COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2213 / Miércoles 05.06.2019 – Hoy:
1) La revolución del viento
2) El Cóndor más allá del sur /Samuel Blixen
3) Matemática imperial: Israel x Trump = acabar con la cuestión palestina /Luis E. Sabini Fernández
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1) URUGUAY: LA REVOLUCIÓN DEL VIENTO
Uruguay inició en 2010 el cambio de matriz energética. Nadie confiaba en que lo lograría. Hoy casi el 100 % de su energía es renovable. Y gran parte proviene del viento.
DW- Deutsche Welle
Uruguay ha logrado en pocos años algo que parecía imposible, que casi toda la electricidad que produce proceda de fuentes renovables: del agua, de residuos agroindustriales, del sol y del viento. Pero es la energía eólica la gran protagonista de esta revolución en la matriz eléctrica.
Los 700 aerogeneradores que pueblan el paisaje de este pequeño país producen casi el 40% de la electricidad, una cifra que, en todo el mundo, sólo supera Dinamarca. Cuando el viento sopla fuerte, llegan incluso a cubrir toda la demanda.
El modelo anterior dependía fundamentalmente de la energía que se produce en las represas del país, pero también de fuentes fósiles y de la importación de electricidad de Argentina y Brasil.
Era un modelo que disparó el precio de la producción eléctrica hasta límites insospechados y que se mostró insostenible por su vulnerabilidad a la subida de los precios del petróleo, o a las épocas de sequía.
Es por ello por lo que todos los partidos políticos se pusieron de acuerdo durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez, e hicieron de la política energética un asunto de estado. Aprobaron el modelo energético que querían para 2030 con un objetivo claro: alcanzar la soberanía energética para no depender ni de los países vecinos, ni del petróleo y apostar por la diversidad de energías renovables.
Hoy en día las centrales térmicas apenas necesitan prenderse. Están de backup para cuando los recursos naturales no bastan. El 50% de la electricidad se sigue generado en las represas del país. Pero se ha introducido un 38% de energía eólica, un 3% de solar y un 7% procedente de biomasa. Sólo el 2% es térmica.
Con este modelo, la producción eléctrica es infinitamente más barata y más limpia. Además, el país ha pasado de necesitar importar electricidad a ser un exportador neto.
Dar giro a la matriz eléctrica en tan poco tiempo fue todo un reto. Lo lograron gracias a un modelo económico que aseguraba a las empresas constructoras de los parques eólicos la compra de energía a un precio fijo.
Así consiguieron una inversión de 3.000 millones de euros. Pero no todas las granjas eólicas son privadas. UTE, la empresa eléctrica pública, también es propietaria. Y hay parques eólicos que salieron a Bolsa, y que permitieron que los ciudadanos fueran coactores de esta revolución.
Incluso se fomentó, con grandes beneficios fiscales, que las industrias instalaran sus propios molinos para autoabastecerse y con la posibilidad de vender los excedentes.
DW – Deutsche Welle
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2213 / Miércoles 05.06.2019
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2) EL CÓNDOR MÁS ALLÁ DEL SUR
Los documentos desclasificados por Estados Unidos revelan los planes para asesinar a Hugo Cores y Wilson Ferreira Aldunate.
Por Samuel Blixen /Brecha, 31 mayo, 2019
Entregados recientemente al gobierno argentino, los archivos dan cuenta del protagonismo de la inteligencia uruguaya en planes para asesinar a opositores exiliados en Europa con el visto bueno del comandante en jefe del Ejército, general Julio César Vadora.
Hugo Cores, secretario general del PVP, y Wilson Ferreira Aldunate, líder del Partido Nacional, dos de los más prominentes exiliados uruguayos después del asesinato de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, fueron señalados como blanco de la Operación Cóndor para ser eliminados físicamente en Europa. Cores y Ferreira encabezaban una lista de objetivos elaborada por la jefatura operativa del Cóndor, instalada en Buenos Aires en junio de 1976, tras la decisión de poner en marcha el plan Teseo, tercera fase del Cóndor para operar fuera de fronteras del Cono Sur en la persecución y muerte de exiliados políticos, fueran o no considerados “terroristas y subversivos”.
Todo indica que hubo un intento de concretar el asesinato de Cores, cuando un equipo integrado por oficiales de la inteligencia argentina y uruguaya se trasladó a Francia en diciembre de 1976. La persecución con fines de eliminación del secretario del PVP se prolongó por lo menos hasta 1978, cuando fracasó una “ratonera” instalada en Porto Alegre por oficiales de la Compañía de Contrainformación del Ejército uruguayo.
La vigilancia sobre Ferreira Aldunate, que residía en Londres, pero que estaba en permanente movimiento en sus viajes de campaña para denunciar el terrorismo de Estado de la dictadura uruguaya, se extendió por Europa, Estados Unidos y Sudamérica de forma obsesiva hasta mediados de 1977. Los indicios sugieren que hasta esa fecha la vigilancia estaba determinada por el plan de asesinato, aunque los partes periódicos sobre sus movimientos continuaron hasta el día mismo en que regresó a Uruguay, en 1984.
Se presume que los planes de la sección operativa para promover ejecuciones más allá de las fronteras del Cóndor dentro de América Latina, primero, quedaron en suspenso y, después, se desactivaron con la política de sanciones aplicada por el gobierno de Jimmy Carter (1977-1981), a partir de la enmienda del congresista demócrata Edward Koch, que supeditó la ayuda militar de Estados Unidos que recibían las dictaduras sudamericanas a la situación de los derechos humanos.
El nombre de Edward Koch también integró la lista de objetivos de Teseo, así como los de los principales dirigentes de Amnistía Internacional, Edy Kaufman y John Salzberg. En las listas aparecían también los nombres de los militantes identificados del MLN, del ERP argentino, del MIR chileno y del ELN boliviano, que integraban la Junta Coordinadora Revolucionaria (JCR) y que actuaban en Europa.
El Cóndor concretó, por lo menos, dos asesinatos de dirigentes políticos después del episodio de Michelini, Gutiérrez Ruiz, William Whitelaw y Rosario Barredo, crímenes que también deben ser atribuidos al Cóndor: el del general Juan José Torres, ex presidente de Bolivia, secuestrado en Buenos Aires (donde vivía exiliado desde su derrocamiento en 1971), cuyo cuerpo apareció debajo de un puente en la provincia de Buenos Aires, el 2 de junio de 1976, con múltiples señales de tortura, y el del ex canciller chileno Orlando Letelier, asesinado en Washington junto con su secretaria, en setiembre del mismo año, cuando una bomba destruyó el automóvil en que viajaban.
Más allá de fronteras
El mismo día en que Torres era asesinado en un operativo conjunto de argentinos y bolivianos, y 12 días después de los asesinatos de Michelini y Gutiérrez Ruiz, representantes de la inteligencia de los seis países que integraban el Cóndor (Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia) se reunieron en Santiago de Chile para una puesta a punto de la coordinación represiva que se había resuelto crear en noviembre de 1975 en Viña del Mar. (Esa coordinación fue bautizada con el nombre de Cóndor a propuesta del delegado uruguayo, el entonces coronel José A Fons, subdirector del Servicio de Información de Defensa [SID], firmante del documento constitutivo.)
La puesta a punto, según un documento secreto de la Cia fechado el 21 de julio de 1976, recientemente desclasificado, incluía dos novedades: una era la partición del Cóndor en dos grandes rubros, Condortel, para el intercambio de información, comunicaciones y alimentación de una base de datos, centralizada en Santiago, y Condorop (o Condoreje), para los operativos represivos conjuntos, cuyo cuartel general quedó instalado en Buenos Aires, en el edificio del Batallón 601 de la inteligencia argentina.
La segunda novedad fue un acuerdo para realizar ejecuciones de exiliados en Europa. Los delegados de Brasil, Bolivia y Paraguay, en principio, condicionaron su participación. “En acuerdo separado, pero en línea con el pensamiento cooperativo del Cóndor, Uruguay acordó operar en forma encubierta en París con los argentinos y los chilenos contra la Junta Coordinadora Revolucionaria y otros terroristas”, dice el documento de la CIA. Brasil accedió a colaborar en aspectos técnicos de comunicaciones.
Una discusión más a fondo de este proyecto se concretó un mes después, el 2 de julio, en Buenos Aires. El Condorop se propuso planificar operaciones en Francia, para lo que se acordó un mecanismo que funcionaría en dos tiempos: una vez identificados los blancos (“targets”) se desplazaría a Francia un equipo integrado por uruguayos, argentinos y chilenos, que realizaría recolección de inteligencia (confirmación de identificación, ubicación de la residencia del objetivo, vigilancia de sus movimientos, etcétera). Recién después se conformaría otro equipo para la eliminación física del objetivo.
Se acordó que los aparatos de inteligencia franceses no serían informados del plan. Asimismo, prevaleció el criterio de que los equipos fueran mixtos y que los participantes estuvieran compartimentados, de manera que el equipo de vigilancia no sabría quien integraría el equipo de ejecución y viceversa. (La inteligencia brasileña aportó a sus socios del Cóndor un aparato para cifrar y descifrar la información que se intercambiaba vía telex y que, según los documentos desclasificados, era una máquina similar a una vieja caja registradora con teclas para números.) Los integrantes de los equipos destinados a operar en Europa viajarían con documentación falsa aportada por los países miembros.
El informe de la CIA, elaborado con base en una fuente cuya identidad fue preservada en la desclasificación, señalaba que “puesto que Brasil, Bolivia y Paraguay no aceptaron cumplir con el acuerdo para montar las operaciones en Francia, el granel del esfuerzo probablemente será realizado por Argentina, Chile y Uruguay”. Los documentos sugieren que Brasil y Bolivia compartían de alguna manera los temores paraguayos de que acciones extraterritoriales del Cóndor provocarían reacciones diplomáticas de Estados Unidos.
Los objetivos uruguayos
Otro documento desclasificado, fechado en Buenos Aires el 29 de julio de 1976, cita una fuente (cuyo origen fue censurado en el texto) según la cual el organismo de coordinación estaría integrado por dos oficiales representantes de cada servicio de inteligencia. Uno de los dos delegados uruguayos que asistió a la conformación de la coordinación era un mayor destinado a recibir un curso de entrenamiento para dirigir los grupos de recolección de inteligencia que tenían como objetivo operar extrazona. Coincidentemente, documentos de la inteligencia uruguaya señalan al mayor José Gavazzo, jefe del Departamento III (Operaciones) del SID, como responsable del Condorop uruguayo. La delegación uruguaya aclaró, empero, que el presupuesto del servicio de inteligencia del Ejército no contaba con los 50.000 dólares de la cuotaparte para la financiación de las operaciones en Europa.
En esa reunión de julio, la oficina de coordinación comenzó a elaborar las listas de posibles objetivos. Aunque los asesinatos debían ser concretados por comandos “mezclados”, había una sola lista de objetivos. La aprobación de las propuestas sería por simple mayoría de los coordinadores. La fuente de la CIA en Buenos Aires informaba que “Chile tiene muchos (no identificados) objetivos en Europa”. Y agregaba: “Terroristas como Hugo Andrés Cores Pérez, líder de la Organización Popular Revolucionaria 33, deben ser incluidos definitivamente en la lista uruguaya”. El documento de la CIA señalaba que los uruguayos “están considerando objetivos no terroristas como el político opositor Wilson Ferreira Aldunate, para el caso de que él viaje a Europa”. Wilson, que el 20 de mayo sobrevivió al exterminio de las principales cabezas del exilio uruguayo, se había asilado en la embajada de Austria en Buenos Aires. En Europa inmediatamente inició un periplo de denuncias con conferencias en distintas capitales europeas. Pero el 17 de junio de 1976 fue invitado a testificar ante un subcomité del Congreso de Estados Unidos y permanecía en Washington cuando los agentes de la CIA informaban a la central.
El papel del general Vadora
Los asesinatos planificados de Cores y Ferreira fueron autorizados por el general Julio César Vadora: “En Uruguay, el comandante en jefe del Ejército general Julio C Vadora es el único político de alto nivel en el gobierno uruguayo que conoce que uno de los planes del Cóndor que operará en Europa es liquidar a individuos especialmente seleccionados. En Uruguay, la Junta de Oficiales Generales no será advertida de estas planificadas operaciones de asesinatos, ni tampoco el presidente Alberto Demicheli y el presidente-designado Aparicio Méndez, o el canciller Juan Carlos Blanco”.
La fuente de la CIA era de la opinión de que en Chile, Juan Manuel Contreras, el general jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), era el encargado de coordinar la lista de objetivos y los detalles con el presidente Augusto Pinochet. Por su parte, el mayor retirado del Ejército argentino Ignacio Rojas era identificado como el responsable de la “Mesa Internacional”, como se designaba al organismo coordinador de operaciones del Cóndor.
A comienzos de diciembre tuvo lugar en Buenos Aires una conferencia de delegados de todos los países del Cóndor para poner en marcha un programa de guerra psicológica. Las acciones incluían operativos de prensa, con informaciones falsas, que serían divulgadas en diferentes países. Chile, por ejemplo, instaló una campaña sobre las supuestas relaciones de Eduardo Frei con operadores estadounidenses, que fue publicada en Buenos Aires. Otro tanto hizo Uruguay para desinformar sobre el secuestro y detención clandestina de una prisionera de la Armada argentina. La prisionera fue trasladada a Uruguay, donde se fraguó una supuesta entrevista; revistas argentinas desplegaron profusamente las fotos obtenidas en un hotel céntrico de Montevideo.
Según un documento desclasificado, el delegado uruguayo a la conferencia sobre guerras psicológicas era el capitán de la Fuerza Aérea Horacio Sasson. Su nombre en código era Cóndor-5. En esa época, Sasson integraba el staff de oficiales del Departamento III del SID. El argentino Ciro García, de la SIDE, era Condor-1; el boliviano Víctor Barrenechea era Condor-2; el coronel chileno Enrique Cowell era Condor-3, y el comandante paraguayo Rubén Sosa era Condor-4. Los nombres en clave respondían al número que identificaba a cada país miembro de la red de inteligencia; el sexto país, Brasil, no está mencionado porque no concurrió a la conferencia.
Una fuga indiscreta
Pero, a mediados de diciembre, la tercera fase del Cóndor sufrió un serio revés. Un informe de la CIA fechado en Buenos Aires revelaba que había regresado a Argentina un equipo integrado por oficiales argentinos y uruguayos desplazado a Francia para realizar la recolección de información de inteligencia sobre “tres terroristas [una línea censurada]. Un día después que el equipo del Cóndor localizara su casa silenciosamente dejaron su residencia. El equipo del Cóndor está convencido de que hubo una fuga de información sobre el plan operacional hacia los terroristas, que fueron puestos en alerta”, dice el documento.
Como consecuencia de esa fuga de información, “el jefe de [censurado] está teniendo algunas dudas sobre la conveniencia de mantener equipos para operar conjuntamente con otros países. (La fuente) piensa que los problemas son demasiado grandes y que mucha gente conoce sobre el Cóndor como para que sea efectivo”.
Sin embargo, otros elementos sugieren que los planes de asesinato en el marco del plan Teseo continuaron, como lo atestigua el intento fallido de que el gobierno de Estados Unidos diera la autorización para que Gavazzo y Fons tuvieran visa diplomática, uno como agregado militar y otro como delegado en la Junta Interamericana de Defensa, a ser implantados en Washington para el seguimiento de un objetivo, que podía ser el congresista Koch o Wilson Ferreira. Y en 1978 fuerzas combinadas de oficiales uruguayos y policías brasileños secuestraron a Lilián Celiberti y Universindo Rodríguez, y a dos niños hijos de la primera. Dejaron en el apartamento de Porto Alegre una “ratonera” que tenía como objetivo apresar a Cores, que recientemente había abandonado Francia. Cores –que posiblemente haya sido uno de los objetivos del equipo del Cóndor que operó en Francia en diciembre de 1976, y que fue neutralizado por una fuga de información– advirtió la trampa montada en Porto Alegre y fue él quien, mediante una llamada telefónica anónima, alertó a los periodistas de la revista Veja, dejando así en descubierto el secuestro realizado por la Compañía de Contrainformación, una unidad que dependía directamente del Estado Mayor del Ejército, y por tanto personalmente del comandante en jefe del Ejército, en aquel entonces el general Gregorio Álvarez.
Samuel Blixen / Semanario Brecha
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2213 / Miércoles 05.06.2019
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3) MATEMÁTICA IMPERIAL: ISRAEL X TRUMP = ACABAR CON LA CUESTIÓN PALESTINA
Luis E. Sabini Fernández
revistafuturos.noblogs.org
Ofensiva mundial de la extrema derecha liberal
Hasta el menos avezado en política internacional advierte el endurecimiento de EE.UU. y en general del eje geopolítico planetario que pasa por EE.UU., el Reino Unido (cada vez más entre paréntesis) e Israel.
Mi impresión es que los palestinos han iniciado la esforzada Marcha del Retorno (desde 30 mar 2018) como respuesta a la política que el tándem Trump-Netanyahu ha decidido llevar adelante y que es, sencilla y brutalmente, “la solución final” a la cuestión palestina. Bajo el ominoso nombre de “Plan de Paz” que, al desconocer toda especificidad palestina, se lo debe llamar Plan de Paz de los cementerios. Porque se trata de un plan para borrar la cuestión palestina. Para Netanyahu-Trump, no hay palestinos. Como en “los primeros tiempos”, con Israel flamante, su canciller Golda Meir sostenía con desenfado y desprecio: “los palestinos no existen”, y por lo tanto no corresponde ningún reclamo al respecto; ni de tierras, ni de territorios, ni de soberanía, ni de rendición de cuentas, de nada.
Lo que empezó con pequeñas usurpaciones legales (mediante compras comerciales, a precios tentadores, a propietarios turcos latifundistas ausentes) a fines del siglo XIX; siguió diezmando la rebelión de Palestina en 1936, cuando ya sectores considerables de su población advirtieron el proceso de implantación y usurpación crecientes, ante el que se levantaron en una suerte de huelga insurreccional, que le costó a la sociedad palestina miles de ejecutados, y poco después, el sionismo, valiéndose del triunfo de Los Aliados en 1945, generando “hechos en el terreno”, que la ONU jamás fue capaz de desandar, porque tras la feroz represión nazi generalizada a judíos, sobre todo con la II Guerra Mundial, los sionistas en particular ‒y los judíos en general‒ obtuvieron una suerte de salvoconducto moral que los puso a salvo de cualquier crítica.
Pero el victimismo que prosperó en la posguerra ha ido trasmutando, con el tiempo, en algo cada vez más prepotente y menos democrático.
La brutalización
Veamos al azar, apenas unos episodios “termómetro”:
Mujeres judías y árabes se juntan en una plaza de Tel Aviv (“Mujeres de negro”) para reclamar algunos derechos (mínimos) y contra la política agresiva israelí. La extrema derecha hace contramanifestaciones, con varones, que no sólo vocean en contra sino que las prepotean, las empujan…
Los israelíes que matan, mediante incendio, por ejemplo, a población palestina han sido festejados, sobre todo desde las colonias que agrupan a los más cobardemente violentos, y tolerados ‒ ¿pasividad, impotencia?‒ por el resto de la población judía israelí. Cuando en la ciudad de Lod se hizo el año pasado el juicio contra colonos que perpetraron la muerte de casi toda una familia palestina (padres y bebe de 18 meses quemados vivos en la vivienda de madrugada; el primogénito, 4 años, sobrevivió con grandes daños en su cuerpo y secuelas de por vida), se cambió la carátula inicial de asesinato por el de incendio provocado. Las tres muertes resultantes y el herido de por vida pasaron a un segundo plano; el que realizó materialmente el incendio, aunque dentro de un grupo antiárabe (jurídicamente cómplices), recibió así una condena que podrá cumplir con arresto domiciliario. A mi modo de ver lo más espeluznante es la actitud ante las víctimas: los que acompañaban al incendiario asesino tarareaban; “Todos quemados y no está Alí, ¿dónde está Alí?; Alí no está, Alí quedó a la parrilla.” Alí era el pequeñín de la pareja, quemado vivo.
Saña, sádica, abusiva, burlona, una pervertida forma de chutzpah.
La tripulación turca que no aceptó de buen grado el abordaje a su barco de auxilio a Gaza: sin armas de fuego ni cuchillos, resistieron con algún palo el abordaje ilegal en alta mar desde barcos piratas israelíes: los comandos “de Defensa” israelí ametrallaron y mataron así, en el copamiento, alrededor de una decena de tripulantes.
Veamos algunas declaraciones que entiendo abonan esta atrocidad que ha ido creciendo junto con la brutalización y el despojo, fríamente calculado, de la ocupación israelí.
A los “ocupacionistas” les gusta llevar adelante una comparación/identificación: en Israel se estima muy apropiada la “solución” de las Indian Reservations, el modelo madeinUSA.
Inevitablemente, la base del plan Trump-Netanyahu es la mentira y el escamoteo. El embajador de EE.UU. en Israel, David Friedman, un modélico anarcocapitalista, según sus propias palabras, declaró con total descaro que: “Israel ocupa apenas el 2% de Cisjordania”. En Cisjordania, la región más grande de la Palestina histórica que hasta 1967 no estaba dentro del mapa israelí, asiento de una población palestina de aproximadamente dos millones y medio de habitantes y lugar de las principales ciudades palestinas (Ramallah, Tulkarem, Qualquilia, Nablus, Jericó, Belén, Hebrón) fue “descuartizada” por los vergonzantes Acuerdos de Oslo (1993) en tres niveles de gobierno (administración militar israelí, administración compartida y administración palestina). 2% es más bien lo que los “acuerdos” de Oslo dejaron a los inermes palestinos y una enorme parte de ese territorio quedó bajo la administración militar israelí, con las consecuencias fáciles de prever en 1993 y visibles en 2019: los colonos se han ido adueñando de las mejores tierras, las alturas y las vías de comunicación, manejando política y militarmente la inmensa mayoría del territorio cisjordano. Hablar de 2%, cuando está hablando de más del 90% nos muestra su total desprecio por la realidad, por la verdad.
Con el período de Friedman embajador coincide el incremento de las colonias israelíes en territorio palestino, ¡qué casualidad!
El triunvirato designado por Donald Trump; Jason Greenblatt, el mencionado Friedman y el yerno, Jared Kushner, jaranean con la cuestión y con ellos el escarnio ha tomado vuelo.
Chutzpah en ristre
Por ejemplo, Greenblatt, procura echar culpas a Hamas, la organización armada musulmana palestina con mayor apoyo en la Franja de Gaza. Ha dicho: “Hamas ha dejado a Gaza en ruinas.” Una perversa versión del origen de los escombros en Gaza. Giraldi, luego de la cita, aclara que Greenblatt prosigue con una bastante certera descripción del lamentable estado de la Franja: “La vida en la Franja es ardua, triste y anormal. Sólo edificios con generador propio mantienen electricidad. La falta de corriente afecta todo, como preservar comidas o hacer el tratamiento de los desechos. […] Las estanterías de los grandes comercios están vacías. La costa, que en muchos otros lugares del Mediterráneo suelen ofrecer balnearios, está en Gaza cubierta con desechos cloacales e industriales sin tratamiento alguno y con los escombros de múltiples guerras […].”
Y como bien destaca Giraldi, la desfachatez de Greenblatt estriba en que llega a atribuir este estado de situación de la FdG a Hamas, negando de hecho el papel que ha tenido el intento de ocupación israelí. La resistencia lo ha pagado con el desesperante estado actual de la FdG. En 2005, quien iba a ser al año siguiente el Carnicero de Sabra y Shatila, Ariel Sharon, entonces premier, dispuso abandonar el territorio pero para devastarlo. Algo que hicieron de inmediato los colonos convirtiendo en escombro todas sus costosas y lujosas instalaciones y abandonando los escombros en el terreno, y en la primera noche tras la evacuación, ensordeciendo a todos los habitantes con vuelos rasantes imitando bombardeos y rompiendo la barrera del sonido, que se tradujo en una epidemia de enuresis infantil. Y los desechos industriales y cloacales que señala Greenblatt son, sobre todo, los que echan “camino al mar” los israelíes que están tierra adentro de la Franja. Se cuidan por cierto de tratarlos porque cumplen otra misión: martirizar la vida de palestinos.
Con buen olfato Marwan Bishara, periodista de Al Jazira, considera que los tres emisarios del poder imperial occidental, el triunvirato citado, con “una chutzpah inigualable”, se han dedicado a denostar a referentes palestinos, pretendiéndose, claro, superiores.
Bishara asocia, con buen tino, tales argumentaciones, con The Israel Project`s 2009, una significativa edición “ideológica” diseñada por comunicólogos sionistas y que apareció de modo sintomático, inmediatamente después de la atroz embestida por aire, mar y tierra con el calificativo de “Plomo fundido” ‒una designación oficial que es un sincericidio‒, que Israel llevó a cabo a partir de diciembre de 2008 contra la FdG y su aprisionada población.
Se trata de una elaboración de cientos de páginas (si sumamos a la edición principal, algunas otras complementarias) de las cuales tomaremos aquí apenas algunos ejemplos.
El capítulo 1 establece “25 reglas para una comunicación efectiva”. Y el primer punto de este primer capítulo establece: “A los convencibles no les importa cuánto sabes hasta que se dan cuenta cuánto te importa. ¡Mostrá empatía para AMBOS lados!”
En una frasecita, ya lo dice todo: no se trata de si te importa o no; se trata de que muestres que te importa (te importe o no).
Este penoso ejemplo resume todo The Israel Project’s 2009 (en adelante TIP) que viene a ser, en términos literarios o ideológicos, sobre el papel, lo que fue la descarga de plomo, fundido o no, sobre la población gazatí y su maltrecho territorio ese mismísimo año.
Cientos de muertos, miles de heridos. En una población de algo más de un millón y medio de habitantes. Del 27 diciembre al 17 de enero. El Centro Palestino para los Derechos Humanos, en su informe sobre la operación registra 1417 palestinos asesinados durante el conflicto. De ellos 926 habrían sido civiles (313 niños y 116 mujeres); 255, oficiales de la policía civil de Gaza y los 236 muertos restantes, milicianos de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, Yihad Islámica y otros grupos armados palestinos.
Ponderemos estas cifras pensando en población uruguaya: tendríamos casi tres mil muertos y unos once mil heridos. Y si lo hiciéramos con población argentina, este ataque durante 3 semanas arrojaría un equivalente de algo más de 38 mil muertos y unos 146 mil heridos… Las cifras de víctimas de las últimas dictaduras en estos dos países (de 7 años en Argentina y 12 años en Uruguay) ni con las estimaciones más subidas, se aproximan al infierno concentrado en apenas 3 semanas palestinas.
Esta brutalidad del ataque, que se caracterizó por producir heridas con fósforo blanco o con tungsteno (imposibles de cauterizar o limitar ni siquiera quirúrgicamente; las bolitas de tungsteno, cancerígenas, se esparcen por los tejidos y son miles); ataques y bombardeos dedicados a inutilizar las instalaciones de potabilización de agua, de generación eléctrica, sanitarias y en general sobre viviendas, escuelas y hasta hospitales; inutilizar puerto y aeropuerto del pequeño territorio, estrangulado con un sitio que para entonces ya llevaba más de dos años (y que hoy lleva más de doce), necesitaba una coartada, un descargo ideológico.
Allí hizo su entrada en la escena cibernética, en las app, en los portales, en la multitud de correos y celulares particulares, los trolls, el TIP.
“El primer paso para ganar confianza y amigos para Israel es mostrar que te importa la paz tanto para israelíes como para palestinos y, en particular, que alientas un futuro mejor para cada niño.”
Afirmar esto a semanas de haber aniquilado a centenares de niños y estropeado la vida de otros varios miles, resulta francamente indigerible y nos revela el grado de manipulación mental que este “diccionario” de “buenas intenciones” encarna.
“Use la empatía. Hasta las cuestiones más arduas pueden sortearse si te apresuras a aceptar la idea de que la otra parte tiene al menos alguna validez. Si empiezas de respuesta declarando “Entiendo y simpatizo con aquellos que…” “ya estás construyendo la credibilidad que vas a necesitar para tu audiencia.”
”Al contrario, si el núcleo de tus planteos es un coro de dedos en alto puntualizando que Israel tiene razón y los demás están equivocados, entonces vas a perder más apoyo del que vas a obtener. Alguna gente que apoya Israel puede decir: ‘es hora de marcharse’, pero gente que no apoyaba antes a Israel, entonces se alejarán definitivamente.”
El quid del asunto es que cuanto más draconiana son las medidas de despojo, cuanto más se lleve por delante los derechos de seres humanos palestinos (porque los palestinos, pese al sentir del sionismo militante y de ciertos mensajes bíblicos, son humanos), más deben envolver esta política racista, supremacista, en envoltorios de empatía, comprensión y palabras que funcionen (o rindan: “WORDS THAT WORK”). Y más por el estilo (“MORE WORDS THAT WORK”). Los diversos capítulos del peculiar diccionario de argumentaciones suelen rematarse con tales “palabras que funcionan”.
Estos lavadores de conciencia nos dicen, mejor dicho les dicen a sus acólitos: “El modo más efectivo de obtener apoyo para Israel es hablar de que ‘estamos trabajando por una paz duradera’, que ‘respete los derechos de todos en la región’. Fíjese bien que no haya mención ni de Israel ni de los palestinos.”
E insisten para desprolijos: “Y no hay ninguna justificación, bajo ningún aspecto para la matanza deliberada de inocentes, mujeres y niños. NUNCA.”
En el numeral siguiente advierte al seguidor o futuro troll: “No pretenda que Israel no tiene errores o no comete faltas. No es verdad y nadie lo creería.”
Hay que reconocerle al menos lucidez y sinceridad: “Pretender que Israel no comete errores no resulta creíble. Únicamente hará que sus preguntantes cuestionen todo lo que usted afirme. Admitir que Israel hace y continúa haciendo errores no cuestiona la justicia final de los objetivos israelíes: paz y seguridad y mejor calidad de vida para las dos partes.” Aquí, al final, sustituyeron la lucidez por la demagogia.
“Use la humildad”. Se agradece la franqueza de este argumentario: use la humildad, que no significa, por cierto, que hay que ser humildes. Apenas blandirla.
A continuación de tan “sabio” consejo nos dice TIP: “Sé que tratando de defender niños y ciudadanos de los terroristas, Israel ha lastimado accidentalmente alguna gente inocente. Lo sé y me entristece.”
La magnitud de los ataques israelíes a los palestinos dice crudamente otra cosa.
La apropiación del territorio palestino en 1948 no significó solo la expulsión y el despojo a unos 700 mil u 800 mil palestinos; también hubo miles de muertos, dato jamás relevado porque no fue revelado en su momento, lo mismo que violaciones. El ataque a la Franja de Gaza que antecede este argumentario para trolls dejó el tendal que ya hemos reseñado. Pero poco antes, en 2006, los israelíes habían incursionado en la FdG y matado a medio millar de seres humanos. Un operativo para rescatar, se dijo, a un soldado prisionero (que fue finalmente liberado, sin un rasguño, por los palestinos; Gilad Shalit). Mi impresión es que la suerte de Shalit fue una “magnífica” excusa para asesinar palestinos, incluso como algún soldado poco ducho en demografía ha dicho, ‘para ir reduciendo la población palestina’.
¿Eso es ‘lastimar accidentalmente alguna gente inocente’? ¿O perversión de lenguaje?
El libelo ingresa a los razonamientos por analogía, que ya sabemos son más manipuladores que certeros. Nos pregunta: “Si EE.UU. hubiera renunciado a tierra por paz y ese territorio fuera usado para despegar desde allí cohetes contra EE.UU., ¿qué haría EE.UU.?”
La desfachatez y la desfiguración histórica en la pregunta son llamativas. ¿Es, ha sido alguna vez, israelí la Franja de Gaza? En rigor, ha sido ocupada militarmente por Israel en 1967 como el resto del territorio palestino que no había sido ocupado por el sionismo en 1948, pero el planteo de los despojados palestinos ha sido no aceptar semejante despojo.
Colonización anacrónica, por brutal… y por colonial
El sionismo con Trump como su mascarón de proa está procurando acabar la construcción de un estado por asentamientos al estilo de EE.UU., Australia, Nueva Zelandia y otros, en una época, la segunda mitad del siglo XX y nuestro presente, donde el colonialismo ha perdido toda su pretendido lustre racista y su famosa “carga del hombre blanco” (que venía a resolverle cómo hacer una sociedad a “los primitivos”).
Para seguir en semejante intento, sus personeros no tienen más remedio que falsificar la realidad, hacer escarnio de la verdad, promover el discurso irreal. Funcionarios yanquis, por ejemplo, ya no nombran a las colonias sionistas como colonias. Ni a los colonos como tales. Pero el escamoteo semántico tiene patas cortas.
El modelo USA con su “solución india” es increíblemente falaz para la realidad palestino-israelí. Dijimos que ‒por cierto que con matanzas mediante‒ la población aborigen ahora en EE.UU. ronda el medio millón de habitantes (más aproximadamente un millón en Alaska). No llega ni al 0,5 % de la población general de EE.UU. En Palestina/Israel, grosso modo se puede hablar de dos poblaciones equivalentes, 5, 7 u 8 millones de judíos y otros tantos palestinos no judíos. El símil es insostenible.
La cruda realidad del momento es que la derecha radicalizada está con mucho “viento en la camiseta”. Europa se está enderechando a un ritmo crecientemente acelerado, la bizquera es tanta como para seguir considerando a Alexis Tsipras “de izquierda” siendo amigo de Israel, y como un contagio liberticida se suman países que entienden delito toda crítica a Israel (caso Francia y Alemania) con lo cual, adiós a cualquier democracia; China empieza a participar del festín imperial (solo que llega un poco tarde, con las porciones de la torta planetaria ya bastante carcomidas…). En la América no sajona también los vientos de la derecha (ilustrada, como la de Mario Vargas Llosa; gerencial, como la de Mauricio Macri, o francamente militarista y fascista, como la de Jair Bolsonaro) parecen propicios para los afianzamientos de un Israel con mandato divino.
Es triste comprobar que la resistencia a la ocupación que supieron encarnar tantos judíos israelíes, como con Paz Ahora, Mujeres de negro e incluso grupos radicales como Anarquistas contra el Muro o el Comité Israelí contra el Derribo de Viviendas Palestinas, han palidecido políticamente hasta apenas vérselos en el desierto ideológico israelí.
Israel cuenta a su favor el desgaste de palestinos que llevaron adelante violencia contra violencia para vencer al sionismo, que han sido derrotados y peor aún, “recuperados” mediante el invento de una Autoridad Nacional Palestina al servicio de Israel.
Quedan apenas algunos escollos. Como la creciente decepción de tantos jóvenes judíos estadounidenses, adoctrinados en el culto al Holocausto y a su presunta creatura, Israel, que van descubriendo con sus visitas a “La Tierra Prometida” que no todo era como le contaron, que en rigor casi nada es así… Y el otro gran escollo es la increíble fortaleza, tesón, entereza de los palestinos que ha arrancado del deslumbrado médico noruego Mads Gilbert esa frase siempre tan riesgosa: “Los palestinos son probablemente el pueblo más fuerte del mundo”. Gilbert ha trabajado varias veces en los hospitales de campaña, primero en El Líbano y luego en la Franja de Gaza. Conoce mucho del dolor y la desesperación humana… y palestina.
Luis E. Sabini Fernández
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2213 / Miércoles 05.06.2019
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Joao Pedro Stedile – MST (Brasil)
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