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ARDE EL PULMÓN DEL PLANETA — comcosur al día 2223 – 04.09.2019

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2223 / Miércoles 04.09.2019 – Hoy:

1) Arde el pulmón del planeta /Carlos Iaquinandi Castro
2) El clima mundial muy enfermo /Sergio Ferrari
3) De alemanes, nazis, judíos, sionistas /Luis E. Sabini Fernández

COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2223 / Miércoles 04.09.2019

1) ARDE EL PULMÓN DEL PLANETA

Carlos Iaquinandi Castro /Redacción de SERPAL

«Si va a haber un futuro para la humanidad,
va a ser un retorno a lo que era nuestra ética original».
Hugo Blanco, Líder campesino peruano.

La Amazonia brasileña desde sus fronteras con Perú, Bolivia y Venezuela registra más de 33.000 incendios forestales en lo que va del año. La cifra supera en un 84% a los incendios que se registraron el año pasado durante el mismo periodo. Pero desde comienzos de agosto los nuevos frentes de fuego avanzan rápidamente cubriendo miles de hectáreas.

Tragedia para Brasil y para la Humanidad

Esta catástrofe ambiental no solo afecta a Brasil y a su entorno territorial. Sus consecuencias se extienden a todo el planeta. El área amazónica abarca el 5% de la superficie terrestre, y corresponde a 8 países sudamericanos, de los cuales el 60% está en Brasil. Esa foresta absorbe millones de toneladas de bióxido de carbono con lo que reduce el efecto invernadero. Allí viven tres millones de indígenas en unas 600 reservas, y se hablan más de un centenar de lenguas y dialectos. El área alberga también una fauna y flora diversa, miles de especies de plantas, de insectos, de peces, aves, reptiles y mamíferos.

La región tiene casi el 20 % de las reservas de agua dulce del planeta

Por su territorio cursan las aguas del Amazonas el río más caudaloso y largo del mundo, que nace en Perú y desemboca en el Atlántico en las costas brasileñas. Sus alteraciones inciden en las corrientes oceánicas. Se le supone que su cauce contiene una quinta parte del agua dulce en estado líquido del planeta. Según la Unesco, si no cambia el modelo de consumo y preservación de esa riqueza, para el 2030 el déficit hídrico puede llegar al 40%. Según las Naciones Unidas y expertos internacionales, el agua puede ser motivo de “guerras” en las próximas décadas.

Cómplices activos y pasivos de la tragedia

El desastre no solo debería preocupar a los brasileños y a sus vecinos, sino a todo el mundo. Pero una vez más topamos con los neo-totalitarismos que predican el “no me importa”, se burlan de los más desprotegidos y mienten cada vez que hablan. El presidente Jair Bolsonaro, ganó las elecciones con diversos apoyos concretos. Uno de los principales fue el de los poderosos grupos del sector empresarial agrícola, que durante años han tratado de ensanchar sus territorios a costa de asentamientos indígenas o de comunidades de campesinos. Los terratenientes en muchos casos ejercieron la violencia: asesinatos, secuestros e incendios. Pero con la llegada de Bolsonaro al poder, sus acciones cuentan con mayor tolerancia judicial, y se promulgan normas y leyes que les favorecen.

Los afectados denuncian a Bolsonaro

Por ello diversas organizaciones ambientalistas, movimientos indígenas y campesinos y el Partido de los Trabajadores, responsabilizan al presidente Bolsonaro de la tragedia ambiental. El gobierno responde expresando dudas sobre las mediciones de las áreas afectadas que realiza un organismo oficial especializado. La comunidad científica brasileña y mundial, han respaldado los métodos del ente estatal que monitoriza la desforestación mediante satélites. Pero como Bolsonaro se maneja con parámetros similares a los de personajes como Trump o Salvini, ha intentado culpar de los múltiples incendios a las ONG, aunque admitió que no tiene pruebas. Muy similar a lo que sucede con las tragedias en el Mediterráneo, donde en lugar de erradicar las causas de los éxodos de quienes huyen de guerras, ocupaciones militares, expolios de recursos o dictaduras, se intenta culpabilizar a los que recogen y salvan a los náufragos. Y para ello utilizan la mentira, las redes sociales y el control o influencia sobre los medios masivos de comunicación. Pero los hechos ponen en evidencia quienes son los perjudicados por los incendios y a quienes potencialmente habrá de beneficiar.

Datos concretos

Por ejemplo, en áreas de protección ambiental, sólo en esta semana se han producido 68 incendios en territorios indígenas, donde se han quemado cosechas y viviendas precarias. En el estado de Matto Grosso, los incendios han aumentado más de un 200% con respecto al año pasado. “Bolsonaro cumple su compromiso con los hacendados y los grupos económicos” titulaba un diario del “Movimiento de los Sin Tierra” al pie de una gran foto de la ciudad de San Pablo oscurecida casi por completo en pleno día por nubes de humo denso que llegaban desde la zona amazónica. Parte de los estados de Matto Grosso y Paraná sufrieron el mismo fenómeno. Los grupos agropecuarios y los consorcios mineros internacionales, son señalados como beneficiarios de la desforestación.

Bolsonaro, en la ruta de Trump y de Salvini

Brasil ha pasado a formar parte de los países que practican una política que favorece a sus sectores más poderosos, desmonta lo público, y fortalece a los grupos económico-financieros. Otras características comunes son el desprecio por la división de poderes, y por los acuerdos internacionales, comenzando por la Declaración de los Derechos Humanos de la post-guerra. La soberbia y la prepotencia suelen acompañar sus discursos y proclamas. Ellos tienen sus propios parámetros de lo que está bien y lo que está mal. Intentan manejar el país como si fuera una finca particular. La demagogia, condimentada con burlas y amenazas, es su herramienta favorita para buscar el consentimiento de los ciudadanos.

El plan para privatizar todo lo público

El humo de los incendios amazónicos, oculta mientras tanto, un plan sistemático de entregar gran parte del andamiaje estatal del pueblo brasileño. Paulo Güedes, ministro de economía formado en la escuela neoliberal de Chicago que formó parte del equipo de asesores del dictador Pinochet en Chile, está ejecutando un plan de privatización que abarcará a las principales empresas brasileñas. Entre ellas, la Casa de la Moneda, fundada en 1694; Datapreva que gestiona el pago de 34 millones de jubilaciones; el Centro de Tecnología Avanzada creada por el gobierno de Lula para tener autonomía nacional en microelectrónica; Telebras, la más importante empresa de comunicaciones o El Correo, que funciona como estatal desde 1663 y tiene una estructura gigantesca que llega a 5.550 municipios. Bolsonaro prácticamente entregará los resortes vitales del estado brasileño a la empresa privada. Si sus planes se concretan, la desigualdad social, las carencias de millones de brasileños ya no podrán ser mitigadas por el estado. Y Brasil es uno de los países más importantes del continente americano.

No solo se queman los bosque
s
No solamente está ardiendo la Amazonia, está ardiendo el futuro del pueblo brasileño y nuestro propio futuro, el de la Humanidad. Lo que allí ocurre incidirá en todos nosotros, vivamos donde vivamos.

Una vez más podemos recurrir a Bertolt Bretch cuando escribió “No aceptes lo habitual como cosa natural. Porque en tiempos de desorden, de confusión organizada, de humanidad deshumanizada, nada debe parecer natural. Nada debe parecer imposible de cambiar”.

Carlos Iaquinandi Castro /SERPAL – Servicio de Prensa Alternativa
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2223 / Miércoles 04.09.2019
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2) EL CLIMA MUNDIAL MUY ENFERMO

Aunque nada es nuevo, cada día más preocupante
Reciente informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático

• El 1ero elaborado con mayoría de expertos de “países en desarrollo”
• 2°C de calentamiento, panorama infernal. 1.5°C, grave

Sergio Ferrari, desde la ONU, Ginebra, Suiza

La salud del planeta empeora. La tierra tiembla por excesivo calor. Y el horizonte no aclara. Comida más escasa, más cara, menos nutritiva y de más difícil acceso, en particular, para los países más pobres. Así lo enfatiza el nuevo informe *La Tierra y el Cambio Climático* presentado el jueves 8 de agosto por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). El escenario más desastroso es el de un planeta que no logra reducir el calentamiento global por debajo de los 2°C. Aunque la realidad de un aumento de 1.5°C ya amenaza la viabilidad de la Tierra y su sistema alimentario. El informe fue elaborado por 107 expertos -de los cuales el 40 % mujeres. Es el primero en que la mayoría de los estudiosos – originarios de 52 países-, proviene de naciones “en desarrollo”.

El Panel Intergubernamental fue creado en 1988 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Buscaban ofrecer al mundo una visión científica clara del estado actual de los conocimientos sobre el cambio climático y sus posibles repercusiones medioambientales y socioeconómicas. En el mismo año, la Asamblea General de las Naciones Unidas hizo suya la decisión de la OMM y del PNUMA de crear conjuntamente el IPCC.
«La seguridad alimentaria se verá cada vez más afectada por el cambio climático futuro a través de la disminución del rendimiento agrícola, especialmente en los trópicos, con el aumento de los precios, la reducción de la calidad de los nutrientes y las interrupciones de la cadena de suministro”, subraya el nuevo documento.
Veremos diferentes consecuencias en diferentes países, pero habrá un impacto más drástico en aquéllos “de bajos recursos en África, Asia, América Latina y el Caribe», asegura Priyadarshi Shukla, una de las autoras del mismo

El drama de los alimentos desperdiciados

El estudio subraya un drama sin calificativos. Actualmente, a nivel planetario, alrededor de una tercera parte de la comida se pierde o desperdicia.
Las causas difieren entre países desarrollados y en desarrollo, pero corregir esta realidad anómala disminuiría las emisiones de gases de efecto invernadero y la inseguridad alimentaria.

“Algunas dietas requieren más agua y más tierra, y causan más emisiones de gases que aumentan el calentamiento global”, enfatiza el Grupo de Expertos. Recordando que las dietas balanceadas estructuradas sobre la base de granos, legumbres, frutas y verduras – y con alimentos animales producidos de manera sostenible-, presentan oportunidades para limitar el cambio climático”.

La Pachamama amenazada

La Tierra confronta hoy una presión humana creciente y el cambio climático agrava la salud del planeta. Con la certeza – según el ente internacional- que con lo que hoy se está utilizando de la misma se podría alimentar a la población mundial y al mismo tiempo proveer biomasa para la energía renovable. Pero para ello, según el documento, se necesita “acción temprana y extensa para lograrlo”, retórica diplomática que expresa la necesidad urgente de una nueva voluntad política para luchar contra el calentamiento global.

Cuando la tierra se degrada se hace menos productiva y se reduce su capacidad para absorber carbono, lo que influye en el cambio climático, que en retorno contribuye más a su degradación.

En un futuro, con lluvias más intensas, aumentará el riesgo de erosión del suelo en las tierras de cultivo, explican los expertos. Quienes recuerdan que aproximadamente 500 millones de personas viven en áreas que experimentan la desertificación. Explicando que esas áreas secas son las más vulnerables al cambio climático y a los eventos extremos, incluidos la sequía, las olas de calor y las tormentas de polvo, con una creciente población mundial que proporciona más presión.

Hay riesgos muy altos de escasez de agua, riesgos por incendios, degradación del permafrost y de inestabilidad en el sistema alimentario, incluso con un aumento de temperatura de 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. El riesgo se hace mucho más intenso con un aumento de 2°C, aseguran los expertos.

Hay alternativas: recomendaciones

Para el Panel, “un enfoque general en sostenibilidad combinado con acciones tempranas ofrece las mejores oportunidades para luchar contra el cambio climático”.
Esto incluye, un menor crecimiento de la población, la reducción de desigualdades, una mejor nutrición y un menor desperdicio de comida.

Si se logra un sistema alimentario más resiliente se puede tener más tierra disponible para crear energías limpias, y al mismo tiempo proteger los bosques y los ecosistemas naturales. Sin embargo, si no se actúa pronto, más tierra podría necesitarse para generar energía y esto conduciría a desafiantes decisiones sobre su uso y el sistema alimentario.

Otras políticas fuera del sector alimentario y de los suelos, como el transporte y en medio ambiente, también hacen una diferencia crítica en la lucha contra el cambio climático. “Actuar rápidamente costará menos, ya que evitará más perdidas”, advierte el informe.

Por otra parte, la reducción de la desigualdad, el aumento de los salarios y asegurar el acceso a la comida en regiones donde la tierra ya no produce, también permitirían hacer frente a los impactos negativos del cambio climático.

El documento publicado este segundo jueves de agosto, será un aporte científico clave en las próximas negociaciones sobre el clima y el medio ambiente, como la que se realizará durante la Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (COP14) en Nueva Delhi, India en septiembre. Así como en la Conferencia Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (COP25) de diciembre próximo, en Santiago de Chile.

En 2015, los Gobiernos respaldaron el objetivo del Acuerdo de París de fortalecer la respuesta global a cambio climático al mantener el aumento de la temperatura media global muy por debajo de 2ºC -en relación a los niveles preindustriales – y perseguir esfuerzos para limitar el aumento a 1.5ºC.

Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2223 / Miércoles 04.09.2019
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3) DE ALEMANES, NAZIS, JUDÍOS, SIONISTAS

Luis E. Sabini Fernández – revistafuturos.noblogs.org/

¿Por qué los alemanes han tenido que explicitar su posición y su relación respecto del nazismo?

Indudablemente, porque el Tercer Reich ha perdido la 2GM. Como consecuencia, su población ha debido incluso soportar la sospecha generalizada de connivencia con el régimen nazi, en su momento indudablemente popular. Han sido incluso expuestos a teorías del tipo de las de Daniel Goldhagen sobre la impronta étnica en los comportamientos humanos (alemanes como “verdugos voluntarios” del nazismo).

Con el paso del tiempo y las peripecias, sobre todo las sufridas por los palestinos (pero no solamente), surge la pregunta de por qué los judíos no se ven precisados a definir su posición respecto de Israel. Porque Israel, que se iniciara como un golpe de mano, estilo pirata, aunque muy recubierto de amparos (por ejemplo, de las “Grandes Potencias” de la época), ha ido entrando en un vórtice de brutalización y violencia aun peor al de los momentos fundacionales. Y cada vez más impune.

No se trata de hacer una comparación literal o exhaustiva entre Israel, bandera de la democracia occidental, y el Tercer Reich de triste memoria. Lo germano se considera nacional y lo judío es más ambivalente; puede ser religioso, idiomático o cultural, aunque con el Estado de Israel ha devenido cada vez más nacional.

Sin embargo, los judíos en general, y en particular los progresistas, llevan adelante su actividad social, política, intelectual, como si nada tuvieran que decir o que ver con lo que acontece en Israel.

Lo cual, en términos puramente personales, es aceptable, pero considerado socialmente, pensando en vínculos de comunidad o de nacionalidad, incluso los tribuales, la responsabilidad es otra; rendir cuentas forma parte de cada uno, lo asuma o lo ignore. O haga como que lo ignora.

Si tal fue la situación con la realidad israelí, la de su surgimiento e implantación manu militari, la responsabilidad se acrecienta inconmensurablemente con la expansión del peso y el poder sionista en el mundo entero; pensemos en Sudán del Sur, Honduras, Colombia, Irak, Líbano, Siria, Irán, en el lado castigado del planeta, y en el Reino Unido y en general Europa y, fundamentalmente en EE.UU., el lado favorecido de ese mismo planeta…

La tesis presentada al principio es que los alemanes debieron, debían, incluso deben rendir cuentas porque perdieron la guerra mundial, porque salieron del círculo áulico de la humanidad y pasaron al de los que, precisamente, deben rendir cuentas.

A través de la consolidación del Estado de Israel como presunto estado soberano; algo no tan nítido si observamos el constructo político que llamamos Israel, que para algunos es “el portaaviones de EE.UU. en el Mediterráneo Oriental” (versión cada vez más obsoleta de la progresía occidental), para otros el quincuagesimoprimer estado de la “Union” con funciones particularmente directivas dentro de EE.UU., y para otros finalmente, parte de una entente que bien merece llamarse Triple por una configuración de poder combinado y mundial, entre elites del Reino Unido, Israel y EE.UU. (con sus City y Wall Street incluidas; no sabemos si Israel tiene un equivalente dentro de sus difusas fronteras; por internet no logramos captarlo).

La segunda y sobre todo, la tercera opción se perciben, por ejemplo, en la política de “Los 5 ojos” (que son 6) de la red Echelon.

Como resultado de la 2GM, los judíos no necesitan rendir cuentas. Por suerte, existen judíos como los que mencionáramos antes.
Hay motivos para estos deslindes, esta toma de posición. Porque nos encontramos en una situación más problemática, más ardua, que en otros momentos culturales pasados. Estamos cada vez más en el terreno de una policía del pensamiento.

Y eso, en sus dos variantes más conocidas; las dos con impronta israelí.

Por un lado, tenemos los desarrollos tecnológicos securitarios en los cuales Israel está a la vanguardia con intervenciones cada vez más sofisticadas para oír, ver, registrarlo… todo. Ya es mucho más que la pesadilla Echelon. Hay capacidad tecnológica para convertir, por ejemplo, todo celular, aun apagado, en micrófono y con alcance de muchos metros. Al lado de lo cual, los viejos sistemas de escucha telefónica resultan paleolíticos. El paisaje urbano, el interior de los vehículos de todo tipo, se van convirtiendo en escenarios de un teatro mundial, generalmente inconsciente, involuntario. Israel se ha especializado en la producción de tales dispositivos de omnicaptación.

Y al lado de esta tecnopolicía de vigilancia, arrecia otra policía del pensamiento… la de lo políticamente correcto.

Para su instauración, el sionismo ha desempeñado un papel primordial. Mediante la construcción de relatos como, por ejemplo, el de “Israel democrático” (tratándose de una sociedad racista y colonialista), o de los juicios de Nurenberg de 1946 como si hubiesen sido objetivos, o, por ejemplo, el culto a “El Holocausto”. Un historiador estadounidense, Norman Finkelstein, precisamente judío, por abordar esta última cuestión en su excelente La industria del holocausto (cuya tesis es que el suceso, así presentado, ‘tiene cierto parecido con la realidad, aunque remoto’), desde que puso en circulación el fruto de sus investigaciones ha sido despojado de sus cátedras universitarias en EE.UU. Finkelstein está sitiado laboralmente desde hace años mediante una conspiración de silencio.

Como resultado de esta guerra informacional, en la actualidad, ya tenemos leyes en países hipersensibles por sus antecedentes, como Francia o Alemania, que reputan antisemita cualquier crítica a Israel. Y consecuentemente, ya tenemos presos políticos por aplicación de tales leyes… seres humanos arrestados y encarcelados porque han planteado boicotear productos israelíes en tanto israelíes maltratan, hambrean y matan impunemente a palestinos. Boicotear, repare el lector, no dañarlos, no usar violencia.
Esa atroz asimetría contemporánea que resume tan bien Richard Falk al recordar los 15 años del Muro de 700 km. construido por los israelíes en 2004 dentro de los territorios bajo conquista: “fragmentando a las comunidades y vecindarios palestinos, dividiendo a los campesinos de sus tierras de cultivo, y constituyendo una recordatoria constante, ineludible, de la naturaleza de la opresión israelí.”

Si criticar a Israel deviene un acto antisemita, ¿adónde fue a parar el derecho a crítica o la libertad de cátedra, por ejemplo?
En la mayor parte de los países de Europa ahora la historia del sionismo, la del nazismo, la del judaísmo están escritas. Definitivamente. Inamovibles. Reinvestigar, otorgar otro ángulo, otra información, ha pasado a ser delictivo.

Es la sustitución lisa y llana del conocimiento histórico por la versión oficial. El sueño −estalinista para unos, bíblico para otros− encarnado como revelación.
De ese modo, toda crítica a Israel es antisemita, investigar sobre las muertes de judíos a manos de nazis está fijado de antemano (p. ej., en 6 millones y las correspondientes indemnizaciones. Y a todos los que duden, tengan alguna observación, algún reparo, se los ubica en el campo “antisemita” (término impreciso si los hay, por cuanto “semita” no es un pueblo siquiera, sino una familia idiomática).

Obviamente, la policía de pensamiento no se aplica sólo a salvaguardar la imagen de Israel. Veamos otro ejemplo, tan distinto: una estrella del rugby australiano, étnicamente originario de ese continente, cristiano evangelista −Israel Folau− condenó recientemente en un mensaje de Instagram a “homosexuales, adúlteros, mentirosos, fornicadores” asegurando que les esperaba el infierno… y fue expulsado de la federación de rugby australiana y segregado socialmente.
Considero sus opiniones deleznables, pero condenarlo por ellas, es muchísimo más grave.

La policía del pensamiento, vieja pesadilla de antiutopistas, está deviniendo realidad y el motor actitudinal para este ahogo de la libertad de pensamiento es llevado adelante a través de la sobresaturación de información y entretenimiento y la configuración de las mentalidades.

Calvino (Jean Calvin) aspiraba a conocer todos los pasos de sus conciudadanos, desde que se levantaban hasta que se acostaban. Para sujetarlos bíblicamente a la virtud. Su ciudad, Ginebra, contaba entones –siglo XVI−con unos 23 mil habitantes.

La aspiración de ‘una policía de la virtud’.
Hoy esa pesadilla se va concretando sobre miles de millones de seres humanos.

Luis E. Sabini Fernández
COMCOSUR AL DÍA / AÑO 20 / Nº 2223 / Miércoles 04.09.2019
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“La izquierda no puede pensar sólo en ganar elecciones. Necesita tener como meta fundamental organizar al pueblo, y recuperar la hegemonía de las ideas de la clase obrera en la sociedad. Recuperar los valores humanistas y socialistas, y practicarlos, como la solidaridad, la defensa de la justicia social y la igualdad entre todos los seres humanos.”
Joao Pedro Stedile – MST (Brasil)
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