POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL
REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS
AÑO 14 – Nº 677/ Lunes 30 de Junio de 2014
Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares
COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
HOY:
1) El capital financiero saquea Río de Janeiro
2) Washington y su descalabro
3) Libia: dos gobiernos, un general rebelde y divisiones que se
profundizan
4) La Alemania de Angela Merkel
5) Pistoleros instalan Estado de Sitio en oeste de Bahia
6) El impacto de la producción agroindustrial sobre el derecho a la
alimentación
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que
niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo
hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese
monopolio es central.” Emir Sader
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1) El capital financiero saquea Río de Janeiro
Raúl Zibechi (La Jornada)
En menos de una década Río de Janeiro está padeciendo tres grandes
eventos que modifican su fisonomía: los Juegos Panamericanos en 2007,
la Copa del Mundo en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016. Esa
sucesión de megaeventos deportivos en tan poco tiempo es aprovechada
por el capital financiero para remodelar una de las ciudades más
bellas del mundo, donde obtiene enormes ganancias y provoca daños
irreparables a los más pobres.
Este mes el Comité Popular de la Copa y las Olimpiadas de Río lanzó
el cuarto dossier titulado “Megaeventos y violaciones de los
derechos humanos en Río de Janeiro”. A lo largo de 170 páginas
analiza las principales consecuencias que están teniendo sobre la
ciudad y su población, a la vez que pone al descubierto quiénes se
benefician con las millonarias obras que imponen, entre otras, la FIFA
y el Comité Olímpico Internacional.
"Los megaeventos deportivos marcan el retorno de la forma más
violenta de menosprecio de los derechos a la vivienda en la ciudad",
puede leerse al comienzo del dossier. Se trata de una "limpieza
social" que consiste en relocalizar a los pobres para abrir
oportunidades de negocios a las grandes empresas, en zonas "nobles"
como Barra da Tijuca, Jacarepaguá y el centro histórico, mientras
los traslada a zonas lejanas donde deben remprender sus vidas desde la
nada. Hasta ahora son casi 5 mil familias desplazadas de 29
comunidades, estando otras 5 mil amenazadas de desalojo.
El Comité de la Copa apoya con estudios y análisis a las comunidades
desalojadas, pero sus miembros también ponen el cuerpo para resistir
a las excavadoras que derriban viviendas. Las mujeres están a la
cabeza de la resistencia, como Inalva Britos, en Vila Autódromo, y
Alessandra en el morro da (cerro de la) Providencia. En los barrios
populares las mujeres venden comida en el vecindario o hacen
artesanías, estrategia de sobrevivencia que no van a poder continuar
en los desolados "barrios" del programa Mi Casa Mi Vida. Resistir es
cuestión de vida.
Río es la ciudad más afectada por la especulación inmobiliaria. El
precio de las viviendas subió 65 por ciento entre 2011 y 2014, frente
a un promedio de 52 por ciento en Brasil. El precio de los alquileres
subió 43 por ciento, frente a 26 por ciento en São Paulo. La lista
de obras es impresionante: dos estadios (el Olímpico y Maracaná), la
Villa Olímpica y el Puerto Maravilla; seis líneas de trenes
livianos, ampliación del metro y de las autopistas o vías rápidas
urbanas: todo financiado con dineros públicos.
Sólo la remodelación en Río, de Maracaná demandó mil 50 millones
de reales (470 millones de dólares). El presupuesto de obras aumentó
65 por ciento desde lo presupuestado en 2010, alcanzando la
astronómica cifra de mil 500 millones de dólares sólo para las
obras del Mundial y las Olimpiadas. Las principales beneficiarias son
las grandes constructoras: Odebrecht, OAS, Camargo Corrêa y Andrade
Gutierrez. Casualmente, las que mayores aportes hacen a los partidos
políticos en las campañas electorales.
Maracaná ha sido remodelada completamente por Odebrecht, que conserva
además la apetecida gestión del recinto. Comparte con Andrade
Gutierrez la construcción y gestión de la Villa Olímpica, con OAS
la gestión del estado Olímpico, y así hasta 20 grandes obras en
Río de Janeiro, cientos en las 12 ciudades sedes del Mundial,
incluyendo nuevos aeropuertos y hoteles. Sólo la nueva Terminal 3 del
aeropuerto de Guarulhos (São Paulo) tuvo hasta ahora un costo de mil
500 millones de dólares.
Nada de esto se puede hacer sin represión. La ocupación por el
ejército del Complexo da Maré (130 mil habitantes en 16 favelas),
hasta que termine el Mundial, es apenas la acción más conocida por
la población. Esta semana el gobierno del estado de Río informó de
la incorporación de ocho nuevos blindados para el Batallón de
Operaciones Especiales (BOPE), que serán utilizados en los operativos
de “pacificación de las favelas” (O Globo, 24/06/14).
En los cuatro meses previos al Mundial, la Secretaría de Estado de
Río informó de 4 mil 250 internaciones forzosas de personas en
situación de calle, quienes son trasladadas a un albergue a 70
kilómetros del centro de la ciudad, donde, según el dossier de los
Comités de la Copa, son alojados en condiciones precarias y sufren
prácticas de tortura.
"Río de Janeiro se está convirtiendo en una ciudad cada vez más
cara y desigual", señala el dossier del Comité de la Copa. Una
ciudad fracturada, conflictiva, como sucedió en el reciente carnaval,
cuando más de 70 por ciento de los 14 mil recolectores de basura
entraron en huelga. Luego de ocho días de duro conflicto y
descalificaciones, una de las categorías peor pagadas obtuvo un
aumento de 37 por ciento en su salario base, que aun así es de apenas
500 dólares. Pese a las presiones, aún se mantiene el enorme
campamento de 4 mil personas organizado por el MTST (Movimiento de
Trabajadores Sin Techo) a tres kilómetros del estadio Itaquerão.
Cuando se lleva disputada la mitad del Mundial, las manifestaciones
han descendido y la cantidad de personas movilizadas es menor que en
las semanas previas. Aun así, las protestas están lejos de
desaparecer. Nadie olvida el éxito de las jornadas de junio de 2013,
que consiguieron frenar los aumentos del boleto de transporte urbano,
pero que en realidad cuestionaban el modelo de ciudad que va
imponiendo el capital con apoyo de una amplia coalición de partidos.
Un reciente comunicado del MTST, que mantiene un campamento de 400
personas frente a la cámara municipal en demanda de vivienda popular,
asegura que su lucha no comenzó con el Mundial ni se terminará
cuando finalice. "Reafirmamos que el gran legado del Mundial fue la
especulación inmobiliaria y la exclusión urbana".
Después de julio, cuando el balón deje de rodar y se apaguen los
fuegos de artificio mediáticos, los brasileños volverán a su vida
cotidiana, pagando precios abusivos por un transporte pésimo. La
resistencia al extractivismo urbano recién comienza.
LUNES 30 DE JUNIO DE 2014 – COMCOSUR
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2) Washington y su descalabro
Pablo Jofre Leal (Rebelión)
Irak se debate en una lucha que intensifica la destrucción del país,
la muerte de sus ciudadanos y sobre todo el camino al despeñadero
después de años de intervención estadounidense, cuyos resultados
sólo han sido intensificar las divisiones en este país de Oriente
Medio.
La ofensiva del grupo Estado Islámico de Irak y al Sham (ISIS por sus
siglas en inglés) perteneciente a la corriente islámica
Takfirí/Wahabista y que en sus orígenes constituyeron una fuerza
mercenaria financiados con dinero saudí y estrategia política
diseñada en Washington y Tel Aviv, ha puesto en el tapete el rotundo
fracaso de la política exterior estadounidense y sus intervenciones
militares en Oriente Medio.
Fiasco particularmente visible en Irak, que tras la ejecución del ex
dictador Sadam Hussein (otrora aliado de Estados Unidos, Inglaterra y
Francia) comenzó el año 2003 una etapa de ocupación, que no
cumplió ninguno de los objetivos planteados: no hay democracia, no
hay unidad nacional, no existe un proyecto de país que reúna los
intereses de kurdos, chiitas y sunníes. No se ha fortalecido la
economía y sólo han sido favorecidos el complejo militar industrial
estadounidense, las empresas que han reconstruidos refinerías,
puentes, carreteras, y otras obras de infraestructuras por decenas de
miles de millones de dólares. Mismas que fueron destruidas tras la
invasión a Irak. Paradoja surrealista, sangrienta y cruenta para la
viabilidad de Irak como país.
Muerte a todos los incrédulos
A pesar de sus promesas como postulante presidencial, como candidato a
la reelección y como Premio Nobel de la Paz, Barack Obama ha sido
incapaz de concretar sus compromisos. No pudo sacudirse el pesado
fardo de una política exterior errada, agresiva, militarista y
también vacilante, llevada a cabo por los Bush (George padre e hijo)
y que terminó convirtiendo a Irak en un hervidero de intereses
económicos, luchas religiosas y políticas. A cada paso de las
milicias Takfirí hacia Bagdad, Irak va en camino de convertirse en un
Estado fragmentado y dominado por los mismos que Estados Unidos y sus
aliados sauditas, han utilizado en su lucha contra Irán y Siria y que
hoy se vuelcan contra sus padres putativos. Cría cuervos y te
comerán los ojos es la máxima aplicable para la política exterior
estadounidense.
Los Estados Unidos no asimila sus estrategias fallidas. Les pasó con
Al Qaeda y hoy con el ISIS o Daash como se le conoce en árabe. Grupo
nacido en las cárceles egipcias bajo Gamal Abdel Nasser. Corriente
fundamentalista en pugna contra todas las corrientes islámicas a las
cuales considera incrédulas y por tanto necesarias de combatir. Grupo
que tuvo su período de aprendizaje – con aval occidental y de las
monarquías del Golfo – en Afganistán, Chechenia, Libia, Mali,
Siria y hasta en Ucrania – y que hoy, tal como al Qaeda en su momento,
parece volar con alas propias gracias a las conquistas de amplias
zonas de Irak y el apoyo, hoy más soterrado pero igualmente ingente
de Arabia Saudita. El nombre tras el grupo takfirista es el del jeque
Abu Bark al-Baghdadi de quien se sospecha coordina sus acciones con
miembros del propio gobierno de al Maliki y del cual se recela
también posee buenas conexiones con el Mossad.
A las acciones del Daash hay que sumar la acción de los grupos kurdos
que operan a través de las denominadas milicias Peshmergas cuyo
objetivo es la creación de un gran Kurdistán que involucra zonas
turcas y sirias y que ya ha tomado el control de ricas áreas
petroleras iraquíes y que al momento de arreglar cuentas entre los
distintos pueblos que habitan Irak no querrán soltar aquellos
territorios que consideran históricamente suyos. Hoy, parecen aliados
del gobierno chií pero… eso hasta cuándo. Difícil pronosticarlo,
sobre todo, porque hasta ahora Turquía, en cuyo territorio habían 20
millones de kurdos no ven con mucha simpatía el papel que adquieren
las milicias Kurdas.
Al mismo tiempo que el terrorismo se apodera del país, que se supone
sería un paraíso democrático, Irak ha develado la enorme
corrupción de lo que se conoce como el complejo militar industrial
estadounidense, que involucra a políticos, empresarios, organismo
gubernamentales en una madeja de intereses, que también suma a sus
aliados occidentales y a las corruptas monarquías del Golfo Pérsico.
Ello ha demostrado el fondo de todas las intervenciones
estadounidenses y sus aliados, consignando que nada bueno se puede
esperar de una invasión y una ocupación cuyos frutos han sido la
muerte de cientos de miles de iraquíes – principalmente población
civil – 2 millones de refugiados y 7 millones de desplazados, la
descomposición y destrucción del país, de las fronteras
geográficas, tal como se conocen hasta ahora y la violación
sistemática de los derechos humanos de una sociedad en guerra desde
hace ya 34 años.
Nunca el Irak de Sadam Hussein constituyó una amenaza al manido
argumento de Washington respecto a su seguridad nacional, como si
parece serlo el ISIS y su esencia yihadista antinorteamericana y
anti-todo lo que no sea, sencillamente, su visión de mundo mesiánico
y de lucha incluso contra sus hermanos de creencia. Así lo han
reconocido políticos republicanos norteamericanos como el presidente
de la comisión de seguridad interior de la Cámara de representantes,
Michael McCaulk quien sostuvo que los terroristas del ISIS
“representan la mayor amenaza para el territorio estadounidense
desde el 11 de septiembre del año 2001. Es un grupo que posee cerca
de mil millones de dólares y armas sofisticadas tras la toma de
Mosul”.
En el mismo tenor se pronunció el primer ministro británico, David
Cameron, quien advirtió que “el grupo terrorista Estado Islámico
de Irak y el Levante (EIIL) en Irak representa una amenaza directa
para el Reino Unido ya que los miembros de ese régimen, además de
intentar conquistar territorio, están planeando atacarnos a nosotros
aquí, en casa, en el Reino Unido y la solución a ello no está en
atacarlos, pue atraería más problemas sino que la soluciones a largo
plazo: perseverante, paciente e inteligente para restablecer la
seguridad en el país árabe. " recordemos que el propio gobierno
británico ha admitido que medio millar de británicos combate como
mercenarios en las filas del ISIS.
A pesar de las palabras de temor, no existe autocrítica. Hoy, Estados
Unidos, sus aliados, las Monarquías del Golfo Pérsico, Turquía
entre otros son los principales responsables del auge del
fundamentalismo en Oriente Medio. La irresponsabilidad de estos
gobiernos, la ineptitud demostrada en sus relaciones internacionales,
la irracionalidad de una política destinada a dividir aún más a los
pueblos con el fin de obtener réditos en las riquezas
hidrocarburíferas de la zona y profitar de la importante ubicación
geoestratégica en aras de la división del mundo, todo ello ha
terminado por demostrar que la política de gendarme del mundo y su
visión imperial ya no asusta a nadie.
Irak hoy, está más dividido que nunca. Entre suníes, chiitas y
kurdos. Entre los defensores el gobierno chiita de Nuri al Maliki y la
oposición sunita, cuyo brazo armado fundamentalista – el ISIS –
avanza a pasos agigantados a la capital, tras conquistar importantes
territorios en el norte Iraquí. Conquista que le ha significado
consolidar posiciones en aras de concretar su objetivo político de
crear un califato que vaya de Irak al oeste, lo que incluye a Siria.
Obama está en una difícil encrucijada. Si bien sacó a las tropas
estadounidenses (tras perder 4.500 militares en los 9 años de
ocupación) no ha salido totalmente de Oriente Medio, donde sigue
moviendo sus hilos y donde la situación de al Maliki sólo le ofrece
dos soluciones: o conforma una fuerza militar destinada a apoyar al
debilitado gobierno chií – lo que socavaría su ya alicaída imagen
política y convirtiéndolo en Bush III – o consolida su definitivo
retiro, teniendo claro que al cabo de pocas semanas Irak será un
país perdido y en mano de grupos Yihadistas. Ello significa la
posibilidad de incrementar las tensiones con el gobierno de Irán, que
no aceptará fuerzas antichiies al otro lado de la frontera.
Estados unidos está sopesando todas las opciones de lucha contra el
ISIS, incluso una impensada hasta hace algunas semanas “cooperar con
Irán en apoyo del gobierno de al Maliki”, El secretario de Estado
John Kerry sostuvo que “estamos abierto a discusiones con Teherán
si los iraníes pueden ayudar a poner fin a la violencia y restaurar
la confianza en el gobierno iraquí. No descartamos nada que pueda ser
constructivo pero, cualquier gestión con Irán se concretaría paso a
paso".
Irán ha sido enfático en declarar que está dispuesto a apoyar al
gobierno de al Maliki contra el ISIS si el gobierno iraquí pide la
colaboración de Irán para afrontar la ofensiva armada del grupo
terrorista. “El gobierno de Teherán estudiará el tema de acuerdo a
los convenios internacionales. Es un asunto bilateral y en ello no
podrían intervenir terceros países” declaró el Secretario del
Consejo Supremo de seguridad nacional de la república islámica de
Irán, Alí Shamjani, en clara alusión a la responsabilidad de
Estados Unidos y sus aliados, que hoy con su política del leading
from behind, entrega el apoyo a través de terceros países como
Turquía, Arabia Saudita, Qatar u otros, tratando de superar la época
de intervención directa.
Por su parte, como corroboración de lo sostenido por Irán, a través
de un comunicado, la oficina del primer ministro iraquí, Nuri
al-Maliki, acusó a Arabia Saudita de estar “del lado del
terrorismo. Lo consideramos responsable de la ayuda financiera y moral
que reciben los terroristas del grupo el Estado Islámico de Irak y
del Levante”, señala el texto que sale en oposición a la
declaración saudí que el pasado lunes acusó al premier iraquí de
haber conducido a Irak al borde del abismo con su política de
exclusión de los suníes y pidió la formación de un gobierno de
unión nacional.
Irán está dispuesto a apoyar la lucha contra el grupo Takfirí
teniendo claro que tuvo su origen en el apoyo estadounidense y de
Arabia Saudita. Por ello y a juicio de altos cargos iraníes, como el
propio Shamjani es Estados Unidos quien ha creado las oportunidades,
ha dado el aval y el sostén para la formación de grupos terroristas
como el que combate al gobierno de al Maliki “la actual crisis de
Irak se enraíza en la intervención y la conspiración de los
enemigos occidentales y regionales de Irak, que va en contra de la
voluntad de los iraquíes”. Para mayor abundamiento sobre la
posición iraní, El Viceministro de Exteriores para Asuntos Árabes y
africanos de Irán, Hussein Amir Abdolahian declaró que “nuestro
gobierno no considera necesario ningún diálogo directo con Estados
unidos en torno a los acontecimientos en Irak”.
Las acciones del ISIS ha dado pie para las más disimiles referencias
a su origen, financiamiento y desarrollo. Así , el jefe del Estado
Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Hasan
Firuzabadi señaló a Hispantv que “el grupo takfirí ISIS es un
truco del régimen israelí, que busca la creación de un refugio para
los sionistas destinado a alejar a las fuerzas revolucionarias de sus
fronteras y crear un lugar seguro para los sionistas, hecho que han
confesado también los medios de comunicación sionistas”.
Para Tom Engelhardt fundador de American Empire Proyect Irak existen
hechos irrefutables del fracaso de la política intervencionista
estadounidense “Primero, el modelo estadounidense de guerra no
funciona y tras 13 años trece años de combate a los grupos
terroristas, el fracaso es una realidad: un Irak dividido por luchas
intestinas, asediado, ruinoso, cuyo gobierno es amigo de Irán y cuyas
zonas dominadas por los sunníes están controladas por un grupo aún
más extremista que Al-Qaeda? En segundo lugar, las guerras modelo
estadounidense no han resuelto ningún problema, más bien han
aumentado los problemas mundiales. En tercer lugar e l modelo
estadounidense de guerra es desestabilizador. En cuarto lugar las
fuerzas armadas de EEUU no pueden ganar las guerras que emprenden.
Ninguna confrontación importante desde Corea, Vietnam, Afganistán e
Iraq ha sido positiva, van desde las tablas hasta la derrota y el
desastre. Salvo un par de campañas en las que se combatió contra un
enemigo inexistente (Granada y Panamá), nada –incluyendo la Guerra
global contra el terror– podría ser calificado de éxito. En quinto
lugar las fuerzas armadas estadounidenses no son “la mejor fuerza de
combate que el mundo ha conocido” o “la mayor fuerza de
liberación humana que el mundo ha conocido”, o cualquier
descripción similar que el presidente de EEUU se siente regularmente
obligado a emplear”.
Para el analista político y experto en Finanzas islámicas, el
inglés Rodney Shakespeare el avance Yihadista es una muestra que
Estados Unidos y Gran Bretaña han creado un monstruo que se ha vuelto
contra ellos “y lo siguen alimentando con un modelo fracasado, en
parte porque les gustan y, en parte, porque justifican las acciones
para más espionaje, más armas y más guerras. La creación del
monstruo del 11S fue particularmente exitosa, ya que les permitió
tener una excusa para atacar a las naciones islámicas…sin embargo,
en Europa, e incluso en los EE.UU., cada vez hay más conciencia de
que el monstruo takfirí/wahabí pronto podría irrumpir por la puerta
trasera… Sin embargo, incluso mientras se quejan, los EE.UU., el
Reino Unido y otros más están animando, financiando y armando a los
takfiríes y wahabíes! Esto, por supuesto, es contradictorio, incluso
demencial, pero ¿qué más da un poco de esquizofrenia cuando estás
entre amigos? ”
Tal como pasó en Afganistán, como ha pasado en Libia, como sucede en
cada rincón del mundo donde Estados unidos interviene directa o
indirectamente, Washington y esa nube negra de fracasos que lo
acompaña suele soltar las fieras de la destrucción y después de la
hecatombe suele asombrase de los resultados y de la devastación
ocasionada. En el caso de Irak, el proyecto hegemónico estadounidense
se desató a golpe de muerte y caos. La apertura de las puertas del
infierno anunciado por Amr Moussa – Secretario general de la Liga
árabe – con relación a la invasión y ocupación de Irak y hoy el
desarrollo sostenido del ISIS en suelo Iraquí es una realidad con
resultados a la vista: muerte y sufrimiento. Mucho sufrimiento.
LUNES 30 DE JUNIO DE 2014 – COMCOSUR
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3) Libia: dos gobiernos, un general rebelde y divisiones que se
profundizan
Patrick Haimzadeh (Orient XXI)
Traducción del francés de Carlos Riba García.
Sostenida por las cadenas de medios árabes de los países del Golfo,
la rebelión del general retirado Kalifa Haftar se beneficia de una
amplia cobertura de los medios occidentales, que piensan que han
encontrado la clave de la comprensión de los conflictos libios:
ejército contra islamistas. Sin embargo, esta lectura no solo es
falsa: además, esconde el hecho de que esta tentativa de Haftar no
hace más que exacerbar las divisiones del país.
Desde el lunes 1 de junio, mientras se espera la decisión del
Tribunal Supremo de justicia de Libia, que en los próximos días
deberá resolver el conflicto suscitado por la cuestionada elección
del nuevo primer ministro Ahmed Miitig, Libia cuenta con dos
gobiernos. Un día antes hubo un encuentro entre Miitig y el
–todavía– primer ministro interino Abdallah al-Thani, pero como
no pudieron llegar a un acuerdo, Miitig decidió asumir sus funciones,
y escoltado por hombres armados de las milicias de Bouclier (la meseta
central de Libia), es decir, las milicias de Misrata, se ha hecho con
los atributos del poder. Si bien cada uno de estos dos hombres actúa
según su lógica personal, se tiene la impresión de que ha habido un
entendimiento anterior, y al-Thani ha abandonado la sede de su
gobierno acompañado de su guardia antes de la llegada de Miitig
evitando así un enfrentamiento entre las respectivas milicias. Con
las tensiones y los recelos existentes entre grupos políticos, tribus
y ciudades rivales, la capital no ha sido todavía teatro de
enfrentamientos mayores.
No sucede lo mismo en el este del país, donde el sábado 29 de mayo
se han reanudado los combates entre las fuerzas del general retirado
Jalifa Hartar, que se presenta como comandante en jefe del Ejército
nacional libio, y las milicias de antiguos rebeldes de obediencia
islamista. Después de su primera ofensiva por tierra y aire el 16 de
mayo, que se saldó con un fracaso militar y cerca de 80 bajas entre
sus filas, el general Haftar ha recurrido a helicópteros y aviones de
combate para bombardear las posiciones enemigas. El resultado de esta
nueva ofensiva tampoco ha sido glorioso para sus tropas que
oficialmente lamentan 21 bajas y han tenido que retirarse de Bengasi
para reagruparse en su feudo de Al Abyar, al este de la ciudad.
Los medios que apoyan la rebelión
Si bien los éxitos militares de Haftar son limitados de cara a un
adversario bien equipado y animado por su ideal revolucionario y
religioso, y que además dispone de una base popular importante –se
apoya en una desconfianza muy extendida en la población, que no
quiere que un militar dirija su país–, su cobertura mediática es
muy exitosa. Durante las últimas semanas, las operaciones del general
Haftar se han beneficiado de una cobertura casi exclusiva de las
grandes cadenas periodísticas árabes y libias que emiten en el
extranjero y se turnan continuamente en su labor de propaganda.
El principal sostén mediático de Haftar es Sky Neews Al-Arabiya con
base en Abu Dhabi1, que acoge regularmente a Mahmoud Jibril2
–residente hoy en EE.UU.–, que ha anunciado oficialmente su apoyo
a la operación “Dignidad” del general Haftar.
La cadena libia Lybia likoul Al-Ahrar, con base en Qatar y dirigida
por el empresario y hombre de los medios Mahmoud Chamman (cercano a
Mahmoud Jibril); la cadena libia Lybia awlan, que emite desde El
Cairo; y la cadena saudí Al-Arabiya, son los otros apoyos mayores de
los que dispone el general Haftar. La cadena qatarí Al-Jazira, que
estuvo en un primer plano durante la insurrección de 2011, tiene
ahora un tratamiento relativamente equilibrado de los acontecimientos
y cubre en igualdad de condiciones las declaraciones “a favor” y
“en contra” de Haftar.
En cuanto a los medios occidentales, el general cuenta también de una
importante cobertura. Los principales observadores y comentaristas de
estos medios, enfrentados desde hace varios meses con una multitud de
actores y una situación compleja, parece que al fin han encontrado
una situación más binaria en la que el orden militar se opone al
caos y la violencia de los “islamistas”. De hecho, retoman por su
cuenta la propaganda a favor de Haftar, que a menudo invoca “la
lucha contra los terroristas”. Y cada uno de ellos se ocupa de
sopesar las posibilidades de éxito del general y de hacer
pronósticos sobre los combates apoyándose en datos imprecisos y sin
verificar, incluso totalmente falsos. Sin embargo, esos “análisis
militares” dejan de lado lo esencial, es decir, que la operación
Haftar (de le que él mismo ha dicho que será prolongada) agrega a
las líneas de fractura ya existentes las que se dan entre partidarios
y adversarios de la operación “Dignidad”. De hecho, desde la
guerra civil de 2011, cuando se enfrentaron los que apoyaban a Gadaffi
con los que querían derribarlo, Libia nunca ha estado tan dividida.
Del “control del caos” a la radicalización del conflicto
Si bien la “violencia sacrificial” de la ejecución del tirano
Muammar Gadaffi, en octubre de 2011, permitió durante un tiempo
interrumpir el ciclo de la “violencia mimética”3 de la guerra
civil, ofreciendo al país un periodo de estado de gracia, enseguida
se reanudaron los enfrentamientos entre grupos armados rivales. Desde
entonces y durante cerca de tres años, las múltiples líneas de
fractura han mantenido el país en un estado de “caos controlado”,
una especie de zona gris entre la coexistencia armada y la guerra
civil, con recurrentes picos de violencia que terminan arreglándose
con una negociación o el arbitraje de una tercera facción. Es este
equilibrio dinámico de la violencia en el que ninguna parte tiene el
objetivo real, ni siquiera pretendido, de “eliminar” a su
adversario, el que el golpe de fuerza del general Haftar ha puesto en
cuestión. Los dos campos, radicalizados por los combates, cuentan con
apoyos y redes de ayuda en el extranjero y al mismo tiempo piden la
adhesión del pueblo libio a su legítima causa (para unos, el orden;
la legitimidad de la revolución, para los otros) y esta vez llaman
abiertamente a la eliminación del contrario. En este explosivo
contexto en el que un enfrentamiento mayor vendría a consolidar el
destino de Libia como entidad nacional viable, resulta difícil
identificar algún factor de estabilidad.
La “sociedad civil” también está dividida
Frecuentemente presentada como factor de reconciliación, la
“sociedad civil” está –ella también– profundamente dividida
y a menudo adopta las posiciones de su comunidad de pertenencia. Así,
por ejemplo, los dos últimos viernes, los manifestantes de cada uno
de ambos sectores ha ocupado dos grandes plazas de Trípoli –la de
los Mártires y la de Argelia–. La idea según la cual la pacífica
“sociedad civil” se opondría a los grupos armados todavía está
muy lejos de la realidad. En efecto, cada familia libia tiene un
hombre armado en su seno (rebelde “auténtico” o
posrevolucionario) que dispone de un enorme capital simbólico, sobre
todo ante sus hermanos más jóvenes y primos, que veneran a sus
primogénitos combatientes y mártires, de cuyos cadáveres las fotos
están omnipresentes en Facebook o en las pantallas de los teléfonos
móviles de última generación en manos de los adolescentes libios.
Por otra parte, es muy común que las ganancias producidas por las
“actividades” de estos jóvenes en armas en el seno de su milicia
les permitan contribuir económicamente para resolver las necesidades
de su familia. La noción de “combatiente activo” (el miliciano) y
de “combatiente pasivo” (sus familiares) observada en otros
contextos de guerra civil, sobre todo en el Líbano de los ochenta, es
pertinente también en Libia.
Las tribus pierden autoridad
Las tribus, que continúan siendo un componente de la vida social
libia, a veces también son percibidas como instancias posibles de
mediación. Así, en presencia de conflictos limitados, el recurso al
arbitraje tribal a menudo ha permitido regular el grado de violencia.
Durante la guerra civil de 2011, los dos campos enfrentados tuvieron
éxito rápidamente en la instrumentalización de los jefes tribales.
Cada tribu cuenta con varias decenas de jefes tradicionales;
frecuentemente, los mismos ancianos se han encontrado divididos en el
seno de una misma tribu y muchas veces, apremiados por los
acontecimientos, solo han atinado a seguir los movimientos de los
jóvenes combatientes. Esto ha contribuido mucho a la desvalorización
de los ancianos a los ojos de los jóvenes, que hoy tienen tendencia a
privilegiar las órdenes de sus jefes de milicia en detrimento de los
llamados al diálogo de los más mayores.
La reunión de jefes tribales realizada en Al Aziziya (a 30
kilómetros al sur de Trípoli) entre el 25 y 26 de mayo pasados a
iniciativa de un grupo de la tribu warchafana –durante largo tiempo
fiel a Gadaffi– acogió a cerca de 2.000 jefes tradicionales
llegados principalmente de Fezzan y Tripolitania. Este encuentro es
revelador de la incapacidad que estas estructuras tradicionales
–profundamente divididas por la guerra de 2011– tienen para
desempeñar un hipotético papel en la reconciliación nacional.
Organizada por una tribu que en 2011 apoyó a Gadaffi, es evidente que
en esta reunión solo han participado representantes de tribus y
pueblos que han combatido en el campo gadafista. Después de dos días
de debate, los participantes consiguieron acordar el texto de un
comunicado que niega su apoyo al genaral Haftar. Aunque en efecto
marginadas en la Libia actual, estas tribus no podían apoyar a quien
había “traicionado” a Gadaffi y se había aliado con Estados
Unidos. A pesar del descrédito que hoy día pesa sobre ellos, es
evidente que este comunicado no tendrá ningún impacto sobre las
partes en conflicto involucradas en la operación Dignidad.
En un contexto generalizado de militarización y de ingerencias
extranjeras que tácitamente empujan a los bandos en conflicto hacia
una radicalización, el margen de maniobra de los partidarios del
diálogo y la negociación se reduce cada día más. La salida de la
mayor crisis a la que Libia se ve hoy abocada depende de la capacidad
–o incapacidad– de dominar a los partidarios de la lógica
bélica. En este sentido, la actitud de los dos primeros ministros
libios que hasta ahora han hecho todo lo posible para evitar
enfrentamientos entre sus milicias –a pesar de las serias
diferencias políticas y jurídicas que los enfrentan– puede
considerase como algo esperanzador.
Notas:
1. Creada en 2012 para “competir” con las cadenas Al Jazira
(Qatar) y Al Arabiya (Arabia Saudí), la cadena Sky News al Arabiya
está dirigida por el jeque Mansour ben Zayed al-Nahyane, hermano del
presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Kalifa.
2. El hombre de negocios libio Mahmoud Jibril, presentado en marzo de
2011 a Nicolas Zarkozy por el escritor Bernard-Henry Lévy, antes de
la insurrección Libia integraba el equipo de Seif al-Islam. Después
de eso fue jefe del comité ejecutivo del Consejo Nacional de
Transición pero dimitió para crear su alianza de las fuerzas
nacionales, un reagrupamiento de partidos “liberales” (lo que en
Libia significa hacer alarde de su distancia con el islam político).
En 2013, tocado por la ley de apartamiento político del parlamento,
ya no puede realizar ninguna función política oficial en Libia. Hoy
día, para la mayoría de los libios es el símbolo del mercantilismo
y el oportunismo.
3. Para estos conceptos de violencias mimética y sacrificial, véase
René Girard, La violence et le sacré, 1972.
4. Sobre esta cuestión, véase Dr. Adnan Houballah, Le virus de la
violence, Albin Michel, 1996.
LUNES 30 DE JUNIO DE 2014 – COMCOSUR
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4) La Alemania de Angela Merkel
Günther Maihold* (Le Monde Diplomatique)
Pese al rechazo que sus políticas despiertan en el resto de Europa,
el triunfo de Merkel en las elecciones de septiembre de 2013 responde
al deseo de estabilidad de los alemanes en tiempos de crisis. En un
contexto de agotamiento del sistema de partidos, la canciller ha
desplegado un incuestionable liderazgo político, tejiendo hábiles
alianzas en un complejo entramado de poder.
Crear el futuro de Alemania”, tal es el título del acuerdo de
coalición que firmaron el 16 de diciembre de 2013 los tres partidos
que integran el nuevo gobierno de Angela Merkel (2013-2017). Las
negociaciones duraron tres meses y la decisión final requirió de un
referéndum entre los miembros del Partido Socialdemócrata alemán,
puesto que sus dirigentes querían estar seguros de no tomar una
decisión en contra de la voluntad de sus afiliados. Así, quedó
constituida por tercera vez en la historia de la Alemania de la
posguerra una “gran coalición”, opción política reservada,
según los propios actores políticos, a situaciones de emergencia y
crisis profundas. La capacidad de sellar un acuerdo entre adversarios
de la campaña electoral es característica de la historia política
de este país, y obedece al afán de no permitir situaciones de
desgobierno y de mantener en funcionamiento el sistema político. Al
mismo tiempo, aumentan las expectativas en la población de que un
gobierno con una holgada mayoría del 70% de los votos realmente
produzca resultados y no se estanque en bloqueos mutuos.
Eterno juego de coaliciones
Desde la fundación de la República Federal de Alemania, en el año
1949, el país ha tenido 23 gobiernos de coalición de diferentes
colores políticos. Después de la experiencia de la República de
Weimar y el ascenso del nacionalsocialismo se procuró establecer
regulaciones institucionales que garantizasen que ningún partido
pudiera lograr una posición hegemónica, a fin de evitar que se
cambiaran con tanta facilidad los fundamentos del sistema de gobierno,
tal como lo había hecho el nazismo. Uno de los dispositivos
implementados para ello fue la introducción del umbral del 5% de los
votos en las elecciones, requerido para que un partido logre tener
representación en el Parlamento. El otro, fue evitar opciones de
carácter plebiscitario, por lo que se optó por la elección del
canciller federal a través del propio Bundestag. De esta manera se
les encomendó a las bancadas de cada partido en el Parlamento la
tarea de buscar un acuerdo de mayorías tal que les permitiesen un
gobierno estable.
Tales medidas, que resumieron las experiencias de un parlamentarismo
fracasado antes de la Segunda Guerra Mundial, han llevado a un eterno
juego de coaliciones en el sistema político alemán. Una
constelación crítica incluso para los propios ciudadanos, puesto que
su participación en esta definición central se limita a un voto
estratégicamente depositado, lo cual, sin embargo, no garantiza que
los actores políticos se mantengan fieles en materia de alianzas a
sus promesas electorales.
Así, el país ha vivido en tres períodos “grandes coaliciones”
entre los dos partidos mayoritarios de la Democracia Cristiana y la
Socialdemocracia, y en su abrumadora mayoría “pequeñas
coaliciones” entre un partido mayoritario y un partido pequeño
(como los Liberales o los Verdes). Para este último tipo de alianzas
se ha recurrido a menudo al símil del cocinero (partido grande) y el
mesero (partido pequeño), lo cual demuestra las secuelas de estos
acuerdos asimétricos, no solamente en el diseño del programa de
gobierno, sino también en la distribución de las carteras que cada
actor puede reclamar para sí.
El actor central de este juego de coaliciones ha sido el Partido
Democrático Liberal (FDP), el partido que ha logrado mantener durante
la mayor cantidad de tiempo su presencia en el gobierno, a través de
distintas coaliciones desde 1949. Excepto en el gobierno de Gerhard
Schröder (1998-2005), cuando los socialdemócratas pactaron con Los
Verdes, tanto los socialdemócratas como los conservadores se han
apoyado en este partido, el cual, sin embargo, tuvo que pagar en las
elecciones de 2013 por su indefinición programática con la salida
del parlamento, al no superar el umbral del 5% mínimo necesario para
lograr la representación en el Bundestag.
Cambios en el sistema de partidos
Los efectos del juego de coaliciones en el sistema de partidos
resultan bien visibles. De las ocho bancadas representadas en el
primer Bundestag, entre 1949 y 1961, solamente han quedado tres: la
bancada unida de demócratacristianos y socialcristianos de Baviera,
la socialdemócrata y la liberal –cuadro que se mantuvo hasta 1983,
cuando Los Verdes lograron entrar en el Parlamento y, en 1990,
después de la reunificación el Partido del Socialismo Democrático
(PDS) de la ex RDA, hoy convertido en el partido Die Linke–. Así,
el sistema de partidos en Alemania ha visto a lo largo de su historia
dos tendencias enfrentadas: en la era de la posguerra, una dinámica
de convergencia que implicó la reducción del número de partidos con
una creciente centralidad de los partidos mayoritarios y, desde la
década del 80, una mayor diversificación de la oferta partidaria a
costa de los grandes partidos y el aumento a cinco bancadas, hecho que
empezó a complicar la formación de gobiernos.
El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) es quien ha sufrido
especialmente una erosión de su electorado. Históricamente siempre
logró acaparar alrededor del 40% de los votos, pero en las últimas
elecciones de 2013 se ha visto reducido a un 25,7%. Esta pérdida
puede explicarse en parte por las mismas razones que aquejan a los
demás representantes de esta corriente política en Europa. Así, el
SPD no escapa al desgaste de sus principios ideológicos: la pérdida
de esa “gran narrativa” que lograba fundamentar valores e
identidades; el vaciamiento de la vida intrapartidaria ante la
pluralidad de identificaciones desarrolladas entre sus miembros; la
desarticulación de la base tradicional de “obreros” y sindicatos;
los cambios en la cultura política, acompañados por nuevos ambientes
políticos como el ecológico, lo alternativo, etc.; la incapacidad de
encontrar contrapartes estratégicas en la sociedad, y la pérdida del
internacionalismo como fuente de proyección y retroalimentación.
El partido está muy lejos de los tiempos de Willy Brandt, cuando a
nivel internacional era un modelo de referencia para muchos partidos
afines. Hoy en día, el SPD se encuentra a 16 puntos de distancia de
su rival tradicional, la coalición entre los partidos Demócrata
Cristiano y Social Cristiano CDU/CSU liderada por Angela Merkel. Con
el surgimiento del partido Los Verdes, en 1980, y Die Linke (La
Izquierda), en 1990, han aparecido dos actores políticos que le
impiden estructuralmente al Partido Socialdemócrata alcanzar niveles
de votación que se acerquen a los de antaño.
Hoy estamos ante una gran cantidad de diferentes pequeños partidos
que –en el caso de la euroescéptica Alternativa para Alemania
(AfD)– casi logran cruzar la barrera del 5% que garantiza la
representación en el Parlamento. El agotamiento del sistema de
partidos de Alemania es –a pesar del éxito importante de Angela
Merkel en las elecciones de septiembre de 2013– una amenaza real,
que abre un espacio importante para las siempre presentes tentaciones
populistas y cortoplacistas.
Movimientos sociales institucionalizados
La vida social y política no se desarrolla únicamente en los
circuitos partidarios, aunque es cierto que en Alemania los actores y
movimientos sociales intentan alcanzar relativamente pronto una
expresión política. Casos ejemplares son la transformación parcial
del movimiento ecologista y del movimiento de paz en el partido Los
Verdes o la conformación del partido Piraten como expresión de la
sociedad informática, los digital natives que buscan garantizar la
libertad en las redes. Aunque Los Piratas solamente lograron
representaciones a nivel subnacional, son expresión de aquellos
movimientos sociales centrados en un solo tema, que logran acaparar la
adhesión temporal de un número suficiente de votos como para
impactar en la composición general del Parlamento. Esta tendencia
pone de relieve la dificultad de los grandes partidos para desarrollar
programas que satisfagan las muy diferenciadas preferencias de la
ciudadanía; optan, por tanto, por ofrecer alternativas sociales y
electorales más cercanas a los intereses del momento.
El legado de Schröder
Diez años después de su anuncio formal, La Agenda 2010 –el
programa de reformas que comprendía al sistema social alemán y al
mercado laboral–sigue alimentando los debates en el país. Esta
pieza central de las reformas llevadas a cabo durante el gobierno de
Gerhard Schröder (1998-2005) fue, para unos, un golpe de timón
necesario para alcanzar la competitividad de la economía alemana,
mientras que, para otros, fue la expresión del recorte del Estado de
Bienestar y de la “neoliberalización” del proyecto
socialdemócrata. La lógica del programa consistía en reactivar la
economía alemana, que se encontraba estancada. Pero ello implicaba
reducir aun más el gasto público. Los sindicatos y el ala izquierda
de su propio partido rechazaban la reducción de las asignaciones para
programas sociales y pedían revertir aquellas medidas que afectaran
la protección del empleo. Los efectos políticos de este programa
fueron inmediatos: el Partido Socialdemócrata no solamente perdió
una elección tras otra a nivel subnacional, sino también gran parte
de sus militantes, lo cual implicó a su vez la pérdida de apoyo de
Schröder en su propio partido. El saneamiento de las finanzas
públicas y la anhelada reducción del déficit del Estado no tuvieron
efecto hasta después de la salida de Schröder de su cargo como
canciller federal en 2005, dejándole a su sucesora, Angela Merkel, la
posibilidad de cosechar los frutos de una política impopular,
implementada cinco años antes de la implosión de la crisis del euro
y del endeudamiento en la Unión Europea.
La privilegiada posición económica de Alemania en la crisis europea
y su capacidad de imponer salidas (por cierto controversiales) a las
difíciles situaciones fiscales de algunos países miembros son de
alguna manera resultado de una política de ajustes temprana asumida
por Schröder. El costo social y político de esta decisión fue
evidente: desmantelamiento del Estado de Bienestar –modelo para
muchos otros países– y profundización de la desigualdad en la
distribución del ingreso. Sin embargo, al desentenderse de las
supuestas aberraciones neoliberales del pasado reciente, los debates
que actualmente bregan por un retorno a la tradición parecen carecer
de fuerza para trazar un camino viable para el futuro.
¿Merkel for ever?
No cabe duda: Angela Merkel se encuentra, después de las elecciones
de septiembre de 2013, en el mejor momento de su carrera política.
Con un crecimiento del 8% en las elecciones, ha logrado cosechar un
indudable éxito en las urnas, a las cuales acudió el 72% del
electorado alemán. De esta manera, la canciller goza de la amplia
aceptación que ya reflejaban las encuestas de muchas consultoras de
opinión pública. Merkel encarnó la voluntad de la gran mayoría de
los electores alemanes, quienes expresaron una preferencia por su
persona en aquel voto favorable del 41,5% para su Partido
Demócratacristiano y un 49,2% en el caso de Baviera, en favor de su
aliado, el Partido Social Cristiano. Sin embargo, no hubo “cartón
lleno” –ciertamente una perspectiva ajena a la historia electoral
de Alemania– porque no todo sigue igual: Merkel perdió a su aliado
de la última gestión gubernamental, el Partido Democrático Liberal
(FDP). Para lograr una mayoría absoluta se le presentó una
situación paradójica: la gran ganadora tenía que entrar en
negociaciones con el Partido Socialdemócrata (SPD), a fin de
garantizar una mayoría suficiente en el Bundestag.
Aunque no haya correspondido a sus preferencias, Merkel tuvo que optar
por una nueva gran coalición después de la experiencia de 2005-2009.
Su partido aceptó esta opción rápidamente, no sólo por el dominio
casi total que la canciller ejerce en su propia formación política.
Con un instinto de poder insuperable, ha logrado un alto nivel de
“domesticación” en el Partido Demócrata Cristiano, congelando
todo el personal político que podría hacerle competencia y
estableciendo condiciones de lealtades que le garantizan un ejercicio
controlado de su agrupación. Su experiencia en el juego de poder le
ha permitido coordinar exitosamente sus esfuerzos en la gestión
gubernamental con actividades partidarias y el control de la
coalición gubernamental. Este oficio es altamente valorado por el
electorado alemán ya que su pragmatismo parece garantizarle una
política sin sobresaltos ni soluciones abruptas ante situaciones de
crisis como las de la Unión Europea o la ucraniana. En efecto, el
hecho de que actualmente se esté discutiendo sobre la continuidad de
Merkel como canciller más allá de 2017 es una clara señal de la
relevancia incuestionable que ha adquirido en la función pública.
La estabilidad económica como meta
Merkel parece responder ampliamente al deseo de estabilidad y
seguridad social de sus conciudadanos, especialmente en tiempos de la
crisis del euro y de la deuda soberana. La preservación del estatus
social parece ser el valor central del electorado alemán y ello logra
soslayar otros temas de la agenda política. Su decisión de no asumir
compromisos financieros que pudieran poner en jaque la apreciada
estabilidad del país o generar dinámicas de inflación que pusieran
en peligro el equilibrio de los precios es expresión clara de esta
disposición. Su preferencia por implementar políticas de ajuste en
países como Grecia, Italia, España y Portugal no solamente se apoya
en la propia experiencia alemana de la Agenda 2010, sino que también
busca evitar que la crisis afecte la situación económica y social de
los ciudadanos de su país. Aunque provocó un rechazo generalizado en
el resto de la Unión Europea, esta actitud –criticada por su sesgo
nacional– fue aprobada en las elecciones alemanas. Sin embargo,
aunque la opción de la “vía alemana” como receta a seguir por
Europa sigue siendo una coincidencia entre Merkel y la ciudadanía,
algunos temen que se convierta directamente en una “hegemonía
alemana”.
Hacia un cambio del modelo energético
La transición energética –el programa de reforma más ambicioso
desde de la reunificación– anhela modificar a fondo la matriz
energética alemana. Proyecto defendido a ultranza por Merkel, quien
se comprometió personalmente con las políticas de mitigación de los
efectos del cambio climático, representa un giro radical en su
posición, tras años de promover y defender el uso de la energía
nuclear en el país. Sin duda, la catástrofe nuclear de Fukushima
(como consecuencia del tsunami del año 2011 en Japón) ha guiado este
cambio de paradigma en la política energética alemana.
La meta de esta transición se centra en lograr una economía
sustentable en Alemania a través del uso de energías renovables, la
eficiencia energética y el desarrollo sustentable, sustituyendo el
carbón y otras fuentes de energía no renovables. La superación de
la dependencia del país respecto de energías fósiles y el fomento
de la energía eólica, geotérmica y de los paneles solares
constituyeuna reforma central, asumida ya en el gobierno anterior. Sin
embargo, dadas las fuertes resistencias por parte de las empresas
energéticas y los sindicatos mineros, aún no se ha dado el paso
esperado, especialmente ante la tendencia al alza de los precios
energéticos y de electricidad. Aunque se ha logrado aumentar la
participación de la energía eólica del 5% en 1999 al 22,9% en 2012,
sigue habiendo dificultades en lo que respecta a la infraestructura de
transmisión de las costas de los mares en el norte del país a los
consumidores y la industria en el sur. La transición energética
sigue siendo una asignatura pendiente de Angela Merkel, quien se está
enfrentando a los intereses de los conglomerados más fuertes del
país.
Con todo ello, Alemania continúa en el proceso de búsqueda de una
fórmula para la convivencia armónica entre mercado y Estado, entre
una población mayoritariamente envejecida y un escaso número de
jóvenes, entre desarrollo sustentable y estructuras industriales
tradicionales. Ninguna fuerza política ha logrado todavía
presentarle un proyecto convincente al electorado o siquiera impulsar
un debate social profundo sobre el futuro del envejecido modelo social
alemán. Se trata de un proceso de búsqueda sin un destino claro, ni
un camino fijado de antemano. Una búsqueda sin brújula, pero al
menos una búsqueda.
* Subdirector del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de
Seguridad (SWP), Berlín/RFA; actualmente es titular de la Cátedra
Guillermo y Alejandro von Humboldt en el Colegio de México, México,
D.F.
LUNES 30 DE JUNIO DE 2014 – COMCOSUR
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5) Pistoleros instalan Estado de Sitio en oeste de Bahia
(CIMI – Adital)
La región occidental del estado de Bahía está formada por la unión
de 24 municipios, entre ellos el municipio de Cocos, donde se
encuentra un grupo de indios Xakriabá. Los principales municipios de
la región son: Barreiras, Luís Eduardo Magalhães y Santa Maria da
Vitória.
Hay en la región una privilegiada cuenca hidrográfica, con
topografía plana y clima con estaciones bien caracterizadas, lo que
hizo posible la expansión de cultivos de secano y la implementación
de proyectos de riego, especialmente en los municipios de Barreiras y
São Desiderio.
La región oeste de Bahia está situada en la margen izquierda del
Río São Francisco, bañada por las cuencas de los ríos Grande,
Preto, Corrente y Carinhanha, formada por 29 ríos perennes.
Geográficamente, se inserta en la región más rica en recursos
hídricos del Nordeste brasileño. Las cuencas de estos ríos cubren
una superficie de 62.400 km², lo que equivale a 82% de las áreas de
cerrado de la región.
En las últimas dos décadas, la región sufrió una gran acoso del
agronegocio que demanda tierra y agua para el monocultivo de
'commodities' agrícolas y el desarrollo de la ganadería de
exportación, expulsando a los pequeños agricultores y a las
poblaciones tradicionales. De esta forma, la región se convirtió en
la principal frontera agrícola del estado de Bahia. El municipio de
Cocos, con aproximadamente 20 mil habitantes, se encuentra a 684
kilómetros de Brasilia y a 878 de Salvador, capital del estado.
En los últimos años, las poblaciones tradicionales (quilombolas,
ribereños y pueblos indígenas) se han articulado para resistir el
ataque generado por de la expansión del agronegocio, que ignora
totalmente la existencia de estas poblaciones y sus derechos. En el
municipio de Cocos, la ausencia del Estado ha fortalecido grupos que
trabajan en lo"general", controlan la región y expulsan a las
comunidades de sus tierras recurriendo al uso de las milicias armadas.
Son rutinarias las denuncias ante la Policía Federal por la práctica
de trabajo "análogo a la esclavitud” explotada por los hacendados
en la región, regresando a la época de la Colonia, donde ha
prevalecido la ley del más fuerte.
La comunidad indígena Xakriabá de la ‘Aldea de Porcos’,
municipio de Cocos, durante más de cuatro años viene siendo atacada
con el propósito de que renuncie a su decisión de establecerse en
ese territorio y luchar en defensa de sus derechos.
En el año 2014, estos ataques se intensificaron, dejando a los
indígenas aislados, sin acceso a servicios de salud, especialmente a
los niños, ancianos y mujeres embarazadas, que son quienes más
sufren por la falta de asistencia. En la aldea, hay pacientes
hipertensos y mujeres embarazadas que necesitan seguimiento
sistemático.
Por el accionar de los pistoleros, las familias también son impedidas
del acceso a la ciudad de Cocos, para llevar a cabo tareas básicas y
necesarias, como recibir los servicios públicos y realizar sus
compras. Los vehículos que transportan a los moradores hasta la zona
urbana de Cocos, han recibido órdenes de los pistoleros, de no
transportar a los indígenas, incluso si pagan por el servicio. La
comunidad indígena se encuentra a 110 kilómetros de la sede del
municipio en una zona de difícil acceso.
Las acciones violentas contra la comunidad indígena de Xakriabá de
Porcos, están siendo coordinadas localmente por un capataz de las
haciendas establecido cerca de la aldea. El mismo fue debidamente
identificado y denunciado ante las autoridades policiales.
En 2013, la comunidad indígena, con el apoyo del padre Albanir da
Mata Souza, párroco de la parroquia de São Sebastião, diócesis de
Bom Jesús da Lapa, obtuvo un vehículo, solicitándolo a la
Secretaría Especial de Salud Indígena (Sesai), para viabilizar la
atención de la comunidad en salud, lo que suscitó la ira de los
hacendados, que ahora están amenazando al padre Albanir y al líder
indígena Divalci. Estos hacendados han prohibido que el vehículo
donado para servicios de salud, entre o salga de la aldea. Además,
también están impidiendo al P. Albanir celebrar misa en diversas
áreas rurales del municipio, con amenazas de emboscarlo para matarlo.
Las amenazas se repiten diariamente, Albanir ya ha hecho la denuncia
formal, haciendo los ‘boletines de ocurrencia’, identificando a
los autores de las amenazas ante la Policía Civil y el Ministerio
Publico Federal de Barreiras.
En mayo de 2014, la comunidad fue seleccionada para la perforación de
un pozo artesiano, pero las obras no pudieron ser concluidas debido a
los ataques de pistoleros. El gobierno municipal fue impedido de
realizar obras de mejoramiento de caminos destinados a facilitar la
movilidad rural y elacceso a la aldea. Los empleados del Ayuntamiento,
también fueron amenazados por el mismo grupo de pistoleros y
finqueros, viéndose obligados a suspender los trabajos bajo la
amenaza de las máquinas donadas al municipio por el gobierno federal
serían quemadas.
El 03 de junio, el vehículo de la Sesai, donde viajaba la familia del
cacique, fue atacado por dos hombres armados y obligado a regresar a
la aldea indígena. Los autores del atentado fueron identificados y
denunciados. La emboscada se produjo alrededor de 6 de la mañana,
cuando el líder se dirigía primero a la localidad de Cocos y luego a
Barreiras, donde sería recibido por el Procurador del
MinisterioFederal. La interceptación se produjo violentamente y el
conductor del vehículo se vio obligado a regresar, después de haber
recorrido unos 40 km hacia Cocos.
A su llegada a la aldea indígena, el cacique fue rodeado por
aproximadamente 40 hombres que lo hostigaron y celebraban su
detención. Los pistoleros responsables del ataque fueron aplaudidos y
recibidos con vítores y aplausos. Entonces uno de los pistoleros,
también identificado, hizo varias amenazas al cacique y le notificó
que desde ese momento, del coche de la Sesai o cualquier otro
vehículo que representase a los órganos de defensa y realización de
los derechos indígenas, tenía prohibido circular en ese lugar, y
que, si la orden no fuese respetada, los vehículos que estuviesen al
servicio de la comunidad serían incendiados. Estos pistoleros
también fueron denunciados ante el MPF.de Barreiras.
Sitiada y amenazada, la comunidad indígena pudo entrar en
comunicación con la Funai en la ciudad de Paulo Afonso, Bahia,
solicitando una visita urgente a la zona, para exigir se tomen medidas
para proteger sus derechos.
El 19 de junio, la Coordinación Regional de la Funai de Paulo Afonso
se dirigió a la aldea de Porcos con el fin de determinar la
situación y buscar soluciones al conflicto. El día anterior
surgieron rumores en la región de que habría un atentado contra el
equipo de Funai y la amenaza se cumplió. El hecho se produjo
alrededor de 18hs30min, cuando funcionarios públicos regresaban de la
reunión efectuada en la Aldea de Porcos.
El vehículo que conducía el equipo federal fue atacado por disparos
de armas de gran calibre. El equipo de servidores de Funai compareció
ante la Policía Civil de Cocos y registró el ‘boletín de
ocurrencias’ (informe formal a la policía), la revisión policial
del vehículo fue solicitada por el coordinador regional de la Funai
de Paulo Afonso.
La situación y los hechos vienen siendo denunciados ante los órganos
competentes, pero ninguna solución ha sido buscada o ejecutada hasta
el momento. Las familias son separadas como resultado del dominio y
control efectivo que los pistoleros ejercen sobre las áreas que dan
acceso a la aldea. La población tiene su derecho de ir y venir
negado, prácticamente viven exiliados. Quien está en la aldea no
puede salir y los que están en la ciudad no pueden volver a la aldea.
En esta región, se hace evidente, que hacendados y pistoleros [a su
servicio] han instalado un "Estado" aparte, donde el Estado brasileño
no se impone y la violación de los derechos de los ciudadanos es
flagrante, cotidiana y permanente.
Expresamos nuestra solidaridad al pueblo Xakriabá de la aldea de
Porcos, en el municipio de Cocos, a las comunidades tradicionales al
oeste de la bahía, así como, al padre Albanir d Souza. Exigimos eso
si cumpla con la Constitución reconociendo y demarcando el territorio
tradicional de Xakriabá y la efectiva aplicación de sus derechos,
incluido el de ir y venir. Instamos a las autoridades y organismos
públicos a restablecer el Estado de Derecho en la región, tomando
medidas urgentes y estructurales para la protección de los Xakriabá,
de la aldea de Porcos, de las comunidades tradicionales y del padre
Albanir, que corren el riesgo de la vida y de ser irrespetado en su
dignidad por la codicia de los latifundistas, representantes del
agronegocio depredadora.
Denunciamos el vínculo umbilical entre las acciones de estos
hacendados y sus pistoleros, con los discursos de incitación al
crimen proferidos por los parlamentarios del Frente Parlamentario
Agropecuario, y las pautas anti-indígenas defendidas por la bancada
ruralista en el Congreso Nacional, por ejemplo las PECs 215/00 y
237/13, 416/14 y del PLP 227/12.
LUNES 30 DE JUNIO DE 2014 – COMCOSUR
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6) El impacto de la producción agroindustrial sobre el derecho a la
alimentación
Micòl Savia (Alai)
Hoy en día en el mundo se produce mucho más de lo suficiente para
alimentar a toda la población, sin embargo, una de cada siete
personas sufre de hambre crónica. En 2009, la FAO (Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) anunció
la cifra vergonzosa de 1.020 millones de hambrientos. El 80% de ellos
vive en zonas rurales: son campesinos, pequeños agricultores,
trabajadores sin tierra, personas que viven de las actividades
tradicionales de pesca, caza y pastoreo[1].
El hambre, como todos sabemos, no es un desastre natural, sino el
resultado de políticas económicas deliberadamente impulsadas por los
países capitalistas avanzados y sus instituciones financieras (Banco
Mundial, OMC y FMI, o “jinetes del Apocalipsis” como las llama
Jean Ziegler[2]) y de las cuales sólo se beneficia un puñado de
grandes empresas transnacionales, en detrimento de los derechos
humanos de grandes sectores de la población mundial.
La progresiva industrialización, privatización y liberalización del
sector agroalimentario, y la creciente concentración de la cadena
alimentaria en manos de unas pocas empresas privadas que persiguen
como único fin el de maximizar sus ganancias, están destrozando
perentoriamente el medio ambiente, al tiempo que condenan a muerte
millones de ciudadanos. Los campesinos, privados de los recursos
productivos básicos, como tierra, agua y semillas no alcanzan a
producir siquiera lo necesario para sobrevivir. Y, por supuesto, no
pueden alimentar al resto del mundo, que consecuentemente queda a
merced de las multinacionales.
En 2012, el Relator Especial de la ONU sobre el derecho a la
alimentación, Olivier De Shutter, presentó al Consejo de Derechos
Humanos un informe[3] en el que denuncia que los sistemas alimentarios
actuales no sólo no han conseguido acabar con el hambre, sino que
además promueven dietas malsanas que generan sobrepeso y obesidad,
dos fenómenos que provocan aún más muertes en el mundo que un peso
inferior al normal.
Los datos son muy alarmantes: “hoy en día más de 1.000 millones de
personas de todo el mundo tienen sobrepeso, y al menos 300 millones
son obesas. El sobrepeso y la obesidad ocasionan 2,8 millones de
muertes cada año, de forma que, en la actualidad, el 65% de la
población mundial vive en países (todos los países de ingresos
altos y la mayoría de los países de ingresos medianos) en los que el
sobrepeso y la obesidad ocasionan más muertes que un peso inferior al
normal”. Esto quiere decir que, por ejemplo, en un país como los
Estados Unidos, por primera vez los niños podrían tener esperanzas
de vida inferiores a las de sus padres.
El aumento de enfermedades cardiovasculares, diabetes, cánceres
gastrointestinales y otras enfermedades relacionadas a la
malnutrición, suele atribuirse a un “estilo de vida elegido", es
decir, a la decisión de hacer menos ejercicio físico y consumir más
comida rápida. Pero, advierte De Shutter, no es así, “se trata de
un problema sistémico. Hemos creado entornos generadores de obesidad
y hemos diseñado sistemas alimentarios que, con frecuencia, se oponen
a estilos de vida más sanos en vez de propiciarlos”.
Los gigantes del agroindustria, tras quitar la tierra a los campesinos
del Sur, inundaron los supermercados de los países del Norte con
productos altamente procesados, hipercalóricos y ricos en sal,
azúcar y grasas saturadas: la llamada comida basura o chatarra. La
distribución capilar y a precio barato de estos productos ha
provocado un verdadero cambio nutricional en nuestras dietas.
Obesidad: la nueva amenaza
En la actualidad, en los países ricos, una alimentación sana que
incluya una amplia variedad de frutas y verduras es más cara que una
alimentación rica en aceites, azúcares y grasas. Este es sin duda
uno de los factores responsables del aumento del sobrepeso y la
obesidad, que de hecho afectan de manera desproporcionada a los más
pobres. Estudios científicos demuestran una estrecha relación entre
niveles bajos de educación y de ingresos y mayores tasas de obesidad,
diabetes de tipo 2 y enfermedades coronarias.
Sin embargo, la obesidad y las enfermedades no transmisibles
vinculadas a dietas poco sanas ya no son una exclusiva de los países
ricos. Los países en desarrollo están viviendo un cambio rápido
hacia el consumo de alimentos procesados, que suelen ser importados, y
el abandono de las dietas tradicionales. Los alimentos de alta
calidad, en particular verduras y frutas tropicales, se exportan al
extranjero mientras que importan cereales refinados. Además, la mayor
inversión extranjera directa en la industria de procesamiento y la
existencia de más supermercados provocan un aumento de estas
enfermedades. “Por ejemplo, tras la entrada en vigor del Tratado de
Libre Comercio de América del Norte, empresas estadounidenses
aumentaron masivamente sus inversiones en la industria mexicana de
procesamiento de alimentos (de 210 millones de dólares en 1987 a
5.300 millones en 1999) y las ventas de alimentos procesados en
México se dispararon a una tasa anual de 5% a 10% entre 1995 y 2003.
El aumento resultante en el consumo de refrescos y refrigerios entre
los niños mexicanos es la causa de las muy elevadas tasas de obesidad
infantil en el país”, señala De Shutter.
Las consecuencias son inexorables. Se calcula que, para 2030, en los
países pobres 5,1 millones de personas morirán prematuramente cada
año por enfermedades relacionadas con la malnutrición. Para las
sociedades el coste de estas enfermedades es inmenso, tanto el coste
directo (atención sanitaria) como el costo indirecto (pérdida de
productividad). Ya actualmente en América Latina y el Caribe el costo
sanitario por casos de diabetes se sitúa en 65.000 millones de
dólares al año, o entre el 2% y el 4% del PIB[4].
En su informe, Olivier De Shutter recomienda a los Estados varias
medidas para promover dietas más sanas como, por ejemplo, aplicar
impuestos a los refrescos y alimentos con alto contenido de grasas,
azúcar y sal o reexaminar los sistemas existentes de subsidios
agrícolas. Y fue muy claro en su diagnóstico: “Solo se conseguirá
una transición hacia dietas sostenibles apoyando distintos sistemas
de explotación agrícola que permitan garantizar a todas las personas
el acceso a dietas adecuadas y al mismo tiempo respaldar los medios de
subsistencia de los agricultores pobres, y que sean sostenibles desde
un punto de vista ecológico.”
A la misma conclusión llegaron otras agencias internacionales como la
FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todas concuerdan: el
cambio de rumbo es urgente. La comida no es una mercancía sino una
fuente de vida.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU está actualmente discutiendo
un proyecto de Declaración sobre los derechos de los campesinos y
otras personas que viven en las zonas rurales. La discusión es
complicada. Los Estados Occidentales, a pesar de las repetidas
advertencias del Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación
y de otros expertos, se oponen al proyecto con fuerza. Sin embargo,
los campesinos luchan con determinación. Su lucha por la tierra, el
agua, las semillas, los medios de producción, la biodiversidad, etc.,
es nuestra lucha. Sin ellos no podemos sobrevivir.
–
– Micòl Savia esabogada, representante permanente de la Asociación
Internacional de Juristas Demócratas (AIJD) ante las Naciones Unidas
en Ginebra.
* Este texto es parte de la Revista América Latina en Movimiento,
No., 496 de junio de 2014, que trata sobre el tema de " Políticas y
alternativas en el agro en el año de la agricultura familiar" –
[1] Estudio definitivo del Comité Asesor del Consejo de Derechos
Humanos sobre la discriminación en el contexto del derecho a la
alimentación (A/HRC/16/40)
[2] Jean Ziegler, Destrucción masiva, la Geopolítica del hambre,
Península, 2012.
[3] Informe A/HRC/19/59, 2012
[4] Informe del Secretario General de las Naciones Unidas (A/66/83)
LUNES 30 DE JUNIO DE 2014 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las
ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material
dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza
espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción
intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no
disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las
ideas de la clase dominante”. Carlos Marx
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POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR /
COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
Coordinación : Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17
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cuenta con ningún tipo de apoyo institucional ni personal.
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Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este
boletín,no reflejan necesariamente la posición que podría tener
Comcosur sobre los temas en cuestión.
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