1) La solidaridad como arma, el 8 de marzo #YoParo
2) 8 de marzo Día Internacional de Lucha Obrera Feminista
3) Desempleo e informalidad de las mujeres en América Latina: un reto clave
4) Kurdistán: “La ideología de emancipación femenina derrotó al fascismo en Rojava”
5) Escondida: Huelga en una de las mayores minas de cobre del mundo
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COMCOSUR / POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 17 / Nº 811 / Miércoles 8 de marzo de 2017 / DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER / Producción: Andrés Capelán
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“Quien es feminista y no es de izquierdas carece de estrategia, quien es de izquierdas y no es feminista, carece de profundidad”. Rosa Luxemburgo
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1) La solidaridad como arma, el 8 de marzo #YoParo
Víctor Arrogante (Rebelión)
Naciones Unidas estableció como Día Mundial de la Mujer el 8 de marzo, para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la determinación de las mujeres que han jugado un papel clave en la historia. Pese a todo no debe ser un día de celebraciones, sino de denuncia, protesta y movilización. En España este año 2017 han sido asesinadas 18 mujeres víctimas del #terrorismomachista, la violencia de género con resultado de muerte, la pero cifra de la última década, y no tiemblan los pilares del Estado, como ocurriría si las muertes las hubiera provocado el terrorismo político o separatista.
Un día como el 8 de marzo, no es para celebrar, sino para reafirmar el compromiso por la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia, especialmente contra las mujeres. Difícilmente se podrá conseguir, si no se cambia el modelo social, por otro justo y democrático, en el que se promuevan políticas económicas igualitarias, empleo de calidad, lucha contra la pobreza, la desigualdad y la violencia de género. Tenemos que superar las políticas llevadas a cabo por la derecha reaccionaria y austericida, ejecutadas por el PP, que han significado un retroceso en derechos y recortes sociales para la ciudadanía con un fuerte impacto para las mujeres.
Este año, promovido por el colectivo feminista argentino «Ni una menos», que se ha extendido a diversos países latinoamericanos y europeos, se ha convocado para el día 8 de marzo, un Paro Mundial de mujeres contra la violencia machista. La presión en la calle, la movilización y la sensibilización de la sociedad contra la violencia machista son imprescindibles para conseguir avances.
El tema escogido por la ONU este año es: «Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030», al estar en transformación el mundo laboral, con implicaciones significativas para las mujeres. Por un lado, la globalización y la revolución digital y tecnológica, crean nuevas oportunidades, al tiempo que la creciente informalidad en el trabajo, la inestabilidad en las fuentes de ingreso, nuevas políticas fiscales y comerciales y el impacto ambiental, ejercen un papel decisivo en el empoderamiento económico de las mujeres y los derechos humanos.
Parece que las organizaciones sociales van por otro lado. El Paro Internacional de Mujeres –PIM–, es un movimiento de base formado por mujeres de diferentes partes del mundo, inspirado desde Polonia y creado en octubre de 2016, en respuesta a la violencia social, legal, política, económica, moral y verbal que experimentan las mujeres contemporáneas en diversas lugares del mundo. PIM planea paros generales y protestas para el 8 de marzo, bajo un lema en común: «la solidaridad es nuestra arma».
«Nosotras, las mujeres del mundo, estamos hartas de la violencia física, económica, verbal y moral dirigida contra nosotras. No la vamos a tolerar pasivamente. Exigimos que nuestros gobiernos dejen de usar insultos misóginos y empiecen a tomar medidas reales para resolver numerosos problemas relacionados con nuestra seguridad, acceso gratuito a la atención médica, incluyendo los derechos reproductivos, el establecimiento de graves sanciones legales a criminales en casos de violación, violencia en el hogar y de todo tipo de crimen de género que sufrimos cada vez más, así como el cumplimiento de la secularización de nuestros Estados. Antes que las condiciones biológicas femeninas somos sobre todo, seres humanos y lo que es más; estamos en 2017».
El PIM dice en su convocatoria «Como ciudadanas conscientes, nosotras, las mujeres, sabemos que el mundo está pasando por una fase de crisis pero no aceptamos ser víctimas de ella. Exigimos, gobernadores de nuestros países, que sean maduros y aborden los problemas del mundo de una manera directa, pacífica y sin daño a nosotras. Nosotras, las mujeres del mundo, anunciamos que si no se toman medidas inmediatas para detener esta violencia, vamos a hacer un paro, somos solidarias y estamos unidas, en todo el mundo, para defender nuestros derechos humanos. Constituimos más de la mitad de la población del mundo y sabemos que el poder está en nuestras manos».
Denuncian «que el capital explota nuestras economías informales, precarias e intermitentes; que los Estados nacionales y el mercado nos explotan cuando nos endeudan; que los Estados criminalizan nuestros movimientos migratorios; que cobramos menos que los varones y que la brecha salarial llega, en promedio, al 27%». No se reconocen que las tareas domésticas y de cuidado son trabajo que no se remunera y suma, al menos, tres horas más a las jornadas laborales de las mujeres.
La brecha salarial de género en España en 2016 era casi de un 24%, la más alta en los últimos seis años. Han arrastrado sobre los hombros de las mujeres, parte de las consecuencias de la crisis: recortes en servicios sociales que las ha llevado a volver a encargarse de los cuidados de los mayores y los hijos, el aumento de los contratos a tiempo parcial, donde las mujeres son un porcentaje mucho más alto que los hombres. También se produce brecha de género en las pensiones, que en 2016 era de un 34%. No existe ningún país en el mundo donde haya una igualdad plena y España no es una excepción, por lo que la movilización es más necesaria.
La movilización convocada busca evidenciar cómo sería el mundo si las mujeres dejaran de hacer lo que hacen todos los días, desde las tareas del hogar hasta los trabajos en los que se desarrollan. A la par, es un llamado a valorar la vida de las mujeres, a detener la violencia machista que provoca que 38% de los asesinatos de las mujeres en el mundo en manos de sus parejas masculinas.
El PIM es un movimiento que va en serio y sugieren diferentes formas de protesta; desde un paro total o parcial (1 ó 2 horas) en el trabajo o en las tareas domésticas y en los roles sociales como cuidadoras. En caso de que no poder parar en el trabajo, proponen usar ropa o elementos de negro o violeta que identifique la acción; boicot a las empresas que usan el sexismo en sus propagandas o en su enfoque hacia las trabajadoras; huelga de sexo; cese de compras durante la jornada; bloqueo de calles con demostraciones, piquetes y marchas. «No se olviden de que de nuestra decisión depende la continuidad de la vida en la Tierra».
El Movimiento Feminista de Madrid, como no podía ser de otra forma, se suma este 8 de marzo al Paro Internacional de Mujeres. El llamamiento es hacer un paro en las «tareas de cuidados» y también en el «empleo productivo», que irán acompañados de huelga de consumo, manifestaciones, vigilias y concentraciones. Las organizaciones que convocan dicen que se trata de un día de protestas en la que cada mujer puede optar por la que prefiera o considere más oportuna. Las organizaciones feministas en todo el mundo unen sus fuerzas en un grito común para denunciar tanto el desigual reparto del empleo, los trabajos de cuidados, el acceso a la riqueza, como para exigir el fin de las violencias machistas. Entienden que juntas, en un nuevo internacionalismo que reclama el derecho a decidir sobre quienes son, a quienes desean, cuales son sus proyectos de vida y como quieren llevarlo a cabo.
No es tanto una huelga convencional, como un día de movilización, que busca usar distintas formas de protesta para clamar contra la violencia de género, la brecha salarial, el acoso, la discriminación laboral y, en general, contra el machismo en todas sus formas. Dependiendo de la actividad personal o profesional, así es la acción que se propone. En los cuidados, es un día para que en la medida de lo posible, se desatiendan las tareas diarias de atención del hogar y la familia. Un día para que los hombres se hagan cargo de estas tareas al cien por cien.
La idea es que no se consuma nada o lo mínimo imprescindible: básicamente un día sin compras. Reducir el consumo de agua, gas y electricidad a lo estrictamente necesario. No coger el coche, utilizar los servicios públicos; no entrar en bancos ni sacar dinero en cajeros automáticos. De 12:00 a 12:30, paro en los trabajos o en las clases. Concentraciones en las puertas de los centro. Acudir a las concentraciones convocadas en cada ciudad. «Que pare el mundo porque nos están matando. Que pare el mundo porque no funciona sin nosotras. Que paren las calles hasta que podamos transitar seguras. Que paren los feminicidios porque nuestras vidas no están a disposición de otros».
«Prefiero una libertad peligrosa a una servidumbre tranquila», decía María Zambrano. #YoParo este 8 de marzo por la libertad de las mujeres, utilizando la acción solidaria como arma contra todas las formas de violencia, por la igualdad y la justicia social para todos y todas.
MIÉRCOLES 1º DE MARZO DE 2017 – COMCOSUR
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2) 8 de marzo Día Internacional de Lucha Obrera Feminista
Isabel Cervera (Rebelión)
“Quien es feminista y no es de izquierdas carece de estrategia, quien es de izquierdas y no es feminista, carece de profundidad”. Rosa Luxemburgo
Una huelga mundial de las mujeres de media hora de duración se prepara para el próximo 8 de marzo ”Día Internacional de la Mujer”… añado, sin permiso de nadie, trabajadora. En unos medios se afirma que la inspiración de esta huelga proviene del “lunes negro”: paro y manifestación llevado a cabo por las mujeres en Polonia el 3 de octubre del año pasado contra la restrictiva ley del aborto que pretendía aprobar el Parlamento de ese país. Pocos meses después, en Argentina, el asesinato de una menor movilizó a miles de personas convocadas por el colectivo “ni una menos”.
A la experiencia de estos paros se unió la Women’s March estadounidense, punto de inflexión y base del discurso de esta convocatoria mundial, durante la movilización de más de 500.000 personas en la manifestación de protesta contra Trump: “un nuevo movimiento feminista internacional con una agenda expandida: anti-racista, anti-imperialista, anti-heteronormativo y anti-neoliberal” en respuesta a las declaraciones ofensivas hacia el colectivo femenino que este mandatario pronunció en 2005 (filtradas por el Washington Post durante su campaña), así como las políticas discriminatorias que éste amenazaba con llevar adelante.
También nos encontramos en el discurso la insistente referencia desde una de las convocantes Polacas: Klementyna Suchanow a la “amenaza” Rusa con las siguientes declaraciones sobre la deriva ultraconservadora del vecino país: “La muestra más reciente de esta deriva ha sido la despenalización en Rusia de la violencia física en el ámbito doméstico (conviene leer en qué consiste realmente esa modificación insuficiente por desgracia con esa elevadísima tasa de violencia de género, pero tal vez más efectiva en un país como el nuestro donde sí está penalizada, pero no presupuestada ni dotada de medios, abandonada totalmente). Así, de Washington a Breslavia, a un lado y otro del mundo hay mujeres que se echan a la calle frente a dos mandatarios poderosos que se apoyan mutuamente: unas salen más por Trump, otras por Putin”, dice Klemetyna.
¿No resulta como mínimo curiosa esta convocatoria mundial-globalista bajo estos criterios, denuncias y opiniones?
Este es el escenario de las convocatorias. Actores y actrices. En vista de ello y del principio de incertidumbre que me asiste como persona, obrera y mujer me pregunto: ¿Dónde estaba esta convocatoria mundial cuando el presidente de una potencia imperialista, negro y nobel de la paz lanzaba proclamas feministas (que tan bien quedaban hasta el punto de ser felicitado por intelectuales feministas diversas) con la misma frescura con la que lanzaba bombas y enviaba mercenarios a asesinar mujeres, niñas, niños y ancianos provocando un auténtico genocidio contra Oriente medio en Libia y Siria? Me pregunto también como mujer, obrera y feminista ¿Dónde está el concepto de clase que en toda lucha por la transformación ha de darse? ¿Dónde está nuestra firme oposición a las guerras imperialistas? ¿Dónde está el internacionalismo ligado tan íntimamente a cualquier lucha obrera y que supone mi solidaridad con mis hermanas de clase también en lucha?.
Por qué esta convocatoria es globalista y no internacionalista. Por que en ese caso y en este territorio que habito habré de apoyar a las mas de 400 compañeras estibadoras en huelga a día de hoy, en el mismo “paquete” que el resto de huelguistas, ante una lucha laboral me da igual el género. ¿Donde está contenido el antiimperialismo en este discurso? ¿esta lucha no la habremos de librar junto a nuestras y nuestros compañeros de clase, estudiantes, obreras, paradas, etc.? ¿Soy igual que otra mujer, cualquier mujer por el mero hecho de serlo?.
Porque mi respuesta es NO. Porque mujeres con poder adquisitivo suficiente no necesitaran guardería en sus centros de trabajo, tampoco una asistencia sanitaria pública, gratuita y despenalizada en caso de tener que abortar, tampoco habrán de dedicarse al cuidado de sus mayores ya que contarán con alguien que se ocupe de forma remunerada. ¿Queremos esta transformación o solamente pretendemos reformar este sistema?.
El trabajo no remunerado de las mujeres ha supuesto la plusvalía más grande de la historia desde los albores del Capitalismo en concepto de cuidados y reproducción traducidos en más abundante mano de obra para la explotación. Y nuestra incorporación al mundo laboral sigue suponiendo un salario inferior al de los hombres en casi un 30%, así como una precariedad mucho más acentuada ligada a la obligada discriminación sistémica, a la reproducción, crianza, etc. Una “huelga” mundial de las mujeres de media hora o una hora nunca irá mas allá de algo meramente testimonial, nos harán creer esos mismos medios que difunden ampliamente la convocatoria de que éste habrá sido un logro social-feminista.
El objetivo será que se calmen los ánimos, no darle vuelta a las posibles variantes fórmulas de lucha y crear un estado de opinión abstraído totalmente del que debería ser nuestro objetivo final: la igualdad de condiciones sociales y laborales, igualdad entre clase y género. Y esto será una gran mentira por que lo que realmente teme el patrón y el propio sistema es la huelga colectiva, la fuerza de trabajo de brazos caídos y el legítimo boicot que paraliza la producción en la fábrica, el colegio, el hospital, el astillero, o en el centro de trabajo en general. Dividir, sectorizar, gremializar ha sido su labor a fin de dispersar y neutralizar las luchas por parte del patrón y de sus indispensables agentes, los sindicatos de servicios (CC.OO y UGT ante todo, además de los corporativos) esos que mantienen una Secretaría de la Mujer porque queda feo no hacerlo, pero firman en las mesas de negociación todos los retrocesos en derechos laborales y sociales y ni se plantean las verdaderas necesidades de las mujeres trabajadoras en su lugar de trabajo porque nunca se han creído esta lucha.
La existencia de las mujeres en libertad en su interacción con el mundo es un grave peligro para el patriarcado y el capital. Desde ahí se dirime esa gigantesca plusvalía de los cuidados, el aumento o no de una población-mano de obra y la libre identidad como seres humanos. Por estos motivos el control y tutelaje por parte del Estado e iglesia y la pedagogía del machismo junto a la información subliminal lanzada a diario por todos los medios que somos capaces de percibir, alientan desde el aparato del Estado por acción de estas variantes y omisión de la protección de los derechos fundamentales por parte de este están provocando la matanza de decenas de mujeres en lo que va de año, en el Estado español.
No son individuos salvajes sueltos del género masculino, eso sólo es la mano ejecutora, sino una entidad amoral creada por el poder del Estado que da permiso a diario para traspasar la línea roja del derecho a la vida.
En mi opinión hay que retomar los instrumentos de lucha que a las nadies nos vinieron dados desde antiguo, como clase y género, este último siempre se quedó por implementar tanto en el tajo como en la casa y urge un esfuerzo en la conciencia colectiva porque nos va la vida en ello. Hemos de tomar parte activa en un sistema sindical nuevo, es lo primero que tenemos que cambiar derogando la LOLS (ley orgánica de libertad sindical) priorizando como eje de la lucha sindical esa unión clase/género.
Esta es más necesaria que nunca y en medio de esta crisis global somos elementos sumativos para la transformación. Así que ante todo hay que parar el crimen como tal, no permitirlo, dar respuesta. Pero sólo será posible desde ese modo de ternura llamado solidaridad, sin distinción de sexo, organicémonos, cooperemos pidiendo al mismo tiempo apoyo incondicional. Como dicen los/las compañeras Andaluzas en lucha: “hoy somos las de la extrema necesidad, porque nos matan y nos queremos vivas y así nos necesitáis”. No olvidemos el verdadero origen de esta fecha, ante todo para que la agenda de la rebeldía la marquemos nosotras y no unas consignas ambiguas que vienen de una más que dudosa procedencia, demasiado ánimo de reformar que no revertirá en transformación alguna.
Es nuestra hora, pero hemos de elaborarla nosotras y nosotros, desde nuestra propia y real iniciativa e identidad, por que las convocatorias globalistas ya huelen mal, es agenda marcada con discurso impuesto, eso sí medios de difusión todos, el quinto poder al servicio de los movimientos sociales ¿Desde cuándo? El 8 de marzo de 1910 se proclamó como Día Internacional de la Mujer Trabajadora a petición de Clara Zetkin en la II Internacional de Mujeres Socialistas. Un año después morían 140 trabajadoras de una fábrica de camisas en EE.UU en unas condiciones laborales inhumanas. Unas y otras lucharon por liberar/se/nos de las cadenas del patriarcado desde la conciencia de clase. Parece que hay enormes intereses en que no retomemos esa conciencia. Para ello nos “ofrecen” escenario, guión y dirección a nivel mundial… a ver si nos creemos el discurso y además nos quedamos en la media hora de película y con la satisfacción del deber cumplido y el logro conseguido. Ya hemos vivido experiencias de espontaneísmo y comprobamos ahora los resultados en forma de calma chicha.
¡A la huelga ya, pero por la transformación social!
8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora
MIÉRCOLES 1º DE MARZO DE 2017 – COMCOSUR
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3) Desempleo e informalidad de las mujeres en América Latina: un reto clave
José Manuel Salazar-Xirinachs (IPS)
La incorporación de las mujeres al mercado de trabajo de América Latina y el Caribe ha sido una tendencia constante y positiva durante las últimas décadas. Pero en 2017, en tiempos de aumento del desempleo y la informalidad, nuevamente surge la necesidad de insistir en la igualdad de género para generar más y mejores empleos para las 255 millones de mujeres en edad de trabajar que viven en esta región.
Casi la mitad de esas mujeres, 126 millones, ya forman parte de la fuerza laboral, lo cual es un logro importantísimo alcanzado a lo largo de muchos años. Una vez más, sin embargo, es importante recalcar que no podemos bajar la guardia.
Durante el último año, cuando la marejada de crecimiento lento o en algunos casos de franca contracción económica que azota la región impactó de frente al mercado laboral, produciendo una abrupta alza del desempleo y también el deterioro de algunos indicadores de la calidad del empleo, fue evidente que la situación afectaba en mayor medida a las mujeres.
La tasa de desocupación promedio regional de las mujeres subió a niveles que no se veían desde hace más de una década en América Latina y el Caribe, a 9,8 por ciento, es decir al borde de los dos dígitos. Si se mantienen los pronósticos de falta de dinamismo económico este año la tasa promedio puede pasar de 10 por ciento en 2017.
Esa tasa de desocupación de las mujeres subió 1,6 puntos porcentuales, por encima de la variación de los hombres, que aumentó 1,3 puntos porcentuales. De los cinco millones de personas que se incorporaron a las filas de desempleo, 2,3 millones eran mujeres. Esto significa que hay unas 12 millones de mujeres que están buscando empleo en forma activa, pero no lo consiguen.
La participación de las mujeres en la fuerza laboral continuó aumentando durante el último año. A nivel nacional (rural+urbano) la tasa de participación de las mujeres pasó de 49,3 por ciento a 49,7 por ciento. Esto es siempre una buena noticia. Pero aun así continúa muy por debajo de la de los hombres, que es de 74,6 por ciento.
La contrapartida negativa fue que la tasa de ocupación de las mujeres, que mide el nivel de demanda de mano de obra, disminuyó de 45,2 a 44,9 por ciento. La de los hombres también experimentó una baja parecida, aunque es bastante más elevada en 69,3 por ciento.
El último informe Panorama Laboral de América Latina y el Caribe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), también destacó que la menor actividad económica se ha reflejado en tendencias a la disminución del número de trabajadores asalariados, aumento de los empleados por cuenta propia, disminución en los salarios formales, que forman parte de las señales de un aumento en la informalidad.
Las estimaciones más recientes disponibles sobre informalidad de las mujeres indican que casi la mitad de la fuerza laboral femenina está en estas condiciones, que habitualmente implican inestabilidad laboral, bajos ingresos, falta de protección y derechos.
A lo largo de los últimos años se han identificado algunas características a tener en cuenta al analizar la participación laboral de las mujeres. Como por ejemplo que alrededor de 70 por cieto se desempeña en el sector de servicios y comercio, donde las condiciones precarias aparecen con facilidad, incluyendo la carencia de contratos.
Además unas 17 millones de mujeres realizan trabajo doméstico. Son más de 90 por ciento de las personas dedicadas a esta actividad. En esta ocupación los niveles de informalidad siguen siendo demasiado elevados, en torno a 70 por ciento.
Esta descripción de las características de la inserción laboral de las mujeres en el mercado de trabajo no estaría completa sin hacer notar un aspecto muy destacable que surgió en un informe regional sobre “Trabajo Decente e igualdad de género” de varias agencias de Naciones Unidas presentado en 2013: en esta región 53,7 por ciento de las mujeres trabajadoras alcanza más de diez años de educación formal, en contraste con solo 40,4 por ciento por ciento de los hombres.
Por otra parte, 22,8 por ciento de las mujeres en la fuerza laboral cuenta con educación universitaria (completa e incompleta), por encima del 16,2 por ciento de los hombres.
Sin embargo, esto no impide que haya una brecha salarial importante. Un informe de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) advertía en 2016 que según los datos disponibles las mujeres recibían 83,9 por ciento de lo que ganaban los hombres en empleos similares. La brecha es más grande en el caso de niveles educativos mayores.
Todas estas estadísticas son un llamado a la acción.
Este tema ya forma parte de los objetivos de desarrollo sostenible trazados para todos los países en la Agenda 2030. En particular en el Objetivo #5: “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”, y es clave para el Objetivo #8 sobre crecimiento económico y trabajo decente. Para la OIT la igualdad de género es un objetivo transversal, que está presente en todas sus actividades.
Estamos frente a un desafío estructural que implica cambios económicos, sociales y como sabemos también culturales. Es necesario que tanto los gobiernos como los actores sociales mantengan como una prioridad esencial promover una mayor igualdad entre mujeres y hombres.
Hay que buscar fórmulas para mejorar la productividad de las mujeres impulsando su participación en sectores más dinámicos de productividad media y alta, y al mismo tiempo identificar las causas de la segregación.
Para continuar avanzando en la igualdad laboral es necesario recurrir a una combinación de acciones que tengan en mira la igualdad de género, incluyendo entre otras: políticas activas de empleo; redes de infraestructura de cuido y nuevas políticas para el cuidado de los niños y personas dependientes; estrategias para promover la división de responsabilidades familiares; mejoramiento de la formación profesional y la educación; promoción de las emprendedoras; aumento en la cobertura de la seguridad social; y una acción decidida para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres, incluida la violencia en los lugares de trabajo.
La igualdad en el empleo fue un desafío enfrentado en el pasado, continua vigente en el presente, y es uno de los retos más importantes para lograr un mejor futuro del trabajo en la región.
Revisado por Estrella Gutiérrez
MIÉRCOLES 1º DE MARZO DE 2017 – COMCOSUR
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4) Kurdistán: “La ideología de emancipación femenina derrotó al fascismo en Rojava”
(Resumen Latinoamericano)
Zenobia Viyan, combatiente de la Unidad de Protección de las Mujeres (YPJ), aseguró que en el norte de Siria el “fascismo trató de romper la voluntad de los pueblos para rendirlos”, pero que fracasó. En declaraciones a la Agencia de Noticias Fides, Viyan manifestó que “la ideología de emancipación femenina” derrotó al fascismo, nucleado en los grupos terroristas y los países que los respaldan.
La combatiente, que participó en las batallas para liberar Alepo, explicó que en esa ciudad hubo “un gran despliegue de resistencia a pesar del embargo estricto y el asedio durante seis años”. “Las mujeres han estado en el centro de esta resistencia con el ejemplo de la YPJ”, agregó. Viyan explicó que la conciencia de las mujeres aumentó luego de la fundación de las YPJ, quienes junto a las YPG son las milicias kurdas que defienden el norte de Siria de los ataques terroristas y del Estado turco.
“Hasta ahora ninguna organización en el Oriente Medio, en el Kurdistán sirio o en el mundo en general se habían organizado en torno a una ideología de emancipación de las mujeres. Las YPJ se organizaron precisamente sobre esta base y la pusieron en práctica”, indicó.
Viyan destacó que en las YPJ no se piensa “en las mujeres sólo como un factor que aumenta la lucha. Las mujeres están en el centro de la lucha. Las YPJ han dado este sentimiento a todas las mujeres. Cualquier lucha que no incluya a la mujer está destinada al fracaso. Las YPJ actúan con esta conciencia. Toda la fealdad impuesta a las mujeres debe ser destruida, y todos los valores que pertenecen a las mujeres deben ser reconstruido”.
Según la combatiente, esto “es imprescindible para una sociedad libre y democrática. Es necesario para la construcción de una nueva vida. Y eso sólo es posible a través de la creación de un sistema de defensa fuerte”. Viyan recordó que las mujeres marcharon al combate contra el terrorismo “con fe y voluntad, en un espíritu completamente ideológico” y que eso “desarrolló mucha más fortaleza en las combatientes de las YPJ”.
Para la miliciana, junto a sus compañeras “están luchando contra un sistema que ha plagado a la humanidad desde hace milenios” y que esa lucha forma sus conciencias. Viyan también aseveró que la “ideología y la filosofía de la resistencia” es la trasmitida por Abudllah Öcalan, fundador y líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), encarcelado desde hace 17 en Turquía.
La combatiente alertó que los grupos terroristas, principalmente nucleados en el Congreso Nacional Sirio (CNS), “siempre libraron una intensa guerra psicológica contra las YPJ”, con el objetivo de “romper la voluntad de las combatientes a través de prácticas como la tortura, las matanzas y decapitaciones. Pero nuestra voluntad como combatientes no se rompió frente a este tipo de prácticas. Por el contrario, llevamos a cabo con más fuerza a la lucha. No nos rendimos y no hemos perdido la moral. Ha crecido nuestra ira y mejorado nuestra lucha”.
“Las mujeres kurdas demostraron al mundo que la Revolución en el Kurdistán sirio es la revolución de la mujer a través de las resistencias más legendarias en Shengal y Kobanê. También hubo una gran resistencia en Sheikh Maqsoud, a pesar de que no estaba en los medios de comunicación”, expresó. Viyan finalizó señalando que “la resistencia mostrada por las YPJ contra ISIS y las bandas del CNS jugó un papel esclarecedor para la libertad de todas las mujeres en el mundo”.
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FUENTE: Mahir Yilmazkaya/ANF/Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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5) Escondida: Huelga en una de las mayores minas de cobre del mundo
Franck Gaudichaud (L’Anticapitaliste)
Traducido del francés para Rebelión por Caty R.
Desde el pasado 9 de febrero 2.500 trabajadores están en huelga en la mina «Escondida», situada en el norte de Chile.
En manos de dos gigantes del sector privado, BHP Billiton y Río tinto PLC (capitales anglo-australianos), Escondida es la mayor productora de «oro rojo» del mundo con la extracción de 900.000 toneladas anuales, es decir, el 20 % de la producción chilena (nación que posee la principal reserva mundial de este mineral).
Frente al anuncio de una huelga «ilimitada», el grupo empresarial paralizó las actividades de la mina alarmando a los especuladores de la Bolsa de Londres. A pesar de las amenazas del presidente de la mina, Marcelo Castillo, y la presión del Gobierno de Michèle Bachelet (socialista), los mineros mantienen su postura y han establecido un piquete de huelga por turnos y un campamento en el exterior de la mina (a 3.100 metros de altitud en pleno desierto de Atacama), después de haber reunido un importante fondo de apoyo solidario. El ministro de Economía, Rodrigo Valdés, no ha esperado para denunciar esta lucha y legitimar a las transnacionales: «esta huelga podría afectar más gravemente al Producto Interior Bruto que los incendios forestales –los más graves de la historia de Chile- que asolaron el país a finales de enero».
Fue después de romper las negociaciones colectivas y frente a la tozudez de la empresa cuando el principal sindicato de Escondida se lanzó a la huelga con la reivindicación principal de una revalorización de los salarios, mientras el precio del cobre ha conocido un aumento del 27 % en 2016 y se prevé que seguirá subiendo al mismo ritmo hasta 2020, para mayor beneficio de los accionistas extranjeros. «Lo mínimo que pedimos –reiteró el dirigente del sindicato Jaime Thenoux– es poder mantener los beneficios del convenio colectivo actual», en particular para los jóvenes mineros que se acaban de incorporar a la plantilla de Escondida.
Una posición estratégica en el neoliberalismo…
La orientación de las empresas mineras en los últimos años ha sido siempre buscar cada vez más flexibilización laboral, mientras miles de empleos fueron suprimidos por los numerosos subcontratistas. Por su parte el sindicato número uno de Escondida exige un aumento salarial del 7 % y un bono excepcional de alrededor de 38.000 dólares por persona.
Aunque a menudo se califica a los mineros de «aristocracia obrera» debido a sus altos salarios en comparación con la inmensa mayoría del pueblo chileno, esos trabajadores tienen que soportar condiciones de trabajo extremas y peligrosas. Y sobre todo es la posición estratégica que ocupan en la economía «primo-exportadora» neoliberal del país la que da un gran peso a sus resistencias y reivindicaciones.
En un contexto de fuerte atomización del movimiento sindical y obrero, heredada de la dictadura y de 25 años de modelo ultraliberal (administrado en gran parte por las fuerzas social-liberales de los gobiernos de la Concertación), esta huelga podría señalar el camino de futuros conflictos de clases. Sobre todo cuando la Central Unitaria de los Trabajadores (CUT) continúa en manos de una burocracia poco legítima y ampliamente cooptada por los partidos del Gobierno (entre los cuales se encuentra el Partido Comunista).
En los últimos días ronda el fantasma de la gran huelga de Escondida de 2006, para disgusto de los medios conservadores y de la patronal. Aquel severo conflicto, que duró 25 días, hizo temblar al sector minero mundial y contribuyó a la revitalización sindical en todo el país. En su época Salvador Allende señaló hasta qué punto el cobre representa el «sueldo de Chile». En la actualidad estos recursos están de nuevo ampliamente en las manos del capital transnacional: en estas condiciones los llamamientos a la renacionalización de los recursos mineros bajo control democrático de la población y de los asalariados resuenan con fuerza.
MIÉRCOLES 1º DE MARZO DE 2017 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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