaron comentarios ofensivos, humillantes o le gritaron; hubo demoras en la asistencia médica o la ignoraban cuando hacía preguntas; le realizaron algún procedimiento médico o le administraron medicación sin informarle; le realizaron una cesárea sin informarle o sin autorización; le colocaron algún método anticonceptivo u operaron o esterilizaron; la presionaron para que aceptara un método anticonceptivo; la obligaron o la amenazaron para que firmara algún papel; le impidieron ver, cargar o amamantar a su bebé inmediatamente después de parir.

Por otro lado, el estudio relevó que más de la mitad (54,4%) de las mujeres que realizaron una interrupción voluntaria del embarazo dentro del marco legal (de 2012 en adelante) sufrieron algún tipo de violencia durante el proceso. Entre las preguntas que aparecían en el formulario estaban las siguientes: ¿intentaron presionarla para que no realizara la interrupción? ¿Le realizaron comentarios ofensivos, humillantes o descalificadores acerca de la decisión? ¿Le insinuaron que no estaba capacitada? ¿La amenazaron con informar al entorno? ¿Divulgaron información sobre su caso? Al respecto, Pieri insistió en la importancia de revisar “ya sea el proceso en sí mismo o su implementación”, porque el aborto es “ya de por sí un tema que genera muchas dificultades para las mujeres”, y es “más grave aún” si tienen que enfrentar episodios de violencia.

Ámbito familiar. Ya entrando en la esfera privada, el sondeo reveló que 18,4% de las mujeres encuestadas vivieron situaciones de violencia psicológica, física, sexual o económica/patrimonial por parte de algún familiar en el último año. Aquí se detectó una disminución en los últimos seis años, ya que la cifra que arrojó la encuesta de 2013 era de 20,7%. “Podemos ver un poco más de dos puntos porcentuales de disminución con respecto al mismo módulo relevado en 2013, pero nos parece que es importante esperar a ver si se trata de un fenómeno que se podría estar reduciendo”, dijo Pieri. Y agregó: “Ojalá que sí”.

Por parte de una pareja o ex pareja. El contexto de la pareja sigue siendo el lugar más común en que ocurre la violencia basada en género en Uruguay. En este marco también se ha visto un aumento: en 2019, 47% de las mujeres encuestadas aseguraron haber vivido una situación de violencia por parte de una pareja o una ex pareja al menos una vez en la vida. El porcentaje fue de 45,4% en 2013. A la hora de analizar los distintos tipos de agresiones que enfrentaron las mujeres en los últimos 12 meses, la encuesta establece la prevalencia de la violencia psicológica (18,4%), seguida de la violencia económica o patrimonial (4,4%), la violencia física (3%), la violencia digital (2%) y la violencia sexual (1,6%). El responsable del Sistema de Información de Género de Inmujeres dijo que es muy probable que el dato sobre violencia sexual en realidad sea “sensiblemente mayor”, ya que es un fenómeno “difícil de reconocer y de contar”, y hay que tener en cuenta que lo que recoge el estudio “es lo que las mujeres han contado en el marco de una encuesta dentro de su hogar”.

La Diaria / COMCOSUR MUJER Nº 625 – 02/12/2019
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“El perdón no se puede lanzar al aire, a ver si cae en la cabeza de quien corresponde” Luis Pérez Aguirre
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