1) Argentina: La memoria sobre los horrores de la dictadura /Sergio Ferrari
2) Argentina: Esa mujer que me salvó la vida, por Albertina Carri
3) Uruguay: ¿Dónde están? /Jorge Zabalza
4) Uruguay: Madres y Familiares pide al gobierno que avance en la ubicación del archivo de OCOA
5) Impunidad de la brutalización israelí /Luis E. Sabini Fernández
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores – Hoy:
I. Ciclo “Escritores en Casa” con Walter Bordoni
II. Burbuja literaria “Tópicos de encierro” con Gustavo Espinosa
III. ENCUENTROS “Memoria”
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“En atletismo existe una carrera en equipo llamada de postas o de relevos. Cada uno de los corredores de un equipo recorre una determinada distancia y allí lo espera un compañero a quien le debe entregar un tubo de unos 30 cm llamado testimonio o testigo. Algo parecido, aunque difícil de visualizar, ocurre en la historia de un país: cada generación entrega su “testimonio” a la que sigue para continuar su interminable carrera. Carrera de relevos generacionales que van tejiendo la trama política, social, cultural de un pueblo.
Esa inmensa trama sufrió en la Argentina un inmenso tajo producido por una bayoneta en la década de 1970. Por ese espantoso agujero negro cayeron 30 mil corredores, compañeros, militantes portadores de testimonios valiosos difíciles de suplantar. Otros quedaron aferrados a los bordes de la trama, resistiendo a rabia, a diente, a imaginación la cruel tempestad desatada por una dictadura cívico militar eclesiástica”.
Jorge Miceli, ex preso político de Coronda, Santa Fe – Argentina
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1) ARGENTINA: LA MEMORIA SOBRE LOS HORRORES DE LA DICTADURA
Patrimonio mundial del “nunca más” y antídoto contra el olvido
Sergio Ferrari /Suiza, 10.05.2021
Argentina acelera los procedimientos para que el Museo Sitio de Memoria ESMA – Ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio-, ubicado en la ciudad de Buenos Aires, sea declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO. Fue uno de los 600 centros clandestinos de detención y represión que funcionaron en la última dictadura (1976-1983).
Los promotores argumentan que esta propuesta es un aporte más, desde la historia latinoamericana, al capital de la memoria colectiva universal imprescindible para evitar, en el futuro, cualquier intento de repetición de las brutalidades que se vivieron en el país sudamericano.
En Argentina existe un consenso básico de toda la ciudadanía sobre el “nunca más”, aunque puedan existir sectores muy minoritarios que abogan por el negacionismo. La lucha en mi país de más de 40 años a favor de la memoria, la verdad, la justicia y la reparación, merece que sea reconocida por la comunidad internacional”, enfatiza Alejandra Naftal, directora del Museo de la ESMA, museóloga de formación y ex detenida desaparecida por varios meses y luego liberada durante la dictadura.
La iniciativa promovida ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se lanzó en 2015 y ha recorrido ya diversas etapas.
Durante este verano europeo entrará en la cuenta regresiva cuando la Secretaría de Derechos Humanos de Argentina, que coordina la propuesta, presente ante el organismo internacional el expediente técnico que sustenta la demanda. De ser aceptada la propuesta, dicho Museo pasaría a integrar el grupo reducido de sitios que en el mundo encarnan los atroces sufrimientos del pasado y la dignidad de la resistencia individual o colectiva. Junto con la Isla de Gorée, Senegal, y el Muelle de Valongo, en Río de Janeiro, Brasil, inicio y fin de la denominada “Ruta del Esclavo”. Junto, también, al Campo de Concentración Nazi de Auschwitz-Birkenau; del Memorial de la Paz de Hiroshima; de la sudafricana Robben Island, donde Nelson Mandela estuvo preso 18 de los 27 años de su reclusión; y del Puente Viejo de Mostar, en Bosnia Herzegovina, paradigma de la dramática guerra en la ex Yugoslavia, así como de la recuperación de tradiciones centenarias de coexistencia pacífica sobreviviendo al odio étnico.
Campo de concentración en pleno Buenos Aires
La Escuela de Mecánica, que pertenecía a la Armada – junto con el ejército y la aeronáutica, los tres brazos militares de la dictadura– es un predio de 17 hectáreas en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires. El Casino de Oficiales constituía uno de los 35 edificios del amplio complejo. Allí se albergaban y reunían en los tiempos libres los altos mandos de la ESMA. Y fue ahí, durante los años de la dictadura, donde instalaron uno de los centros clandestinos más grandes del país, por el que pasaron cerca de 5 mil personas detenidas desaparecidas. En su mayoría, a la postre, asesinadas a través de los “vuelos de la muerte”, que las tiraban desde aviones al cercano Río de la Plata.
En 2004, recuerda Alejandra Naftal, los marinos debieron devolver el predio al Gobierno nacional y al municipal. Entregaron el Casino de Oficiales casi destruido –para intentar borrar las huellas de la brutal represión–, lo que obligó a un arduo trabajo de reconstrucción. “El objetivo fue crear el Museo Sitio de la Memoria que permitiera a los visitantes vivenciar, a través de una herramienta pedagógica, el efecto del Terrorismo de Estado a través del delito de la desaparición forzada de personas”, explica.
Lejos de la imagen común de un museo tradicional, con estatuas, cuadros, utensilios y objetivos materiales, el de la ESMA se reinventó con una nueva forma de presentar la historia. “El Museo es el edificio y, sobre todo, el relato de algunas de las víctimas de ese infierno que lograron sobrevivir, con el apoyo de videos y fotos. Reproducimos sus declaraciones y narraciones ante la justicia”, subraya la directora de la institución.
Para llegar a ese concepto se requirió un proceso de intercambio y consultas de más de 3 años, entre el 2012 y el 2015. “En ese periodo presentamos al menos 200 veces el proyecto, ante el mundo político, los actores de derechos humanos, sectores de la cultura. Contamos con un equipo interdisciplinario amplio y diverso que fue afinando la propuesta”.
Entrar hoy al Museo Sitio de la Memoria de la ESMA implica salir profundamente conmovido luego de recorrer los espacios donde estaban recluida esa militancia juvenil; daban a luz las jóvenes madres secuestradas; los torturadores planificaban los vuelos de la muerte. Así como las salas especiales de tortura y el lugar para concentrar las ropas y artefactos robados durante los allanamientos. O bien, donde los captores explotaban la mano de obra esclava de sus víctimas para hacer publicaciones de inteligencia, fabricar documentos falsos de identidad para los grupos operativos. Así como las escaleras que conducían a los “traslados” sin retorno, es decir la muerte segura.
Nuestro propósito, reflexiona Alejandra Naftal, fue crear un espacio que fuera “cómodo para el incómodo, e incómodo para el cómodo”. Es decir, que impactara y despertara la conciencia de los visitantes que no conocían la historia de la brutalidad represiva, especialmente los jóvenes que no vivieron directamente esa historia. Y que sea, también, un lugar donde las personas directamente afectadas por los crímenes entonces cotidianos de lesa humanidad pudieran recordar y rendir su homenaje.
Si la UNESCO acepta la iniciativa, concluye Naftal, sería una forma más de compartir y universalizar todo ese arduo y novedoso esfuerzo para reconstruir la memoria colectiva, para llegar a la verdad de fondo y para juzgar ese genocidio que se dio en Argentina y que se expresó en tantos centros de tortura y detención.
Novedoso, insiste, porque integra dos componentes esenciales: la prueba de esa brutalidad represiva que dejó en solo siete años un saldo de 30 mil detenidos desaparecidos, más de 10 mil presos políticos y cientos de miles de exiliados internos o el exterior. Y, al mismo tiempo, el ejemplo de este profundo trabajo de memoria, verdad, justicia y reparación, sólidamente anclado en la sociedad argentina, resultado de un consenso muy amplio de respeto a la Justicia. “Es impresionante comprobar que, desde el fin de la dictadura hasta ahora, nunca se dio ni un solo caso de justicia por mano propia de una víctima hacia alguno de sus victimarios”, concluye.
Sergio Ferrai
NOTA FINAL
“Necesidad de la sociedad entera”
P: ¿Qué significa ese consenso social en torno a los derechos humanos al que se refiere?
Alejandra Naftal: Dos ejemplos. En 2017 la Corte de Justicia, que es el principal tribunal del país, promovió la introducción de la fórmula de 2 x 1, es decir, que cada año de detención se cuente doble para promover, así, numerosas libertades de militares condenados por crímenes contra la humanidad. En solo 24 horas hubo una masiva movilización popular en todo el país para oponerse a este “indulto disfrazado”. La presión fue tan rápida y contundente que el parlamento decretó la inconstitucionalidad de esta decisión, que quedó sin efecto. Otro ejemplo: cada vez que en Argentina aparece alguno de los bebés desaparecidos -hijas o hijos de detenidos desaparecidos- que recuperan su identidad, se produce todavía hoy una verdadera celebración social.
P: Es difícil imaginar un Museo sitio de la “Memoria”, dado que la memoria es algo tan subjetivo e intangible…
AN: Sin duda que no fue fácil. Requirió mucha creatividad, consulta, reflexión, consenso. Sobre todo, porque hubo quienes propusieron destruir los edificios de la ESMA para construir aquí un gran parque. Se luchó contra esta concepción. Una vez que se logró recuperar el edificio, casi destruido, del Casino de Oficiales, fue muy importante diseñar un espacio que expresara el objetivo principal. Es decir, aportar, desde el Museo, a la reconstrucción de la memoria colectiva. Las personas que en número de decenas de miles lo han visitado desde su apertura hasta hoy nos expresan su reconocimiento.
P: ¿Concibe al Museo como un espacio donde se dan la mano el pasado y el presente de los derechos humanos?
AN: Una definición exacta. Es una construcción colectiva del pasado-presente. La presencia de la cuestión de género en nuestro Museo es significativa en ese sentido. Insisto: esa construcción puede existir porque hay una demanda de la sociedad. ¿Cómo describir ese espacio de horror, reconvertido? Buscando formas que apelen a la sensibilidad y a la emoción. Todo esto le da fuerza y valor a nuestra iniciativa ante la UNESCO. Algo más: vemos nuestra propuesta como reveladora, no solo de todo un drama nacional, sino también de un continente que padeció represiones brutales similares. Por eso pensamos nuestra candidatura a Patrimonio Mundial desde una perspectiva amplia, nacional y latinoamericana.
P: Para terminar, es importante volver a su reflexión sobre reconstrucción de la memoria colectiva y la identidad y presencia de género…
AN: Un tema esencial. Desde que abrimos el Museo en el 2015, recibimos críticas de grupos de mujeres y de activistas de los feminismos. Señalaban que la muestra permanente no tenía perspectiva de género y no estaba en consonancia con el movimiento que se apropiaba de las calles, con la marea verde, de lucha por el aborto y para exigir justicia por los femicidios, entre otras reivindicaciones. En paralelo, se desarrollaron los primeros juicios de lesa humanidad por los delitos contra la integridad sexual cometidos en los centros clandestinos de detención en la época de la dictadura. Retomamos el tema en el Museo y en el 2019 inauguramos la muestra “Ser mujeres en la ESMA: testimonios para volver a mirar”. Convocamos a las mujeres sobrevivientes, académicas, juezas, abogadas y fiscalas que venían trabajando esta temática. Justamente, con la convicción que los espacios de memoria deben articular el presente con el pasado. A través de un diálogo intergeneracional, cruzando los conceptos feministas con las experiencias de las mujeres ex detenidas Con la posibilidad de crear un espacio en el que puedan hablar y revisar su propia percepción de lo que fuera la experiencia en un centro clandestino. Además, hicimos una autocorrección del lenguaje que utilizamos en la muestra permanente, haciéndonos cargo de nuestro propio olvido y de las ausencias y errores previos. Esa corrección está incluida en la exhibición.
Sergio Ferrari (Suiza)
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2003 – 14.05.2021
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2) ARGENTINA: ESA MUJER QUE ME SALVO LA VIDA POR ALBERTINA CARRI *
Escrito por La Colectiva Radio el 8 de mayo de 2021
A los 16 años, luego de un intento de suicidio me llevaron a verla. Fui con un importante malhumor porque esperaba un nuevo sermón. Ahora más de izquierda, menos severo, tal vez un poco más humano, pero sermón al fin. Alcira me preguntó si María Elisa, la tía con la que vivía en ese entonces, se portaba bien. Esa fue su entrada triunfal, me puso de su lado y me hizo su cómplice. Me reí. Siempre me preguntaban si yo me portaba bien, dando por sentado que no lo hacía. Ella dejó claro que el problema no era mi conducta. El asunto era cómo se portaban los adultos que me rodeaban. Algo que yo tenía claro y que repetía de diversas formas, pero que nadie era capaz de escuchar en aquel entonces, cuando las rémoras de la dictadura no eran aún memoria ni distancia, sino vida cotidiana, palabras soeces y castigo habilitado.
Ese mismo año mi familia de sangre me echó de todas sus casas y a mí me quedaba un año de secundario. Estaba por irme a vivir a una pensión, fantasía que había construido con las historias que circulaban sobre la juventud y la rebeldía de mi padre, pero Alcira me dijo que vaya a vivir a su casa hasta al menos terminar el colegio. Así, mi adolescencia empezó a ser menos traumática y nos quedábamos charlando, fumando y tomando café durante horas. Aprendí que Roberto era un pensador brillante y Ana María una mujer bravísima. Que Roberto nunca hubiese soportado irse del país y dejar en banda a las personas que dependían de él. Que mamá estaba más asustada pero que nunca hubiera podido dejarlo a él a gamba.
Que la militancia armada fue una consecuencia de 18 años de proscripción. Que era un aire de época y que sus ejemplos eran el Che y la revolución cubana. Que no se aguantaba más tanta política cipaya y tanta hambre para el pueblo. Que a mis dos años ella me hacía bailar al ritmo de “yo no soy leninista, yo no soy leninista y que le voy a hacer“, y que a mi padre se le desviaba el ojo de la bronca que le daba. Que hicieron un viaje a Chile para ver la experiencia de Allende y que mi madre se la pasó con vértigo y con asma. Que Perón no los había traicionado y ahí era cuando peleábamos y me contaba alguna historia sobre los chinos y cómo se organizaban, para que saliéramos del embrollo del peronismo. Siempre trayendo quilombos.
Alcira tenía dos hijos dos años menores que yo. De un día para el otro yo tuve dos hermanos más chicos, unos adolescentes peleones que cada tanto hablaban en mejicano y se amaban entre ellos con locura. Vivimos los cuatro juntos durante tres años. Cuando terminé el secundario me dijo que no me fuera, también habló con uno de mis tíos y le aclaró que ella estaría a cargo de mi manutención pero que él se ocupe de comprarnos una casa a cada una de nosotras. A mis dos hermanas que ya eran grandes, y a mí que estaba empezando a despuntar autonomía. Hasta aquel momento mi abuela y ese tío nos habían mantenido a las tres a través de mensualidades que entregaban a quienes fuera que estuvieran a cargo de nosotras. Así fuimos pasando de casa en casa, según las necesidades económicas de cada familia. Y aquí venía esta mujer de voz ronca y humor ácido a dar un batacazo en nuestro destino. No todo se trata de guita, éstas chicas necesitan amor y un lugar dónde estar.
Alcira reconstruyó la confianza, el lazo primordial para no querer morir.
Después de esos años, seguimos tomando café por horas, cada vez que a mí la vida se me hacía aciaga o la confusión del presente me arrasaba. Me encantaban nuestras charlas largas y nuestras escandalosas presentaciones frente a los otros cuando la llamaba mi mamá putativa, siempre repitiendo en sorna puta-tiva un par de veces. Un chiste nuestro que solo nos hacía reír a ella y a mí. Ella me decía Soberbi y yo le decía Argu, la mula. Entre la terquedad y la soberbia construimos un fuerte de amor y bromas pesadas. Le encantaba decir que si seguía haciendo películas porno ella iba a tener que ir con pasamontañas a los estrenos. Pero me prestaba plata para producirlas. Todo lo que llegaba de Alcira era un estímulo de vida, un apoyo a los sin-razones para seguir. Anoche mismo, cuando el duelo final estaba suspendido por esas pocas horas que habían vaticinado hasta la despedida, se despertó del sueño de la morfina y gritó ¡Viva Perón! creyendo que estaba del otro lado. Me regaló la última carcajada.
Me enseñó a querer a esos jóvenes militantes que habían sido mis padres y me enseñó a darle una vuelta de humor a la impotencia y a la injusticia. Supongo que en estos días surgirán muchos escritos sobre su militancia y su incorruptible ética. Sobre su pensamiento crítico, su lucidez y su brillante oratoria. Pero para mí, hoy es importante contar esta pequeña anécdota sobre su paso en esta tierra. Porque esa dimensión humana es una de las potencias vitales que hacen de la muerte un imposible. Es una obviedad decir que ella vivirá en su hijo, mi hermano Juan Pablo, en mis hermanas Andrea y Paula, en sus nietos Brunito, Furito, Joaquín y Mateo, en mí y en todas las personas que la amamos.
Pero lo que hace imposible su muerte es esa vida de ejemplar compromiso afectivo con los muertos y con los vivos. Con los que se fueron temprano y con los que nos quedamos acá, aún sin convicción. Porque la vida es sagrada si vale la pena vivirla y ella nos deja ese legado. Hagamos que la vida sea algo vivible para la mayor cantidad de personas posibles. Hoy mi hijo me abrazó llorando y me dijo que él también la va extrañar mucho. Yo no sé si la voy a extrañar, todavía no es eso, es más bien unas ganas de correr hasta su casa y que me haga un café batido y me explique algo de lo que me está pasando. No puedo creer que eso no sea posible, pero te juro, Argu, que voy a honrar tu legado.
*Cineasta, hija de Roberto Carri y Ana María Caruso, secuestrados y desaparecidos en 1977. Alcira Argumedo actuó junto a Analía Couceyro en su película Los Rubios.
La Colectiva Radio
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2003 – 14.05.2021
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3) URUGUAY: ¿DÓNDE ESTÁN?
Por Jorge Zabalza / Semanario VOCES /12.05.2021
En memoria de Beatriz Perla, nacida un 18 de mayo, verdugueada en sus cumpleaños en Punta de Rieles.
El primer grito en silencio se dio el 20 de mayo de 1996. Lo convocaron Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos-Desaparecidos. Nada de banderas partidarias, ellas y ellos son la bandera y lo seguirán siendo mientras no aparezcan con vida… es decir, por siempre.
Hiciera frío o calor, lloviera o tronara, la marcha se convirtió en ceremonia sagrada. Marchábamos para demostrar que las “viejas” no estaban solas, que era nuestra su lucha por saber la Verdad y hacer Justicia. Hasta en silla de ruedas me llevaron una vez, en el 2015. El temporal del 2019 hizo que me volviera de apuro: todavía siento vergüenza por haber faltado al compromiso aquella noche.
Aunque entraña una crítica al sistema que, para prosperar, necesita la impunidad de sus crímenes, el propósito del colectivo de Madres y Familiares no es revolucionar el capitalismo. Su intención es machacar la consciencia del pueblo con el reclamo de juicio y castigo hasta tomen forma de un “Nunca Más” musculoso y… ¡vaya si han logrado que las multitudes entiendan el mensaje!
En estos tiempos, marcados por el retorno de los brujos, los 20 de mayo se sienten como un chaparrón de certidumbres y perspectivas. Cuando todo es desaliento y desesperanza, la respuesta al llamado de las “viejas” renueva la confianza en las reservas morales de este pueblo que supo resistir, enfrentar y rebelarse contra el terrorismo de estado. Es suficiente, no se les puede exigir más, no me atrevo a pedirles que hagan lo que no hemos podido concretar por más intenciones que proclamemos. Desde el cariño y el respeto, acompaño sus decisiones.
En el país de los amortiguadores, el 99% vive perseguido, relegado, excluido y marginado del poder, algunas más que otros, pero todos en general. Nos somete el Estado, el instrumento que nos compele a vender trabajo por un salario, con el fin de sostener la reproducción y concentración de los capitales ajenos. Son estos dueños de todo, el 1% que vive en la cumbre, los únicos que disfrutan de las libertades y derechos “del hombre y del ciudadano”.
Aun así, el 60% de los uruguayos encuentra positiva la gestión reaccionaria del presidente Lacalle, mientras que, apenas la rechaza un 30%, demostración contundente de la efectividad con que trabajan los operadores políticos: los unos, introduciendo la ideología de la “libertad responsable”, y los otros, dada su debilidad, reforzando la idea de que no se conoce un sistema mejor que la república democrática representativa. Las políticas reaccionarias y las progresistas convergen hacia la misma finalidad ulterior: gestionar el estado para acrecentar la rentabilidad de los negocios privados y atemperar las consecuencias sociales de ese crecimiento. Unos preconizan la versión más edulcorada de la barbarie, en tanto los otros asumen la más salvaje y descarnada versión del capitalismo, pero, en última instancia, reaccionarios y progresistas apuestan a la libre circulación de mercaderías y finanzas y a la libre competencia, a la libertad de los zorros en el gallinero.
En ciertos momentos los que ejercen el poder se sienten insatisfechos con los discursos parlamentarios y el espectáculo partidario en los medios, les parecen insuficientes para sus fines. Abandonan la “democracia” liberal y representativa y sacan la lanza. Se les agota la paciencia, renuncian a la pretensión de amortiguar el conflicto social y, aun en plena “democracia” liberal, recurren al terrorismo de estado como hacen Piñera en Chile y Duque en Colombia. Terrorismo con democracias que funcionan y terrorismo desde la presidencia como en Brasil con Bolsonaro.
Es tanta la bronca antisistema acumulada por los pueblos chileno y colombiano, que nada permite entrever su retorno a la trampa de la “normalidad democrática”, a los dueños del poder les quedan cartas por jugar: la constituyente en Chile y Gustavo Petro presidente en Colombia.
En Chile y Colombia parece amanecer un nuevo ’68, con el abajo que se mueve, erguido, combativo, y el arriba que reprime con ferocidad nunca vista, histérico. Por supuesto, los 2000 son muy diferentes a aquellos ’60 y ’70, pero, tanto el terrorismo de estado como la resistencia al malón se transmiten por vías subterráneas de generación en generación y de país en país. Hoy día, pandemia y campaña del miedo mediante, parecen darse condiciones favorables para la reedición de las revueltas juveniles que sacudieron el Abya Yala en los ‘60.
¿Es deseable que los pueblos salgan a las calles para ser masacrados? No. Por supuesto que no. Definitivamente no. Sin embargo, los dueños de todo aprietan el torniquete sin piedad, se agotan las mediaciones del progresismo y no queda otra salida que correr el riesgo de ejercer el derecho a la protesta y la rebelión. Se lucha contra la infamia o se la consiente. No hay otra alternativa. Encierran los pueblos en un laberinto, los obligan a manifestar a mano pelada contra el más moderno y letal armamento.
¿Llegará la tempestad al Uruguay de los amortiguadores aceitados? Difícil que el chancho chifle por ahora, pero es posible pronosticar que llegará la hora en que se cansarán de ejercer pacíficamente la dominación y soltarán las riendas del autoritarismo desenfrenado. En 1968 desencadenó el proceso hacia el terrorismo de estado la lucha por el boleto estudiantil: Liber Arce, Hugo de los Santos y Susana Pintos. Un motivo menor, se puede decir, que no permitía suponer la barbarie que vendría. El desarrollo concreto de los hechos es impredecible, pero las condiciones de desigualdad, exclusión, miseria y desocupación permiten suponer que las explosiones populares de la costa del Pacífico se extenderán por todo el Abya Yala. Negros nubarrones oscurecen el horizonte de nuestro transitar de clase media.
En este país de la amortiguación, con perspectivas tan tristes y sombrías, reconfortan los 20 de mayo. Retumba el redoblar de los zapatos en la avenida, caminando por el borde del sistema, casi cayendo por la cornisa, ¡hartos de la protección a los crímenes del terrorismo de estado! ¡Hartos de la muralla que encubre la impunidad! ¡Hartos de que nos endilguen la responsabilidad por las altísimas cifras de infectados! En medio del amansamiento general, el silencio del 20 de mayo es un derrame de realidad, rompe el ensueño virtual. En la Avenida se vislumbra una perspectiva transformadora, pero, claro, luego, como todos los 21 de mayo, casi con toda seguridad las cosas volverán a su estado habitual.
Como los invisibles vasos comunicantes entre los pueblos nos convocan a la solidaridad con nuestros hermanos chilenos y colombianos, este 20 de mayo del coronavirus se debería reclamar por las violaciones a los derechos humanos sufridos por los pueblos en Chile y Colombia. Por un ratito podríamos escapar a la corrección política al grito de ¡nunca más terrorismo de Estado! ¡Nunca más desapariciones forzosas, asesinatos, tortura y violaciones para amansar los pueblos de América Latina!
Jorge Zabalza / Semanario VOCES
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2003 – 14.05.2021
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4) URUGUAY: MADRES Y FAMILIARES PIDE AL GOBIERNO QUE AVANCE EN LA UBICACIÓN DEL ARCHIVO DE OCOA
La Diaria, 13 de mayo de 2021
Según integrante de la asociación, los documentos recientemente hallados difícilmente permitan avanzar en la búsqueda de desaparecidos.
“No he visto todos los documentos, pero creo que es más de lo mismo, y lo más probable es que no tengan nada sobre la búsqueda de detenidos desaparecidos para encontrarlos”, dijo a la diaria Nilo Patiño, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos y Cruzar, un proyecto de sistematización de información de archivos del pasado reciente vinculados al terrorismo de Estado y graves violaciones a los derechos humanos.
Patiño hacía referencia a los documentos de la época de la dictadura hallados por el Ministerio de Defensa Nacional (MDN) en el Grupo de Artillería 5 de Montevideo, que fueron entregados luego por Presidencia tanto a Familiares como a Fiscalía General de la Nación y a la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo. También fueron divulgados por el MDN en su página web.
Según dijo, el Servicio de Información y Defensa y el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) eran agencias de inteligencia –hay otras, como la Dirección Nacional de Información e Inteligencia o el Departamento 2 de Inteligencia del Ejército– que recogían información, elaboraban estos materiales y los distribuían a las unidades militares. Esa información luego era “transformada en inteligencia”. Esto implica “que la información se analiza y luego se sacan conclusiones y se definen planes”. Luego, esto se distribuía en cada unidad de acuerdo a las tareas respectivas. “Después sí había órdenes específicas para cada unidad”.
Para el integrante de Familiares, una de las fuentes de información que puede contribuir con el paradero de los desaparecidos es el archivo de las oficinas centrales del OCOA. “OCOA es un organismo militar, una unidad especial dirigida especialmente por el comandante de la División del Ejército correspondiente, porque no es de todo el Ejército. Cada división tiene un OCOA, que corresponde a cada región militar”, explica Patiño, y agrega que por eso hubo OCOA 1, OCOA 2, OCOA 3 y OCOA 4. Por ejemplo, OCOA 1 corresponde a la División I del Ejército, que abarca Montevideo y Canelones.
Familiares sostiene –e incluso le ha proporcionado información documentada al presidente Luis Lacalle Pou en junio del año pasado, tal como informó el semanario Brecha– que el archivo del OCOA está en el edificio donde operaba el comando de la Región Militar 1, que actualmente es la División del Ejército 1. “No puede estar en otro lado, porque son documentos de la división, y cada división tiene su propio archivo. En 1977 empezaron a microfilmar, y cuando microfilmás significa que eso lo vas a guardar mucho tiempo”, dijo Patiño.
Según dijeron desde la organización, cuando se le preguntó al ministro de Defensa Nacional, Javier García, por este archivo, este respondió que cuando hubiera alguna novedad la iba a entregar.
¿Por qué este archivo es importante? Porque OCOA se encargaba de centralizar y dirigir todos los operativos “No hay ningún operativo, salvo excepciones, que no le pida autorización a OCOA. De lo contrario se podrían chocar dos unidades haciendo el mismo procedimiento”, explicó Patiño.
El integrante de Madres y Familiares sostiene que cualquier acción operativa quedaría registrada en esos archivos, y esto es de especial importancia, sobre todo teniendo bases clandestinas con personas detenidas que luego desaparecieron. Por ejemplo, los centros clandestinos 300 Carlos y Base Roberto (La Tablada) eran bases “directamente dirigidas por OCOA”, sostuvo.
“La mayoría de los desaparecidos en Uruguay eran detenidos, llevados a una base de operaciones y luego desaparecían; no desaparecían en la calle. Los llevaban detenidos para interrogarlos y luego desaparecieron en esos lugares de detención. Esos operativos quedaron registrados: se anotó qué equipo lo capturó, quién era el oficial responsable y quiénes estaban a cargo de la base. Hay ejemplos de esto en el archivo Berrutti”, señaló Patiño.
La Diaria
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2003 – 14.05.2021
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5) IMPUNIDAD DE LA BRUTALIZACIÓN ISRAELÍ
Luis E. Sabini Fernández – revistafuturos.noblogs.org/
Llama poderosamente la atención el desalojo violento de Jerusalén, ciudad sagrada, si las hay, a la que se la supone tan respetada…
Prácticamente no hay casi información de los gases, balazos, malos tratos, abusos, torturas, que la policía y el ejército israelí inflige a pobladores de barrios civiles. Que tienen una peculiaridad: son palestinos.
Salvo la que logran traspasar algunos muy aislados y dignos periodistas, valientes, palestinos y algunos de otro origen, que por diferentes razones han estado o están en Jerusalén o en el territorio de la Palestina despojada (por ejemplo, Jonathan Cook o Mohamed Omer).
Por su parte las agencias noticiosas occidentales tienen sus destacados en Palestina/Israel que exclusiva o casi exclusivamente reportan la versión que los sistemas comunicacionales israelíes “informan” y filtran.
En EE.UU., por ejemplo, se hizo viral el video que mostró la atrocidad de la rodilla en el pescuezo asfixiando a George Floyd, afronorteamericano. Pero los videos en que, por ejemplo, se ve que están asfixiando a Mahmoud El Kurd en el operativo de despojo de las viviendas en un barrio jerosolimitano (ahora, mayo 2021, unas 8 viviendas con varias decenas habitantes) no aparecen en Occidente. No es que no se viralicen, ni siquiera alcanzan cualquier circuito (salvo el de los más inmediatos seguidores de la cuestión palestino-israelí).
Pero no sólo no se ve un desalojo violento. Tampoco se vieron, salvo fugazmente, los palestinos gaseados, baleados, lisiados y asesinados durante las Marchas por la Tierra que desde el 30 de marzo de 2018, en forma totalmente pacífica mantuvieron los palestinos durante años. Y no hablamos de hechos aislados: cada viernes, decenas de francotiradores israelíes se apostaban en taludes, cómodamente, para herir o matar. Las primeras manifestaciones fueron “tratados” mediante balazos en las ingles de los manifestantes. Como la cantidad de muertos idos en sangre fue alta y la condena desde determinados círculos, muy notoria, los mandos de la seguridad israelí variaron la tarea de los francotiradores: tirar a los tobillos. Así se lograron varios objetivos: no matar directamente que es muy chocante, y sólo algunos regímenes demenciales como el de Uribe en Colombia, el de Duterte en Filipinas o la Junta Militar de Myanmar, como tantas juntas militares, se atreven a hacer abiertamente. Una democracia modelo como la israelí… no podría.
Pero evitar la muerte franca, permitía a la vez recargar el fragilizado sistema sanitario palestino con baldados de por vida. No estarían muertos, pero llegarían a ser una una carga, para la sociedad palestina.
Ese mismo estilo de “tiro al blanco” fue ejercido contra futbolistas. En un momento Palestina e Israel disputaron su presencia en los certámenes futbolísticos internacionales. No muy directamente, puesto que Palestina es un estado asiático y debería competir en los encuentros asiáticos. Israel, en cambio, mediante buda geográfico, ha sido “incorporado” a Europa. Si pensamos en la etimología de “incorporación” –es el cuerpo el que entra, juega– tendríamos que decir que Israel, mediante este ingreso a la Europa del fútbol, ni siquiera por vía aérea sino por transportación ideológica, ha procesado una espiritual, ya que no territorial, europeización. La disputa futbolística palestino-israelí ya no existe, pero los futbolistas baleados en las piernas lo serán de por vida.
La presión israelí es despiadada, cruel, abusiva. Se ha ido embruteciendo y profundizando a medida que se sintieron con menos impedimentos materiales, que la resistencia palestina se hizo menos armada, menos violenta. Colonos, religiosos, sionistas, sienten que pueden avanzar con su comportamiento agresivo más impunemente.
Como dice Mohammed El Kurd, palestino de Jerusalén: “¿Por qué estamos forzados a probar que somos humanos? (1)
Recordemos que entre los judíos más fundamentalistas es muy común negar la humanidad de palestinos, puesto que no pertenecen al “pueblo sagrado”.
Otro testimonio recogido en el mismo reportaje: “Sajafi dice que las familias que el estado israelí anunció que van a ser desalojadas para dar ese suelo a colonos niegan rotundamente que tengan la propiedad de nuestra tierra. Este suelo ha sido propiedad de musulmanes durante más de 500 años. Nos empujaron a un rincón del territorio, pero nos negamos a reconocerles como dueños legítimos. Hace más de medio siglo que estamos luchando a brazo partido para quedarnos. Si ellos hubiesen tenido derechos legítimos sobre nuestra tierra, no nos habrían permitido habernos quedado tanto. Si tanto alegan los colonos que esta tierra es de ellos, ¿por qué nos están ofreciendo 10 millones de shekel (3 millones de dólares)? Hemos vivido aquí en esta casa nuestra vida entera, el solo pensamiento de ser expulsados se hace terriblemente difícil.” (2)
Es importante ver cómo ven los ojos israelíes: el diario oficialista Noticias de Israel titula así una nota sobre el tema: “Sheikh Jarrah: ¿Qué es todo este alboroto?”, minimizando lo acontecido, trivializándolo. Negarse a ver lo que está pasando en Jerusalén oriental hoy como un eslabón más en la cadena de arrebatos y despojos con que el sionismo ha construido Israel a costa de la Palestina histórica.
Jugando impiadosamente con la verdad inician su nota con: “Nadie ha muerto, a pesar del uso constante de la palabra ‘derramamiento de sangre’.”
Este deslinde inicial, a la luz de la multitud de muertos palestinos que ha cosechado la ocupación sionista es realmente sobrecogedor.
Cualquier palestino sabe que la muerte acecha en casi todos los ojos israelíes. Alguien podrá decir que también los israelíes están prevenidos ante los gestos palestinos, que también han cosechado violencia. Pero si miramos los números, nos damos cuenta de la diferencia abismal entre los daños sufridos por Israel y sus habitantes y los sufridos por Palestina y los palestinos. La diferencia entre la violencia desde una sociedad herida y la violencia desde una institución omnipresente altamente militarizada como es Israel, gran exportador mundial de know how, policial, militar y penitenciario, que “prueban” antes de colocarlos en el mercado internacional, sobre la sociedad palestina).
Burlarse ante la posibilidad de derramamiento de sangre da la estatura moral de ese periódico.
Este borrador de nota fue escrito el 6 de mayo, mejor dicho desde el 6 de mayo. Estaba rematando esta nota y viene la info que Israel acaba de invadir, una vez más, la Franja de Gaza. 13 mayo. 2021
La burla sobre el derramamiento de sangre adquiere toda su brutalidad y desprecio. Solo un supremacismo racial, un racismo al estilo del que se suele atribuir a los nazis (y que en realidad, ha caracterizado a todos los colonialismos) se puede permitir este abuso. Contra un millón y medio de seres humanos encerrados desde hace 15 años, privados o dosificados hasta la penuria, de alimentos, medicamentos, plantas eléctricas, plantas potabilizadoras, elementos de cultura, materiales para la construcción de viviendas, hospitales, escuelas.
Con el pretexto de combatir a Hamas, Israel se permite destruir la sociedad palestina para instalarse en su lugar… por un mandato “divino”. En pleno siglo XXI, con razones que avergonzaría a cualquier humano sin delirios místicos…
Y como decía el sabio Gandhi: “Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena.”
Notas:
(1) www.972mag.com/sheikh-jarrah-palestinian-youth/, 5 mayo 2021. Oren Ziv.
(2) Ibíd.
Luis E. Sabini Fernández
COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2003 – 14.05.2021
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“Siempre he partido de una idea elemental: la de que la verdad no necesita ser justificada por la adecuación a un objetivo superior. La verdad es la verdad y nada más. Debe ser servida, no servir.”
Eugenia Ginzburg / “El vértigo”.
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VEO VEO – Propuestas y comentarios de Henry Flores
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I. CICLO “ESCRITORES EN CASA” CON WALTER BORDONI
Viernes 14 de mayo
Músico: Walter Bordoni «Creación, música y letra de canciones»
En esta oportunidad con el músico Walter Bordoni que nació un 19 de julio de 1962 en Montevideo. Es compositor, cantante, pianista y guitarrista de música popular uruguaya.
Fue ganador del Festival de La Paz en 1987 (mejor solista y mejor canción inédita). Integrante del Taller de Músicos “El Sótano”, participó desde entonces en múltiples espectáculos organizados por este inquieto núcleo de jóvenes artistas. Obtuvo una mención especial en el 1er. Certamen Municipal de Producción Musical, categoría Inéditos en 1990.
En 1991 sale a la venta su primer álbum, “El gol de la valija y otros cuentos”, que concitó una inusual aprobación por parte del público y la crítica.
En 1994 presenta “Flor nueva de películas viejas”, editado en casete y CD, fonograma que fuera considerado por la crítica especializada como uno de los mejores de ese año en cuanto a música uruguaya se refiere.
En 1997, junto a Gastón Rodríguez, edita el CD “Aguafuertes montevideanas”. Nuevamente la prensa habla de uno de los mejores discos del año.
En 1999, luego del emotivo ciclo de despedida “Aguafuertes del estribo”, forma un nuevo grupo integrado por Fernando Goicoechea en teclados, Guzmán Peralta en guitarras, Popo Romano en contrabajo y Luis Jorge Martínez en batería.
Evento vía zoom enviar correo a: info@casadeescritores.org para la solicitud de la contraseña para el ingreso…
Viernes 14 de mayo a las 19 horas estan tod@s invitad@s
II. BURBUJA LITERARIA “TÓPICOS DE ENCIERRO” CON GUSTAVO ESPINOSA
Junio en el CCE
La catástrofe (guerras, pestes, desastres ambientales) genera encierros; y el encierro produce relatos, que –a su vez- tematizan el confinamiento.
A partir de algunos lugares de los textos fundacionales (Bocaccio, Defoe) y de algunos cuentos más o menos canonizados (Maupassant, Borges, Martínez Estrada), se propone una identificación, metabolización y aplicación de ciertos contenidos y procedimientos recurrentes en las narrativas del encierro: la escritura enclaustrada por la catástrofe y extremada por ella.
Gustavo Espinosa (Treinta y Tres). Es escritor, del Barrio Olimar de Treinta y Tres, la región menos occidental del Uruguay. Trabaja como profesor de literatura. Ha publicado las novelas: “China es un frasco de fetos” (Montevideo, H Editores, 2001- Buenos Aires, Alto Pogo 2017) “Carlota podrida” (Montevideo, Hum, 2009, Nueva York, Sudaquia, 2013), “Las Arañas de Marte” (Montevideo, Hum, 2011- Banda Oriental, 2013) “Todo termina aquí” (Montevideo, Hum, 2016). También es autor del poemario “Cólico Miserere” (Montevideo, Trilce, 2009- H Editores, 2016).
Actualmente trabaja en un libro muy extraño titulado, provisoriamente, “La galaxia Góngora”.
Los eventos en línea serán el 07, 14, 21 y 28 de junio del 2021
cce.org.uy/evento/topicos-del-encierro-a-cargo-de-gustavo-espinosa/
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III. ENCUENTROS “MEMORIA”
Sábado 15 de mayo – 19 horas – Sala Zitarrosa
ENCUENTROS es un espacio para conversar sobre nuestra cultura desde la perspectiva de sus protagonistas.
En mayo, mes de la memoria, proponemos la segunda edición de ENCUENTROS, y de cara a la 26ª Marcha del Silencio, les invitamos a conversar sobre el rol de la música y el audiovisual en la construcción y conservación de la memoria colectiva. Proponemos reflexionar junto a referentes de nuestra cultura, y amplificar la convocatoria a una nueva Marcha virtual.
Desde el viernes 14, y por 48 horas, podrán acceder desde nuestro canal de Youtube a materiales de archivo digitalizados y facilitados por el Grupo de estudios audiovisuales (GESTA), en el marco de su proyecto de conservación de la memoria audiovisual de Uruguay junto a Memorias magnéticas y el Lapa-AGU. Estos materiales serán uno de los temas de referencia del ENCUENTRO.
La cita es el sábado 15 de mayo a las 19:00 horas a través del canal de Youtube y el Facebook de la Sala.
En esta edición de ENCUENTROS participarán Elena Zaffaroni por parte de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, Pablo Porciúncula de Imágenes del Silencio, el cantautor Mario Carrero, Isabel Wschebor como integrante del Grupo de Estudios Audiovisuales (GESTA- UDELAR), Alejandra Casablanca directora de TV Ciudad y María Inés Obaldía directora del Departamento de Cultura de la IM.
Modera Soledad Castro Lazaroff.
Organiza Sala Zitarrosa.
Apoya: Instituto de Música y Sonido
www.facebook.com/events/2536425366662363/?ref=newsfeed
Henry Flores – El Eternauta
VEO VEO / COMCOSUR INFORMA AÑO 26 – No. 2003 – 14.05.2021
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COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / COMCOSUR – 1994 – 19 de junio – 2020 – 26 años
Selección y producción: Henry Flores y Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
Colaboran:
ALEMANIA: Alix Arnold (Colonia), Ute Löhning, Antje Vieth y Carlos Ramos (Berlín)
ECUADOR: Kintto Lucas (Quito)
HOLANDA: Ramón Haniotis (Amsterdam)
SUIZA: Sergio Ferrari (Berna)
URUGUAY: Silvio Amodei, Jorge Marrero, Jorge Zabalza.
Carlos Iaquinandi Castro /Redacción de SERPAL
José Antonio Rocca /La economía de a pie (Uruguay)
Luis E. Sabini Fernández /Revista Futuros
Sudestada, periodismo y transparencia (Uruguay)
COMCOSUR INFORMA ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR / Coordinación: Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO/URUGUAY / Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes y no cuenta con ningún tipo de apoyo económico externo, institucional o personal / Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión / Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) /
Blog: nuevo.comcosur.org/
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