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EL ERROR DE TSIPRAS

1) La lucha extradeportiva del Barça –
2) El error de Tsipras –
3) La guerra sucia del presidente turco Erdogan –
4) El cambio climático y el surgimiento del Estado Islámico –
5) Los recientes acuerdos Brasil-Estados Unidos ¿El retorno del patio trasero? –
COMCOSUR — POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 15 / Nº 730 / Lunes 3 de Agosto de 2015 / REVISTA SEMANAL DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.” — Emir Sader
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1) La lucha extradeportiva del Barça
Joaquín Roy (IPS)

A los obstáculos deportivos a los que se va a enfrentar el Barça se añaden las luchas fuera de los lances futbolísticos.En esta nueva temporada, el club todavía estará castigado con una moratoria para poder contratar nuevos jugadores, impuesta hace un año por la UEFA, por haber violado reglas en la incorporación de adolescentes en sus equipos.

Todavía están pendientes los procesos judiciales por la contratación de sus estrellas Neymar da Silva Santos y Leonel Messi. En un contexto dominado por escándalos de corrupción y compra de votos en la concesión de las Copas del Mundo a celebrarse en Rusia y Qatar, nada beneficia al Barça, internamente cuestionado, precisamente, por estar patrocinado por el reino catarí. No va a ser fácil lograr un patrocinador que subvencione la remodelación del estadio y cuyo nombre sea aceptable. El último polémico incidente extradeportivo ha sido la doble penalización por hechos relacionados con las finales de la Champions en Berlín ante la Juventus de Turín y a la de la Copa del Rey en la propia Barcelona (elegida como terreno “neutral”) contra el Athletic de Bilbao.

En la capital alemana, muchos fanáticos barcelonistas presenciaron el partido, con un comportamiento ejemplar, arropados por banderas catalanas, de la variedad llamada “estrellada”. A las cuatro barras rojas con fondo dorado tradicional añade un triángulo azul con una estrella blanca, un emblema independentista, inspirada en las de Cuba y Puerto Rico. Es el símbolo de la demanda de “soberanismo” que domina a la mitad del electorado catalán, que anhela vencer en las elecciones autonómicas (“plebiscitarias”) del 27 de septiembre.

Este “gesto” no ha sido bien recibido por las autoridades de la UEFA (Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol, en inglés), que han considerado una violación de las oscuras reglas de aderezos permitidos a los espectadores que puedan tener un mensaje “político”, como cruces gamadas. El resultado: una multa de 30.000 euros (33.000 dólares) al Barça, como se conoce el Fútbol Club Barcelona, y la amenaza de clausurar una parte de las gradas en su estadio, el Camp Nou, en la siguiente competición.

Las autoridades europeas parecen responder a la incomodidad de las españolas por el insólito espectáculo antes de la celebración de la final del partido de la Copa del Rey entre el Barça y el Athletic vasco. Sus respectivas hinchadas parecen obviamente compartir su rechazo a los signos españoles oficiales y decidieron efectuar una unánime silbatina a la ejecución del himno español. Fue la primera presencia como monarca español de Felipe VI.

El resultado de ese incidente fue la decisión de imponer multas superiores a un millón de euros (1,1 millones de dólares)al Barça, al Athletic, a la misma Real Federación Española de Fútbol, y a las asociaciones cívicas que coordinaron la protesta.La lógica de las autoridades españolas es que se atenta contra los sentimientos de los ciudadanos, se ataca a los símbolos de la soberanía nacional, y que se puede incitar a la violencia entre los participantes.

La “pitada” al himno nacional tuvo ya dos precedentes notables. Uno sucedió precisamente en otra final de la Copa del Rey celebrada en Valencia en el 2009 con los mismos contendientes. Ante la demanda interpuesta, el Ministerio Fiscal opinó entonces que la acción de protesta estaba amparada por la libertad de expresión. Las autoridades estatales, ya escarmentadas, habían amenazado con la clausura del estadio si el incidente se repetía.

El Barça recoge en su historial semejante resolución cuando el 15 de junio de 1925 celebró un encuentro amistoso. Se invitó a la orquesta de un buque británico fondeado en el puerto, el cual interpretó la marcha real, que fue sonoramente silbada por los espectadores, quienes en contraste permanecieron en silencio respetuoso ante la ejecución del himno británico (“God Save the King”, Dios salve al rey).

Al día siguiente, la dictadura de Primo de Rivera, representada por el capitán general de Cataluña, Joaquín Milans del Bosch clausuró el estadio de Les Corts por seis meses y obligó al fundador y presidente del Barça, Joan Gamper, a exiliarse. El castigo dañó la economía del Barcelona. Gamper a su regreso tuvo problemas financieros y acabó suicidándose. Este doble incidente de imposición de multas se va a mezclar con el proceso de las elecciones políticas y contribuirá a enrarecer todavía más el ambiente.

Los partidos que respaldan el proceso independentista y numerosos medios de comunicación consideran que es un castigo de dudosa aplicación, sujeto a procesos de apelación que se sostendrán en la libertad de expresión y el hecho de que ambos encuentros se celebraron fuera de la disciplina del club. Pocos de los espectadores italianos tenían conciencia dela simbología de la bandera independentista, que en ningún momento provocó incidentes, tal como se expresaba en el informe de la propia UEFA acerca del encuentro.

Con respecto al contexto puramente español, catalán y vasco, se puede aducir una evidente muestra de mal gusto y falta de modales. Pero la culpabilidad debe recaer en la evidencia de un fracaso de la construcción de una identidad nacional elusiva, basada en símbolos con una larga historia de origen y manipulación por diversas fuerzas detentoras del poder.

Editado por Pablo Piacentini

LUNES 3 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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2) El error de Tsipras
Perry Anderson (Viento Sur)

La crisis griega ha provocado una mezcla previsible de indignación y autosatisfacción en Europa, donde los ánimos oscilan entre el lamento por la dureza del acuerdo impuesto a Atenas y el aplauso por la permanencia in extremis de Grecia en el seno de la familia europea, o bien ambas cosas a la vez. La primera reacción es tan fútil como la segunda. Un análisis realista no deja espacio para ninguna de las dos. Que Alemania sea una vez más la potencia hegemónica del continente ya no es noticia en 2015: es un hecho evidente desde hace por lo menos veinte años. Que Francia se comporte como su sirviente, en una relación bastante parecida a la del Reino Unido con respecto a EE UU, tampoco constituye una novedad política: después de De Gaulle, la clase política francesa recuperó sus reflejos de la década de 1940. Se adapta a la potencia dominante de la época, a la que incluso admira: ayer Washington, hoy Berlín.

Menos sorprendente aún es la cuestión actual de la unión monetaria. Las ventajas económicas de la integración europea, que se dan por supuestas entre los biempensantes de todo pelaje, han sido en realidad, desde el principio, muy modestas. En 2008, los cálculos de Barry Eichengreen y Andrea Boltho, dos economistas favorables a la integración, concluían que la misma había incrementado el PIB del mercado común un 3 o 4 % entre finales de la década de 1950 y mediados de los años setenta, que el impacto del Sistema Monetario Europeo era insignificante, que el Acta Única Europea pudo añadir un 1 % y que la Unión Monetaria no había repercutido prácticamente en el crecimiento o la producción.

Esto era antes de que la crisis financiera mundial golpeara a Europa. Desde entonces, el yugo de la moneda única ha sido tan desastroso para los Estados del sur de Europa como ventajoso para Alemania, donde la represión salarial –que oculta un crecimiento muy endeble de la productividad– ha asegurado la ventaja competitiva de la industria alemana frente al resto de Europa. En cuanto a la tasa de crecimiento, la comparación con las cifras del Reino Unido o de Suecia, desde Maastricht, basta para desmontar la afirmación de que el euro ha beneficiado a algún país distinto de su principal arquitecto.

Esta es la realidad der la “familia europea”, tal como ha sido construida por la unión monetaria y el pacto de estabilidad. Sin embargo, su ideología se muestra impertérrita: en el discurso oficial e intelectual, la UE sigue garantizando la paz y la prosperidad del continente, ahuyenta el fantasma de la guerra entre las naciones, defiende los valores de la democracia y de los derechos humanos y hace respetar los principios de un libre mercado moderado, fundamento de todas las libertades. Sus reglas son sólidas, pero flexibles, y responden al doble imperativo de solidaridad y eficacia. Para las sensibilidades que se regodean en esta ideología común al conjunto del personal político europeo y a la gran mayoría de la opinión mediática, el sufrimiento de los griegos ha sido un espectáculo doloroso, pero por fortuna ha acabado imponiéndose el buen sentido, se ha encontrado un buen compromiso y ya solo queda esperar todos juntos que la Unión no haya sufrido un daño irreparable.

Desde la victoria electoral de Syriza en enero, la evolución de la crisis en Grecia era previsible, salvo el esperpento final. La crisis tiene un doble origen: la cualificación fraudulenta para el acceso a la zona del euro por parte del PASOK de Simitis y el efecto de la crisis global de 2008 en la frágil economía de una Grecia endeudada y no competitiva. Desde 2010, la troika –formada por la Comisión Europea, el BCE y el FMI– han venido aplicando sucesivos programas de austeridad, antes llamados “planes de estabilización”, dictados por Alemania y Francia, cuyos bancos eran los más expuestos al riesgo de impago por parte de Grecia. Al cabo de cinco años de desempleo masivo y de recortes presupuestarios del gasto social, la deuda batía nuevos récords. En este contexto, Syriza ganó las elecciones porque prometía a bombo y platillo poner fin a la sumisión a la troika. Aseguraba que “renegociaría” las cláusulas de la tutela europea.

¿Cómo pensaba lograrlo? Simplemente implorando un trato más flexible, y protestando cuando este no se producía; imploraciones y protestas dirigidas, por tanto, a los nobles valores de Europa, ante las cuales el Consejo Europeo no podía permanecer indiferente. Estaba muy claro, desde el principio, que este torrente de súplicas e imprecaciones era incompatible con toda idea de abandono del euro, y ello por dos razones. Los dirigentes de Syriza no conseguían distinguir mentalmente entre la pertenencia a la zona del euro y a la UE, considerando que la salida de aquella equivalía a la expulsión de esta: la peor de las pesadillas para los buenos europeos que afirmaban ser.

Además, sabían que gracias a los fondos estructurales y a la convergencia inicial de los tipos de interés europeos, el nivel de vida de los griegos había mejorado efectivamente durante los años potemkin de Simitis. Los griegos guardaban por tanto un buen recuerdo del euro, que no relacionaban con la miseria actual. Más que tratar de explicar esa relación, Tsipras y sus colegas han venido repitiendo a quien quisiera entenderles que ni por asomo pensaban abandonar el euro.

De este modo, han renunciado a todo intento serio de negociar con la Europa real, no la Europa fantasmal que imaginaban. La amenaza económica de un Grexit era sin duda más débil en 2015 que en 2010, no en vano los bancos alemanes y franceses habían tapado mientras tanto sus agujeros gracias a los llamados planes de rescate de Grecia. A pesar de algunas voces alarmistas marginales, el ministerio de Hacienda alemán sabía a ciencia cierta que las consecuencias materiales del impago por parte de Grecia no serían dramáticas, pero desde el punto de vista de la ideología europea, a la que se adhieren todos los gobiernos de la zona del euro, semejante golpe simbólico a la moneda única y al “proyecto europeo”, como gustan de llamarlo estos días, habría supuesto una regresión terrible que había que evitar a toda costa.

Si Syriza hubiera elaborado desde su acceso al poder un plan B de impago organizado –preparando el control de capitales, la impresión de una moneda paralela y otras medidas transitorias aplicables en 24 horas para evitar el desorden– y amenazado a la UE con aplicarlo, habría dispuesto de una baza de negociación. Si hubiera declarado que en caso de una prueba de fuerza retiraría a Grecia de la OTAN, hasta Berlín se lo habría pensado dos veces antes de imponer un tercer programa de austeridad, debido al temor que suscita en EE UU semejante perspectiva. Sin embargo, para los cándidos de Syriza, esto era todavía más un tabú que la idea de un Grexit.

Ante un interlocutor carente de bazas y que alterna los ruegos con los insultos, ¿por qué iban a hacer las potencias europeas la menor concesión, sabiendo desde el principio que todo lo que decidieran sería finalmente aceptado? Visto así, su conducta ha sido absolutamente racional. La única sorpresa notable en esta crónica escrita de antemano fue el anuncio a la desesperada, por parte de Tsipras, de un referendo sobre el tercer memorando y el rechazo masivo por parte del electorado. Armado con este “no” rotundo, Tsipras pronunció entonces un Sí avergonzado a un cuarto memorando todavía más duro que el anterior, afirmando a la vuelta de Bruselas que no tenía otra opción a causa de la voluntad de los griegos de permanecer en el euro.

En este caso, ¿por qué no plantear esta cuestión en el referendo: estáis dispuestos a aceptar lo que sea con tal de permanecer en el euro? Al llamar a votar No y exigir un Sí dócil una semana después, Syriza ha cambiado de chaqueta con la misma rapidez con que la socialdemocracia alemana votó los créditos de guerra en 1914, aunque esta vez una minoría del partido ha salvado su honor. A corto plazo, Tsipras prosperará sobre las ruinas de sus promesas, como hizo el primer ministro laborista británico Ramsay MacDonald, cuyo gobierno de unión nacional, compuesto mayoritariamente por conservadores, impuso la austeridad en plena Gran Depresión, antes de morir en el desprecio de sus coetáneos y de la posteridad. Grecia ya cuenta en su haber con dirigentes de esta calaña: pocas son las personas que han olvidado la Apostasía de Stephanopolous en 1965/1. Sin duda, el país tendrá que sufrir a algunos más.

¿Qué hay de la lógica más amplia de la crisis? Los sondeos muestran que en todas partes la adhesión a la Unión Europea ha caído en picado –con razón– en los últimos diez años. Ahora se la ve como lo que es: una estructura oligárquica, gangrenada por la corrupción, construida sobre la negación de la soberanía popular, que impone un régimen económico cruel, basado en los privilegios de unos pocos y en obligaciones para todos los demás. No obstante, esto no significa que esté mortalmente amenazada desde abajo. La rabia aumenta entre la población, pero salvo en caso de catástrofe, la primera reacción instintiva siempre será aferrarse a lo que ya existe, por repugnante que pueda ser, antes que arriesgarse a lo que podría ser radicalmente diferente. Esto solo cambiará cuando la rabia sea más fuerte que el miedo. De momento, quienes viven del miedo –la clase política a la que ahora también pertenecen Tsipras y sus colegas–pueden estar tranquilos.

1/ La Apostasía designa al grupo de tránsfugas encabezados por Stephanos Stephanopoulos que pasaron de un gobierno de Unión de Centros a otro nombrado por el rey, dos años antes del golpe de Estado militar de 1967.

Traducción: VIENTO SUR

LUNES 3 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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3) La guerra sucia del presidente turco Erdogan
Fabrizio Lorusso (Rebelión)

Desde el 24 de julio Turquía ha estado lanzando ataques aéreos en territorio iraquí, pero el gobierno del presidente Recep Erdogan ya no está combatiendo solamente al llamado “Estado Islámico” (ISIS), sino que, de paso, ordena bombardear los campos de los rebeldes independentistas kurdos en el norte de Irak.
Es la primera vez que eso ocurre en 4 años y desde cuando, hace 2 años, se estableció un cese al fuego entre el Estado turco y el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). La lucha a la “amenaza terrorista” utiliza, entonces, una doble hacha, justificada por la “emergencia” del califato del ISIS y la necesidad de respuestas inmediatas contra el enemigo yidahista islámico radical y, asimismo, contra el antiguo enemigo interno separatista.

Se ha lanzado un plan “anti-terrorismo” sin precedentes que golpea a los dos grupos pero no por igual: el ISIS ha sido atacado solamente en las primeras horas del operativo turco, el 24 y 25 de julio, mientras que las ciudades de Qandil, Avashin y Basya en el norte de Iraq y Sirnak en Turquía siguen siendo objeto de los raides de los F16 contra las estructuras del PKK, cuyo líder, Abdullah Ocalan, se encuentra preso en un cárcel de máxima seguridad.

Por lo tanto, la tregua con el PKK ha sido interrumpida, debilitando un proceso de paz comenzado en 2012, dentro de un conflicto que ha hecho más de 40.000 muertos en más de 30 años. Según refirió el Primer Ministro turco Ahmer Davutoglu, los ataques se dirigieron contra “hangares, escondites y estructuras logísticas llenas de municiones” sobre los montes Qandil, donde está la alta comandancia del PKK que, en seguida, dio por terminada la tregua frente a la agresión y tras “el fin de las condiciones que la mantenían”, según el comunicado del brazo militar del partido.

En una semana de operaciones represivas, se reportan unas 1300 detenciones, en su mayoría de militantes kurdos y de izquierda en Turquía, ya que de todos los arrestados sólo el 10% está bajo sospecha de cercanía con el Estado Islámico. 96 páginas web, en su mayoría de orientación izquierdista, han sido bloqueadas por el gobierno, y se cuentan al menos 190 muertos por los bombardeos turcos en el norte iraquí. Erdogan ha pedido que se quite el fuero a los congresistas del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que comparte raíces ideológicas y bases electorales con el PKK, para que paguen el precio “de sus nexos con grupos terroristas”. Este partido de izquierda y pro-kurdo aumentó su presencia en las elecciones del junio pasado, ya que obtuvo el 13% de los votos, o sea 80 escaños sobre un total de 500 en el congreso, mientras que el AKP de Erdogan perdió la mayoría absoluta después de 13 años de hegemonía parlamentaría.

Pocas horas después de los primeros ataques aéreos, quince empleados de una central eléctrica turca de Sirnak, en el Sureste, fueron secuestrados por militantes del PKK. Como respuesta a los ataques gobernativos, los rebeldes también detuvieron a un policía turco, mataron a un alto oficial, hirieron a dos soldados y realizaron ataques armados contra instalaciones militares y de policía.

Los guerrilleros definieron los bombardeos como el “error militar y político más grave” cometido por el presidente turco y su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). La iniciativa militar fue condenada también por las autoridades del Kurdistán iraquí y el presidente kurdo Massud Barzani expresó su “desaprobación” y denunció el “nivel de peligro de la situación” para que se termine la escalada de violencia. En cambio, Ban Ki-Moon, secretario general de la ONU, ha definido los ataques de Ankara como “legítima defensa”.

Estas incursiones contra el PKK se perpetraron en conjunto con las operaciones contra los yihadistas del ISIS, quienes el 20 de julio consumaron un grave atentado en la ciudad turca de Suruc, cerca de la frontera meridional con Siria, matando a 32 jóvenes activistas socialistas que querían partir para Kobane, centro y símbolo del Kurdistán sirio (Rojava) liberado de la ocupación del califato, como voluntarios para construir una biblioteca y un parque. A matarlos fue una chica como ellos, quien se infiltró cargada de explosivos y se martirizó para desatar la carnicería.

Básicamente Erdogan está utilizando el pretexto del combate al ISIS y el atentado de Suruc para atacar tanto al Estado Islámico, con el beneplácito de Estados Unidos, cuanto a las bases de los militantes kurdos. El gobierno turco concedió que militares estadounidenses y de la coalición internacional utilicen bases militares en el sur del país, en el Kurdistán turco, para las operaciones anti-ISIS.

En Kobane y en la región de Rojava o Kurdistán sirio, los kurdos han constituido una república democrática, una experiencia política novedosa y libertaria que ha sido comparada con el neozapatismo y las experiencias autonomistas. Han avanzado sobre el ISIS de manera eficaz, pese a haber sufrido decenas de atentados suicidas como el de Kobane del 25 de junio, que hizo decenas de víctimas civiles y anticipó un día los ataques simultáneos de los islamistas en Francia, Tunisia, Somalia y Kuwait. Son los solos grupos que han combatido en el campo de batalla liberando ciudades y territorios. Los éxitos de los kurdos YPJ/YPG (Unidades de Defensa del Pueblo/de las Mujeres) contra el califato son evidentes, pero una región autónoma kurda en Siria es una gran preocupación para Erdogan.

Por lo tanto, el gobierno de Turquía, país miembro de la OTAN y aliado de EUA, se presenta como una fuerza anti-ISIS, pero permitió el tránsito de milicianos del califato en su territorio y ataca frontalmente a los que luchan contra los yidahistas. En Turquía las manifestaciones de solidaridad para las víctimas de Suruc, que también se organizaron en otras ciudades europeas, han sido reprimidas por la policía y el ejército.

Por el momento los otros países de la Alianza Atlántica (OTAN) no van a intervenir militarmente en este conflicto a lado de Erdogan, pero, de acuerdo con Estados Unidos y Turquía, avalaron la creación de una zona de seguridad (safe-zone) en el norte de Siria. Se trata de una franja de 90 km, que incluye la región de Rojava, bajo control turco-estadounidense: oficialmente apunta a proteger la frontera con Turquía y a recibir a los refugiados de la guerra civil en ese país, pero en realidad puede ser “un intento de Ankara para parar la formación de un estado kurdo en Rojava”, según el líder del HDP Salahettin Demirtas, o bien una estrategia para fragmentar los territorios en manos kurdas. El peligro sería la constitución de un estado kurdo que una al Kurdistán irakí y al sirio, amenazando también de incluir la minoría kurda de Turquía y el sur de ese país en una nueva entidad. Por eso recrudece la hostilidad del ejecutivo de Erdogan contra los partidos y los militantes kurdos en su país, en Siria y en Iraq.

Además, el 30 de julio la procura de Diyarbakir comenzó una investigación sobre los dirigentes del HDP Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdağ acusándolos de “armar y provocar a una parte de la población contra otra”, y Demirtas también es acusado de turbar el orden público e incitar a la violencia por un mitín del 6 de octubre del 2014 en el cual se exhortó a los simpatizantes del partido a salir a las calles para protestar contra las políticas del gobierno en apoyo al estado islámico. La procura de Urfa, además, acusa a Yüksekdağ de “difusión de propaganda de una organización terrorista” porque declaró que “nosotros apoyamos a YPG, YPJ y PYD” (el partido kurdo siriano).

Los kurdos piden a la comunidad internacional una condena de las acciones del gobierno turco, la cual, sin embargo, tarda en llegar. En cambio, Erdogan propone la construcción de un muro en la frontera turco-siriana que aislaría aún más la Rojava, baluarte de resistencia kurda contra el ISIS. La escalada belicista en la región propicia, además, un negocio redundo: China está entre los tres principales socios comerciales de Turquía, junto a Rusia y Alemania, y Erdogan acaba de viajar a Beijín para negociar la adquisición de un nuevo sistema de misiles defensivos de producción china.

LUNES 3 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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4) El cambio climático y el surgimiento del Estado Islámico?
Juan Cole (The Nation)
Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

¿Tiene algo que ver el cambio climático con el surgimiento del Estado Islámico?

El aspirante presidencial demócrata Martin O’Malley desató la polémica esta semana al decir que fue el impacto del cambio climático en Siria el que facilitó las condiciones para la aparición del Estado Islámico para Iraq y el Levante –EIIL- (Estado Islámico para Iraq y Siria –EIIS-, Daesh o Estado Islámico –EI-), provocando que los agricultores abandonaran sus tierras y se trasladaran a los barrios marginales de alrededor de las ciudades, teniendo que soportar situaciones de extrema pobreza. La afirmación de O’Malley fue ridiculizada de inmediato por el canal Fox News y por el candidato presidencial republicano Rick Santorum, quien aseguró que tal afirmación estaba “desconectada de la realidad”. ¿Quién tiene razón en este debate?

No debería sorprendernos que la afirmación de O’Malley sea en efecto correcta, sobre todo porque fue muy cuidadoso al elegir sus palabras. Dijo: “Una de las cosas que precedieron al fracaso del Estado-nación de Siria y a la aparición del EIIL fueron los efectos del cambio climático y la inmensa sequía que afectó a esa región”, que “devastó la vida de los campesinos, expulsándolos hacia las ciudades y creando una crisis humanitaria… Engendró los síntomas, es decir, las condiciones de extrema pobreza que llevaron a la aparición del EIIL y a esa excesiva violencia”. O’Malley no atribuyó sólo al cambio climático y a la sequía el extremismo radical que campa por sus fueros en el norte de Siria, subrayando que eran sólo una de las causas del debilitamiento del Estado sirio y del empobrecimiento de la población, que llegó a sentirse tan desesperada que incluso se volvió hacia Abu Bakr al-Baghdadi y sus odiosos decapitadores en búsqueda de salvación.

El profesor Hannu Juusola, de Helsinki, ha mostrado en un artículo muy documentado que en el noroeste del país –la sede del poder del EIIL en Siria-, entre 2006 y 2010, murió el 70% del ganado debido a la gravedad de la sequía. La producción de trigo descendió un 18% en un solo año, y tres millones de personas en esa zona estaban sufriendo ya inseguridad alimentaria hace cinco años. Siria cuenta con pocos acuíferos subterráneos y esos pocos están agotados o contaminados. Siria es parte de una inmensa zona árida del Oriente Medio y, por supuesto, ha estado sometida a sequías cíclicas a lo largo de la historia. Pero la sequía se vio agravada por la subida de las temperaturas; sabemos que el mundo es ahora un grado Farenheit más cálido que en 1850 porque desde entonces hemos estado arrojando cada año a la atmósfera miles de millones de toneladas de potentes gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono y el metano. De ahí que esta sequía sea peor que las anteriores. (Otros científicos han confirmado los hallazgos del profesor Juusola.)

Todo esto no sería tan importante si Siria fuera una sociedad mayoritariamente urbana, pero el 45% de sus habitantes –unos 9 millones de personas- pertenecían al mundo rural antes de que se desatara la tormenta en 2011. Sociedades en gran parte urbanas, como los Emiratos Árabes Unidos (un rico Estado petrolífero que tiene plantas de desalinización para potabilizar el agua del mar), no se han visto tan terriblemente afectadas por la grave sequía, ya que la mayoría de sus habitantes sólo necesitan agua potable para beber. Pero el 90% del agua siria se utiliza para regadío y un déficit de lluvia es un desastre social. Es posible que también hayan tenido mucho que ver las presiones ejercidas en la década de 1990 y años posteriores, para que Siria se uniera a la marcha por el neoliberalismo, cuando el régimen sirio privatizó muchas actividades económicas y sus funcionarios demostraron estar más interesados en llenarse los bolsillos que en utilizar los recursos estatales para atajar la crisis de recursos hídricos.

Como O’Malley observó correctamente, los agricultores que carecen de agua abandonan sus granjas y se van a la ciudad en búsqueda de trabajo como obreros de la construcción. Ciudades sunníes del centro de Siria, como Hama y Homs, se vieron rodeadas de barrios de chabolas levantadas por esos refugiados económicos de las zonas rurales, y fue en esas zonas donde principalmente tuvieron lugar las protestas sociales en 2011. Del mismo modo, algunas protestas iniciales en la ciudad sureña de Daraa en 2011 fueron manifestaciones de campesinos y distribuidores de alimentos por la escasez de agua en el campo. Cuando el ejército sirio disparó contra los manifestantes, cogieron las armas y fueron gradualmente radicalizando su lucha contra un Estado sirio laico, socialista y de dominio chií.

Por claridad ideológica, resultaba ventajoso para los nuevos rebeldes ser todo lo que el Estado no era, i.e. fundamentalistas, sunníes, salafíes de línea dura. De ahí el atractivo del EIIL y de Yabhat al-Nusra, vinculado con al-Qaida. Recurrir al EIIL no era algo inevitable y había otras posibles respuestas a la sequía (los kurdos del norte, que también padecieron escasez de agua, han roto con el régimen pero en cambio se han sentido atraídos hacia una especie de socialismo anárquico, posmarxista y feminista). No obstante, parece indiscutible que eso exacerbó las tensiones sociales entre el régimen y las poblaciones árabes sunníes rurales del centro y del este áridos del país.

La afirmación de O’Malley provocó alaridos de indignación en la derecha estadounidense porque desafiaba dos fantasías profundamente arraigadas. La primera es que la tierra no está calentándose rápidamente como consecuencia del consumo humano de carbón, gas y petróleo. La segunda es que los musulmanes son intrínsecamente dados al fundamentalismo violento. Las pruebas científicas del calentamiento global son incontrovertibles. En cuanto a los musulmanes, han adoptado todo tipo de políticas en la era moderna. Los uzbecos fueron comunistas durante mucho tiempo, la inmensa mayoría de los tunecinos prefiere la democracia y la mayoría de los egipcios han sido alérgicos al fundamentalismo religioso, incluso los religiosos más conservadores en Egipto han rechazado la violencia. Además, la idea de que grupos heterodoxos como los libaneses y los drusos israelíes, los alevíes turcos o los alauíes sirios tienen algo que ver con el sunnismo radical resulta risible. Es innegable que en el mundo musulmán existe una tendencia violenta, pero no es algo intrínseco de los musulmanes, al igual que el separatismo violento, que produce la mayoría del terrorismo en Europa, no es algo intrínseco de los cristianos.

La mala noticia es que la observación de O’Malley sobre el EIIL y Siria es sólo el principio. El Oriente Medio está en la encrucijada del cambio climático más que cualquier otro lugar del mundo. El aumento del nivel del mar inundará las zonas bajas del Delta egipcio, donde vive la mayoría de la población egipcia y donde se cultiva la mayor parte de los alimentos autóctonos del país. También llevará al Nilo el agua salada del Mediterráneo, desertificando el suelo a su alrededor. En las próximas décadas podrían incluso producirse tormentas devastadoras que afectarían a ciudades como Alejandría y Damietta.

Yemen, como país, tendría sencillamente que mudarse de casa. El acuífero que se halla bajo la capital, Sanaa, se está agotando rápidamente y puede que la ciudad no disponga ya de agua en cinco años. La grave sequía y la escasez de agua en el resto del país han dañado a la agricultura y han contribuido a la mortandad de la ganadería en las afueras de ciudades como Taiz. Parte de la violencia y radicalización vista en Yemen, que ha llevado a la toma parcial del país por los rebeldes huthíes y al intenso bombardeo aéreo saudí de los últimos meses, tiene mucho que ver con las dislocaciones sociales a las que ha contribuido el cambio climático.

Además, una parte importante del conflicto árabe-israelí está impulsado por la lucha por el agua, que se exacerbará cuando el precioso fluido se agote.

El cambio climático en Oriente Medio es un problema de seguridad para los países de esa región y para Estados Unidos. La ceguera del Partido Republicano ante la cuestión y su insistencia en continuar arrojando a la atmósfera 5.000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono están contribuyendo a una serie de desastres tanto para EEUU como para el resto del mundo. Deberíamos alabar a O’Malley por decir esto de forma tan clara, aunque suponga un triste comentario respecto a la política estadounidense que su afirmación de un hecho sea materia de felicitación o de que sea recibida con escarnio por los ignorantes.


Juan Cole es profesor titular de Historia en la cátedra Richard P. Mitchell y director del Centro de Estudios del Sur de Asia en la Universidad de Michigan. Su libro más reciente es “The New Arabs: How the Millennial Generation is Changing the Middle East”.

LUNES 3 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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5) Los recientes acuerdos Brasil-Estados Unidos ¿El retorno del patio trasero?
Raúl Zibechi (Alai)

“Hoy inauguramos una nueva fase en las relaciones bilaterales en el área de defensa. Con los dos acuerdos en vigor trazamos una agenda positiva de avances en la cooperación militar y tecnológica entre los dos países”, afirmó el ministro de Defensa de Brasil, Jaques Wagner, al finalizar la reunión que tuvo en el Pentágono, el 29 de junio, con Ashton Carter, secretario de Defensa de los Estados Unidos[1]. Como veremos, el ministro Wagner no exageraba.

Un día después el presidente Barack Obama no dudó en declarar su “absoluta confianza” en Dilma Rousseff, cuando se concretó la cumbre bilateral en la Casa Blanca. “Ella, que siempre fue muy honesta y franca conmigo, cumplió con lo que había prometido”.

Según la corresponsal del diario Clarín, Eleonora Gosman, Obama “se refería a dos convenios militares que la presidenta logró que le votara el Congreso poco antes de viajar a Washington. Eran acuerdos que había pedido el propio jefe de la Casa Blanca, para quien además eran un tema clave en esta cumbre bilateral”[2]. Pero Obama fue más lejos: “Brasil es un socio absolutamente indispensable en el enfrentamiento de los desafíos mundiales (…) no es apenas un líder regional; es un líder global”[3].

Dilma correspondió a Obama –a quien se refirió como “querido presidente”- al señalar que “garantizó” que no habrá más espionaje. “Yo creo en el presidente”, dijo Dilma, y agregó que la suma de los acuerdos con Brasil y la aproximación a Cuba marcan un cambio en toda la región: “Es un momento decisivo en la relación con América Latina. Cambia el nivel de relación con toda la región”.

Nicholas Lemann, en un artículo en The New Yorker, destaca que “no es probable que Dilma haya perdonado a los Estados Unidos, pero ella necesita una tabla de salvación y no tiene muchas opciones”[4]. Según el periodista, en medio de los graves problemas que enfrenta el gobierno de Brasil, “esta semana por fin encontró a un amigo: Joe Biden. El vice-presidente la llamó para sugerir que visite Washington, y ella aceptó con entusiasmo, con las fechas y los detalles exactos que se determinen”.

De ese modo, Brasil y Estados Unidos recompusieron sus relaciones que estaban dañadas desde octubre de 2013 cuando Dilma suspendió su viaje a Washington ante las revelaciones de que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA por sus siglas en inglés) espiaba a la presidenta. Aunque es evidente que el viaje de Dilma estuvo motivado por la crisis que atraviesa su gobierno, con menos del 10% de apoyo en la sociedad, las consecuencias se resumen en un completo viraje de su política exterior.

La mayoría de los analistas coincide con la corresponsal de Clarín en el sentido de que estamos ante “un rediseño en las relaciones continentales (entre América del Norte, del Sur y Central), como se vio en la Cumbre de las Américas en Panamá y, especialmente, en la reanudación de los vínculos diplomáticos, comerciales y políticos, entre Washington y La Habana”[5].

Los acuerdos de Washington

La página oficial del Palacio de Planalto divulgó la lista de acuerdos firmados el 30 de junio entre Obama y Rousseff, que incluyen siete áreas: comercio exterior, medio ambiente y energía, previsión social, defensa, agricultura, educación y ciencia, y tecnología. Destaca que Estados Unidos es el segundo socio comercial de Brasil detrás de China y “el mayor inversor extranjero en Brasil” con un stock de 116.000 millones de dólares[6].

En cuanto al comercio exterior Dilma propuso doblarlo en la próxima década. La Declaración Conjunta sobre Cambio Climático establece el compromiso de ambas naciones de llevar al 20% la participación de fuentes renovables en la matriz energética para 2030. Brasil se compromete a reforestar 12 millones de hectáreas de selvas y alcanza en 2030 el “deforestación ilegal cero”, en tanto los Estados Unidos se comprometen a reducir del 26 al 28% la emisión de gases de efecto invernadero para 2025.

El acuerdo sobre medio ambiente fue el más difundido por los gobiernos. Acordaron también la libre importación de carne vacuna brasileña, después de 15 años de negociaciones, ya que hasta ahora sólo podía ingresar carne procesada. La medida favorece, según Planalto, al 95% de la agroindustria de exportación de Brasil. En el área de la cooperación científica y tecnológica se firmaron siete acuerdos, que van desde los desastres naturales hasta las energías limpias.

En el área espacial se acordó la participación de investigadores brasileños en centros de la NASA y la participación de científicos en los estudios estadounidenses sobre el sol (heliotermia) y el clima espacial.

En cuanto a la defensa, los dos países “van a desarrollar un proyecto de defensa conjunto, que debe incluir acuerdos tecnológicos y asociación entre empresas brasileñas y estadounidenses en el área de la defensa para, por ejemplo, la compra y venta de equipamientos y armamentos”[7].

El Comunicado Conjunto emitido el mismo día 30, menciona los diversos foros bilaterales existentes entre ambos países, destacando el Diálogo de Asociación Global, el Diálogo Económico y Financiero, el Diálogo Estratégico de Energía y el Diálogo de Cooperación en Defensa, así como foros sectoriales como el de Altos Ejecutivos Brasil-Estados Unidos que se reunió en Brasilia el 18 y 19 de junio, y varias comisiones comerciales.

El comunicado destaca que Dilma mencionó el “lanzamiento de un nuevo ciclo de concesiones para inversiones en el sector de infraestructura de Brasil, que abre oportunidades para empresas estadounidenses de 64.000 millones de dólares, a lo largo de varios años”[8]. Llama la atención la apertura a de un sector que hasta ahora venía siendo monopolizado por las constructoras brasileñas, hoy cuestionadas por las denuncias de corrupción en Petrobras.

Otra mención importante en el comunicado, se refiere a papel de la OEA: “Los presidentes reconocen la importancia de la Organización de los Estados Americanos en la defensa y promoción de la gobernabilidad democrática y de los derechos humanos”. A la vez, congratulan al nuevo secretario general, el uruguayo Luis Almagro, ex canciller del gobierno de José Mujica, y se comprometen a “trabajar con él para revitalizar la Organización, de modo ayude efectivamente a los Estados Miembros a hacer frente a los desafíos hemisféricos”.

En contraste con esa importante mención, apenas se alude a la Unasur por su “promoción del diálogo político en Venezuela” y su supervisión de las elecciones legislativas de diciembre. Parece evidente que la diplomacia brasileña ha definido un viraje en el que comienza a privilegiar a la OEA frente a la Unasur y a la Celac, que ni siquiera es nombrada en el comunicado. En los próximos meses podremos ver si, efectivamente, Unasur es relegada a un papel consistente en resolver problemas menores, mientras los grandes temas quedan en manos de la OEA.

El enigma de los acuerdos de Defensa

Antes de viajar al encuentro con Obama, el gobierno brasileño se empeñó en que el parlamento votara dos acuerdos que habían sido firmados en Washington el 12 de abril de 2010. Que esos acuerdos estuvieran pendientes de aprobación parlamentaria durante cinco años, es un hecho significativo.

Si bien el Acuerdo sobre Protección de Informaciones Militares tiene especificaciones claras sobre la creación de un cuadro jurídico para el intercambio seguro de informaciones, que incluye el intercambio de tecnologías, el Acuerdo Bilateral sobre Cooperación en Materia de Defensa, suena muy general y poco específico.

En el comunicado oficial, se dice que el Acuerdo “permitirá la realización de entrenamientos conjuntos, cursos y pasantías, y facilitará las negociaciones comerciales de equipamientos y armamentos”[9]. También incluye el encuentro de instituciones de defensa, intercambio de estudiantes, instructores y personal de entrenamiento, visitas de navíos y desarrollo e implementación de programas y proyectos de tecnología de defensa[10].

El ministro Wagner acudió con 17 empresarios de la Asociación Brasileña de Industrias de Materiales de Defensa y Seguridad, presentó los principales programas de defensa a la Cámara de Comercio de Estados Unidos y dejó claro el deseo de su gobierno de “agilizar los acuerdos bilaterales que estimulen una mayor asociación estratégica”.

En este punto, y ante la falta de aclaraciones de los gobiernos, aparecen una serie de dudas y especulaciones. Por un lado aparece, con total claridad, el deseo de vender más equipamiento militar a Estados Unidos. Brasil importó 42,4 mil millones de dólares y exportó a Estados Unidos 31,4 mil millones. Esa disparidad en la balanza comercial de defensa quiere ser reducida por el gobierno de Rousseff.

Pero el Acuerdo va más allá, aunque no se ha informado cuál será el “proyecto en el área de defensa” que ambos países van a desarrollar. Sin datos oficiales, sólo caben aproximaciones que suelen provenir de los medios especializados donde trabajan ex militares o periodistas afines al mundo militar.

Según un análisis de Defesanet, una de las principales analistas de los temas militares, señala que “una de las premisas básicas de los Estados Unidos, según especialistas, es la separación de Rusia del programa espacial brasileño”[11]. El análisis asegura que Estados Unidos no quiere que los rusos participen en la producción de vehículos de lanzamiento de satélites o transfiriendo su tecnología de misiles balísticos al brasileño Programa Nacional de Actividades Espaciales.

Antes de viajar a Washington, el ministro Wagner visitó durante una semana empresas e institutos en São José dos Campos, el polo industrial-militar de Brasil. En especial, visitó las empresas Mectron y Avibras para “identificar posibilidades y programas de interés para los Estados Unidos”[12]. Ambas son empresas estratégicas en el área espacial.

Mectron está integrada en Odebrecht Defensa y Tecnología y fabrica armamentos inteligentes (como misiles de alta precisión), radares y sistemas de comunicaciones. Es la única empresa en América Latina con capacidad para fabricar misiles antirradiación y una de las tres del mundo que posee esa tecnología[13]. Odebrecht tiene a su director preso por el escándalo de corrupción en Petrobras, aunque aún no ha sido juzgado.

Avibras fabrica artillería y sistemas de defensa, cohetes y misiles. Su producto más conocido es el Astros II, un sistema de lanzadores múltiples de cohetes con alcance de hasta 300 kilómetros ampliamente utilizado por Irak en la Guerra del golfo y más recientemente por Arabia Saudita[14]. Se desempeñó en el Centro de Lanzamiento de Alcántara en la construcción de cohetes, la principal base aeroespacial brasileña.

Ambas empresas trabajan juntas en el diseño y fabricación de misiles anti-navío para la Armada brasileña que tiene como uno de sus objetivos la defensa de los yacimientos de petróleo en la plataforma marítima, de la que ya se extraen 800.000 barriles diarios.

En las relaciones bilaterales han existido dos áreas críticas en temas de defensa: la nuclear y la espacial. Estados Unidos bloqueó el desarrollo de tecnología nuclear que Brasil estaba alcanzando gracias a un Acuerdo Nuclear con Alemania en 1975, con transferencia de tecnología[15].

Presionado por el gobierno estadounidense, el presidente Cardoso firmó en 1997 el Tratado de No Proliferación Nuclear que durante 29 años fue considerada en el país como “la legitimación de un orden internacional fundado en el desequilibro de derechos y obligaciones de los Estados” ya que consagraba privilegios a los cinco miembros del consejo de seguridad de Naciones Unidas[16].

En el área espacial los conflictos se iniciaron en el mismo período. En ambas áreas el Pentágono parece haber trazado una línea roja. Moniz Bandeira asegura que “el gobierno de Washington continuó bloqueando e impidiendo la adquisición de los componentes necesarios para la continuidad de los programas nuclear, espacial y del avión AMX”, un caza ítalo-brasileño[17].

En 1995 Brasil adhirió al Missile Technology Control Regime (MTCR) creado en 1987 por países de Occidente para prevenir la proliferación de misiles y tecnología espacial. y en 1992 retiró el programa espacial de la esfera militar[18]. Con esos pasos esperaba mejorar las relaciones con Estado Unidos en un período caracterizado por la ofensiva conservadora del “Consenso de Washington”.

El Centro de Alcántara

El Centro de Lanzamiento de Alcántara, en el estado de Maranhão, es el núcleo del programa espacial brasileño, que ha tenido muchos problemas y fracasos.

La nota divulgada por el Pentágono es tan ambigua como las que difundió el ministerio de Defensa de Brasil. “El secretario Carter y el ministro Wagner discutieron la importancia de profundizar el comercio y la tecnología de defensa señalando las oportunidades para la cooperación en el co-desarrollo y la co-producción en el futuro”[19].

Pero hay varios datos previos que hacen pensar que, efectivamente, los proyectos a desarrollar pertenecen al área espacial, lo que coloca la base de Alcántara en el centro de esta historia. La base se construyó en 1983 para sustituir al Centro de Lanzamiento de Barrera del Infierno, que tenía dificultades por su proximidad con centros poblados. Por su cercanía con el Ecuador, Alcántara es considerada una de las bases mejor situadas del mundo para lanzamientos de satélites[20]. Entre 1990 y 2000 realizó casi 30 lanzamientos de pequeños y medianos cohetes con objetivos científicos.

En el año 2000 el presidente Cardoso firmó un Acuerdo de Salvaguardas Tecnológicas con Estados Unidos que preveía que el Pentágono asumiera el control completo de Alcántara. El acuerdo otorgaba a Estados Unidos estatus de extraterritorialidad por el cual el Estado brasileño no podía controlar la base ni fiscalizar la entrada de equipos. Llegaba incluso a prohibir que los recursos por el arrendamiento de la base fueran usados para desarrollar el programa espacial brasileño[21].

Moniz Bandeira es uno de los más respetados analistas de la política exterior brasileña, y asegura que la cesión de la base a Estados Unidos tuvo “enorme resistencia dentro de las fuerzas armadas, donde gran parte de la oficialidad entendió que cerraría, al este, el cerco sobre la Amazonia brasileña, pues estaría situada, estratégicamente, en la entrada de la principal vía de acceso, este-oeste, lo que daría a los Estados Unidos facilidades para reunir medios de apoyo logístico en una eventual tentativa de ocupar el valle de los ríos Amazonas/Solimões”[22].

Debe decirse que las fuerzas armadas brasileñas consideran que la Amazonia es un espacio crítico cuyo control no debe ser dejado a ninguna potencia extranjera. En paralelo, los militares tienen una larga desconfianza de los Estados Unidos, intensificada bajo la segunda presidencia de Getúlio Vargas (1951-1954), que llevó al presidente Ernesto Geisel a denunciar, en 1977, el Acuerdo de Asistencia Militar firmado en 1952 por considerar que lesionaba los intereses del país[23].

En 2001, la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados decidió no aprobar el Acuerdo de Salvaguardas Tecnológicas con Estados Unidos[24]. En 2003, al llegar Lula a la presidencia, el proyecto de acuerdo fue archivado definitivamente y el nuevo gobierno decidió, el 21 de octubre 2003, firmar un acuerdo de cooperación con Ucrania para impulsar la industria aeroespacial con la creación de la empresa Alcántara Cyclone Space.

Poco antes, el 22 de agosto de 2003, se produjo un accidente en Alcántara cuando se incendió un cohete matando a 21 técnicos y destruyendo la base de lanzamiento. Algunos medios aseguraron que se trató de un sabotaje estadounidense, pero la investigación de la fuerza aérea no pudo establecer con precisión las causas del cortocircuito que provocó el incendio[25].

En 2011 Wikileaks reveló cables del Departamento de Estado a la embajada en Brasilia de 2009, donde queda claro que no apoya el programa espacial y presiona a Ucrania para que no transfiera tecnología espacial a Brasil. Los telegramas dicen que Estados Unidos “no apoyamos el programa nativo de vehículos de lanzamiento espacial de Brasil”; agregan que no se oponen a la existencia de la base de Alcántara, “mientras tal actividad no sea el resultado de la transferencia de tecnología de cohetes a Brasil”[26].

El 9 de abril trascendió que el gobierno brasileño decidió cancelar el acuerdo de cooperación espacial con Ucrania que, en realidad, nunca consiguió despegar[27]. Finalmente, el 30 de junio se concretan los acuerdos bilaterales entre Estados Unidos y Brasil. En los últimos años Rusia venía avanzando acuerdos de defensa con Brasil. En 200,8 Rusia vendió un lote de 12 helicópteros de ataque MI-35 y estaba casi cerrada la compra de sistemas de defensa Pantsir para los Juegos Olímpicos, pero luego de tres años de negociaciones no se concreta su llegada.

En diciembre de 2014, el viceprimer ministro ruso Dmitry Rogozin, encargado del sector de defensa y aeroespacial visitó Brasil. La aeronáutica Embraer se negó a recibirlo, porque “la empresa teme una indisposición de Estados Unidos” que es su principal mercado[28]. En tento, Odebrecht le abrió las puertas de Mectron y además la comitiva visitó Avibras.

En los próximos meses los hechos hablarán por sí mismos. Uno de ellos es la cooperación militar en el área aeroespacial con Estados Unidos. Pero el otro, no menos importante, es si Petrobras seguirá controlando los yacimientos de petróleo en la plataforma marítima, conocidos como pre-sal. Vale recordar que destacados miembros de la oposición –que hoy pretende derribar a Dilma- prometieron a empresas estadounidenses modificar la legislación para facilitarles el acceso al petróleo brasileño, hasta ahora bajo control de la empresa estatal[29].

El retorno de la guerra fría en las relaciones internacionales, parece traducirse en nuevos alineamientos en la región latinoamericana, en gran medida fruto de las presiones cruzadas de las grandes potencias. En un momento en que Brasil atraviesa una fuerte inestabilidad económica y política, el acercamiento a Estados Unidos puede cortar las alas de una región que había dado sólidos pasos hacia su independencia y reafirmar su subordinación como “patio trasero”.

20 de julio de 2015

[1] “Brasil e Estados Unidos vão desenvolver projeto na área de defesa“, Ministerio da Defesa, 29 julio de 2015, en http://www.defesa.gov.br/noticias/16131-brasil-e-estados-unidos-vao-desenvolver-projeto-na-area-de-defesa
[2] “EE.UU. señala a Brasil como su principal socio en Sudamérica”, Clarin, 1de julio de 2015, en http://www.clarin.com/mundo/Dilma_Rousseff-Barack_Obama-Estados_Unidos-Brasil_0_1385861836.html
[3] “Consideramos o Brasil uma potência global, afirma Obama em encontro com Dilma”, Presidencia da Republica, 30 de junio de 2015, en http://blog.planalto.gov.br/consideramos-o-brasil-uma-potencia-global-afirma-obama-em-encontro-com-dilma/
[4] “The problem with Dilma Rousseff, The New Yorker, 27 de junio de 2015, en http://www.newyorker.com/news/news-desk/the-problem-with-dilma-rousseff
[5] “EE.UU. señala a Brasil como su principal socio en Sudamérica”, Clarin, 1de julio de 2015.
[6] “Conheça os acordos firmados por Dilma e Obama nos Estados Unidos”, Portal Planalto, 30 de junio de 2015 en http://www2.planalto.gov.br/noticias/2015/06/conheca-os-acordos-firmados-por-dilma-rousseff-e-barack-obama-nos-estados-unidos
[7] “Conheça os acordos firmados por Dilma e Obama nos Estados Unidos”, Portal Planalto, 30 de junio de 2015.
[8] “Comunicado Conjunto da Presidente Dilma Rousseff e do Presidente Barack Obama, Washington, 30 de junho de 2015”, en http://www.defesanet.com.br/br_usa/noticia/19602/BR-US—Comunicado-Conjunto—30-Junho-2015/
[9] “Brasil e Estados Unidos vão desenvolver projeto na área de defesa”, Ministerio da Defesa, 29 julio de 2015.
[10] “Condicionantes para a ajuda ao Brasil”, Defesanet, 9 de julio de 2015.
[11] “Condicionantes para a ajuda ao Brasil”, Defesanet, 9 de julio de 2015 en http://www.defesanet.com.br/br_ru/noticia/19682/BR-US—Condicionantes-para-a-ajuda-ao-Brasil/
[12] “Industrias de defesa de Sao José ficam entusiasmadas com acordos com os EUA”, Defesaner, 30 de junio de 2015 en http://www.defesanet.com.br/br_usa/noticia/19600/Industrias-de-defesa-de-Sao-Jose-ficam-entusiasmadas-com-acordos-com-os-EUA/
[13] http://odebrecht.com/pt-br/negocios/nossos-negocios/defesa-e-tecnologia
[14] https://www.avibras.com.br/site/pt/
[15] Aunque Estados Unidos impulsó el golpe de Estado de 1964, hubo fuertes choques de intereses geopolíticos entre Brasilia y Washington que se intensificaron en la década de 1970. Luiz Alberto Moniz Bandeira, As Relações Perigosas: Brasil-Estados Unidos (De Collor a Lula, 1990-2000), Editora Civilização Brasileira, Rio de Janeiro 2010, p. 39-40 y 54.
[16] Idem p. 143.
[17] Idem p. 146.
[18] Idem p. 146. Para MCTR véase https://en.wikipedia.org/wiki/Missile_Technology_Control_Regime
[19] U. S. Deparment of Defense, Release No: NR-257-15, 29 de junio de 2015 en http://www.defense.gov/Releases/Release.aspx?ReleaseID=17361
[20] https://pt.wikipedia.org/wiki/Centro_de_Lançamento_de_Alcântara
[21] Un detallado análisis del acuerdo en Luiz Alberto Moniz Bandeira, ob. cit. pp. 193-203.
[22] Idem pp. 193-194.
[23] Idem p. 204.
[24] Idem p. 293 y http://www1.folha.uol.com.br/fsp/brasil/fc2108200114.htm
[25] http://super.abril.com.br/ciencia/sabotagem-do-tio-sam
[26] “EUA tentaram impedir programa brasileiro de foguetes, revela WikiLeaks”, O Globo, 25 de enero de 2011 en http://oglobo.globo.com/mundo/eua-tentaram-impedir-programa-brasileiro-de-foguetes-revela-wikileaks-2832869#ixzz3fj1SEsol
[27] “Brasil vai cancelar acordo com Ucrânia para lançar foguetes”, Folha de Sao Paulo, 9 de abril de 2015.
[28] “ Embraer rejeita visita de vice-premiê e gera mal-estar entre Rússia e Brasil”, Valor, 17 de diciembre de 2014, en http://www.valor.com.br/brasil/3826320/embraer-recusa-visita-de-autoridade-e-irrita-moscou
[29] https://wikileaks.org/Nos-bastidores-o-lobby-pelo-pre.html

Fuente: http://www.cipamericas.org/es/archives/15554

LUNES 3 DE AGOSTO DE 2015 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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