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COMCOSUR MUJER / AÑO 28 / No. 712 / lunes 21.03.2022 – Hoy:
1) Presentan informe “Danzar en las brumas”: una mirada a la desigualdad de las mujeres jóvenes en Latinoamérica y el Caribe
2) Argentina: Absolvieron a Higui de Jesús, atacada por lesbiana, acusada por defenderse
3) Honduras: Los asesinatos contra defensoras de tierra y territorio siguen en aumento
4) México: Aumentaron tareas de cuidado y se reduce gasto para este rubro
5) Panamá: Esterilizaciones forzadas. Mujer indígena da primer testimonio
6) Rusia y Ucrania: Violencia sexual, trata de personas y partos en condiciones deplorables: los riesgos extremos que enfrentan las ucranianas
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COMCOSUR MUJER /Fundado por Yessie Macchi / AÑO 28 / No 712 – Lunes 21 de marzo 2022 / Producción: Beatriz Alonso y Cecilia Duffau /Apoyo técnico: Carlos Dárdano
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1) Presentan informe “Danzar en las brumas”: una mirada a la desigualdad de las mujeres jóvenes en Latinoamérica y el Caribe
En América Latina y el Caribe las mujeres jóvenes experimentan desigualdades más severas frente a los hombres: mayor deserción educativa, violencia de género, menor acceso al sistema de salud, al trabajo y a la participación política, mayores afectaciones ante fenómenos como la migración, el cambio climático, entre otras.
Lo anterior son algunas de las conclusiones a las que llegó “Danzar en las brumas, género, juventudes en entornos desiguales en América Latina y el Caribe”, un informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), El Colegio de México (Comex) y el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), el cual fue elaborado en más de 20 países y publicado durante los primeros días de marzo.
El estudio evidencia las desigualdades de género que afectan específicamente a las juventudes; visualiza sus tramas y presenta propuestas de política pública para superarlas. Está estructurado en ocho capítulos que cubren temas como migración, salud mental, embarazo adolescente, cambio climático, brecha digital y trayectorias educativas.
“Danzar en las brumas” no sólo se limita a entender la desigualdad como las diferencias en ingresos monetarios, sino que también explora la desigualdad de género, la vinculada con el acceso a bienes y servicios públicos, la derivada de la pertenencia a la población indígena y la relacionada con la orientación sexual.
La pandemia de Covid-19 profundizó estas brechas en la región, teniendo consecuencias principalmente en la vida de las mujeres. El documento hace énfasis en que, frente a este contexto, la población joven es la más afectada.
Tan sólo en 2020 la tasa de desempleo de las personas de 15 a 29 años estaba entre 10 y 20 por ciento, según sexo y generación. La pandemia tuvo efectos muy negativos, al dejar a cerca de 114 millones de estudiantes sin escolarización presencial en toda la zona. Esto ha provocado un aumento de la desvinculación y ha desencadenado nuevos procesos de exclusión educativa.
En varios países se observa una sobrecarga, en las mujeres, de horas destinadas al cuidado, con una diferencia de entre 15 y 30 horas semanales más en relación con sus pares varones. En el tema de brecha digital, muestra que 70 por ciento y 80 por ciento de las y los estudiantes de niveles socioeconómicos altos cuentan con computadoras portátiles en sus hogares, mientras que en los quintiles menores sólo las tienen entre 10 y 20 por ciento.
El informe revela que, en las naciones de la región, 43 por ciento de las juventudes se sienten pesimistas por su futuro, 80 por ciento realiza trabajo no remunerado y ocurren 16.3 por ciento de los embarazos adolescentes del mundo. Sobre este último punto, mostró que en México anualmente 350 mil mujeres menores de 18 años presentan embarazos.
La publicación de más de 200 páginas llama a los países a desarrollar un enfoque integral ante las problemáticas que conjugue la perspectiva de género con el enfoque generacional de juventudes y la multidimensionalidad de las desigualdades.
Cimacnoticias / COMCOSUR MUJER Nº 712 – 21/03/2022
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2) Argentina: Absolvieron a Higui de Jesús, atacada por lesbiana, acusada por defenderse
El activismo festeja en las calles de San Martín. La fiscalía había pedido 10 años de prisión.
Los jueces Gustavo Varvello, German Saint Martin y Julián Descalzo del Tribunal Oral en lo Criminal Número 7 de San Martín absolvieron a Higui de Jesús del cargo de «homicidio simple». Higui es lesbiana, tiene 47 años. El 16 de octubre de 2016 había ido a visitar a su hermana Mariana en Lomas de Mariló (San Miguel) y sufrió un ataque en un pasillo del barrio por parte de un grupo de hombres que la hostigaban por su expresión de género y su orientación sexual. En el ataque se defendió e hirió de muerte de a uno de ellos. Sin acceso a la justicia, estuvo presa durante ocho meses y luego con prisión domiciliaria, hasta hoy.
Hoy 17 de marzo se realizó la tercera audiencia y no se esperaba que se diera a conocer el veredicto. El activismo que viene apoyándola desde hace cinco años, cuando empezó a construir la campaña por la absolución de Higui, estuvo en la puerta del tribunal durante estos tres días. Al cierre de esta actualización festejaban en las calles con cantos y bombos frente al Tribunal que en todo el proceso no accedió a que los medios entraran a la sala.
La abogada de Higui, Chiqui Conder -de la Gremial de Abogados y activista de ddhh- habló con Presentes al terminar el juicio. «Esta es una victoria nuestra, no del sistema judicial. Nos tienen que creer cuando denunciamos un abuso. Acá no se investigó nada de lo que le hicieron a Higui. Lo único que se ve en los fiscales es criminalizar a Higui por ser mujer, negra, pobre y lesbiana. Lo primero que hace el Estado con Higui, que ha sufrido múltiples violencias, es encerrarla y meterla presa. Eso habla de un Estado ausente», dijo a Presentes la abogada de Higui, Chiqui Conder.
Higui llega a los tribunales de San Martín en medio de aplausos y más cantos. Lleva en una mano la pelota de fútbol (con mensajes de las pibas de la Villa 31), cual amuleto, y con la otra una remera con la foto de sus perritos, que cada tanto llena de besos. Sube en el ascensor hasta el décimo piso , donde le toca sentarse en el banquillo de lxs acusadxs.
Se la acusa de homicidio simple por haber defendido en octubre de 2016 de un ataque sexual perpetrado por un grupo de varones. Quisieron violarla para “corregir” su lesbianismo. Higui se defendió con un cuchillo de jardinería que tenía encima: llevaba mucho tiempo sufriendo agresiones por su orientación sexual y su expresión de género.
La sala C, donde transcurren las audiencias, es diminuta. Hay lugar para cuatro personas de cada parte. La falta de espacio aumenta la tensión. Higui está acompañada de su psicóloga y de sus abogadas, Chiqui Conder y Claudia Spatocco. Está además la otra parte, que nadie sabe bien cómo llamar, la que va por Cristian «Pino» Espósito, el fallecido, 28 años, uno de los agresores que atacó a Higui y a quien ella al defenderse hirió de muerte.
Lo volvió a relatar hoy con detalles ante el tribunal que la juzga. Es el Tribunal Oral en lo Criminal Número 7, y lo integran Gustavo Varvello, Germán Saint Martin y Julián Descalzo.
Por la familia del fallecido entró a la sala la madre, que se apoya en muletas y lleva una remera con la cara de Espósito y una leyenda: En el cielo nos vemos hijo. Las otras mujeres que la acompañan usan remeras de Justicia por Pino. Y han pegado en el edificio algunos carteles que lo defienden. En las paredes del tribunal conviven los pedidos de absolución para Higui con las fotos y los pedidos de Justicia para decenas de pibes y pibas, todes muy jóvenes, todes pobres, todes de los suburbios.
En la audiencia de hoy estuvieron además la fiscala, Liliana Tricarico, fundadora y presidenta de la Asociación de Fiscales de la provincia de Buenos Aires. También la veedora Indiana Guereño por parte del ministerio de la provincia de Bs As y Romina Chiesa, directora de protección del Ministerio de Mujeres Géneros y Diversidad. También Viviana Figueroa, militante de la organización lésbica Las Safinas que llegó desde Rosario junto a otras compañeras. Higui estuvo toda la audiencia muy cerca de su psicóloga, Raquel Disenfeld. Fue un día difícil.
Piden cambiar de sala
El periodismo no pudo en los tres días entrar a la sala. Por un lado por falta de espacio pero también por una resolución emitida por el tribunal que dijo que no se podían publicar los dichos de los testigos. Alegaron proteger el proceso como si los años que pasaron no hubieran existido. Hay numerosos pedidos de organizaciones de comunicación y de ddhh que solicitaron al tribunal dos cosas: llevar el proceso a una sala más grande para que pueda ser cubierto por los medios, que también son pocos. Y otro para que los alegatos sean televisados. Esto tampoco ocurrió, ya que al terminar la audiencia se comunicó que los alegatos serían esta tarde a partir de las 17hs.
Qué dijeron quienes atendieron a Higui
Hoy declararon tres personas que atendieron a Higui. Sus dichos fueron contundentes. La primera, una policía que llegó al lugar de los hechos aquella noche. Esa policía contó que cuando acudió, a partir de un llamado al 911, encontró a Higui muy herida y golpeada, con la ropa rasgada y sucia, con aliento a alcohol. Estaba muy asustada y se había hecho pis. La policía dijo que no la podía cambiar de tan golpeada que la encontró, y que creyó que podía tener fracturas. Relató que en el lugar estaba también un flete llevando al hospital a Espósito.
En la audiencia de hoy se extrajeron de una bolsa algunas prendas recolectadas como supuesta prueba. Entre ellas, la ropa de Higui de aquella noche, que fue exhibida ante las partes y los jueces, como el pantalón de jogging azul que vestía.
La segunda testigo fue la primera psicóloga que la atendió cuando quedó detenida. Todos los dichos de la psicóloga apuntaron a un punto: «Higui no está mintiendo, lo que está diciendo Higui es cierto», repitió. Y habló desde las pericias psicológicas realizadas en aquel momento. Cuando la testiga llegó a este punto del relato Higui tuvo una crisis de angustia y pidió retirarse de la sala. Salió a tomar aire y fuerzas y volvió a entrar poco después.
La tercera testiga fue una psiquiatra que la atendió. Su testimonio fue muy breve.
Tras un cuarto intermedio, Higui pidió declarar y hacerlo sin público. En la sala solo quedaron su psicóloga, sus abogadas, los jueces, la fiscal y personal del tribunal. La madre de Espósito se quejó. “Ella tiene derechos”, le respondió un policía que custodiaba la entrada a la sala.
La declaración fue larga. Muy parecida a lo que dijo en su declaración indagatoria, donde repasó aquella noche violenta. Pero hoy lo contó con muchos detalles, de manera vívida, ilustrando ante el tribunal con su propio cuerpo cómo fue cada tramo del ataque y de su defensa. «Casi me quiebro pero me acordé de mis perritos», dijo Higui a Presentes.
Luego fue el turno del Enrique Stola. Citado como testigo conceptual, Stola había sido perito de parte y hoy declaró por videollamada desde España. Se centró en explicar qué es el estrés postraumático.
A eso de las tres de la tarde Higui salió del tribunal. “Quería declarar, tenía muchas ganas de hacerlo. Me siento mejor”, dijo a Presentes. Se la veía más aliviada. Sus abogadas acababan de recibir la noticia de que en dos horas, a las 5 de la tarde, serían los alegatos.
Higui fue recibida con aplausos y cantos en la calle. Durante todo el día, el sonido de ese acompañamiento crucial del activismo de la diversidad sexual y ddhh organizado -los cantos, la música, algún bombo, los gritos- llegaba lejano pero persistente hasta la sala del décimo piso. Parecía que era lo único que podía filtrarse hasta el piso 10. Higui lo escuchaba y eso alcanzaba. Esos sonidos eran de los pocos hilos conectores entre lo que parecen dos mundos diferentes. La justicia blindada sobre sí misma, patriarcal, donde hay que ponerse de pie cuando entran los jueces y acatar. la Justicia que decide que un juicio con esta relevancia no puede transmitirse ni cubrirse periodísticamente. Una justicia sin perspectiva de género, que hasta hoy no investiga el ataque a una lesbiana como un delito de odio.
Y esa justicia es también la que decidió absolverla. Antes de que el veredicto se conociera y cuando empezó a oscurecer, más y más personas se fueron acercando al tribunal. Primero para acompañar los alegatos. La defensa pidió, lógicamente, la absolución. La fiscalía, la detención inmediata de Higui y diez años de cárcel, en un alegato sin perspectiva de género. Ahí empezó a correr el rumor de que hoy se podía conocer el veredicto. Hubo tambores y música en la radio abierta, una asamblea y cada vez más personas sumándose.
Los escenarios no estaban claros y el aire estaba pesado. En la sala C, antes de que el tribunal diera el veredicto, Higui dijo que lamentaba y sentía mucho lo que había pasado.
Cerca de las ocho llegó la noticia a la calle, donde seguía llegando gente. Gran parte del activismo estaba ahí desde antes de las 9 de la mañana. ¡Absolución! se gritó saltando, cantando, abrazando. Por fin Higui salió del tribunal y corrió sonriente a la calle, a pleno festejo de la victoria, tras una lucha que llevó más de cinco años. La absolución a Higui pasó de consigna a realidad.
«Las quiero abrazar a todas», dijo. «Gracias guachas por no bajar los brazos». Caminó rápido hacia el micrófono que la esperaba en un lugar seguro que se había armado en una carpa. Agregó: Gracias a mis abogadas. Ahí adentro de la sala me decían «Higuis» y ellas le llamaron la atención al tribunal. Me enseñaron a respetar mi nombre».
Fueron más de cinco años de lucha contra un sistema judicial patriarcal, heterocisexista, desigual en su trato, por momentos absurdo. Un proceso complejo y difícil, lleno de vueltas y de sobresaltos, de demoras e injusticias. Y en cada uno de estos momentos en los que el apoyo y la organización de activistas de la diversidad sexual fue crucial, Higui se construyó también a ella misma como una activista. La que pidió: «Justicia para todos: para los chicos trans, para las travas encerradas en las cárceles, para los pibes pobres del gatillo fácil. Que aparezcan los nietos! Y que digan dónde está Tehuel»
Agencia Presentes / COMCOSUR MUJER Nº 712 – 21/03/2022
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3) Honduras: Los asesinatos contra defensoras de tierra y territorio siguen en aumento
La mayoría de las agresiones contra estas defensoras han sido perpetradas por funcionarios públicos.
Después de 6 años del asesinato de la defensora Berta Cáceres, hay una escalada de agresiones y asesinatos contra defensoras de tierra y territorio en Honduras.
La mayoría de las agresiones contra estas defensoras han sido perpetradas por funcionarios públicos: autoridades estatales, policía y fuerzas armadas y grupos paramilitares en alianza con grupos corporativos.
Una de cada 3 defensoras asesinadas en Honduras es defensora de tierra, territorio, agua y bienes comunes. En el sexto aniversario de la siembra de Berta recordamos que la lucha por la justicia y contra la impunidad para las defensoras de tierras y territorios, sigue.
Desde el año 2020, cuatro defensoras de tierra y territorio fueron asesinadas en Honduras, dos de ellas defensoras garífunas. La mitad (49 por ciento) de las agresiones personales contra defensoras de tierras y territorios en Honduras han sido caracterizadas por procesos de hostigamiento y vigilancia, las amenazas han ocurrido un 28 por ciento de las veces, la violencia psicológica ha alcanzado el 18 por ciento de los casos y campañas de desprestigio han afectado en un 12 por ciento de las ocasiones.
Hay un importante peso en las agresiones de carácter colectivo contra defensoras de tierras y territorios. En 2020, la violencia física y los tratos crueles y degradantes en las agresiones colectivas sumaron un 27 por ciento, con más de la mitad de ellas ejecutadas por autoridades del Estado: policías y fuerzas armadas.
La violencia física y los tratos crueles y degradantes que se producen en el marco de desalojos forzosos dan cuenta de un continuum de violencia que en las agresiones colectivas puede escalar hasta el asesinato de las defensoras.
Defender la tierra: un motivo para ser agredidas
Los territorios y sus defensoras viven bajo amenaza y los perpetradores de estas agresiones tienen nombre y rostro. En 2020 en Honduras, el 25 por ciento de las agresiones personales contra defensoras de tierras y territorios fueron perpetradas por autoridades estatales: 14 por ciento por policías y fuerzas armadas y un 19 por ciento por grupos paramilitares. Sabemos que detrás de estos agresores directos hay empresarios, banqueros y otros que detentan el poder del capitalismo patriarcal.
Hace un año, alertamos sobre una tendencia de incremento de agresiones contra defensoras de tierra y territorio en Honduras. Hoy denunciamos una vez más que tras el asesinato de Berta Cáceres, las agresiones y asesinatos contra defensoras de tierra y territorio se han multiplicado. Sin embargo, Berta también se multiplicó en la lucha, la resistencia y en las defensoras que sostienen la vida.
Seguimos demandando justicia para Berta
El 5 de julio de 2021, se dio un fallo que condenó a David Castillo como coautor del feminicidio territorial de la compañera Berta Cáceres. Castillo coordinó el asesinato de la defensora el 2 de marzo de 2016. Sin embargo, hasta este ahora no se ha dictado sentencia y tampoco se ha avanzado en la investigación de los otros autores intelectuales del asesinato de la defensora.
Las defensoras son el sostén de la vida en sus comunidades. Por eso, cada acción contra las defensoras es un atentado a la comunidad en su conjunto, que muestra un modelo de desarrollo extractivista, capitalista y depredador, que es profundamente patriarcal y por eso ataca de forma específica y diferenciada a las mujeres. El asesinato de una defensora tiene repercusiones cruciales para las comunidades y los territorios en resistencia.
Por eso las defensoras nos acuerpamos y continuaremos haciendo justicia, honrando la memoria y la vida de nuestras hermanas. La mano asesina no podrá borrarlas de la historia.
Berta y su palabra tan vigente y necesaria resuenan en estos tiempos en los que exigimos la máxima condena para David Castillo y los autores intelectuales: “Han pensado que la impunidad es eterna, pero se equivocan los pueblos saben hacer justicia”.
¡Justicia para Berta, no más impunidad!
¡Por Berta con rabia, por Berta por rebeldía, somos luchadoras, caminamos con su energía!
Pikara / COMCOSUR MUJER Nº 712 – 21/03/2022
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4) México: Aumentaron tareas de cuidado y se reduce gasto para este rubro
En 2020 las personas, en particular las mujeres, incrementaron el tiempo que dedicaban a realizar trabajo del hogar y tareas de cuidados, pero en contraste la Cámara de Diputados redujo en 19 por ciento el gasto para programas de cuidado, con respecto a 2019.
Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) muestra que la pandemia por Covid-19 y las escasas políticas públicas dirigidas al cuidado provocaron que la población mexicana invirtiera 2 mil 875 millones de horas semanales a este trabajo.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 2019 las personas invirtieron 2 mil 794 millones de horas al trabajo de cuidados no remunerado. Es decir, en un año incrementaron 81 millones de horas a estas actividades.
Para este análisis, el CIEP consideró el trabajo de cuidados como preparar alimentos, hacer limpieza y mantenimiento de vivienda, y ofrecer cuidados y apoyo, tareas que en su mayoría son realizadas por mujeres.
Los datos por sexo revelan que las mujeres fueron las encargadas de la alimentación, la limpieza y el cuidado de niñas, niños, personas enfermas, con discapacidad o adultas mayores. Ellas invirtieron 2 mil 139 millones de horas; mientras que los hombres solo dedicaron 735 millones de horas.
El análisis del CIEP indica que también se incrementó el valor económico de este trabajo no remunerado. En 2020 esas tareas representaban 6.4 billones de pesos, equivalente a 27.6 por ciento del PIB del país, y en 2019 su valor fue de 5.6 billones de pesos.
De esta cifra, las mujeres aportaron 73.3 por ciento, mientras que los hombres contribuyeron con 26.7 por ciento.
“Las mujeres asumen el trabajo de cuidado de manera desproporcionada, lo que fortalece las desigualdades sociales, económicas y de género. Por ello, es necesario que parte del gasto público se destine a promover políticas públicas que redistribuyan las responsabilidades de cuidado entre las familias y el Estado a través del incremento en la oferta de servicios y programas públicos de cuidado para la infancia, personas adultas mayores, enfermas y con discapacidad”, cita la investigación.
En contraste, el CIEP indica que de 2018 a 2019 disminuyó en 10.2 por ciento el gasto destinado a programas presupuestarios dirigidos al cuidado. En 2019 el gasto ejercido fue de 34 mil 916.1 millones de pesos (mdp); y en 2020 fue de 28 mil 271.7 mdp, es decir, una caída de 19 por ciento respecto a 2019.
En 2019 se creó el Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras; sin embargo, el gasto que se le destinó no fue suficiente para cubrir la disminución de 98.5 por ciento en el gasto del Programa de estancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras, el cual se eliminó en 2020.
También hubo una reducción significativa para el Seguro de vida para jefas de familia (menos 83.2 por ciento) y los Servicios de Estancias de Bienestar y Desarrollo Infantil (menos 24.4 por ciento).
Durante 2020 se eliminó el Programa de estancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras y se redujo más de la mitad del gasto para Escuelas de Tiempo Completo (menos 52.6 por ciento), programa que finalmente desapareció en febrero de 2022.
Asimismo, el CIPE observó reducciones en el gasto para los programas Educación Inicial y Básica Comunitaria (menos 16.1 por ciento) y Expansión de la Educación Inicial (menos 14.5 por ciento).
Este centro de investigación concluyó que el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado satisface las necesidades de los miembros del hogar y produce valor económico, por lo que es fundamental incorporarlo como un tema de política pública y asignarle gasto público por medio de un Sistema Nacional de Cuidados.
En noviembre próximo se cumplirán dos años desde que la Cámara de Diputados aprobó un dictamen para reformar los artículo 4 y 73 de la Constitución federal para crear un Sistema Nacional de Cuidados. En 2020 la minuta pasó al Senado para su ratificación, pero hasta ahora se encuentra pendiente de análisis en las comisiones para la Igualdad de Género y de Estudios Legislativos, segunda.
Cimac / Anayeli García Martínez / COMCOSUR MUJER Nº 712 – 21/03/2022
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5) Panamá: Esterilizaciones forzadas. Mujer indígena da primer testimonio
El testimonio de la denunciante rompe con una cultura de silencio y permitiría revelar otros atentados contra derechos de mujeres indígenas.
Una mujer indígena de Panamá denunció ante el Ministerio Público la esterilización forzada de la que fue víctima, en lo que constituye el primer testimonio por este caso.
Como reportó la Agencia Efe, la identidad de esta primera denunciante se mantiene en reserva. Sin embargo, la declaración rompe con una cultura de silencio. No se sabe cuántas más afectadas se atrevan a denunciar sus casos.
El caso daría pie a revelar otros atentados contra la integridad y los derechos de las mujeres indígenas del país, que son invisibilizadas por una cultura patriarcal.
El caso de la denunciante, que pertenecería al pueblo indígena Ngäbe, es acompañado por la activista Lucy Córdoba, quien relató a Efe las violencias que afrontan las mujeres indígenas de Panamá.
Como señaló Córdoba, “las mujeres originarias han sufrido por décadas discriminación, las esterilizan sin su consentimiento pero también deben afrontar la cultura del silencio. ‘Sufren y lloran en silencio’”.
Esterilizaciones forzadas en Panamá
Como se recuerda, en el país centroamericano se viene investigando una serie de casos de esterilizaciones forzadas realizadas a mujeres indígenas.
La investigación surge luego de que varias mujeres indígenas panameñas denunciaron haber sido esterilizadas sin su consentimiento en hospitales públicos, como reportaron medios locales.
Por ello, Kayr Harding, diputada de la Asamblea Nacional de Panamá, interpuso la acción legal el 17 de febrero, tras realizar visitas y conversatorios en la región Bocas de Toro.
En estas reuniones, se denunció que este procedimiento se venía realizando sin su consentimiento luego de que las mujeres daban luz en un hospital cercano a la ciudad de Changuinola.
En respuesta, el 21 de febrero, el Ministerio Público del país conformó el equipo especial para investigar el caso
Servindi / COMCOSUR MUJER Nº 712 – 21/03/2022
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6) Rusia y Ucrania: Violencia sexual, trata de personas y partos en condiciones deplorables: los riesgos extremos que enfrentan las ucranianas
Más de tres millones de personas huyeron de Ucrania desde que Rusia inició su invasión el 24 de febrero, según Naciones Unidas. Y la mayoría son mujeres.
«Quienes están buscando refugio fuera de Ucrania son principalmente mujeres, la mayoría de ellas acompañadas por sus hijos», señaló Jaime Nadal, representante en Ucrania del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés).
En situación de extrema vulnerabilidad, una de las amenazas que enfrentan las refugiadas es la presencia de redes de tráfico de personas que ya están operando en países limítrofes, advirtió Nadal.
Dentro de Ucrania hay otros graves peligros. Las cerca de 80.000 mujeres que se espera den a luz en los próximos tres meses se exponen al riesgo de partos sin condiciones mínimas de seguridad e higiene. Y otra amenaza frecuente para las mujeres en situaciones de conflicto es la violencia sexual.
Nadal ya llevaba dos años y medio trabajando en territorio ucraniano cuando comenzó la guerra, y en los últimos días ha debido trasladarse al oeste del país por motivos de seguridad.
¿Dónde se encuentra en este momento?
Estoy en una ciudad llamada Uzhgorod, en el suroeste de Ucrania, en la confluencia de Ucrania con Eslovaquia y Hungría.
Tuvimos que abandonar Kiev porque las condiciones de seguridad no permitían seguir trabajando con el grado de capacidad que requieren las circunstancias.
El español Jaime Nadal es el representante del Fondo de Población de la ONU en Ucrania. Habló por zoom con BBC Mundo desde la ciudad de Uzhgorod, en el oeste del país.
La situación es obviamente, como pueden seguir en los medios de comunicación, sumamente compleja.
Ahora mismo ya se ha sobrepasado el hito de los tres millones de refugiados en países limítrofes. A mí me gustaría destacar que sobre todo son refugiadas, porque a los hombres entre 18 y 60 años no les permiten salir del país.
Quienes están buscando refugio fuera de Ucrania son principalmente mujeres, la mayoría de ellas acompañadas por sus hijos, o personas adultas mayores, o personas con discapacidad.
Pero existen también dentro del país lo que nosotros llamamos desplazados internos que no son todavía refugiados porque no han cruzado la frontera. El número de personas desplazadas internamente es también enorme y se ubican principalmente en el oeste del país, en la zona donde no hay operaciones militares.
El Fondo de Población, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF publicaron un comunicado conjunto diciendo que hasta 15 de marzo se habían documentado 31 ataques a servicios de salud, tanto centros como ambulancias.
Se habló mucho del ataque a la maternidad y hospital infantil de Mariúpol, pero los centros de salud afectados son muchos más.
Son muchos más. La OMS publica estadísticas periódicamente sobre instalaciones civiles, hospitales y maternidades que han sido dañadas en el transcurso de la guerra.
Mariúpol es obviamente un caso que todos conocemos, un caso lamentable, terrible. Nosotros lo hemos condenado públicamente, porque realmente el bombardeo de una maternidad es un acto horrendo y completamente condenable.
Es el primero del cual tenemos constancia porque hay imágenes y se ha conocido a escala mundial. Pero días previos a ese ataque en Mariúpol el hospital materno infantil de la ciudad de Zhitómir fue también bombardeado. No fue dañado a la escala en que fue dañado el de Mariúpol y tras varios días consiguió trabajar con capacidad limitada, dando prestacion de algunos de los servicios en los sótanos del edificio que se habilitaron a modo de refugio improvisado, sala de operaciones y quirófano.
Y eso es lo que a nosotros nos parece también completamente lamentable. La no garantía de la salud y de los derechos reproductivos de las mujeres las pone en peligro de perder su vida.
Había señalado hace unos días que algunos partos se están dando en condiciones medievales. ¿Podría darnos más información?
Los partos se dan en condiciones deplorables. Por más que se pueda tratar de limpiar y adaptar, un sótano no es un lugar idóneo para que una mujer dé a luz, no reúne las condiciones higiénicas mínimas y necesarias. No hablemos ya de una estación del metro.
Incluso el acceso a la estación del metro es complicado para una mujer que está embarazada y que se puede ver en la situación de tener que bajar las escaleras del metro junto con una multitud que está tratando de buscar refugio de los bombardeos.
Yo querría dejar claro que aparte de los daños causados a los edificios, a los hospitales mismos y lo que eso supone para la atención a la salud reproductiva de las mujeres, el mero hecho de que haya bombardeos limita el acceso a esos hospitales.
Las mujeres no se atreven a buscar atención en salud en medio de un bombardeo, lógicamente.
No sabemos cuántas mujeres han podido sufrir abortos espontáneos, prolapsos o complicaciones derivadas del embarazo y del parto sin la debida atención médica, poniendo en riesgo su vida o incluso perdiendo su vida en esas circunstancias. No tenemos todavía estadísticas sobre este tema, pero suponemos que ya tiene que haber habido casos.
El Fondo de Población ha estimado el número de mujeres que darán a luz en los próximos meses. ¿Qué datos manejan?
Hemos hecho una proyección del número de mujeres que están embarazadas en este momento en Ucrania. Son aproximadamente 265.000 mujeres, de las cuales cerca de 80.000 se prevé que van a dar a luz en los próximos tres meses.
Se espera que 11.000 de ellas puedan tener complicaciones durante el momento del parto y posparto y son las mujeres que requieren mayor atención.
En el Fondo de Población ya hemos hecho un preposicionamiento de kits de emergencia en salud reproductiva en Polonia y estos kits están llegando a Ucrania este fin de semana.
¿En qué consisten esos kits?
Son kits para cierto tipo de atención a concretamente 500.000 mujeres. Es un paquete que contiene todo lo necesario para que una mujer pueda tener un parto natural limpio, en condiciones de higiene. Es una bolsa que se puede entregar al personal de atención primaria o se le puede entregar a la mujer en los controles prenatales para que lo pueda llevar con ella y que, en caso de que entre en parto, en una situación como la que acabamos de describir, en ese kit tenga todo lo necesario para que un personal cualificado de salud pueda acompañar a la mujer y se lleve a cabo un parto en condiciones limpias.
¿Qué hay en la bolsa, por ejemplo?
Material estéril, guantes, gasas, una manta térmica para el bebé, otra para la madre, todo el material necesario para un parto natural.
Pero también tenemos kits para cesáreas, para partos de mayor grado de complejidad, que son para uso en hospitales, incluso en hospitales de campaña. Y además hay kits para el manejo de situaciones de violencia sexual, de violación, porque también sabemos que en este tipo de situaciones el número de casos de violencia sexual y de violencia basada en género se incrementa. Es necesario que también estas mujeres que sufren casos de violencia puedan tener la debida atención médica.
¿Han documentado ustedes ya casos de violencia sexual?
Hemos dado seguimiento a denuncias de casos. No fueron denuncias que eventualmente se pudieran demostrar, pero en situaciones de conflicto, de crisis humanitarias, demostrar de entrada o tratar de hacer un levantamiento de datos no es la prioridad. Estas son situaciones en las que la situación de vulnerabilidad de la mujer se incrementa y nuestro punto de partida no es documentar los casos. Es asumir que los casos existen.
¿Habla del riesgo de violencia por ejemplo a manos de tropas que llegan a pueblos u otros individuos que aprovechen la situación de vulnerabilidad?
Cualquiera de estas situaciones entrañan riesgos para las mujeres, incluso el proceso de desplazamiento.
Nosotros ya estamos empezando a tener información acerca de las redes de trata y tráfico de personas actuando en los países limítrofes principalmente. De nuevo, no se trata de documentar el número de casos, eso yo casi diría que es incluso irrelevante.
Se trata de asumir que una mujer que está en proceso de desplazamiento, sin ingresos, con una situación de vulnerabilidad elevada, puede eventualmente ser víctima de una red de tráfico o no tan solo de una red, simplemente de abusos y de violencia e incluso de violación.
Entonces, con esa premisa en mente es que nosotros estamos incorporando el tratamiento para este tipo de situaciones como parte de nuestro de nuestro trabajo. Y esto va acompañado también del acceso a servicios de apoyo psicosocial en una red de treinta municipios con los que teníamos ya antes de la guerra establecida una alianza.
Eran «ciudades libres de violencia contra la mujer», una red de treinta ciudades que el Fondo de Población estableció en Ucrania antes de la guerra. Muchas de estas ciudades, las que están en el oeste del país, todavía tienen servicios operativos.
Justamente el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió esta semana que «para los traficantes de personas y depredadores, la guerra en Ucrania no es una tragedia, sino una oportunidad».
Usted decía que ya tienen información de redes de trata de personas operando. ¿Podría darnos más detalles sobre qué información han recibido?
La información que nosotros hemos recibido sobre este particular procede de agencias hermanas del sistema de Naciones Unidas, de la Organización Internacional para la Migraciones, de ACNUR, de organizaciones de la sociedad civil que trabajan en estos países limítrofes y que ya están alertando que estas redes están activas y están intentando, como decía el Secretario General, beneficiarse de la desgracia que está sufriendo Ucrania.
En los videos del Fondo de Población en Ucrania se ve que también han distribuido miles de «kits de dignidad» a refugiadas. ¿En qué consisten?
Es un kit que contiene lo básico para que la mujer pueda tener acceso a una higiene básica, que le permita recuperar parte del decoro que de alguna manera se pierde cuando alguien tiene que salir corriendo de su casa prácticamente con lo puesto, huyendo hacia no se sabe muy bien dónde, con la expectativa o la esperanza de que será un lugar más seguro.
Esta tragedia por la que están pasando estas mujeres y estas familias es francamente inenarrable. El kit no resuelve eso, se entrega a la mujer como parte de un abordaje de apoyo psicosocial en conexión con la existencia de estos servicios municipales.
El kit incluye compresas para el período. Pocas veces se piensa en eso, pero obviamente tiene una importancia fundamental para las mujeres. Incluye también ropa interior, desodorante, jabón, cepillo de dientes, toallas… toda una serie de productos que son básicos.
El kit permite que la mujer hable, que se exprese. Es sobre todo una herramienta que estamos utilizando para romper el hielo, para que la mujer se exprese y para aproximarla a esos servicios de apoyo psicosocial que pueden ser de gran utilidad para ellas. No es un fin en sí mismo.
¿Podría hablarnos de un caso, una familia, una situación que le quedó grabada especialmente?
Yo he tenido oportunidad de visitar algunos de los edificios que se han habilitado como refugios para la población desplazada y de nuevo, la mayoría son mujeres acompañadas por sus hijos, a veces también acompañadas por familiares, adultos mayores, sus madres, sus padres, etcétera, tratando de alguna manera de huir hacia un lugar seguro.
A mí hay una cosa que me llama mucho la atención y es la fortaleza de estas mujeres, el grado de organización que tienen, la capacidad que han tenido para vincularse con iniciativas de voluntarios y voluntarias que ofrecen apoyo.
Yo tuve la oportunidad de visitar, por ejemplo, un comedor donde son las mismas personas desplazadas, la mayoría mujeres, las que dan apoyo a otras mujeres que están en proceso de desplazamiento. Se apoyan mutuamente, se cuidan mutuamente.
Es terrible la desgracia que está sucediendo, pero las expresiones de solidaridad que uno puede ver, ese cariño con el que se tratan, esa esperanza que tienen, a pesar de todo lo que han pasado… Uno ve tanta humanidad a pesar de esta desgracia, tanta humanidad en las caras, en las expresiones, en el comportamiento y en las actitudes de estas mujeres. Yo no dejo de impresionarme, realmente es algo, como lo puedo decir, algo muy profundo.
Hablaba del apoyo psicosocial. ¿También tienen previsto dar apoyo a niños y adultos para intentar sanar en el futuro el trauma mental y emocional generado por la guerra?
Como parte del trabajo que hacemos de apoyo psicosocial a las mujeres estamos también trabajando el apoyo psicosocial a los hombres. Porque al fin y al cabo, si lo que estamos es tratando de prevenir son situaciones de violencia de género, es fundamental también trabajar con los hombres.
Yo creo que para los niños va a ser una situación complicada. Todo lo que significa para ellos de repente no volver más a la escuela, perder a los amigos, perder el entorno. También lo es para las mujeres, para las personas adultas mayores.
Es un trauma que va a afectar a toda la sociedad y vamos a tener que invertir mucho en reconstruir esa salud mental. Yo creo que también el hecho de que no solamente en Ucrania, en escala mundial posiblemente, ya llegamos un poco tocados después del covid-19. Todo lo que ha significado encontrarse con esta situación, realmente es muy complicado.
Superar este trauma va a requerir muchísima atención en el futuro.
En el comunicado conjunto del UNFPA, UNICEF y la OMS se llama a un cese el fuego inmediato. En su opinión, ¿cuál es la prioridad?
Lo que necesitamos es que la guerra acabe lo antes posible. Es la prioridad número uno. Necesitamos corredores humanitarios. Necesitamos corredores seguros, confiables, que permitan a las mujeres, niños, a las personas que lo deseen poder abandonar de manera segura los lugares que están siendo más afectados por la guerra.
Y también necesitamos que esos corredores sirvan para llevar ayuda humanitaria a la población que decida quedarse. Necesitamos que instalaciones de uso civil, hospitales, maternidades no sean objetivos militares. No pueden ser objetivos militares.
Y necesitamos por supuesto, que la salud reproductiva de las mujeres y que la violencia a la cual pueden estar expuestas sea parte de la respuesta humanitaria.
Porque puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte de estas mujeres.
Y esto es lo que estamos tratando con mucho ahínco, con mucho énfasis, de comunicar al mundo que hay mujeres que se están viendo expuestas a perder su vida porque no tienen acceso a los servicios de salud reproductiva que necesitan para garantizar que puedan dar a luz en condiciones adecuadas. Necesitamos que las mujeres puedan recibir un tratamiento adecuado después de un caso de violencia sexual, necesitamos que esos servicios estén en funcionamiento.
Pero sobre todo lo que necesitamos es que la guerra acabe.
BBC / Alejandra Martins / COMCOSUR MUJER Nº 712 – 21/03/2022
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“Las mujeres trabajamos como mulas. Siempre, desde siempre. Dentro de casa por supuesto, y fuera también. Hace menos de un siglo, las mujeres del medio rural trabajaban en los campos, en los huertos, con el ganado, recolectaban esparto en el monte, hacían la comida, arreglaban la casa, cuidaban de los niños, y no poseían ni un solo céntimo que fuera suyo. En las ciudades, las mujeres limpiaban, lavaban, planchaban para su familia y hacían lo mismo para otras por un salario irregular, ínfimo, impregnado del humillante tufo de la caridad. El dinero que ganaban no se consideraba un sueldo, sino una simple ayuda para sus padres o sus maridos. En mi infancia, las cosas no habían cambiado demasiado. Luego sí. Cambiaron tanto que creímos que ya estaba todo hecho. El feminismo impulsó la única revolución social triunfante en el siglo XX, la única capaz de transformar efectivamente la vida de las personas. Pero la conquista de la igualdad jurídica no bastó para implantarla en la realidad, porque la igualdad no es un concepto relativo, porque no se puede trocear, ni se debe negociar con él. Las mujeres no aspiramos a ser más iguales, sino a ser absolutamente iguales, y para lograrlo, no podemos seguir aceptando que nos traten como a una minoría cuando somos la mayoría de la población, en España y en cualquier otro país. Por eso voy a la huelga el 8 de marzo. Porque las mujeres no hemos hecho otra cosa que trabajar como mulas siempre, desde siempre, ha llegado el momento de parar para demostrar que, si paramos nosotras, se para todo. No lo duden.” Almudena Grandes
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