1) Uruguay: votación histórica del Frente Amplio
2) Las revueltas populares y el recuerdo de Sankara
3) La continuidad del estado racista de EE.UU.
4) Las elecciones ofrecen poco consuelo a los pobres de Sri Lanka
5) China y Rusia: Las locomotoras del nuevo orden mundial
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POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL / AÑO 14 / Nº 699 / Lunes 1º de Diciembre de 2014 / REVISTA SEMANAL DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS / Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares / Apoyo técnico: Carlos Dárdano / COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / 1994 – 19 de junio – 2014 / http://nuevo.comcosur.org / Y ahora puedes seguir a Comcosur también en Facebook
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.” — Emir Sader
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1) Uruguay: votación histórica del Frente Amplio
Fórmula Vázquez-Sendic obtuvo la mejor votación histórica del FA y logró la mayor distancia entre oficialismo y oposición.
(La Diaria)
De acuerdo a las proyecciones de escrutinio de las principales encuestadoras, la fórmula presidencial del Frente Amplio (FA) consiguió imponerse a nivel nacional por más de 11 puntos porcentuales de ventaja sobre los candidatos del Partido Nacional (PN), Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga.
De esta manera, la fórmula Tabaré Vázquez-Raúl Sendic alcanzó la mayor votación histórica del FA y logró la diferencia más grande que se haya obtenido en un balotaje en Uruguay. En las elecciones de 2009, en la segunda vuelta disputada entre José Mujica y Luis Alberto Lacalle Herrera, el actual mandatario había obtenido 54,6% frente a 45,3% de Lacalle Herrera.
Minutos antes de las 20.30, las encuestadoras dieron sus primeras proyecciones. Luis Eduardo González informó en Canal 12 que los datos de la encuesta en boca de urna de Cifra daban que Vázquez y Sendic recogerían 53,5% de los votos, y la fórmula Lacalle Pou-Larrañaga, 41%.
Óscar Bottinelli decía en Canal 4 que según las proyecciones de Factum, la fórmula frenteamplista tendría 54% de los votos y la nacionalista, 40,6%, y en Canal 10 Ignacio Zuasnábar proyectaba la menor diferencia entre ambas fórmulas: Vázquez-Sendic 53% y Lacalle-Larrañaga 42%. En los tres casos, se estimó que los votos en blanco sumados a los anulados estaban en el entorno de 5%-5,5% del total.
Hacia la 1.00, la Corte Electoral había escrutado 93,7% de los votos a nivel nacional e indicaba que la fórmula Vázquez-Sendic cosechaba 52,4% de las adhesiones ciudadanas, frente a 40,8% de la fórmula nacionalista. De acuerdo a las cifras del escrutinio primario, la fórmula frenteamplista ganó en 12 departamentos del país (Montevideo, Canelones, Rocha, Treinta y Tres, Cerro Largo, Rivera, Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, Soriano y San José), mientras que la fórmula presidencial del PN obtuvo la mayoría de las adhesiones en siete departamentos (Maldonado, Colonia, Flores, Lavalleja, Tacuarembó, Durazno y Florida).
En 2009 la fórmula frenteamplista, integrada por José Mujica y Danilo Astori, había ganado solamente en cinco de los 19 departamentos del país: Montevideo, Canelones, Salto, Paysandú y Soriano.
Respecto de las elecciones de octubre de 2014, se mantuvieron con predominio blanco Flores, Lavalleja, Tacuarembó y Durazno. En cambio, en Treinta y Tres el FA habría obtenido una votación superior al PN en esta segunda vuelta, con 86,5% de los votos escrutados. A la inversa, en octubre la coalición de izquierda había triunfado en Maldonado y Colonia, y en la segunda vuelta, al cierre de esta edición el PN estaba en ventaja en ambos departamentos, con 87,4% y 27,9% de votos escrutados, respectivamente. En Cerro Largo y Salto, departamentos tradicionalmente blanco y colorado, el FA mantuvo el predominio claro que mostró en octubre: en Salto consiguió 57% de las preferencias frente a 37,2% del PN, y en Cerro Largo 51,4% frente a 42,1% del PN.
Historia y encuestas
En 2009, cuando el balotaje se hizo entre José Mujica y Danilo Astori por el FA y Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga por el PN, la distancia entre ambas fórmulas fue de nueve puntos (52,6% a 43,33%), algo mayor a la conformada tras el debut de esta herramienta electoral en el sistema uruguayo, cuando el oficialismo colorado representado por Jorge Batlle y Luis Hierro López había superado a la fórmula del FA Tabaré Vázquez-Rodolfo Nin Novoa por 52,6% a 44,5%.
A diferencia de las elecciones de octubre, en esta ocasión las proyecciones de las encuestadoras realizadas ayer coincidieron en términos generales con las encuestas de la semana previa de las consultoras. Para Factum, en su última encuesta el FA llegaría a 52% (dos puntos menos que la proyección de ayer), el PN a 37% (tres puntos menos) y los votos en blanco o anulado a 7% (dos puntos más). Para la última encuesta de Equipos, el FA tendría 54,5% de los votos (un punto más que su proyección de ayer), el PN 40% (dos puntos menos que la proyección de ayer) y blancos y anulados llegarían a 5,5%. Para Opción, el FA estaría en 54,5%, el PN en 39,2%, los votos en blanco y anulados en 6,3%; para Radar, el FA llegaría a 52,7%, el PN a 41,7%, los blancos y anulados a 4,5%. Cifra, cuyos sondeos previos a la primera vuelta fueron los que más se alejaron de la realidad, había dado un rango de posibles resultados: FA 52,2%-54,8%, PN 37,8-40,4%, y en blanco y anulado 4,4%-4,8%; en términos generales, los resultados de las últimas encuestas de esta consultora se ajustaron a las proyecciones de ayer.
En 2009, en los últimos sondeos previos al balotaje de 2009 dados por las tres encuestadoras que trabajan con los canales privados, Cifra había anticipado 49,7% de apoyo a la fórmula Mujica-Astori y 41,7% a Lacalle-Larrañaga, mientras que Factum y Equipos habían coincidido en sus conclusiones, augurando 50% al oficialismo y 41% a la oposición.
LUNES 1º DE DICIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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2) Las revueltas populares y el recuerdo de Sankara
Marcelo Righetti (Rebelión)
En este caso, no fue un típico golpe militar reaccionario, sino que una revuelta popular desplazo de la máxima jefatura de Burkina Faso al presidente que venía gobernando desde hacía 27 años, Blaise Compaoré. Su intención de modificar un artículo de la Constitución, para que mediante el apoyo del Congreso, el cual dominaba, pudiera continuar durante 5 años más en el Gobierno, sirvió para la decantación de todo un malestar social que dominaba entre el pueblo burkinabé.
La situación actual, en lo que hace más 30 años se conocía como Alto Volta, se encuentra al parecer en un cierta estabilidad y se ha firmado un acuerdo entre los militares -que asumieron la jefatura del Estado en la persona de Isaac Zida- y partidos políticos opositores, organizaciones de la sociedad civil y líderes religiosos, para avanzar hacia una transición con un gobierno bajo el mando de un civil, Michael Kafando, y que deberá llamar a elecciones en el plazo de 12 meses.
Por su parte, el accionar de instituciones panafricanas como la Unión Africana y la Comunidad Económica de África Occidental, han asumido un rol muy activo para fortalecer el proceso de transición hacia una regularización constitucional y el llamado a elecciones.
Burkina Faso es parte del África Subsahariana occidental y limita con Costa de Marfil, Ghana, Togo, Benín, Níger y Mali. Con un población de más de 17 millones de personas, es reconocido como uno de los países más pobres del mundo y sus indicadores sociales muestran parte de esas penurias. Se encuentra entre los países con mayor mortalidad infantil del mundo con 80 muertes de niños en su primer año de vida entre mil nacidos vivos, la expectativa de vida ronda los 56 años en promedio y el PBI per cápita se encuentra en los 670 dólares por año, según datos del Banco Mundial. Además según el ranking que realiza el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), a través del Índice de Desarrollo Humano, Burkina Faso se encuentra el lugar 183 de 187 países que forman parte de este relevo estadístico.
En esas tierras dominaba desde el siglo XIV el Reino Mossi, el cual logró extenderse hacia lo que actualmente es Mali y Ghana, alcanzando su mayor despliegue un par de siglos después. Luego vinieron las razias para obtener esclavos para las producciones intensivas en fuerza de trabajo del otro lado del Atlántico y la Conferencia de Berlín de 1898 en donde las grandes potencias del momento establecieron los límites del reparto imperialista de todo el continente africano. Francia fue el país que controló toda esta región, en lo que se denominó el África Occidental Francesa, luego debido a necesidades de administrativas decidió dividir esta gran región y creó lo que se llamó Alto Volta, que en 1960 alcanzó formalmente la independencia, aunque el poder de tutelaje galo continua hasta nuestros días.
Sin embargo, hubo un breve período, en la por sí escueta historia independiente de este país, que marcó a fuego no sólo a Burkina Faso sino a toda África. Luego de una tumultuosa vida institucional posindependencia signada por varios golpes militares, llega al poder el Capitán Thomas Sankara como líder del movimiento de mandos medios y subalternos del Ejército que impone un proceso revolucionario en la antigua colonia francesa.
Entre los cambios que impulsó hubo algunos de orden simbólico entre los que se puede señalar el reemplazo del nombre de Alto Volta por el de Burkina Faso, una conjunción de dos vocablos de lenguas autóctonas (moore y dyula) que significa “La Patria de los Hombres Integros”. Además se estableció una nueva bandera y un nuevo himno nacional que en la parte del estribillo termina con la expresión “Patria o Muerte, Venceremos”. Estas transformaciones eran una clara expresión del carácter marcadamente antiimperialista que se proponía el gobierno encabezado por Sankara. La lucha contra la corrupción, la búsqueda de un desarrollo endógeno con un reparto más equitativo de las tierras, una firme defensa del ambiente, las mejoras en la infraestructura sanitaria y en el sistema educativo, la reivindicación decidida de la igualdad de las mujeres y una fuerte apuesta a la organización y acción conjunta de todos los países africanos (principalmente su propuesta de no pago de la deuda), fueron los puntos más altos de los planteos del proceso revolucionario que se inició en 1983.
El segundo al mando dentro del Consejo Revolucionario era el mismísimo Blaise Compaoré, quien había urdido el movimiento sedicioso que permitiría llegar al gobierno a Sankara, el cual se encontraba preso por orden del gobierno ulteriormente depuesto. Como mano derecha del Jefe de Estado era el responsable de las relaciones con Francia y Costa de Marfil (el bastión del imperialismo francés en el África Subsahariana) y desde allí volvió a planificar un nuevo golpe, en este caso contra su propio compañero.
La traición se ejecutó el 15 de octubre de 1987, cuando un comando de hombres bajo órdenes de Compaoré asesinó al Thomas Sankara y a 13 de sus allegados. Luego de ello, se impuso una “rectificación” de la revolución, con apariencias de continuidad pero que más temprano que tarde comenzó a mostrar su verdadera cara. Las políticas del FMI y del Banco Mundial comenzaron a aplicarse sin restricciones, restaurando los privilegios de las élites tradicionales, revirtiendo las nacionalizaciones, impulsando la “economía de mercado” y “fomentando la iniciativa privada”. Por otro lado, impuso una transición hacía un gobierno constitucional para alcanzar ciertos visos de legitimidad democrática, aunque todos los procesos electores fueron tildados de fraudulentos por la oposición. Sin embargo, el apoyo que otorgaban los veedores internacionales solventaba la continuidad de Compaoré en la presidencia.
El Continente Africano ha sufrido, durante toda la historia en la que el capitalismo ha sido dominante como forma de organización económica y social a escala planetaria, la constante disputa de los poderes globales por sus recursos. En la actualidad es el terreno en donde más se ven enfrentados los intereses de China, como poder ascendente mundial, y los Estados Unidos, como principal potencia (la respuesta militarista para enfrentar al ébola se enmarca en esta situación). Claro está que estas disputas han traído pocos réditos a los pobladores africanos, más bien todo lo contrario. Es posible entender entonces porque varios líderes antiimperialistas africanos han sido asesinados, como el caso de Patrice Lumumba, Amilcar Cabral y el propio Thomas Sankara, entre otros, o brutalmente combatidos como fue Mandela.
La necesidad de un fortalecimiento de la unidad de los países africanos con vistas a alcanzar una verdadera posición independiente aparece como un requisito indispensable para revertir años de saqueos, explotación y muerte. Asimismo, la necesidad de articular acciones con el resto de los países del mundo que ocupan un lugar similar en el esquema del capitalismo mundial, recorre un camino similar. La experiencia del Che Guevara en el Congo, después de la victoria de la Revolución Cubana, podrá haber resultado aventurera, sin embargo poseía el valor fundamental de marcar una noción estratégica vital para las luchas de los pueblos oprimidos del mundo.
LUNES 1º DE DICIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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3) La continuidad del estado racista de EE.UU.
Angela Davis (The Guardian/Progreso Semanal)
Aunque la violencia racista estatal ha sido un tema constante en la historia de gente de ascendencia africana en Norteamérica, se ha convertido en algo de particular interés durante la administración del primer presidente afroamericano, cuya misma elección fue ampliamente interpretada como el anuncio de una nueva era postracial.
La pura persistencia de la muerte de jóvenes negros a manos de la policía contradice la suposición de que estas son aberraciones aisladas. Trayvon Martin en la Florida y Michael Brown en Ferguson, Missouri, son solo los más conocidos de incontables personas negras muertas por la policía o por parapoliciales durante la administración Obama. Y ellos, a su vez, representan un flujo constante de violencia racial, tanto oficial como extralegal, desde las patrullas de esclavos y el Ku Klux Klan, hasta la práctica contemporánea de perfiles raciales y los actuales “vigilantes”.
Hace más de tres décadas, Assata Shakur obtuvo asilo político en Cuba, donde desde entonces ha vivido, estudiado y trabajado como miembro productivo de la sociedad. A principios de la década de 1970, Assata fue acusada falsamente en numerosas ocasiones en Estados Unidos y vilipendiada por los medios. La presentaban en términos sexistas como la “madre gallina” del Ejército Negro de Liberación, el cual a su vez era retratado como un grupo con insaciables tendencias violentas.
Colocada en la lista de Los Más Buscados del FBI, fue acusada de robo a mano armada, robo de banco, secuestro, asesinato e intento de asesinato de un policía. Aunque se enfrentaba a 10 procesos judiciales diferentes, y ya había sido declarada culpable por los medios, todos los juicios, excepto uno –el caso como resultado de su captura– terminó con un veredicto de absolución, jurado disuelto por desacuerdo o desestimación por el tribunal. Bajo circunstancias muy cuestionables, finalmente fue condenada como cómplice en el asesinato de un policía estatal de Nueva Jersey.
Cuatro décadas después de la campaña original en su contra, el FBI decidió demonizarla una vez más. El año pasado, en el 40 aniversario del tiroteo de la autopista de Nueva Jersey en el que murió el policía estatal Wertner Foerster, Assata fue añadida ceremoniosamente a la lista de los Diez Terroristas Más Buscados. Para muchos, esta acción por parte del FBI fue grotesca e incomprensible, lo que nos lleva a la pregunta evidente: ¿qué interés puede tener el FBI en designar como uno de los terroristas más peligrosos del mundo – compartiendo el espacio en la lista con individuos cuyas supuestas acciones han provocado asaltos militares a Iraq, Afganistán y Siria– a una mujer negra de 66 años que ha vivido tranquilamente en Cuba durante las últimas tres décadas y media?
Una respuesta parcial a esta pregunta –quizás incluso determinante–puede ser descubierta en la ampliación espacial y temporal del alcance de la definición de “terror”.
Después de la designación de Nelson Mandela y el Congreso Nacional Africano como “terroristas” por parte del gobierno sudafricano del apartheid, el término fue aplicado ampliamente a los activistas negros de liberación durante finales de la década de 1960 y principios de 1970.
La retórica del presidente Nixon acerca de la ley y el orden implicaba etiquetar como terrorista al Partido Pantera Negra, y a mí también se me identificó de la misma manera. Pero no fue hasta que George W. Bush proclamó la guerra al terror después del 11 de septiembre de 2001 que los terroristas llegaron a representar al enemigo universal de la “democracia” occidental. Implicar retroactivamente a Assata Shakur en una putativa conspiración terrorista contemporánea es también situar bajo el paraguas de “violencia terrorista” a los que han heredado su legado y que se identifican con la lucha constante contra el racismo y el capitalismo. Es más, el anticomunismo histórico dirigido contra Cuba, donde Assata vive, ha estado peligrosamente articulado con el antiterrorismo. El caso de los Cinco de Cuba es un excelente ejemplo de esto.
Este uso de la guerra al terror como amplia designación del proyecto de democracia occidental del siglo 21 ha servido como justificación del racismo antimusulmán; ha legitimizado aún más la ocupación israelí de Palestina; ha redefinido la represión de inmigrantes; y ha llevado indirectamente a la militarización de los departamentos locales de policía de todo el país. Los departamentos de policía –incluyendo los de los campus universitarios– han adquirido equipos excedentes de las guerras de Iraq y Afganistán por medio del Programa de Exceso de Propiedad del Departamento de Defensa. Así, en respuesta a la reciente muerte de Michael Brown por la policía, los manifestantes que desafiaron la violencia racista policiaca fueron enfrentados por agentes de policía vestidos con uniformes de camuflaje, portando armamento militar y conduciendo vehículos blindados.
La respuesta global a la muerte por la policía de un adolescente negro en un pequeño pueblo del Medio Oeste, sugiere la concientización creciente en relación con la persistencia del racismo norteamericano en momentos en que ese supone que está en decadencia. El legado de Assata representa un mandato para ampliar y profundizar las luchas antirracistas. En su autobiografía publicada este año, al evocar la tradición radical negra de lucha, ella nos pide “Continuarla. / Entregársela a los hijos. / Pasarla a otras generaciones. / Continuarla…/ ¡Hasta la Libertad!”
* Angela Davis es Profesora Distinguida Emérita de Historia de la Concientización y Estudios Feministas en la Universidad de California, Santa Cruz. Ella escribió el prólogo de Assata: una autobiografía.
Tomado de The Guardian. Traducido por Progreso Semanal
LUNES 1º DE DICIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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4) Las elecciones ofrecen poco consuelo a los pobres de Sri Lanka
Amantha Perera (IPS)
Priyantha Wakvitta observa cómo la propaganda de las elecciones presidenciales anunciadas para enero en Sri Lanka compite con la decoración navideña en las calles de Colombo, su ciudad adoptiva. Pocos días después de que el 21 de este mes el gobierno informase sobre el adelanto a una fecha aún no determinada de enero de los comicios, unos 1.800 recortes impresos con la imagen del actual presidente, Mahinda Rajapaksa, se habían desplegado por toda la capital, según los observadores electorales de la Campaña para unas Elecciones Libres y Justas.
Al frente de la coalición Alianza por la Libertad del Pueblo Unido (UPFA), Rajapaksa cuenta con un amplio apoyo por haber puesto fin a 26 años de guerra civil en 2009, tras acabar con el movimiento separatista armado Tigres de Liberación de Tamil Eelam. Pero la popularidad del presidente, en el poder desde 2005, decayó en los años de posguerra, caracterizados por dificultades económicas, más que políticas.
Su principal rival en la carrera presidencial, Maithripala Sirisena, fue hasta hace poco el secretario general del partido político de Rajapaksa, el Partido de la Libertad de Sri Lanka. A mediados de este mes Sirisena se retiró del gobierno y asumió la candidatura conjunta de la oposición. La coalición gobernante UPFA ya sufrió ocho deserciones, mientras que el poderoso partido nacionalista, el Jathika Hela Urumaya, otrora firme aliado del gobierno, declaró su oposición a los Rajapaksa.
La campaña de carteles en todo el país busca ganar adeptos, pero los recortes con las imágenes de los políticos irritan a la gente como Wakvitta. “Gastan millones solo para empapelar la ciudad con sus rostros, mientras que yo lucho por alimentar a mi familia y enviar a mis hijos a la escuela”, recalcó el panadero de 50 años y padre de dos hijos. Wakvitta tiene su pequeña panadería en un suburbio de Colombo. Antes ganaba alrededor de 250 dólares mensuales, pero esa cifra disminuyó constantemente en el último año.
Intentó diversificarse con una tienda de verduras a principios de este año, pero se quemó las manos y perdió su inversión de unos 700 dólares, una suma nada desdeñable en este país donde el ingreso promedio asciende a unos 4.100 dólares anuales. “La gente no tiene dinero. Tiene dificultades para llegar a fin de mes”, aseguró. Sri Lanka exhibe una impresionante tasa de crecimiento económico de 7,5 por ciento y el gobierno de Rajapaksa proyecta grandes obras de infraestructura, como un puerto y un aeropuerto, pero los habitantes de bajos ingresos aseguran que tienen que luchar para sobrevivir.
La tasa nacional de pobreza representa 6,7 por ciento, pero es mayor en el medio rural. En Galle, el sureño distrito natal de Wakvitta, sube a 9,9 por ciento, y en Moneragala, en el centro-sur del país, asciende a 20.8 por ciento, según datos oficiales. Los salarios permanecen estables, pero el precio de los productos básicos aumentó, como sucede con el arroz, un elemento fundamental de la dieta en Sri Lanka.
Una sequía de 11 meses provocó la pérdida de casi un tercio de la superficie plantada, por lo que se prevé que la cosecha arrocera de 2014 sea por lo menos 20 por ciento inferior a los cuatro millones de toneladas del año pasado, la más baja en seis años. El precio del arroz subió 33 por ciento, según el Programa Mundial de Alimentos, y los precios de las verduras y el pescado también subieron, debido principalmente a las inclemencias del tiempo.
¿Gestos simbólicos o políticas económicas sólidas?
Consciente de las dificultades económicas, todos los partidos políticos prometen el cielo y la tierra al elector medio, desde subsidios hasta paquetes de asistencia, con la promesa de facilitarle la vida a la mayoría del electorado.
Pero Ajith Dissanayake, agricultor de arroz en Galle, dice que los gestos simbólicos no bastan. “Las dádivas electorales no alcanzan, hace falta algún tipo de plan concertado para ayudar a los pobres”, expresó a IPS. La situación es peor en el norte del país, donde la población sigue tratando de librarse de las secuelas de la guerra civil. El conflicto terminó en mayo de 2009, y desde entonces el gobierno invirtió más de tres mil millones de dólares en grandes obras de infraestructura en la Provincia del Norte.
Pero la región está sumida en la pobreza extrema. El distrito de Mullaithivu, que soportó las últimas batallas entre las fuerzas armadas de Sri Lanka y los Tigres de Liberación hace más de cinco años, tiene la mayor tasa de pobreza del país, con 28,3 por ciento. “Es como si estuviéramos luchando otro conflicto, esta vez con la pobreza”, se lamentó Thiyagarasa Chandirakumar, de 38 años, discapacitado y padre de dos hijos, desde Oddusuddan, una aldea en Mullaithivu. A pesar de la creciente electrificación de la zona, muchos en su pueblo continúan esperando que la luz llegue a sus hogares, indicó.
“La mayoría de nosotros no tiene el dinero para conseguir nuevas conexiones, y a veces ni siquiera tenemos para tomar el autobús”, explicó Chandirakumar, que está confinado a una silla de ruedas debido a una lesión de guerra. Los pedidos que les hacen Wakvitta y Chandirakumar a los candidatos presidenciales son simples. “Asegúrense de que nuestras vidas sean mejores de lo que eran antes”, dijo Wakvitta.
Pero es improbable que eso se cumpla en el corto plazo. La noticia de la elección anticipada, junto con el sorpresivo anuncio de un candidato común de la oposición, lanzó al país a un período de incertidumbre. Dos días después del anuncio de las elecciones, la Bolsa de Valores de Colombo se desplomó. El índice general de las acciones descendió 2,3 por ciento el lunes 24, en su peor caída desde agosto de 2013.
Los analistas dicen que los inversores mantendrán la cautela por el momento. “A los inversores, nacionales y extranjeros, les gusta la certeza”, afirmó Anushka Wijesinha, economista del Instituto de Estudios Políticos, un centro de investigación local. Las elecciones deben tratarse más de las políticas a largo plazo que de las dádivas destinados a ganar votos, añadió.
“Esto exige el desplazamiento del fuerte énfasis en los subsidios, las prestaciones sociales y otras transferencias generosas a las poblaciones rurales, que pueden ayudar a aliviar la pobreza en el corto plazo, hacia la capacitación, la productividad y el acceso a nuevas oportunidades económicas que ayuden a elevar el nivel de vida con una base más sostenible”, recomendó.
Según las estadísticas oficiales, el 20 por ciento más rico del país recibe cerca de la mitad de los ingresos del país, mientras que el 20 por ciento más pobre solo comparte cinco por ciento de la riqueza nacional. Para aquellos como Wakvitta y Chandirakumar, el futuro parece sombrío, con o sin elecciones. Ambos saben a ciencia cierta que, en el corto plazo, las cosas seguirán prácticamente iguales.
Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Álvaro Queiruga
LUNES 1º DE DICIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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5) China y Rusia: Las locomotoras del nuevo orden mundial
Raúl Zibechi (Alai)
En la alianza estratégica entre China y Rusia está el epicentro del nuevo orden mundial. Entre ambas están siendo capaces de arrastrar a Eurasia, siendo la principal señal del declive de Occidente y, de modo muy particular, de los Estados Unidos.
“Asia para los asiáticos” se titula el artículo de la prestigiosa Foreign Affairs, donde Gilbert Rozman explica que la amistad chino-rusa llegó para quedarse. No se trata de un artículo cualquiera, escrito por un periodista del montón en un medio de segunda fila. Rozman es profesor de sociología en la Princeton University, autor de numerosos ensayos y libros sobre Asia, incluyendo su último “El pensamiento estratégico chino hacia Asia” (1).
Ambas potencias comparten algunas visiones que Rozman detalla: “han desafiado el orden internacional, apoyándose dándose mutuo respaldo diplomático para enfrentar sus problemas en Ucrania y Hong King”; comparten una “identidad nacional por la que se definen en oposición a Occidente”, y, lo que quizá sea más relevante, “están de acuerdo en que el orden geopolítico de Oriente debe oponerse a Occidente, lo que ha acercado significativamente las relaciones bilaterales” (Foreign Affairs, 29 de octubre de 2014).
La mayoría de los analistas occidentales, buena parte del público y hasta las elites políticas, sobreestiman las tensiones sino-soviéticas durante la guerra fría y no toman en cuenta que “desde 1990 las autoridades de Rusia y China han lamentado aquellas tensiones”. Ahora las cosas han cambiado considerablemente, ya que Rusia no quiere, ni puede, ser el socio dominante de la relación. “Ambos han acusado a Estados Unidos de seguir con una mentalidad de guerra fría agresiva, tratando de contener sus legítimas ambiciones en sus regiones”, destaca Rozman.
Seis son las razones que considera para afirmar que la alianza ruso-china será duradera. Primero, sienten “orgullo de la era socialista”. Dos, hacen hincapié en “sus diferencias históricas con Occidente”, ya que ambas naciones fueron víctimas de los diversos imperialismos. Tres, rechazan el modelo económico que entró en crisis en 2008, al que “consideran inferior a sus propios modelos”. Cuatro, estrechan relaciones como forma de hacer frente a las actuales amenazas externas. Cinco, están del mismo lado en las principales disputas globales. Seis, “hay campañas oficiales en ambos países para promover la identidad nacional”.
Dos cumbres, un triunfador
La cumbre Asia Pacífico, o Foro de Cooperación Asia-Pacífico (apec), de la que los medios occidentales destacaron el gesto de Vladimir Putin de colocarle el abrigo a la esposa de Xi Jinping, fue un paseo chino. Los 21 países de apec reunidos del 8 al 10 de setiembre respaldaron la creación de la Zona de Libre Comercio Asia-Pacífico (ftaap, por sus siglas en inglés) en lo que Xi Jinping definió como “una decisión inscrita en la historia” (South China Morning Post, 11 de noviembre de 2014).
Según el diario, Washington habría presionado a Beijing para restarle importancia a la ftaap, pero Xi elevó la apuesta, definió una “hoja de ruta” para la zona de libre comercio asiática y asestó un golpe mortal a la Alianza Transpacífico impulsada por Estados Unidos, que contempla sólo a doce países y excluye a China. Es que las 21 economías agrupadas en apec representan más de la mitad del comercio mundial. Además, algunos aliados decisivos de Washington, como Japón y Malasia, rechazan el acuerdo Transpacífico porque no están dispuestos a abrir sus sectores agrícolas.
Como apunta Pepe Escobar, China avanzó en “una estratega multilateral” que incluye no sólo el comercio sino la energía, las finanzas y la tecnología militar. La propuesta de Xi de “conectividad en todos los niveles” para los países de Asia-Pacífico, supone una pesada inversión en infraestructura. Para ello, la creación del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras basado en Beijing (creado en octubre por 22 países de la región), da un primer paso con la aplicación de 50.000 millones de dólares para lubricar la conectividad. “Es la respuesta de China a la negativa de Washington a darle una voz más representativa en el Fondo Monetario Internacional, que actualmente es de un irrisorio 3,8 por ciento”, recuerda Escobar (Asia Times, 14 de noviembre de 2014).
Ciertamente, que la primera economía del mundo (según un reciente informe del fmi basado en la paridad de poder adquisitivo) tenga una representación marginal en los principales organismos financieros del mundo, no sólo parece un insulto sino que empuja a todos los llamados “emergentes” a buscar alternativas fuera de la actual arquitectura financiera global.
La cumbre de la apec dejó otras noticias no menos importantes. China anunció la liberación de 40.000 millones de dólares para comenzar la construcción del Cinturón Económico de la Ruta de la Seda, tanto la terrestre como la marítima. Se trata de una red de trenes de alta velocidad, puertos, ductos de gas y petróleo, cables de fibra óptica y telecomunicaciones que empresas chinas ya están construyendo para conectarla con Rusia, Irán, Turquía y el océano Índico, llegando a las principales ciudades comerciales europeas, como Berlín, Rotterdam Duisburg y Venecia.
China y Rusia firmaron un segundo mega-acuerdo energético para la llegada de gas de Siberia, luego del rubricado en mayo pasado. El intercambio no será en dólares sino en rublos y yuanes. La cooperación financiera entre ambas potencias es creciente. El banco ruso vtb anunció la posibilidad de dejar la Bolsa de Londres y trasladarse a la de Shanghai, mientras gigantes rusos de la energía comienzan a operar en Hong Kong (Asia Times, 14 de noviembre de 2014).
Un alicaído G-20
Además, China firmó un acuerdo de libre comercio con Corea del Sur, uno de los más importantes aliados de Estados Unidos en Asia. El comercio bilateral asciende a la fabulosa cifra de 228.000 millones de dólares y seguirá creciendo. Un reciente informe del Instituto Petersen de Economía Internacional, basado en Estados Unidos, sostiene que “las monedas de Corea del Sur, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia están más estrechamente conectadas con el yuan chino que con el dólar estadounidense” (Diario del Pueblo, 21 de octubre de 2014).
La segunda cumbre, la del G-20 realizada en Brisbane (Australia) el 15 y 16 de noviembre, días después de la de Beijing, fue un fracaso. El reto principal consistía en iniciar la reforma de las organizaciones internacionales, pero el Congreso de los Estados Unidos (dominado por los republicanos) sigue bloqueando cualquier reforma del fmi para dar mayor poder a los países emergentes.
El resultado ha sido que “los bricstoman el control de la agenda del G-20”, buscando soluciones técnicas al bloqueo parlamentario estadounidense (Geab N° 89, 17 de noviembre de 2014). La cumbre tuvo sus momentos borrascosos. Mientras los cinco países brics hicieron su propia minicubre en la que exigieron cambios en los organismos financieros globales, los aliados de Washington escenificaron la crítica al presidente Vladimir Putin, quien en cierto momento abandonó la reunión, de forma intempestiva.
Según el analista Alfredo Jalife, quien cita a la embajada rusa en Canberra, la retirada de Putin “se debió a las amenazas de muerte que planeaban sobre su cabeza, lo cual llevó a que Rusia hubiese colocado sus barcos de guerra –el crucero de misiles guiados Varyag y el destructor Mariscal Shaposhnikov– cerca de las costas australianas” (La Jornada, 19 de noviembre de 2014).
Lo cierto es que el éxito de la cumbre de Beijing contrasta con las rispideces y el fracaso en Brisbane, donde la retórica sustituyó los acuerdos y, sobre todo, los demandados avances en el desbloqueo del sistema financiero. Las razones hay que buscarlas tanto en el avance consistente de la economía y la diplomacia chinas, que ofrecen más y mejor libre comercio, en contraste con la cerrazón de Washington, una potencia que luego de las elecciones parlamentarias quedó entrampada entre un gobierno demócrata y una mayoría republicana en el Congreso que defienden políticas antagónicas en muchos aspectos.
El órgano oficial chino Diario del Pueblo sostiene que la zona de libre comercio de Asia-Pacífico, creada en la cumbre apec, contrasta con las “negociaciones de comercio multilaterales estancadas en la Organización Mundial de Comercio (omc)”. Apuesta a que la región se convierta “en un paradigma del libre comercio global, lo cual podría cambiar el paisaje económico no sólo de Asia-Pacífico, sino del resto del mundo”. Y agrega: “Como bloque importante de la cooperación regional, la apec cuenta con ventajas sobre la omc en el establecimiento de estándares de una forma más creativa y flexible” (Diario del Pueblo, 13 de noviembre de 2014).
En suma, Asia-Pacífico no es sólo el motor de la economía mundial y el centro del comercio global, sino la región más atractiva e innovadora del mundo.
Moneda y armas
En los hechos, “la agenda internacional de la globalización está siendo liderada por China”, sostiene el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (Geab N° 89, 17 de noviembre de 2014). Uno de los aspectos menos visibles de ese liderazgo consiste en el constante crecimiento del yuan, moneda que tiende a internacionalizarse ganando espacios al dólar.
El problema, como señalan los economistas Ariel Noyola y Oscar Ugarteche, miembros del Observatorio Económico de América Latina, es que la internacionalización del yuan y la desdolarización global son un mismo proceso. Inevitablemente conflictivo. Quizá por eso China apuesta a un avance paso a paso, lento, eludiendo confrontaciones.
Ya son 40 los bancos centrales del mundo que tienen reservas en yuanes, además de las monedas tradicionales. El Banco Popular de China ha firmado swaps bilaterales con 25 bancos centrales. “Fuera del continente asiático el yuan ha conseguido apoyos importantes en Europa”, señalan Noyola y Ugarteche (Alai, 21 de octubre de 2014). La City de Londres, Francfort, Paris y Luxemburgo son plazas abiertas al yuan. Londres realizó la primera emisión de bonos soberanos en yuanes fuera de China. El Banco Central Europeo llegó a un acuerdo de swaps cambiarios en yuanes por 57.000 millones de dólares.
Rusia ha encontrado en China no sólo un aliado sino “un socio estratégico como consecuencia de las sanciones económicas impuestas por Occidente”, apuntan los economistas. En América Latina son Brasil y Argentina los que ya tienen swaps cambiarios en yuanes por más de 40.000 millones de dólares.
Además, China estableció la Plataforma de Negociación de Divisas que permite establecer centros de liquidación directa para facilitar el uso del yuan. Al utilizar las monedas nacionales se reducen los costos de conversión, lo que permite a Beijing, en palabras de Noyola, “reducir los efectos negativos del derecho de señoreaje del dólar sobre los flujos globales de capital”, además de avanzar hacia la construcción de “un sistema monetario multipolar” (Alai, 7 de octubre de 2014).
Siguiendo los pasos de Rusia y Londres, ahora Canadá llegó a un acuerdo con China para el intercambio en yuanes, un país fronterizo y aliado de los Estados Unidos. La diferencia con los casos anteriores, empero, es grande: “Esta vez los chinos no han tenido que ir hasta ellos, sino que son ellos (los canadienses) los que se han desplazado” (Geab N° 89).
Por último, está la cuestión militar, terreno en el que la cooperación ruso-china va en rápido aumento. El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, en su visita a China, destacó que la cooperación militar entre ambos países alcanzó “un carácter estratégico”. El titular de Defensa ruso informó que Rusia y China acordaron llevar a cabo en 2015 ejercicios navales conjuntos, tanto en el Pacífico y como en el Mediterráneo (Russia Today, 18 de noviembre de 2014).
Moscú venderá a China sistemas de defensa S-400 y más adelante S-500, capaces de blindar la defensa del país asiático. En tanto, Beijing ha desarrollado misiles anti-navío, capaces de destruir portaaviones y desafiar la marina estadounidense, lo que permite intercambios entre ambos en el área super sensible de la tecnología militar (Asia Times, 14 de noviembre de 2014).
El periódico estadounidense The Nation asegura que Obama “ha perdido el ímpetu” en su política de “giro a Asia”, al tiempo que el presidente ruso Putin y su homólogo chino Xi, causan un impacto mayor en los asuntos mundiales. Una de las consecuencias de esta postura debilitada del presidente ha llevado, según apunta el periódico, a una presencia “torpe” en las cumbres en el Extremo Oriente. Al mismo tiempo, su homólogo ruso ha sido designado como la persona más poderosa del mundo por la revista Forbes por segunda vez en dos años consecutivos, “eclipsando a Obama en casi todos los aspectos del liderazgo mundial” (The Nation, 14 de noviembre de 2014).
Más allá de Obama, el problema es cómo la superpotencia está encajando su declive. Apenas finalizaron las cumbres de Beijing y Brisbane, miembros del Pentágono apuntaron hacia la necesidad de intensificar la modernización de las fuerzas armadas. “Si no llegamos a un equilibrio pronto será demasiado tarde y sufriremos las consecuencias”, advirtió el vicepresidente del Estado Mayor Conjunto, almirante James Winnefeld, en un discurso pronunciado en una reunión con los legisladores y representantes del sector industrial militar en la Biblioteca Ronald Reagan cerca de Los Ángeles (Reuters, 15 de noviembre de 2014).
Otros funcionarios de la defensa, apuntaron en la misma dirección. El problema es que la economía no deja margen para seguir el ritmo de las inversiones que mantienen sus competidores. Los militares sienten que están siendo sobrepasados en la guerra electrónica y antisubmarina, por poner apenas dos ejemplos, en las que “vamos a quedar obsoletos en el futuro por el simple hecho de que no invertimos en ellas”.
Nota
(1) Chinese Strategic Thought toward Asia, Macmillan, 2010.
– Raúl Zibechi, periodista uruguayo, escribe en Brecha y La Jornada e integrante del Consejo de ALAI.
LUNES 1º DE DICIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera que en general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. — Carlos Marx
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