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CAMBIOS, LUCHAS Y MITOS

1) Cambio climático y activos tóxicos
2) Luchar contra el cambio climático y reducir la pobreza es posible
3) Una semana por el clima que podría cambiarlo todo
4) Gran Bretaña: continúa la revolución conservadora
5) Los mitos sobre Ucrania
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POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL
REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS
AÑO 14 – Nº 689 / Lunes 22 de Septiembre de 2014
Producción: Andrés Capelán – Coordinación: Carlos Casares
Apoyo técnico: Carlos Dárdano
COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR
1994 – 19 de junio – 2014
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“Vivimos en la mentira del silencio. Las peores mentiras son las que niegan la existencia de lo que no se quiere que se conozca. Eso lo hacen quienes tienen el monopolio de la palabra. Y el combatir ese monopolio es central.”- Emir Sader
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1) Cambio climático y activos tóxicos
Fander Falconí (Alai)

Los activos de las empresas petroleras poseen un efecto tóxico. Efectivamente, el comportamiento irracional de los mercados se ha movido a la industria de las energías no renovables (petróleo, gas y carbón), dice con mucho acierto un artículo de Ambrose Evans-Pritchard[1] publicado en The Telegraph.

Recordemos que, en forma previa, a la gran crisis del capitalismo central del año 2008, los bancos crearon las llamadas burbujas financieras, cuando otorgaron grandes préstamos a personas con poca probabilidad de repago. Los bancos norteamericanos, para ampliar el mercado, crearon las hipotecas de alto riesgo, conocidas como opciones “subprime”, con el respaldo de la Community Reinvestment Act, que es una ley que obligaba a los bancos a prestar a personas que no tenían buen historial crediticio. El riesgo fue eludido en forma sistemática, lo cual amplió la demanda de bienes inmuebles e incrementó el precio de las casas. Fue ésta la causa para que la burbuja inmobiliaria, tanto en Estados Unidos como en Europa, se disparara.

Ahora, aparecen otros activos tóxicos. Estos se originan en las enormes inversiones de las empresas petroleras relacionados con los crecientes costos debido a que ya se habría alcanzado la tasa máxima de extracción de petróleo global y por lo tanto estaríamos en un declive de los yacimientos hidrocarburíferos.

A este pico petrolero (o cénit) se suma otro factor: la imposibilidad de extraer todas las reservas petroleras a futuro por los graves impactos ambientales que provocaría la quema de combustibles fósiles.

Ya en las tres últimas décadas se han encendido las alertas acerca de lo que sucede en el mundo, debido a las manifestaciones evidentes de los fenómenos naturales como expresiones del cambio climático. Las investigaciones científicas, en torno a las transformaciones ambientales y sus causas, cobraron importancia por cuanto éstas son los medios idóneos para comprender el proceso de evolución del comportamiento del planeta, y determinar el grado de injerencia y responsabilidad que tienen las sociedades humanas respecto al tema que tratamos.

La información que ahora disponemos es decisiva y nos permite partir de una constatación basada en la realidad y no en una mera especulación. Por primera vez en la historia humana, la concentración de dióxido de carbono (CO2) −uno de los principales gases que provocan el efecto invernadero− en la atmósfera superó ya para siempre o para muchísimos años, la frontera de las 400 partes por millón.

Eso fue anunciado el 9 de mayo de 2013, desde Mauna Loa, en Hawái, la estación más antigua de medida de CO2, desde que comenzó a operar en 1958. Cuando se inició el estudio del fenómeno, hacia 1900, la concentración era de 300 partes por millón (ppm). De acuerdo con los registros de medición, ahora aumenta 2 ppm cada año. Los datos con los que contamos y el criterio de los científicos, han alertado ya sobre las impredecibles consecuencias climáticas que tendría en nuestro planeta, si se produjese una cantidad de CO2 superior a los 450 ppm.[2]

Sobre la base de la información de la Agencia Internacional de Energía, Evans-Pritchard dice que las inversiones globales en oferta de energía fósil se han duplicado, en términos reales, en el período 2000-2008, hasta alcanzar los 900 billones de dólares (un billón equivale a mil millones). En el 2013, las inversiones llegaron a los 950 billones de dólares. Las inversiones fuertes están en las fases de la exploración y extracción de petróleo y gas.

La revista The Economist publicó un artículo en el 2013, haciéndose eco de la investigación realizada por la organización Carbon Tracker y del Instituto Grantham de la London School of Economics, en el que asegura que la cantidad de dióxido de carbono que puede ponerse en la atmósfera (si no excedemos en dos grados de aumento a la temperatura del planeta en relación con los niveles pre industriales) es nueve veces menor que la que produciría al quemarse las reservas de carbón, gas y petróleo ya declaradas por empresas privadas o estatales. La implicación de esta investigación es que las empresas petroleras cargan de por sí unos activos tóxicos contables, y por ende los balances financieros están cuestionados.

En tal virtud, nos enfrentamos con varios problemas futuros: un pico petrolero que requiere altas inversiones por los costos crecientes de extracción, pero a su vez la imposibilidad de sacar todas las reservas, a menos que colapsemos como humanidad. Los intereses que están en juego son enormes. Si hay algún tope para micropartículas en la atmósfera, a fin de no pasar el fatídico umbral de los 2 grados centígrados, la industria de la energía fósil podría perder nada menos que 28 trillones (millones de millones) de dólares de ganancias brutas en las próximas dos décadas, según el artículo de The Telegraph.

«Sólo la dosis hace al veneno», decía Paracelso. Parecería que acumulamos una dosis tóxica civilizatoria, cuyos resultados perniciosos podrían observarse en el mediano y largo plazos.

– Fander Falconí es profesor investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

[1] The Telegraph – “Fossil industry is the subprime danger of this cycle
[2] Hay un consenso científico de que un aumento de más de dos grados centígrados a la temperatura promedio planetaria –por la excesiva quema de combustibles fósiles y la consiguiente emisión de dióxido de carbono, el gas que más contribuye al calentamiento global- sería catastrófico para la humanidad. Ese es el umbral.

* Este texto es parte de la Revista América Latina en Movimiento, No., 498 de septiembre de 2014, que trata sobre el tema «Frenar el calentamiento global» –

LUNES 22 DE SEPTIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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2) Luchar contra el cambio climático y reducir la pobreza es posible
Por Joel Jaeger (IPS)

La idea generalizada de que los países en desarrollo deben elegir entre contener el cambio climático y luchar contra la pobreza está equivocada, aseguran los autores de un informe sobre las posibilidades y perspectivas del crecimiento verde.

La Comisión Global sobre Economía y Clima, presidida por el exmandatario mexicano Felipe Calderón, presentó el martes en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, un documento titulado “La Nueva Economía Climática” (NCE, en inglés). Se trata de una iniciativa independiente creada por Colombia, Corea del Sur, Etiopía, Gran Bretaña, Indonesia, Noruega y Suecia, que tiene previsto compartir el contenido del informe con autoridades y gobernantes en un próximo periodo de consultas. “El documento da un mensaje claro a los gobiernos y al sector privado: podemos mejorar la economía y a la vez hacer frente al cambio climático”, destacó Calderón.

“El futuro crecimiento económico no tiene por qué copiar el camino de las altas emisiones de carbono andado hasta ahora”, añadió. Concentrándose en el conjunto, más que en países individuales, el informe traza el camino que la economía mundial debe tomar en los próximos 15 años. Para mejorar la vida de los pobres y reducir las emisiones de carbono hasta concentraciones que sean seguras, tendrá que producirse una gran transformación. Pero aquí está la sorpresa: costará mucho menos de lo esperado.

En el contexto de que todo siga igual, el mundo invertirá unos 89 billones de dólares en infraestructura urbana, agrícola y para generar energía en los próximos 15 años, pronostica el informe. Además, el camino con bajas emisiones de carbono requerirá de unos 94 billones de dólares en el mismo tiempo y sus beneficios de reducir la escasez de recursos y mejorar la calidad de vida compensarán de sobra la diferencia.

La ventana de las oportunidades no permanecerá abierta mucho tiempo. En términos de sistemas urbanos, el encargado de programas globales del informe, Jeremy Oppenheim, explicó: “Nuestro principal interés ha sido cómo generar una mayor productividad en las ciudades mejorando los sistemas de transporte”.

La expansión urbana es el enemigo cuando de construir ciudades respetuosas del ambiente se trata. Por ejemplo, Barcelona (España) y Atlanta (Estados Unidos) tienen ambas cinco millones de habitantes, pero en la primera se concentran en 162 kilómetros cuadrados, mientras que en la segunda en 4.280 kilómetros cuadrados. Eso hace que la estadounidense emita 10 veces más dióxido de carbono por persona que la española.

Las ciudades eficientes suelen tener un mejor comportamiento ambiental y económico. Los países de bajos ingresos deben “construir bien su infraestructura la primera vez para urbanizarse con una alta productiva”, explicó Oppenheim. En lo que respecta a la agricultura, el segundo sistema, “creemos que es posible aumentar la productividad en más de uno por ciento al año”, apuntó.

El informe NCE señala que “restablecer 12 por ciento de las tierras degradadas podría servir a alimentar a unas 200 millones de personas en 2030, a la vez que fortalece la resiliencia climática y reduce las emisiones” contaminantes. También recomienda que los gobernantes detengan la deforestación de los bosques naturales para ese año y recuperen por lo menos 500 millones de hectáreas degradas y tierras cultivables.

En lo que respecta al tercer sistema, la energía, la mayor oportunidad económica y ambiental vendrá al abandonar el uso generalizado del carbón, que no es tan eficiente desde el punto de vista económico como se pensaba, en especial debido a que los problemas de salud causados por la contaminación reducen el ingreso nacional en cuatro por ciento al año, en promedio.

El informe recomienda detener la construcción de nuevas plantas de carbón de inmediato en los países ricos y para 2025 en los de medianos ingresos. El gas natural puede servir como medida provisoria por un corto plazo, pero también tendrá que dar paso a alternativas con bajas emisiones de carbono. “Estamos sorprendidos por el avance logrado en materia de energías renovables”, destacó Oppenheim. “El costo de la alternativa solar disminuyó 90 por ciento en los últimos cinco años”, apuntó.

Pero las autoridades tendrán que tomar algunas decisiones significativas para facilitar el cambio. Actualmente, el mercado está distorsionado por los subsidios a los combustibles fósiles. Según el documento NCE, los subsidios estatales ascienden a unos 600.000 dólares, mientras que los de las alternativas limpias solo llegan a 100.000.

“Tienen que desaparecer”, aseguró Nicholas Stern, vicepresidente de la Comisión. “Dan una señal equivocada. Alientan el uso de combustibles fósiles contaminantes y subsidian el daño”, remarcó. Es posible que el informe NCE sea uno de los documentos sobre cambio climático más optimistas que haya salido del foro mundial en años, pero sus autores reconocen que sus recomendaciones pueden ser difíciles de seguir.

“El documento se concentra en reformas beneficiosas para todos a fin de fortalecer el crecimiento, reducir la pobreza y mejorar el bienestar, y también ayudar a hacer frente a los riesgos climáticos”, explicó Milan Brahmbhatt, del Instituto de Recursos Mundiales. Pero beneficiosas para todos no quiere decir fáciles de implementar, acotó.

La presentación del informe se hizo una semana antes del comienzo de la Cumbre sobre el Clima, que reunirá a una cantidad sin precedentes de gobernantes que comprometerán públicamente sus esfuerzos nacionales para mitigar las consecuencias del cambio climático. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, espera lograr la suficiente voluntad política como para lograr un acuerdo vinculante en las negociaciones del año próximo en París.

El informe solo cubre 15 años, pero “después de 2030 las emisiones globales netas deberán reducirse hasta casi cero en la segunda mitad del siglo”, acota. Puede que el documento no cubra todo, pero sí tranquiliza a los gobernantes sobre las enormes posibilidades del crecimiento verde. Calderón cree que el mensaje optimista del informe y su mensaje práctico tendrán un gran impacto.

“Con este documento ahora tenemos un conjunto de instrumentos que los gobernantes podrán utilizar para promover el crecimiento que todos necesitamos, a la vez que reducen los riesgos climáticos que todos corremos”, añadió.

Editado por Kitty Stapp / Traducido por Verónica Firme

LUNES 22 DE SEPTIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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3) Una semana por el clima que podría cambiarlo todo
Amy Goodman y Denis Moynihan (Democracy Now!)

La crisis climática está empeorando más rápido de lo esperado, según todas las previsiones científicas, y ocurre en paralelo a otra crisis: la del fracaso de las negociaciones sobre cambio climático de las Naciones Unidas. “Han estado negociando durante toda mi vida”, afirmó la joven activista Anjali Appadurai en la conferencia sobre cambio climático de la ONU en Durban, Sudáfrica, en 2011. Las negociaciones sobre cambio climático han estado estancadas debido a que varios países, especialmente el Estados Unidos presidido por Obama, están bloqueando el avance y ponen sus intereses nacionales por encima de los del planeta, que continúa calentándose a un ritmo posiblemente irreversible.

Anjali Appadurai, que fue designada portavoz de los jóvenes en la conferencia de Durban, afirmó ante los negociadores enviados por cada país: “Hablo en nombre de más de la mitad de la población del mundo. Somos la mayoría silenciosa. Nos dieron un espacio en este foro, pero nuestros intereses no están representados aquí. ¿Qué hace falta para participar en este juego? ¿Tener lobistas? ¿Tener el poder de influencia que tienen las empresas? ¿Tener dinero?”.

A tres años de esa conferencia, la Organización de las Naciones Unidas realizará una cumbre especial sobre el cambio climático el 23 de septiembre en la ciudad de Nueva York, a la que se prevé que asistirán más de cien líderes mundiales. A diferencia de las negociaciones formales sobre el cambio climático de las Naciones Unidas, la finalidad de esta cumbre no vinculante, según la ONU , es: “Reunir voluntades políticas y movilizar la acción para generar las condiciones necesarias para alcanzar un resultado exitoso en las negociaciones”.

Tras veinte años, los funcionarios de las Naciones Unidas aparentemente se dieron cuenta de que, si se dejan las negociaciones en manos de los sospechosos de siempre, es decir, de los gobiernos y las empresas, jamás se logrará un acuerdo legalmente vinculante sobre el cambio climático, previsto para la cumbre que se celebrará en París en diciembre de 2015. Ahora se considera que la movilización popular es un elemento fundamental para el éxito.

Los activistas defensores del medio ambiente protestaron indignados en la cumbre sobre el cambio climático celebrada en Copenhague en 2009, cuando el Presidente Obama hizo fracasar las negociaciones de la ONU al mantener reuniones a puertas cerradas con los países más contaminadores del planeta. En aquel entonces, la ONU respondió expulsando a los activistas. Las negociaciones sobre el cambio climático de la ONU se realizan en diferentes partes del mundo, pero siempre dentro de establecimientos con máxima seguridad, lejos de la gente que sufre los efectos directos del cambio climático y lejos de los activistas por la justicia climática que se reúnen en las cumbres con la esperanza de presionar a los negociadores para que logren un acuerdo antes de que sea demasiado tarde.

Apenas días antes de la cumbre sobre el clima de la semana próxima, a la que solamente se puede asistir con invitación expresa de Ban Ki-moon, una amplia coalición realizará la Marcha de los Pueblos por el Clima. Se prevé que será la mayor marcha contra el cambio climático en la historia. Personas proveninentes de los más variados ámbitos sociales se reunirán en el lado oeste del Central Park, en Nueva York, el domingo 21 de septiembre. Los organizadores esperan una participación de más de 100.000 personas y se confirmó la asistencia de más de 1.200 bandas musicales.

La gente marchará en “bloques”. Al frente de la marcha estará el bloque “Frontlines of Crisis, Forefront of Change” (Primera línea de la crisis, vanguardia del cambio) que incluirá a representantes de pueblos indígenas y de otras comunidades que han sido directamente afectadas por la extracción de combustibles fósiles y los efectos del cambio climático. Los sindicatos de trabajadores y los estudiantes marcharán bajo el eslogan

“Podemos construir el futuro”, seguidos de los grupos a favor de la energía alternativa, los alimentos sustentables y el agua, que marcharán bajo el lema “Tenemos soluciones”. El bloque “Sabemos quiénes son los responsables” se centrará en denunciar a las empresas de combustibles fósiles, a los bancos y a otros contaminadores. Los científicos y los activistas de diferentes religiones formarán el grupo “El debate se terminó”. Y, por último, marchará el bloque “Para cambiarlo todo, necesitamos de todos”, que agrupará al resto de las personas.

Uno de los principales organizadores de la Marcha de los Pueblos por el Clima es Bill McKibben, fundador de 350.org, una organización que combate el cambio climático y cuyo nombre proviene de las 350 partes por millón, que según los científicos es la máxima concentración de dióxido de carbono que debe haber en la atmósfera para tener un planeta seguro y sustentable. McKibben afirma: “En este momento, a excepción de un pequeño simulacro en Times Square, realmente no hay mucho más que pueda hacer la comunidad científica para advertirnos. Nuestros sistemas de advertencia temprana han funcionado, la alarma sonó. Todos nuestros satélites y sensores y súper computadoras han producido la información que necesitamos saber. La pregunta es: ¿haremos algo al respecto? Y la respuesta hasta ahora ha sido ‘no’.

Ha sido ‘no’ en el Congreso de Estados Unidos, que, sin duda, no ha avanzado nada en este tema. Y no hay esperanzas de que se logren los dos tercios de votos necesarios para ratificar un tratado en el Senado. Esa es la dificultad en este momento en las negociaciones internacionales. La única forma en la que lograremos el cambio aquí o en cualquier otro lado es mediante la construcción de un gran movimiento. Es por eso que el 21 de septiembre en Nueva York, este evento que está siendo coordinado por todos estos grupos, es un día tan importante”.

El fin de semana, el Seminario Teológico de la Unión realizará una conferencia con miembros del clero del mundo entero, para hablar sobre las cuestiones morales planteadas por el calentamiento global provocado por el hombre. El lunes, al día siguiente de la gran marcha, grupos independientes planean “inundar” Wall Street. “Inundemos, bloqueemos, ocupemos y cerremos las instituciones que están lucrando con la crisis climática”, reza la página del grupo, que tiene una casilla para indicar si la persona está dispuesta a arriesgarse a ser arrestada.

Un grupo que se autodenomina “Earth Quaker Action Team” realizará una puesta en escena de una investigación de las filiales del banco PNC en la ciudad de Nueva York por el delito de “interferir con el clima” debido a que el banco ha financiado proyectos de minería de carbón de remoción de la cima de la montaña.

Si bien la marcha por el clima del próximo domingo no incluirá discursos, ya que se trata de reunir al movimiento, el lunes, la autora Naomi Klein estará entre los oradores de las acciones que se realizarán en Wall Street. “Porque no tenemos líderes preocupados por el cambio climático reunidos en la ONU , es que la ONU solo ha logrado reunir fracasos. Y algunos de ellos ni siquiera asisten, como el Primer Ministro de mi país, Steven Harper, que es un delincuente climático tan grande que ha decidido saltearse todo el proceso y solamente aparece en las cenas después de la conferencia. Creo que el sentido de urgencia expresado en las calles se transmitirá y creo que será entonces que la gente lo llevará más lejos, lo llevará a quienes son realmente responsables de bloquear el avance.

A muchas de las personas que están organizando ‘Flood Wall Street’ las conocí en el contexto de ‘Occupy Wall Street’ y entienden que nuestro sistema económico está sacrificando a la gente en nombre de las ganancias. Ya saben eso. Lo que nos dice el cambio climático es que esta misma lógica de lucro y crecimiento por encima de todo lo demás está sacrificando los propios sistemas vitales de los que todos dependemos. Y esa es una conexión evidente y hace que el movimiento tenga aún más urgencia. No se trata de un nuevo movimiento, son todos nuestros movimientos unidos”.

El nuevo libro de Naomi Klein, titulado “Esto lo cambia todo: capitalismo vs. clima”, se publicó esta semana. Se trata de un llamamiento a la acción poderoso y apasionado que rompe con todos los esquemas. En el libro, la autora nos recuerda que: “El cambio climático lo cambia todo. Lo cambia todo porque si seguimos por el camino que estamos ahora, cambiará nuestro mundo físico a tal punto que será irreconocible. Aún es posible detener ese resultado catastrófico, pero eso implica cambiar todo nuestro sistema económico. La buena noticia es que, para mucha gente, ese sistema no está funcionando”.

El cambio climático lo cambia todo. Y por un breve período de tiempo, la naturaleza de ese cambio aún está en nuestras manos.

LUNES 22 DE SEPTIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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4) Gran Bretaña: continúa la revolución conservadora
Luciana Garbarino (Le Monde Diplomatique)

Al concluir la Segunda Guerra Mundial, Gran Bretaña tuvo que enfrentar la pérdida de su liderazgo mundial. En la búsqueda de su nuevo papel, de la mano de Margaret Thatcher, se embarcó en una revolución conservadora que se ha prolongado hasta nuestros días. La historia del Reino Unido es la historia del avance de Inglaterra”, ironiza el periodista Jeremy Paxman (1). A tal punto que –para desazón de galeses, escoceses o norirlandeses– los términos “inglés” y “británico” suelen emplearse indistintamente.

Si caracterizar la realidad de un país no es tarea sencilla, menos aun lo es cuando el Estado de que se trata está conformado por cuatro países, dos dependencias de la Corona (las Islas del Canal y la Isla de Man no forman parte del Estado, pero mantienen un vínculo mediatizado por el monarca) y catorce territorios de ultramar. El Reino Unido, en rigor Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (pero que para simplificar en este Explorador se denominará Gran Bretaña) está lejos de ser la amable yuxtaposición de naciones de la bandera Union Jack.

Para comprender esta complejidad, es necesario remontarse a su pasado imperial, a pesar de que el imperio se haya disuelto hace más de medio siglo. La propia formación del Reino es resultado de las políticas expansionistas de Inglaterra (con mayores o menores niveles de violencia en los casos de Irlanda del Norte, Gales y Escocia, respectivamente) y ha conducido en la actualidad a un complejo y delicado sistema institucional conformado por un Estado unitario (con sede en Londres) y administraciones nacionales descentralizadas en los otros tres países (Escocia, Gales e Irlanda del Norte) sujetas a modificaciones por parte del Parlamento de Westminster. Como es de suponer, los viejos rencores entre los pueblos persisten y tienen distintos episodios de expresión nacionalista, uno de los cuales será la celebración del referéndum sobre la independencia de Escocia el 18 de septiembre de 2014.

Pero este pasado de dominación se manifiesta también en otros planos. El imperio británico fue uno de los más poderosos de la historia, circunstancia que pesa sobre la identidad británica y su diplomacia. Aunque es indiscutible que Gran Bretaña sigue siendo uno de los países más importantes del mundo (sexta economía mundial y quinto poder militar) no es menos evidente que su declive ha sido, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, tímido pero constante. Sin embargo, esta decadencia pareciera no querer ser advertida por los decisores de su política exterior. Sus últimas “intervenciones” en Afganistán, Irak, Libia han sido un fracaso no sólo por la magnitud del desastre humanitario sino también por la indisimulable debilidad de su poderío militar y el enorme esfuerzo económico que implicaron.

Más allá del interés por el petróleo de la región, la beligerancia se sostuvo también en el deseo de conservar la vieja “relación especial” con Estados Unidos, más preocupado hoy por la zona del Pacífico y las potencias emergentes que por su antiguo aliado europeo. Como afirma Noam Chomsky, cuando Gran Bretaña asumió que perdería su liderazgo a favor de Estados Unidos tuvo que tomar una decisión: “¿Se conformaría con ser sólo un país más o se convertiría en lo que se dio en llamar un socio menor (junior partner) de Estados Unidos? […] Blair dice muy tranquilamente: ‘Aportaremos a la coalición nuestra experiencia de siglos de maltratar y asesinar a pueblos extranjeros y quizá a cambio tendremos algunos privilegios’” (2).

Nacimiento y agonía del proletariado

Margaret Thatcher llegó al poder en 1979 en un escenario de declinación luego de los procesos de descolonización. Junto a su par estadounidense, Ronald Reagan, la “dama de hierro” inició la denominada revolución conservadora, que consistió en la aplicación de un duro programa neoliberal que apuntaba a terminar con el Estado de Bienestar y cualquier tipo de control sobre los mercados. Liberada de las restricciones del sistema Bretton Woods, comenzó la desregulación del sistema financiero que conduciría a que la City de Londres sea hoy la principal plaza financiera mundial, superior por volumen de activos a Wall Street.

Según datos de Eurostat, en 2010 el sector financiero e inmobiliario representaba el 32,9% del PIB de Gran Bretaña, mientras que el sector industrial apenas llegaba al 11,2%. Paradójicamente, mientras que Engels –observando la Inglaterra de 1844– afirmaba que “los primeros proletarios estaban relacionados con la manufactura, fueron engendrados por ella, son primogénitos de la Revolución Industrial” (3), hoy podríamos apuntar que su progresivo deceso también está teniendo lugar allí. Desde la guerra contra los mineros encabezada por Thatcher y su dura legislación antiobrera, la industria y los sindicatos se han ido debilitando a la par del fortalecimiento del capital financiero, la caída de los salarios y el estancamiento de la economía (cuyo crecimiento anual no llegó al 2% los últimos tres años).

Evidentemente la consolidación de este modelo fue posible gracias a la continuidad de las políticas conservadoras por parte de los gobiernos laboristas. La Tercera Vía propuesta por el Nuevo Laborismo de Tony Blair pasaría a la historia, entre otras cosas (como su vocación imperialista), por la continuidad de la ola privatizadora del thatcherismo, y el gobierno de Gordon Brown lo haría por el salvataje a los bancos tras la debacle financiera. Hoy el líder conservador David Cameron y su drástico plan de austeridad serían tan sólo la prolongación de esta avanzada conservadora.

La nueva derecha

En un escenario en el que las tres fuerzas políticas tradicionales (laboristas, conservadores y liberaldemócratas) parecen fracasar en encontrar una salida, el UKIP (Partido por la Independencia del Reino Unido), con un discurso abiertamente anti inmigratorio, euroescéptico e islamofóbico, cobra cada vez más fuerza. Este fenómeno produce una derechización de todo el arco político y conduce al electorado a inclinarse por respuestas cada vez más duras frente a los problemas. Como afirma el investigador Jean-Yves Camus (4), los años 80-90 en Europa han sido testigos de la mutación de la extrema derecha de la posguerra en derecha radical, cuya diferencia reside en que esta última acepta la democracia parlamentaria y el ascenso al poder por la vía de las urnas, pero no en su núcleo ideológico.

Así entonces, ¿las elecciones de 2015 permitirán una transformación –suponiendo que el laborismo de Ed Miliband sea renovador como él mismo sostiene, y que triunfe, lo cual, según las encuestas no es seguro– o la revolución conservadora que lleva más de treinta años continuará su curso? Esa es la cuestión. 

1. Jeremy Paxman, The English, Penguin Books, Londres, 1999.
2. Noam Chomsky, Imperial Ambitions: Conversations with Noam Chomsky on the Post-9/11 World, Metropolitan Books American Empire Project, 2005. (Traducción del fragmento: Ignacio Barbeito.)
3. Friedrich Engels, La situación de la clase obrera en Inglaterra, 1845.
4. Jean-Yves Camus, “¿Pero qué es la extrema derecha?”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, febrero de 2014.

LUNES 22 DE SEPTIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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5) Los mitos sobre Ucrania
Vicenç Navarro (Público.es)

Uno de los focos de tensión más alarmantes que existen hoy en Europa es la guerra civil en Ucrania, que puede derivar en un conflicto bélico internacional que continúe el conflicto político y económico que se ha desarrollado entre EEUU y la Unión Europea, por un lado, y Rusia, por el otro, conflicto que tendría enormes repercusiones, todas ellas negativas, para Europa, incluyendo España. En realidad, el conflicto existente está ya dañando considerablemente la economía europea, incluyendo la española.

Y lo que es incluso más preocupante es que, leyendo los mayores medios de comunicación españoles, no se percibe el enorme riesgo que existe hoy de que la nueva Guerra Fría se convierta en una Caliente. Hoy hay tropas estadounidenses y de la OTAN en territorio ucraniano, apoyando a un lado de este conflicto militar que se caracteriza por su hostilidad hacia las partes del país pro rusas, a las que apoya el gobierno ruso presidido por el Sr. Putin, el cual ha puesto en alerta a las tropas rusas en las zonas de su territorio fronterizas con Ucrania.

Como en todo conflicto, las causas son múltiples, y todos los actores tienen su parte de responsabilidad. Pero algunos son más responsables que otros. En artículos anteriores (“Lo que no se está diciendo sobre Ucrania”, Público 18.03.14, y otros colgados en mi blog www.vnavarro.org) he ido señalando hechos, raramente mencionados en los medios de información españoles (pero sí documentados en la prensa extranjera, citada en mis artículos), que cuestionan las principales explicaciones que han aparecido en tales medios sobre las causas de dicho conflicto, analizándolos uno por uno.

En este artículo quisiera hacer un resumen de los mitos que los establishments de Washington y Bruselas están promoviendo sobre las causas de la crisis y de la evidencia que los cuestiona, refiriéndose al último artículo del Profesor Cohen que desmonta lo que él llama “los mitos McCarthistas de la Segunda Guerra Fría”.

El profesor Cohen, al que he citado en artículos anteriores, es uno de los mejores historiadores y analistas en EEUU de la Unión Soviética de ayer y de la Rusia de hoy. Fue asesor durante muchos años en temas soviéticos de la principal cadena de televisión estadounidense, la CBS, y ahora ha desmontado cada uno de los mitos que el establishment estadounidense ha estado promoviendo, así como la respuesta a cada uno de ellos, en su excelente artículo “Patriotic Heresy vs. the New Cold War”, escrito en la revista The Nation (15.09.14), una de las revistas más influyentes en el mundo intelectual de EEUU.

Mito nº 1: “El problema ucraniano está causado por las ambiciones imperialistas del gobierno Putin”.

Datos.- Existe abundante evidencia de que los sectores más belicistas del complejo industrial-militar de la derecha estadounidense querían, desde hace tiempo, expandirse hacia el Este, incluyendo a Ucrania en la OTAN. Como indicó Carl Gershman, presidente de la institución (reliquia de la Guerra Fría I) National Endowment for Democracy, “Ucrania es la última joya que debemos conseguir” (dicho en 2013). Y nada menos que el Washington Post, uno de los rotativos más influyentes en la capital estadounidense, escribió que “Occidente quiere terminar el trabajo que se inició con la caída del muro de Berlín y planifica expandirse hacia el Este… el gran objetivo es Ucrania”, (escrito en 2014).

Mito nº 2. La ciudadanía de Ucrania quiere liberarse de Rusia e integrarse en la UE.

Datos.- Ucrania es un país que dista mucho de ser uniforme. Existen grandes diferencias entre el oeste y el este del país. Diferencias que son religiosas, lingüísticas, étnicas, culturales, económicas y políticas. Ucrania es un Estado que presenta una enorme diversidad, que ha dado pie a numerosas tensiones dependiendo, en parte, de quien gobierne aquel país. Las regiones este y sur, definidas en los medios occidentales como pro rusas, son muy cercanas a Rusia, pues fueron parte de dicho país durante un gran periodo de su historia. De ahí que sean muy próximas a Rusia, no solo por su idioma, sino también por su cultura, etnia, religión y costumbres.

Mito nº 3. La crisis ucraniana se inició cuando en noviembre de 2013 Bruselas y Washington ofrecieron al gobierno de Kiev que se integrara en la Unión Europea, lo cual generó una respuesta hostil, incluso bélica, de Rusia.

Datos.- Es interesante señalar que esta explicación admite que no era Putin el que, en sus supuestas ansias imperialistas, deseaba incorporar en su imperio a Ucrania, o parte de su territorio, pues, según este mito, la respuesta de Putin fue una reacción a la propuesta de Bruselas al gobierno ucraniano. De ahí que no fuese el gobierno ruso el que inició las tensiones.

Pero más importante que este dato (ignorado en los medios) es que la oferta de Bruselas (que era, por cierto, muy desventajosa para Ucrania, pues exigía una serie de medidas de austeridad que España y el Sur de Europa conocen bien) incluía unas medidas que señalaban la necesidad de integrarse en el sistema de seguridad, incluyendo militar, de Occidente, insinuando (como señala el profesor Cohen) que se integrara en la OTAN (que tiene bases militares por todas las partes que rodean Rusia).

Mito nº 4: El gobierno existente en Kiev fue depuesto por unas movilizaciones populares por parte de la mayoría de la población ucraniana, que exigía una integración en la UE.

Datos.- El gobierno era presidido por un oligarca, pero había sido elegido democráticamente. Y las supuestas movilizaciones populares estaban dirigidas, en parte, por miembros del partido nazi, que había luchado contra la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial, siendo una de las primeras medidas que el nuevo gobierno adoptó la de anular el idioma ruso como el oficial del Estado, iniciándose una gran agresión hacia la población pro rusa, que es mayoritaria en el este del país. Estos actos incluyeron incendiar edificios de los sindicatos, quemando vivos a dirigentes de los movimientos pro rusos. Asumir que Rusia debía tolerar tales hechos es, en sí, una provocación. Era inevitable que Rusia respondiera como respondió.

Mito nº 5: Putin es un enorme peligro porque es una persona con ansias imperialistas.

Datos.- Putin no es un santo, como Cohen (y yo) hemos señalado. Es un oligarca carente de sensibilidades democráticas. Y dirige una casta procedente del aparato del Partido Comunista Soviético, transformada en una especie de mafia que controla la economía rusa. Pero su respuesta ahora es lógica y razonable, como también señala Cohen. El comportamiento del Oeste no le deja otras posibilidades, habiéndolo arrinconado, sin poder hacer otra cosa que lo que está haciendo, que es defenderse, a la vez que intenta resolver el enorme problema que el Oeste ha creado en la puerta de su casa.

De ahí que personajes claves de la 1ª Guerra Fría, y que no son sospechosos de tener simpatías pro rusas, como el que fue Secretario de Estado en EEUU, el Sr. Henry Kissinger, hayan criticado duramente esta demonización de Putin por considerarla profundamente errónea, y que puede abocar a una situación muy negativa para el Oeste, no dejándole otra alternativa al gobierno ruso que la de aliarse con el gobierno chino.

Mito nº 6: Las sanciones económicas forzarán a Putin a entrar en razón.

Datos.- Esta estrategia ignora que tales sanciones movilizan a la población rusa en su apoyo al gobierno Putin. En esta estrategia se olvida el enorme sacrificio que Rusia (la Unión Soviética) hizo al derrotar a la Alemania Nazi. En realidad, la libertad de la que hoy goza Europa se debe a los 22 millones de ciudadanos soviéticos que murieron para derrotar a Hitler. El argumento de las sanciones económicas desconoce la enorme capacidad de sacrificio que tiene el pueblo ruso cuando se considera agredido injustamente, como fue el caso entonces y lo es también ahora.

Mito nº 7: La solución pasa por que Putin acepte lo que propone el Oeste.

Datos.- La solución pasa por que Ucrania se convierta en una federación o en un Estado descentralizado que reconozca la diversidad del país, tal como están dispuestos a aceptar –bajo presión de Putin- los rebeldes pro rusos. Estos son los datos que se ocultan en la lucha ideológica llevada a cabo por los medios de comunicación y persuasión en España (y en casi todo el resto del mundo).

LUNES 22 DE SEPTIEMBRE DE 2014 – COMCOSUR
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“Las ideas dominantes de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes, es decir, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad resulta ser al mismo tiempo la fuerza espiritual dominante, la clase que controla los medios de producción intelectual, de tal manera queen general las ideas de los que no disponen de medios de producción intelectual son sometidos a las ideas de la clase dominante”. -Carlos Marx
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POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL ES UNA PRODUCCIÓN DE COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR Coordinación : Carlos Casares – DIRECCIÓN POSTAL: Proyectada 17 metros 5192 E (Parque Rivera) 11400 MONTEVIDEO – URUGUAY E mail: comcosur@comcosur.com.uy
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Comcosur se mantiene con el trabajo voluntario de sus integrantes
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Comcosur integra la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC)
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Las opiniones vertidas en las distintas notas que integran este boletín, no reflejan necesariamente la posición que podría tener Comcosur sobre los temas en cuestión.
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