«

»

CONSERVE LA DERECHA

MUMIA843

1) Argentina: Del radicalismo al macrismo

2) Los cinco escenarios desde donde la derecha quiere golpear en Bolivia

3) Lombardía y Véneto votan para decidir si amplían su autonomía

4) ¿Se está desintegrando Etiopía?

5) La antigua colonia francesa de Nueva Caledonia cerca de la independencia

COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 17 / Nº 843/ Miércoles 24 de octubre de 2017 / REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán

“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra y combatir ese monopolio es una tarea central.” — Emir Sader

1) Argentina: Del radicalismo al macrismo
María Esperanza Casullo (Le Monde Diplomatique)

Aunque la elite argentina viene ejerciendo un influjo cultural sobre los sectores medios al menos desde los años 60, esta hegemonía no se había traducido en un proyecto político. La gran novedad en el ascenso del macrismo es la decisión de las clases propietarias de construir un partido capaz de atraer a la clase media y desplazar al radicalismo.

Las PASO de agosto dejaron un dato principal: el macrismo, que pasó de gobernar un solo distrito y ganar las elecciones presidenciales por una estrecha diferencia en el ballottage, se consolidó como un partido nacional y pasó a ser así el polo estructurante del sistema político nacional, que siempre se organiza según el eje gobierno-oposición. El segundo dato es que ha logrado consolidar como propios a votantes que había logrado “pescar” en 2015: su crecimiento electoral se dio mayoritariamente en provincias donde se había impuesto en la segunda vuelta de las presidenciales pero que cuentan con gobernadores peronistas y una historia de adhesión al justicialismo, como Córdoba, San Luis y La Pampa.

Si esto se confirma en octubre, el macrismo consolidaría una base social nacional, integrada por las clases medias urbanas (ganó en muchas capitales de provincia, incluyendo a la ciudad de Formosa), junto a las zonas ligadas a las actividades agroexportadoras. La base de votantes de Cambiemos, entonces, se solapa con la base del antiguo Partido Radical, a punto tal que parece haberla absorbido de manera efectiva. La hipótesis es que la mayoría de los votantes históricos del radicalismo no apoyan a Cambiemos de manera estratégica o sólo “para ganarle al kirchnerismo” sino que han migrado de manera convencida hacia una nueva identidad política; de ser así, parece difícil que regresen al partido en un futuro, sobre todo porque el núcleo del PRO en Cambiemos no está dispuesto a dejar que esto suceda.

Una forma de ver este fenómeno son las internas de Cambiemos en diez provincias: Catamarca, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, San Luis, Santa Cruz, Neuquén, Mendoza, Salta y San Juan. En una decisión que no puede ser una coincidencia, la dirigencia nacional de Cambiemos optó por impugnar judicialmente las listas opositoras en varios de estos distritos. En Neuquén y San Luis fue la justicia la que habilitó finalmente la competencia; en Santa Fe la alianza se rompió y un sector se presentó por afuera, mientras que en Tierra del Fuego el sector opositor quedó inhabilitado por vía judicial (el presidente de la UCR provincial también terminó candidateándose en una lista aparte). Por supuesto, el caso más resonante es el de Martín Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires, que fue forzado a competir con una lista propia. Hay que notar que, aún con este juego brusco interno del PRO hacia sus socios de la UCR, los votantes no parecieron nuclearse alrededor de la defensa de la identidad radical, como confirma el escaso 13 % obtenido por Lousteau.

En general, las listas internas opositoras, ligadas a sectores tradicionales del radicalismo, fueron inhabilitadas o derrotadas, y los votantes optaron masivamente por la identidad cambiemista.

¿Es este un fenómeno novedoso? ¿Representa Cambiemos algo totalmente distinto de la centenaria identidad radical? En cierto modo, Cambiemos es algo viejo y algo nuevo al mismo tiempo. Es viejo porque representa la fusión en un partido de una hegemonía cultural por parte de la élite hacia las clases medias, algo que ya existía durante el siglo XX. El dato nuevo en la consolidación de Cambiemos como partido nacional no es la conducta política de las clases medias que ahora votan convencidas al macrismo sino la politización de las elites, que resolvieron asumir de manera franca un lugar de competencia y conducción en la política partidaria argentina. Este alineamiento de liderazgo político novedoso con una hegemonía cultural que lleva décadas hace muy probable que Cambiemos se consolide como el partido que integre a las clases medias y se convierta en el heredero definitivo del radicalismo.

Los partidos mayoritarios durante el siglo XX

Es común encontrar menciones a la debilidad de los partidos políticos argentinos durante el siglo XX. Ya Gino Germani planteaba la crítica al modelo argentino de integración política de las clases medias y trabajadoras (1). En Europa Occidental, decía Germani, las clases obreras y las clases medias lograron su incorporación política mediante la construcción de organizaciones partidarias, al tiempo que los partidos conservadores o de derecha representaban, también de manera clara, los intereses de las clases propietarias. Pero en Argentina los derechos políticos no se lograron de manera gradual sino que fueron “otorgados”, según la expresión de Germani, por líderes personalistas. Este modelo de incorporación populista, válido tanto para el radicalismo yrigoyenista como para el peronismo, sería el responsable de las características “patológicas” de los partidos argentinos: movimientistas, con una débil impronta ideológico-programática, demasiado centrados en la figura del líder y con una frágil representación de clase.

Análisis posteriores pusieron en duda esta certeza de la sociología nacional fundante: Norman Lupu y Susan Stokes demostraron que la representación de clase de los dos grandes partidos argentinos era más estable que lo que el viejo modelo germaniano suponía. Demostraron que entre 1946 y 1983 el voto fue más “europeo” de lo que podría pensarse: la clase media votaba al radicalismo, en tanto que la clase trabajadora y los sectores más pobres, tanto urbanos como rurales, se inclinaban mayoritariamente al peronismo (2). En otras palabras, los votantes parecían estar mucho menos confundidos sobre qué partido los representaba a ellos, a su visión de mundo y sus intereses, que los sociólogos o los politólogos. Los partidos políticos tenían la capacidad de convocar apoyos sociales segmentados por clase, estables en el tiempo y reconocibles identitariamente.

Sin embargo, hasta 1983 la democracia argentina estuvo sujeta a una sucesión de golpes de Estado y el peronismo estuvo proscripto durante 18 años. ¿Cómo puede haber sido tan débil una democracia con partidos relativamente fuertes? Aunque por supuesto no hubo un único factor, hay que mencionar que la única clase social que durante esta etapa no estuvo representada claramente por un partido político fue la élite económica: empresaria, financiera y agrícola. La Sociedad Rural, la Unión Industrial Argentina y los grandes bancos no disponían de una fuerza política que los representara claramente, comparable al Partido Conservador británico o al Partido Republicano estadounidense.

La función representativa de los intereses de las élites no fue, al menos hasta el menemismo, asumida por el peronismo: Ricardo Sidicaro muestra cómo los grupos empresarios rechazaron al peronismo aún cuando Juan Domingo Perón imaginaba alianzas posibles entre su movimiento, profundamente anticomunista, y la burguesía nacional (3). Pero tampoco fue asumida de manera abierta por el radicalismo. Las cúpulas empresariales podían confluir con la UCR en la oposición al peronismo e incluso apoyar a los gobiernos radicales, sobre todo en los inicios de sus mandatos. Sin embargo, no dudaban en recostarse en sectores de las Fuerzas Armadas e incluso en apoyar los golpes de Estado contra los propios presidentes radicales cuando percibían que éstos ya no las representaban.

Si a partir del ascenso de Cambiemos la élite parece haberse articulado con las clases medias en un mismo proyecto común, la relación de esta misma élite con el radicalismo fue históricamente ambigua. Y no puede entenderse sin mirar al espejo de esta idea, que es la ambivalencia del radicalismo hacia la élite. Durante todas estas décadas, en efecto, el radicalismo estuvo liderado por dirigentes enraizados en la clase media, hijos de inmigrantes, radicados en ciudades como La Plata, Córdoba o Chascomús, que expresaban una historia de movilidad social ligada a la educación pública y el Estado. Así como el peronismo hablaba del trabajador, la justicia social y la solidaridad combativa de los humildes, los dirigentes radicales hablaban del sacrificio, la austeridad republicana, la entrega a la política como una tarea a la que se dedica la vida entera. La dirigencia de la UCR no planteaba una oposición franca a las visiones de mundo encarnadas en los sectores propietarios, pero sí una autonomía de la política.

La hegemonía cultural

Sin embargo, y este dato es central para entender el crecimiento de Cambiemos, puede plantearse como hipótesis que, aún en estas décadas de fuerte ligazón política con el Partido Radical, los votantes de clase media desarrollaban una vida cotidiana en la cual la hegemonía cultural de las elites ligadas al mercado y a una visión tecnocrática de la política se fue fortaleciendo progresivamente. La capacidad de las clases propietarias para estabilizar una hegemonía política por vía electoral (o, en realidad, por cualquier otra vía) fue muy limitada, pero su capacidad de establecer una hegemonía cultural fue en cambio muy significativa.

A partir de los 60, en efecto, comenzaron a aparecer una serie de dispositivos culturales que expresaron de manera clara la admiración de las clases medias urbanas hacia las elites modernizantes del momento desarrollista. Revistas, publicidades y programas de televisión celebraban la modernización del país y la nueva clase que la expresaba: los ejecutivos de las compañías multinacionales. La revista Primera Plana renovó al periodismo al combinar un discurso liberalizante en lo económico con una estudiada neutralidad hacia la democracia liberal y una crítica cultural sumamente sofisticada, que iba del cine europeo a las producciones del Instituto Di Tella, todo salpicado de publicidades que vendían desde cigarrillos hasta jabones gracias al nuevo aspiracional de “los ejecutivos”. Tal vez en la figura del ejecutivo, tan central a la década del 60, pueda encontrarse un lazo con la nueva identidad tecnocrática y gerencial del macrismo.

Un lugar donde es posible comprobar esa corriente de atracción cultural cargada de ambivalencia es otro gran producto cultural que nos ofrece una ventana hacia cierta clase media que en los 60 y 70 vivía en un departamento de tres ambientes, se educaba en la escuela pública, compraba un televisor color y un Citroen 3 CV y vacacionaba dos semanas al año en una playa de la provincia de Buenos Aires: Mafalda, la niña con inquietudes políticas, de padre empleado y madre ama de casa, que soñaba con ser traductora en la ONU para solucionar los problemas del mundo. Mafalda va a comprar al almacén de Manolito, el hijo de inmigrantes gallegos que expresa la ética del trabajo, la acumulación económica y el desinterés político. Le dice: “Me manda mi mamá a comprar aceitunas. ¿Qué tal están, Manolito?” Manolito responde: “¡Ahhh, para ejecutivos!”. La construcción del ejecutivo –el CEO de hoy– como una figura aspiracional para sectores de la clase media urbana es un legado de larga data. (Mafalda, sin embargo, mostraba una serie de preocupaciones ético-políticas que le eran propias; en otra viñeta, se congratula de que “llegó la Navidad, que es para todos, no sólo para los ejecutivos”.)

Esta mezcla de fascinación con rechazo marcó sin dudas la cultura de las clases medias en la década del ochenta. El gobierno de Raúl Alfonsín mostró una orientación distinta, más socialdemócrata, entroncada con los valores de compromiso militante con lo público y una visión épica de la política, así como con una posición no alineada en política exterior. Pero el alfonsinismo fue menos una expresión de la esencia de la UCR que el resultado de un liderazgo absolutamente excepcional. Ya en el gobierno de Fernando de la Rúa, el Grupo Sushi, nucleado alrededor de figuras como Hernán Lombardi y Darío Lopérfido, pudo interpretar estética y comunicacionalmente la promesa de una nueva modernidad que imaginaba la política como algo más aspiracional que sacrificial o épico; no es casual que, luego de la implosión del 2001, ambos se incorporaran al núcleo original del gobierno del PRO en la Ciudad de Buenos Aires.

El ethos macrista

El ascenso de Cambiemos puede leerse como un proceso gradual por el cual ciertos sectores de la élite empresarial lograron canalizar en un proyecto político propio y electoralmente viable esa corriente que los unía y los une culturalmente con las clases medias urbanas (corriente que se construye, hay que decirlo, desde el efectivo control de los principales motores de edificación de la hegemonía cultural, es decir los medios de comunicación masivos). Cambiemos ancla su apelación a las clases medias en la recuperación aspiracional de ese ethos modernizante, un poco en retirada de la esfera pública, que los niños imaginados por Quino hace cuarenta años ya mostraban: la idea de que la acumulación de riqueza es un valor positivo, que la felicidad auténtica se encuentra en los proyectos personales, y que la política no debería ser una actividad a la que uno se dedica las veinticuatro horas del día.

En este sentido, y como ya señalamos, el dato realmente nuevo no es que las clases medias urbanas voten a Cambiemos sino que dirigentes como Mauricio Macri y los miembros fundadores del PRO hayan decidido lanzarse a construir un partido capaz de fusionar una ascendencia cultural preexistente con un poder político logrado mediante la competencia electoral. Cambiemos parece haber obtenido la clave para cancelar la antigua ambivalencia entre fascinación y autonomía con la élite que expresaba la identidad cultural y política de una mayoría de las clases medias urbanas nacionales: este es sin dudas su mayor éxito en su proyecto de consolidarse como un partido político nacional capaz de disputar de igual a igual con el peronismo.

1. “Los procesos de movilización e integración y el cambio social”, Desarrollo Económico, Vol. 3, N° 3, octubre-diciembre de 1963.
2.“Las bases sociales de los partidos políticos argentinos. 1912-2013”, Desarrollo Económico, Vol. 48, N° 162, 2008.
3. Los tres peronismos. Estado y poder económico, Siglo XXI, 2010.

MIÉRCOLES 24 DE OCTUBRE DE 2017 – COMCOSUR
_______

2) Los cinco escenarios desde donde la derecha quiere golpear en Bolivia
Hugo Moldiz Mercado (Rebelión)

El 10 de octubre pasado, la oposición política y mediática -disfrazada con varios trajes, unos ya conocidos y otros nuevos-, ha utilizado en términos simbólicos los 35 años de recuperación de la democracia para emprender una nueva ofensiva contra el proceso de cambio, así como para cuestionar la continuidad de Evo Morales en la titularidad del Estado Plurinacional después del 2020.

En concentraciones organizadas en todas las ciudades capital de todo el país se han juntado: los herederos de las dictaduras militares del pasado inmediato hoy con traje democrático, los actores de la democracia de pactos en la que el presidente y vicepresidente del país eran elegidos en el Congreso Nacional por carecer de una votación superior al 51 por ciento, varios ex izquierdistas que en la resistencia a los gobiernos militares y en la coyuntura del gobierno de la UDP se llenaban la boca de revolución socialista y plataformas de jóvenes organizados y financiados por ONGs vinculadas a los Estados Unidos. Obviamente no podía faltar otro actor. El sustento de esa convocatoria, antes y después de las concentraciones, ha sido un grupo de medios de comunicación que no ocultan, aunque no sinceran su posición ante la gente, su clara posición política contraria a los procesos de cambio en Bolivia y América Latina.

El motivo que ha reunido a estos cuatro grupos de actores de la oposición ha sido el recurso abstracto de inconstitucionalidad que legisladores del MAS han presentado ante el TCP en septiembre pasado con el objetivo de lograr la inaplicabilidad de cuatro artículos de la Constitución que restringen el ejercicio de los derechos políticos de participación política y de elegir y ser elegido. El recurso constitucional fundamenta su pedido en la primacía del Pacto de San José sobre la propia Constitución en materia de derechos humanos, donde los derechos políticos citados forma parte de los mismos. Si el TCP emite sentencia constitucional favorable al recurso, todos las autoridades electas –nacionales y subnacionales- podrán presentarse, si así lo quieren, a reelección sin ninguna restricción.

Pero la causa fundamental de la movida de la derecha boliviana es su oposición constante y de diversas formas –unas violentas y otras a través de los mecanismos de la política- al proceso de cambio que vive el país desde enero de 2006. Los que recurrieron a la violencia en el periodo 2005-2009, con la clara intencionalidad de romper el orden democrático, si tienen alguna habilidad es la de haber logrado eludir la mano de la ley, así como de haber conseguido que no pocos miles de jóvenes desconozcan sus prácticas contrarias a la democracia de la que tanto hablan. Los que en ese mismo período organizaron la toma violenta de instituciones públicas e incluso una parte de ellos alentaron y financiaron la estructuración de un grupo de sicarios para llevar adelante un golpe cívico-prefectural (ahora llamadas Gobernaciones con la nueva Constitución), terminan mezclados con los que desde las armas de la política también no ocultan su molestia respecto del gobierno indígena campesino y popular. Profundas razones de clase –por su origen o su posición- los llevan, parafraseando al Che, temerle más a un gobierno popular que al imperialismo que también los desprecia.

Pero más allá del número de personas que se congregaron en las ciudades más importantes del país, el dato revelador es que la oposición ha decidido salir a las calles que en el pasado era escenario privativo de los movimientos sociales. Eso implica que la oposición, que solo se junta cada que Evo Morales toma una iniciativa política pero que no es capaz ni tiene voluntad política para construir una alternativa distinta, pondrá “todos los huevos en la canasta” en cinco escenarios desde donde espera golpear estratégicamente.

El primero, es de las calles. Ya varios de sus columnistas, muchos de ellos en actitud vergonzante frente a su pasado, han anunciado que se movilizarán en las calles para “defender la democracia” y “hacer respetar la voluntad popular” expresada el 21 de febrero de 2016.

Lo que no se sabe todavía es si esa “toma de las calles” tendrá las mismas formas que la oposición ha empleado en Venezuela contra la revolución bolivariana: movilizaciones y acciones de violencia sostenida hasta escalar a actos de terrorismo ocultados, silenciados y encubiertos por los medios de comunicación opositores. Movilizar a fracciones de capas urbanas que desprecian a Morales desde el principio son su punto de partida, aunque aspiran sumar algunos sectores rurales.

El domingo último, 22 de octubre, Pagina Siete –un medio que lideriza las campañas de la post verdad- registraba una muy llamativa declaración de José Antonio Quiroga, intectual y dueño de una importante editorial, sobre la posibilidad del desencadenamiento de la violencia. “Poner derechos de Evo encima de la CPE puede desatar convulsión”. Mas claro, ni el agua.

El segundo escenario, es el internacional. La oposición cuenta con el respaldo del Departamento de Estado de los Estados Unidos y del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quien a pesar de ser un empleado del organismo regional es el instrumento mas leal con el que cuenta EEUU y la derecha continental para desarrollar la contraofensiva contra los gobiernos revolucionarios y progresistas de América Latina. De todos los opositores, es Jorge Tuto Quiroga y un muchacho creado por las agencias de intervención e inteligencia estadounidenses son sus dos mayores operadores.

Por eso no es una casualidad que el Encargado de Negocios de la embajada de EEUU en Bolivia, Peter Brennan, y Luis Almagro se hayan pronunciado, con tono de advertencia, sobre lo delicado que sería que Bolivia siga el camino de Venezuela y que no respete la voluntad popular expresada en el referéndum del 21 de febrero de 2016. “Ojalá Bolivia nunca llegue al punto en que está Venezuela”, fueron las palabras del diplomático estadounidense en la primera quincena de agosto, mientras Almagro sostuvo días después que “ningún juez puede levantar el dictamen del único soberano: el pueblo”. Las dos declaraciones, como se puede ver, son dos claros mensajes injerencistas.

El tercer escenario será el mediático. Tal como en la campaña hacia el 21 de febrero de 2016, los medios y las redes sociales –que en la estrategia de subversión ideológica imperial en el mundo son la punta de lanza en la preparación de las condiciones para las distintas modalidades de injerencia y posible intervención-, serán fundamentales en la línea de acosar a los magistrados del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) y de alentar y legitimar acciones de hecho contra una eventual sentencia favorable al Recurso Abstracto de Inconstitucionalidad.

Varios de estos medios, calificados como miembros del Cartel de la Mentira, no han cesado su contraofensiva contra el gobierno de Evo Morales para desacreditar su imagen y gestión. Pero no solo eso, sino que magnifican los hechos con fines de activismo político y subversión ideológica –aunque la realidad después niegue sus supuestos-, como ocurrió con el caso de Achacachi, por ejemplo.

El cuarto escenario serán las ONG a través de las Plataformas Ciudadanas. Hay datos recientes de que agencias como el NDI y el IRI de Estados Unidos están muy activas, incluso recurriendo a terceras ONGs, para identificar a jóvenes con el objetivo de respaldar la creación de plataformas ciudadanas, ya sea con mensajes de “valores democráticos” o “emprendimientos productivos”.

El quinto escenario será el electoral. En principio es su campaña por el voto nulo en las elecciones judiciales del 3 de diciembre, cuando Bolivia llevara adelante por segunda vez consecutiva la elección de altas autoridades del Órgano Judicial y el Tribunal Constitucional a través del voto popular.

En síntesis, se abre una coyuntura política que encuentra una derecha envalentonada por una cierta recuperación de posiciones en América Latina, donde ha logrado desplazar a los gobiernos progresistas de Argentina, Brasil, Paraguay y Honduras en los últimos ocho años, aunque solo por métodos electorales en el primer país. En el resto mediante golpes de Estado de nuevo tipo.

MIÉRCOLES 24 DE OCTUBRE DE 2017 – COMCOSUR
_______

3) Lombardía y Véneto votan para decidir si amplían su autonomía
(La Vanguardia)

Los referéndums son legales, pero el PD alerta del riesgo de “una deriva catalana”

Los líderes de Lombardía y Véneto insisten en que los referéndums de hoy en sus regiones no tienen nada que ver con Catalunya, pero el grave conflicto entre Madrid y Barcelona –que era ayer primera noticia en todos los informativos de radio y televisión italianos– contamina el ambiente ante las consultas populares y puede contribuir a la abstención.

Lombardos y vénetos –con una población conjunta de 15 millones de habitantes y un tercio del PIB total italiano– deciden hoy si quieren ampliar su actual nivel de autonomía, según lo previsto en los artículos 116 y 117 de la Constitución italiana. Los referéndums son legales y de carácter consultivo. En Lombardía no existe un quórum mínimo de participación para declararlo válido. En el Véneto se requiere una participación superior al 50% del censo electoral.

En Lombardía no existe un quórum mínimo de participación para declararlo válido. En el Véneto se requiere una participación superior al 50% del censo electoral.

No existe ninguna duda de que en ambos casos ganará el sí de modo rotundo. La gran incógnita es la afluencia a las urnas. Cuanta más gente vaya a votar, más sólida será la posición política de los presidentes de las dos regiones, el lombardo Roberto Maroni y el véneto Luca Zaia –ambos de la Liga Norte– para negociar con el Gobierno central. Se prevé un proceso largo. Se trata de 23 competencias –desde las relaciones con la Unión Europea a la educación, salud, protección del medioambiente y legislación laboral, entre otras– que son concurrentes pero que la Constitución autoriza a ser asumidas por las regiones si así se acuerda. La decisión final tiene que tomarla el Parlamento por mayoría absoluta, algo que debería producirse después de las elecciones del próximo año.

El sí tiene un apoyo bastante transversal, sobre todo en el ámbito conservador. Lo defienden la Liga Norte, Forza Italia y el Movimiento 5 Estrellas. También son partidarios de mayor autonomía los alcaldes del Partido Demócrata (PD, centroizquierda) de grandes ciudades como Milán o Bérgamo. En cambio, el líder nacional del PD, el ex primer ministro Matteo Renzi, se muestra muy escéptico sobre la consulta y ha usado un tono de desprecio. “Es un voto absolutamente inútil –dijo–. Nosotros nos ocupamos de cosas serias”.

Su número dos en el partido y ministro de Agricultura, Maurizio Martina, originario de Lombardía, ha criticado que se ponga tanto énfasis en el desequilibrio entre los impuestos que ingresan estas ricas regiones y el retorno que obtienen en servicios e infraestructuras. “Si se plantea la cuestión del déficit fiscal, sustancialmente se va hacia una versión casi secesionista –avisó Mar-tina–. Pienso que lo último que necesitamos es una deriva catalana”. Tanto en el PD como en el pequeño partido Hermanos de Italia –pese a ser un aliado de la Liga Norte a nivel nacional, con un mensaje populista, euroescéptico y antiinmigración– se quejan de que los referéndums son, por encima de todo, una maniobra propagandística al servicio de la Liga Norte.

Los colegios electorales se abrirán a las 7 de la mañana y se cerrarán a las 11 de la noche. En Véneto se votará con papeletas y haciendo una cruz sobre la opción preferida. En Lombardía ha causado cierta polémica la compra de 24.000 tabletas de ordenador, con un costo de 21 millones de euros. Se usarán estas tabletas para votar, por primera vez, por vía electrónica. Luego se quedarán en las escuelas como material para los alumnos. En total, el referéndum lombardo ha requerido una inversión de unos 50 millones de euros. En el Véneto el costo ha sido mucho menor.

Conscientes de que la participación puede ser baja, debido al mal tiempo que se anuncia y al efecto Catalunya, tanto Maroni como Zaia han rebajado las expectativas. El presidente lombardo ya se daría por satisfecho si votara el 34%, la misma cifra del referéndum sobre la reforma constitucional del 2001. Zaia negó que vaya a dimitir si no se supera el umbral mínimo del 50% fijado en su región. En el Véneto, en teoría, hay un sentimiento autonomista más enraizado en la historia, no en vano la República de Venecia, la Serenissima, sobrevivió durante más de un milenio y fue una potencia mediterránea. Hace 20 años, unos independentistas vénetos llegaron a entrar en la plaza San Marcos con un tanque de fabricación artesanal para proclamar una simbólica independencia. Hoy renuncian a esa teatralidad grandilocuente y carnavalesca y prefieren resultados tangibles tras un voto legal y una dura negociación.

MIÉRCOLES 24 DE OCTUBRE DE 2017 – COMCOSUR
_______

4) ¿Se está desintegrando Etiopía?
Yohannes Woldemariam (Pambazuka News)
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Etiopía sería un lugar difícil de gobernar incluso para los más talentosos y mejor intencionados hijas e hijos de la tierra. Es un país complejo con más de ochenta grupos étnicos y cien millones de personas. Tras años de agitación interna bajo una dictadura despiadada y corrupta, Etiopía parece dirigirse a un punto de inflexión. Solo un cambio estructural interno salvará al país.

Se ha informado acerca de la gran cantidad de deserciones de Etiopía. También han llegado noticias de la dimisión de Abadula Gemeda, en una época prisionero de guerra en Eritrea que fue ascendiendo hasta convertirse en presidente de la Cámara Baja del parlamento etíope. Abadula Gemeda pertenece a la etnia oromo (el mayor grupo étnico de Etiopía) y, al parecer, está en desacuerdo con la forma en que el régimen maneja el conflicto étnico entre las regiones Somali y Oromo. También se ha informado de que durante un periodo más largo de tiempo puede haber estado alimentando quejas más profundas. La falta de libertad de prensa en Etiopía dificulta entender qué le llevó a tomar la decisión de dimitir. Está por ver qué repercusiones tendrá tanto para su futuro político como para el país.

Etiopía es un Estado con más de ochenta grupos étnicos reorganizados por el TPLF (siglas en inglés de Frente Popular de Liberación de Tigray) en nueve kilils (regiones) con una base étnica. El Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF, por sus siglas en inglés) es un paraguas de cuatro antiguos ejércitos revolucionarios, pero el centro militar y político del EPRDF está dominado por el TPLF. Con el paso del tiempo otros grupos de la coalición son menos dóciles y muestran menos confianza, lo que preocupa al TPLF.

El actual conflicto entre las regiones Somali y Oromo se ha convertido en una prueba para el experimento del EPRDF de federalismo étnico. En los medios de comunicación existe una fuerte sospecha de que el TPLF favorece a los somalis en detrimento de los oromo en el conflicto actual. La reticencia del ejército federal controlado por el TPLF a intervenir y pacificar la situación alimenta estas sospechas. El país también ha padecido otras protestas e insurrecciones étnicas que hacen temer que se llegue a una anarquía total.

Abadula Gemeda era incondicionalmente leal al difunto primer ministro etíope Meles Zenawi, fallecido en 2012. Su apoyo fue fundamental para Meles Zenawi durante la decisiva lucha de poder con el TPLF. Gemeda también sirvió al régimen del TPLF neutralizando a los militantes nacionalistas oromo supuestos y reales, por lo que se le recompensó con un meteórico ascenso al poder dentro de la jerarquía del EPRDF. El puesto actual de Gemeda como presidente del parlamento, un puesto en gran parte ceremonial, ha puesto al descubierto su parálisis política ante el conflicto regional en las regiones Somali y Oromo. Existe la fuerte sospecha de que esta postura insostenible puede haberle llevado a dimitir de su puesto. También es posible que haya tenido la sensación de que se hunde el barco en el TPLF liderado por el EPRDF y que no quiera ser identificado con él. Antes de desempeñar el cargo de presidente del parlamento desempeñó el de ministro de Defensa y después presidente de la región Oromo. Su posible distanciamiento y descontento con los acosados y supuestamente divididos hombres fuertes del TPLF indica una posible amenaza sin precedentes que planea sobre la estabilidad del país.

Significativas deserciones recientes

Baye Tadesse Teferi, un desconocido, era jefe de protocolo del primer ministro Hailemariam Desalegn hasta que dimitió el mes pasado después de viajar con el primer ministro a Nueva York, como parte de la delegación en la septuagésima segunda reunión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En una entrevista del Servicio Amárico de la Voz de América Baye afirmó que debido a su etnia amara algunos altos cargos de seguridad habían tratado de vincularlo con protestas en la intranquila región de Amara. También afirmó que estaba siendo presionado por altos cargos del régimen que querían entrar a la oficina del primer ministro sin su conocimiento. Si es cierto, esto indica una división y desconfianza profundas en las más altas esferas de poder.

Y antes de que se secara la tinta acerca del relato de Baye Tadesse Teferi, el diario etíope Ethsat informó de que también había desertado el general de brigada Melaku Shiferaw, que había servido en la inteligencia militar de las fuerzas de defensa del régimen y como agregado militar en varios países africanos

Este general de brigada había acudido a Estados Unidos el mes pasado con una delegación encabezada por el ministro de Exteriores Wokineh Gebeyehu para asistir a [una reunión de ] la Coalición Global para Derrotar al ISIS, una coalición de 72 países para crear una asociación de seguridad encabezada por Estados Unidos.

Implicaciones de las deserciones y rebeliones

Sin lugar a dudas, las deserciones no son nuevas para Etiopía, pero en el frágil contexto actual del país, se podría tener la tentación de afirmar que está sucediendo algo inusual. Los observadores se preguntan si estos son signos de fisuras en los cimientos del régimen. ¿Realmente está cerca el final? De ser así, ¿qué significa para Etiopía como país? Los motivos de las deserciones pueden variar. No siempre está claro si el motivo que hay detrás de estas deserciones es el patriotismo o el oportunismo. Todos los desertores condenan al régimen en sus declaraciones y dan la impresión de que sus deserciones estuvieron motivadas por elevadas razones de preocupación por el país.

La menguante lealtad de estos antiguos partidarios del TPLF puede no significar una muerte inmediata para el régimen, pero está claro que la lealtad hacia el centro está disminuyendo y el cinismo está aumentando. En realidad, ni siquiera se tiene la seguridad de que siga habiendo un centro unido y nadie sabe cuándo habrá un cambio repentino o si podemos verlo.

Hay indicios de que los etnonacionalistas más duros y virulentos dentro del TPLF, como el actual ministro de defensa Samora Younis y el presidente de TPLF Abay Woldu, pueden estar ganando ascendente en el barco de la coalición EPRDF que al parecer se está hundiendo. Debido a su estructura fanática, es más probable que el régimen recurra a la fuerza incluso mientras aguanta continuas deserciones y protestas. El TPLF no pertenece a los órganos estatales como el parlamento, la coalición EPRDF o la llamada estructura federal. Estas instituciones fueron atrofiadas deliberadamente y se crearon para servir de fachada de un poder real que se basa en el parentesco, el clientelismo, el ejército dominado por el TPLF y la seguridad.

La combativa manera que tiene el régimen de hacer frente a los disidentes y a quienes protestan, y sin respetar los menores criterios de derechos humanos está haciendo empeorar una situación que ya era mala. Supone, por lo tanto, perpetuar el sistema de guerra étnica que ha existido en Etiopía desde que existe el país. El filósofo político alemán Max Weber es autor de la famosa definición de Estado como "una comunidad humana que reclama el monopolio del uso legítimo de la fuerza en un territorio dado*". Etiopía y muchos Estados de África en los que se emprendieron guerras intraestatales para legitimar reivindicaciones sectarias de etnias enfrentadas no se podrían calificar de Estados según la definición de Weber.

A medida que aumenta el desafío existe la posibilidad de que el TPLF se cierre sobre sí mismo y se endurezca aún más ya que recae en su núcleo político y de seguridad. Es posible que el régimen del TPLF descarte el centro y recurra al plan B de establecer una República de Tigray separada. Como movimiento de liberación, es bien sabido que el TPLF había contemplado esta idea.

¿Qué hacer?

Etiopía sería un lugar difícil de gobernar incluso para los más talentosos y mejor intencionados hijas e hijos de la tierra. Realmente no existe una panacea que pueda prescribir cualquiera. Es un país complejo con más de ochenta grupos étnicos y cien millones de personas. Pero lo que se necesita es un cambio estructural interno para salvar al país de sí mismo. Ningún grupo étnico puede o debería ser capaz de imponer su voluntad a los demás en un país de grupos tan diversos de personas con identidades étnicas, comunales y religiosas diferentes.

Etiopía necesita trazar su propio futuro según diferentes modelos de resolución de conflictos y restaurar la importancia del respeto a la diferencia, la tradición y la sabiduría de los ancianos. El país necesita respetar y aprovechar a los ancianos cuyas voces han sido ahogadas por otros patrones culturales impuestos y por empresarios étnicos. Podría ser un Consejo de Ancianos según el modelo del Consejo de los Pueblos Indígenas y compuesto por representantes de diferentes etnias, que represente a todos aquellos que consideran que debe haber paz para dirigir el diálogo. La ONU ha cultivado noblemente tales modelos de soberanía y autonomía y ha empoderado a las comunidades indígenas.

Salvar Etiopía es esencial para la paz en el Cuerno de África en general. Para evitar un escenario sangriento en Etiopía al estilo del de Sudán del Sur las grandes potencias como Estados Unidos y China tienen que dejar de entrometerse y de permitir un régimen criminal. Para empezar, las tropas etíopes debe retirarse de Somalia y de Sudán del Sur. Un pueblo que no tiene paz dentro de sí mismo no se la puede dar a otros. Una Etiopía fallida no servirá de nada a China, Estados Unidos o cualquier país. No se deberían perder las lecciones aprendidas en los vecinos Sudán del Sur y Somalia. La intervención etíope en Somalia de hecho ha ayudado a prosperar al [grupo islamista] extremista al-Shabab.

Según el académico somalí Abdi Ismail Samatar, "algunos de los rivales más duros de la máquina de guerra etíope eran segmentos de la milicia UIC [Union of Islamic Courts] conocida como al-Shabab. Su valor atrajo a muchos somalíes y esto marcó el nacimiento de al-Shabab tal como lo conocemos hoy. Si la comunidad internacional y particularmente Occidente hubieran involucrado productivamente a la UIC, estoy seguro de que al-Shabab habría seguido siendo un elemento insignificante de un movimiento nacionalista más amplio".

Antes de que Etiopía invadiera Somalia había un trabajo de base liderado por la UIC que parecía prometer crear estabilidad en Somalia. La intervención de la TPLF en Somalia interrumpió este delicado proceso y desplazó a más de un millón de somalíes, al tiempo que sumía a Somalia en un conflicto crónico más profundo. Ahora esta situación está cambiando y se está extendiendo a la región somalí de Etiopía y Oromia. Resulta difícil imaginar que semejante conflicto ocurra sin el apoyo tácito del TPLF como parte de su estrategia de dividir y vencer.

Sin lugar a dudas Etiopía se encuentra en un momento crucial. Para seguir existiendo como país un sistema de gobierno unitario centralizado es inviable para sociedades multiétnicas como Etiopía. En vez de ello el camino podría ser una aplicación creativa de alguna forma de verdadero federalismo mezclado con alguna forma de centralismo. Cuando menos centralismo, mejor.

* La cita completa es: "Estado es aquella comunidad humana que dentro de un determinado territorio (el "territorio" es elemento distintivo) reclama (con éxito) para sí el monopolio de la violencia física legítima. Lo específico de nuestro tiempo es que a todas las demás asociaciones e individuos solo se les concede el derecho a la violencia física en la medida en que el Estado lo permite. El Estado es la única fuente del "derecho" a la violencia", Max Weber, la política como vocación, Alianza Editorial, 2009, pp. 83-84, traducción de Francisco Rubio Llorente. (N. de la t.)

MIÉRCOLES 24 DE OCTUBRE DE 2017 – COMCOSUR
_______

5) La antigua colonia francesa de Nueva Caledonia cerca de la independencia
Mikel Zubimendi Berastegi (Gaur8)
Traducido para Rebelión por Beatriz Morales Bastos*

Cuando todas las miradas se dirigen a Cataluña, también hay que mirar a otros pueblos que caminan hacia su emancipación. Y es que Nueva Caledonia** se está acerando a la hora de la independencia. A más tardar dentro de dieciséis meses hará su referéndum de independencia. Aunque estaá acordado con París el camino no será fácil. Y el tiempo pasa muy deprisa.

Las guías turísticas muestran Nueva Caledonia como un bello archipiélago situado en la Melanesia del océano Pacífico. Aguas de color turquesa, arrecifes coralinos, lugares excelentes para hacer submarinismo, alto nivel de vida e indígenas exóticos…

Con una superficie equivalente a la del País Vasco y una población que apenas supera un cuarto de millón de personas, esta nación es también uno de los “últimos confetis” del viejo imperio francés. Los franceses llegaron allí hace 170 años y según el acuerdo negociado y firmado el 26 de junio de 1988 con París, el referéndum de independencia debe tener lugar en el transcurso de próximos dieciséis meses.

El nerviosismo es palpable, el ambiente político tenso. “Si no es ahora, ¿cuándo?”, es la pregunta que se repite sabiendo que estamos en un momento raro de la historia. Los vascos miramos a Cataluña, pero también deberíamos estar atentos a las maravillosas naciones del Pacífico. Para los kanakos es la hora de la emancipación. En cambio, se ha despertado todos los miedos entre los caldoches [colonos franceses] y otros europeos instalados ahí. ¿Estará preparada Nueva Caledonia para la independencia? Y si hay dudas de que lo esté, ¿lo estará un día?

¿Antigua colonia, nuevo Estado?

No se puede entender la realidad actual sin comprender la historia colonial del archipiélago. Negación de la lengua y las costumbres, confiscación de las tierras de los kanakos, que se entregaron a los colonos franceses (y asiáticos) hasta que una política favorable a una población forzada hace que los kanakos queden en minoría. En 1887 Francia impuso a los kanakos el “Código del indígena”***: trabajos forzados, toque de queda por la noche, expoliaciones, obligación de participar en las dos guerras mundiales … Y quizá lo más humillante de todo fue lo sucedido en 1931 durante la Exposición Colonial de París, cuando se les expuso en jaulas como animales y se les obligó a bailar y a practicar el canibalismo.

Desde el punto de vista geoestratégico Nueva Caledonia es un territorio muy codiciado. Estados Unidos lo conquistó en 1942 con la esperanza de instalar en él una base militar con 100.000 soldados, lo que suponía doblar la cantidad de población. Entre 1969 y 1972 llegó el auge del níquel y acudieron 15.000 franceses a trabajar en esta lucrativa industria. Actualmente se calcula que debido al auge de los coches eléctricos la demanda de níquel podría aumentar un 3.600 %.

No solo se expulsó a los kanakos de sus tierras ni únicamente se les negó su identidad cultural. Los colonos se apropiaron del control geoestratégico de las tierras. Es un lugar fundamental para los franceses: además de encontrarse ahí una cuarta parte de las reservas mundiales de níquel, Nueva Caledonia es un lugar inmejorable para controlar una parte importante del territorio oceánico.

La fuerza del independentismo

El movimiento independentista fue tomando forma a partir de 1970 en torno a los líderes Jean-Marie Tjibaou y Eloi Machoro. Primero fueron independentistas, partidarios de las vías no violentas y de utilizar las instituciones para ir hacia la libertad. Pero en 1984, al constatar que no se podía llevar a cabo la lucha independentista en las instituciones, nació el FLNKS (Frente Socialista de Liberación Nacional Kanak) que reunía diferentes corrientes.

Se abrió una nueva fase cuando tras haber pedido el boicot a las elecciones se publicó una foto que dio la vuelta al mundo y en la que se veía a Tjibaou y Machora destruyendo una urna con un hacha. Era la fase armada, conocida como “Los acontecimientos de Nueva Caledonia”, al igual que “The Troubles” en Irlanda. Se creó un gobierno paralelo, con Tjibaou como presidente, y una nueva bandera. La represión fue terrible: las acciones de los caldoches provocaron muertos, había una tensión extrema, estado de urgencia, arrestos domiciliarios…

Entre las dos vueltas de las elecciones presidenciales en 1988 unos militantes independentistas mataron a unos gendarmes y secuestraron a otros dieciséis en una cueva. Mitterrand no dudó. Se produjo la masacre de Ouvéa: ordenó atacar y tras liberar a los gendarmes, mataron a 19 activistas, algunos de ellos fusilados.

Unas semanas después el primer ministro francés Michel Rocard, el líder unionista Jacques Lafleur y Tjibaou firmaron el Acuerdo de Matignon que preveía un referéndum de independencia en diez años. No faltaron quienes tacharon a Tjibaou de “vendido” y de “Traidor”. Sin embargo, las cosas no quedaron ahí: durante un homenaje a los 19 activistas, un kanak de otra tribu mató al líder histórico en nombre de una escisión.

Más tarde en 1998 se aprobó el Acuerdo de Noumea impulsado por Lionel Jospin y refrendado en un referéndum avalado por el 72 % de los votos. Además de poner en marcha un proceso gradual de descolonización, este Acuerdo planteaba un referéndum de autodeterminación entre 2014 y 2018.

“La Coutume”

La nación kanak está muy vinculada a su tierra, a su lengua y a su tradiciones. Estas comportan un fuerte sentimiento de lo que debería ser el comportamiento de una persona extranjera. Tal como se entiende “la Coutume” [costumbre] no se puede vincular a una tradición del pasado o a una visión folclórica de la sociedad. En Nueva Caledonia la costumbre (la llamada “Coutume”) es de gran actualidad y conserva muchas significaciones. Es compleja y plural, hija de una costumbre que el tiempo ha hecho popular y que es aceptada por la nación kanak.

La Coutume define al geografía y la organización social, además de una cosmogonía precisa y la ubicación en el entorno. Dicta la genealogía y la filiación. Es la palabra, el gesto, el don. Representa las reglas de la vida, la protección, le respeto y la humildad. Establece el ritmo de la existencia de los kanakos en muchos aspectos de su vida. Otorga a la persona kanaka un lugar desde su nacimiento, después la vincula a la sociedad y por último, con la muerte la vincula a la eternidad separando el cuerpo del alma.

El sentimiento antifrancés proviene en gran medida de que los colonos no tuvieron en cuenta las costumbres locales ni el profundo sentimiento respecto a la tierra. En ese sentido la marcha hacia la independencia se alimenta de la Coutume y de la identidad kanak. Los kanakos piensan que los franceses no les respetan pero por el momento la presión por ser respetado no ha sido capaz de ganar al nivel de vida y la seguridad económica provenientes del hecho de estar subordinados a Francia.

La pregunta y el censo

El líder antiindependentista y senador en Francia Pierre Frogier se opone a la fórmula “sí o no a la independencia” en la pregunta del referéndum, como se ha hecho en Cataluña, con la argumentación habitual de que puede dividir a la sociedad y abrir las puertas a la violencia. Los unionistas han movilizado a miles de personas y cuentan con 29 de los 54 escaños de la Asamblea de Nueva Caledonia. Pero los independentistas gestionan dos de las tres provincias (Provincia del Norte e Islas de la Lealtad) y los unionistas una sola, la Provincia del Sur, que comprende la capital y es la más poblada.

De los 260.000 habitantes del archipiélago un 40 % son kanakos y un 30 % caldoches de origen europeo. El reto del FLNKS es no asustar al 30 % restante (de origen asiático, africano y polinesio), es decir, que no abracen “la nueva nación con un destino común” propuesta por los otros ya que el FLNKS aceptó hace tiempo que los colonizados con origen kanak no serían los únicos en votar en el referéndum. En 1983 aceptó que también tenían que participar en él para decidir el estatus político las “víctimas de la historia” (los descendientes de los presos y deportados llevados a Nueva Caledonia, la mano de obra semiesclava llevada durante la época de la colonización, etc).

El Acuerdo de Noumea es un papel, pero no es una broma. Está incorporado en la Constitución francesa y en la legislación de Nueva Caledonia. Diferencia entre ciudadanos kanakos y ciudadanos franceses en función del lugar de residencia obligatorio. El censo para el Senado y el Parlamento francés no es el mismo que el censo para la Asamblea de Nueva Caledonia y las Asambleas provinciales (en las últimas elecciones 23.000 franceses no tuvieron derecho a voto) y para el referéndum de independencia se elaborará otro censo. Es evidente a qué temen los kanakos: a “la solución de los aborígenes” de Australia, es decir, ser una comunidad en minoría y marginada en su propio territorio en vez de ser una nación.

El FLNKS publicó recientemente su hoja de ruta. Si ganaba el sí prometió crear la nación llamada Kanaky-Nueva Caledonia (en ambos idiomas), una nación “democrática y multicutltural”. También prometió que todos los ciudadanos tendrían derecho a votar.

La opción de un Estado asociado

Los antiindependentistas argumentan que el abandono del Estado colonial conllevaría una pérdida del nivel de vida ya que en el archipiélago hay un nivel de vida superior al de Nueva Zelanda. También hay quienes frente al independentismo proponen la opción de un Estado asociado de modo que los independentistas tendrían su Estado y los unionistas garantizarían su vinculación con Francia.

Mientras tanto, en el océano Pacífico anglosajón bullen las reivindicaciones de independencia y los procesos de cambio del estatuto político. Las Islas Cook debaten su vinculación a Nueva Zelanda (como los caldoches, quieren mantener el pasaporte). También Micronesia quiere cambiar su relación con Estados Unidos. Papúa Nueva Guinea ha aceptado hacer en 2019 un referéndum de independencia en Bougainville. Guam también va a hacer un referéndum no vinculante solo con las personas indígenas, aunque los que voten sean solo el 37 %.

Para llegar a una solución definitiva habrá que llevar hasta el final el proceso de descolonización. La independencia es su acicate. La nación kanaka tiene la última palabra.

Notas de la t.:
* Para la traducción del euskera nos hemos servido también de la traducción al francés de Xarlo Etchezaharreta,
** El descubridor de estas tierras, el navegante británico James Cook, las denominó “Nueva Caledonia” en honor a las Tierras Altas de Escocia, a las que los romanos habían llamado “Caledonia”. Fue colonizada por Francia durante la primera mitad del siglo XIX y utilizada como colonia penitenciaria. En 1853 se convirtió en posesión francesa. Los franceses utilizaron el término “kanaka”, derivado del hawaiano y que significa “hombre”, para denominar a todos los nativos de las islas del sur del océano Pacífico, incluyendo a los de Nueva Caledonia. La palabra pasó al francés como “canaque”, con una connotación peyorativa hasta la década de 1970 en que empezaron a cobrar fuerza los movimientos independentistas. Estos retomaron la grafía original “kanak” para designar a los pueblos melanesios de Nueva Caledonia y Kanaky para designar a su tierra con un sentido positivo unificador culturalmente y de reinvidicación política. Actualmente el término “kanak” es el más empleado por la población autóctona.
*** El Código del indígena se promulgó en Francia en 1881, con lo que Francia instituía oficialmente el racismo de Estado ya que distinguía entre “ciudadanos” franceses (con orígenes europeos) y “sujetos” franceses (los indígenas). Estos últimos estaban privados de la mayoría de sus derechos políticos.

MIÉRCOLES 24 DE OCTUBRE DE 2017 – COMCOSUR
_______

“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
_______

POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Desde el 19 de Junio de 1994 / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) / blog: nuevo.comcosur.org / contacto: comcosur@comcosur.com.uy / Y ahora puedes seguir a Comcosur también en Facebook
_______

powered by phpList