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COLOMBIA: FRANCIA MÁRQUEZ, PRECANDIDATA PRESIDENCIAL – comcosur mujer 697 – 09.08.2021

COMCOSUR MUJER / AÑO 27 /No. 697 /lunes 09.08.2021 – Hoy:

1) Colombia: Francia Márquez, precandidata presidencial: “No estoy dispuesta a construir una política que siga violando los derechos humanos”
2) El Salvador: Feminicidios aumentaron un 91% este año según cifras de la Policía
3) México: Presentan Monitoreo de medios en Querétaro
4) Uruguay: Ecofeminismo: alternativas en defensa de la vida y el ambiente
5) La ruptura de estereotipos en Tokio 2020
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COMCOSUR MUJER /Fundado por Yessie Macchi / AÑO 27 / No. 697 – Lunes 9 de agosto de 2021 / Producción: Beatriz Alonso, Belén Itza y Cecilia Duffau /Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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1) COLOMBIA: FRANCIA MÁRQUEZ, PRECANDIDATA PRESIDENCIAL: “NO ESTOY DISPUESTA A CONSTRUIR UNA POLÍTICA QUE SIGA VIOLANDO LOS DERECHOS HUMANOS”

Cuando suena el nombre de Francia Márquez, un grupo de personas se emociona. La lideresa caucana se convirtió en una figura pública, a nivel nacional, gracias a su ardua lucha social contra la minería ilegal en el norte de su departamento. También, por su emblemática defensa del territorio bajo la jurisdicción del Consejo Comunitario de La Toma, en el municipio caucano de Suárez, de donde es oriunda. Ambas labores la hicieron merecedora del Goldman Enviroment Prize 2018. Su cara y su voz emocionan a un grupo importante de personas, no solo por su activismo por los derechos humanos, sino también porque desde el año pasado anunció su deseo de aspirar a la Presidencia.

Meses después de ese guiño, Márquez hizo oficial su candidatura y su adhesión al Pacto Histórico, al coalición de centro izquierda que lidera el senador Gustavo Petro y que aglutina una parte de los opositores al presidente Iván Duque y a la derecha. En entrevista con este diario, Márquez profundiza sobre el porqué se decantó por el Pacto Histórico y no por una candidatura independiente, habla de la necesidad de que las listas al Congreso sean cerradas para que garanticen la participación paritaria, y de su autonomía para decidir ser candidata presidencial en vez de cabeza al Congreso, como le sugirieron algunos.

En un principio dijo que iría por firmas, luego hubo acercamientos con el movimiento Estamos Listas y finalmente se decidió por la coalición de centro-izquierda, la del Pacto Histórico, ¿por qué?

Soy Porque Somos, el movimiento que impulsa mi candidatura, desde el principio planteó dos caminos: el primero era lanzarnos desde la independencia y el segundo era hacerlo desde el Pacto Histórico. Dijimos que el camino que más nos gustaba era la independencia, lo que implicaba recolectar firmas, pero la coyuntura política nacional mostraba que los pueblos están pidiendo cambio. Están asesinando con las balas de la patria a la gente que ha salido a las calles. Entonces, la decisión colectiva de Soy Porque Somos fue articularnos al Pacto Histórico. Fui a la Convención Nacional Feminista y pensé que iban a proponer una candidatura a la Presidencia, pero lo que se dijo fue que hay dos aspiraciones válidas: la de Ángela María Robledo y la de Francia Márquez. Como mujeres feministas, dijeron que apoyaban nuestras candidaturas, independientemente del camino que cada una cogiera.

¿Cómo ve el Pacto Histórico?

Es una articulación diversa, de distintas expresiones políticas y sociales. Es una apuesta colectiva para proponer al país una salida a todas las situaciones que violentan los derechos humanos. Nosotros queremos que esta apuesta presente una política que coloque en el centro la vida en todas sus expresiones. En la diversidad hay diferencias, pero lo esencial es llegar a la Presidencia y desde esas diferencias poder construir un programa plural que cierre las brechas de inequidad y desigualdad, que sea capaz de detener la guerra, garantizar los derechos humanos y el respeto a la vida, que sea capaz de asumir los desafíos económicos. Entonces, por eso llegamos a esta coalición con Soy Porque Somos. Por supuesto, es un reto para mí, para el movimiento en sí mismo, para los pueblos afros. Como mujer, también es un desafío estar ahí porque la política representativa tiene otras formas de realizarse, que seguramente no son las formas en las que hemos caminado en lo social, un camino que es de lucha y resistencia. Sin embargo, hacemos el esfuerzo por lograr un consenso.

¿Cómo recibe la inminente llegada de un liberal como el senador Luis Fernando Velasco?

A pesar de que somos caucanos los dos, estamos llegando por orillas distintas: él llega por un partido tradicional que es el Liberal y yo llego por los movimientos sociales. Es bienvenida su candidatura, creo que es necesario construir en la diversidad, en la diferencia, algo que se puede en el Pacto Histórico. Pero, por supuesto, consideramos que los métodos de la política tradicional hegemónica deben transformarse, porque no ha permitido a todos los colombianos vivir en dignidad. Este es un espacio para de verdad devolverle la dignidad a la política. Ojalá nadie en el mañana sienta vergüenza de haber sido parte de este consenso, sino al contrario, que se sienta digno de profundizar la democracia en la participación de las mujeres, de los pueblos, algo que es importante para asumir los desafíos de lo que ha sido la inclusión.

Arelis Uriana Guariyú, del Mais, también es precandidata presidencial en el Pacto Histórico. Dijo que no quiere competir con usted, sino aliarse como mujeres, ¿qué le responde?

Eso es lo bueno de las mujeres en la política. Valoro el esfuerzo de Arelis Uriana. Nosotras, como mujeres afros, indígenas, campesinas, de sectores populares, atrevernos a colocar nuestro nombre en esas disputas electorales y a competir la llegada a la Casa de Nariño no es fácil, pero es importante hacer ese camino de tejer. Hay muchas posibilidades con su presencia y con la nuestra: estar ahí ayudará a transgredir y feminizar la política, a llenarla de colorido desde la diversidad. Los pueblos afros e indígenas son hermanos de lucha, de resistencia, y también hermanos en la exclusión que hemos padecido. Lo que tengo claro es que siempre que los pueblos se juntan, Colombia se fortalece y se convierte en un mejor lugar para todos. Eso es lo que estamos haciendo.

¿Cómo va la discusión para elegir al candidato presidencial y su fórmula a la vicepresidencia?

Hasta ahora, los mecanismos de la consulta no se están discutiendo. Apenas estamos debatiendo cómo van a ir nuestras listas al Congreso.

¿Cuál es su postura frente a las listas al Congreso?

Pensamos que la lista debe ser cerrada porque permite realmente la inclusión y la participación tanto de las mujeres como de los pueblos étnicos y de las población LGBT+, que por la exclusión no han podido participar plenamente del sistema electoral. Sabemos que con unas listas abiertas nosotros no tendríamos las mismas garantías para competir con los políticos tradicionales. Ahí estamos insistiendo en eso, porque creemos en la paridad, en la participación de las mujeres y en la necesidad de que, en relación a la justicia política, puedan llegar los pueblos al Congreso.Es decir, participamos no para completar las listas, sino para llegar efectivamente a ese espacio con una agenda para proponer leyes que se pongan al servicio de la vida. Algo diferente al Congreso actual que tenemos, que proviene de la élite, mientras que la gente se muere de hambre y mientras que las mayorías no tienen acceso a sus derechos fundamentales.

¿Cuándo van a definir esa puja por las listas?

No ha sido tanto una discusión de pujas, sino que cada persona está poniendo sobre la mesa sus puntos de vista de qué significa ir con listas cerradas o abiertas para su expresión, ya sea de movimiento social o de partido político. En ese diálogo estamos construyendo, así es como se práctica la democracia. Pronto se va a tomar esta decisión y que además de la conformación de las listas, podamos proponerle a la gente una agenda que genere esperanza para que el próximo gobierno que llegue genere garantías para gobernar y trasformar el país.

¿Si el Pacto Histórico se decanta por listas abiertas al Congreso, usted y su movimiento lanzarán a sus candidatos en esa coalición o se irán por a parte?

Pues si eso pasa no tendremos las mismas condiciones, pero el acuerdo que hay es que saldrá una lista unificada con todos los movimientos y partidos participantes. Entonces, cuando asumimos ser parte del Pacto Histórico, también asumimos que las decisiones se toman en colectivo, así no estemos completamente de acuerdo.

Hay quienes dicen que hubiera sido mejor que usted se lanzara como cabeza de lista al Senado y no a la Presidencia…

Muchas gracias por querer decidir sobre el espacio que debemos ocupar, pero el racismo hace parte de la exclusión y a nosotros, como mujeres y como pueblo, siempre nos han dicho cuál debe ser nuestro lugar. Es hora de que como pueblos y como mujeres, desde nuestra autonomía, podamos decidir cuál es el lugar que queremos ocupar y que sea el pueblo, en general, el que elija, y no algunas personas que quieren decirnos a dónde debemos ir. Estamos haciendo lo que hay que hacer, nuestra apuesta busca el cambio y la transformación.En ese programa nosotros llegamos al Pacto Histórico con líneas: detener la guerra en este país porque no aguantamos más muertos, sobre todo si los muertos los están poniendo los territorios y las comunidades étnicas. En segundo lugar, planteamos la necesidad de revisar la política antidrogas y las consecuencias del narcotráfico para la vida de los territorios. Pensamos una política que asuma la regulación. En tercer lugar, proponemos la reparación histórica por cuenta de los efectos del racismo estructural. En cuarto lugar, ponemos sobre la mesa que exista una justicia de género, que aborde los temas de las violencias que sufrimos como mujeres y que afectan a los niños y las niñas, y las poblaciones de diversidad sexual. Y el otro tema tiene que ver con justicia climática porque no podemos tener un programa de gobierno, por lo menos en el que yo esté, sin asumir este desafío. Esto porque la Casa Grande está muriendo y es necesario no plantear discursos sino plantear acciones que nos permitan que la vida siga existiendo.

¿Cuáles son sus proyecciones con el movimiento “Soy porque somos”?

Nosotros esperamos que este movimiento político, que ahora no tiene personería jurídica, logre impulsar y proponerle a este país un gobierno justo, que cierre las brechas de inequidad y desigualdad, y propenda por la justicia ecológica y económica. Y que esperamos que el mundo asuma esa forma de vivir, porque “Soy porque somos” es una filosofía, es una apuesta de vida, que dice que yo soy en tanto usted es, y que seamos más generosos con nuestro territorio y entre nosotros como seres humanos, que seamos capaces como colombianos vernos como familia y no como enemigos. Es hora de sentarnos como nación y que sentimos por el otro lo que sentimos cuando juega la selección Colombia en el mundial.

Si no gana la consulta del Pacto Histórico, ¿se siente tranquila de que, quien gane, va a representar los intereses del pueblo y las mujeres afrodescendientes que usted representa?

Nuestra apuesta es ganar la consulta del Pacto Histórico. Si no la llegáramos a ganar, pues asumimos (la persona que sea elegida), porque este es un proyecto de construcción colectiva y así mismo el programa que le presentemos al país será construido por todos.

¿Hace historia al convertirse en la primera mujer negra en lanzarse a la Presidencia? ¿Se siente cercana a cuando lo hizo la primera mujer, María Eugenia Rojas, o la primera mujer socialista, Socorro Ramírez?

Con Socorro tengo un gran respeto. De hecho, hablé con ella sobre su experiencia política, pero más allá de eso, ojalá dejemos de ser las primeras mujeres, de nuestras procedencias, en la escena política y que este país habrá las puertas para que las mujeres podamos participar de estos espacios. Para esto deben cambiar las reglas y de cambiar la concepción de que las mujeres no pueden, como me han dicho a mí que no tengo capacidades y que no puedo. Que podamos pasar la página de ser las primeras.

¿No deberían sobrepasar los egos y las peleas entre el Pacto Histórico y la Coalición de la Esperanza para llegar unidos a 2022?

Hay gente en la Coalición de la Esperanza a la que yo valoro y que le ha aportado mucho a esta sociedad, pero también hay gente que ha sido parte de la hegemonía política y de la opresión que hemos sufrido como pueblos. Entonces considero que la juntanza sería posible si hay la intención de reconocer las condiciones de privilegio, los daños que se han hecho a pueblos enteros, a territorios y comunidades enteras, y a partir de ahí, si hay disposición de cambiar eso, pues vamos a construir. Yo por lo menos no estoy dispuesta a construir una política que siga violando los derechos humanos de las poblaciones por medio de megaproyectos que llevan a la muerte, acumulación y despojo. Se necesita la articulación para acabar con tanta barbarie, y ofrecerle a Colombia lo que nos merecemos: vivir en paz y con dignidad.

Laura Angélica Ospina / El Espectador / COMCOSUR MUJER Nº 697 – 09/08/2021
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2) EL SALVADOR: FEMINICIDIOS AUMENTARON UN 91% ESTE AÑO SEGÚN CIFRAS DE LA POLICÍA

Las cifras de los crímenes sexuales que sufren las niñas y adolescentes en El Salvador superaron los índices considerados como epidemia a nivel internacional en el primer semestre de 2021, de acuerdo a datos a los que Efe tuvo acceso.

El banco de datos públicos de la Oficina de Acceso a la Información de la Policía Nacional Civil (PNC) da cuenta de que entre enero y junio de 2021 se registraron en general 3.805 delitos sexuales, de los que 1.723 fueron contra niñas y adolescentes.

Esta cifra, frente a las 965.293 habitantes menores de edad en el país, resulta en aproximadamente 178,5 delitos sexuales por cada 100.000 niñas y adolescentes salvadoreñas.

El dato de las mujeres menores de 18 años se desprende de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples del Ministerio de Economía publicada en 2020.

Internacionalmente se considera que existe una epidemia cuando los casos son superiores a 10 por cada 100.000 habitantes, cálculo utilizado generalmente para medir el impacto de la violencia homicida.

El registro de delitos sexuales indica que 785 fueron casos contra mujeres de edades entre 15 y 17 años, mientras que 938 afectaron a niñas de entre cero y 14 años.

Los datos policiales también dan cuenta de que el promedio diario de delitos sexuales contra niñas y adolescentes en el primer semestre del 2021 fue de 9,5.

Niñas, las principales víctimas de violación

La referida base de datos, alojada en la página estadística.pnc.gob.sv, revela que el número de mujeres víctimas de violación menores de edad llegó a 756 en el primer semestre de 2021, de las que 494 son del grupo de cero a 14 años y 262 para las adolescentes de entre 15 y 17 años.

Es decir, en El Salvador el mayor número de víctimas de violación son las niñas y adolescentes con aproximadamente el 62,8 % de las 1.204 computadas entre enero y junio de 2021.

Sobre la relación con los supuestos agresores, las cifras indican que en 1.232 casos no se pudo determinar el nexo, mientras que en 104 fue compañero, 66 padrastro y 46 novio.
Los casos atribuidos al padre son 46; 24 a un primo; 22 a tío y en igual número a vecino, entre otros.

Alza en feminicidios

A inicios de julio, un grupo de feministas denunció en las calles un alza en la cifra de feminicidios, el abandono estatal y exigieron una política pública de prevención de estos crímenes de odio.

Keyla Cáceres, de la organización Colectiva Amorales, dijo a Efe que en lo que va del 2021 los casos se han elevado un 60 % respecto a 2020, sin detallar las cifras.

Las autoridades de seguridad no han actualizado el dato de feminicidios perpetrados entre enero y junio de 2021, pero los casos computados hasta mayo dan cuenta de 46, mientras que en el mismo lapso de 2020 fueron 24.

Esto significa que en los primeros cinco meses del 2021 el número de feminicidios, según cifras consolidadas de la Policía, la Fiscalía y Medicina Legal, se disparó aproximadamente un 91,7 %.

“Lo que estamos viendo es que existe una mayor vulneración, porque no hay ninguna política de prevención directa alrededor de los feminicidios”, dijo a Efe el pasado 4 de julio Cáceres, de la organización Colectiva Amorales.

Amnistía Internacional (AI) considera a El Salvador uno de los países más peligrosos del mundo para las mujeres, ya que solo en 2016 y 2017 registró tasas de feminicidio de 16 y 12 por cada 100.000 habitantes, respectivamente, por encima de lo considerado a nivel internacional como una epidemia.

La Prensa Gráfica / COMCOSUR MUJER Nº 697 – 09/08/2021
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3) MÉXICO: PRESENTAN MONITOREO DE MEDIOS EN QUERÉTARO

La igualdad entre hombres y mujeres en los medios de comunicación tardará 67 años en ser alcanzada a nivel global, ya que del 2015 al 2020, la presencia de las ciudadanas en las noticias incrementó apenas un punto porcentual y sólo 40 por ciento de la información es producida por reporteras, informó la periodista y directora de Comunicación e Información de la Mujer (Cimac), Lucía Lagunes Huerta, durante la presentación de los resultados obtenidos del “Proyecto de Monitoreo Global de Medios”, en Querétaro.

El Proyecto de Monitoreo, dijo, se realizó el 29 de septiembre de 2020 y en él participaron 116 países, entre ellos México, los cuales analizaron 30 mil 172 noticias de más de 2 mil medios de comunicación (noticieros radiofónicos o televisivos, cuentas de Twitter noticiosas, medios impresos o digitales y otros más) a fin de identificar los avances o retrocesos en la participación de las mujeres y el posicionamiento de sus problemáticas en la información. Este monitoreo se desarrolla cada 5 años desde 1995.
Lagunes Huerta detalló que en 2010 se pronosticaba alcanzar la igualdad de género en los medios de comunicación en 50 años, sin embargo, esto quedó atrás debido a que si bien hay algunos avances como un poco de mayor presencia de las presentadoras y más reporteras generan noticias con un enfoque de género, éstos no son suficientes y por ello la brecha de género incremento hasta 67 años. Esto es un gran reto, añadió, en el que se debe trabajar.

Señaló que otro reto más grande es aumentar la presencia de las mujeres en las noticias sobre poblaciones indígenas con el fin de que la información de los medios de comunicación sea más plural y diversa, ya que los resultados del monitoreo evidencian que en América Latina sólo 3 por ciento de las noticias hablan sobre la población indígena y de este porcentaje una de cada 5 noticias representan en su información a estas mujeres.

“Me perece que esto es un llamado de atención de revisar de manera crítica qué tipo de periodismo se está haciendo en nuestro país, qué tipo de periodismo se está recogiendo, qué voces, qué actores, con qué sujetos se está presentando la información y eso que está queriendo decir en la agenda de debate que colocamos a través del trabajo periodístico, añadió Lagunes Huerta.

Explicó que un rubro que revisa el monitoreo es el papel de las mujeres en los medios de comunicación, por lo que a nivel mundial las presentadoras ocupan 51 por ciento de la presencia en los medios de comunicación, ellas junto con las reporteras son quienes se dedican a cuestionar los estereotipos de género y a no naturalizar ni justificar la violencia de género en contra de las mujeres. Esta problemática es puesta en información en un 31 por ciento por las reporteras mientras que los reporteros apenas lo hacen en un 24 por ciento de sus notas.

La labor de las reporteras ha impulsado la presencia de las mujeres en los medios de comunicación como sujetas en las noticias y promueven el cuestionamiento hacia los estereotipos sexistas que prevalecen en la información. “Las noticias que son escritas por mujeres periodistas cuestionan dos veces más los estereotipos de género, la desigualdad, y las violencia contra las ciudadanas”, agregó la coordinadora de Estrategias de Comunicación de CIMAC, Cirenia Celestino Ortega.

Lagunes Huerta resaltó que por primera vez el monitoreo incluyó un análisis sobre la presencia de las mujeres en las noticias relacionadas con la Covid-19, lo que demostró en 1 de cada 4 noticias relacionada con temas de la pandemia, por ejemplo, el aumento de las desigualdades sociales y económicas, sin embargo, de estas noticias en una de cada 3 la persona especialista era mujer, esto evidencia que muy poco las y los periodistas recurren a las ciudadanas para que sean sus fuentes de información, a pesar de que ellas representan 46 por ciento del total de personas en el sector médico

Mujeres en las noticias de México

El monitoreo, explicaron las panelistas, evidenció que en México hubo algunos avances, por ejemplo, las mujeres pasaron de estar presentes en apenas 24 de cada 100 noticias en 2015 a estar en 32 en 2020 como sujetas de la información o como periodistas , en suma, 9 por ciento más de ellas pudieron firmar sus escritos, la cifra pasó de 27 por ciento en 2015 a 36 por ciento en 2020.

De acuerdo con los resultados del monitoreo, las entidades con menos presencia de ciudadanas en su información son Chiapas con 9 por ciento, Guerrero con 12 por ciento, Estado de México con 15 por ciento, Querétaro y Campeche con 16 por ciento cada uno y Baja California con 17 por ciento, por lo que esperan que este monitoreo sirva para que los medios de comunicación tomen conciencia e impulsen el papel de las mexicanas sin estereotiparlas y así se consiga más rápido la meta de igualdad de género.

Al respecto la periodista y egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro, Jovana Espinosa, resaltó que la entidad de Querétaro, donde ella estuvo a cargo del monitoreo, resultó ser una de los estados con más baja representación de las mujeres en sus noticias, lo que es consecuencia de que muy pocas han llegado a cargos de poder y además las y los periodistas no las consideran como especialistas o una fuente de información importante. En suma, añadió, su entidad se mantiene en la media nacional del número de mujeres que pudieron firmar sus escritos, es decir apenas 29 por ciento de las queretanas lograron ser autoras de su propio contenido.

Las entidades donde más periodistas firmaron sus escritos fueron Guanajuato con 64 por ciento, Nuevo León con 57 por ciento, Edomex con 55 por ciento, Morelos con 54 por ciento, Tlaxcala con 40 por ciento mientras que los estados con menos cantidades son Querétaro con 29 por ciento, Yucatán con 22 por ciento, Quintana Roo con 22 por ciento, Coahuila con 20 por ciento y Colima con 13 por ciento según el “Proyecto de Monitoreo”.

Jovana Espinosa detalló que los temas que trataron las noticias en 2020, sólo un 4 por ciento trataron la problemática de la pandemia con perspectiva de género, 10 por ciento hablaron sobre los Derechos Humanos de las mexicanas, 8 por ciento trataron la desigualdad de género, y 4 por ciento cuestionaron en su contenido los estereotipos de género, de esta última sin embargo 10 por ciento de la información fue generada por mujeres y 6 por ciento de hombres.

“Hubo estados como Queretaro, el Estado de México, Oaxaca, Tampico, Campeche, Tabasco, entre otras donde no hubo ni una noticia que cuestionara los estereotipos de género. Esto es super importante señalarlo y alarmante. Falta perspectiva de género en los medios de comunicación y además que esto sea parte de las agendas”, recalcó la periodista.

A pesar de este panorama, dijo, hubo un avance en que más noticias hablen sobre temas que se relacionen con mujeres, la cifra pasó de 14 por ciento en 2015 a 15 por ciento en 2020, pero ellas son representadas en un 12 por ciento como una víctima, en un 9 por ciento como una sobreviviente, en un 11 por ciento se hablan de ellas desde un contexto de violencia familiar y un uno por ciento desde uno de violencia sexual.

Asimismo, según datos del monitoreo, las noticias hacen más hincapié a la edad de las mujeres que a la de los hombres y ellas son consideradas en el contenido de las noticias como sujetas de la información en un 18 por ciento, voceras en un 7 por ciento, especialistas en un 3 por ciento, y testigas en 1 por ciento, en cambio, los hombres son sujetos de la información en un 42 por ciento, voceros en un 18 por ciento, especialistas en un 4 por ciento y testigos en 1 por ciento.

A fin de que estas brechas de género, dijeron las panelistas, sean cerradas en los medios de comunicación mexicanos, es necesario que las y los profesores así como las escuelas impulsen materias relacionadas en género, en particular en personas que deseen formar como periodistas, para así evidenciar la importancia de que las mujeres estén presentes en las noticias desde un enfoque de género, que las muestre como seres humanos capaces e iguales a los hombres.

Las panelistas llamaron a la población a consultar los resultados completos del monitoreo para que sean testigos de las desigualdades dentro de los medios de comunicación, los grandes retrocesos que aún continúan, la importancia de que la academia apoye en promover la presencia de las mujeres en la información y en generar un pensamiento crítico sobre quiénes están en las noticias. Recordaron que el monitoreo se irá presentando de forma virtual en los estados de Tlaxcala, Veracruz, Yucatán, Monterrey, Guadalajara y en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Recalcaron que este monitoreo demuestra la capacidad de organización de las mujeres para romper el silencio y formar estrategias dentro y dirigidas hacia los medios de comunicación, por ello es necesario promover mecanismos de financiamiento de periodismo de investigación feminista y fortalecer las redes de las periodistas. Los resultados del monitoreo pueden ser consultados en la siguiente página: cimac.org.mx/2021/03/30/gmmp-2020/

Aline Espinosa Gutierrez / Cimacnoticias / COMCOSUR MUJER Nº 697 – 09/08/2021
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4) URUGUAY: ECOFEMINISMO: ALTERNATIVAS EN DEFENSA DE LA VIDA Y EL AMBIENTE

Disminuir los circuitos de distribución, dejar de comprar en las grandes superficies y apoyar a los pequeños productores son algunas de las propuestas de las ecofeministas en Uruguay.

Los impactos económicos y sociales de la pandemia de covid-19 son contundentes y han dejado en evidencia la fragilidad del sistema en que vivimos. En un escenario de destrucción de los ecosistemas y desastres naturales que requieren una respuesta urgente, el ecofeminismo se presenta como una alternativa que defiende la vida y el ambiente. Sobre los fundamentos del pensamiento ecofeminista y el rol de las mujeres en la lucha por la conservación ambiental y una vida sostenible, la diaria conversó con las referentes del colectivo ecofeminista Dafnias Ana Filippini y Mariana Achugar.

“El ecofeminismo es una conversación entre la ecología y el feminismo”, define Filippini, citando a la antropóloga española ecofeminista Yayo Herrero. Se sostiene sobre las concepciones de ecodependencia e interdependencia. La primera hace referencia al vínculo de los seres humanos con el ambiente, y la segunda alude a que todas y todos necesitamos de otras personas que nos cuiden, en especial en algunas etapas de la vida, como la infancia, la vejez o cuando estamos enfermos.

No obstante, para Filippini estos conceptos están “invisibilizados” por las dinámicas de funcionamiento del capitalismo. “Necesitamos el ambiente y lo que nos provee para sobrevivir. Sin embargo, vivimos en un sistema en que se ve más el valor del agua porque la compramos embotellada que el del agua en su estado natural, y eso ocurre con todos los recursos naturales”, apunta. En tanto, las tareas de cuidado –realizadas mayormente por mujeres– son menospreciadas socialmente y pocas veces se toma en cuenta su valor en la economía.

Otro de los fundamentos del ecofeminismo es “visibilizar” que existen bases materiales que sostienen la vida, pero no son infinitas. “Vivimos en un mundo limitado que no puede tener un crecimiento ilimitado”, expresa Filippini. Las ecofeministas sostienen que el capitalismo oculta de dónde obtiene los recursos para mantenerse e impide la generación de una conciencia sobre los límites de esos bienes.

“Este sistema se basa en la destrucción de la vida, convierte todo en mercancía, todo es para vender y todo es objeto intercambiable”, expresa Achugar. En ese sentido, las integrantes de Dafnias afirman que “el capitalismo le ha declarado la guerra a la vida”. Pero tendrá una dura batalla contra los movimientos ecologistas y ecofeministas.

Subrayar los límites de los bienes materiales es relevante para el ecofeminismo. La vida no puede continuar mucho tiempo más bajo el mismo sistema de acumulación y crecimiento desmedido “porque no va a haber nada”; “la realidad nos dice que algunos tienen que parar y otros incrementar su acceso a ciertos recursos”, apunta Achugar, para tener un equilibrio y justicia social.

El ecofeminismo es plural y se presenta de formas muy diversas, aunque tiene una serie de rasgos que le son comunes. La aplicación de las ideas feministas en relación con el ambiente tuvo su auge en la década de 1970, con varias manifestaciones y acciones pacíficas alrededor del mundo, comenta Achugar.

El término “ecofeminismo” fue creado en 1974 por la escritora y feminista francesa Françoise d’Eaubonne (1920-2005). Dentro de las “diferentes escuelas” que integran el movimiento, en Estados Unidos, por ejemplo, se ha centrado en “la relación de dominación” capitalista entre las personas y cómo el esquema se repite en el vínculo con la naturaleza. En cambio, los movimientos latinoamericanos, por la historia de sus pueblos, han incorporado ideas anticolonialistas y antirracistas y “siguen principios filosóficos de pueblos originarios, que tenían otra conceptualización de cómo somos los seres humanos con la naturaleza”, explica Achugar.

Sacudir los cimientos sociales

“Lo que buscamos es cómo deshacer todo y empezar de nuevo”, expresa Achugar: “se debe pensar y cambiar el tipo de relaciones sociales que existen” y “cómo nos pensamos como seres humanos en la naturaleza”. De la misma forma que el patriarcado ejerce dominación sobre el cuerpo de las mujeres y disidencias, el capitalismo ejerce dominación sobre la naturaleza. Para el ecofeminismo todo forma parte del mismo sistema y de las formas de interacción que perpetúan la explotación, la dominación y otro tipo de violencias sobre cuerpos y territorios.

Así, el ecofeminismo intenta atravesar el propio sistema, que se forjó sobre dicotomías que atraviesan los modos de pensar, sentir y actuar, como ciudad-campo, naturaleza-cultura, femenino-masculino, racionalidad-emocionalidad, tecnología-materia prima. “No tenemos que pensar la naturaleza como algo aparte o como un espacio que habitamos, sino como parte del sistema que integramos. Eso implica tener otros criterios de valoración, preguntarnos qué es lo importante para la vida, a qué le vamos a dar prioridad socialmente y cómo usamos y habitamos el territorio”, sostiene Achugar.

En ese sentido, el ecofeminismo defiende una “visión holística e integral”. Todo interactúa, se influye y se altera entre sí; todo está en constante cocreación y afectación. Esta perspectiva sistémica permite observar, por ejemplo, cómo se relaciona el sistema financiero y el capitalismo global con los costos y las opciones de alimentos que las personas tienen en el supermercado, explica Achugar. También implica repensar los principios económicos, las estructuras de jerarquía establecidas y todos los cimientos de la sociedad actual.

Propuestas alternativas

Las alternativas propuestas por las ecofeministas contemplan una transformación de las relaciones sociales y la visión sobre el mundo, pero también ideas concretas ajustadas a cada contexto. Para nuestro país las ecofeministas han presentado varias. Entre ellas, disminuir los circuitos de distribución, dejar de comprar en las grandes superficies y apoyar a los pequeños y medianos comerciantes y productores de alimentos, reducir el consumo y que este sea responsable, disminuir el uso de materiales y de energía y cuestionarnos qué tipos de producción son necesarios.

Apoyar e impulsar la producción agroecológica –entendida como “un movimiento social, forma de conocimiento y de vida, además de una forma de producción”– de productores familiares y pequeños productores es otra medida importante, sostiene Achugar, y agrega que este tipo de producción propicia el espacio para el desarrollo de nuevos vínculos sociales más directos entre consumidores y productores y permite el desarrollo de una “economía social y solidaria”.

Otro aspecto es la apuesta por “comunidades autosustentables”, algo que ya se está trabajando en el país. Asimismo, la ecofeminista subraya el trabajo de la Red de Huertas Comunitarias del Uruguay, que “está enfocado en cómo las personas podemos acceder a comida saludable en las ciudades” y es una propuesta atractiva en medio de la crisis social, así como una posibilidad para “personas con dificultades económicas, que en este momento se quedaron sin trabajo, para que puedan mantener el derecho a alimentarse”. También es indispensable trabajar sobre la idea de “soberanía alimentaria”, expresa.

Para Achugar plantear que el ecofeminismo es la única alternativa sería hacer lo mismo que hace el capitalismo, que se instaló como única vía posible para el desarrollo y que las personas tengan una buena calidad de vida. En ese sentido, ambas defienden el “pluriverso” de ideas a partir de la realidad de los territorios y que los movimientos ecofeministas dialoguen con otros grupos ecologistas para encontrar la mejor forma de transición a un sistema alternativo que no se sostenga en la dominación, el crecimiento desmedido y la acumulación, y que coloque la sostenibilidad de la vida como aspecto central.

Lucha persistente

Relacionar mujeres y ecología nos transporta varias décadas atrás. En 1973, en India, un grupo de mujeres campesinas abrazó 300 fresnos e impidió que la industria maderera los talara. Fue la primera acción del movimiento Chipko, que al día de hoy continúa su lucha por la conservación de los bosques. En Estados Unidos, en 1980, las amas de casa del barrio Love Canal se agruparon para protestar contra la contaminación química del territorio donde vivían, que afectaba la salud de las personas. Lograron el reconocimiento de la responsabilidad ambiental de las autoridades, y 900 familias fueron reinstaladas. En Inglaterra, en 1983, 70.000 mujeres formaron una cadena humana de 23 kilómetros para protestar contra los misiles nucleares estadounidenses alojados en la base de la Royal Air Force de Greenham Common, en Berkshire. Las mujeres acamparon y realizaron protestas pacíficas en el lugar durante casi 20 años, desde 1981 hasta 2000.

Las manifestaciones protagonizadas por mujeres se extienden por todo el mundo. Filippini y Achugar, que también integran la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales, sostienen que los ejemplos de grupos liderados por mujeres son muchísimos en toda la región. Destacan el legado de Berta Cáceres en Honduras, indígena lenca, feminista y ambientalista asesinada en 2016 por liderar varias acciones ecologistas; la formación en 2001 del grupo Las Madres de Ituzaingó, en Córdoba, Argentina, para denunciar los efectos en la salud del modelo de producción agroindustrial y el uso indiscriminado de plaguicidas; el rol de la afrofeminista, activista social y actual candidata a la presidencia de Colombia Francia Márquez en la defensa del derecho de las comunidades al territorio; la fuerte presencia de mujeres en Ecuador frente al ingreso de empresas petroleras en su territorio y protestas para proteger la Amazonia, y muchos más.

Uruguay no es la excepción y las mujeres han tenido “siempre” un lugar central en los movimientos ecologistas, sostiene Filippini. Han liderado diversas luchas por el ambiente y la vida en todo el país, por ejemplo, las denuncias y manifestaciones por el foco de plombemia en La Teja a inicios de la década de 2000 y las acciones en contra de la minería en Cerro Chato.

Entre los grupos más recientes, las ecofeministas resaltaron la participación de las mujeres en la conformación del movimiento Por el Costado de la Vía, que denuncia las irregularidades y violaciones a derechos humanos por la instalación del Ferrocarril Central para la empresa UPM. “90% de las integrantes son mujeres y 100% de las referentes de las localidades comprendidas a lo largo de los 270 kilómetros por donde pasará el tren son mujeres: Leticia en 25 de Mayo, Florencia en Durazno, Blanca en Sarandí, Natalia en Canelones, entre otras”, dice Filippini.

Para Achugar y Filippini son varias las razones por las que las mujeres adoptan un papel central en la defensa del medioambiente. Son más afectadas que los hombres por las consecuencias de la crisis climática, por la división desigual de los cuidados y el trabajo doméstico. Además, las mujeres suelen ser más pobres y habitan –como otros sectores vulnerados en sus derechos– en los lugares que sufren más la contaminación, l que tiene impactos directos en su salud.

“Las consecuencias climáticas no nos impactan a todos y todas de la misma manera”, dice Achugar. Los sectores menos favorecidos son los que más la padecen. Filippini agrega que “muchas veces los hombres defienden la instalación de las multinacionales y sus megaproyectos perjudiciales para el ambiente porque son quienes encuentran trabajo en esas empresas que invaden los territorios”, y son las “mujeres solas las que logran concientizar mucho más fácil sobre los impactos en el ambiente, que trascienden la oportunidad de un empleo puntual”.

Diversas y plurales

El Colectivo Ecofeminista Dafnias surgió en 2016 ante la necesidad de analizar la crisis ambiental actual desde una perspectiva de género. El grupo está conformado por feministas formadas en distintas áreas académicas y de manera intergeneracional.

“Lo que esperamos de este colectivo es generar debate, crítica e incidencia sobre las lógicas actuales que habilitan la destrucción de la Naturaleza y profundizan las asimetrías de género”, sostienen las integrantes en un documento de presentación.

Sus principios son reconocer la interdependencia y la ecodependencia, deconstruir dicotomías que “forman parte de la base cultural que devalúa a las mujeres”, no mercantilizar la vida, ser diversas y plurales, y la interseccionalidad; reconocen los múltiples ejes de discriminación (de clase, étnicos, raciales, geográficos, entre otros) y no suscriben a ningún partido político.

Desde 2017, Dafnias integra la Red Latinoamericana de Mujeres Defensoras de Derechos Sociales y Ambientales, que tiene una larga historia de lucha y resistencia contra los extractivismos a nivel regional.

La Diaria / COMCOSUR MUJER Nº 697 – 09/08/2021
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5) LA RUPTURA DE ESTEREOTIPOS EN TOKIO 2020

Aunque los Juegos de Tokio 2020 se hayan presentado como los de mayor igualdad de género en la era moderna, el deporte no escapa a la estructura patriarcal que tiene el mundo entero. El lema “más rápido, más alto, más fuerte” que el barón Pierre de Coubertin propuso en la creación del Comité Olímpico Internacional ya atrasa. Porque en estos JJOO se pusieron en discusión las problemáticas de género, las masculinidades, los estereotipos y hasta la salud mental.

El clavadista británico Tom Daley que teje un sweater en la tribuna durante la final femenina de trampolín de 3 metros, días atrás ganó la medalla de oro en plataforma 10m. sincronizado. “Es un orgullo decir que soy gay y campeón olímpico”, confesó en contra de los prejuicios y a favor de la inclusión.

Además de nadador, Daley es un influencer del tejido a crochet. En su cuenta de Instagram (Made with love by Tom Daley), subasta sus creaciones para donar el dinero a los hogares de tránsito para jóvenes LGBTIQ+ que fueron discriminados y/o echados de sus casas.

“Me siento muy empoderado porque cuando era más chico pensaba que nunca iba a ser nada ni a lograr nada por cómo era. Y ser campeón olímpico ahora solo demuestra que se puede lograr cualquier cosa”, expresó Daley en Tokio 2020, donde participan países que todavía legislan explícitamente en contra de los derechos del colectivo.

Simone Biles, la gimnasta que ganó todas las medallas en Río 2016 para consagrarse como the GOAT (Greatest of All Times), renunció a varias competencias en Tokio porque no es un robot. Pasó por muchas, fue parte de las gimnastas que denunciaron colectivamente a Larry Nassar, el médico del equipo estadounidense que abusó de más de cien niñas y mujeres, y en este acto de rebeldía desafió al mandato de que la excelencia deportiva no permite ningún rasgo de humanidad. Los atletas de alta competencia son personas que sienten presión, ansiedad, miedos y vergüenza.

La tenista japonesa Naomi Osaka, encargada de encender el pebetero en la ceremonia de apertura, ya había visibilizado el tema de la salud mental cuando se negó a dar conferencias de prensa en Roland Garros para resguardarse de tanta exposición.

En el deporte de Biles, las gimnastas alemanas utilizaron una malla de cuerpo entero para competir, en un gesto contra la sexualización de los cuerpos. “Queremos que las deportistas que no se sientan cómodas con su atuendo se animen a seguir nuestro ejemplo”, explicó Sarah Voss, la gimnasta de 21 años del equipo olímpico alemán que impulsó y llevó a cabo la idea de la vestimenta.

El italiano Gianmarco Tamberi compartió la medalla de oro en salto en alto con el qatarí Mutaz Essa Barshim. Después de una competencia agotadora de dos horas, ambos quedaron empatados y acordaron ser los dos campeones olímpicos. No sólo se abrazaron y festejaron entre ellos sino que Tamberi, que llevó el yeso para recordar la lesión que lo dejó afuera de Río y que guardó por cinco años, comenzó un raid de saludos fuera de protocolo que terminó con un beso en la boca a su compatriota
Lamont Jacobs, el nuevo campeón de los 100 metros, abajo de la bandera italiana.

La lanzadora de peso estadounidense Raven Saunders hizo el primer gesto de protesta política que se haya visto en los Juegos de Tokio 2020. Al recibir la medalla de plata y mientras las otras ganadoras posaban para las fotos en el podio, Saunders levantó los brazos en forma de X y dijo que representaba “la intersección en donde todas las personas oprimidas se encuentran”. La joven afroestadounidense, integrante de la comunidad LGBTI, había hecho público que lucha contra la depresión.

Los Juegos de Tokio fueron también los de la irrupción de otras identidades de género. Quinn, de Canadá, se convirtió en la primera futbolista abiertamente trans y no binaria en lograr una medalla olímpica, la de oro nada menos.

Por su parte, la atleta transgénero Laurel Hubbard también entró en la historia olímpica, aunque no logró un levantamiento exitoso en la categoría de más de 87 kilos en halterofilia femenina. La neozelandesa, de 43 años, fue la primera deportista en competir en unos Juegos en una categoría de género diferente a aquella en la que nació. En 2015, el COI cambió sus reglas habilitando a atletas transgénero a competir como mujeres siempre que sus niveles de testosterona estén dentro de los permitidos.

La surcoreana An San, de 20 años, ganó tres medallas de oro en Tokio 2020 en individual y en los eventos por equipos femenino y mixto del tiro con arco. Sin embargo, en lugar de destacar sus logros, en las redes sociales en Corea del Sur (la duodécima economía mundial y potencia tecnológica, pero con una una sociedad dominada por hombres y con muchos ‘pendientes’ en derechos de las mujeres). recibió comentarios machistas contra su corte de pelo, tildado de “feminista” y hasta le pedían devolver sus medallas.

A estas críticas, una oleada de mujeres respondió viralizando miles de fotografías de mujeres con cabello corto en respaldo a la campeona olímpica de tiro.

Los Juegos de la pandemia mostraron cambios sociales contra el sexismo y la libertad de género. Un motivo más para que marquen un precedente y queden en la historia.

Marina Butrón/ Télam / COMCOSUR MUJER Nº 697 – 09/08/2021
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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